Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
VOLUMEN 08
BACCANO!
Volumen 08
1934 – ALICIA EN PRISIÓN
<EPISODIO CÁRCEL>
—¿Firo? ¿Firo Prochainezo? ¿Cómo es él? Ha hecho una extraña pregunta de la nada,
¿no le parece? Es un amigo de la infancia. Crecimos juntos en el mismo viejo
apartamento. Eso es todo lo que hay.
—Me pregunto qué diría Firo sobre eso, viniendo de ti de entre todas las personas,
Berga. Opino que sería mejor afirmar que simplemente es temerario, no estúpido.
—Sí, sí, supongo que tienes razón. ¿Qué más? Oh, cierto. Ahora que lo pienso, ha
estado viviendo con esa chica por cuatro años ya, ¿verdad? ¿Cuál era su nombre? ¿Alice?
—¡Ja! Te apuesto a que pasarán otros cincuenta años hasta que se casen. ¡Buajajaja!
—No obstante, permítame dejar esto en claro. Aunque en ocasiones, pueda ser
vergonzantemente ingenuo, debo aclarar que no es un tonto.
—No entiende muy bien cómo tratar con las personas. Él es ingenuo en ese sentido.
Sin embargo, esa misma ingenuidad demuestra que Firo es fiel hacia aquellos que
aprecia, que puede llorar por sus amigos, entristecerse por ellos, reír con ellos, que
puede volverse frío por el bien de su Familia y que daría su vida por ellos. Es algo así
como una contradicción lógica: alguien que es perfectamente adecuado para ser un
camorrista e increíblemente inadecuado para ser un criminal.
—…
—…Es ingenuo.
-5-
Volumen 08 ILUSTRACIONES
—…Es tan ingenuo que ni siquiera puede mentirse a sí mismo. Con él, lo que ves es
lo que tienes. No tiene sentido que intentemos describirlo.
—Keith, estas molesto porque empezamos a platicar sin pedir tu… eeh… ¡quiero
decir, perdón! ¡Vamos, no seas así! No nos veas de esa forma, aah, mierda, Keith, otra
vez me estás asustando-
-6-
7
[ACERCA DE LADD RUSSO]
GRAHAM SPECTER HACE
UNA ODA LÍRICA
Era una noche sin estrellas, negra como la tinta, la noche en que conocí al Jefe Ladd.
Espera, detente. ¿Sin estrellas? ¿Una noche? Eso es triste. Esta historia ya es demasiada
triste para mí. ¡Quiero decir, piénsenlo! ¡Sin estrellas! ¡Ninguna estrella en lo absoluto!
¿Pueden imaginar una cosa más triste en el mundo entero que una noche sin estrellas?
Estamos acabados. Terminamos. Kaput. Estoy tan triste que ya no puedo seguir
hablando. Así de triste fue la noche en que conocí al Jefe Ladd. No, no puedo continuar.
No tengo las fuerzas para seguir viviendo. ¡Mátenme! ¡Denme estrellas o denme la
muerte! ¡Cómo no puede haber estrellas la noche en que conocí a una persona tan
grandiosa, tan increíble, tan despampanante, tan! ¡Ab-so-lu-ta-men-te! ¡Fuera de este
mundo como el Jefe Laaaaaaaa!… ¿La? Laaa… ¡Sí! ¡Sí, es verdad!
Es cierto. En aquel entonces, no era más que un mecánico común y corriente, solo un
Juan Pérez del montón que se ganaba la vida separando las cosas. ¡Pero, ahí fue cuando
sucedió! ¡Era una noche sin una sola estrella a la vista, una escalofriante, peligrosa y
espectacular noche sin estrellas! ¡Ahí estaba yo, sin nada de suerte, rodeado por todos
lados, recibiendo la paliza de mi vida de un montón de ex-boxeadores ahora gánsteres!
Pero, en ese momento, ¡bam! De la nada apareció el Jefe Ladd, ¿y saben lo que dijo?
Les contaré lo que dijo. Él dijo: «Es muy triste, una noche sin estrellas. Mátenme».
—En otras palabras, cuando les dije que me mataran, desde luego, tenían el derecho
de asesinarme. Sin embargo, al mismo tiempo, significa que tengo el derecho de
matarlos de igual forma. Tiene sentido, ¿no es así?
-8-
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
¡Siempre lo tiene! ¡Filosofía I, impartida por nadie más que el mismísimo Profesor
Russo! ¿Acaso no es el mejor, más feliz, estupendoso, peligrosísimo tonto idiota del
mundo? ¿Acaso no es muy genial?
Estaba tan feliz que tomé mi llave de tuerca y desarmé las articulaciones del resto de
esos pandilleros mientras seguían tratando de hallarle sentido a lo que el Jefe Ladd dijo,
esos granates. Luego, me hice amigo del Jefe Ladd.
No soy más que otro Juan del promedio, un idiota cuya única pretensión a la fama es
ser bueno con las manos; no obstante, ¡el Jefe Ladd! ¡Es un genio! ¡Un genio torpe!
¿Saben por qué es tan torpe cuando es tan listo? ¡Es porque tomó todo su talento y lo
invirtió en lugares que no tienen nada que ver con llevar una vida común y corriente!
¡Está hecho pedazos, lo ha estado desde el principio, pero a pesar de eso brilla con
tanta intensidad! ¿No están de acuerdo?
-9-
Volumen 08 ILUSTRACIONES
- 10 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Umm. Sí, es verdad. Creo que tenía quince años la primera vez que conocí a Huey.
Tenía una mirada en sus ojos que decía que odiaba al mundo entero, y la forma en
cómo te veía, te hacía sentir como si hubiera un muro entre él y tú, como uno de esos
espejos unidireccionales que no te permiten ver lo que hay detrás de ellos.
Es por eso que Huey es un buen hombre. Todos los demás lo evitaban y las únicas
personas con las que realmente hablaba alguna vez eran con nuestros maestros de
alquimia y conmigo, pero aun así. Simplemente sé que Huey Laforet es un buen hombre.
Incluso al día de hoy, lo consideró como mi mejor amigo.
Generalmente mantiene una máscara sobre su rostro que asemeja una sonrisa; no
obstante… de vez en cuando, deja que una real se deslice.
Esas son las únicas ocasiones en que permite que su verdadero yo se muestre, saben.
Esa fue la primera vez que escuché lo que realmente pasaba por su cabeza.
Experimentó muchas desgracias antes de que nos conociéramos, por lo tanto, supongo
que es entendible. Espero no les importe que no puedo explicar demasiado al respecto.
No estoy en posición de contar sus secretos, ¿o sí?
—Eso estaría mal —Le respondí de todas formas—. Porque si ese deseo se vuelve
realidad, no estaría cerca para ver tu expresión, tu sonrisa satisfecha mientras dices:
«Mi deseo se hizo realidad». Nunca sería capaz de ver tu final feliz.
Bueno. Supongo que es un poco maleducado decir que quiero ver su final, feliz o no;
pero, la verdad es la verdad, ¿eh?
Sin embargo, luego conocimos a Maiza y sus compañeros, juntos tuvimos una especie
de aventura y creo que más o menos fue entonces cuando me dijo:
Pero, ¿saben qué? ¡Era una sonrisa falsa la que me mostró en ese momento! Les juro,
no puedo expresar que aliviado me sentí.
- 11 -
Volumen 08 ILUSTRACIONES
Aunque, creo que todavía tiene ese mal hábito de experimentar con las personas y
tratarlas como animales. Supongo que solo es su forma de vivir.
Sin embargo, a pesar de eso, me gustaría verlo feliz. No, es justamente por eso que
quisiera verlo feliz.
Sin duda, hay una forma de que incluso la persona más ingenua pueda encontrar la
felicidad con otras personas, saben.
- 12 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 13 -
Volumen 08 ILUSTRACIONES
Digo esto.
No tengo nada que contar sobre él, salvo las más vehementes quejas.
Él siempre fue alguien que tenía que ver las reglas cumplirse al pie de la letra, incluso
en aquel entonces. Tan estricto que colocaba las leyes y normas antes que sus propios
sentimientos.
Eso no quiere decir que se aferraba a las reglas como su única verdad, o que era un
dictador que disfrutara atrapar a las personas en una red de leyes.
Digo que probablemente pensara que la ley era el único medio de que las cosas
fueran justas, la única forma de que todos fueran felices.
Víctor era un tonto listo. Comprendía que no había manera de que todos en el mundo
fueran felices. Decidió que para alinear sus creencias y valores individuales, a fin de
minimizar el efecto en la disparidad de mentalidades, habría que ceder una cierta
cantidad de control a la ley.
Hasta ese punto, digo, está todo bien. Una escuela común de pensamiento.
Digo esto. Víctor Talbot era torpe y estúpido. Sin embargo, de igual forma digo esto.
De entre todos los alquimistas que conocí, él fue uno de los más humanos.
En cuanto al resto… Elmer, Huey, Laveau, Maiza, Szilard… todos y cada uno de ellos
estaba roto, de alguna forma. Víctor es un tonto, pero en cierta forma es quien se
preocupa más por el bien de los demás.
Antes trató de unir nuestro grupo de alquimistas mediante las leyes y, ahora, está
haciendo lo mismo con los Estados Unidos de América.
Supongo que eso demuestra qué tanto le importa ambos: el país y su gente.
En verdad. Un tonto ingenuo.
- 14 -
[PERSONAJES]
Firo Prochainezo
Joven capo de la Familia Martillo. Se preocupa por su apariencia juvenil.
Ladd Russo
Sobrino de Placido Russo, el Don de la Familia Russo. Un loco asesino serial.
Huey Laforet
Inmortal, padre de Chane. Actualmente encarcelado, pero…
Félix Walken
Un asesino a sueldo legendario con base en Nueva York. ¿Sin embargo?...
Isaac Dian
El mismo de siempre.
Miria Harvent
¿La misma de siempre?...
Víctor Talbot
Inmortal. Jefe de Edward. Boca de excusado.
Ennis
Un homúnculo creado de un inmortal. Ella misma es inmortal, de lo contrario,
indistinguible de un ser humano común y corriente.
Maiza Avaro
Capo de la Familia Martillo. Un inmortal gentil que luce como un hombre joven,
siempre sonriendo.
Czes
Un niño inmortal. Astuto y manipulador a pesar de su apariencia; sin embargo, se
deja llevar fácilmente por el ambiente.
Ronny Schiatto
Capo de la Familia Martillo. Tiene la mirada de un gánster. Demonio.
- 15 -
Volumen 08 PERSONAJES
Misery1
Un hombre que trabaja en la prisión de Alcatraz. Técnicamente no es un empleado
de allí, sino afiliado de la División de Investigación.
Jacuzzi
Líder de una pandilla de jóvenes inadaptados. Bebé llorón. Casi llega a los veinte
años, finalmente empieza a preocuparse por su futuro.
Nice
Novia de Jacuzzi. Amante de bombas grandes y pequeñas. Usa lentes y un parche en
el ojo. Actualmente absorta en el estudio de los fuegos artificiales japoneses.
Chane Laforet
Hija de Huey. Letal con una daga. Se volvió muda a temprana edad, así que se
comunica principalmente a través de la escritura.
Vino
Claire Stanfield. Algo así como un asesino a sueldo errante. Fuerte. Realmente fuerte.
Se ha dicho lo suficiente.
1
N. de la T. Misery: en español se podría traducir como desdicha, sufrimiento o infortunio; sin embargo, ya
que se está usando como nombre personal lo dejaré en inglés.
- 16 -
-CONTENIDO-
EPILOGO I CAPÍTULO 04 – FRENTE
18 PENSEMOS EN EL EXTERIOR
176
PROLOGO I
22 CAPÍTULO 04 – REVÉS
TENGAMOS UNA CHARLA. SÍ, ADELANTE
PROLOGO II 196
37
CAPÍTULO 05 – FRENTE & REVÉS
PROLOGO III ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
51 205
PROLOGO IV CAPÍTULO DE CONEXIÓN
59 UNA VISITA AL INFORMANTE
240
CAPÍTULO 01 – FRENTE
VAYAMOS A PRISIÓN CAPÍTULO REMANENTE
68 ¡LIBERTAD!
243
CAPÍTULO 01 – REVÉS
PROVOQUEMOS UNA PELEA
79
CAPÍTULO 02 – FRENTE
DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
96
CAPÍTULO 02 – REVÉS
TRATEMOS DE INICIAR UNA CONVERSACIÓN
117
INTERLUDIO I
134
CAPÍTULO 03 – FRENTE
DISFRUTEMOS LA VIDA EN RECLUSIÓN
141
CAPÍTULO 03 – REVÉS
ACEPTEMOS NUESTROS ERRORES
159
[UNA VISITA AL INFORMANTE]
EPILOGO I
Yo solo… umm. Sí. Quiero complementar la información sobre esto. Nada más.
Reunir todo lo que hay que saber sobre esos sucesos va incluso más allá de mi
habilidad reconocidamente prodigiosa.
Verás, en mi opinión, tienes que juntar cada trozo de información que hay que saber
sobre algo, cada diminuto fragmento esparcido por todo el maldito lugar y, solamente
cuando unes las piezas obtienes una idea decente de lo que está sucediendo.
Depende de ti desechar lo que no sea necesario y construir una imagen objetiva, ¿no
es así? Hasta iría tan lejos como decir que es su trabajo, como coleccionistas y
comerciantes de información.
Lo que voy a compartir es información totalmente subjetiva, reunida por y para mí.
¡Cosas que solo saben mi yo, yo mismo y yo!2
2
N. de la T. Oh, español porque me has fallado. En inglés es «Stuff that’s known only to me, myself, and I!»,
en la cual “me, myself and I” son diversas formas de referirse a uno mismo siendo la principal diferencia su
uso gramatical. Ya que en español no tenemos tanta variedad de pronombres, y a mi falta de creatividad, no
pude idear una forma de mantener esas sutiles diferencias.
- 18 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Aprende a leer a la gente, cielos. La forma en que las personas dicen las cosas te
cuenta casi tanto como las palabras mismas.
A lo que me refiero, por ejemplo. ¿Cómo podrías imaginarte la escena que estoy a
punto de compartir contigo sin este entusiasmo que estoy mostrando como
acompañamiento?
Los reportes de los testigos siempre vienen envueltos con emoción. Es tu trabajo
clasificar la mierda, no el mío. Luego, veremos que se te ocurrió y formaremos nuevas
conclusiones por nuestra cuenta.
Ustedes toman de las otras personas su sangre, sudor, lágrimas, sabiduría, valor,
desgracias, sueños, fuerzas, sentimientos, pasados y esperanzas; después, lo mezclan
todo junto y se lo tragan para luego vomitarlo, distorsionado y modificado, para que
todo el mundo lo vea.
Él y su jefe, ambos son iguales. Ellos fueron los únicos que se han reído cuando les
dije lo mismo que a ti, hasta me respondieron: «Por favor, basta de halagos. Me estás
avergonzando».
Es fácil de charlar con el señor Saint-Germain. El director también lo es; sin embargo,
nunca saldrá de esa montaña de papeles, ¿no es así?
…Ya te lo dije, no me veas así. Cielos. De verdad no entiendes una broma, ¿cierto?
Desde luego que sé que no está aquí. El señor Saint-Germain se encuentra en Chicago
en estos momentos, ¿verdad? Pasó la noche en el Hotel Gunslack de Chicago junto con
esa pequeña mocosa de camarógrafa, hoy desayunó huevos con jamón.
Yo fui el camarero que sirvió una taza de café negro, la especialidad de nuestro hotel,
a medida que intentaba agradecerme en medio de un bocado de huevos revueltos.
Deberías haber visto la forma en que sus ojos se abrieron de golpe cuando tomó el
primer sorbo; pero, a pesar de eso logró terminarlo todo. Pequeñita descarada.
- 19 -
Volumen 08 EPILOGO I
…Mira, comprendo que no tiene sentido. ¿Acaso parezco tonto? Claro que es
imposible llegar aquí desde Chicago en solo unas cuantas horas.
Fiuu. Hombre.
¿Yo?
Tengo unos cuantos cientos de nombres como para darte uno y que se mantenga,
sabes.
…En realidad. Me pregunto sobre eso algunas veces. ¿La consciencia es algo que se
puede contar?
Es algo gracioso, de hecho. Puedo pensar con tanta claridad, sé que tengo una mente;
no obstante, cuando tratas de sentarte a contarlos, pues, maldición, ¿sabes? ¿Cómo se
supone que cuentas psiques? ¿Dices que te quedan cero consciencias cuando mueres o
antes de que nazcas? ¿Qué pasa cuando duermes y no sueñas? ¿Cuándo solo estas allí
sentado mirando a la nada?
Bueno, no sirve de nada filosofar al respecto, ¿cierto? Es algo que tenemos que
aceptar.
Y no dejes que el modo en que sigo cambiando la forma de hablar contigo te afecte.
Mi mente aún no está segura, sabes. Sobre cómo tratarte, eso es.
No obstante, aún poseo un nombre común. Uno que comparto con todos mis cuerpos.
Puede que nos veamos más seguido en un futuro, así que te contaré el secreto.
El nombre es Sham.
- 20 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Ah, no te angusties por recordarlo. Tómalo como una formalidad. Una introducción
descuidada, si así lo deseas.
Si piensas en él meramente como una fracción de una historia mucho, mucho más
larga; entonces, no, nada ha terminado todavía… Sin embargo, este arco en particular,
sí. Está finalizado.
…Bueno. Eso puede esperar, ¿verdad? Veamos. ¿Por dónde debería empezar? Por el
principio, supongo. Un lugar tan bueno como cualquier otro.
Ah. Sí. Eso quiere decir que hay múltiples principios de esta historia. Unos cuantos
prólogos, si así lo deseas.
Desconozco cuál sea el correcto para empezar; pero, creo que comenzaré con el más
sencillo.
- 21 -
Volumen 08 EPILOGO I
- 22 -
1934
Un sótano en algún lugar de Manhattan
—Firo Prochainezo.
Era un nombre. Su nombre, en realidad. El nombre que sus padres le habían dado.
Él no contestó.
—Si me tienes tanta envidia, podemos cambiar de lugar cuando quieras, detective
Noah —respondió Firo, una compleja mezcla de furia y desdén cruzó por su rostro
mientras levantaba la cabeza.
Sus manos no eran la única parte de él que estaba cautivo. Echó otro vistazo
alrededor, asimilando el cuarto en el que se encontraba. No fue difícil. Se trataba de una
habitación pequeña.
Un solo espejo colgaba del muro. No había ventanas y la única puerta se encontraba
en la parte más alejada de la habitación. Concreto negro y ladrillos rojos se unían para
formar las paredes, luciendo extrañamente fuera de lugar bajo la luz del foco desnudo
que iluminaba el interior.
- 23 -
Volumen 08 PROLOGO I
—Tienes mis más sinceras disculpas, Prochainezo; pero, este lugar es un tanto
especial, por lo que te agradecería si solo sonrieras y soportaras la deshonrosa
decoración interior.
—El viejo tú ya se habría puesto rojo como un tomate. Nunca sabías tomar una
broma —declaró Firo, la madurez en su voz contradecía su apariencia juvenil.
—Bueno, si eso no provoca que suelte una lágrima, no sé qué lo hará. Comprensible,
supongo. Asumo que esa pequeñita organización es el único hogar que una rata de
alcantarilla como tú ha conocido —resopló Edward.
—Suena muy sofisticado… Pero, a final de cuentas, ¿acaso no es otro nombre en una
larga lista de ellos?
Lo qué Edward llamaba el FBI en un principio fue creado como una sola oficina en el
Departamento de Justicia de los Estados Unidos; no obstante, en menos de tres décadas
desde su fundación creció más allá de sus humildes raíces, expandiéndose en una
especie de fuerza policíaca nacional que abarcaba todo el país.
3
N. de la T. Federal Bureau of Investigation (FBI). Decidí traducir el nombre de la división en español. ¿Por
qué? Porque así me gusta más, como ya saben soy una traductora caprichosa que traduce los nombres
cuando se le antoja.
- 24 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Será un año difícil para criminales como tú —dijo Edward con aire de suficiencia,
inclinándose hacia adelante para ver a Firo a los ojos—. La ley de Armas de Fuego se
asegurará de eso. ¿Acaso no te molesta, saber que no podrás hacer espectáculos
pirotécnicos como antes?
La Ley Nacional de Armas de Fuego de 1934 en realidad fue una legislación aprobada
específicamente para controlar las actividades violentas de los Familias del crimen
organizado en los Estados Unidos. Diseñada para restringir el acceso de las armas
predilectas por la mayoría de los gánsteres, la ley gravaba fuertes impuestos a las
pistolas tales como la icónica ametralladora Thompson y la mortal escopeta de cañón
corto; así como en los varios aditamentos que generalmente acompañaban a dichas
armas.
—No creí que incluso la ley colocaría restricciones sobre los silenciadores. ¿Acaso
tratan de llevar a la bancarrota a todos los inocentes armeros del país?
—No conozco a ningún inocente armero que se gane la vida con dispositivos
diseñados para ayudar a matar personas —replicó a la ligera Edward, riendo—.
Hablando de ganarse la vida, ¿cómo te ha ido? Debe ser difícil vivir de tus ingresos ahora
que no puedes exprimir a las personas hasta secarlas a cambio de alcohol ilegal. ¿No es
así como opera tu “Familia”?
- 25 -
Volumen 08 PROLOGO I
Un hombre entró, luego otro y otro, haciendo que la habitación ya de por sí pequeña
se sintiera aún más chica.
—Jum. Encantado de conocerte, sería la forma educada de saludar, supongo. Soy Bill
Sullivan —dijo el primer hombre lentamente, aunado a sus ojos caídos a medio abrir y
su forma de hablar daba la impresión de que se encontraba perpetuamente a punto de
quedarse dormido—. Umm. Ese hombre grande de por allá es el señor Donald Brown.
Aquel con lentes es el señor Alan Becker. Puedo ver que ya conoces al señor Noah. Todos
somos, umm, compañeros de trabajo, supongo, sí —declaró el hombre y, aunque lucía
bastante amistoso, los dos hombres de pie detrás de él bien podrían estar tallados en
piedra por toda la calidez que demostraban.
—Umm… No lo tomes personal, son así con todos —dijo Bill tras un momento de
silencio—. De vez en cuando necesitamos hombres severos para el trabajo duro.
Bill se acercó a Edward y sin prisas se aclaró la garganta, luego abrió la carpeta que
traía en su mano y comenzó a leer en voz alta con tonos acompasados.
—Ah, veamos. Firo Prochainezo. Edad veintidós. Soltero. Nació en Hell’s Kitchen. Su
padre fue un italiano inmigrante y su madre americana, y, oh. Ambos padres fallecieron
de tuberculosis. Mis condolencias. Umm. Salió de Hell’s Kitchen tras la muerte de su
madre, deambuló por las calles de Nueva York. Un tiempo inespecífico después, por
medios desconocidos, siguió los pasos de su padre y entró a una organización mafio-
Firo Prochainezo no era exactamente lo que uno llamaría un ser humano modelo.
Sin embargo, no pertenecía a una mafia, ni era un integrante de las grandes Familias
criminales de la Cosa Nostra que mantenía bajo su control a los Estados Unidos. En
cambio, la organización a la que juró su lealtad era conocida como una camorra.
Firo Prochainezo era un capo, un ejecutivo, de una de dichas camorras, cuyo nombre
era la Familia Martillo. Se trataba de una camorra muy pequeña. Ciertamente, Firo era
- 26 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
un capo, pero de igual forma lo eran casi una docena más; a decir verdad, un cuarto de
los integrantes de la Familia Martillo compartían el mismo título que él.
Como el ejecutivo más joven de la Familia, a Firo le fue confiado un pequeño casino
clandestino y tomaba su trabajo seriamente. No dudaría en dar su vida por la Familia
en caso de una emergencia y, asimismo, estaba totalmente preparado para tomar la vida
de los demás si demostraban ser una amenaza para sus hermanos.
Detrás del rostro juvenil de Firo acechaba un gánster, un hombre familiar con la
violencia y los callejones oscuros de la ciudad. Ese hombre ahora había salido al frente,
despojándose de su aspecto aniñado para mirar fríamente a Bill Sullivan.
—Ah. Sí, por supuesto. Una camorra. Mil disculpas. Lo hice apropósito —declaró Bill
y sonrió. Firo respondió dejando al descubierto sus dientes en una sonrisa y, en su
interior, señaló al hombre como un enemigo.
—Solo ten cuidado de no caminar a solas en nuestra territorio por la noche, colega.
Firo frunció el ceño y miró con disimulo a los dos hombres que Bill había presentado
como Donald y Alán, luego observó de nueva cuenta al hombre frente a él.
El último comentario innecesario de Bill no tenía sentido, a menos que uno asumiera
que había estado escuchando la conversación. El cuarto presumiblemente estuviera
bajo vigilancia.
—Bill, ponte serio —exclamó el hombre robusto al que Bill llamó Donald.
- 27 -
Volumen 08 PROLOGO I
—No lo tomes personal, niño. Le gusta burlarse de los muchachos como tú.
El hombre en definitiva no era un muchacho; pero, por otro lado, las palabras “edad
media” parecían muy difíciles de digerir para describirlo. Se trataba de un hombre que
lucía lleno de vida, uno que realmente daba la impresión de estar en el apogeo de su
vida.
Sin darle importancia a la mirada sepulcral de Firo, tomó asiento frente a él, luego,
deliberadamente se inclinó hacia atrás, la silla crujió cuando apoyó su peso sobre las
dos patas traseras.
¿Qué demonios?
Sin embargo, sabía a ciencia cierta que nunca lo había visto antes, ni una sola vez en
sus veinte tantos años desde que nació. Comprendía eso y aun así…
Espera…
El hombre sonrió, como si pudiera leer la mente de Firo y ver cómo emergía la
comprensión poco a poco.
—Deberías tener más cuidado, Firo Prochainezo —dijo. Levantó su mano derecha,
abriéndola y cerrándola delante de los ojos de Firo—. Por qué, de haber sentido
hambre… Tú habrías sido el almuerzo.
Estas palabras sirvieron como el último catalizador y Firo finalmente recordó con
certeza quien era el hombre frente a él.
- 28 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Para ser exactos, el alquimista que devoró con su mano derecha, Szilard Quates, lo
recordaba.
Firo Prochainezo no era precisamente lo que uno llamaría un ser humano modelo.
En realidad, sería más preciso decir que no era un ser humano en lo absoluto.
Hace cuatro años, él y sus compañeros se vieron envueltos en una pelea entre
alquimistas, de dicha experiencia terminaron como inmortales.
A diferencia de los humanos normales, cualquier herida que Firo recibiera se curaría
instantáneamente.
No podía morir, a menos que otro inmortal colocara la mano derecha sobre su cabeza
y lo devorara.
Esa clase de ser era Firo Prochainezo. Se trataba de la tercera faceta que escondía de
la luz pública.
—Las reglas del demonio tienen unas cuantas lagunas legales, sabes —dijo el
hombre al que llamaron Alán, moviendo la cabeza con tristeza—. Yo no puedo dar un
nombre falso; pero, alguien más sí puede presentarte con uno. Genial, ¿verdad?
Víctor Talbot era un alquimista. Había estado allí junto con Szilard Quates y muchos
otros cuando Maiza invocó al demonio y recibió el elixir de la vida.
- 29 -
Volumen 08 PROLOGO I
Sin embargo, al parecer no había sido muy amistoso con Szilard o alguno de los
alquimistas que Szilard devoró, ya que sus recuerdos disminuían luego de ese punto.
La idea provocó que Firo palideciera, al percatarse de qué tan cerca había estado de
la muerte.
—Eeh —Víctor parecía encontrarlo sorprendente, más que cualquier otra cosa,
cuando Firo pronunció su nombre—. Así que la información era cierto, ¿eh? —Observó
a Firo directo a los ojos, sonriendo ferozmente y exclamó—. Realmente eres el que
devoró a ese maldito vejestorio.
Maldición, sabe quién soy. ¿De qué tipo de información está hablando?
Como si hubiera leído la mente de Firo, Víctor golpeó la mesa con la palma de su
mano y comenzó a mostrar sus cartas.
—Conoces a esa chica, ¿cierto? ¿Creo que su nombre era Ennis? Esa chica que el viejo
hizo.
Firo inhaló sin querer profundamente cuando el nombre pasó por los labios de
Víctor. Todo su cuerpo se tensó como un resorte muy apretado, el único signo exterior
del disturbio que se había apoderado de él en su interior.
—¿Qué hay con ella?... —inquirió de manera neutral. Comprendía que no podía
permitirse seguir el juego de Víctor; sin embargo, por otro lado, no era como si pudiera
ignorarlo luego de un comentario evidente como ese.
—¡Jaja! Relájate, compañero. Solo quería decir que ella siempre estaba a su lado;
sabíamos que literalmente no podía vivir sin él. Sin embargo, un día, el viejo
desapareció y ella apareció viviendo con alguien más. Tú. La primera vez que escuché
de la muerte de Szilard, pensé que a Maiza por fin le habían salido huevos y decidió
vengarse, ya sabes, por el homicidio de su maldito hermano; pero, oh cielos, estaba
seriamente equivocado. De modo que hice lo que tenía que hacer y, sabes qué, tu
nombre surgió.
—Debe haber sido difícil. Asumo que no haces eso seguido —Se burló Firo.
- 30 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
son una maldita amenaza para los Estados Unidos de América y eso es todo lo que me
importa.
Los anteojos sin marco de Víctor le otorgaban un aire intelectual; sin embargo, por
la forma en que se expresaba no se vería del todo fuera de lugar en un callejón. Golpeó
con ambas manos la mesa y se inclinó hacia adelante, fulminando con la mirada a Firo.
—Escucha y escucha bien, bazofia callejera. Si crees que estoy siendo un cabrón
ahora, estarás llorando como un bebé para cuando realmente comience contigo. Déjame
decirte qué clase de sujeto soy en este instante para que no tengamos complicaciones
en el camino.
Víctor golpeó la palma de su mano con el puño y estalló en una perorata acalorada.
—¿Sabes qué opino de rufianes como tú? ¿Sobre qué ustedes los gánsteres se
pavoneen por allí en sus fedora de mierda y en sus jodidas gabardinas como unos
malditos reyes del chingado mundo, como si realmente creyeran que son, no lo sé, la
maldita piedra angular del crimen? Te lo diré justo aquí y ahora, yo odio odio odio odio
odio odio odio odio odio odio odio odio odiagh —Víctor se detuvo, tosió y respiró con
dificultad, luego prosiguió sin perder el ritmo—. Odio odio odio odio odio odio odio a
todos ustedes, ¿lo entiendes? Algunos de ustedes puede que sean más amables que
otros, uno que otro quizá solo robe a los ricos y les da a los pobres como el maldito
Robín Hood, incluso algunos solo sean unos pobres ilusos que recibieron una mala
mano del destino y solo intentan ganarse la vida de la única forma que saben; pero,
¿sabes qué? Me vale madre. Los trataré a todos por igual, porque odio odio odio odio
odio odio odio odio odio odio odio odio odio odio odio odio odioagh-
—Cielos, no vociferes hasta quedarte sin aliento, idiota. ¿Y dos veces? ¿Cuántos años
tienes, doce?
—¡No me llames idiota, idiota! ¿Y eso en que te convierte a ti, ya que un idiota te tiene
a su merced?
—Sabes que soy un inmortal, ¿cierto? ¿Alguna vez pensaste que podría poner mi
mano derecha sobre tu cabeza mientras estabas totalmente al descubierto? —preguntó
Firo. Se había calmado lo suficiente para recuperar su juicio en cuanto Víctor comenzó
su perorata, reexaminando mentalmente la situación. Antes lo atraparon por sorpresa;
no obstante, ahora que comprendía quién era Víctor, sentía que el terreno de juego
estaba más que nivelado. Incluso podría tener la oportunidad de fanfarronear para salir
de ese desastre en el que se había encontrado.
Había casi un metro entre él y Víctor. Si pateaba la mesa y corría a toda velocidad
debajo de ella, calculó que tendría una buena oportunidad de poner su mano derecha
sobre la cabeza de Víctor durante la confusión, esposado o no.
Aunque, Víctor solo bufó burlonamente, sin mostrar sorpresa o revelar alguna
abertura.
—¿Es una maldita broma? Mira, niño. Entiendo que creas que eres un verdadero pez
gordo; pero, ¿en serio intentas pelear frente a frente conmigo como un inmortal?
—¿Qué?
No fue que la respuesta de Víctor provocó que cerrara la boca con lógica sólida. Sino
el hecho de que en algún momento durante el discurso de Víctor, los otros agentes de
la habitación se movieron furtivamente en posición alrededor de él.
Qué tipo de señal Víctor les había dado, Firo no sabía. No obstante, mientras Víctor
mantenía su atención, Donald Brown y Edward Noah se acercaron a los lados de la mesa
y ahora permanecían de pie flanqueándolo; entretanto Bill Sullivan caminó
tranquilamente detrás de Firo y ahora fumaba un cigarrillo a sus espaldas. El propio
Víctor había cambiado su centro de gravedad de tal forma que estuviera sentado en
equilibrio para ponerse de pie en cualquier momento, su mano derecha permanecía
muy cerca de su cintura.
—Tienes un punto…
—No es como si la inmortalidad realmente diera muchas ventajas. Bien podría sacar
el mejor provecho de ello —Se burló Víctor y Firo decidió enseguida que la hora para
charlar había terminado.
- 32 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
juntos para mandar la mesa a volar. Las cuatro patas dejaron el suelo a medida que se
elevaba en el aire.
El hecho de que era de madera indicaba que la mesa no era ligera y la acción de
levantarla, perfectamente contrarrestó la fuerza con la cual Firo se había puesto de pie,
evitando que él mismo despegará. La mesa seguía en el aire cuando se agachó, mirando
por debajo del artefacto volador hacia su objetivo.
La única escena que recibió a sus ojos fue la silla y la pared detrás de ella. Víctor no
se veía por ningún lado.
No pudo hacer más que mirar como loco por todos lados una vez, antes de que la
mesa cayera de pie, luego de dar una vuelta completa en medio del aire y aterrizara de
lleno sobre sus cuatro patas de nueva cuenta.
Un agujero negro apareció delante de sus ojos. Se trataba de la boca del cañón de una
pistola.
Firo lentamente levantó la mirada de la boca del arma y vio a Víctor en cuclillas sobre
la mesa, observándolo fijamente a lo largo del cañón.
—Ajá, eres justo como nuestra información dijo. Eres impaciente, impulsivo y
confiado hasta el punto de cometer el disparate de creer que tu capacidad de combate
te sacará de la mayoría de las situaciones difíciles.
—¡Ja! Eso no fue más que el mínimo de lo que aprendemos para perseguir y arrestar
a los enemigos corruptos del estado como tú. ¡Cualquier detective que haya pasado por
el entrenamiento básico puede hacer eso sin derramar una gota de sudor, tan elegante
y hermoso como un cisne en vuelo! —gritó Víctor, sacando el pecho con orgullo.
—Eeh. Lo siento, señor, pero no creo que nadie en nuestro departamento pueda
hacer eso.
—Nunca tendríamos personas nuevas en el departamento con requisitos mínimos
como esos.
- 33 -
Volumen 08 PROLOGO I
- 34 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Bien… maldita sea. Estoy considerando despedirlos a todos ustedes por fallar en
apoyar a un agente necesitado —murmuró Víctor, enfundando su pistola y saltando al
suelo—. Y por si les interesa saber, pues, tenía planeado saltar todo este tiempo, pero
el aterrizaje sobre la mesa fue suerte.
—Ya veo...
—Está bien. Como sea. Ambos sabemos que el “vandalismo” en Mist Wall o lo que
quieras son puras tonterías, así que vayamos al grano. ¿Qué quieres que haga?
Ciertos eventos que tomaron lugar el año pasado condujeron a Firo a un rascacielos
llamado Mist Wall y, eventualmente, se vio involucrado en una gran conmoción que
resultó en la mayor parte del último piso explotando en pedazos.
Se trataba de una historia larga con muchas partes que se unieron para formar el
todo; las maquinaciones de varias organizaciones, personas e inmortales llegaron a una
crisis en un complicado y confuso torbellino de acciones y violencia. Había sido un
evento grande pero aislado, uno que reveló muchas verdades y ocultado el doble de
ellas.
Cuando Firo mencionó sin pensarlo qué extraño había sido, Maiza simplemente negó
con la cabeza y dijo:
De esa forma, pasó un año sin incidentes y justo cuando Firo menos se lo esperaba,
la policía apareció en la puerta de su casa.
Maldición, debí haber actuado primero en lugar de permitir que vinieran por mí.
—¿Vacaciones?
- 35 -
Volumen 08 PROLOGO I
—Ajá. Habló sobre un complejo turístico en la costa oeste, cerca de la gloriosa ciudad
de San Francisco. Una excursión a una relajante isla, no hay nada allí más que el cielo y
las olas del mar. Tentador, ¿no es cierto? Quién sabe, incluso podrías conocer a una de
las personas que mueven y hacen temblar a tu mundo ahí, además serás capaz de
disfrutar tanta paz y tranquilidad como desees, ya que nadie allí tiene permitido hablar.
Como si confirmara esa corazonada que se había apoderado de él, Víctor sonrió
brillantemente y pronunció las cuatro palabras que sellaron el destino de Firo.
- 36 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 37 -
En un cuarto clandestino de un Bar
Aah, ya veo. Sí, supongo que no te gustaría hablar sobre algo como eso en público.
…Pero, tengo que advertirte, yo no era nadie especial, solo un guardia de prisión más
del montón. No esperes que recuerde a todos los canallas que vigilaba. Generalmente
los llamábamos por números, sabes, no por nombres. Sin embargo… Supongo que si se
trata de alguien que era lo suficientemente malo para irse de viaje a la Roca, quizá me
acuerde de él…
Oh.
Eh. Jaja…
¡Te refieres a ese bastardo! Sí, por supuesto que lo recuerdo. Su número era fácil de
memorizar, además. Entre tú y yo, no creo que pueda olvidarlo incluso si lo intento.
Dijeron que era el sobrino de Placido Russo. Sí, él mismo, el Don de la Familia Russo
allá en Chicago.
Creo que lo apresaron por homicidio, o robo… No lo sé, algo así, pero sinceramente
no nos importa a nosotros. Para nosotros los guardias, los reos solo son una serie de
números. Da igual si fuiste el autor de una masacre o un insignificante ladrón o algún
monarca del mundo criminal allá afuera. Allí dentro, solo eres un número… Bueno, así
es cómo se supone que debe ser de todas formas.
¿Cómo era en realidad? Ni idea. Eso difiere de prisión en prisión y es algo que no me
entusiasma lo suficiente como para meter mi nariz en ello. Ojos que no ven, corazón que
no siente4, ¿cierto?
4
N. de la T. Ojos que no ven, corazón que no siente: en inglés dice “See no evil, hear no evil”, su traducción
directa sería “No ver nada malo, no oír nada malo”. Al menos, personalmente, creo que suena extraño, así
que decidí cambiarlo por lo que a mí parecer es un dicho similar.
- 38 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Aah, estás pensando que soy demasiado brillante y descarado para mi propio bien,
¿verdad?
Antes, cuando todavía era un guardia, traté de ser el sujeto que era silencioso y
eficiente. Del tipo intimidante y sombrío, ¿sabes? Pero, ahora soy muy diferente a cómo
era antes, en particular gracias a la persona de la que estamos hablando, ¿lo entiendes?
¿Sí?
La primera vez que llegó a la prisión le hice un chequeo rudo. Sí. Es para dejar en
claro que son criminales, que ya no son especiales. Para mostrarles que a partir de ese
momento, tienen que suplicar perdón por los crímenes que cometieron contra la
sociedad.
Eh, no, los otros guardias no van tan lejos. Aunque es importante asegurarse que los
prisioneros conozcan su lugar.
Alardeaba por ahí un poco más que los demás. Solo un poco.
Lo entiendes, ¿cierto? Simplemente pensaba que era genial que no importara qué tan
malo habías sido allá afuera, una vez que entrabas por esas puertas, yo era el jefe. Se
perdona que un hombre quiera presumir un poco, ¿verdad? No es como si los
prisioneros pudieran decir algo al respecto.
¿No lo entiendes?
Estaba seguro de que sería alguna clase de pez gordo que había deslizado algo de
dinero a un abogado confiando en que entraría y saldría en un santiamén, o quizá se
había metido en unos cuantos problemas con otra Familia e hizo que lo encarcelaran
apropósito para esconderse de ellos.
- 39 -
Volumen 08 PROLOGO II
Bueno, sí, supongo que puedes ocultarte en prisión por un tiempo. Aunque si
molestabas a una persona con el poder suficiente, supongo que enviaría a un asesino
para cortar tu garganta mientras duermes o algo por el estilo. No es como si tuviéramos
alguna forma de saber ese tipo de cosas, sabes.
Pero, de todas formas. Pregunté a los otros guardias y resultó que ese no era su caso.
Es solo que se sentía sospechoso, ¿sabes? No el sujeto en cuestión, sino todos los
detalles sobre él simplemente no encajaban de alguna forma. Dijeron que había iniciado
algo en un tren… pero, a final de cuentas, lo encubrieron para que nadie se enterara que
alguna vez sucedió.
Nah, yo tampoco lo sé. Te lo estoy diciendo, no tengo ni la menor idea de que lo trajo
a nosotros. Si tuviera que adivinar, incluso afirmaría que alguien con un puesto alto del
gobierno trató de ocultar todo lo que sucedió en ese tren del resto del país, incluyendo
Russo. Sin embargo, nunca se me ocurrió investigar a profundidad, además no se acercó
a nosotros con la oferta de contarnos su historia.
Quiero decir, lucía lleno de espíritu, pero no hablaba mucho. Lo dejábamos hacer
llamadas por teléfono de vez en cuando, e incluso entonces no decía mucho que pudiera
ser un problema.
Pensé que tal vez se infectaría y moriría, pero de alguna forma consiguió mantenerse
saludable.
No daba problemas, solo pasaba los días como un prisionero. En realidad, hasta se
ofreció como voluntario para trabajo en prisión. Sí, un verdadero presidiario modelo.
Sé que no comenzó nada porque lo mantuvimos bien vigilado, solo para asegurarnos
que no usara un tornillo suelto de su brazo falso para forzar un cerrojo o algo.
Sin embargo, realmente no hizo nada que llamara la atención y el tiempo transcurrió.
- 40 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Fue hace solo unos meses que cambió… no, supongo que sería más apropiado decir
que mostró su verdadera personalidad.
Creo que sabes sobre eso, así que, bueno, sí. No hay mucho que decir, ¿verdad?
Una isla sin escape en la costa oeste, especialmente destinada para los peores
reclusos de cada prisión en la nación.
Como sea, el peor de lo peor en la filial en la que trabajaba en aquel entonces era…
sí, este sujeto llamado Gustavo. Gustavo Bagetta. Él era el hombre más peligroso allí, sin
duda alguna.
Has escuchado de la Familia Runorata, ¿cierto? Ellos son una de las organizaciones
más grandes por esta parte.
Bagetta era uno de los altos mandos de ahí… pero debe haber causado algún
problema e hizo que lo arrestaran.
Tiene esta enorme cicatriz cerca de su cuello, lo suficientemente grande para pensar
que debió haber muerto; pero, al igual que Russo, daba la apariencia de que una herida
como esa no le molestaba ni un poco.
Además, también era un buscapleitos. Si los guardias trataban siquiera de darle una
pequeña paliza, él partía en dos sus malditas esposas y tranquilamente declaraba:
Por supuesto, provocó problemas allí dentro cientos de veces y no puedo describirte
qué dolor de cabeza era limpiar luego de él todo el tiempo.
Siendo sincero, no había ni un recluso en el lugar que pudiera derrotarlo en una pelea
y todos estaban tan asustados de él que no se atrevían a contarle al guardia sobre la
mierda que hacía. Supongo que era una especie de rey detrás de esos barrotes…
Bagetta inició una conmoción en el comedor. Dijo que el sujeto sentado enfrente se
había burlado de él o algo así. E inició una pelea sobre eso.
- 41 -
Volumen 08 PROLOGO II
Sé que estaba siendo un cabrón, pero qué demonios. No es como si nos pagaran para
ser amables, ¿cierto? De modo que, sí, como sea, eeh, más o menos actúe de manera
arrogante y les hable a todos ellos, sintiéndome bastante bien por dentro.
Como sea, apostaba que Bagetta conocía los rumores sobre ese lugar. Algunos otros
que habían estado observando también lo hacían, creo, porque cerraron la maldita boca
y se pusieron pálidos como una sábana.
Sí, hasta ese momento sentía que caminaba sobre las nubes.
—¿Alcatraz?...
De modo que le conté. Sobre qué tan tenebroso era Alcatraz. Exageré un poco.
5
N. de la T. Frisco: versión corta para referirse a San Francisco cuando se quiere molestar a las personas que
viven allí.
- 42 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—De cualquier forma, estamos pensando en mandar a los peores reclusos hacia allá.
No es nada por lo que cobardes como tú necesiten de que preocuparse; solo mantén tu
cabeza agachada y permanece como un preso modelo, ¿entendido?
Y entonces…
Él sonrió abiertamente.
Era una real de oreja a oreja. Como si no pudiera reprimir la emoción en su interior…
¿Qué demonios le pasa a este tipo? Pensé. En cuanto posé mis ojos sobre esa sonrisa,
tuve un muy mal presentimiento.
Ya ni siquiera me veía a mí. Dio media vuelta sin decir una palabra, regresó a su
asiento y terminó de comer como si Bagetta nunca hubiera iniciado ese problema.
Te lo digo, en ese preciso momento, sentí algo… una premonición realmente mala en
mi corazón. En serio, era como… Ni siquiera puedo describirla. Simplemente era un mal
presentimiento dentro de mí. Como esa sensación que tienes cuando estas de pie sobre
un puente realmente alto y de repente piensas «Mierda, ¿qué me pasaría si este puente
de pronto desapareciera?». La forma en cómo todo tu cuerpo se encoge sobre sí mismo.
Pero, no estaba sobre un puente, ni de pie sobre un techo. Solo en el interior de una
cárcel. Él era un recluso. Yo era un guardia. No debería haberme asustado de esa forma,
no obstante…
Escuché que hubo otra pelea grande en el comedor, así que tomé mi macana y corrí
hacia allá.
…Comiendo su cena.
Russo estaba sentado allí tranquilo, comiendo su cena. Era la hora de la comida.
- 43 -
Volumen 08 PROLOGO II
Russo estaba comiendo, solo, rodeado por docenas de reclusos, ¡todos ellos en el suelo
y gimiendo de dolor!
Los hombres que habían estado montando guardia estaban totalmente paralizados
en su lugar, solo veían a Russo como si se tratase de algo fuera de este mundo.
Ya había guardias que llegaron luego de escuchar sobre la pelea como yo, de pie en
las ventanas de fuego con los rifles preparados… sin embargo, solo se miraban entre sí.
No los culpo. Quiero decir, ¿a quién le iban a disparar?
Generalmente, cuando hay una gran pelea en la prisión, los tipos que ganaban se iban
a sus celdas para tratar de crear una coartada o algo por el estilo. Digamos que eso fue
lo que sucedió y Russo simplemente arribó luego de que la pelea terminara y decidió
empezar a comer, porque es de procesamiento lento, porque no entendió lo que había
pasado… Ajá, ¿no sería genial si ese fuera el caso?
Pensé, por un momento, que Russo, el tipo que estaba sentado y comiendo su cena
tan tranquilo como gustes, había derrotado por completo a todos los sujetos de
apariencia ruda esparcidos a su alrededor.
Me dije a mí mismo que era imposible que eso hubiera pasado, una y otra vez, pero
la escena delante de mí no cambiaba. No, no solo la escena frente a mis ojos. Esa sonrisa
que había mostrado antes en el día hizo que esa conclusión imposible saliera a flote en
mi mente. No podía más que imaginar esa sonrisa sobre su rostro mientras apaleaba a
todos los demás por cuenta propia.
- 44 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Entonces… algo sucedió que solo sirvió como apoyo de esa descabellada teoría.
De súbito, una gran sombra salió volando de entre los prisioneros caídos.
Ni siquiera tuve que mirarlo. No había otro recluso tan grande como él en el lugar,
salvo por Gustavo Bagetta.
Era enorme; pero aun así rápido y fuerte como un buey también.
Viéndolo correr hacia Russo, no podía haber imaginado una vista más aterradora. Un
oso embistiendo habría sido más adorable que Bagetta ahora mismo.
¡Puedes creerlo!
¡Una mesa, te lo juro! ¡Una maldita mesa!
Si llamas a un tipo que puede mover una silla con una mano fuerte. ¿Cómo demonios
llamas a uno que puede hacer lo mismo con una mesa? ¡El cabrón simplemente sujetó
una mesa larga hecha para cuatro personas y la agitó por allí como si fuera un palo!
—¡Teharépicadilloooooo!
Difícilmente pude distinguir lo que estaba gritando; pero levantó la mesa y luego la
balanceó directamente hacia Russo, justo cuando terminó lo último de su sopa.
Después, la cabeza de Russo reventaría como un huevo y eso sería su fin. Todo lo que
restaba era que los guardias en las ventanas dieran un disparo de advertencia y una vez
que Bagetta se pusiera boca abajo lo golpearíamos con nuestras macanas. Si se resistía
le daríamos unos cuantos orificios más por donde respirar y eso sería todo.
…Eso es lo que debería haber estado pensando; sin embargo, por más que lo
intentara ni siquiera podía comenzar a imaginármelo.
Escuché este ruido como de astillas y la mesa en la mano de Bagetta se partió por la
mitad, como si fuera un lápiz. Dos cortes limpios en un abrir y cerrar de ojos cayeron al
suelo.
- 45 -
Volumen 08 PROLOGO II
Bagetta se detuvo en seco, sorprendido de ver que Russo apareció de la nada justo
enfrente de él.
Era una oportunidad de oro para que Russo lo derribara; no obstante, la dejó pasar.
Bagetta debe haberlo tomado como un insulto personal. Levantó su otra mano;
todavía puedo recordar las venas saltando claramente sobre su mano; y, en ese
momento, el puño de Russo se abrió camino hasta su plexo solar.
Bagetta pesaba mínimo el doble que él, pero Russo le dio un golpe directo en el
estómago y, así nada más, lo mandó a volar.
Salió disparado unos cuantos metros por el aire hasta que cayó con fuerza, luego
escupió un montón de sangre y se quedó quieto donde estaba.
Te lo juro, no se movió.
Ese tipo era como un oso y Russo lo derribó con un solo golpe. De un simple
puñetazo.
Al principio, tenía la certeza de que Russo había usado su brazo de metal. En ese caso,
se lo podríamos confiscar y el mundo volvería a tener sentido.
Le pegó a Bagetta con su mano derecha. La normal, no con la prótesis… Ahora que lo
pienso, no hay forma de que pueda golpear a una persona con un brazo falso. Se habría
dislocado el hombro.
- 46 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Caminó lentamente hacia mí, mientras permanecía ahí parado con la boca abierta, y
exclamó:
No podía entender una palabra de lo que estaba diciendo; no, gritando, en una voz
que retumbaba en el comedor.
Vete lejos, me decía. Huye, corre, corre corre corre corre corre corre corre corre.
—He visto un montón de vigilantes por aquí y tengo que admitirlo. De entre todos
los guardias en esta prisión, tú eres el más alejado de la muerte. ¿No te parece?
Cada vez que esa voz vibraba en mis tímpanos, la alarma de advertencia dentro de
mí sonaba junto con ella.
Me seguía diciendo que corriera, ¡corre corre corre corre corre! ¡Sal de una vez o
morirás!
…Sin embargo, sabes, incluso al día de hoy, luego de todo este tiempo… Sigo creyendo
que sería mejor si alguien le hubiera disparado a muerte en el acto.
- 47 -
Volumen 08 PROLOGO II
gobiernas este lugar, ¿no es así? Crees que tienes las vidas de los prisioneros en tus
manos, nunca imaginando que lo mismo se puede aplicar a la inversa. Crees que estás a
salvo. Crees que no morirás. Los otros guardias parecen que constantemente tienen los
nervios de punta. Como si comprendieran que podrían morir en cualquier momento si
los prisioneros iniciaran un motín o algo por el estilo. Pero, tú. Te paseas por el lugar
como si fuera tuyo. ¡Mereces un cumplido!
Voy a morir. Me matará. Mi cabeza se inundó con estos pensamientos; sin embargo,
¡no pude hacer nada, ni una sola cosa! ¡Estaba tan asustado! ¡No podía… no pude
moverme! ¡Mis piernas no respondían!
Mientras permanecía allí de pie, incapaz de mover un músculo, él sonrió otra vez.
—Enseñar a personas como tú… que la muerte está mucho más cerca de lo que
creen…
Si solo lo escuchas, parecería una estúpida amenaza de algún pandillero, nada de qué
preocuparse. Normalmente, lo habría ignorado sin pensarlo dos veces. Sin embargo,
viniendo de su boca era… pues. Se sentía real. Sí, eso es, se sentía real.
Daba la sensación de que no lo decía por asustarme. Sino que comentaba lo que
realmente consideraba era cierto. Como lo haría un niño.
Casi como si huyera de él. Generalmente no es tan fácil dejar de ser un guardia de
prisión; pero, les dije que estaría enfermo por un tiempo y discutí mi salida.
- 48 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Quería escapar de ese infierno antes de que Russo saliera sin importar lo que me
costara, sabes.
¿Has escuchado de Al Capone? Sí. Russo entró en Alcatraz casi al mismo tiempo que
él, supongo que se podría decir que es un veterano allí… aunque solo han pasado un par
de meses, aun así.
Desconozco cuánto tiempo le queda ahí. Si no le añaden ningún cargo por homicidio
a su sentencia, ¡podría salir a las calles en solo uno o dos años!
S-siento, se, se siente como si, él, ese tipo, Russo, él v-v-v-viniera, tras de mí…
¡Mira y respóndeme!
Quiero decir, ¿quién sabe? ¡Bien podría morir mañana! ¿Acaso no da miedo? No,
espera, tal vez muera justo ahora. ¡Parezco que tengo miedo de morir en este instante,
¿cierto?!
¡Si no pienso de esa forma, entonces él, él vendrá, vendrá por mí, aparecerá en mis
jodidos sueños con esa maldita sonrisa y aplastará mi ojo derecho! ¡Mi ojo izquierdo
también, maldición! ¡Mis piernas! ¡Brazos! ¡Torso! ¡Mi cabeza! ¡Incluso cuando ya no
quede nada, no estará satisfecho y hará trizas algo! ¡Algo que ya ni siquiera tenga forma,
aunque mi cuerpo ya no exista, lo aplastará y aplastará y aplastará y qué demonios está
golpeando en todo caso! Por favor, perdóname, me siento aterrado, estoy asustado, te
digo que voy a morir, tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo y no importa que tanto
grite y grite y gritegritegritesusojossuvoznosevandemimente-
¡Aaaaah! ¡Aaaaaaaaaaah!
- 49 -
Volumen 08 PROLOGO II
¿Qué? Vamos. Lee mis labios. Necesito alcohol. Aguardiente. Licor. Alcohol, alcohol,
alcohol alcohol alcohol… alcohol… ¿qué? ¿Beber demasiado es malo para la salud?
Maldito idiota, es imposible que la bebida me pueda mata-
…No, tienes razón, podría matarme. No, lo que quiero decir, es que indudablemente
me matará.
Sí. La muerte es aterradora. Tengo miedo de morir, estoy tan jodidamente asustado…
Aterrado hasta la mierda. ¿Tú no lo estás? Lo estás, ¿cierto? ¿Cierto?
- 50 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 51 -
Chicago
En un subterráneo, en la Matriz del Corporativo Nébula
No, llamarlo una simple habitación sería un perjuicio. Se trataba de una instalación.
Si el cuarto hubiera estado solo, fácilmente se habría confundido por una instalación
abandonada; sin embargo, ese no era el caso. Varios hombres y mujeres en batas
blancas corrían atareadamente de aquí para allá, tomando notas con prisas en cualquier
hoja de papel que estuviera a la mano, respondiendo llamadas telefónicas y dando por
completo la impresión de estar terminando grandes cantidades de trabajo al tiempo
que en realidad no hacían nada.
—Umm… Oh, no. ¿Qué hago? ¿Qué hago? —una de los científicos dijo para sí misma,
levantando una mano para ajustar sus lentes a medida que caminaba arrastrando los
pies. Estaba tan preocupada con lo que sea que había atrapado su atención que no se
percató del libro cerca de sus pies y torpemente lo pisó, con un gran golpe ella se
tropezó y cayó al suelo de manera poco elegante sobre una pila.
—Iip.
Un hombre joven con un traje de negocios se encontraba allí sentado, sus manos
elegantemente dobladas sobre el escritorio.
Dirigía su vista hacia las cortinas que se habían descorrido; siendo precisos a la
sombra de ahí. La silueta de un hombre yacía allí, rígido y en silencio, como si tratara
- 52 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¿En serio necesitas ocultar tu rostro aquí? —preguntó suspirando—. Entiendo que
tienes una reputación que mantener; pero, honestamente, es algo incómodo hablar con
una sombra.
El hombre suspiró otra vez, se encogió de hombros como si dijera «Bien, lo haremos
a tu modo», y pasó al tema en cuestión.
—Bueno, como sea. El trabajo que tenemos para ti en esta ocasión es muy importante
y también es casi imposible. Bueno, normalmente esa es la norma, no es así. Desde
luego, por eso te llamamos.
La silueta mantuvo su silencio, ignorando el intento del hombre por iniciar una
conversación; pero se sobrepuso rápidamente y prosiguió para su audiencia muda.
Silencio.
—Huey Laforet…
Por primera vez, la silueta silenciosa mostró una emoción. Frunció el ceño y una
sombra pasó por su rostro.
Ahora fue el turno del hombre de ignorar a la sombra y prosiguió hablando con
tranquilidad, sin considerar su confusión.
—No bromeó, te lo aseguro… Has trabajado con nosotros desde hace algún tiempo,
así que confío en que comprendes a lo que me refiero cuando digo que Laforet es
incapaz de morir. Has visto algunos de nuestros experimentos, ¿cierto?
Ahora, la silenciosa figura sin rostro parecía un poco curiosa, como si quisiera que el
hombre continuara.
—Claro que lo has hecho. Sin embargo, debo advertirte. Laforet es algo diferente de
nuestros especímenes. Ha vivido por más de dos siglos… En otras palabras, es un
verdadero inmortal. Sus intenciones son insondables, además posee incontables
subordinados, muchos de los cuales él mismo crio desde niños. Aun ahora les ordena
desde la seguridad de su celda.
- 53 -
Volumen 08 PROLOGO III
—Bueno. Umm. Tenemos nuestros motivos para pedirte que vaya tras un objetivo
inmortal. Oh, no. No me malinterpretes. Desde luego que no te estamos solicitando que
lo asesines. Cielos, no —El hombre hizo una pausa—. Al menos, no por ahora. Qué-
La dueña de la voz era una mujer con una bata blanca de laboratorio, la misma que
se había tropezado con un libro antes. Cuando se golpeó en su dedo pequeño contra el
borde de la pared del cubículo, gritó y retrocedió, lanzando los brazos al aire y enviando
el té negro y la vajilla volando por todas partes.
—¡¿Agh?!
—¡Aah! ¡Lo siento mucho! ¿Te encuentras bien? —clamó la mujer, las lágrimas
brotaban de sus ojos mientras se disculpaba desesperadamente.
La mujer portaba un par de lentes de marco negro, su lindo rostro se distorsionó con
una mezcla de cansancio y culpa. Su flequillo estaba esparcido al azar sobre su frente,
mientras que el resto de su largo cabello había sido recogido de la cara. En contraste a
su apariencia más que desaliñada, el cuerpo que se ocultaba detrás de su bata de
laboratorio era tan voluptuoso que en otra ocasión, en otro sitio, ella no habría lucido
del todo fuera de lugar en las páginas de la revista Playboy.
Incluso su holgada bata de laboratorio demostró ser incapaz de esconder sus curvas
cuando se agachó a recoger la vajilla caída, además la forma en que su escote saltaba
seductoramente a la vista habría sido más que suficiente para atrapar la atención de
cualquier hombre fogoso. No obstante, el hombre joven con traje de negocios
meramente la fulminó con la mirada y se movió en su asiento, tosiendo ostentosamente
como si pretendiera que el accidente nunca sucedió.
—¿Umm? ¿Explicar a quién sobre qué? —preguntó la mujer, alzando la vista con
curiosidad.
- 54 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 55 -
Volumen 08 PROLOGO III
La mujer junto las palmas de las manos, olvidando las tazas esparcidas cuando la
queja exasperada de su subordinado le dio un empujón a su memoria.
—¡Oh! ¡Oh, vaya! Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, ¿no es
así? Deberías haberme avisado que venías. Hubiera preparado mejores bocadillos para
ti.
Sonaba más como una esposa indiferente que una científica y, al parecer, su última
divagación distraída fue la gota que derramó el vaso para su devastado subordinado.
Olvidando cualquier acto de compostura, una vena comenzó a pulsar dónde la bandeja
de té voladora había golpeado su frente a medida que levantaba las manos exasperado.
—¡Me dijiste que lo llamara esta misma mañana, Directora! ¡Esta! ¡Mañana!
—Aah. ¡Lo siento! No creí que vendría tan rápido… —admitió, luciendo muy a la
defensiva. El hombre solo dejó escapar un suspiro que parecía más un sollozo y meció
la cabeza entre las manos, entretanto la sombra mantuvo su silencio de costumbre.
Confirmando de forma indecisa que ya no hubiera más gritos hacia ella, Renée miró
a su asistente.
—Solo que deseamos que vaya hacia Alcatraz por Huey Laforet —masculló
roncamente el hombre. Renée pareció no percatarse de su tono hosco, en cambio junto
las palmas de las manos otra vez mientras se giraba hacia la sombra.
—¡Oh, por supuesto! Umm… Lo que quiero pedirte que hagas es que vayas a ver al
señor Laforet —declaró con alegría, con el mismo buen humor que cuando ofreció los
bocadillos imaginarios.
—Y luego, ¡te estaría muy agradecida si sacas uno de sus globos oculares y me lo
traes!
—¡Adiós, señor Walken! ¡Buena suerte! —dijo Renée alegremente, despidiéndose de
la figura mientras se alejaba caminando.
- 56 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¡Iip! ¡L-lo siento! ¡No era mi intención! —chilló Renée, cubriendo su boca con
ambas manos.
—Le he dicho una y otra vez, señora Branvillier. Le di ese nombre a otra persona
hace mucho tiempo —exclamó sobre su hombro, su paso rítmico no disminuyó en lo
mínimo a medida que se marchaba.
—¡Oh! ¡Cierto! ¡Qué tontita soy! ¡Lo siento, señor Asesino a sueldo!
Hoy no fue la excepción y la sombra dejó que el ruido de los científicos discutiendo
desapareciera conforme caminaba, juzgando silenciosamente a su cliente.
La silueta que una vez había sido Félix Walken opinó que ella no tenía idea de que
los actos que realizaba eran malvados; pero, desde un punto de vista objetivo no podían
ser otra cosa.
Cierto, no muchas personas hacían cosas malas siendo totalmente conscientes de ello
y aceptando sus atroces acciones; sin embargo, incluso tomando en consideración eso,
ella era especial. Única.
Que no tenía malas intenciones; pero, al mismo tiempo lanzaba a las personas a las
profundidades del infierno sin pensarlo dos veces.
La sombra anteriormente, en una ocasión, se topó con ella mientras llevaba a cabo
un experimento en un ser humano.
- 57 -
Volumen 08 PROLOGO III
Renée sonrió, hundiendo hábilmente una aguja llena de algún líquido desconocido
en las venas de la chica semi-consciente.
El hombre que una vez fue conocido como Félix Walken se alejó del sonido de su voz.
Él, de igual forma, no vacilaba, y él, asimismo, no hacía preguntas.
Como si a él, semejante locura era nada más y nada menos que el modo natural del
mundo.
- 58 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 59 -
En Alveare, Nueva York
—¡Y entonces dije! ¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo?
—Pero, ¿saben lo que nos contestó el guardia de seguridad en ese momento? Nos
dijo que su nombre era Juan, no Romeo. Desde luego, nos disculpamos por el caso de
identidad errónea, dimos media vuelta y nos fuimos.
—¡¿Quieres decir que el guardia tenía la cabeza tan hueca como ustedes dos?!
Los comensales del restaurante hicieron saber su descontento con quejas e insultos;
pero el buen humor de la pareja no flaqueó en lo más mínimo.
—¡Ja! ¡Por supuesto que nos persiguió mientras corríamos, pero nosotros fuimos
mucho más rápidos!
—Ajá, está bien... Como sea. Solo finjan que jamás dije nada. Ustedes dos sí que son
algo más —exclamó uno de los comensales, riendo y moviendo la cabeza mientras
levantaba la mano, señalando a una de las meseras para que trajera otra ronda de
bebidas. Las bromas de la extraña pareja no tenían sentido para las personas normales;
no obstante, todos los clientes regulares del restaurante sabían que no había nada más
entretenido de escuchar cuando uno se encontraba ligeramente ebrio.
- 60 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
La oposición pública hacia la Ley Seca se intensificó durante el año de 1929, luego
del colapso de Wall Street y la Gran Depresión que le siguió. Por todo el país se alzaron
voces en quejas, acusando al gobierno de obstruir empleos para las personas, enseguida
nació un movimiento para instar la reanimación de la manufactura y el comercio del
licor.
Había, claro está, incontables tabernas clandestinas que solo habían logrado
sobrevivir gracias al hecho de que tiendas normales no tenían permitido almacenar
alcohol. Una vez que esa restricción arbitraria fue revocada, aquellos establecimientos
desafortunados fueron forzados a cerrar sus puertas.
Otra de las atracciones de Alveare era la peculiar pareja, los cuales ya ni se les podía
considerar clientes regulares; eran mal que bien ocupantes ilegales que vivían en el
restaurante.
6
N. de la T. Seina: otra de las víctimas de Yen Press, anteriormente era Sena pero en la traducción oficial
pasó a ser Seina…
- 61 -
Volumen 08 PROLOGO IV
—Jaja. Disfraces, ¿eh? Aguarden un momento, los dos. Recuerdo un artículo en los
periódicos hace algunos años sobre un par de ladrones vestidos como momias egipcias.
No habrán sido ustedes dos, ¿verdad? Si mi memoria no me falla, ese artículo decía algo
sobre un hombre y una mujer, completamente envueltos con vendas, y creo que la
mujer tenía un vestido por encima de eso. Forzaron la entrada de un banco y escaparon
con todas las cajas de pañuelos que podían cargar.
Isaac y Miria jadearon de manera dramática y se voltearon a ver entre ellos, abriendo
lo ojos de par en par.
- 62 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¡Increíble! ¡Pensé que no eran más que fotógrafos pasando por allí mientras daban
un paseo; pero, tal parece que en realidad eran reporteros del periódico! Esto es
terrible, Miria. ¡Nos enfrentamos a maestros del disfraz aún más hábiles que nosotros!
—Y, ¿qué hay del incidente de hace un par años, cuando una pareja de ladrones
irrumpieron la mansión Genoard allá en Nueva Jersey y robaron cada centavo de la caja
fuerte de la familia?…
—Umm… En ese caso, dejando de lado la cuestión de si robaron o no algo, ¿qué traían
puesto en aquella ocasión? —inquirió el hombre, todavía sonriendo.
—¿Y cuándo lanzaron dinero por todas las calles de Nueva York?
- 63 -
Volumen 08 PROLOGO IV
—Jajaja, no diga eso, señor. ¡Nos avergüenza! Adelante, también cuéntenos una
historia o dos, ¿le parece?
—Así es, así es. Saben qué. Ambos vengan a mi tienda y les contaré todas las historias
que deseen —afirmó, tan amistosamente que a uno se le disculparía por pensar que él
y la extraña pareja eran amigos, en lugar de completos extraños.
—¡Oh, oh! ¡Así que eres dueño de una tienda, amigo mío!
—¡Asombroso!
—Cielos, ahora ustedes son los que me avergüenzan. No es gran cosa, pero la
considero mi hogar. ¿Les gustaría acompañarme y echar un vistazo?
La conversión sutilmente dio un extraño giro; pero, ni Isaac ni Miria parecían haberlo
notado.
Todo esto pasó inadvertido; sin embargo, Isaac comenzó a palpar algo dentro de su
abrigo y frunció el ceño.
—Ah, creo que debo haber olvidado mi cartera en la bodega cuando ayudamos a
limpiarlo hoy.
—No, me imaginó que sigue allí. ¿Serías tan amable de ir a buscarla por mí, Miria?
- 64 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Podrías haber ido a recogerla tú mismo. Eres más perezoso de lo que aparentas,
amigo.
—Desde luego que no, bobo. ¿Por qué querría llevarla a la estación de policía?
—¡Qué!
Un silencio cayó sobre todo el restaurante en el instante en que las palabras dejaron
los labios de Isaac, como si el propio Alveare hubiera jadeado y quedado callado. Cada
mirada en el restaurante se dividió entre Isaac y el hombre sentado junto a él. Éste
último se paralizó, puesto que jamás habría imaginado que Isaac vería a través de su
fachada. La camorra se congeló, porque, aun cuando habían descubierto las intenciones
del agente encubierto desde hace tiempo, no creían ni en sus más locos sueños que Isaac
podría haber hecho lo mismo.
—Lo entiendo. Ciertamente. Parece que no fue solo suerte lo que los mantuvo lejos
de la ley. Así que, dime, ¿qué cosa fue a buscar tu amiguita? ¿Algunas de estas bombas
de pimienta que mencionaste? ¿O tal vez un arma? —preguntó el hombre con
desconfianza, deshaciéndose de toda la cordialidad fingida.
- 65 -
Volumen 08 PROLOGO IV
—Ella salió corriendo por la puerta trasera sin tan siquiera mirar atrás.
—¡Mierda!
La exclamación provino de un hombre joven, que había entrado solo, luego del oficial
con bigote. Había estado sentado en una mesa por cuenta propia, a una distancia
considerable de Isaac; pero, aparentemente también era un miembro de la policía. Se
levantó de golpe y giró como si fuera a ir tras Miria; sin embargo, su compañero de
trabajo con más experiencia sacudió la cabeza de manera tajante e hizo un movimiento
negativo con la mano. El joven policía volvió a sentarse con una mirada irritada sobre
su rostro.
—Umph. Puede que tu amiguita se haya escapado —dijo de súbito—, pero haremos
que nos cuentes dónde se esconde pronto.
Unos cuantos minutos después de que la policía saliera con Isaac, Miria entró por la
parte de atrás, luciendo más desconcertada que nada.
—Isaac, no pude encontrar tu cartera por ningún lado. Crees que alguien la haya
robado… ¿Eh? ¿Isaac?
Los gánsteres fingieron demencia, mientras que los comensales normales y las
meseras desviaron la mirada culpablemente. Ninguno de ellos se atrevía a verla de
frente.
—Oigan. Hey, todos. ¿Qué pasa? ¿Dónde está Isaac? ¿Fue al baño?
Miria parecía haberse percatado de que algo andaba mal y veía de forma vacilante
de un lado a otro por la habitación. La sonrisa poco a poco se desvaneció de su rostro,
siendo reemplazada por una creciente expresión de preocupación.
- 66 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Había sido atrapado por policías vestidos de civiles, los cuales siguieron los rumores
de una extraña pareja que relataba historias de ser ladrones maestros. Aunque,
extrañamente, las noticias sobre su arresto no aparecieron en los periódicos los días
posteriores, ni cualquier noticia sobre un juicio llegó a los oídos de la Familia Martillo.
El tiempo transcurrió, como de costumbre.
Su arresto sucedió un mes antes de que Firo Prochainezo, asimismo, fuera capturado
bajo cargos de vandalismo.
- 67 -
Volumen 08 PROLOGO IV
- 68 -
Se trataba de una isla que en algún momento fue una fortaleza.
Había una diminuta isla cerca de la costa de la Bahía de San Francisco, conformado
en su mayoría por ominosos peñascos y escarpados acantilados, en cuya cima se
encontraba un pequeño grupo de edificios poco elegantes de concreto.
En el año de 1933, Alcatraz fue desactivada como prisión militar para ser renacida
como la prisión federal más formidable en los Estados Unidos de América.
La llamaban “inescapable”.
Se trataba de una palabra contundente e inquebrantable, igual que la isla prisión con
la que usualmente se le asociaba, y que provocaba en los reclusos temblar de miedo. No
obstante, para los ciudadanos de los Estados Unidos de América, el concepto de una
cárcel inescapable representaba algo más, algo que nunca había existido antes. Para
ellos, Alcatraz era un lugar que coexistía como parte del mundo y aun así, al mismo
tiempo, se encontraba totalmente aislado de él.
Durante los años, incluso décadas siguientes, las personas harían películas y
escribirían novelas sobre la diminuta isla cerca de la costa de San Francisco. La palabra
“inescapable” representó el único y solo hecho concreto que los civiles conocían sobre
la isla de Alcatraz, capturando la imaginación de millones.
7
N. de la T. Alcatraz: en la traducción al inglés dice “Unlike its namesake, the pelican”, que se traduciría
como “A diferencia de su tocayo, el pelícano”, decidí localizarlo por “A diferencia de su versión animal”, ya
que Juan de Ayala, quien descubrió la isla, la nombró como “La Isla de los Alcatraces” por la gran cantidad de
aves marinas de esa especie que encontró en el lugar. Ojo, no hay que confundirlo con la flor Alcatraz.
- 69 -
Capítulo I: Frente VAYAMOS A PRISIÓN
Luego, en agosto de 1934, el hombre que había invadido a toda la nación con miedo,
pavor e incluso un extraño sentimiento de admiración, fue transferido a la isla. Al
Capone sumó su leyenda a la de Alcatraz y lo recibió con los brazos abiertos.
Unos meses después, otro bote muy parecido al que Capone había abordado,
comenzó su viaje hacia la isla, en esta ocasión portando una gran cantidad de
desesperanza y una justa dosis de ambición.
Diciembre de 1934
En un buque de escolta en la Bahía de San Francisco
—Estoy en el hoyo…
—No se permite hablar —dijo de manera cortante el guardia que supervisaba a Firo,
sin tan siquiera dignarse a mirar en su dirección.
El lugar al que se dirigía Firo era, por supuesto, infame por ser inescapable e
impenetrable; pero, el misterio que la rodeaba también había dado luz a una gran
variedad de rumores. Firo había escuchado que todos los reclusos que pasaban por las
puertas de Alcatraz inevitablemente se volvían locos, que la milicia realizaba en secreto
experimentos inhumanos sobre los prisioneros y un sinfín de otras historias
estrafalarias sobre el sitio que llegó a ser conocido como la Isla del Diablo.
Desde el puerto de San Francisco, todo lo que Firo podía ver de Alcatraz eran los
acantilados y el edificio de la prisión sobresaliendo en la cima junto con otras
construcciones, que supuso eran sus instalaciones, rodeándolo. Los colores naturales
de la piedra y los hechos por el hombre del ladrillo se fusionaban perfectamente,
aunado al azul claro del cielo y un azul más oscuro del océano, casi lucía como un paisaje
creado por un pintor.
Exactamente por eso, la idea de lo que podría estar pasando detrás de esas paredes
de apariencia inofensiva se rehusaba a dejar la mente de Firo. Era como si en el interior
de ese lugar, casi irreal y fantástico en su serenidad, cualquier cosa podría suceder.
- 70 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Después de todo, él mismo era un inmortal, un ser que estaría como en casa en las
páginas de un libro de cuentos. Tomando en cuenta que entidades fantásticas como el
propio Firo caminaban sobre la tierra, no estaría del todo sorprendido si juraban que
un dragón tenía su guarida en la temible isla.
Incapaz de pronunciarlo en voz alta, Firo pensó sus inquietudes para sí mismo a
medida que el bote se mecía ferozmente de un lado a otro. Ni siquiera iba tan rápido,
pero daba la sensación de que oscilaba de atrás para adelante, de izquierda a derecha,
sin ton ni son. Al parecer los rumores que había oído sobre las aguas de la Bahía de San
Francisco siendo inusualmente violentas y agitadas eran ciertas.
Firo frunció el ceño, recordando los eventos y las personas que lo llevaron a dónde
está ahora.
Hace una semana
—¡Jajaja! ¿Qué dices? Demasiado bueno para ser cierto, ¿no te parece? Tuve que
mover un montón de contactos para que esto sucediera, sabes. Generalmente, no
puedes ser enviado hacia Alcatraz desde las calles. Fue creada para los revoltosos de
otras prisiones, después de todo. Pero no temas, gracias a que mis elegantes
conspiraciones han desenrollado una alfombra roja que te llevará directamente de aquí
hasta a una diminuta isla cerca de la costa de San Francisco. Ahora bien, lo normal es
que nunca permitiría que un criminal de poca monta de una minúscula pandilla como
tú siquiera lo pensara; pero, considerando la importante ocasión, supongo que haré una
excepción. Amablemente te concedo el honor de agradecerme.
—Alto, alto, alto. Espera un momento. Cierra el pico y déjame decir una cosa —
exclamó Firo moviendo sus manos esposadas—, voy a decir esto poco a poco y por
partes para que tenga una mayor probabilidad de llegar hasta tu dura cabeza. Uno: por
qué yo. Dos: tengo que ir. Tres: ¿al maldito Alcatraz?
- 71 -
Capítulo I: Frente VAYAMOS A PRISIÓN
Víctor bufó y se encogió de hombros, como si pensara que era más que obvio.
—Creí que estarías un poco más emocionado sobre esto. ¿No quieres tener el
derecho de alardear?
—¿Qué?
—En otras palabras, una sentencia en Alcatraz no es algo así como una medalla de
honor entre los criminales como tú, ¿o me equivocó? Para personas como yo, una
estadía en Alcatraz no sería más que un símbolo de vergüenza; pero, imagino que las
cosas son diferentes en tu mundo, si entiendes a lo que me refiero.
—Tal vez… pero en este caso no. Ser enviado a una cárcel sin un juicio, solo porque
algunos federales pensaron que debía ir, no es nada más que un punto negro en mi
historial y en el de la Familia —contestó bruscamente Firo, sintiendo que el tenue
control sobre su temperamento comenzaba a soltarse otra vez.
—Bueno, ¿y si te digo que serías popular allá dentro? Considerando que eres lo
suficiente bonito, apostaría a que serías una pequeña celebridad ahí en cuestión de días.
Por otro lado, asumo que los guardias del lugar tienen una vigilancia muy estrecha como
para que nada como eso realmente suceda, así que no tienes de que preocuparte.
—Eres más que bienvenido en intentarlo, pero algo me dice que vas a tener
problemas asesinando a un inmortal.
Firo se conformó con fulminar a Víctor con la mirada, mientras que el detective lanzó
su cabeza hacia atrás y rió, una ola de irritación lo inundó. El viejo él ya habría seguido
sus impulsos temerarios de abalanzarse sobre Víctor y colocar su mano sobre la cabeza
del otro inmortal hasta que suplicara por su vida.
Era cierto. Ahora era mucho más blando de lo que solía ser.
Salvo por sus amigos de la infancia: los hermanos Gandor y Claire Stanfield; y
honestamente, los consideraba más su familia que sus amigos; había vivido con el
corazón cerrado hacia el resto del mundo.
Entonces, un día buscó una pelea con un viejo inmigrante japonés llamado Yaguruma
y se encontró a sí mismo dando una voltereta por el aire. Una cosa llevó a la otra y fue
presentado a una organización conocida como la Familia Martillo.
La Familia, una organización criminal denominada una camorra, le proporcionó a
Firo un hogar, un lugar donde poder relajarse y bajar la guardia. Pensándolo bien, quizá
- 72 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
su tiempo en la Familia fue cuando su dura corteza comenzó a suavizarse y los colmillos
que siempre dejaba al descubierto al mundo poco a poco los fue enfundando.
—Muy bien, basta de estupideces. Quieres un motivo y te daré uno. Piensa en esto
como un convenio declaratorio8.
—¿Un qué?
—¿Qué hay con ella?... —inquirió Firo, sintiendo como se aceleraba su pulso ante la
mención de la mujer que había estado pensando solo momentos atrás.
Firo no contestó, pero tenía la sensación de que lo hacía. Se trataba de algo que le
había preguntado a la propia Ennis y las memorias robadas en su interior respaldaban
la respuesta que recibió en ese momento.
Hace mucho tiempo, cuando todavía no era nada más que un títere sin emociones,
Ennis había devorado a un inmortal que fue a quitarle la vida a Szilard.
Esa acción irreflexiva fue el punto de inflexión en su vida. Conocimiento que jamás
se hubiera imaginado que existía surgió a través de ella, dando luz a las emociones en
su interior; culpa y arrepentimiento fueron las primeras de entre ellas; de esa forma
siguió adelante hasta formar la columna vertebral de su personalidad actual.
El propio Firo ya se había olvidado sobre el incidente; sin embargo, tal vez la misma
Ennis continuaba luchando con la culpa provocada por los pecados de su pasado. Le
disparó a Víctor una mirada asesina, preguntándose cuál era el objetivo del otro
inmortal, porqué tenía tanto empeño por revivir viejas cicatrices.
Pero, en lugar de mostrarle una sonrisa aduladora, Víctor se inclinó hacia atrás un
poco y cerró los ojos.
—Era mi amigo.
8
N. de la T. Convenio declaratorio: para los que no sepan de leyes como yo, básicamente es un arreglo entre
la fiscalía (Víctor) y la defensa (Firo) para disminuir el cargo del que se acusa.
- 73 -
Capítulo I: Frente VAYAMOS A PRISIÓN
Firo no tenía nada que decir al respecto. Desvió la mirada, las tres palabras
oprimiéndolo en exceso. Aunque, el ambiente sombrío no tuvo tiempo de arraigarse
cuando otra idea se le ocurrió y volvió a levantar la mirada.
—No quiero tener que hacer eso, no más que tú —afirmó, escogiendo las palabras
con sumo cuidado—, si creyera que eso resolvería todo, te habría devorado hace unos
minutos y habría hecho lo mismo con Huey en cuanto pusimos la mano sobre él, pero…
Yo no soy como Szilard Quates y tampoco pretendo convertirme en nada parecido a ese
maldito hijo de perra en un futuro próximo.
—De verdad…
—De verdad. Sin embargo, eso no significa que simplemente vaya a restarle
importancia a la muerte de un amigo y dejar que todo quede en el olvido. Lógicamente,
entiendo que ella no era más que el títere de Quates, pero mi corazón no puede dejarlo
ir. Además, si es necesario, puedo presionar todo tipo de cargos por homicidio
convencionales sobre ella.
—¿Qué?...
—Mi amigo no fue la única persona que ella asesinó por órdenes del viejo bastardo,
Prochainezo, aunque fue el único inmortal. Encontramos varios cuerpos rondando por
allí en el antiguo escondite de Quates. Ahora bien, no tenemos evidencia conclusiva de
que ella fue quien los mató, pero si así fuera, entonces… Bueno. ¿Cómo harías para llevar
a una mujer a juicio cuando a los ojos de la ley ella ni siquiera existe?
—Hijo de puta…
—Pero, sigamos adelante. Ya que técnicamente tú eres Ennis, o mejor dicho, ella es
parte de ti, se me ocurrió negociar un convenio declaratorio contigo.
—¿Y?...
—Si haces lo que te pedimos, entonces podremos cerrar cuentas con los crímenes
que ella cometió. Nos haremos de la vista gorda.
- 74 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Qué gracioso. Creí que no tratabas con “vándalos” como yo —espetó Firo; aunque
Víctor solo respondió con una mirada fuerte por su parte.
—Retírate, niño. No pretendo decirte que traiciones a tu Familia. Todo lo que voy a
pedirte es que vayas y, pues, espíes un poco a cierta persona que podría ser un enemigo
mutuo. Te daré los detalles de cuando si accedes.
—…¿Y cómo se supone que confíe en que mantendrás el trato cuando declaraste hace
unos minutos que odiabas mis agallas?
—Tienes mi palabra. Tómalo o déjalo, pero eso es todo lo que puedo ofrecer —afirmó
Víctor, desvaneciendo la sonrisa de su expresión a medida que se inclinaba hacia Firo.
Lo suficiente cerca para que Firo fácilmente levantara los brazos, aun esposados, y
colocara la mano derecha sobre la frente Víctor.
—Cubriré los crímenes que Ennis cometió —dijo Víctor, Firo sintió como un fino
sudor brotaba de su frente a medida que el detective de siglos le ofrecía su turbia
promesa.
—Te juró por cada ley que esta nación posee que mantendré mi palabra.
Lo caviló por tres días y luego de mala gana aceptó la oferta de Víctor.
Se sentía algo molesto consigo mismo por no haber tomado la decisión en ese
instante, por el bien de Ennis; sin embargo, lo pospuso por tres días con la esperanza
de que la Familia movería algunas cuerdas para liberarlo.
Firo apostó que tenía algo que ver con la naturaleza aislada del departamento de
Víctor; probablemente mantuvieran su presencia por debajo de la alfombra.
Quizá Ronny, quien por lo visto tenía una forma de conseguir lo imposible de vez en
cuando, podría haber hecho algo; pero, Firo no era del tipo que se aferraba a pequeñas
esperanzas.
- 75 -
Capítulo I: Frente VAYAMOS A PRISIÓN
Cada momento que desperdiciaba sentado sobre su trasero era otro minuto que
pasaba preocupado por Ennis y la Familia.
Firo finalmente aceptó la oferta de Víctor, aunque sea por salir del punto muerto en
el que se encontraba atascado y…
Y, pues bueno, eso lo llevó a dónde está ahora, sobre un barco que se balanceaba de
aquí para allá en la Bahía de San Francisco.
Aunque no había expresado sus sospechas ya que le molestó tener que ceder a las
peticiones de Víctor.
Lo hizo palidecer, tener que seguir las órdenes de Víctor lo hizo sentir como si
realmente fuera un peón del gobierno. Bueno, era cierto, pero Firo no actuaba
solamente para complacer al agente federal; tenía cierto interés personal en el tema.
Habían llamado a Ennis una hermana y revelaron que Huey Laforet era su creador.
Huey existía en sus recuerdos; siendo precisos en los de Szilard; pero, aun allí, él era
un misterio. Al parecer solo había estado en buenos términos con uno del grupo, un
hombre llamado Elmer C. Albatross; sin embargo, aparte de eso, prácticamente no había
información sobre él en las mentes de los alquimistas que tenía en su interior. A
diferencia de Víctor, quien simplemente se aisló de los demás, daba la sensación de que
Huey tuvo el cuidado de ser notado lo menos posible.
Firo decidió detenerse allí, renuente a explorar en los recuerdos de Szilard más de lo
que ya había hecho. En cambio, optó por tomar el camino más directo, tomando ventaja
de la situación para ir a encontrarse con Huey Laforet, sin dejarse influenciar por las
memorias dentro de él.
—No sabrá nada de ti, ya que ha estado atrapado en Alcatraz estos últimos años. Tú
tienes un chingo de información más sobre él que él de ti. Recuerda, llevas la delantera.
- 76 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Con las últimas palabras de motivación de Víctor todavía sonando en sus orejas, se
embarcó hacia San Francisco. No le agradaba ese hombre y confiaba mucho menos de
lo que le agradaba; no obstante, considerando la situación en la que se encontraba, le
agradecía esas palabras de ánimo. Necesitaba todo el apoyo que pudiera conseguir.
Medio ansioso y medio lleno de dudas, comenzó su travesía que lo llevaría a cruzar
el país y, antes de que se diera cuenta, se encontraba observando el bote que lo
transportaría hasta Alcatraz.
Un escalofrío recorrió su espalda y estalló en sudor frío ante la voz del hombre:
monótona y sin emociones.
—…Hey…
Fue como si Firo hubiera soñado despierto todo eso y en realidad nada pasó. Como
si el mundo mismo se esforzara por convencerlo de que nada fuera de lo ordinario
sucedió en lo absoluto.
- 77 -
Capítulo I: Frente VAYAMOS A PRISIÓN
Le dio vueltas al asunto una y otra vez en su cabeza, en cada ocasión diciendo en voz
alta su ansiedad o pensándolo en silencio.
- 78 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 79 -
En Alveare, Nueva York
Justo antes de la hora de apertura del restaurante una mujer se encontraba sentada
sola dentro del área de servicio, luciendo extrañamente perdida y triste pese al dulce
olor de la miel inundando el aire.
Las meseras y la dueña del lugar iban de un lado a otro alrededor de ella,
preparándose para el ajetreo del desayuno, unos cuantos miembros de la Familia
Martillo, quienes también consideraban al restaurante como su hogar, se encontraban
en mesas cercanas, charlando tranquilamente entre ellos. No obstante, la mujer parecía
aislada de ellos, como si el ambiente sombrío que emanaba la desconectara del resto
del mundo y sus pensamientos despreocupados.
—Firo…
Aunque en ese momento eran enemigos, el muchacho no solo salvó su vida; sino que
amablemente le proporcionó un lugar donde vivir.
Al principio, no sabía cómo tratarlo muy bien; no obstante, el paso del tiempo
permitió que se ajustara y al cabo de un rato se adaptó a la nueva experiencia de tener
una familia.
Hace una semana había sido escoltado por unos hombres que parecían trabajar con
el gobierno.
Cuando escuchó las noticias sobre el arresto de Firo, Ennis se sorprendió al
percatarse de qué tan conmocionada estaba.
- 80 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Comprendía muy bien que Firo era un capo de la Familia Martillo, una organización
criminal, también de que al afiliarse con la Familia, Firo había aceptado implícitamente
su posición como un hombre que desafiaba a la ley.
Sin embargo, para Ennis, Firo solo era un joven extrañamente generoso y afable,
siempre complaciente y, aunque rara vez tenía un motivo para mostrarle ese lado suyo
que lo convertía en un camorrista, eso tampoco implicaba que alguna vez intentara
esconder algo de ella.
Además, por encima de eso, era su familia. Ennis había buscado una razón para
existir; sin embargo, él le dio un lugar a dónde pertenecer.
Solo ahora que no estaba, se dio cuenta sosegadamente de lo mucho que significaba
para ella.
Isaac Dian también había sido arrestado por oficiales de policía encubiertos, en el
mismo restaurante donde se encontraba Ennis sentada y todavía no regresaba. No
escucharon nada de él luego de eso; así que era una apuesta segura decir que había sido
encerrado en una prisión de algún lado.
Ennis no estaba presente para verlo por sí misma; pero, cuando se imaginó la
expresión de Miria en ese momento, no podía evitar sentir como si algo apretara su
corazón. Le debía su existencia a Firo, pero Isaac y Miria también fueron responsables
en gran parte de su nueva vida y los consideraba como amigos preciados.
Sin embargo, no había podido hacer nada. Ni por Firo, ni por Isaac, ni por Miria.
Ennis se sentía frustrada más allá de las palabras por su propia impotencia; pero, se
percató de que no serviría de nada seguir revolcándose en su depresión. En cambio,
decidió tratar de pensar en algo, cualquier cosa, que pudiera hacer para mejorar las
cosas.
Eso la llevó al día de hoy, donde se enfrentaba a otro largo día de hacerse preguntas
que no tenían respuestas.
- 81 -
Capítulo I: Revés PROVOQUEMOS UNA PELEA
Aunque, hoy escapó de sus pensamientos ante la voz de un niño. Se trataba de Czes,
el chico que vivía con ella y a quién consideraba como un hermano pequeño. Lucía
preocupado, lo más probable es que fuera por la forma en que había estado meditando
los últimos días.
—¿Soy tan obvia? Lo siento. Realmente no debería dejar que me afecta mucho, pero…
—Sí… Sí, tienes razón. Y tú lo entiendes muy bien, ¿verdad, Czes? Te tomó más de
cien años pero al final te reuniste con el señor Maiza…
—Sí, sí, como sea. Solo déjame pasar. Tengo negocios con uno de los Martillos.
Ennis dirigió su mirada hacia allí y vio a Seina, la dueña de Alveare, hablando con un
hombre de apariencia peligrosa con una voz grave y hosca.
—¿Qué eres, su secretaria? Mira, déjate de estupideces y solo dime si Maiza está aquí.
Se podría decir que él y yo tenemos tiempo de conocernos…
Ante la mención del nombre de Maiza, los camorristas sentados en las mesas también
se giraron para mirar al hombre de la entrada.
Maiza Avaro era el contador de la Familia Martillo, uno de los oficiales de mayor
rango de la Familia. A primera vista, parecía un simple sujeto de apariencia amable y
humilde; pero, en realidad, escondía una mente perspicaz detrás de su sonrisa amistosa
y no era una exageración decir que el motivo de que los Martillos siguieran por aquí a
pesar de su pequeño tamaño era en gran parte gracias a él.
- 82 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Ennis y Czes compartieron una mirada intrigante, luego se giraron para ver al
hombre mientras empujaba a Seina para ingresar al restaurante.
Ahora que podían verlo bien, notaron que vestía un abrigo delgado y lentes de marco
cuadrado se posaban sobre su nariz. Sus perspicaces ojos iban de un lado a otro de la
habitación; quizá como una medida de cautela o tal vez como una señal de hostilidad.
De cualquier modo, en el instante en que dio un paso adentro, la atmósfera cálida y
amistosa en el restaurante abruptamente descendió a menos cero grados.
El recuerdo del arresto de Isaac todavía seguía claro en la mente de todos, incitando
a que los hombres de la camorra se preguntaran si el intruso desconocido era otro
representante de la ley. Y, a decir verdad, el extraño no podría parecer más un hombre
de la ley a menos que entrara con su placa sobre el pecho a la vista de todos.
Sin embargo, aun cuando los Martillos se tensaron, preparándose para lo peor, había
una persona en el restaurante cuya ansiedad sobrepasaba la de ellos por mucho.
—¿Czes?...
Czes se había puesto blanco como una sábana en cuanto vio el rostro del hombre.
Ennis se percató de que algo andaba mal con solo ver la expresión del chico y buscó
con la mirada que lo había consternado tanto…
Ella nunca lo había visto antes; no obstante, las facciones del hombre se encontraban
en sus recuerdos.
No tenía forma de saberlo, claro está, pero su reacción fue muy similar a la de Firo
cuando lo vio por primera vez.
Recordó algo que no debería haber hecho. Ennis se estremeció, sacudida por una
repentina ola de arrepentimiento y culpa, por un dolor que comprendía que no podía,
ni debía, olvidar.
absoluto, en cambio, optó por mirar alrededor del restaurante. Hasta divisar al chico
sentado junto a Ennis, aquel que lo miraba como si hubiera visto a un fantasma y las
duras líneas en su rostro se suavizaron solo un poco.
—Hey, Czes —dijo con tranquilidad—. ¿Hace cuánto que no nos vemos? Creo que
doscientos treinta tres años, ¿no?
El hombre extendió los brazos de par en par, recordando una época siglos atrás; sin
embargo, Czes no bajó la guardia ni un poco conforme pronunciaba el nombre del
hombre.
—Víctor…
—Ah, no, no tienes porqué. Solo pretende que no estoy aquí, ¿está bien? Perdón por
entrar de esta forma antes de que abrieran.
Víctor ahuyentó con un gesto de la mano a una de las meseras asiáticas mientras se
acercaba con un vaso de agua, luego caminó descaradamente a grandes pasos hacia la
mesa de Czes y tomó asiento sin preguntar.
O, mejor dicho, tan lejos de la mano derecha de Víctor como fuera posible.
Czeslaw Meyer también era un inmortal, la idea de ser devorado lo aterraba más que
cualquier otra cosa. Cierto, la mayoría de los inmortales temerían a la única cosa que
realmente los podría matar; no obstante, en el caso de Czes estaba casi al nivel de una
fobia.
Para empeorar las cosas, antes había sido traicionado por la persona en quien más
confiaba y la experiencia lo dejó profundamente destrozado. Pon estas dos cosas juntas
y era fácil saber por qué se encontraba tan perturbado por la visita totalmente
repentina y sin avisar de Víctor, en especial si consideramos que habían pasado siglos
desde la última vez que se vieron.
- 84 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—No parecías muy sorprendido de verme… Lo que significa… ¿Sabías que estaba
aquí?
Czes suprimió un temblor, ignorando el ligero escalofrío que lo inundó y centró toda
su atención en el otro inmortal.
—Entonces, cómo…
—Hice que mi gente te vigilará todo este tiempo —declaró Víctor casualmente,
encogiéndose de hombros.
—¿Tú gente?
—Jajaja. ¿Por qué tantas preguntas, Czes? ¿No nos hemos visto en más de dos siglos
y así es como me recibes? ¿Te mataría sonreír un poco?
—Por todos los cielos. De verdad no piensas dejarme pasar, ¿no es así? Generalmente
no me agrada responder preguntas con preguntas; pero, considero que me he ganado
una, ¿no te parece? Hay algo que también necesito preguntarte —dijo Víctor y deslizó
abruptamente la sonrisa fuera de su rostro. Czes se tensó, el sentimiento de
intranquilidad, que había experimentado desde que Víctor entró, se afianzó de él.
- 85 -
Capítulo I: Revés PROVOQUEMOS UNA PELEA
- 86 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Recuerdas a Fermet, ¿no? Ese tipo que partió contigo al oeste cuando todos nos
separamos. Aunque, ¿sabes qué es lo gracioso? Mis hombres me dijeron que él no está
aquí. Solo tú. Me preguntó por qué será…
—D-detente…
Ennis habría interrumpido por el bien de Czes, especialmente cuando se veía tan
obviamente angustiado; sin embargo, cada vez que levantaba la mirada para encarar a
Víctor, no podía evitar retirarse por miedo.
Su cara estaba más clara que el agua en los recuerdos del alquimista que devoró. Para
él, Víctor no había sido solo un compañero de viaje más, sino también un amigo fiel.
Enfrentada con el conocimiento de que el hombre delante de ella fue amigo del
hombre que asesinó, se le dificultaba a Ennis pensar correctamente.
Tal vez había venido a matarla, a tomar venganza por la muerte de su amigo.
Ennis solo podía esperar a que Víctor hablara, tan rígida y tensa con el suspenso
como Czes lo estaba.
—¿Víctor? —Se trataba de un hombre joven, aparentaba estar a mitad de sus veintes,
su tono era una mezcla complicada entre sorpresa, alegría e incluso un poco de
hostilidad—. ¿Qué te trae por aquí?
Al igual que Víctor, también usaba lentes, pero, a excepción de eso eran totalmente
diferentes. El hombre alto que llamó a Víctor poseía una expresión suave y cálida sobre
su rostro, sus ojos estrechados, no con sospecha, sino con una alegría afable. Sus
anteojos rectangulares redondeados daban la impresión de un amable erudito.
- 87 -
Capítulo I: Revés PROVOQUEMOS UNA PELEA
—¡Hey, Maiza! ¿Cómo te trata la vida? Hombre, las reuniones son geniales, ¿no es
así? A veces, el sentimiento que tienes cuando te encuentras a un amigo y descubres
que han cambiado por completo en el lapso de tiempo que estuvieron separados es
incluso mejor que aquel que sientes la primera vez que se ven. Hace que te preguntes:
¿fueron ellos los que cambiaron tanto o fui yo? Trataba de enseñarle a Czes sobre eso;
pero, de verdad se está portando muy frío conmigo. ¿Te importaría echarme un poco la
mano?
—¿Acaso el final de la Prohibición te hizo tan feliz que reemplazaste toda la sangre
en tus venas por alcohol a modo de celebración, Víctor? Estás tan embriagado contigo
mismo que no pareces darte cuenta de las molestias que ocasionas a todos los demás.
—Ugh… Al parecer tú tampoco estás muy feliz de verme. Tal vez no debí haber
venido.
—Si comprendes dónde estás y lo que eso implica bajo el contexto de quién eres,
¿verdad? —preguntó Maiza, suspirando y negando con la cabeza—. ¿Qué negocio tiene
el asistente del director del Departamento de Justicia con nuestra pequeña Familia?
—Jaja. Mira a todos esos idiotas. ¿Es que no entienden que reaccionar de esa forma
cuando mencionan al Departamento es como si sujetaran un cartel dónde admitieran
que son criminales, eh, Maiza?
Víctor lucía impasible por la enemistad encauzada hacia él y Maiza solo suspiró otra
vez antes de inquirir.
—¿Solo has venido a provocar una pelea o acaso hay una emergencia real que
justifique la visita a domicilio?
—Pues, algo así. Si se trata de una emergencia o no depende de lo que Huey haga.
—Lo arresté a él, pero el problema es que todavía posee un ejército de compañeros
trabajando bajo sus órdenes en el exterior y están comenzando a inquietarse. Del modo
en que lo veo, esto fácilmente podría terminar convirtiéndose en otro Flying Pussyfoot.
- 88 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Por supuesto, Maiza había oído los rumores de que unos terroristas secuestraron un
tren con ese nombre hace tres años. Sin embargo, solo lo escuchó gracias a que una
persona que conocía había estado sobre el tren en ese momento; la historia nunca se
hizo pública.
Tal vez alguien del gobierno ejerció su influencia para que la noticia nunca llegara al
periódico y, aunque hubieron muchas víctimas, la verdad sobre lo que sucedió esa
noche sangrienta nunca vio la luz del día.
Para personas como Maiza, que vivían del otro lado de la ley, la minuciosa perfección
en el bloqueo de los medios fue escalofriante. Ellos comprendían mejor que nadie lo
difícil que era encubrir algo fuera de lo normal.
—No me digas que fueron ustedes quiénes evitaron que llegara eso a los periódicos.
—¿Eh? Oh, maldita sea, lo siento. Me dejé llevar un poco. Verás, el problema es que
estamos muy condenadamente seguros de que Huey mueve la batuta desde el interior
de Alcatraz, pero… No tenemos ni una puta pista de cómo —suspiró Víctor. Su voz
haciéndose más fuerte a medida que se lamentaba; por consiguiente, los miembros de
la Familia Martillo cerca de él alcanzaron a escuchar lo que dijo a continuación.
El ruido de sillas moviéndose fue como un pequeño temblor esta vez, cuando los
hombres en el restaurante se pusieron de pie.
—¿Qué le hiciste a Firo? Escoge bien tus palabras, Víctor, porque dependiendo de tu
respuesta, podrías convertirte en nuestro enemigo.
- 89 -
Capítulo I: Revés PROVOQUEMOS UNA PELEA
Incluso Víctor no pudo evitar desviar la mirada de esos ojos fríos y levantó las manos
dócilmente en señal de rendición.
—Alto, alto. Tranquilo, Maiza. A lo mejor odio con pasión a las pandillas; pero,
preferiría no tener una guerra en mis manos. Por esa razón vine el día de hoy. Cielos, no
quiero pelear contigo. Solo esperaba aclarar las cosas, ¿está bien?
Víctor se levantó, hablando sin parar en un tono de voz herido como si tuviera el
derecho de sentirse ofendido.
—Mira. Él no escupió nada sobre su Familia y, por supuesto, no los traicionó. No está
trabajando para nosotros porque quiera, créeme.
Le echó un vistazo a Ennis, una compleja mezcla de emociones pasó por su rostro y,
cuando habló, parecía que ocultaba sus emociones.
—El chico se dejó caer por esta jovencita de aquí. ¿Ennis, era? Hicimos un trato, él
haría un trabajo por nosotros a cambio de que elimináramos tus crímenes.
—¿Qué?...
Ennis despertó ante la mención de su nombre y miró a Víctor directamente a los ojos
por primera vez.
Lo hizo sin detenerse ni un poco aun cuando Ennis comenzó a ponerse pálida.
—Víctor…
—No me veas así, Maiza. Por lo que parece, supongo que ambos, la señorita Ennis y
los malditos gánsteres de mierda escuchando tienen algo que decir; sin embargo, soy
un hombre ocupado y me doy cuenta de que excedí mi tiempo de visita. Creo que ya he
terminado por hoy.
- 90 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Ajá, lo es. Todavía te considero un amigo, Maiza. Todo lo que pido es que evites
convertirte en mi enemigo. En realidad, ya que estamos en ello, ¿por qué no renuncias
a este negocio criminal? —El agente federal emitió una rara sonrisa abierta, endulzando
su voz con nostalgia mientras murmuraba—. Entonces, podremos ir a beber juntos
como solíamos hacer.
—¿Lo entiendes, Maiza? Todavía te considero un amigo, ¡pero eso no cambia el hecho
de que odio a todos los gánsteres, ya sea que se hagan llamar mafia o camorra o la
maldita 'ndrangheta! ¡Ojalá todos murieran! ¡Retorciéndose de dolor! ¡Lentamente
deseando la muerte! ¡Lamentando el puto día en que nacieron! Toma en cuenta esto,
Maiza. ¡Si continuas revolcándote en el lodo de esta forma, nadie podrá distinguirte de
estos malditos puercos!
—Oh, disculpa —dijo un anciano cuando pasó rozando a Víctor mientras entraba.
—Umph…
¿Eh?
Quizá su pie se había atorado en la pata de una silla conforme salía. Bajó la mirada
hacia sus pies para ver que andaba mal y se percató de que algo extraordinario sucedía
en definitiva.
No pisaba nada.
¿Qué?...
- 91 -
Capítulo I: Revés PROVOQUEMOS UNA PELEA
Apenas tuvo tiempo de sentirse confundido cuando un golpe seco sacudió su cuerpo
y sacó el aire de sus pulmones. Abrió los ojos y se encontró mirando al suelo; la única
conclusión que su mente desorientada pudo visualizar fue que de alguna forma habían
lanzado su cuerpo por el aire.
No sintió nada en sus pies, nada que sugiriera que se había tropezado.
Mientras luchaba por darle sentido a lo que recién sucedió, una mano arrugada
apareció en su campo de visión con la palma extendida hacia arriba para ayudarlo a
incorporarse. Se trataba del anciano con el que se topó de camino afuera.
¡Kanshichirou Yaguruma!...
Echó un vistazo hacia el ruido y notó a un hombre con ojos afilados sentado junto a
él recogiendo lentamente los pedazos de la botella quebrada.
Víctor se encontró con la mirada tajante del hombre y finalmente pudo entender la
situación.
- 92 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Víctor se detuvo a media oración, ya que el hombre con los ojos sagaces se inclinó y
bajó la voz a un susurro para que solo Víctor lo escuchara.
—Qué-
—Así como lo hizo Szilard Quates antes sobre el Advena Avis en 1711.
¿Quién rayos?...
Víctor miró de cerca al hombre otra vez, concentrando aún más en esta ocasión; pero,
sin importar cuanto lo intentara, no podía recordar a nadie que luciera como él entre
sus compañeros alquimistas. Y no podía creer que Maiza compartiera la información de
lo que sucedió a bordo del barco con toda confianza.
Luego, levantó la mano y la botella fue apareciendo por debajo de ella, intacta, como
si emergiera directamente de la palma de su mano.
—¿Qué tal? Da más miedo de lo que pensaste, ¿no es así? Presenciar cómo aparecía
un misterio dónde creíste que lo sabías todo.
—¿Un mago? No, olvídalo. Todo saldrá a la luz cuando investigue tu historial.
—Ya veremos quién ríe al último… Espera y verás. Tus ridículas amenazas no
funcionarán con nosotros.
Las miradas hostiles de los Martillo lo siguieron mientras se marchaba, aunque no
disminuyó su paso.
- 93 -
Capítulo I: Revés PROVOQUEMOS UNA PELEA
Daba la sensación de que entendía que las miradas solas no serían suficiente para
matarlo, manteniendo su cabeza en alto para recibir la hostilidad sin miedo.
—Ah, ¿de verdad? Pensé que estaba siendo blando con él. De haber ido en serio,
habría dislocado uno de sus brazos como una buena medida —declaró Yaguruma
riendo.
Ronny Schiatto, por otro lado, contemplaba la botella que había creado con una
expresión inescrutable.
Maiza sacudió la cabeza exasperado, mientras que Ronny lo miró con el ceño
fruncido.
El hombre que alguna vez fue llamado demonio apretó los dientes, luciendo
extrañamente determinado.
—La próxima vez que sea invocado, dejaré una impresión más fuerte.
Una vez que salió, Víctor se apresuró al auto que lo estaba esperando y se marcharon
de inmediato.
—Umm. ¿Todo salió bien, señor? —inquirió Bill Sullivan sobre el hombro mientras
conducía el carro en medio de las calles.
—Ugh… ¡Por un demonio que fue bien! ¡La verdad es que me cagué del miedo! Maiza
nunca me había fulminado con la mirada de esa forma antes… ¡Por un momento pensé
que realmente iba a tratar de matarme allí mismo! Y el resto de ellos… Mierda, no sé.
Simplemente hay muchas cosas que no sé ahora mismo. Maldito Maiza. ¡En verdad fue
y se convirtió en un puto gánster!
—Eeh, señor. No creo que esté en posición de preguntar, pero, uuh. Tengo algo de
curiosidad sobre algo.
- 94 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Pues, si no mal recuerdo, me pidió que lo trajera aquí para que pudiera y lo cito:
«Advertir a un viejo amigo para que no se dejé engañar por las estupideces de Huey».
Así que, señor, ¿exactamente cómo hizo esa advertencia para justificar semejante
hostilidad que hasta sus rodillas temblaban cuando se subió al auto?
—Eeh, pues, uuh, ¿qué opinas que sucedió, detective Sullivan? —cuestionó Víctor,
esperando evadir la pregunta; sin embargo, no podría haber previsto la respuesta que
consiguió.
—Iba a contarle sobre ese otro inmortal raro. Creo que su nombre era Isaac.
- 95 -
Capítulo I: Revés PROVOQUEMOS UNA PELEA
- 96 -
Bahía de San Francisco
En la Isla de Alcatraz
—Bajen.
La voz contundente del guardia instó a Firo a que abriera los ojos.
Por la forma en que el bote no se balanceaba tanto como antes, al parecer por fin
habían atracado en algún lado.
Una sola bombilla inundaba con luz el espacio de carga del barco y Firo aprovechó la
oportunidad para ver a su alrededor.
Firo suspiró de nueva cuenta, echando un vistazo a sus tres anteriores compañeros
de barco.
9
N. de la T. KKK: son las siglas del Ku Klux Klan, la cual es una organización xenofóbica, homofóbica, racista,
antisemita, anticomunista y terrorista de extrema derecha que surgió en los Estados Unidos y que promueve
la supremacía de la raza blanca.
- 97 -
Capítulo II: Frente DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
Junto con estos tres variados criminales, Firo finalmente arribó a la más
impenetrable y, para los reclusos, la más terrible prisión de la historia.
Había aceptado su destino hace tiempo; pero eso no volvía a la realidad más fácil de
digerir.
Afuera atardecía cuando Firo al fin bajó del barco y caminó sobre la isla propiamente
dicha.
Miró hacia arriba y lo primero que vio fue una torre de vigilancia.
En cuanto a los edificios, en realidad no eran tan altos. Sin embargo, en la isla que
evidentemente carecía de rascacielos con los que compararse, daba la sensación de que
lo veía todo como un símbolo absoluto de vigilancia, mirando hacia abajo a los reclusos
desde lo alto del cielo. Los guardias armados con rifles de francotirador situados en la
parte más alta de la torre solo aumentaban ese sentimiento azaroso.
Desde la bahía de San Francisco, la isla parecía un pequeño peñasco inhóspito, pero
ahora que se encontraba sobre él, se percató de que el área que lo rodeaba era mucho
más amplio que su primera suposición. Aunque, al mismo tiempo, las rocas que
sobresalían a la redonda ahora parecían cercarlos, provocando que se sintiera un poco
claustrofóbico.
—Camina.
La voz del guardia lo sacó de sus pensamientos y junto con sus tres compañeros
reclusos, inició el largo y difícil viaje hacia la parte más alta de la isla.
La isla de piedra sobresalía del mar como una gran roca; Firo juzgó que el área con
mayor altitud de la isla tenía cerca de cuarenta metros sobre el nivel del mar. La isla
quizá medía cuatrocientos sesenta metros de largo, aunque el ancho posiblemente
fuera menos de la mitad de eso.
Por alguna razón, en verdad parece como si Arsène Lupin o el Profesor Moriarty
hubieran construido sus guaridas aquí.
Firo se percató de que apenas sabía algo de la isla, salvo los rumores que todos los
demás habían oído, y maldijo su falta de información. Probablemente podría haberse
- 98 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
detenido a leer algunos artículos de periódico sobre el lugar antes de venir, por lo
menos.
Había un edificio blanco al centro de la isla que parecía surgir delante de él mientras
caminaba, el cual asumió que quizá era la prisión en sí. Unos cuantos edificios más se
esparcían en las zonas aledañas, dando la sensación de una fortaleza en medio de la
nada.
El metal de los puertos se encontraba tan severamente oxidado que Firo casi creyó
que lo hicieron así a propósito; tal vez para grabar en los nuevos presidiarios la edad
del lugar; pero el edificio en el centro de la isla era tan evidentemente nuevo que incluso
era un poco inquietante, confiriendo al espectador una atmósfera de retorcida belleza
utilitaria.
Firo había escuchado historias de las corrientes letales y el frío mordaz que prevenía
cualquier intento por nadar; pero, a decir verdad, cuando levantaba la vista hacia los
guardias en alerta y sus largos rifles, constantemente mirando por aquí y por allá,
apostó que cualquier atentado de escape probablemente sería obstruido por una bala
bien colocada mucho antes de que los reclusos llegaran al mar.
Un sudor fino cubrió la frente de Firo a medida que proseguía su recorrido, nuevas
partes del horizonte lentamente se hicieron visibles. Pudo contemplar el océano azul,
el gran puente que se extendía desde la bahía de San Francisco, los edificios privados
del otro lado, todos ellos lucían aún más hermosos y vibrantes que antes.
La brisa del mar había comenzado a secar el sudor en su frente cuando Firo y los
demás finalmente se detuvieron.
Los guardias que los acompañaban dieron una señal hacia la puerta. Un timbre sonó
desde el interior y la puerta construida en la pared de rocas se abrió.
- 99 -
Capítulo II: Frente DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
Lo primero que recibieron sus ojos fueron las filas de barras de metal y pasando eso
se encontraba lo que Firo asumió eran las oficinas administrativas. Podía ver guardias
mirándolo por detrás de las ventanas de cristal.
Firo y los otros presidiarios caminaron al frente según las órdenes de los guardias,
miró alrededor de forma vacilante, pero se detuvo cuando uno de los guardias dio un
paso al frente y sacó a Firo del resto.
Los prisioneros, que habían venido con él, observaron a Firo extrañamente, pero los
demás guardias los instaron a continuar y enseguida desaparecieron en una esquina
cercana.
—No recuerdo haberte dado permiso para hablar —dijo bruscamente el guardia que
permaneció con Firo, el cual cerró la boca y a cambio miró el rostro del hombre. Por lo
menos, no era el mismo guardia que habló con él sobre Huey antes de subir al barco,
por lo que se permitió relajarse solo un poco.
El guardia condujo a Firo hacia una habitación al final del pasillo y abrió la puerta,
revelando a un hombre sentado en su interior escasamente decorado; el sencillo
escritorio y los libreros daban la impresión de una oficina común y corriente.
A solas con el hombre en el cuarto, Firo dejó que su mirada deambulara sobre él.
Vestía un traje ajustado, marcando una gran diferencia a los uniformes sosos de los
guardias que había visto sobre la isla hasta el momento. Por el aspecto de la línea de
cabello que iba retrocediendo, ya comenzaba a quedarse calvo, y las arrugas sobre su
rostro le conferían una apariencia tajante y acabada. No obstante, contrario a su
atmósfera intimidante, el hombre envejecido sonrió cálidamente cuando se levantó
para saludar a Firo.
—¿Especial?
- 100 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¿Trabajas junto a Víctor Talbot? —inquirió Firo con cautela, consciente del hecho
de que se encontraba en el territorio de alguien más; sin embargo, Misery se limitó a
sonreír, como si estuviera aliviado de que Firo comprendía a lo que se refería.
—Umm. Sí, oí de ti gracias al señor Talbot. Solo quiero que sepas, señor Prochainezo,
que me opuse a este plan desde el principio. Eres un tercero y un inmortal, al igual que
el invitado muy especial que tenemos alojado en esta prisión, declaré mi enorme
renuencia a que te usaran de esta forma.
—Me habría gustado que intentaras persuadirlo con un poco más de fuerza, si sabes
a lo que me refiero.
—Asumo que el señor Talbot te informó del motivo de tu visita aquí, desde luego.
Sobre Huey Laforet.
—Umm, bien. En ese caso, iré directo al grano. El punto importante es que Laforet
tiene varias organizaciones directamente bajo su control y de acuerdo a las fuentes del
señor Talbot, algunas de ellas han comenzado a moverse. Tal parece que planean iniciar
algo en Nueva York, en algún momento de los próximos días. Algo grande.
—En Nueva York. De modo que el señor Talbot se le ocurrió enviarte aquí, ya que no
solo eres inmortal, sino que Laforet no tiene idea de quién eres, por lo que no podrá
prepararse para tu llegada.
Ahora que lo pensaba, todo este enredo comenzó con el alboroto en Mist Wall de
hace un año y también gran parte de la culpa fue de los lacayos de Huey. Cuando recordó
lo extraños que habían sido, podía entender fácilmente que eran lo bastante volátiles
para ser causa de preocupación.
Firo apretó los dientes, pensando en uno de los hombres de Huey en particular: un
hombre alto y sonriente de afilados dientes y ojos rojos. Aunque, no era como si pudiera
regresar a Nueva York para actuar de acuerdo a la información recién adquirida. Lo
- 101 -
Capítulo II: Frente DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
hacía sentir tan impaciente que no podía pensar apropiadamente, teorizando que quizá
Víctor había retenido esos datos de él a propósito.
No resolvería nada si se volvía loco ahora. Lo único que podía hacer era trabajar
desde adentro para detener a Huey Laforet.
—¿Dime?
—¿Lo que intentas decirme es que si quiero salvar a mis amigos en Nueva York,
podría verme en la necesidad de devorar a Huey Laforet? ¿Eso es lo que esperan que
haga? ¿Y tengo que ser yo porque Huey estaría en guardia si Talbot viniera él mismo;
mientras que yo podría acercarme furtivamente y devorarlo antes de que se dé cuenta
de que soy un inmortal?
Hubo un breve silencio entretanto Misery lo cavilaba. Al cabo, negó con la cabeza.
—No… No, considero que ni siquiera el señor Talbot sería tan frío.
—¿Qué?...
—Ya lo sabía. Estaba al tanto de que vendría y de que soy un inmortal —declaró Firo,
lanzando una explicación sobre lo que sucedió en el barco y, aunque su voz era serena
y constante, por dentro maldecía su suerte y sacudía la cabeza con resignación.
—Ya veo…
Misery se dejó caer pesadamente y colocó una mano sobre su frente cuando Firo
terminó de relatarle sobre el guardia que trabajaba para Huey, luciendo abandonado y
cansado.
—Oh, claro. Es una de las cosas sobre él que más nos confunde.
- 102 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Misery explicó que de alguna forma Huey no solo obtenía información del exterior,
sino que también era capaz de dar órdenes a sus colegas por todo el país mientras
permanecía en el interior de su celda, aislado de cualquier contacto con el exterior.
—Como ya lo sabes, un muy pequeño número de guardias están trabajando para él.
Sin embargo, no tenemos evidencia ya que se niegan a hablar cuando los cuestionamos
y sus antecedentes, cuando los investigamos, son totalmente ordinarios. Cuando el
director los transfiere a prisiones diferentes, solo pasan un par de días antes de que más
guardias se presenten en su nómina.
—No es un tema para reírse, te lo aseguro. Lo más desconcertante sobre ello es que
la habilidad de Laforet para reunir información simplemente no se puede explicar,
incluso si consideramos los agentes dobles en nuestro personal.
Después de todo, solo unos pocos seleccionados aparte de los amigos de Firo y la
Familia conocían que era un inmortal. Daily Days sabía y Firo tenía la certeza de que los
informantes probablemente estarían más que felices de vender la información por el
precio correcto; no obstante, de cierta forma dudaba de que Huey tuviera acceso a un
teléfono que le permitiera llamar a la agencia de periódicos en Nueva York.
Firo lo meditó por un momento y lo descartó. Se trataba de una teoría poco probable
a lo mucho; además, tenía la sensación de que Misery lo habría revelado en cuanto
estuvieran a solas de ser verdad.
Maldita sea. Supongo que tendré que lograrlo con lo que tengo.
—¿Sí?
—¿Eh?
¿Se refería a los tres hombres que abordaron el barco junto a él? Firo creyó que era
una pregunta muy rara de hacer; no le habían permitido hablar con ellos en lo absoluto,
- 103 -
Capítulo II: Frente DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
¿entonces qué podría decir? Lo máximo que podía ofrecer sobre ellos fue su impresión
por cómo lucían.
—Oh, por ningún motivo. Es solo que tú nombre era el único en la lista del día de hoy,
sabes.
—¿Cómo?
—Cómo, en verdad. Las cosas han estado muy ocupadas los últimos días aquí en
Alcatraz. Tan ocupadas que, de hecho, alguien aparentemente traspapeló la orden de
programación y tres hombres que se suponían iban a ser transferidos la próxima
semana fueron puestos por error en el barco contigo.
—No, en realidad no… Supongo que el hombre caucásico que hablaba consigo mismo
sonaba un poco mal de la cabeza, pero nada más aparte de eso.
—Ya veo… Tal vez… No, no. Olvídalo. Serán tus vecinos, así que trata de llevarte bien
con ellos. Aunque debo advertirte, las charlas entre los reclusos están estrictamente
prohibidas.
Firo murmuró para sí mismo a medida que se quitaba la ropa, preparándose para su
examen físico.
Desnudo como el día en que vino al mundo, el joven gánster frunció el ceño mientras
miraba de reojo al guardia ubicado en la entrada. Podía entender al doctor; sin embargo,
siendo sinceros, era algo vergonzoso que el guardia también observara.
Tener que soportar una invasiva exploración de cavidades frente a los ojos de
alguien más, usualmente habría provocado que Firo se pusiera rojo como un jitomate y
- 104 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Firo fue por su ropa, encogiendo los hombros agotado; no obstante, el guardia que lo
había estado vigilando al parecer tenía otros planes.
—¿Qué?
Rodeado por los guardias uniformados, Firo no se esforzó por ocultar el feroz ceño
fruncido sobre su rostro mientras caminaba por los pasillos de Alcatraz sin una pizca
de tela. Incapaz de sacar su mal humor en los hombres que lo cercaban, no tuvo más
opción que dirigir su ira hacia sí mismo.
Barras de metal formaban paredes hasta donde alcanzaba a ver. Detrás de ellas había
estrechas filas de celdas, solo lo bastante grandes para albergar a una persona en cada
una, confiriéndole a Firo la sensación de personas siendo empacadas en el edificio como
sardinas.
Firo también vio que las celdas estaban una encima de la otra, por lo que corrigió la
imagen mental a la de una colmena, aunque, desde luego, no había forma de que los
reclusos pudieran entrar y salir con tanta libertad como lo harían las abejas reales.
Tristemente, no tenía el aplomo de pensar más allá de eso, dado su estado actual de
vestimenta.
- 105 -
Capítulo II: Frente DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
hasta ahí llegaban; no obstante, algunos de ellos lo observaron hambrientos, sus ojos
iban arriba y abajo por todo su cuerpo.
Firo volteó a ver de dónde provenía esa voz y encontró a un hombre de baja estatura
con una fuerte quijada mirándolo de forma lasciva, unos dientes negros se asomaban
por entre los labios partidos.
Ni siquiera había alzado la voz; pero esa simple palabra retumbó por toda la estancia,
dando la sensación de que llenaba el propio aire con su presencia.
—El próximo chico listo que intente hacerse el gracioso podrá practicar su
repertorio en el Agujero.
Internamente asombrado por la forma en que las palabras del guardia funcionaron
como magia, Firo continúo caminando con los guardas hasta llegar casi a la mitad del
pasillo, todavía sobre el primer piso. Uno de ellos señaló que echara un vistazo a la
izquierda y Firo contempló una celda vacía.
—Déjame darte un consejo —dijo el hombre en voz baja, su tono comprensivo pero
estricto—. Entiendo que ese cabrón de hace rato te molestó, pero no trates de tomar
acciones por tu propia cuenta. Si lo haces, las reglas dicen que tenemos que enviarte al
Agujero; en otras palabras, confinamiento solitario en los calabazos debajo de Alcatraz.
—En esta isla a los prisioneros no se les permite comodidades como la venganza.
—Lo último de la moda, eh —masculló Firo para sí mismo, sosteniendo las ropas que
habían dejado sobre su cama.
- 106 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Eran gruesas ropas de trabajo, fabricadas para durar más que lucir bien, teñidas con
matices opacos de azul marino. La mayoría de la población en prisión probablemente
vestía ropa similar.
Firo realmente no quería pensar más allá de eso. Feliz de tener algo con que cubrirse,
se apresuró en ponérselas y luego miró con mayor detenimiento las ropas sobre su
cama, sorprendido de encontrar varias prendas de vestir.
Solo le habían dado un par de pantalones; sin embargo, tenía un cambio de camisa y
también de ropa interior. Seis pares de calcetines estaban ordenados pulcramente
sobre la cama, junto a un sombrero, un pañuelo e incluso un cinturón. Tenía dos pares
de zapatos, un par informal y otro más resistente para trabajar.
Y la sorpresa más agradable de todas, era el abrigo de lana que colgaba de una clavija
al fondo de la pared de su celda.
En la pared opuesta a su cama había un escritorio plegable y una silla que hacía juego.
Aún más inesperado fue el hecho de que le habían facilitado una gran variedad de
víveres, había artículos de tocador en un estante cercano al lavabo y diversas otras
necesidades sobre el escritorio.
Un rastrillo.
Un peine.
Un cortaúñas.
Incluso había una pequeña escoba para barrer el suelo acomodada en la esquina.
- 107 -
Capítulo II: Frente DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
Luego, levantó la vista hacia el techo y su buen ánimo se hundió de nueva cuenta.
El techo era anormalmente bajo, provocando que Firo sintiera que podría colapsar y
aplastarlo en cualquier momento, además la brutal luz de la única bombilla, que colgaba
de ella, apuñalaba sus ojos y piel sensibles.
Firo desvió la mirada, refunfuñando cuando se dio cuenta de lo que eso significaba.
El hecho de que podía ver la celda justo frente a él, sugería que lo mismo se aplicaba a
la inversa y esa información hizo que deseara salir tan pronto como fuera posible.
La primera toma de lista de Firo luego de su encarcelamiento le informó que el
enorme afroamericano y el delgado hombre asiático, que estaban antes en el barco, eran
sus compañeros de celda. Tal vez los tres hombres que originariamente habían estado
en las celdas fueron liberados hace poco, o quizá solo fueron “removidos” por otros
medios para que Firo y los otros estuvieran juntos. De cualquier modo, el hombre
caucásico que murmuraba a cada instante y que también había estado con él en el bote
al parecer había sido ubicado en otro lado.
Firo optó por ver el lado bueno de las cosas en lugar de seguir lamentándose sobre
su aprieto. Pensó para sí mismo que al menos no tendría que preocuparse de que el
techo o las paredes colapsaran a su alrededor, como sucedía en su niñez cuando a
menudo vivía en edificios baratos de mala muerte.
- 108 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Después de todo, si las cosas habían sido así de malas en una prisión normal, ¿qué
tipo de bazofia servirían en un lugar que hasta los criminales más despiadados
llamaban “Infierno”?
La idea se rehusaba a dejar su cabeza y Firo naturalmente arrastró los pies a medida
que se dirigía hacia la cafetería por su primera comida de prisión.
Lo primero que notó cuando entró a la cafetería fue que la atmósfera era totalmente
diferente a las largas filas de celdas.
Mientras que los bloques de celdas, afectuosamente llamados “Broadway” por los
reclusos, se sentían abarrotados y claustrofóbicos, la cafetería daba una especie de
sensación amplia y abierta. Hasta las aburridas paredes y techo, igual de inexpresivas y
sosas que las de su propia celda, no eran tan opresivas.
Echando un vistazo otra vez a su alrededor mientras salía de la fila con su comida,
Firo observó que la cafetería ya estaba repleta de personas, desterrando el sentimiento
de libertad y apertura que había experimentado momentos atrás.
Desconocía si alguien lo había invitado o él mismo tomó la decisión; pero Firo vio
que el afroamericano que entró al mismo tiempo que él ya había tomado asiento junto
a otros negros; inclusive el asiático delgado encontró uno de los pocos grupos de Asia y
ahora estaba con ellos, introduciendo comida en su boca sin decir una palabra.
El hombre caucásico que había estado en el barco con Firo se encontraba en la parte
más alejada de la cafetería él solo; temblando y estremeciéndose; sin embargo, Firo no
se iba a molestar en ir tan lejos. Decidió tomar asiento en una silla cercana y comer.
De acuerdo a Misery, cualquiera de esos tres, o incluso todos ellos, podrían tener un
motivo oculto al entrar en Alcatraz.
- 109 -
Capítulo II: Frente DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
Como sea. Todos los que están aquí son un enemigo de una u otra forma.
Tenía que cuidar su espalda todo el tiempo. Todos eran extraños y no podía
permitirse confiar en nadie.
—¡¿Eh?!
En esta ocasión, se trataba de una voz que provenía de sus propios recuerdos, no de
los que pertenecían a Szilard Quates.
¡Isaac!
- 110 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Sabes, pensé que era un poco raro que nunca escucháramos lo que pasó con él luego de
que los policías lo atraparan; pero, no creí que estuviera aquí de entre todos los lugares…
Espera… ¿eh?
Dos guardias se acercaron y sujetaron a Isaac por las manos en medio de su saludo,
otros dos se agacharon y lo tomaron por las piernas.
—La única broma por aquí son las que haces de las reglas. No charlas entre los
presidiarios, ¿recuerdas? Bueno, supongo que tu décima visita a los calabazos te
refrescará la memoria. Incluso te daremos un par de cadenas extras gratis, solo por la
ocasión.
Los guardias levantaron el cuerpo de Isaac hacia el aire como si fuera algún tipo de
electrodoméstico estrafalario, cargándolo deprisa por la cafetería hasta la puerta más
alejada.
Firo se quedó sin palabras ante la extraña escena y todo lo que pudo hacer fue girar
ociosamente la cuchara mientras observaba.
Con las manos y pies ahora atados, Isaac solo podía retorcerse levemente conforme
alzaba la voz quejándose con los guardias que lo rodeaban.
—¡Agh! ¿Qué creen que están haciendo? ¡No estaba bromeando para nada! ¡Solo
decía un hola al estilo de Nueva York como celebración por una esperada reunión!
¡Suéltenme!
- 111 -
Capítulo II: Frente DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
Los guardias lo ignoraron, levantando aún más alto a Isaac a medida que lo
transportaban, su fluido trote entrenado dejaba en claro que estaba lejos de ser la
primera vez que hacían esta clase de cosas.
—Veló por el lado positivo, podrás disfrutar de otra ronda de nuestras hospitalidad
estilo Alcatraz.
—Ssh. Vamos, campeón, upa. Te llevaremos a una linda y oscura habitación para que
puedas descansar tú solo. Hombre, te envidio tanto.
Mientras jugaba con sus pulgares ociosamente, Firo se preguntó si debería tratar de
ayudarlo, cuestionando si podría cambiar algo incluso si defendía a su amigo de los
guardias. Su tren de pensamiento fue bruscamente interrumpido cuando Isaac contestó
a los guardias que lo acarreaban como a un sillón.
—¿Tienes envidia? ¿Por qué? ¡Ni siquiera te dan tanta comida allá abajo y las cadenas
hacen que sea difícil moverte!
—Puedes perder peso gracias a tu nueva dieta y jalar las cadenas te servirá como un
ejercicio gratuito.
—Umm. Tienes un buen punto. Muy bien, todos, ¡vayamos a los calabazos! Pero,
espera, ¿en serio estoy tan gordo?
Eeh… Pues…
Firo se dio por vencido y encogió los hombros, optando por tomar la situación con
calma.
Tenía que admitir que podía respirar un poco más fácil, sabiendo que por lo menos
había alguien en la isla en quien podía confiar…
—Hey, ¿conoces a ese idiota? Parecía que estaba-
- 112 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Había sido solo por un momento, pero la atmósfera en la cafetería se había desviado
de la norma.
Esperaba ver algo parecido a desechos de cerdo, provocando que la escena que
recibió sus ojos fuera muy asombrosa.
Solo le había dado a su charola la más superficial de las miradas antes de sentarse,
distraído por los complejos pensamientos que pasaban por su cabeza. Aunque, ahora
que echaba un mejor vistazo, estaba algo sorprendido de ver un conjunto de platillos
sobre su bandeja que en realidad lucían muy apetitosos. Todavía el vapor salía
perezosamente de su comida caliente e incluso la cantidad no era muy diferente a la
que usualmente consumía.
¿Qué demonios?
Tal vez solo se veía bueno; no obstante, aun cuando lo pensó, Firo se preguntó porque
alguien se tomaría la molestia de preparar comida mala que solo lucía deliciosa. Miró
sospechosamente, por extraño que parezca, a su atractiva comida y probó presionar el
filete con la parte trasera de su tenedor.
Le echó un bocado con cautela y sus ojos se abrieron cuando sus papilas gustativas
recibieron un sabor más rico de lo que se había imaginado. Lo atrapó totalmente por
- 113 -
Capítulo II: Frente DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
sorpresa, aún más considerando que había temido una horripilante comida todo este
tiempo.
La sopa, asimismo, era espesa y cremosa, mucho mejor que lo que preparaba él
mismo en casa. Los vegetales que flotaban en ella conservaban su textura y sabor, el
sonido crujiente cuando los mordía casi fue suficiente para hacer que olvidara que se
encontraba en la prisión de una isla cerca de la bahía de San Francisco, confinado por
todos lados con monótonas paredes de concreto.
El recuerdo de Isaac siendo llevado al solitario por levantar la voz seguía fresca en
su mente, Firo vaciló, preguntándose si debería arriesgarse a contestar.
—El director que administra el lugar es listo, sabes. Comprende que si mantiene a
los reos muy limitados, se volverán locos. Y reclusos locos son jodidamente más difíciles
de controlar que si estuvieran felices. No es como si los guardias quisieran lidiar con un
motín más de lo que nosotros quisiéramos iniciar uno. Puedes apostar que las noticias
volarían por todo el lugar con algo como eso.
—Sí, ahora entiendo —contestó a media voz Firo, echando un vistazo hacia un
guardia cercano conforme hablaba. En efecto, el guardia ni siquiera volteó a ver en su
dirección. Firo escuchó con detenimiento y se percató de que podía oír sonidos
sosegados de conversaciones por lo bajo en todas partes de la cafetería.
—Aunque llamarnos reos felices sería muy flexible. La prisión sigue siendo un
infierno y uno aburrido además, a fin de cuentas. Mira a tu alrededor. La mayoría de
esos pandilleros ya están muertos por dentro, en espera a que sus cuerpos los alcancen.
Las luces están encendidas, pero no hay nadie en casa.
- 114 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Oye, en realidad, tú eres nuevo aquí, ¿no es así? Cuéntame, ¿cómo te trajeron aquí?
—¿Yo? Subí a un tren que me llevó a San Francisco y luego abordé un barco en el
puerto que me transportó el resto del camino.
—Yo fui uno de los primeros tipos en este lugar. Nos transfirieron aquí de veinte a
treinta personas a la vez. Pasé tres días esposado en un tren con otras dos docenas de
personas y, ¿sabes qué? Nunca salimos del tren hasta que llegamos aquí.
—¿Eh?
¿Cómo pudo haber llegado a una isla por tren? Firo miró escépticamente al recluso
junto a él; sin embargo, el hombre solo sonrió de regreso.
—Movieron todo el maldito vagón del tren a un barco y nos transportaron hasta acá.
—Estás bromeando…
—Ja, desde luego que no. A nosotros los estadounidenses, nos gusta hacer las cosas
a lo grande, ¿sabes? Y por un demonio, funcionó, ¿no es así? En realidad es algo
espectacular, para ser honesto.
Firo dio un bajo silbido apreciativo ante la historia del otro hombre; luego notó que
había algo diferente sobre su improvisado compañero de conversación.
—Tú no eres como los demás, ¿verdad? No creo que tú te veas muerto por dentro.
—¿Eh? ¿Oh, yo? Eso es porque tengo algo que quiero hacer.
Firo asumió que significaba que el hombre tenía una especie de objetivo esperando
por él afuera. Desconocía qué tan larga era la sentencia del otro hombre, pero tenía que
respetar esa clase de fortaleza mental que mantenía esa descarada sonrisa sobre su
rostro a pesar de sus precarias condiciones.
—Bueno, de todas formas, en el peor de los casos nos estaremos viendo mucho
tiempo en los próximos años; así que si hay algo que no conozcas del lugar, puedes
preguntarme.
- 115 -
Capítulo II: Frente DISFRUTEMOS DE UNA BUENA COMIDA
—Oye… tú brazo…
—Oh, ¿esto?
Un golpe sordo salió de la mesa cuando su mano hizo contacto y la robusta madera
incluso se estremeció un poco.
—Permiso especial. De hecho está cosa está directamente adherida a mis huesos; así
que no saben que podría suceder si trataran de quitarla. Ni siquiera yo mismo lo sé. Tal
vez termine matándome.
Al principio Firo creyó que el hombre estaba bromeando; pero lo dejó pasar sin hacer
más preguntas. Además, tampoco podía pensar en una buena excusa para que los
guardias lo dejaran conservar un brazo de metal; de modo que se encogió de hombros
y lo sacó de su mente.
La sonrisa del hombre era de alguna forma peligrosa. Feroz y salvaje. Firo pensó que
si un lobo pudiera sonreír, así es como se vería.
La idea permaneció mucho tiempo por alguna razón, negándose a salir de la mente
de Firo mientras sujetaba el frío metal y lo estrechaba.
Y a lo largo de todo eso, se mantuvo dichosamente desapercibido de la extraña
conexión que los unía…
- 116 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 117 -
En Millionaire Row, Nueva York
La calle, idéntica a las personas que vivían ahora en ella, personificaba el sueño
americano de la pobreza a la riqueza. Se transformó en una parte de la visión misma;
aquellos que anhelaban convertirse en ricos y famosos se decían a sí mismos que algún
día ellos también edificarían sus propias casas en Millionaire Row.
Hasta aquellos que argumentaban que el dinero no lo era todo tenían que reconocer
que realmente existían personas que habían encontrado la felicidad gracias al dinero y,
que dichas personas, las podrías encontrar viviendo en la Quinta Avenida.
—Vamos, Jacuzzi. Detente de una vez. Estás llorando tanto que a mí también me
pondrás triste.
El muchacho tenía la mejilla presionada contra una columna de mármol, las lágrimas
descendían hasta mojar la alfombra roja.
10
N. de la T. Andrew Carnegie: fue un industrial, empresario y filántropo estadounidense oriundo de Escocia.
Fue quien lideró el crecimiento de la industria del acero en los Estados Unidos a finales del siglo XIX.
Generalmente es conocido como una de las personas más ricas del mundo y de los EUA de la historia.
- 118 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
La mujer de rodillas junto a él, quien se esforzaba por detener su llanto, de igual
forma lucía muy peculiar.
Era joven, quizá de la misma edad que el muchacho que lloraba. Era bastante bonita,
pero su apariencia se estropeaba por la cicatriz que recorría su rostro y pasaba sobre
su ojo derecho, el cual se encontraba cubierto por un parche negro. Las cicatrices y el
parche en el ojo no hacían juego con el elegante par de anteojos que también usaba,
dando una imagen que no servía de mucho a fin de cuentas. Ciertamente, no lo que uno
esperaría ver en Millionaire Row.
Y no eran los únicos. Unas cuantas personas más se encontraban reunidas formando
un semi-circulo alrededor de la extraña pareja y ellos, de igual forma, no aparentaban
nada más que una pandilla de malhumorados del lado equivocado de la ciudad.
—No estés tan triste por eso, Jacuzzi. Si continúas llorando de esa forma, no será
capaz de ir más allá.
—¿Eh?
—Hablando de eso, ¿no creen que su llanto empeora con los años?
—De todas formas, ¿de dónde vienen las lágrimas? Creo que escuché en algún lado
que salían de tu cerebro11.
—Ugh, Dios mío. Entonces, ¿son como los mocos del cerebro? Qué espeluznante.
—Jacuzzi, hablando sobre muertos, llorando. Llorar… morir. Umm… ¿Alguien murió?
—Hyaha.
—Kihya.
—Maldición, no entiendo que rayas está pasando. Hey, Jon, ¿por qué llora esta vez?
11
N. de la T. No opinaré nada sobre esta línea, ya que solía decir cuando era niña que los mocos eran partes
de tu cerebro que se derretían y qué cuando te sonabas mucho podrías quedar tonto jajaja
- 119 -
Capítulo II: Revés TRATEMOS DE INICIAR UNA CONVERSACIÓN
—¿Quién?
—¿En serio no te acuerdas de él? Bueno, él es algo así como el jefe de los vándalos de
este vecindario y antes, cuando recién llegamos a Nueva York, tuvimos una
insignificante riña con él. Luego nos ayudó una vez, pasamos por una pequeña aventura
juntos y ahora nos respalda por así decirlo. Resulta que es una buena persona y un
amigo fiel.
—Wow, tampoco sabía sobre eso. Entonces, ¿por qué llora? ¿Ese tipo Graham murió?
—Jyaja.
—Desde luego que no. Si en realidad fuera algo serio, Nice le daría algo de tiempo a
solas para que lo superara.
—¿Qué? ¿Sigue vivo? Pero, ¿no dijo Nice algo sobre que él “iría más allá” hace un
momento?
—¿Chicago?
—Aguarda, ¿ese Chicago? ¿La ciudad del viento? Oye, creo que he oído sobre ese
lugar.
—Hombre, ya lo extraño.
—¿Por qué quisieras? Si me lo preguntas, me parece bien vivir en esta gran casa para
siempre.
- 120 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Jejeje.
—Jyaja.
—Pero, Nice, ¡es mi culpa! ¡El señor Graham tuvo que expandirse porque tomamos
parte de su territorio! Y eso lo obligó a moverse a la zona de una pandilla más grande,
y, uh, ahora lo están persiguiendo y no sé qué hacer y-
—Es por eso que él irá a Chicago y una vez que esté allí, estará seguro. Te lo dije, no
te preocupes por eso.
—P-pero, mencionó que ayudaría a unos mafiosos que conocía… y luego él, me dijo
que me cuidara yo mismo, porque tal vez nunca regresaría, y, y, no pude detenerlo, pero,
tampoco puedo volver a Chicago para ayudarlo, y, pero, y, qué voy a hacer…
Sin embargo, había una persona en la casa que no estaba contenta con sentarse y
cruzar los brazos. Caminó a grandes pasos por detrás de Jacuzzi y le dio un elegante
coscorrón en la cabeza con el libro de su mano izquierda.
Jacuzzi se sorprendió y levantó la vista, seguían fluyendo lágrimas por sus mejillas, y
vio a una mujer rubia frunciéndole el ceño de manera severa.
—¿En qué estás pensando, Jacuzzi? Si continúas llorando tanto, ¡harás desaparecer
ese lindo dibujo sobre tu cara!
—¡¿Mi-Miria?!
—Fiiu…
El tatuaje significaba mucho para él, Jacuzzi colocó una mano sobre su frente y exhaló
un profundo suspiro de alivio una vez que estuvo seguro de que se encontraba sano y
salvo, su rostro se iluminó como si se hubiera quitado un gran peso de encima.
- 121 -
Capítulo II: Revés TRATEMOS DE INICIAR UNA CONVERSACIÓN
- 122 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
En realidad, Miria era un poco mayor que Jacuzzi, pero su despreocupada alegría
hacía difícil distinguir quien era más grande entre ella y los integrantes de la pandilla
de Jacuzzi.
—¡Por supuesto! En qué estaba pensando al sentarme aquí a llorar por algo como
esto cuando Isa-
Se quedó paralizado como un conejo cegado por las luces de un auto, entretanto sus
amigos lo traspasaron con miradas enfurecidas, reprendiéndolo con los ojos en lugar
de palabras.
Jacuzzi permaneció allí sentado con la boca abierta por un rato, percatándose de lo
que estuvo a punto de comentar y jadeó, echando un vistazo al rostro de Miria.
—Isaac —susurró ella tan quedamente que habría pasado desapercibido de no ser
por el repentino silencio.
El nombre, entonado como una súplica, pasó sin ser respondida. Tal vez fue
demasiado para que ella lo soportara; ya que un ruido ahogado escapó de la garganta
de Miria y sus hombros comenzaron a temblar.
Los adolescentes a su alrededor desviaron la mirada y movieron los pies con torpeza,
aguantando la respiración en espera por lo que sucedería a continuación. Posiblemente
estallaría en llanto muy pronto y su rostro se arrugaría con tristeza.
Aunque, en lugar de eso, Miria pasó saliva con fuerza, tragándose el sollozo que
amenazaba con salir. Mordió su labio, dio media vuelta y sujetó la perilla de una puerta
cercana.
—Miria…
Giró sobre su propio eje para mirarlos y la sonrisa sobre su cara en ese momento era
la misma de siempre. Sin embargo, la forma en la que hablaba más rápido de lo usual,
casi tropezándose con las palabras, dejaba en claro que incluso la apariencia valiente
que ponía era algo delicado en el mejor de los casos.
—¡Isaac dijo que le gustó más cuando sonrío y cuando Isaac es feliz, soy feliz! Así que,
¡no voy a llorar! ¡Eso es todo!
Declarado eso, abrió la puerta y salió corriendo, cerrándola de golpe detrás de ella
mientras se marchaba en una ráfaga de ánimo exaltado.
—¿«No voy a llorar»? ¿Acaso no fue ella la que lloró por tres días seguidos cuando
vino aquí el mes pasado?
—Sí, me acuerdo de eso. Luego, Jacuzzi empezó a llorar con ella. Cielos, qué dolor de
cabeza…
Jacuzzi observó a sus amigos retroceder, con las manos en alto para aplacar a Nice y
su expresión se nubló una vez más.
—¡Jacuzzi! ¡Basta tú también! ¡Solo terminarás llorando por nada otra vez!
Y así todo comenzó de nueva cuenta, como una comedia barata. Jon suspiró y negó
con la cabeza, girando hacia el hombre asiático de pie junto a él.
—Ahora que lo pienso, Fang. Fue Chane quién hizo que Miria dejara de llorar, ¿no es
así?
Jon abrió la boca para preguntar a dónde había ido, luego la cerró, arribando a la
conclusión más plausible por cuenta propia. Aun así, Fang se rió entre dientes y le dijo
de todas formas.
- 124 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
En el parque de Madison Square, Nueva York.
Había una mujer joven sentada sobre una banca de un parque cercano a la Quinta
Avenida, perdida en sus pensamientos.
El parque de Madison Square era como una pincelada verde en medio de la paleta de
grises de la ciudad.
Si uno levantaba la vista hacia las copas desnudas de los árboles, las siluetas de acero
del Empire State Building y los demás rascacielos de Nueva York, que se asomaban de
entre las ramas sin hojas, proveían de algún tipo de telón de fondo fantástico y
surrealista frente a la serenidad del parque.
Era mucho más pequeño que Central Park; pero eso solo acentuaba la sensación de
un oasis en un desierto de concreto, atrayendo la atención de los transeúntes cuando
pasaban y calmando sus preocupaciones cuando entraban.
Meditaba sobre los eventos que sucedieron hace un mes, cuando uno de los amigos
de Jacuzzi había aparecido en el umbral de su puerta.
A decir verdad, Chane no conocía muy bien a Miria en ese momento. Todo lo que
sabía era que la mujer venía a visitar a Jacuzzi y su pandilla de vez en cuando. Algunas
veces hacía travesuras y en otras ayudaba con lo que sea que la pandilla estuviera
haciendo entonces; básicamente manteniendo una relación más o menos afectuosa con
sus amigos. Chane escuchó que en una ocasión salvo la vida de Jacuzzi y la pandilla
evidentemente los recibían encantados. Personalmente, Chane tampoco tenía nada en
contra de la mujer.
Sin embargo, cuando apareció en la puerta sola, Chane de inmediato sintió que algo
andaba mal.
- 125 -
Capítulo II: Revés TRATEMOS DE INICIAR UNA CONVERSACIÓN
En ese caso, probablemente no era asunto suyo. Luego, Chane se marchó de allí,
sacando el tema de su mente; no obstante, un par de días después, escuchó por
casualidad a Nice platicando con Jacuzzi.
—Parece que nadie ha oído de Isaac desde que los policías lo atraparon…
Jacuzzi prácticamente sufrió una crisis nerviosa luego de que Nice dijera eso y Chane,
asimismo dejó de escuchar.
Lo caviló por un momento y fue hacia la habitación donde Miria se estaba quedando.
Miria se giró mientras abría la puerta, sus ojos seguían rojos e hinchados. Era obvio
que había estado llorando hace poco.
«¿Estás bien?» —preguntó Chane. No podía hablar; pero, cargaba una libreta para
escribir, eso le permitía transmitir sus pensamientos con toda claridad.
—Estoy bien… Lamento ser una molestia. Es solo que, alguien me dijo que nuestro
apartamento ya no era seguro y necesitaba un lugar dónde quedarme. Lo siento.
Chane se limitó a negar con la cabeza lentamente. Ella misma no consideraba a Miria
un fastidio en lo absoluto y sabía a ciencia cierta que Jacuzzi y su pandilla tampoco la
veían como una carga. Nice a menudo estaba ocupada con Jacuzzi, ya que el muchacho
escuchaba a Miria llorar y estallaba en llanto él solo; sin embargo, Jacuzzi tenía la culpa
y no Miria.
«La policía también tiene a una persona muy importante para mí».
«Mi padre».
Era la primera vez que “hablaba” con Miria; sin embargo, la otra mujer se adaptó al
extraño método de comunicación con mayor rapidez incluso de lo que Jacuzzi lo había
hecho; entablando un entendimiento mutuo de forma natural con ella casi de
inmediato. El rostro de Miria seguía húmedo con sus lágrimas y se sorbía la nariz de vez
en cuando; pero Chane no le prestó atención, en cambio encontró un gran cariño
creciendo dentro de ella por la mujer que aceptó sin esfuerzos a una persona tan
anormal como ella.
—Entonces… ¿han pasado años y años desde la última vez que lo viste?
- 126 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Sería una mentira decir que no sintió tristeza en el transcurso de estos años.
Sin embargo, cuando su padre fue alejado de ella, la única emoción que emergió de
su interior había sido de furia pura.
Por lo que, a diferencia de Miria, nunca lloró sobre una almohada hasta empaparla
con sus lágrimas. Quizá, si se hubieran llevado a su padre en estos momentos, luego de
que aprendiera cómo abrir su corazón, las cosas serían distintas. Tal vez, si perdiera a
su padre para siempre, o si Jacuzzi o el hombre a quien le dio su corazón desaparecieran
de su vida para siempre…
Chane vaciló, preguntándose qué decir, y al final escribió una respuesta que no era
del todo una respuesta.
¿Realmente era fuerte? Nunca había pensado que fuera de esa forma. De hecho, creía
que personas como Miria, quienes podían llorar libremente cuando perdían a sus seres
queridos, eran mucho más fuertes que ella.
Quizá sintiendo su titubeo, Miria mostró una leve sonrisa, confortando a Chane a
pesar de que había lágrimas todavía surcando sus mejillas.
—¡Eso quiere decir que somos amigas! —declaró Miria y una pizca de emoción tiñó
el rostro usualmente inexpresivo de Chane.
- 127 -
Capítulo II: Revés TRATEMOS DE INICIAR UNA CONVERSACIÓN
—¡Claro!
Chane charló con Miria hasta altas horas de la noche. En algún momento, se dio
cuenta de que estaba sonriendo.
Desde luego, a veces pensaba en Isaac y lloraba cuando eso sucedía; aun así, se
encontraba mucho más tranquila a cómo había estado al principio.
Y bien, Chane estaba sentada a solas en la banca, tras recordarlo, soltó un suspiro
silencioso de alivio ante la recuperación de Miria.
Siendo sinceros, no había mucho que Miria pudiera hacer actualmente. La policía
tenía a Isaac y el mejor curso de acción posiblemente fuera esperar hasta su liberación.
Por lo que alcanzó a oír, no parecía que los crímenes que cometió fueran tan severos,
de modo que cabía la posibilidad de que saliera pronto.
Había sido arrestado bajo cargos de planear actos de terrorismo; pero, la verdad del
caso era un poco diferente. Casi todo sobre lo que habían reportado sobre Huey, desde
su edad hasta sus acciones, eran falsas.
Como inmortal, su padre era incapaz de mentir sobre su identidad; sin embargo,
otras personas no tenían tales restricciones para mentir sobre él, ya sea que él lo
quisiera o no.
Incluso otro inmortal podría devorarlo, si eso pasara, entonces ella jamás lo volvería
a ver. No sabía.
La única información que obtuvo fue de un grupo de personas que conoció el año
pasado durante el incidente en Mist Wall, una extraña banda que aseguró trabajar para
su padre.
- 128 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Según ellos, su padre no solo se encontraba sano y salvo; sino que era capaz de dar
órdenes a sus subordinados en el exterior. En definitiva, fue un motivo de alivio; sin
embargo, no era garantía de que la relativa situación favorable de su padre duraría para
siempre. Además, no tenía ni la menor idea de qué intenciones tenía su padre con sus
experimentos.
Todavía perdida en sus pensamientos, Chane alzó la mirada, abarcando las ramas sin
hojas, los edificios de cristal y acero que se asomaban por detrás de ellas y el cielo azul
celeste que complementaba la imagen.
¿Qué debería hacer ahora con el nuevo conocimiento de cómo funcionaba el mundo?
Todavía faltaba una buena media hora para la hora que acordaron verse y Chane
pasó el tiempo contemplando distraídamente el tranquilo escenario alrededor de ella.
Racionalmente, sabía que posiblemente ese no fuera el caso; a pesar de eso, no pudo
reprimir la anticipación que se hizo evidente en su normalmente rostro inexpresivo a
medida que miraba hacia la entrada.
El abrigo negro que cubría su cuerpo no podía ocultar el hecho de que claramente
era alguien fuera de lo normal.
Portaba un antifaz negro con una retícula blanca de una mira cocida en el centro y
sujetaba dos bastones largos en sus manos mientras caminaba sin prisas hacia ella.
Creyó que era ciego; sin embargo, había una extraña seguridad en sus pasos a medida
que iba en línea recta hacia la banca donde ella estaba.
¿Quién?
- 129 -
Capítulo II: Revés TRATEMOS DE INICIAR UNA CONVERSACIÓN
No conocía a nadie que usara un antifaz como ese; pero, por algún motivo el hombre
se le hacía familiar. Desesperadamente repasó sus recuerdos, tratando de acordarse de
quien se trataba. La vieja herida en su hombro derecho, sanada hace tiempo, comenzó
a dolerle y su cerebro le advirtió que tuviera cuidado.
Quería hacer algo, cualquier cosa, pero entendía que estaría en la cúspide de la
insensatez actuar precipitadamente cuando todavía no recordaba quién era el hombre.
Aunque, las señales de alarma, que sus instintos le enviaban, hicieron que poco a
poco extendiera una mano hacia su cadera con la expresión en blanco y fría a pesar de
las sirenas detonándose en su interior.
La distancia entre ellos ahora era de solo casi cinco metros. Incluso si el hombre
tuviera una pistola, ella podría cubrir la diferencia y encargarse de él antes de que
desenfundara y disparara.
¿Cómo?
El hombre frotó su barba tipo candado con aire pensativo y le sonrió a Chane,
lanzado insultos hacia ella.
—Bueno, si estaré maldito. ¿Quién habría imaginado que una puta fanática como tú
estaría sentada aquí en el parque, perdida en sus pensamientos, luciendo toda linda
como una maldita pintura?
¡Spike!
Spike había sido un integrante de los Lémures de Huey Laforet, un francotirador que
prefería acechar desde las sombras para atacar desde lejos.
Chane ni siquiera estaba segura de si Spike era su verdadero nombre; todo sobre su
pasado era un misterio. Todo lo que los Lémures sabían sobre él era que se trataba de
un tirador de primera con su rifle de francotirador y, a decir verdad, eso era todo lo que
necesitaban saber. Lo único que les importaba a ellos eran los resultados producidos
por sus balas.
- 130 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Habían trabajado juntos cuando tomaron el control del Flying Pussyfoot; sin
embargo, a final de cuentas los Lémures traicionaron a Chane y el propio Spike dejó una
herida de bala en su hombro como un regalo de despedida.
—Umm, me pregunto. ¿Qué clase de expresión podría tener la hija de Huey Laforet
mientras me observa como una maldita idiota? ¿Tal vez se enamoró de mí a primera
vista, un delicado rubor sobre sus mejillas y lágrimas en sus ojos? No es que las perras
frías como tú sean mi tipo, te importa. Personalmente, me gusta una muñeca que se
retuerce cuando la abrazo.
Chane se llevó una mano al hombro derecho y se preguntó cómo debería reaccionar
a este fantasma de su pasado. Cabía la posibilidad de que viniera bajo las órdenes de su
padre y, en ese caso, no podía tal cual cortarlo sin importar que tan repugnante lo
encontrara.
—¡Alto, alto ahí! ¡Las manos fuera del cuchillo, por favor! Quiero decir, ajá, entiendo
que tuvimos nuestros problemas en el pasado, pero, ¿no podemos hacer borrón y
cuenta nueva? —Spike extendió los brazos a los lados en señal de paz, pero las palabras
que salieron de su boca contaban una historia diferente—. No vine aquí a matarte,
sabes. Al menos, no el día de hoy.
Chane hizo una pausa, preguntándose cuál era su objetivo. Tal vez tenía pistolas
ocultas dentro de sus bastones. Aguardó en silencio, su cuerpo todavía rígido por la
tensión y listo para moverse en cualquier momento.
—Cielos, ¿te mataría confiar un poco en mí? Bueno, como sea. No me importa. Estoy
aquí por órdenes de mi jefe. Quería que le hiciera unas cuantas preguntas a la hija de
Huey y regresara con respuestas.
Lógicamente hablando, entonces era muy poco probable que el jefe de Spike fuera
Huey.
- 131 -
Capítulo II: Revés TRATEMOS DE INICIAR UNA CONVERSACIÓN
—Ahora que lo pienso, ¿cómo demonios se supone que consiga respuestas de ti? No
puedes hablar y yo no puedo ver. ¿Cómo crees que nos comunicaremos, eh?
Chane dejó de prestarle atención a sus palabras; la hora para conversar llegó a su fin.
Vio cómo tomaba aliento para seguir hablando y frunció los labios para dar voz a su
próxima oración…
—Sospecho que podríamos intentar Braille o algo así; pero, creo que la forma más
fácil de hacerlo es…
Chane pateó el suelo y salió volando hacia Spike como una bala de cañón. Con su
primer paso sacó el cuchillo derecho, con el siguiente extrajo el izquierdo y con el
tercero los retrajo hacia atrás con una velocidad deslumbrante, en preparación para
cortar los tendones de Spike. Tener amigos no la habían suavizado.
¡¿Qué?!...
Ni siquiera sintió que nada la tocara; un momento estaba sobre el suelo y al siguiente
daba vueltas por el aire. Rápidamente dio un giro en medio del aire y logró enderezarse,
aterrizando sobre sus pies. Había perdido el equilibrio y el ritmo tranquilo de su
respiración se había roto; pero su desesperada contorsión evitó que cayera de lleno
sobre la espalda.
Se volteó para encarar a Spike y lo encontró de pie exactamente dónde había estado
hace un momento. No se había movido ni un poco.
Todo lo que Chane podía decir era que se trataba de un hombre rubio. El resto de él
se encontraba oculto detrás de un velo de puro negro: zapatos negros, abrigo negro,
saco y pantalón negro que no se hubieran visto nada fuera de lugar en un funeral. Hasta
su cara se encontraba casi oscurecida por el ala del sombrero de caza que vestía, lo
bastante inclinado hacia abajo para esconder sus facciones.
Se puso aún más alerta, aunque Spike no pareció notarlo. En cambio, simplemente
hizo un agudo silbido de apreciación.
—Fiuu. ¿Acabas de lanzar a esa pequeña diablilla por encima de mi cabeza? Tengo
que admitirlo, Félix, mi amigo, estás en otro nivel.
- 132 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
¿Félix?
Félix Walken era el otro nombre de su amado, Claire Stanfield, aquel que utilizaba
cuando hablaba con las demás personas salvo ella misma.
Sin embargo, el hombre de pie frente a ella no era Claire. Lo único que tenían en
común ellos dos era la atmósfera peligrosa que los rodeaba, una especie de aura
tangible, silenciosa y amenazadora.
—¿Eh? Oh, ¿eso de que vendiste ese nombre a otra persona? Bueno, en ese caso,
¿cómo rayos se supone que voy a llamarte? Piensa en los demás también, ¿te
importaría? Me refiero a que, probablemente vendiste ese nombre porque querías dejar
atrás tu pasado, pero mira que bien resultó eso. ¿Eh? ¿Tengo razón o tengo razón? —Se
rió Spike.
El hombre lo ignoró y se giró sin hacer ruido hacia Chane, su tono de voz era brusco
y serio.
—Hay una sola cosa que deseamos saber, señorita Laforet. Tan pronto como
respondas, te dejaremos ir-
—¡Y también nos haremos de la vista gorda con tus amigos! ¡Jajajaja!
¡¿Mis amigos?!
—¡Sabes, no podía creer lo que escuchaban mis oídos! ¿Quién habría pensado que te
unirías con ese mocoso tatuado que torció nuestros planes años atrás? Aunque, quiero
decir, no es que yo le guarde rencor al renacuajo. ¡Gracias a él, encontré un jefe que paga
mucho mejor que Huey!
—Es suficiente.
- 133 -
Capítulo II: Revés TRATEMOS DE INICIAR UNA CONVERSACIÓN
- 134 -
Isla de Alcatraz
Bajo tierra
Incluso los criminales más despiadados, desterrados hacia Alcatraz como último
recurso para las prisiones normales que ya no podían mantenerlos a raya, temblaban
de miedo cuando mencionaban el Agujero.
Se encontraba ubicado en las entrañas de la prisión, por debajo del largo pasillo que
la mayoría de los reclusos llamaban hogar.
Los cuartos del Agujero en realidad eran bodegas modificadas, restos de cuando la
prisión había sido una fortaleza. No había luz eléctrica allá abajo; los prisioneros que
causaban problemas eran lanzados hacia una completa oscuridad. Las paredes eran de
ladrillo, no concreto, y para evitar que los presidiarios intentaran excavar un túnel para
escapar, eran atados con cadenas de hierro durante su estadía.
Aunque, incluso por debajo de la oscuridad del Agujero, en un lugar que no figuraba
en los planos para nada…
Había algunos que decían que la habitación originariamente había sido una zona
secreta de almacenaje o, quizá, un escondite temporal para los VIP no combatientes;
pero, nadie sabía con seguridad.
Era demasiada grande para ser considerada una celda de prisión. Más cercana al
tamaño de la habitación de un hotel.
- 135 -
Interludio I EN LA OSCURIDAD
—¿Cuál es la situación?
—El otro inmortal, Isaac Dian, lo reconoció y causó una pequeña conmoción. Luego
de que Dian fuera retirado de la cafetería, sostuvo una breve conversación con Ladd
Russo; pero, por lo demás, fue cuidadoso de no llamar la atención.
—¿Y qué hay de los otros tres reclusos que vinieron con él? —cuestionó Huey
Laforet.
—Sabemos quiénes son y qué hicieron para llegar aquí. Simplemente no hemos sido
capaces de sacar a la vista algún dato sobre ellos que nos parezca fuera de lo normal. La
única noticia relevante que ha sucedido recientemente es el hecho de que mis cuerpos
en D.C. y Chicago están siendo aniquilados sistemáticamente. Ocurre mientras duermen
o por accidentes fortuitos, lo que me lleva a pensar que quienquiera que está detrás
comprende cómo trabajamos Hilton y yo.
—Muy bien. Por favor, continúe la vigilancia y avíseme si algo sucede, Sham.
- 136 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Ohuaaa…
La voz que le respondió, todavía atontada con sueño, era la de una niña.
—¡Buenos días, papi! —dijo cantando y ofreciéndole a su padre una sonrisa brillante
que parecía iluminar la gris habitación.
—¡Va muy, muy bien! ¡Atrapé a muchos y creo que a Sham también le está yendo
bien! Ah, umm, pero también hay unos raros.
—¿Raros?
—Umm, no puedo decir mucho al respecto porque los demás siguen investigando,
pero… ¡Pero, no te preocupes, papi! ¡Si son enemigos, nos podemos juntar todos y
matarlos, no hay problema!
Tenía la voz y apariencia de una niña; no obstante, las palabras que pasaron por sus
labios no eran nada inocentes.
Huey lo tomó con tranquilidad, la serena sonrisa nunca abandonó su rostro mientras
lo cavilaba, acariciando distraídamente el cabello de su hija con su mano izquierda.
La niña asintió y sonrió, feliz de acatar la orden de su padre, y se dirigió hacia una
esquina.
—Ah —exclamó Huey por detrás de ella, una sombra pasó brevemente por su
rostro—. Liza. Una cosa más. No creo que sea capaz de interferir esta vez; pero, aun
así… trate de tener cuidado con Víctor.
—Está bien, papi —La niña se giró a verlo, en su rostro se mostraron las emociones
mientras pensaba en el otro inmortal—. ¡Seré extra cuidadosa! ¡Sé que Víctor es un gran
gordo maloso!
- 137 -
Interludio I EN LA OSCURIDAD
Se acordó de la charla que tuvo con Víctor antes de que fuera consignado a esta
prisión bajo tierra.
—Llegó la hora de que llores de alegría y te postres a mis pies, Huey. Conseguí una
suite especial en Alcatraz, lista solo para ti.
—Oh, cielos. ¿Planea cortarme en pedacitos y experimentar con mi cuerpo? O tal vez
será tortura. Supongo que nadie escuchará mis gritos en una isla tan solitaria, tampoco
lograra cruzar la bahía ninguna noticia sobre mí hasta los oídos de alguien.
—Inventa más estupideces, quieres. Algunos de los altos mandos del gobierno
probablemente les gustarían hacer exactamente eso y creo que los bastardos de Nébula
se mueren por hacerte unas preguntas también; pero, relájate. Y desespérate. Si tienes
tiempo de sobra después de eso, puedes usarlo para agradecerme, porque a dónde
pienso llevarte, nadie te pondrá un dedo encima.
—¿Desesperarme?...
—Ah.
—Imagina lo que sucedería si dejara suelto a alguien como tú entre un montón de
políticos y científicos. Les habrías lavado el cerebro en menos de tres días. Primero les
susurrarías tus promesas al oído, atrapando su interés y antes de que se dieran cuenta
estarían comiendo de tu condenada mano. Uno de esos científicos diría «Oye, este
colega, Huey, creo que es un chico muy sofisticado. Deberíamos hablar con él y ver qué
tipo de información nos podría compartir». Y puedes apostar tu trasero que en ese
punto su cerebro ya estaría escurriéndole por las orejas. Entonces, oh, mira, una correa
de tu camisa de fuerza se soltó y, oh, al día siguiente entrarían y descubrirían que todos
en el laboratorio están muertos y, oh, ¡Huey maldito Laforet no está por ningún lado!
Oh, no, oh, qué mierda vamos a hacer señor Talbot, por favor haga algo aun cuando nos
dijo que justamente esto iba a pasar y lo ignoramos como los jodidos idiotas que
somos… y luego, tratarían de que vaya a buscarte; pero, ¿sabes qué? ¡Les diré que no!
¡Déjame decirlo otra vez! ¡No! ¡Una vez más para estar seguros! ¡Lee mis labios! ¡Ene!
¡O! ¡No!
- 138 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¡Ja! ¡No hay forma de que sea lo bastante listo pata entender las cosas que haces!
¡Apuesto a que nadie podría! Así es, ¡apuesto a que ni siquiera tú podrías pensar en una
sola persona en todo el mundo que te entienda perfectamente!
—¡No se supone que aceptes esa apuesta, tonto! ¿Tienes idea de lo estúpido que me
haces ver? Realmente debes odiarme para humillarme tanto, ¿eh?
—No lo odio, Víctor. Y debo insistir en que no puedo engañar a las personas tan
fácilmente como usted cree.
—¿Quieres apostar? Mira, Huey. Nosotros los inmortales, somos como un veneno
para la gente normal. Los herimos con solo estar cerca de ellos. Yo decidí encerrarme
en una botella por voluntad propia, pero tú, eres jodidamente inflamable y contagioso,
¿cómo demonios esperas que te deje estar así?
—Ah.
—Debo de admitir que esperaba tener una conversación un poco más lógica.
—Bueno, seré honesto. No podrás ver el sol por un tiempo y admitiré que me das
lástima por eso. Sin embargo, no te preocupes. No sé cuántos años tome, pero… una vez
que nos encarguemos de Nébula, te dejaré salir.
- 139 -
Interludio I EN LA OSCURIDAD
Huey contempló distraídamente las paredes, recordando la mirada orgullosa en el
rostro de Víctor. Despacio y atentamente prosiguió con la conversación, aunque Víctor
no estaba allí para responder.
—Entonces, creo que me despediré de este lugar, Víctor. Liza —dijo, mirando a la
niña sentada junto a él sobre la cama, la cual balanceaba sus piernas de atrás para
adelante en el borde. Su voz cobró una atmósfera intencionada—. Por favor, pase el
mensaje a todos los Gemelos.
—A partir de este momento, las siguientes áreas e individuos serán designados como
mis especímenes.
No lo dijo con placer, ni con tristeza. No había ni una nota de sombría determinación
en su voz.
Con tranquilidad y en silencio dio sus órdenes, como si para él, tales cosas fueran
meramente parte de su rutina de trabajo.
Sobra decir, por supuesto, que los deseos de sus futuros especímenes no eran algo
que había considerado en lo absoluto.
- 140 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 141 -
En Broadway, Isla de Alcatraz
Por la noche
Firo escuchó un susurro desde la celda a un lado de él y se levantó con los codos,
girando la cabeza hacia la voz.
Quienquiera que fuera, no parecía que hablaba directamente por la pared. Lo más
probable es que tuviera la cara junto a las barras de su celda, dejando que su voz llegara
hasta la cama plegable de Firo.
Naturalmente, estaba prohibido que los reclusos charlaran luego de apagar las luces;
no obstante, podían sostener conversaciones nocturnas siempre y cuando no fueran
muy ruidosos, dado que no había guardias situados en el largo pasillo. Además, gracias
a la forma en que los pasillos conducían el sonido, los presidiarios podían oír con
facilidad los pasos de los guardias que se acercaban; mientras dejaran de hablar en ese
momento y se arrastraran de regreso a sus camas, los guardias no podían probar nada.
Veamos… El tipo a un lado de mi celda junto a la cama era… el sujeto asiático con
tatuajes, ¿no?
—Umm… Sí, eso creo —contestó Firo con cautela, considerando lo que Misery dijo
cuándo recién llegó. No podía bajar la guardia alrededor de los tres reclusos que
entraron al mismo tiempo que él, no cuando desconocía cuáles eran sus intenciones.
Aun así, siempre que tuviera cuidado de mantenerse alerta…
—Me di cuenta que conseguiste el tratamiento especial cuando llegamos aquí. ¿Qué
te dan?
—Eh… No fue nada. Me hicieron unas preguntas sobre algunas personas que conozco
allá afuera. Creo que piensan que soy de la mafia o algo así. Bueno, dejaré que piensen
lo que quieran.
Mantener una conversación con alguien al que no podía ver fue más difícil de lo que
pensó. Muy diferente a charlar con alguien por teléfono, de eso estaba seguro. Y desde
luego no ayudaba que el hombre asiático al otro lado fuera un completo extraño.
El propio Firo no era exactamente un civil inocente; pero, aun con todo, no podía
evitar sentirse un poco nervioso sabiendo que su compañero de conversación era
responsable de algo que garantizaba una sentencia en Alcatraz. Se preguntó cómo
sonaría para el otro hombre y cómo reaccionaría el asiático.
- 142 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¿Eh?
—Lo que quise decir fue, ¿qué sucedió luego de eso? Tuviste que haber hecho algo
después de eso para conseguir un boleto aquí.
Oh, sí.
Había olvidado que nadie entraba en Alcatraz directamente de las calles. Bueno,
salvo casos especiales como Huey Laforet o el mismo Firo, claro está.
Espera, en ese caso, ¿qué rayos hizo Isaac para que lo transfirieran aquí?
Había tratado de pasar por alto los detalles; sin embargo, a lo mejor había sido
demasiado evasivo.
Bueno, si dice que parezco un niño sin agallas, supongo que simplemente le daré una
probadita de lo que puedo hacer mañana.
—¡Ja! Tú también, ¿eh? Sí, sé a qué te refieres. Estás aquí por lo mismo que yo.
—¿Tú también?...
—Ajá. Bueno, en mi caso, estaba este guardia que me sacaba de quicio, así que le di
una mordidita en el cuello. Entiendes, ¿cierto?
¿Mordidita?...
—¡Jejeje! Oye, ¿has escuchado del odorigui? Es una forma de comer que tienen los
japoneses, masticas la comida mientras sigue viva y moviéndose. La sensación de algo
vivo retorciéndose contra tu lengua, contra tus dientes mientras las masticas…
¡Simplemente todo se fusiona con el salado sabor de la sangre y lo vuelve tan increíble!
—Alto, alto, escúchame hasta el final. Quiero decir, lo recuerdo ahora y… ¡Maldición,
esa sensación! ¡Ese efecto de desgarre mientras mis dientes atrapan la piel! ¡El sabor
del hierro inundando mi boca! El sonido del guardia gritando y el dolor de los garrotes
- 143 -
Capítulo III: Frente DISFRUTEMOS LA VIDA EN RECLUSIÓN
golpeando mi cabeza creando el condimento perfecto… ¡Delicioso! ¡Fue tan genial que
creí haber muerto y llegado al cielo!
El hombre al otro lado pisoteó las protestas de Firo y habló sin parar con su ahora
renuente compañero de conversación.
—¿En serio lo crees? No lo sé, ¿no es el hambre un instinto natural del hombre? Solo
estaba siguiendo el llamado de la naturaleza, sabes…
Un momento después, un golpe seco provino desde el otro lado de la pared, seguido
por otro y luego otro, el constante staccato rítmico de los dientes abalanzándose sobre
los dientes formó una melodía escalofriante que retumbó en los oídos de Firo.
Qué monstruosidad. Casi parece que tuviera la boca llena de colmillos y nada más… eh.
Firo hizo una pausa, sus pensamientos se dirigieron a una persona completamente
diferente. Se acordó de un hombre con una boca llena de puntiagudos dientes y ojos
teñidos de un sangriento carmesí. Un hombre que lucía como un monstruo.
Supongo que comparado con él, este tipo no es tan malo… Espero, no, tal vez no…
Firo lo meditó por un momento y decidió que tal vez sería una buena idea acercarse
un poco a su compañero de celda, por lo menos para aprender un poco más sobre él.
—¿Eh? Oh, sí… Pues, si quieres llámame Dragón, por estos tatuajes en mis brazos. Mi
nombre real es Ryujiro, pero los estadounidenses nunca lo pronuncian bien.
Firo se detuvo. Estuvo a punto de ofrecer un nombre falso, cuando recordó que los
inmortales como él tenían prohibido mentir sobre sus identidades.
—Sí, ya lo sé. Firo, ¿cierto? Así fue como te llamó el idiota de antes en la cafetería.
—Sí…
—Hombre, ese bruto seguía hablando aun cuando los guardias se lo llevaron a la
fuerza, ¿no es así? Hey, ¿lo conoces? ¿Fueron compañeros de celda o algo así en la última
cárcel que estuviste?
Firo actúo con torpeza por un rato, preguntándose cómo debería explicar su relación
con Isaac. Aunque, un inesperado ruido en el exterior irrumpió sus pensamientos y los
dispersó a los cuatros vientos.
- 144 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¿Un disparo?...
—Quizá alguien trató de escapar. Trató. Je. O tal vez tu amigo zoquete cometió su
último error. Jee jee.
—Ah, ¿los rifles? Los escuchas todas las noches. No les prestes demasiada atención.
He visto a sujetos volverse locos por obsesionarse con ellos.
Era la mañana del segundo día de Firo en Alcatraz y lo primero que hizo, luego de
sentarse frente a Ladd en la cafetería, fue preguntar al recluso con más experiencia
sobre los misteriosos disparos de la noche anterior.
—Solamente son los guardias haciendo prácticas de tiro, para asegurarse que
puedan disparar a los fugitivos o invasores durante la noche.
—Espero que nunca llegue a eso —comentó brevemente Firo, esperando dar fin a la
conversación. Sin embargo, Ladd ya había terminado de comer y, en cambio, miraba
atentamente a los guardias.
—Los hombres que trabajan en esta prisión están listos para matar a los reclusos si
intentan escapar —declaró tranquilamente—, pero no es solo eso. No solo están
preparados para matar, sino también para morir. No toman esto a la ligera. Personas
como esas realmente me interesan. Casi siento que somos amigos, los guardias y yo. Tú
y yo también.
—¿Yo?
—Sí. Ayer cuando te vi por primera vez, estabas mirando alrededor de la cafetería
como si alguien fuera a tratar de asesinarte en cualquier momento. Tenías esta mirada
en tu cara que decía que todos eran un enemigo para ti.
—¿La tenía?
Si lo fue, entonces, quizá los otros reclusos también notaron la tensión en su cuerpo.
O, peor aún, tal vez Huey se dio cuenta.
—¿Y sabes que odio? Detesto a las personas que no viven realmente. Tú sabes, esos
tipos que parecen solo existir, que siguen adelante con sus vidas con una mirada que te
dice que nunca creen que vayan a morir. Los odio tanto que casi me vuelven loco…
¿Entiendes a lo que me refiero?
—Más o menos…
—Sí…
Lo entiendo. Entonces, ¿este sujeto es una especie de asesino? Sí posee cierto parecido
con Claire.
El hombre que estaba sentado junto a él, por fin terminó su comida y aprovechó el
repentino silencio para lanzarse de lleno a la conversación, frotando su estómago lleno
bastante satisfecho mientras ofrecía su opinión.
—¡Fiuu! ¡Estuvo delicioso! ¡Mis cumplidos al cheff! Oye, Firo, ¿sabías que puedes
pedir una segunda porción e incluso tercera? Es asombroso. Creí que la paga aquí era
- 146 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
demasiada baja, ¡pero resulta que lo reponen al cubrir las comidas! —exclamó Isaac
sonriendo ampliamente. Al parecer la prisión no lo había cambiado para nada.
Firo soltó un suspiro exasperado; sin embargo, no pudo evitar una sonrisa
estupefacta sobre su rostro.
—¿Acostumbrado?
—Tu amigo, el genio, es arrastrado al Agujero todo el tiempo por cosas cómo las que
hizo ayer. Por gritar en la cafetería, armar una conmoción, ese tipo de cosas. Nunca es
nada serio, así que sale de inmediato, pero… Aun así, la mayoría de las personas se
calman luego de su primera visita al Agujero.
—Lo máximo han sido diez días. Es un sitio realmente malo para estar, sin lugar a
dudas. Es completamente oscuro allí, así que ni siquiera puedes decir qué hora es, e
incluso se saltaron algunas de mis comidas. Solo descubrí que había estado allá abajo
por diez días enteros cuando salí y le pregunté a otra persona. Y es muy profundo por
debajo de la tierra, así que no se escucha nada. Ni siquiera esos disparos de los que
hablábamos antes.
—En realidad, eso lo hace más difícil. Piénsalo, estás atado en la oscuridad. No
puedes moverte, ni ver, ni escuchar. Solo un minuto allá abajo sería suficiente para
volverte loco de aburrimiento. Oí de otro tipo que entró casi al mismo tiempo que yo,
pero con la diferencia de que estuvo dos semanas seguidas. Salió delirando y
murmurando, se golpeaba a sí mismo. Lo enviaron al hospital y aún no regresa.
Firo tragó saliva, la brutal descripción de Ladd provocó que el Agujero cobrara vida
en su mente. Se giró hacia Isaac y le dio unas palmaditas en el hombre.
—Isaac… Debo admitirlo, no creí que tuvieras la capacidad de hacer frente a algo
como eso. Incluso si fue solo una noche.
- 147 -
Capítulo III: Frente DISFRUTEMOS LA VIDA EN RECLUSIÓN
—Bueno, si eso piensas. El hada me hizo compañía anoche, así que tampoco fue tan
aburrido.
¿El hada?
Firo hizo una pausa con la boca abierta, tomando un minuto para procesar la palabra.
Luego, cerró los ojos y suspiró, sacudiendo la cabeza.
—¡No, hablo en serio! ¡Escuché la voz de una niña pequeña ayer y platicamos toda la
noche!
—Pobrecito de Isaac… Todo este tiempo lejos de Miria finalmente te afectó, eh…
—Bueno, no puedo negar que no ser capaz de ver a Miria hace que me siento muy
solo… ¡pero esa voz era real! Me hizo todo tipo de preguntas en la oscuridad. Apuesto a
que era Campanita, vino a visitarme desde el País de Nunca Jamás.
—De verdad, Isaac, ya fue suficiente… —Suspiró Firo en un intento por cortar los
desvaríos de su amigo antes de que se salieran de control.
—Me preguntó toda clase de cosas, sabes. Cómo te conocí y si había bebido el vino
también… No muy Campanitesco que digamos, ahora que lo pienso.
—¿Qué?
Firo se congeló.
La pregunta sobre el vino no tendría ningún significado para alguien como Isaac,
quién no estaba al tanto; no obstante, para Firo suponía mucho.
- 148 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¡No me crees, ¿verdad?! ¡Sabes lo que dicen que les pasa a las personas que no
creen en las hadas!
—¿Por qué me preguntas a mí? —replicó Firo, esperando dar fin a la conversación;
sin embargo, Ladd asumió su falta de actividad y continuó.
—Pues, estamos hablando de hadas aquí —dijo—. ¿No harían simplemente feliz a las
personas incluso si no crees en ellas?
—¡Umm! ¡Creo que tienes razón! ¡Buenas noticias, Firo! ¡No estás en peligro después
de todo!
—Cállense y coman.
Firo se encorvó sobre su plato sopero vacío e hizo un ademán de estar comiendo, en
un intento por no atraer la atención. Tras asegurarse de que los guardias no lo
estuvieran viendo, echó un vistazo hacia Ladd y siseó.
—Hey, ahora que lo pienso, ¿no es Isaac el tipo de hombre que dijiste odiar? Del tipo
que piensa que nunca morirá.
—No. Lo he estado vigilando desde hace unas semanas y… Bueno, seamos sinceros.
Algo anda mal en la cabeza de ese tipo. Molestarse con él sería como enojarse con un
cachorrito. Honestamente no tiene las neuronas suficientes para saber desempeñarse
mejor.
—¿Qué? ¿Qué es todo eso sobre mis neuronas? —susurró Isaac junto a ellos.
—Estamos diciendo que no hay nada aquí por lo que Ladd deba enojarse.
- 149 -
Capítulo III: Frente DISFRUTEMOS LA VIDA EN RECLUSIÓN
- 150 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¿Y eso qué quiere decir? ¡Oh! ¡Oh, ya entiendo! ¿Te refieres a que estás dispuesto
a perdonarme? ¡Gracias, caballero! ¡Es un buen hombre!
Estaba algo desencaminado, pero estuvo lo bastante cerca para que Ladd y Firo se
encogieran de hombros y lo dejaran pasar.
No era muy larga la hora de la comida en Alcatraz; aun así había tiempo suficiente
para que los reclusos charlaran un poco luego de que terminaran de comer.
—Sí.
—¡Yo he viajado por todo el país! ¡Así que sería más preciso decir que vengo de los
Estados Unidos!
Ladd sonrió algo melancólico, una mirada distante entró a sus ojos ante la mención
de la Gran Manzana.
—Jejeje… Nueva York, eh. Conozco a una persona que vive allí. Es un tipo loco; pero,
aun así lo considero como un hermano menor. También está un poco mal de la cabeza,
prácticamente se vuelve un psicótico a menos que desarme algo todos los días. Hubo
una vez en la que usó una llave inglesa tan larga como mi brazo para desmantelar un
carro y, ¿saben qué? Dejó esa cosa en puras tuercas y pernos para cuando terminé de
golpear al conductor.
—¿Qué pasa, Firo? Aah, ya sé. ¿Tienes miedo de que nuestro amigo golpee a Ennis,
ya que ella también maneja? ¡No te preocupes! ¡Él es un buen hombre, te lo prometo!
—¡¿Qué?! Espera. Olvídalo. Ladd, ese tipo que conoces, ¿usa un overol azul? Y por
azul, me refiero a un azul de verdad, no estas cosas sombrías que traemos.
—¡Oh, creo que Miria y yo hemos visto a un hombre así antes! ¡Y también lo he visto
hablando con Jacuzzi!
—Alto, alto, esperen un momento. ¿Me están diciendo que los dos conocen a
Graham?
—Sí… Escuché que trató de invadir el territorio de los Runorata hace un tiempo y
ahora es un fugitivo —dijo Firo.
Ladd se recostó y miró distraídamente a las paredes, por una vez inusualmente serio.
- 151 -
Capítulo III: Frente DISFRUTEMOS LA VIDA EN RECLUSIÓN
—Graham está en problemas, eh… —murmuró, más para sí mismo que para Firo o
Isaac—. En ese caso, tal vez vaya a echarle un poco la mano cuando salga de aquí. Sí,
creo que eso haré. Quizá también visite a mi prometida mientras estoy en ello…
—¿Eh? Oh, así que te referías a eso… ¿Quieres salir de aquí y volver a verla? Sí, eso
suena bien.
—¡Yo también veré a Miria otra vez! —gritó Isaac, fallando por completo en leer el
ambiente cuando volvió a interrumpir. La idea de su compañero parecía haberlo
emocionado exageradamente y su voz se alzó sin esfuerzo por encima de las charlas
tranquilas del resto de la cafetería, atrayendo la atención de los guardias cercanos.
—Creí haberles dicho que cerraran el pico y comieran, payasos —dijo refunfuñando
el guardia más cercano a ellos, entretanto sacaba su macana y avanzaba
amenazadoramente hacia Firo e Isaac, ellos agacharon de prisa la cabeza.
—¿Crees que soy gracioso, enano?
Respirando con dificultad y tosiendo, el hombre arañó la mano sobre su cuello e hizo
lo mejor que pudo para escapar; sin embargo, el agarre como de prensa mecánica no
disminuyó en lo más mínimo incluso cuando las uñas del hombre surcaron delgadas
líneas en la piel del brazo del atacante.
- 152 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Firo los reconoció en cuanto divisó sus rostros. Se trataban de los otros dos
presidiarios que hicieron el viaje hacia Alcatraz junto con Dragón y él.
—¡Detente!
—¿Qué? —espetó Firo, desviando la mirada del espectáculo para ver a Ladd. El otro
hombre por su parte se ponía de pie lentamente, pasando desapercibido entre la
conmoción al centro de la cafetería.
—¿Cómo sabe un hombre que es su día de suerte? Es algo bastante dudoso, ¿no lo
crees? Quiero decir, la suerte de alguien cambia todos los días, según su condición física,
el clima, su estado de ánimo, la presencia o ausencia de sus amigos cercanos, de sus
enemigos jurados, de los débiles que tienen que morir y de los fuertes que tienen que
obedecer. Y luego ser asesinado de todas formas. Así que, cuando un hombre dice, entre
todas estas condiciones cambiantes, que está realmente en su mejor momento, que de
verdad es su día de suerte, creo que eso indica algo. Pienso que es algo por lo que vale
la pena poner tu vida en riesgo… ¿no?
Firo solo había conocido a Ladd por un día; aun así, sabía lo suficiente para afirmar
que el otro hombre no era usualmente tan conversador. Sintió un repentino escalofrío
recorrer su espalda, aunque no podía afirmar el porqué.
—Pues bien. Nos vemos luego.
- 153 -
Capítulo III: Frente DISFRUTEMOS LA VIDA EN RECLUSIÓN
—¿Voy? A un buen lugar. Simplemente sigo el camino frente a mí, hacia las dos
personas que necesito matar más que a nadie más: ese monstruo rojo y Huey Laforet.
Dejó a Firo e Isaac sentados en la mesa sin echar un vistazo atrás, caminando
majestuosamente hacia el centro de la habitación.
—Hoy en verdad es mi día de suerte —Meditó Ladd mientras se iba, dejando atrás
nada más que una persistente sensación de fría malicia que hizo temblar a Firo.
—¡No te muevas!
—¡Al piso!
Los guardias tenían sus macanas preparadas a medida que rodeaban al enorme
afroamericano en un semi-circulo y se escucharon una ráfaga de pisadas por detrás de
los orificios para disparar en las paredes conforme más guardias armados se
apresuraban a su posición.
—¿Qué? Yo no me estoy moviendo —afirmó Gig sonriendo con soltura—. Oh, espera.
Te refieres a él.
Su agarre se tensó aún más sobre la garganta del hombre caucásico, interrumpiendo
su vía respiratoria por completo.
—Ugh… grrk…
- 154 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Todo lo que el caucásico pudo hacer fue un ruido ahogado conforme su rostro se
tornaba azul, el frágil movimiento de sus extremidades se volvía más y más débil. Solo
era una cuestión de tiempo antes de que muriera, aunque ya sea que fuera por asfixia o
por un cuello roto, nadie lo sabía con seguridad.
Los guardias agarraron con fuerza sus macanas para darse valor a medida que se
preparaban para intervenir.
No obstante, antes de que pudieran actuar, una sombra revoloteó de entre sus filas,
penetrando el semi-círculo del personal de la prisión. Los guardias no podían
permitirse desviar la mirada de Gig; sin embargo, echaron un vistazo a la sombra a
medida que pasaba y notaron su anhelante sonrisa.
Se trataba de la sonrisa de algo que había encontrado a su presa; pero no era como
la de un cazador.
Ni era la sonrisa que Firo había visto antes, una sonrisilla de depredador.
Era algo retorcido, conducido no por instinto sino por una inteligencia viciosa…
—Hola.
—¿Eh?
Gig gruñó y miró hacia abajo a la extrañamente alegre voz que interrumpió su
violento acto. Alcanzó a ver por un breve momento a un hombre que apenas llegaba a
su hombro.
Sin embargo, antes de que sus ojos pudieran seguir hasta el rostro del hombre, un
golpe recorrió su abdomen y sintió que algo en su interior crujió en protesta.
—Fuh…
Se había preparado para el dolor de las macanas contra su piel. No podría ser tan
malo si lo comparaba con lo que había pasado antes.
El puño de Gig se aflojó, enviando al hombre blanco a chocar contra el suelo mientras
que él instintivamente se doblaba sobre sí mismo. Se le entumeció un costado; todo lo
que podía sentir era dolor y algo caliente esparciéndose por su estómago.
- 155 -
Capítulo III: Frente DISFRUTEMOS LA VIDA EN RECLUSIÓN
Por un momento, creyó que le habían disparado. Pensó que estaría a salvo, rodeado
por demasiadas personas como para que los guardias en los orificios de tiro se les
permitiera un disparo limpio; pero, al parecer se había equivocado.
Aunque el impacto que sacudió su cuerpo no fue causado por una bala.
A través del velo rojo de dolor, pudo distinguir tenuemente a una persona hablando
con él.
—Ahora nos podemos ver cara a cara —dijo la voz desconocida casualmente, como
si conversara con un viejo amigo—. Hace que sea más fácil darte un golpe limpio.
Gig levantó un poco la cabeza, abarcando el brazo izquierdo del hombre que colgaba
fláccidamente a su lado. Se trataba de una cosa poco manejable y poco elegante hecha
de hierro, solo algo más avanzado que el arma icónica del Capitán Garfio. Apretó los
dientes y Gig levantó aún más la mirada, determinado en al menos ver la cara del
hombre que le infligió tal dolor.
Lo que observó fue la parte trasera de la cabeza de un hombre, había girado tanto la
parte superior de su cuerpo que Gig era incapaz de ver la cara del hombre en lo
absoluto.
—Supongo que lo explicaré un poco más. Lo vuelve un juego de niños. Como quitarle
un dulce a un bebe. No podría ser más fácil que esto. Así como te encuentras ahora
mismo, es increíble, ridícula e inconcebiblemente…
Gig gimió.
—…fácil golpearte.
Luego, el cuerpo del hombre salió disparado como si fuera un resorte tensado, su
puño derecho dibujó un fuerte arco por el aire y embistió el rostro de Gig antes de que
siquiera pudiera ver la cara del hombre.
Un minuto después, los cañones de hierro negro asomándose por entre los orificios
de disparo en las paredes giraron para apuntar a Ladd. Acto siguiente, los refuerzos
entraron violentamente por las puertas con las macanas listas a medida que aislaban la
habitación por completo.
—¿Otra vez tú? —exclamó uno de los guardias frunciendo el ceño y Ladd se limitó a
responder con una sonrisa y encogiendo los hombros.
- 156 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—El grandulón estaba a punto de lanzarme a este tipo. Me habría matado de seguro.
¿De verdad podrías culparme por defenderme? ¡Me dio el susto de mi vida! Uff. Saben,
si hubiera actuado un segundo tarde, probablemente estarían sacando mi cadáver
ahora mismo.
—Nah. No creí ni por un instante que fueran lo suficientemente tontos para que esa
excusa funcionara. Además, la última vez que la use, me encadenaron de pies y manos
y me arrastraron hasta el Agujero. ¡No se preocupen! ¡Confío en ustedes! Sé que todos
ustedes arriesgan sus vidas trabajando a diario aquí, y es gracias a ustedes y a su
determinación que fui capaz de sobreponerme y controlar estas emociones hirviendo
en mi interior… y centrarlas en solo una persona.
Ladd sonrió ampliamente e ignoró las miradas ceñudas dirigidas hacia él, en cambio,
miró hacia Isaac y Firo y les ofreció un asentimiento con la cabeza.
—Wow —exclamó Isaac entretanto veía a los guardias escoltar a Ladd fuera de la
cafetería—. ¡Entonces eso fue lo que pasó! ¡Ni siquiera me di cuenta de que ese
grandulón trató de matar a Ladd! Alguien pudo haberse lastima-aaph.
—Sshh. Tranquilízate —susurró Firo, colocando una mano sobre la boca de Isaac.
Discretamente observó a Ladd marcharse, estudiando la expresión del hombre con
quien habían estado charlando amistosamente hace solo unos momentos atrás.
- 157 -
Capítulo III: Frente DISFRUTEMOS LA VIDA EN RECLUSIÓN
Estoy en Alcatraz.
Era un lugar donde se reunía a los criminales más volátiles e inconcebibles de todo
el país, indisputablemente lo peor de lo peor. Firo sintió como un sudor frío estallaba
en su frente cuando finalmente comprendió el verdadero peso de su misión.
Cierto, consideraba a su amigo ladrón un simplón; sin embargo, no creía que Isaac
estuviera loco y desde luego no pensaba que Isaac Dian fuera lo bastante peligroso para
garantizar una sentencia en Alcatraz.
—¿Umm? Ellos solo me dijeron que no podía ir a una prisión normal; así que me
pondrían aquí a cambio de acortar mi sentencia. ¿Puedes creerlo? ¡Lo redujeron todo a
solo cincuenta días!
—¿Cincuenta qué?... ¿Eso es todo? ¿Quién te dijo eso? ¿Quiénes son “ellos”?
—Umm. Parecía que era alguien muy importante. Si no mal recuerdo dijo que se
llamaba Víctor.
Firo dio un suspiro resignado y asintió; había medio esperado esa respuesta. Las
facciones con anteojos de Víctor aparecieron en su mente, ya evocando fuertes
sentimientos de resentimiento dentro de él.
Supongo que Isaac era su plan B en caso de que Ennis no fuera suficiente para
persuadirme, eh.
Quizá Víctor lo hubiera planeado todo en caso de que Firo no siguiera sus órdenes,
tramando usar a Isaac como rehén a fin de capturar a Ennis y luego usarla a ella a su
vez para controlarlo.
Firo apretó sus manos en puños cuando dedujo los planes de Víctor, su rostro
torciéndose de furia. Estaban tan apretados que pequeñas gotas de sangre cayeron a
sus piernas. Aunque, un segundo después, las gotas subieron por su cuerpo y
desaparecieron dentro de sus puños sin dejar rastro.
- 158 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 159 -
En algún lugar de Nueva York
Oficina temporal del Departamento de Investigación
No obstante, las pesadas voces que lo recibieron mientras entraba a la vieja oficina,
casi parecían tener el objetivo de ponerlo a dormir otra vez.
—Ya, ya, detective Sullivan. Entiendo que desees sentirte apreciado; pero mi lema
es: al César lo que es del César. Aunque, sigue así y algún día serás tan talentoso como
yo.
—Tal parece que la hora para divertirse y jugar llegó a su fin, caballeros. Los
partidarios de Huey están en posición para actuar. Estén listos para cualquier cosa. No
me sorprendería si todos en Nueva York desaparecieran de la noche a la mañana.
—Nada tan fantasioso. ¡Es un investigador sin esperanzas, un hombre loco con un
apetito insaciable por el conocimiento! ¡En el momento en que cumple una meta, esa
meta no se vuelva más que un escalón! ¡Para Huey Laforet, el fin siempre justifica los
- 160 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
medios; ya que para él son lo mismo! ¡Podrás saber en qué piensa pero no podrás
averiguar cómo lo hará! ¡Si tratas de interponerte, él solo lo anotará en sus
experimentos y considerara ese factor para la próxima vez! Maldita sea, no puedo
decidir si es un loco ingenioso o solo un loco…
—Pero, señor, no hay nada que podamos hacer cuando ni siquiera sabemos cuál es
su objetivo. ¿Acaso el reporte de Alcatraz decía algo? ¿Prochainezo descubrió algo?
Víctor frunció el ceño brevemente cuando el nombre del camorrista trajo recuerdos
no bien recibidos de su visita en Alveare, luego sacudió la cabeza y lo sacó de su mente.
—No importa. Ese mocoso nunca fue nada más que una apuesta; no esperaba algo
de él. Si al menos averigua cómo hace contacto Huey con el exterior, lo consideraré un
emocionante logro… Pero, ahora que lo mencionas, Misery dijo que unos cuantos
prisioneros hicieron el viaje con él. Tal parece que alguien más también está interesado
en este negocio.
—Alguien más…
—Eeh, no, señor. Es solo que, dijo que no esperaba mucho de Prochainezo…
—¿Eh? ¿Qué, vas a decirme que sientes lástima por él porque lo conoces y solo lo
estamos usando como una distracción?
En ese momento, antes de que Edward pudiera llegar al punto, el teléfono sonó y
detuvo el flujo del tiempo en seco.
- 161 -
Capítulo III: Revés ACEPTEMOS NUESTROS ERRORES
Al mismo tiempo
En Alveare
Pasado el mediodía significaba la hora pico del almuerzo y las meseras en Alveare
corrían de un lado a otro entre los clientes con toda clase de estilos de vida. Los
integrantes de la Familia Martillo, quienes más o menos eran dueños del lugar, se
retiraron discretamente a los rincones sombríos del restaurante por consideración al
flujo entrante de civiles comunes y corrientes.
Sentado a solas en una de esas mesas aisladas se encontraba un hombre que emitía
una atmósfera contundentemente diferente a la de aquellos que transitaban por el buen
camino, distraídamente sujetaba una copa de vino en una mano mientras se perdía en
su reflejo.
…Tengo que admitir que estoy sorprendido. No esperaba que incluso tú descubrieras
que soy.
Es por eso que elegir no saber algunas veces hace la vida muy interesante.
Tengo que recordarte que no hay nada que me impida ejercer mi poder.
Fue por eso que decidí usarlo principalmente para la Familia. Para mantener las cosas
interesantes.
Y, pues. Nunca rompí las reglas a esta escala, incluso para ellos.
Unos cuantos trucos con las nubes y quizá localizar a unas personas, desde luego, pero…
¿Sacar a alguien de prisión? Eso es violar las leyes, sin lugar a dudas.
Por supuesto, he visitado el lugar en secreto para visitar un conocido; sin embargo, eso
es eso y esto es esto.
Da igual. Solo ten en cuenta esto. Rescatarlo usando mi poder, equivale a que él
realmente cruce la línea y se convierta en uno de nosotros.
- 162 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Sin embargo, justamente por eso estás dudando, preguntándote si está bien que tú
decidas su destino por él, ¿no es así?
Te daré un momento para que lo medites. Tengo todo el tiempo del mundo.
Ya veo. De modo que esa es tu decisión. Eso también está bien. Creer en él y esperar está
bien.
Es la suerte del hombre decidir su propio destino, después de todo; aunque otros puedan
tratar de llevarlo por mal camino.
Lo más sensato en tu caso sería permanecer con alguien que conozcas por un tiempo.
Tal vez llorar un poco, o mucho, para dejar que salga todo.
Sin embargo, en parte eso fue lo que te cautivó de él, ¿no es así?
—Umph…
Ronny Schiatto se encontró sonriendo cuando recordó los eventos de hace un mes.
—Me atrevo a preguntar, ¿qué pasa, Ronny? Es un poco inquietante verte sonreír así
de repente.
—No, no, opino que importa muchísimo. No es normal que te pierdas pensando de
esa forma.
La palabra “amor” sonaba tan extraña saliendo de la boca de un hombre como él que
Maiza en realidad se echó para atrás sobresaltado, una evidente curiosidad se hizo
aparente sobre su expresión.
—Por esa mirada sobre tu cara, asumo que mueres por una pelea, Maiza.
- 163 -
Capítulo III: Revés ACEPTEMOS NUESTROS ERRORES
—Umph. Da igual. En todo caso, parece que estás preocupado por Firo.
—Pues, sí… He oído mi porción de rumores sobre Alcatraz, al igual que todos los
demás —Maiza echó un vistazo alrededor y tomó la precaución de bajar la voz,
susurrando para que nadie más que Ronny lo pudiera escuchar a través de las charlas
en el ambiente—. Incluso los inmortales no son inmunes a la muerte del alma, al fin y al
cabo…
Tal vez para aliviar los miedos de Maiza, Ronny ofreció su propia valoración de Firo
Prochainezo. No a través de los ojos de un demonio o los de un alquimista… sino a través
de los ojos de un gánster, un integrante de la sociedad del bajo mundo.
—¿Eh?
- 164 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Una de las meseras cercanas se percató del tono urgente del reporte en la radio y
giró un botón de la misma, ajustando la frecuencia.
«…Repito, las autoridades sospechan que el señor Placido Russo podría tener un vínculo
con las explosiones y los secuestros en masa de Elsen’s Hill, Illinois, actualmente están
investigando…»
—¿Elsen’s Hill? ¿No está cerca de Chicago? Explosiones y secuestros, ¿eh? Negocios
turbios.
—Sí, es extraño. Ha pasado un tiempo desde que el nombre Russo tuvo peso, incluso
en Chicago. Me pregunto por qué decidieron hablar de ellos ahora. Además, se supone
que son traficantes de autos, quien sabe porque los noticieros decidieron sacarlos a la
luz pública.
«Las autoridades aún no han podido dar un estimado de las víctimas de los casi
trescientos explosivos detonados en el área. No obstante, las inexplicables desapariciones
dentro y alrededor de la zona de Chicago se han estimado a una cantidad aproximada de
doscientas personas, los ciudadanos de Illinois continúan expresando su preocupación en
relación…»
—¡¿Trescientas bombas?!
—¡¿Doscientas personas?!
- 165 -
Capítulo III: Revés ACEPTEMOS NUESTROS ERRORES
«El senador Manfred Beriam, quien en estos momentos está visitando Chicago, hizo la
siguiente declaración sobre estos inquietantes eventos…»
—Umm.
Nébula era un enorme conglomerado, uno de los más grandes del país. Aunque la
compañía tenía sus oficinas centrales en Chicago, también poseían muchas oficinas y
fábricas cerca del poblado de Elsen’s Hill.
—Es un lugar extraño. He oído rumores de que incluso el alcalde de allí trabaja para
Nébula.
—Yo escuché que más de la mitad de los pobladores de allí están vinculados con
Nébula de una forma u otra. Umm. Algo me dice que esto no solo se trata de un pequeño
argumento con el señor Russo…
Maiza fijo su atención en las palabras que salían de la radio; sin embargo, a un lado
de él, Ronny meramente levantó un dedo hasta sus labios y sus ojos se volvieron
desenfocados cuando pensó en el asunto.
Tal vez Ronny sospechaba algo, porque permaneció allí un rato, empatando la
información de la radio con el conocimiento en su cabeza. Al cabo de un rato, pareció
llegar a una especie de conclusión y sonrió mientras tomaba el último trago de su vino.
—No, supongo que en realidad esto podría ser… Aah. Bueno. Da igual —murmuró
tranquilamente.
- 166 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
En el parque Madison Square
—De modo que, ahora que entiendes cómo son las cosas, señorita Chane —declaró
Spike—, apreciaríamos mucho si nos acompañaras sin armar un alboroto.
Félix Walken.
En una ocasión, Claire le contó que el nombre que usaba le había pertenecido
anteriormente a otro asesino.
Dicho asesino había sido uno de los más mejores incluso en las peligrosas calles de
Nueva York, prácticamente una leyenda del mundo criminal. También recordó que
hasta el mismo Claire reconoció a Félix Walken como la persona más fuerte que ha
conocido. Después del propio Claire, claro está.
Si el hombre frente a ella ahora mismo era realmente ese Félix Walken, el Félix
Walken original; entonces, probablemente se encontraba en muy, muy serios
problemas.
A pesar de eso, aun cuando procesó ese hecho, el miedo nunca invadió su corazón.
- 167 -
Capítulo III: Revés ACEPTEMOS NUESTROS ERRORES
de hacer algo perjudicial. Además, incluso dejando todo eso de lado, no había forma de
que ignorara o huyera de las personas que obviamente deseaban lastimar a su padre.
Aquí viene.
Chane tomó con fuerza sus cuchillos y se tensó, preparada para salir disparada hacia
adelante y aprovechar la ventaja. Sin embargo, varias sombras oscuras entraron a su
campo de visión e hicieron que vacilara.
¡¿Quiénes?!
Les prestó la debida atención y notó que las sombras eran en realidad hombres; de
hecho, más o menos diez de ellos caminaban hacia ella desde la entrada del parque. La
mitad de los hombres eran fornidas montañas de músculos, mientras que la otra mitad
aparentaba a primera vista ser normales; pero, todos ellos iban vestidos en austeros
trajes negros que no lucirían fuera de lugar en un funeral, y cada uno de ellos tenían la
mirada fija sobre Chane. Quizá se debía a los trajes negros, pero ellos le recordaron a
los Lémures.
—Oigan, por aquí. Ella es a quien buscábamos —gritó Spike. A lo mejor escuchó el
sonido de sus pisadas mientras se acercaban.
El Félix anterior fue el primero en captar lo que eso significaba y buscó con la mirada
a las sombras.
Sus ojos fríos se posaron en un hombre de inmediato.
- 168 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Fue igual a cuando Chane se percató del Félix anterior. En el momento en que lo
vieron, él ya se encontraba entre ellos, de pie junto a Chane dando la sensación de que
siempre había estado allí.
Spike fue el siguiente en darse cuenta y frunció el ceño ante el inesperado intruso.
El hombre pasó un brazo sobre los hombros de Chane y declaró con una voz
excesivamente confiada.
Tan descarada y tan inesperada fue su respuesta que Spike y el resto de sus hombres
se quedaron momentáneamente sin palabras.
—¿Quién diablos piensa este payaso que es? ¿Te crees una especie de héroe en una
película, apareciendo justo a tiempo para rescatar a la damisela en peligro?
—Pues, por supuesto que fue justo a tiempo. Estuve observando todo este tiempo.
—¿Qué?
—Verás, en realidad esperaba tanto a esto que llegué aquí temprano. Muy temprano.
Entonces, vi a Chane perdida en sus pensamientos, iluminada bajo la luz del sol que se
filtraba de entre los árboles y simplemente se veía tan linda que no pude interrumpir
eso.
—Jajaja. Auu, no digas eso, Chane. Te juro que estoy diciendo la verdad. En serio te
veías hermosa.
- 169 -
Capítulo III: Revés ACEPTEMOS NUESTROS ERRORES
- 170 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¿Ahora no es el momento para eso? ¿De qué estás hablando? Es imposible que
idiotas como esos sean más importantes que tu lindura para mí.
Spike aumentó su sentido del oído al máximo, pero, desde luego, la voz de Chane no
llegaba a sus oídos. Sabía que nunca envainó sus cuchillos, así que tampoco era probable
que estuviera usando lenguaje de señas. Decidió que se estaban burlando de él y enseñó
los dientes con un gruñido.
—¡De verdad no es el momento para esto, maldita sea! ¡Espera y deja de parlotear
por un puto segundo, cabrón!
Cuando golpeó con fuerza el bastón en su mano derecha contra el suelo, una vena
saltó en la frente de Spike.
—¿Quién carajos eres tú? ¿Tienes idea de lo que te pasará si no te largas en este
instante? No hablamos de un par de moretes y el orgullo herido, pendejo. ¡Te
mataremos!
—Alto, alto, compañero. Entiendo que estés molesto pero ahora te estás dando de
topes con tus propias palabras. Quisiste decir que voy a matarte a ti, ¿cierto?
—Qué mierda…
Spike apretó los dientes y habría mirado hacia dónde provenía la voz del hombre si
las circunstancias lo permitieran. Nunca había conocido a una persona que estuviera a
la par de su fanfarronería.
Aun así… Eso no es todo. No comprendo qué es, pero… Él es peligroso. Escuchó unas
jodidas sirenas en mi cabeza solo con el sonido de su voz.
Aguardó a que los demás hicieran el primer movimiento por él, percibiendo como
empezaba a sudar frío…
No obstante, el Félix anterior simplemente permaneció donde estaba, con los ojos
fríos y afilados, mientras que los otros a su alrededor parecían vacilar, esperando por
órdenes.
Spike decidió que tendría que calmarse y tomar la iniciativa. Con un gran esfuerzo,
se deshizo de la inquietud que sentía y habló con el intruso una vez más.
—Bien… Como sea, ya ni siquiera me importa. Al menos dime tu nombre para que
podamos hablar.
No obstante, la respuesta que salió de su boca solo sirvió para confundir a todos aún
más.
- 171 -
Capítulo III: Revés ACEPTEMOS NUESTROS ERRORES
—¿Eh?
El Félix Walken intruso, también conocido como Claire Stanfield, prosiguió hablando
tranquila y confiadamente.
Oficina temporal del Departamento de Investigación
El teléfono timbró.
—¿Brown?...
—Talbot. Ah, así que eras tú, detective Brown. ¿Qué sucede? —dijo Víctor,
relajándose un poco conforme la voz de Donald salía del teléfono.
—¿Qué?...
Víctor se puso de pie con el oído todavía en el auricular y con su mano libre señaló
una vez a Edward y luego a la radio, haciendo un gesto de dar vuelta a un botón.
«Las autoridades aún no han podido dar un estimado de las víctimas de los casi
trescientos explosivos detonados en el área. No obstante, las inexplicables desapariciones
dentro y alrededor de la zona de Chicago se han estimado a una cantidad aproximada de
doscientas personas, los ciudadanos de Illinois continúan expresando su preocupación en
relación…»
- 172 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Así que… cuéntame —Logró decir Víctor, sus hombros temblando con una
aparente furia—, ¿Por qué mierdas no sabíamos nada de esto hasta que una maldita
estación de radio pública le pareció bien decirnos?
—Ah… Sí. Está bien. Entiendo, detective. Te regresaré la llamada en cuanto hable con
el cuartel general y descubra lo qué está pasando.
Víctor colgó el teléfono poco a poco, casi con delicadeza. Daba la apariencia de que
ejercía sumo control y que si lo soltaba aunque sea por un segundo probablemente
terminaría rompiendo algo. Su usual fachada fría y arrogante desapareció y fue
reemplazada por una ira silenciosa.
—De modo que, nosotros, los agentes federales ni siquiera valemos tu tiempo, eh,
Nébula.
—Y, Huey Laforet… ¡¿Todos esos secuaces que moviste a Nueva York solo fueron un
truco?!
En ese momento, la manija de la puerta giró y ésta se abrió, luego un hombre asomó
la cabeza dentro de la oficina.
Ninguno de ellos había visto al hombre antes. Por su vestimenta parecía ser un
vagabundo desempleado y desamparado debido a la larga depresión; sin embargo, la
expresión perspicaz y animada en su rostro contrastaba tanto con su apariencia que los
detectives vacilaron.
—¿Quién eres?
No es que tuvieran a una persona haciendo guardia afuera, aun así. Nadie podría
entrar por accidente…
- 173 -
Capítulo III: Revés ACEPTEMOS NUESTROS ERRORES
—Parece que ya escucharon las noticias por la radio, así que sin más preámbulos,
permítanme transmitir el mensaje del maestro Huey para ustedes.
Los detective se tensaron, ese inesperado nombre fue más que suficiente para que
tuvieron los nervios de punta.
—Ejem. El maestro Huey dice: « Lamento que las cosas tengan que terminar de esta
forma. Me arrepiento profundamente tener que hacer esto, Víctor».
¡¿Un mensajero?!
No obstante, incluso mientras procesaba ese hecho, Víctor podía escuchar alarmas
de advertencia encendiéndose en su cabeza.
—Bueno… Está bien, entonces. No sé de lo qué estás hablando… Pero, quédate justo
allí y no muevas ni un maldito músculo.
Víctor fulminó al hombre con una mirada totalmente glacial; pero, la otra parte se
desatendió del asunto sin dificultad y hasta sonrió un poco cuando prosiguió.
—El maestro Huey también dice esto: «De igual forma me disculpo por agobiarlo con
esto cuando ya está ocupado; pero, no puedo arrastrarlo a esta pelea entre Nébula y
yo…».
—«Así que por ahora, perdóneme por mantenerlo ocupado solo un poco más» es lo
que dice.
Un diminuto golpe seco los alertó de que algo había caído a los pies del hombre.
Se trataba de una pequeña esfera con un monótono brillo de cobre, un delgado trozo
que parecía cordón sobresalía de ella. Un iracundo siseo inundó de pronto la habitación
silenciosa a medida que la pequeña llama al final de la cuerda continuaba
consumiéndose, emitiendo minúsculos vestigios de humo mientras lo hacía.
—Todos al sue-
- 174 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Bill y Edward se zambulleron detrás de los escritorios cercanos antes de que pudiera
terminar la oración.
- 175 -
Capítulo III: Revés ACEPTEMOS NUESTROS ERRORES
- 176 -
En Broadway, Isla de Alcatraz
Por la noche
No era como si tuviera nada mejor que hacer, así que apagó la bombilla de su celda
él mismo antes de que los guardias lo hicieran desde afuera. En realidad, había estado
cabeceando caprichosamente cuando una voz emocionada lo llamó desde la celda
contigua.
—¿Dragón?...
—Así es como me llaman. Pero, olvida eso. ¡Quiero hablar sobre ese tipo! ¡Tú sabes!
¡El de esta mañana!
—¡Por supuesto que me refiero a Ladd! ¡Por un demonio, hombre, ese debe haber
sido el puñetazo más fuerte que haya visto!
—¡Estuvo asombroso! Hey, ¿te fijaste que su mano izquierda era una prótesis?
¿Cómo crees que se la amputó? ¿Crees que pudo haberla perdido contra un oso come
hombres antes de ponerlo a dormir para siempre? O quizá fue un cocodrilo en el País
de Nunca Jamás quien se la comió… Jajaja. Te apuesto a que sabía deliciosa. En realidad,
estoy un poco celoso.
- 177 -
Capítulo IV: Frente PENSEMOS EN EL EXTERIOR
Firo frunció el ceño, imaginando a Dragón chuparse los labios con placer; luego
comentó:
Aun cuando lo dijo, comprendió que era una pésima broma y Firo apretó los dientes
irritado. Tal vez en un intento por desviar su atención de su sentido del humor, lanzó
una pregunta hacia la pared.
La novela inglesa Peter y Wendy había sido un gran éxito en su país de origen y una
vez que cruzó el Atlántico hasta los Estados Unidos, demostró un triunfo similar allí
también. Firo había leído la vieja copia de Claire cuando era niño; pero nunca imaginó
que Dragón habría tenido una oportunidad parecida.
Una niño para siempre, eh… Sí, ahora que lo pienso, Claire dijo que Peter era su modelo
a seguir.
Por otro lado, Firo solo deseaba crecer tan pronto como pudiera y ganar algo de
respeto. Sonrió un poco cuando recordó su pasado.
Jamás pensé que sería yo quién fuera para siempre un… pues, joven, supongo.
Tal vez la próxima vez que viera a Czes lo molestaría llamándolo Peter Pan. Sus
pensamientos siguieron esa dirección por un tiempo antes de percatarse de que Dragón
no había contestado en un rato.
—Oh. Eeh… Bueno, sabes —Dragón sonó inusualmente inseguro, aunque Firo no
podía ver su expresión para estar seguro—. Lo usé como practica para leer y escribir
en español, ¿qué tal?
—Eh. Oye, hablando de eso, en realidad eres muy bueno con el español, si lo sabías.
Eh, qué interesante… Aunque extraño. Me pareció que hablaba con esos asiáticos con
los que siempre come sin problemas.
…¿Eh?
A pesar de eso, no tenía idea de a qué se refería el guardia. Se mantuvo callado bajo
la cobija, esperando a ver qué pasaría a continuación.
El ligero roce del metal finalmente impulsó a Firo a sacar la cabeza por debajo de la
manta. Alzó la mirada para ver a un guardia joven entrar a su celda, antes de siquiera
poder decir una palabra de protesta, el otro hombre se acercó a él y le quitó la cobija.
Había un puñal sobre la palma del guardia. Se trataba de una pequeñita cosa
reluciente del tamaño de la palma de Firo y por el brillo plateado de la misma, Firo
podía decir que probablemente fuera nueva.
—¿Qué?...
Desde luego, Firo nunca había visto ese puñal antes. Aunque, sin darle tiempo para
explicar, el guardia sonrió perversamente y sujetó su brazo.
—Te crees muy listo, eh.
Firo andaba a tropezones detrás del guardia a medida que lo arrastraba hacia afuera,
todavía medio dormido y aturdido. Sacudió la cabeza, medio esperando despertarse y
descubrir que todo se trataba de un sueño; no obstante, el clic de las esposas cerrándose
alrededor de sus muñecas eliminó esa idea enseguida.
Todavía no era hora para apagar las luces, por lo que miró alrededor y vio que todos
en las celdas cercanas se acercaron a sus puertas, observándolo. Dragón en especial le
sonrió a Firo desde su celda y solo entonces Firo se percató del verdadero aprieto en el
que se encontraba.
- 179 -
Capítulo IV: Frente PENSEMOS EN EL EXTERIOR
—Desconozco cómo lograste pasar de contrabando esta cosa —dijo él—. Pero, no te
preocupes, tendrás mucho tiempo para explicarlo durante tu estadía en solitario.
—De modo que trabajas para Misery, eh.
Firo esperó hasta escuchar la puerta cerrarse detrás de él para hacer la pregunta
principal.
El guardia no se sobresaltó, ni dio media vuelta a medida que lideraba el camino por
el pasillo.
—Admito que no creí que me fuera a llamar luego de solo dos días de estar aquí.
—¿Una emergencia?
Firo abrió la boca para dar voz a su queja; después la cerró con el ceño fruncido
cuando decidió ignorar la evidente carnada del guardia.
—En ese caso, ¿qué tiene que ver todo esto conmigo?
—Estás al tanto de que Huey Laforet sabe sobre ti, ¿cierto? Así que ya no tiene
sentido moverse sigilosamente. Hemos decidido dejar que hables con él directamente.
Puedes preguntarle todo lo que quieras y a cambio probablemente también te haga
unas preguntas.
—Me parece algo imprudente… ¿Estás seguro de que esas fueron las órdenes de
Misery? No me dio la imagen de ser alguien tan impulsivo —comentó Firo bruscamente,
pero frunció el ceño un momento después cuando los hombros del guardia temblaron
con una risa silenciosa.
—¿Qué?...
—Estoy trabajando para Misery y sí recibí órdenes de ponerte en solitario esta noche
y ver qué harías.
—Espera…
—Entonces… estás trabajando para Misery y también para Huey —Suspiró Firo, ya
medio resignado, por su parte el guardia sonrió y asintió con la cabeza.
El guardia condujo a Firo hacia las profundidades de la prisión subterránea.
Pasando una puerta secreta, bajando tramos de escaleras amuralladas con ladrillos
y hormigón, más y más profundo, más y más lejos…
Conforme descendía las escaleras, Firo sintió que estaba siendo transportado al
pasado de la isla, regresando en el tiempo a medida que caminaba; sin embargo, cuando
por fin llegó al fondo, esa sensación fue destruida en un millón de piezas.
El guardia abrió la última puerta y reveló un largo pasillo, al final del cual esperaba
otra puerta robustamente construida.
No obstante, a diferencia de las tres por las que había pasado Firo, ésta última tenía
una ventana y una pequeña ranura hasta abajo que parecía ser usada para entregar y
recibir las bandejas de comida.
Así que por eso hay tantas puertas bloqueando el camino, eh…
No pensaba que nadie pudiera hacerse tan pequeño como para pasar por esa
pequeña ranura; pero, tal vez si un inmortal pusiera en riesgo su propia vida, entonces
- 181 -
Capítulo IV: Frente PENSEMOS EN EL EXTERIOR
habría una posibilidad de escapar. A lo mejor hasta había verjas similares obstruyendo
los ductos de ventilación, a fin de prever que eso sucediera.
Se le ocurrió que podrían haber cortado el aire por completo y así Huey se sofocaría
eternamente; sin embargo, pronto se dio cuenta de que eso no sería diferente a solo
arrojar a Huey en algún río dentro de, quizá, un barril lleno de concreto. Firo pensó que
Víctor era inesperadamente humano, comparado a la compañía que frecuentaba.
Eh. Aun así, toda esa seguridad no sirve para nada cuando hay traidores entre los
guardias en turno de aquí.
Firo sonrió y como si sus pensamientos hubieran sido emitidos para que todos los
escucharon, el guardia se giró y sonrió.
—El guardia que habló contigo en el barco fue transferido a tierra firme. Por
supuesto, no respondió a ninguna pregunta y no es que pudieran torturarlo para
obtener la información. Escuché que lo tienen bajo vigilancia en estos momentos. Muy
estricta.
—Ya veo… Entonces, lo que quieres decir es que si te delato, también te quedarías
sin trabajo, ¿eh?
—Por supuesto. Sin embargo, alguien más tomaría mi lugar en poco tiempo.
—Sabes… Si tan solo me dijeras cómo hacen eso, podría estar en las calles como un
hombre libre a esta hora mañana.
—Pues bien. Tal vez el maestro Huey se digne a contarte si preguntas amablemente
—declaró el guardia, riéndose a la ligera mientras guiaba a Firo por el pasillo.
—Incluso con la ayuda de agentes dobles como yo, escapar de la isla está lejos de ser
fácil. Viste la seguridad haciendo guardia en la entrada, ¿cierto?
Incluso si Huey de alguna forma lograra pasar las tres puertas reforzadas,
posiblemente solo hubiera unas cuantas rutas hacia la superficie y hacia la libertad.
Había oído que el Director era un hombre inteligente e ingenioso, a menos que Huey de
una forma u otra consiguiera que más de la mitad de los guardias estuvieran de su lado,
sería difícil intentar un escape.
- 182 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Firo solo había sido un prisionero en Alcatraz por dos días; no obstante, incluso ese
breve lapso de tiempo fue más que suficiente para grabar a qué extremos llegaba el
personal sobre la seguridad. Aun si Huey de alguna forma superaba la seguridad e
incluso si era un inmortal, ¿sería capaz de cruzar nadando el océano en medio de las
peligrosas corrientes y los hambrientos tiburones que rondaban la bahía? No, escapar
sería casi imposible.
Se encontraba tan ensimismado con esa inoportuna idea que ni siquiera notó que
habían llegado al final del pasillo hasta que el guardia sacó las llaves.
El hombre abrió la complicada serie de cerrojos sobre la puerta y dio un paso atrás,
indicando a Firo que entrara.
—Si esa hubiera sido la intención del maestro Huey, habría esperado hasta que
estuvieras encadenado para ponerte unas drogas en tu próxima comida —respondió el
guardia y Firo solo pudo fulminarlo con la mirada, luego abrió la puerta con cuidado.
Una vez que la puerta estuvo entre abierta, echó un vistazo al interior. Vio a una
persona sentada sobre una silla algo retirada de la puerta y se relajó, abriéndola por
completo.
—Qué demonios…
¡¿Isaac?!
Firo dio un paso atrás inconscientemente cuando vio que la persona sentada sobre
la silla era ni más ni menos que Isaac Dian.
- 183 -
Capítulo IV: Frente PENSEMOS EN EL EXTERIOR
Un momento después, una mano apareció de entre las sombras y pasó a través del
espacio donde había estado antes.
Se había percatado de que aquella mano que salió de las sombras se trataba de la
izquierda.
Hubo una pausa, luego una mano derecha se unió a la izquierda y comenzaron a
aplaudir.
A diferencia de las ropas azul marino que le habían dado a Isaac y Firo, el hombre
traía puesto un extraño uniforme de prisionero de color blanco marfil.
—Es un placer conocerlo al fin, Firo Prochainezo. Confío en que es la primera vez que
nos encontramos… O, tal vez, si tomamos en cuenta los recuerdos en su cabeza, esta
sería una reunión atrasada por muchos, muchos años —afirmó el hombre, su tono
tranquilo fue notablemente extraño considerando que también era un recluso. Le
ofreció a Firo una sonrisa que no revelaba absolutamente nada de lo que estaba
pensando.
Firo mantuvo su guardia en alto mientras comparaba el rostro del hombre con
alguno que albergara en los recuerdos de los muchos alquimistas en su interior.
—Umm… Me da la impresión de que tiene mucha curiosidad sobre algo.
- 184 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Solo treinta segundos habían transcurrido desde el primer encuentro de Firo con
Huey.
Huey había regresado a su habitación e invitó a que Firo pasara, el joven camorrista
entró cautelosamente, mirando por todas partes. Aunque, una vez dentro, descubrió
que aparte del tamaño de la habitación, había poco que la diferenciara de su propia
celda.
Huey permaneció de pie junto a la pared del fondo, mientras que Firo ocupó el lugar
opuesto a él con Isaac en medio. No se molestó en ocultar su ansiedad y miró fijamente
al inmortal con más edad.
—Pareces el tipo de hombre que piensa que lo sabe todo, que le gusta jugar a Dios.
Así que, sí, tengo curiosidad del porqué quisieras hablar con alguien como yo. Tengo
curiosidad sobre lo que piensas que voy a preguntarte.
—Ah, ya veo. Creo que primero preguntaría el motivo exacto del porque el señor
Dian se encuentra aquí con nosotros —respondió Huey amistosamente, ofreciéndole a
Firo otra sonrisa enigmática.
Los sentidos de Firo le decían que Huey no le haría daño. Que Huey no mentía.
El guardia que había traído a Firo a la celda seguía de pie afuera, de modo que solo
Isaac sirvió de testigo de la rígida atmósfera. Como era de esperar, no pareció haberlo
notado en lo absoluto, solo reviviendo ante la mención de su nombre.
—No. Sí. Espera, pues… Aah, olvídalo. ¿Qué estás haciendo aquí, Isaac? —A lo mejor,
deseando recuperar su compostura en lugar de batirse a un duelo verbal con Huey, Firo
deliberadamente miró a Isaac y le preguntó sin rodeos.
—Oh, ¿yo? Un guardia me llamó hace un rato, así que estaba charlando con este
monstruo cuando entraste.
—¿Monstruo?...
Firo no podía negar que Huey no era exactamente un ser humano; aun así. En
realidad no daba el ancho.
- 185 -
Capítulo IV: Frente PENSEMOS EN EL EXTERIOR
—Escucha con atención, Firo. En el oriente llaman a los hombres que viven en
habitaciones secretas como esta “dashikiwarashi12”. ¡Si los ahuyentas, la mala suerte
caerá sobre ti, y si llegaras a encontrarlos en la calle tienes que ponerte los zapatos
sobre la cabeza y postrarte en el suelo frente a ellos! ¡Eso convertirá toda la mala suerte
en buena, así que asegúrate de practicar tu reverencia!
—Ajá… Sabes, es un buen cambio de ritmo que Miria no te esté animando; pero, por
alguna razón, solo provoca que quiera golpearte aún más.
Tal vez percibiendo la frustración de Firo, Huey dio un paso al frente para resolver
la situación.
—Gracias por regalarme algo de su tiempo el día de hoy, señor Dian. Disfruté de
sobremanera todas las historias que me contó; sin embargo, me temo que ahora
debemos despedirnos una vez más. Verá, tengo que discutir secretos muy delicados con
el señor Prochainezo. Espero que lo entienda.
Por un instante, una expresión dolida pasó por el rostro de Isaac; no obstante,
apareció y desapareció en un santiamén, la sonrisa regresó de inmediato a sus
facciones.
—¡Oh, oh! ¡Secretos, eh! Ya entendí. Muy bien, me iré. Pero, antes de marcharme,
¿podrías hacerme un favor y hacer feliz a las personas de aquí? Me di cuenta que todos
lucen tristes por algún motivo. ¡Apuesto a que todos tienen pasados trágicos!
—¡Por supuesto! ¡Tus secretos están a salvo conmigo! ¡Puede que no lo parezca, pero
tengo un don para guardar secretos!
Firo se guardó el comentario para sí mismo; decirlo no tendría efecto alguno sobre
el antiguo ladrón.
12
N. de la T. Dashikiwarashi: Es un juego de palabras con “zashikiwarashi”. El artículo “the” en inglés se
pronuncia como “za” en japonés; en la traducción inglesa decía “the shikiwarashi”, por lo tanto mis opciones
eran dejarlo en inglés o traducirlo fonéticamente, ya que para nosotros el “the” suena a “da”, de ahí el
“dashikiwarashi”. Los Zashikiwarashi son monstruos con apariencia de niños de la mitología japonesa, se
dice que se ocultan en las casas y traen buena suerte si son respetados y mala si son ahuyentados. La
mención sobre los zapatos en la cabeza y postrarse son referencias a historias y prácticas budistas.
- 186 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Firo mantuvo la mirada fija sobre Huey a medida que escuchaba el sonido de la
puerta cerrándose detrás de él.
No tenía la certeza; pero, la sonrisa que Huey le mostraba a él parecía un poco más
fría que con Isaac. El inmortal con más edad hizo un gesto hacia la ahora silla vacía.
—Hazlo tú.
—Muy bien.
Firo hizo una pausa, perplejo, cuando Huey asintió e hizo justamente eso. La
sensación de ansiedad que lo molestaba desde que entró a la habitación solo se volvió
más fuerte.
Aparentemente para Huey, fingir poner en riesgo la vida de Firo contaba como una
“broma infantil”. Firo frunció el ceño y apretó los dientes, asumiendo una fachada de
fría serenidad.
—Ah, sí, eso parece ser algo que haría él. Aunque es extraño. Luce un tanto molesto
considerando que no fue “nada”.
—Pensé que me habías llamado por que querías hablar. Si solo te vas a comportar
como un cabrón, me voy.
A decir verdad, Firo perdería más que Huey si la conversación terminaba aquí; a
pesar de eso, Firo esperaba que Huey cayera en su engaño.
Comprendía que solamente jugaba en las manos del inmortal con más edad al charlar
con él; aunque, tampoco es como si tuviera mucha elección.
—Entonces —dijo Firo—, ¿por qué pediste que Isaac viniera aquí?
—Umm. Escuché que también era un inmortal. Meramente deseaba conversar con
él. Fue muy ameno. Interesante, de hecho.
- 187 -
Capítulo IV: Frente PENSEMOS EN EL EXTERIOR
—Pero, hay algo por lo que estoy levemente intrigado. Y usted, de igual forma, debe
tener cosas que desea saber sobre mí, ¿no es así? Otras interrogantes además de las que
Víctor le pidió que averiguara.
Firo se apoyó sobre la pared y cruzó los brazos, mirando fijamente al hombre
sentado delante de él.
—No te metas con Ennis… o con mis amigos y la Familia —declaró Firo
rotundamente, recordando el incidente en Mist Wall de hace un año—. Mira. No es de
mi incumbencia lo que hagas y tampoco quiero devorarte ni nada. No creo que Maiza
tenga algún resentimiento contra ti, así que no necesitas preocuparte por eso.
¿Honestamente? No me importa si te conviertes en el enemigo público número uno o si
decides dominar el mundo, o lo que sea, siempre y cuando nos dejes en paz. No trates
de arrastrarnos en tu mierda, es lo que estoy diciendo. No me pongas a prueba. Ya estoy
lo bastante enojado con que me echaran a esta isla olvidada por Dios.
—¿Y qué?
—¿Cooperar?
—Usted, así como los recuerdos de Szilard Quates, son de lo más preciados para mí.
Para ser honestos, lo medio había esperado; sin embargo, las palabras de Huey
confirmaron más o menos que sabía, o al menos tenía la suficiente evidencia para
asumir que Firo había devorado a Szilard Quates.
- 188 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—No sé de qué hablas… Además. Yo no veo qué hay de preciado en todo eso para
nada.
—No, no. Para mí, verá, los recuerdos de Szilard Quates, la información que él posee
en relación a la creación de la señorita Ennis y la incompleta Gran Panacea, son muy
valiosos.
—Sin mencionar que su propia existencia es de lo más intrigante para mí. Verá, yo
aún no he devorado a otro inmortal. No obstante, Szilard Quates hizo un festín con
docenas de personas y la oportunidad de observar qué efecto puede o no causar
devorar a un hombre como él en su psique es… Bueno. En resumen, sus experiencias,
tanto las pasadas como las futuras, son de un gran interés para mí.
—…Sin embargo, hubo un tiempo en que no podía haberlo admitido con tanta
seguridad, ¿no es así?
Firo abrió la boca para contradecirlo, pero se detuvo, de pronto se quedó sin
palabras.
No podía afirmar que no lo hubo. Huey rió con suavidad y prosiguió a explicar sus
teorías.
—Considero que los recuerdos que obtuvo de Szilard no son solo conocimientos. No
sé si alguna vez lo ha puesto a prueba, pero estoy casi seguro que si intentara, por
ejemplo, manejar un automóvil, descubriría que su cuerpo cumpliría la tarea con mucha
facilidad incluso si deliberadamente no busca la información. Por lo tanto, cuénteme.
¿Puede afirmar con certeza que esas memorias y experiencias del pasado, esas cosas
que no le pertenecen a usted, que se mezclan lento pero seguro en su interior no le han
influenciado en lo absoluto? ¿Qué sigue siendo usted mismo? ¿No se ha preguntado, ni
por un segundo, si realmente sigue siendo la misma persona que era antes de adquirir
su conocimiento?
Huey no decía todo eso para amenazar a Firo, ni para qué dudara de sí mismo.
Simplemente hacía pregunta tras pregunta con los ojos fríos y serenos. Estas preguntas
no tenían el objetivo de forzar una respuesta de él. En verdad no eran más que
expresiones puras de curiosidad, peticiones neutrales que demandaban respuestas
neutrales.
- 189 -
Capítulo IV: Frente PENSEMOS EN EL EXTERIOR
—¿El final?...
—¿Comprender qué?
Huey descruzó las piernas y luego las volvió a cruzar, explayándose en una juiciosa
reflexión que iba dirigida tanto para él mismo como para Firo.
—¿Por qué nací? ¿Cuál es el objetivo de la vida? ¿Por qué está mal asesinar a la gente?
¿Conoce a personas que se han preguntado eso, temas que no tienen nada que ver con
el curso natural de la vida? Cuando era joven, siendo un filósofo yo también me
pregunté esas cuestiones; pero, a la larga me cansé de ellas. No era que las respuestas
me eludieran. Sino que encontré demasiadas respuestas. Incluso sin consultar a los
demás, descubrí que podía producir equis cantidad de conclusiones para cada
interrogante, torciendo las palabras y sus significados hasta arribar a cualquier
solución, y eso no mantuvo mi interés. Las respuestas se encontraban en mi corazón y,
aun así, no deducía de ellas ninguna revelación, ninguna catarsis. En cambio, aprendí
que disfrutaba estudiar las conclusiones alcanzadas por los demás, el acto en sí de
extraer los pensamientos de los demás más que de mí. Desde niños inocentes, hasta
ancianos, de los crueles, de los amables, de los perturbados, de los tontos y de los
sabios… Es más que normal que cada uno encuentre su propio y aislado significado de
la vida, su propia verdad del mundo, a pesar de eso… Deseo comprender. Todas esas
cosas. Deseo comprenderlo absolutamente todo.
—¿Absolutamente todo?...
—Los que viven actualmente, los que vivieron en el pasado, los que vivirán en el
futuro. Aquellos que nunca nacieron, pero que pudieron haber nacido. Deseo
comprender los corazones de esas personas, de esos otros. Y esto es solo un punto, un
ejemplo. Pero hay más, todavía hay más conocimientos de los que deseo apropiarme.
¿Qué existe al final del universo? ¿La parte más pequeña de la materia es la partícula o
- 190 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
la cuerda? ¿Es posible viajar a través del tiempo? ¿Acaso los universos paralelos
realmente existen? Y luego están las interrogantes sobre las personas, sobre los seres
humanos. ¿Cuál es la verdad detrás del reciente robo que vi en las noticias? ¿Quién era
Jack el Destripador? ¿Cuál era la verdadera identidad de Thompson el Picahielos, el
asesino serial que encabezó los titulares de Nueva York hace varios años? ¿Cuál es
tiempo idóneo de cocción para el pescado blanco? ¿Existen los poderes psíquicos? ¿Qué
hay al final del arcoíris? Inclusive deseo comprender esos elementos. Todo. Sí.
Absolutamente todo.
La voz del hombre de blanco aumentó en intensidad con locura a medida que
hablaba, elevándola con agitación.
—¿Qué pensaré cuando lo comprenda todo? ¿Qué me espera al final de ese camino?
¿Aburrimiento? ¿O emoción? ¿O quizá habrá un nuevo enigma allí, uno solo revelado
para aquellos que lo comprenden todo? Meramente deseo llegar a ese alabado altiplano.
—No tiene que haber uno. Tal vez el resultado, el hecho de que cumplí esa última
decisión, será el único sentido que derive de ahí. La respuesta a eso, de igual forma, yace
en la oscuridad. Sin embargo, es por eso que existo, para comprenderlo todo. Amo el
conocimiento, el hecho de saber, a tal grado que a veces pienso que si este mundo no
permite el conocimiento absoluto… Prefiero ver su destrucción.
—Aunque, en otras palabras, ¿eso también quiere decir que destruirías el mundo por
conocimiento?
—…Ja…
—¡Jajajajaja! ¡Ajajajajaja!
Al parecer, notando su ansiedad, Huey dejó de reír igual de súbito que como lo inició.
El hombre de blanco le ofreció una sonrisa infantil y se encogió ligeramente de
hombros.
- 191 -
Capítulo IV: Frente PENSEMOS EN EL EXTERIOR
—¿Qué?...
—¿En serio creyó que semejantes ideas patéticas serían mi motivación? Qué
absurdo. No he soñado con destruir el mundo desde que era niño.
—Verá. He notado que de vez en cuando la gente tiende a considerarme como una
persona con muchos secretos, unos que guardo muy cerca de mi corazón, y pensé que
a lo mejor usted sería uno de dichos individuos. Por favor, no me tome tan en serio.
Solo entonces Firo se percató de que Huey había estado jugando con él,
ruborizándose en partes iguales con furia y vergüenza… y un poquitín de alivio.
—Cabrón…
—Lle dije que en ocasiones tengo el impulso de hacer bromas infantiles, ¿no es así?
…¡Si le doy una paliza al bastardo solo estaré jugando en la palma de su mano!
Firo ignoró la fuerza con la que apretaba sus puños y trató desesperadamente de
frenarse y probar que tenía la situación bajo control.
—No eras muy popular con los otros alquimistas en aquel entonces, ¿no es así?
—Sí, ese amigo debe ser un santo o tal vez solo pretende serlo. Eso o es un maldito
idiota o quizá un masoquista demente.
—Pues… Suena muy raro cuando lo pones así, aun así, apuesto a que es mucho mejor
que tú.
Al cabo de un rato, Huey se puso de pie lentamente, mirando a todas partes como si
no hubiera estallado en una risa maniática hace poco.
- 192 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Pero, dejemos de lado eso por ahora —dijo, indicando el final de esa discusión—.
Me gustaría trabajar con usted. Solo un par de preguntas de vez en cuando es todo lo
que pido. En caso de que prefiera “vender” los resultados de la investigación de Szilard,
estoy preparado para pagar lo que sea que demande, siempre y cuando esté dentro de
mi poder.
Fue la primera oferta concreta que Huey le había dado hasta el momento. Firo lo
meditó un poco; no obstante, antes de que pudiera llegar a una conclusión, Huey le
otorgó una fecha límite.
—Permaneceré aquí por un par de días más¸ antes de marcharme, lo citaré aquí una
última vez. Apreciaría si tuviera lista su respuesta para entonces.
Más o menos le acababa de contar a Firo que escaparía de Alcatraz en un par de días;
aunque Firo ya no podía sorprenderse más.
—Si acepta cooperar conmigo, entonces como una señal de confianza, un anticipo si
así lo prefiere, le diré cómo me comunico con las personas fuera de estas paredes, y
cómo consigo que los guardias trabajen para mí. Es lo que Víctor quiere saber, ¿cierto?
Con un dedo, Huey, tocó ligeramente sus labios con aire pensativo conforme
consideraba la pregunta directa y, al final, solo le confirió a Firo la respuesta más fácil.
—Aunque, tal parece que a Víctor y al senador no les gusta lo que estudio.
Pasó un momento luego de que Firo siguiera al guardia fuera de la celda de Huey y
regresara a la suya.
- 193 -
Capítulo IV: Frente PENSEMOS EN EL EXTERIOR
- 194 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Umm… ¡Hay una persona que da mucho, mucho miedo y nos está estorbando!
¡Tiene una llave inglesa que es enooorme! ¡Tan gran cómo su brazo! ¡Apuesto a que está
loco o algo así! Aunque, lo malo es que también es muy, muy fuerte. Ni siquiera Lamia
puede vencerlo… ¡Oh! ¡Pero, no te preocupes, papi! ¡Lo investigué así que ya no será un
problema! ¡Encontré a un buen rehén que se encargará de él enseguida, ya verás!
—Por supuesto. Eso es algo bueno, sí —murmuró Huey, sonriendo con gentileza. No
obstante, se detuvo por un momento, percatándose de que la expresión en la cara de su
hija era un poco diferente a la usual—. ¿Sucede algo?
El tono de voz de Liza albergaba una mezcla de sorpresa y celos mientras exclamaba:
—Nunca te oí reír de esa forma, papi. ¡Parecías que estabas muy feliz cuando
hablaste con ese hombre, Isaac, e incluso con ese espía de Firo!
—Jajaja. ¿Está celosa de que me divertí con personas que acababa de conocer, Liza?
—¡Ajaá! ¡Estoy súper celosa! ¡Esos dos se pueden morir para lo que me importa!
¿Puedo matarlos, papi? ¿Por fiiiiss?
—No, linda. De todas formas, ambos son inmortales, así que no podría matarlos
incluso si le diera permiso de hacerlo.
—Oooooh…
Liza bajó la cabeza; sin embargo, no pudo ocultar el tono preocupado e inquisitivo
de su voz conforme hablaba.
—Es solo que conversar con el señor Dian me recordó un poco el pasado —explicó
tranquilamente Huey.
—Esos dos son muy parecidos, sabe… Ambos tienen personalidades similares y
ambos no están del todo bien de la cabeza.
- 195 -
Capítulo IV: Frente PENSEMOS EN EL EXTERIOR
- 196 -
En el parque Madison Square
En cualquier historia una situación como esta sería descrita como en grave peligro;
sin embargo, los pandilleros bien podrían no estar ahí por la reacción que el joven
mostró.
—Ahora tendré que golpearlos a todos en los ojos hasta que lloren tanto como ella.
Están advertidos.
—¿Alguna vez piensas decir algo que tenga sentido? ¿Cuánto opio fumaste el día de
hoy, colega?
—¿Eres estúpido o qué? ¿Por qué necesitaría drogarme para hacer esto? Todo lo que
necesito es agudizar mis sentidos y luego puedo escuchar la voz de Chane fuerte y claro.
—Oye, Félix. No tú, sino el nuestro. ¡¿De verdad le vendiste tu nombre a este
subnormal?! Espera, espera, aguarda un segundo. ¿Eso significa que él también es un
asesino? —Se burló Spike.
—¿Eh?
Spike frunció el ceño y centró su agudo sentido del oído en dirección a la voz de
Claire. Por algún motivo el joven lo había estado molestando desde el momento en que
abrió la boca, haciendo sonar alarmas de advertencia muy fuertes en su cabeza por una
razón que no podía entender. No obstante, las siguientes palabras que salieron de la
boca de Claire sin lugar a dudas lo ayudaron a que recordara.
- 197 -
Capítulo IV: Revés TENGAMOS UNA CHARLA. SÍ, ADELANTE
—Eh. Debo admitirlo, incluso en mi campo laboral no todos los días ves a una
persona sobrevivir luego de caer de cara de un tren en movimiento.
En algún lugar de Nueva York
Oficina temporal del Departamento de Investigación
Aun cuando los hombres con abrigos negros trataban de organizarse entre la
confusión del parque en Madison Square, había un lugar en Nueva York donde reinaba
un caos mayor.
Víctor soltó un tranquilo suspiro de alivio cuando sus dos subordinados se asomaron
por detrás de los escritorios, se encontraban aturdidos; pero, aparte de eso, sin heridas.
—Uumm…
—Señor…
—¿Eh? ¿Qué pasa? —inquirió Víctor, mirando de reojo a sus dos subordinados.
—Pues, eeh, señor. Creo que es la primera vez que se preocupa por nosotros como
un ser humano común y corriente.
- 198 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Umm. Estoy de acuerdo con Edward. He trabajado para usted por mucho tiempo,
señor, pero esto es algo inédito. ¿Permiso para derramar lágrimas de felicidad, señor?
—Cabrones impertinentes…
Víctor apretó los dientes, enrojeciéndose con disgusto. En contra de lo mucho que
deseara atacar verbalmente a los dos, caminó hacia el hollín en el piso que marcaba la
ubicación dónde había detonado la pequeña bomba y la miró.
—Umph. ¿Crees que una bomba es suficiente para retrasarnos, Huey? ¿Pensaste que
esto sería capaz de controlarnos? Ja. Jaja. Ni lo sueñes —Hizo una pausa y echó un
vistazo alrededor—. Eh. ¿Qué le pasó al mensajero? ¿Supongo que huyó?
No quedaba nada dónde el extraño había estado parado hasta hace poco.
Probablemente salió corriendo justo antes de que la bomba explotara.
—Eeh… señor —dijo Bill suspirando—. En realidad, creo que el mensajero de Laforet
tuvo un éxito admirable.
Peor aún para Víctor, los transeúntes cercanos se apresuran a llegar luego de
escuchar la explosión, ahora docenas de ellos se habían congregado y miraban
directamente a Víctor quien se había asomado por la ventana.
A lo lejos podía oír el galopeo de un policía a caballo acercándose y apretó los dientes
aún más fuerte. Un vaso sanguíneo en su cerebro se rompió; sin embargo, se curó antes
de que pudiera sufrir de un derrame cerebral.
—Lo sabía… ¡Sabía que debí de haber devorado al maldito bastardo en cuanto puse
mis putas manos sobre él!...
- 199 -
Capítulo IV: Revés TENGAMOS UNA CHARLA. SÍ, ADELANTE
Millionaire Row
En la mansión Genoard
—Está bien, Jacuzzi. Anímate. Además, trescientas no son tantas —declaró Nice
reconfortantemente, a lo cual Jacuzzi la miró con los ojos abiertos.
—¿N-no lo son?
—¡Aaaah! ¡No-no-no, no digas nada más, es suficiente, lo siento, eso es aterrador, por
favor, no digas más! —gritó Jacuzzi tapándose los oídos con ambos manos y moviendo
la cabeza de lado a lado.
Los jóvenes intercambiaron miradas ansiosas entre ellos a medida que el sonido
desaparecía, inseguros de qué hacer.
- 200 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Prácticamente nunca recibían ningún correo y la mayoría de las personas que Jacuzzi
conocía en realidad no se molestaban en tocar o hacer sonar el timbre cuando iban de
visita.
—¿Te has dado cuenta que ninguna persona que nos visita cuando Jacuzzi está
llorando son buenas noticias?
—¡¿Nunca has considerado que tus lágrimas podrían poner aún más tristes a las
otras personas?!
—¡Detente!
—¡Jyaja!
—¡¿Qué?! —aulló Jacuzzi, luciendo bastante ofendido por una vez—. ¡¿Por qué de
repente es mi culpa?!
—¿Dónde quedaron sus modales, chicos? Cielos, van a molestar a nuestros invitados
gritando de esa forma.
Alistando una sonrisa brillante sobre su rostro que desencajaba con la comisura de
sus ojos rojos, Jacuzzi abrió la puerta para dar la bienvenida a sus visitantes.
—¡Tim!...
Sucede que la pandilla de Jacuzzi solo tendría que entretener a dos invitados ese día.
Uno era un hombre con lentes vistiendo un pañuelo sobre su cabeza rasurada: Tim.
- 201 -
Capítulo IV: Revés TENGAMOS UNA CHARLA. SÍ, ADELANTE
La otra se trataba de una mujer tímida con algo que parecía una vara amarrada a su
espalda: Adelle.
Adelle, quien se estaba esforzando por ocultarse bajo la sombra de Tim, se detuvo
con vergüenza frente a la sonrisa de Jacuzzi.
—¿Oh? ¿Pasa algo? ¿Fue algo que dije? —espetó Jacuzzi mirando a Tim. El otro
hombre se limitó a suspirar y negar con la cabeza, con partes iguales de resignación y
sorpresa impresas en sus facciones.
—Realmente eres asombroso, sabías eso —dijo—. ¿Cómo te puedes preocupar tanto
por alguien que casi te asesina?
—¿Eh? ¡Ah!
Jacuzzi palideció un poco, como si acabara de recordar los eventos del año pasado;
no obstante, tragó saliva y mantuvo la sonrisa fija con tenacidad sobre su cara.
—¡A-aun así! Yo, quiero decir, todo fue un desastre en aquel entonces, y ambos
salieron heridos, así que, ¡desde luego que estaba preocupado! Y… y, nosotros también
hemos matado personas; por lo que no es justo de nuestra parte guardarles rencor por
algo como eso…
Eso fue más parecido a lo que Tim había esperado y tranquilamente expresó la
respuesta que preparó de antemano.
—¿Qué?
“Conocer” sería poco; Jacuzzi había estado llorando de preocupación por el hombre
hace unos minutos. Antes de que pudiera comenzar a inquietarse de porque el nombre
había aparecido, Tim prosiguió.
- 202 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Sí. Hay un grupo trabajando bajo sus órdenes en Chicago y creo que tuvieron una
pequeña… discusión… con tu amigo Specter.
—¡¿Con el señor Graham?! —Jacuzzi no pudo evitar que un grito de sorpresa saliera
de sus labios, incluso el resto de su pandilla que escuchaba desde el pasillo,
intercambiaron miradas de preocupación—. ¡P-pero porqué! ¡¿Una discusión?! ¡¿De
qué tipo?! ¿Te refieres a una discusión discusión? ¡¿Qué harán con él?!
—Querrás decir qué hará él con ellos. Por lo que oí, tienen las manos ocupadas solo
tratando de detenerlo. Me pareció que estaban siendo despedazados, sinceramente.
—Oh.
—De modo que, Lamia usó sus cabezas por una vez. Verás, idearon el plan de tomar
a una persona que conociera como rehén y obligarlo a rendirse…
Jacuzzi percibió el sudor frío bajar por su espalda mientras miraba vacilante a Tim.
—Eeh… Yo… En primer lugar opino muy, muy fuertemente que tomar rehenes es una
cosa terrible, horripilante de actuar y no deberías hacerlo si puedes evitarlo, con eso
firmemente en mente, tengo que preguntar… umm… ¿a-a quién planean secuestrar?
Sin perder el tiempo, Tim levantó las manos en un gesto apaciguador y sonrió
mientras decía:
—Alto, relájate. No puedo hablar por nadie más; pero, al menos yo no pretendo
arrastrarte en esto.
La sonrisa regresó con recelo al rostro de Jacuzzi; no obstante, lo siguiente que dijo
Tim hizo que desapareciera nuevamente.
—La mala noticia es que en esta ocasión yo no estoy a cargo; así que no puedo
asegurarte de que Lamia no pongo los ojos en ti.
- 203 -
Capítulo IV: Revés TENGAMOS UNA CHARLA. SÍ, ADELANTE
—¡Imposible!
—Pues, no. Ustedes parecen tener muchos amigos fuertes y Liza mencionó algo de
haber encontrado a una persona muy fácil de secuestrar, por lo tanto… puedes estar
tranquilo, posiblemente.
Honestamente parecía que solo vino para preocuparlos más que prevenirlos; pero,
de cualquier forma, terminado su trabajo, Tim dio media vuelta para marcharse.
—Aunque, debo advertirte —declaró por encima del hombro—. Ni siquiera yo puedo
decir con certeza qué es lo que sucederá; pero, sea lo que sea, no te involucres. Los
Gemelos siempre están vigilando. Hasta en la remota posibilidad de que no lo hagan, no
querrás arriesgarte. Actúa como si estuvieran ahí todo el tiempo.
—Todo cuanto ven los Gemelos, llega hasta Huey. Incluso podrían estar a tu lado y
permanecer a tu lado; sin embargo, esa información aun así se filtraría. Así es como
Sham y Hilton trabajan.
—Umm… Señor Jacuzzi, yo, umm, siento mucho… lo que hice antes…
Jacuzzi estaba de pie con la boca abierta, observando a Tim marcharse; sin embargo,
regresó en sí con un sobresalto.
—¿Eh? Oh. ¡Ah! No, no, no, ¡no hay problema! Estoy totalmente bien —Le gritó a
Adelle, moviendo las manos con energía para demostrarle lo sano que se encontraba.
Adelle consiguió sonreír levemente y se giró para seguir a Tim, dejando sus propias
palabras intrigantes atrás a manera de disculpa por las cosas que había hecho.
—Los Gemelos son… son muy extraños. Un nombre comanda mil rostros y un rostro
controla mil nombres.
—Los Gemelos no son fuertes… y tampoco débiles. Ellos no funcionan de esa forma.
Ni siquiera yo… o hasta ese monstruo llamado Félix… los podría matar, incluso si
pudieran.
- 204 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 205 -
En Broadway, Isla de Alcatraz
Por la noche
—Por algún motivo, siento que mañana será un mal día —murmuró Firo para sí
mismo, contemplando inexpresivamente a la oscuridad. Habían apagado las luces desde
hace tiempo y ahora se encontraba acostado sobre la cama plegable de su oscura celda
con la manta sobre él.
Había pasado la noche luego de su charla con Huey en solitario y, siendo francos,
pensó que la experiencia era muy parecida a la que un esclavo experimentaría,
encerrado en el oscuro cargo de un barco de esclavos. A decir verdad, no tenía interés
en repetir la experiencia.
Los únicos pequeños consuelos que había logrado recopilar en Alcatraz; además de
sus conversaciones en voz baja con Isaac durante las horas de la comida, eran los breves
periodos de tiempo libre reservados para los reclusos y su encuentro casual un día en
la librería con un enorme pero amistoso italiano que le contó sobre Nápoles, el pueblo
natal de su padre.
Había pensado en decirle a Misery sobre el agente doble bajo su supervisión; sin
embargo, rápidamente descartó esa idea. De todas formas, no es como si tuviera una
forma de contactarlo. Por su parte, Misery seguramente consideró que llamar a un
supuesto recluso común y corriente como Firo demasiado seguido sería peligroso, de
modo que el camorrista pasó los días insignificantemente uno tras otro. Firo fue presa
del sentimiento impotente de que su vida transcurría inadvertidamente; pero, no podía
hacer nada más que estar alerta y observar.
El tiempo pasó, día tras día, hasta llegar a dónde se encuentra ahora, una vez más al
final de un día sin incidentes, escuchando ociosamente el claro ruido de las pisadas
retumbando por el pasillo.
Inclinó y asintió con la cabeza mientras murmuraba para sí mismo, medio dormido.
- 206 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Debe ser… Creo… tal vez uno de esos tres… debe ser, tiene que haber sido enviado
aquí por alguien más…
Soñoliento como estaba, olvidó mantener la voz baja y sus palabras fueron lo
suficientemente altas para ser escuchadas desde cualquiera de las celdas a sus costados.
Firo no le prestó atención, sus parpados continuaron flotando con desconcierto.
Después de todo, sabía que no había nadie en las celdas contiguas a la de él.
Hasta Dragón, con quien entablaba conversaciones susurradas entre las celdas de
vez en cuando, había sido escoltado a solitario esa tarde.
Firo había divisado al hombre gordo con el hueco entre los dientes, que lo vio de
manera lasciva y lo llamó “muñeco” en su primer día, y fantaseaba ociosamente sobre
qué le haría al bastardo cuando eso sucedió.
El hombre gordo mostró una horrible sonrisa abierta y deambuló hacia Dragón,
claramente con la intención de buscar una pelea. Intercambiaron un par de palabras.
El largo rostro de Dragón se dividió en una sonrisa y se inclinó más cerca, sus labios
casi tocando la oreja del hombre.
La propia sonrisa del hombre gordo se amplió y se volvió aún más fea a medida que
se quedaba quieto y aguardaba; quizá esperando que Dragón le susurrara algo.
El hombre gordo jadeó, tenía la boca abierta pero ninguna palabra salía entretanto
la repentina conmoción y dolor lo inundaba. Contempló en silencio a Dragón como si
pidiera una explicación; no obstante, la única respuesta que obtuvo fue su propia oreja
cercenada en la cara.
—¡Aagh!
El miedo a la carnosa cosa roja delante de sus ojos le impidió darse cuenta de que se
trataba de su propia oreja y el hombre con el hueco entre los dientes inconscientemente
levantó el brazo para lanzarlo lejos.
En ese momento, Dragón desgarró un trozo de ese brazo también, al poco rato gritos
de dolor y chorros de sangre llenaron esa parte de los campos.
- 207 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
—Pues, nada mal, supongo, pero… Uuum… Pensar de dónde vino me produce un
saborcillo desagradable.
Con un poco de fanfarronería, escupió el trozo masticado de carne y sonrió hacia Firo
a medida que el joven camorrista se acercaba, limpiándose irritado las gotas de sangre
que habían salpicado sobre él.
—Hey, Firo. Oh, no, ¿te cayó algo? Lo siento, es culpa mía.
—Pues, verás. El pervertido de allá me sonrió y dijo algo sobre que los asiáticos
parecían niños aun cuando eran adultos. Qué estúpida forma de romper el hielo, si me
lo preguntas.
—De modo que él es un fenómeno de esos, eh —Suspiró Firo, pero no lucía del todo
sorprendido conforme negaba con la cabeza—. Pensaba enviar al infierno a ese
bastardo yo mismo, sabes.
Dragón sonrió conociéndolo, la sangre todavía manchaba sus dientes con un tono
rosado, y le dio palmaditas a Firo en el hombro.
—Sí —dijo él—. Pero si te soy sincero, cualquier otra persona habría funcionado
también.
—¿Eh?
Firo abrió la boca para preguntarle a Dragón a qué se refería; no obstante, antes de
que pudiera hablar, los guardias finalmente llegaron y los separaron a la fuerza. El
hombre gordo con el hueco entre los dientes fue llevado a un cuarto de la prisión,
mientras que Dragón fue conducido directamente a solitario.
Firo lo meditó en silencio, rememorando el ataque violento que sucedió esa tarde.
Así que, desde luego, Dragón no se encontraba en la celda contigua a la de él. Mientras
que Gig, el enorme afroamericano que ocupaba la otra celda de un lado, tampoco había
regresado del solitario. Según el rumor que circulaba su estadía allá abajo duraría al
menos diez días, considerando la forma en qué se comportó cuando los guardias le
dijeron que se pusiera en el suelo.
- 208 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
No lo vio de primera mano; sin embargo, Firo escuchó que el pequeño hombre
caucásico, el cual llegó a Alcatraz junto con él, también estaba abajo en solitario.
Eh, ahora que lo pienso, los tres tipos que vinieron aquí conmigo y mi primer amigo de
verdad en esta roca olvidada por Dios, todos se encuentran abajo en solitario, ¿no?.
Por un lado, pensó que fue un golpe de mala suerte; no obstante, por otro, se
cuestionaba si realmente solo era una coincidencia.
Si uno de esos tres que llegaron junto conmigo efectivamente tiene un motivo oculto…
¿Me pregunto cuál será?
Firo le dio vueltas al asunto en su cabeza mientras se quedaba dormido; pero el ruido
de las pisadas retumbó por los pasillos otra vez, Firo había perdido la cuenta de cuántas
veces habían sido esa noche, interrumpiendo sus ideas confusas. El claro ruido de las
pisadas al ritmo de los rifles disparando a la distancia formó un traumatizante dueto; el
sonido se filtró pérfidamente a través de los barrotes carcomiendo la paz mental de los
reclusos.
Aunque, en ese momento, así como así, la orquesta infernal llegó a su fin.
El leve chasquido de los disparos todavía se escuchaba a lo lejos; sin embargo, los
pasos fueron reduciendo su velocidad como una máquina sin cuerda, hasta detenerse
por completo.
Firo miró cansado al hombre que había estado recorriendo el pasillo mientras daba
señales a los guardias ubicados en el extremo opuesto, indicándoles que abrieran la
celda de Firo.
Había sido toscamente despertado hace un par de días de la misma forma y se repitió
el patrón. Firo pestañeó lentamente, sacudió la cabeza y miró de cerca al hombre que
acababa de entrar a su celda.
- 209 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
Era el mismo guardia de aquel entonces, sacando otro cuchillo plateado de los
pliegues de su manta.
Dando la espalda al exterior, solo Firo podía ver al guardia ofrecerle una sonrisa
cínica y cuando el hombre habló para todo el mundo sonaba como un estricto oficial de
la ley.
Área del confinamiento solitario, Isla de Alcatraz
Ladd abrió bien los ojos en la completa oscuridad y percibió las cadenas alrededor
de sus tobillos. Hacían clanc y clinc lentamente a medida que movía los eslabones de un
lado a otro.
Lo único que podían hacer los reclusos en la oscuridad del confinamiento, además
de dormir, era producir ese ruido.
La mayoría de los reclusos solo sacudían la cabeza en admiración a él, pensando que
la forma en que permanecía alerta y cuerdo a pesar de sus frecuentes visitas al Agujero
era un signo de una increíble fortaleza mental.
Sabían que no se había vuelto loco porque siempre había estado loco, desde un
principio, y comprendían que la oscuridad no le afectaba porque nunca había visto la
luz en primer lugar.
Y entendían que el estado retorcido dentro de Ladd era algo que iba más allá de la
simple demencia que la oscuridad y la soledad ofrecían, que las personas como él se
encontraban tan trastornadas, enredadas y quebradas que nada podría empeorarlas
más.
Por su parte, Ladd guardó silencio.
- 210 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Únicamente el lento tintineo de las cadenas le hacía compañía al demente, igual que
siempre.
Sin embargo, ese día, una animada voz de repente salió de la oscuridad.
—¡Oye!
Ladd no contestó.
La mayoría de las personas habrían temido por su propia cordura. Sin embargo,
Ladd había estado seguro de una cosa desde el momento en que puso un pie en la isla.
Sabía que si el hombre al que había venido a matar realmente existía; en ese caso,
nada de lo que sucediera en Alcatraz se podría considerar “fuera de lo normal”. Dichas
normas no aplicarían en la isla.
El portal de la puerta reveló una pequeña mano, débilmente iluminada por la opaca
linterna que sostenía. Ladd no le prestó atención.
—Uno de tus mejores amigos es un tipo llamado Graham Specter, ¿verdad, señor?
—preguntó la chica de cabello negro, sus ojos dorados bailaban por encima de una
sonrisa traviesa. Provocando que sus siguientes palabras sonaran más aterradoras
por su insensible crueldad.
—Lo voy a matar pronto, ¿así que me harías el favor de ser mi rehén?
- 211 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
—Ah, bienvenido. Llega tarde.
Una vez más, Firo se encontró en las profundidades de la isla, en un lugar aún más
abajo que el Agujero.
Huey Laforet tomó asiento en la única silla, vistiendo las mismas ropas que había
usado antes. Cuando vio a Firo, sonrió y dobló el periódico que había estado leyendo,
poniéndolo a un lado.
—Ah, ¿esto? Como bien sabe, el Director de este lugar es muy estricto y muy bueno
en lo que hace. Por desgracia para mí, su habilidad me supuso ser desprovisto de
revistas o periódicos durante un tiempo. Sin embargo, el señor Misery, el cual estoy
seguro que ya conoce, vino a supervisarme directamente. Debo decir que estoy muy
agradecido por su abastecimiento de entretenimiento.
—¿Condición?
—Ya he jurado que todo lo que poseo: mi vida, mi pasado y mi futuro es de mi capo-
società, Molsa Martillo. Si aceptas hacer negocios con la Familia, entonces seguiré su
decisión sin cuestionarlos. Pero, no puedo vender lo qué sé a otra persona según mi
propio criterio —dijo Firo de manera concisa, Huey hizo un ruido con aire pensativo y
lo consideró por un rato.
—En ese caso, ¿está diciendo que no fue una decisión personal venir a esta isla para
salvar a la señorita Ennis?
—Ella es parte de la familia —dijo Firo enseguida, como si eso explicara todo.
- 212 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Sí, a lo mejor.
—Puedo adivinarlo muy bien… —declaró Firo, estirando los labios en una sonrisa
nada divertida a medida que accedía a los recuerdos ajenos en su cabeza—. Tu chico,
Christopher, mencionó algo muy interesante el año pasado. Algo así como «Fuimos
creados en base a la investigación de Szilard Quates que fue robada». ¿Te resulta
familiar?
—Así que me puse a pensar, viendo al guardia que está de pie afuera y a todos los
demás que trabajan para ti. ¿Qué pasaría si tu red comunicación no fuera más que?-
Sin embargo, antes de que Firo terminara, la puerta detrás de él se abrió de golpe.
Por reflejo, se giró a ver de quién se trataba, con los nervios de punta.
El guardia, que había traído a Firo allí, colapsó dentro de la habitación y un hombre
echó un vistazo al interior, balanceándose como si fuera a pisar el cuerpo.
Huey observó al hombre y solo asintió una vez, su expresión ni siquiera fluctuó.
Luego, una sonrisa fantasmal pasó por sus facciones cuando entendió.
—Lo que significa que usted debe ser el asesino contratado por Nébula. Y si mi
información es correcta, entonces… El señor Félix Walken, ¿asumo?
- 213 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
—Qué… Espera, qué… Mierda, maldita sea, yo-yo, necesito pensar… ¡Carajo! ¡Joder!
¡E-estás mintiendo, no es así, sucio bastardo!
Spike por fin entendió por qué las alarmas en su cabeza habían estado sonando; sin
embargo, no tenía tiempo de celebrar su descubrimiento. Aferrando los bastones que
sostenía en ambas manos, señaló a los hombres de negro alrededor de él.
Vacilaron, mirándose entre ellos como si no creyeran lo que escuchaban sus oídos.
Hasta donde podían ver, claramente tenían la ventaja, superando ampliamente en
número a sus dos objetivos. Dirigieron la vista hacia su líder para confirmarlo.
—¡¿Están todos sordos o qué, idiotas?! ¡Luego les explico, solo corran! ¡Huyan de una
puta vez!
Spike salió corriendo con una velocidad que contradecía su ceguera, mientras que
los hombres de negro lo siguieron obedientemente a pesar de la evidente confusión en
sus rostros. Claire suspiró mientras los veía marcharse, hizo crujir su cuello unas
cuantas veces y fue tras ellos.
El hombre con el abrigo largo, aquel que una vez se llamó a sí mismo Félix Walken,
de pronto apareció junto a Claire, con el cuerpo inclinado hacia adelante. Con un
movimiento como el de un rayo sujetó una de las piernas de Claire y usó su impulso
para lanzarlo hacia arriba, mandando la parte superior de su cuerpo hacia atrás.
Todavía de cabeza en medio del aire, Claire sitúo su dedo índice sobre los labios del
Félix anterior, deteniendo en seco al hombre mayor. Al mismo tiempo, giró
magistralmente en el aire y aterrizó fácilmente sobre sus pies, justo enfrente del Félix
anterior.
- 214 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
El hombre golpeó el dedo de Claire a medida que descendía; pero, aparte de eso,
parecía totalmente imperturbable.
—¿Yo? Umm, pues, no puedo darte detalles, pero… Lo compré de una dama
realmente sorprendente como de treinta años.
Ella sabía, claro está, que su prometido había conseguido el nombre de otro asesino;
sin embargo, por el nombre en sí, creyó que el dueño anterior se trataba de un hombre.
Los ojos del hombre de negro se estrecharon aún más y murmuró pensativo para sí
mismo:
—Ya veo… Al parecer han surgido más generaciones nuevas de las que pensé en tan
poco tiempo.
Eso dicho, le dio la espalda a Claire y salió en dirección a Spike y sus hombres,
quienes apenas estaban encendiendo los motores de los autos.
—Hey, esper…
Claire extendió su brazo para detenerlo; pero Chane lo sujetó del brazo y se detuvo
para verla.
—¿Eh? ¿Qué pasa, Chane? ¡¿Estás herida?! ¡¿Acaso esos cabrones te hicieron al-?!...
—Oh, ¿estás preocupada por Jacuzzi y sus amigos? Oh, oh, sí. Ya veo. Está bien.
Entendido.
Claire levantó las manos en señal de rendición, luego colocó sus brazos alrededor de
los hombros de Chane.
—¡Oye! —llamó al Félix anterior, acercando a Chane hacia él—. ¿Te importaría darle
un mensaje a tu jefe por mí?
- 215 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
—Dile que sea un poco más cuidadoso cuando escoja sus peleas de ahora en adelante.
Los pasos del hombre redujeron su velocidad hasta detenerse, miró con aire
pensativo al cielo, recordando melancólicamente al hombre que una vez había sido, y
contestó.
Unos días después
En una celda secreta, Isla de Alcatraz
Otro hombre dio un paso al frente por detrás del pequeño caucásico.
—¿Qué?
- 216 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Firo miró de Huey a los tres hombres y luego de regreso, total y absolutamente
confundido.
—¿Nosotros tres? Tal vez, tal vez no. No necesitas saber, te lo aseguro.
La sonrisa confiada sobre su cara era totalmente opuesta a las muestras de cobardía
que Firo había visto antes; no obstante, Huey no le dio importancia y recabó los hechos
en su cabeza.
—Ah, no. Alguien debe haberlos traído a este lugar, así que deben ser cuatro…
—Ya veo, no te llaman un genio por nada —comentó el caucásico y chasqueó los
dedos una vez. Otra persona apareció desde la oscuridad cerca de la puerta, revelando
a un hombre, que nunca había visto antes Firo, portando el uniforme de un guardia.
El rifle que sostenía flojamente en sus manos causó que la gran habitación de repente
pareciera pequeña y sofocante.
—Ahora entiendo. Ese barco no solo transportaba nuevos prisioneros, sino también
nuevos guardias.
Una leve sonrisa jugueteó en los labios de Huey y los cuatro hombres reaccionaron a
ello de su propia forma. Al cabo de un rato, Dragón rechinó los dientes y dio un paso al
frente para representarlos, sonriendo burlonamente.
—Alto, alto, esperen —exclamó Firo, sintiéndose claramente excluido. Miró a Huey
y frunció el ceño mientras preguntaba—. ¿Quién carajos son estas personas?
El ceño fruncido de Firo se profundizó y parecía tener algo que decir; no obstante,
por lo pronto solo asintió y dejó que Huey explicara. El hombre de blanco lucía tranquilo
a pesar de las circunstancias; pero, Firo tenía la sensación de que Huey haría la misma
expresión aunque estuviera colgando precariamente por un precipicio de un hilo.
—Son asesinos trabajando para Nébula. Debo de admitir, todo lo que sabía sobre
ellos era su nombre. Nunca habría imaginado que Félix Walken en realidad se trataba
de un grupo de cuatro personas trabajando en equipo.
- 217 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
—Eeh... Sabes, no estoy muy seguro de cómo responder a eso. ¿Supongo que no me
darías un minuto para pensarlo?
—Lo siento, pero no. Qué más da, decidiremos que hacer contigo después. La misión
viene primero.
Los tres hombres desarmados avanzaron lentamente hacia Huey, aunque Firo no
sabía qué tan bueno podría ser el hombre caucásico, apostaba que al menos Dragón y
Gig podían dominar una pelea por sí mismos.
—Lo siento, pero no —declaró Firo, imitando al guardia, mientras que Huey se limitó
a sonreír con arrepentimiento y lentamente colocó una mano sobre la silla.
El guardia había medio cerrado la puerta cuando entró, bloqueando la vista del
exterior del pasillo. La puerta tenía una pequeña ventana al nivel de los ojos; sin
embargo, el reflejo de la luz sobre el vidrio hacía imposible ver hacia el pasillo poco
iluminado.
Las pisadas se acercaron aún más, constantes y rítmicas, cíclicas como el movimiento
de las agujas del reloj o de un péndulo.
Cada impacto decisivo parecía hacer la atmósfera aún más sofocante y todos en la
habitación centraron su atención hacia las misteriosas pisadas, sus miradas
volviéndose una sobre la puerta medio abierta.
- 218 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Y luego, se detuvieron.
Un siniestro silencio se alargó por varios segundos, antes de que un sonido como el
de una bomba detonando de repente sacudiera la habitación. Todos se echaron hacia
atrás por el terrible ruido, instintivamente cubriéndose los oídos.
Tal y como pensaban, el sonido no había sido por nada. La puerta reforzada de metal
se dobló y abrió de golpe, el picaporte salió volando y golpeó ruidosamente el piso.
—Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Encantado de conocerlos y, ahora que
lo pienso, también fue un gusto conocerlos. Buscó a Peter Pan encadenado. El niño por
siempre.
—Liza…
Y con la clase de sonrisa reservada normalmente para los hombres que ven al amor
de su vida por primera vez: una sonrisa demente, loca e infinitamente inocente y pura;
Ladd exclamó.
—Tic, tac, Laforet. El cocodrilo está aquí, acompañado del Capitán Garfio, ¿y adivina
qué? ¡Se muere de hambre!
- 219 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Minutos antes
En el confinamiento solitario
Los discos tenían un brillo plateado y un hueco en el centro, como donas de metal. El
radiante resplandor se volvía más agudo cerca de los bordes y el espectador atento se
habría percatado de lo que ese perverso brillo significaba: eran armas con cuchillas.
Entretanto Ladd observaba, la niña comenzó a girar uno alrededor de su dedo.
—¿Umm?
—Sin embargo, apuesto a que tienes esta expresión en tu rostro diciendo que piensas
que nunca morirás.
—¿Eh? ¿De qué está hablando, señor? Usted es gracioso. Pero, sí, tiene razón. Es
imposible que pueda matarme ahora mismo. De hecho, yo soy quien va a matarlo
después.
La niña rió, pero Ladd no reaccionó. Clinc, clinc, hacían las cadenas.
Clinc, clinc.
—Ya sé eso, tontito. Es por eso que voy a llevarte como reh-
- 221 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
Clinc…
Cli-
Ladd únicamente jalaba las cadenas que lo ataban; no obstante, a Liza le pareció que
el extremo de la cadena se había levantado del suelo.
—¿Eh?...
—Puedo matar.
Y solamente las palabras salvajes de un asesino quedaron atrás para llenar el vacío.
Minutos después
En la celda secreta
Ladd extendió los brazos hacia los lados y sonrió, lanzando a la niña que había
arrastrado adentro.
Ella golpeó la pared con un pequeño ruido seco y cayó al suelo, pero, aparte de eso,
no se movió. Ni siquiera estaba claro si seguía con vida; sin embargo, Ladd no le prestó
- 222 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
más atención y en cambio fijó la vista cómodamente sobre las otras personas en la
habitación, ignorando la tensión en el ambiente.
—¿Sabían eso? Todos tenemos un interruptor dentro. El cual decide si pueden matar
o no a otro ser humano. Eso es todo lo que hace ese pequeñito interruptor. Pero, si lo
presionas… ustedes pueden matar. Pueden asesinar a una persona. A cualquiera. Así
que, en otras palabras, tu habilidad para matar a otros seres humanos depende por
completo si pueden o no presionar ese pequeñito interruptor. ¿Pueden creerlo?
—Así.
—Así, y así, y así y así y así y así así así así así. Una y otra y otra vez hasta que pierdes
la cuenta, hasta que todo se mezcla y ya no sabes dónde comienza o termina algo,
presionas ese interruptor. ¡Todos esos interruptores dentro de mí, decenas, cientos,
miles, decenas de miles y cientos de miles de ellos! Así que, ahora entienden, porque no
puedo dejar de matar personas. ¿Cierto?
Está loco, pensó Firo y probablemente los Félix Walken anteriores a su alrededor
compartían su opinión. Aun siendo asesinos despiadados, fruncieron el ceño con
desagrado mientras veían a Ladd.
Únicamente Huey lo miró con aire pensativo; no obstante, el propio Ladd parecía
encontrar eso inaceptable. Se encogió de hombros y dio otro paso al interior, fijando la
vista sobre Huey Laforet.
—Ahora que lo entiendes, significaría mucho para mí si puedes morir por el bien de
esos millones de pequeñitos interruptores que acabo de presionar. Aunque, está bien.
Solo tienes que morir una vez.
—¿Dónde están sus modales, señor Russo?... ¿Comprende que es descortés irrumpir
en la habitación de alguien más de esa forma?
- 223 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
—Entonces. ¡Bien, bien, bien bien bien! ¿Cómo quieres morir? Voy a matarte hasta
que desees poder hacerlo. Oh, aunque no tienes nada de qué preocuparte. Te dejaré
elegir. Puedes morir o puedes ser asesinado. ¡Te agradecería que hayas decidido para
cuando terminé de cortarte en pedacitos!
Avanzó y tal vez no tenía ojos para nadie más salvo para Huey, ya que no miró ni a la
derecha ni a la izquierda mientras caminaba.
Hubo una especie de discrepancia lógica en función. Hace solo un instante, Ladd
había estado caminando hacia Huey, observándolo directamente, y luego, al siguiente
se había girado y acercado ágilmente al guardia con el rifle en un abrir y cerrar de ojos.
—Eres molesto.
Hubo un ruido seco, una especie de crujido enfermizo, y el cuerpo del guardia perdió
fuerzas.
Las palabras de Ladd llegaron a los oídos del guardia y solo un segundo después de
eso, finalmente reconoció el dolor.
Se trataba de la boca del arma que había estado sosteniendo hace solo un minuto.
—Oh, pero gracias por el rifle. Te debo una.
Hasta ese momento, el guardia se percató del gran aprieto en el que se encontraba.
- 224 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Y solo entonces comprendió que Ladd había sujetado el cañón del rifle para
arrebatárselo de las manos. Bajó la mirada y divisó su muñeca y dedos torcidos en
ángulos antinaturales; no obstante, de pronto fue despojado de incluso el aire para
gritar en agonía.
—De hecho, toma, permíteme recompensarte por eso ahora mismo. Muere.
Antes de que lo pudiera pensar dos veces, antes de que incluso el guardia comenzara
a sentir miedo, Ladd jaló el gatillo.
El ruido rebotó en las paredes de la habitación aislada e, incluso Firo, quien estaba
acostumbrado al sonido de los disparos, se encogió inconscientemente.
Ese cabrón…
Un chorro de sangre salpicó las paredes; sin embargo, fue menos de lo que Firo había
esperado.
El guardia ciertamente fue alcanzado por la bala; pero, solo había perdido su oreja
derecha y su consciencia, no su vida. Se desmayó incluso antes de tocar el suelo, el
hombre dibujó un pequeño semi-circulo con la parte superior de su cuerpo a medida
que giraba y caía, descendiendo sin fuerzas al frío piso.
Aun así, ellos no se apresuran de inmediato hacia él, y Firo creyó que podría conocer
el motivo conforme observaba la situación desenvolverse.
Lo más extraño era que Ladd no mostraba ninguna abertura a pesar de su postura
agresiva. Firo tuvo el presentimiento de que incluso si él mismo atacaba a Ladd desde
su ubicación justo detrás del hombre, estaría viendo el cañón de un rifle antes de que
diera el primer paso.
- 225 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
—¡Ja! Estaba mintiendo, colega. Era una broma. No asesinaría a un patético matón
como tú. Todavía. De ninguna forma desperdiciaría este sentimiento creciendo dentro de
mí en algo tan trivial.
Ladd mostró una sonrisa salvaje y dirigió su mirada al techo. Dragón expuso sus
dientes con una sonrisa a modo de respuesta, aunque había poca felicidad en ella.
—Muy bien. Ni siquiera sé quién chingados son ustedes, pero entiendo. Solo cállense,
no digan ni una palabra, cierren la boca, pónganse en el suelo y bésenlo.
—Qué…
Dragón se quedó boquiabierto, sus afilados incisivos se veían por completo conforme
luchaba por procesar el ridículo discurso obstinado. Incluso los ojos de Firo se abrieron
de par en par, mientras que Huey meramente sonrió y prosiguió con su observación de
Ladd con una atmósfera de un científico intrigado.
No obstante, por detrás de Ladd, ligeramente a la derecha, provino una profunda voz
grave cuando una gigantesca sombra marchó hacia el frente.
—Dragón. Este es mío —dijo Gig, moviéndose fluida y lentamente hacia Ladd.
- 226 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Las últimas palabras todavía pasaban por sus labios cuando salió corriendo hacia el
frente en un monstruoso despliegue de velocidad.
¡Santo cielo, es rápido! Pensó Firo, un poco desconcertado. Casi parecía incorrecto
que algo tan grande se moviera con tanta velocidad, pasando a través del aire como una
ráfaga de viento y acercándose a Ladd. Es completamente diferente a como era antes en
la cafetería.
Incluso a primera vista, resultaba evidente que Gig era diestro en alguna arte marcial,
su cuerpo se deslizaba tan cerca del suelo como una bala de cañón dirigida justo a las
rodillas de Ladd.
—¡¿Eh?!
Desde su baja posición, todo lo que Gig podía ver eran los pies de Ladd, ostentando
un sofisticado juego de pies.
A continuación, ya no veía los pies, debido a que su campo de visión fue bloqueado
por un puño.
Para cuando se percató de que un gancho bajo pasó rozando el suelo, el puño de Ladd
ya se había enterrado profundamente en la piel de su cara.
—Maldito demente…
—Cabrón…
El caucásico y Dragón, ambos murmuraron incrédulos en voz baja; aunque, Ladd solo
bostezó y se estiró. En cuanto a Gig, no se encontraba en condiciones de hablar, tenía la
nariz en tal estado que llamarla destruida o hundida sería una descripción más precisa
que solo decir que estaba rota.
—Maldita sea, creí haberte dicho que te callaras —dijo Ladd, encogiéndose de
hombros casualmente—. No me importa quienes sean o que han hecho. Simplemente
- 227 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
cierren el pico. Incluso si son un millón de veces más fuertes que yo, inclusive si son
dioses o demonios que pueden hacer que mi cabeza explote con solo pensarlo,
sencillamente cállense.
En estos momentos Ladd parecía estar lleno de aberturas y los Félix restantes fueron
tras él al mismo tiempo, uno de cada lado.
El caucásico se dirigió por el rifle a los pies de Ladd, mientras que Dragón saltó
directamente a la garganta de Ladd, sus dientes al descubierto como los colmillos de un
perro rabioso.
—No quiero escuchar sobre sus pasados, o sus puntos de vista, o qué trucos tienen
debajo de la manga, o cuánto me odian, o de qué están orgullosos o sobre cualquier
leyenda de hechizos de magia que alguna vez oyeron en los cuentos de hadas…
Ladd se movió a medida que hablaba y, aunque sus movimientos eran rápidos y
eficientes, cada uno seguía siendo extrañamente violento. Tal vez cautivado por el lento
ritmo de su discurso, el hombre caucásico y Dragón reaccionaron un segundo tarde a
las acciones de Ladd.
El puño derecho de Ladd salió disparado hacia el rostro de Dragón; pero, en lugar de
preocupación los ojos del asiático brillaron con alegría a medida que sonreía y abría la
boca ampliamente, se encontraba tan abierta que asemejaba a la mandíbula dislocada
de una enorme serpiente. Tan pronto como el puño de Ladd despejó sus dientes, Dragón
lo mordió, su quijada cerrándose como una trampa para osos.
Un shock pasó a través de los huesos de la mano de Ladd, seguido por una tremenda
presión, como si lo apretara un tornillo de mecánico.
No obstante, la fuerza no se escapó del brazo de Ladd; inclusive sonrió con ferocidad,
como si eso hubiera sido exactamente lo que esperaba.
Ladd ignoró el dolor y se giró, en un gran movimiento que empleó todos sus
músculos y liberó la fuerza dentro de su cuerpo de una sola vez.
—Lo que sea que fuera… Los escucharé cuando los mate.
Apretando el rifle con sus manos, el caucásico levantó la vista para ver a una sombra
oscura dirigiéndose a toda velocidad hacia él.
Se trataba de Dragón, con los ojos abiertos de par en par con sorpresa y
consternación.
Ladd había levantado su cuerpo al aire y balanceado el puño donde Dragón seguía
pegado como una especie de guante de box ridículo, haciéndolo descender justo sobre
la cabeza del hombre caucásico.
- 228 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Huey ladeó la cabeza a un lado con curiosidad, murmurando por lo bajo para sí
conforme daba voz a sus pensamientos.
—¿El legendario Félix Walken fue incapacitado por un simple hombre? Bueno, quizá
en esta situación sería correcto decir que su oponente se encontraba más allá de lo que
alguien consideraría humano…
Ladd se percató y apretó su puño derecho todavía sangrando, la sonrisa del loco
homicida se extendió una vez más por su rostro.
—Qué gracioso que digas eso. Mi deseo por matarte se incrementó hasta niveles
estratosféricos desde que entré —declaró Ladd, otorgándole a Huey una sonrisa cruda
que contrastaba con las risitas reservadas del científico.
Sin ser el centro de atención, Firo se apoyó en la pared y decidió observar al par y
cómo se desenvolvía la situación.
Se miraron entre ellos por un rato, luego Huey optó por romper el silencio.
—En Peter and Wendy, Peter Pan representa el estado mental de los niños, inocente
pero cruel debido a esa inocencia, ignorante tanto del bien como del mal. En contraste,
aunque el Capitán Garfio es el villano, él representa al adulto racional. En ese caso, ¿qué
significado tiene el cocodrilo? ¿Cuál es su papel? ¿Qué representa, usted que ha venido
a destruirme?
Por su expresión era aparente que Huey no esperaba una respuesta; sin embargo,
Ladd simplemente negó exasperado con la cabeza y contestó.
—Fuerza bruta e instinto asesino más allá del bien y del mal. Gula infinita. Piensa en
mí como una catástrofe, una fuerza de la naturaleza.
Huey no respondió.
- 229 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
asesinato es cometido sin la intención de hacerlo, sin odio o siquiera un buen motivo
para quitar esa vida, solamente la víctima se preocuparía de si eso es bueno o malo.
Aunque, eso jamás cruzara la mente del asesino ni por un segundo. Simplemente sigo
mis instintos, masticando a las personas y escupiéndolas. En otras palabras, todo lo que
pienso es en mí. Eso es todo. Así que pensé para mí, si puedo matarte, aun cuando
escuché que no puedes morir, eso sería muy divertido. Eso es todo. Honestamente no
hay nada más que eso.
Ladd sonó extrañamente tranquilo mientras respondía y Huey estrechó los ojos con
admiración.
—Pensé que no era más que un simple y violento asesino; pero, ahora veo que tiene
algo de poeta —declaró.
—¡Jaja! ¿Yo? ¿Un poeta? Estás insultando a todos los poetas de verdad allá fuera.
Ladd abrió y apretó los puños una vez más, apareciendo el asesino ardiente y
profundo en sus ojos una vez más.
—Tendré que defender el honor de todos los poetas ofendidos del mundo, ¿no lo
crees?
—Pero, ¿ha considerado esto? —De repente preguntó Huey—. Si en verdad es por
ese motivo que desea aniquilarme; en ese caso, ¿no tendría que dividir su intención
asesina?
—¿Eh?
—Disfruta matar a las personas que piensan que nunca morirán, ¿correcto? Por esa
razón decidió asesinarme, a mí, un inmortal. No obstante, en ese caso…
Huey hizo una pausa de una respiración, como si gozara del momento, pareció reunir
sus ideas y sonrió fríamente.
—¿Sabía que Firo Prochainezo, el hombre que actualmente está apoyado contra esa
pared, también es un inmortal?
Todo esto transcurrió en su mente en un abrir y cerrar de ojos. Firo apretó los dientes
y fulminó a Huey con la mirada, luego suspiró y dirigió la vista hacia Ladd.
- 230 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
En lugar de contestar en voz alta, Firo caminó lentamente hacia Huey y se paró detrás
de él, ligeramente a su derecha.
Los ojos de Ladd se abrieron un poco cuando presenció por primera vez lo que
significaba realmente ser un inmortal; pero, de lo contrario, su expresión no reveló
nada de lo que pensaba en su interior.
—Ja.
De súbito se rió, el volumen fue creciendo hasta que se carcajeó de todo corazón,
tenía la cabeza inclinada hacia atrás con regocijo.
—¡Jajajajaja! ¡Ya veo! ¡Ya lo entendí, así que eso es! ¡Eso es! ¡Firo! ¡Muchísimas
gracias, me enseñaste algo realmente grandioso!
Firo titubeó, inseguro de lo que estaba sucediendo; no obstante, Ladd chasqueó los
dedos y se volvió a reír.
—Te lo dije, ¿no? ¡Solo mato personas que están seguras de que nunca morirán! ¿No
recuerdas lo que mencioné junto con eso? ¡Dije que eras diferente a esos idiotas!
—Mira, Firo. Seguro, eres un inmortal; pero, aun ahora una parte de ti todavía tiene
miedo de morir. Tus ojos están vivos. ¡Todavía ahora! ¡Incluso en este preciso
momento! Entiendes, ¿acaso no puedes comprender que sigues en guardia mientras ves
a Huey Laforet? ¡Tienes esa mirada en tu cara que dice que podría tratar de matarte en
cualquier momento! Y eso. Eso me ha enseñado algo muy importante.
- 231 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
—Esa mirada que tienes me dice que existe una forma de matar a los inmortales.
Todavía puedes morir. ¿Cierto?
—Bueno, como sea. Los dos pueden formar un equipo e intentar vencerme. Me
parece bien. Simplemente tendré que averiguar cómo matar a un inmortal incluso si
tengo que sacarles la información a golpes. No tengo prisa.
Ladd comenzó a saltar sin hacer ruido sobre sus pies e hizo un poco de
shadowboxing13.
—Pues, bien. Ya escuchó al señor Russo. ¿Qué haremos? —inquirió Huey sobre el
hombro. No sonaba del todo preocupado.
—Escucha, Laforet.
Huey echó un vistazo hacia atrás, obviamente curioso del motivo por el que Firo de
pronto decidió revivir ese tema; sin embargo, permaneció en silencio y dejó que Firo
continuara.
—No… No me importa. Siempre que ese viejo bastardo no decida hacerle algo a Ennis
o a mis amigos, me da igual lo que él o alguien más haga con mi cuerpo.
Huey no contestó.
—Me da igual que suceda conmigo. Con tal de que mi mundo permanezca pacífico,
no me importa quién sea… o si no existo en lo absoluto, incluso si solo soy parte de un
sueño que alguien que conozco tiene.
…Ahora que lo pienso, solía discutir con Claire sobre esto todo el tiempo…
13
N. de la T. Shadowboxing: es un ejercicio empleado en los entrenamientos de deportes de combate,
especialmente en el box. Su principal uso es para preparar los músculos antes de que la persona a entrenar
comience a realizar actividad física más rigurosa. Solo se necesita a una persona quien lanza golpes a nadie
en particular.
- 232 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—¿Puedo preguntar por qué decidió mencionar esto ahora? —inquirió Huey y Firo
sonrió en respuesta.
Nueva York
Estación de Policía NYPD
Tres hombres se encontraban sentados en la sala de espera del NYPD14, cada uno con
una expresión diferente sobre su rostro.
—Maldita sea. Huey nos atrapó y lo hizo muy bien. El mocoso que enviamos a
Alcatraz probablemente está durmiendo tranquilo en la cabeza de Huey en estos
momentos, o tal vez se cambió de bando. Ya nada me sorprendería.
—¿A qué te refieres, detective Noah? Umm, ahora que lo recuerdo, ibas a comentar
algo antes de que el hombre bomba viniera a saludarnos, ¿no es así?
—Señor… Lamento corregirlo de esta forma; pero, Prochainezo no llegó a dónde está
por mera suerte, tampoco porque adulara a sus superiores.
—Eh… así que lo tienes en muy buena estima después de todo. En ese caso, ¿crees
que podamos esperar algo de él?
14
N. de la T. NYPD: siglas en inglés para New York Police Department; en español Departamento de Policía
de Nueva York.
- 233 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
—Quiero decir que deberíamos esperar que algo malo sí le suceda a él.
Los ojos de Edward se concentraron en algo muy lejano, daba la sensación de que
estaba viendo al pasado, observando a la rata callejera conocida como Firo Prochainezo
elevarse entre los rangos del bajo mundo criminal.
Celda Secreta, Alcatraz
—Oh, y ya que estamos en eso, creo que debería mencionar una cosa más.
—Así es —Huey no apartó la vista de Ladd, mientras que él le regresó la mirada llena
con deseos homicidas.
Un pequeño ruido llegó hasta sus oídos, el sibilante susurro de la piel separándose
de la carne.
—¿Umm?
—¡¿Ah?!
- 234 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
A medida que caía hacia adelante, sus ojos vieron a Ladd mirándolo fijamente. Los
ojos del homicida estaban redondos como un plato, la hostilidad se había desvanecido
por un momento frente a la sorpresa. Huey supo entonces que lo que sea que le haya
sucedido no tenía nada que ver con Ladd Russo.
Su cuerpo golpeó el piso helado y, desde atrás de él, pudo escuchar la voz glacial de
Firo.
Firo movió su mano derecha hacia la cabeza de Huey, con la intención de cortar su
consciencia definitivamente.
Aun cuando la sombra de Firo poco a poco oscurecía por completo su campo de
visión, la mente de Huey sufría con una tormenta de pensamientos excitados.
Pensé que tenía el control de la situación hasta cierto punto y mira. Ve cómo estos
elementos imprevisibles aparecen delante de mí.
- 235 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
- 236 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Justo como despierta luego de una noche de sueño, Liza estuvo completamente alerta
tan pronto como recuperó la consciencia y se levantó de un salto.
—¡Papi!
Al percatarse de que se encontraba en la celda de su padre, miró como loca por todas
partes, buscándolo.
La primera cosa que notó fue que la puerta colgaba medio abierta y un guardia
familiar yacía boca abajo justo afuera.
Sin embargo, nada de eso le importó. Girando casi por completo, de repente se
congeló, la escena de algo vestido de blanco inmóvil en el suelo hizo que temblara hasta
la médula.
—¡Papi!
—No… ¡Noooo! —gritó la niña, tomando el puñal con ambas manos y tirando de él
tan fuerte como pudo.
Un shock, aún más grande que el de antes, estremeció el corazón de la niña cuando
vio la sangre fluir del cuerpo de su padre; sin embargo, se relajó un poco al notar que se
detenía y cambiaba de dirección, regresando a su cuerpo.
- 237 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
—Ah…
Liza retrocedió sorprendida y echó otro vistazo alrededor; sin embargo, seguía sin
haber nadie cerca salvo por el guardia caído junto a la puerta.
—¡Está bien, papi! ¡No tienes nada de qué preocuparte! ¡Ya no hay nadie más aquí!
—¿Oh? Qué extraño —dijo a media voz—. No puedo abrir mi ojo izquierdo. ¿Le
importaría echar un vistazo por mí y ver cuál es el problema, Liza?
A decir verdad, ya tenía una buena idea de lo que había sucedido; aun así le preguntó
a su hija, incitado por mera curiosidad. Quería descubrir lo que Liza, quien lo
consideraba perfecto, pensaría de esto.
—Pa… papi…
Vacilante y temerosa, Liza extendió una mano y tocó el ojo izquierdo cerrado de su
padre…
Una vez retirado el párpado, no reveló más que un hueco de un rojo oscuro.
El globo ocular, que debería haber estado allí, faltaba; de modo que la niña se
encontró cara a cara con una horrenda oscuridad rojiza.
Huey olvidó incluso el hecho de que había perdido su ojo izquierdo cuando los gritos
de Liza inundaron la atmósfera, con la intención de grabar la reacción de su hija en su
memoria.
15
N. de la T. Pude haber traducido esa línea de otra forma, pero… La imagen de Liza como el Dr. Frankstein y
Huey como el monstruo cuando recién le da vida gritando “¡Está vivo! ¡Vivo!” hizo que me partiera de risa y
decidí dejarlo así. Además de agregar esta inservible nota al pie solo para insertar esa imagen en sus
cabezas.
- 238 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 239 -
Capítulo V: Frente & Revés ¡SALGAMOS DE AQUÍ!
- 240 -
En Daily Days, Nueva York
Considéralo un depósito.
Pero no en otras.
Ya te conté la mayor parte de lo que sucedió en prisión durante esos días. Aunque,
no lo mencioné todo. Un par de temas seleccionados continúan sin revelarse.
Lo que te he contado, mi versión de la historia, es solo una parte del todo, de algo que
únicamente puede estar completa con la información de lo que sucedió en Chicago.
¿Qué hizo ese demente de Ladd Russo para romper las cadenas que ataban sus pies?
¿Qué sucedió con Firo y Ladd luego de que Huey perdiera la conciencia?
Exactamente cómo contactaba el maestro Huey con el mundo exterior… Bueno.
Supongo que ya deberías saber la respuesta a esa pregunta en particular.
No obstante, la solución a todas esas interrogantes y más, solo podrán ser reveladas
hasta que conozca lo que realmente sucedió en Chicago.
Me disculpo. Si te soy totalmente sincero, sí quiero contarte. Sin embargo, más que
eso, deseo saber que ocurrió allí donde no estaba yo de testigo.
Ansío poseer la información que solo los informantes como ustedes tienen en su
poder y, quizá, incluso obtener de ella nuevas hipótesis de las que ni siquiera ustedes
tienen conocimiento y recuperar todas las piezas perdidas de este rompecabezas.
- 241 -
Capítulo de Conexión UNA VISITA AL INFORMANTE
Cuando venga mañana, puede que sea alguien más o tal vez ni siquiera venga.
Me guste o no, tengo que ver más cosas que los demás.
Y, en este caso… tal vez podría convertir ese destino en dinero, por lo menos.
Bueno. De cualquier forma, espero volver a hacer negocios con ustedes en el futuro,
señor Informante.
Confiaré, para bien o para mal, que toda esa información completará mi mundo.
- 242 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
- 243 -
Isla de Alcatraz, San Francisco
—Pues, eeh. No sé qué decir. ¡Lamento todos los problemas que te he causado!
—Sabes… eres la tercera persona cuyo ingreso supervisé personalmente. Los otros
dos entraron, pero todavía no han sido liberados.
—¡Sorprendente! ¡Entonces, ¿eso quiere decir que soy el único sobreviviente?! No,
espera, no puedo ser tan asombroso, ya que me atraparon… ¡En ese caso, tú debes ser
el fantástico, señor Director!
—¡Entendido! ¡Daré lo mejor de mí, solo espera y verás! —gritó Isaac sacando el
pecho con orgullo como un niño.
—Umm. Sabes, nunca pensé que llegaría el día cuando dijera estas palabras, pero
toma. Este es tu pago por un mes de trabajo forzado, así que recíbelo con la frente en
alto. Acá entre nos, añadí un pequeño extra como regalo de despedida.
—¡Muchísimas gracias! ¡Vaya, no sabes cuánto significa esto para mí! ¡Gracias y te lo
vuelvo a agradecer, señor Director!
Misery se despidió de él, todavía sonriendo, Isaac también sonrió y salió de la oficina.
- 244 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
Al igual que cuando entró, un guardia lo condujo a un barco que lo estaba esperando
en el puerto y luego…
La luz del sol poniente teñía los prominentes acantilados de un profundo y cálido
matiz de naranja, las tonalidades del crepúsculo transformaron la generalmente
funesta isla en algo de sublime belleza.
—Hermoso…
Isaac pensó en su pasado, en cómo había contemplado esa misma isla tantas veces
cuando era joven…
—Oh, no… Esto no es suficiente para regresar a Nueva York.
Al parecer, Víctor había programado una cita para reunirse con él; pero, se encontró
con algunos problemas en Nueva York, en su lugar Isaac habló con un hombre que se
presentó como el jefe de Víctor antes de que lo dejaran marcharse.
Por aquí y por allá en las calles, Isaac podía escuchar transmisiones de radio sobre
algunos problemas inminentes en Chicago; sin embargo, no le prestó atención a las
urgentes voces.
En cuanto recibió las ropas que había usado cuando fue arrestado, sacó su cartera y
junto el dinero en su interior con la pequeña suma que Misery le había dado, luego se
dirigió directamente a la estación de trenes.
Todo lo que deseaba hacer era reunirse nuevamente con Miria tan pronto como fuera
posible.
El problema yacía, sin importar qué tantas veces lo pensaba, en que no tenía
suficiente dinero para tomar un tren transcontinental de regreso a Nueva York. El
trabajo forzado no se pagaba muy bien que digamos y solo lo había hecho un mes
- 245 -
Capítulo Remanente ¡LIBERTAD!
encima de eso. Aun con la “indemnización” de Misery y los pocos billetes que traía en
su cartera, se quedaría sin dinero mucho antes de kilómetros.
Normalmente esto no habría sido un problema, solo tendría que robar algo de dinero
de algún villano que pasara y destinarlo para una causa mejor; no obstante, Misery, la
asombrosa persona-director-jefe en la mente de Isaac, le dijo que abandonara sus actos
delictivos y que viviera por las personas que amaba. Con un gran esfuerzo de voluntad,
descartó la opción de hurto.
Por solo un segundo, pensó en su casa, tan cerca que podría llegar caminando allí;
sin embargo, en ese momento el rostro de Miria apareció en su mente y desechó la
opción de regresar a su casa sin dudarlo.
Jacuzzi lloraba a moco tendido y hablaba entre sollozos por el teléfono, repitiendo
una y otra vez cuánto se alegraba de que Isaac se encontrara a salvo…
Ella sonaba muy feliz, aun cuando se sorbía la nariz, incluso en medio de sus risas
sollozantes, y antes de que Isaac se diera cuenta también se encontraba sonriendo.
De pronto, se le ocurrió una idea y, antes de que pudiera pensarlo bien, pasó por sus
labios, sonando tan impetuoso y confiado como siempre.
—¡Lo siento, Miria! Resulta que mi cartera estaba en mi bolsillo todo este tiempo.
No se trataba de una broma ni de un alarde, solo una honesta disculpa desde el fondo
de su corazón. La voz de Miria salió de inmediato por la bocina, en perfecta sincronía
con él igual que siempre.
- 246 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
—Bueno, verás, Miria… Sucede que no tengo el dinero suficiente para regresar… así
que… si puedes, eeh, agarrar el dinero necesario para mi boleto de tren de mi escondite
y venir a verme, eso sería genial…
Por la respuesta entusiasta de Miria, era seguro decir que atravesaría corriendo el
país hasta él si así fuera necesario.
—En ese caso… ¿Qué te parece Chicago? ¡Creo que puedo llegar hasta allí con lo que
tengo!
Miria aceptó con entusiasmo, mientras que Isaac sonrió ampliamente, el gran viaje
hacia el este ya se estaba desarrollando en su mente.
—Muy bien. Entonces, voy a conseguir un boleto para Chicago. ¿Dónde te gustaría
vernos?
El sol se puso en el oeste; sin embargo, el corazón de Isaac Dian se dirigía al este.
Y, quizá, su intención brilló a través de sus palabras, por sencillas que fueran, eran
más que suficientes para tranquilizar el corazón de Miria.
- 247 -
Capítulo Remanente ¡LIBERTAD!
- 248 -
PALABRAS DEL AUTOR
Hola, hola. Encantado de conocerlos, para aquellos que conozco por primera vez. Y
para el resto (que sospecho son la mayoría) que están de regreso, ¡hace tiempo que no
nos vemos! ¡Lamento hacerlos esperar a todos!
Fiuu, este volumen de Baccano! tardó casi dos años en hacerse. Bueno, hubo el CD
Drama y la nouvelle16 que venía junto con él, claro está, pero con todo y eso, ha pasado
tanto tiempo que hasta yo estoy nervioso.
Bien. El relato de la cárcel termina con este episodio y ahora nos trasladaremos a las
calles.
Estoy pensando en un formato un poco diferente de lo que hice con los Episodios
Local y Expreso de 1931. Probablemente me tome un tiempo llegar hasta el final, pero
les estaría muy agradecido si me acompañan en el viaje.
Encontré toda clase de detalles que había olvidado por completo, una canasta entera
de sorpresas, ¡y escribí esta cosa! Toda mi memoria ahondó en recordar elementos
inútiles como los diálogos de Turner.
Umm… Pues, aquellos que vieron los anuncios publicitarios quizá ya estén
enterados; ¡pero, Baccano! será adaptado al manga por Dengeki Comic Gao!
Ha pasado casi medio año desde que la idea fue propuesta por primera vez. Desde
entonces, cada vez que veo mensajes en internet diciendo cosas como «las historias de
Narita no pueden adaptarse a un manga» y «Tiene que vender más antes de siquiera
pensarlo», he tenido que luchar contra el impulso de publicar la noticia por toda mi
página principal y rematarlo con esta declaración: «Jajaja… ¡Cómo han cambiado los
tiempos, patéticos humanos!17» Pero, ay de mí, el contrato claramente estipulaba que
16
N. de la T. Nouvelle: narración de menor extensión que una novela y menos desarrollo de la trama y
personajes, aunque sin los recursos narrativos propios del cuento.
17
N. de la T. Y no solo tuviste un manga, Narita, ¡también un anime, una novela visual, una segunda
adaptación al manga e incluso tus novelas fueron licenciadas en Norte América! ¡En sus caras incrédulos!
- 249 -
Volumen 08 PALABRAS DEL AUTOR
tenía que mantenerlo en secreto. Ahora que lo pienso, hubiera sido muy inmaduro de
mi parte hacer eso. Así que, te doy las gracias, contrato.
Como sea, el manga iniciará su serialización en el número de Gao! que sale a finales
de diciembre de este año. Por desgracia, aún no he conocido al Sr. Gin’yuu Shijin, quién
se encargará del arte y la historia. En su lugar, me reuní con el Sr. Ogino, el cual
supervisa el proyecto del manga.
Así que, en nuestra primera junta. En cuanto nos sentamos, el Sr. Ogino abrió la boca
y dijo…
Ogino: Entonces, sobre Baccano! ¿Les parece bien cambiar la atmósfera general del
trabajo? Realmente sacudir con fuerza las cosas, saben.
Yo: (¡Ajá! ¡De modo que por fin muestras tus verdaderas intenciones! Pero, tengan
cuidado, ¡nunca permitiré que lleven a cabo sus viles planes!) Jaja, ¿tienes algo
específico en mente?
Yo: ……
Ogino: O tal vez así como Suruga-jou Gozenjiai de Nanjo Norio se convirtió en
Shigurui.
Yo: ……
Yo: …¡Bien!
Estreché las manos con el Sr. Ogino y luego tuvimos una larga discusión sobre los
grandiosos mangas serializados en Champion, hasta que, finalmente, el Sr. Wada, mi
editor para las novelas, nos interrumpió con un exasperado: «Lo siento, no entendí ni
una sola palabra de lo que dijeron».
…Pero, de cualquier caso. Siento un poco de culpa por emocionarme tanto cuando ni
siquiera he conocido al mangaka todavía. Además, ¡el Sr. Ogino espera bombardearlo
con tres series a la vez! ¡¿Acaso eso no es demasiado?!... ¡¿Por qué me preocupo tanto
- 250 -
BACCANO! 1934 – ALICIA EN PRISIÓN <EPISODIO CÁRCEL> Ryohgo Narita
por alguien que ni siquiera conozco todavía?!... ¡Sr. Gin’yuu Shijin! ¡No se rinda ante el
feroz ataque del Sr. Ogino!
De modo que, como pueden ver, yo también estoy esperando con ansias la nueva
serialización en Gao!, ¡y espero que al menos algunos de ustedes compartan mi
entusiasmo!
Pero, de todas formas, ¡gracias por leer y espero que continúen disfrutando Baccano!
en el futuro!
Mi eterno agradecimiento al Sr. Wada, mi editor, al Sr. Suzuki el editor en jefe y, por
supuesto, al resto del departamento de la editorial. Gracias a mis correctores, a quienes
nunca puedo ver a los ojos ya que jamás cumplo con la fecha de entrega y, desde luego
a los diseñadores quienes se aseguran de que mis libros siempre luzcan impecables.
Gracias al departamento de mercadotecnia, al departamento de publicaciones, al
departamento administrativo y a todos los demás en MediaWorks.
Gracias Sr. Enami Katsumi, quien trajo el mundo de Baccano! a la vida con su arte a
pesar de la ridícula agenda que le impuse.
Agosto 2008
Listo para manejar luego de comprar un auto nuevo aunque sea incapaz de
conducirlo a cualquier lado por culpa del caos,
Ryohgo Narita
- 251 -
D.D.
Daily Days Novels
Nos puedes visitar en:
https://dailydaysnovels.wordpress.com/
TRADUCCIÓN AL INGLÉS
Anonspore
TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL
Clixea
EDICIÓN
Clixea