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Levítico 11, 44

"Porque yo soy el Señor, su Dios; santificaos y ustedes deben


santificarse y ser santos, porque yo soy santo; No se contaminen
con algún de esos que se arrastran sobre la tierra."

Las tradiciones y las costumbres son algunas de las principales manifestaciones de una cultura
determinada, y se pueden definir como un conjunto de creencias y experiencias que se heredan de
una generación a otra. En ese sentido, estos dos términos se manejan de manera casi indistinta. Sin
embargo, las costumbres son aquellas prácticas sociales arraigadas en una comunidad, vinculadas con
lo cotidiano, con los hábitos, que de tanto repetirse se han terminado convirtiendo en parte de la
identidad local. Por su parte, las tradiciones involucran a un mayor número de personas, reforzándoles
el sentido de pertenencia respecto a una misma identidad cultural. Incluyen las prácticas rituales,
culturales, religiosas, gastronómicas o folklóricas. Por ejemplo, un pueblo costero del Caribe puede
tener la costumbre de reunirse en la plaza los viernes para bailar. Es algo que suelen hacer, y que se
repite en el tiempo, pero que en un momento dado podría no hacerse, o hacerse un día antes o un día
después, digamos, porque un viernes llueve demasiado. Pero ese mismo pueblo, en ciertas fechas del
año, rinde culto a la virgen María mediante una procesión de la estatuilla desde la iglesia a todos los
rincones del pueblo, fiestas religiosas, alimentos específicos, etc. Ello constituye una tradición
religiosa, que muy seguramente comparten con los pueblos vecinos, e incluso con otros lejanos, que
tienen la misma

El 1 de noviembre miramos hacia el cielo. Es el día en el que se homenajea a todos los santos, toda
la Iglesia celebra porque hay una gran fiesta en el cielo. Para nosotros es una gran oportunidad de
agradecer todos los beneficios, todas las gracias que Dios ha derramado en personas que han
vivido en esta tierra y que han sido como nosotros, con las mismas debilidades, y con las fortalezas
que vienen del mismo Dios. Celebremos este día con un corazón agradecido, porque Dios ha
estado grande con nosotros y estamos alegres.
Hoy es un buen día para reflexionar todo el bien espiritual y material que por intercesión de los
santos hemos obtenido y tenemos hasta el día de hoy, pues los santos que desearon la Gloria de
Dios desde aquí en la tierra lo siguen deseando en la visión beatifica, y comparten el mismo deseo
de Nuestro Señor Jesucristo de que todos los hombres se salven, que todos los hombres
glorifiquen a Nuestro Señor
Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el
propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se
encuentra. Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de
santidad. Deja que todo esté abierto a Dios y para ello opta por él, elige a
Dios una y otra vez. Para un cristiano no es posible pensar en la propia
misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad, porque
«esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts 4,3). No tengas
miedo de la santidad. No te quitará fuerzas, vida o alegría. Todo lo
contrario, porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó y
serás fiel a tu propio ser. Pidamos que el Espíritu Santo infunda en
nosotros un intenso anhelo de ser santos para la mayor gloria de Dios y
alentémonos unos a otros en este intento. Así compartiremos una
felicidad que el mundo no nos podrá quitar. Papa Francisco Exhortación
Apostólica Gaudete et exsultate

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