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BACCANO!

VOLUMEN 05
BACCANO!
Volumen 05
2001 – LOS HIJOS DEL MATRAZ

Escrito por Ryohgo Narita


Ilustraciones por Enami Katsumi
[OPINIÓN PERSONAL DEL INMORTAL:
ELMER C. ALBATROSS]
ESCRITA POR: HUEY LAFORET
(INMORTAL, TERRORISTA)

Elmer C. Albatross. Mi amigo y la única persona sobre la faz de la tierra a quien


considero “humano”. Todo lo demás en este mundo, hasta mi propia hija, no es más que
material para mis experimentos. Por alguna razón, hoy pensé en él, un día antes de
poner mi plan en acción, y decidí transcribir mis reflexiones en papel antes de que las
olvidara.

Su pasado fue una gran desesperanza. No, quizás decir que no había nada más que
desesperanza sería una mejor expresión. El hombre conocido como Elmer nació
solamente para ser impartido con desesperanza. Fue engendrado como un sacrificio
humano para una secta religiosa. En otras palabras, su propia madre lo parió con la
ilusión de que se convirtiera en una ofrenda.

Un sacrificio noble, fue maltratado como signo de respeto y torturado en señal de


amor. Él se encontraba a merced de docenas, no, centenares de creencias retorcidas a
su alrededor. Tras una década ahí fue rescatado. No, puede que sea más exacto decir
que cayó dentro de un abismo, nuevo y más profundo, de desesperanza.

La caza de brujas que se extendió por toda Europa como una plaga; el brío que
provocó que incontables almas inocentes fueran acusadas erróneamente… Al final, la
influencia de ese poder también se presentó en esa secta religiosa. El niño, que se
convertiría en un sacrificio humano, fue salvado momentos antes de que la cuchilla de
la deidad se abatiera sobre su cabeza. El niño, que había sido capturado por herejes y
condenado a muerte, fue criado como el niño que había sido salvado por Dios.

Cuando lo conocí, cinco años después de los eventos mencionados, se río mientras
me explicaba su singular pasado.

—En ese momento, supe que no había tal cosa como un Dios en este mundo. Es por
eso que deseo hacer reír a las personas con mi propia fuerza.

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Volumen 05 ILUSTRACIONES

Aunque la sonrisa de Elmer era visible, no pude evitar sentir que ese mismo gesto
servía para mostrar la oscuridad en su interior.

—No entiendo mucho sobre la emoción a la que llaman felicidad. Ni siquiera sé si la


expresión que mi rostro tiene en estos momentos es una verdadera sonrisa. Quizá por
eso deseo que otros rían y sean felices. Pienso que, después de eso, seré capaz de creer
que mi sonrisa también es genuina.

Sin embargo, ¿puede él, un hombre que no conoce la felicidad ni la risa, dárselo a los
demás?

Le pregunté esta interrogante y se río, como si únicamente fuera apta para divertirlo
aún más.

—Ya veo. Entonces, eso significa que todo lo que yo haga es un inútil acto de
autosatisfacción… ¿No crees que es bastante gracioso?

Él es un hombre feliz. Conforme esa idea surgía en mi mente, una pequeña fracción
de envidia se presentó en mi corazón y, al mismo tiempo, me reí en frente de otra
persona por primera vez en mi vida.

Aún tengo mucho por escribir; pero, tal parece que los oficiales del F.B.I. ya se
encuentran afuera. Vaya, vaya, Víctor es inesperadamente impacien— (El resto de la
página está en blanco).

-6-
[LA MUJER CONOCIDA COMO SYLVIE LUMIERE,
UNA INMORTAL]
TOUGO DENKURO (INMORTAL, DESEMPLEADO)

Solamente se podía apreciar la sed de venganza en los ojos de Sylvie.


Cuando este se fue del barco, sería una mentira decir que no había odio en él para
Szilard. Sin embargo, el fuego en los ojos de la chica ardía más que los del propio Maiza,
quien había perdido a su hermano menor.
Aun cuando Sylvie estaba determinada a quitarse la vida cuando Szilard nos
traicionó, parece que los esfuerzos del maestro Elmer y del maestro Maiza lograron
tranquilizarla. Pero este se percató de que sus ojos se encontraban llenos, no con
tristeza, sino con una llama silenciosa.
—Sylvie, por favor, no pienses demasiado en ello. Por su bien.
—Oh, sí. Estoy bien ahora.
Aunque Sylvie sonrió mientras contestaba a las palabras del maestro Maiza, la luz en
sus ojos no cambió en lo absoluto.
Conforme desembarcábamos del barco, quizá percatándose de la mirada fija de este.
En una voz apenas audible, con el rostro luciendo como si en cualquier momento se
rompería a llorar y, aun así, al mismo tiempo, repleto con un tremendo odio, dijo:
—Señor Denkuro… ¿Cuándo desaparecerán estas emociones mías? ¿Crees que este
sentimiento, esta rabia, se desvanecerá con el transcurso del mucho, mucho tiempo
conocido como la eternidad? —Entretanto este buscaba una respuesta desconcertado,
sus facciones se endurecieron y habló con la voz áspera y entrecortada—. Sí es así,
entonces no necesito la eternidad.
Ciertamente, gentil en el exterior pero frío en el interior. No obstante, este no podría
afirmar si su fuerte determinación era correcta o errada. ¿Acaso perder algo cambia
tanto a una persona? En ese caso, ¿qué cambios inimaginables experimentaremos a
través del tiempo todos nosotros?
Tres siglos pasaron, y pese a que este encontró el camino hacia la villa donde escuchó
sobre una cantante que coincidía con su descripción… lamentablemente, fue demasiado

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

tarde. Al parecer, ella se había ido junto con alguien, quien este supone era el maestro
Maiza.
Que así sea. Este ha decidido recorrer estas tierras extranjeras en búsqueda de
aquellos rostros perdidos. Cielos, ¿cuándo llegara el día en que este pondrá de nuevo
un pie sobre su tierra natal?

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[REPORTE DEL INMORTAL NILE –EXTRACTO-]
ESCRITO POR: VÍCTOR TALBOT
(INMORTAL, AGENTE DEL F.B.I.)

(Omitido)

Me abstendré de escribir mis opiniones personales concernientes al sujeto “Nile”. A


causa de que, tras examinar las declaraciones que dio, uno fácilmente podría
determinar los rasgos de su personalidad.

1ª Declaración

“Soy un rey. Fui acogido exclusivamente para ese propósito y porto el nombre
del río que fue mi madre. El arqueólogo que me recogió no me dio un apellido,
así que yo nunca lo llamé padre”.

2ª Declaración

“Una vez que obtuve la vida eterna, me vi sometido por un miedo cada vez más
poderoso. Un temor a que un día, después de convertirme en un ser ignorante a
la muerte, olvidaría el concepto de que los demás también fallecen. Por eso,
entré al campo de batalla. Me trasladaba a cualquier lugar donde hubiera una
guerra, determinado a mantener la muerte lo más cerca posible de mí. Aun
cuando esa muerte jamás me llevaría”.

3ª Declaración

“Conforme los años pasaron, frente a mis ojos… contemplé una gran cantidad de
cadáveres. Digo esto: fue una escena tan común que ahora me resulta fastidiosa.

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Volumen 05 ILUSTRACIONES

Pero… al perder contra la muerte a los que había llamado camaradas en el campo
de batalla, incapaz de protegerlos, me di cuenta de la verdad. Mi inmortalidad ya
no me atormentaba. Lo que realmente me haría sucumbir sería aquel porvenir
en donde todos, excepto yo, algún día fallezcan y sea consumido por una
completa oscuridad.

No era diferente. Ni un poco. Aunque creí que perder a mis seres queridos uno
por uno sería la desgracia de la inmortalidad, aprendí que ese pensamiento no
era más que un disparate. Inmortal o mortal, no hay ninguna diferencia en lo
absoluto. El número de bajas no significa nada. Siempre era lo mismo.

A pesar de eso… algo sí había cambiado. Mi cara. Grité ante mi propia


impotencia. Pensé que mi cerebro explotaría de la ira o se destrozaría por la
tristeza. Sin embargo, el rostro que me observaba desde el reflejo de la superficie
del lago era…casi inexpresivo, con solo un leve indicio de amargura.

Estaba aterrado. Pensar que me lancé a la guerra con el fin de recordar a la


muerte, para continuar existiendo como un ser humano y… en cambio, resulté
siendo inmune a la muerte misma. Es por eso que estoy asustado. Temeroso de
mirar mi rostro con mis propios ojos”.

El sujeto, quien vino a mí durante la Guerra Fría, dijo su historia con una voz exhausta
y desapareció. En lugar de arrestarlo, me reí tranquilamente y dejé que siguiera su
camino.

…Después de todo, entregar este reporte acabaría por poner en riesgo mi posición,
así que, a partir de este momento, voy a convertir este informe en mi diario secreto.
Simplemente no estoy hecho para estas cosas. Mierda, mierda, mierda. Estos malditos
hijos… (A continuación hay un montón de quejas sobre los ejecutivos del F.B.I.).

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[EL TRATO HECHO POR LOS INMORTALES:
ISAAC Y MIRIA]

Verano del 2001


—Oye, Miria. Soy solo yo o… ¿no estamos envejeciendo para nada?

—…

—…

—¡Wow, tienes razón!

—Umm… No sé cómo sucedió esto, pero a este ritmo tendremos que asistir a los
funerales de todos nuestros amigos. Ya sabes, como en la televisión. Aquellos que viven
eternamente siempre son los más desafortunados.

—Yo no quiero eso…

—¡Está bien! Piénsalo. Incluso si llevas una vida normal, tus seres queridos mueren
todo el tiempo, ¿cierto?

—Sí… es verdad.

—Y no solo eso, si nos lamentamos de nuestra desgracia sería una falta de respeto
para los difuntos. Después de todo, ¡el hecho de que estemos tristes por su muerte solo
quiere decir que ellos nos dieron muchísima más felicidad mientras se encontraban
vivos!

—…

—En el Oriente, dicen que tienes que tocar una campana ciento ocho veces para que
una persona renazca. Lo llaman ‘bonnou’; que es la abreviatura para ‘born know’1. Es

1
N. de la T. Un malentendido erróneamente atribuido a la tradición del Sintoísmo de tocar una campana
grande 108 veces en la víspera del Año Nuevo, una por cada pensamiento impuro que bloquea el camino
al Nirvana. En Japón, estos deseos mundanos son conocidos como 百 八煩悩 - hyakuhachi bonnou. De
igual forma, el renacer que mencionan es una referencia a la creencia budista de la reencarnación;
mientras que un alma no se deshaga de las 108 tentaciones terrenales, estará renaciendo
constantemente en el mundo mortal en lugar de pasar al Nirvana.
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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

decir, ¡ellos saben que volverán a nacer! Así que, en lugar de solo ver a las personas
morir, ¡disfrutemos la vida con las nuevas personas que vendrán a este mundo!

—¡Así es! ¡De esa forma, nuestra tristeza y felicidad se anularan mutuamente!

—¡Exacto! ¡Es por eso que tenemos que disfrutar aún más de cada nuevo
encuentro!

—¡Wow, Isaac, tienes razón!

—¡Amarremos ciento ocho campanas a nuestra ropa para mostrar nuestra


determinación!

—¡Cincuenta y cuatro por cada uno de nosotros!

—¡Así las personas volverán a nacer todo el tiempo!

—¡Los estamos restaurando! ¡Es como si todos los días fuera un cumpleaños!

—Entonces, ¡todos los días serán una fiesta!

—¡Hurra! ¡Feliz Cumpleaños, Isaac!

- 15 -
-CONTENIDO-

PRÓLOGO
18

CAPÍTULO 01
RAKU –FELICIDAD-
35

CAPÍTULO 02
AI –TRISTEZA-
61

CAPÍTULO 03
KI –JÚBILO-
106

CAPÍTULO 04
DO –IRA-
145

CAPÍTULO 05
SONRISA
200

EPÍLOGO
220
[PREFACIO]

Febrero de 2003
En algún lugar

Oye.

Se ven alegres.

Aunque su vestimenta es verdaderamente extraña. ¿Es porque el día de San Valentín


está a la vuelta de la esquina? Todas esas cosas redondas encima de la ropa... acabarán
neuróticos.

Ya veo. Así que ese es el método para tu locura. Bastante entusiasta, ¿no es así?

El verlos me recordó a él.

…Final Feliz era su apodo. Puedes llamarlo señor Final Feliz o El Final Feliz, o lo que
creas que suena mejor. El estaría satisfecho, siempre y cuando coloques Final Feliz en
alguna parte.

Cierto, es un tipo extraño. Sabes, no ve nada más que la felicidad de los demás. No
importa si la persona que desea la felicidad es buena o mala.

¿Qué clase de persona es? Si te estás preguntando si es feliz... No creo que ni él mismo
lo sepa. Pero si tuviera que darle una definición de bueno o malo, es absolutamente
malo. No hay duda al respecto.

¿Eso no tiene sentido, dices? No tienes ni idea. No puedes decidir de antemano que
todo el que desea felicidad es bueno, ¿verdad?

...¿Quieres saber más? ¿El viaje de un vagabundo como yo?

Jaja, gracias.

Pues, aún tengo algo de tiempo hasta que mis compañeros lleguen, así que si les
parece bien voy a matar el tiempo contándoles la historia.

Eso... así es. Todo comenzó hace 300 años, a bordo de cierto barco…

- 17 -
Volumen 05 PRÓLOGO

[ADICTO A LAS SONRISAS]


PRÓLOGO

1711, el Océano Atlántico


Sobre el Advena Avis

—¡Maldita sea! ¡Levántense! ¡Despierten todos! ¡Vamos a morir! Todos vamos a


aaaaaarrrrgh...

El caos reinaba a bordo de la nave.

En la oscuridad, lo único que se podía escuchar eran gritos.

Estos alquimistas habían abandonado sus hogares por el nuevo mundo.

Habían logrado convocar a un demonio.

Y, al hacerlo, lograron uno de los objetivos fundamentales de la alquimia: la eterna


juventud.

Pero esa inmortalidad venía con una problemática restricción.

Había una manera en la que podían morir. Otro inmortal debía poner su mano
derecha sobre su cabeza. Y entonces, lo único que tenía que hacer era concentrarse y
pensar: «quiero devorar». Una vez que eso sucedía, todo el conocimiento de la víctima,
sus recuerdos, experiencia; a veces hasta su personalidad, sería devorado. Morirían y el
que sobreviviera heredaría todo lo que eran.

Pero, naturalmente, hubo alguien que pensó en eso desde una perspectiva diferente.
Esta restricción en realidad le permitió imaginarse una conclusión distinta.

Devorar a todo el mundo y convertirse en el rey de los inmortales, heredando las


experiencias de todos.

La segunda noche después de que llegara y se fuera el demonio, hubo un hombre que
eligió un camino que en última instancia lo conduciría a la soledad eterna. El nombre de
ese hombre, que se puso en contra de sus compañeros alquimistas y transformó la
embarcación en un infierno, era....

- 18 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—¡Es Szilard! ¡Ese viejo loco nos ha traicionado a todos!

—¡Maldita sea...deténganlo! ¡Alguien deténgalo! ¡No importa quién lo haga, sólo


devórenlo!

—¡Cuidado! ¡Ya ha comido cerca de cinco personas! ¡Ya no se mueve como un


anciano!

Mientras los gritos resonaban a bordo, había alguien que trataba de esconderse en la
bodega del barco.

Ella tenía dieciséis años, tal vez diecisiete. Incluso a primera vista, se podría decir
que estaba fuera de lugar en esta situación: una chica de cabello plateado con lentes.

...Tengo miedo. Estoy muy asustada. Tengo que esconderme en alguna parte.

Él esta... se está escondiendo en algún lugar también. Lo sé.

Tengo que encontrarlo...

Confundida por la conmoción causada en medio de la noche, salió corriendo como si


huyera, alejándose de la dirección de la que provenían los gritos. A pesar de que había
planeado esconderse en la bodega hasta que el caos se calmara...

Reflejada en sus ojos grandes y asustados apareció la sonrisa burlona del viejo que
había causado este alboroto.

—Y pensar que vendría a devorar a una muchacha aquí. Mi deseo sexual hace mucho
tiempo que desapareció, pero estoy muy emocionado ahora mismo que no tengo ningún
respeto por estas cosas.

Y dicho esto, su mano derecha se tensó sobre su frente.

Pero nada sucedió.

Los ojos del anciano, Quates Szilard, se abrieron un poco. Parecía como si estuviera
sorprendido, pero poco después el entendimiento apareció en su rostro.

—Sylvie, sabandija... ¿no lo bebiste?

—Ah... ahh...

- 19 -
Volumen 05 PRÓLOGO

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Los ojos de Szilard brillaban con luz fría. La chica, Sylvie, se puso rígida, incapaz de
hablar.

...Voy a morir.

En el momento en que el pensamiento pasó por su mente, la mano derecha del


anciano cayó de su cabeza y golpeó el suelo. Su brazo había sido cortado desde el codo
y la sangre brotaba de la herida con furia.

Las gotas de sangre salpicaron también a Sylvie, pero pronto el líquido empezó a
temblar y, como un enjambre de insectos, fluyó de nuevo al brazo derecho de Szilard.
Unidos por una línea de sangre, el brazo se elevó en el aire y se encajó en el muñón de
su propietario como si estuviera conectado por una goma elástica.

—¡Ugh... aaaaahh!

—Parece que la inmortalidad no otorga inmunidad al dolor. Qué suerte que tuve la
oportunidad de probarlo en ti.

Una voz arrogante sonó en la bodega mientras Szilard luchaba por superar el dolor.
Era un joven de piel oscura. En la mano derecha tenía una hoja que parecía un cuchillo
de carnicero chino y una silenciosa rabia encendía su rostro.

—Nile... ¡desgraciado...!

—Mi ira en estos momentos no se puede expresar con palabras, pero te diré lo que
siento de todos modos. Te voy a matar.

El hombre llamado Nile levantó el cuchillo de carnicero en el aire, hacia Szilard, cuyo
brazo había sanado completamente.

—A pesar de que es sólo una pérdida de tiempo, digo esto: muere…

La hoja gruesa cortó el aire como si fuera a romperle la cabeza a Szilard en dos. El
viejo se echó a un lado, apenas evitándolo, y salió corriendo hacia las escaleras al otro
lado de Nile.

En lugar de perseguir a Szilard, Nile se arrodilló y se dirigió a la joven que temblaba


bajo sus pies.

—Um. ¿No estás herida?

- 21 -
Volumen 05 PRÓLOGO

Sylvie se puso de pie y abrió la boca para responder.

—Oigan, veo que los dos están bien.

Por encima de la cabeza de Nile, una voz alegre surgió, contrastando totalmente con
la desesperada situación.

—Parece que ni siquiera tengo que preguntarlo. Ustedes están bien. Eso es genial,
simplemente genial. Sylvie, Nile, los dos. Ahora, esto puede ser un poco pronto, pero
sonrían. Vamos, denme una gran sonrisa que muestre todos los dientes.

Los dos miraron hacia arriba y vieron a un hombre sonriendo ampliamente, la crisis
actual a bordo de la nave no se reflejaba en su cara en absoluto. Él se metió los dedos al
lado de la boca y la abrió de par en par en una sonrisa enorme.

—¿Vensh? ¡Shonrían, shonrían!

—Este no es momento para bromas, Elmer.

—¿Quién está bromeando? Debes sonreír cuando estás en un apuro. Sonreír te hace
estar más tranquilo —dijo el hombre llamado Elmer, la alegría en su voz se tornó
marchita en una dura réplica a Nile. Sin embargo, la sonrisa en su rostro no mostraba
signos de desaparecer... y además, había algo extrañamente inquietante sobre él, e
incluso a Nile le resultaba imposible decirle que se detuviera.

—Sólo un tonto como tú podría sonreír en una situación como esta. Si te vas a
esconder hazlo rápido.

Elmer negó con la cabeza.

—Nop. Iré a convencer al anciano Szilard que pare, por lo que ustedes dos solo
agáchense aquí.

Los ojos de Sylvie y Nile se abrieron como platos ante la voz segura de Elmer.

—Digo esto: es imposible. Incluso si te las arreglas para hacer que se detenga, Maiza
no lo tolerará, morirá de todos modos, así que sería mejor para nosotros matarlo
rápidamente y cortar nuestras pérdidas al mínimo...

—Entonces simplemente convenzo a Maiza de que sea misericordioso.

—Tonterías.

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—Aja, tonterías. Así que lo convenceré a él primero. Si fracaso y me devoran,


entonces pueden hacer lo que quieran.

—¡No lo hagas! —gritó Sylvie a su pesar. El tono casual de Elmer, como si él fuese a
tomar un aperitivo, la había obligado a hablar—. ¿Cómo piensas detenerlo?... ¡Él…
sonrió cuando trató devorarme! Como si lo estuviera disfrutando... ¡No hay forma de
que las palabras funcionen en alguien como él!

Pero la respuesta de Elmer fue aún más sorprendente.

—Ya veo. El anciano Szilard sonrió, eh... Entonces creo que las cosas saldrán bien de
alguna manera.

—¿Qué?...

Elmer ignoró la expresión de sorpresa en el rostro de Sylvie y sonrió.

—¡Sonríe, Sylvie! ¡Tienes que sonreír!

Y, dejando atrás el sonido de su alegre risa, su rostro desapareció de la puerta.

Los dos quedaron atrás. Finalmente, Sylvie encontró el valor para preguntar
indecisa.

—Umm... Nile, ¿a qué te referías cuando le dijiste a Elmer que «Maiza no lo tolerará»?

—Eeh...

Una sombra pasó sobre el rostro de Nile.

—No puede ser... No lo es, ¿verdad? No es eso, ¿cierto?

Sylvie agarró el brazo oscuro de Nile y lo sacudió con fuerza, como si quisiera
arrancarle así una respuesta.

—¡Dime qué no lo es! ¡Dime qué no es eso! ¡Por favor, Nile!

Lágrimas comenzaron a fluir de los ojos de Sylvie, pero Nile no pudo hacer otra cosa
que mantener su silencio.

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Volumen 05 PRÓLOGO


—¡Maldita sea, ¿dónde está ese viejo?!

—¡Lo encontré! ¡Está en la cubierta!

—¡Hey! ¡Viejo Szilard! ¡Por aquí! ¡Mira aquí y escúchame!

—¿Quién es ese? ¿Es Elmer?


—Ese, tonto, qué, está, haciendo, allí.

—¡Ten cuidado!

—¡¡Elmer!!


El sonido del agua y silencio.

La conciencia de Elmer fue consumida por una interminable extensión de oscuridad.

Y... a través de eso, oyó una voz.

«¿Te encuentras bien?»

La voz trajo de vuelta la consciencia de Elmer.

Era una sensación extraña, como si estuviera flotando en el aire. Podía ver la cara de
un hombre a través de los párpados entrecerrados, un rostro que le parecía familiar. Y
más allá de eso, sólo oscuridad.

«Qué tonto eres. Y pensar qué harías un salto mortal en la proa para captar la
atención del anciano. Bueno, da igual. Caíste al mar así que no fuiste devorado»

...Ah, esa frase: «Bueno, da igual». Es verdad. Recuerdo eso. Este hombre es el
demonio.

El demonio que les había dado la inmortalidad. Mientras Elmer reflexionaba por qué
estaba todavía allí en vez de regresar de donde quiera que vino, el demonio volvió a
hablar con calma.

«Había planeado regresar, pero, verás, algo me llamó la atención. Bueno, da


igual. De todos modos, parecía que tratabas de convencer a ese viejo de que parara,

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pero...¿de verdad creíste que era posible?» —inquirió el demonio en voz baja,
mirando a Elmer como si fuera una especie de forma de vida extraña. Elmer lo pensó
un poco y respondió, con una sonrisa de oreja a oreja.
—Creo que es posible. Verás, Sylvie dijo que Szilard sonrió.

«¿Sonrió?»

—Después de todo, el hecho de que él sonriera significa que todavía es humano. Si


bien podría tratarse de la sonrisa de un asesino momentos después de matar, no niego
la existencia de una sonrisa. Siempre y cuando puedas sonreír de alguna manera,
todavía puedes hablar las cosas. Sería diferente si se tratara de una guerra, pero esto
solo se trata sobre los sentimientos y deseos de un individuo, ¿no? No importa cuán
diminuta sea la posibilidad, quiero darle una oportunidad.

«Umm. Pero al ver cómo resultó, creo que tu objetivo era una tarea casi
imposible»

—Está bien. Veras, no creo que el final más feliz en esa situación implicara que Szilard
fuese devorado instantáneamente. Pero dejarlo ir sería aún peor. Voy a convencerlo de
que pida disculpas desde el fondo de su corazón y que expié por completo lo que hizo
por toda la eternidad... hasta que los otros lo perdonen.

«¿Harás eso ignorando los sentimientos de los que ya fueron devorados?»

—Los muertos no pueden sonreír. Tampoco pueden estar tristes o enojados. Eso es
lo que significa estar muerto. Si los fantasmas existen realmente en este mundo... no
creo que puedas llamar a esas personas muertas. Bueno, quiero decir, el respeto por los
muertos es algo importante, pero... realmente no me importa.

El demonio se quedó en silencio por un momento, luego su voz sonó directamente


dentro de su cabeza.

«Hmm. Pensé que eras un simplón de buen carácter, pero parece que tienes más
mal que bien en ti. Bueno, da igual. Eres muy interesante. Muy bien, supongo que
se podría llamar a esto una conexión entre nosotros» —dijo el demonio
increíblemente emocionado—. «Te daré cualquier poder que desees, sólo dilo. Si
quieres, puedo quitar todas las condiciones de tu inmortalidad. Puedo darte el
poder de ver el futuro, de ver lugares lejanos, o el poder para detener el tiempo, o
el control mental. Lo que sea»

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—Igual que la lámpara mágica de Aladino.

«Algo así. Excepto que es sólo un deseo en lugar de tres» —comentó el demonio
burlonamente negando con la cabeza.

Elmer se tomó un momento para pensar y sonrió.


—He tomado mi decisión, demonio.

«Eso fue rápido» —dijo la voz dentro de su cabeza, sorprendido.

Sin vacilar, Elmer dio voz al poder que quería.

—Mira, demonio. Lo que quiero es...


—¡Hey! ¡¿Estás bien, Elmer?!

—¡Ha despertado!

—¡Qué alivio!

El sonido de una mano golpeando una mejilla. Elmer sintió la luz inundando su
campo de visión.

Miró a su alrededor y vio que estaba de vuelta en la cubierta, la suave luz del sol de
la mañana brillaba cálidamente sobre él. Reflexionó un momento y llegó a la conclusión
de que alguien lo había traído de vuelta después de que cayera al mar.

—¿Qué le pasó al viejo Szilard?

—Umm, Huey y Denkuro lo tenían acorralado, pero él se tiró al mar y lo perdimos.

—Ya veo... —dijo Elmer brevemente.

Dejó de intentar levantarse y se tumbó en la terraza, mirando hacia el cielo con la


mente enturbiada de pensamientos. El sol de la mañana brillaba en sus ojos, pero
todavía podía ver las estrellas en el débil cielo del amanecer.

Desvió la mirada y vio a sus compañeros lanzando suspiros de alivio mientras lo


veían.

Sus sonrisas le ayudaron a dormir nuevamente.

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Pero... justo antes de perder la conciencia, se dio cuenta de que alguien en el barco
estaba llorando tristemente y esbozó una sonrisa triste.

—No, Sylvie. Hay que sonreír. Sonríe...

Murmurando como si hablara en sueños, el delgado hilo de su conciencia se rompió


y se hundió en una profunda oscuridad.

Y... el tiempo pasó.


Diciembre de 1998
En una aldea al norte de Europa

Un bosque.

El majestuoso y magnífico conjunto de árboles ocultaba la aldea de la vista, bajo un


velo de nieve.

Era un lugar lleno de árboles de pino, casi demasiados, uno al lado del otro como
rebelándose contra las leyes de la naturaleza. Y entre esos árboles, una sombra solitaria
caminaba por el bosque.

El hombre, cuya silueta se volvía grande e incómoda por sus gruesas ropas de
invierno, parecía estar vagando sin rumbo por la cascada de nieve de los árboles.

—Estoy en un pequeño aprieto.

La sombra se detuvo frente a un enorme tronco y murmuró para sí mismo. El vapor


causado por su suspiro nubló inmediatamente su visión bloqueándola con la niebla
blanca. Miró hacia el cielo mientras su aliento se dispersaba en el aire.

Apenas podía ver el cielo a través de la gruesa barrera de árboles de pinos. El oscuro
color azul marino le decía que el sol se pondría pronto.

—Así que se trataba de información falsa, eh. Bueno, supongo que si lo piensas bien
no hay forma de que un castillo esté en un lugar así.

- 27 -
Volumen 05 PRÓLOGO

Fijando su mirada en el suelo, el hombre miró a su alrededor.

Una línea de nieve blanca y pura apenas se vislumbraba a través de la extraña barrera
espesa de árboles.

—Ahora, que hago. Debo regresar o...


Miró a su alrededor, mascullando para sí mismo. La zona en frente de él, tenía menos
blanco que el camino por el que había venido. El bosque era bastante extraño en sí
mismo, ya que los árboles bloqueaban la luz del sol de una manera peculiar, haciendo
parecer como si solo hubiera oscuridad delante de él.

El hombre lo pensó dos veces y luego comenzó a caminar hacia lo más profundo del
bosque.

Como si estuviese siendo guiado por algo...


Alguien está en el bosque.

Un hombre.

Lleva ropa gruesa y sólo parte de su rostro está al descubierto en el aire frío.

Me ve de pie en la entrada del pueblo y dice algo.

—Hola.

Qué extraña expresión. Las comisuras de sus labios se elevan y sus ojos solo están medio
abiertos. Es una expresión que no he visto a menudo en los rostros de la gente del pueblo.

La expresión que la "gente de afuera" muestra a veces. Todavía no sé lo que significa esta
expresión.

No. Debería saberlo, pero el conocimiento meramente desapareció de mi memoria. Puesto


que no he tenido la oportunidad de verla en mucho tiempo.

—¡Wow, hace mucho frío, ¿no es cierto?! ¡Congela! ¡Vamos, demos gracias a esta
increíble frialdad! ¡Si no fuera por este frío, mi ropa de invierno hubiera sido inútil! —Una
voz fuerte y clara—. De todos modos, ¿hay una posada en este pueblo? Si es así, ¿me puedes

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mostrar el camino? Pasé la noche en el bosque y he estado caminando todo el día, así que
tomaré cualquier lugar que pueda conseguir.

Una posada. Una instalación temporal para personas fuera de casa.

Tal cosa no existe en este pueblo. Con este conocimiento en mente, sacudo la cabeza.

—¿Qué, no? Eso complica las cosas. ¿Hay algún lugar en el que pueda descansar un
rato? Cualquier lugar donde pueda refugiarme de la lluvia y el viento servirá. Umm, incluso
un lugar como un molino de agua estaría muy bien. Me pregunto qué tipo de lugar es este
pueblo. No pensé que hubiera gente viviendo en medio de un bosque como éste. ¿Tal vez
hay un camino a la ciudad del otro lado? Aunque en el mapa decía que no había nada más
que bosque a decenas de kilómetros a la redonda. ¡Tengo que admitir, no puedes confiar en
cualquier cosa a menos de que te asegures por ti mismo! ¿No crees? Oh, es cierto. Mi
nombre es Elmer. Elmer C. Albatross. El, para abreviar. ¡Encantado de conocerte!

Palabras. Palabras salen de este hombre como en una inundación. Más palabras de las que
puedo comprender y por eso no puedo formar una respuesta. En tan sólo un suspiro, este
hombre libera más palabras que los habitantes del pueblo pueden hacer en un mes.

Elmer.

Me las arreglo para memorizarme aquel nombre propio en medio del bombardeo que me
asalta.

—¡Ah, lo siento! Es que ha pasado tanto tiempo desde que vi a una persona, así que sólo
balbucee una y otra vez sobre mí, ¡ni siquiera dejé que una chica linda como tú se uniera a la
conversación! Ehh, puedes entender lo que estoy diciendo, ¿no? Creo que estoy hablando en
el idioma de este país. Espera, ¿tal vez no lo hago? Pues bien, empecemos desde el principio,
¿hay algún lugar donde pueda descansar un poco?

Yo entiendo. Simplemente no puedo seguirle.

—Yo... lo guiaré. Amo... Elmer.

Una reacción normal. Contesto como lo haría con cualquiera de la gente de la aldea. Pero
el amo Elmer ladea la cabeza hacia un lado.

—¿Eh? ¿Por qué estás hablando así? Ah, quizá es eso. ¿Trabajas como camarera en un
restaurante o algo así? —Sin siquiera esperar por una respuesta, el amo Elmer suelta otro

- 29 -
Volumen 05 PRÓLOGO

torrente de palabras—. Los aldeanos de aquí son bastantes raros, ¿no? ¡Corrieron a sus casas
y se encerraron en el momento en que llegué! ¿Tal vez odian a los forasteros? ¡O quizá se
están preparando para la Navidad!

Navidad. Otra palabra desconocida.

No sé qué decir, así que me limito a mirar en silencio el rostro del amo Elmer.

—¿Qué, qué, qué, qué? ¿Dije algo malo? Ven, te pido disculpas.

—¿Qué es... la Navidad?

Le doy una respuesta.

Es mi deber.

—¿Eh?... ¿No sabes qué es la Navidad? Ajá, pensé que todo el mundo aquí lo sabría ya
que se ha extendido hasta el Oriente en estos días, pero ¿a lo mejor la religión de aquí es
diferente? Puede que lo investigue más tarde.

La última parte la murmura para sí mismo. Luego, mirándome a la cara, de repente sonríe.

—¡Eso es! ¡Esto funcionará! ¡Si no va en contra de las leyes de la religión que practican
aquí, te enseñaré acerca de la Navidad! Vamos a ver, la Navidad es... bien, en resumen, ¡es
una celebración! ¡Todos ríen y sonríen, comen pasteles, pavos y se dan regalos entre ellos!

El rostro del amo Elmer se llena de energía aún más frenética. Su tono de voz es alto.
Sus manos avanzan hacia mí.

Las manos del amo Elmer me acarician las mejillas.

—Así es, sonríen. Todo el mundo sonríe cuando hay un festival. ¡Sonríen, sí! ¡Sonríen!
Esto puede ser un poco repentino, pero las niñas lindas como tú son más bonitas cuando están
sonriendo. Umm, es decir, probablemente es un poco trillado, ¡pero te daré una cara sonriente
como regalo de Navidad! Te lo digo, estarás linda. ¡Serás encantadora! ¡Estarás realmente
adorable! ¡Todos los chicos sólo tendrán ojos para ti!

Y diciendo esto, al amo Elmer pellizca mis mejillas ligeramente. En vez de resistirme,
recuerdo un hecho.

La expresión en el rostro del amo Elmer se llama una "sonrisa".

Y esa es la expresión que uno hace cuando está feliz.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—¡Haré una celebración pasado mañana, así que siéntate y espera por ella! Vamos, esta
es la parte en la que sonríes.

Poco a poco, ellos vuelven. La emoción conocida como felicidad y los recuerdos
relacionados con ella.

Quiero recordar más. Más, más.

Siento que si hablo con esta persona recordaré aún más. Que aprenderé cosas que no sé
todavía. En la celebración que llama Navidad, dentro de dos días... Más, más.

Otro recuerdo relampaguea en mi mente.

Posiblemente es la emoción conocida como "júbilo". O tal vez "esperanza" sería más
apropiado...


Eso ocurrió hace dos días.

Un piso de piedra dura.

El sonido hace eco a través del aire.

Aplasta. Cruje. Golpe.

Los sonidos se repiten sin cesar.

La cosa que era el amo Elmer rueda sin fuerzas ante mis ojos.

Sólo una cosa sencilla. Una pieza de carne en forma de persona con filtraciones líquidas
de color carmesí, envuelto en tela.

Los habitantes del pueblo lo rodean. Todos ellos, sostienen piedras y garrotes de madera,
toman turnos para golpear el cuerpo del amo Elmer con sus armas.

Una sombra se para delante de mí.

Un hombre de mediana edad. Peludo. El líder. El alcalde de este pueblo... el amo Dez.

—¿Qué has estado tramando con este extraño, sabandija?

El amo Dez balancea su garrote hacia mí.

Dolor.

- 31 -
Volumen 05 PRÓLOGO

Todo mi cuerpo está paralizado. Mi cuerpo se retuerce en el suelo por su propia cuenta.

—Maldita sea, chica sucia... en verdad lo trajiste a este lugar, ¡a la casa del monstruo
maldito!

Puedo ver los pies del amo Dez. Debajo de su fuerte zapato hay un bonito papel para
decoración. No. No por más tiempo. Fue bonito una vez.

Bonito. Me pregunto cuando se dio a conocer esta palabra en mi cabeza.

¿Cuándo recordé la palabra "bonito”?

El garrote baja una vez a mi cabeza y mi cuerpo se vuelve incapaz de moverse.


—¡Sácala! ¡Sácala, ¿me escuchaste?! —grita el amo Dez con ansiedad mientras observo.

Me levanto a mí misma sobre mi espalda y me agacho, disimuladamente recojo el


ornamento.

La decoración tiene la forma de un hombre vestido de rojo.

El ornamento está aplastado y el cuerpo del amo Elmer acurrucado.

Mirando a los dos, una cierta emoción se presenta ante mí.

Pero no puedo recordar.

¿Qué es este sentimiento? ¿Qué debo hacer cuando esta emoción hierve dentro de mí?

No puedo pensar en nada. Y es por eso que no puedo hacer nada.

Si él me hubiese enseñado. Más, más, más, más, más....

¿Cuántos años hace que no he querido algo con tanta fuerza?

Aun sabiendo que ese deseo no se haría realidad...

Conmigo en mi espalda, miro el espectáculo delante de mí.

Las personas en la sala comienzan a murmurar entre ellos.

En el tiempo que me lleva respirar dos veces, los aldeanos se callan y se miran el uno al
otro.

Un momento después, una azada se hunde profundamente en la espalda del amo Elmer.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Rojo.

Salpicaduras de color rojo.

La azada manchada de carmesí es retirada y el rojo se convierte en un flujo lineal.

A la luz de las velas, el color escarlata parece muy cálido.

Rojo, rojo, rojo-rojo-rojo-rojo-rojo-rojo-rojo-rojo-rojo-rojo-rojo-rojo-rojo-rojo-rojorojo-


rojo-rojo-rojo…

Justo cuando parece que todas las emociones en mi cuerpo se tiñen de color rojo y mis
pensamientos llegaran a un punto muerto...

Como para asegurarse, la azada golpea una vez más.

Rojo. Rojo. Rojo.

Ese color es recordado claramente dentro de mi mente.

El malestar dentro de mí se vuelve aún peor, y casi me enfermo, pero incluso esa sensación
pronto es ahogada por el infinito rojo.

...Rojo.

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Volumen 05 PRÓLOGO

- 34 -
CAPÍTULO 01:
KIDOAIR A K U 1 : FELICIDAD
MAIZA AVARO

1 N. de la T. KIDOAIRAKU: es el título de los cuatro capítulos principales, los cuales se basan en los
kanjis de un dicho (喜怒哀樂). Cada uno de los caracteres significa júbilo, ira, tristeza y felicidad;
juntos simbolizan el alcance de las emociones humanas.
Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

Diciembre de 2001
En algún bosque al norte de Europa

—Oye, ¿estás seguro de que vamos por el camino correcto? —preguntó un niño
pequeño.

Se encontraba en el asiento delantero de un auto, conduciéndolos a través del


bosque, abriendo paso entre la nieve recién caída que cubría el sendero de grava. Hace
tiempo que había dejado de nevar y el sol brillaba por entre las coníferas. Extrañamente,
los árboles se volvían cada vez más densos a su alrededor, atenuando la luz conforme
avanzaban.

—¿No les parece que nos estamos adentrando más al bosque en lugar de llegar a un
pueblo? Además, no parece que haya pasado un auto por aquí en lo absoluto.

—Estoy bastante seguro de que vamos en la dirección correcta, aunque el camino


eventualmente se terminara si continuamos así —contestó el hombre de anteojos,
sentado en el asiento del conductor. Sus lentes tenían armazón negro y seguía
manejando con una cálida sonrisa en su rostro.

—Bueno, si lo pones así, supongo que estará bien. Sin embargo, este bosque… me da
un mal presentimiento.

—Jaja, te preocupas demasiado.

—¿Qué dices? Tú eres el que está demasiado relajado.

El niño, Czeslaw Meyer, lanzó una mirada mordaz al hombre en el asiento del
conductor, Maiza Avaro. No obstante, Maiza únicamente le dio un vistazo rápido y
sonrió aún más.

—Con la edad llega la serenidad —dijo, pese a que primera vista lucía de apenas
treinta. El niño hizo una mueca.

—Pronto cumpliré los trescientos años, sabes. Ya no estamos tan alejados en edad o
experiencia.

Ellos eran, en una palabra, inmortales.


No vampiros, ni monstruos, simplemente personas con cuerpos totalmente
inmortales; vida y juventud eterna, salvo la posibilidad del ataque de otro inmortal.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Esa era la maldición y bendición que cayó sobre aquellos tan privilegiados. El único
método para matar a un inmortal era ser devorado por otro inmortal. Todo lo que se
necesitaba hacer era colocar la mano derecha sobre la cabeza del otro y desear… Quiero
consumir todo lo que esta persona es.

Con tan solo ese fuerte anhelo, uno podía absorber todo lo que componía a la otra
persona. Memorias, conocimiento e incluso movimientos musculares.

Como si se tratase de un juego, los alquimistas se asesinaron entre ellos. Como


marionetas danzando al compás del demonio que les había otorgado la inmortalidad.
Claro está, la mayoría de esos espantosos crímenes cometidos en aquel entonces fueron
provocados por un anciano.

Doscientos años después, el grupo de alquimistas, que alguna vez fueron más de
treinta, apenas y podían contarse con los dedos de la mano. Sin embargo, con la muerte
de aquel que había comenzado esta guerra, el hombre que había sido el centro del
desastre, Szilard Quates, el terror que alguna vez los había poseído comenzó a
desaparecer lentamente.

Maiza y Czes deambularon por el mundo, propagando la noticia de la muerte de


Szilard a sus camaradas, quienes se habían ido hasta los confines de la tierra a fin de
ocultarse del apetito de Szilard.

Gracias a una pista concerniente al paradero de uno de esos compañeros, Elmer C.


Albatross, se encontraban en un auto manejando a través del bosque de un país
extranjero…

La conversación se terminó abruptamente a medida que el carro proseguía a lo largo


del camino de grava. El silencio reinó hasta que la mujer en el asiento trasero habló.

—Entonces, ¿a qué clase de aldea nos dirigimos? ¿Crees que al menos tengan un lugar
para bañarse? —preguntó con su voz clara como el tintineo de una campana.
Estrechó ambas manos detrás de su espalda y se estiró.
Un breve atisbo de su delgada y refinada muñeca, que sobresalía de la manga de sus
ropas de invierno, servía como señal directa de su belleza. Su rostro era proporcionado
y encantador, evocando la gracia sutil de un majestuoso felino de caza, enmarcado por
cabello plateado que caía naturalmente a su alrededor. Los cortos mechones plateados

- 37 -
Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

no estaban recogidos con algún estilo en particular; pero, en lugar de entorpecer su


belleza, el desorden ayudaba a realzar las líneas de su cuello.

Ella era una mujer que en definitiva encajaba con las definiciones de la palabra
“hermosa”. No obstante, esa belleza no era similar al encanto de una diosa en una
pintura. Parecía que su figura estaba repleta en un misterioso atractivo, como si hubiese
sido hecha de acuerdo a los deseos de la humanidad.

—Ummm…

La mujer, Sylvie Lumiere, terminó de estirarse y se recostó, suspirando. Ese ademán


por sí mismo presentaba una tentación fascinante para cualquiera que pudiera estar
observándola, independientemente del género; pero Maiza, tal vez acostumbrado a ello,
la vio por el retrovisor y no mostró el menor signo de perturbación.

—Tendremos que llegar ahí para averiguarlo.

—Umm… ¿Realmente estará ahí Elmer?

—Probablemente. El proveedor de información en mi ciudad no negocia con


mentiras.

Sylvie asintió, satisfecha con la seguridad en su respuesta.

—Oye, Maiza, está empezando a oscurecer aunque todavía es medio día —dijo Czes
moviéndose inquieto sobre su asiento.

Czes ladeó su cabeza preocupado, Sylvie se inclinó hacia adelante y envolvió los
brazos alrededor de su cuello.

—Oh, Czes. Eres tan lindo.

—¡Ack! ¡Deja eso, Sylvie! ¡Ya no soy un niño!

—¡Vamos! ¡Te ves como un niño, así que eres lindo!

Sylvie frotó su mejilla contra la de Czes mientras él se retorcía sobre el asiento.


Sonrojándose con un brillante rojo, se esforzó por ignorarla dirigiéndose a Maiza.

—Pero este lugar es realmente espeluznante. Hablo en serio… Se siente como si un


monstruo fuera a salir de repente de entre los árboles o algo parecido.

Sylvie soltó una risita y acarició la cabeza de Czes.

- 38 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—¿Un monstruo? Ahora sí estás actuando como un niño.

Czes quitó la suave mano de Sylvie y murmuró para sí, como si hubiera recordado
algo que preferiría olvidar.

—Dices eso porque nunca has visto un monstruo de verdad, Sylvie.

Sylvie abrió la boca para preguntar a qué se refería, pero antes de que pudiera hablar,
Maiza la interrumpió con la expresión tensa.

—Tienes razón. Esto es extraño.

—¿Eh? ¿Qué cosa?

—El bosque alrededor de nosotros. La concentración de las coníferas que se


extienden alrededor es demasiada espesa. Se puede decir a primera vista que estos
árboles han crecido aquí a pesar de que no hay suficiente luz para sustentarlos.

Sylvie se enderezó y miró a las cercanías del bosque. Los árboles se encontraban tan
juntos que parecían abrazarse, apilados uno tras otro en una formación que impedía la
intrusión de personas.

—Ahora que lo mencionas, es un poco espeluznante. Me pregunto qué está


sucediendo.

—No estoy seguro… Tal vez si avanzamos un poco más, podremos averiguar algo.

—Supongo que este lugar de verdad es propio de Elmer —dijo Sylvie encogiendo los
hombros, aceptando las palabras de Maiza, y recostándose nuevamente en una posición
cómoda—. Si el alquimista más perverso sobre el barco era Szilard, y el más tenebroso
Huey, entonces el más extraño tiene que ser Elmer. Él siempre encuentra formas de
sorprenderme… Aunque, al mismo tiempo, creo que es el más feliz.

—¿Es tan aterrador Huey? Debo admitir que a veces soy incapaz de adivinar que está
pensando, pero…

—Por supuesto que lo es. Recuerda, Elmer era el único realmente cercano a Huey.

—Ciertamente, Elmer es bastante atrevido… Aunque era propenso a fanfarronear sin


fundamentos, como aquella ocasión en la que afirmó haber estafado a Luis XIV, o que

- 39 -
Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

era inmune a los efectos de un diamante maldito… quizá, si fuera Elmer, estas cosas
serían posibles.

De pronto, Maiza detuvo el carro y miró fijamente por el parabrisas.

Había un montículo de tierra bloqueando el paso, demasiado alto para ser llamado
una colina. La inclinación en sí no era muy empinada, pero habían lanzado tierra y rocas
al azar, provocando que un buen tramo fuera peligroso de recorrer incluso a pie, mucho
menos en carro. Los árboles cercaban la pendiente estrechamente, haciendo imposible
rodearlo.

—Me dijeron que antes pasaba por aquí un túnel, pero… al parecer colapsó y fue
sepultado por la tierra. Creo que cedió desde hace mucho; pero, afortunadamente
ningún árbol ha echado raíces aquí.

—¿Qué quieres decir con «afortunadamente»? De cualquier modo, no podemos


pasar por encima de esta cosa. No entiendo por qué aún no han reconstruido el túnel —
dijo Sylvie.

Maiza se encogió de hombros.

—Se trataba de un túnel que nadie usaba en primer lugar. Esta es la entrada a la
propiedad privada que está más adelante, así que probablemente el dueño de esta zona
decidió no volver a usar este camino.

—Umm… —Asintió Czes comprendiendo, luego se congeló—. Espera, Maiza. ¿Qué?


¿Una propiedad privada? No habías dicho que Elmer estaba en una aldea.

—Es verdad. De acuerdo a lo que recolecté, hay un pueblo dentro de la propiedad


privada que se encuentra más allá —dijo Maiza tranquilamente. Czes se encontró con
la mirada de Sylvie en el espejo retrovisor, con una ceja arqueada.

—Jajaja. Intenté ponerme en contacto con el dueño de la propiedad bajo la excusa de


conducir una investigación de la vida salvaje; sin embargo, fue en vano. Parece que es
un hombre de cierta riqueza, pero no tengo conexiones en este país.

A pesar de que era un camorrista de una organización criminal americana, semejante


posición resultaba de poca ayuda en un país donde no conocía a nadie.
Sylvie frunció el ceño y murmuró para sí misma.

- 40 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Una aldea… ¿dentro de una propiedad privada?

—Así es.

—¿Estás seguro que este proveedor de información tuyo es confiable?

—Por supuesto.

Sylvie observó a Maiza como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

—Pues bien. ¿Nos vamos? Sujétense fuerte.

¿Ir a dónde? La pregunta estaba en la punta de sus lenguas cuando Maiza empujó su
pie con fuerza sobre el acelerador.

—¡Ah! Mai—

Pum pumpum pumpumpum pum pumpum pumpumpumpum pum pum pum


pumpumpum pum pumpum pum

El grito de sorpresa de Czes fue engullido por unas sacudidas tan fuertes que
movieron por completo el chasis del auto. Su pequeño cuerpo se estremeció
violentamente por todos lados, el impacto recorrió su columna y fue directo a sus
pulmones.

—¡AaaAAaaaaaaaAaah!

Sylvie se recostó en el asiento trasero absorbiendo el golpe, mientras que el tono de


los gritos de Czes aumentaba y disminuía junto con el auto. El cual continuó
estremeciéndose unos minutos más hasta que finalmente se detuvo con un gran
choque; el otro lado de la colina terminaba en una pendiente pronunciada que los dejó
a casi tres metros sobre el suelo.

—¡Aargh!

En ese momento un grito de sorpresa vino por detrás del asiento trasero; del área
entre el respaldo y el maletero; pero ninguno de los tres residentes en el auto se
percataron de ello, en cambio recuperaron el aliento.

—De vez en cuando haces cosas descabelladas, ¿lo sabías?

—Son gajes del oficio.

—A veces envidio esa eterna tranquilidad tuya.

- 41 -
Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

—Perdona.

Czes y Sylvie miraron furiosos a Maiza, pero él simplemente se rio y observó por
fuera del auto. El camino de grava nevado se extendía delante nuevamente, aunque la
alfombra de nieve sobre el suelo lucía ligeramente más delgada, tal vez debido a que los
árboles permanecían todavía más juntos que antes.

—Veamos, si continuamos otros cinco kilómetros aproximadamente, deberíamos


llegar ahí…
—¡Maiza! ¡Idiota, ¿tratas de matarme?!

Otro alarido vino por detrás de Sylvie; sin embargo, Maiza pisó el acelerador como si
nada. Tras asegurarse de que no hubiera ningún desperfecto con el motor, accionó el
embrague y cambió el auto a primera.
—¡¿Me estás escuchando, cabrón?!

—Te escucho, Nile —dijo Maiza tranquilamente y con un movimiento rápido


presionó el acelerador hasta el fondo—. El camino sigue en mal estado, así que ten
cuidado de no morder tu lengua por accidente.

La nieve revoloteaba en todas direcciones y las llantas giraban furiosamente.


—No trates de cambiar de tema. Digo esto: por cosas como esta tu novia te ¡dej-agh!

Un golpe seco se escuchó desde la cajuela. Solo por un momento, Maiza vio hacia
atrás con una expresión preocupada, pero poco después se giró y siguió concentrado en
manejar.

El hombre detrás del respaldo no habló más.

En definitiva, se trataba de una situación inquietante, pero ninguno de los pasajeros


en el auto parecía prestarle demasiada atención. El vehículo diligentemente deambuló
hacia las profundidades del ensombrecido bosque.

Hacia una villa que no se podía encontrar en ningún mapa, en busca de un viejo
amigo…


Personas han venido a la aldea.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Llegaron en una cosa extraña.

En una caja enorme de metal. Similar a un carruaje, pero ligeramente más pequeña.

Como la gran carretilla que el mercante monta. Se asemeja a eso.

E igual que el transporte del mercante, se mueve sin la ayuda de caballos.

Pero, hay algo diferente. No parece llevar bienes.

La caja de metal se detiene a la entrada de la aldea.

Soy la primera en notarlo.

Sin embargo, los aldeanos son los primeros en acercarse. Sujetan armas. Uno por uno,
caminan hacia la carretilla de metal.

Alguien más será abatido por la desgracia. Alguien

más será infeliz.

Puedo sentirlo. Como en aquella ocasión…

….Hace cinco años, cuando el amo Elmer fue asesinado por primera vez…

Sólo pude ver. Incluso ahora, solo puedo estar de pie y ver como los aldeanos avanzan,
sus siluetas repletas de miedo y hostilidad.

Y solo puedo asociarlo a la realidad que contemplo.

Esa es mi misión.


—¡Ah! Ahí es.

Finalmente, Maiza y sus compañeros emergieron del bosque y entraron en un


camino un poco más amplio que la vereda de grava que dejaron atrás. Su campo de
visión se extendió dramáticamente, un mundo blanco y brillante se abría ante ellos. Al
principio creyeron que se trataba de una llanura común y corriente; no obstante, por la
forma en que el camino estaba trazado en línea recta, probablemente los campos
nevados alrededor de ellos eran tierras de cultivo.

- 43 -
Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

—Sembradíos de cebada, quizá —dijo Maiza, incitando a los demás a mirar


alrededor. Los campos, bastante extensos al parecer, se encontraban cercados por el
bosque. Había caído menos nieve de la que pensaron, dejando al descubierto trozos de
tierra que podían ver por aquí y por allá entre la alfombra blanca.

Al final del camino, delante de ellos, había algunas edificaciones.

—Así que realmente había una aldea.

—¿Estás seguro de que es propiedad privada?

Maiza hizo caso omiso a las palabras de Sylvie y Czes, estacionando el auto en lo que
suponía era la entrada a la aldea.

Las casas estaban hechas de piedra. A lo lejos lucían como establos construidos para
el trabajo de cultivo; pero, cuando se acercaron con el carro quedó claro que en realidad
se trataban de casas. Su apariencia era muy diferente al resto de las viviendas que
habían visto en el país, se asemejaban más a cabañas que a casas propiamente dichas.

Las edificaciones eran antiguas, lo reconocieron, pero la atmosfera de la aldea en sí


era tan arcaica y anticuada que sintieron que entraron en una película. Ningún tipo de
arquitectura moderna se podía ver por ningún lado, realzando esa sensación de
fantasía.

A pesar de eso, ninguno de los viajeros se encontraba verdaderamente confuso, pues


el escenario ante ellos era distinto al auténtico “pasado” que habían experimentado. Era
como si la aldea no se hubiese formado naturalmente, sino construida de acuerdo a las
proyecciones de alguien…

—Es más grande de lo que esperaba.

Por su apariencia, la calle donde se estacionaron era el camino principal; varias casas
yacían a cada lado. Había edificios y cabañas de madera, además de las viviendas de
piedra que habían visto anteriormente mezcladas al azar entre ellas.

—Parece una aldea construida a la carrera, no es así. Un poco pasada de moda, creo
—murmuró Czes.

—No lo sé, pienso que tiene algo de encanto del viejo estilo —contestó Maiza.

- 44 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Sylvie cerró los ojos y soltó un suspiro exagerado, dejando caer los hombros
pesadamente.

—Diablos. No creo que este lugar tenga una ducha… o agua corriente, en todo caso.

—No estoy seguro de que eso sea una de nuestras mayores preocupaciones, Sylvie
—dijo Maiza de repente, su voz inusualmente tensa.

—¿Por qué?

Algo en su tono de voz hizo que Sylvie mirara fuera de la ventana una vez más.

Una chica con ropa andrajosa estaba de pie al centro de una calzada que dividía el
pueblo, observando tímidamente el auto.

—¿Qué hay con ella?

—No ella. Los otros —dijo Czes también con la voz ligeramente nerviosa.

Tal vez, presintiendo algo por la expresión de la chica, Sylvie miró a su alrededor
detalladamente. Al principio, creyó que solo la chica se encontraba ahí; no obstante,
pronto se percató de que muchos ojos los observaban desde la oscuridad de las calles.

Desde las sombras, detrás de las ventanas, docenas de siluetas permanecían en


silencio, contemplándolos sin emitir palabra.

—Ummm, parece que es el caso.

—¿Qué caso? —espetó Czes, incapaz de contener su nerviosismo. Maiza ajustó su


agarre sobre el volante.

—Pues, hay muy pocos casos de aldeas que se encuentran dentro de propiedades
privadas. Por ejemplo, organizaciones ilegales o grupos extremistas religiosos a
menudo establecen bases muy parecidas a esta.

—¿Y eso significa?

—Que no hay forma de saber qué harán con los forasteros. Si tenemos suerte, nos

entregarán a las autoridades por allanamiento, pero en el peor escenario… Maiza dio

una pausa, estrechando sus astutos ojos y continuó.

—Las consecuencias serán indescriptiblemente terribles.

- 45 -
Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

—Vayámonos. No quiero involucrarme en algo que podría resultar molesto.

—Espera, Czes. Tenemos que preguntarle a estas personas si Elmer está aquí, nos
guste o no. Si Elmer se ha vuelto un miembro de esta aldea, entonces sin duda alguna
nos dará la bienvenida en cuanto le expliquemos nuestra situación.

A diferencia de la opinión optimista de Maiza, Czes se mantuvo obstinadamente


pesimista.

—Y, ¿si él no se ha convertido en un miembro o si él nunca estuvo aquí en primer


lugar?

—Alguien viene.

—¿Maiza? Oye, contéstame. ¡Mírame, Maiza!

Czes lo sujetó y sacudió enérgicamente; sin embargo, Maiza lo ignoró y salió del auto
solo.

—Bien, en ese caso, supongo que no tendremos otra opción más que correr.

Un hombre se aproximó a ellos desde un sendero un poco más abajo, flanqueado por
un puñado de jóvenes. Lucía de mediana edad, tenía unos ojos maliciosos y un bigote
abundante. Su cuerpo delgado estaba cubierto con espesas ropas de invierno, hechas
no de fibras sintéticas sino de gruesas pieles. Los jóvenes que lo acompañaban vestían
de forma similar y, en sus manos, portaban palos de metal y rifles de caza.

Los rifles eran antiguos; los recuerdos de Maiza los catalogaba como modelos que se
usaban hace un siglo.

La chica continuaba de pie en medio de la calzada y, conforme los hombres se


acercaban a Maiza, la empujaron fuera del camino. Lo observaban con ferocidad,
caminaban con firmeza sobre el suelo empedrado y lodoso.

Con cada edificio que pasaban, una o dos siluetas, que los habían estado viendo desde
las sombras sin decir nada, se les unía y, en un instante, la pandilla marchando hacia el
grupo de Maiza aumentó al doble de su tamaño original.

- 46 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Había mujeres entre aquellos que se habían reunido con el grupo del hombre de
mediana edad; sostenían en sus manos cuchillos de cocina y azadones, sus ojos rígidos
con hostilidad.

Sin embargo, incluso mientras cerraba la puerta del auto detrás de él, Maiza no
aparentaba estar excesivamente preocupado. Su mano se mantuvo en posición sobre la
manija de la puerta, listo para abrirla y entrar en cualquier momento.

Solo espero que nos podamos comunicar…

—¿Quiénes son ustedes?... No son el mercante… ¿Cómo llegaron aquí? —dijo el


hombre velludo que parecía ser el líder, respondiendo a las preocupaciones internas de
Maiza.

Maiza deseaba ser el primero en hablar, pero el grupo de aldeanos se detuvo antes
de lo que había previsto.

Independientemente de eso, un poco de la tensión en el cuerpo de Maiza se liberó al


percatarse de que los lugareños por lo menos hablaban el idioma común del país.

—Disculpe. Somos simples viajeros.

Existía la posibilidad de que estas personas sospecharan con solo pronunciar el


nombre de la persona que estaban buscando. Así que Maiza decidió pretender
primeramente ser un viajero y observar su reacción.

—Viajeros… ¿dices? —preguntó con cautela el hombre velludo, dándole un vistazo


rápido al auto antes de centrar toda su atención sobre Maiza. Tenía un brillo oscuro en
sus ojos, no ira sino un gran odio.

El hombre vio una vez más al carro y luego a Maiza, endureciendo el rostro.

—Haz que todos los de ahí dentro salgan.

—¿Puedo preguntar por qué?

—Tengo que asegurarme de que no te acompañan personas raras.

Maiza se cuestionó cuáles eran los estándares del hombre para definir que alguien
era extraño; sin embargo, no ganaba nada con discutir innecesariamente. Exhaló un
pequeño suspiro y les dio una señal al par dentro del auto.

- 47 -
Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

La hostilidad de los lugareños disminuyó un poco cuando Czes salió de un salto. Y


cuando Sylvie apareció del asiento trasero, sus ojos se abrieron de par en par.

Ella miró a su alrededor con brusquedad, luego estrechó los ojos y se inclinó contra
la puerta del carro con un suave movimiento. Ante esto, la aversión dirigida a ellos se
calmó aún más, y algunos de los hombres la observaron con un sentimiento muy
diferente al que habían mostrado anteriormente.

—¿Eso es todo?...

Solamente el hombre velludo los miraba sin rehusarse a titubear.

—Eres muy prudente —dijo Maiza, bromeando como respuesta.

Sin embargo, el hombre velludo no reaccionó, en cambio afirmó:

—Soy el alcalde: Dez Nibil.

—Encantado de conocerlo. Soy—

El hombre velludo, Dez, desvió la mirada, interrumpiendo la presentación de Maiza.

—No me interesan los forasteros. No podemos hospedarlos, así que váyanse ahora
mismo.

—Vamos. No les estamos pidiendo que nos dejen dormir en una de sus casas. Si nos
permite quedarnos un tiempo por aquí en este coche…

—Esta aldea no puede darse el lujo de involucrarse con forasteros en estos


momentos. No queremos sus problemas. Es por culpa de extranjeros como ustedes que
ese demonio—

Dez cerró la boca de súbito.

El rostro de un hombre surgió de pronto en la mente de Maiza. El demonio que les


había otorgado la vida eterna… y, al mismo tiempo, el hombre que era su colega
camorrista, lejos en Nueva York. Pero, no había forma de que él estuviera aquí, por lo
que Maiza preguntó para confirmar que sus sospechas eran infundadas.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

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Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

—¿Demonio?

—No es nada. Salgan de esta aldea… no, márchense de este bosque, ahora.
—Un demonio, ¿dices?

El alcalde gruñó ante el persistente interés de Maiza y de mala gana abrió la boca.

—Hay un monstruo viviendo aquí…

Una región separada del exterior por un muro de árboles y un monstruo que ataca
dicha aldea.

Semejante escenario sobrenatural sonaba más como algo que encontrarías en una
fábula o en una leyenda; pero, en lugar de burlarse de él, Maiza guardó silencio y
escuchó mientras Dez se proyectaba.

—Ni siquiera puedes imaginar qué tanto nos ha torturado esa cosa. No, incluso si te
lo dijera jamás me creerías.

—¿Qué es exactamente este monstruo?

—¡No tengo nada más que decirte! ¡Váyanse, ahora!

La furia de Dez provocó que su aliento emitiera un vapor blanco en el frío aire de
invierno. Maiza estuvo callado un momento y luego, como si reafirmara una teoría,
murmuró:

—Elmer… Elmer C. Albatross.

Bullicio.

El aire se volvió cargado de nerviosismo.

En el instante en que estas palabras salieron de los labios de Maiza, la atmosfera


cambió de inmediato. La hostilidad que lentamente desaparecía regresó con toda su
fuerza, hasta los hombres que se habían perdido en la belleza de Sylvie, desviaron sus
miradas a Maiza, sus cabezas giraron como juguetes de viento.

Incluso el alcalde, quien hasta entonces había mantenido la misma insípida


expresión, de súbito los miraba con los ojos bien abiertos.

—Desgraciados…

—Lo estamos buscando. Si él no se encuentra aquí, entonces nos ire—

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—¡Atrápenlos!

El grito del alcalde interceptó las palabras de Maiza, sonando con fuerza por la calle.

Los aldeanos estallaron al frente como el agua de una compuerta. Parecían una jauría
de animales salvajes atacando a su presa; no obstante, Maiza sentía otra emoción en sus
ojos, además de la aversión.

¿Miedo?...

Atrapó un atisbo de terror en sus ojos; pero antes de que pudiera cerciorarse, los
hombres se abalanzaron sobre él, apresándolo.

No obstante, Maiza conservó la calma, habiendo previsto esto desde el principio.


Manteniendo su mirada prudente, retrocedió y evitó escasamente las manos que
pretendían sujetarlo.

—Por favor, tranquilícense. No quere—

En el momento en que alzó la vista hacia el alcalde, observó como el muchacho a un


lado de Dez le apuntaba con su rifle.

—Veo que las palabras no son suficientes.

La estridente respuesta de una pistola destruyó la calma, sacudiendo el cuerpo de


Maiza debido al impacto.

—¡Maiza! —gritó Sylvie a su pesar. A diferencia de Maiza, ella no presintió que la


situación fuera a desarrollarse a tal grado y todavía se apoyaba contra el auto. Czes, por
otro lado, comprendió la atmosfera al instante y ya se había escurrido de regreso al
coche.

La bala atravesó la piel del muslo de Maiza, rasgando sus gruesos pantalones a su
paso y salpicando sangre en todas direcciones.

Conforme los aldeanos se apresuraban hacia el frente, sintiendo una abertura, el


alcalde se concentraba en algo más: la sangre que había salido de la pierna de Maiza.
Una fuerte corazonada crecía en su pecho a medida que contemplaba las manchas
carmesí sobre las piedras.

Y su preocupación fue confirmada.

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Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

La sangre que debería haber permanecido en el suelo comenzó a deslizarse a través


de la tierra.

Poseída con vida propia, los puntos rojos se reunieron en la pierna de Maiza.
Asemejando a una danza, las gotas se fundieron unas con otras, luego subieron
rápidamente por la pierna de Maiza y fluyeron al jirón de sus pantalones, hacia el
interior de su herida.

Los lugareños, quienes habían intentado taclearlo, también lo notaron. Se


paralizaron y retrocedieron con los rostros pálidos del miedo.

—Él es lo mismo…

—Un demonio.

—¡Es igual que él…!

—Vamos a morir.

—Nos infectaremos.

—No lo vean a los ojos…

Los aldeanos murmuraron disimuladamente entre sí, apartando la vista de Maiza.

Maiza se detuvo, algo desconfiado.

A lo largo de su vida, lo habían visto, de vez en cuando, en medio del acto de


regeneración. Aquellos que lo experimentaban sentían terror y huían de él. Su jefe, el
cabecilla de una limpia organización criminal en Nueva York, fue una de las pocas
excepciones.

Sin embargo, la reacción que estos aldeanos mostraron de alguna forma fue distinta
de aquellos que había observado a través del tiempo. Normalmente, aquellos que lo
veían restaurarse lo temían como “un ser desconocido”, pero… estas personas parecían
hacerlo como un ser que ya conocían. No era el miedo a lo desconocido lo que provocaba
que temblaran de horror. Sino de las implicaciones que supone un hombre que puede
curar sus heridas en segundos.

Ah… Ya veo.

Maiza asintió por dentro y asimiló la situación una vez más.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Los hombres que se habían alejado de él, fueron contra Sylvie. Por la forma en que lo
observaban temerosos mientras corrían, pensaban tomarla como rehén.

—Esperen, ¿qué están haciendo?

Sylvie trató de zafarse del primer hombre que se le acercó, pero él fue un poco más
rápido y una mano áspera la sujetó por su esbelta muñeca.

Maiza se movió para salvarla, luego se detuvo en seco. Detrás de ella, la ventana del
asiento trasero del auto lentamente descendió con un suave gemido. El joven, que
agarró a Sylvie, se encontraba tan ansioso por derribarla que no se había percatado de
la mano marrón claro, que había emergido de la ventana, hasta que se aferró alrededor
de su propia muñeca como una serpiente.

—¡Agh!

El muchacho dio un grito de sorpresa y soltó a Sylvie como si le quemará. El brazo


que sobresalía del carro retrocedió rápidamente al interior, arrastrando el cuerpo del
joven consigo.

—¡Aaaaaaah!

La mitad del brazo del muchacho ya se encontraba en el interior cuando reaccionó.


Poco después, el suave gemido se escuchó nuevamente; alguien adentro del auto estaba
cerrando la ventana con el brazo del joven aún dentro.

—Aaaaaugh…

Una enorme presión se ejerció sobre el brazo del muchacho. El cristal de la ventana
no era lo suficientemente fuerte como para cercenar su brazo en el acto; pero, con todo
y eso, cortaba despiadadamente su piel a medida que el mortificante ruido de la
maquinaria llenaba el aire.

Los que rodeaban a Sylvie se paralizaron, incapaces de entender la situación. Por su


parte, Sylvie dio un vistazo con cautela al interior del auto, luego retrocedió a toda prisa.
Conforme alcanzaba el frente del carro, la puerta trasera se abrió de golpe; con el brazo
del joven aldeano desafortunado todavía atrapado en la ventana.

—¡Yaaaaaaggh!

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Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

Sus pies se elevaron del suelo y su cuerpo comenzó a volar por al aire; no obstante,
el brazo estancado en la puerta no se lo permitió. Un crujido enfermizo atravesó la
atmosfera, pero los aldeanos no pudieron discernir si el sonido provenía de los huesos
o de las articulaciones del joven.

Mientras el gritó se hacía presente, alguien salió del auto…

—Un… ¿un monstruo?

A diferencia de la reacción que habían mostrado hacia Maiza, las voces de los
lugareños ahora se encontraban repletas con miedo a lo desconocido. El hombre que
emergió del coche era así de extraño.

Vestía completamente de seda blanca, las mangas eran cortas hasta el codo,
mostrando su piel de color morena clara. De ninguna manera eran ropas finas; pero,
considerando el clima gélido, eran más que suficientes para provocar que tiritara todo
aquel que lo mirara.

Solo su vestimenta no podría ocasionar tal sobresalto; pero el área por encima del
cuello, por otro parte, lo hacía.

Una máscara peculiar cubría su rostro. Se trataba de un objeto de ornato, con un


diseño que no luciría fuera de lugar en el sudeste de Asia o en un festival de Hong Kong,
tenía un acabado en café chocolate acentuado con bases brillantes de rojos y naranjas.

Además de esto, lo poco que se podía ver detrás de la máscara no era piel, sino
vendajes fuertemente enrollados. En otras palabras, este hombre se había vendado la
cabeza con una tela y luego se puso la máscara. A través de los orificios de los ojos, los
lugareños podían observar unos ojos entrecerrados, centelleando con un brillo afilado.

Semejante hombre había aparecido. Los aldeanos que estaban observando


desencadenaron un gran alboroto, cubriendo el aire con sus voces preocupadas.

El hombre enmascarado ignoró sus reacciones y tranquilamente se giró hacia Maiza.

—Conduces como un demente. Lo mencionaré de nuevo. Te digo esto una vez más:
¿tratas de matarme? —La máscara ocultó su expresión; sin embargo, por el tono de su
voz claramente estaba muy molesto—. Normalmente, te apalearía o te mandaría a volar
de una patada, pero considerando la situación, te absolveré. Digo esto: te perdono.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Gracias. Tienes mi eterna gratitud, Nile —dijo Maiza encogiendo los hombros
ligeramente. Dio medio vuelta y habló con el grupo del alcalde, quienes se encontraban
paralizados por la impresión—. Ah, debo aclarar que esta persona no estaba viajando
con nosotros; solamente lo “transportábamos” detrás del asiento trasero. Por favor, no
lo malinterpreten. No era nuestra intención ocultarlo.

Sin embargo, ni siquiera lo estaban escuchando. Únicamente lo miraban mudos,


incapaces de apartar los ojos del tenebroso hombre frente a ellos.

El hombre enmascarado, Nile, los miró brevemente y cruzó los brazos, cambiando la
vista hacia Maiza.

—No sé qué está sucediendo; sin embargo, parece que al menos se han calmado.
Pero, una pregunta, Maiza. ¿Qué quieres que haga?

—Ah… No quiero problemas, así que trata de no lastimar a nadie —dijo Maiza,
preocupándose más por los aldeanos que por Nile.

Nile asintió bruscamente y caminó hacia la parte trasera del auto. Colocó el pie sobre
la llanta de repuesto que colgaba de atrás y se impulsó hacia el techo con un movimiento
rápido, cruzó los brazos nuevamente y miró a los aldeanos furioso.

Una vez que estuvo seguro de que todos los ojos estaban sobre él, dijo:

—Bien. Primeramente, arrodíllense. Hablaremos en cuanto lo hagan.

Su voz era tenue pero clara, transmitiéndose con facilidad por el aire. Sus demandas
eran ridículas, a pesar de eso, ni Sylvie ni Maiza protestaron, acostumbrados a sus
hábitos desde hace tiempo. Pero…

—Nile, estas personas no entienden el español.

…tal vez era lo mejor.

Por un momento, el silencio reinó sobre las personas congregadas y…

—¡¿Qué?!

La voz debajo de la máscara sonaba un poco desconcertada.

—¡Cómo te atreves a burlarte de mí!

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Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Jamás se me ocurriría. ¿No estabas escuchando? Ni una sola palabra de la


conversación hasta ahora ha sido en español.

—Umm… entonces, el error es mío. Debo admitirlo. ¡Reconoceré mi error, en lugar


de intentar esconderlo! El problema es que los únicos idiomas que sé hablar, además de
las lenguas bereberes2, son el inglés, chino e indonesio. ¿Qué voy a hacer?

—No hagas nada. De hecho, preferiría que bajaras antes de que dañes el techo del
auto —dijo Maiza rotundamente mientras se frotaba la frente.

—Los aldeanos están completamente asustados porque estás hablando en un idioma


que no entienden —afirmó Sylvie, encontrando su voz finalmente.

—Umm.

Nile dio un vistazo, a través de su máscara, a los aldeanos, todavía arrogante. Se


habían dispersado alrededor de Maiza y Nile en un medio circulo flojo, conscientemente
intentando poner algo de distancia entre ellos y el par. El joven, cuyo brazo había sido
atrapado en la ventana, por fin, se las había arreglado para liberarse, las lágrimas caían
por su rostro mientras se retiraba al fondo.

Si hubieran entendido lo qué Nile dijo, quizá su hostilidad hubiera disminuido gracias
a su pura osadía; pero, solo podían considerar las palabras de Nile como ruidos
atemorizantes e insignificantes.

—Ya veo… Maiza, digo esto.

—¿Qué?

—No vamos a salir de esto pacíficamente.

—Estoy de acuerdo —contestó Maiza, mirando a su alrededor.

Solamente los jóvenes cerca del alcalde habían mantenido la calma. Todos ellos
tenían sus rifles en alto, dirigidos directamente a Maiza y a Nile.

Los hombres, cazadores por la forma en que manejaban sus armas, ajustaron su
puntería según las órdenes del alcalde.

—Si se parecen a él, no podrán moverse durante un tiempo si les volamos la cabeza.

2
N. de la T. Lenguas bereberes: es una lengua afroasiática.

- 57 -
Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

Si atrapamos al menos a uno de ellos, podremos usarlo como pieza de trueque con él.

—Apunten a sus cabezas.

Aunque, objetivamente hablando parecía que los aldeanos tenían la ventaja, ni uno
solo de ellos estaba seguro de la victoria. Incluso aquellos que apuntaban sus rifles
tenían las palmas de sus manos resbalosas por el sudor.

—Adelante, disparen. En el instante en que jalen el gatillo, los trataré como mis
enemigos. Digo esto: ¡los mataré a todos! —dijo Nile con un bufido.

—Y yo te estoy diciendo que ellos no entienden nada de español.

Inclusive mientras suspiraba y bromeaba impertinentemente con Nile, los ojos de


Maiza nunca abandonaron los cañones de los rifles.

Ahora, ¿qué haremos?... Dejarse capturar apropósito es una opción…

Aun cuando tales pensamientos revoloteaban por la cabeza de Maiza, el aire hostil
proveniente de los aldeanos se volvió más espeso.

Contemplando el cielo azul, Maiza tomó una decisión. Haría que sus compañeros
escaparan y permitiría que lo capturaran. Era posible que todos escaparan juntos, pero
no quería perder esta pista sobre el paradero de Elmer de ser posible.

Maiza había dejado su puesto como el ejecutivo financiero de la organización


camorrista de Nueva York, la Familia Martillo, para viajar alrededor del mundo. No con
el fin de hacer turismo, sino para encontrar a los inmortales esparcidos por todo el
globo.

En el transcurso de tres décadas, había viajado con Czes buscando a sus antiguos
colegas alquimistas. Les tomó una considerable cantidad de tiempo y esfuerzo
encontrar solamente a Sylvie y a Nile; no obstante, para ellos, inmortales en el sentido
más estricto de la palabra, el tiempo carecía de importancia. Y justo cuando Maiza
estaba a punto de rendirse en encontrar a los dos restantes, tropezó con algo de
información referente a uno de ellos, Elmer C. Albatross. Fue un regalo del proveedor
de información que frecuentaba. No se trataba de una pista vaga; detallaba exactamente
la localización de la aldea. Sin embargo, hasta el proveedor de información no accedió a
describir los pormenores de la aldea; en cambio, lo encubrió con las sobrias palabras

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

«secreto comercial». De cualquier forma, Maiza, desesperado por cualquier tipo de


ayuda, lo consideró como un regalo del cielo.

No podía dejar ir esta oportunidad. Tenía ocho meses hasta la fecha en que prometió
volver a Nueva York. Si le perdía la pista a Elmer aquí, no tendría tiempo de hacer otro
intento.

Existía un componente de impaciencia en sus acciones. Fue por eso que mencionó
específicamente el nombre de Elmer, aun cuando había deducido por las reacciones de
los aldeanos que el demonio del que hablaban era muy probablemente Elmer.

Pero, a pesar de que se encontraba en conflicto con los lugareños y, aunque Nile se
lo había buscado él mismo, no podía permitir que Sylvie y Czes se involucraran.
Después de todo, el hecho de ser inmortales no los volvía inmunes al dolor.

En el instante en que Maiza daba media vuelta en señal de rendición, vio algo por el
rabillo del ojo. Desde su posición, se acercaban del lado más alejado de la aldea, de la
dirección opuesta por dónde él y los demás salieron del bosque. Cada una de las tres
figuras desconocidas vestía ropas de un brillante rojo y montaban tres caballos.

Maiza se paralizó, dándoles la espalda a los aldeanos; no obstante, ellos también al


ver a las tres figuras montadas detuvieron su embestida y tragaron saliva con la boca
de repente seca.

—Miren… las mensajeras están aquí.

—¡Bajen sus armas!

—Maldita sea, hoy no deberían llegar…

—Así que, después de todo, son demonios…

Susurros de preocupación se propagaron a medida que algunos arrojaban sus armas,


mientras que otros entraban corriendo a sus hogares y cerraban las puertas de golpe
detrás de ellos. Las diversas presencias que habían estado observando a la facción de
Maiza desde la oscuridad se desvanecieron como el viento. En medio de la repentina
confusión, únicamente el alcalde y sus esbirros se mantuvieron firmes, observando al
trío en ropas rojas.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

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Capítulo 01 RAKU: FELICIDAD

—¿Umm?

Nile y Sylvie también escucharon el ruido de las pezuñas de los caballos y voltearon
a ver.

Los caballos se pararon a unos diez metros del coche. Los tres jinetes eran mujeres;
no, por su apariencia aún podían considerarse niñas. Todas se parecían y Maiza infirió
que podrían ser hermanas.

Además de la vestimenta roja, había tela blanca cosida sobre sus mangas parecidas a
Santa Claus. Era una escena que lucía el doble de anormal comparándola con la
anticuada indumentaria de los aldeanos.

—Amo Dez… —Una de ellas desmontó y miró tímidamente al hostil alcalde—. Estas
personas son invitados del amo Elmer. Los guiaré hasta el castillo.

—Criadas…

El alcalde lanzó una mirada que podría derretir hasta el acero al trío de chicas.

En lugar del miedo que había mostrado a Maiza o a Nile, asco era lo único que se
podía apreciar en sus facciones.

—Por favor, retírese. El amo Elmer lo ordena.

El alcalde estuvo callado por mucho tiempo, hizo un ruido ambiguo de aversión con
la nariz y movió la cabeza en dirección de los aldeanos. A su señal, los jóvenes restantes
dieron media vuelta y se alejaron.

La entrada a la aldea, que hasta la aparición de las niñas había sido una cacofonía casi
constante de gritos, estaba sumergida en un silencio sepulcral. La atmosfera era difícil
de describir e incluso Maiza no encontraba las palabras para la inesperada intromisión.

La chica, que había hablado con el alcalde, finalmente rompió el silencio. Colocó un
pie sobre el estribo y les dijo atentamente a Maiza y compañía

:—Umm… si me hacen el favor de seguirme, les estaría muy… ahh… agradecida. Este
lugar… es peligroso.

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CAPÍTULO 02:
KIDOAIR A K U : TRISTEZA
CZESLAW MEYER
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

Sobre un camino que conduce al bosque

—¿En qué piensas, Maiza? —preguntó Czes nervioso.

—No te preocupes, Czes —dijo Sylvie, adelantándose a Maiza—. Estoy segura de que
a Maiza no le importó que corrieras a esconderte en el coche ante el primer indicio de
problemas.

—¡E-eso no! ¡Solo quería oír su opinión sobre las tres chicas!

—Aja, ya veo. Bueno, en ese caso, creo que la del medio se vería muy bien contigo.

—¡Oh, ya basta! ¡Deja de burlarte de mí, Sylvie!

—Aww, realmente eres demasiado lindo —Sylvie se escabulló detrás de Czes y


envolvió los brazos alrededor de su cuello otra vez, ignorando el rubor de sus mejillas.

Maiza se rio entre dientes y tuvo compasión del chico.

—Estaremos bien. Repasando la información que hemos recopilado hasta ahora,


creo que es seguro decir que Elmer nos está esperando más adelante.

Luego de que el alboroto se apaciguara y los aldeanos regresaran a sus hogares,


Maiza y compañía decidieron seguir a las chicas de rojo. A juzgar por las reacciones de
los lugareños, determinaron que el demonio del que hablaban probablemente se
trataba de Elmer. No sabían cómo fue qué llegó a ser temido como un monstruo, pero
eso era algo que podrían averiguar si le preguntaban.

Por su parte, Nile trepó de regreso al carro, se cubrió a sí mismo con una gruesa
manta de pieles y rápidamente se durmió.

—Pero… ¿no son un poco extrañas? Están muy calladas y comparadas con los
aldeanos son… no lo sé. Tienen facciones similares; sin embargo, se siente como si
fueran de otro país…

—Si hablamos de rareza, creo que la aldea es bastante sospechosa por sí sola —dijo
Maiza y comenzó a recapitular la situación— Cuando afirmé al principio que éramos
simples viajeros, me quedó claro que esas personas no saben que están viviendo en una
propiedad privada.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Sí, tienes un punto.

—Si estuvieran enteradas, simplemente podrían habernos dicho que este lugar era
propiedad privada y pedirnos que nos vayamos. No tenemos ninguna clase de permiso,
por consiguiente tampoco ninguna excusa para quedarnos. Y no solo eso, la forma en la
que hablan el idioma común de este país es ligeramente diferente al del resto de los
ciudadanos de esta región. Si tuviera que describirlo, diría que se siente… arcaico.

—¿Crees que sean algún tipo de culto, considerando que no se encuentran en


ninguno de los mapas que vimos?

Maiza pensó por un momento la propuesta de Czes, luego negó con la cabeza.

—No lo creo. Recuerdas cómo llamaron a la criatura, quien seguramente es Elmer


por cierto. Primero se refirieron a él como demonio, más tarde como monstruo. Si
fueran religiosos, se habrían decidido por un solo nombre para semejante aberración
de acuerdo a sus creencias religiosas.

—Entonces, quieres decir que… ¿solamente es una aldea común y corriente?

—Eso también es poco probable, considerando que el alcalde se comportó bastante


extraño. Las otras personas solo estaban asustadas; sin embargo…él tenía algo
diferente. Desde el momento en que nos vio, nos clasificó como forasteros. Considero
que es el mejor informado de los aldeanos.

Maiza ladeó la cabeza hacia un lado, recordando los ojos del alcalde llenos de odio.
Czes, por otro lado, se limitó a suspirar despectivamente.

—Pues sí. Es el alcalde, sabes.

—No, me refiero en un nivel más básico… Ah, parece que hemos llegado —dijo Maiza,
cambiando su expresión ligeramente preocupada por una de sorpresa a medida que
observaba su destino a través de los árboles.

Czes se giró para ver de igual forma, al igual que Sylvie, quien se inclinó hacia
adelante para mirar junto a ellos.

Se trataba de un viejo castillo.

- 63 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

Específicamente, era un fuerte rodeado por paredes de piedra, del tipo que no se
vería fuera de lugar en un cuento de hadas o en una novela de fantasía o en un
videojuego.

Con eso no quería decir que fuera grande o impresionante. Se asemejaba más al tipo
de lugar que los bandidos o piratas usarían como fortaleza que al castillo de un rey. Las
paredes no eran más que pobres decoraciones y el sentimiento general del lugar era
bastante burdo; no obstante, por la posición al azar y la poca separación de las ventanas,
parecía que el interior era más complejo de lo que el exterior sugería.

Lucía bastante antiguo, pero ninguno de los componentes que veían se encontraba
deteriorado.

—Es como los castillos que encuentras en Luxemburgo o, quizá, Bélgica. Se parece
particularmente al Castillo de Vianden en Luxemburgo, aunque este es mucho más
pequeño —dijo Maiza tranquilamente.

—La arquitectura no es del norte de Europa y… por alguna razón, realmente no se ve


tan viejo. No creo que haya pasado más de cien años desde que fue construido —La
expresión de Czes se endureció.

Toda la pared, a excepción de la entrada, estaba rodeada por una espesa barrera de
árboles, haciendo imposible caminar por fuera de ella.

Una sola entrada permitía el acceso al castillo y los tres caballos, que habían ido por
delante, corrieron directamente hacia las puertas abiertas y desaparecieron en un algún
lugar de su interior.

—¿Creen que podamos entrar con el auto?... —caviló Maiza con aire pensativo, luego
sacudió la cabeza y condujo el carro a través de la entrada, estacionándolo al centro del
patio.

Salió y miró de cerca el castillo una vez más.

—Ya veo…

—Elmer definitivamente está viviendo aquí… —concluyó Sylvie en voz baja, mirando
alrededor tan atónita como Maiza se sentía.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Había decoraciones navideñas por todas partes; la enorme cantidad provocó que
Maiza soltara un profundo suspiro inconscientemente. No se limitaban a las puertas del
castillo; sino que colgando de cada ventana había adornos y baratijas. No eran
compradas de una tienda, claramente fueron fabricadas utilizando los recursos que
proveía la aldea, todos y cada uno de ellos era único y hecho cuidadosamente a mano.

—Sólo Elmer llegaría a tales extremos por algo tan inútil.

Czes miró a otro lado después de un rápido vistazo; en cambio, Sylvie observaba
entusiasmada cada uno, absorta. Parecía como si sus almas se hubieran intercambiado
de cuerpo.

—Tienes razón —dijo Sylvie—. Elmer es el único que iría tan lejos con la
decoración… al menos, entre los inmortales que iban a bordo del barco.

—Bueno… entremos, ¿de acuerdo? Dudo mucho que las niñas vayan a regresar para
escoltarnos. Sylvie, por favor ve a despertar a Nile.

—Muy bien.

Mientras Sylvie abría la puerta del maletero, Maiza y Czes se dirigieron al castillo.

La enorme puerta del castillo estaba elaborada para abrirse mediante bisagras,
contrastando nuevamente con la apariencia general de una fortaleza de piedra. La
probabilidad de que la edificación no fuera construida hace mucho tiempo crecía cada
vez más.

Maiza tocó varias veces, pero no hubo ninguna respuesta. Tomando en cuenta que ya
eran infractores de la ley de cualquier modo, decidieron simplemente entrar.

—Disculpe.

La puerta no estaba cerrada. El adorno de Santa Claus y su reno, que colgaba de la


puerta, se sacudió cuando ésta se abrió, crujiendo ruidosamente. Después de vacilar un
poco, ambos entraron al gran vestíbulo de su interior.

El vestíbulo tenía poca decoración y no era muy diferente al exterior del castillo, con
las mismas paredes de piedra y el mismo suelo empedrado. Sin embargo, las escaleras
que podían apreciar en la esquina del vestíbulo no estaban hechas de piedras; en

- 65 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

cambio, recordaban al tipo de escaleras que uno podía ver en una mansión del siglo XIX.
De igual forma, la puerta del rincón no lucía para nada vieja.

—Este lugar no es consistente consigo mismo. Es como si únicamente hubieran


cuidado que el castillo pareciera antiguo en el exterior.

—Estoy de acuerdo. Da la impresión de que estuviéramos en un museo de art—

Un escalofriante chillido cortó las palabras de Maiza, acto seguido la puerta detrás de
ellos se cerró de golpe. Apenas habían dado la vuelta, cuando las ventanas se cerraron
una tras otra rápidamente, dejando al vestíbulo a oscuras y ensombrecido.

No había nadie atrás de ellos. Czes empujaba la puerta, pero estaba bien cerrada y se
negaba a ceder.

Después, encajando perfectamente con la situación de película de terror, una risa


ahogada flotó suavemente desde arriba de sus cabezas.

—Muajajajajaja.

El sonido hizo eco por el amplio vestíbulo, dificultando su localización.

—Patéticas criaturas… Sean bienvenidos a este castillo maldito, a este bosque

embrujado… Puede que los adornos del exterior les dieran un sentimiento falso de

seguridad; pero justamente esas eran mis intenciones, tontos. Ahora serán sacrificios

para mi altar y me brindaran fuerzas…

La voz los amenazó con diálogos dramáticos, pero Czes y Maiza solamente
intercambiaron miradas y dijeron como si fueran uno solo.

—¿Elmer?...

—Oh, así que conocen mi nombre, ¿no es así? Deben haberlo escuchado de los

aldeanos. Su valor es admirable; pocos se atreven a pronunciar el nombre de un

demonio a la ligera. No obstante, eso fue todo, aunque se resistan…

—Ahem. Eres Elmer, ¿verdad?

—¡Vamos! ¡Soy yo!

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Les dije que es inútil resis… ¿eh?... Espera…. ¿qué? Algo no está bien.
Quizá a raíz de la sorpresa, la voz gutural en la oscuridad de repente se transformó
en la de un joven.

—Eres tú, Elmer… ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos?
¿Doscientos noventa años? —dijo Maiza con la voz más enérgica de lo normal debido a
la felicidad.

Czes no mostró su alegría tan claramente como Maiza; aun así, sonrió con burla y
afirmó:

—No has cambiado ni un poco. No necesito verte para saberlo.

El silencio reinó en la oscuridad. Justo cuando los últimos ecos de la voz de Czes
desaparecieron, un gran grito de sorpresa provino desde las sombras.

—¡Esperen un momento! ¡¿Acaso son…Czes…y Maiza?!

El grito vino por arriba de ellos y luego cayó rápidamente; después oyeron un golpe
seco justo enfrente y rasguños a medida que una silueta negra se levantaba de un salto
en el oscuro vestíbulo.

—¡Oigan! Sean tan amables de abrir las persianas de las ventanas, ¿quieren? —gritó
la sombra y en respuesta a su llamado las persianas retrocedieron una por una. Era
como si el viento las hubiera abierto de un solo golpe; Czes y Maiza no lograron ver a
nadie cerca de las ventanas en la repentina luz del sol.

—Ingenioso, ¿verdad? ¡Las hice para que se pudieran abrir y cerrar con solo jalar una
cuerda desde lejos! —Se jactó la silueta, su identidad finalmente revelada por la
iluminación del exterior.

—¡Ah, sí que ha pasado mucho tiempo! Déjame ver tu rostr…

Tanto el avance alegre como las palabras de Maiza se apagaron bruscamente cuando
divisó la cara del hombre.

El hombre portaba ropas tan extrañas como las de Nile.

- 67 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

Vestía totalmente de negro y llevaba un saco teñido de negro sobre su cabeza, con
solo dos orificios para sus ojos. Parecía que intentaba recrear el estilo de un
kuroko3japonés.

—¿Qué diantres estás vistiendo?...

—¿Umm? ¡Oh, esto! ¡Perdón, perdón! Pensé que disfrazándome así sería más fácil
asustar a las personas, sabes. Una enorme sombra retorciéndose en la oscuridad, ¿eh?
Jajaja.

El hombre se rio, quitándose el saco de su cabeza. Hasta los guantes que usaba habían
sido teñidos cuidadosamente de negro.

—Aaah, ahora puedo respirar. Sinceramente, también había esperado mucho hacer
un espectáculo. Ha pasado un tiempo desde que tuve invitados.

El hombre bajo el saco reía abiertamente, sus ojos azules asomaban por debajo de su
corto cabello rubio ligeramente sudado. No era especialmente atractivo, pero tampoco
feo; una persona completamente ordinaria que lucía mejor cuando sonreía.

La tensión por fin abandonó los hombros de Maiza al ver el rostro de Elmer, caminó
hacia el frente y le dio unos golpecitos a los hombros de Elmer. Sus ojos brillaban de
pura dicha, como los de un niño, y parecía que iba a romper en llanto en cualquier
minuto.

—Aaah… ¡En verdad no has cambiado para nada!

—¡Jaja! ¡Es Maiza! ¡Realmente eres tú, Maiza! ¡Y Czes! ¡Vaya, vaya! ¡Tú…agh! ¡En serio
eres tú, Czes! ¡Dios mío! ¡De verdad es Czes, ¿qué hago, Maiza?! ¡No creo que existe una
forma de expresar la felicidad que estoy sintiendo por dentro, a menos que explote, solo
que lamentablemente no tengo ni mecha ni interruptor, y de cualquier modo
seguramente dolerá mucho, entonces, supongo que desistiré! No, no, no está bien, qué
hago, estoy muy confundido, ¿qué debería hacer?

—Creo que primero que nada deberías tranquilizarte.

3
N.de la T. Kuroko: un tramoyista vestido completamente de negro que mueve la utilería y el escenario
en las representaciones de kabuki, la idea es que sean invisibles para las personas que observan la obra.

- 68 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

El clímax emocional retrocedió y Maiza rio disimuladamente, recordando lo que


acababa de pasar.

—Y, en serio… ¿«Muajajajajaja»? Ya no eres un niño, Elmer. Me sentí apenado de solo


escucharte.

—¿Eh? ¿Acaso soné extraño?

—¿No te diste cuenta?

Czes había estado parado un poco apartado de Elmer y Maiza, hasta que, finalmente,
comenzó a hablar.

—Si estabas tratando de asustarnos, fallaste con honores. De hecho, fue bastante
gracioso.

No obstante, Elmer solo se rio a pesar de las mordaces palabras de Czes.

—Gracioso, eh. ¡Entonces fue un éxito rotundo! ¡No todos los días puedes hacer reír
a una persona mientras intentas asustarlos! ¡Diría que es un ochenta por ciento mejor!

—¿Conoces la expresión “sonrisa irónica”?

—¡Ajajaja! ¿Y qué si es irónica, siempre que sea una sonrisa? ¡No, no, no, no, de
verdad, estaba sorprendido! ¿Cómo llegaron aquí? ¿Sabían qué estaba aquí?

Elmer sujetó a Maiza con un fuerte abrazo, dándole unos golpecitos en la espalda.

Sin embargo, Maiza y Czes estaban demasiado confundidos para responder. ¿Acaso
no sabía Elmer que ellos se encontraban en la aldea? ¿No fue por eso que envió a sus
mensajeros para que los llevaran al castillo?

—Elmer, ¿no sabías que estábamos aquí?

—Ah… No, no, no, no. Lo único que escuché fue que unos forasteros habían entrado
en la aldea. Los lugareños no son nada amigables y los he estado molestando bastante,
¡así que decidí esconderlos a todos antes de que sucediera algo feo!

Había una distancia considerable del castillo a la villa. ¿De quién lo había oído?
Además, ¿exactamente por qué se ocultaba en un castillo como este, temido como un
demonio por los aldeanos?

- 69 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

Maiza tenía un sinfín de preguntas en la punta de su lengua; sin embargo, acordó


dejarlas para más tarde y disfrutar de la alegría del reencuentro.

En ese momento, un golpe vino de la puerta cerrada. Al parecer, Sylvie y Nile estaban
afuera.

—¿Umm? ¿Qué pasa? ¿No vinieron solos?

—Claro que no. Tenemos otros dos acompañantes; viejos amigos —dijo Maiza
afectuosamente.

—Entonces, ¿crees adivinar quiénes son?

—¿Eh? Me pregunto quiénes podrían ser. Veamos, si son amigos tuyos, tal vez Begg,
o… ¡ah, no sé! ¡Sí, sí, voy!

Elmer perdió la breve batalla contra su curiosidad y se lanzó a abrir la puerta con
impaciencia. Al parecer la puerta tenía una especie de dispositivo equipado, el mismo
que las ventanas, y con solo jalar una cuerda podía abrirla o cerrarla.

—¿Elmer? ¡¿Realmente eres tú, Elmer?!

—Saludos.

Del otro lado se encontraba una mujer de belleza casi sobrenatural y un hombre con
una máscara y vendajes sobre su cabeza.

Elmer cerró la puerta lentamente y se giró para ver a Maiza.

—¿Quiénes?...

—¿Quién sabe? —contestó Maiza con una inusual sonrisa traviesa en sus facciones.
Junto a él, Czes luchaba desesperadamente por aguantar la risa.

La puerta se abrió desde afuera, rechinando de un modo torturador al ser forzada


por Nile, y el par; para Elmer, de extraños entraron de un salto.

—¡Aaaah! ¡Personas desconocidas! ¡Gente que no conozco ha invadido mi castillo!

—¡Elmer, idiota! ¡Cerraste la puerta justo frente a nuestras narices sin decirnos
siquiera hola!

- 70 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

La voz de Sylvie denotaba ira, pero la comisura de su boca se mantenía


sospechosamente contraída, como si ella, de igual forma, se estuviera esforzando por
no reírse.

—Sinvergüenza. Supongo que fui demasiado optimista al esperar que fueras serio
por lo menos durante nuestro importante reencuentro.

Nile, en cambio, sonaba genuinamente furioso.

—¡¿Quién, quién, quiénes son ustedes?! ¡No solo invadieron mi castillo sino también
mi corazón! ¡Muéstrense!

Percibiendo la auténtica confusión de Elmer, Nile recordó la condición en la que se


encontraba su cabeza.

—Ummm, ya veo… No usaba una máscara como esta en aquel entonces, ¿o sí?
Puede que tu confusión sea entendible. Pero digo esto: deberías reconocer mi voz.

—¿Nile?... ¡Nile, ¿eres tú?!

—Tardaste mucho.

Nile asintió, satisfecho. Elmer lo observó fijamente durante un rato, luego cambió su
vista hacia Sylvie.

—Entonces, tú debes ser… ¡cierto!

—Sorprendido, ¿no? Sospeché que lo estarías, puesto que he cambiado mucho.

—¡Eres Huey! ¡Huey Laforet, verdad! ¿Por qué estas vestido como una mujer?

—¡No lo soy! —gritó Sylvie, desconcertada por la extremadamente inesperada


respuesta, mientras los demás reían amistosamente.

—¿Eh, no lo eres? ¿Me equivoqué? Juraría que Huey era el único sobre el barco que
era así de bello…

—Es Sylvie. Sylvie Lumiere —dijo Maiza riendo.

Sylvie gimió y contestó:

—En serio, Elmer. Era la única mujer a bordo, ¿recuerdas?

—¿Sylvie?

- 71 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

Elmer fijó la mirada sobre la mujer que se encontraba frente a él, después giró
rápidamente para ver a Maiza.

—¡Me estás tomando el pelo! ¡Sylvie no era una mujer despampanante como esta!
¡Ella era una hogareña chica de campo!

—¿Debería estar alagada? ¿O molesta? —murmuró Sylvie con una expresión


compleja en su cara. Elmer la vio nuevamente y anunció:

—No, vaya, pero… Incluso si cambiaste tus lentes por contactos, no eras tan alta, y
estabas, eeh, un poco más plana, si sabes a lo que me refiero. Aguarda, ¡solo tenías
diecisiete en aquel entonces! ¡Ahora parece que estás en tus veinte! No hay forma de
que crecieras así, tomando en cuenta que Czes sigue igual… —Sylvie no bebió la Gran
Panacea de inmediato.

Maiza intervino, anticipando la lluvia de preguntas que Elmer diría. Sylvie sonrió y
explicó entusiasmada.

—Me convertí en alquimista porque deseaba tener belleza eterna. Sin embargo,
cuando encontré el elixir de la inmortalidad, solo tenía diecisiete. Todavía me faltaba
mucho por crecer. Así que puse la panacea en un frasco pequeño y lo bebí tras años de
cuidar de mí misma.

Elmer la inspeccionó con una mirada escéptica.

—Entonces, lo que significa es… ¿qué eres la versión veinteañera de Sylvie?

—¿A qué te refieres con «versión»? Bien, supongo que lo puedes poner de ese modo.

Elmer pensó por un momento y colocó una mano sobre su hombro, observándola
con ojos compasivos.

—Sylvie, antes de que todos disfrutemos de esta reunión, quiero que me respondas
honestamente una pregunta.

—¿De qué se trata? —inquirió Sylvie con el pulso ligeramente acelerado ante la
repentina expresión seria de Elmer.

—Está bien. No te condenaré sin importar lo que digas. Tenemos todo el tiempo del
mundo, podrás expiar tus pecados sobre la marcha.

- 72 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—¿De qué diantres estás hablando?

—Contéstame con sinceridad, hasta el día de hoy… ¡¿cuántas veces te has bañado en
sangre de los niños para obtener esa belleza?!

—Elmer, ¿te das cuenta de lo grosero que estás siendo en estos momentos?

Sylvie retrajo la mano para abofetearlo; no obstante, él la evadió por los pelos y se
giró otra vez hacia Maiza.

—Muy bien, ya basta de bromas.

—Dime, ¿cuánto era en broma y cuánto era en serio?

—Siendo totalmente honesto, desde el principio sabía que eras Sylvie. ¡Ajajajajaja!

Sylvie se limitó a suspirar y alzó la mano derecha una vez más.

—Oye, ahora… ¿Eh?

Elmer se lanzó hacia atrás para evitar la bofetada; sin embargo, de pronto se
encontró inmovilizado. Maiza permanecía de pie a su derecha y Nile a su izquierda,
sujetando firmemente sus brazos.

—Elmer, eso estuvo fuera de lugar.

—Digo esto: mereces más que una cachetada por lo que dijiste.

Su agarre sobre los brazos de Elmer fue tan apremiante que incluso sus pies se
elevaron un poco del suelo.

—¿Eh? Esperen. ¿Uh? ¡Oigan!

La palma de Sylvie bajó en picada majestuosamente por el aire hasta el rostro de


Elmer y…

Czes se encontraba algo apartado del resto y miraba sin ningún motivo al techo,
cuando un golpe ensordecedor se escuchó por el aire.

—Ah, Elmer y Sylvie no han cambiado en nada. No por dentro —murmuró para sí, lo
suficientemente bajo para que los otros no lo escucharan. Por alguna razón parecía
viejo— A lo mejor, yo soy el único que lo ha hecho.

- 73 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

- 74 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita


Están sonriendo. El amo Elmer está riendo y también los forasteros que vinieron al
castillo.

Están riendo alegremente, muy felizmente.

El amo Elmer no ha cambiado en lo absoluto. La misma sonrisa, la misma carcajada que


él siempre me muestra.

Sin embargo, yo… no puedo sonreír.

Si pudiera, pero.

Igual que las personas que el amo Elmer invitó.

Si pudiera sonreír de esa forma, cómo…

Pero, no puedo sonreír. No puedo sonreír con sinceridad.

Aunque el amo Elmer sonríe genuinamente para mí.

Aunque se esfuerza por enseñarme cómo hacerlo yo misma.

Sin embargo, todo lo que puedo recordar es tristeza.

Seguramente, no puedo sonreír debido a esa tristeza…

Pero en estos momentos, estoy triste porque no puedo sonreír.


—¡Como sea, este lugar está bastante sucio, pero si quieren pueden quedarse aquí
por un tiempo!

—Debes de pensar que ésta es realmente tu casa.

—No digas eso, Czes. Me estás golpeando donde duele… Aah.

Elmer se hundió en el sillón junto a la chimenea, la huella de una mano aun brillando
de un fuerte rojo en su mejilla.

El grupo había decidido seguir con la conversación en algún lugar más acogedor y se
trasladaron del vestíbulo a una habitación contigua que parecía un recibidor.

- 75 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

—Son todos los que vinieron el día de hoy, eh… ¿Qué pasó con los demás? ¿Hay otras
personas a salvo? —preguntó Elmer, levantándose para encender el fuego en la
chimenea. Se trataba de una pregunta crucial, Maiza y los demás intercambiaron
miradas ansiosas tras escucharla.

Después de un momento de silencio incómodo, Maiza habló por ellos.

—Incluyendo a los cinco aquí presentes, solo nueve de los treinta tripulantes
originales del barco han sobrevivido.

Elmer estuvo callado por un rato. El silencio cayó sobre los cinco inmortales,
mientras la lumbre teñía la cabeza agachada de Elmer de un rojo feroz.

Unos segundos más tarde, Elmer giró su rostro hacia Maiza y compañía… y sonrió.

—Ya veo. Eso es triste, pero también son buenas noticias.

—¿Qué?

Elmer se desplomó sobre una silla de madera con la expresión más radiante por
alguna razón.

—A decir verdad, existía la posibilidad de que viviera por siempre sin haberme
encontrado con ninguno de ustedes. Sin embargo, el día de hoy todos vinieron. Así que
el peor escenario posible cambio de solo quedar yo a solo quedamos nosotros cinco.
Pero, después me dicen que hay otros también. Ciertamente, es una ocasión para
sonreír. Creo que este es un buen momento para sonreír.

—Eres un optimista.

—Para nada. Sonriendo es la única forma en que puedo llevar luto por la muerte de
otros. Honestamente, no soy bueno en estar triste. Es difícil. Y tampoco me gusta. Ah,
voy a dejar esto bien claro: nunca voy a olvidar a los muertos. Así que díganme, quién
queda, para saber a quién recordar.

Tras la explicación de su completa falta de aflicción, Elmer procedió a instar a Maiza


por más información. Maiza parecía atontado por un instante, luego sonrió algo
aliviado.

—En verdad no has cambiado nada. Sí, pues bien. Además de nosotros los que
continúan con vida son Begg, Huey, Víctor…

- 76 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Ah, Huey sigue por aquí, ¿cierto? Leí hace tiempo en el periódico que Víctor
encontró un trabajo en el FBI y atrapó a Huey —Elmer sonrió un poco, como si evocara
un dulce recuerdo—. ¿Qué hace Huey actualmente? Oí rumores de que había sido
enviado a prisión; pero me imagino que ya cumplió su sentencia, ¿verdad?

—Tampoco sabemos. No hemos escuchado de nadie que lo haya devorado, así que
tal vez siga por ahí fuera continuando con sus experimentos.

—Huey en verdad adora probar cosas, no es así. Diría que él es el más alquimista de
todos… Ah, perdón, perdón. Te interrumpí —dijo Elmer, deteniéndose a sí mismo
mientras Maiza fruncía el ceño.

—No, está bien. En cuanto a la última persona, todavía no logramos encontrar su


paradero. Denkuro. Tougo Denkuro. Lo recuerdas, ¿no? Era el único asiático en el barco.

—Aah, te refieres a Ninja.

—¿Ninja?

—Es el apodo que le puse… ¿Eh? ¿Aún no se lo encuentran?

Todos los demás lo observaron con los ojos bien abiertos.

—¡¿Lo encontraste?!

Elmer se encogió de hombros, incómodo, ante el grito de sorpresa de Maiza.

—Bueno, de alguna forma me tropecé con él hace como diez años. Andaba vestido
como un ninja en un lugar llamado “Aldea Edo”4 o algo parecido en Japón. No lo he visto
desde entonces, por lo que no les puedo asegurar si continúa con vida…

—No puedo creerlo… el primer lugar que buscamos fue Japón. Él siempre dijo que
anhelaba regresar a Japón, incluso mientras estábamos en el barco, por eso
investigamos cerca de su antigua casa…

—¿Cuándo?

—Hace veinte años.

4
N. de la T. Nikko Edo Village: es un parque temático basado en el estilo y la apariencia del antiguo Edo.
Una de las atracciones es el Teatro Ninja, donde actores se disfrazan como ninjas y presentan varios
espectáculos por día.

- 77 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

Elmer sacudió su mano y se rió.

—Aah, eso no serviría. Por supuesto que no. Regresó a Japón apenas hace una
década. Me contó que trató de caminar desde América hasta Japón, pero se encontró
con unos cuantos problemas en el Polo Norte y estuvo enterrado en el hielo por
doscientos cincuenta años.

Silencio de suspenso.

—Luego lo capturaron los soviéticos en un submarino nuclear, lo persiguió la KGB 5,


huyó hasta Alemania y le dispararon cuando trató de pasar sobre el Muro de Berlín.
Después, se escondió en la casa de un alemán oriental hasta que el muro cayó y
finalmente se las arregló para regresar a Japón. Dijo que fue un gran shock ver cuánto
había cambiado su país. En cuanto a su casa, fue destruida mucho tiempo antes de la
guerra… más o menos cuando Japón abrió sus puertas en el siglo XIX. Así que terminó
deambulando por el país.

—Una gran aventura.

La historia de Tougo finalizó con el breve resumen de Nile. Elmer consideró


cuidadosamente las cosas por un momento y luego fue al grano del asunto.

—Noté que no mencionaste a Szilard.

Los otros, a excepción de Maiza, apartaron la mirada de él, cada uno conteniendo
diferentes pensamientos.

Szilard Quates había sido el hombre de mayor edad sobre el Advena Avis en obtener
la inmortalidad y aquel que deseó adquirir el conocimiento absoluto devorando a los
otros inmortales.

Maiza optó por responder la pregunta implícita de Elmer llanamente.

—Szilard está muerto.

Una expresión compleja se extendió por el rostro de Elmer. Por un lado parecía
profundamente aliviado y por el otro lucía algo afligido.

—Ya veo... Entonces, incluyendo a Denkuro, esos son los nueve.

5
N. de la T. KGB: agencia de inteligencia de la Unión Soviética.

- 78 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Maiza asintió tras un instante de vacilación.

—Sí, ese sería el caso.

—¿Me estaban buscando solo para decirme eso? —Maiza le regaló una sonrisa
demacrada y asintió nuevamente—. Ya veo… Pues, perdonen que les haya causado
tantos problemas. Puedo sonreír ahora, sabiendo lo qué hicieron por mí. ¡No solo
sonreiré, creo que me reiré tan fuerte hasta que estalle jajajajajajajajaajajajaja
jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajarjarjarjargjargjagh!
¡Agh! ¡Agh! ¡Agh! ¡Agh! ¡Ugh! ¡Aagh!
De pronto, Elmer cayó al suelo y comenzó a toser violentamente, sacudía sus brazos
y piernas como una cigarra que había caído de cabeza.

—¿Estás bien?

—¡Me for-forcé a reír! ¡El ácido estomacal! ¡Su-subió! ¡A mi e-e-esófago! ¡Muero!


¡Estoy muriendo!

Cada vez que intentaba respirar, tosía más y no lograba hacerlo apropiadamente.
Elmer estaba ahogándose en plena tierra firme, tres grandes siglos de memorias
pasaron delante de sus ojos.

—Y es por eso que no deberías haberlo hecho.

—Digo esto: eres un tonto. Además, ¿no crees que sería grosero para Maiza que te
rías en una situación como esta?

Conociendo la inmortalidad de Elmer, Sylvie y Nile no se movieron ni un centímetro


de sus lugares. Maiza se levantó y le frotó la espalda; mientras que Czes, preocupado, se
agachó para ver la cara de Elmer.

—¿Te encuentras bien?

Czes movió su mano derecha hacia el frente para tocar la mejilla de Elmer. Después,
lentamente, su palma se elevó hasta la frente… no obstante, Elmer no reaccionó en lo
absoluto.

—Ah, estoy bien ahora. Gracias, Czes.

Sin decir una palabra, Czes retiró la mano y regresó a su asiento. Su rostro infantil
estaba eclipsado con una especie de malhumor.

- 79 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

—¿Umm?
Elmer se percató de la expresión oscura de Czes y abrió su boca para preguntar qué
pasaba.

—Ahora bien, Elmer. Te toca responder a nuestras preguntas —dijo Maiza,


atrayendo la atención de Elmer. La expresión preocupada de Czes rápidamente se alejó
a un rincón de su mente hasta ser olvidada.

—¿Qué desean saber? Conozco unos cuantos secretos de seguridad nacional, pero no
creo que pueda contárselos…

—Realmente no nos importa eso.

—¿Estás seguro? En verdad conozco secretos de la República de Nauru6.

—Hablo en serio —dijo Maiza con un brillo inquebrantable en sus ojos a pesar de los
intentos de Elmer por burlarse.

—¿Qué es esta aldea? ¿Por qué les das miedo y te llaman un demonio? ¿En realidad
los estas atormentando? Y estas niñas, quiénes son—

—¡No me preguntes todo de una sola vez! ¡Me estoy confundiendo!


Confundidodidodidodidodido.

Elmer sujetó su cabeza con ambas manos y comenzó a temblar, al principio lento y
después más y más rápido. Hasta que su cabeza se convirtió en un borrón y de súbito
se le cayó.

Todos se paralizaron, con el aliento atrapado en sus gargantas. La cabeza rodó hasta
la mitad de su cuerpo, desapareciendo entre la extensa tela negra, al mismo tiempo un
espeso humo surgió en dónde había estado su cuello.

El humo llenó la habitación en un instante, ocultando temporalmente todo a la vista.


Quemaba un poco los pulmones cuando se inhalaba; pero no parecía ser venenoso, por
lo que Maiza y los otros lo ignoraron, y se agacharon tratando de localizar a dónde había
ido Elmer.

6
N. de la T. República de Nauru: es un estado de la región de Micronesia, comprende una sola isla
situada en el Océano Pacífico central, justo al sur de la línea del Ecuador.

- 80 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Poco después, el humo aminoró y pudieron ver… las ropas negras que Elmer había
estado usando y una lata rodando por el suelo, la cual seguramente era la fuente de todo
el humo.

—Tramposo como siempre, ¿no? —dijo Maiza, observando alrededor a través del gas
restante. No vio que nada se moviera; lo más probable es que Elmer saliera corriendo
justo cuando el humo comenzó a esparcirse.

—Igualito que los magos —dijo Czes secamente, mirando sobre la tela negra—.
Desapareció dejando atrás la ropa.

En ese momento…

—¡Un juego! ¿Qué tal un juego?

La voz de Elmer sonó en el interior de la habitación. Extrañamente hacía eco con las
paredes de piedra y retumbaba en torno a ellos felizmente.

—Te agradecería si dejarás de jugar.

—¡Voy a esconderme de ustedes por un mes empezando desde ahora, mientras


tanto continuaré con mi trabajo! ¡Si pueden atraparme, les contaré todo lo que
quieran saber cómo recompensa!

—Elmer.

—Ríndete, Maiza —dijo Czes—. Sabes tan bien como yo que una vez que Elmer se
empeña en hacer algo como esto no puedes hacer que cambie de opinión.

Maiza desistió, aceptando las palabras de Czes.

—Muy bien…

—¡Excelente! ¡Estupendo! ¡Sabía que entenderías, Maiza! ¡Entonces, les doy la


bienvenida una vez más! ¡Permítanme presentarles esta aldea congelada en el
tiempo, no, esperen, en realidad, esta aldea se encuentra aislada a sí misma en un
dimensión alterna! ¡En otras palabras, es cuatri-dimensional! ¡De fantasía!
¡Esperaré ansiosamente la digna interpretación de sus papeles!

- 81 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

Dicho eso, la voz de Elmer estalló en carcajadas y lentamente se desvaneció,


muriendo rápidamente los últimos ecos. Maiza cayó pesadamente sobre una silla y dio
un gran suspiro.

—Pensé que estaba acostumbrado a esto, tomando en cuenta todo lo que pasó en
Nueva York.

—Cierto, aunque Isaac y Miria son espontáneos en este tipo de cosas, a diferencia de
Elmer.

—¿Quiénes son esos? —preguntó Nile, no familiarizado con los nombres; sin
embargo, antes de que Czes y Maiza pudieran contestar, tocaron a la puerta.

La puerta estaba hecha de madera y contrastaba curiosamente con las paredes de


piedra, del otro lado salió la suave voz de una niña.

—Aah… He preparado un poco de té.

—Ah, lo siento. Entra —dijo Maiza, tomando momentáneamente el lugar del dueño
de la casa.

—Disculpen.

La niña que entró iba vestida de rojo igual que las demás, pero era diferente al trío
que había montado los caballos. Muy parecida, pero el corte de su cabello y las líneas de
su rostro otra vez diferían sutilmente.

Ella se percató de que Elmer no se encontraba en la habitación y se paró en seco,


mirando nerviosamente alrededor.

—Elmer nos dijo que lo buscáramos; pero, simplemente podrías preguntarle a esta
niña dónde está —sugirió Nile.

Czes dio un paso al frente, cambiando su lenguaje corporal al de un niño.

—Oye, ¿cuál es tu relación con Elmer? —inquirió, abusando del derecho que solo
poseían los niños de hacer preguntas directas sin preocuparse por las normas sociales.
La niña, a su vez, contestó con igual franqueza.

—Yo… soy un sacrificio.

- 82 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita


Las personas no tenían forma de saber por cuánto tiempo había existido la aldea. En
ocasiones los más viejos daban indicios de que sabían más de que lo dejaban entrever;
pero el tiempo pasó y uno por uno fallecieron, llevando su conocimiento junto con ellos
a la tumba.

Actualmente los aldeanos, que formaban la mayoría del pueblo, eran aquellos que
habían nacido y crecido sin conocer nada más que la aldea y, para ellos, el ajustado
grupo de árboles, que se extendían a su alrededor, representaba lo mismo que las
cascadas que conducían al fin del mundo.

Algunos curiosos trataron de pasar a través del bosque, y sus esperanzas y sed por
el conocimiento siempre se quedaban insatisfechas y sin extinguir.

Ni siquiera sabían que los árboles crecían antinaturalmente cerca uno del otro,
porque ellos nunca aprendieron qué era lo normal en primer lugar.

El bosque era demasiado grande para recorrerlo a pie. Muchos regresaban,


derrotados, y otros nunca lo hacían. Los aldeanos murmuraban entre ellos que el
bosque destruía el sentido de la orientación de uno, que llevaba a los supuestos viajeros
a extraviarse, forzándolos a caminar el mismo camino una y otra vez. La única carretera
que existía tenía un túnel en medio, bloqueado por una puerta cerrada; pero,
recientemente el túnel había colapsado, volviendo la carretera totalmente imposible de
tomar.

Había otra ruta, que conducía a las profundidades del bosque, dónde de vez en
cuando venía el mercante.

Sin embargo, ese camino tenía un portón y estaba diseñado para que nada a
excepción del carruaje de metal del mercante, el cual se movía por sí solo, pudiera pasar.
En el pasado, algunos se habían colado clandestinamente en la parte trasera del
vehículo y se fueron… pero ellos, de igual forma, jamás regresaron.

Los aldeanos cayeron en la cuenta del peligro del ‘exterior’ y educaron a sus hijos en
consecuencia.

El exterior es peligroso. No hay nada ahí. La aldea lo es todo.

- 83 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

Los niños sabían que eran mentiras. Sin embargo, el ambiente de la aldea hacía
imposible pronunciar dichas opiniones… además, los niños eran presas de un gran
temor por lo que había más allá de los límites de la aldea.

Algunas veces brillantes aves plateadas volaban muy alto en el cielo por encima de
ellos. Enormes más allá de lo inimaginable, producían sonidos extraños y gritos
espantosos, las aves parecían los mensajeros del demonio, propagando el terror entre
los aldeanos.

Pero, a excepción de las aves demoniacas, la aldea no era un mal lugar para vivir. Era
principalmente auto-suficiente y el mercante les traía aceite para encender fuego. El
mercante en sí era la prueba definitiva de que algo existía en el ‘exterior’, pero los
aldeanos pretendían no fijarse en ello. El mercante nunca hablaba del mundo exterior,
de hecho nunca descendía del vehículo o siquiera bajaba la ventana.

Existía una ley tácita que desalentaba a conversar con el mercante, y el antiguo
alcalde había establecido normas que prohibía a cualquiera salir de la aldea. Las reglas
eran aceptadas por todos como algo completamente normal y la vida continuaba sin
muchos disturbios.

Por supuesto, había problemas. Sin importar qué tanto los aldeanos no pudieran
salir, incluso si deseaban hacerlo, de vez en cuando personas llegaban a la aldea
diciendo que venían del exterior. Todos ellos parecían haberse tropezado con la aldea
por casualidad, y algunos de ellos ni siquiera podían hablar el idioma. No obstante… la
mayoría de los aldeanos no entendían el concepto de ‘forastero’, porque no existía tal
cosa como el exterior en primer lugar. Para ellos, tales personas no eran más que
demonios peligrosos.

Por ejemplo, un puñado de jóvenes de la aldea decidió seguir al primer forastero que
los visitó, hechizados por las descripciones del mundo que se encontraba más allá. Ellos
se fueron con el forastero, ignorando las preocupaciones de sus mayores, con la mente
llena de historias del exterior.

Y ninguno de ellos volvió alguna vez.

Fueron seducidos por un demonio, todos acordaron.

Después de eso, la imagen de los forasteros fue ignorada.

- 84 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Cuando ellos llegaban, a lo mucho una vez cada década, eran ahuyentados
inmediatamente… o eran, literalmente, borrados de la faz de la tierra.

Temiendo al exterior, temiendo la posibilidad de que sus vidas como las conocían
fueran negadas por completo, permanecieron en el interior del bosque.

Había algunas inquietudes sobre la despoblación, pero aun así todos vivían
relativamente felices, disfrutando sus días de paz y tranquilidad.

Al menos, hasta ese fatídico día hace cinco años, cuando el demonio conocido como
Elmer llegó…


…Y el día de hoy.

Por la noche, después de que Maiza y sus amigos se fueran de la aldea, las figuras
importantes de la misma se reunieron alrededor de una pequeña mesa. Sus expresiones
eran sombrías y entre ellos algunos inclusive mostraban miedo.

No se trataba de un asunto frívolo. El aire se sentía estático y pesado, aplastando a


los habitantes del cuarto de madera opresivamente, como si en cualquier momento una
tormenta de fuego fuera a explotar sobre ellos.

—¿Qué vamos a hacer, alcalde?

—No pude presenciarlo. ¿Son ciertos los rumores que circulan?

—¿Hay más demonios ahora? ¡Explícanos lo qué está sucediendo!

—¡¿Qué será de la aldea?! ¿Esa cosa ha dicho algo?

El alcalde, Dez Nibil, se encontraba sentado en silencio, ignorando los gritos


nerviosos de los aldeanos, con una expresión agria en su rostro como si hubiese
mordido un limón.

—¡Haz algo! ¡¿Hay cuatro más?! ¡¿Todos son demonios?!

En lugar del alcalde, uno de los jóvenes decidió contestar. Se trataba del muchacho
que le disparó a Maiza en la pierna por la mañana.

- 85 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

—Sí, lo vi con mis propios ojos. Es igual que esa cosa. Desconozco sobre los otros
tres; pero, ¡el que traía lentes con toda seguridad es un aliado del demonio!

—Y el de la espantosa máscara estaba hablando en un idioma extraño. Tiene que ser


un código que solo ellos pueden entender. ¡Una lengua de brujos!

—P-pero, ¿crees que esa mujer también era un demonio?

—Pues, eeh, s-supongo. Aguarda, no, no, tal vez ella no lo sea.

Aquellos que habían estado absortos por la belleza de Sylvie no podían juzgarla
fácilmente.

—Se escondió rápido, pero también vi a un niño.

—Cierto, son cuatro incluyendo al niño. Sin importar las circunstancias, se fueron al
castillo en cuanto Elmer los llamó. No obstante… esa cosa que estaban montando…
¿crees que tengan algo que ver con el mercante?

—El mercante no nos interesa ahora mismo. El problema principal es qué vamos a
hacer de ahora en adelante. ¿Qué piensa, alcalde?

Todos los aldeanos guardaron silencio y voltearon a ver a Dez.

Él suspiró profundamente y murmuró en voz baja, como si estuviera hablando


consigo mismo.

—Esperaba poder atraparlos antes de que contactaran a esa cosa, pero… tomando
en cuenta que envió mensajeros, supongo que ya sabía que habían llegado. La cuestión
es, ¿qué pretenden hacer con nosotros, considerando que los amenazamos con armas?

—¡Ya sabemos eso! ¡Lo qué estamos preguntando es, ¿qué haremos al respecto?!

—¡No tenemos opción! ¡Solamente podemos esperar y ver qué nos dirá! ¡No
podemos hacer ningún tipo de plan sin saber nada! —gritó el mayor furioso, pero los
aldeanos se rehusaban a dar marcha atrás.

—¡Si vienen por la noche a vengarse, estamos acabados!

—Y si deciden exigir más… tendremos que empezar a sacar de nuestras reservas de


cultivo.

—¡Moriremos de inanición!

- 86 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—¡Eres el alcalde, ¿no es así?! ¡Haz algo!

—¡Suficiente! —gritó Dez mientras golpeaba con su puño la mesa—. ¡Qué quieren
que haga! ¡Usen sus cabezas un poco antes de empezar a ladrar como perros asustados!
¿Tienen alguna buena idea? ¿Tienen algún plan que pueda matarlos o forzarlos a irse?
¡La única diferencia entre ustedes y yo, es que yo soy el alcalde y ustedes no! ¡Si así lo
desean, cederé la posición a cualquiera de ustedes! ¡Veamos con qué gran plan salen!
¡Veamos qué tan bien pueden dirigir la aldea!

Ninguno de los aldeanos dijo nada en respuesta. Ninguno de ellos podía pensar en un
plan excepto esperar y ver.

En ese momento, una fuerte voz rompió el silencio desde atrás de Dez.

—Eso fue un poco duro, padre.

—Felt. Esto no es asunto tuyo.

Un muchacho, que parecía estar a mediados de su adolescencia, estaba en la puerta.


Todavía tenía rastros infantiles en su cara, pero el brillo en sus ojos ya era fuerte y claro.

—Los aldeanos simplemente están nerviosos. Igual que yo. Es por eso que todos
estamos buscando tu apoyo, padre.

Dez guardó silencio.

—Este no es el momento para estar discutiendo así. Tenemos que trabajar en equipo
durante las situaciones críticas si queremos proteger la aldea.

Sus palabras eran tan francas que casi sonaban infantiles; pero, a pesar de todo,
funcionó para tranquilizar a los aldeanos, quienes habían estado a punto de perder la
calma.

—Por ahora, hagamos lo que mi padre dice y esperemos a ver qué pasa. A lo mejor el
niño y la mujer son rehenes o prisioneros… y quizá podríamos descubrir una debilidad.
Pretenderemos obedecer para ganar algo de tiempo y esperemos a que una
oportunidad se presente por sí sola.

Los aldeanos intercambiaron miradas, considerando la propuesta del chico. Hubo


una breve ráfaga de discusiones, tras la cual la mayoría dio su aprobación, decidiendo
que por el momento mantendrían las cosas tal y como estaban.

- 87 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Así está bien, ¿cierto, padre?

—Haz lo que quieras —dijo Dez agriamente, levantándose para irse de la habitación,
tal vez mostrando que su hijo había tomado su posición.

Entonces, uno de los aldeanos hizo una pregunta a su espalda, con la ansiedad
claramente sobre su cara.

—Pero, alcalde, si demandan más sacrificios…

—Lo sé. Solo nos queda una. Si se nos acaban, en ese caso, tendremos que empezar a
ofrecer a las doncellas de la aldea…


De camino a mi choza para irme a dormir, escucho una voz furiosa en el ayuntamiento.
Es la voz del amo Dez.

A lo mejor me he vuelto a equivocar, aunque no recuerdo haberlo hecho.

No deseo hacerlo, pero tengo que asegurarme.

El ayuntamiento se encuentra un poco por encima del suelo. A medida que subo las
escaleras, me doy cuenta de que hay muchas personas adentro. Seguramente están
discutiendo sobre el amo Elmer. Tal vez el grito de antes no tiene nada que ver conmigo.

Cuando llego a la puerta, se abre de súbito.

Choque.

La puerta me golpea y caigo al suelo.

Me duele la nariz. La toco y noto que está sangrando.

—¡Maldita sea, esta puerta no se abre, no quiere!

Escucho la voz del amo Dez arriba de mí. Después, punzadas de dolor embisten mi cuerpo
una y otra vez rápidamente.

—¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición!

El amo Dez me observa mientras abre y cierra la puerta repetidamente, azotándola contra
mi cuerpo.

- 89 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

Giró mi cuerpo para alejarme y a duras penas logro evitar que la puerta vuelva a
golpearme.

Pero pierdo el equilibrio al intentar levantarme y caigo sobre la entrada. De repente, siento
un dolor aplastante en mis piernas.

—¡Ah, ahora no cierra!

Una y otra vez la agonía asalta mis sentidos.

Sufrimiento sufrimiento sufrimiento sufrimiento sufrimiento sufrimiento sufrimiento


sufrimiento sufrimiento sufrimiento sufrimiento sufrimiento sufrimiento sufrimiento
sufrimiento sufrimiento sufrimiento duele duele duele duele duele duele duele duele…

Pierdo la capacidad de expresar lo que siento con palabras y mi cuerpo se enrolla por
voluntad propia, paralizándose.

Los golpes paran, puedo escuchar la voz agitada del amo Dez arriba de mí.

—¡Aah, criada inútil, llenaste de sangre toda la entrada! ¡Límpiala antes del alba!

Después de que el amo Dez se va de pésimo humor, el resto de los aldeanos también se
retira, pasando sobre mi cuerpo.

—Qué perturbador…

—¿Estaba espiando?...

—En serio…

Los aldeanos evitan mi cuerpo como lo harían con el cadáver de un perro. Frunciéndome
el ceño y hablando sobre mí como si fuera algo sucio.

Esto pasa todo el tiempo. No es nada nuevo. Pero, ¿por qué me importa ahora? Tal vez es
por los invitados del amo Elmer.

En el momento en que logro ponerme de pie, únicamente el amo Felt se encuentra frente
a mí.

—No parece que estés muy herida. ¿Te encuentras bien?

El amo Felt me ve con lástima y luego se va, soltando un comentario sobre su hombro.

—Si demandan otro sacrificio… seguramente será tu turno. Hazlo por el bien de la aldea.
Lo siento.

- 90 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

El amo Felt no me golpea o desprecia.

Aunque tampoco me ayuda.

Lo sé. Nada cambiará.

Esto es solamente mi suerte. Nada está mal. Uno tras otro los días continuarán, constantes
e inalterables.

Pero aun así, aah, pero aun así.

¿Por qué aquellos que vienen de afuera me tratan con amabilidad?

Ellos no me golpean, no me patean, no se molestan si me atrevo a dormir en una cama.

Quizás el amo Elmer es la única excepción.

Ese pensamiento era lo único que me mantenía en marcha.

Ya lo sabía.

La posibilidad de un mundo diferente que existe más allá de esta aldea, más allá de este
bosque.

Entonces, por qué tengo que vivir aquí, por qué me tienen que tratar así.

El amo Elmer me contó que hay lugares mejores que éste, pero que, de igual forma, había
lugares mucho peores. Sin embargo, quiero creer en la minúscula posibilidad de un mejor
mañana mientras exista esa probabilidad.

Deseo irme. A cualquier lugar que no sea esta aldea. Si puedo vivir sin ser golpeada, sin
ser lastimada, sin estar sola, entonces donde quiera que sea, en cualquier lado…

Pero es un sueño que no puedo tener.

Una esperanza que nunca llegará a ser.

Porque irme de este lugar significaría mi muerte.

Hubiera sido mejor haber permanecido ignorante, si no hubiera tenido motivos para
albergar esos sueños imposibles, tales esperanzas frívolas…

Estoy triste. Casi odio a la persona que me dio sonrisas, al que me enseñó la felicidad, al
amo Elmer.

Lo recuerdo. Lo recuerdo claramente.

- 91 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

Este sentimiento es… odio.

Odié al amo Elmer incluso antes de odiar a los aldeanos.

Eso me pone más triste que nada.

Siento que soy algo que no debería existir en este mundo…


Noche del 23 de diciembre
En el castillo antiguo

Llegó la noche.

La oscuridad, tan despejada que parecía estancada, provocó que el mismísimo aire
gélido del bosque temblara de frío.

El techo del viejo castillo en el bosque se construyó como una superficie plana, por
lo que se podía caminar sobre él como si fuera el techo de un departamento. Únicamente
la azotea de la torre de vigilancia al sur tenía forma de cono, haciendo difícil escalarla.

Sobre la pendiente cónica se encontraba un hombre contemplando a las estrellas.

—Elmer.

El hombre bajó la vista silenciosamente ante la mención de su nombre.

—Ah.

Por el rabillo del ojo, vio la parte superior del cuerpo de un niño. La parte inferior del
mismo se encontraba oculta por el borde de la azotea, mientras luchaba por subirse al
techo. Al final, Czes consiguió treparse por completo.

Elmer lo felicitó mientras recuperaba el aliento, claramente exhausto.

—De modo que hallaste los asideros junto a la ventana. Estoy impresionado —dijo
Elmer con sinceridad— ¿Vienes solo?

Czes no contestó, en cambio miró a su alrededor.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Este castillo es muy extraño. El diseño general es como el de un fuerte en


Luxemburgo, pero este techo cónico es más usual de Dinamarca… parece un revoltijo
de un montón de castillos diferentes.

—Eres listo. Me sorprendes…yo no sabía nada de eso.

—Una parte también son observaciones de Maiza.

—Jaja, en ese caso, ¿qué dices si aprovechamos y añadimos algunas tejas y una o dos
gárgolas?

Czes le otorgó a Elmer una sonrisa radiante y comenzó a caminar con cuidado sobre
la pendiente del techo cónico.

Elmer lo vio acercarse y rápidamente se puso de pie en un salto. Un solo paso en falso
y habría caído en picada hasta el suelo, aunque su rostro no mostraba ni una pizca de
preocupación.

—Jejeje, ¡puede que pienses que me tienes acorralado, pero estás muy equivocado!
¿Te crees capaz de perseguirme a mí, Elmer “El Pie de Dios” Albatross?

—¿A dónde vas a correr? —señaló Czes con tranquilidad.

Elmer miró a su alrededor y reflexionó un momento.

—¿Eh?...

No había partes del techo dónde pudiera moverse, incluso si saltaba hacia el punto
más bajo que alcanzaba, seguramente terminaría con más de un hueso roto. Podría ser
inmortal, pero las cosas que duelen siguen doliendo. El sudor caía finamente de su
frente mientras permanecía en su lugar.

—Pues, eeh, si vienes aquí, entonces correré al otro lado del cono.

—¿Y correremos en círculos para siempre?

—¿Qué te parece participar en un experimento que podría sacudir las bases de la


ciencia moderna y averiguamos cuántas veces tenemos que correr alrededor de esto
para convertirnos en mantequilla7?

7
N. de la T. Del cuento “Little Black Sambo” escrito por Helen Bannerman, trata sobre cómo un niño
indio llamado Sambo engaña a cuatro tigres avariciosos a perseguirse unos a otros alrededor de un
árbol hasta que al final acaban convertidos en mantequilla derretida.

- 93 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

—Me niego —respondió Czes rotundamente, mientras que Elmer ladeaba la cabeza
a un lado.

—Pienso que la primera persona que planeó convertir tigres en mantequilla tenía
que ser un genio, ¿no lo crees?

—No necesitas distraerme. No estoy aquí para atraparte. Solo quiero hablar.

Czes se sentó dónde estaba e inclinó su cuerpecito en la pendiente del techo.

—¿Hablar? Se los dijeee, si no pueden agarrarme no—

—No es sobre eso. Es algo personal.

—¿Umm?

Elmer se acercó un poco más, intrigado por la repentina seriedad de Czes.

—De cualquier caso, todavía te gusta subir a lugares altos por la noche, verdad.

Recuerdo que solías ir hasta la cofa8 todas las noches para contemplar las estrellas por
aquel entonces.

—Ah… Aaah… Aaah, de eso se trata. ¿Así es como supiste que estaría aquí? No
esperaba que me encontraran el primer día, sabes. Estaba bastante sorprendido.

—¿Qué, realmente planeabas esconderte por todo un mes?

En lugar de responder, Elmer colocó una mano sobre la pendiente y levantó su


cuerpo en una posición casi vertical, mirando a Czes totalmente.

—Entonces, ¿de qué quieres hablar?

Sabe qué me cuesta mucho iniciar la conversación.

Czes soltó un inquietante suspiro al percatarse de las intenciones de Elmer.

Luego, decidiéndose, sonrió falsamente a Elmer y abrió la boca para hablar.

No obstante, antes de que pudiera decir cualquier cosa, Elmer lo interrumpió.

—No fuerces tus sonrisas. No te queda —dijo tranquilamente.

8
N. de la T. Cofa: plataforma redonda ubicada en lo alto de los palos de un barco que se utiliza como
puesto de vigilancia y para maniobrar desde ellas las velas altas.

- 94 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Czes tomó una bocanada de aire y su rostro comenzó a ensombrecerse.

Un momento después, una expresión extrañamente madura se encontraba sobre sus


facciones. Observó a Elmer con una atmosfera completamente diferente a la anterior.

—Y veo que sigues tan malhumorado como siempre.

—¿Eh? ¿Por qué de repente actúas como un adulto ahora?

—¿Qué?...

La confusión estremeció a Czes. Creyó que Elmer había visto su verdadera naturaleza
y le había advertido que no se escondiera a sí mismo.

—¿No te diste cuenta de mi acto?

—No, bueno, solamente me refería a tu sonrisa falsa, no a tu… ¿eh? ¿Qué? ¿Estabas
fingiendo?

—Veo que el tonto aquí soy yo… —murmuró Czes, bajando su cabeza cansadamente,
al tiempo que Elmer finalmente se daba cuenta de lo que sucedía.

—¡Ah! Ah, es cierto, ya lo capto. Bien, entiendo. Está bien. Déjamelo a mí. Es eso, sí,
no sé cómo no me di cuenta antes. Debí haberme percatado que era extraño que
siguieras comportándote como un niño después de trescientos años. Correcto, lo siento,
perdón por no verlo.

Czes solamente miró al cielo y suspiró ante la astuta respuesta de Elmer. Mientras el
blanco vapor de su aliento se mezclaba en la oscuridad, el inmortal con apariencia de
niño comenzó a decir con tranquilidad.

—Lo raro es que, Maiza no haya mencionado eso ni una sola vez en setenta años
desde que volví a verlo. Tampoco creo que Sylvie o Nile se hayan dado cuenta —Sus
ojos infantiles brillaban con ansiedad—. Tengo una pregunta. ¿Qué somos para ti?

—Colegas.

No dudó ni un instante. La respuesta de Elmer llegó simple y brevemente desde que


salió de la boca de Czes.

Czes abrió los ojos sorprendido y Elmer, avergonzado, buscó otra contestación.

- 95 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

—No, no, no, no, no, no, no, espera, espera, espera, espera, espera, espera. Supongo
que simplemente decir colega así como así suena más falso que infantil viniendo de mí,
no es así. Me gustaría llamarlos amigos, pero son muy maduros y además tienen más de
trescientos, así que… tal vez amigos de fiestas de té o, aguarda, quizá socios,
confidentes… ¿compañeros de trabajo? Camaradas… no, a lo mejor si le doy un toque
latino y digo compadres… grupo… repertorio… miembros del equipo… etcétera.

Incluso dijo etcétera en voz alta…

Por supuesto, Elmer no podía escuchar los pensamientos incrédulos de Czes y


prosiguió mascullando para sí mismo, hasta que aplaudió.

—Es verdad, el término que más se ajusta a nosotros es “cómplices”…

—Claro que no. Qué conclusión tan más tonta —dijo Czes mordazmente,
interrumpiendo a Elmer antes de que pudiera continuar.

—Pero eso fue lo que me dijo Denkuro antes «Tú y Huey seguramente son
cómplices».

—Eso no es algo bueno… aah, no, es mi culpa por hacerte una pregunta seria.

—Vamos, no seas como Maiza. ¿No podrías actuar más como un niño?

Czes gruñó de repente, molesto por las palabras despreocupadas de Elmer.

—Basta. Te lo dije, ya no soy un niño por dentro.

—Así es. Supongo que tienes razón. Aunque honestamente, es un poco espeluznante
escucharte decir eso. Serás un niño por siempre, en otras palabras el único “niño
perdido” en el mundo, así que sonríe como lo haría un niño. La visión de la sonrisa
entusiasmada de un niño hace a otras personas felices. Aunque no estoy seguro si eso
aplica para las personas que odian a los niños, jajajajaja.

—Entonces, quieres decir que mis sentimientos no importan.

—¡No me refería a eso! ¡Todo es por tu bien! Es difícil que un adulto se ría
descaradamente como un niño, pero tú puedes hacerlo, ¿no? Y no solo eso, también
puedes comprar boletos más baratos para el cine, pedir dulce o truco, y tener toda clase
de tratos especiales. Además de que puedes actuar como un adulto cuando te conviene,
qué es justo lo que estás haciendo ahora. Y, como dije anteriormente, con solo sonreír

- 96 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

puedes hacer feliz a las personas que te rodean. Todos sonreirán y luego tú sonreirás
por eso también. ¡Piénsalo, solo haciendo eso estás colmando tu entorno con felicidad!
¡Maldita sea, estoy celoso!

Czes frunció el ceño, incapaz de comprender el punto de Elmer.

—¿De qué diantres hablas?... Y esto es algo que he estado pensando desde hace
tiempo; tu obsesión con las sonrisas me desconcierta. ¿Solamente sonriendo traerás
felicidad a las personas? ¿Qué tan simple eres?

—¡¿Qué?! ¡Una sonrisa es una de las manifestaciones más altas de emoción que los
seres humanos pueden mostrar! ¿No conoces el proverbio asiático «la fortuna llega a
los felices»?

—Un proverbio es solo un proverbio. Además, ¿en qué te basas para jerarquizar las
emociones?

—Favoritismo —dijo Elmer ágilmente. Czes dio un profundo y aquejado suspiro.

—¿Cómo puede alguien tan irracional ser un alquimista?

—Jajaja, no hay forma de que una persona medio racional tratara de crear oro
utilizando los metales básicos.

—Aaaaah, lo dijiste —afirmó Czes sosteniendo su cabeza entra las manos— Acabas
de negar tu propia existencia.

Elmer se echó a reír, tomando asiento junto a él.

—¿No crees que es arrogante de nuestra parte llamarlos metales básicos en primer
lugar? ¿Qué derecho tenemos para forjarlos, fundirlos y hacer todo tipo de cosas con
ellos, para luego darles la espalda y nombrarlos básicos?

Elmer se puso de pie y comenzó a dar vueltas alrededor de Czes, como burlándose
de él. Obviamente se trataba de una acción completamente absurda, pero Elmer parecía
disfrutarlo inmensamente.

—Alrededor del siglo XV, los alquimistas se encontraban divididos en dos facciones.
Un grupo estaba compuesto por personas que investigaban todo lo que podían, aquellos
que sentaron las bases de la ciencia moderna. El otro bando se componía de místicos
que intentaban alcanzar las metas fundamentales de la alquimia. Pienso que somos

- 97 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

parte del segundo. Si no lo fuésemos, de ninguna forma habríamos accedido a que Maiza
convocara a un demonio. Aunque, por el otro lado, puede que Huey y Szilard fueran de
ambas facciones. Lo qué trató de decir es que invocamos a un demonio y nos concedió
la inmortalidad. Creo que es bastante tonto ser racional considerando lo qué hemos
pasado. ¿No crees que ya es hora de que vivamos fieles a nuestros sentimientos?... Así
que sonriamos, Czes.

—¿Fiel a mis sentimientos? Sinceramente, en estos momentos estoy tan frustrado


contigo que estoy a punto de estallar —dijo Czes fríamente, mirando fieramente a Elmer
con los ojos estrechos.

Al percatarse de ello, Elmer dejó de girar. A diferencia de Czes, tenía los ojos abiertos
de par en par.

—¡¿Eh, por qué?! Estar frustrado en una encantadora noche como esta no es bueno
para tu salud. Te quitará años de tu tiempo de vida. Espera. Está bien. Te entiendo, de
acuerdo. Basta. No me mires como si fuera un perro callejero que está decidido a
olfatearte. Muy bien, te escucharé seriamente. Creo que estaba un poco emocionado por
todas las estrellas en el cielo.

—Tú nunca sabes cuándo estar serio… Eso no es lo que me está frustrando. Lo qué
quería preguntarte y lo qué me está frustrando es esa maldita serenidad tuya.

—Jejeje, lo tomaré como un cumplido.

—¡No lo es! ¡Nada de eso iba a ser un cumplido en lo absoluto! Siempre arruinas la
seriedad de los demás de esa forma. Pero, solo por esta ocasión, dame una respuesta
seria.

Elmer sonrió ansiosamente ante la mirada tenaz de Czes y se sentó en silencio.

—Dime, ¿por qué no preguntaste “quién devoró a Szilard”?

Antes de que Elmer pudiera responder, el inmortal aniñado prosiguió.

—¿Cómo pudiste recibirnos tan fácilmente? ¡Podríamos haber venido para atacarte!
¡Incluso coloqué mi mano derecha sobre tu cara, no, tu cabeza! ¡Ni siquiera trataste de
quitártela de encima! ¡No mostraste ni una pizca de miedo; tu expresión ni siquiera
cambió! ¡¿Cómo?! ¿Cómo puedes ser tan ciego al peligro? ¿Acaso creíste que no serías

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

devorado? ¡¿Creías tan firmemente que ninguno de nosotros había cambiado en lo


absoluto a lo largo de los siglos?!

Las palabras de Czes se volvieron más desagradables, mientras Elmer guardaba


silencio.

Cuando Czes recuperó el aliento, Elmer sonrió tímidamente y lo miró directo a los
ojos.

—Lo olvide.

—¿Qué?.......

—No, no, no, pues, acabo de recordar que existía ese tipo de regla. Eso quiere decir
que ese viejo de Szilard murió de esa forma. Lo olvidé por completo.

—¡Te dije que me respondieras seriamente!


La voz de Czes se elevó a un grito; no obstante, la sonrisa de Elmer no menguó en lo
absoluto.

—No, no estoy bromeando. No miento, en verdad lo olvidé.

Czes por fin se rindió. Elmer siempre había sido un mentiroso y un bromista en lo
que a eso se refiere; pero cuando dice «No miento» siempre está siendo honesto.

En otras palabras, si no había cambiado, Elmer realmente había olvidado las


condiciones para devorar a otros inmortales. Czes lo encontraba difícil de creer, es más,
se sentía confundido, como si toda su vida hasta ahora fuera negada.

—Mientes...

—Te estoy diciendo la verdad.

—¡Estás mintiendo! Tú… huiste porque tenías miedo a que te devoraran también,
¿no es así? ¡Por eso te has estado escondiendo en un lugar como este!

Las acusaciones de Czes parecían más una súplica desesperada, pero Elmer
despiadadamente negó con la cabeza.

—No deambulé por el mundo para evitar a Szilard o los demás. Incluso si no hubiera
olvidado las reglas, aun así los habría recibido tal y como lo hice.

—Mientes.

- 99 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

—Te estoy diciendo que no. Sé que ustedes no son así, e incluso si alguno de ustedes
hubiera devorado a Szilard, no tengo la intención de apartarlos.

—¡¿Cómo esperas que crea eso—?!

En el instante en que Czes se puso de pie para mirar desde arriba a Elmer, éste sujetó
su muñeca derecha y situó la palma de la mano en su propia frente. Si Czes pensaba,
solo por un momento, que deseaba devorar, el cuerpo y las memorias de Elmer serían
absorbidos directamente en la mano derecha de Czes.

Sin embargo, quién se encontraba con el sudor frío recorriendo su espalda era Czes,
no Elmer. Luchaba por liberar su mano del agarre de Elmer y arrancarla de su frente,
tenía la palma pegajosa de su propio sudor. Su pulso retumbaba en sus oídos y su
respiración se aceleró en un segundo.

Elmer sonrió confortantemente a Czes.

—¿Me crees ahora?

Czes miró fijamente a ese rostro completamente intrépido y tranquilo por un


momento antes de recuperar su serenidad y desviar la vista; murmurando
misteriosamente bajo su aliento. Sin embargo, su apariencia seguía siendo la de un niño
cuya voz aún no enronquecía, por lo que su despliegue de disgustó ni siquiera tuvo la
mitad del efecto deseado.

—Cómo… ¿Cómo puedes hacer algo como eso? —preguntó Czes de manera
suplicante, mirando hacia abajo a Elmer con los ojos llenos de arrepentimiento y
tristeza—. ¿Cómo puedes hacer estas cosas?… Y no sólo tú, Elmer. Maiza, Begg, Sylvie,
todos ellos me recibieron desde el inicio sin dudarlo. Hubo unos problemas con Nile al
principio, pero incluso él se abrió conmigo ahora. No, no solo conmigo. Todos ellos
abren por completo su corazón a los demás. ¡Todos ellos creen que nadie intentara
devorar a nadie más!

Los ojos de Czes se desviaron al suelo y en silencio negó con la cabeza. Continúo con
una voz débil como si se rindiera.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

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Capítulo 02 AI: TRISTEZA

—Sé que las personas cambian. ¡Y no sólo eso, sino que las personas son
esencialmente malas! ¡Lo sé! Pero, desde hace algún tiempo, no estoy seguro cuando,
comencé a dudarlo. Décadas atrás, fui en tren a Nueva York solo. Tenía la intención de
encontrarme una vez más con Maiza y devorarlo. Sin embargo, en el camino conocí a
otros inmortales. Y no solo ahí; ¡cuando llegué a Nueva York había un montón de
inmortales y no se trataban de las personas que bebieron con nosotros en el barco!
¿Puedes creerlo? Pero ese no es el punto. Lo que me asustó más fue que… ¡todos y cada
uno de ellos eran buenas personas!

Había otros inmortales aparte de ellos.


Esto fue una sorpresa para Elmer, pero no ahondó en el tema. Daba la impresión de
que Czes estaba más conmocionado de lo que aparentaba, puesto que él no se percató
de que acababa de revelar algo importante.

—¿Eso no es algo bueno?

—¡Por supuesto que no! Te dije que sabía mejor que nadie que los seres humanos
son esencialmente malos.

Czes vaciló por un segundo, tomó una decisión, abrió la boca y dijo.

—Devoré a Fermet…

Fermet. Elmer se quedó en silencio. Aunque nunca tuvieron la oportunidad de


conversar, si la memoria no le fallaba, Fermet había sido uno de sus colegas alquimistas
en el barco y el tutor de Czes.

—Fermet me torturó sin parar con la excusa de que eran pruebas necesarias. A pesar
de eso, confíe en él. ¡Pero él continúo lastimándome mucho más!

La inesperada confesión dejó a Elmer sin palabras. El Fermet en su memoria no era


un hombre capaz de hacerle tales cosas a Czes, quien había sido como un hermanito o
un hijo para él.

—¿Pero sabes qué? Confíe en él, confiaba en él aún después de todo lo que me había
hecho, luego, ¡un día trató de devorarme! Luché por mi vida y de repente vi mi mano
derecha sobre su cabeza… ¿Tienes idea del infierno que se abrió ante mí desde
entonces? ¡Lo qué sentí en ese momento cuando descubrí que la persona en quien más
confiaba en realidad estaba repleta de una monstruosa malicia por dentro y la agonía

- 102 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

de tener que mantenerlo dentro de mí! Es por eso que odié al mundo. Decidí que todo
el mundo, incluyéndome a mí, solo era un elemento maligno. Pero por qué, ¡por qué
todos son tan buenos conmigo! Siento que soy la única persona mala en el planeta. Tú y
Maiza, Isaac y Miria, Firo y Ennis y, cómo, por qué, todos son… todos son… Czes bajó la
cabeza, las palabras negándose a salir por más tiempo.

Elmer estuvo en silencio por un buen rato, luego, repentinamente alzó la vista al cielo
y dijo algo tranquilamente, como si hablara consigo mismo.

—Te envidio.
Poco a poco Czes levantó la cabeza.

—En serio lo hago. Mira, Czes. Ya sea que los humanos sean buenos o malos, piénsalo
de esta forma. Digamos que de los seis billones de personas viviendo en el mundo, el
99.9% de ellos son malos. Eso significa que desde que subiste a ese tren, has tenido la
buena suerte de encontrarte con personas del 0.1% restante, ¡una tras otra! ¿Cuáles son
las probabilidades de eso? ¡Es como si el número de la lotería fuera el mismo dos veces
seguidas y tú tienes ambos boletos ganadores! ¡Qué un asteroide chocara con la tierra
y qué un montón de chimpancés escribieran las obras completas de Shakespeare!

El torrente rápido de palabras saliendo de la boca de Elmer provocó que Czes se


sintiera aún más ridículo. El hecho de que comprendía que Elmer no sólo lo consolaba
con palabras vacías sino expresando su opinión honestamente lo hacía todo más
doloroso.

—Yo envidio ese optimismo tuyo…

—Optimista o no, solo estoy diciendo la verdad. Y ya que estamos en ello, quiero
dejar en claro que eres un buen hombre hecho y derecho, así que relájate y disfruta la
vida un poco, Czes.

—No necesito que me consuelen. Simplemente estoy molesto. Nadie más ha


cambiado, pero yo estoy empeorando más y más. Soy el único que cambió. Eso me hace
enojar tanto que no puedo soportarlo.

Tal vez sin nada más que decir, Czes dio media vuelta y se dirigió hacia los asideros
para bajar del techo. Justo cuando se disponía a descender, Elmer le dijo a su espalda.

- 103 -
Capítulo 02 AI: TRISTEZA

—Eres extraño. Si te preocupas tanto por ser una mala persona… entonces porque
simplemente no te conviertes en una buena.

—No es tan sencillo.

—Czes, solo creciste, eso es todo. No cambiaste. Únicamente viste las partes buenas
y malas de este mundo. Eso es algo bueno. Y si aún crees que has cambiado mucho…
entonces vuelve a cambiar. Así como el agua que se congela puede derretirse otra vez,
las personas pueden cambiar cuantas veces quieran.

Elmer rascó su cabeza tímidamente y sonrió.

—Si deseas derretirte una vez más, basta con sentir la calidez que te rodea. Incluso
si no aceptas esa amabilidad, lo menos que puedes hacer es reconocerla, ¿no lo crees?

—No entiendo cómo puedes decir eso con una expresión seria. ¿Por qué debería
importarte si cambio o no?

—Te lo dije. Te ves mejor cuando sonríes como un niño. Y no solo tú. La gran mayoría
de las personas en el mundo nacen para verse mejor cuando sonríen. De modo que, si
quieres sonreír, te ayudaré en lo que pueda. Ah, sin embargo te pido que no esperes que
mate a nadie o me suicide.

Czes se detuvo y miró hacia atrás con el rostro inexpresivo.

—En ese caso, si te digo que saltes del techo ahora mismo, ¿lo harías? Eso no te
mataría.

Elmer no respondió.

—No deberías hacer promesas como esa a la lige—

Czes no fue capaz de terminar.

—Muy bien, lo tengo. Jup.

—¿Eh?

Con un grito absurdo y sin entusiasmo, Elmer desapareció de la vista de Czes.

Cuando Czes se dio cuenta de lo que había pasado, un golpe sordo hizo eco en el suelo.

Un minuto después, hubo un alboroto a medida que Maiza y los demás salían a ver lo
que sucedió.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—¿Elmer? ¡Elmer, despierta!

—¿Qué? ¿Qué haces aquí muerto?

—Umm, qué suerte. Deberíamos atarlo antes de que vuelva a la vida…

Czes alzó la vista al cielo estrellado, escuchando los ruidos de abajo. Una expresión
difícil de interpretar pasó sobre el rostro del niño conforme murmuraba
tranquilamente para sí mismo.

—Lo siento, Elmer… Agradezco el esfuerzo, pero la sonrisa simplemente no sale…

- 105 -
CAPÍTULO 03:
KIDOAIR A K U : JÚBILO
SYLVIE LUMIERE
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Al día siguiente
Nochebuena

En el centro de la habitación más grande del castillo, el comedor, se encontraba una


mesa alargada, actualmente el punto de reunión de los cinco inmortales. En lugar de
comida, cinco vasos de agua fueron colocados a lo largo de la mesa. Aunque no había
alimentos, diversos adornos navideños colgaban de las paredes y la vela encima de la
mesa emitía una luz cautivadora por el salón.

—¡Feeeeeeeeliiiz Naaaavidaaaad!

Se escucharon felicitaciones a través de los pasillos con una extraña entonación


debida, quizás, a la sobrexcitación.

El hombre que lo había dicho se encontraba atado de manos y pies a una silla en la
cabecera de la mesa, mientras que Maiza y el resto estaban sentados alrededor de él.
Capturado a mitad de la noche, el amo del castillo tuvo que pasar el resto de la noche
confinado en su asiento. Pero aun así, en cuanto despertó comenzó a dar órdenes,
transformando el interior del castillo en la viva imagen de las festividades navideñas.

Se preguntaban por qué tenían que hacer este tipo de cosas, pero una vez que las
niñas viviendo en el castillo empezaron a trabajar en silencio, no tuvieron más opción
que ponerse manos a la obra y ayudar también.

—Feliz Navidad, mi trasero —masculló Sylvie con fastidio mientras resoplaba—. No


puedo creer que saltarás del techo cuando Czes te encontró… ¿No piensas que es un
poco estúpido, incluso considerando que eres inmortal?

—¡No hay extremos para la estupidez! Puedes afirmar que todas las cosas que han
excedido sus límites también son—

—Digo esto: no quiero escucharlo.

—¡Oh, vamos!

Mientras Elmer discutía amistosamente con sus compañeros, Czes guardaba silencio.
Al final, Elmer no reveló los detalles de su conversación con él a los demás,
encubriéndolo al decir que había tomado la decisión de saltar por su propia cuenta. Para
Czes, Elmer estaba cubriendo sus pecados, incluso consideró revelar lo que había

- 107 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

sucedido a los otros, pero mientras titubeaba, congelado en su asiento, la situación se


desarrolló sin él.

—No importa qué te llevó a caer del techo, está bien mientras tú y Czes sepan lo que
sucedió.

Maiza parecía notar que algo había pasado entre ellos dos, pero lucía poco dispuesto
a intervenir. Pensándolo bien, Sylvie y Nile, de igual forma, no se dignaron a preguntar
qué había ocurrido en el techo.

Tal vez todos ya sabían y lo estaban protegiendo al pretender no darse cuenta.

Pero eso es meterse en mis asuntos más que cualquier otra cosa…

Sin embargo, el mismo Czes no estaba demasiado ansioso como para asegurarse, por
lo que mantuvo la boca cerrada. En silencio, recordó lo que había pasado en la oscuridad
de la noche. Todo en lo que podía pensar era en la imagen de su mano derecha sobre la
cabeza de Elmer.

¿Puedo confiar tanto en alguien más?...

La pregunta surgió de repente en su mente y Czes solo pudo sacudir la cabeza. Si se


tratara de Maiza… o de sus nuevos amigos en Nueva York, Isaac y Miria, o la mujer que
lo había acogido y actuaba como su hermana mayor, Ennis, entonces no le importaría si
colocaban sus manos sobre su cabeza. No obstante, en lo que concierne a ofrecer
intencionadamente su cabeza, por voluntad propia… eso, no sabría decirlo.

Entonces, tomando esto en cuenta, ¿cómo pudo Elmer comportarse de tal forma
hacia una persona que veía por primera vez en casi tres siglos? Czes había pensado en
eso toda la noche. Sería fácil decir que Elmer era un simplón; no obstante, la atmósfera
que lo rodeaba era diferente de las otras personas. Por ejemplo, Isaac y Miria, la tonta
pareja viviendo en Nueva York, no dudarían en sonreír y poner sus cabezas al frente si
se lo pidiera, confiarían en él sin pensárselo dos veces.

Sin embargo, el hombre conocido como Elmer era infinitamente calculador. Quería
hacer sonreír a las personas, no por un impulso natural, si no con una meta sólida y
egoísta en mente. Aquellos planes bien podrían ser defectuosos, pero, a pesar de todo,
Czes estaba completamente desconcertado.

- 108 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

¿Qué lo había hecho de tal forma? ¿Qué le impidió a Czes pensar en devorar a Elmer?

Y mientras se debatía con tales preguntas, Elmer de pronto entabló una conversación
con él.

—No estés tan deprimido, Czes. Declaro que ahora es el turno para que las sonrisas
dominen el mundo. En otras palabras, eh, los que frunzan el ceño van a morir. Piensa en
un rey demonio que acaba de conquistar el mundo. Él está sonriendo de oreja a oreja,
¿verdad? No está sonriendo porque conquistó el mundo, gracias a que estaba sonriendo
conquistó el mundo. En ese caso, lo qué tenemos que hacer en estos momentos es
sonreír antes de que él lo haga, y alimentar a las personas hambrientas del mundo para
que ellos puedan sonreír también…

Tal vez sería mejor no entenderlo…

Entretanto Czes se desesperaba, Nile se bamboleó arrogantemente y fue directo al


grano.

—No es el momento para dar otro de tus discursitos, Elmer. Ahora que lo pienso, tú
eres el rey demonio para los aldeanos de todas formas. Digo esto: tienes que mantener
tu promesa. Pues bien, habla.

—Nile tiene razón, Elmer. Cuando le preguntamos a una de las chicas ayer, dijo que
había sido secuestrada de la aldea como sacrificio humano. No quisieron entrar en
detalles, pero… exactamente, ¿qué está sucediendo? No parece que hayas usado la
violencia, pero dependiendo de tu respuesta las consecuencias podrían ser muy
severas.

Por primera vez, la risa abandonó las facciones de Maiza, no obstante, Elmer se limitó
a sonreír en la cara de esa mirada contundente.

—Secuestradas, ¿eh? Eso tiene una connotación negativa, ¿no lo creen? Todo lo que
pasó es que los aldeanos las ofrecieron cuando les pedí sacrificios humanos.

—Es lo mismo.
—No, no lo es. Verán…

Elmer sacudió la cabeza como si les indicara que iba a ser una larga historia y, con un
suspiro, comenzó a explicar lo que había sucedido.

- 109 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

El relato de cómo un demonio había llegado a la aldea.

—Pues bien, por dónde debería empezar… Cierto. Todo inició cuando fui asesinado
en la aldea.


Diciembre, hace tres años

Cuando Elmer descubrió la aldea, una chica se encontraba de pie delante de él.

Su comportamiento, humilde hasta el punto de la sumisión, despertó su curiosidad,


pero dejó eso a un lado y permitió que ella le mostrara los alrededores.

Los aldeanos no se presentaron ante él, todas las casas se encontraban en silencio
con las puertas firmemente cerradas. Únicamente las diversas miradas provenientes de
las sombras de las ventanas permanecían insistentemente fijas sobre él.

—Uff, vaya, vaya-vaya-vaya. Puedo sentir las miradas hambrientas de los animales
salvajes atentas en mi espalda. Esto es incómodo. ¿A esto se refieren cuando dicen que
es difícil ser popular? O quizás los marcianos están planeando abducirme… Digo, ¿crees
que ser popular con los marcianos signifique que soy universalmente atractivo?

Guiado por la niña, Elmer caminó, hablando sin parar, hasta una choza solitaria a las
afueras de la aldea.

—Caramba, ¿es aquí? ¿En serio?

Se trataba de una vieja cabaña, la cual no se podría describir como aceptable en


ningún sentido de la palabra. Parecía que una buena nevisca la derrumbaría. Una de las
puertas se había caído por completo, eso combinado con las ventanas rotas hacía
incierto que incluso pudiera cubrir del frío.

—Supongo que tiene sentido… No parece que nadie esté viviendo aquí. No, perdona
si sueno malagradecido. Después de todo, te tomaste la molestia de ayudarme. Y dije
que todo lo que esperaba era algún lugar donde encontrar refugio del viento y la lluvia.
Cierto, creo que me quedaré aquí, como un signo de respeto por tus esfuerzos. Te lo
pagaré mañana cuando te cuente todo sobre Navidad, así que solo espera.

- 110 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Dicho eso, Elmer trató de separarse de la niña; pero, por algún motivo, ella lo siguió
adentro.

—¿Umm? Ah, estoy bien. Me las arreglaré solo, así que puedes ir a casa —dijo Elmer
sonriendo, pero la cara de la chica estaba nublada con incertidumbre cuando contestó.

—Esta… es mi casa…

—¿Umm?

Con la sonrisa todavía fija firmemente sobre su rostro, miró alrededor del oscuro
interior una vez más.

Y lentamente, la sonrisa se deslizó de sus facciones.

Dentro de la choza, la cual de ningún modo se podría considerar apropiada para la


ocupación humana, un puñado de niñas lo miraban fijamente sentadas.

Todas vestían burdamente, e igual que él, se encontraban totalmente inexpresivas.


Se veían muy parecidas, como si fueran hermanas.

Mientras Elmer permanecía inmóvil, atónito, una de las niñas, quien lo había guiado
hasta ahí, cautelosamente abrió la boca.

—Creo que… una persona más será manejable, de algún modo… si está muy
apretado, dormiré afuera…


En el presente

—No, verán, estaba totalmente estupefacto. Si hubiera sido un grupo de hermosas


mujeres, habría estado encantado al descubrir semejante harén; pero, vamos, no
esperaran que le ponga un dedo encima a chicas que no parecen ni de quince años,
¿verdad? Pues, no, escuché que ese tipo de cosas es muy popular en los mangas de
Japón, pero es algo traumático verlo en la vida real.

- 111 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

Todavía amarrado a su silla, Elmer habló por horas y horas sobre su pasado. Era
difícil de creer, pero Maiza y compañía habían visto a las niñas que se parecían entre
ellas, por lo que decidieron seguir escuchando.

—¿Qué fue lo que hiciste entonces?

—Cierto. Me dije a mí mismo que tenían que ser hermanas que habían perdido a sus
padres, o tal vez estaban siendo intimidadas por los jóvenes de la aldea, así que me
contuve de preguntar al respecto. Di un paseo por la aldea al día siguiente pero ninguno
de los ciudadanos se mostró ante mí. Sabía que me observaban desde lejos, pero cuando
traté de ir a hablar con ellos, salieron corriendo. Así que simplemente los ignoré y
busqué un lugar mejor para que las niñas vivieran. Y fue así como encontré este viejo
castillo. Escuché que los aldeanos no vienen aquí porque piensan que hay un monstruo,
pero busqué en los alrededores y no vi nada. Entonces limpié este lugar y ahora todos
vivimos aquí.

—Puedo entender eso. No obstante, ¿por qué has sido etiquetado como un
monstruo?

Elmer sonrió descaradamente.

—Solamente quería decorar un poco este lugar para Navidad, en vista de que se
trataba de un auténtico castillo en medio de la nieve, ¿saben? Las niñas me ayudaron y
logramos decorar todo el lugar en una noche. No teníamos papeles de colores ni nada,
así que tuvimos que usar varas y piedras, pero… Bueno, de cualquier modo, a la mañana
siguiente todos los aldeanos llegaron corriendo al castillo, era Navidad. Pensé que
finalmente habían decidido contactarme. De hecho, esperaba tener una linda y pequeña
fiesta de Navidad para hacer amistad con ellos, pero ¡todos traían armas! ¡Querían que
me fuera de la aldea inmediatamente! Intenté proteger a las niñas pero me excedían en
número, me enfrentaba a docenas de azadones y hoces. ¡Qué situación tan
desesperada!... ¿Qué dicen? ¿No están al borde de sus asientos todavía?

—Por favor dime que no estás inventando esto…


—No me veas como si fuera un mitómano. No, no, estoy diciendo la verdad,
honestamente… Bueno, de cualquier modo, para no hacer el cuento largo terminé
muriendo una vez.

- 112 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Los ojos de Sylvie se abrieron de par en par.

—¿Qué?... ¿Cómo?

—Digamos que me quejé un poco y luego ese alcalde, Dez, de pronto me dio un buen
porrazo en la cabeza. Y no solo eso…

—Vieron cómo te regenerabas… —Maiza terminó la frase por él con tranquilidad.

Debe haber dado en el blanco, pues Elmer desvió la mirada mientras continuaba.

—Cuando volví en mí, había una estaca de madera clavada en mi corazón. No tienen
idea cómo duele. Sinceramente, me sentí un poco mal por los vampiros en ese momento.

—Te comprendo. Las heridas en el corazón duelen como ninguna otra —dijo Czes
inesperadamente, recordando algo, luego tiritó como si le hubiera caído un balde de
agua fría.

—Pues… una vez que saqué la estaca, me recuperé en un rato, y… puesto que al final
nadie había muerto, decidí aclarar cualquier malentendido que pudiera haber surgido
y regresé a la aldea.

—¿Qué?

—Esos aldeanos se veían tremendamente asustados. No sé cómo explicarles lo


divertido que fue. Una mujer vendiendo fruta en la calle principal se desmayó en cuanto
me vio… A final de cuentas los aldeanos volvieron a rodearme y esta vez me quemaron
vivo. Salí corriendo con mi último aliento, aún en llamas logré saltar a una colina con
mucha nieve y apagué el fuego, pero mi cuerpo no dejó de rodar y acabé enterrado en
la nieve. Ah, a pesar de eso, la nieve me ocultó de modo que todo resultó bien. —Silencio
estupefacto—. El sol salió y brilló sobre mí. Cuando la nieve se derritió y recuperé el
conocimiento, ¡me di cuenta de que la parte inferior de mi cuerpo estaba totalmente
congelado! Me llevó un día completo regresar al castillo, sin embargo, puesto que al final
nadie había muerto, decidí aclarar cualquier malentendido que pudiera haber surgido
y regresé a la aldea al día siguiente.

—¿Uh? —interrumpió Sylvie en un descuido, parecía que deseaba preguntarle algo.


No obstante, Elmer la ignoró y continúo hablando.

- 113 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

—Esos aldeanos se veían tremendamente asustados. No sé cómo explicarles lo


divertido que fue. Una mujer vendiendo fruta en la calle principal gritó y se fue
corriendo… A final de cuentas los aldeanos volvieron a rodearme, me ataron y lanzaron
al río. Aah… Finalmente acabé en la orilla del río y caminé por el bosque, de regreso a la
aldea. Puesto que al final nadie había muerto, decidí aclarar cualquier malentendido
que pudiera haber surgido y. —Quizá sintiendo la atmósfera alrededor de él, Elmer
tosió discretamente y adelantó la historia—. Como sea, continúe haciendo eso día tras
día.

—Digo esto: eres un tonto.

—No te burles abiertamente de mí, Nile. Simplemente pensé que si los veía una y otra
vez con una cara sonriente, sin importar cuantas veces me mataran, eventualmente se
darían cuenta de que no les haría daño.

—Si yo fuera tú, me habría ido enseguida.

Nile dijo lo obvio, pero Elmer negó con la cabeza en silencio.

—Verás, no había alcanzado mi objetivo… Umm, supongo que les explicaré eso
después. Comoquiera, planeaba mantener el rumbo… pero entonces vi que la niña que
me mostró su casa el primer día tenía un corte grave en su rostro… Cuando le pregunté
al respecto, me dijo que el alcalde la había golpeado. Pues bien, eso realmente me sacó
de mis casillas… así que decidí jugarles unas cuantas travesuras a los aldeanos. Cuando
les enseñé unos truquitos que aprendí cuando estafaba gente con la alquimia,
comenzaron a tratarme completamente diferente, como un rey demonio o algo
parecido.

Sylvie había estado bastante callada hasta entonces y ahora por fin abría la boca.

—Sí… Las personas de esta aldea tampoco son normales. No los lastimaste, pero aun
así insistieron en verte como un enemigo…

—No hay nada extraño. Dicen que Europa durante la época de la caza de brujas era
mucho peor. Es cierto que había inquisidores que hacían cualquier cosa por dinero y
otros que se inventaban brujas solo para regocijarse con el dolor de los demás, pero
en general la mentalidad de las masas era muy mala. —Elmer se rio fuerte, aunque el
tema de su plática no era gracioso en lo absoluto—. Ustedes no entienden que tan

- 114 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

temibles pueden ser las personas normales. Sencillamente no pueden ver el horror
que cualquier Juan Pérez de la calle puede causar. —La sonrisa de Elmer se agrandó
aún más cuando recordó las cosas por las que había pasado—. Los seres humanos se
vuelven salvajes cuando son superados por su propia codicia. Pero la mayoría de ellos
pueden auto-controlarse. Ellos son los que consideramos la gente normal. Pero, ¿qué
piensan que provocaría una reacción salvaje en las personas normales, incluso más
que la codicia? Les diré la respuesta. Es el miedo.

—Umm, no puedo decir que lo comprendo del todo, pero sí entiendo.

El hombre enmascarado asintió y Elmer hizo lo mismo en silencio.

—Las personas usan su propio miedo como un pretexto para ejercer su fuerza. Para
protegerse a sí mismos. Es algo que puedes hacer si te encuentras en una horda de gente
aterrada. Aunque debo decir, estar en el lado que recibe golpes es muy molesto, jajaja.
—Elmer tomó un momento para recobrar el aliento, después continuó la historia desde
otro ángulo—. Cambiemos de tema. Les dije a los aldeanos que me trajeran un sacrificio
humano cada año. Era una broma, por supuesto, pero creo que se lo tomaron en serio,
porque en verdad me enviaron una chica. Y me obligaron a pedir suficiente comida
como para alimentarla. Pensé que era una demanda bastante justa, considerando
cuanto habían abusada de ella los aldeanos.

—La comida es una cosa, pero todavía hay un problema... Por ahora ignoraremos el
asunto de tus travesuras. Todo lo que queremos saber es la naturaleza de estas chicas-

Justo cuando Maiza estaba preparado para ir al grano, el cuerpo de Elmer soltó una
serie de pequeños traqueteos.

Como el resto de ellos, Elmer se quedó observando con los ojos bien abiertos…

—Hablando de travesuras, les mostré algo como esto, ¡muajajajajaja!

Repentinamente surgió humo en oleadas del cuerpo de Elmer.

Se arrojó hacia atrás y desapareció en la cortina de humo, aun riéndose. Nile se


apresuró a sujetar la silla, pero todo lo que quedó fueron algunas cuerdas sueltas y una
lata de gas.

- 115 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

—Acaso el ruido de hace rato…

—Umm, parece que se dislocó sus articulaciones. Umm… que hombre tan
impredecible.

La voz de Elmer se escuchó desde el techo, como si se burlara de ellos cuatro.

—¡No se preocupen! Incluso si no pueden atraparme… ¡En febrero! Todo será


revelado en febrero, así que…


26 de diciembre de 2001, por la mañana
En el viejo castillo

El cielo era claro y alarmantemente azul, el aire estaba mordazmente frío.

El castillo no se veía tan grande por fuera, pero una vez que estuvo dentro, Sylvie
rápidamente se dio cuenta de que era bastante extenso. Sostenía un adorno de Año
Nuevo en su mano mientras veía alrededor y suspiró profundamente.

—¿Qué es lo que va a pasar en febrero de todas formas?

Eso denotaba que tenía que pasar los siguientes treinta y cinco días en el castillo. Era
un duro castigo para una mujer que siempre había disfrutado de los frutos de la
civilización.

¿Cuántos años habían pasado desde que estuvo en un lugar sin regaderas, ni
televisión, ni siquiera una o dos revistas?

Ahora que lo pensaba un poco, cosas raras habían pasado una tras otra desde que se
internaron en el bosque. Una aldea aislada. Niñas montando a caballo. Un castillo
construido de modo extraño. Un viejo amigo que ahora gobernaba como un demonio.

Y aldeanos que le temían más de lo normal.

Comparado al año pasado, cuando ella celebró el final del primer año del siglo XXI,
esta aldea se asemejaba más a un mundo de fantasía que uno encontraría en un libro o
una película.

- 116 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Honestamente… siento que este lugar se quedó estancado en el tiempo un siglo


atrás… no, incluso más atrás que eso —murmuró Sylvie para sí misma, mirando
nuevamente el adorno en su mano.

Las decoraciones que Elmer había preparado fueron exquisitamente elaboradas,


recreando los adornos de las celebraciones de Año Nuevo de todo el mundo. Los
pusieron dónde las niñas les indicaron; ellas transferían las demandas de Elmer, como
si estuvieran comunicándose constantemente con él.

No obstante, las niñas no parecían inclinadas a contar cosas sobre ellas mismas. La
primera noche cuando llegaron, Maiza les dijo que podían regresar a la aldea si querían
y que él le explicaría la situación a Elmer, pero las chicas meramente negaron con la
cabeza.

Ahora que lo pienso, ni siquiera sabemos sus nombres.

Tras percatarse que no conocía los nombres de las niñas con las que había estado
viviendo por un mes, Sylvie decidió que se acercaría más a ellas. Quería conversar con
ellas de inmediato, pero no se presentó la oportunidad.

Cuando estaba a punto de recibir el medio día ella sola, poseída por una extraña
sensación de pérdida, un evento inesperado surgió por sí solo.

—Umm… El amo Elmer dice que si el agua hervida del río es suficiente para usted, él
puede prepararle un baño…

Alguien le habló de repente a Sylvie mientras estaba de pie frente a la puerta


inspeccionando un adorno kadomatsu 9 japonés. Dio medio vuelta y vio a una de las
niñas “sacrificio” bajo la luz de una ventana abierta, mirando tímidamente alrededor.

—Dile que venga y me lo diga él mismo.

—Ah, sí, discúlpeme…

—¿Por qué te disculpas? Y no tienes que llamar a alguien como Elmer «amo». Eso
también se aplica a otras personas.

9
N. de la T. Kadomatsu: literalmente significa “puerta de pino”, se trata de un adorno tradicional
japonés de Año Nuevo, se colocan en pares frente a las casas para dar la bienvenida a los espíritus
ancestrales o a los dioses de la cosecha.

- 117 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

Sylvie le regaló una sonrisa cálida y se acercó a ella, agachándose hasta quedar a la
altura de los ojos de la niña. Inclinó ligeramente su cabeza y dijo:

—Soy Sylvie. Sylvie Lumiere. Si te parece bien, ¿podrías decirme tu nombre?

La niña parecía algo sorprendida, pero la sonrisa de Sylvie la tranquilizó, después de


un rato abrió la boca vacilando.

—Yo… Mi nombre es Phil…

—¿De verdad? ¡Gracias, Phil! No tienes que hablar tan formal conmigo, sabes. Solo
dime Sylvie.

De pronto, Sylvie se dio cuenta de algo. Debería haberlo notado en el instante en que
conoció a Phil, pero había estado muy distraída por la extraña atmosfera de toda la
aldea para verlo.

—Tú… ¿hablas español?

—S-sí. El amo Elmer dijo hace mucho que podría necesitarlo…

Sylvie escuchó atentamente. Aunque la modulación en la voz de Phil era un tanto


peculiar, no tenía problemas en entender a la niña. Elmer definitivamente les había
enseñado con algún tipo de propósito en mente.

—No estará intentando llevárselas de este lugar, ¿verdad? —Pero incluso mientras
lo decía, se percató de que si era cierto lo que había mencionado Elmer antes, existía un
gran posibilidad de que estas niñas fueran abusadas en la aldea. En ese caso, alejarlas
no era necesariamente algo malo—. Supongo que depende de ustedes, niñas.

—¿Perdón?

—Ah, umm, no es nada. Solo hablaba conmigo misma.

Sylvie ladeó la cabeza hacia un lado tranquilamente y miró a Phil.

Phil desvió su vista, insegura de dónde colocarla… y sin demorarse masculló:


—Con permiso. —Trató de alejarse, pero Sylvie caminó junto a ella, igualando los
pasos de Phil—. Umm… Qué…

—Esta es una relación, ¿no es así? Quiero saber un poco más sobre ti. ¿Qué dices si
damos un pequeño paseo por el patio?

- 118 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

La niña se detuvo y permaneció inmóvil en silencio. Era una falta de movimiento poco
natural para una simple indecisión, pero pronto levantó su cabeza e inexpresiva miró a
Sylvie.

—Muy bien. Acabo de recibir permiso del amo Elmer.

¿Acaba?...

Incapaz de entender el significado de lo que había dicho Phil, Sylvie estuvo un


momento aturdida, pero decidió que la niña probablemente tuvo un error gramatical
debido a su dominio incompleto del idioma y no le dio mayor importancia.

Nunca se hubiera imaginado que esa extraña declaración en realidad había revelado
la verdadera naturaleza de Phil…


Horas antes
En la casa del alcalde

—Regresaré pronto, padre —dijo el hijo del alcalde. El sol apenas comenzaba a salir
desde el lado sur de la aldea.

—Haz lo que quieras —contestó Dez roncamente. Dispuesto sobre la mesa frente a
él estaban los restos del desayuno y un vaso lleno de agua.

Unas cuantas personas más también se encontraban en la casa del alcalde, se


trataban de las figuras importantes de la aldea que habían estado en la reunión pasada.
Eran llamados importantes, pero en realidad no poseían posiciones especiales; la única
diferencia estaba en que sus opiniones tenían más peso que lo normal.

Al contrario del alcalde, estos hombres observaron a Felt con ojos preocupados
mientras daba zancadas hacia la puerta. Cuando sujetó el picaporte, un hombre que
parecía ser el mayor entre ellos de repente habló.

—¿Estás realmente decidido a ir?

—Estarán en guardia si nos movemos todos juntos. Y solo queremos averiguar lo que
están haciendo, será mejor si solo voy yo a explorar.

- 119 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

—Aun así, eres el hijo del alcalde. Tú no deberías hacer esto.

—Si no lo hago yo, entonces ¿quién? Nadie más irá voluntariamente. Y puesto que
soy el hijo del alcalde, si me descubren al menos puedo tratar de negociar.

—Sí, es cierto que eres más valiente que nosotros…

—Dejen que se largue —dijo Dez inesperadamente desde su asiento en la mesa,


desechando las preocupaciones de los aldeanos.

—¡No tienes por qué decirlo así!

—El único motivo por el que tu hijo va en primer lugar es porque tú no puedes hacer
nada.

Todas las personas en la habitación alzaron sus voces en protesta; sin embargo, la
respuesta del alcalde fue fría y concisa.

—En ese caso, ¿por qué no van en su lugar?

—Uhh…

—Basta, padre… —declaró Felt saliendo de la casa e internándose en el frío.

Los aldeanos lo siguieron afuera, murmurando para sí mismos y lanzando miradas


de soslayo a Dez mientras se iban.

—Qué chico tan bueno…

—Desde que murió su esposa se volvió un hombre diferente…

—Ni siquiera puede limpiar sus propios platos sin ayuda de su hijo…

—Me da lástima el joven Felt…

Dez echó hacia atrás el vaso con agua y bufó, ignorando los comentarios despectivos
de los aldeanos.

—Hmph.

Confirmando que estaba solo, Dez se permitió una sonrisilla maliciosa. Levantó la
vista al techo con la mirada desenfocada y rio satisfecho.

Su expresión, su sonrisa que era absolutamente fría y carente de humor, provocaría


que cualquier espectador se paralizara del miedo o sintiera náuseas.

- 120 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Cualquier espectador, eso es, excepto un adicto a las sonrisas, el hombre al que los
aldeanos temían como un demonio.


Es de mañana.

Hoy será un día muy ocupado.

Al menos eso anticipo.

Debo bajar los adornos navideños y comenzar las preparaciones para la celebración de
Año Nuevo.

Sin embargo, el día de hoy es diferente. Hay personas.

Personas de “afuera” del bosque. Creo que son viejos amigos del amo Elmer.

Ellos me tratan amablemente. Al principio, eso por sí solo fue doloroso.

Pero ahora las cosas son un poco diferentes. Porque he decidido tener esperanza en que
tal vez pueda irme junto con ellos.

Probablemente sea traicionada por este deseo. No obstante, al menos puedo aferrarme a
este sueño hasta que llegue el momento.

Estoy acostumbrada al dolor. Incluso si se van de este bosque, simplemente regresaría a


la normalidad. A los primeros días, a los días monótonos. A los días en que vivía despojada
de sueños y esperanzas, hundida en una ciénaga de olvido hasta que pierda, poco a poco, la
habilidad para pensar…

Detengo mi reflexión, mi estado de ánimo empeora.

Decido concentrarme completamente en las preparaciones para el Año Nuevo.

Estos adornos de kadomatsu son los que usamos el año pasado…se supone que
normalmente están hechos con plantas llamadas “bambú” y “pino”, pero esas plantas no
crecen en este país. El amo Elmer dijo que un día me enseñaría unos auténticos, pero eso
probablemente es imposible.

El recuerdo más antiguo en mi memoria vuelve a la vida.

- 121 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

Un lugar que no es aquí; muy probablemente un lugar cercano a dónde “nacía de nuevo”
una y otra vez.

En una habitación con paredes y piso que no son de piedra ni madera; el hombre acaricia
mi cabeza mientras habla.

«…Este bosque es tu frasco y tu matraz. Ustedes son seres que no pueden


vivir en el exterior…»

Aaah, dolorosamente por fin entiendo lo que quería decir.

No importa cuánto lo sueñe, cuánto lo desee, al final nosotras…

—Oye.

De repente escucho una voz y doy la vuelta.

El amo Felt está de pie frente a mí, delante de la choza a las afueras de la aldea.

—Ah…

—Voy a ir al castillo ahora —dice el amo Felt y me mira a los ojos, inexpresivo—. ¿Qué
debería hacer? Para ti, los amigos de ese demonio son —Se detiene a mitad de la frase y baja
la vista—. Perdón, no es nada —Tal vez el amo Felt se percata de que estoy perpleja, ya que
esconde su rostro con las manos y desvía la mirada mientras habla—. Está bien. Puede que
haya dicho lo que dije anteayer, pero… me aseguraré de que no tengas que convertirte en un
sacrificio humano.

—Ah…

Estoy más confundida que antes. ¿De qué está hablando este hombre?

—A la fecha nos hemos arrodillado y cumplido con todo lo que el demonio pedía, pero te
diré una cosa, lo obligaremos a salir de este bosque antes de que llegue febrero; antes de que
tengas que ser ofrecida como un sacrificio. Y luego, pues… No podía hacer nada hasta ahora
debido a mi padre, pero en cuanto nos encarguemos de ese demonio creo que seré capaz de
armarme de valor. Me esforzaré para que los aldeanos ya no las atormenten.

El amo Felt asiente con los ojos llenos de convicción. No sé qué hacer.

Por demonio debe referirse al amo Elmer y sus amigos. Obligarlos a irse conduciría a la
destrucción instantánea de mi deseo. Sin embargo, las palabras que el amo Felt acaba de
pronunciar son más que suficientes para reemplazar ese sueño.

- 122 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Nos veremos de nuevo —dice el amo Felt mientras se va.

¿Qué debería hacer?... ¿Debo esperar el resultado y dejarme llevar por las cosas que me
rodean? ¿O debo de hacer algo al respecto? Si lo hago, ¿qué debería tratar de hacer?

Ah, la duda corroe mi mente. Si solo, si solo, ahora mismo… si el amo Felt hubiera
sonreído solo un poco, si él me hubiera regalado una sonrisa desinteresada como el amo
Elmer, entonces, tal vez podría haber sido capaz de encontrar una diminuta porción de
esperanza en esta aldea.

Empleando esos tontos pensamientos como una excusa, me encuentro a mí misma


permitiéndome ser atrapada por la corriente nuevamente.

Pero, a decir verdad… También quisiera sonreír.

Ahora mismo, no puedo sonreír genuinamente. Ni siquiera puedo forzar una falsa, porque
sentiría que estoy traicionando al amo Elmer. No puedo engañarme a mí misma.

Una vez más dejo de pensar… y me concentro únicamente en atender los adornos de
kadomatsu a la entrada del castillo.


Por la tarde
En el jardín del castillo

Sylvie y Phil paseaban por el jardín, disfrutando del claro cielo azul. La luz del sol
estaba muy brillante, pese a eso aún se encontraban en invierno, y a manera de prueba
sus exhalaciones eran blancas en el frío aire.

El jardín estaba bastante bien cuidado, probablemente gracias a Elmer, y había una
especie de camino desordenado y aleatorio que conducía de la puerta principal al
interior del castillo.

Sylvie interrogó a Phil con muchas preguntas mientras caminaban. Quería aprender
un poco más, cualquier cosa sobre los objetivos de ella o de Elmer, no obstante todos
sus esfuerzos resultaron en vano. Parecía que a Phil no le gustaba hablar sobre ella

- 123 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

misma en lo absoluto, contestando a todas y cada una de las preguntas con: o una
expresión incómoda y un asentimiento de cabeza, o un simple «Discúlpeme, no lo sé».
Era como si ella verdaderamente ignorara quién era, más que no desear responder.

No quería que pareciera como si estuviera interrogando a la niña, por lo que Sylvie
trató de entablar una pequeña conversación con Phil, pero, de igual forma, ella se
rehusaba a dirigir la conversación.

Durante todo el paseo, Phil dijo una sola cosa, casi al final de su caminata, que
permaneció en la mente de Sylvie.

Fue cuando Sylvie sacó a colación sobre las demás chicas viviendo en el castillo.

—Es verdad. Las otras niñas… todas se parecen mucho a ti. ¿Son hermanas?

Sylvie lo mencionó de paso; no obstante, tras escuchar esta pregunta, Phil parecía
aún más indecisa de lo que estuvo en todo el día. Ella se detuvo por un momento como
pensando en qué decir y luego, en silencio, abrió la boca.

—Um… No estoy segura, pero… Yo soy la única viviendo en el castillo.

—¿Qué?

¿Qué había querido decir? Confundida, Sylvie empezó a ahondar en el tema… pero se
detuvo de inmediato.

Había una pequeña sombra moviéndose en la esquina del jardín.

Sin embargo, en lugar de verla, Sylvie sonrió a la niña como siempre y murmuró en
su oreja.

—Phil, el viento se ha vuelto más fuerte. ¿Qué dices si regresamos adentro?

—Sí.
Phil obedientemente aceptó, tal vez sin darse cuenta de la sombra.

Las dos volvieron al interior del castillo sin mirar dos veces el jardín.

Dejando atrás a la sombra en el frío invernal.


—Umm, y pensar que aquí habría una entrada a un túnel subterráneo.

- 124 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Parece una especie de ruta de escape. No esperaba que hubiera algo así en el
castillo.

Nile y Maiza exploraron el castillo exhaustivamente, descubriendo en el proceso un


conjunto de escaleras en lo que lucía como el estudio del castillo. En realidad,
difícilmente se podría llamar un estudio; era una pequeña habitación repleta de
estantes para libros, aunque los libros en sí casi se habían podrido. Aunque, gracias a
eso, descubrieron fácilmente el dispositivo que movía los estantes.

—Bajemos.

—Espera un momento. Primero, veamos qué tipo de libros hay aquí.

Maiza detuvo a Nile e investigaron los pocos escritos restantes. Esos libros también
estaban prácticamente destruidos por los años, pero se las arreglaron para distinguir
las letras sobre las hojas…e intercambiaron miradas.

—Esto me resulta muy familiar…

—Digo esto: concuerdo.

Todo apuntaba a que el libro que Maiza había tomado se trataba de…no, era
imposible. Observó el título de los libros a su alrededor y dio su certera opinión.

—La mayoría de estos libros…tratan sobre alquimia, en concreto…

Después de oír la conclusión de Maiza, los ojos de Nile, ocultos en la profundidad de


su máscara, brillaron con tranquilidad.


Me han visto…

Felt contuvo el aliento desde su lugar en la oscuridad del jardín, tenía las palmas de
sus manos resbalosas con sudor.

Fue capaz de entrar furtivamente al jardín gracias a que la puerta principal se


encontraba abierta de par en par, pero inmediatamente después una de las chicas, que
se suponía había sido dada como sacrificio, salió al jardín acompañada de la mujer
forastera, que había llegado a la aldea hacía poco.

- 125 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

Se escondió detrás de un árbol junto al pilar de la entrada, pero las dos se acercaron
a él lentamente, absortas en su conversación. Felt decidió que si permanecía en donde
estaba lo descubrirían; cuando el par vio en otra dirección, usó ese breve lapso de
tiempo para lanzarse atrás de otro árbol en la esquina del jardín.

Sin embargo, cuando asomó la cabeza para ver lo que estaba sucediendo, las dos
habían dejado de caminar y luego de hablar un poco más, se dieron la vuelta y
regresaron al castillo.

Tal vez lo habían visto e iban a llamar a sus compañeros.

Ansioso, Felt se detuvo en seco, esperando a ver qué sucedía.

—Oye… este lugar se ha vuelto más fantasioso que el año pasado… —murmuró para
sí, examinando el castillo desde su puesto en las sombras.

Extrañas decoraciones adornaban las ventanas en tonos predominantes de rojo y


blanco. Los colores no combinaban para nada con la mampostería de piedra y esa
incongruencia provocaba que el castillo se viera aún más ridículo. Sin embargo, para los
aldeanos, esa excentricidad lucía más espeluznante que otra cosa.

Dos esculturas fabricadas con los árboles del bosque permanecían de pie en la
entrada. Se trataba de dos ramas cortadas en ángulos y adheridas al suelo, un material
hecho con las hojas atadas de las coníferas servía como fondo de las mismas10. Parecía
una especie de arma, quizás una trampa, o incluso algún tipo de tótem chamán, y la
visión del mismo llenaba el corazón de Felt con una extraña ansiedad.

Tragó saliva, la tensión en su cuerpo en su punto máximo.

—Oye.

Una voz repentina. Una fría descarga eléctrica recorrió la columna del muchacho.

El sudor en sus manos se evaporó en un santiamén y se vio incapaz de girarse; su


propia respiración la sentía como si estuviera fuera del paso de tiempo.

10
N. de la T. Esta parte hace referencia a los kadomatsu que Phil colocó en la entrada del castillo.

- 126 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Su conciencia se estremeció violentamente, como si fuera a explotar en cualquier


momento; pero su cuerpo se negaba a seguir sus órdenes. A lo mejor la repentina
conmoción había roto la conexión entre su mente y cuerpo.

Por detrás de Felt, paralizado, llegó una voz que fue más que suficiente para aliviar
sus preocupaciones. Los tonos claros se envolvieron afectuosamente en su espalda.

—¿No tienes frío ahí parado? ¿Por qué no vienes dentro y tomas algo de té?

Finalmente, Felt se recuperó y lentamente miró hacia atrás.

A espaldas de él se encontraba la bella y misteriosa mujer, que sin duda alguna había
entrado hace poco al castillo, tenía sobre su rostro una gentil y alegre sonrisa.


En el cuarto de dibujo del castillo

La luz carmesí de la chimenea brillaba débilmente sobre la cara sorprendida de


Felt.

Al otro lado de donde estaba sentado se encontraban Sylvie y Czes. Habían tratado
de llamar a Nile y Maiza también, pero fueron incapaces de localizarlos sin importar lo
mucho que los buscaran. Consideraron investigar un poco más; sin embargo, decidieron
que Felt podría sentirse presionado si cuatro personas lo rodeaban, por lo que solo
Sylvie y Czes estaban ahí para escuchar la historia del muchacho.

—Umm, ¿por dónde empiezo? Soy Sylvie y él es Czes. Encantada de conocerte.

—Ah, aah…pues, eeh, me llaman Felt Nibil.

Incluso tomado por sorpresa como lo estaba, Felt optó por decir la verdad y dar su
nombre. Había temido que en el peor de los casos fracasaría rotundamente con las
negociaciones y sería capturado como prisionero, pero jamás, ni en sus sueños más
locos, imaginó que lo invitarían al cuarto de dibujo y se presentarían tan
amistosamente.

—¿Has venido a espiarnos?

- 127 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

El niño sentado a un lado de Sylvie se rio despectivamente de él. Atrapado con las
manos en la masa, Felt únicamente pudo bajar la cabeza, incapaz de hacer alguna
objeción.

—Ya, ya, Czes. ¡Él es nuestro invitado, no puedes hablarle así!

—Pero.

—Oh, tú. No me veas así. ¡No le queda a tu linda carita para nada! —Sylvie se rio
alegremente mientras que Czes hizo un ruido sofocado y cerraba la boca, su rostro
tornándose de un brillante rojo. No obstante, estaban hablando en español por lo que
Felt no entendió—. Perdón, no te preocupes por eso. Aah, es verdad. La única persona
entre nosotros que no comprende tu idioma es Nile, el hombre enmascarado, así que
puedes decirnos todo lo que quieras.

Aunque Sylvie habló de modo tranquilizador, Felt estaba totalmente perdido en qué
decir. No podía simplemente pedirles que se fueran de la aldea y la atmosfera no era la
más indicada para que él sacara el tema de las niñas sacrificadas. Más que nada,
negociar era imposible dado que el demonio Elmer no estaba presente.

En ese momento, otra idea llegó a la mente de Felt. Tal vez esos dos también eran
monstruos, así como Elmer.

La curiosidad creció más y más. Al final, Felt alzó la voz en un intento de dirigir la
conversación.

—Eh… ¿Exactamente qué tipo de relación tienen con…al que llaman Elmer?

Era una pregunta muy sugerente, pero Sylvie pronto se dio cuenta de lo que trataba
de decir y sonrió traviesamente mientras le contaba la verdad.

—Tanto este niño como yo básicamente somos iguales a Elmer. Supongo que podrías
llamarnos inmortales, pues sanamos casi instantáneamente de cualquier herida… ¿más
o menos?

Aturdido por la confesión tan casual, Felt se tambaleó sorprendido. Era la conclusión
que más temía; no obstante, la voz de Sylvie era tan agradable que le fue difícil
encontrar cuál era el problema.

—Inmortal… entonces, ¿eso significa que ustedes también son…criaturas malignas?

- 128 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Felt suprimió su creciente inquietud y a duras penas logró forzar la pregunta de sus
labios. Sylvie, por otro lado, contestó tan fácilmente como antes.

—No somos malvados. Somos cien por ciento humanos, no demonios. Aunque sí
recibimos un poco de ayuda de un auto-proclamado demonio. Oh, es verdad. Ahora que
somos amigos, ¿te gustaría saber más al respecto?

—Espera, ¿podemos divulgar algo como eso? —Sorprendido, Czes trató de detenerla,
pero Sylvie simplemente sonrió y asintió.

—Está bien, está bien. No perdemos nada al decirle, y depende de él si creernos o no.
Ah, pero de todos formas, si puede creer en «criaturas malignas», entonces esta historia
no debería ser difícil de digerir.

Aquellas palabras hicieron que Felt recordara algo, sus ojos se abrieron y encontró
de nuevo la voz.

—Cierto… ¿Qué hay del “monstruo” del castillo?... ¿Qué le pasó al monstruo que
estaba aquí antes de que llegara Elmer?

Sylvie y Czes se miraron entre sí, desconcertados ante la evidente pregunta de Felt.

—¿Monstruo?

—¿Eh? ¿Ustedes…no saben? Dicen que ha estado viviendo en el castillo por décadas.

—¿Un monstruo? Elmer no dijo nada sobre eso… Ni siquiera mencionó algo
remotamente parecido.

Felt observó en silencio los ojos de Sylvie por un buen rato, después, soltó un fuerte
suspiro de alivio.

—Ya veo… debe haber sido solo un rumor…

La última parte la expresó como si hablara consigo mismo e inclinó la cabeza, la


tensión abandonando su cuerpo.

—Siento haberlos molestado con esas preguntas raras. Eeh… En realidad, tengo un
poco de curiosidad sobre ustedes…

Felt puso un poco más de énfasis en su tono, tratando de cambiar el tema. El miedo
y la ansiedad que habían estado en su voz hace poco se habían desvanecido. Tal vez

- 129 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

aliviada por ello, Sylvie sonrió dulcemente y comenzó a relatar su historia al muchacho
de la aldea.

—Ya veo. Por dónde empiezo. Todo inició hace trescientos años…

El pasado que fluyó desde los labios de Sylvie cobró vida en la mente de los
muchachos. Felt, quien nunca había visto el mundo exterior, no podía imaginarlo
claramente, pero en cuanto a Czes, los recuerdos regresaron en forma de nostálgicos
paisajes y sonidos.

Las escenas que se desarrollaban sin parar ante él eran infinitamente bellas y, al
mismo tiempo, infinitamente tristes.


—Digo esto: no puedo ver nada.

—No tienes por qué decirlo. Espera, encenderé una linterna…

Nile y Maiza habían descendido bajo tierra a través de una escalera en el estudio,
obviamente el túnel no tenía iluminación. Maiza levantó la linterna, que trajo del
automóvil para registrar el castillo, y cautelosamente iluminó sus alrededores.

El túnel los condujo lejos de la entrada, y cerca de diez metros más allá de dónde se
encontraban las paredes de piedra se atenuaban hasta fundirse en un pasadizo hecho
de tierra firmemente comprimida.

Los dos se miraron detenidamente entre ellos y avanzaron lentamente por el túnel.
Recapitularon lo que sabían de la aldea mientras caminaban por el pasadizo frío y
ventoso.

—Maldita sea, ¿qué clase de bosque es este? Una aldea aislada, un castillo extraño,
niñas destinadas a ser sacrificios, y todos esos libros… ¿Estás seguro que solo es la
propiedad privada de alguien?

—Sí. Oficialmente, este lugar le pertenece a un ciudadano rico de este país… No pude
contactar al dueño con anticipación, como le mencioné a Sylvie y Czes. Tengo entendido
que él lo heredó de su antepasado, aunque no parece que esté haciendo algún tipo de
negocio por el momento.

- 130 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Un niño malcriado viviendo a expensas de sus antepasados, entonces. Con esta
cantidad de tierra, la familia podría vivir fácilmente otras tres generaciones…aunque la
cuarta tendría tiempos difíciles.

Conforme Nile realizaba predicciones sobre la vida de otras personas, Maiza, de igual
forma, habló seriamente, rememorando la atmósfera de la aldea.

—No obstante… Noté unos cuantos bienes en la aldea que indudablemente no se


pueden hallar por aquí, como esas decoraciones que Elmer preparó.

—Umm. ¿Y?

—También ese alcalde me molesta. Me dijo «No son el mercante». Por lo que es
seguro asumir que reciben aceite y otros objetos necesarios de este mercante…pero, si
tal persona existe, entonces ¿de dónde viene?

—Es verdad… Ahora que lo mencionas, es muy extraño.

Sin embargo, Maiza no había terminado y prosiguió exponiendo sus dudas a Nile.

—Sencillamente no puedo entenderlo. El castillo, la aldea… Un lugar de estas


magnitudes podría evitar un escaneo general, pero un satélite de observación precisa
sin duda alguna lo captaría con exactitud… y no sólo eso, estamos en una época en que
las fotografías aéreas son bastantes comunes. Tiene que haber una institución pública
en algún lado que conozca todo sobre la forma en la que se está utilizando esta tierra.

—Umm, ¿en serio?

—Sí, y más que nada, el simple hecho de que una sola persona esté en posesión de
esta cantidad de tierra es bastante peculiar. Este país no lo vería con buenos ojos.

A medida que se acercaban a la zona compuesta de tierra rojiza, y puesto que los dos
hombres eran altos, se tuvieron que encorvar para seguir avanzando. El túnel se
encontraba tan húmedo que esperaban que cayeran gotas de agua del techo; pese a eso,
continuaron caminando, despreocupados del barro que ensuciaba sus ropas.

—En otras palabras, alguien está moviendo los hilos.

—Sería más raro si no lo hicieran. Es el siglo XXI y esta aldea sigue totalmente aislada
del mundo exterior. No importa cuáles sean las circunstancias, no hay modo de que las

- 131 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

organizaciones de derechos humanos y los medios de comunicación respalden tales


cosas.

—Hace tres siglos no habría sido muy extraño.

—No es diferente ahora. Solo la situación es la que ha cambiado, pero historias


memorables siempre vienen y van de acuerdo a los tiempos.

—¿Es así? Supongo que tienes razón. Ahora que lo pienso… Maiza, ¿usas el internet?

—No mucho. Después de todo, no he permanecido en un solo lugar durante mucho


tiempo en los últimos treinta años. Además… es un poco vergonzoso, pero las
particularidades de hoy en día son un poco aterradoras. Considerando que la
información y experiencias que acumulamos durante tres siglos se pueden acceder en
el transcurso de un día por medio del internet… Sin embargo, llamé a casa y parece que
algunos miembros de la organización se han vuelto bastante obsesionados a ello.

—De entre nosotros, creo que Huey es posiblemente un experto en utilizarlo.

—Una vez que salgamos de aquí, Elmer seguramente comprará una computadora
también.

Los dos llegaron al final del túnel, llenando el silencio con charlas frívolas.

Los muros de tierra regresaron a ser construcciones de piedra en algún punto sobre
el camino, a la izquierda del callejón sin salida que los recibía se hallaban piedras
sobresaliendo de la pared, encauzándolos hacia arriba a modo de escalera. Maiza
apuntó la linterna al techo y vieron un agujero cuadrado bloqueado por una tapa de
piedra.

—Parece que debemos subir.


—Apuesto a que estamos en el cementerio. Los túneles como este siempre conducen
a lugares así.

—En ese caso, yo apuesto a que estamos junto al pozo detrás del castillo.

Después de hacer sus predicciones jovialmente, Nile subió por la escalera de piedra
y deslizó cuidadosamente la cubierta. Grava y tierra cayeron desde arriba y Maiza
inconscientemente alzó ambas manos para bloquear la descarga.

- 132 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

La tapa de piedra retrocedió y delgadas líneas de luz brillaron entre los dedos de
Maiza.

Nile asomó la cabeza y miró alrededor… luego, la empujó por completo del camino y
habló satisfecho bajo la luz de la luna.

—Digo esto: gané.

Se encontraban en un cementerio rodeado por incontables árboles muy próximos


uno del otro y en medio de los mismos se podía divisar pequeñas secciones de la parte
posterior del castillo. No sintieron que caminaron tanto, pero habían llegado más lejos
de lo que pensaron.

—Supongo que perdí —dijo Maiza con tristeza mientras giraba lentamente sobre su
propio eje mirando alrededor.

Se trataba de un pequeño cementerio, sin ningún camino que llevara ahí a la vista, ni
alguna valla que lo cercara. Las tumbas, casi media docena en total, estaban
prácticamente enterradas entre los árboles, por lo que un excursionista ocasional
posiblemente pasaría sin darse cuenta.

La mayoría de las lápidas no tenían epígrafes; únicamente aquella frente a la tapa de


piedra poseía una extraña frase tallada sobre ella. Estaba escrita en una forma arcaica
del idioma del país, como si alguien hubiera transcrito un pasaje dictado por uno de los
aldeanos.

«Vos que no pudisteis acoger la humanidad, habéis de hallar


descanso bajo esta morada»

Las palabras no lucían tan erosionadas comparadas con el estado general de la


tumba. Unas cuantas décadas de edad a lo mucho.

El epitafio molestó a Maiza, pero Nile, incapaz de leer el idioma, se dio cuenta de algo
más. Regresó la tapa de piedra a su lugar y luego se giró hacia Maiza.

—Te preguntó, Maiza. ¿También lo notaste?

Maiza fue tomado por sorpresa un rato, pero enseguida se percató a lo que se refería
y asintió.

—Ciertamente… parece que no era solo una corazonada.

- 133 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

—Umm…

Habían sentido una insólita sensación de falta de armonía conforme recorrían el


túnel.

No debería de haber nada más que piedras y tierra en el pasadizo, el cual fue
construido en línea recta, pero…

…Habían percibido en su interior la presencia de otra cosa aparte de ellos.

No se trataba de algo como un topo o un murciélago; sin embargo, al mismo tiempo


se sentía ligeramente diferente a la imagen de un ser humano. No podían imaginar su
apariencia, pero por la mera atmósfera a su alrededor, instintivamente se dieron cuenta
de que “algo” estaba ahí.

Era como si una mirada opresiva los estuviera aplastando desde todas direcciones.
Ese fue el motivo por el que se esforzaron en mantener la conversación andando
mientras transitaban por el túnel.

—Digo esto: definitivamente había “algo” ahí con nosotros.

—Quizá alguna especie de criatura maligna…

—Lo dudo mucho.

—Debe haber sido solo una impresión.

—Umm. Eso tiene que ser.

Los dos intercambiaron una breve mirada, después se rieron pusilánimemente y


avanzaron a grandes pasos por entre los árboles en dirección del castillo.

Todavía sintiendo una innegable y escalofriante presencia acechando más allá de la


tapa de piedra cerrada.


—Entonces… ¿esa es la única razón por lo que se convirtió en alquimista, señorita
Sylvie?

—Bueno, no del todo.

- 134 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Sylvie y los demás continuaban con su charla en el cuarto de dibujo del viejo castillo.
Al principio, Felt se había mostrado reacio a conversar, pero rápidamente se encontró
cautivado por el “pasado” que ella reveló. Para ser precisos por el “mundo exterior” del
que hablaba. De vez en cuando ella empleaba palabras que no entendía, pero en cuanto
se percató de que todas ellas suponían “exterior”, la curiosidad despertó fuertemente
en él.

Tal vez conocía los sentimientos del muchacho o tal vez no. Pero, Sylvie se limitó a
sonreírle atrayentemente como antes.

—Mi interés en un sueño imposible como “la belleza eterna” provino de un cuento
de hadas que escuché cuando era niña. Las personas que lo anhelaban en las historias
siempre eran brujas o reinas malvadas; no obstante, pensé que estaría bien que al
menos una sola persona en el mundo alcanzara ese absurdo ideal —La mirada en los
ojos de Sylvie cambió un poco. Czes, quien sabía de su pasado, fue el único que vio la
tristeza que emitió brevemente en sus ojos—. Le conté eso a mi novio y me dijo «La
apariencia no lo es todo». Me aseguró que le gustaba así como era. Y… me pidió que me
casara con él y viviera para siempre junto a él si teníamos éxito en obtener la
inmortalidad. Sin embargo, gracias a eso me vino a la mente esa idea. Tengo que ser la
mujer más bella en el mundo. Entonces, me casaré con él. Así estaría orgulloso de que
su esposa fuera la mujer más bella del mundo. Tonto, ¿no es así? Por tal motivo… No
bebí el vino de la inmortalidad en ese preciso momento.

Sylvie miró a la nada con la vista desenfocada, parecía deprimida.

Tal vez presintiendo algo sobre ella, Felt vaciló antes de preguntarle:

—Umm…entonces, ¿qué fue de él?


—¿Te acuerdas del hombre con anteojos? Se llama Maiza.

El muchacho soltó un profundo suspiro de alivio. Sylvie había cumplido su deseo y


seguía viviendo felizmente junto a su amado.

No obstante…su historia aún no terminaba.

—Él era el hermano menor de Maiza. Antes te hablé sobre Szilard, ¿cierto? Fue el
primero que Szilard devoró de todos.

—Ah…

- 135 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

Sylvie sonrió con tristeza, dejando a Felt sin palabras.

Pero su sonrisa no tardó en encontrar su atractivo nuevamente y agitó la mano de


manera despreocupada.

—Ah, perdón, no te preocupes por eso. Umm…hablemos de otra cosa.

Felt esperó un momento y lentamente abrió la boca.

—Esta pregunta puede que sea un poco estúpida, pero… —Desvió la vista,
avergonzado y dio voz a lo que deseaba. El miedo que él les había mostrado antes fue
reemplazado por una ferviente curiosidad—. Háblenme…sobre el exterior. Acerca de
qué tipo de lugar es…quiero saber…más.


Estoy en el contorno de la puerta y escuchó a escondidas su conversación.

Sé que está mal, pero no puedo contener mi curiosidad.

Y una vez más comienzo a pensar: «sólo tal vez».

Al principio, parecía que el amo Felt estaba alerta de la ama Sylvie, pero ahora se ve muy
feliz. El amo Felt siempre ha sentido menos repulsión por el amo Elmer y por mí que el resto
de los aldeanos; sin embargo, por el tono de su voz, en estos momentos no creo que sienta
ninguna aversión por la ama Sylvie.

Yo…llegué a una conclusión. ¿Cuántas décadas han pasado desde que me molesté en
hacer ese tipo de cosas inservibles? Repetidas veces he imaginado un futuro ideal y repetidas
veces he sido traicionada.

Pero esta vez, esta vez siento que mi deseo puede ser concedido.

Hasta el día de ayer, cada vez que trataba de proyectar un futuro en mi mente, era asaltada
por el dolor.

La violencia ejercida por el amo Dez me hizo recordar esa agonía.

Sin embargo, las cosas son diferentes ahora. No sé qué está sucediendo, pero…cuando
pienso en la cara del amo Felt, no tengo que recordar el dolor que me causó la visita del amo
Dez.

- 136 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

El amo Felt convencerá a los aldeanos de no temerle al amo Elmer, después nadie saldrá
lastimado y luego…

Si la aldea se conecta con el mundo exterior…

Qué dichoso sería eso.

No puedo dejar esta aldea. Pero si más personas como el amo Elmer vienen de afuera y
colaboran para que este lugar mejore, entonces, eso sería suficiente para sentirme satisfecha.

Yo nací en un frasco y no puedo sobrevivir fuera del matraz que es este bosque.

Aun así, lo deseo. Incluso si es solo un trocito para mí de la felicidad que llegue a la aldea.

No tengo un lugar donde vivir, excepto por este pueblo, de modo que…

Puedo desear la felicidad.

Ah, recuerdo. Lo recuerdo claramente. Esta emoción es júbilo.

¿Hay algo que pueda hacer en mi poder para asegurar que la aldea no desaparezca?

Si esta alegría se vuelve una realidad…

Entonces posiblemente, sin duda alguna seré capaz de sonreír como el amo Elmer.


Al mismo tiempo
En la casa del alcalde

Había cinco niñas muy parecidas viviendo en la aldea.

Ni uno solo de los aldeanos podría decir con certeza quiénes eran y de dónde habían
aparecido.

Ellas habían existido desde que tenía memoria la actual generación de aldeanos, y
naturalmente se fundieron como una sola pieza dentro de la aldea. Los más ancianos
parecían saber algo más, pero ninguno de ellos dijo una palabra al respecto antes de
fallecer.

- 137 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

Siempre había cinco de ellas y parecían no crecer en lo absoluto. Cada pocos años,
cuando una de ellas se debilitaba visiblemente; un par de días después, era reemplazada
por una nueva chica.

Se asemejaba a la historia de una película de misterio, aunque los aldeanos no


estaban particularmente aterrorizados.

Las chicas evidentemente eran distintas de ellos; pero, quizás al haber crecido
conociéndolas, los lugareños llegaron a considerarlas como «cosas que naturalmente
son así».

En otras palabras, ellos trataban a las chicas de la misma forma en que trataban el
“exterior”.

No era como si preguntarles arrojaría una respuesta clara, y pese a que hubo muchas
personas que intentaron presenciar el “cambio”, sufrieron el mismo destino que
aquellas almas desafortunadas que se fueron en busca del “exterior”.

A medida que tales cosas siguieron sucediendo, los aldeanos abusaron de las niñas
cada vez más.

Y ese proceso se aceleró gracias a los esfuerzos del actual alcalde: Dez Nibil.

Dez tenía por regla atormentarlas y explotarlas haciendo que trabajaran gratis, en
ocasiones hasta las golpeaba. Sin embargo, las chicas en lugar de rebelarse,
completaban las tareas que les daban sin quejarse con tal de que les dieran la comida
estrictamente necesaria para sobrevivir.

Una vez que las cosas se establecieron de esa forma, los aldeanos poco a poco
imitaron a Dez… y al día de hoy, difícilmente habría alguien en toda la aldea que se
preocupara en lo absoluto por los deseos u opiniones de las niñas.

Ni siquiera se habían percatado del hecho de que todas las chicas tenían el mismo
nombre…


Mientras Sylvie agasajaba a su hijo con historias sobre el “exterior”, Dez Nibil, el
hombre que hizo que su aldea abusara de las niñas, se encontraba sentado sobre una

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

silla de madera en su casa, la parte superior de su cuerpo se inclinaba sin fuerzas contra
el respaldo.

Para el hombre que había perdido a su esposa, la casa más extensa de la aldea parecía
demasiado grande.

—Hmph.

Completamente solo en su habitación, el hombre con bigote contemplaba la nada.

Y luego, todavía solo, murmuró con tranquilidad hacia el techo:

—Ha llegado la hora. Para esta aldea…y este cuerpo.

Dez guardó silencio, su rostro congelado en una sonrisa sin humor.

Miró hacia fuera y vio que las nubes comenzaban a surgir lentamente en el anterior
cielo claro.

—Y para ellas también…

Dez sonrió en silencio con la certeza de que pronto empezaría a nevar.

Su insípida sonrisa apareció junto con el silencio…y poco a poco se hundió en él.


Por la noche
Frente a la entrada del castillo

—Umm… Yo, hoy, eh… perdón por molestarlos.

Sylvie sonrió con dulzura cuando Felt se despidió torpemente.

—Está bien. Puedes venir otro día si quieres.

—¡Por supuesto! Pero la nieve realmente va a caer muy pronto… Así que no sabría
decir cuándo podría tener otra oportunidad.

Felt lucía renuente a marcharse, pero sin importar qué tanto lo deseara, no podría
quedarse en el castillo. Por lo que tras despedirse en varias ocasiones de Sylvie, se
preparó para darle un último adiós antes de irse.

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Capítulo 03 KI: JÚBILO

—Le contaré a los aldeanos todo sobre ustedes. No sé porque el hombre llamado
Elmer sigue demandando sacrificios humanos; pero, ¡estoy seguro de que todos ustedes
son personas muy buenas!

—Probablemente no deberías decirles. —Czes los había observado en silencio hasta


entonces; sin embargo, cuando Felt dio media vuelta para salir, él finalmente habló y lo
detuvo—. Los aldeanos son extremadamente desconfiados. Si regresas y de pronto todo
lo que dices sobre nosotros son alabanzas, podrían pensar que hemos robado tu alma o
una tontería parecida. Así que solo deberías afirmar algo como: «No tengo idea de que
se traen entre manos, pero creo que no son hostiles por el momento».

Los ojos de Felt se agrandaron por un momento, pero tras pensarlo un poco asintió.

—Buen punto. No obstante, trataré de contarles la verdad… En cualquier caso, ¡adiós!

Una vez más se despidió de ellos y Felt regresó a su aldea.

—¿A qué debemos el honor? No es común que des advertencias de esa forma.

—Cállate, puedo hacer lo que quiera.

Me dejaría un mal sabor de boca si en un descuido iniciamos una cacería de brujas…

Ese fue el motivo principal por el que Czes decidió hablar, aunque la buena impresión
que Felt le dio también había sido un factor. Conforme reflexionaba en el hecho de que
tenía debilidad por los niños, se acordó que algo similar había sucedido antes.

Estaba recordando a la niña que conoció en un tren hace setenta años…cuando, de


súbito, las memorias de los eventos que se desarrollaron sobre ese tren volvieron a la
vida de igual forma. Como el tren, esta aldea también era un espacio cerrado. Un
indescriptible nerviosismo se abrió paso por el inmortal que parecía un niño; pero, al
final, lo sacó de su mente como una preocupación innecesaria.

Es verdad, no hay Rail Tracer en esta aldea…

Lamentando su propia cobardía dentro de su cabeza, Czes giró en silencio y regresó


al interior del castillo.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita


—Humdeedum, ladida, dadumdidumdum… ah.

El hombre, que tarareaba de forma extraña a medida que decoraba el techo, de


pronto se detuvo y observó su reloj de muñeca.

—¿Qué están haciendo los demás?

—Están reunidos en el cuarto de dibujo, discutiendo formas de atraparlo, amo


Elmer… —contestó la niña junto a él con tranquilidad, mientras Elmer alegremente
extendía una cortina roja y blanca.

—Ajaja, ya veo. En ese caso, supongo que podré quedarme aquí un poco más —dijo
Elmer regresando a su trabajo con otra ronda de cancioncillas sin sentido.

Unos minutos después, habiendo terminado con sus preparaciones de disponer la


cortina roja y blanca, Elmer se giró hacia la niña de nuevo.

—¿Siguen en el cuarto de dibujo?

—Sí…

La niña no se había movido ni un paso de donde se encontraba, a pesar de eso


informó con exactitud la situación de una zona muy apartada.

—Muy bien. Aprovecharé esta oportunidad para moverme. Buscaré un momento


para colgar la cortina la noche del treinta y uno.

Elmer se estiró animadamente y caminó hacia las escaleras que conducían al piso
inferior. Y justo cuando estaba a punto de entrar en la torre donde se encontraban
dichas escaleras…

—Humdrumdeedum, lalala… la… ¿la?

Las alegres notas cambiaron inesperadamente a sonidos de sorpresa.

En el instante en qué puso un pie sobre la entrada, Nile y Maiza saltaron desde las
sombras y sujetaron sus brazos.

- 141 -
Capítulo 03 KI: JÚBILO

—¿Eh? ¿Qué está pasando? No puede ser. Ella me dijo que estaban en el cuarto de
dibujo. —Elmer parecía confundido; después, dio un gran grito de sorpresa—. ¡N-no me
digas, ¿uno de ustedes puede detener el tiempo?!

—Claro que no.

—Entonces cómo… esperen.

Elmer se paralizó, luego meció su cuerpo alrededor, Nile y Maiza todavía lo sostenían
del brazo.

—Phil.

La niña que había estado siguiendo a Elmer se parecía mucho a Phil.


Aparentemente también se llamaba Phil, la chica tembló violentamente cuando sus
ojos se encontraron con los de él.

—¡Lo, lo siento, amo Elmer!

—No tienes por qué disculparte —dijo una voz dulce mientras Sylvie y Czes salían
por debajo de las escaleras.

—Sylvie… ¡no debes enseñarle a mentir de esa forma!

—¿Disculpa? Todo lo que hice fue explicarle que a veces está bien mentir y otras
veces no. Especialmente cuando se trata de lidiar contigo.

Otra Phil miraba culposamente a hurtadillas por detrás de Sylvie. Elmer la vio y
suspiró, derrotado.

—Aja, de modo que lo descubrieron, eh. No creí que fueran a darse cuenta tan rápido.
—Sonrió con tristeza y dijo la respuesta que ya sabían—. Todas las Phil son la misma
persona.


—Un homúnculo, ¿verdad?

Se trasladaron en grupo al comedor del castillo y sentaron a Elmer en una silla otra
vez. Él prometió que no escaparía en esta ocasión, así que se abstuvieron de atarlo.

—Así es —dijo Elmer sorpresivamente tranquilo—. ¿Cuándo lo averiguaron?

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Hubo muchos factores, aunque solo llegamos a una conclusión definitiva mientras
conversábamos hace poco intercambiando la información que recolectamos —Maiza
desplazó la vista al otro de la habitación mientras hablaba. Cuatro niñas se encontraban
de pie una al lado de la otra, observándolos en silencio con ojos preocupados—. Sylvie
notó que estas niñas compartían una sola conciencia. Ella reunió las inconsistencias
planteadas por las historias del muchacho de la aldea. Además, de acuerdo a Czes, a
pesar de que él las observó durante mucho tiempo, y si bien pasaban nuestros mensajes
a ti, nunca las vio hablar contigo directamente. Lo mismo va para el resto de nosotros.
Y no sólo eso, también te movías por todo el castillo trabajando por aquí y por allá.
¿Cómo podrías habernos evitado sin cámaras de seguridad? Tenías a estas niñas
vigilando para ti.

—Oh, fantástico. Pareces detective.

—Hablo en serio —Maiza reprendió la actitud irrespetuosa de Elmer con una mirada
sombría y fue al meollo del asunto—. Encontramos libros sobre alquimia en el estudio
del castillo. Todos ellos eran acerca del tema de los homúnculos, desde textos
ampliamente aceptados hasta libros heréticos desconocidos. Sin embargo, es poco
probable que tú hayas recopilado todos esos libros. Después de todo, según tu historia
estas niñas ya estaban aquí cuando llegaste a la aldea —Elmer estaba callado—.
Explícalo detalladamente ahora. No solo la naturaleza de estas niñas, sino también el
secreto de la aldea.

Tal vez influenciado por la severidad en el tono de voz de Maiza, Elmer, de igual
forma, contestó seriamente:

—Se los contaré en febrero.

—Elmer.

—No, hablo en serio también. Alguien vendrá en febrero que será capaz de
explicarles todo esto mucho mejor que yo.

—¿Quién? —preguntó Sylvie, cuestionándose quien podría ir a semejante lugar


aislado.

—Ese sería el mercante.

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Capítulo 03 KI: JÚBILO

Los demás intercambiaron miradas, la mitad de ellos parecían estar esperando esa
respuesta; mientras que la otra parte lucían extremadamente asombrados. Satisfecho
con sus reacciones, Elmer sonrió ampliamente y le hizo su propia pregunta a Maiza.

—Bien, Maiza, me sorprende que puedas mantenerte tranquilo. No está muy bien
hecha, pero se trata de un homúnculo, al fin y al cabo, una creación que supera el
dominio de la biotecnología moderna.

En esta ocasión fue el turno de Maiza para reírse traviesamente.

—Sí, pues verás, resulta que tengo un conocido muy similar en Nueva York.

Czes sonrió burlonamente con el comentario sarcástico de Maiza, mientras que


Elmer, quizá sospechando algo, guardó silencio. Nile y Sylvie, en cambio, simplemente
observaron inexpresivamente el rostro de Maiza.

Incontables copos de nieve flotaban suavemente afuera de la ventana.

Como si cubrieran toda el área, una capa de blanco y un velo de silencio cayeron
sobre las tierras rodeadas de bosque.

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CAPÍTULO 04:
KIDOAIR A K U : IRA
NILE
Capítulo 04 DO: IRA

Después, varios días sin incidentes pasaron.

Nada fuera de lo ordinario sucedió.

Los cuatro visitantes ya no instigaron al amo Elmer por respuestas; en lugar de eso,
pasaron el tiempo investigando la vida silvestre del bosque, explorando el castillo y
preparándose para las festividades próximas.

El amo Elmer me ha enseñado muchas celebraciones diferentes tras su llegada al bosque.


Explica los diversos eventos de cada temporada y luego los recrea dentro del castillo. De sus
explicaciones, parece que el mundo exterior se encuentra dividido en muchas comunidades
grandes conocidas como “países” y cada uno tiene sus propias festividades únicas.

La nieve cae abundantemente durante el invierno, aun así el amo Elmer camina alrededor
del castillo con felicidad.

Un invierno asustó a los aldeanos disfrazándose como una criatura llamada Krampus11, el
año siguiente hizo lo mismo, solo que vestido como un monstruo cuyo nombre dijo que era
Namahage. En otoño, me hizo usar extrañas ropas, afirmando que era el día de Halloween.
Mientras caminaba usándolas, el amo Elmer, por alguna razón, me daba comida deliciosa
cada vez que me veía. Pensé que era un evento pintoresco. El amo Elmer también vistió un
raro conjunto de ropas y bajó a la aldea, divirtiéndose a medida que sorprendía a los aldeanos.
Y a través de estas excursiones al pueblo, creo que las personas comenzaron a ver al amo
Elmer como algo que ser temido.

Además, cuando se acercó la época de algo llamado solsticio de verano, reunió ramas
frondosas para hacer un objeto verde y largo. Dijo que era parte de una ceremonia de un país
vecino al bosque con el objetivo de garantizar que el sol continuara brillando por siempre.
Sin embargo; me pregunto si el amo Elmer sabía que los aldeanos vieron el objeto colgado
durante el día que el sol se eleva más alto y murmuraron sombríamente entre ellos sobre
rituales demoniacos.

En una ocasión el amo Elmer tomó huevos de las gallinas que se encuentran en el interior
del castillo, guardó cuidadosamente las cáscaras después de comerlos y luego los coloreó con

11
N. de la T. Krampus: es una criatura folklórica de los países alpinos, la cual atrapa a los niños
traviesos en su saco y se los lleva con él. Namahage hace lo mismo pero tiene su procedencia en Japón.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

tonos vivos en cuanto llegó la primavera. Tenía como fin celebrar el nacimiento de alguien
y el amo Elmer afirmó que normalmente tendríamos que abstenernos de comer carne por una
semana y pintar los huevos de rojo. Pero, entonces, rió y dijo: «Bueno, no es como si en
realidad creyera en eso, así que no hay necesidad de seguir las cosas al pie de la letra.
Supongo que seremos como los japoneses y solo copiaremos las formalidades
imprescindibles para divertirnos, ¿qué dices?». Con eso dicho, decoró el castillo con sus
coloridos huevos. Aunque, los aldeanos lo vieron desde lejos y otra vez pensaron que era un
ritual terrorífico. Los oí susurrando entre ellos que él estaba sacrificando gallinas para
maldecirlos. Sin embargo, no tuve el valor de llevarles la contraria, en cambio, agaché la
cabeza en silencio.

Una festividad que él nunca olvidó fue la “Navidad”. Durante este día, un hombre llamado
“Santa Claus” viene y entrega felicidad a todos en el mundo. Le respondí: «Entonces, todo
el mundo debe ser feliz», pero el amo Elmer solo rió y exclamó que no había forma de que
una persona pudiera darle a todo el mundo un regalo en una sola noche. Supuse que tenía
razón.

Sin embargo, después de afirmar eso, el amo Elmer declaró: «Y por tal motivo seré su
reemplazo para ti» y cada año me trajo un regalo.

En ocasiones eran adornos hechos de papel o a veces platillos que el amo Elmer cocinaba
él mismo, de vez en cuando muñecas esculpidas de madera. En lugar de estar feliz por recibir
esos regalos, sentí un profundo sentimiento de culpa. ¿Por qué el amo Elmer hacía esto solo
para mí y para nadie más? Le pregunté y me dio una respuesta sencilla: «Eso es fácil. Es
porque tú eres quien menos sonríe de la aldea».

Me sentí aún más culpable tras escuchar eso. No puedo darle una sonrisa sincera, aunque
sé que debo hacerlo. Cuando traté de obligar a mis facciones a realizar algo parecido, el amo
Elmer sacudió la cabeza y dijo: «No la fuerces. Si fuerzas una sonrisa, tu cara estará chueca
cuando quieras sonreír de verdad».

Y entonces, la Navidad de este año llegó, el amo Elmer parecía más ocupado que nunca.
Él pasaba velozmente riendo por todo el castillo, ocultándose de sus huéspedes mientras
decoraba el interior del edificio y disparaba fuegos artificiales a la hora de la cena.
Me vio paralizada de la preocupación y sonrió como si acabara de recordar algo.

—Tu regalo de este año son esos cuatro.

- 147 -
Capítulo 04 DO: IRA

Incliné mi cabeza hacia un lado, incapaz de entender, y la risa del amo Elmer se
desvaneció. Luego, sonriendo gentilmente, anunció: «Intenta llevarte bien con ellos.
Probablemente pueden ayudarte a sonreír con sinceridad».

Después, varios días sin incidentes pasaron. Todavía no puedo sonreír o reír. No obstante,
hay algo diferente ahora. Puedo sentirlo en mi interior. Tras la aparición del amo Maiza y sus
compañeros, estuve a punto de ser apresada por el odio, pero esa emoción no deseada pronto
se volvió borrosa y desapareció. He descubierto “esperanza”.

Esta época es llamada “Año Nuevo” y aparentemente es cuando todos festejan la llegada
del próximo año. El año pasado, el amo Elmer compró del mercante una gran cantidad de
cosas que él llamó “fuegos artificiales” y los disparó en el bosque, afirmando que era un
método de celebración del Este. Sobra decir que eso también contribuyó a que los aldeanos
le temieran. Al parecer el amo Elmer lo entendía igualmente, pero su sonrisa fue la misma
de siempre. Daba la apariencia de estar disfrutándolo.

Hoy, también parece ser otro día más de celebración oriental, en esta ocasión caracterizada
por la ingesta de siete clases distintas de plantas cocidas. El amo Elmer y ama Sylvie están
hirviendo agua dentro del castillo en preparación. El amo Nile despierta ocasionalmente de
su siesta de todo el día para jugar con los tres caballos en el establo, mientras que el amo
Czes pasa el tiempo leyendo libros en la biblioteca. El amo Maiza a menudo me busca y me
hace preguntas; pero, lamentablemente no sé casi nada sobre mí. Todo lo que puedo recordar
son pequeños fragmentos en los rincones más profundos de mi memoria; no obstante, el amo
Maiza escucha seriamente cada uno de ellos y siempre me agradece después de haber
escuchado mis dudosas historias.

Quiero ayudarlo más, pero no puedo recordar casi nada de mi pasado. Todo lo que hay en
mi mente es el recuerdo de ser abusada por los aldeanos. E incluso aquellos lentamente están
siendo borrados, siendo cubiertos por pintura.

Con la llegada del amo Elmer y, del amo Maiza y sus compañeros después de él, cada día
nuevos recuerdos están cubriendo aquellas viejas heridas.

Aah, sí. Esta debe ser la emoción conocida como alegría.

Casi sonrió, pero entonces recuerdo la atmósfera en la aldea.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Por esta época del año, los aldeanos siempre reducen abruptamente el tiempo fuera de sus
casas.

No sé qué estarán pensando los aldeanos después de la visita del amo Felt al castillo. Ellos
nunca me dicen nada directamente, e incluso si tuvieran algún tipo de plan en mente, sin duda
sería imposible llevarlo a cabo con esta pesada nevada.

Febrero…

Cuando el tiempo que el amo Elmer llama “febrero” llega.

El mercante arriba desde “afuera”.

Tras su partida, un sacrificio humano es dado al amo Elmer.

También este año, indudablemente seré yo. Esta será la primera vez en cinco años que he
estado reunida en un solo lugar.

De repente, se me ocurre una idea.

Sí, en ese momento sonreiré. Brillantemente, como el amo Elmer, como la ama Sylvie. Si
sonrió de súbito, entonces el amo Elmer seguramente estará sorprendido. Y luego, él reirá
para mí.

Qué hago. Tengo que practicar.

Debo de pasar desapercibida. Con cuidado, con cuidado.

Y el tiempo pasó…


Febrero
En el viejo castillo

Un día, después de que enero terminara y el sol brillara intensamente día tras día…
el mercante arribó.

Su “carruaje” servía como un claro recordatorio, pese a los extrañamente arcaicos


métodos de la aldea, que se encontraban en el siglo XXI.

- 149 -
Capítulo 04 DO: IRA

—Vaya, vaya.

Cuando el sol se elevó a su punto más alto en el cielo, el repentino estruendo que
llenó el aire atrajo al grupo de Maiza fuera de la entrada principal del castillo.

Se trataba de una moto nieve colosal que imitaba toscamente a un camión.

—¿Qué está sucediendo?

Czes y Sylvie se dirigieron al asiento del conductor, esperando echar una ojeada al
interior del enorme vehículo que había aparcado frente al castillo. Sin embargo, las
ventanas habían recibido un tratamiento especial y se encontraban teñidas de negro,
como los automóviles de los políticos.

Cuando lo rodearon hasta llegar al frente, vieron la sutil silueta del conductor a
través del parabrisas; pero en cuanto posaron sus ojos encima de él, fueron presas de
una corazonada.

La cosa que se encontraba en el asiento del conductor sin duda alguna era un ser
humano, no obstante, vestía un pasamontañas que cubría toda su cabeza y un casco que
parecía para uso militar. Portaba gafas protectoras, por lo que era imposible ver sus
ojos; sin embargo, por la dirección de su cabeza, daba la impresión de que él a su vez
tenía la mirada fija en el grupo de Maiza.

—Sorprendidos, ¿eh? ¿O solo sienten un poco de nostalgia por el mundo exterior? —


dijo una voz por detrás de ellos, despreocupada como siempre—. Este es el mercante;
aunque nunca sale de su auto para vender.

Elmer pasó rozando a sus amigos, que aún tenían la lengua trabada, y se giró para
ver al conductor. Moviendo su mano de forma vaga a las personas detrás de él, dijo:

—Entiendes, ¿no es así? Sé un buen tipo y dales un aventón de regreso…

—Qué—
El rugido del motor ahogó por completo las palabras de Czes, las llantas lanzaron una
borrasca de nieve conforme el camión giraba y bajaba por el camino de la montaña
nevada. El sendero solo era un poco más ancho que el camión; si otro automóvil
apareciera en el trayecto, ambos tendrían que detenerse. Sin embargo, el camión siguió
retumbando, con la seguridad de que algo así jamás pasaría.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Regresará en una hora —dijo Elmer reingresando con prontitud al castillo y


dejando a los restantes cuatro mirando estupefactos el lugar dónde había estado el
camión.

Las únicas cosas que permanecían eran las preguntas dentro de sus cabezas y las
gigantescas marcas de neumáticos en la nieve, firmes y auténticas, como prueba de que
no había sido un sueño.


El mercante ha llegado a la aldea.

Los aldeanos se apresuran al carruaje e intercambian las cosechas y bienes que hicieron
durante el invierno por cosas como aceite y tela. Sin embargo, nadie baja del asiento del
carruaje y todos se limitan a seguir la “Guía para el comercio” escrita a un costado.

Tal vez haya algunos entre ellos pensando que pueden tomar sin dar algo a cambio; aun
así, el mercante nunca abandona su asiento de hierro.

Según la ama Sylvie no es un carruaje, sino algo llamado un “automóvil”. Similar en el


que arribaron el amo Maiza y sus compañeros, pero este vehículo es más corpulento y más
potente.

No me desagrada ver el intercambio del mercante. Si observo desde lejos, nadie me mira
con asco y el rostro de todos está lleno de entusiasmo y alegría.

Hasta ahora, lo que sentía por esta escena anual era completamente neutral, una mera falta
de desagrado, pero quizás ahora, puedo decir con sinceridad que estoy disfrutando al verla.

Naturalmente, los aldeanos encuentran inquietante al mercante en su propia forma.


Después de todo él es un forastero, un símbolo del alíen desconocido que tanto se
esfuerzan por negar. Pero, a diferencia de otros extranjeros, el mercante no intenta interferir
con el funcionamiento de la aldea; por cierto, él ha estado yendo y viniendo desde antes que
el más anciano de la aldea naciera, forma parte de la aldea más que nadie más; y es por eso
que los adultos pretenden no fijarse en él y los niños siguen su ejemplo.

Yo también era así, una parte ignorada con tranquilidad de la aldea al igual que el
mercante. Sin embargo, luego de que el amo Dez se convirtiera en alcalde, esa tradición tuvo

- 151 -
Capítulo 04 DO: IRA

una muerte silenciosa. Por algún motivo, el amo Dez me consideró como algo que ser
aborrecido y maltratado, y acto seguido los aldeanos siguieron su ejemplo.

Suficiente. Esos momentos desdichados duraron tanto tiempo que mis memorias están
sepultadas en un profundo caos. Si trato de recordarlas muy claramente, temo que la luz que
ha estado parpadeando frente a mí pueda asfixiarse, extinguirse.

Ah. Ahora me doy cuenta que la luz continuamente se vuelve más brillante.

A lo mejor es gracias al amo Elmer, a la ama Sylvie, a sus amigos y al amo Felt. Gracias
a ellos puedo ver esta luz incluso desde donde estoy, en el fondo de la más profunda
oscuridad.

Me equivoqué cuando creí que el amo Felt no me odiaba, pero tampoco me ayudaba. Él
me ayudó. Él no me desprecia. Él habló conmigo. ¿Acaso no es esa una forma de ayudar?
Tal vez no en el sentido más estricto de la palabra, pero decido creer que es verdad.

Quizá es causado por la esperanza flotando justo frente a mis ojos.

Que el cielo se ve tan azul, tan alto, mucho más que antes.

Alguien comienza a hablar detrás de mí mientras observo a los aldeanos. Es la voz del
amo Elmer.

Recorro con la mirada su cara, lejos del bullicioso trueque. El rostro del amo Elmer tiene
una sonrisa alegre, como siempre.

—Dime, Phil. Maiza y yo estamos pensando en pedir un aventón al exterior cuando el


mercante regrese el día de hoy. Es decir, vamos a visitar el lugar en el que naciste.

—¿Disculpa?

—Si te parece bien… Quiero mostrarte la verdad. Podría ser impactante, pero, por otro
lado, tal vez te sientas aliviada cuando ese enigma se resuelva, ¿eh? En cualquier caso, me
gustaría que tú tomes la decisión.

No tengo motivos para negarme.

- 152 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

A decir verdad, yo también estoy nerviosa. Temo que al aprender todo sobre mí, sea
testigo de cómo mi vida se derrumba frente a mis ojos. Que este bosque, mi matraz, se haga
pedazos.

Pero ahora, en estos momentos. Siento que puedo aceptar lo que sea que encuentre.

Esto es algo por lo que debo pasar para sonreír genuinamente; una prueba que debo
superar. Lo percibo tan fuerte que casi me abruma.

—Iré —digo en un tono enérgico que nunca antes he utilizado—. Quiero saber…quién
soy realmente.

Mientras exclamo estas palabras dentro del castillo, la yo en la aldea está observando al
amo Dez.

Está de pie junto al camión, ignorando el bullicio y la conmoción, observándome.

¿Acaso hice algo sin querer para provocar su ira?

Un recuerdo repentino, del dolor que viene con ser golpeada, hace que me encoja
instintivamente, pero…

El amo Dez da media vuelta y se aleja en silencio.

Esto llena mi corazón con un extraño presentimiento.

Las acciones del amo Dez se repiten con fuerza en mi mente, pero deseo concentrarme en
las palabras del amo Elmer, así que elijo enterrarlas en lo más profundo de mi ser.

Si mi memoria no me falla, el amo Dez me sonrió…por primera vez desde que fue elegido
alcalde.

No obstante, era una sonrisa completamente diferente a la del amo Elmer, una que no
revelaba nada.

Una sonrisa tan terriblemente fría que sentí como si me congelara en mi lugar.


Por la tarde
Un sendero en el bosque

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Capítulo 04 DO: IRA

—Debo decir, Elmer, ha pasado un tiempo desde que me zarandearon dentro de una
cajuela.

—Como una vaca de camino al matadero, ¿eh?

Atiborrados dentro de la cajuela, que servía como almacén para los productos, del
enorme camión-moto nieve; Maiza, Elmer y (una de las) Phil eran sacudidos de un lado
a otro. El vehículo se abría paso por la nieve tan enérgicamente que cada vibración se
convertía en un intenso estruendo que recorría hasta los mismos huesos.

Hasta hace poco, Phil había estado mirando alrededor con los ojos bien abiertos, pero
ahora, tal vez cansada por la inesperada emoción, se encontraba profundamente
dormida, usando un saco de harina que uno de los aldeanos había cargado como
almohada.

—Dime, Maiza.

—¿Sí?

Elmer aclaró su garganta y Maiza se estiró, espantando el sueño que estaba a punto
de alcanzarlo.

—Acerca de Nile. ¿Por qué trae puesta esa máscara?

—¿Tienes que preguntar ahora?

—¡No, pero! ¡Cuando nos reencontramos fue tal la conmoción que la oportunidad
simplemente se me escapó! Y preguntar después, pues, digamos, tú entiendes, ¿no?
Además, ¿no crees que él ya me hubiera dicho si quisiera que lo supiera? Estaría bien si
él solo resoplara y dijera algo como: «De verdad eliges los peores temas de
conversación»; pero no quería que él realmente se enfadara.

—Ciertamente, Nile se descontrola cuando está molesto —dijo Maiza sonriendo


parcialmente mientras rememoraba los ataques de rabia del hombre enmascarado—.
Su máscara es…una especie de escudo.

—¿Escudo?

—Él piensa que si una de nuestras manos derechas se abriera paso hasta su frente,
esa máscara podría protegerlo. En otra palabras, que si hay algo entre la piel de nuestras
manos y la de su frente, podría ser capaz de prevenir su muerte.

- 154 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Ah… Ya veo. Pues bien, eso es terriblemente huraño de su parte, ¿no te parece?

Un poco diferente de la situación de Czes, eh. Pensó Elmer para sí mismo, pero como
si sospechara sus pensamientos, Maiza rió y añadió a su explicación.

—No es que no confíe en nosotros. Según él…

«Imagina por un momento que estamos acampando por ahí. Dentro de tu estúpido
sueño ves un delicioso melón y lo tomas con tu mano derecha. Y en el sueño piensas
“¡Quiero comerlo!”. Pero el melón era mi cabeza. Dormido y desprevenido, estaría
muerto en un santiamén. Digo esto: si fuera a terminar devorado por uno de ustedes, lo
aceptaría como mi destino, pero no puedo permitirme una muerte tan indigna. Eso es
todo».

—¡Jajaja, ese tonto bastardo! ¡Es un huraño!

Maiza sonrió mientras Elmer se partía de la risa, luego exclamó tranquilamente:

—Sin embargo, creo que ese no es el verdadero motivo.

—¿Umm?

—Nile me contó…él pasó casi trescientos años en diversas zonas de guerras del
mundo. Justo en medio de las áreas más peligrosas: las líneas frontales.

—…

—No tengo idea de que estaba esperando encontrar ahí o que fue lo que presenció;
pero, a lo mejor lo que sucedió en aquellos campos de batalla tiene algo que ver con la
máscara que trae. Por supuesto, esto no es más que una hipótesis.

Maiza sonrió nuevamente, comprendiendo a su antiguo colega. Elmer lo observó


fijamente por un rato, luego sonrió aliviado.

—Veo que has estado en buena compañía, Maiza —dijo de pronto.

—¿Me atrevo a preguntar qué tipo de conclusión acabas de hacer?

- 155 -
Capítulo 04 DO: IRA

—Bien, solo pensé que tu sonrisa se ha vuelto más brillante desde la última vez que
nos vimos hace tres siglos.

La sonrisa de Maiza se intensificó.

—¿Eso crees?

—Desde luego. Presiento que Czes sonreiría como tú si solo fuera un poco más
honesto con él mismo —murmuró Elmer, recordando la conversación que tuvo con
Czes en el techo.

—¿Umm? ¿Czes?

—No, no, no es nada —Por un momento parecía que la charla moriría ahí, pero Elmer
escogió ese instante para hablar otra vez—. Como sea, ¿cómo le va a ese colega
demonio? ¿Creo que ahorita es uno de tus compañeros camorristas?

—…

De pronto reinó el silencio, Maiza únicamente podía ver la sonrisa traviesa de Elmer.

—Sorprendido, ¿eh?

—¿Cómo?

—Pues, viejo amigo, tuvimos una pequeña charla, él y yo, hace tiempo.

Elmer estalló en risas, más entusiasmado que lo usual al conseguir agrietar la cara
de póker de Maiza.

Maiza ladeó la cabeza con curiosidad, pero determinó que Elmer no le contestaría
aun si lo presionaba y optó por dejarlo para después.

—Y eso me lleva a pensar, ¿todavía hay alguien de entre nosotros que esté interesado
en la alquimia?

—Czes lo estaba hasta hace poco, pero yo me salí del asunto hace mucho. Lo mismo
aplica para Sylvie y Nile. Habiendo alcanzado la meta de la vida eterna, no veo a nadie
todavía practicándola, a menos que su hobby sea la investigación. Es verdad. Tal vez…
Huey, a lo mejor.

Al escuchar el nombre de su viejo amigo, Elmer alzó la vista al cielo.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Aah, sí. Cierto, cierto. Quizá no sea alquimia, pero puedes apostar que está
realizando alguna clase de experimento en algún lugar.

—Después de todo, él es del tipo de persona que ejecuta pruebas sobre la


probabilidad de conquistar a un país a través de la inmortalidad.

—Ah. Me gustaría verlo, después de todos estos años. A él, Denkuro, Begg y Víctor.

Tal vez conmovido por la expresión desamparada en el rostro de Elmer, Maiza, de


igual forma, recordó por un rato a sus viejos compañeros.

—En ese caso, puedes ir a verlos. Luego de que dejes la aldea.

—Cierto, cierto, por supuesto. Y para hacer eso necesitaré de tu ayuda, Maiza.

—¿Umm? ¿Qué quieres decir con?... Ah.

Antes de que Maiza tuviera tiempo de terminar su pregunta, el camión de repente


redujo la marcha. Un sonido metálico vino desde el frente. No podían ver que ocurría
desde sus lugares en el depósito; pero, probablemente se trataba del ruido de una
puerta abriéndose.

Minutos después, el camión aceleró nuevamente y de súbito descendieron a una


completa oscuridad.

—Un túnel.

—Falta poco.

El túnel pasó rápidamente y la luz inundó el compartimiento otra vez. Maiza


contemplaba fijamente el paisaje que sucedía ante ellos; sin embargo, estaba mucho
más deshabitado de lo que esperaba.

Antes de que pudiera comenzar a observar las cosas apropiadamente, el camión bajo
la velocidad una vez más hasta que finalmente se detuvo.

—¿Qué? ¿Creíste que habría una ciudad escondida en medio de la nada o qué? En tal
caso, lamento mucho decepcionarte.


Se encontraban en alguna especie de laboratorio.

- 157 -
Capítulo 04 DO: IRA

Maiza asomó la cabeza desde atrás y miró alrededor, ignorando la risa ahogada de
Elmer. Estaban en el interior de una inmensa bodega. Parecía que había sido construida
con el único de propósito de ocultar el túnel. Era como si un enorme muelle hubiese
sido arrastrado fuera del océano. Había unas cuantas personas por las inmediaciones,
de acuerdo a la apariencia de sus uniformes y las armas colgando de sus cinturones
quedaba claro que efectivamente eran muy diferentes a las personas de la aldea.

Echó una ojeada a las cercanías, al ver a los guardias de seguridad y el piso de
concreto, Maiza sintió que estaba sincronizándose con otra dimensión. Su cerebro, que
hasta hace diez minutos había estado cómodamente refugiado en un mundo de fantasía,
de pronto se encontró a sí mismo frente a la realidad del siglo XXI. Incluso percibió un
leve shock cultural al presenciar las señales desconocidas pero familiares de la
civilización y al darse cuenta de ello sonrío tontamente por su propia ingenuidad.

Uno de los guardias se percató de Maiza, que miraba a hurtadillas, y se acercó al


vehículo con una mano descansando sobre la culata de su pistola. Al observar que no
alertó a sus compañeros antes de acercarse, resultaba evidente que no tenía ningún tipo
de entrenamiento militar formal.

—¿Puedo preguntar qué sucederá ahora? —inquirió Maiza tranquilamente, como si


esta clase de situaciones pasaran todos los días.

—Estaremos bien. Ellos no dispararan. No enseguida, al menos —contestó Elmer,


aun sentado en el camión y acariciando el rostro durmiente de Phil—. Así que mantén
ese cuchillo tuyo en su lugar.

—Muy bien.

Maiza movió su mano casualmente lejos de su cadera y aguardó a que el guardia


realizara el primer movimiento. No obstante, antes de que pudiera suceder cualquier
cosa, el ruido de una puerta abriéndose llegó desde la parte delantera del camión y tras
dar a quien quiera que estuviera ahí un breve vistazo; el guardia dio media vuelta y se
alejó como si nada hubiera pasado.

Una voz grave y melancólica de un hombre ocupó el espacio que dejó el guardia al
marcharse, se oía como si alguien hubiera tomado el concepto de la fatiga y la
transformara en algo que podía escucharse.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—De modo que tú eres el compañero de Elmer.

Un hombre mayor y alto entró en su campo de visión, sujetaba un par de gafas de


protección y una máscara, parecía que acabara de quitárselas. Claramente se trataba
del conductor.

La mirada del viejo se trasladó a la parte trasera del compartimiento, viendo a Elmer
saludar con la mano y a la niña durmiendo a un lado de él. La tensión abandonó su rostro
solo para ser reemplazada por una expresión complicada y suspiró profundamente.

Acto seguido, se presentó ante Maiza.

En el momento en que las palabras llegaron a sus oídos, la cara de Maiza se volvió
fría y dura como una piedra.

—Me llamo Bild Quates, soy el vigilante de este bosque. Aunque este nombre no es
el que figura en los documentos oficiales.


La yo que está viajando con el amo Elmer abre los ojos y siento una conmoción cercana.

Normalmente no duermo, sin embargo, debido a la sobrecarga de excitación o quizá


gracias al balanceo que el compartimiento hizo mientras recorría el bosque, me quede
completamente dormida.

Aún estoy dentro del depósito, un escenario familiar se extiende frente a mis ojos.

Recuerdo este lugar. Aquí es dónde voy cuando muero.

Ah, noto al amo Quates de pie frente al amo Maiza. ¿Cuántos años han pasado desde la
última vez que lo vi? A él, quien me asesina y me da vida otra vez. Él no me cuenta nada
sobre mí y yo a su vez no le cuestiono nada. Sin embargo, ahora, presiento que quizá puedo
preguntarle muchas cosas.

Me siento feliz el día de hoy, y lo que es más importante, el amo Elmer y amo Maiza están
aquí junto a mí. No obstante…

Por qué, me pregunto, la expresión del amo Maiza es tan dura.

Es la primera vez que he visto semejante mirada en su rostro.

- 159 -
Capítulo 04 DO: IRA

Una pequeña semilla de ansiedad comienza a crecer en mi corazón y una multitud de


escenarios catastróficos se desenvuelven en mi mente.

Aah, creo que ahora entiendo… el motivo del amo Elmer para apreciar tanto la risa y las
sonrisas.

Cuando observo el semblante del amo Maiza, de alguna forma me impregno con ansiedad
también.

Por favor sonríe, amo Maiza. Se lo suplico.


—Te voy a contar la verdad. Ese sujeto es descendiente del viejo Szilard. Aunque
dudo mucho que se hayan conocido —explicó Elmer tranquilamente, paseando
alrededor de la bodega—. Hasta se parecen, ¿no crees? Pues, sí. Estaba totalmente
sorprendido la primera vez que entré clandestinamente aquí y lo vi. No es que pudiera
ver mucho, estás de acuerdo, por la forma en que me golpeaban los guardias.

—…

Parecía que incluso las bromas tontas de Elmer, las cuales Maiza aceptaba
normalmente con una sonrisa calmada, en estos momentos resultaban inútiles en él. Se
limitó a seguir al hombre mayor por detrás, su rostro compuesto con líneas duras de
hostilidad.

Por su parte, Elmer no se encontraba desanimado en lo más mínimo y parloteaba a


mayor velocidad que antes.

—Vamos, Maiza. ¿Por qué esa cara de miedo? Este viejo de aquí; bueno, técnicamente
somos más viejos que él, pero… Como sea, este hombre ya no tiene nada que ver con
Szilard. Él es un gran tipo que ha dedicado el trabajo de su vida en algo que ni siquiera
quería hacer.

—¿El trabajo de su vida? —inquirió Maiza, su voz aun sonaba inusualmente fría—.
Con eso, ¿te refieres atrapar a esas personas inocentes dentro de un bosque y aislarlas
del mundo exterior?

—Te sugiero que te calmes. Estás asustando a Phil.

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Maiza se sobresaltó, su mirada voló hasta la niñita que estaba escondida atrás de
Elmer y lo veía con ojos grandes y temerosos.

—Lo siento.

—No te disculpes. Si sientes la necesidad de disculparte, entonces sonríe para ella


como siempre lo haces. Eso la tranquilizará.

Elmer rió disimuladamente y le dio palmaditas a Phil en la espalda. Maiza,


recuperando el control de sus emociones, también le sonrió torpemente.

Percibiendo el fin del conflicto detrás de él, el hombre que se había presentado a sí
mismo como Bild empezó a charlar.

—¿Por dónde inicio?


Bild Quates. Se trataba de un descendiente de Szilard Quates, quien había obtenido
la inmortalidad y consumido mucho de los compañeros de Maiza en el barco tiempo
atrás.

Su abuelo también había sido uno de los descendientes de Szilard y, al mismo tiempo,
uno de sus asistentes más prometedores.

Insatisfecho con un cuerpo inmortal, Szilard se dio a la tarea de crear un homúnculo


en su búsqueda del conocimiento infinito.

Cuentan que el homúnculo perfecto es un hombrecillo dentro de un frasco y que a


cambio del conocimiento total del universo su existencia estaría confinada a ese frasco,
por temor a sucumbir.

El descubrimiento de la información sobre el homúnculo se encontraba entre las


cosas que había devorado Szilard, así que las investigó con mayor fervor que antes, a
fin de alcanzar la iluminación.

Pero, pese al hecho de que el tiempo ya no resultaba ningún impedimento para él,
Szilard descubrió que trabajar solo era demasiado ineficiente, así que les encargó a sus
descendientes y a otros discípulos prometedores sus propios proyectos para trabajar.

- 161 -
Capítulo 04 DO: IRA

Por otro lado, nunca le dio el control de su investigación sobre la inmortalidad a otro
alquimista. Incluso en la fabricación de su panacea incompleta, usaba farmacéuticos sin
entrenamiento en los métodos de la alquimia, renuente a confiar su propio pellejo y
sangre con sus secretos.

El abuelo de Bild, trabajando bajo la atenta supervisión de este hombre sospechoso,


un día logró crear una especie de homúnculo, aplicando una de las teorías que Szilard
le había enseñado. No le afectaba el paso del tiempo, puesto que había nacido
empleando las células inmortales de Szilard; pero también era carente del
conocimiento absoluto que buscaba Szilard tan impacientemente.

—Después de eso, el viejo Szilard produjo y se hizo con una buena cantidad de
homúnculos, luego de llevarse el último: un homúnculo femenino llamado, eh, ¿Ennis?
¿Alice? Algo así; se fue. Sabemos que fue el último porque nadie volvió a saber nada de
él.

—La investigación de mi abuelo originariamente fue en América, pero una vez que
Szilard desapareció, se mudó aquí, a la tierra de la familia Quates. Y en este lugar,
aprovechando las conexiones de Szilard y los bienes restantes del clan: esta tierra,
prosiguió con sus propios experimentos independientes.

—Invirtió todo lo que tenía en desarrollar este bosque con un solo objetivo:
experimentar con los homúnculos.
Prosiguieron su estudio enfocándose en crear tanto el homúnculo perfecto como el
mítico gran elixir.

Para cumplir con sus objetivos crearon dos tipos de homúnculos, ambos basados en
la panacea incompleta que únicamente concedía regeneración y no vida eterna.

Las propiedades de este elixir se plasmaron en los homúnculos que concibieron. La


inmortalidad conferida por la panacea fue creada mediante la combinación del
componente base con algo de un plano diferente de existencia. En términos fantásticos,
sería como permitir que una colonia infinita de organismos regenerativos poseyera al
cuerpo. Así entendió Szilard su inmortalidad y fue en lo que basó toda su investigación.
Este plano diferente, podría tratarse de un universo paralelo o algo completamente
distinto. Tomando en cuenta que la entidad que le otorgó a Szilard la inmortalidad se

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hacía llamar un demonio, hubo algunos que incluso teorizaron sus sueños más locos de
que esta otra realidad era el infierno.

Sin embargo; la investigación sobre el homúnculo progresó a paso de tortuga y luego


de la desaparición de Szilard se detuvo por completo. No obstante, a medida que
conducían su propio estudio, tropezaron con un descubrimiento sorprendente. Era
posible trasplantar una criatura de puro pensamiento, una conciencia del plano
alternativo, a múltiples cuerpos.

Continuando con sus experimentos, finalmente tuvieron éxito en el


perfeccionamiento de las dos formas de homúnculo incompleto.

Uno era macho, una especie que crecía y envejecía igual que un ser humano común y
corriente.

El otro se trataba de una hembra y pese a que no envejecía, moría rápidamente.


Mediante varias pruebas y análisis, hallaron que podían detener el proceso de
envejecimiento, aunque solo en términos de apariencia externa. A cambio del aspecto
juvenil exterior, la esperanza de vida del homúnculo era drásticamente acortada; para
compensar esta desventaja se decidió que siempre habría cinco cuerpos operando a la
vez.

—En otras palabras, se trata de ti, Phil —dijo Elmer con un ademán ostentoso, como
si estuviera revelando la respuesta en un programa de concursos.

Bild se detuvo frente a una puerta e insertó un código en el teclado numérico junto a
él. Mientras esperaban, Elmer tranquilamente añadió sus propias teorías a la
explicación del hombre mayor.

—Lo hicieron de modo que cuando un cuerpo envejeciera regresara a la instalación


por sí sola, ya que no podían saberlo basándose en la apariencia. Creo que podían
predecir hasta cierto punto cuando lo harías.

Maiza observó de reojo a Phil, tratando de evaluar sus emociones, pero ella solo
asintió con la cabeza, sin mostrar ninguna expresión. Elmer gentilmente acarició su
cabeza y prosiguió.

—¿Alguna vez has jugado un videojuego? Lo usaré como ejemplo, piensa en una
persona jugando con dos controles. Si un lado muere, el otro puede sobrevivir el tiempo

- 163 -
Capítulo 04 DO: IRA

suficiente para presionar el botón de continuar y seguir. O piénsalo de esta forma.


Puedes ver dos entradas al subterráneo que parecen separadas; pero, por debajo están
conectadas a través de túneles, ¿entiendes? De modo que las entradas sobre la
superficie serían sus cuerpos y el subterráneo, en el otro plano, su conciencia que está
conectada como una.

A medida que Elmer finalizaba, la puerta ante ellos se abrió con un débil rechinido
de motores.

Y lo que ellos vieron fue…

—Pensé que esto eran invenciones de la ciencia ficción —Consiguió decir Maiza
perplejo.

Muchos tanques se encontraban en fila delante de ellos, lo suficientemente grandes


para que una persona entrara cómodamente ahí. La mayoría estaban vacíos; pero en el
interior de algunos de ellos, los cuales estaban llenos con un líquido, podían ver algo
flotando adentro.

—Esto es.

Tenían la apariencia de jóvenes seres humanos y estaban en posición fetal dentro


de sus tanques. Un cordón carnoso vinculaba sus ombligos con una sustancia oscura
similar al lodo que cubría el fondo del contenedor.

Estudiando cuidadosamente a las chicas flotantes, una sombra se posó sobre el


rostro de Maiza.

Lo esperaba hasta cierto punto; aun así, observó algo sorprendido que las chicas en
sus tanques portaban más que una simple semejanza con Phil.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

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Capítulo 04 DO: IRA

—Ellas no son clones, así que no son idénticas en realidad. No obstante, su medio
ambiente es el mismo y las células humanas empleadas como base también son iguales,
de modo que, al menos, pueden pasar como hermanas. Como sea, el cuerpo que ha
fallecido es procesado a través de un tratamiento especial dentro de estos tanques;
convirtiéndose en esa sustancia pastosa que ves ahí abajo. No me gusta usar esta
palabra para describir a los humanos; pero, supongo que podrías decir que están siendo
recicladas.

Conforme Elmer explicaba, Bild removió un pequeño frasco de vidrio de su bolsillo.

—Esta agua; es el catalizador que utilizamos para mantener su conciencia en su


lugar.

Había un líquido claro chapoteando en el frasco, difícil de diferenciar a primera vista


del agua corriente.

—Se ve como agua normal —Observó Maiza.

—Y lo que nos convirtió en lo que somos ahora sabía a licor, ¿no es así? Esta sustancia
se obtuvo del mismo elixir, aunque incompleta, así que no sería extraño que luciera
como agua.

—Tienes un punto.

Bild se aseguró que los dos habían terminado con su conversación antes de
proseguir.

—Aplicando esta agua en un cuerpo vacío, la posesión se completa. Incluso una sola
gota es suficiente. Como pueden ver, todos sus recuerdos y experiencias se encuentran
concentrados dentro de este líquido. En otras palabras, esta agua en realidad es el
cuerpo “principal”.

—¿El cuerpo principal? ¿Quieres decir que el agua en sí tiene conciencia propia?

En esta ocasión, Elmer interrumpió la charla. Por el brillo que irradiaba sus ojos
quedaba claro que había estado esperando entrometerse.

—El agua no tiene voluntad propia. No tiene un cerebro con el cual pensar, ni órganos
o nervios con los que sentir. Reutilizando el ejemplo del juego, sería la partida guardada.
Hay que poner los datos dentro un dispositivo de almacenamiento, un cuerpo, antes de

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que pueda hacer o sentir algo. Por ejemplo, si el agua sucediera que está en un cuerpo
humano, entonces nacería con inteligencia humana. —Maiza comprendió de inmediato
lo que Elmer trataba de decir y guardó silencio, perdido en sus pensamientos—.
Supongo que para los humanos, esa inteligencia sería increíblemente rápida. Piénsalo.
Puede controlar cinco, no, quizás más cuerpos humanos a la vez. Me pregunto cómo
luciría si escapara de los confines de nuestro universo y lográramos ver su verdadera
forma. A lo mejor es una especie de conciencia totalmente diferente o tal vez sea un tipo
de programa autómata, ejecutando comandos de supervivencia como si fuera un
insecto. No puedo decir con seguridad que solamente está aprendiendo e imitando el
comportamiento del ser humano para sobrevivir, pero…

Phil había escuchado en silencio desde su lugar detrás de Elmer hasta entonces, y
ahora él le daba golpecitos en el hombro. Siendo incapaz de entender por completo la
conversación, ella se limitaba a inclinar la cabeza hacia un lado con curiosidad.
Probablemente confundida con la analogía de los videojuegos, puesto que ni siquiera
había visto una televisión antes.

Elmer le regaló una sonrisa alegre antes de encarar a Maiza.

—Pero, no lo creo… no, a decir verdad no me importa cuál sea el caso. Qué más da si
esta niña es de otro universo, ella sigue siendo Phil de todas formas. Puede que no esté
muy acostumbrada a vivir con normalidad; sin embargo, una vez que llegas a conocerla,
ella es una buena muchacha que siempre piensa en los demás, ¿verdad, Maiza?

Maiza, igualmente, miró a Phil a los ojos y sonrió con amabilidad.

—Por supuesto —Estudió el contenido de los tanques momentáneamente y se


dirigió a Bild, con la expresión compuesta y seria otra vez—. De tal modo. ¿Qué esperas
que haga al respecto?

De nueva cuenta, Elmer contestó en lugar del hombre mayor.

—Es fácil. A este sujeto no le queda mucho tiempo de vida. Bueno, según nuestros
estándares, así es. El punto es que, cuando él muera, este experimento terminara por
completo. No hay nadie que tome las riendas, e incluso si lo hubiera, nuestro amigo aquí
presente desea que todo acabe con él. Se armará un gran caos pero al menos los

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Capítulo 04 DO: IRA

aldeanos serán libres. Sin embargo, antes de que eso suceda, quiere que Phil salga del
bosque.

—Siempre he estado asustado —dijo Bild con una expresión de preocupación


cerniéndose sobre su rostro—. Mi padre y mi abuelo se sumergieron tanto en una
investigación tan siniestra. No, no quiero decir que seas terrorífica, Phil. No obstante, la
razón que los llevó a crear dos homúnculos fue el conocimiento absoluto que se decía
poseían. Su hipótesis consistía en que al renovar continuamente los cuerpos y viviendo
por siempre, los homúnculos acumularían experiencia hasta que eventualmente
adquirieran el conocimiento absoluto. Por esa razón te crearon a ti. Por eso mi abuelo
y mi padre invirtieron su gran riqueza y las conexiones políticas de nuestros ancestros
para emprender un trabajo tan terrible —El cuerpo de Bild comenzó a estremecerse,
consumido por el peso de sus propios pecados—. Compraron personas, muchas
personas, a cambio de saldar sus enormes deudas. ¡Muchos hasta trajeron bebés recién
nacidos! Y luego, los aislaron en este desolado lugar, fueron forzados a convertirse en
“aldeanos”. A veces pienso que algunos fueron extorsionados por otros métodos
además del soborno, pero… No estaba presente en ese entonces. Cuando esta aldea fue
creada no era más que un niño.

Maiza guardó silencio hasta el final de la confesión del anciano, y en cuanto concluyó,
Maiza habló en un tono de voz bajo y serio.

—¿Por qué comprarían y mantendrían una aldea así?

—Para una simulación —replicó Elmer con tranquilidad, ignorando la oscura mirada
en el rostro de Maiza—. No podían exponer sus nuevos homúnculos al mundo exterior
de inmediato. Querían darles por lo menos algo de experiencia en este jardín en
miniatura perfectamente controlado y realizar anotaciones sobre la forma en la que se
desarrollaban al interactuar con otras personas.

—¿Solo por eso? Seguramente no necesitaban inventar toda una aldea… Una
simulación a esa escala es posible sin tener que ir a los extremos de comprar personas.

—Quiero pensar que tenían miedo de que los descubrieran, además pretendían tener
control total sobre cada aspecto del experimento. Sí, ahora que lo pienso, quizá si el
gran elixir no hubiera estado involucrado, entonces las cosas no hubieran llegado a

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estas alturas. Se los digo, cualquier persona interesada en la inmortalidad es un


extremista, sin ofender. En resumen, mi padre y abuelo no querían que la información
sobre la panacea se filtrara. No tenían la intención de permitir que nadie con
información sobre la investigación volviera al mundo exterior —Bild no se dio cuenta
de la sonrisa auto-desaprobatoria de Elmer y prosiguió, su expresión aún más seria que
antes—. ¡Sabía que debía parar esta locura antes, pero no me atrevía a hacerlo! Tanto
mi abuelo como mi padre pasaron a mejor vida y la idea de enmendar estos pecados yo
solo… pero, ¿cómo iba a saberlo? Hace cinco años, cuando el maestro Elmer entró
clandestinamente aquí. ¡Hasta entonces descubrí por lo que Phil estaba pasando! No
tenía idea de lo que sucedía cuando ella regresaba a este lugar al final de su vida. A lo
mejor si hubiera preguntado, ella me habría contado, pero ni una sola vez lo intente. La
evitaba a propósito, todo por culpa de mi estúpida ansiedad. Nada de lo que diga ahora
puede compensar mi negligencia, pero deseo que esta niña encuentre la felicidad… Solo
eso, por lo menos.

Los investigadores siempre han hecho su trabajo en el laboratorio camuflado como


castillo; pero, cuando llegó la hora de crear la aldea y observar la adaptación de Phil en
sociedad. Sellaron toda el área desde el exterior. Le administraron a los árboles la
panacea incompleta, conformando así un bosque que nunca moriría más que de vejez.

Incluso después de que la aldea fuese terminada, los alquimistas revisaban la aldea
periódicamente bajo la fachada de mercantes. Asimismo, estaban al tanto de que de vez
en cuando los forasteros entraban a la aldea por medio del bosque y de que los aldeanos
tenían sus propios métodos para encargarse de estos intrusos.

A veces los jóvenes se escondían en la parte trasera del camión; pero, fueron
cautivados por el mundo exterior y nunca miraron hacia atrás, al mundo que
abandonaban. Después de todo, su razón para pasar de contrabando había sido la
añoranza por el exterior. Para ellos, el atractivo del mundo exterior era mucho más
fuerte que los lazos de su familia u hogar.

Claro que existían unos cuantos que trataron de regresar, aunque los investigadores
no se los permitieron.

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Capítulo 04 DO: IRA

Maiza mantuvo su expresión cuidadosamente en blanco mientras el hombre mayor


relataba su historia, luego abrió su boca cuando estaba claro que había terminado.

—Si deseas reparar lo que has hecho, debes extender la misma disculpa a los
aldeanos.

—Estoy totalmente de acuerdo. No obstante, los aldeanos tienen hogares y familias


a las que regresar; sin embargo, Phil… todo lo que ella posee es la aldea. Su esperanza
de vida es demasiado corta para cualquier otra cosa.

—Le prometí a Phil que le mostraría el mundo entero. Le dije que la liberaría de sus
cadenas —exclamó Elmer desviando la mirada. Era una forma indirecta de pedir las
cosas, pero Maiza entendió de inmediato.

—¿Quieres que prolongue su vida?

—¡Tan listo como siempre, viejo amigo!

—Dejaré esto en claro. No voy a recrear el Gran Elixir.

—Por supuesto, desde luego. Sin embargo, tu conocimiento será de mucha ayuda.
Piénsalo. Tenemos aquí reunidos casi media docena de alquimistas que han vivido más
de trescientos años, Maiza. Quien sabe lo que podríamos hacer.

Maiza se quedó en silencio, sumido en sus pensamientos, mientras que Phil se acercó
sigilosamente hacia Bild y alzó la vista de manera suplicante.

—Ah. No entiendo porque se siente tan culpable, amo Bild, si bien no puedo hablar
por los aldeanos, yo estaré bien. Por favor, no frunza el ceño así. Por favor, sonría.

Maiza parecía ensimismado, viendo a la niña preocuparse por Bild. Luego,


finalmente, soltó un profundo suspiro.

—Muéstrame tus notas.

Un par de horas habían pasado desde que Maiza comenzó a ojear los reportes de la
investigación, cuando Elmer decidió hablar.

—Vine porque sabía que había algo en este lugar relacionado con Szilard. Verás,
escuché rumores de que existía un laboratorio de alquimia en este bosque y que lucía

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como un viejo castillo. Creí que a lo mejor Szilard volvería un día, y luego, tal vez lograría
convencerlo de que se retractara.

—Elmer… No puedo creer que aun pensaras que eso fuera posible.

—Bueno, él está muerto, de modo que ahora nunca lo sabremos, ¿no?

Elmer se rió alegremente como si acabara de hacer una broma y mientras lo


observaba, Maiza fue golpeado por una idea inesperada.

—Elmer… fuiste tú quien esparció los rumores sobre ti estando en este lugar al
mundo exterior, ¿no es así?

—Oh, ¿te diste cuenta? Bueno, verás, simplemente pensé que si contactaba a Víctor
la información llegaría a ti de alguna forma. Entonces, él me contó algo sobre «hablar
con un proveedor de información» y me fui con eso. Creí que vendrías solo, pero te
presentaste en compañía de esos tres.

—Sí, fue una sorpresa.

—Cuando Phil me dijo que cuatro forasteros habían aparecido en la aldea, jamás, ni
siquiera por un segundo, pensé que podrías ser tú. ¡Ja! Qué buena bienvenida les
terminé dando, ¿eh?

Elmer rió para sus adentros, recordando cómo se habían desarrollado los eventos
tras la primera visita de Maiza al castillo.

Por su parte, Maiza repasó lo qué había recabado de la conversación, dando voz
finalmente a su hipótesis.

—¿Querías terminar esta investigación usando mi conocimiento?

—Pues claro —replicó Elmer descaradamente—. De hecho, pensé en que tal vez
podríamos invocar a ese colega demonio una vez más si todo lo demás fallaba.

—Solo a ti, Elmer —murmuró Maiza, enterrando el rostro entre sus manos, acto
seguido se rindió y rió también—. ¿Te has dado por vencido con la alquimia? —
preguntó de improviso.

Elmer vaciló y desvió la vista, una breve expresión de tristeza se reflejó en su cara.

- 171 -
Capítulo 04 DO: IRA

—El único motivo por el que me convertí en alquimista fue debido al dinero. Era todo
lo que quería.

—Debo admitir que no esperaba eso de ti.

—Deseaba convertirme en alquimista para crear montañas de oro, el suficiente para


dárselo a todas las personas pobres del mundo. Y, desde luego, guardar una parte para
mí. Pensé que eso bastaría para hacer feliz a todo el mundo —Se rió torpemente —.
Tonto, ¿no es así? No tenía idea sobre economía o sociología, por lo que cosas como la
inflación o incentivos económicos nunca se me ocurrieron. Sin embargo, ahora que he
vivido tanto, he aprendido cómo funciona el mundo. Ya sé que los seres humanos no
pueden encontrar la felicidad tan fácilmente, de modo que no le di más importancia a la
alquimia.

Al ver que Bild y Phil entraban a la habitación, Elmer rápidamente cambió de tema.

—Aah, muy bien, Bild. Siempre me he preguntado, ¿qué paso con el homúnculo
varón? Phil dice que nunca lo conoció, ¿entonces?

El hombre mayor parecía desconcertado por un momento antes de asentir en


comprensión.

—Ya veo… Debe haberse ajustado completamente a la vida en la aldea. Apuesto a que
ya lo han visto, aunque puede que no se hayan dado cuenta en ese momento —La
compleja mirada sobre las facciones de Bild se profundizó mientras recordaba al
hombre; no, el homúnculo—. Debe haber sido una tortura saber que era un
experimento. Abandonó estas pruebas mucho antes que yo. Creo que hace quince años
entró furtivamente a las instalaciones y destruyó el tanque en el que su cuerpo se
encontraba, luego robó el agua que funcionaba como su catalizador. Él nunca regresó.
Claro que, no seríamos capaces de hacer algo incluso si lo hiciera, con el agua ausente.

El hombre mayor sacó una fotografía de su abrigo y la observó como si el homúnculo


se tratara de un hijo perdido hace mucho tiempo.

—Está en su segundo cuerpo, el que tenía cuando se fue, debe tener unos cincuenta
años de edad. En estos momentos debe estar pasando su vida como un miembro de la
aldea.

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Bild le mostró la foto a Maiza, como si esperara la bendición de otro hombre.

—Este es él. Si lo ven, salúdenlo de mi parte.

La fotografía mostraba a un hombre delgado de ojos penetrantes.

—Umm… No puedo evitar pensar que lo he visto antes —murmuró Maiza,


observando fijamente.

—¿Oh? Mira, qué tal si hacemos esto.

Elmer tomó un puño de virutas de borrador de la mesa y las esparció sobre la foto.

Phil, quien había estado mirando el procedimiento desde atrás, abrió la boca y
pronunció el nombre a pesar de sí misma.

—¡Amo Dez!


No puede ser.

No es posible. Pero lo es.

El viejo retrato que el amo Bild recién nos enseñó.

Es sin duda el amo Dez.

Si el amo Dez es como yo: un humano artificial, ¿también sabe lo que soy yo? ¿Cómo
puede odiarme tanto si venimos del mismo creador?

O quizás, es porque compartimos un progenitor que me desprecia de esa forma.

Todavía de pie, inmóvil delante del retrato, comienzo a correr hacia la casa del mayor.

La noche empieza a caer mientras la nieve se amontona, de modo que hay pocas personas
en las calles.

Las personas, que paso de largo, se detienen a observarme, la sorpresa marcada en sus
rostros. Puede que me den una paliza por esto después, pero no importa.

- 173 -
Capítulo 04 DO: IRA

Si él creció y envejeció a diferencia de mí; entonces no sería muy raro que se casara o
tuviera hijos o se volviera alcalde.

—Umm. ¿Qué sucede? No te ves bien —dice el amo Nile en los establos del castillo, un
extraño intento de él por iniciar una conversación.

—¿Te encuentras bien? Pareces enferma. Bien, yo haré el resto, puedes irte a descansar,
¿te parece? —anuncia la ama Sylvie en la cocina del castillo, sonriendo afectuosamente.

—Maiza y Elmer están tardando. Oye, ¿cómo va todo por allá? —pregunta el amo Czes,
esperando conmigo fuera del castillo a que ellos regresen.

Aunque no le respondo a ninguno.

Por ahora, solo por este momento, deseo concentrar todo lo que tengo en la yo que está
corriendo a través del pueblo.

De vez en cuando mis pies se hunden profundamente en la nieve y flaqueo, a pesar de eso
sigo corriendo hacia la casa del alcalde.

Tan pronto como llego, golpeo violentamente la puerta con mis puños. Más fuerte que
cualquier otra cosa que haya hecho en mi vida, tan duro que un dolor agudo se clava
intensamente en mis manos. Pero, eso no podría importarme menos ahora.

Transcurre una eternidad hasta que la puerta se abre.

Por fin, gira hacia el interior.

—¿Umm? Phil, ¿cuál es la prisa?

El hombre frente a mí no es el amo Dez, sino el amo Felt.

—¡P-por favor! ¡Te lo suplico, dime, ¿dónde está el amo Dez?!

—¿Papá? Fue al pozo por un poco de agua.

—¡Gracias!

- 174 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

El amo Felt me observa con curiosidad, pero no tengo tiempo para explicar.

La sonrisa fría que el amo Dez me mostró en la tarde. Los temblores de ansiedad que esa
sonrisa provocó regresan con más fuerza dentro de mí; ahora, como una estrepitosa llama de
terror.

Corro, corro, corro. Como si huyera de la ansiedad dentro de mí o quizá persiguiendo la


causa de todo esto.

—Oye, Phil; que ni se te ocurra decirle una palabra sobre esto al alcalde —dice la voz
del amo Elmer desde lejos. La yo frente a él susurra «Sí»; pero, la yo en la aldea… ya es
demasiado tarde.


El pozo era una pequeña protuberancia situada a las afueras de la aldea. Tenía la
profundidad suficiente para evitar que se congelara por completo en invierno, de modo
que la simple acción de lanzar la cubeta bastaba para romper la fina capa de hielo que
se formaba. Se trataba del corazón de la vida en la aldea, ya que el río se encontraba
muy apartado.

Un hombre se encontraba de pie frente al pozo. Tenía un bigote y una fuerte mirada
arrogante sobre él mientras permanecía en silencio observando la superficie del agua.

No se movía para nada, como si estuviera esperando a una persona.

Y por fin… arribó dicha persona.

—¡Amo Dez!

El alcalde se giró y encaró a la chica mientras ella respiraba con dificultad.

—Llegas tarde —El alcalde observaba en silencio el rostro de Phil con ojos que
decían que estaban cansados de esperar desde hace mucho tiempo. Después, comenzó
a enunciar con tranquilidad—. De modo que, finalmente te has dado cuenta de la
verdad. No, ¿debería decir que lo recordaste? —El alcalde se rió de manera
desagradable. En su mano derecha sujetaba un pequeño contenedor con un líquido

- 175 -
Capítulo 04 DO: IRA

dentro—. Seguiste al mercante hasta el exterior, ¿no es así? De regreso al lugar que es
nuestro principio y nuestro final.

—Esa botella…

—Así es. Este es uno de los frascos que funcionan como nuestras cunas. La única
diferencia entre nosotros es cual nos da la vida —dijo Dez despectivamente, empujando
la botella hacia Phil para que la viera—. En otras palabras, esto soy yo. ¿Acaso no
escuchaste la historia de Bild? Esta es mi verdadera forma, el catalizador para
expandirme, mi alma —Phil no sabía en qué estaba pensando Dez. Y como si él leyera
su mente, Dez mostró su sonrisa fría y lentamente destapó la botella—. Por ejemplo —
dijo pausada y detenidamente, tal cual explicara el proceso de un experimento—.
Considerando que me vuelvo completo cuando esta agua, mi conciencia, es
administrada a un cuerpo vacío. ¿Qué pasaría si añado esta agua al pozo y los aldeanos
que ya poseen una conciencia la beben?

—¡…!

Los únicos que habían tomado el agua hasta ahora habían sido cuerpos vacíos
creados en sus tanques. ¿Qué sucedería si una persona normal la ingería?

—Solamente lo he intentado una vez en el pasado, sobre un anciano que estaba a


punto de morir: el alcalde anterior. Cada conciencia lucha contra la otra en una batalla
por el control del cuerpo. Sorprendente, ¿cierto? Eso significa que el cerebro, algo que
debería ser una existencia consistente e intransigente, es forzado a pelear de frente
contra una conciencia etérea. Va más allá de los límites de la alquimia. Esto es algo
espiritual, algo mágico. ¿No te parece? El lado que gana se apodera de todas las
experiencias y conocimientos del otro. ¿Pienso que es similar a los inmortales que viven
en el castillo y la forma en que pueden comerse entre ellos? —¿Qué tanto sabía Dez?
Phil fue tomada por sorpresa por un instante, luego recordó que Sylvie le había contado
todo a Felt, así que era normal que la información también llegara a oídos de su padre—
. Y perdona que diga esto, pero no tengo intención de perder contra personas que se
conforman con vivir como ganado, justo como esos aldeanos. Supongo que es una
especie de apuesta, pero nada de eso importa ahora.
Solo entonces Phil se percató de lo que él pretendía hacer.

- 176 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—No puede ser.

—Estoy cansado de gobernar una patética aldea. Si hubiera vivido sin conocer otra
cosa quizá estaría satisfecho, pero ese demonio del exterior tuvo que darme esa maldita
esperanza. ¡Hay un mundo fuera de este bosque! —La locura brilló en los ojos
enrojecidos del alcalde, no, del hombre que alguna vez había sido el alcalde—. Me dije
a mí mismo. Si voy a aventurarme en el mundo, ir con una sola vida es demasiado
arriesgado. Sin embargo, si cada una de las noventa y seis almas de esta aldea se
convirtieran en mí… ¿no crees que serían suficientes, incluso para el mundo exterior?

La chica se quedó momentáneamente aturdida por las verdaderas intenciones de


Dez; no obstante, enseguida recuperó la compostura y le devolvió la mirada.

—Ni siquiera lo sueñes.

—¿Umm? La criada sabe cómo responder, ¿eh? —inquirió Dez divertido.

La chica lo contradijo una vez más.

—No hay forma de que tomes el control de sus mentes.

El cuerpo de Phil temblaba de miedo, pero sus ojos estaban firmes con determinación
y dio un paso al frente.

—Ya veo. Muy bien —dijo Dez, acto seguido abrió la botella con un movimiento
rápido y casual.

—¡No!

Ella dejó escapar un grito más parecido a un chillido y corrió directamente hacia Dez.
Concentró cada gramo de su fuerza en sus piernas para saltar hacia la mano derecha de
Dez, a fin de alcanzar la botella para quitársela.

Con un movimiento practicado, la mano izquierda de Dez voló al interior de su abrigo


y; extrayendo un cuchillo que emitía un destello plateado a la luz de la luna, produjo un
gran corte sobre el brazo de Phil.

Por un momento, el rostro de Phil se retorció como si hubiera sido quemada, después
se encogió del dolor.

—Perra inútil.

- 177 -
Capítulo 04 DO: IRA

Unas cuantas gotas carmesí decoraron la cara de Dez a medida que veía odiosamente
a la chica.

—¡Aaaaah!

No obstante, Phil no se iba a detener. Ella no disminuyó la velocidad ni por un


segundo mientras embestía de lleno contra Dez.

—¡¿Aargh?!

La tacleada, asestada por una niñita, no representaba una amenaza por sí sola; no
obstante, el hielo que cubría el suelo alrededor del pozo provocó que Dez resbalara.

Los dos cayeron a un lado del pozo en una pila intricada de extremidades y golpes
duros.

No había lugar para una conducta civilizada en esta batalla, la chica peleó y gritó
como un animal salvaje.

Minutos después.

Los aldeanos, que escucharon la conmoción, se apresuraron al lugar y contemplaron


a…

La bruja, que siempre consideraron por debajo de ellos y despreciaban.


Su cuerpo manchado de rojo… y desplomado bajo sus pies sin vida… se encontraba
el cuerpo del alcalde, Dez Nibil, con un cuchillo plateado alojado en lo profundo de su
garganta.


No quería salvar a los aldeanos.

De hecho, estoy más cerca de odiarlos que de sentir cualquier tipo de afecto.

Pero más que esa aversión. Temo perder este mundo.

Fue por eso… Esa es la razón por la que asesiné al alcalde. Maté al amo; no, ¡maté a Dez!
No me arrepiento. Desde luego que no.

Estas inesperadas emociones dentro de mí.

Es el sentimiento llamado ira. Y esto es miedo.

- 178 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Actúe de acuerdo a mis emociones.

No iba a permitir que destruyera este mundo, mi mundo.

No me queda nada, excepto la aldea y el bosque.

Lo sé. Lo entiendo. Todo lo que hice, lo hice por voluntad propia.

—¡Aah! ¡Aaagh!

Así que no me arrepiento.

—¡E-el alcalde!

—¡Dez!

—¡¿Cómo pudo pasar esto?!

Desde luego que no.

—Phil… ¡Esa desgraciada asesinó al alcalde!

Lo sé. Lo entiendo completamente.

—¡Maldita sea, eran sirvientes del demonio!

—¡Actuaron obedientes para engañarnos, ¿verdad?!

Sabía que esto pasaría.

—Asesina.

Que ellos me llamarían así.

—Demonio.

Y así.

—Bruja.

Y así.

—¡Cómo te atreves a hacerle esto a la aldea que te acogió!

Y así.

—¡Por fin muestras tu verdadero yo!

Sabía que lo harían.

—¡No más!

- 179 -
Capítulo 04 DO: IRA

¡Lo sabía, lo sabía, lo sé, lo sé! ¡Así que, por favor, se los suplico, no más, lo entiendo,
por lo que más quieran, no digan nada más!

Nada más, nada más, nada más, nada más, nada más, nada más, nada más, nada más, nada
más, nada más, nada más, nada más, nada más, nada más, nada, nada, nada, nada, nada, nada,
nada, no, no, no, no, no, no, no, no, ni una palabra más…

Justo cuando mis emociones someten mi habilidad para pensar; alguien me da un fuerte
abrazo.

—No te preocupes. Todo va a estar bien.

Es el amo Czes. Aah, esta no es la yo rodeada por los aldeanos. Es la yo que está esperando
el regreso del amo Maiza frente al castillo.

—¿Por…qué?

¿Por qué el amo Czes me está consolando? No debería saber lo que estoy experimentando
en estos momentos.

—Ah; perdón. Es solo que te veías muy asustada y no respondías a nada de lo que te decía
y… comenzaste a llorar de repente.

—Ah. —Finalmente me doy cuenta que lágrimas caen por mis mejillas—. Ah… Estas
son…

En el momento en que reúno mis ideas, pensando en qué contestarle al amo Czes.

Un aldeano corpulento aparece detrás de él y balancea un pesado garrote directamente


sobre su cráneo.

—Ugh.

Ni siquiera tuve tiempo de gritar cuando el amo Czes pierde la conciencia, poco después
un fuerte golpe impacta la parte trasera de mi cabeza también y todo se vuelve oscuro.

Al mismo tiempo, una voz familiar se hace escuchar a la yo acorralada por los aldeanos.

—Padre… Phil.

Ah.

- 180 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Él está… ¿muerto? Por…qué.

No, no, esto no.

—Por qué le hiciste… a mi padre…

Al principio el amo Felt parece confundido; pero rápidamente la conmoción empieza a


inundar su rostro.

—Regrésalo.

Quizá es furia, tal vez tristeza.

—Regrésalo.

El amo Felt da un paso hacia mí, su cara retorcida en un rictus de una horrible imitación
de sonrisa.

—Regresa a mi padre.

Él da otro paso, alzando la voz en un grito.

—¡Confíe en ti! ¡¿Por qué?!

Conforme esa voz llega a mis oídos; siento que algo se rompe en el interior de mi corazón.

Aah; ¿estuvo mal que soñara? ¿No debería haberme atrevido a tener esperanzas? Si no
hubiera albergado tales sentimientos, no sentiría tanta tristeza ahora.

Trato de comentarle algo al amo Felt; pero una roca lanzada por uno de los aldeanos
golpea la parte trasera de mi cabeza y mi conciencia en la aldea se tiñe de negro
abruptamente.

—Lo siento.

Al mismo tiempo, una voz me dirige la palabra.

Es el amo Elmer. Echo un vistazo alrededor y observo que estoy sentada en el cubículo
del carruaje de hierro. El amo Elmer se encuentra a mi derecha, acariciando mi cabello, y a
mi izquierda está el amo Maiza, empuñando algo parecido a una rueda en sus manos.

- 181 -
Capítulo 04 DO: IRA

Fuertes vibraciones sacuden mi cuerpo y ante nosotros, más allá del panel de vidrio
transparente, se extiende la vasta región del bosque cubierta de nieve. El sol se ha puesto
hace tiempo, a pesar de eso el camino frente al carruaje está tan claro como el día.

Algo húmedo cae sobre mi mano, la cual se encuentra en mi regazo.

Me percato de que estoy llorando. Lo noté con el amo Czes hace un momento; al parecer
no puedo controlar mis emociones entre los cuerpos muy bien.

—Lo siento. Te prometí que las primeras lágrimas que alguna vez derramarías, serían de
alegría o de risa.

Cuando mis ojos se enfocan en la expresión del amo Elmer, las lágrimas abruman mis
palabras y no puedo decir nada.

Solo quiero acurrucarme y llorar y llorar, pero no puedo. Hay algo que necesito decir,
conocimiento que debo entregar.

—Ah… Amo… zes… él está…

—Todo está bien. Tranquila —dice el amo Elmer sonriéndome con gentileza. La sonrisa
me hiere más de lo que cualquier regaño estrepitoso ha hecho.

Siento que me falta el aliento. Cada vez que trato de exhalar, un sollozo desmorona mi
cuerpo. Sin embargo, tengo que contarles. Incluso si eso significa dejar de respirar; incluso
si mi corazón se detiene, al menos tengo que decirles esto.

—Ah, el amo Czes está, ah… ¡El amo Czes! Los aldeanos tienen, ellos tienen…

No puedo articular más que palabras sencillas, aun así el amo Elmer y Maiza parecen
entender.

La mandíbula del amo Maiza forma líneas duras, al tiempo que el carruaje trastabilla hacia
adelante con una ráfaga de velocidad. Me esfuerzo por sentir alivio mientras mi espalda
presiona el asiento, sabiendo que he transmitido lo qué necesitaba ser anunciado. No
obstante, enseguida me digo a mí misma que es demasiado pronto para permitirme
semejantes lujos y en lugar de eso trato de reprimir las lágrimas que amenazan con salir.

Ya sea risa o llanto, me declaro a mí misma que primero debemos de salvar al amo Czes.

Y, limpiando mis ojos, decido mirar al frente.

- 182 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita


El ruido agudo de algo crujiendo provocó que Czes recuperara la conciencia.

Tenía los brazos atados a la espalda, restringiendo por completo su uso. Sentía algo
cálido detrás de él, así que supuso que se encontraba en el suelo.

Podía escuchar personas susurrar cerca de él. Czes determinó que sería mejor no
abrir los ojos por ahora y los entrecerró con discreción, examinando el área.

Se encontraban en el vestíbulo de una casa. Una luz roja danzaba sobre las paredes
de madera. La luz no provenía de una lámpara. El crujido, que lo había despertado,
debió haber sido uno de los troncos consumiéndose en la chimenea atrás de él.

Dos personas yacían amarradas junto a Czes.

Eran dos de las cinco Phil. Una probablemente era la que había estado con Czes y la
otra la que se encontraba en la aldea.

¿Qué había pasado? No podía recordar ningún tipo de tensión entre ellos y los
aldeanos últimamente. Además, ¿qué le había pasado a Felt?

—Oye, parece que está despierto.

Uno de los aldeanos notó a Czes mirando alrededor y escabulléndose, así que retrajo
una pierna y le propinó una patada a un costado. El fuerte dolor le quitó a Czes el aliento.

—Ugh.

—¿Qué te pareció eso, pequeño engendro del demonio? —profirió el hombre


corpulento, mirando a Czes que tosía intentando recuperar el aliento.

—Teníamos nuestras dudas cuando los atrapamos, pero ahora estamos seguros.
¡Trataron de envenenar nuestro pozo, monstruos!

¿De qué están hablando? El caos reinaba en la mente de Czes, pero se limitó a guardar
silencio y escuchar de momento. No estaba ansioso de abrir la boca sin pensar y recibir
otra patada en respuesta.

—Y luego asesinaste a nuestro alcalde cuando quiso detenerte, maldita bastarda.


¿No sentiste nada después de todo lo que hemos hecho por ti?

- 183 -
Capítulo 04 DO: IRA

Esta vez, él pateó a Phil en el estómago. Ella parecía completamente inconsciente, su


pequeño cuerpo solo se levantó un poco y cayó de regreso al suelo con un ruido sordo.

—¡Detente! —gritó Czes sin querer e inmediatamente se arrepintió por ello.

—¡Cállate!

Los puntapiés llovieron sobre él de nuevo; no obstante, esta vez estaba preparado y
no jadeó como antes.

Había cerca de diez aldeanos aguardando detrás del hombre y solamente miraban a
Czes como si fuera una cosa repulsiva. Ni uno solo de ellos se movió para frenar la
conducta violenta del hombre.

Las dos Phil aún permanecían inertes en el frío suelo. Por el pequeño movimiento de
sus hombros cuando respiraban, quedaba libre de dudas que todavía se encontraban
con vida. Al menos no tenía que preocuparse por eso.

Sin embargo, la situación no podía seguir así para siempre. Así que Czes decidió
hablar con los aldeanos y averiguar lo que estaba sucediendo.

—¿Por qué me secuestraron? ¿No acaba de decir que se enteró de esa cosa venenosa
después de que nos trajo aquí, señor?

Algunos aldeanos se miraron entre ellos con aprensión, sorprendidos por la


inocencia en su voz; aunque el hombre que lo había pateado solo se burló.

—Deja de fingir que eres un niño. Sabemos que tienes más de trescientos años y que,
pese a que eres inmortal, no eres más fuerte de lo que aparentas.

Czes suspiró y pensó en Felt.

De modo que también estuvo de chismoso. Mocoso ingenuo.

—Ya veo. En ese caso, hablaré con normalidad de ahora en adelante.

Los aldeanos retrocedieron, susurrando entre ellos, perplejos por la repentina


expresión y tono de voz madura de Czes.

—Bah, por fin muestras tus verdaderos colores.

- 184 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

El hombre corpulento se colocó una fachada valiente, aunque era obvio que él
también se encontraba profundamente consternado. Tomando en cuenta esto, Czes
comenzó el interrogatorio sobre lo que deseaba saber.

—Esto es simplemente una pregunta y no una queja, por si te interesa, pero… ¿Quién
decidió secuestrarnos y por qué?

El aldeano que había pateado a Czes dio media vuelta para ver a sus compañeros;
pero, al parecer nadie se oponía a que le contestara.

—Fue porque parecías el más débil. Decidimos atraparte cuando tuvieras la guardia
baja y luego usarte como un rehén para deshacernos del resto de los monstruos.

—Entienden que soy inmortal, ¿aun así piensan utilizarme como rehén?

Se trataba de una pregunta obvia y el hombre respondió de inmediato.

—Tenemos nuestros métodos. Podríamos llevarte a la herrería, mezclarte en una


cubeta de acero fundido y luego tirarte dentro del pozo.

Czes se asustó un poco, imaginando semejante destino. Si lo hundieran en el fondo


del mar estaría bien; tarde o temprano sus compañeros lo rescatarían. Pero si lo
mezclaban en un bloque de acero sólido, ¿sería capaz de regresar a su forma original?

Eso le preocupaba.

Sin hacer caso a la expresión reflexiva de Czes, el hombre corpulento dio un paso al
frente en un intento por amenazarlo. Incluso a primera vista era evidente que él era
más grande que los demás aldeanos; seguramente se trataba del bandido de la aldea, la
clase de rufián que existía en cada comunidad.

—Y lo más importante; puede que no mueras, pero seguramente sentirás dolor,


¿cierto? —dijo el hombre, sacando un par de alicates del bolsillo.

—Ugh.

Tortura. En el instante en que la palabra surgió en su mente, el terror echó raíz en el


corazón de Czes.

El infierno que había experimentado sobre un tren hace setenta años de repente
cobró vida de nuevo.

- 185 -
Capítulo 04 DO: IRA

El hombre contempló el rostro de Czes deformado por el miedo y rió


disimuladamente, mientras abría y cerraba las pinzas en forma amenazadora.

Czes se encontró siguiendo los alicates con los ojos a pesar de sí mismo y a medida
que el sudor empapaba las palmas de sus manos, se esforzó por encontrar algo que
decir.

—Espera. Solo quiero saber quien tuvo la idea de este plan. Eso es todo.

Czes intuía que la respuesta sería Dez, simplemente quería ganar algo de tiempo para
luchar contra su miedo, pero…

La contestación que recibió fue como un balde de agua fría en la cara.

—Fue idea de Felt.

Czes alzó la cabeza y miró a los aldeanos a su alrededor.

Sin embargo, por la expresión en sus rostros, parecía que estaban diciendo la verdad.

—Comenzó a desarrollar este plan hace unos días. ¡Ese es nuestro Felt! Consiguió
que todos ustedes bajaran la guardia. Dez no pudo hacer mucho, pero en cuanto Felt
sea el alcalde, estaremos preparados.

…No puede ser.

Czes maldijo en silencio su propia estupidez. Por supuesto, estaba dentro de los
límites de lo posible. De hecho, una vez que lo pensó objetivamente, había más
probabilidades de que Felt fuera el cabecilla que Dez. A pesar de eso, Czes había
confiado en él hasta un segundo antes. Todo en base al valor de un solo día de
conversación.

—Ah, qué tonto soy —Czes suspiró, cayendo en la cuenta de lo suave que se había
vuelto—. Sabes, debería haberlo visto venir. Esto ni siquiera se compara con algunas de
las traiciones por las que he pasado —Movió la cabeza con desesperación; no obstante,
el interior de su mente se volvía cada vez más frío y claro que antes. El tono de su voz
regresó automáticamente al de un niño, casi podía ver el escenario y escuchar los
sonidos de aquel entonces—. Ha pasado tanto tiempo desde que alguien me traicionó
que por poco lo olvido. Sip, así es como duele.

—¿D-de qué estás hablando?

- 186 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

El hombre no pudo ocultar su ansiedad por el repentino cambio de comportamiento


de Czes, pese a eso, extendió los alicates para arrancar una de las uñas de sus dedos.

Czes lo miró a los ojos y después al de los aldeanos detrás de él. Había visto ojos como
aquellos antes. La expresión en sus caras era de… terror. Los ojos de hombres y mujeres
que ejercían la violencia para ocultar el miedo que sentían.

No. Ellos no se parecían en nada a ese monstruo.

Czes rememoró el horror de hace setenta años y tras compararlo con las personas
frente a él, descubrió que no sentía temor por estos cobardes. De hecho, se dio cuenta
que la mirada en sus ojos era la misma que la del inmortal que, consumido por el miedo,
había tratado de matarlo hace mucho tiempo.

—¡Ajajaja! ¡Jajajajajajajajajajajaja!
Cuando comprendió eso, Czes se echó a reír descontroladamente.

Los aldeanos se paralizaron, alarmados por su risa. Las dos Phil, de igual forma,
comenzaron a moverse y gemir, despertando gracias al inesperado ruido.

—Qué… ¿qué es esto? Son iguales. Ah, todos ustedes son iguales. Fermet y todos
ustedes, aldeanos. Exactamente iguales. Desde luego. Así es como son las personas por
naturaleza. Ahora lo entiendo.

Czes continúo riendo a pesar de su situación y se incorporó sin esfuerzo alguno


usando solo sus rodillas. Parecía que se estaba burlando de sí mismo. No de su yo del
presente, sino del pasado.

Los aldeanos fueron incapaces de esconder su ansiedad por el repentino giro de los
acontecimientos; pero sabían que él no podía hacer nada con los brazos atados a la
espalda, eso aunado a la arrogancia de poseer ventaja numérica, hizo que se
contuvieran.

Entonces, Czes emprendió algo que ninguno de ellos podría haber imaginado.

—Sí, Elmer tenía razón. ¡He estado viviendo en un mundo bendecido! ¡Y nunca me
percaté de lo afortunado que era! Qué estúpido. ¡Todo este tiempo he desperdiciado la
oportunidad de tener una vida feliz!

- 187 -
Capítulo 04 DO: IRA

Y después de dar voz a su hallazgo.

Czes se lanzó hacia atrás, directo al interior de la chimenea ardiente.

Al mismo tiempo los aldeanos retrocedieron inconscientemente, haciendo muecas


de dolor. Justo cuando parecía que las llamas envolverían el cuerpo de Czes por
completo; la soga que ataba sus manos fue consumida por el fuego, dejando ambos
brazos libres.

Czes confirmó que sus manos estaban desatadas y se puso de pie, el fuego todavía
ataviando su figura. No todo su cuerpo estaba en llamas, pero la mitad de sus ropas se
habían quemado hasta las cenizas, mientras que el resto seguía ardiendo alegremente
en sus extremidades.

Volteó su cara deliberadamente hacia los aldeanos mientras la mitad de ella se


derretía, exhibiendo a los presentes cómo la piel regresaba a su lugar.

Inmortal o no, ese calor inaudito debe haber sido increíblemente doloroso. No
obstante, Czes solo sonrió con brutalidad, sin prestar atención al sufrimiento.

—Muévete.

Esa fue la única palabra que dijo conforme pasaba al aldeano corpulento. El hombre
soltó un gritito patético y dio un salto hacia atrás, desapareciendo entre la horda de
aldeanos en un santiamén.

Los vendajes alrededor del brazo derecho de Czes se convirtieron en cenizas y el


escalpelo plateado, que había estado ocultando ahí, resplandeció a la luz del fuego. Lo
agarró con una mano y se arrodilló para cortar las sogas que ataban a las niñas.

La parte superior de su cuerpo todavía estaba en llamas en ciertas zonas, pero Czes
sólo se mofó encarando a los aldeanos.

—Les dije que se movieran. Tengo que ver a Elmer —Arrancó las ropas quemadas
de un tirón y avanzó hacia adelante lentamente—. Debo mostrarle a Elmer esta sonrisa.
Tengo que reponer toda la felicidad que me he perdido hasta ahora. Elmer tiene que ver
esto, así que. Fuera de mi camino.

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

- 189 -
Capítulo 04 DO: IRA

Czes arrojó su ropa aún en llamas en el otro extremo de la habitación, donde los
aldeanos se agruparon. Por fin, como si eso fuera una señal de algún tipo, sus gritos
frenéticos comenzaron a llenar el aire.

Haciendo caso omiso de ellos, Czes se esforzó por no colapsar y volteó a ver a las
niñas.

—Vamos, hay que irnos.

—Ah… ¡Ah, sí!

Con las dos Phil a su lado, caminó sin ningún problema entre los aldeanos
despavoridos, pasándolos de largo hasta salir al exterior.

Sin embargo, cuando llegó frente a la puerta, fue obligado a detenerse.

Los aldeanos, tras haber escuchado la conmoción, se reunieron delante de la casa e


incluso algunos de ellos apuntaban rifles hacia él. Había más temor que odio o sed de
venganza en sus ojos, a lo que Czes pensó distraídamente. Es verdad, el alcalde no era
tan querido.

Ni siquiera tenía la certeza de que Phil había asesinado al alcalde. Quería confirmarlo;
pero, por cómo se veían las cosas, iba a tener las manos completamente ocupadas para
salir de una sola pieza.

Él era inmortal, lo reconocía, pero si Phil fuera alcanzada por una bala perdida, sería
el fin para ella. Aunque, técnicamente hablando, ella no moriría incluso si los dos
cuerpos junto a él dejaran de respirar. Solamente un cuerpo tenía que sobrevivir
después de todo.

—¿Ahora qué hago? —musitó Czes para sí mismo, se encontraba en el contorno de


la puerta, haciendo girar ociosamente el escalpelo.

Todos los aldeanos ya habían corrido hacia fuera. Consideró buscar una puerta
trasera o quizá esperar y tratar de atrapar a un rehén cuando entraran de pronto.

Todavía se encontraba pensando en eso cuando el relinchar salvaje de un caballo


atravesó el aire.

- 190 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Ah.

Una de las Phil echó a andar, tras acordarse de algo. Cuando ella le contó a Maiza y
Elmer sobre el peligro en el que se hallaba Czes, sus otros dos cuerpos conscientes
habían dicho la misma cosa.

No podía recordar muy bien lo qué sucedió después de eso, pero al parecer uno de
los dos inmortales en el castillo había montado un caballo y cabalgado hasta la aldea.

—¡Czeeeeeees!

Iluminado por las antorchas y lámparas de los aldeanos, corriendo


imprudentemente a través de ellos, incluso cuando los ruidos de disparos comenzaron
a llenar el aire.

El hombre enmascarado avanzó, sus gritos partiendo el cielo.


—¡Es otro de ellos!

—¡Maldición! ¡Es demasiado pronto! ¡No estamos preparados!

—¡Disparen! ¡Disparen, maldita sea!

—¡E-es un monstruo! ¡Corran!

—¡Alto! ¡No lo hagan! ¡No tenemos a donde huir de todos modos!

Nile cabalgó por entre la horda de aldeanos. Guío el caballo expertamente a través de
la nieve hasta divisar una casa donde una inusual cantidad de personas estaban
congregadas y salió disparado hacia allí.

Algunos de los aldeanos le dispararon, pero las balas pasaban muy lejos de su
objetivo. Hubiera sido mejor apuntar al caballo, pero ninguno de ellos reparó en ello
por la confusión. En realidad, hasta los cazadores del grupo jamás le habían disparado
a un ser humano y descubrieron que tratar de hacerlo no era tan fácil cómo habían
pensado. Para empezar, era cuestionable la cantidad de animales que habrían derribado
los cazadores de una aldea tan pequeña.

La máscara de Nile brillaba a la luz del fuego, como si se burlara de los aldeanos que
huían. Cuando llegó a la puerta donde Czes y las niñas estaban ocultos, saltó y aterrizó
de lleno sobre sus pies.

- 191 -
Capítulo 04 DO: IRA

—¡Nile!

Czes aplaudió aliviado sin querer; no obstante, la voz de Nile era pesada y hosca.

—Digo esto: la ira consume todo mi ser.

—¿Uh? —Czes frunció el ceño, preguntándose si había hecho algo mal.

—No importa cuál sea el motivo, nadie que se atreva a prenderle fuego a mis
compañeros tiene excusa. Sin piedad. Sin sobrevivientes.

Parece que vio el cuerpo de Czes en la penumbra y saltó a la conclusión de que los
aldeanos habían tratado de quemarlo hasta la muerte.

—No, yo hice est—

Sin embargo, para cuando Czes lo entendió y quiso explicarlo, Nile ya se había
lanzado contra la horda de aldeanos. No se arriesgarían a dispararle por miedo a
golpear a uno de los suyos.

—¡Ah, aaagh!

—¡Mátenlo! ¡Esta desarmado de todas formas!

Entre la tormenta de terror y violencia, un aldeano de complexión robusta se armó


de valor para saltar hacia el frente y enterrar un azadón en el cuerpo de Nile.

—¡Aaaah!

—¡Muere! —El hombre intentó golpear una vez más, la adrenalina bombeando por
sus venas, pero descubrió que el azadón no se movía—. ¿Eh?

Nile sujetaba el mango con firmeza en una mano e, indiferente a la hoja que se
encontraba profundamente clavada en su estómago, tiró de su cuerpo con fuerza hacia
un lado.

—¡Aaagh!

El aldeano aulló en sorpresa, soltando el azadón, y Nile aprovechó para retirarlo con
delicadeza de su estómago. El dolor debe haber sido inimaginable, pero ni un solo
sonido surgió por detrás de la máscara.

- 192 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

En las manos de Nile, la herramienta agrícola se transformó en una temible arma de


destrucción, dando vueltas alrededor de él como la espada de un bailarín oriental. La
enorme hoja producía un zumbido conforme cortaba el aire; claramente cualquiera que
fuera alcanzado por el azadón no sobreviviría. Nile dio un paso hacia el propietario
original del azadón, levantándolo alto. Sus movimientos eran cortos y precisos. Tenía
en mente realizar un ejemplo atroz con el hombre desafortunado y destruir su moral.

—Digo esto: yo no soy como Elmer. No existe una forma de aplacar mi ira. Y tú. No,
la aldea entera, ha despertado mi ira. Así que mueran. Sucumban avergonzados por su
estupidez, arrepentidos de sus actos, lamentando sus pecados. Desciendan ahora en un
interminable mar de sangre.

Nile comprendía que los aldeanos no podían entenderlo, aun así dio voz a su furia.
Los músculos en sus brazos se tensaron, preparados para llevar el azadón hacia abajo.

—¡Detente, Nile!

Pensando que el asesinato sería pasarse de la raya, Czes se tambaleó hacia adelante
en un vano intento por frenarlo.

No obstante, antes de que la voz de Czes llegara a sus oídos, Nile inmovilizó el azadón.

Había escuchado el claxon de un automóvil sonando a la distancia.

—Umm. Así que han regresado.

La furia de Nile se retrajo solo un poco conforme volteaba a ver la entrada de la aldea.

Los aldeanos, de igual forma, fijaron su vista hacia el estruendo y; acto seguido,
corrieron tan rápido como sus piernas se los permitieron.

Un camión enorme se dirigía hacia la aldea a más de ochenta kilómetros por hora.

Ellos conocían el carruaje del mercante, pero al verlo en plena noche con los faros
encendidos y abalanzándose sobre ellos a una espantosa velocidad, lo transformó en
una cosa horripilante.

Los aldeanos se dispersaron, gritando de miedo. La camioneta avanzó por el camino


de forma amenazante, como si quisiera arrollarlos, únicamente Nile permaneció en su
lugar con la mano levantada para saludar a Maiza.

- 193 -
Capítulo 04 DO: IRA

Pum.

Luego, voló por los aires tras ser golpeado de frente.

El camión había tratado de frenar, pero se encontraba demasiado cerca como para
detenerse a tiempo. Incapaz de reducir la velocidad lo suficientemente rápido, impactó
de lleno contra Nile.

—¡Nile! ¿Te encuentras bien?

Maiza salió precipitadamente del asiento del conductor y corrió hacia Nile, quien
había aterrizado junto a Czes.

La sangre que fluía del cuerpo de Nile retrocedió abruptamente y se deslizó de


regreso, después se puso de pie en un salto y sujetó a Maiza por el cuello.

—Me dignaré a escuchar cualquier excusa que puedas tener, Maiza.

—¡Lo siento! ¡Creí que te apartarías del camino! No lo hiciste, así que traté de parar
pero...

—Insatisfactorio.

Nile echó para atrás su puño para asestarle un golpe de venganza; sin embargo, antes
de que pudiera hacerlo, Elmer les gritó desde el asiento delantero.

—¡Ustedes dos, dejen de parlotear y suban de una vez!

Por la expresión en su rostro era evidente que deseaba ver desarrollarse la situación
hasta el final, pero incluso Elmer comprendía que atender la presente crisis era mucho
más importante.

—Humph, saldaremos cuentas después. Primero hay que irnos; la masacre de los
aldeanos tendrá que esperar.

Nile recobró la calma en un instante y entró al depósito, mascullando sombrías


divagaciones por lo bajo.

Unos cuantos disparos emergieron de la oscuridad hasta la camioneta inmóvil, pero


las arcaicas balas no tuvieron efecto sobre el vehículo militar modificado.

—¡Sujétense bien! —gritó Maiza a medida que el motor rugía cobrando vida. La
camioneta aceleró por la oscura carretera como una bola de cañón.

- 194 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita


Diez minutos después

Cuatro inmortales y cuatro homúnculos caminaban lentamente por el oscuro paso


de montaña.

Despojado de sus ropas, Czes había perdido el conocimiento a causa del frío casi de
inmediato, por lo que Nile sin decir una palabra se agachó, lo cargó en su espalda y
siguió caminando.

En un intento por ahuyentar el creciente silencio, Elmer trató, como siempre, de


amenizar el ambiente con algunos comentarios bienintencionados.

—De modo que, nos quedamos sin gasolina, eh. Muy gracioso, diría yo. Vamos, chicos,
¿no es esta la parte en la que todos nos reímos?

—Digo esto: cierra el pico o te golpeo, Elmer.

A mitad de camino hacia el castillo, el motor de repente se estremeció hasta pararse


y Elmer señaló que la luz de reserva de combustible estaba encendida. Maiza lo había
notado desde el principio pero optó por hacer caso omiso de ella, colocando la
seguridad de sus compañeros primero.

Por supuesto, Elmer habría hecho lo mismo para salvar a Czes incluso si lo hubiera
notado antes.

—Debemos regresar al castillo tan rápido como sea posible y traer a Sylvie y Phil.

—Umm, pero, ¿cabemos todos en la camioneta?

—Si es necesario caben hasta veinte personas. Después de todo, hay historias sobre
docenas de refugiados atiborrando un camión para escapar de zonas de guerra. Y si
todo lo demás falla, podemos pasar la gasolina de nuestro carro a la moto nieve.

Maiza mantuvo la conversación hasta que llegaron al castillo. No obstante, en cuanto


divisaron las puertas, Phil se detuvo de súbito.

—¿Qué pasa?

- 195 -
Capítulo 04 DO: IRA

Las cuatro Phil se quedaron en silencio por un tiempo, luego hablaron con las voces
llenas de determinación.

—Regresaré a la aldea.

—¿Umm? ¿Y eso por qué? —preguntó Elmer confundido. El cuarteto de niñas bajó la
cabeza y explicó.

—Es cierto que asesiné al alcalde… Tengo que volver a pagar el precio.

—Tonterías —dijo de inmediato el hombre enmascarado junto a ella—. Incluso si


regresas, nadie te escuchará. Te torturarán y mataran, serás considerada como una
criminal que trató de envenenar a la aldea.

—Eso lo sé. Está bien. Incluso si ellos nunca entienden, si los aldeanos… si el dolor
que el amo Felt siente por perder a su padre disminuye aunque sea un poc—

Ni siquiera tuvo tiempo de terminar cuando Nile sujetó toscamente a una de ellas por
el cuello. Se encontró cara a cara con la máscara en medio del nevado camino iluminado
por la luna.

—Digo esto: estoy enojado. Tiemblo de rabia. Hasta podrías llamarlo furia. Y me dices
«Está bien» frente a tu propia muerte. Pero, digo esto. No, ¡aseguró esto! ¡No importa si
los entiendes! ¡Ellos te atormentaron cada día y luego pasaron a un intento de asesinato
por culpa de un malentendido! Digo esto una vez más: sé que los cargos presentados
contra ti son falsos. ¿Aun así tú planeas sacrificarte con el fin de que nosotros podamos
salir con vida y los aldeanos tengan paz interior? Quizás tú perdones una cosa así, pero
yo no lo haré —Los ojos de Phil se llenaron de lágrimas conforme escuchaba las
palabras iracundas de Nile—. Digo esto: seguro. Si al menos una de las sabandijas
viviendo en esa aldea se atreve a derramar una sola gota de tu sangre —Puso a la niña
suavemente en el suelo y terminó con tranquilidad—. Digo esto: será una
exterminación. Tú no serás capaz de detenerme con la “fuerza” que posees.

Una vez dicho eso, Nile se volvió para dirigirse al castillo.

Sin embargo, de su espalda provino una voz serena y tranquila en su manifiesto.

—No. No puedes —Nile se detuvo nuevamente y miró hacia atrás, al dueño de la voz.
Elmer, inesperadamente serio, observó lentamente a Phil y Nile—. Entonces los

- 196 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

aldeanos no estarán felices. No puedes matarlos. Ah, desde luego, también veto el
regreso de Phil. Ni siquiera vale la pena considerarlo.

—¿Qué estupidez es esta? Dejaría caer una bomba de napalm12 sobre esta aldea si
tuviera la oportunidad. ¿Por qué debería importarme su felicidad? También hiciste lo
mismo con Szilard.

Nile se preparó para comenzar un sermón largo y solemne; no obstante, Elmer lo


interrumpió.

—No hablo solo por los aldeanos, Nile. Lo hago por ti, por mí y por estas niñas
también. Todos seremos infelices —El hombre enmascarado guardó silencio, la estoica
expresión de la máscara no revelaba nada. Sin embargo, parecía que animaba a Elmer a
continuar, en lugar de ignorarlo—. Digamos que Nile regresa y mata a todos los
aldeanos. Ellos pensaran: «Aah, estamos siendo masacrados por un demonio. ¿Qué fue
lo que hicimos para merecer un destino tan cruel? Hemos sido personas buenas y
honestas. Todo es por culpa de esas niñas que vendieron sus almas al demonio».
¿Puedes olvidar eso? ¿Puedes perdonar algo así? Por supuesto que no. Lo qué aspiramos
lograr es que ellos se den cuenta de lo que han estado haciendo. Excepto por Dez,
queremos asegurarnos de que el resto de ellos comprendan el tipo de crímenes que han
estado cometiendo todos estos años: abusar de un grupo de niñas indefensas de esa
forma, ¿no te parece?

Nile seguía en silencio, meditando el extenso discurso de Elmer. De improviso dio


media vuelta y retomó su camino hacia el castillo mientras afirmaba.

—También me gustaría que sintieran el peso de sus pecados. Pero, probablemente


sea imposible.

—Entiendo lo que quieres decir, Elmer —dijo Maiza, la mirada triste en su rostro
indicaba que estaba de acuerdo con Nile—. No obstante, tomando en cuenta la forma
en que han salido las cosas, opino que hablar con los aldeanos sería muy arriesgado.

Nile anduvo unos pasos más antes de gruñir violentamente.

12
N. de la T. Napalm: también conocida como gasolina gelatinosa, es una sustancia altamente
inflamable y que arde lentamente, puede apagarse mediante la inmersión total en agua o con privación
de oxígeno, pero en cualquier otro caso arde indefinidamente.

- 197 -
Capítulo 04 DO: IRA

—Maldita sea, no hay villano en esta historia. ¡La fuente de toda la maldad aquí murió
hace más de setenta años! ¡No hay manera de sacar un buen final de este embrollo!

Parecía que se había dado por vencido, pero Elmer no estaba de acuerdo.

—Allí es donde te equivocas. Coincido en que el mundo no es justo como debería de


ser. Por supuesto que no. Pero, mientras quede algo de esperanza, no me rendiré —
Hizo una pausa, luego añadió en voz baja como si hablara consigo mismo—. La risa
nunca me ha traicionado. Es por eso que, tampoco puedo traicionar a la risa.

—¡Eso es todo lo que se te ocurre después de vivir más de trescientos años! Hay un
límite hasta para tu estupidez. Me das risa.

—No fue en trescientos años. Llegué a esta conclusión antes de volverme inmortal.
Simplemente jamás me moleste en expresarlo apropiadamente.

Nile sacudió la cabeza desesperado ante la tranquila respuesta de Elmer.

—He perdido la cuenta de cuantos tontos idealistas como tú he visto sufrir una
muerte horrible en el campo de batalla.

—Pues claro. No hay forma de que un sujeto que se preocupe por los sentimientos
de su propio enemigo pueda sobrevivir en el campo de batalla, donde es matar o morir.
Por ese motivo tengo que ser yo. Soy inmortal, de modo que puedo darme el lujo de
llevar a buen término esto. No, tengo que hacerlo. Sé que es arrogante y deshonesto,
pero tengo que hacerlo.

—Tonto.

—Así es, soy un tonto, por lo tanto no soy lo suficientemente listo para cambiar la
forma en la que vivo ahora. Sí; vendería las almas de toda la humanidad al diablo si
creyera que eso nos conseguiría un final feliz.

—Esa es una paradoja —señaló Maiza; sin embargo, mientras lo decía, entendía que
esa era la realidad del hombre llamado Elmer C. Albatross, quien no se detendría ante
nada para conseguir su final feliz—. En momentos como este, me digo a mí mismo lo
bueno que serías si fueras un comediante decente.

—¿Eh? ¿Y eso? Yo… ¿no soy gracioso? ¿Crees que no estoy al nivel de Andy Kaufman
o Jim Carrey tal vez?

- 198 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—No son tus actos, sino el hecho de que tus bromas hacen enojar a las personas en
lugar de hacerlas reír. Ah. Quizá eres un Andy sin talento.

—No puedo evitar sentirme enormemente ofendido ahora mismo, pero ignoraré esa
traicionera idea. Eres un buen tipo, Maiza, y confío en ti.

—Si confías en mí, entonces toma muy en serio lo que dije.

—¡Espera un momento, tú no eres Maiza! ¡¿Quién eres tú, malvado truhan?! —


Elmer se detuvo en medio de sus disparatadas bromas y fijo la vista en Phil—. Como
sea, deberíamos entrar. Habrá tiempo para bromear después.

A pesar de que Elmer sonrió brillantemente, Phil no reaccionó en lo absoluto, se


encontraba totalmente inmóvil.

—¿?

Maiza y Elmer se acercaron preocupados a ella y las Phil al mismo tiempo


comenzaron a temblar violentamente.

Ella alzó la vista hacia Elmer, el terror brillando en sus ojos.

—Un… un monstruo… ¡un monstruo atrapó a la ama Sylvie! Había… había escaleras…
ocultas en la biblioteca… ¡se la llevó bajo tierra!

—¡!

Cuando terminó de hablar, Nile prácticamente lanzó el cuerpo comatoso de Czes a


Maiza.

—Te lo encargo, Maiza.

—Yo también voy —expresó Elmer de prisa, siguiendo a Nile al interior del castillo y
dejando atrás a Maiza. Incluso mientras corrían por los pasillos, Nile encontró el tiempo
para interrogar a Elmer.

—Pregunto esto: ¿sabes algo sobre este monstruo?

—¿Por qué crees que estoy corriendo? ¡Desde luego que no, cabrón idiota!

- 199 -

CAPÍTULO 05:
SONRISA
ELMER C. ALBATROSS
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Un poco alejado del castillo se encontraba cierto cementerio antiguo.... y ahí, atada a
uno de los árboles cercanos, estaba Sylvie. Era notable que ella estaba amarrada no con
una cuerda sino con una extraña clase de sustancia que se veía casi como concreto
solidificado... pero la luz de la luna era demasiado tenue para definir su color
correctamente.

—¿Qué es lo que planeas hacer conmigo? —preguntó Sylvie. Había incertidumbre en


su rostro, pero ella no sonó particularmente preocupada.

La figura a la que estaba mirando se mantuvo quieta, apoyándose sobre una lápida y
dio una respuesta a la ligera.

—Todo lo que quiero es conocimiento. El conocimiento que ustedes inmortales


tienen. Pensé en torturar a ese mocoso de Czes y devorarlo una vez que estuviese
debilitado... Pero nunca pensé que las cosas resultarían así. A decir verdad, no sé qué
hacer en realidad.

La silueta en frente de ella ladeó la cabeza, sin saber cómo actuar.

—No quiero 'tomarte' si puedo evitarlo. Estoy en deuda contigo y sinceramente no


quiero estar atorado en el cuerpo de una mujer de todas formas.

—¿No has considerado que yo podría ganar?

—No, yo lo haré. Tú has cumplido tu deseo. ¿No es así? Tienes la belleza eterna que
siempre has querido. Pero yo aún tengo una clara e inalcanzada meta. Es por eso que tú
jamás me vencerás.

—¿Te importaría intentarlo? —preguntó Sylvie.

La sombra parecía pensar al respecto, luego miró al otro lado, murmurando.

—Nah.

Luego guardó silencio y Sylvie tomó la oportunidad para decir lo que pensaba.

—Esto es lo que creo —Ella continuó, sin importarle si la sombra quería escuchar —
. La bruja hizo muchas cosas malas para convertirse en la mujer más bella del mundo...
Pero una vez que alcanzo su objetivo, pensó para sí misma: «Ah, ahora que he cumplido
mi deseo, voy a pasar el resto de mi vida ayudando a otros a cumplir los suyos». Ahora,
supongo que las cosas podrían ser diferentes dependiendo qué tan malo fue eso que

- 201 -
Capítulo 05 SONRISA

hizo; pero ¿no crees que esa es una buena historia? ¿No contaría eso como una meta en
sí misma?

La silueta reflexionó al respecto... Entonces sacudió su cabeza en derrota.

—Yo... probablemente no puedo permitirme ese tipo de relajación.


—Traje una lámpara del auto.

—Llegas tarde. ¿Por qué tardaste tanto? Agh, apestas a gasolina.

—Lo siento. Tuve un poco de problemas encontrándola.

Se detuvieron tan pronto alcanzaron la librería que llevaba al pasaje secreto,


sorprendidos por el estado de caos en que la habitación se hallaba.

Casi todas las estanterías habían sido lanzadas, se encontraban en el suelo como
hojas caídas, parecía que un tornado hubiese atravesado el lugar.

—¡Phil!

Una de las Phil yacía inmóvil en el rincón. Por fortuna, parecía que solo estaba
inconsciente; su vida no parecía correr peligro. Ella abrió sus ojos rápidamente una vez
que la sacudieron gentilmente e inmediatamente empezó a describir los
acontecimientos que habían tomado lugar.

—Un monstruo apareció de repente... Agarró a la señorita Sylvie... Y me lanzó junto


a un estante contra la pared...

Elmer y Nile tragaron saliva con expectación, incluso mientras daban sus primeros
pasos en la escalera escondida, sosteniendo en alto la lámpara. En un principio, tuvieron
la intención de dejar a Phil atrás pero eventualmente desistieron, las protestas de la
chica y su propia consideración, sobre que dejarla sola podría ser peligroso, sirvió para
cambiar su opinión.

Nile habló de repente mientras se movían por el túnel hacia el cementerio, la


curiosidad coloreando su voz.

- 202 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Extraño… Podría haber jurado que la piedra se volvía tierra en algún punto del
camino...

La luz de la lámpara alumbraba solo sobre paredes de piedra; la tierra roja que Maiza
y Nile habían visto antes no podía ser encontrada por ninguna parte.

Cuando alcanzaron el final y Nile empujó la piedra que bloqueaba la salida hacia un
lado, ellos inmediatamente vieron a Sylvie, atada a un árbol.

—Ustedes, eh. Esto va a ser mucho más problemático de lo que pensé —dijo la voz
de un hombre joven detrás de ellos.

Nile se tensó y dio media vuelta... encontrándose a sí mismo cara a cara con una
persona que jamás había visto antes.

Detrás de él, Elmer trepó y miró a la figura sombría.

—¿Eh? Espera Tú eres...

Y la última en salir por detrás de Elmer... Phil gritó involuntariamente al postrar sus
ojos sobre el hombre desconocido.

—¡Amo Felt!

Sus ojos brillaron con confusión mientras veía el rostro del chico revelado por
completo bajo la luz de la luna. La impresión la dejo momentáneamente sin palabras.

—Hola... Señor Nile. ¿No es así? Esta es la primera vez que lo veo como Felt Nibil.

Él se presentó a sí mismo con educación... y entonces, aunque su voz mantuvo los


timbres agudos de la niñez, su tono se transformó completamente en algo feo y
arrogante mientras continuaba.

—Pero es, cuánto tiempo sin vernos como Dez Nibil. ¡Diablo enmascarado!

El trío que lo enfrentaba se congeló momentáneamente... y entonces, como dándose


cuenta de una gran verdad, Elmer murmuró.

—Alcalde...Tú no... No pudiste haberle dado de esa agua a tu propio hijo...

Era una cosa horrible para imaginar siquiera, pero el niño frente a ellos solo sacudió
su cabeza en silencio.

- 203 -
Capítulo 05 SONRISA

—Te equivocas, desafortunadamente. Mi hijo... Mi hijo murió hace quince años. Se


fue mientras dormía, apenas un bebé recién nacido.

Felt caminó con los hombros caídos hacia una lápida y comenzó a contar su historia,
como si fuese un regalo que esperaba que se llevasen a sus tumbas.

—No sé qué enfermedad era, pero realmente parecía que solo estaba durmiendo. Y
esto fue justo cuando pensé que tenía una larga y feliz vida por delante de mí,
habiéndome casado con la hija del alcalde.

Casi al mismo tiempo que alcanzó su meta, cuando finalmente tuvo éxito al llegar
hasta la mismísima cima del mundo, perdió a su hijo. Se escabulló en el laboratorio,
determinado a esconder de su esposa la muerte de su hijo. Le mintió diciendo que iba a
consultar al mercante sobre su hijo enfermo y entonces inyectó su “agua” al tanque que
le había dado vida. El cuerpo, aún con la apariencia exterior de un bebé, creció
normalmente; hasta el día en que su esposa murió de enfermedad e incluso después de
ese punto. Él vivió una doble vida, dividiendo su única conciencia entre las dos
personalidades “Dez” y “Felt”.

La personalidad que “Felt” mostraba al pueblo era la de alguien ingenioso y eficiente,


y deliberadamente actuaba como Dez siendo un hombre arrogante, frío y violento. Nada
de esto cambió cuando Elmer llegó al pueblo... Pero algo en su mente comenzó a
titubear.

El exterior. Sin la existencia de su esposa que lo atara al pueblo, él sintió que podría
escapar al mundo exterior usando el laboratorio. El pensamiento no estaba formado
por completo en su cabeza pero aun así persistía y se negaba a desaparecer.

Y entonces, cuando Sylvie le describió el mundo fuera del bosque, ese pensamiento
errante se volvió por completo su meta en la vida.

—Pensé para mí, luego de escuchar sobre el fantástico mundo exterior... —El chico
miraba tristemente al cielo nocturno y el odio comenzó a llenar su voz—. Si este pueblo
no hubiese estado aislado... Si yo hubiese tenido acceso a un doctor de verdad en el
mundo exterior. ¡Entonces mi hijo! ¡Mi esposa! ¡Ninguno de ellos habría tenido que

- 204 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

morir! —Sus emociones parecían estar sobrepasándolo, acto seguido se levantó y


extendió los brazos hacia el aire—. Desde el principio lo odié todo. Este pueblo, creado
por el único propósito de un simple experimento. ¡Esa chica! ¡A mí mismo! Así que tomé
una decisión. Cuando llegara la hora de que dejara este pueblo...

Los ojos dorados del chico brillaron inquietantemente en la tenue luz de luna,
enfocándose en la chica junto a Elmer.

—Lo dejaría todo en ruinas.

Elmer escuchó todo en silencio, inmerso en sus pensamientos, mientras que Phil se
encontraba inmóvil, congelada por la conmoción. Sylvie, de igual forma, guardó silencio,
con el cejo fruncido en concentración... Solo Nile refunfuñó y caminó hacia adelante,
grandeza radiando de su cuerpo.

—Umm. He escuchado cuidadosamente tu historia. Ahora, ¿estás listo para morir?

—Vaya, vaya. Tienes un mal genio, ¿verdad?

—Digo esto: Cállate. Hay billones de personas más desafortunadas que tú en el


mundo exterior. No hay simpatía en mí para alguien que lamenta su propio destino —
dijo Nile cortantemente, tomando otro paso adelante para extender su mano y romper
el cuello del chico.

—¡Ah, Nile! ¡Espera un momento! —Elmer lo llamó, intentando detenerlo...

Pero antes de que Nile pudiese reaccionar, algo se enredó alrededor de su pierna.

—¿Umm?

En un instante, Nile fue levantado al aire, su cuerpo colgando de cabeza. Entonces,


igual de rápido, algo lo lanzó de vuelta abajo, enviándolo de golpe contra el duro suelo.

—Ugh.

Algo enorme cubría el cuerpo de Nile mientras yacía recostado en el piso.

—¿No escuchaste cuando dije que añadí el “agua” a mi propio tanque? ¡La masa de
carne que se suponía iba a ser mi próximo cuerpo terminó absorbiéndola! ¡Así es como

- 205 -
Capítulo 05 SONRISA

terminé de esta forma! ¿Ya no me importan los periodos de vida o el crecimiento? Yo


podría... ¡Yo podría ser inmortal igual que ustedes!

Era un enorme bulto de carne color rojo negruzco, se veía como si alguien hubiese
agarrado una masa de carne putrefacta, la hubiese cortado aleatoriamente y juntado
toda de vuelta. Se retorcía como un monstruo baboso13 de un videojuego. Una fétida
humedad recorría su superficie. Era difícil saber que tan grande era pero al menos era
del tamaño de dos vacas adultas.

—Ahora, mira. Y tenme lástima, ríe por mí, témeme. Este es el yo que nunca terminó
de convertirse en mí... ¡Jajajajajaja!

Elmer murmuró algo para sí mismo mientras el homúnculo con forma de niño reía
con locura, sus palabras disipándose en el frígido aire sin ser escuchadas.

—No... No fuerces esa risa...


Cuando Maiza, habiendo escuchado de Phil lo que estaba sucediendo, llegó al
cementerio, se encontró con una visión bizarra. Una enorme masa de carne rojiza se
había envuelto alrededor de Elmer y Nile, y observaron como la masa los golpeaba
contra el suelo una y otra vez.

—Oh, no, los refuerzos han llegado —dijo Felt y Maiza soltó un pequeño suspiro de
consternación ante el desprecio puro en la voz del chico.

—Así que, ¿empezamos las negociaciones? —expresó el chico, su rostro marcado en


la luz de la luna.

—¿Negociaciones?

—Estoy pensando en hacer beber esta agua a uno de ustedes y tomar control de su
cuerpo... Así que, ¿por qué no elijen quien será?

—¿Cuánto tiempo? —dijo Nile abruptamente, mientras se recuperaba de su


veinteavo golpe quebranta huesos contra el piso.

13
N. del T. Monstruo baboso: en inglés slime, suelen ser los monstruos más débiles en los RPG y tienen
forma de gelatina o gota. El ejemplo más conocido serían los slime de Dragon Quest.

- 206 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—¿Qué?

—Dijiste antes: «Espera un momento». Es por eso, ¿qué tanto más debo esperar?

Elmer recordó las palabras que había pronunciado solo unos momentos antes.

—Digo esto: Esperaré un minuto más. Si no has hecho nada para entonces... Voy a
responder. Y esta masa de carne, el tonto que la controla y toda la villa se convertirán
en yesca ante el fuego que es mi ira. Si no deseas que eso se vuelva realidad, entonces
haz algo.

Elmer pensó en la propuesta de Nile por unos tres segundos antes de abrir su boca.

—Yo digo, que acabas de sonar bastante espléndido. ¿Estas intentando echarme la
responsabilidad de todo esto a mí porque en realidad tú no sabes qué hacer?

—Tu increíblemente estúpido comentario acaba de restarle treinta segundos al reloj.

—¡Es-, espera! ¡Espera, espera! Está bien.

Aun colgando de cabeza, Elmer alzó los hombros... y vomitó los contenidos de su
estómago. El líquido que se derramó de su boca cubrió por completo a la masa de carne
que Felt estaba controlando.

Un agudo y punzante olor comenzó a llenar el aire. El olor que había estado rodeando
a Elmer ahora se esparcía alrededor del espacio abierto.

¡¿Aceite?! No... ¡¿Qué es esto?!

Felt se dio la vuelta sorprendido por el desconocido olor en el aire.

—¡Phil! ¡Corre! ¡Maiza! ¡No dejes que se escape!

Maiza, quien se había dado cuenta de lo que era ese olor antes que nadie, ya estaba
en movimiento antes de que Elmer terminase de hablar.

Usando el corto instante de cuando la atención de Felt se centró atrás de él, Maiza lo
agarró y lo mantuvo inmovilizado. La fuerza del joven cuerpo de Felt no fue suficiente
para apartarlo y fue forzado a mirar hacia adelante a la masa de carne.

—Puede que hayas escuchado de Sylvie acerca del mundo exterior... Pero voy a
suponer que no has escuchado sobre las maravillas de la gasolina aún, ¿cierto?

- 207 -
Capítulo 05 SONRISA

Dicho esto, Elmer tiró la lámpara en su mano contra una lápida con todas sus fuerzas.

Una chispa voló del foco destrozado.

Y un destello de luz rojiza encendió parte de la noche.


—Bien, no podía ir del todo a enfrentar a un monstruo sin prepararme. ¿O sí?

—Jamás pensé que irías a beber gasolina… —murmuró Nile, pero Elmer solo sonrió
alegremente.

—Sorprendido, ¿verdad? Entonces ríe... Ugh, esta cosa en verdad me arruinó las
entrañas. No debería haber bebido gasolina. Si no fuese inmortal bien podría haber
muerto.

La explosión en sí no había sido tan grande. Había un límite en que tanto líquido un
estomago humano podía contener después de todo. Pero la roja masa de carne de Felt
atrapada en la llamarada resultante se había prendido fuego inmediatamente y se
quemó hasta volverse cenizas, retorciéndose frenéticamente mientras las llamas la
consumían. Por supuesto Nile y Elmer fueron alcanzados también pero su piel derretida
pronto volvió a crecer de manera poco natural.

El hedor de la gasolina y un olor vagamente similar al de la barbacoa llenaba el aire,


combinándose en un olor fétido que haría que cualquiera tuviera náuseas al respirar.

Y en cuanto a Felt...

—Aah... aaaaaagh...

—Umm. No esperaba nada menos.

Los ojos del chico brillaban vacíos y su cuerpo se sacudía incontrolablemente


mientras yacía acostado en la nieve.

—Acaba de experimentar el ser quemado vivo y además con un cuerpo que tenía un
área superficial de piel mucho más grande que la de un ser humano normal.

—Bueno, debo decir que ser quemado hasta morir es un asunto desagradable en
cualquier caso —dijo Maiza, compartiendo una experiencia personal hecha posible solo

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

por la virtud de su inmortalidad. Aún mientras hablaba, Elmer se movió al lado de Felt
y envolvió sus brazos alrededor del chico, intentando hacer que se sentara.

—Oye —dijo Nile, haciendo solo un gesto de esfuerzo para detener a Elmer y en
retorno el hombre rió.

—Resolví esto dentro del minuto, tal como lo prometí, ¿verdad? Yo me ocuparé de él
ahora.

—Elmer, ¿a qué te refieres con “ocuparte de él”?

Justo mientras Maiza comenzó a expresar sus preocupaciones...

El estómago de Felt se reventó y una masa de carne salió de su interior.

—¡¿Ugh?!

—¡Elmer!

Antes de que cualquiera de ellos pudiese reaccionar, el bulto de carne desapareció


dentro de la boca de Elmer, llevando consigo algún tipo de botella.

—Guughguugh

La carne y su botella forzaron su paso a través del esófago de Elmer y hasta su


estómago sin ser afectada por sus intentos de detenerla. El chico sangrando
profundamente desde su abdomen comenzó a reír triunfantemente, como si hubiese
asegurado la victoria absoluta.

—¡JaJa... jajajajaja! Acabas de caer, monstruo... Por supuesto que no hay forma de que
juntase toda la carne en un solo lugar... Acabas de tragarte una botella que contiene mi
“agua”.

—¡Pequeño bastardo!
Nile levanto a Felt por el cuello, lo que provocó que se atragantara y tosiera un
torrente de sangre.

—Cuando yo... rompa la botella... tú y yo comenzaremos la batalla por el control de


tu cuerpo... Yo... Yo tengo mi vida al borde del abismo aquí... Si fallo ahora... Es todo para
mí. Desapareceré de este mundo... No puedo morir aquí. ¡Yo voy a ver el mundo exterior!
En términos de fuerza de voluntad. Es una batalla justa... No. ¡Yo tengo la ventaja!

- 209 -
Capítulo 05 SONRISA

Había muy poca lógica detrás de su razonamiento pero en los ojos de Felt brillaba
una ferviente luz más deslumbrante que cualquier cosa que hubiese sido vista ahí antes.

Maiza y Nile inconscientemente dieron un paso atrás, un escalofrío recorriendo su


espalda...Pero la sonrisa de Elmer no flaqueó ni por un segundo.

Quizás en reacción a la eterna sonrisa de Elmer, Felt lo miró con absoluto odio.

—¿Por qué?... ¿Por qué sigues sonriendo?... ¿No estas asustado... de morir?...

—Claro que lo estoy. Pero ganaré este concurso, cien por ciento.

La luz en los ojos de Felt bajó por un momento ante la completa confianza en la voz
de Elmer.

—¿Qué?... Eso es estúpido...

—Te daré una advertencia antes de que rompas la botella. Solo estas desperdiciando
tu propio tiempo aquí.

Y entonces, presenciando las siguientes acciones de Elmer, la sangre de Maiza se


heló.

Todos quienes observaban tragaron saliva con bocas repentinamente secas. Si Czes
hubiese estado ahí, quizás solo él habría mantenido la calma.

Elmer agarró la mano derecha de Maiza y la puso directamente sobre su frente.

Eso fue todo.

—Si pierdo, Maiza me devorará inmediatamente. Tus oportunidades de salir de esto


vivo... son de cero.

Elmer sonrió de oreja a oreja. Un sudor frío cayó por la frente de Felt.

—Tú... Estas mintiendo.

La desesperación se mostró en su rostro por un momento; pero entonces recobró su


calma y la luz de sus ojos volvió aún más fuerte que antes.

—Tú, tú idiota. Aún, aún si lo hicieras...

—Vas a decir que puedes usar mis recuerdos y pretender ser yo, ¿verdad?

—¡!

- 210 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Muy bien, entonces, cambio de planes. Maiza, una vez que la botella se rompa solo
devórame en el momento. No esperes por nada más.

—Entendido.

¡¿Qué?!... ¡No! ¡Tienes que estar mintiendo! ¡No hay forma en que lo haría!

La confusión se escabulló en la mente de Felt mientras observaba atentamente a


Maiza.

Pero... El rostro de Maiza, el cual en todos sus recuerdos solo se mostraba con una
expresión de bondad despreocupada, era ahora terriblemente severa. El hombre que
tenía ahora en frente podría matar a un bebé recién nacido a sangre fría, sin vacilar.

—Este amigo es un mafioso, ¿entiendes? Sabe cómo compartimentar14.

—No un mafioso, Elmer... Un camorrista.

Pero aún mientras calmadamente corregía a Elmer, el duro y frío brillo en la mirada
de Maiza no disminuyó en lo más mínimo.

¿Qué es?... ¿Está mintiendo?... ¿O está?...

Felt dudó por solo unos segundos...

Sin darse cuenta de que estaba sellando su propio destino al hacerlo.

—Se acabó.

La tensión de repente se drenó del cuerpo de Maiza... Y Felt repentinamente se volvió


consciente de que algo andaba mal con la carne en el estómago de Elmer.

Sintió como si alguien lo estuviera agarrando... E incluso, mientras la idea cruzaba


por su mente, Maiza empujo hacia el frente su mano izquierda y le mostró su contenido
a Felt.

Solo entonces Felt se dio cuenta de la absoluta realidad de su derrota. Y... Ahora,
finalmente, una completa desesperación gobernaba su corazón.

14
N. del T. Compartimentar: separar o dividir en compartimientos. Se refiere a que Maiza sabe cómo
dividir sus personalidades y que estén claramente separadas una de otra.

- 211 -
Capítulo 05 SONRISA

La mano izquierda de Maiza sostenía el bulto de carne que debería haber estado en
el estómago de Elmer y en su mano derecha sostenía la botella llena de un líquido claro.

—Sorprendido, ¿no es así?

Elmer echo su cabeza hacia atrás y rió. Por su parte, Maiza secó el sudor que tenía en
la frente y suspiró pesadamente.

Nunca sospeché, ni por un segundo. Que mientras hablaban, lo despellejarían vivo...

Al agarrar la mano derecha de Maiza, Elmer había escondido una parte crucial del
cuerpo de Maiza de la vista de Felt y, usando ese punto ciego, Maiza había tomado su
cuchillo y cortado el estómago de Elmer. Desde la posición de Felt acostado en el piso,
no había forma en que hubiera visto la sangre vertiéndose, la imagen escondida por el
abrigo de Maiza. El pensar en ellos ingeniando tal plan en el momento lo dejó
asombrado.

—No hemos estado vivos tanto tiempo para nada, joven. ¡Anímate! —dijo Elmer
brevemente, examinando la herida en el abdomen de Felt —Pero la herida resultó ser
mucho más seria de lo que pensaba—. Ahh... ¿Qué hacemos, Maiza?

Maiza se inclinó hacia adelante para observar atentamente el daño. Tras un


momento, suspiró y sacudió la cabeza.

—Es irremediable.

Y entonces... Por primera vez, una expresión triste cruzó el rostro de Elmer.

—Esperaba que pudiéramos salvarlo…


—Ah... Entonces.... Entonces las cosas no salieron como querías... Lo tienes bien
merecido...

Pero Elmer solamente escuchó las palabras de Felt mientras se forzaban a sí mismas
fuera de su débil boca e inclinó la cabeza hacia un lado con curiosidad.

—Sin embargo, cuando mueras, solo voy a sonreír.

—¿?...

—No puedo decir que me importen mucho los muertos. Podría elogiar a gente que
han tenido muertes significativas y sonreír en su memoria... Pero todo lo que queda tras

- 212 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

tu muerte es el hecho de ella. Lo que estoy diciendo es que tu muerte no me molestará


ni un poco. Nosotros celebraremos porque significará que el mal ha sido derrotado.

—¿Qué?...

Elmer rió fuerte, interrumpiendo a Felt.

—Ahora que lo pienso, hace un momento dijiste que lo tenía bien merecido, ¿no es
así? Alcanzaste tu meta al ponerme triste, ¿verdad?

Fue entonces que Felt se dio cuenta de algo... Algo que no podía negar.

—Así que, este es tu final feliz, ¿verdad? Vamos... Sonríe.

Maldad…

Si el mundo fuese dividido entre bueno y malo... El hombre, Elmer, caería de lleno en
la segunda categoría. Tanto que la palabra “demonio” encajaría perfectamente.

Era difícil de notar, puesto que deseaba solo un “final feliz”, pero era cierto. Para él,
no había nada más. No podía haber nada más. No se detendría ante nada si eso
significaba hacer realidad sus deseos. Su verdadero ser era algo de absoluta maldad. Y,
pese a eso, nadie a su alrededor se entristecía.

Una esencia de pura maldad que hasta Elmer no caía en cuenta de su existencia...
Ese era el centro de su ser.
Incluso cuando su conciencia comenzó a desvanecerse, Felt maldijo su propia
estupidez por intentar enfrentarse directamente con algo como Elmer.

Quizá él sabía lo que el chico estaba pensando o tal vez no. Elmer no delató nada
cuando abrió su boca una vez más.

—Si eso no va contigo, entonces no mueras.

Una repentina mirada de tristeza atravesó el rostro de Elmer y entonces Phil, quien
había estado observando desde lejos, se acercó.

—Es el fin…

—No, no lo es. No quiero que lo sea. Maldita sea, si tan solo hubiese un doctor por
aquí...

- 213 -
Capítulo 05 SONRISA

Pero Phil estaba ardiendo de mucha ira.


Estoy enojada. Es todo lo que hay que decir.

Por supuesto que la revelación de que él me estaba engañando fue un shock.

Pero eso qué importa.

La razón por la que estoy enojada ahora... es porque Felt piensa tan poco de su propia
vida.

Quizá yo era igual solo unos momentos atrás. Ya veo. Entiendo por qué el amo Nile estaba
tan enojado. Todo, incluso la frustración que sentí hacia mí misma, se junta dentro de mí y
se expande, sintiéndose como si pudiese explotar desde mi interior en cualquier momento.

¿Por qué? ¿Por qué debo estar a la merced de alguien así?

He sufrido tanto a causa de su egoísta manera de pensar y ahora él trata de huir sin siquiera
darme una oportunidad de hacerle saber cómo me siento.

Imperdonable.

Yo podría perdonarlo por todo lo que me ha hecho. Pero... No por esto.

Después de todo, significaría que él ya no estaría ahí en primer lugar para que lo perdone.

El objeto de mi odio va a desaparecer. En ese caso, ¿cómo podría disipar mi enojo?

No puedo dejarlo morir. No puedo dejarlo huir. Sin importar nada.

Un pensamiento se me ocurre y mi mano se extiende sin la menor vacilación.

Hacia la botella que el amo Elmer sostiene...


—Amo Elmer, todo estará bien... Así que, por favor, sonría como siempre lo hace.

—¿Eh?

- 214 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Mientras Elmer intentaba darle sentido a lo que dijo Phil, ella le arrebató la botella
de su mano, removió la tapa y bebió el contenido en un movimiento rápido. Al mismo
tiempo el cuerpo de Felt quedó inerte. La muerte se había apropiado de su cuerpo.

—¡Phil!

—¡¿En qué estás pensando?!

Silencio.

Elmer permaneció callado bajo la luz de la luna, esperando a que el cuerpo de la chica
hablase.

Un momento que se sintió como una eternidad pasó... y el cuerpo de Phil abrió la
boca.

—Ella... Ella ni siquiera intentó resistirse... ¿Por qué? —dijo silenciosamente.

Era la consciencia de Felt que ahora controlaba el cuerpo.

—...

Nile dio un paso al frente tan pronto como escuchó esas palabras, listo para ponerle
fin a la vida de Felt... sin embargo, Maiza y Elmer se distrajeron con una silueta que salió
corriendo hacia ellos desde atrás.

Justo un segundo antes de que la ira de Nile descendiese sobre el aún confundido
Felt... Aún más rápida que su puño, otra Phil se apresuró desde el bosque y abofeteó la
mejilla de Felt tan fuerte como pudo.

—No te atrevas a huir... ¿Acaso creíste que solo con sufrir y morir?... ¡¿Pensaste que
con algo como eso sería suficiente para pagar por lo que me has hecho a mí, al amo Czes,
a la ama Sylvie y al amo Elmer?! ¡De ninguna forma!

La bofetada cargaba todo el enojo de Phil pero la gente observando estaba más
sorprendida que Felt. No solo era la primera vez que veían a Phil expresarse con tanta
fuerza, lo más impactante era el hecho de que la consciencia de Phil continuaba viva en
otro cuerpo.

- 215 -
Capítulo 05 SONRISA

- 216 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Ya veo... El agua solo afecta el cuerpo. Tiene sentido si lo consideras desde un punto
de vista lógico.

—Digo esto: No es así.

Felt se quedó como estaba por un momento, la sorpresa aún escrita en su expresión.
Finalmente, miró a Phil y murmuró:

—Esto... ¿Significa que puedo vivir un poco más?

—Pues... No creo que un intento de asesinato y asalto constituyan una pena de


muerte en este país —Maiza dijo ligeramente, mirando hacia Elmer.

Pero inesperadamente, en lugar de responder con una broma propia, Elmer caminó
hacia Felt y sonrió ampliamente.

—Me alegra que estés vivo —Acariciando ligeramente la ahora femenina cabeza de
Felt.
—Ahora tú puedes redimirte.

El rostro que una vez le perteneció a Phil se torció en una expresión de propio
desprecio ante la sincera sonrisa de Elmer.

—Aún... Incluso si continuo viviendo e intento arreglarlo de alguna forma... ¿Qué haré
después de eso? ¿Por qué debería redimirme? ¡¿Para qué?!...

—Ya has dicho el por qué, ¿no es así? Anunciaste que deseabas ver el mundo exterior.

—...

Felt abrió la boca para protestar, aún insatisfecha, y Elmer se arrodilló frente a ella,
levantando una mano para acariciar su mejilla. Por una vez, él se las arregló para llevar
su expresión a un semblante de seriedad.

—Vamos a ver el exterior —dijo en voz baja, casi un poco tímido, para que nadie más
pudiese escuchar—. Algún día podremos llevar a los aldeanos y mostrarles también.

—Pero...

Contemplando a Felt con una mirada de franqueza, Elmer siguió hablando.

—Ser infeliz no es un pecado. Pero elegir no buscar la felicidad sí lo es.

Elmer sonrió gentilmente pero Felt apartó la mirada obstinadamente.

- 217 -
Capítulo 05 SONRISA

—¿De verdad crees que cosas como Phil y yo podemos encontrar felicidad?

Ahora Elmer se veía un poco más severo mientras levantaba su otra mano hacia la
mejilla de Felt, suavemente sosteniendo su cabeza en sus manos.

—Sabes, hay incontables personas que viven y mueren en este mundo sin siquiera
conocer el significado de la palabra esperanza. Sus padres podrían ya estar muertos en
el momento en que nacen o podrían llegar al mundo solo para morir de hambre o por
falta de un simple trago de agua. Hay gente ahí afuera que nacen con el único propósito
de morir. Pero ustedes dos, al menos, saben lo que es la esperanza, ¿verdad?
Rehusar esa esperanza es un insulto a la vida misma.

Había fuerza en la mirada de Elmer. Quizá incluso enojo. Felt le regresó la mirada,
rechazando su mensaje obstinadamente.

—Tú qué, qué podrías saber—

—Por supuesto que no sé cómo te sientes. Aún si hubiese pasado por lo mismo que
tú, no te entendería, porque yo ya sé cómo es el mundo exterior. Pero, eso también
significa que si vienes al exterior, puedes aprender a comprendernos, ¿cierto?

Los ojos de Felt se abrieron con sorpresa, no pudo hacer nada más que mirar en
silencio a Elmer. Éste continuó hablando con tranquilidad, sin prestar atención a su
sorpresa.

—Así que Felt, no digas cosas tan tristes. Bueno, en realidad, tristes para mí. Si tienes
la fuerza para decir cosas como esa, úsala para aferrarte a la esperanza. Aprende lo que
es la felicidad... Yo te enseñaré. Te enseñaré incluso si te toma años...
Elmer se desvió, pellizcó las dos mejillas y tiró de ellas.
—Así que... Vamos. Adelante. Y. Sonríe. ¿Entendido?

Este hombre era indudablemente malvado…

Ella estaba segura de ello...

Pero solo por ese momento, Felt decidió tomar la dulce oferta del diablo.

Y se dio cuenta de que había estado en la palma de su mano desde hace mucho
tiempo... desde el momento en que puso un pie en el pueblo. También se percató, de que
no podría escapar de él.

- 218 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Elmer estudió el rostro de Felt por un momento...

Y suspiró con una mirada incomoda en su cara.

—Dije sonreír, no llorar, boba…

- 219 -
[LOS NIÑOS DEL MATRAZ]
EPILOGO

Una semana después de los tumultuosos eventos de esa noche, la vida en la aldea
seguía como siempre.

Nadie volvió a ver a Felt tras esa fatídica noche; y aquellas almas valientes que
reunían las agallas para aventurarse al interior del viejo castillo lo encontraban vacío,
como si nadie hubiera estado allí.

Los aldeanos llegaron a la conclusión más apropiada para ellos: los enfurecidos
demonios habían tomado a Felt para sus propios y malignos propósitos antes de
marcharse.

Las cinco brujas obviamente habían sido sirvientes de los demonios y la culpa de la
muerte de Dez cayó abiertamente a sus pies. No quedaba nada por responder, caso
cerrado.

O al menos eso pensaron.

Todo inició una mañana, cuando los aldeanos bebieron el agua que trajeron del pozo
ese día.

Algunos de ellos la bebieron directamente, otros la emplearon para cocinar sus


alimentos.

—¿Eh?... ¡¿Q-qué, q-qué está pasando?!

En el momento en que el líquido pasó por sus labios, encontraron extraños recuerdos
implantados directamente en sus cerebros. Memorias de ellos mismos abusando de
Phil; no obstante, estas reminiscencias no eran desde su punto de vista, el del agresor,
sino de la víctima, Phil.

- 220 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Los lamentables esfuerzos que ella había hecho para tratar de protegerse se
convirtieron en sus propios forcejeos; las injusticias que había sufrido del prejuicio
obstinado y odio se volvieron sus propias heridas.

Esas experiencias eran dolorosas. Además, los recuerdos no se distribuyeron por


igual, se arraigaron con mayor profundidad en los corazones de aquellos que más la
habían atormentado.

—Basta…váyanse de una vez. Lo siento mucho. Así que, por favor, esfúmense, salgan
de mi cabeza.

Sin embargo, las niñas ya no se encontraban ahí para que ellos pidieran perdón.

Y así, el sol salió sobre la aldea una y otra vez. Las memorias que fluían en sus mentes
permanecieron como hechos objetivos, monótonos. Lo mismo pasó al día siguiente y al
siguiente…

Sin perdón, sin salvación, fueron dejados únicamente con el dolor en sus corazones.

Por siempre y para siempre.


—Debo de admitir que no esperaba que tuvieras un lado vengativo.

—¿Umm?

—Sí. Quiero decir, lanzaste el “agua” de Phil derechito al pozo de la aldea.

Czes y Elmer se encontraban conversando ociosamente sobre un moderno sofá en el


laboratorio fuera del bosque.

—Es su castigo, no poder pedir perdón por sus crímenes. Aunque, en realidad, jamás
pensé que fuera posible hacer que alguien beba el agua y luego no oponer resistencia.
Es la forma perfecta de aclarar todos los malentendidos. Compartirán todo el pasado de
Phil: sus recuerdos y experiencias. Luego, cuando Phil crea que ya han tenido suficiente,

- 221 -
Epilogo LOS HIJOS DEL MATRAZ

simplemente puede regresar allí. Umm. Lo mejor sería volver antes de que el viejo Bild
muera y que cada aldeano tome su propio camino.

—Eso es un poco…

—Hablando de malentendidos, escuché que los aldeanos pensaron que mi Navidad y


mis celebraciones del día de Pascua eran una especie de ritual demoniaco. Debería
regresar algún día y aclarar las cosas, ¿no te parece?

—No lo hagas personal —dijo Czes poniendo los ojos en blanco, pero Elmer parecía
estar de acuerdo, apartó la mirada casualmente y cambió el tema.

—Dime, Czes. ¿Cuándo vas a sonreír para mí?

—¿Eh?

—Escuché que estabas gritando algo por el estilo mientras escapaban de los
aldeanos.

La sonrisa sabionda de Elmer trajo de vuelta el recuerdo de esa noche y cuando


entendió a lo que se refería, los ojos de Czes se abrieron de forma cómica y un sudor
frío adornó su frente.

—¡Ph-phil! ¡Esa mocosa!...

—Vamos, no trates de huir de esta. Sonríe. ¿Necesitas algo gracioso? Veré si puedo
sacar un tigre del interior de un biombo15.

—De qué estás hablando… ¡Maldición! ¡No! ¡Frente a ti no! ¡Jamás!

Elmer sonrió ampliamente a medida que Czes hacía el típico berrinche de un niño y
alzaba la voz con tonos próximos a los de Sylvie.

—Aww, eres tan lindo, Czes.

15
N. de la T. Hace referencia a una historia donde un cruel magistrado se convierte en el hazmerreír del
pueblo después de retar a un niño de la zona a capturar un tigre dibujado sobre un biombo, para luego
señalar con enojo que no hay forma de que un tigre pintado pueda moverse una vez que el niño le pide
ayuda para hacer salir al tigre.

- 222 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—¡¡A-ah-ahh!!...

El rostro de Czes se ruborizó mientras gritaba furioso a Elmer, no obstante, él solo


lanzó la cabeza hacia atrás y rió alegremente.

Medio año después del enfrentamiento en el bosque, los cinco alquimistas


terminaron su nueva investigación en el laboratorio de Bild.

Habían estado buscando una solución para garantizar que los homúnculos
sobrevivieran fuera del bosque; en otras palabras, para hacerlos humanos. El puro
conocimiento de Maiza no había sido suficiente, así que tuvieron que recurrir a cierto
homúnculo que residía en Nueva York y al joven que vivía con ella por teléfono; pero al
final encontraron un remedio.

—¿Y ahora qué, Maiza?

—Me gustaría ir a Japón para buscar a Denkuro… pero, por lo pronto, creo que mejor
regresaré con la Familia en Nueva York.

—Te acompaño; hay algunas personas que quiero volver a ver —dijo Czes en voz
baja.

Sus amigos en Nueva York eran buenas personas; ahora lo sabía. Él se había ido, no,
huyó con Maiza porque no soportaba enfrentarlos; pero, ahora sería capaz de ser
honesto con ellos.

Elmer los observó durante un rato antes de expresar su opinión.

—En ese caso, supongo que me escabulliré a Japón. No he estado por ahí en mucho
tiempo. Veré si ya hicieron un nuevo Súper Mario. Ah, umm. Desde luego, si veo a
Denkuro me pondré en contacto contigo.

—Creo que voy contigo. Han pasado siglos desde la última vez que vi al señor
Denkuro.

—Digo esto: yo también voy.

- 223 -
Epilogo LOS HIJOS DEL MATRAZ

Sylvie y Nile se movieron para estar de pie junto a Elmer, de modo que sus destinos
estaban claramente divididos.

Sin despedidas superficiales, abrieron en silencio la puerta que conducía al exterior.

Después de todo, las partidas temporales no representaban nada para ellos. Tenían
todo el tiempo del mundo.

—…

Incluso cuando se disponían a marcharse; Felt permanecía sentada sobre una silla en
la esquina, mirando de modo pesimista hacia fuera con el rostro de Phil. Sylvie notó su
vacilación y discretamente se acercó a ella.

—¿Qué sucede? ¿No querías ver el mundo exterior?

Felt se quedó en silencio por un instante, luego lentamente alzó la vista hacia Sylvie
y abrió la boca.

—¿En verdad está bien que yo haga esto?

—¿Eh?

—Todavía me siento inseguro. Con los recuerdos de Phil en mi mente, al fin me he


dado cuenta de lo despreciable que realmente fui. No, mejor dicho volví a confrontar
algo que ya sabía. Incluso si Phil logra perdonarme, ¿qué haré una vez que salga? ¿Cómo
debería enmendarme? He pensado en esto los últimos seis meses; sin embargo, todavía
no encuentro una buena respuesta. ¿Acaso alguien como yo tiene el derecho de…vivir
en el mundo exterior?

Felt apartó la mirada, el auto-desprecio matizando su voz.

Primero sintió como las manos de Sylvie tocaban sus mejillas, luego se encontró
mirándola. La misma sonrisa gentil de siempre estaba sobre el rostro de Sylvie, la única
cosa que parecía fuera de lugar en su, de otro modo, porte seductor.

—No tienes por qué apartar la mirada. ¿No te dijo Elmer que te ves mejor cuando
sonríes?

- 224 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Más veces de las que puedo recordar en el último medio año. Pero aún no
encuentro mi meta en la vida. No dejo de pensar que todo lo que me motiva podría
esfumarse una vez que vea el exterior… Tengo miedo.

Sylvie se sentó a un lado de Felt, descansando sobre el borde de la silla.

—Recuerdas esa noche, ¿cuándo me dijiste que no tenía ninguna meta en la vida?

Sus palabras trajeron de vuelta el recuerdo de esa noche con tanta claridad que sintió
que había acontecido hace solo unos días. Felt había expresado que ella no tenía ningún
objetivo en la vida y que, por lo tanto, seguramente perdería en la lucha de conciencias.

—Si no poseo una meta en la vida, ¿significa que no tengo el derecho de seguir
viviendo o de reír?

—Eso… Olvídalo. Fui un estúpido.

—No, esa no era mi intención. Lo que quiero decir es que estas equivocado —Aun
sonriendo, Sylvie miró a los ojos a Felt, bajando la voz para que solo ella pudiera
escucharla—. Honestamente, mi meta en la vida era la venganza.

—¿Qué?

Sorprendido, Felt se encontró mirando a Sylvie con los ojos muy abiertos.

Un hilo de tristeza se entrelazó en la sonrisa de Sylvie a medida que anunciaba.

—Después de perder a mi amado a manos de Szilard; cada minuto de los


consecuentes trescientos años los invertí soñando con vengarme de él.

—Pero dijiste que deseabas belleza eterna.

—Eso también fue por venganza. Pensé que si lucía totalmente diferente, él no se
daría cuenta de quién era. Pasaría casualmente a un lado de él y luego sujetaría la cabeza
de ese bastardo antes de que pudiera reaccionar. Tonto, ¿no es así? Entonces… escuché
de Maiza que Szilard estaba muerto. No podía creerlo —Emociones complicadas
saturaban su voz, Felt únicamente contuvo el aliento y escuchó humillado —. Elmer
tenía razón. Me habría bañado gustosamente en sangre de vírgenes si creyera que eso

- 225 -
Epilogo LOS HIJOS DEL MATRAZ

me traería lo que anhelo. Así de desesperada me encontraba. Y es debido a eso que la


noticia de la muerte de Szilard me impactó tanto. Sentí como si hubiera perdido, en un
instante, todo lo que me mantenía con vida y andando —La sonrisa volvió a la cara de
Sylvie—. Comparado conmigo, lo que anhelas es más positivo. Te envidio. ¡Y qué deseo!
Ver el mundo exterior… Nunca había oído una meta tan emocionante. Todavía no lo
sabes, pero el mundo es mucho más grande de lo que te puedas imaginar. He vivido por
trescientos años; pero jamás me atrevería a decir que he visto todo lo que el mundo
tiene que ofrecer.

—…

Sylvie atisbó una silueta aproximándose desde atrás y la fuerza de su sonrisa se


intensificó.

—Pero, regresando al tema. Me vi envuelta en un montón de cosas justo cuando


trataba de recuperarme del impacto de la muerte de Szilard… Sinceramente, no creo
que lo hubiera superado de no ser por Maiza y Nile.

—¿?

—Lo único que quiero que hagas es que prestes atención a las personas que te rodean
mientras intentas eximirte y cumplas tu deseo de ver el mundo. Eso debería bastar.
Aunque parece que Elmer ha hecho el ayudar a los demás su meta en la vida.

Dicho esto, Sylvie se dirigió de regreso con sus compañeros.

Felt abrió la boca para preguntarle a qué se refería; sin embargo, alguien lo agarró
de la mano y tiró de ella.

Dio media vuelta y vio a Phil, lista para marcharse.

—Vamos —dijo Phil sonriendo. Abatido por la pureza de esa sonrisa, Felt se quedó
quieto y tardíamente se percató de que había asentido con la cabeza.

—Hay algo mágico en una cara sonriente, y lo digo literalmente.

- 226 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

—Oh, cielos, aquí va otra vez.

—¡No, no, no, hablo en serio! Con solo ver una cara sonriente me lleno de fuerzas.
Oigan, una sonrisa es la mejor memoria genética contenida en el genoma humano y el
hecho de que la risa es algo natural para nosotros desde el preciso instante en que
nacemos—

—¿Qué pasa con el llanto y el ceño fruncido?

—Ah… espera, míralo desde este punto de vista. El “cuñaa” que hace un bebé recién
nacido en realidad es una risa. “¡El Terrible Espectáculo de un Bebé Recién Nacido
Riendo Estruendosamente!” O algo por estilo… No, en lugar de “terrible”, ¿qué tal
“bizarro”?

—Digo esto: cállate.

Elmer abrió la boca para continuar con su ridículo argumento, pero divisó a las niñas
de pie listas para salir y juntos caminaron fuera, hacia el día soleado.


Si les soy sincera, en una parte de mi mente, creo que tengo miedo del exterior.

Sin importar cuánto me esforcé, no encontré nada porque sonreír luego de la noche en que
le di a Felt uno de mis cuerpos. Hasta el punto que sentí más ansiedad que felicidad cuando
escuché la noticia de que partiríamos al exterior.

Ciertamente, hubo un tiempo en el que deseaba ver el mundo exterior. Pero, yo… ¿de
verdad puedo adaptarme y sobrevivir afuera cuando he vivido todo este tiempo sin conocer
nada más que este bosque?

«Este bosque es tu frasco y tu matraz. Ustedes son seres que no pueden


existir fuera de sus contenedores»

Ahora puedo recordar mi pasado claramente y no debo olvidar lo que el alquimista que
me creó dijo. Creo que se trataba del abuelo del amo Bild, y al darme cuenta que no sé su
nombre, me siento miserable.

- 227 -
Epilogo LOS HIJOS DEL MATRAZ

Le cuento al amo Elmer mis inquietudes, él ríe y dice:

—¿Qué, eso es todo? Tú y Felt ni siquiera han dejado sus frascos todavía —Después la
sonrisa del amo Elmer se desvanece ligeramente y se vuelve un poquitín más serio—.
Supongo que todos somos homúnculos en cierto sentido. No podemos sobrevivir fuera de
nuestros matraces; fuera del mundo que conocemos y con el que estamos cómodos,
entiendes. Pero es posible, totalmente factible, expandir el tamaño del matraz en sí. Ah,
¿cómo te lo explico? Ese es el mejor ejemplo que se me ocurre. Y Huey hace que inventar
ideas filosóficas profundas parezca tan fácil.

Huey. He oído ese nombre surgir de sus conversaciones un par de veces. Curiosa, le
preguntó sobre él.

—Umm… Yo diría que conocerlo sería la mejor opción… Ah, cierto. Cuando salgamos
puedes ir a visitarlo. Como sea, el único modo de expandir el vidrio es calentándolo. Una
expresión fría como esa no funcionará.

A medida que escucho, vacilante, me digo a mí misma que deseo ver el exterior. Había
esperado cambiar de opinión de una sola vez; sin embargo, parece que las cosas no están
destinadas a ser tan fáciles.

Supongo que pude construir esa pequeña esperanza en los últimos seis meses gracias a las
personas que me rodean.

Ahora bien, quiero mostrarle al amo Elmer mi sonrisa.

Quiero reír aún más fuerte que el amo Elmer.

Y para lograr eso, saldré y veré el mundo. Veré más cosas de las que ha visto el amo
Elmer. Quizá vea cosas que preferiría no ver, pero quiero ser más fuerte, para sonreír incluso
en esos momentos.

Viajaré con Felt. Todavía no lo he perdonado del todo; no obstante, mientras exploremos
juntos, algún día, haré que sonría.

Y luego, al mismo tiempo le enseñaremos nuestras sonrisas al amo Elmer.

- 228 -
BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Entonces, el amo Elmer también nos sonreirá. Conseguiré que el amo Elmer sonría. No,
no solo él, sino muchas personas más…

Cuando pienso que llegará ese día, me encuentro esperando, solo un poco, el viaje al
exterior.


—Ah, no pude mostrarle todas las celebraciones que tenía en mente a Phil —caviló
Elmer, recapitulando los días que pasó en el castillo mientras permanecía de pie frente
a las enormes puertas dobles—. Pensaba enseñarle el día de San Valentín en Febrero,
por supuesto mientras hacíamos chocolate. Después me di cuenta de que no se podía
preparar un chocolate decente con las cosas del castillo, y así fue.

Nile se giró para verlo.

—¿Chocolate? —dijo con curiosidad—. ¿Qué tiene que ver San Valentín con los
chocolates?

—Es una campaña que las empresas japonesas de chocolates inventaron para
aumentar sus ventas. Esparcieron el rumor de que si las chicas regalaban chocolates a
los chicos en el día de San Valentín su amor sería correspondido.

—Solo es publicidad —señaló Sylvie—, no una festividad.

Elmer negó con la cabeza.

—Ahí es donde te equivocas. Quienquiera que haya pensado esto era un genio.
Lograron convertirlo en algo más que un boom. Ahora es una costumbre. Una especie
de tradición desarrollada que se está expandiendo por todo el mundo gracias a los
esfuerzos de las compañías de golosinas y artistas. ¡Es una celebración que evoluciona,
créanme! Dicen que la mayoría de los eventos que festejamos hoy en día
originariamente se realizaban para esperar una buena cosecha y fortuna, ¿verdad?
Entonces, ¿qué tiene de malo una celebración por el bien de las empresa chocolateras?
¡Y saben qué es más sorprendente, hicieron otro día para que los chicos regresaran el

- 229 -
Epilogo LOS HIJOS DEL MATRAZ

favor, llamado el Día Blanco! Sencillamente no puedo hartarme del espíritu que se reúne
entonces.

—Ahora que lo pienso, escuché que están haciendo campañas de marketing en Nueva
York para dar chocolates en San Valentín también —comentó Maiza de improviso—.
Deben haber tomado los consejos de los japoneses.

—Sí, recuerdo que Miria y Ennis mencionaron algo así cuando llamamos el año
pasado.

La luz danzarina en los ojos de Elmer solo se intensificó cuando Czes se unió a la
conversación.

—¿En serio, hoy en día? ¡Aja, ya veo! ¡Los japoneses que importaron la Navidad
deben haber exportado San Valentín!

—Qué…la fiesta de San Valentín existió antes que los chocolates, Elmer.

Elmer contestó riendo y salió con una gran zancada. Dio media vuelta para ver a los
demás, los cegadores rayos del sol cayeron sobre él como un manto. Las niñas, que se
dirigían afuera, se unieron al resto justo frente a las compuertas.

—Lo que quiero decir es que me gustaría que Phil y Felt participen en estas
festividades precisamente porque son quienes son. La aldea de donde provienen no
posee fiestas típicas, así que no tienen más opción que hacer las suyas propias. Eso es
todo.

La sonrisa de Elmer, destinada a las cinco chicas que emergían vacilantes del castillo,
fue la misma de siempre.

Como si fuera hecha de esa forma su expresión.

Entonces, alzando la voz, le gritó a Phil y Felt.

—Este lugar se parece más a una botella cerrada que a un matraz. Del mismo modo
en que nacieron, todo lo que puedan imaginar fue creado aquí. Cosas buenas y cosas
malas por igual. —Elmer dio media vuelta, extendiendo lo brazos en alto con el sol a su
espalda—. ¡Bienvenidas a nuestra botella!

- 230 -
Epilogo LOS HIJOS DEL MATRAZ


1711, Océano Atlántico
Oscuridad

Elmer escuchó la pregunta del demonio y lentamente abrió la boca.

—Me he decidido, demonio.

«Eso fue rápido» —dijo la voz dentro de su cabeza sorprendido.

Sin vacilar, Elmer anunció el poder que deseaba.

—Mira, demonio. Quiero verte sonreír.

«¡¿?!»

—Ríe para mí. Con sinceridad, feliz, ruidosa y largamente. Muéstrame cómo ríe un
demonio. Enséñame qué hace feliz a un demonio —Cuando sintió la sorpresa del
demonio, estuvo satisfecho—. Tu rostro sonriente definitivamente me dará fuerzas.

El demonio frente a él no pudo disimular su asombro mientras lo observaba.

«No esperaba eso… Discúlpame. Te subestimé»

La expresión del demonio poco a poco se torció en algo que podría haber sido una
sonrisa; y el mundo una vez más descendió hacia la completa oscuridad.

«He vivido como un demonio que concede deseos a los humanos durante miles
de años; sin embargo, esta es la petición más difícil que he escuchado»

Poco antes de que la obscuridad engullera al mundo por completo, Elmer extendió
su mano y tomó al demonio por el brazo.

—No, no, no hay que salir corriendo. Tampoco puedes mentir. No me llaman un
verdadero creyente de la risa por nada. Puedo detectar una sonrisa falsa a kilómetros
de distancia —El demonio desconcertado evitó la mirada de Elmer mientras lo
reprendía. Sorpresivamente, Elmer solo rió entre dientes—. Mira, demonio. Tengo

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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

algo que pedirte. Si mi deseo es muy difícil para que tú lo concedas, podría ser
persuadido a darte algo de tiempo para que trabajes en ello. Con algunas condiciones,
por supuesto.

«¿Condiciones?»

—Conoces a Maiza, ¿verdad? El sujeto que te convocó.

«Desde luego»

—Acaba de perder a su hermano menor. Debe sentirse consternado en estos


momentos. Tal vez furioso o triste, incluso desahuciado.

«Una suposición razonable»

—Así que, estaba pensando que a lo mejor podrías cuidarlo. Yo buscaré al viejo
Szilard y tú te quedarás al lado de Maiza y lo ayudarás con esto y aquello. No como un
demonio, sino como un ser humano. Bueno, considerando que en realidad luces como
una persona, eso no debería ser un problema, ¿verdad?

«……»

—Viaja con él en el Nuevo Mundo al que van a llegar. Hasta que pueda dejarse
llevar y reír. Entonces, te garantizo que podrás sonreír también. Si nos encontramos
después de eso, tendrás que mostrármela. Sé feliz por nuestra reunión. Incluso si la
razón de que lo estés es para decirme «¡Ja! ¡Puedo sonreír después de todo! ¡Trágate
esa!», está bien. Solo quiero verte sonreír.

Silencio, conforme la oscuridad cesaba su interminable expansión.

Justo cuando la conciencia de Elmer se resbalaba de su dominio, escuchó


claramente la voz del demonio en su mente.

«Lo intentaré»

- 233 -
Epilogo LOS HIJOS DEL MATRAZ

Consiguió que el demonio realmente se esforzara en hacer algo. Tal vez esto era
algo increíblemente bizarro. A lo mejor si se lo contaba a alguien, los haría reír. O
quizá solo harían una mueca, decepcionados.

Elmer perdió el conocimiento, su mente ocupada con pensamientos banales.

Y el tiempo pasó.



2003, Nueva York


En Alveare

Como sea, la comida aquí no está mal. El olor de la miel es un poco empalagoso,
pero supongo que está bien.

Sí, ahí termina la historia del señor Final Feliz.

Tampoco sé si consiguió ver la sonrisa del demonio.

Estoy en esta tienda para averiguarlo. Verán, oí rumores de que el demonio se


encuentra aquí.

¿Qué?... ¿Por qué tienen esa expresión en sus caras?

¿Quieren conocerlos? ¿Al demonio y a Elmer? ¿Hablan en serio?

Jaja, ustedes dos son raros.

¿Yo? Mi nombre es… Phil Nibil16. Espero que un día nos volvamos a ver.

16
N. de la T. En realidad quien habla aquí es Felt, solo que durante la traducción se perdió el sentido,
ya que en la versión original utiliza el pronombre “ore” (el cual es masculino) para referirse a sí
mismo.
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BACCANO! 2001 - LOS HIJOS DEL MATRAZ Ryohgo Narita

Hasta entonces, confío en que seguirán felices.

Y si alguna vez lo ven, deséenle un Final Feliz de mi parte.

Díganle que todavía falta mucho por enmendar; pero que ahora mismo somos
felices.

Los demás puede que estén furiosos, pero imagino que él lo disfrutaría más que
nada.

Eso es todo lo que puedo hacer para compensarlo.

Isaac y Miria, ¿verdad? Claro, recordaré sus nombres.

Bien, seguiré mi camino. Hasta el día en que nos veamos nuevamente en este
restaurante lleno de miel.

Les deseo a los dos un final feliz… No, un “felices por siempre”.

BACCANO! 2001 – LOS NIÑOS DEL MATRAZ


FIN

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D.D.
Daily Days Novels

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TRADUCCIÓN AL INGLÉS
Untuned Strings

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL
Clixea

EDICIÓN
Vilatile

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