Está en la página 1de 10

Escucha activa: 7 Ejercicios que te harán

mejorar tus relaciones

Artículo revisado por el Comité de MundoPsicologos

¿Qué es la escucha activa y por qué es tan importante? La escucha


activa puede ayudarnos a mejorar las relaciones que tenemos con
los demás. Descubre en qué consiste y cómo practicarla.
18 ABR 2019 · Última modificación: 25 AGO 2021 · Lectura: 8 min.
 
CRECIMIENTO PERSONAL

PUBLICIDAD

La escucha activa es un modo de relacionarnos con las demás personas para


interactuar de manera responsable y sana. Se trata de prestar atención a lo que la
otra persona dice con plena conciencia, no solo consiste en oír lo que nos dice
sino mantener la mejor concentración en lo que nos está explicando. Escuchar
activamente es muy útil para reducir los conflictos (ya sean laborales o
personales), mejorar nuestra vida en pareja y desarrollar unas relaciones sociales
mucho más ricas y saludables.
Test sobre la escucha activa
¿Sabes hacerlo? Contesta al test y averigua la respuesta:

¿Qué es la escucha activa? Definición


La escucha activa y su definición hace referencia a los patrones de escucha que
tienen las personas con las que un receptor (la persona que está escuchando) se
mantiene comprometido con su interlocutor de una manera positiva. Por lo tanto,
se trata de una comunicación activa en la que el receptor escucha atentamente
mientras la otra persona habla, todo ello sin emitir ni un juicio hacia el otro.
Cuando practicamos estos tipos de escucha la persona que ha hablado se siente
más valorada y agradecida. 
Como podrás comprender, muchos son los beneficios de la escucha activa.
Aunque parezca sencillo, para practicarla es necesario contar con mucha empatía
y unas capacidades de comprensión altas. Saber escuchar frases
activamente requiere olvidarse de uno mismo y centrarse en la persona que
tenemos en frente, desde las palabras que utiliza, cómo las dice y hasta su
comunicación no verbal. Además, es imprescindible mostrar interés, no juzgar a
la otra persona y evidenciar que el mensaje está llegándonos correctamente.
Hay estudios, como el que ha dirigido el Dr. Johannes Zimmerman sobre
los problemas interpersonales, que incluso afirman que la escucha activa ayuda
a disminuir conflictos emocionales asociados a trastornos como la depresión y la
ansiedad, ya que frente al “yo” y al individualismo propio de la sociedad en la
que vivimos se apuesta por el “nosotros”, lo cual ayuda a establecer unos límites
sociales saludables y una salud mental estable. Este especialista señala que
mientras que el individualismo que conlleva usar constantemente el “yo” nos
aísla, por cuanto nos diferencia como una entidad social distinta, emplear
continuamente el “nosotros” hace que nos sintamos parte de la sociedad, nos
hace partícipes de las relaciones con los demás. Y ello contribuye a reducir
problemas como la depresión y la ansiedad.
¿En qué consiste la escucha activa?
Como hemos mencionado, para ser una persona que escucha activamente no
solo debemos centrarnos en escuchar mientras otro habla. Cuando se practica la
escucha activa debes concentrarte en aquello que los demás te dicen. De esta
forma, la comunicación activa implica activar todos nuestros sentidos y prestar
atención más allá de las palabras. Por lo tanto la escucha activa o escuchar a los
demás activamente, consiste en lo siguiente. 
 Ser neutral y no tener prejuicios: Un sinónimo de escuchar
activamente es precisamente no emitir juicios ante los demás. A
veces, no todo es lo que a primera vista parece, así que debemos
escuchar atentamente la explicación de una forma neutral.
 Practicar la paciencia (no rellenar los períodos de silencio): La
paciencia va de la mano de la comunicación activa. Una persona
que escucha de manera activa es capaz de dejar espacio de silencio
para que el interlocutor aclare sus ideas. 
 Retroalimentación verbal y no verbal para mostrar signos de
una escucha atenta: Nuestro lenguaje corporal también forma parte
de las conversaciones que tenemos con los demás. Por lo tanto
una escucha atenta también implicará saber leer este tipo de
mensajes a través de las expresiones y el cuerpo. 
 Hacer preguntas: Las preguntas son inevitables si se
desea escuchar activamente a los demás. En este caso, se trata de
intentar complementar la información que la otra persona nos ha
dado. 
 Pedir aclaraciones: Cuando pedimos una explicación esto no es
sinónimo de llevar a cabo una escucha selectiva. Esto es una clara
señal de que queremos entender al otro/a.
 Resumir: Al resumir lo que los otros dicen evitamos la escucha
pasiva. La razón es que para saber lo importante necesitamos estar
concentrados en lo que nos dicen los otros. 

Ejemplos de diálogos de escucha activa


Es normal que para dejar atrás la escucha pasiva, necesitamos de ejemplos de
diálogos de escucha activa. Un buen ejemplo de una persona escuchando
activamente es el siguiente: 
X: Siento contarte esto, pero ayer tuve una pelea con mi hermano y desde
entonces no hemos vuelto a hablar. Ahora me siento mal y no sé con quién puedo
hablarlo.
Y: Puedes contar conmigo. Cuéntame, ¿Qué sucedió?
X: Estuvimos hablando sobre qué les podríamos hacer para el aniversario de
bodas de nuestros padres, pero hubo un pequeño conflicto.
Y: Pero, ¿Qué es lo que causó este conflicto?
X: Mi hermana asumió de que le ayudaría con la preparación, pero yo no tengo
nada de tiempo debido a que estamos en una situación difícil en mi trabajo.
Cuando le dije que no podría ayudarla, empezó a echarme en cara que nunca la
ayudo.
Y: Vaya, siento que pasara esto. ¿Cómo te hizo sentir eso?
X: Frustrado, enfadado y decepcionado. Aun así creo que debería volver a
comentarle que igualmente quiero ayudar en lo que pueda. 
Y: Es una situación difícil. Creo que quizá necesitas algo de tiempo para volver
a hablar con ella.
X: Sí, supongo que sí. Gracias por escuchar, solo necesitaba desahogarme.

Beneficios de escuchar activamente 


Resulta evidente que cuando dos personas mantienen una conversación pero no
se escuchan profundamente el diálogo acaba fracasando. Este efecto es mucho
más destacado cuando se trata de una discusión. En estos casos, la psicóloga
italiana Simona Lauri tiene claro que evitar la escucha selectiva o escucha
pasiva a favor de la escucha activa tiene sus beneficios:
“La escucha activa reduce la tensión que se produce en una discusión y mejora
el diálogo, lo que contribuye a tener una mejor relación con los demás”.

Para ilustrarlo, la profesional pone un ejemplo nítido: cuando discutimos, la


mayoría de nosotros tendemos a interrumpir a la otra persona. En lugar de
centrarnos en escuchar con atención lo que nos dice, nos ponemos a pensar en
todo lo que queremos decir para invalidar sus argumentos y reafirmar nuestra
postura. Por tanto, pensamos solo en nosotros, no en lo que necesita la otra
persona. Con ello conseguimos es incrementar aún más la tensión. Para reducir
el conflicto, es necesario que escuchemos lo que tiene que decir la otra parte y
valoremos qué hay de verdad en lo que afirma.
1. Une más a las personas: El “nosotros” es un elemento importante.
Tenemos que dejar de pensar en lo que queremos decir y centrarnos
en lo que dice el otro para mejorar nuestras relaciones y, a la larga,
nuestra estabilidad emocional.
2. Más efectiva para solucionar los conflictos: La escucha
activa sirve para solventar problemas de pareja, laborales,
familiares y personales. Aprender a escuchar con atención al otro es
indispensable para disfrutar de una vida social plena y sana. De
hecho, es un elemento básico en la comunicación, puesto que es
necesario prestar atención a lo que dice la otra persona para plantear
una negociación. Pero, además, mejora nuestra empatía, nos ayuda a
comprender otros puntos de vista, a conocer las necesidades de los
demás y a expresarnos con mayor seguridad.
3. Cambias de perspectiva: A veces ver las cosas desde otra
perspectiva puede ser muy beneficioso para nuestra salud mental.
Gracias a cambiar nuestra escucha pasiva por una escucha más
atenta, las personas pueden ver las situaciones con más distancia y
sin dejarse influir por las emociones. 
4. Ayuda a las personas: Oír y escuchar activamente hace que las
personas puedan ayudar a sus interlocutores. Como hemos visto en
los ejemplos de la escucha activa, las personas se sienten más
reconfortadas cuando alguien las escucha sin intención de  juzgar o
interpelar sus diálogos. 
5. Mejora tus relaciones: Gracias a la escucha activa las personas
mejoran sus relaciones con los demás. La razón de ello es que todo
el mundo se beneficia de que alguien le escuche activamente, ya que
hace que los interlocutores aclaren sus ideas. 
Como vemos existen muchos beneficios al escuchar activamente a los demás.
Por este motivo, es esencial, sobre todo cuando tenemos problemas de pareja,
aprender a realizar la escucha activa. 
Técnicas de escucha activa
La escucha activa no se trata solo de una expresión verbal, sino que también hay
que trabajar la comunicación no verbal, es decir, los gestos y las miradas. Para
conseguir comunicarnos con seguridad es necesario que aprendamos a cambiar
algunos comportamientos. Veamos cuáles.
1. Darle importancia a la otra persona
Para que la persona con la que discutimos se sienta que estamos realizando una
escucha activa es necesario que nos centremos en ella, trabajando la mirada,
la comunicación no verbal y la respuesta de nuestro cuerpo. Para ello, hay que
seguir varias claves:
 Mirar a los ojos es señal de escucha activa y atenta.
 Asentir mientras la otra persona nos cuenta sus diferencias para
hacerle saber que le estamos escuchando.
 Repetir lo que acaba de decir para confirmar que estamos pendientes
de cada palabra.

 Hacer preguntas interesantes para profundizar en la comunicación.


 Mostrar un semblante atento y relajado.
 Ofrecer una postura corporal de interés y ligeramente inclinada
hacia delante.
 Evitar a toda costa interrumpir al que habla y poner cara de
cansancio o de enfado cuando interactuemos.
 No distraerse durante la conversación ni llevarla a nuestro terreno
hablando de uno mismo.
2. Evita emitir juicios de valor y dar opiniones
No hay que cuestionar lo que la otra persona nos está contando, ni dar consejos
como si lo que propusiéramos fuera la verdad suprema o la solución al problema.
Para reducir el conflicto con la escucha activa y llegar a un entendimiento es
necesario validar lo que dice y tratar de comprender su problema sin criticarlo.
3. Respeta su tiempo y sus sentimientos
No hay que tratar de presionarla para que nos cuente algo que no quiere, ni
hacerle ver que lo que nos dice es una nimiedad. Todo lo contrario: debemos
mostrar empatía, comprender lo que siente y cómo se siente, dándole la
importancia que esa persona le da y dejarle tiempo para que se exprese y lo
asimile.
4. Muestra interés y realiza preguntas
Las preguntas son fundamentales para practicar una buena escucha activa.
Gracias a ellas podrás aclarar aquello que no has comprendido bien. Además
siempre puedes hacer preguntas abiertas para animar al interlocutor a que cuente
más sobre aquello que le preocupa. 
5. Observa el lenguaje no verbal
Para poder entender a la persona que tienes delante, también debes fijarte en
aquello que dice a través de su lenguaje corporal. En muchos casos, esto nos
permite comprender de una manera más efectiva lo que se nos quiere transmitir. 

6. Deja de lado tu diálogo interno


El diálogo interno puede hacer que nuestra escucha activa se convierta en
una escucha selectiva. Cuando alguien te habla de sus problemas o conflictos es
importante dejar de lado las fantasías o pensamientos ajenos a la conversación. 
7. No cambies de tema
En muchas ocasiones las personas solemos cambiar de tema para ejemplificar
una situación similar a la que le ha ocurrido a la persona interlocutora. Esto es un
error porque podría considerarse como un cambio de tema, algo que interfiere
en las escuchas activas. 
Siguiendo estos pasos se llegará a lograr una escucha activa satisfactoria que no
solo evitará que las discusiones y conflictos lleguen a mayores sino que será de
gran ayuda para mejorar nuestras relaciones sociales.

También podría gustarte