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Instituto Pacífico S.A.C.
Capítulo I
Noción de persona jurídica
Capítulo II
La asociación y otras formaciones asociativas
1. Generalidades.......................................................................................................... 259
2. Tratamiento de las Asociaciones en el Código Civil peruano...................... 309
3- La interpretación vinculante del art. 92 c.c.: una toma de posición respecto
del concepto de impugnación.............................................................................. 342
3.1. Observación inicial................................................................................... 344
3.2. El com entario.............................................. ............................................ 345
4. Las Asociaciones Religiosas y las Asociaciones Civiles con fines religiosos. 355
5. Sobre la posibilidad que los integrantes del Consejo Directivo de una
Asociación puedan percibir una remuneración............................................. 360
6. Aspectos registrales de las asociaciones........................................................... 362
6.1. Los antecedentes: Sobre la diversidad de criterios de interpretación
de los operadores jurídicos y la ubicación del Registro de Personas
Jurídicas dentro del Sistema Nacional de los Registros Públicos 362
6.2. Las asociaciones y el principio de tracto sucesivo............................. 364
6.3. Los órganos de la asociación a propósito del vacío en el Código
Civil respecto de la prórroga del mandato de los miembros del
consejo directivo................................................... 368
6.4. El horror vacui de los Registradores y del Tribunal Registra!..... . 380
índice general 9
Capítulo III
La fundación, el comité y las organizaciones no
gubernamentales (ONG)
1. La Fundación........................................................................................................... 449
1.1. Antecedentes históricos............................ 449
1.2. Fundación: ¿Organización de personas o afectación de bienes?. 450
1.3. Definición de Fundación........... ............ 454
1.4. Nacimiento de la Fundación........... ..................... 455
1.5. Clases de Fundaciones...... ..................... 459
1.6. Elementos de la Fundación..... ......................... 461
1.7. El Consejo de Supervigilancia de Fundaciones............. 463
1.8. ¿Puede ser considerada la fundación un proveedor dentro de una
relación de consum o?................................ ............................................ 472
1.9. Extinción de la Fundación......................... 478
1.10. A manera de conclusión: ¿mediante el fideicomiso se puede
desplazar a la fundación?....................................................................... 481
2. El Com ité.................................................. 482
2.1. D efinición................. 482
2.2. Tratamiento del Com ité en el Código Civil peruano ................... 485
3. Las Organizaciones no Gubernamentales (O N G )......................................... 487
4. Sobre la necesidad de reclasificar a las personas jurídicas sin fines de lucro 496
Capítulo IV
Comunidades campesinas y nativas
Capítulo V
Organizaciones de personas no inscritas
Capítulo VI
El caótico universo de las personas jurídicas creadas por ley
Bibliografía
I. Libros......................... 58l
II. Artículos de revistas o en obras colectivas....................................................... 590
III. Voces en diccionarios o enciclopedias............................................................... 604
IV. Articulos de periódicos........................................................................................ 604
V. Docum entos............................................................................................................ 605
PRÓLOGO A LA
OCTAVA EDICIÓN
Desde su primera edición en el año 1990, esta magnífica obra de Juan
Espinoza Espinoza estaba destinada a convertirse en objeto de estudio de
diversas generaciones de alumnos, y una fuente inagotable de consulta y cita
de Jueces, Abogados y otros estudiosos del derecho.
En el caso de la ONG nos recuerda que ésta no es más que una persona
jurídica no lucrativa, que adicionalmente se ha inscrito en un registro admi
nistrativo, así como todo el debate constitucional que mereció su regulación.
ticas que señalo, sino por su tesonero afán de actualización, por sí sola una
ardua y difícil tarea, muy apreciada por quienes tenemos a su vez el reto de
escudriñarla.
Mi absoluta convicción es que este libro respecto de los temas que há
bilmente aborda, enseñará y ayudará a miles de operadores jurídicos en
la intrincada función de desentrañar las vicisitudes y complejidades de su
estudio y práctica profesional, cualquiera fuese el espectro desde el cual se
aproximen, en especial para aquellos llamados a administrar justicia, que
de hecho ya lo han hecho antes, pues no es de extrañar encontrar citas del
mismo y sus versiones anteriores en las sentencias de las cortes peruanas.
Por todo ello, y finalmente en esta sede, no puedo sino citar a otro hom
bre de derecho, principal representante de la Ilustración, quien escribió al
gunas de las líneas más lúcidas para referirse a espíritus afines, y así:
“Les mortels sont égaux; ce ríest point la naissance, cest la seule vertu qui fait
leur différence. II est de ces esprits favorisés des cieux, Qui sont tout par eux-
mémes et rien par leurs a'ieux”.
VOLTAIRE, Le Fanatism e ou M ahom et le prophéte.
Las notas destacables del volumen las podemos hallar desde sus pri
meras páginas; sin duda, resulta interesante la aproximación tridimensio
nal al concepto de la persona jurídica, casi en un homenaje a su “maestro”,
el autor afirma que: “en la persona jurídica se configura mas que nunca la
teoría tridimensional del Derecho, por cuanto vemos la integración de los
elementos que la componen”, a saber: conducta humana inter-subjetiva, va
lores jurídicos y normas jurídicas; mientras a propósito del status de sujeto
de derecho, tras reconocer y diferenciar la realidad ontológica de la jurídica,
sostiene que la persona jurídica “en tanto centro de imputación de derechos
y deberes, recae no solo en una pluralidad de personas, sino en una singula
26 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
ridad”. La Persona jurídica, nos dirá satisfecho por una decisión del Tribunal
Constitucional del 2002, es sujeto de derecho independiente con sus propios
derechos y deberes.
1 ESPINOZA ESPINOZA, Juan, Derecho de las Personas, 5.aed., Lima: Rodhas, 2006, p. 719. La cita
es de la referencia citada por el autor, así como de su pie de página 21 (Capítulo XII. Noción de
Persona Jurídica o Colectiva).
Prólogo a la sexta edición 27
mentales, etc., temas todos abordados sea desde la perspectiva civilista que
desde aquella administrativa y/o registral, esta última, fuente de muchas de
las interrogantes utilizadas al interior del libro como instrumento para acla
rar situaciones problemáticas que intersectan el derecho civil referido a las
personas jurídicas no lucrativas y la disciplina registral; lo que termina por
convertir a la obra en un estudio jurídico multidisciplinario, que finalmente
nos habla de las calidades y preparación del autor.
Noción de persona
jurídica
1. Aspectos generales: definición, finalidad, derechos y autonomía
patrimonial
1 Así, “ante la pregunta de si existieron las personas jurídicas en el derecho romano la respuesta
es afirmativa. Obviamente, no con las características actuales, pero es evidente, [...], que las
raíces de esta creación humana la encontramos en la evolución del propio derecho romano”
(MORALES GODO, Juan, “Notas sobre la evolución histórica de la persona jurídica”, en
Ius et Praxis, n.° 31, Lima: Universidad de Lima, enero-diciembre del 2000, p. 124). En mi
opinión, la figura jurídica correspondiente en la actualidad a las universitas personarum y a
las universitas rerum del antiguo derecho romano, es la organización de personas no inscritas.
Evidentemente esta última y las personas jurídicas tienen raíces comunes (en realidad, las
organizaciones de personas no inscritas son los antecedentes históricos de la persona jurídica);
pero los antiguos romanos no conocieron el concepto de persona jurídica.
2 CAPILLA RONCERO, Francisco, La persona jurídica. Funciones y disfunciones, Madrid:
Tecnos, 1984, p. 34.
32 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
Así, a mediados del siglo XIX, Savigny sostiene que la persona jurídica
es resultado de una operación de puro fingimiento, puesto que solo el hom
bre, individualmente considerado, es persona para el Derecho. En efecto,
para Savigny, las personas jurídicas son “personas que no existen sino para
fines jurídicos, que nos aparecen al lado del individuo como sujetos de las
relaciones de derecho”. Es dentro de esta línea de pensamiento que este au
tor, empleando “la palabra persona jurídica en oposición a persona natural”,
llega a entender una “capacidad artificial” de la persona jurídica, distinta a la
capacidad real y efectiva de la persona natural3. Es de abandonar esta posi
ción teórica, porque es persona, tanto la individual como la jurídica, ya que,
día a día, queda un mínimo espacio para las ficciones en el Derecho.
3 SAVIGNY, Friedrich Karl von, Sistema del Derecho Romano Actual, t. II. traducido del alemán
por Charles Guenoux y vertido al castellano por Jacinto Mesía y Manuel Poley, Madrid: F.
Góngora y Compañía, 1879, p. 60 y 62.
4 DOBSON, Juan M., El abuso de la personalidad jurídica (en el Derecho Privado), Buenos Aires:
Depalma, 1985, p. 61.
I. Noción de persona jurídica 33
5 GlERKE, Otto von, D eu tsch es P riv atrech t, Erster Band, A llg em e in er Teil u n d P erson en recht,
München und Leipzig: Verlag von Duncker & Humbolt, 1936, p. 473.
6 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos, “Exposición de motivos y comentarios al Libro Primero del
Código Civil peruano, Derecho de las Personas”, en COMISIÓN ENCARGADA DEL ESTUDIO
Y REVISIÓN DEL CÓDIGO CIVIL, C ó d ig o C ivil, t. IV, E x p o sició n d e M otiv os y C o m en ta rio s,
compilado por Delia REVOREDO DE DEBAKEY, Lima: Studium, 1985, p. 151.
7 DE BELAÜNDE LÓPEZ DE ROMANA, Javier, “Comentario al artículo 78 c.c., Distinción entre
la persona jurídica y sus miembros”, en C ó d ig o C ivil c o m en ta d o , 1.1, T itulo P relim in ar, D erec h o
d e las P erson as, A cto Ju ríd ic o , Lima: Gaceta Jurídica, 2003, p. 389-
34 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
Hans Kelsen, en su Teoría Pura del Derecho, llevando hasta las últimas
consecuencias el normativismo, sostiene que la persona no se ubica en la
realidad de la naturaleza, no es un ente concreto, sino tan solo un centro
ideal de imputación de normas, un modo especial de designar unitariamen
te una pluralidad de normas que adscriben derechos y obligaciones. Para
él, tanto la persona individual como la persona jurídica, participan de la
misma genérica estructura formal, en la medida que ambas son la unidad
de un conjunto de normas. Para Kelsen, “la persona denominada Tísica de
signa el conjunto de normas que regulan la conducta de un solo y mismo
individuo”8, mientras que la persona jurídica “designa solamente la unidad
de un conjunto de normas, a saber, un orden jurídico que regula la conducta
de una pluralidad de individuos”9 . Dentro de esta línea de pensamiento “la
persona física y la persona jurídica son ambas la personificación de un orden
jurídico, de tal modo que no hay diferencia esencial entre estas dos clases de
personas”10. Estoy parcialmente de acuerdo con el hecho que formalmen
te, persona individual y persona jurídica se encuentran en un mismo nivel,
pero de ninguna manera son, exclusivamente, la unidad de un conjunto de
normas, ya que esto nos llevaría a pensar que el concepto de persona equi
valdría al de la propiedad o el del contrato. El problema de perspectiva de
Kelsen está en el prescindir del elemento humano, en todas sus manifesta
ciones, para elaborar su teoría.
Frente a esta óptica, como respuesta lógica surge Cossio que, con su
Teoría Egológica, sostiene que la persona jurídica no tiene otra existencia
que aquella de los individuos que la integran. Cossio, a partir de la crítica
que formula a Kelsen, observa que: “la diferencia entre la persona individual
y la colectiva no es una cuestión de esencia genérica, sino solo una divi
sión específica de la misma personalidad, que en el primer caso consiste en
el facultamiento normativo inmediato y en el segundo en el facultamiento
normativo mediato, de lo que únicamente el hombre, por ser hombre, puede
hacer; todo lo cual ha sido explicado por Kelsen con claridad superlativa”
[...], “la existencia colectiva se resuelve en conductas individuales a través
del facultamiento u obligamiento mediatos” [...], “la impecable noción kel-
genere cierto tipo de “costos”, vale decir, las incoherencias que puedan surgir
en la experiencia jurídica, debido al respeto excesivo de la dualidad persona
jurídica-personas naturales que la componen14, tiene una importante fun
ción, cual es la de ser “un instrumento conceptual que permite reconducir
a los esquemas del derecho común la disciplina especial que, derogando al
derecho común, el legislador somete a los miembros del grupo”15. En efecto,
cosa distinta es hablar de la propiedad o de las deudas que le corresponde a
un grupo de personas (co-propiedad y solidaridad — o mancomunidad—
pasiva respectivamente), de la propiedad o de las deudas de la persona ju
rídica, la responsabilidad civil del grupo de aquella de la persona jurídica,
entre otras. En materia de personas jurídicas lucrativas, se sostiene que estas
existen, “principalmente, porque el mecanismo de la responsabilidad limi
tada que a estos entes caracteriza permite una combinación eficiente de los
factores de producción, principalmente capital y trabajo, al reducir los cos
tos de la separación entre propiedad y control de la empresa y, por ende, los
riesgos de la inversión”16.
14 Que han sido puestas de manifiesto por, GALGANO, Francesco, op. cit., p. 98.
15 GALGANO, Francesco, op. cit., pp. 16-17.
16 ZÜÑIGA PALOMINO, Mario, “¿Por qué existen las personas jurídicas? Una respuesta desde
la teoría económica de la empresa”, en A c tu a lid a d Ju r íd ic a , t. 108, Lima: Gaceta Jurídica,
noviembre del 2002, p. 56.
17 LIMONGI FRANCA, Rubens, Institu góes d e D ireito C ivil, Sao Paulo: Saraiva, 1988, p. 65-
18 Así, “es dable señalar que la regulación de las personas jurídicas en el Código Civil de 1984
responde a una concepción tridimensional del Derecho la que, en términos generales, subyace
a través del articulado de todo el Libro Primero. La aplicación de esta peculiar y comprensiva
visión del fenómeno jurídico, permite distinguir en la persona jurídica — en cualquier
persona jurídica— la presencia necesaria, simultánea y en recíproca exigencia, de tres niveles
integrados por el dato formal derivado del aparato normativo, por las conductas humanas
intersubjetivas que constituyen la dimensión sociológico-existencial de las personas jurídicas
y por los fines valiosos que la caracterizan y le otorgan sentido” (FERNÁNDEZ SESSAREGO,
Carlos, D er ec h o d e las P erson as, cit., p. 145)- Para un perfil comparativo de la posición
tridimensionalista de Miguel Reale y Carlos Fernández Sessarego, ver ESPINOZA ESPINOZA,
I. Noción de persona jurídica 37
Juan, “Teoría tridimensional del derecho: bosquejo para una determinación ontológica frente
a la posición realeana”, en S cribas, año II, n.° 3, Arequipa: 1997, pp. 43-46.
38 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
Dentro de este orden de ideas resulta coherente, no solo que una per
sona jurídica sin fines de lucro pueda realizar actividades económicas que
no se limiten al tradicional y socorrido cliché de “incrementar el patrimonio
con los aportes de sus asociados” o a efectuar rifas, o a solicitar donacio
nes, sino también que la misma persona jurídica sin fines de lucro, a través
de su representante, forme parte de una persona jurídica lucrativa (como
“[...] el hecho que una asociación, como lo es la Hermandad del Señor de los
Milagros, realice una actividad económica, no implica necesariamente, que
se desnaturalice su finalidad no lucrativa, ni que dicha actividad económica
forme parte de un proceso productivo.
En consecuencia, en tanto que el servicio contratado es una modalidad de
ahorro bajo la forma de cuenta de depósito a plazo, la Comisión considera que
la Hermandad del Señor de los Milagros es destinataria final para los efectos
de la Ley de Protección al Consumidor, debido a que la eventual ganancia que
se podría obtener sería aplicada para la finalidad no lucrativa de la misma.
La asimetría informativa en la que se encuentra esta asociación, en lo que se
refiere a este contrato financiero frente al Banco, es de la misma proporción en
la cual se encontraría un consumidor que sea una persona natural”.
mas que les imponga o permita de hecho o por derecho avocarse a tal fin, por
que no corresponde a su naturaleza, al tratarse de un servicio público, social,
en lo que al Estado le compete, según la legislación aplicable.
La distinción de la realización de las actividades económicas por la persona ju
rídica, no depende de la actividad que desarrollen; en razón de que cualquier
actividad económica puede ser ejecutada por una persona jurídica lucrativa y
no lucrativa. La diferencia fundamental entre una y otra radica en el destino
de sus ingresos.
Ello, quiere decir que el hecho que la UNAP por ser considerada una perso
na jurídica de derecho público, realice una actividad económica, no implica
necesariamente, que se desnaturalice su finalidad no lucrativa, ni que dicha
actividad económica forme parte de un proceso productivo”.
informativa.
En efecto, supongamos que una persona natural organiza su fiesta de cum
pleaños y, de otro lado, una fundación lleva a cabo una reunión de coordi
nación entre sus miembros, para mejorar sus actividades asistenciales en el
marco de su finalidad no lucrativa. En dichas circunstancias ambos sujetos se
encuentran fuera de un ámbito empresarial, habiendo contratado los referidos
servicios para un fin personal y no empresarial y por tanto no tienen informa
ción sobre el servicio contratado, en términos equiparables al proveedor, que
cuenta con experiencia y profesionalización en el mercado.
Por ello, una interpretación que excluya a las personas jurídicas de derecho
privado no lucrativas, en las circunstancias señaladas, de la categoría de con
sumidor, y por tanto de la tutela del sisteriia de protección al consumidor,
atentaría contra el derecho a la igualdad ante la ley consagrado por el artículo
2 inciso 2 de nuestra Constitución28.
[El subrayado es mío y los números de los considerandos han sido omi
tidos] .
30 RUBIO CORREA, Marcial, E l S istem a Ju ríd ico. In tro d u cció n a l D erech o , Lima: PUCP, 1991, p.
280.
48 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
31 Así, doctrina nacional ha señalado respecto del primer supuesto del artículo 3 literal a) de
la Ley de Protección al Consumidor, que menciona únicamente a las personas naturales
como consumidoras, lo siguiente: “u n a lectu ra c o n stitu cio n a l y p r o c o n s u m id o r a (a s í lo
ex ig e el a r tíc u lo 2 d e la m ism a L ey d e P ro tecció n a l C o n su m id o r) h a c e in ev ita b le in clu ir a las
p e r s o n a s ju r íd ic a s [ ...] E sta es la lín ea in terp reta tiv a d e p a ís es, c o m o es el ca s o d e Ita lia , en el
q u e si bien el C ó d ic e d e C o n su m o [ ...] so lo re c o n o c e a las p e r s o n a s fís ic a s c o m o con su m id ores,
su a ten ta ju r is p r u d e n c ia h a c o m p re n d id o a las p e r s o n a s ju r íd ic a s q u e se en cu en tren en
situ a c ió n d e a s im e tr ía in fo rm a tiv a d en tro d e esta c a te g o r ía ” (ESPINOZA ESPINOZA, Juan,
50 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
Con esta disposición vigente, las personas jurídicas vuelven a ser consi
deradas como consumidores cuando actúan como destinatarios finales, o en
el ámbito ajeno a una actividad empresarial, o si se encuentran en asimetría
informativa.
“13. En sus descargos, el Banqo señaló que la denuncia debía declarase im
procedente, toda vez que el Club no calificaba como consumidor a efectos de
encontrarse protegido por el Código, siendo que actuó en el giro de su negocio
al abrir cuentas en su entidad bancaria para utilizarlas dentro de su actividad
como proveedor. Agregó que, el Club era un proveedor que brindaba sus ser
vicios a sus asociados, organizando actividades deportivas, culturales y tenía
instalaciones con piscinas, canchas y restaurantes al servicio de sus asociados.
Finalmente, indicó que la materia controvertida hacía referencia al giro del
negocio del Club, ya que se hablaba del nombramiento de sus representantes y
no a servicios ofrecidos por el Banco.
14. Al respecto, cabe precisar que de acuerdo con el Código los sujetos de la
relación de consumo son, en primer lugar, el consumidor como la persona
natural o jurídica que adquiere, utiliza o disfruta como destinatario final un
producto o servicio; en segundo lugar el proveedor, quien es la persona na
tural o jurídica que fabrica, elabora, manipula, acondiciona, mezcla, envasa,
almacena, prepara, expende o suministra bienes o presta servicios a los con
sumidores, concepto que comprende a los distribuidores o comerciantes, pro
ductores o fabricantes, importadores y prestadores cuya característica común
es su habitualidad e independencia37.
38 DECRETO LEGISLATIVO N.° 295- CODIGO CIVIL. Artículo 80. La asociación es una
organización estable de personas naturales o jurídicas, o de ambas, que a través de una
actividad común persigue un fin no lucrativo.
I. Noción de persona jurídica 55
39 CÓDIGO CIVIL. Artículo 80. La asociación es una organización estable de personas natura
les o jurídicas, o de ambas, que a través de una actividad común persigue un fin no lucrativo.
40 Ver Considerandos 18, 19 y 20 de la resolución venida en grado.
41 Ver: <http://club-grau.org/no-asociados/>.
56 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
nar si Club Grau califica como consumidor según lo dispuesto por el numeral
1.2 del artículo IV del Código. Es importante tener en cuenta que, para tal
efecto, deben verificarse los siguientes requisitos: (i) la calidad de micro em
presario del denunciante; (ii) que el bien o servicio no forme parte del giro
propio del negocio; y, (iii) que exista asimetría informativa respecto de dichos
bienes o servicios.
25- Respecto del primer requisito, esto es, acreditar la calidad de microempre-
sario, el artículo 3 de la Ley 28015, Ley de Promoción y Formalización de la
Micro y Pequeña Empresa (modificada por el Decreto Legislativo 1086) señala
que las microempresas deben reunir las siguientes características concurren
tes42: (i) contar con 1 a 10 trabajadores; y, (ii) tener un nivel de ventas anuales
hasta por un monto máximo de 150 Unidades Impositivas Tributarias (UIT).
Por consiguiente, la calificación de microempresario estará condicionada a
que la persona natural o jurídica que realiza la actividad empresarial no supere
los límites antes citados.
26. Asimismo, dado que la calidad de consumidor constituye una condición
de procedencia, esta debe ser evaluada considerando si el denunciante cumple
con los requisitos establecidos en dicha norma, conforme a los fundamentos
antes expuestos.
27. En atención al requerimiento efectuado por la Secretaría Técnica de la Sala,
Club Grau presentó sus declaraciones juradas mensuales del Impuesto Ge
neral a las Ventas e Impuesto a la Renta correspondientes al ejercicio en que
entabló la relación contractual, así cómo durante los que se habrían producido
los defectos denunciados. De la revisión de tales declaraciones, se advierte que
Club Grau, en el año 2013, tuvo ingresos de S /1 ’348 129,00, y, en los años 2014
y 2015, de S/ l ’l89 431,00 y S/ 1’066 915,00, respectivamente.
28. En tal sentido y conforme se infiere de lo expuesto en los párrafos prece
dentes, al haber excedido el límite del monto de ventas anuales establecido por
ley, se advierte que Club Grau no califica como microempresario y, por tanto,
42 Ley N.° 28015. Ley de promoción y formalización de la micro y pequeña empresa. Artículo
3. Características de las MYPE. Las MYPE deben reunir las siguientes características concu
rrentes:
Microempresa: de uno (l) hasta diez (10) trabajadores inclusive y ventas anuales hasta el
monto máximo de 150 Unidades Impositivas Tributarias (UIT).
Pequeña Empresa: de uno (l) hasta cien (100) trabajadores inclusive y ventas anuales hasta el
monto máximo de 1700 Unidades Impositivas Tributarias (UIT).
El incremento en el monto máximo de ventas anuales señalado para la Pequeña Empresa será
determinado por Decreto Supremo refrendado por el Ministro de Economía y Finanzas cada
dos (2) años y no será menor a la variación porcentual acumulada del PBI nominal durante el
referido período.
Las entidades públicas y privadas promoverán la uniformidad de los criterios de medición a
fin de construir una base de datos homogénea que permita dar coherencia al diseño y aplica
ción de las políticas públicas de promoción y formalización del sector.
I. Noción de persona jurídica 57
“l. Teniendo en cuenta que el artículo 108 del Código prescribe que pondrá
fin al procedimiento administrativo la resolución que declara la improce
dencia de la denuncia de parte cuando, entre otros supuestos, el denuncian
te no ostente la calidad de consumidor final43, corresponde evaluar, antes de
pronunciarse sobre las pretensiones objeto de denuncia de Club Grau, si el
denunciante califica como consumidor de conformidad a lo dispuesto por el
Código.
2. El numeral 1 del artículo IV del Título Preliminar del Código define qué ca
tegoría de sujetos pueden ser considerados ‘consumidores o usuarios’-, es decir,
quiénes pueden acceder al amparo que brindan las normas sobre protección al
consumidor. Según tal dispositivo legal, son consumidores las personas natu
rales o jurídicas que adquieren, utilizan o disfrutan como destinatarios finales
productos o servicios en beneficio propio o de su grupo familiar o social44.
8. Ello quiere decir que, el hecho que una asociación, como lo es Club Grau,
realice una actividad económica, no implica necesariamente, que se desnatu
ralice su finalidad no lucrativa, ni que dicha actividad económica forme parte
de un proceso productivo.
9. En consecuencia, en tanto que el servicio contratado constituía la admi
nistración de sus cuentas de ahorros en las que el denunciante depositaba los
fondos con los que contaba47, considero que Club Grau sí era destinatario final
para los efectos del Código, debido a que tales recursos en sus cuentas eran
aplicados para desarrollar su actividad no lucrativa.
10. Asimismo, debe considerarse que la asimetría informativa en la que se en
cuentra esta asociación, en lo que se refiere a la contratación financiera frente
al Banco, resulta de la misma proporción en la cual se encontraría un consu
midor que fuera una persona natural.
11. Por los argumentos antes expuestos, el vocal que suscribe el presente voto,
considera que Club Grau sí califica como consumidor en los términos pre
vistos por el Código, por lo cual la Sala Especializada en Protección al Con
sumidor debe pronunciarse respecto al fondo de la controversia, a efectos de
analizar la responsabilidad que pudiera o no guardar el Banco en la comisión
de los hechos imputados”.
47 El artículo 131 de la Ley N.° 26702, Ley General del Sistema Financiero y del Sistema de
Seguros y Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros del 6 de diciembre de 1996,
establece que: “el a h o r r o está c o n stitu id o p o r el con ju n to d e im p o sicio n es d e d in ero q u e, b a jo
c u a lq u ie r m o d a lid a d , re a liz a n las p e r s o n a s n a tu rales y ju r íd ic a s d el p a ís o d el exterior, en las
em p r es a s d el sis te m a fin a n c ie ro . E sto in cluye im p o sicio n es q u e están p ro te g id a s en la f o r m a q u e
s e ñ a la la p re se n te ley ”.
60 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
“Las personas jurídicas pueden para los fines de su instituto, adquirir los dere
chos y contraer las obligaciones que no son inherentes a la condición natural
del hombre”.
49 IUDICA Giovanni y Paolo ZATTI, L in g u a g g io e reg óle d e l D iritto P riv ato, 4.a ed., Padova:
CEDAM, 2003, p. 107-
50 En sentido contrario, Matilde Zavala de Gonzales quien, partiendo de una interpretación
literal del art. 1071 bis del (derogado) Código Civil argentino (que sanciona la intromisión
de la “vida ajena”), afirma que las personas jurídicas “no tienen Vida privada en el sentido
biológico y espiritual que entraña la expresión Vida ajena’, en el artículo 1071 bis del Código
Civil: solo puede atribuírsele, figuradamente, una ‘vida jurídica.
Por otra parte, únicamente el hombre puede verse mortificado en sus costumbres o
sentimientos y padecer el agravio moral que acompaña, en general, y frecuentemente de modo
exclusivo, a las perturbaciones a la intimidad” (ZAVALA DE GONZALEZ, Matilde, D er ec h o a la
in tim id a d , Buenos Aires: Abeledo-Perrot, 1982, p. 76 ). Discrepo de esta posición: literalidades
aparte, lo que se pretende tutelar con la situación jurídica de la privacidad es un ámbito de no
intromisión en determinada esfera de los sujetos de derecho, independientemente de cuál de
estos se trate. Si se pensase de otra manera, se llegaría a sostener que no constituye un supuesto
de responsabilidad civil el tomar indebido conocimiento de las comunicaciones que envían
o reciben los representantes de las personas jurídicas en ejercicio de sus funciones. Por otro
lado, magro argumento es sostener que la persona jurídica, dada su particular naturaleza, no
pueda “mortificarse”. Al ser un sujeto de derecho tiene derechos patrimoniales y existenciales
que exigen tutela jurídica efectiva. La protección frente a la lesión de estos últimos no se agota,
como veremos, en la voz del daño moral y por ello, ante su lesión cabría una indemnización.
I. Noción de persona jurídica 63
51 Así, se afirma que “la persona jurídica participa activamente en el quehacer social, ejerciendo
deberes y contrayendo obligaciones. Dentro de esta óptica, tiene derecho a ser identificada
por un nombre que es exclusivo de ella y no puede ser utilizado por otra. Si a través de un
medio de comunicación se profieren frases que agravien el honor y el buen nombre de una
persona jurídica, esta a través de sus representantes, ejerce su derecho de acción al exigir
judicialmente una indemnización por el daño causado; puede presentar una querella contra el
autor de las frases difamantes” (SEOANE LINARES, Mario, op. cit., p. 32).
52 DE CUPIS, Adriano, I d iritti d ella p e r s o n a litá , vol. IV, 2.a ed., rev. y act., en Serie: T rattato d e
D iritto C iv ile e C o m m e r c ia le , dirigido por Antonio CICU y Francesco MESSINEO, continuado
por Luigi MENGONI, Milano: Giuffré, 1982, p. 46.
53 FUSARO, Arianna, I diritti d ella p e r s o n a litá d ei sog g etti collettivi, Padova: CEDAM, 2002, p.
26.
“Este Colegiado, sin entrar a definir lo que son las personas jurídicas en el sen
tido en que se les concibe por el ordenamiento infraconstitucional, parte de la
constatación que su presencia, en la casi totalidad de oportunidades, responde
al ejercicio de un derecho atribuible a toda persona natural. Se trata, en efecto,
y específicamente hablando, del derecho de participar en forma individual o
asociada en la vida política, económica, social y cultural de la nación, tal cual
se proclama en el inciso 17 del artículo 2 de la Constitución. A juicio de este
Tribunal, toda persona jurídica, salvo situaciones excepcionales, se constituye
como una organización de personas naturales que persiguen uno o varios fi
nes, pero que, para efectos de la personería que las justifica en el mundo de las
relaciones jurídicas, adopta una individualidad propia; esto es, la forma de un
ente que opera como centro de imputación de obligaciones, pero también, y
con igual relevancia, de derechos.
[... ] En la lógica de que toda persona jurídica tiene o retiene para sí un conjun
to de derechos, encuentra un primer fundamento la posibilidad de que aque
llos de carácter fundamental les resulten aplicables. En el plano constitucional,
por otra parte, existen a juicio de este Colegiado dos criterios esenciales que
permiten justificar dicha premisa: a) La necesidad de garantizar el antes citado
derecho a la participación de toda persona en forma individual o asociada en
la vida de la nación, y b) La necesidad de que el principio del Estado democrá
tico de derecho e, incluso, el de dignidad de la persona, permitan considerar
un derecho al reconocimiento y tutela jurídica en el orden constitucional de
las personas jurídicas.
[...] Con respecto a lo primero, queda claro que si a toda persona natural se
la habilita para que pueda participar en forma individual o asociada, median
te diversas variantes de organización (principalmente personas jurídicas) es
66 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
56 LEÓN VÁSQUEZ, Jorge, “Notas sobre los derechos fundamentales de las personas jurídicas”,
en D iá lo g o con la Ju srisp ru d en cia , año 13, n.° 110, Lima: Gaceta Jurídica, noviembre del 2007,
p. 50.
I. Noción de persona jurídica 67
57 En este sentido, ALPA, Guido, R esp o n sa b iltá civ ile e d an n o. L in ea m e n ti e q u estio n i, Bologna:
II Mulino, 1991, p. 535, quien sostiene que “esta noción de daño no patrimonial permitiría
resarcir también a las personas jurídicas (que en cuanto tales no prueban los sufrimientos y
los dolores de ánimo expresivos de la tradicional noción de daño moral), y por consiguiente
de asegurar una más equa e igualitaria aplicación de las sanciones, a considerarse, en este caso,
también a la luz de las penas privadas” (cit.).
I. Noción de persona jurídica 69
“15. Así expuesto el tenor literal del artículo 1 del Decreto Supremo N.° 023-
2008-PCM, este Tribunal considera pertinente precisar que de las pruebas
obrantes en autos, se ha podido constatar que las instalaciones ubicadas en la
Av. El Golf Los Incas N.° 320, Santiago de Surco, constituyen el espacio físico
que compone el domicilio constitucional de la Asociación Club Petróleos del
Perú - Petroperú, debido a que es el ámbito físico donde desarrolla su objeto
social.
En buena cuenta, ninguna persona o autoridad pública puede ingresar a las
instalaciones ubicadas en la Av. El Golf Los Incas N.° 320, Santiago de Surco,
ni efectuar investigaciones o registros en él, si es que no cuenta con la autoriza
ción de la Asociación Club Petróleos del Perú - Petroperú, o con un mandato
judicial que autorice el ingreso, investigación o registro, o en caso de flagrante
delito o muy grave peligro de su perpetración (prevención del delito).
16. Teniendo presente ello este Tribunal considera que el artículo 1 del De
creto Supremo N.° 023-2008-PCM vulnera el derecho a la inviolabilidad del
domicilio reconocido en el inciso 9), del artículo 2 de la Constitución, toda vez
que las instalaciones ubicadas en la Av. El Golf Los Incas N.° 320, Santiago de
Surco, constituyen el domicilio constitucional de la Asociación Club Petróleos
del Perú - Petroperú, por lo que al disponer el artículo referido el ingreso del
público en general a sus instalaciones sin contar con su consentimiento previo
está afectando su derecho a la inviolabilidad del domicilio, toda vez que este
derecho le concede la facultad de excluir, impedir o prohibir a otros la entrada
al domicilio.
17. De otra parte, este Tribunal estima que el artículo 1 del Decreto Supremo
N.° 023-2008-PCM también lesiona el derecho a la inviolabilidad del domici
lio, debido a que el acceso del público en general a las instalaciones ubicadas
en la Av. El Golf Los Incas N.° 320, Santiago de Surco, no se sustenta en nin
guno de los supuestos de excepción o limitación del derecho previstos en el
inciso 9) del artículo 2 de la Constitución.
Además, la medida prevista en el artículo 1 del Decreto Supremo N.° 023-
2008-PCM no tiene por finalidad el mantenimiento de la seguridad nacional,
de la seguridad pública, de la integridad territorial o la defensa del orden, para
que la injerencia que realiza en el derecho a la inviolabilidad del domicilio de la
Asociación Club Petróleos del Perú - Petroperú pueda considerarse legítima
y necesaria.
18. Finalmente debe precisarse que si bien las instalaciones ubicadas en la Av.
El Golf Los Incas N.° 320, Santiago de Surco, son de propiedad del Estado
(Petroperú S.A.), ello no significa que este sea el titular de dicho domicilio
constitucional o que dicho espacio físico sea de carácter público para ordenar
el acceso del público en general a las instalaciones referidas, pues en autos
obran documentos públicos que acreditan fehacientemente que dicha propie
dad ha sido cedida en uso a favor de la Asociación Club Petróleos del Perú
74 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
- Petroperú, por lo que esta ostenta la calidad de titular del domicilio cons-
titutional referido, razón por la cual el Estado no puede disponer ni ordenar
que el público en general acceda a las instalaciones referidas, ya que estas no
son de carácter público.
20. Entonces, atendiendo a que el artículo 1 del Decreto Supremo N.° 023-
2008-PCM y su Anexo, disponen el acceso del público en general al domicilio
constitucional de la Asociación Club Petróleos del Perú - Petroperú, este Tri
bunal considera que dicho artículo vulnera también el derecho de asociación
del Club Petroperú y de sus asociados, pues los está obligando a que, defacto,
se integren y interrelacionen con personas que no conocen ni han elegido o
consensuado para formar la asociación denominada ‘Club Petróleos del Perú
- Petroperú.
21. En buena cuenta al Club Petroperú mediante el artículo 1 del Decreto Su
premo N.° 023-2008-PCM y su Anexo, se le está imponiendo asociados sin
que exista justificación alguna que legitime dicha medida, lo cual contraviene
su derecho de asociación, que en el caso de los clubes sociales incluye la posi
bilidad de determinar aquellas características y requisitos que deben reunir los
socios, así como las reglas referentes a su admisión.
Y es que el Club Petroperú en virtud del derecho de asociación tiene la
potestad de decidir quiénes serán los consocios, lo que también conlleva
la obligación de establecer que, dentro de los correspondientes estatutos,
todo socio debe hallarse en posibilidades de participar en la escogencia de
nuevos asociados. Por dicha razón este Tribunal estima que el artículo 1
del Decreto Supremo N.° 023-2008-PC M y su Anexo vulneran el derecho
de asociación.
22. En sentido similar, este Tribunal considera que el artículo 1 del Decreto Su
premo N.° 023-2008-PCM y su Anexo constituye una injerencia indebida que
contraviene el derecho de asociación del Club Petroperú y de sus asociados
porque al permitir el acceso del público en general a las instalaciones referidas,
que no solo constituyen el domicilio constitucional del Club Petroperú sino
también de sus asociados cuando se encuentran dentro de él, está impidiendo
que tanto los asociados como el Club Petroperú se interrelacionen solo entre
ellos.
23- De otra parte, este Tribunal estima que el ejercicio del derecho de aso
ciación del Club Petroperú y de sus asociados ha sido limitado de manera
arbitraria, injustificada y en contravención del artículo 16 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y del artículo 22 del Pacto Internacio
nal de Derechos Civiles y Políticos, pues la medida de acceso del público en
general no tiene por finalidad la necesidad de preservar la moral pública, la
seguridad nacional, la seguridad jurídica, el orden público y los derechos y
libertades de los demás.
I, Noción de persona jurídica 75
24. Finalmente, en vista de que el artículo 1 tiene conexión con los demás artí
culos del Decreto Supremo N.° 023-2008-PCM y su Anexo, corresponde tam
bién, en virtud del control difuso, inaplicarlos al caso de la Asociación Club
Petróleos del Perú - Petroperú”.
“[...] es del caso señalar que si bien es cierto que una persona jurídica — Ban
co Central de Reserva del Perú— pretende que se le indemnice por el daño
moral que el Instituto de Peruano de Economía le habría causado al hacer una
publicación en su página web alegando que la entidad bancaria vende moneda
extranjera con la intensión de crear un ambiente de calma y reducir el impacto
a una candidatura presidencial, lo es también que para amparar este tipo de
procesos, no basta la sola afirmación de la acción antijurídica o el menoscabo
a la credibilidad de su reputación, sino que el actor como titular deba certificar
a través de los mecanismos de prueba que hay en nuestro ordenamiento legal
que la lesión efectuada por la acción antijurídica le causó perjuicio»' hecho que
no se da en el caso de autos, más aún si advertimos que la entidad recurrente
solo se limitó a cuestionar las opiniones vertidas en diferentes diarios del país,
pero no demuestra con prueba fehaciente como lo dicho por el demandado le
causó perjuicio, aún si tenemos en consideración que las publicaciones cues
tionadas se hicieron en uso de la libertad de opinión consagrada en la Consti
tución, por cuanto el instituto demandado, se encuentra facultado para opinar
respecto a la variación del precio de la moneda, más aún si, el Banco Central
de Reserva hizo una intervención a gran escala comparada con los años ante
riores para bajar el costo de la moneda extranjera, por lo que el recurso debe
desestimarse”. [El subrayado es mió].
Estoy de acuerdo en que no basta invocar los daños, sino que también
estos deben ser acreditados. Sin embargo, como ha sido explicado, el nomen
iuris o voz de “daño moral” no es la correspondiente para este caso concreto
ya que, como se advirtió, la persona jurídica no sufre. Hubiera sido una in
vocación coherente con la sistemática del Código Civil (bastaba leer el art.
1985 ) la del “daño a la persona”.
“7. Que en el caso de una demanda de hábeas corpus interpuesta por una per
sona jurídica, este Tribunal no niega la posibilidad de su interposición, pues
fluye de la demanda que se estaría vulnerando el derecho al libre tránsito, lo
que afectaría a los trabajadores y terceros relacionados con la persona jurídica
G-MAZE S.A.C. (Exp. N.° 00888-2008-PHC/TC, fundamento 5).
8. Que el derecho de propiedad, reconocido en el artículo 2, inciso 16, de la
Constitución Política del Perú y desarrollado en diversa jurisprudencia del
Tribunal Constitucional, consiste en el poder jurídico que permite a una per
sona usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien; y en el caso de autos, al
tener el recurrente la condición de propietario goza de todos los atributos in
herentes al derecho de propiedad y, por ello, no puede limitársele su derecho
al libre tránsito en las áreas para vías y, mucho menos, impedírsele el acceso
a su propiedad.
9. Que se desprende de autos que la empresa a la que el recurrente representa
adquirió parte de un predio de cinco mil (5,000) metros cuadrados, en el que
se habilitaron cuatro predios siendo el lote 4 del codemandado Jesús Manuel
Coll Hidalgo. Señala que mediante escritura pública de ratificación, confir
mación y aclaración de servidumbre de paso, de fojas 17, que otorgan las so
ciedades conyugales Fernando Cantuarias Alfaro y María Salaverry Llosa y
Víctor Cayetano Ostoloza Fernández Prada y María Cantuarias Salaverry se
ratifica su derecho de servidumbre, cuyos linderos colindaban por el frente
con la calle La Rotonda; por la derecha con el predio sirviente, propiedad de
los otorgantes; por la izquierda con la residencia del codemandado Guillermo
Alfredo Coll Flores con 7-50 metros, y por el fondo con los lotes de propiedad
de la empresa demandante.
10. Que a fojas 12 de autos obra la inscripción de registro de predios del te
rreno eriazo, lote A -l, La Molina, ficha N.° 250592 (terreno donde se han ha
bilitado cuatro predios, entre los que están el de la empresa accionante, del
78 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
62 El cual establece lo siguiente: “El que atribuye falsamente a otro un delito, será reprimido con
noventa a ciento veinte días-multa”.
63 Que prescribe: “El que, ante varias personas, reunidas o separadas, pero de manera que pueda
difundirse la noticia, atribuye a una persona, un hecho, una cualidad o una conducta que pue
I. Noción de persona jurídica 79
da perjudicar su honor o reputación, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor
de dos años y con treinta a ciento veinte días-multa.
Si la difamación se refiere al hecho previsto en el artículo 131, la pena será privativa de libertad
no menor de uno ni mayor de dos años y con noventa a ciento veinte días-multa.
Si el delito se comete por medio del libro, la prensa u otro medio de comunicación social, la
pena será privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años y de ciento veinte a
trescientos sesenticinco días-multa”.
64 SALINAS SICCHA, Ramiro, D er ec h o P en al. P a rte E sp ecial, 5.a ed., Lima: Iustitia-Grijley, 2013,
p. 308.
65 SALINAS SICCHA, Ramiro, op. cit., p. 309.
66 SALINAS SICCHA, Ramiro, op. cit.
67 SALINAS SICCHA, Ramiro, op. cit.
80 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
El tipo penal del art. 131 c.p. se refiere a quien atribuye falsamente a otro
un delito: el destinatario de la falsa atribución puede ser cualquier lego (no
necesariamente una autoridad), que no entiende el tecnicismo jurídico que
implica que la persona jurídica no puede ser sujeto activo de delito alguno.
Este juicio de valor negativo (que es la falsa comisión de un delito) empa
tactu al” Para ello, basta citar el ejemplo de un autobús lleno de pasajeros
que colisiona en un paradero en el cual hay peatones. La responsabilidad
con respecto a los primeros sería contractual y con respecto a los segundos
extracontractual: ambas ocasionadas por el mismo acontecimiento. El fun
damento es el que si se ha girado un cheque (o actuado) en representación
de una persona jurídica, dicho acto — dado que se trata de un sujeto de de
recho distinto— repercute solo en su esfera jurídica. Como consecuencia de
ello, si se había configurado una aparente libración indebida de un cheque,
dicho supuesto solo afectaría a la reputación económica de la sociedad anó
nima y no a la de sus representantes.
“El patrimonio social responde por las obligaciones de la sociedad, sin perjui
cio de la responsabilidad personal de los socios en aquellas formas societarias
que así lo contemplan”.
Una atenta doctrina nos hace ver que las personas jurídicas de un solo
miembro no son un fenómeno aislado. Así, “el caso por excelencia de auto
rización legal para la constitución de sociedades unipersonales es el de las
subsidiarias de las empresas del sistema financiero y de seguros. El artículo
36 de la Ley General del Sistema Financiero de Seguros y Orgánica de la
Superintendencia de Banca y Seguros — Ley N,° 26702— dispone, entre
responsables por los contratos y, en general, por los actos jurídicos realizados desde que se
produjo la irregularidad.
Si la irregularidad existe desde la constitución, los socios tienen igual responsabilidad.
Las responsabilidades establecidas en este artículo comprenden el cumplimiento de la
respectiva obligación, así como, en su caso, la indemnización por los daños y perjuicios,
causados por actos u omisiones que lesionen directamente los intereses de la sociedad, de los
socios o de terceros. Los terceros, y cuando proceda la sociedad y los socios, pueden plantear
simultáneamente las pretensiones que correspondan contra la sociedad, los administradores
y, cuando sea el caso, contra los socios, siguiendo a tal efecto el proceso abreviado.
Lo dispuesto en los párrafos anteriores no enerva la responsabilidad penal que pudiera
corresponder a los obligados”. [El resaltado es mío].
76 MAISCH VON HUMBOLDT, Lucrecia, E m p resa In d iv id u a l d e R e sp o n s a b ilid a d L im ita d a ,
P ro y ecto d e L e y T ipo p a r a A m ér ic a L a tin a , Lima: 1970 .
78 ROBILLIARD D’ONOFRIO, Paolo, “Finalmente, ¿qué son las personas jurídicas?”, en Jus.
D o c trin a & P rá ctica , n.° 1, Lima: Grijley, enero del 2009, p. 502.
En nuestro sistema cada persona natural podrá ser titular de una EIRL o
de más (art. 5). Si el titular fallece, el art. 31 déla Ley precisa que:
“Si los sucesores fueran varias personas naturales, el derecho del Titular per
tenecerá a todos los sucesores en condominio, en proporción a sus respectivas
participaciones en la sucesión, hasta por un plazo improrrogable de cuatro
años contados a partir de la fecha de fallecimiento del causante.
Durante este plazo, todos los condominios serán considerados, para los efec
tos de esta Ley, como una sola persona natural, cuya representación la ejercerá
aquél a quien corresponda la administración de los bienes de la sucesión.
Dentro del indicado plazo, los sucesores deberán adoptar alternativamente
cualquiera de las siguientes medidas:
a) Adjudicar la titularidad de la Empresa a solo uno de ellos, mediante divi
sión y partición;
b) Transferir en conjunto su derecho a una persona natural, mediante cual
quiera de los actos jurídicos indicados en el artículo 2881; y
c) Transformar la Empresa en una Sociedad Comercial de Responsabilidad
Limitada.
Si venciera el plazo indicado en el primer párrafo del presente artículo sin
haberse adoptado alguna de las medidas indicadas en el párrafo anterior, la
Empresa Individual de Responsabilidad Limitada quedará automáticamente
disuelta, asumiendo los sucesores responsabilidad personal e ilimitada en la
marcha de la Empresa”, [el subrayado es mío].
En concordancia con ello, el art. 80, inc. f, contempla como una de las
causales de disolución, la muerte del titular, si se configura el supuesto regu
lado en este último párrafo.
81 El cual establece que: “La transferencia del derecho del Titular por actos Ínter vivos será hecha
a otra persona natural mediante compra-venta, permuta, donación y adjudicación en pago”.
I. Noción de persona jurídica 87
83 BROSETA PONT, Manuel, “La empresa, la unificación del derecho de obligaciones y el derecho
mercantil”, en R ev ista C rítica d e D er ec h o In m o b ilia r io , t. XXXVIII, Madrid: 1965 , p. 627 .
I. Noción de persona jurídica 89
posición hasta sus últimas consecuencias, llegaríamos a la conclusión que cada trabajador de
una empresa, en tanto realiza una actividad, constituye — en sí mismo— una empresa, con lo
cual tendríamos tantas empresas como trabajadores, cuando lo que en realidad existe es una
sola empresa.
86 BARRERA GRAF, Jorge, “La empresa en el nuevo Derecho Mercantil Italiano, su influencia
en el Derecho Mexicano”, en B o letín d el In stitu to d e D er ec h o C o m p a r a d o d e M éx ico , año VII,
México D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México, 1954, p. 93. Destaca el profesor
mexicano que los elementos de la empresa son la hacienda y el empresario, agregando que
“el personal de la empresa interviene como uno de los elementos de mayor importancia de
esta; es cierto que el concepto legal exige la ‘organización de un conjunto de bienes’, pero
el personal debe considerarse, según Carnelutti, como un objeto de negociación, como una
persona’, según su expresión literal” ( cit ., p. 94). Es importante precisar que lo que resulta
objeto de negociación son los contratos de prestación de servicios de los trabajadores, mas no
estos en tanto sujetos de derecho.
87 GARRIGUES, Joaquín, C urso d e D er ec h o M ercan til, 7.a ed., México: Porrúa, 1984, p. 172 .
I. Noción de persona jurídica 91
93 MÉDICI, Octávio, “A empresa mercantil”, en R ev ista d o In stitu to d e P esq u isa s e E sta d o s, n.° 1,
Bauru: enero-julio, 1966, p. 258 .
94 CALVO ALFAGEME, Alvaro, “La Empresa como objeto de negocios jurídicos”, (Conferencia),
en R ev ista G e n e ra l d e L eg isla ció n y Ju risp ru d en c ia , año LXXXIX, segunda época, t. VII (175 de
la colección), Madrid: Reus, 1944, p. 178.
I. Noción de persona jurídica 93
95 CALVO ALFAGEME, Alvaro, op. cit., p. 181. En sentido contrario, se sostiene que “la empresa
tiene que ser una sola, porque una es en la realidad, y su concepto debe ser válido para todas
las disciplinas jurídicas, al igual que el concepto jurídico de familia es el mismo para todas las
disciplinas jurídicas” (BROSETA PONT, Manuel, op. cit., p. 618 ).
96 LAGUNA IBÁÑEZ, Fernando, “La transmisión de la empresa mercantil y de sus obligaciones”,
en A n u a rio d e D er ec h o Civil, t. XV, fase. III, Madrid: julio-setiembre de 1962, p. 67 1.
97 SÁNCHEZ GIL, Mariano, “¿De quién será la Empresa?”, en R ev ista d e D er ec h o N o ta ria l, año
XV, n.° 1 , LIII-LIV, Madrid: julio-diciembre de 1966, p. 238.
98 SÁNCHEZ GIL, Mariano, op. cit., p. 259 .
94 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
99 GALGANO, Francesco, H isto ria d el D er ec h o M ercan til, traducido por Joaquim Bisbal,
Barcelona: Laia, 1981, p. 211.
100 HERRERO NIETO, Bernardino, “En torno a las reformas de estructura de la empresa alemana”,
en R ev ista d e D er ec h o M ercan til, vol. XV, n.° 45, Madrid: mayo-junio de 1953, p. 296.
101 HERRERO NIETO, Bernardino, op. cit., p. 298.
102 GUZMÁN, Hugo, “Armónica reciprocidad. Característica esencial de la empresa moderna”, en
U niversitas, n.° 17, Bogotá: diciembre de 1959, p. 141.
109 ROMÁN CALZADA, Antonio, “El arte de valorizar una empresa y su regulación”, en R ev ista
Ju r íd ic a d el P e r ú , n.° 90, Lima: Normas Legales, agosto del 2008, p. 386.
110 El cual prescribe que: “la validez de los actos celebrados en nombre de la sociedad antes de
su inscripción en el Registro está condicionada a la inscripción y a que sean ratificados por la
sociedad dentro de los tres meses siguientes. Si se omite o retarda el cumplimiento de estos
requisitos, quienes hayan celebrado actos en nombre de la sociedad responden personal,
ilimitada y solidariamente frente a aquellos con quienes hayan contratado y frente a terceros”.
93 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
111 PRIORI POSADA, Giovanni, “Comentario del artículo 162 c.c., Ratificación del acto jurídico”,
en C ó d ig o C iv il c o m e n ta d o , 1.1, Título P relim in ar, D er ec h o d e las P erson as, A cto Ju ríd ic o , Lima:
Gaceta Jurídica, 2003, p. 706.
112 DE BELAÜNDE LÓPEZ DE ROMANA, Javier, “Comentario al artículo 77 c.c., Principio de la
persona jurídica” en C ó d ig o C ivil c o m e n ta d o , t. I, Título P relim in ar, D er ec h o d e las P erson as,
A cto Ju ríd ic o , Lima: Gaceta Jurídica, 2003, p. 387-
113 RESCIGNO, Pietro, voz C a p a c ita g iu rid ic a , en D ig esto d elle D isciplin e P riv atistich e, S ez io n e
C ivile, vol. II, Torino: UTET, 1988, p. 224.
114 Se sostiene que “con la expresión ultra v ires se designa un sistema jurídico de ámbito variable
en la doctrina y en el derecho positivo. Puede, sin embargo, caracterizarse en su aplicación
más amplia diciendo que la actividad indicada en el acto constitutivo representa un límite,
no solo al poder de los administradores, sino también a la misma capacidad de la sociedad,
determinando como consecuencia que los actos extraños al objeto social son insanablemente
nulos, aun cuando el cumplimiento de los mismos haya sido decidido por el acuerdo unánime
de los socios” (COLOMBRES, Ignacio, C urso d e D er ec h o S o cieta rio . P a rte G en era l, Buenos
Aires: Abeledo-Perrot, 1972, p. 105).
I. Noción de persona jurídica 99
“La sociedad está obligada hacia aquellos con quienes ha contratado y frente a
terceros de buena fe por los actos de sus representantes celebrados dentro de
los límites de las facultades que les haya conferido, aunque tales actos com
prometan a la sociedad a negocios u operaciones no comprendidas dentro de
su objeto social.
Los socios o administradores, según sea el caso, responden frente a la sociedad
por los daños y perjuicios que esta haya experimentado como consecuencia
de acuerdos adoptados con su voto y en virtud de los cuales se pudiera haber
autorizado la celebración de actos que extralimitan el objeto social y que la
obligan frente a co-contratantes y terceros de buena fe, sin perjuicio de la res
ponsabilidad penal que pudiese corresponderles.
La buena fe del tercero no se perjudica por la inscripción del pacto social”. [El
subrayado es mío].
está definida por el mandato jurídico, el cual dispone acerca de las presta
ciones de personas y de cosas, esto es, en términos jurídicos más precisos,
acerca de los servicios personales y reales al oficio”127.
127 GIANNINI, Massimo Severo, op. cit., p. 42. El autor afirma que: “mientras el oficio en sentido
funcional se refiere a la categoría de la eficiencia, organizativa y, por consiguiente, de la acción,
que no es en sí categoría jurídica, el oficio en sentido jurídico es un instrumento que muestra
la función tal como ha sido definida jurídicamente” (cit., p. 44 ).
128 GIANNINI, Massimo Severo, op. cit., p. 45-
129 GIANNINI, Massimo Severo, op. cit., p. 46 el cual agrega que “el concepto de órgano hace
superable la concepción misma de la persona jurídica como sujeto privado de capacidad de
ejercicio” (cit., 46). En contra, Angelo Falzea, quien afirma que “las personas jurídicas [...] no
tienen capacidad de ejercicio, sino que poseen capacidad de imputación jurídica de supuestos
de hecho” (en FALZEA, Angelo, op. cit., p. 34).
130 GIANNINI, Massimo Severo, op. cit., p. 47.
I. Noción de persona jurídica 103
131 LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, E l n eg o cio ju r íd ic o , 2.a ed., Lima: Grijley, 1994, p.
167 , quien afirma, no obstante, que “así presentado el problema, bien podría ser admitida la
falta de propiedad terminológica cuando se denomina representantes a las personas físicas
que actúan en nombre y por cuenta de una persona jurídica. Visto, sin embargo, desde el
lado práctico, las tan acusadas diferencias comienzan a desvanecerse y nos hacen pensar que,
efectivamente, la actuación de las personas morales en el ámbito jurídico requiere de una
especial forma de representación” ( cit.).
132 LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, op. cit., p. 168.
133 LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, op. cit.
134 LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, op. cit.
135 Así “el punto de partida es que las personas jurídicas tienen órganos donde se forma su voluntad.
La organización de la persona jurídica contenida en su estatuto es, fundamentalmente, una
definición de instancias donde la voluntad de la persona jurídica se forma válidamente.
Las personas jurídicas para relacionarse y expresar su voluntad externamente requieren de
representantes, es decir de personas naturales que actúen a nombre de la persona jurídica,
sustentando su actuación en una previa decisión del órgano competente” (DE BELAÚNDE
LÓPEZ DE ROMAÑA, Javier, “Personas jurídicas: propuestas de enmienda”, en C ó d ig o Civil
p e r u a n o . D iez añ os, 1.1, Lima: WG, 1995 , P- 265).
104 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
caso de las asociaciones (que se hace extensivo para las demás personas ju
rídicas), los miembros que desempeñen cargos directivos “son responsables
ante la asociación conforme a las reglas de la representación”. En atención a
ello, “las personas jurídicas solo pueden ser representadas por aquellos ór
ganos a los cuales la estructura interna del ente les atribuye expresamente
facultades al efecto”136. Entonces, ¿qué disposiciones se tienen que aplicar en
este tipo de situaciones? En principio, en lo que a eficacia de actos se refiere,
se aplicarán las correspondientes a la representación en los actos jurídicos.
De esta manera han de tenerse presentes, entre otros, los artículos 160,161,
162 y 165 del Código Civil.
136 RIVERA, Julio César, In stitu cion es d e D er ec h o Civil. P a rte G en era l, t. II, Buenos Aires: Abeledo-
Perrot, 1993, p. 250.
137 Como parece entender NINAMANCO CÓRDOVA, Fort, “Lo cuestionable de lo evidente. Notas
sobre la nulidad del acto del gerente sin poder y la representación orgánica”, en D iá lo g o con la
Ju r isp r u d en c ia , año 16, n.° 14, Lima: diciembre del 2010, p. 172.
I. Noción de persona jurídica 105
Se sostiene que esta expresión debe ser entendida como una “finalidad
de interés común”140. Otro sector de la doctrina que “el objeto debe concep
tuarse como propósito. Como intención de resultado que es pretendido en
conjunto y con efectos para los representantes. A ellos les conviene y (sen
tido lato) les beneficia el poder y su ejercicio para lograr el propósito co
mún apetecido, que puede consistir bien en un solo acto o negocio jurídico,
bien en una operación compleja”141. También se ha sostenido que se trata del
138 En este sentido, Lohmann Lúea de Tena, Guillermo, op. cit., pp. 188-189; Torres Vásquez, Aní
bal, op. cit., p. 290; Priori Posada, Giovanni, “Comentario al artículo 148 c.c., Responsabilidad
solidaria de los representantes”, en Código Civil comentado, t, i, Título Preliminar, Derecho de
las Personas, Acto Jurídico, Lima: Gaceta Jurídica, 2003, p. 657.
139 Así, LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, op. cit., p. 189; PRIORI POSADA, Gio-
vanni, op. cit., p. 656.
140 VIDAL RAMIREZ, Femando, op. cit., p. 206.
141 LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, op. cit., p. 190.
106 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
146 BRUNETTI, Antonio, Tratado del Derecho de las Sociedades, t. II, Sociedad por accio
nes, traducción directa del italiano por Felipe de Solá Cañizares, Buenos Aires: UTEHA,
1960, p. 484.
108 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
148 MOISÁ, Benjamín, “Inicio de la prescripción e ignorancia del daño (nota a fallo)”, en Moisset
de Espanés, Luis, Manuel Cornet, José Fernando Márquez, Benjamín Moisá, Guillermo P. Tinti,
Reparación de daños y responsabilidad civil, t. 3, Buenos Aires: Zavalía, 2011, p. 159-
149 ESPINOZA ESPINOZA, Juan, “Aspectos regístrales de las asociaciones”, en Gaceta Jurídica, t.
51, Lima: febrero de 1998, p. 56-A.
110 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
afirmar desde un plano form al que la persona jurídica tiene tanto capacidad
de goce como de ejercicio.
“El poder para litigar se puede otorgar solo por escritura pública o por acta
ante el Juez del proceso, salvo disposición legal diferente.
Para su eficacia procesal, el poder no requiere estar inscrito en los Registros
Públicos”.
I. Noción de persona jurídica 111
“Si bien es cierto que el artículo diecisiete de la anterior Ley General de Socie
dades, y de modo similar el artículo catorce de la nueva Ley número veinti
séis mil ochocientos ochentisiete, establecen, como forma de otorgamiento de
poderes que se extienda el acta donde conste el acuerdo respectivo y la copia
certificada de la misma basta para su inscripción en el registro, también es
cierto que estas normas societarias no se refieren ni regulan el otorgamien
to de poderes procesales, y, por tanto, no están comprendidas dentro de la
salvedad o excepción que establece el citado artículo setentidós del Código
Procesal, sobre la formalidad del poder para litigar, prevaleciendo esta norma
por ser especial.
Al admitirse a trámite la demanda pese a faltarle el anexo relativo al poder, se
ha incurrido en la causal de nulidad prevista en el artículo ciento veintidós,
segunda parte, de este mismo Código, por no apoyarse en el mérito del pro
ceso ni en el derecho.
En este caso, resulta de aplicación lo dispuesto en el artículo ciento setentiséis,
in fine, del Código Procesal Civil, por tratarse de una nulidad insubsanable”150.
Al leer esta resolución, uno no puede quedar más que sorprendido por
lo opinable de la decisión y por la carencia de argumentos de la misma. La
150 ESPINOZA ESPINOZA, Juan, "Sobre las formalidades para el otorgamiento de poder en la
representación procesal y en la representación voluntaria de la persona jurídica societaria”, en
D iá lo g o con la Ju risp ru d en c ia , año 6, n.° 20, Lima: Gaceta Jurídica, mayo del 2000, p. 21.
112 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
Si ello es así, creo pertinente recordar que “el acto procesal es una es
pecie del género acto jurídico. Su elemento característico es que el efecto
que de él emana, se refiere directa o indirectamente al proceso”151. En este
orden de ideas, la representación procesal, al igual que la representación so
cietaria (en tanto tipos especiales de representación), forman parte de un
núcleo común, cuya sedes m ateriae está en el Código Civil. Si bien es cierto
que se ha evidenciado que la representación procesal acusa un “rigorismo
form al (que) es desconocido en el Derecho Civil y está en conformidad con
las exigencias del proceso”152, también se ha señalado que “el negocio jurí
dico mediante el cual se confiere la representación es un acto coordinado al
proceso, si bien meramente preparatorio, y está sometido, por consiguiente,
a las normas del Derecho Civil solo en lo que la ley procesal no prevea y su
naturaleza lo consienta”153.
No hay que perder de vista que la última parte del art. 14 de la ley gene
ral de sociedades establece que basta el solo mérito del nombramiento del
gerente general o de los administradores de la sociedad, para “gozar de las
facultades generales y especiales de representación procesal señaladas en el
Código de la materia”. Ello evidencia que no hay un compartimento estan
co que separe la representación voluntaria societaria de la representación
voluntaria procesal y que se debe ser flexible en lo referente a la calificación
legal de la formalidad del otorgamiento del poder en el caso de la represen
tación procesal de una persona jurídica (que además está regulada en la ley
general de sociedades).
Pero el problema no queda ahí: una vez que la Segunda Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de La Libertad emitió la Resolución N.° 3 (del
6 de mayo de 1998), materia de este comentario, el Expediente N.° 3009-
97 volvió a bajar al Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo, el
cual, con Resolución N.° 18, del 18 de mayo de 1998, actuando lo decidido
por la Corte Superior, declaró inadmisible la demanda interpuesta, conce
diendo al banco demandante un plazo de tres días a efectos de subsanar la
“deficiencia hecha notar, bajo apercibimiento de rechazarse la demanda y
archivarse el expediente como corresponde”. El banco demandante volvió a
presentar la misma documentación (copia legalizada del acta de directorio
de nombramiento de representante procesal), esta vez acreditando su ins
cripción registral. Ello generó que el juez, mediante Resolución N.° 20, del
25 de mayo de 1998, ordenase el archivamiento del expediente, sobre la base
de la siguiente fundamentación:
“Que esta Sala, al declarar, mediante resolución copiada a fojas doscientos se-
sentinueve, la nulidad de todo lo actuado, lo ha hecho con el propósito de
lograr que la entidad demandante, subsane el defecto originario del acta de
fojas tres, en la que no figuraba constancia alguna de inscripción registral. [...]
Que, lo que deja establecido esta Sala, en esta causa y en otras similares y que
se aclara conceptualmente en los términos de la presente resolución, es que las
actas de Directorio que contengan otorgamiento de poderes caen dentro de la
excepción prevista en el artículo setentidós. primer párrafo, in fine. del Código
Procesal Civil, es decir, es una forma más de otorgamiento de poder, adicional
al de la escritura pública y acta ante el juez y para tener eficacia procesal deben
estar registralmente inscritas, conforme al artículo diecisiete de la anterior Ley
General de Sociedades (artículo catorce de la nueva Ley número veintiséis mil
ochocientos ochentisiete), que para estos efectos se aplica sistemáticamente
con la anterior norma glosada”. [El subrayado es m ío].
[...] Que, es evidente que la salvedad a que se hace referencia la norma procesal
antes citada, deja abierta la posibilidad de la existencia de otras formalidades
establecidas por la Ley para el otorgamiento del poder para litigar.
[...] Que, el Artículo catorce de la Ley General de Sociedades vigente, que tie
ne su precedente normativo en el Artículo dieciocho (debió decir diecisiete)
de la derogada Ley establece como única formalidad para el otorgamiento de
poderes, que se extiendan en acta donde conste el acuerdo válidamente adop
tado por el órgano social competente, bastando copia certificada de la parte
pertinente para su inscripción.
[...] Que, la representación, así como el otorgamiento de poderes en las socie
dades para facilitar su desenvolvimiento en el mundo jurídico, no establecien
do la norma antes citada distingo ni precisión sobre sus clases, sino simple
mente sobre su formalidad.
[...] Que, las facultades generales y especiales de representación judicial a
que hacen (referencia) los Artículos setenticuatro y setenticinco del Código
Procesal antes mencionado, cuando deban ser otorgados por las sociedades,
se sujetan a la formalidad que establece su normatividad especial, pues así lo
permite la salvedad que contiene el Artículo setentidós del Código Adjetivo
indicado.
[...] Que, en consecuencia, la Sala Civil al considerar que el Artículo catorce
de la Ley General de Sociedades no se refiere ni regula el otorgamiento de
poderes procesales, negando por tanto la validez al poder presentado por el
apoderado de la demandante, ha interpretado erróneamente la indicada nor
ma, pues este regula el otorgamiento de todos aquellos poderes que sean nece
sarios para el desarrollo de la sociedad en la esfera jurídica, incluso el poder de
orden procesal, acreditándose de esta forma la violación de la norma invocada
por la causal denunciada”.
Para otro tipo de personas jurídicas, el inc. g, del art. 32 del T.U.O. del
Reglamento General de los Registros Públicos, cuyo T.U.O. fue aprobado
por Resolución del Superintendente Nacional de los Registros Públicos N.°
126-2012-SUNARP/SN, del 18 de mayo del 2012, establece que:
“La inscripción de los poderes otorgados por las personas jurídicas constitui
das y domiciliadas en el extranjero no requerirá de su aceptación.
Para su inscripción deberá acompañarse el certificado de vigencia de la perso
na jurídica extranjera u otro instrumento equivalente expedido por un funcio
nario o autoridad competente en su país de origen.
Adicionalmente, deberá presentarse alguno de los siguientes instrumentos:
a) Constancia expedida por un representante legal de la persona jurídica
extranjera que cumpla las funciones de fedatario o su equivalente, en el
sentido de que el otorgante del poder se encuentra debidamente faculta
do, de acuerdo con el estatuto de la persona jurídica y las leyes del país
en que fue constituida, para actuar como representante de esta y otorgar
poderes a su nombre, en los términos establecidos en el título materia de
inscripción;
b) Certificación de la autoridad o funcionario extranjero competente de que
el otorgante del poder se encuentra debidamente facultado de acuerdo
con el estatuto de la persona jurídica y las leyes del país en que fue cons
tituida, para actuar como representante de esta y otorgar poderes a su
nombre, en los términos establecidos en el título materia de inscripción;
c) Otro instrumento con validez jurídica que acredite el contenido de algu
na de las declaraciones señaladas en los incisos anteriores”.
“Es sucursal todo establecimiento secundario a través del cual una sociedad
desarrolla, en lugar distinto a su domicilio, determinadas actividades com
prendidas dentro de su objeto social. La sucursal carece de personería jurídica
independiente de su principal.
Está dotada de representación legal permanente y goza de autonomía de ges
tión en el ámbito de las actividades que la principal le asigna, conforme a los
poderes que otorga a sus representantes”.
¿Se podrá objetar que se está aplicando supletoriamente una ley espe
cial (LGS) a una normatividad general (Código Civil) y, por consiguiente,
ello sería indebido porque el principio de supletoriedad opera en sentido
inverso (vale decir, del vacío de la norma especial para aplicar lo regulado
en la norma general)? No, por cuanto el argumento que se está empleando
no es el de la aplicación del principio de supletoriedad, sino el del recurso a
la analogía. En efecto, aquí nos encontramos frente a dos tipos de personas
jurídicas (lucrativas y no lucrativas) y entre ellas no hay relación género-
especie y si estamos frente a situaciones semejantes (en las cuales una tiene
regulación normativa y otra no) no se ve inconveniente alguno (en tanto ello
es compatible) para la aplicación del art. 396 LGS, basándose en el argumen-
154 En este sentido, SALAZAR GALLEGOS, Max, “¿Asociaciones civiles constituyendo sucursales?
Establecimientos secundarios de personas jurídicas”, en Actualidad Jurídica, t. 115, Lima:
Gaceta Jurídica, junio del 2003, p. 43 y ss.
I. Noción de persona jurídica 121
155 El cual establece que: “el deudor que para ejecutar la obligación se vale de terceros, responde
de los hechos dolosos o culposos de estos, salvo pacto en contrario”.
156 El que precisa que: “aquél que tenga a otro bajo sus órdenes responde por el daño causado
por este último, si ese daño se realizó en el ejercicio del cargo o en cumplimiento del servicio
respectivo. El autor directo y el autor indirecto están sujetos a responsabilidad solidaria”.
124 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
157 Permítaseme remitir a ESPINOZA ESPINOZA, Juan, “Reflexiones en torno a los regímenes
de responsabilidad civil contractual y extracontractual”, en R ev ista d e D er ec h o y C ien cia s
P o lítica s d e la UNM SM , n.° 48, Lima: 1990-1991, p. 157 y ss. y en la R ev ista d e l F oro , Colegio
de Abogados de Lima, año LXXIX, n.° 2, Lima: julio-diciembre de 1991, p. 225 y ss.
158 RIVERA, Julio César, op. cit., p. 279-
159 RIVERA, Julio César, op. cit., quien afirma que “la responsabilidad directa siempre tiene como
factor de imputación el dolo o la culpa, y estos son de las personas físicas, exclusivamente.
Ni las personas jurídicas existen en el orden psíquico, para atribuirles dolo o culpa, ni la
vinculación orgánica supone el desplazamiento del dolo o culpa de la persona física hacia
las entidades cuya organización integran. Las personas jurídicas solo tienen, pues, una
responsabilidad indirecta” {cit., p. 283).
160 RIVERA, Julio César, op. cit.
I. N oción de persona ju rídica 125
La teoría del riesgo creado, radica en la afirm ación de que debe asum ir
los costos de los daños ocasionados, quien se b en eficia econ óm icam ente
con la actividad que genera riesgos, individualizándose ú nica y exclusiva
m ente este status en el empresario o (si se quiere) en la em presa162. A nte ello,
se ha observado con razón, que no solam ente el em presario se b en eficia con
la actividad (riesgosa) iniciada: tam bién lo hace el servid or163 y (añado) los
161 Así Julio César Rivera, que enfatiza que existe “una obligación tácita de garantía que las
entidades asumen al constituirse, frente a la sociedad, fundamentada en el riesgo creado y en
razones de equidad” (o p . cit.).
162 Así, “quien amplía la esfera de su actividad mediante el recurso a la obra de otros, amplía
también el campo de sus beneficios y, por lo tanto, se debe obligar al que toma una iniciativa
empresarial a hacer una previsión de las ganancias y de los costos y a insertar entre estos
últimos no solo la mano de obra y las materias primas, sino también los llamados costos
sociales. Entre estos, no se incluye únicamente la destrucción del medio ambiente a causa de la
contaminación industrial [...], sino también los accidentes causados a terceros que de alguna
manera establecen contacto con la empresa, por los errores o culpa de los colaboradores
del empresario” (VISINTINI, Giovanna, T ratta to b rev e d ella resp o n sa b ilitá civile, Padova:
CEDAM, 1996, ahora en español, en T ra ta d o d e la re sp o n s a b ilid a d civil, t. I y II, traducido
por Aída Kemelmajer de Carlucci, con la colaboración de María Luisa Atienza Navarro, Paz
Bossio, Juan Espinoza Espinoza, Fabricio Longhin y Olenka Woolcott Oyague, Buenos Aires:
Astrea, 1999, pp. 329-330).
163 DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando, L a re sp o n s a b ilid a d ex tra co n tra ctu a l, vol. IV, 1.1, Lima:
PUCP, 1988, p. 478, quien se pregunta: “¿por qué debe tomarse en consideración solo el
beneficio de quien ejerce la dirección y cargarle a su cuenta todos los errores de los demás
integrantes de ella?”. El autor contesta afirmando que responde el principal por la “idea de
que quienes tienen el bolsillo más grande deben asumir por su cuenta los riesgos de toda
la sociedad”. Esta fundamentación, prosigue, que los juristas norteamericanos llaman d eep
p o c k e t o también lo n g p u r s e ju stific a tio n “es insostenible de manera coherente. Resulta
perfectamente claro que la responsabilidad extracontractual no es un medio eficaz y general
para producir una redistribución de la riqueza, ya que es aleatoria, particular y episódica”
(cit.).
126 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
m ism os consum idores, proponiéndose una difusión social del riesgo , la cual
“equivale a u na ju stificación p or el riesgo creado pero am pliada y liberada
de tod a n o ció n de culpa (presunción iuris et de iure): la m áxim a Ubi em olu
mentara, ibi onus es correcta; pero com o el b en eficio se en cuentra repartido
en tod a la sociedad, el peso del daño debe ser repartido tam bién entre tod a la
sociedad. E n consecu encia, el principal n o es sino un vehículo o m ecan ism o
de difusión: es un m ero 'responsable civil', com o lo llam an los franceses”164.
O tro criterio que se debe ten er en cuenta es el del cheapest (or easiest)
cost avoider — “el agente (actividad o sujeto) capaz de evitar el coste de la
form a m ás fácil o económ ica”165— , p or el cual, responde del daño quien
pueda reducir los costos que se ocasionan “de la form a m ás eco n ó m ica p osi
ble (a largo plazo) estableciendo los cam bios apropiados, y al m ism o tiem po
evitar los costes de transacción innecesarios”166.
167 Que está constituida por una serie de principios no explícitos o encubiertos, que son
manifestaciones de una determinada política de derecho (así, ALPA, Guido, I p r in c ip i g en era li,
en Serie: T rattato d i d iritto p riv a to , a cura de Giovanni IUDICA y Paolo ZATTI, Milano: Giuffré,
1993, p. 444).
168 El criterio del c h ea p es t (o r ea siest) cost a v o id e r , no debe ser confundido con el del d ee p p o c k e t
(“buena bolsa”), según el cual, “el coste secundario de los accidentes se podría reducir mucho
si se imputaran las pérdidas a aquellos grupos sociales que están mejor protegidos contra las
consecuencias sociales y económicas que se derivarían del hecho de tener que soportarlas,
es decir: si se imputaran las pérdidas a quienes normalmente designamos como ‘ricos’”
(CALABRESI, Guido, op. cit., p. 56 ).
169 CALABRESI, Guido, op. cit., p. 66.
170 CALABRESI, Guido, op. cit., p. 165-
128 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
A lgunos códigos civiles del sistem a ju ríd ico latin oam erican o tratan el
problem a de la responsabilidad civil de la p erson a ju ríd ica. Tal es el caso
del C ódigo Civil argentino171, el C ódigo Civil m ex ica n o 172, el C ódigo Civil
b oliviano173 y el C ódigo Civil paraguayo174, entre otros. Particular referencia
m erece el C ódigo Civil cu b an o 175, que dedica una sección de cuatro artí
culos a este tem a. E n nuestro ordenam iento n o hay una n o rm a específica
que regule esta situación. U na aproxim ación la en con tram os a través de la
interpretación lógico-extensiva del art. 1981 c.c.: si el representante ocasion a
un daño “en el ejercicio del cargo o en cum plim iento del servicio respectivo”,
171 El artículo 43 (del derogado Código de Vélez) reformado por la LeyN.0 17.711, establecía que:
“las personas jurídicas responden por los daños que causen quienes las dirijan o administren,
en ejercicio o con ocasión de sus funciones. Responden también por los daños que causen sus
dependientes o las cosas, en las condiciones establecidas en el título: De las obligaciones que
nacen de los hechos ilícitos que no son delitos”.
El art. 1763 del Código Civil y Comercial de la República Argentina, aprobado por Ley N.°
26994, del 1 de octubre del 2014, y que entró en vigencia el 1 de agosto, establece que: “la
persona jurídica responde por los daños que causen quienes las dirigen o administran, en
ejercicio o con ocasión de sus funciones”.
172 El art. 1918 prescribe que: “las personas morales son responsables de los daños y perjuicios
que causen sus representantes legales en el ejercicio de sus funciones”.
173 El art. 57 regula que: “las personas colectivas son responsables por el daño que sus
representantes causen a terceros con un hecho ilícito, siempre que dichos representantes
hayan actuado en tal calidad”.
174 Cuyo art. 98 establece que: “las personas jurídicas responden del daño que los actos de sus
órganos hayan causado a terceros, trátese de una acción u omisión y aunque sea delito, cuando
los hechos han sido ejecutados en el ejercicio de sus funciones y en beneficio de la entidad.
Dichos actos responsabilizan personalmente a sus autores con relación a la persona jurídica”.
Esta disposición se complementa con el art. 99: “los directores y administradores son
responsables respecto a la persona jurídica conforme a las normas del mandato. Estarán
exentos de responsabilidad aquellos que no hayan participado en el acto que ha causado daño,
salvo que habiendo tenido conocimiento de que iba a realizarse, no hayan hecho constar su
disentimiento”.
175 El art. 95 prescribe que: “l. Las personas jurídicas están obligadas a reparar los daños y
perjuicios causados a otros por actos ilícitos cometidos por sus dirigentes, funcionarios y
demás trabajadores en el ejercicio de sus funciones, sin perjuicio del derecho que les asiste de
repetir contra el culpable.
2. Si el acto ilícito constituye delito y es cometido por los dirigentes, funcionarios o demás
trabajadores en el indebido ejercicio de sus funciones, la persona jurídica responde subsi
diariamente.
3. También responde por los daños causados por sus dirigentes, funcionarios o demás trabaja
dores que hayan actuado dentro de sus atribuciones o por obediencia debida, y que por esa
circunstancia hayan sido declarados exentos de responsabilidad penal”.
I. Noción de persona jurídica 129
Y es aquí donde, para finalizar esta parte del trabajo, concluyo con la
afirmación inicial de la responsabilidad objetiva de la persona jurídica, basa
da en el beneficio, entendida en el sentido que si los integrantes de la persona
jurídica (lucrativa o no) se favorecen a través de la actuación jurídicamen
te relevante de la misma, estos también deberán asumir los daños que ello
conlleva178. El criterio (adicional) del cheapest cost avoider debe ser aplicado
para el caso de las personas jurídicas que se encuentran efectivamente en
una posición que les permite evitar (o limitar) las consecuencias económi
cas de los daños producidos.
rol determinante la actuación de los titulares de los órganos) del mom ento
patológico (responsabilidad civil)179. Dentro de este último se pueden pre
sentar los siguientes supuestos de hecho:
179 Cfr. ESPINOZA ESPINOZA, Juan, “Capacidad y responsabilidad civil de la persona jurídica”, en
R ev ista Ju r íd ic a d el P erú , año XLVIII, n.° 17 , Trujillo: Normas Legales, octubre-diciembre de
1998, p. 198.
180 Así: “quizá cupiera, en materia de responsabilidad aquiliana, individualizar una responsabilidad
directa de la persona jurídica cuando el hecho dañoso acaece dentro del círculo de su actividad
y es realizada por las personas que ostentan la cualidad de órganos de tal persona jurídica.
En cambio, si el hecho dañoso procede de cualquier otro representante voluntario, dependiente
o auxiliar, la responsabilidad aquiliana de la persona jurídica es una responsabilidad indirecta
o responsabilidad por el hecho del otro” (DIÉZ-PICAZO, Luis y Antonio GULLÓN, S istem a d e
D er ec h o C ivil, vol. II, 4.a ed., Madrid: Tecnos, 1984, p. 636).
I. Noción de persona jurídica 131
182 PAZOS HAYASHIDA, Javier, “La capacidad de la persona jurídica: apuntes indiciarios”, en Ius et
V eritas, año xv, n.° 31, Lima: 2005, p. 1 12 .
132 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
Sin embargo, realizar actos que exceden el objeto social, en ciertos ca
sos, pueden presentar supuestos de competencia desleal. Así, cuando una
universidad nacional constituyó una pollería. El 14 de noviembre del 2008 ,
El Rancho denunció a la Universidad Nacional del Altiplano de Puno por
la presunta comisión de actos de competencia desleal en la modalidad de
violación de normas, por infracción al art. 60 de la Constitución Política
del Perú, supuesto ejemplificado en el art. 14.3 del D. Leg. N.° 1044 (Ley de
Represión de la Competencia Desleal), del 25 de junio del 2008 , por cuan
to estaría desarrollando actividad empresarial, mediante la venta al público
en general de “pollos a la brasa” en el establecimiento ubicado en en Av. El
Sol N.° 32 9 , Puno (denominado “Pollería y Parrillería Universitaria”), sin
encontrarse autorizada por una ley expresa, conforme a lo establecido esta
blecido por el art. 60 Const., la Comisión de Fiscalización de la Competencia
Desleal, mediante Resolución N.° 1 5 7 - 2009 /CCD-INDECOPI, del 9 de se
tiembre del 2009 , decidió lo siguiente:
183 Así, “dicho principio resulta aplicable a cualquier modalidad de persona jurídica. Él se basa
en la doctrina de los actos propios, por la cual nadie puede actuar contra sus propios actos.
Así, pese a que las actividades a las que se haya comprometido excedan su objeto social, queda
obligada en la medida en que la persona natural por la cual actuó estaba autorizada para
celebrar ese acto jurídico” (OSTERLING PARODI, Felipe y Mario CASTILLO FREYRE, op. cit.,
p. 13).
I. Noción de persona jurídica 133
a) Conservar, acrecentar y trasmitir la cultura universal con sentido crítico y creativo afirman
do preferentemente los valores nacionales;
b) Realizar investigación en las humanidades, las ciencias y las tecnologías, y fomentar la crea
ción intelectual y artística;
c) Formar humanistas, científicos y profesionales de alta calidad académica, de acuerdo con las
necesidades del país, desarrollar en sus miembros los valores éticos y cívicos, las actitudes
de responsabilidad y solidaridad social y el conocimiento de la realidad nacional, así como
la necesidad de la integración nacional, latinoamericana y universal;
d) Extender su acción y sus servicios a la comunidad, y promover su desarrollo integral, y
e) Cumplir las demás atribuciones que les señalen la Constitución, la Ley y su Estatuto.
136 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
185 DECRETO LEGISLATIVO N.° 1044. Artículo 14-- Actos de violación de normas.
I. Noción de persona jurídica 137
14-3-- La actividad empresarial desarrollada por una entidad pública o empresa estatal con in
fracción al artículo 60 de la Constitución Política del Perú configura un acto de violación
de normas que será determinado por las autoridades que aplican la presente Ley. En este
caso, no se requerirá acreditar la adquisición de una ventaja significativa por quien desa
rrolle dicha actividad empresarial. [El subrayado agregado].
186 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ. Artículo 18.- La educación universitaria tiene
como fines la formación profesional, la difusión cultural, la creación intelectual y artística y
la investigación científica y tecnológica. El Estado garantiza la libertad de cátedra y rechaza la
intolerancia.
Las universidades son promovidas por entidades privadas o públicas. La ley fija las condiciones
para autorizar su funcionamiento.
La universidad es la comunidad de profesores, alumnos y graduados. Participan en ella los
representantes de los promotores, de acuerdo a ley.
Cada universidad es autónoma en su régimen normativo, de gobierno, académico,
administrativo y económico. Las universidades se rigen por sus propios estatutos en el marco
de la Constitución y de las leves. [El subrayado agregado],
LEY N.° 23733, Artículo 1.- Las Universidades están integradas por profesores, estudiantes
y graduados. Se dedican al estudio, la investigación, la educación y la difusión del saber y la
cultura, y a su extensión y proyección sociales. Tienen autonomía académica, normativa y
administrativa, dentro de la lev. [El subrayado agregado].
187 LEY N.° 23733, Artículo 12.- Las Universidades pueden organizar institutos, escuelas, centros
y otras unidades con fines de investigación, docencia y servicio.
138 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
Esto es así pues la autonomía universitaria no puede ser entendida como au
tarquía. Como el propio Tribunal Constitucional ha señalado, ‘(..J la autono
mía es la capacidad de autogobierno para desenvolverse con libertad y discrecio-
nalidad, pero sin dejar de pertenecer a una estructura general de la cual en todo
momento se forma parte, y que está representada no solo por el Estado sino por
el ordenamiento jurídico que rige a este’.lSS
La autonomía universitaria que alega la UNAP no es un argumento que la ha
bilite a desvincularse del marco constitucional, el cual exige que toda actividad
empresarial que desarrolle el Estado a través de una empresa o dependencia
pública respete el mandato de subsidiariedad económica. En ese sentido, si
se determina que la actividad de venta de pollos a la brasa desarrollada por la
UNAP a través de la ‘Pollería y Parrillería Universitaria’ de su CIS Frigorífico
es empresarial, se encontrará sujeta a los límites impuestos por el artículo 60
de la Constitución.
188 Ver Sentencia emitida el 15 de diciembre del 2004, en el Expediente N.° 010-2003-AI/TC.
189 El estatuto — cuyas copias pertinentes obran de fojas 298 a 302 del expediente— fue aprobado
por Resolución 09-2005-AU-UNA de la Asamblea Universitaria el 25 de enero del 2005.
190 ESTATUTO UNIVERSITARIO. Artículo 184 .- La estructura orgánica de la Oficina de
Centros de Investigación, Producción y Servicios OCIPS-UNA, orgánicamente depende
del Rectorado y es supervisada por un Directorio designado anualmente por el Consejo
Universitario; se reúne ordinariamente en forma trimestral y extraordinariamente cuando lo
convoque el Presidente del Directorio, su representante o la mitad más uno de sus miembros.
Las funciones del Directorio estarán detallados en el ROF de la UNA.
Artículo 185 .- La Oficina de Centros de Investigación, Producción y Servicios (OCIPS-
UNA), a su vez, está integrada por los Centros de Investigación y Producción (CIPs) y
Centros de Investigación y Servicios (CIS’s) para complementar la formación profesional de
sus estudiantes, y como modelos de administración de los recursos naturales de la región y
como centros de transferencia tecnológica [... ] [El subrayado agregado].
I. Noción de persona jurídica 139
artículos 187 y 188 del Estatuto Universitario indican que los GIS cuentan con
autonomía técnica y científica para desarrollar investigación básica y tecnolo
gía apropiada que pueda ser aprovechada por los estudiantes en formación y
la población191.
No obstante, las funciones de los GIS no solo se limitan al desarrollo de acti
vidades de investigación científica y tecnológica. En efecto, el propio estatuto
reconoce que los GIS también pueden desarrollar actividades productivas y de
prestación de servicios a favor de los usuarios que así lo requieran. Es decir,
realizar actividad empresarial.
Así lo precisa expresamente el artículo 185 literal b), el cual señala que los
CIS’s tienen, al margen de su función investigativa, la capacidad de ‘Ofrecer
servicios, como organizaciones que funcionan con capacidad de autososteni-
miento, productividad y rentabilidad’.
En ese sentido, de una revisión del Estatuto Universitario se puede concluir
que, contrariamente a lo alegado por la apelante, los GIS s pueden, al margen
de la labor de investigación y apoyo a la formación profesional de los estu
diantes, organizar sus recursos para prestar actividad empresarial a favor de
la comunidad.
Teniendo en cuenta las posibles funciones reconocidas por el estatuto, corres
ponde analizar la actividad de la ‘Pollería y Parrillería Universitaria del GIS
Frigorífico para delimitar si califica como una labor de investigación o si su
pone la prestación de servicios bajo una lógica empresarial.
La investigación científica es una actividad intelectual organizada y sistemá
tica, que bajo la aplicación de determinados métodos se encuentra orientada
hacia la comprobación de hipótesis, explicación de fenómenos y generación
de nuevos conocimientos y teorías192. Teniendo en cuenta esta definición, los
alumnos realizarían investigación a través de la ‘Pollería y Parrillería Universi
taria instalada en el GIS Frigorífico si se demuestra que han sido organizados
deliberadamente por la propia universidad a fin de que apliquen sistemática
mente sus conocimientos y evalúen los distintos procesos involucrados en la
191 ESTATUTO UNIVERSITARIO. Artículo 187 .- Los CIP’s y los CIS’s deben desarrollar
investigación básica y aplicada para elevar la productividad, rentabilidad y asegurar la
sostenibilidad de los centros, con el propósito de contribuir a una mejor formación profesional
de los estudiantes.
Artículo 188.- Los CIP’s y los CIS’s serán centros líderes modelos de gestión productiva,
eficientes, con autonomía técnica en la investigación científica y tecnológica, capaces
de producir tecnología apropiada para mejorar el nivel de vida de la población regional y
nacional. [El subrayado agregado].
192 NIETO MARTÍN, Santiago y Adriana RECAMÁN PAYO, “Investigación y Conocimiento
Científico en Educación”, en NIETO MARTÍN, Santiago y María José RODRÍGUEZ CONDE
(comp.), In v estig ación y E v a lu a ció n E d u c a tiv a en la S o c ie d a d d el C o n o cim ien to , Salamanca:
Ediciones Universidad de Salamanca, 2010, pp. 89- 90.
140 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
193 El Acta de Inspección obra a fojas 21 del expediente y las boletas de venta, que registran la
venta de pollos a la brasa y gaseosas, así como los montos cobrados por estas operaciones,
obran de fojas 32 a 36.
I. Noción de persona jurídica 141
196 En la referida resolución rectoral (foja 55 del expediente) se precisa en el artículo tercero:
“DISPONER, que los Administradores de cada uno de los CIS’s, transfieran a Caja de la
Universidad mensualmente, el 100 % (CIEN POR CIENTO) de las utilidades o b te n id a s Por
su parte, la Declaración Jurada (foja 64 del expediente) también reconoce que los ingresos del
CIS Frigorífico autofinancian su operatividad y generan ingresos adicionales, ya que “[ . . . ] el
Centro de Investigación y Servicios de la Universidad Nacional del Altiplano -Puno, transfiere
sus utilidades obtenidas en cada período económico al presupuesto de la UNA - Puno”.
197 A fojas 57 del expediente obra la correspondiente Licencia de Funcionamiento N° 000349,
otorgada en el año 2003 por la División de Comercialización de la municipalidad.
198 LEY N.° 28976, Artículo 3-- Licencia de funcionamiento. Autorización que otorgan las
municipalidades para el desarrollo de actividades económicas en un establecimiento
determinado, en favor del titular de las mismas.
[•••]
Artículo 2.- Definiciones. Para los efectos de la presente Ley, se aplicarán las siguientes defini
ciones:
[...]
Giro.- Actividad económica específica de comercio, industria y/o de servicios.
I. Noción de persona jurídica 143
200 Ley N.° 23733. Artículo 12.- Las Universidades pueden organizar institutos, escuelas, centros
y otras unidades con fines de investigación, docencia y servicio.
I. Noción de persona jurídica
202 De fojas 408 a 415 y 46l a 478 del expediente obra documentación relacionada a las prácticas
pre profesionales efectuadas por los alumnos Paul Zevallos (Facultad de Ciencias Contables
y Administrativas), Héctor Chura (Ingeniería Económica), Alberto Herrera (Ingeniería
Química), Ornar Quispe (Ingeniería Química), Karina Aliaga (no se precisa), Rut Choquecota
(Ingeniería Química), Edwin Olartegui (Ingeniería Mecánica Eléctrica) y Paulino Sumiré
(Ingeniería Mecánica Eléctrica).
I. Noción de persona jurídica 147
205 Constitución Política del Perú. Artículo 19.- Las universidades, institutos superiores y demás
centros educativos constituidos conforme a la legislación en la materia gozan de inafectación
de todo impuesto directo e indirecto que afecte los bienes, actividades y servicios propios de
su finalidad educativa y cultural. En materia de aranceles de importación, puede establecerse
un régimen especial de afectación para determinados bienes.
Las donaciones y becas con fines educativos gozarán de exoneración y beneficios tributarios
en la forma y dentro de los límites que fije la ley.
148 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
No obstante, a fojas 177 y 178 del expediente, obran dos Constancias de Pre
sentación que dan cuenta del pago del impuesto general a las ventas y el im
puesto a la renta de tercera categoría realizado por la actividad de la ‘Pollería
y Parrillería Universitaria en el mes de diciembre de 2008, confirmándose así
que esta actividad empresarial no es compatible con la finalidad de formación
profesional y educativa que alega la denunciada.
En consecuencia, esta Sala aprecia que la venta de pollos a la brasa que se reali
za en la ‘Pollería y Parrillería Universitaria del GIS Frigorífico no se ajusta a la
habilitación expresa contemplada en la Ley 23733 y, por consiguiente, incum
ple el requisito de ‘ley expresa previsto en el artículo 60 de la Constitución. En
tal sentido, corresponde confirmar el pronunciamiento de la Comisión que
declaró fundada la denuncia interpuesta contra la UNAP por el desarrollo de
actividad empresarial no subsidiaria”. [La numeración interna ha sido omiti
da],
La ley establece los mecanismos de fiscalización a que se suj etan las mencionadas instituciones,
así como los requisitos y condiciones que deben cumplir los centros culturales que por
excepción puedan gozar de los mismos beneficios, [subrayado agregado].
Para las instituciones educativas privadas que generen ingresos que por ley sean calificados
como utilidades, puede establecerse la aplicación del impuesto a la renta.
206 ALPA, Guido, op. cit., p. 312.
I. Noción de persona jurídica 149
a terceros”. Sin embargo, esta regla general debe ser interpretada con suma
cautela. Veamos un caso:
207 La doctrina nacional es unánime, en la interpretación del art. 162 c.c., al admitir la ratificación
tácita. En efecto, al establecerse que “el acto jurídico puede ser ratificado por el representado
observando la forma prescrita para su celebración”, se afirma que “la norma ha de entenderse
en el sentido que la ratificación debe cumplir con los requisitos formales del poder que se
hubiera requerido para el negocio celebrado que se desea ratificar. [...] En aquellos supuestos
en los que la formalidad no viene exigida a d su sta n tia m , es válida la ratificación tácita, esto
es, la derivada de hechos concluyentes e inequívocos del representado” (LOHMANN LUCA
DE TENA, Guillermo, E l N eg o cio Ju r íd ic o , Lima: Grijley, 1997, p. 230). En este mismo sentido,
Aníbal Torres Vásquez, quien sostiene que “la ratificación vale solamente para los actos de
disposición y para los de asunción de responsabilidad, pero no es necesaria para los actos
de liberación de vínculos jurídicos, dado que, por eje., el pago se puede hacer por cualquier
persona, sea con el consentimiento del deudor o sin él (art. 1222)” (TORRES VÁSQUEZ,
Aníbal, A cto Ju r íd ic o , Lima: San Marcos, 1998, pp. 306-307).
150 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
Nótese que el tenor del art. 19 8 1 c.c. responsabiliza al principal por “el
ejercicio del cargo o en cumplimiento del servicio respectivo”, sin ningún
juicio de valor. Es decir, existe responsabilidad del principal (frente al sujeto
dañado), tanto por el buen (como por el mal) ejercicio del cargo que, dicho
sea de paso, es (frecuentemente) en el mal ejercicio de las funciones (del
titular del órgano, del representante o del dependiente) cuando se presen
tan los supuestos de la responsabilidad civil de los principales (en este caso,
personas jurídicas).
208 SALVI, Cesare, L a resp o n sa b ilitá civ ile, Milano: Giuffré, 1998, p. 143 .
209 ALPA, Guido, op. cit.
I. Noción de persona jurídica 151
210 Así, cuando se afirma que “se trata, como puede apreciarse, de una presunción legis para
conferir seguridad al público que acude a establecimientos comerciales que pueden ser
grandes almacenes como pequeños establecimientos, la taquilla de un teatro o la ventanilla de
una empresa bancaria, pues el establecimiento abierto al público puede tener por principal a
una persona natural o a una persona jurídica.
Por la finalidad perseguida por la norma, y de su propio tenor, se infiere que la presunción es
iuris et de iure ’ (VIDAL RAMÍREZ, Fernando, El Acto Jurídico, 4.a ed. Lima: Gaceta Jurídica,
1999, p. 191).
Por otro lado, se sostiene que, frente a la tesis que entendería la presunción del art. 165 c.c.,
como una iuris tantum, vale decir, que admite prueba en contrario, “puede argüirse que la
presunción es juris et de jure, pues es carga del principal hacer conocer adecuadamente a los
terceros las limitaciones de sus subordinados. Según este principio, acreditado que sea que el
acto no es inusual en el establecimiento, la presunción opera de modo inmediato atribuyendo
representación al dependiente para tales actos. Además, admitir la presunción juris tantum
sería franquear la impugnación de cuantos actos no sean realizados de modo directo por el
titular, lo que repugna a la necesidad de dotar la seguridad jurídica a las operaciones realizadas
en los establecimientos que el artículo señala” (LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, op.
cit., p. 209).
152 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
facultades establecidas por su estatuto, basándose en los arts. 1 7 211 y 19 212 del
TUC mencionado y por ello no debía responder, ya que este debía actuar
bajo el régimen de la doble firma, conjuntamente con el jefe de créditos o
con el presidente del directorio213. El Segundo Juzgado Especializado en lo
Civil de Piura, con resolución N.° 20 , del 14 de diciembre de 1999, ordena el
pago solidario de la caja rural y del (en ese momento) ex-gerente de la suma
de US$ 42 , 564.90 más los intereses legales. Se fundamenta lo siguiente:
211 El cual establece que: “La representación de toda sociedad corresponde, según el caso, al
gerente, a los administradores o a los directores, quienes pueden realizar todas las operaciones
inherentes al fin u objeto social, salvo lo que expresamente establezcan la ley y el contrato
social”.
212 Que recita: “Quienes no están autorizados debidamente para ejercer la representación de la
Sociedad no la obligan con sus acciones, aunque los celebren en nombre de ella y bajo la firma
social.
La responsabilidad civil y penal por tales actos recaerá, exclusivamente sobre sus autores”.
213 Las facultades, inscritas registralmente eran: “autorizar el descuento de letras de cambio,
giros, pagarés, vales y otros documentos. Autorizar al personal correspondiente para recibir
depósitos de ahorros y a plazos. Autorizar la recepción de recursos financieros provenientes
de fuentes externas con sujeción a lo que establezca el BCRP. Aperturar cuentas corrientes,
cuentas de ahorro y a plazo. Girar cheques y obligaciones disponibles contra los fondos de la
empresa a sola firma, ante toda clase de autoridades. El Gerente General tendrá aquellas que
incidentalmente resulten necesarias para la mejor ejecución de los negocios y operaciones de
la Caja Rural”.
154 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
tenor del inciso 1 del artículo 1219 del Código Civil. [...] Que, el extremo de
mandado de Indemnización por lucro cesante debe desestimarse por cuanto
el dinero entregado a la emplazada se ha solicitado su devolución con intereses
legales, con los cuales se produce el resarcimiento de los posibles daños, mas
aun que el dólar es una moneda estable, resultando en todo caso aplicable [...]
el artículo 200 del Código Procesal Civil”.
Esta resolución cuenta con un voto singular (en verdad, insólito), que se
fundamenta en los siguientes términos:
final derogó la Ley dieciséis mil ciento veintitrés, Ley de Sociedades Mercanti
les, y todas las normas ampliatorias, modificatorias y derogatorias relaciona
das con la misma, incluyendo el Decreto Legislativo trescientos once, Ley Ge
neral de Sociedades, estableciéndose de esta forma la derogación expresa de
todas las normas que constituían el régimen general de las sociedades en el
Perú. QUINTO.- Que, el principio general sobre aplicación de la norma jurí
dica en el tiempo consiste en que las normas rigen a partir del momento en
que empieza su vigencia y que carecen de efectos tanto retroactivos (es decir,
antes de dicho momento), como ultractivos (es decir, con posterioridad a su
derogación); ciertamente dicho principio ha sido recogido por el artículo ter
cero del Título Preliminar del Código Civil: “la Ley se aplica a las consecuen
cias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. No tienen fuerza ni
efectos retroactivos, salvo las excepciones previstas en la Constitución Política
del Perú”, norma que tiene sustento constitucional en los artículos ciento tres
segundo párrafo y ciento nueve del citado Texto Político. SEXTO.- Que siendo
así, habiendo ocurrido los hechos sub materia en el año de mil novecientos
noventiséis es evidente que en dicho período no estaba en vigencia la nueva
Ley lo que conllevaría a concluir que se ha aplicado el artículo doce de la nue
va Ley sobre alcances de la representación respecto a una hipótesis nacida con
la anterior Ley societaria: sin embargo, en el caso concreto la aplicación de la
Ley en el tiempo es de mayor complejidad de lo que normalmente puede apa
recer como una aplicación retroactiva de la norma citada de la nueva Ley mer
cantil. SÉTIMO.- Que, existen dos teorías conocidas para resolver problemas
sobre conflicto de normas en el tiempo: la teoría de los derechos adquiridos y
de los hechos cumplidos; el Jurista Rubio Correa, siguiendo algunos criterios
doctrinales, señala que son derechos adquiridos “aquellos que han entrado en
nuestro dominio, que hacen parte de él, y de los cuales ya no puede privarnos
aquél de quien lo tenemos”; agrega que lo que formalmente plantea esta teoría
es la ultratividad de la normatividad bajo cuya aplicación inmediata se originó
el derecho adquirido; en cambio, en forma opuesta, en la segunda teoría se
sostiene que los hechos cumplidos durante la vigencia de la antigua ley se ri
gen por esta; los cumplidos después de su promulgación por la nueva (Marcial
Rubio Correa, Para leer el Código Civil, Volumen tres Título Preliminar, pági
na sesenticinco y setenta y dos). OCTAVO.- Que, nuestro sistema jurídico se
rige por esta segunda posición, tal como se advierte del citado artículo tercero
del Título Preliminar del Código Civil, norma que, como las demás reguladas
en dicho Título, ocupa un lugar preponderante dentro del sistema jurídico
como conjunto, dictando normas o reglas de alcance general que van más allá
del derecho privado; a su vez, la anotada concepción también ha sido regulada
por el artículo dos mil ciento veintiuno del mismo Código, al indicar que este
se aplica inclusive a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas;
es decir, de acuerdo con la teoría de los hechos cumplidos la nueva ley tiene
aplicación inmediata a las relaciones y situaciones jurídicas existentes (debe
entenderse existentes al momento en que ella entra en vigencia). Es decir, que
158 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
216 En efecto, con respecto a la responsabilidad de la persona jurídica por los actos de los titulares
de sus órganos, el art. 1674 del Proyecto establece que: “La persona jurídica responde por
los hechos de quienes las dirigen o administran, realizados en ejercicio o con ocasión de sus
funciones”.
encargo y el evento lesivo221. Es por ello que se sostiene que “la ocasionalidad
no es entendida en sentido temporal, sino en sentido etiológico”222.
221 MONATERI, Pier Giuseppe, op. cit., p. 997- En este supuesto “el empleador ha puesto en
movimiento un antecedente mínimo sin el cual el autor del daño no se hubiera encontrado en
aquella específica situación, de tiempo y de lugar, en la cual ha ocasionado el daño” (cit.).
222 ALPA, Guido, op. cit., p. 313.
223 Así, se sostiene que “a semejanza de las obligaciones solidarias, en las obligaciones in so lidu m ,
o convergentes, encontrábamos pluralidad de sujetos deudores de una misma prestación,
y la posibilidad del acreedor del redamar íntegramente la prestación a cualquiera de ellos;
pero allí finalizaba la similitud, pues no se producía ninguno de los restantes efectos de las
obligaciones solidarias” (MOISSET DE ESPANÉS, Luis, C u rso d e O blig a cio n es, t. I, Córdoba:
Advocatus, 1988, p. 326).
164 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
“[...] el accidente se produjo el día diez de julio del año mil novecientos no
venta y nueve, que era día sábado a horas ocho y cuarenta y cinco aproxi
madamente y del análisis de las declaraciones testimoniales y declaraciones
de parte, si bien es cierto no se consignó en el contrato celebrado entre los
justiciables el horario expreso de trabajo de la unidad, también es cierto que
se ha podido determinar que el vehículo trabajaba en un horario determinado
y era manejado para el efecto por un chofer del demandante, el mismo que lo
designaba expresamente para que maneje su unidad entregándola diariamen
te de su depósito a su chofer la que la trasladaba a la empresa demandada y
realizaba el trabajo en una determinada zona que no es precisamente el lugar
donde ocurrió el accidente no en las horas de servicio de la unidad, por lo que
al no estar trabajando para la demandada no se puede considerar de responsa
bilidad de la misma los daños causados por su dependiente contemplada en el
artículo 1981 del Código Civil, menos aún que se haya incurrido en culpa in
eligendo, es decir culpa por elegir a un empleado o funcionario no idóneo para
ejecutar la orden o cumplimiento de una función. Tampoco puede haber res
ponsabilidad refleja pues el dependiente [...] actuó al margen de la actividad
que se le encomendara, fuera de sus funciones, por lo que debe desestimarse
la demanda.
I. Noción de persona jurídica 165
[...] Que respecto a la responsabilidad subjetiva del presente caso como con
clusión tenemos: Existe un hecho dañoso, que no ha sido provocado por ac
ción u omisión del demandado, por lo que no puede irrogarse al mismo el
elemento dolo o culpa, no existe tampoco nexo causal entre el hecho o evento
dañoso y la acción u omisión del agente que provoca el daño, pues el mismo
fue realizado por tercero ajeno a la demandada y más aún el vehículo siniestra
do fue entregado a tercera persona no al chofer del demandante y por lo tanto
no puede obligarse a una reparación o resarcimiento del daño, conforme a lo
establecido en el artículo 1969 del Código Civil”. [El subrayado es mío].
a. Es un error calificar este supuesto dentro del art. 1969 c.c. por dos
motivos: Se trata de una responsabilidad contractual y surge por el
hecho del tercero. Por consiguiente, debió haberse invocado el art.
1325 c.c.
b. No cabe argumentar en estos supuestos una responsabilidad vica
ria, ni una culpa in eligendo. Se trata de una responsabilidad obje
tiva por el hecho de tercero.
c. Nos encontramos claramente frente a un supuesto de respon
sabilidad civil con ocasión de las funciones. En efecto, como se
ha hecho ver en el voto discordante: No se le habría entregado la
camioneta a la persona de no haberse encontrado en la particu
lar posición de administrador general del proyecto y ser siempre
quien era transportado.
d. Si bien es cierto que no quedó acreditado que había un horario, sí
lo fue el hecho que en el contrato se pactó que el servicio compren
día el transporte de la camioneta realizado por un chofer. Defini
tivamente hubo negligencia de los dependientes de CAAPSA en
darle la camioneta al administrador.
e. Es por eso que considero que Hidroservice también debió asumir
la responsabilidad por la pérdida de la camioneta, por cuanto los
dependientes de CAAPSA, si bien fueron negligentes al entregar
la camioneta al administrador de Hidroservice, estos no tenían la
manera de controlar o verificar que lo hacía para el ejercicio de las
funciones o para una actividad personal.
f. Sin embargo, debido a la concurrencia de responsabilidad, hubiera
distribuido la asunción de costos en partes iguales, es decir, en un
50 % para Hidroservice (por responsabilidad civil con ocasión de
I. Noción de persona jurídica 167
“Se tiene en autos, que de fojas doce mil setecientos cuarenticinco a doce mil
setecientos cuarentisiete aparece en copia simple un documento intitulado
contrato de Locación de Servicios’ , del siete de noviem bre de m il novecientos
noventinueve, suscrito entre José Francisco Crousillat Carreño quien inter
viene como supuesto ‘Gerente General’ del Canal cuatro - América Televisión
(entiéndase Compañía Peruana de Radiodifusión - Canal cuatro) y de la otra
parte el contratante’ que no consigna sus datos de identidad, argumentando
razones estrictamente de confidencialidad, pero que se trataba de Vladimi
ro Montesinos Torres, apreciándose que las obligaciones contenidas en dicho
documento eran; de un lado, por parte de ‘El contratante’ entregar mensual-
mente a ‘El Canal’ la suma de un millón y medio de dólares americanos, pre
cisando que dicho contrato debía ejecutarse entre el siete de noviembre de mil
novecientos noventinueve y el nueve de abril de dos mil.
[...] Las obligaciones asumidas por ‘El Canal’ en virtud a dicho contrato eran:
a) no admitir ni pasar ninguna propaganda política directa o indirectamente
a menos que sea dispuesta por ‘El Contratante’ b) No pasar avisos políticos de
ninguna índole de los candidatos a la Presidencia de la República, al Congre
so de la República o a cualquier cargo público en la Campaña electoral para
el año dos mil, a menos que ‘El Contratante’ lo solicite explícitamente; c) No
promover directa o indirectamente la imagen de ninguna agrupación política,
partido o movimiento político ni de sus dirigentes o representantes sin la apro
bación por escrito de El Contratante’ d) no hacer ni pasar entrevistas, debate ni
reportajes a candidatos a la Presidencia y lo al Congreso de la República sin la
aprobación escrita de E l Contratante’ e) No emitir ningún otro programa con
contenidos que refieran explícita o implícitamente a temas políticos sin que estos
sean aceptados y/o aprobados por El Contratante’f ) Propalar noticieros en sus
horarios habituales de lunes a sábados y sacar al aire un programa político los
días domingos en el horario de las veinte horas, empezando la primera quincena
del mes de enero del año dos mil, cuyo contenido y titulares serán coordinados
y aprobados por E l Contratante’ g) Revisar diariamente con El Contratante’ el
contenido de todos los titulares y todos los programas noticiosos antes de que es
tos sean propalados a nivel nacional, debiendo incorporar las observaciones que
168 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
‘El Contratante’ considere necesarias así como incluir los temas que este decida
en dichos noticieros; h) Durante cada emisión el Programa ‘Laura en Améri
ca, ‘El Contratante’ dispondrá del tiempo que sea necesario para desarrollar los
contenidos que estime conveniente; i) Responder por las declaraciones que emita
su personal a través de otros medios informativos, televisivos o radiales que no
sigan los lineamientos del presente Contrato; j) Reunirse con ‘El Contratante’ las
veces que sean necesarias a efecto de hacer las coordinaciones pertinentes para el
mejor cumplimiento de lo establecido en el presente contrato’.
[...] Por su parte ‘El Contratante se comprometía a: a) cumplir puntualmente
con el pago de las mensualidades acordadas; b) coordinar oportunamente con
‘El Canal’ la revisión de los programas noticiosos y el Programa político domini
cal y c) Realizar las demás acciones que sean menester, acordando además que
com o garantía del cumplimiento de sus obligaciones, ‘El Canal’ firmará una
letra de cambio al portador por el monto que mensualmente recibe y luego de
transcurrido dicho término, esta sería incinerada y renovada por un nuevo tí
tulo valor en las mismas condiciones hasta la conclusión del contrato; de igual
modo se pactaron penalidades por incumplimiento.
[...] Finalmente se pactó que: ‘El Contratante’ podrá ejercer durante la vigencia
(del contrato) el derecho de veto sobre la participación de cualquier comentaris
ta o periodista de ‘El Canal’, declarando haber suscrito dicho contrato en un
solo ejemplar que quedó en manos de ‘El Contratante””.
Este es un claro ejemplo de un acto jurídico nulo por perseguir un fin ilí
cito. .. sin embargo, en su momento, produjo efectos jurídicos, aunque pre
carios. En efecto, en la sentencia bajo comentario, se condena a José Enrique
Crousillat López Torres como cómplice primario del delito contra la Admi
nistración Pública-peculado por apropiación (art. 387 c.p.) en agravio del
Estado, tres años de inhabilitación y una indemnización a favor del Estado
ascendente a S/. 80’000,000.00, “debiendo devolver lo irregularmente obte
nido, debiendo precisarse dicho monto en vía de ejecución”. Asimismo, por
mayoría, se dispuso que la Compañía Peruana de Radiodifusión S.A.-Canal
Cuatro sea tercero civilmente responsable de los Crousillat y, por lo tanto,
solidariamente responsable. La fundamentación es la siguiente:
94. Otro asunto al que nos queremos referir es al supuesto no ingreso de di
chos caudales estatales recibidos por Tosé Enrique Crousillat López Torres y
por José Francisco Crousillat Carreño a la contabilidad de la empresa, lo que
resulta siendo en la realidad una exigencia poco razonable, por decir lo menos,
pues si bien probablemente sea imposible encontrar un registro en el Libro
Mayor de la empresa que señale el origen de dinero proveniente del Estado
entregado para poner a disposición del gobierno la línea editorial del canal
esto según lo aseveró el propio José Enrique Crousillat López Torres, al ser
preguntado respecto a ¿síparte deí dinero entregado por Vladimiro Montesinos
Torres ingresó a ¡as cuentas de Compañía Peruana de Radiodifusión S.A. Canal
Cuatro? Indicó: ‘tengo entendido que si, no m e consta pero tengo entendido
qu e si\ precisando posteriormente que esto se lo mencionó su hijo José Fran
cisco Crousillat Carreño.
94.1. Pero ello no es lo único que nos permite razonar así, sino que el propio
peritaje de parte’ presentado por el Tercero Civilmente Responsable, señala
que la situación económica de la empresa era bastante mala, textualmente se
ñala:
94-2. ‘3-9- Situación Financiera. Ubicándonos en el periodo objeto de nuestro
trabajo pericial, vemos que la compañía, como todas las empresas en el ámbito
nacional, desarrolla sus actividades en un entorno recesivo, habiendo experi
mentado pérdidas significativas durante los años 1998 y 1999 , llegando al año
2000 con un patrimonio negativo de S/. 65’514,000.00 configurándose de esta
manera la obligatoriedad de la reducción del capital social por pérdidas, que
ordena el art. N .° 220 de la Nueva Ley General de Sociedades, que dispone que
la reducción del capital, tiene carácter obligatorio, cuando las pérdidas hayan
disminuido el capital social en más del 50 % y hubiese transcurrido un ejercicio
sin haber sido superado, salvo que se cuente con reservas legales o de libre dis
posición, se realicen nuevos aportes o los accionistas asuman la pérdida, en la
cuantía que compense el desmedro.
94.3- La Compañía igualmente muestra un alto endeudamiento (un pasivo to
tal de S/. 355-3 millones) y consecuentemente un elevado costo financiero; con
capital de trabajo deficitario, problema que se presentó notoriamente en 1998,
llegando a su punto crítico en 1999; no obstante, la compañía mantenía saldos
importantes por cobrar a una empresa afiliada. Igual situación se observa en
sus indicadores de solvencia patrimonial, configurándose de esta manera su
insolvencia y su incapacidad para asumir nuevas obligaciones y poder cumplir
con ellas.
94.4. La rentabilidad obtenida en el ejercicio de 1997, se vio afectada a partir
de 1998, dado que la rentabilidad desde el punto de vista del patrimonio cayó
mostrando cifras negativas Idéntico comportamiento se observa en la rentabi
lidad de las ventas, mostrando cifras negativas a partir de 1998, alcanzando su
punto crítico en el año 2000. Paralelamente los costos directos de la empresa
se incrementaron en casi 60 % entre el año 1997 y el año 2000; mientras que
172 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
comunicación para sus propios fines de grupo, lo que resulta mucho más claro
si consideramos que tales compromisos se ejecutaron en la realidad, conforme
es de conocimiento público, lo que prueba que el proceder de dichos acusados
se desenvolvió en interés y representación de la empresa Compañía Peruana
de Radiodifusión Sociedad Anónima - Canal Cuatro.
99. En cuanto al segundo elemento, es decir que el subordinado cause daños,
se tiene que también tal elemento concurre, pues José Francisco Crousillat
Carreño y José Enrique Crousillat López Torres, con su complicidad en el de
lito contra la Administración Pública - Peculado por Apropiación, cometidos
por Vladimiro Montesinos Torres y con la autoría por parte de José Francisco
Crousillat Carreño en el delito de Asociación Ilícita para Delinquir, se han
pues fueron tales personas, que ac-
tuaban en nombre y representación real de la empresa Compañía Peruana de
Radiodifusión Sociedad Anónima - Canal cuatro, para las que Montesinos To
rres se apropió de caudales públicos, habiéndole pagado astronómicas sumas
de dinero estatal en virtud a un contrato ilícito, a efectos de tener el control
de la línea editorial del canal cuatro, causando con ello un grave perjuicio al
Estado, lo que ha sido también aceptado tácitamente por el propio Crousillat
Carreño, al acogerse a la Terminación Anticipada de los Debates Orales por
conformidad con la acusación fiscal.
100. Finalmente, el elemento de la relación de causalidad, se encuentra su
ficientemente acreditada, con todo lo antes expuesto, pues el dinero que el
Estado perdió, fue a parar a manos de José Enrique Crousillat López Torres
y de José Francisco Crousillat Carreño, reiteramos, no por ser ciudadanos
cualquiera, sino en tanto representantes reales de la Compañía Peruana de
Radiodifusión Sociedad Anónima - canal Cuatro, quedando así establecida la
concurrencia de todos los elementos de esta responsabilidad.
101. De todo ello concluimos que a la empresa Compañía Peruana de Radio
difusión Sociedad Anónima - Canal cuatro le alcanza responsabilidad en cali
dad de Tercero Civilmente Responsable respecto a los acusados José Francisco
Crousillat Carreño y José Enrique Crousillat López Torres, siendo solidaria
mente responsable con ellos”. [El subrayado es mío].
Sin embargo, esta decisión cuenta con el voto discordante del Vocal Ri
cardo Brousset Salas, en el cual se argumenta que:
224 Ello ya había sido advertido por una atenta doctrina que observa que “la honestidad
intelectual es exigible para todos y esta exigencia es mayor en los jueces. Si los jueces no
actúan honestamente, copiando sin citar la fuente, están transmitiendo una peligrosa forma
de elaborar argumentos. Decimos ‘peligrosa’ porque cada argumento se desarrolla en un
contexto concreto y con sus propios fundamentos” (MORALES HERVIAS, Rómulo, “Persona
jurídica como tercero civilmente responsable. Una infeliz o feliz vinculación entre el Derecho
Civil y el Derecho Penal”, en D iá lo g o con la Ju r isp r u d en c ia , año 12, n.° 96, Lima: Gaceta
Jurídica, setiembre del 2006, p. 69).
180 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
José Tomás Reyna Rincón era un torero español (más conocido como
el Manchego) que estuvo en la conocida calle de las Pizzas, en Miraflores, la
noche del 2 de julio del 2002 y comenzó a hacer desorden. Los serenos que lo
intervinieron, lo llevaron a la playa Estrella para asaltarlo, agrediéndolo bru
talmente hasta matarlo y lo lanzaron al mar, siendo encontrado una semana
después en la Playa Waikiki. Ana Cristina García Velasco, su conviviente, por
derecho propio y en representación del hijo de ambos interpuso una deman
da indemnizatoria contra la Municipalidad de Miraflores, ascendiente a la
suma de un millón de dólares (de los cuales US$ 250,000.00 son por daño
emergente, US$ 500,000.00 por lucro cesante y US$ 250,000.00 por “daño al
proyecto de vida” de los demandantes) más intereses legales, invocando los
arts. 1981 y 198 5 c.c. Admitida a trámite la demanda, la Municipalidad la
contesta, contradiciéndola. Se llama como denunciado civil a la Asociación
I. Noción de persona jurídica 185
“[...] mal puede suspenderse el proceso civil a la espera del resultado defi
nitivo del proceso penal, por cuanto luego de ordenarse la expedición de la
sentencia no existe mandato judicial, de oficio, que haya ordenado la remi
186 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de ¡as personas: personas jurídicas
Son tantos los errores de esta decisión que, como Jack el destripador,
tendré que ir por partes:
“[...] el artículo 1981 del Código Civil establece los requisitos legales especia
les de la responsabilidad civil vicaria, respecto al primero de ellos, debe existir
una relación de subordinación jurídica o fáctica entre los autores directos y el
autor indirecto, en este sentido la Municipalidad de Miraflores alega que los
serenos involucrados en los hechos no tienen ningún vínculo con ella, por
cuanto el día de los hechos dichos serenos venían cumpliendo con la presta
ción de sus servicios contractuales con la ‘A sociación Civil por el Serenazgo
de Miraflores’, para ello anexa copias de la Constitución de dicha asociación y
los contratos individuales de trabajo de los serenos, que obran en autos a fojas
quinientos noventa a seiscientos diecisésis; sin embargo en el estatuto de dicha
asociación a fojas ciento sesenta y ocho se establece como uno de sus fines el
de colaborar con la Municipalidad de Miraflores a prestar un servicio de sere-
I. Noción de persona jurídica 191
“[...] en lo relativo a que los autores directos hayan causado el daño en ejerci
cio del cargo o en cumplimiento del servicio respectivo, de lo anteriormente
glosado se tiene que los autores directos intervinieron a la víctima en su con
dición de serenos, transportándolo en una unidad del serenazgo de la Munici
palidad de Miraflores, por lo que se acredita el cumplimiento de este requisito.
Verificándose de esta forma la responsabilidad vicaria de la Municipalidad de
Miraflores en el presente caso, por lo que resulta responsable solidario frente
a la víctima”.
“[...] el artículo 1984 del Código Civil establece que solo la víctima o su fami
lia podrán reclamar indemnización por daño moral, es decir que solo el cón
yuge. padres y los hijos tendrán derecho a indemnización por este concepto: y
respecto a la indemnización de daños por muerte de uno de los convivientes
en una unión de hecho, el Código Civil en su artículo 326 y la Constitución
Política en su artículo 5 solo reconocen efectos patrimoniales respecto a las
uniones de hecho, en la medida que establecen la sociedad o comunidad de
bienes les serán aplicables en cuanto les corresponda, no dando lugar a la exis
tencia de una relación jurídica-familiar con deberes y obligaciones semejantes
a los de los cónyuges, y en cuanto a los hijos concebidos de una unión de he
cho, nuestra Constitución en su artículo 6 establece que todos los hijos tienen
iguales derechos y deberes, por tanto los hijos matrimoniales y los extra-ma
trimoniales tienen el mismo status jurídico ante sus padres. Siendo esto así, el
extremo del petitorio de la demanda que plantea la actora Ana Cristina García
Velasco a nombre propio debe ser desestimada por cuanto lo plantea en su
calidad de ex conviviente, más aún cuando no ha acreditado fehacientemente
tal condición puesto que el Libro de Familia que obra a fojas nueve a once
I. Noción de persona jurídica 193
solo acredita la calidad de progenitora del menor José Tomas Reina García,
debiéndose por tanto solo analizar los daños alegados respecto del menor, ya
que conforme la partida de nacimiento obrante a fojas seis, y el libro de familia
referido, se acredita la filiación extra-matrimonial de la víctima respecto del
menor, verificándose así el entroncamiento familiar”. [El subrayado es mío].
los gastos alegados que por concepto de daño emergente solicita, que según
refiere incluyen los costos de manutención, viáticos, pasajes y demás desem
bolsos que directamente venía realizando en España y en el Perú, puesto que
para que se configuren los mismos debió probarse que dichos conceptos han
sido asumidos con su propio peculio con los documentos de pago a su nom
bre, por lo que resulta de aplicación el artículo 200 del Código Procesal Civil;
respecto al lucro cesante, la actora hace una proyección subjetiva respecto a
los ingresos que pudo haber percibido la víctima por su actividad laboral de
torero, puesto que esta no está sustentada en elemento objetivo alguno, sino
en recortes periodísticos donde se consigna crítica taurina de las actuaciones
realizadas por la víctima, y asimismo se adjunta a fojas cuatrocientos cinco a
cuatrocientos siete declaraciones juradas donde se da cuenta de la proyección
profesional de la víctima, medios probatorios que no constituyen parámetros
objetivos que acreditan indubitablemente la ganancia y utilidad que dejará de
percibir la víctima, asimismo la demandante mediante escrito de fojas qui
nientos sesenta y nueve solicita se prescinda del Informe que debía emitir el
Gerente del Consorcio Taurino Acho sobre el monto que se le había paga
do a José Tomás Reina Rincón, disponiéndose mediante resolución número
treinta y siete prescindir de dicho informe como medio probatorio de oficio,
restando de esta manera otro referente objetivo que esta judicatura hubiera
podido apreciar para determinar el lucro cesante reclamado, es por ello que
el monto por dicho concepto deberá ser fijado prudencialmente; en cuanto al
daño extrapatrimonial, se deben tomar en cuenta tanto el daño moral como
el proyecto de vida, para ello se debe estar a lo que señala el artículo 1984 del
Código Civil cuando afirma que el daño moral es indemnizado considerando
su magnitud y menoscabo producido a la víctima o a su familia, que el daño
moral en el caso concreto es el dolor o aflicción del menor José Tomás Reina
García quien sufre la irreparable pérdida de su padre, lo que definitivamente
le causará un menoscabo en su desarrollo emocional por la carencia afectiva
de su padre, además se trunca el denominado proyecto de vida de la víctima,
que es un mecanismo que cristaliza lo que para el ser humano constituye su
plena realización en cuanto persona, estando a que en el caso de autos se ha
afectado la vida de una persona de una manera violenta e imprevista, produ
ciendo su muerte, generando así una frustración total de dicho proyecto de
vida, viendo truncado así el desarrollo de su carrera profesional, así como sus
expectativas personales y familiares, atendiendo a su juventud al momento
de producirse el evento dañoso; en cuanto al truncamiento de su desarrollo
profesional, resulta evidente de los medios probatorios obrantes en autos que
la víctima había iniciado una carrera profesional de torero, encontrándose aún
en la etapa inicial del mismo, no siendo un torero consolidado ni de renombre
debe además tomarse en consideración que esta profesión es una considerada
como de alto riesgo por la amplia incidencia de accidentes, por lo que es muy
frecuente la paralización o truncamiento de dicha carrera; en cuanto al trun
camiento de su vida personal y familiar, la muerte le ha negado a la victima la
I. Noción de persona jurídica 195
posibilidad de un desarrollo personal y familiar, más aún cuando era padre del
menor José Tomás Reina García, pero conforme ya hemos manifestado no se
ha acreditado la relación de convivencia con Ana Cristina García Velasco; que
sí bien la vida de una persona es invaluable patrimonlalmente. es necesario
determinar un monto que pueda resarcir de algún modo la pretensión exigida
por la recurrente en representación de su menor hijo. monto que deberá ser
fijado prudencial mente con un criterio de conciencia y equidad: asimismo,
una indemnización de naturaleza extracontractual debe fijarse en la mone
da de curso legal y no en moneda extranjera, pues esta última está reservada
a obligaciones de naturaleza contractual, cuando las partes así lo acuerden,
conforme a lo previsto en los artículos 1234,1235 y 1237 del Código Civil”. [El
subrayado es m ío].
advertir que entre el citado menor v el fallecido ciudadano español existía una
relación paterno-filial, por lo que se encuentra acreditada la conexión especial
que lo legitima a reclamar una indemnización por la muerte de su padre.
Ahora bien, en cuanto al análisis del evento que habría generado daños y per
juicios en el menor demandante (muerte de su padre, don José Tomás Reina
Rincón), de acuerdo a la Sentencia de la Sala Penal Permanente’ de la Corte
Suprema de Justicia, R. N. N.° 1376-2005, de fecha 06 de julio de 2005227, está
acreditado que la muerte del padre del demandante ocurrió como consecuen
cia del actuar doloso de los sentenciados, Luis Mitcheli Lau Urbina y Roberto
Quevedo, quienes abusiva e ilegalmente le privaron de su libertad ambulatoria
pues en lugar de conducirlo a la Comisaría del sector, lo trasladaron arbitraria
mente a la playa, en donde lo agredieron y causaron la muerte228.
Estando a ello, encontramos que se verifican los elementos de antijuricidad (al
haber violado un bien jurídico tutelado y sancionado, incluso, por una norma
penal), el evento dañoso229 (muerte de don José Tomás Reina Rincón en ma
nos de los citados reos), la relación de causalidad (la comisión del delito, cons
tituyó la causa adecuada para generar la muerte del ciudadano español) y el
factor de atribución (al tratarse de un ilícito penal plenamente acreditado con
la sentencia mencionada, nos encontramos ante una conducta dolosa por par
te de los mencionados sujetos sentenciados), todo lo cual genera la obligación
legal de indemnizar al menor por los efectos dañosos derivados de la muerte
de su padre a consecuencia del actuar ilícito de los autores directos del daño
esto es se ha generado la obligación legal de resarcir dichos efectos dañosos.
En consecuencia, a continuación corresponde evaluar si la Municipalidad de
mandada, se encuentra en la obligación de asumir el resarcimiento generado
por los sujetos responsables del delito que generó, la muerte del padre del de
mandante, para lo cual se requerirá acreditar que aquellos se encontraban bajo
las órdenes de la referida Municipalidad y, qué efectuaron la conducta antiju
rídica en cumplimiento de sus funciones, para lo cual debe tenerse presente lo
que se señala en el siguiente considerando.
NOVENO. Nuestro Código Civil al regular, en el artículo 1981, la responsabi
lidad civil por hechos del subordinado, dispone lo siguiente:1Aquel que tenga
a otro bajo sus órdenes responde p o r el daño causado p o r este último, si ese daño
se realizó en el ejercicio del cargo o en cumplimiento del servicio respectivo [...] ’.
De ello se evidencia que la norma civil no exige, necesariamente, la existencia
230 Lo cual generaría la obligación de acreditar los elementos de la relación laboral cuales son:
prestación personal de servicios de subordinación y remuneración, con la consecuente
exclusión de supuestas en donde no se corroboren tales elementos, dejando fuera del ámbito
de la responsabilidad civil extracontractual los supuestos de responsabilidad generados por
una actividad no remunerada (v. gr. Voluntariados) o aquellos generados por la colaboración
de terceros en la. prestación de servicios, todo lo cual resultaría contrario al propio sustento
de la responsabilidad Aquiliana, cual es que ante la violación del deber genérico de no causar
daños se proteja eficazmente a la víctima o víctimas potenciales de daños.
231 TRAZEGNIES GRANDA, Fernando, R e sp o n s a b ilid a d E x tra c o n tra c tu a l, vol. IV, t. I, 7.a ed.,
Lima: PUCP, 2005, p. 528.
200 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
244 TABOADA CÓRDOVA, Lizardo, E lem en to s d e la R e sp o n s a b ilid a d Civil, 2.a ed., Lima: Grijley,
2003, p. 69.
245 TABOADA CÓRDOVA, Lizardo, op. cit., p. 69.
246 Recuérdese que el daño a la persona y el daño moral se encuentran en una relación de género-
especie.
247 TABOADA CÓRDOVA, Lizardo, op. cit., p. 64 .
248 Al respecto puede revisarse: FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón, “Las transformaciones funcionales
de la responsabilidad civil: la óptica sistémica (Análisis de las funciones de incentivación
o desincentivación y preventiva de la responsabilidad civil en los sistemas de civil law)” en
E stu d io s so b r e la R e sp o n s a b ilid a d Civil, Lima: ARA, 2001, pp. 233-279.
I. Noción de person a jurídica 205
Con Resolución N.° 20, del 26 de febrero del 2013, la Sala Civil Perma
nente de la Corte Suprema de Justicia de la República declaró improcedente
el recurso de casación interpuesto. En conclusión, en esta última etapa del
proceso se determinó que:
i ■i / i • i ' i i ■/i ! r C .!l r m i'iiv ! i'¡ / 1¡ j i ' O d o A i "'JC l'O, C-C>i iO i'i'd : r v/lti
uiO iycc A d i y . j i o o ' c ’i y i h u i i d a r i n r Pt'n' d o r i ' o r L ' r o n i í1 O i'f
“Las sociedades reguladas por esta ley pueden transformarse en cualquier otra
clase de sociedad o persona jurídica contemplada en las leyes del Perú.
Cuando la lev no lo impida, cualquier persona jurídica constituida en el Perú
puede transformarse en alguna de las sociedades reguladas por esta ley.
La transformación no entraña cambio de la personalidad jurídica”. [El subra
yado es m ío].
fiesto contraste con la esencia de este tipo de personas jurídicas, por cuanto
no se explicaría que, en una opción más extrema, como es la de la extinción
de la misma, se excluye la posibilidad de que los miembros se beneficien
económicamente con el saldo resultante. Así, el art. 98 c.c. (cuando se exclu
ye expresamente a los asociados a percibir el haber neto resultante post-li-
quidación), el art. 110 c.c. (en el caso de la fundación, se aplica el haber neto
a la finalidad no lucrativa prevista, o a propuesta del Consejo de Supervigi-
lancia de Fundaciones a aplicarlo a otras fundaciones de finalidad análoga
o a la Beneficencia Pública y el art. 122 c.c. (si se trata de comités, el haber
neto se entregará a los erogantes o, en su defecto, a la Beneficencia Pública).
La finalidad no lucrativa de este tipo de personas jurídicas se mantiene aún
después de su liquidación. El transformar una persona jurídica no lucrativa
en una lucrativa haría que los integrantes se beneficien directamente con el
patrimonio de la persona jurídica, posibilidad que no está permitida por ley,
según los artículos citados. Esta posibilidad queda excluida desde la consti
tución de la persona jurídica no lucrativa, durante su vigencia (de ahí que no
cabe la transformación) e incluso, después de su extinción.
252 DE BELAÚNDE LÓPEZ DE ROMANA, lavier y Beatriz PARODI LUNA, “Marco Legal del Sector
Privado sin fines de lucro en el Perú”, en A pu n tes. R ev ista d e C ien cia s S ociales, C en tro de
In v estig ación , U n iv ersid ad d el P acífico, Lima: segundo semestre de 1998, p. 23.
253 SALAZAR GALLEGOS, Max, “La empresa’ educativa y los sujetos de derecho: ¿en qué casos
estamos ante una persona jurídica?”, en A c tu a lid a d Ju ríd ic a , t. 108, Lima: Gaceta Jurídica,
noviembre del 2002, p. 41. El autor agrega que “el derecho no puede ser miope ante la
experiencia. Pretender comprender a todas las empresas educativas privadas como agentes de
mercado que se constituyen bajo el único propósito de prestar un servicio, sin la posibilidad
de generar beneficios distribuibles, resulta, por decir lo menos, inocente. En algunos casos, los
menos, tendrá razón, pero en la mayoría la realidad será otra”, (cit.).
254 Cuyo art. 30 establecía que “El Estado reconoce, ayuda y supervisa la educación privada,
cooperativa, comunal y municipal que no tendrán fines de lucro. Ningún centro educativo
puede ofrecer conocimientos de calidad inferior a los del nivel que le corresponde, conforme
210 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
a ley. Toda persona natural o jurídica tiene derecho a fundar, sin fines de lucro, centros
[El subrayado es mío].
I. Noción de person a jurídica 211
255 En este sentido, CIEZA MORA, Jairo, “¡Sí se puede! (...) Transformar las asociaciones en
sociedades anónimas. A propósito de la propuesta para cambiar el fútbol peruano y las
recientes resoluciones del Tribunal Registral”, en Diálogo con la Jurisprudencia, año 10 , n.° 79,
Lima: Gaceta Jurídica, abril del 2005, p. 160 . También, FRÍAS AMAT Y LEÓN, José Enrique,
“Transformación de asociaciones civiles en sociedades en el Perú”, en Actualidad Jurídica, t.
192 , Lima: Gaceta Jurídica, noviembre del 2009, p. 284.
256 SANTA CRUZ VERA, Alfredo, “La transformación de personas jurídicas no lucrativas. Un
ensayo sobre la posibilidad de transformar una asociación en una sociedad”, en Diálogo con la
Jurisprudencia, año 11, n.° 83, Lima: Gaceta Jurídica, agosto del 2005, p. 277 .
257 SALAZAR GALLEGOS, Max, “Las fusiones, modificaciones estructurales o reorganización:
funciones, razones que ameritan su regulación, leyes aplicables y sus efectos. Breve referencia
a la sucesión universal corporativa”, en Actualidad Civil, n.° 51, Lima: Instituto Pacífico,
setiembre del 2018, p. 423.
258 SALAZAR GALLEGOS, Max, op. cit.
I. Noción de person a jurídica 215
legítimo interés, podrán iniciar las pretensiones que busquen evitar que se
consume el acto fraudulento o exigir la reparación debida”259.
En sentido crítico, por cierto, bajo una perspectiva del todo asistemáti
ca, se advierte que “es erróneo considerar que la ratio legis de las normas del
Código Civil referidas a las asociaciones constituyan un impedimento para
la transformación, toda vez que el Código Civil fue creado según las normas
de la antigua Ley General de Sociedades, dentro de las cuales no se admitía
la posibilidad de transformar una asociación a una sociedad.
“Por la fusión dos o más sociedades se reúnen para constituir una sola cum
pliendo los requisitos prescritos por esta ley. Puede adoptar alguna de las si
guientes formas:
259 MOLINA REY DE CASTRO, Fernando, “La transformación: más allá del Derecho Societario”,
en T ra ta d o d e D er ec h o M ercan til, t. I, D er ec h o S o c ieta rio , Lima: Gaceta Jurídica, 2003, pp.
1094-1095.
260 HUNDSKOPF EXEBIO, Oswaldo, “La transformación de asociaciones civiles en sociedades
anónimas”, en D iá lo g o con la Ju r isp r u d en c ia , año 14, n.° 125, Lima: Gaceta Jurídica, febrero
del 2008, p. 164-
216 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
261 GONZALES BARRÓN, Corina, “Algunos apuntes acerca de la fusión de sociedades y el proyecto
de la Ley General de Sociedades”, en G a c e ta Ju r íd ic a , t. 49, Lima: diciembre de 1997 , p. 63-B.
I. Noción de persona jurídica 217
lo admite, por lo que no hay razón para negarlo u obviarlo a la inversa; (iv)
no tiene relación y no se opone al artículo 91 del Código Civil”. En efecto,
el citado artículo impide el reembolso de los aportes en un escenario en el
cual no se afecta en su esencia a la organización de la cual se decidió formar
parte.
267 SALAZAR GALLEGOS, Max, “La naturaleza de las personas jurídicas y el Registro Público.
Cuando la tipología corporativa se confunde con relación a la hipótesis de fusión y otras
formas de reorganización”, en G a c e ta C ivil & P ro c esa l C ivil, t. 73, Lima: Gaceta Jurídica, julio
del 2019, p. 337.
I. Noción de persona jurídica 221
a. Definición
Una vez entendido que la persona jurídica no tiene más existencia que
la de sus integrantes y que estos no responden de sus obligaciones uti singuli,
sino uti universi, podremos captar el contenido de esta institución relativa
mente nueva para el Derecho.
272 CABANELLAS, G u illerm o, D ic c io n a rio d e D er ec h o Usual, Buenos Aires: Atalaya, 1946, p. 271.
273 DOBSON, Juan M., op. cit., p. 16.
274 FERNANDES NETO, Guilherme, O A b u so d o D ireito n o C ó d ig o d e D efesa d o C onsu m idor.
C láu su las, p r á tic a s e p u b lic id a d e s ab u siv as, Brasilia: Brasilia Jurídica, 1999, p.191.
224 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
Ante tales hechos, asalta una pregunta y es que si aún será útil el con
cepto de la persona jurídica, por los excesos que se pueden cometer con ella.
Autorizada doctrina española contesta que: “en la práctica el uso del térmi
no persona jurídica u otro semejante es continuo y que hasta se procura afir
mar su valor en el tráfico internacional. En las leyes internas y en los tratados
de establecimientos se sigue utilizando como antes, y en las organizaciones
internacionales, las que van a la vanguardia de la vida jurídica, se emplea
también”276.
276 DE CASTRO Y BRAVO, Federico, L a P ers o n a Ju r íd ic a , 2.a ed., Madrid: Civitas, 1984, p. 256 .
I. Noción de person a jurídica 225
277 GALGANO, Francesco, II ro v escio d el d iritto, en Serie: D iritto e R o v escio, a cura de Francesco
GALGANO y Paolo CENDON, Milano: Giuffré, 1991, p. 23 y 55-
226 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de ¡as personas: personas jurídicas
a) El leading case: Aron Salomón contra Avon & Salomón Company, Limited
Sin embargo, la House of Lords, compuesta por los jueces Lord Hals-
bury, Lord Herschell y Lord Macnaghten, con resolución del 6 de noviembre
de 18 9 6 , pensó lo contrario, afirmando, entre otros argumentos, que:
285 Citada por GALGANO, Francesco, “L’abuso della personalitá nella giurisprudenza di mérito (e
negli obiter dicta della Cassazione)”, en C o n tra tto e im p resa, n.° 2, Padova: CEDAM, 1987, p.
365.
286 GALGANO, Francesco, op. cit., p. 371.
287 GALGANO, Francesco, op. cit., p. 379-
230 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
288 GALGANO, Francesco, “Molti opinabili obiter dicta per una buona ratio decidendi”, en
C o n tra tto e im p resa, n.° 3, Padova: CEDAM, 1994, p. 1051.
289 ZORZI, Nadia, “II superamento della personalitá giuridica nella giurisprudenza di mérito”, en
C o n tra tto e im p resa , n.° 3, Padova: CEDAM, 1994, p. 1080.
Un caso que data de 1965, resulta ser sumamente interesante: las partes
son John Walkovszky (demandante) y William Carlton (demandado): El
demandante alegó que se lesionó cuando un taxi lo atropelló. El demanda
do era accionista de diez sociedades, cada una de las cuales tenía dos taxis
registrados a su nombre y tenían el mínimo seguro de responsabilidad frente
a terceros por accidentes automovilísticos requerido por ley. Aunque inde
pendientes una de las otras, se alegó que las sociedades operaban como una
empresa única. El demandante afirmó que tenía derecho a responsabilizar de
manera personal al demandado por los daños causados porque la estructura
social múltiple constituía un intento ilegal para estafar a los miembros de la
comunidad. En primera instancia, con resolución del 6 de julio de 1 9 6 5 , se
admitió la demanda, bajo la doctrina del respondeat superior. La doctrina
aplicada fue la siguiente:
“La ley permite la constitución de una empresa con el mero propósito de per
mitir a sus propietarios escapar de la responsabilidad personal, pero, eviden-
Sin embargo, esta decisión cuenta con la dissentig opinión del magistra
do Keaton, el cual sostiene que:
306 La propuesta inicial fue modificada y la última versión de la Comisión de Reforma es la si
guiente:
240 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
308 MORALES ACOSTA, Alonso, “Comentarios del Título Preliminar de la Ley Marco del
Empresariado”, en C o m isió n d e R e fo r m a d e C ó d ig o s. L eg islatu ra 1 9 9 8 -1 9 9 9 , t. II, C o m isió n de
R e fo r m a d e C ódigos, C o m isió n d e R e fo r m a d el C ó d ig o d e C o m ercio, C o m isió n d e R e fo r m a del
C ó d ig o Civil, A seso ría , Lima: 1999, p. 824- El autor cita los siguientes precedentes: “En efecto,
en c a s o s reiterados, en los que se han producido reorganizaciones (fusiones o escisiones)
o traspasos de empresas, los tribunales terminan pronunciándose por la existencia de
solidaridad entre el adquiriente del bloque patrimonial y su transferente.
Uno de estos-casos fue el de Tomás Zapata Toledo contra “‘Viuda de Piedra e hijos S.A.’ y
‘Agencias Lambayeque S.A.’, sobre Beneficios Sociales”.
También el reclamo de Don Alejandro Orihuela Meza contra Cerro de Pasco Corporation y
la Sociedad Minera Backus y Johnston del Perú, que culminó con la Ejecutoria Suprema del
3 de marzo de 1944 y determinó que “son acumulables los períodos de servicios prestados a
la principal y la subsidiaria, los que deben reputarse como prestados a una sola entidad por
existir vinculación económica entre ellas” (MORALES CORRALES, Pedro y Alfonso DE LOS
HEROS, M a n u a l d e Ju r isp r u d en c ia L a b o ra l, 1.1, p. l).
En este orden de ideas, la Resolución del Tribunal de Trabajo de fecha 14 de mayo de 1982
señala lo siguiente:
“[...] que en los casos de administración, conducción temporal de negocios, fusión, traspaso,
cambio de giro, arrendamiento o maquinarias, herramientas, instalaciones, servicios,
citados a manera de ejemplos por la variedad y multiplicidad de las formas y modalidades
de la contratación, están comprendidos en el Artículo 49 del Reglamento de Ley 4916; que la
jurisprudencia de este Tribunal ha establecido de manera uniforme que la acción de pago de
beneficios sociales es persecutoria del negocio; que por consiguiente la responsabilidad de los
demandados es solidaria...” (MORALES CORRALES, Pedro y Alfonso DE LOS HEROS, M a n u a l
d e J u r isp r u d en c ia L a b o ra l, 1 . 1, p. 259).”
242 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
tribuyente manipule para no estar dentro del campo de aplicación del tri
buto ha, en algunas ocasiones, levantado el velo de la persona jurídica. Así
sucedió en un caso en el cual la Sucursal del Perú de Bridas Exploraciones
y Producción S.A., reclamó contra una resolución de acotación, debido a
que sostenía que no estaba obligada a pagar el impuesto al patrimonio em
presarial de 1979, por cuanto la materia imponible declarada correspondía
al saldo acreedor de la cuenta que mantenía con la firma Bridas S.A.P.I.C. de
Argentina. En efecto, el art. 15 del (entonces vigente) D. S. N.° 096-73-EF,
del 29 de mayo de 1973, establecía que:
“Que sostener que ese saldo acreedor está limitado a la cuenta con la princi
pal, excluyéndose por tanto el saldo acreedor con otras entidades vinculadas
económicamente con la principal, tales como sucursales en otros países, sub
sidiarias, filiales, incorporadas o, en su caso, matrices de la propia principal,
sería admitir una utilización indebida de las formas jurídicas con el objeto de
disfrazar la realidad económica;
Que por tanto, el art. 15 del D. S. N.° 096.73-EF, al referirse al saldo acreedor
de la cuenta con dicha principal que aparezca en el Balance, debe entenderse
que comprende a cualquier saldo acreedor con la principal o con empresas
vinculadas económicamente a la principal”.
minar del Código Tributario, aprobado por el D. Leg. N.° 8 l6, del 20 de abril
,
de 1996 prescribía que:
“Al aplicar las normas tributarias podrá usarse todos los métodos de interpre
tación admitidos en Derecho.
Para determinar la verdadera naturaleza del hecho imponible, la Superinten
dencia Nacional de Administración Tributaria - SUNAT atenderá a los actos,
situaciones y relaciones económicas que efectivamente realicen, persigan o es
tablezcan los deudores tributarios. Cuando estos sometan esos actos, situacio
nes o relaciones a formas o estructuras jurídicas que no sean maniñestamente
las que el derecho privado ofrezca o autorice para configurar adecuadamente
la cabal intención económica y efectiva de los deudores tributarios, se prescin
dirá. en la consideración del hecho imponible real, de las formas o estructuras
jurídicas adoptadas, y se considerará la situación económica real. [El subraya
do es mío].
En vía de interpretación no podrá crearse tributos, establecerse sanciones,
concederse exoneraciones, ni extenderse las disposiciones tributarias a perso
nas o supuestos distintos de los señalados en la ley”.
“[...] no existe una selección de asociados sino una elección de personas in
gresantes a las discotecas, coligiéndose por tanto que la única finalidad de
constituir la asociación es continuar con su lincamiento de escoger a los usua
rios de las discotecas por el color de su piel y de una capacidad adquisitiva alta,
(esto) es discriminar a los concurrentes por su raza y estado socio económico”.
“[...] no es necesario que exista norma de derecho positivo expresa para que
los actos que contienen fraude a la ley sean invalidados, significando además
que el fraude ante la ley se da en el articulo noventiséis del Código Civil al per
mitir que el Ministerio Público pueda solicitar judicialmente la disolución de
una asociación cuyos fines resulten contrarios al orden público o a las buenas
costumbres, por cuanto si bien tenemos que la asociación está formalmente
constituida, empero también lo es que sus actos atenían contra el orden pú
blico o las buenas costumbres, constituyendo fraude ante la ley por el hecho
porque se usa una forma lícita para contravenir normas de orden público; que
en el presente las normas de orden público están constituidas por los derechos
naturales de la persona humana, esto es la igualdad y a no ser discriminados
como tales por cuestiones de raza o condición socio-económica, que también
debe destacarse que el status económico esgrimido como una de las maneras
de justificar la discriminación a las discotecas que regentan las empresas de
246 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
310 Así, se afirma que “la figura del abuso de la personalidad jurídica se presentaría cuando se
transgrede la finalidad para la cual fue creada determinada persona jurídica, y/o cuando los
miembros conformantes de la misma no actúan de buena fe. En estos casos, cuando revisten
gravedad, es posible desestimar la forma legal, para penetrar en el sustrato de la persona
jurídica” (MORALES GODO, Juan, “El ‘levantamiento del velo’ de la personalidad jurídica”, en
T em as d e D er ec h o R egistral, t. II, Lima: 2000, p. 134).
314 Como lo sostiene autorizada doctrina “el fraude a la ley se caracteriza por implicar la
vulneración de una norma imperativa o prohibitiva oblicuamente. Se realiza un determinado
acto o actos con el propósito de conseguir un resultado que prohíbe aquella norma, buscando
248 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
la cobertura y amparo de la que regula el acto y protege el resultado normal de él, que en el
caso concreto satisface al interés de las partes por ser coincidente en última instancia con el
vedado” (DIÉZ-PICAZO, Luis y Antonio GULLÓN, S istem a d e D erec h o C ivil, vol. I, 4.a ed„
Madrid: Tecnos, 1982, p. 232). Entonces nos encontramos frente a un acto que se ampara
en una “ley de cobertura”, pretendiendo eludir una “ley defraudada”, que tiene carácter
imperativo. Para Ricardo Ruiz Serramalera, el fraude a la ley “consiste en la realización de
uno o varios actos que, amparados en una norma determinada, pero dictada para un fin
distinto, tratan de conseguir como válidos unos resultados que están prohibidos por aquella
que directamente los debía regular” (RUIZ SERRAMALERA, Ricardo, D er ec h o civil. P a rte
g en e ra l, Madrid: Facultad de Derecho Universidad Complutense, 1980, p. 395). Es importante
tener en cuenta que “no es condición necesaria que se manifieste o se concrete una intención
deliberada de burlar la ley o la idea de que se persigue un fin contrario a la ley, puesto que
se trata de preservar el cumplimiento de las leyes y la eficacia jurídica del ordenamiento”
(ROSEMBUJ, Tulio, E l f r a u d e a la ley y el a b u s o d e las fo r m a s en el D er ec h o T ribu tario, Madrid:
Marcial Pons, 1994, p. 18).
Diferenciar el abuso de derecho del fraude a la ley no ha sido tarea fácil: la doctrina insiste en
que la característica de la concurrencia de normas (la de cobertura y la defraudada), así como
la sanción de “la aplicación de la norma que hubiere debido actuarse” (ROSEMBUJ, Tulio, op.
cit., p. 16), son distintivas del fraude a la ley y no del abuso de derecho. En mi opinión, si bien
es cierto que es posible diferenciar teóricamente ambas figuras, en la práctica se presentan
no pocas dificultades: prueba de ello es la amplia casuística que se ha visto en materia del
denominado abuso de la personalidad jurídica. Es por ello que comparto plenamente la
siguiente opinión: “recordemos que las analogías entre una y otra figura han hecho que la
admisión de una signifique una puerta para el reconocimiento de la otra; y, en ocasiones, que
se considere innecesario reconocer explícitamente una de ellas por estar ya admitida la otra.
Por lo demás, no es casual que quienes se muestran partidarios de la incorporación del fraude
a la ley propugnen también la proscripción del ejercicio abusivo de los derechos y viceversa.
Y quienes se oponen a un instituto reiteran los argumentos en contra del otro” (MOSSET
ITURRASPE, Jorge, N eg o cios sim u lad os, fr a u d u le n to s y fid u c ia r io s , t. II. Buenos Aires: EDIAR,
1975, p. 47).
315 Se sostiene, con razón, que “este abuso tiene lugar cuando la persona jurídica se utiliza para
burlar la ley, para quebrantar obligaciones, para conseguir fines ilícitos y en general para
defraudar” (BOLDÓ RODA, Carmen, E l “lev a n ta m ien to d el v e lo ” y la p e r s o n a lid a d ju r íd ic a
d e las s o c ie d a d e s m ercan tiles, Madrid: Tecnos, 1993, p. 10). Entre nosotros, esta distinción
es defendida por MISPIRETA GÁLVEZ, Carlos, “Nuevas tendencias en el Derecho Mercantil:
algunos alcances sobre la doctrina del levantamiento del velo”, en D e Iure, año III, n.° 3, Lima:
Universidad de Lima, 2001, p. 194.
316 En este orden de ideas, a propósito de las sociedades, se sostiene que: “la utilización de un único
término para englobar los distintos casos que dan lugar a la desestimación de la personalidad
societaria presenta el peligro de dar la idea de que exista un motivo jurídico único para tal
desestimación. En realidad, tanto la figura de desestimación de la personalidad societaria [...]
como los extremos que dan lugar a su aplicación, comprenden una pluralidad compleja de
situaciones jurídicas. Así, el fundamento de la desestimación de la personalidad societaria en
I. Noción de persona jurídica 249
Sin embargo, comparto plenamente que, “en cuanto a los efectos que
podrían originarse como consecuencia de la aplicación de la doctrina del
levantamiento del velo, desde nuestro punto de vista no sería correcto hablar
de una única consecuencia, sino que los magistrados tendrían que determi
nar cuáles son los remedios específicos que se deberían aplicar según el caso
del cual se trate.
casos determinados puede ser el fraude a los acreedores, la evasión fiscal, el incumplimiento
de las condiciones bajo las cuales el orden jurídico otorga limitaciones a la responsabilidad de
los socios, etc. Asimismo, las reglas jurídicas que hacen que ciertos extremos den lugar a la
desestimación de la personalidad societaria son marcadamente variables: reglas sobre abuso
de derecho, normas fiscales, concúrsales, límites sobre la personalidad jurídica en general,
etc. Debe así evitarse la adopción de una terminología que dé a entender que la desestimación
de la personalidad societaria tiene un único fundamento jurídico, como sería el abuso de
derecho cuando se hace referencia al “abuso de la personalidad societaria” (CABANELLAS
DE LAS CUEVAS, Guillermo, D er ec h o S o c ieta rio . P a rte G en era l. L a p e r s o n a lid a d ju r íd ic a
s o c ie t a r ia , Buenos Aires: Heliasta, 1994, pp. 66- 67 ). Convengo que no se puede hablar de un
solo fundamento en el caso del denominado abuso de la personalidad jurídica; pero, a efectos
de una ágil exposición y para seguir el n o m en iuris utilizado por la doctrina dominante, opto
por continuar con el mismo término.
317 BOLDÓ RODA, Carmen, op. cit., p. 18.
250 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de ¡as personas: personas jurídicas
“Tercero: que, el apelante señala como agravio l) que el juzgado haya dispues
to el embargo del inmueble de su propiedad sin encontrarse obligada al pago
de beneficios del actor porque conforme lo señala la Resolución de Vista de
fecha 10 de noviembre del 2000 ‘..d a dem an da no contiene ped id o de pago so
lidario alguno p o r lo que se debe revocar la sentencia en cuanto ordena el pago
en fo r m a solidaria con respecto a la d em an dada Virginia A driana Cruzado Del
gado. .. ’. Señala además que la Resolución de Vista de la Sala Laboral tiene la
calidad de cosa juzgada en mérito a lo dispuesto por las Resolución número 40
y Resolución número 87 de fechas 09 de abril del 2001 y 25 de marzo del 2005,
habiendo esta ultima ratificado en su cláusula primera lo expuesto en la Reso
lución de Vista expedida por la Sala Laboral en donde se determina que la
única obligada al pago de los beneficios sociales demandados es el Restaurant
Peña Surquillana EIRL; Cuarto: que, al respecto se debe precisar que la Reso
lución de Vista de fecha 10 de noviembre del 2000 señala que revoca el extre
mo que ordena el pago en forma solidaria de la demandada Virginia Adriana
318 MISPIRETA GÁLVEZ, Carlos, op. cit., p. 202. En este mismo sentido, quien sostiene que “ello
significará, según el caso la extensión de la responsabilidad patrimonial a los controlantes
internos (socios con el control societario) o externos (terceros con dominio de la sociedad), la
nulidad o anulabilidad de los actos jurídicos, la aplicación de la norma imperativa o de orden
público burlada, la protección de un legítimo interés, medidas cautelares que impidan la
consumación del daño, inhabilitación para el ejercicio de la actividad empresarial, entre otras
consecuencias” (CARHUATOCTO SANDOVAL, Henry, L a u tiliz a ció n fr a u d u le n t a d e la p e r s o n a
ju r íd ic a , Lima: Jurista Editores, 2005, p. 269). Incluso, se llega a sostener que, “con el objeto
que las personas jurídicas mantengan actualizada la información exigida y no se cometa actos
antijurídicos, se puede extender la responsabilidad a aquellas personas que aparezcan como
socios en los registros, a pesar de haber cesado en sus funciones” (SAAVEDRA GIL, Rony, “El
levantamiento del velo societario”, en Jus. D o c trin a & P rá ctica , n.° 1, Lima: Grijley, enero del
2009, p. 486).
319 DE TRAZEGNIES GRANü A, Fernando, “El rasgado del velo societario dentro del arbitraje”, en
Ius et V ertías, año XIV, n.° 29 , Lima: PUCP, 2004, p. 15-
I. Noción de persona jurídica 251
M e perm ito finalizar la fábula, que cité al in icio de este título, con el si
guiente pensam iento: “el juez que, en un caso de abuso, d esconoce la form a
de la persona ju ríd ica, no ve en la m ism a un autónom o intocable sujeto de
derecho, que se p one con una propia autónom a vida, al lado de las personas
físicas. Esta es para el ju ez algo m enos que el ser hum ano, es una entidad
creada p or el ser hum ano m ism o y dependiente de este. El hom bre puede
existir sin la persona ju ríd ica, m ientras esta no puede subsistir sin los seres
hum anos. Es el espíritu hum ano que ha creado la persona ju ríd ica, es la ca
pacidad creadora del hom bre que le ha dado form a y esta debe así la propia
existencia al ordenam iento ju ríd ico”321.
320 REPETTO, José Luis, Andrés HUNDSKOPFF y Miguel VALDERRAMA, “Mi otro yo. La
doctrina del álter ego y el artículo 14 de la Ley peruana de Arbitraje”, en F orseti, n.° 1, Lima:
2014. Disponible en: <https://bit.ly/3 itXO 7w>.
321 SERIK, Rolf, op. cit., pp. 299-300.
Capítulo II
La asociación y otras
TT • • f A
1 GARCÍA AMIGO, Manuel, In stitu cion es d e D er ec h o Civil, 1.1, P a rte G en era l, Madrid: Editoriales
de Derecho Reunidas, 1979 , p. 528.
260 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
1° Pluralidad de miembros.
2o Un fin posible lícito y determinado.
3o Una organización
4o Cumplimiento de las formalidades exigidas por ley.
En este orden de ideas, se afirma que: “En uso del derecho constitucio
nal de “asociarse con fines útiles” (art. 14 de la Const. argentina), las per
sonas pueden unirse en determinado ente colectivo, al servicio de un fin
común. Cuando se produce esta reunión de personas en un ente colectivo,
con fin propio pero común a los asociados, un patrimonio provisto por sus
miembros, y dotado de órganos sirvientes de su acción, estamos frente a una
asociación o corporación”3.
2 DIÉZ-PICAZO, Luis y Antonio GULLÓN, S istem a d e D er ec h o Civil, vol. I, 4.a ed., Madrid:
Tecnos, 1982, p. 659.
3 ALTERINI, Atibo Aníbal, D er ec h o P riv a d o . P r im e r Curso, 2.a ed., act., 1.a reimp. Buenos Aires:
Abeledo-Perrot, 1977, p. 227.
4 AGUILAR GORRONDONA, José Luis, D er ec h o Civil. P erson as, Caracas: Universidad Católica
Andrés Bello, 1963, pp. 394-395.
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 261
“Precísase que los estatutos de todas las formas de organización jurídica sin
fines de lucro deberán adecuarse a las normas de la Constitución Política del
Perú y de la Ley relativas a la igualdad jurídica del varón y la mujer”.
tículo 172, es la de aprobar los recursos necesarios para cubrir la necesidad del
mantenimiento de las Fuerzas Armadas y Policiales, incluido en este contexto
los recursos remunerativos y otros beneficios a favor de ellos, puesto que, a
partir de las Fuerzas Armadas y Policiales, se contribuye en el desarrollo eco
nómico y social del país y en la defensa civil de acuerdo a ley.
[...] Que de los hechos desglosados, se justifica plenamente la adscripción
obligatoria del demandante a la entidad demandada y la permanencia obli
gatoria a dicha entidad, más aún cuando de la propia intervención del Estado
en la creación de la entidad demandada, es el Estado quien busca propender
a la formación de un ente que garantice el otorgamiento de un seguro de con
tingencia a favor de los miembros de las Fuerzas Armadas: Asimismo la de
safiliación que pretende el recurrente se produciría cuando este se encuentre
en calidad de retirado o en su defecto debiendo agotar la vía administrativa,
y verificándose en autos, el accionante se encuentra aún en la Situación de
Actividad en la Policía Nacional del Perú, por lo que la demanda deviene en
desestimable”. [El subrayado es mío].
Continuidad en el tiempo
[...] Es en cuarto lugar la facultad asociativa un derecho que supone una con-
cretización de cierta permanencia o continuidad en el tiempo. Se distingue
en ello y como ya fue precisado en la Sentencia recaída en el Expediente N.°
4 6 7 7 - 2 0 0 4 -PA/TC (Caso Confederación General de Trabajadores del Perú)
del derecho de reunión, que aunque igual de relevante es, al revés del atributo
aquí comentado y por lo que respecta a su desarrollo o puesta en práctica, solo
episódico o circunstancial. La voluntad de asociarse busca, por así decirlo, una
cierta dosis de duración o estabilidad en el tiempo”. [El subrayado es mío].
D irectivo del C entro Naval del Perú, de fecha 13 de junio del 2 0 0 2 , se aprobó
otorgar el pase de invitado especial válido p or u n año, renovable hasta los 25
años, a los hijastros de los socios, y que en consecu en cia, n o se puede otorgar
a la hijastra del dem andante un carné de h ija del socio, p o r no ten er esta ca
lidad, de acuerdo a lo expuesto en el C ódigo Civil y las N orm as Estatutarias.
El P rim er Juzgado Especializado en lo Civil de la C orte Superior de Justicia
de Lim a, el 20 de m arzo del 2 0 0 6 , declaró infundada la dem anda, estim ando
que el estatuto del C entro Naval del Perú en su artículo 23 no regula la situa
ció n de los hijastros, en consecu encia, n o existe d iscrim in ació n alguna por
que el actor no tiene derecho a que su hijastra tenga carné fam iliar com o hija
del socio. La P rim era Sala Civil de la C orte Superior de Justicia de Lim a, con
resolución del 3 de agosto del 2 0 06, revocando la senten cia apelada, declaró
im procedente la dem anda, considerando que es la referida hijastra quien
se encu entra afectada co n la negativa del dem andado de otorgar el carné
fam iliar, p or lo que para su representación legal se deberán considerar las
n orm as referentes a la patria potestad, tutela y cúratela; que siendo ello así,
se aprecia que el recu rrente no es padre n i representante legal de la m enor,
y que alegar que está a cargo de su hijastra, no im plica la acreditación de su
legitim idad para obrar. M ediante recu rso de agravio constitucional, el T ri
b u n al C o n stitu cio n al, co n senten cia del 30 de n ov iem b re del 2 0 0 7 (Exp. N.°
0 9 3 3 2 -2 0 0 6 -P A /T C L im a), declaró fundada la dem anda, debiendo rep on er
se las cosas al estado anterior a la afectación producida por la asociación.
Por consiguiente, le ordenó que no realice distinción alguna entre el trato
que reciben los h ijo s del dem andante y su hijastra. Los fundam entos, que
com parto plenam ente, son los siguientes:
afín y los hijos debilita la institución familiar, lo cual atenta contra lo dispuesto
en el artículo 4 de la Constitución, según el cual la comunidad y el Estado
protegen a la familia.
[...] Como ya lo ha anotado este Tribunal, tal libertad (se refiere a la de aso
ciación) se erige como una manifestación de la libertad dentro de la vida co-
existencial, protegiendo el que grupos de personas que comparten similares
intereses para la realización de una meta común, puedan asociarse a fin de
concretar estas. Tal derecho se sustenta en principios como el de autonomía de
la voluntad, el de auto organización y el de principio de fin altruista, a partir de
los cuales se configura su contenido esencial, el que se encuentra constituido
por: a) el derecho de asociarse, entendiendo por tal la libertad de la persona
para constituir asociaciones, así como la posibilidad de pertenecer libremente
a aquellas ya constituidas, desarrollando las actividades necesarias en orden
al logro de los fines propios de las mismas; b) el derecho de no asociarse, esto
es, el derecho de que nadie sea obligado a formar parte de una asociación o a
dejar de pertenecer a ella, y c) la facultad de autoorganización, es decir, la po
sibilidad de que la asociación se dote de su propia organización (Expediente
4242-2004-PA/TC, fundamento 5).
[... ] Evidentemente tal libertad tiene límites. El disfrute de esta libertad pue
de ceder frente a imperativos constitucionales, como lo son otros derechos
fundamentales y otros bienes constitucionales. En el caso de autos, interesa
cuestionar los límites de la facultad de autoorganizarse. la que se ve reflejada
en la posibilidad de que la directiva de la Asociación regule sus propias activi
dades. Desde luego, aquella regulación no puede contravenir el ordenamiento
jurídico, ya que esta libertad se ejercita dentro de un espacio constitucional en
el que se conjugan otros valores y bienes fundamentales.
[...] A la luz de lo expuesto sobre la tutela especial que merece la familia — más
aún cuando se trata de familias reconstituidas en donde la identidad familiar es
muchos más frágil debido a las propias circunstancias en la que estas aparecen— ,
la diferenciación de trato entre los hijastros y los hijos deviene en arbitraria. Así, de
los actuados se infiere que existe una relación estable, pública y de reconocimiento,
que determina el reconocimiento de este núcleo familiar, al que evidentemente
pertenece la hijastra. En tal sentido, si bien la Asociación argumenta que la medida
diferenciadora se sustentó en la normativa interna de la Asociación, emitida en
virtud de la facultad de autoorganizarse, esta regla colisiona con el derecho a fun
dar una familia y a su protección”. [El subrayado es mío].
“Este Tribunal por último, considera, que lo que estima vulnerado en el pre
sente caso, no es exactamente el derecho de asociación ni el derecho de igual
dad invocados por la recurrente, sino mas bien el derecho al debido proceso
corporativo particular, entendido desde su dimensión o vertiente fundamen
tal, que exige, entre otras cosas, razonabilidad en la toma de decisiones y pros
cripción de todo comportamiento que denote arbitrariedad manifiesta”.
E n este m ism o sentido, con sentencia del 12 de abril del 2 0 0 7 (Exp. N.°
8 0 0 2 -2 0 0 6 -P A /T C Lim a Lorena G onzález V ign ati), la m ism a sala falló ante
una idéntica dem anda de la h erm an a de la peticionante.
El d erecho a la tutela ju risd iccion al “es el que tien e tod o sujeto de de
rechos — solo p or el hech o de serlo— y que lo titula para exigir al Estado
haga efectiva su fu n ción ju risd iccion al”10. A hora bien, el derecho a la tutela
ju risd iccion al efectiva se traduce en la situación ju ríd ica en la cual el Estado,
a través del órgano ju risd iccional, proteja los derechos y legítim os intereses
de los particulares. Por ello, es necesario delim itar qué situación con creta se
en cuentra en conflicto para ju stificar dicha tutela ju risd iccion al efectiva. En
m i opinión, qué duda cabe, la regla a seguir siem pre será que las p ersonas, en
el ejercicio de la libertad de asociación y de su autonom ía privada, pueden
establecer reglas de adm isión, categorización y exclusión de sus m iem bros.
Sin em bargo, este d erecho no es absoluto. Si n os en con tram os en u n supues
to de abuso de derecho p or parte de los m iem bros de la ju n ta calificadora y
de disciplina de u na aso ciación al denegarle injustificada y reiteradam ente
el cam bio de categoría a u no de sus asociados, cabe una tutela efectiva de su
legítimo interés de pretensión, a nivel constitucional, a través del d erecho al
debido proceso corporativo; a nivel civil, m ediante una reparación, sea esta
dineraria o específica. E n este últim o caso, si objetivam ente se h an cum pli
do con tod os los requisitos, cabría que el juez, excepcionalm ente, ordene la
categorización del asociado. N o olvidem os que tam bién el principio de p ro
h ib ició n del abuso de d erecho tiene recon o cim ien to constitucional. Así, el
art. 103 in fin e de la C arta M agna establece que “L a C on stitución no am para
el abuso de derecho”. Por su parte, el art. II del t.p. del c.c. establece que:
“Son asociados activos aquellas damas o varones mayores de edad cuya incor
poración haya sido aprobada por la Junta Calificadora y de Disciplina confor
me al Reglamento de Admisión y abonen la cuota de ingreso correspondiente”.
16 Se sostiene que “la interpretación del contrato, en realidad, debe tener cuenta de la común
intención de las partes o b je tiv a d a en el a c u e r d o ” (BIANCA, Massimo, D iritto C ivile, vol. 3, II
con tratto , Milano: Giuffré, 1 9 8 7 , p. 3 8 8 ).
284 Juan Espinoza Espinoza / D erecho d e las personas: personas jurídicas
“[...] fomentar la práctica del deporte del Golf. Promoverá también otros de
portes como el tenis, gimnasia y otras clases de actividades deportivas, cultu
rales y sociales, conforme a las disposiciones legales vigentes que rigen a las
asociaciones deportivas”.
17 Autorizadamente se afirma que “el significado de lo que las partes han acordado no puede
ser adecuadamente verificado si no se tiene en cuenta la razón práctica del negocio, o sea, de
la causa concreta. Es la causa la que justifica el contrato y el relativo reglamento, y que, por
lo tanto, permite aclarar el significado de las declaraciones y de los comportamientos de las
partes, y de superar las eventuales incoherencias, ambigüedades y también las discordancias
del texto” (BIANCA, Massimo, op. cit., p. 404). Se sostiene que “la expresión naturaleza y
objeto del negocio’ hay que entenderla como aquella causa concreta en la economía de la
operación contractual” (MORALES HERVIAS, Rómulo, “Comentario al artículo 170 c.c.,
Interpretación finalista”, en C ó d ig o C ivil c o m e n ta d o , t. I, T ítulo P relim in ar, D er ec h o d e las
P erson as, A cto Ju ríd ico, Lima: Gaceta Jurídica, 2003, p. 753).
18 SACCO, Rodolfo, II fa tto , l ’atto, il n eg oz io, con la colaboración de Paola CISIANO, Torino:
UTET, 2005, p- 375- El autor agrega que: “Función puede significar: o el fin del operador; o el
efecto del negocio. Por otro lado, el fin por el cual el sujeto declara es la producción del efecto;
por ello, el efecto y el fin del negocio tienden a coincidir. Si entendemos la causa como efecto
o como fin del acto, la causa se convierte en un segundo nombre del contenido del negocio:
el efecto del negocio reproduce el contenido. El jurista piensa entonces, más que a la función
asignada por el derecho al negocio, a la función consentida por el derecho al negocio. Tomada
en este sentido, la causa se convierte en un segundo nombre de la no ilicitud del contenido del
negocio” {cit.}. Por ello, sostiene que “la causa puede entenderse, en cambio, como elemento
justificativo de la declaración de la voluntad” {cit., p. 376), agregando que “la importancia de
la causa es inflada, en Italia, de un modo fastidioso” {cit., p. 377).
19 Así, se advierte que el “objeto” al que alude el art. 170 c.c. “no es la cosa material sino el objetivo
que el agente se propuso regular con su precepto a través de un cierto negocio” (LOHMANN
LUCA DE TENA, Guillermo, E l n eg o cio ju r íd ic o , 2.aed., Lima: Grijley, 1994, p. 274). También se
sostiene que “la locución objeto debe entenderse como finalidad, pues se trata, propiamente,
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 285
“Para ser asociado, tanto los varones como las damas, requiere haber llegado
a la mayoría de edad, gozar de buena reputación y cumplir con los requisitos
formales del reglamento de admisión. Los hijos e hijas de asociados o de su
cónyuge menores de edad que opten por asociarse de conformidad al regla
mento de admisión, tendrán la condición formal de asociados al cumplir la
mayoría de edad y ejercerán a partir de ese momento todos los derechos de
asociado establecidos en el artículo diez y seis ( 16)”. [El subrayado es mío].
“La Junta Calificadora y de Disciplina estará compuesta por doce (12) asocia
dos permanentes que pertenezcan a la asociación por lo menos diez (10) años
y serán elegidos por la Asamblea General de Asociados por un período de
dos (2) años, pudiendo ser reelegidos. El quorum para sesionar será de por lo
menos la mitad de sus miembros.
Además son miembros natos los ‘Past-Presidentes’ de la Asociación quienes
tendrán voz y voto y la calificación de los nuevos postulantes, solicitudes de
reingreso y calificación de faltas. Así mismo tendrán una función de asesoría.
La Junta Calificadora y de Disciplina elegirá en su seno un Secretario que lle
vará el Libro de Actas bajo responsabilidad.
No pueden ser miembros de la Junta Calificadora y de Disciplina los que estén
incursos en los impedimentos para ser integrantes del Consejo Directivo se
ñalados en el artículo cuarenta y seis (46)”.
20 El texto completo continúa con el siguiente tenor: “La solicitud de ingreso es suscrita por los
padres o representantes cuando el postulante, en la condición de hijo de asociado, es menor
de edad.
No pueden ser proponentes de un postulante los miembros del Consejo Directivo y de la Junta
Calificadora y de Disciplina, salvo en el caso de las solicitudes de ingreso presentadas por sus
hijos menores de treinta años. Tampoco pueden serlo los parientes del postulante dentro del
cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
Los postulantes a asociados transitorios y a familiares activos no requieren de proponentes,
salvo en el caso de quien postule como asociado transeúnte que debe ser propuesto solo por
dos asociados permanentes que cumplan con los requisitos señalados en el primer párrafo del
presente artículo”.
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 289
“La calificación de la solicitud de ingreso es por votación secreta. Para tal efec
to, los miembros de la Junta recibirán del Secretario una balota.
. El Presidente votará y llamará a votar por orden alfabético a cada uno de los
miembros de la Junta, quienes depositarán la balota en una de las ánforas
identificadas cada una con las palabras aceptado’ o ‘denegado’ y colocadas en
un lugar que no sea visible para los demás.
Efectuado el cómputo de votos y declarada correcta la votación por el Presi
dente, se considera rechazado al postulante que obtenga tres o más balotas en
el ánfora signada con la palabra denegado”. [El subrayado es m ío].
21 ARRARTE ARISNABARRETA, Ana María, op. cit., pp. 53-54, si bien a propósito de los arbitrajes
de conciencia, esta reflexión es plenamente aplicable a este caso.
22 Se afirma que “es importante señalar que el mecanismo concreto de la interpretación
sistemática encuentra como soporte la existencia de un círculo hermenéutico entre las partes
y el ‘todo’ del texto del negocio: las cláusulas particularmente analizadas y el conjunto de ellas
configurarán circularmente’ el sentido del texto negocial. En otros términos, la utilización de
la interpretación sistemática implica el reconocer una eventual conexión operativa, necesaria
para establecer el sentido integral de la fa t tis p e c ie negocial, entre cláusulas negocíales”
(PALACIOS MARTÍNEZ, Eric, “Comentario al artículo 169 c.c., Interpretación sistemática”, en
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 293
C ó d ig o C ivil co m en ta d o , t. I, Título P relim in ar, D er ec h o d e las P erson as, A cto lu ríd ic o , Lima:
Gaceta Jurídica, 2003, p. 745).
Nótese que el propio art. 61 del estatuto establece que “luego de la se
sión respectiva, la Junta Calificadora entregará su informe al Consejo Direc
tivo con el calificativo correspondiente que será firmado por el Presidente
de la Junta Calificadora que presidió la sesión y el Secretario”. Esta votación
por más reservada, secreta y en atención al criterio de conciencia que sea, en
atención al derecho al debido proceso corporativo, ha debido generar una
decisión debidamente motivada, debiendo haber, además, un informe que
sustente ello, tal como el mismo estatuto lo norma. Por ello, “la finalidad
de resguardar una debida motivación, entendida en nuestra opinión desde
el punto de vista tanto de lo racional como de lo razonable, es garantizar al
justiciable (y también del asociado) que la decisión que ha obtenido — sea
o no favorable a sus intereses— no es arbitraria, sino producto de un ra
zonamiento correcto, en el que además se ha tomado en consideración los
valores y principios que gobiernan la vida en sociedad, dando lugar a una
decisión socialmente aceptable, justa; todo lo cual está en aptitud de cono
cerse al revisar los fundamentos de lo decidido”27.
Sin embargo, después del proceso iniciado por la asociada, la junta cali
ficadora, mediante acuerdo del 26 de abril del 2006, aprobó por unanimidad
declarar nula la calificación efectuada a la solicitud presentada por el espo
so. En atención a ello, se afirma, que se ha producido una sustracción en la
materia.
Con Resolución N.° 49, del 14 de setiembre del 2007, el Décimo Sexto
Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, declaró fundada la conclusión
del proceso respecto de la pretensión de impugnación del acta e infundada
la conclusión del proceso en el extremo de la pretensión de cambio de cate
goría de asociado familiar a la de cónyuge activo por parte del cónyuge de
la demandante. Con Resolución N.° 57, del 29 de abril del 2008, se declaró
fundada la demanda en atención a las siguientes consideraciones:
no existe ese ánimo común para asociarse porque doña Lorena Gonzáles
Vignati, durante el tiempo en que gozó de las prerrogativas que le concedió el
Comité Directivo como hija de un Asociado Activo (por ejemplo, cuando fue
Asociada Preactiva), no evidenció un interés real para contribuir al logro de
los objetivos de la Institución previstos en el artículo 1 de su Estatuto. En efec
to, a pesar de disfrutar de sus instalaciones y demás beneficios, no participó de
manera activa, frecuente o significativa, en fomentar la práctica del deporte del
golf, ni las ‘otras disciplinas deportivas y actividades culturales’ promovidas por
la Institución, los cuales son definidos como fines de nuestra organización en
el citado artículo estatutario [el resaltado es nuestro]. Tal situación, prolonga
da durante varios años, evidencia que el interés de la solicitante no es similar
al interés común de los asociados del Lima Golf Club.
Esta afirmación se ve conformada por el hecho de que las razones expuestas
por los proponentes de la solicitante, para que se examine su solicitud de ad
misión, se refieren básicamente, y de manera absolutamente escueta, al apre
cio o la consideración que les produce su persona (reflejada a través de expre
siones como: excelente persona, estupenda chica, etc.), sin que se refieran a
las razones objetivas por las cuales estiman que podría contribuir al logro de
los objetivos de la Institución”.
[...] En este orden de ideas, este Tribunal considera que en el presente caso
concurren tanto los elementos subjetivos como los objetivos para que las car
tas notariales referidas sean consideradas como actos lesivos homogéneos,
motivo por el cual ha de estimarse la solicitud de represión; sin embargo, no
ha de ordenarse por segunda vez que la Asociación demandada emita un nue
vo pronunciamiento sobre las solicitudes de incorporación de las hermanas
Gonzáles Yignati, pues esta entidad podría volver a incurrir en la misma afec
tación comprobada y reparada con anterioridad, tornando de este modo en
ineficiente e ineficaz al proceso de amparo, sino que ha de ordenarse que la
Asociación demandada incorpore a las hermanas Gonzáles Vignati como aso
ciadas activas por no haber podido expresar en dos oportunidades las razones
objetivas, basadas en hechos comprobados, por las que considera improce
dentes sus incorporaciones como asociadas activas”.
30 CIEZA MORA, Jairo, “¿Puede el Tribunal Constitucional incorporar socios en una asociación?”,
en G a c e ta C o n stitu cio n a l, n.° 37, Lima: Gaceta Jurídica, enero del 2011, p. 365 .
II. La asociación y otras form acion es asociativas 305
“9. Al respecto, este Tribunal considera que, de la lectura del artículo 59, se
desprende que la extensión de la sanción de suspensión alcanza a los familia
res citados en el artículo 42 del Estatuto (lo cual incluye a los hijos del asocia
do) e inhabilita a dichos familiares para asistir a las instalaciones del club. Sin
embargo, la norma estatutaria bajo análisis no prescribe que la suspensión de
un asociado implique como efecto que sus hijos no puedan postular en condi
ción de ‘hijos de asociado’ y esto en razón de que, si bien es cierto el asociado
está suspendido, no ha perdido su condición de tal. Es decir, sigue ostentando
la categoría de asociado. En todo caso, este Tribunal no comparte el argumen
to esgrimido por el club emplazado en el sentido de que la extensión de los
efectos de la suspensión de un asociado alcanzan también a los hijos de dicho
asociado, e libremente deseen postular como integrantes del club, por lo que
adoptar un criterio en ese sentido constituye una barrera de acceso irrazona
ble para incorporarse al club. En atención a ello, la adopción de tal criterio por
parte del club demandado configura una vulneración al derecho de asociación
de los hijos de asociados, que debe ser entendido específicamente como la
libertad de todo hijo de asociado de pertenecer libremente a la asociación o
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 307
31 Nótese que no debe confundirse domicilio con dirección, la cual ha de constar en otros
documentos de la persona jurídica (ejemplo: el formulario para obtener el RUC). A nivel
de doctrina nacional, se distingue domicilio de sede social. Así, “el domicilio de la persona
jurídica se determina en relación a una circunscripción territorial, en cuyo registro público
se ha inscrito a esta. En cambio, la sede social es el lugar fijo y específico en el que la sociedad
realiza alguna de sus actividades o fija su administración.
Normalmente, las sociedades que se constituyen en nuestro país determinan en sus estatutos
que su domicilio se encuentra en una ciudad o provincia específica.
Si bien nada limita a la sociedad para que establezca en su estatuto el lugar preciso en el
que tendrá su sede social, ello no es usual, pues una variación de sede social determinará la
necesidad de modificar el estatuto. Sin embargo, establecer el domicilio de una forma más
genérica, permite realizar variaciones de sede social sin estar obligado al cambio de estatuto”
(SEOANE LINARES, Mario, P erso n a s ju ríd ic a s . P rin cip io s g en e ra le s y su reg u lación en el C ó d ig o
C ivil p e r u a n o , Lima: Cultural Cuzco, 2001, p. 44).
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 313
Agregando que:
Se agregó que:
puestos que no enervan los derechos del menor [...]; aun mas, debe
tenerse presente que cualquier decisión respecto del reconocimiento
de la paternidad de don corresponde solo y exclusivamente al
Poder Tudicial. conforme fluye de lo prescrito en los artículos 138 y
139, inciso 1, de la Constitución Política del Estado”. [El subrayado
es mío].
34 Se afirma que “los asociados que otorgan el acto constitutivo suelen ser denominados
asociados fundadores, en tanto que los que se incorporan con posterioridad son calificados
como activos. La distinción es inútil, pues activos’ serán todos aquellos que participen en la
vida de la institución y que, de no haber sido inhabilitados o excluidos, gozan de todos los
derechos que se reconocen a los integrantes del sujeto de derecho asociación. Además, los
asociados fundadores, a diferencia de lo que puede ocurrir con los socios fundadores de una
sociedad anónima, no pueden reservarse derechos preferentes respecto de los que ingresen
en un momento ulterior. Y es que, si alguna persona jurídica goza de mayor aptitud para
practicar la democracia institucional, ella es la asociación” (VEGA MERE, Yuri, “La asociación,
la fundación y el comité en el Código Civil”, en G a c e ta Ju ríd ic a , t. 49, Lima: diciembre de 1997,
p. 33-B). Comparto la primera reflexión de que todos los socios son activos, sin embargo, no
veo inconveniente alguno que los asociados establezcan diversos statu s dentro de ellos, en
virtud del principio de la autonomía privada de decidir las relaciones jurídicas que surgirán
entre los mismos y frente a la libertad de aceptar (o no) el estatuto, por parte de los asociados
posteriormente adherentes, lo cual no colisiona — necesariamente— con la democracia
institucional a la cual se refiere el autor.
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 325
El concepto de “norma imperativa” debe ser identificado con el de “norma inderogable”, mas
no debe ser, necesariamente, asimilado al concepto de orden público. La inderogabilidad
de una norma no coincide, forzosamente, con la idea de orden público (LONARDO, Loris,
O r d i n e p u b b l i c o e illiceitd d e l c o n tr a t to , Napoli: ESI, 1993, p. 137). El autor propone que toda
estructura normativa impone un propio y definido o r d e n que deriva de la organización de un
cierto modelo ético, político, institucional, económico, en una palabra: social, por medio de
reglas previamente dispuestas y que además, es necesario tomar conciencia del hecho que, si
los fundamentales criterios reguladores se obtienen principalmente del conjunto de valores
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 333
“[•■ •] si bien el Código Civil ha dispuesto que sea el presidente del consejo
directivo el que convoque a asamblea general, sin embargo, establecer una
fórmula distinta, como que otro integrante del consejo directivo efectúe
la convocatoria, no afecta la esencia de este tipo de organización social
denominada asociación, dado que se trata de un miembro del órgano di
rectivo elegido, por la propia asamblea general, órgano supremo”.
47 El tenor de la propuesta del reformado art. 87 es el siguiente: “Para la validez de las reuniones
de asamblea general se requiere, en primera convocatoria, la concurrencia de más de la
mitad de los asociados hábiles. Los acuerdos se adoptan con el voto de más de la mitad de los
miembros concurrentes. En segunda convocatoria, los acuerdos se adoptan con los asociados
hábiles que asistan y que representen no menos de la décima parte.
F,1 estatuto puede establecer requisitos para el quorum y la adopción de acuerdos que importen
la concurrencia de un mayor número de asociados hábiles.
Los asociados pueden ser representados en asamblea general, por otra persona. El estatuto
puede disponer que el representante sea otro asociado.
La representación se otorga por escritura pública. También puede conferirse por otro medio
escrito y solo con carácter especial para cada asamblea”. [El subrayado es mío] (en DE
BELAÚNDE LÓPEZ DE ROMAÑA, Javier, c i t , p. 277; también en “Las personas jurídicas y
la reforma del Código Civil”, en C ó d ig o C ivil d e 1994: r e fo r m a o en m ie n d a s, Lima: Thémis-
PUCP, 1997, pp. 31-32).
48 El texto es el siguiente:
“Para la validez de las reuniones de asamblea general se requiere, en primera convocatoria,
la concurrencia de más de la mitad de los asociados hábiles. En la segunda convocatoria,
basta la presencia del número de asociados hábiles concurrentes. Los acuerdos se adoptan por
mayoría simple de los asociados hábiles concurrentes.
Para modificar el estatuto o para disolver la asociación se requiere, en primera convocatoria, la
asistencia de más de la mitad de los asociados hábiles. Los acuerdos se adoptan con el voto de
más de la mitad de los asociados hábiles concurrentes. En segunda convocatoria, los acuerdos
se adoptan con los asociados hábiles que asistan y que representen no menos de la décima
parte.
336 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
50 CIEZA MORA, Jairo, “La violencia en el tiempo. Ahora se pueden impugnar acuerdos dentro
de los diez años de tomados”, en R ev ista Ju r íd ic a d el P erú , n.° 126 , Lima: Normas Legales,
agosto del 2011, p. 13-
51 En este sentido, las Resoluciones del Tribunal Registral N.° 024- 2001 -ORLC/TR, del 18 de
enero del 2001; N.° 276 - 2001 -ORLC/TR, del 27 de junio del 2001, entre otras.
342 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
establece que ‘ nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impe
dido de hacer lo que ella no prohíbe”.
“[...] el Art. 86 del Código Civil establece que la asamblea general elige a las
personas que integran el consejo directivo, mas no señala a qué órgano corres
ponde revocar a los integrantes del mismo; al respecto en principio ha de se
ñalarse que — no estando contemplada dicha materia en el Código Civil— , las
asociaciones tienen plena libertad para regularla en su estatuto, no existiendo
limitación para establecer el órgano al que le corresponde acordar la revoca
toria, de otra parte la designación de los reemplazantes en caso de revocato
ria puede atribuirla el estatuto al consejo directivo o al presidente del consejo
directivo, ya que si bien el Código Civil establece que a la asamblea general le
corresponde la elección de las personas que integran el consejo directivo, se
entiende que le corresponde la elección regular u ordinaria, resultando admi
sible que en caso de vacancia el estatuto asigne la función de cubrir las vacan
tes al propio consejo directivo”.
52 En el punto 231 de la misma sentencia se reconoce que “exceso” al establecer una definición
de lo que es el valor supremo de la justicia.
II. La asociación y otrasformaciones asociativas 345
3.2. El comentario
El art. 92 c.c. se aplica respecto a las decisiones que tome cualquier ór
gano de la asociación. Autorizada doctrina nacional afirma que “se trata de
una norma que garantiza los derechos inherentes del asociado y le permite
ejercer un control sobre las decisiones que adopten tanto la asamblea gene
ral de asociados como el consejo directivo, facultándolo para actuar judi
cialmente contra los acuerdos que sean contrarios a la ley o al estatuto”53,
agregando que “por razones de seguridad en las relaciones jurídicas se ha
considerado un plazo prudencialmente breve”54. Siempre, a propósito del
plazo, se aprecia que “la norma no señala si se trata de un plazo de pres
cripción o de caducidad, a diferencia de la Ley General de Sociedades, que
expresamente establece que los plazos para impugnar los acuerdos sociales
son de caducidad. Sin embargo, usualmente se considera que los plazos en el
artículo bajo comentario son de caducidad, declarando los jueces fundadas
las excepciones de caducidad que se deducen cuando los plazos señalados
han vencido”55.
doctrina nacional sostiene que “el plazo prescriptorio de la acción por res
ponsabilidad extracontractual se inicia cuando el daño consecuencia (o las
consecuencias del daño) es conocible por la víctima. Ello se desprende de lo
establecido por el artículo 1993 del C.C., el cual indica que el cómputo del
plazo prescriptorio se inicia “[...] desde el día en que puede ejercitarse la
acción”; es obvio que la acción no se podrá ejercitar si antes no se ha produ
cido el efecto del daño que se solicita sea reparado (daño consecuencia), y es
difícil que se exija demandar si la víctima no conoce el daño que quiere que
se le indemnice (daño conocido)”57. Estos criterios han sido seguidos por la
Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia de la República en dos sentencias
del 1 de diciembre del 2006 (Cas. N.° 2456-2004 y N.° 2548-2004-Lima), ha
resuelto los recursos de casación interpuestos por Luis Alberto León Rupp
contra el Ministerio de Economía y Finanzas y la Superintendencia de Ban
ca y Seguros. Si bien es cierto que estas consideraciones se hacen en referen
cia al dies a quo del plazo para ejercer la pretensión de indemnización por
responsabilidad extracontractual, soy de la opinión que ello es plenamente
aplicable en este tipo de casos, en atención al argumento a simili, por cuanto
a igualdad de razón, se aplica igual interpretación jurídica.
Frente a la aparente contradicción del art. 92 c.c. con el art. V del Título
Preliminar, el art. 219.8 c.c., o 2 1 9 .1 c.c. (falta de manifestación de voluntad)
0 219-5 c.c. (fin ilícito), se impone la aplicación del principio de especialidad
(lex specialis derogat legi generalí), mediante el cual la disposición especial, es
decir, aquella que fija un plazo preciso para impugnar los acuerdos que vio
len las disposiciones legales o estatutarias (en este caso, 60 días), se impone
frente a normas de carácter general, como las ya citadas58.
58 En este mismo sentido, CIEZA MORA, Jairo, “¿Por qué al Jockey Club del Perú sí, y a la
Asociación Hijos de Apurímac no? Contradicciones recurrentes en la impugnación de
acuerdos vs. nulidad de acto jurídico”, en D iá lo g o con la Ju r isp r u d en c ia , año 20, n.° 190, Lima:
Gaceta Jurídica, julio del 2014, p. 67 .
II. La asociación y otras formaciones asociativas 349
59 GUASTINI, Riccardo, T eoría e d o g m á tic a d e lle fo n ti, Milano: Giuffré, 1998, p. 226.
60 GUASTINI, Riccardo, op. cit., p. 237.
61 Por ello se sostiene que “derivar el mecanismo expresamente señalado por el Código Civil
(art. 92, impugnación de acuerdos) hacia la pretensión de nulidad del o de los actos jurídicos
que emanan de los acuerdos adoptados en cualquiera de los órganos de la asociación,
es tergiversar el sentido de las normas, condenar al desuso el artículo 92 y condenar a la
inseguridad jurídica la existencia de la asociación” (MORALES GODO, Juan, “¿Nulidad de acto
jurídico o impugnación de acuerdos de los órganos de una asociación?”, en D iá lo g o con la
Ju r isp r u d en c ia , año 20, n.° 190, Lima: Gaceta Jurídica, julio del 2014, p. 50).
62 RONQUILLO PASCUAL, Jimmy, “Las patologías y los remedios en los acuerdos de una persona
jurídica sin fines de lucro ¿es la impugnación un remedio autónomo?”, en G a ceta C ivil y
P ro c esa l Civil, n.° 10, Lima: Gaceta Jurídica, abril del 2014, p. 147.
350 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
dio por el que se hace valer este derecho, cualquiera sea la causal (nulidad,
anulabilidad, ineficacia o inexistencia). Sostener que se debe interpretar que
la impugnación solo es aplicable a la invalidez de las decisiones de los órga
nos y que no cabría emplear los plazos contenidos en el art. 92 c.c. para los
supuestos de inexistencia, implica hacer diferenciaciones entre las causales
de impugnación que el propio Código Civil no ha hecho, generándose una
injustificada disparidad de tratamiento.
“4. Es más, el artículo 134 del Código Civil, señala que las comunidades cam
pesinas y nativas son organizaciones tradicionales y estables de interés pú
blico, constituidas por personas naturales y cuyos fines se orientan al mejor
aprovechamiento de su patrimonio, para beneficio general y equitativo de los
comuneros, promoviendo su desarrollo integral. A continuación, establece,
algo importante: están reguladas p o r legislación especial. Siendo así, no se les
puede asimilar a una asociación que tiene sustento en el Código Civil sino en
su Ley especial que les reconoce otro estatuto. Existen elementos tan disímiles
entre ambas personas jurídicas que — a modo de ilustración— las normas
para la disolución y liquidación de una asociación a las que se refiere el inci
so 8 del artículo 82 del Código Civil, no podrían aplicarse a una comunidad
campesina.
5. En consecuencia, no siendo asociaciones, no le sería aplicable el artículo 92
del Código Civil en cuanto al plazo de caducidad de 60 días a partir de la fecha
del acuerdo y 30 días a partir de la fecha de inscripción del mismo. Nótese que
este artículo se encuentra dentro del título que regula la vida institucional de
las asociaciones, tan es así que su texto empieza así: “Todo asociado tiene dere
cho a impugnar judicialmente los acuerdos que violen las disposiciones legales
o estatutarias [...]”. El Quinto Pleno Casatorio Civil (Casación N.° 3189-2012-
Lima Norte) entonces no le sería aplicable pues este se aplica a las asociaciones
o personas jurídicas que guarden similitud con su naturaleza, esto es, que se
crean con una declaración de voluntad y cum pliendo con todos los requisitos del
negocio ju rídico, como lo señala su propio fundamento 70. Obviamente una
comunidad campesina no se funda por un acto volitivo cumpliendo con los
requisitos del negocio jurídico, sino que tiene una existencia ancestral anterior
a sus miembros componentes y reconocida por el Estado.
6. Un argumento adicional es que ni siquiera por analogía podrían aplicarse
estos plazos a personas jurídicas distintas, pues se estaría en el presente caso
restringiendo el derecho de acceso a la tutela que encuentra sustento en el ar
tículo 139 inciso 3 de la Constitución, y como bien sabemos, el artículo IV del
Título Preliminar del Código Civil señala que la ley que establece excepciones
o restringe derechos no se aplica por analogía, entendiéndose obviamente la
ley en el sentido lato de norma, y la sentencia Casatoria vinculante es una nor
ma. Siendo así, estamos habilitados para resolver sobre el fondo al no existir
problema alguno respecto al plazo de interposición de la demanda, máxime
cuando ninguna de las partes ha hecho cuestionamiento al respecto”.
68 Que es seguido, entre otros, por MENESES GÓMEZ, Alberto, “¿El V Pleno Casatorio Civil es
aplicable a las comiunidades campesinas o nativas?”, en G a c e ta C ivil & P ro c esa l Civil, n.° 49,
Lima: Gaceta Jurídica, julio del 2017, p. 104.
354 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
El segundo párrafo del art. 81 c.c. establece que “si la asociación es reli
giosa, su régimen interno se regula de acuerdo con el estatuto aprobado por
la correspondiente autoridad eclesiástica”. Un grupo de laicos ¿puede cons
tituir una asociación con fines religiosos sin la correspondiente autorización
eclesiástica? La respuesta correcta es la afirmativa. En efecto, el art. 81 c.c.
356 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
Si bien es cierto que el § 3, del canon 299 precisa que “No se admite en la
Iglesia ninguna asociación privada si sus estatutos no han sido revisados por
la autoridad competente”, debe entenderse que “el reconocimiento de la aso
ciación es un acto de autoridad en el que esta, a través de un control, declara
que la asociación existe en la Iglesia y que, en consecuencia, reúne las condi
ciones de eclesialidad”70. Ni un notario, registrador público o juez, podrían
69 DE BELAÜNDE LÓPEZ DE ROMANA, Javier, “El Poder Judicial disuelve asociación con fines
religiosos”, en Ju sticia, agosto de 1990, p. 45.
70 NAVARRO, L. F., “Comentario al canon 299 y 300”, en MARZOA, Ángel, Jorge MIRAS y Rafael
RODRÍGUEZ-OCAÑA (dir. y coord.), C o m e n ta rio E x eg ético a l C ó d ig o d e D er ec h o C a n ó n ico ,
vol. II/1, 2.a ed., Instituto Martín de Azpilcueta, Facultad de Derecho Canónico, Universidad
de Navarra, Pamplona: EUNSA, 1997, p. 428.
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 357
interpretar que en las asociaciones civiles con fines religiosos se requiere una
autorización eclesiástica, por cuanto se trata de un reconocimiento para la
Iglesia Católica, mas no de carácter jurídico. Es, incluso, dentro de estos al
cances que se debe interpretar el precepto que se encuentra en el canon 300,
cuando se expresa que “Ninguna asociación puede llamarse católica sin el
consentimiento de la autoridad competente”, por cuanto se trata “del mayor
grado de aceptación pastoral de una asociación”71.
El art. 7:
“En el caso del vencimiento del mandato de los órganos de gobierno las fun
ciones del mismo continuarán hasta la nueva elección si así lo establece su
estatuto. En caso de que el estatuto no establezca la continuidad de funciones,
para efectos regístrales, el consejo directivo u órgano análogo se entenderá
legitimado únicamente para convocar a asamblea general eleccionaria”.
“La junta general adoptará sus decisiones por mayoría de votos de los presen
tes, salvo las reservas de los estatutos.
No votará el asociado cuando se trate de asuntos en que tiene interés el mismo,
su cónyuge o sus parientes consanguíneos dentro del cuarto grado o afines
dentro del segundo”. [El subrayado es m ío].
Luis Moisset de Espanés afirma que: “por una parte la publicidad produce ciertos efectos
sustantivos (constitutividad, oponibilidad a terceros, seguridad del tráfico), y mirada desde
este ángulo es denominada p u b lic id a d m a ter ia l; por otra parte, el legislador, para lograr
esos fines, organiza un sistema en el que se emplean ciertos instrumentos o herramientas
publicitarias que reciben el nombre de p u b lic id a d f o r m a l ” (MOISSET DE ESPANÉS, Luis,
P u b lic id a d R egistral, Córdoba: Advocatus, 1 9 9 7 , p. 239). En el Perú el Código Civil es el que
trata de la publicidad material, mientras que el Reglamento General de los Registros Públicos
regula la publicidad formal (cit ., p. 2 4 2 ).
74 El art. 2024 c.c. enuncia los libros de los cuales el Registro de Personas Jurídicas consta:
a) De asociaciones.
b) De fundaciones.
c) De comités.
d) De sociedades civiles.
e) De comunidades campesinas y nativas.
f) De cooperativas.
g) De empresas de propiedad social.
h) De empresas de derecho público.
i) De los demás que establece la ley.
364 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
b) El Registro Mercantil.
c) El Registro de Sociedades Mineras.
d) El Registro de Sociedades del Registro Público de Hidrocarburos.
e) El Registro de Sociedades Pesqueras.
f) El Registro de Sociedades Mercantiles.
g) El Registro de Personas Jurídicas creadas por Ley.
h) El Registro de Empresas Individuales de Responsabilidad Limita
da.
6.2. Las asociaciones y el principio de tracto sucesivo
76 El cual establece lo siguiente: “Artículo 1 2 0 .- Junta Universal. Sin perjuicio de lo prescrito por
los artículos precedentes, la junta general se entiende convocada y válidamente constituida
para tratar sobre cualquier asunto y tomar los acuerdos correspondientes, siempre que se
encuentren presentes accionistas que representen la totalidad de las acciones suscritas con
derecho a voto y acepten por unanimidad la celebración de la junta y los asuntos que en ella se
proponga tratar”.
78 Así, se observa que “las asambleas generales universales de asociados pueden operar en
asociaciones con escaso número de miembros, pero en las asociaciones que cuentan con
grandes cantidades de asociados y si estos no se encuentran en el mismo lugar, la posibilidad
de realización de una asamblea de ese tipo es prácticamente nula” (ANDERSON TRUJILLO,
José, op. cit.).
80 Como leemos en las páginas de CORNEJO, Américo Atilio, D er ec h o R egistral, Buenos Aires:
Astrea, 1994, p. 109, a propósito de la calificación en el Registro de Propiedad Inmueble.
366 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
81 El tracto ha sido definido como el “espacio que media entre dos lugares o el lapso que
transcurre entre dos momentos. Si el recorrido entre ambos puntos del espacio o del tiempo
se efectúa ininterrumpidamente, el tracto será continuo” (GARCÍA CONI, Raúl y Ángel
FRONTINI, D er ec h o registral a p lic a d o , Buenos Aires: Depalma, 1 9 9 3 , p. 175). El art. 2025 c.c.
prescribe que “ninguna inscripción, salvo la primera, se hace sin que esté inscrito o se inscriba
el derecho de donde emane”.
Una autorizada doctrina sostiene que el principio de tracto sucesivo tiene dos partes, a
saber, el principio de identidad, según el cual (de acuerdo al art. 1 5 de la Ley del Registro
Inmobiliario Argentino, N.° 1 7 -8 0 1 ), “no se registrará documento en el que aparezca como
titular del derecho una persona distinta de la que figura en la inscripción precedente” y el
principio de la continuidad, en el que “de los asientos existentes en cada folio, deberá resultar
el perfecto encadenamiento del titular del dominio y de los demás derechos registrados, así
como la correlación entre las inscripciones y sus modificaciones, cancelaciones o extinciones”.
Se agrega que “significa esto que si se respeta el principio de identidad la consecuencia va a ser
que cada anotación jurídica se refleje en el Registro con un asiento propio, exclusivo para esa
mutación” (LÓPEZ DE ZAVALÍA, Fernando, C u rso in tro d u cto rio a l D er ec h o R egistral, Buenos
Aires: Víctor R de Zavalía, 1983, pp. 344-345).
82 En doctrina se observa que “si bien la amplitud de la formulación del art. 2 0 1 5 del C.C. permite
sostener que el principio de tracto sucesivo puede aplicarse a todos los Registros Jurídicos
de competencia de la SUNARP, no es menos cierto que dicho principio, aún eliminadas las
referencias del ordenamiento abrogado (enajenación, ‘dominio’, etc.), nació diseñado para el
Registro de Propiedad Inmueble basado en el sistema de Folio Real, por lo que su adaptación
para otros Registros que se ordenan mediante el Folio Personal (Registro Mercantil, Registro
de Personas Jurídicas, Registro de Sucesiones Intestadas, etc.), no puede realizarse en forma
mecánica, sin analizar la verdadera naturaleza de los actos inscribibles y si en verdad nos
encontramos frente a la aplicación del tracto sucesivo o, más bien, ante casos de inscripción
de actos previos no comprendidos dentro del mismo” (GONZALES LOLI, Jorge, “El principio
de tracto sucesivo en la legislación peruana”, en R ev ista d el F oro , año LXXXVI, n.° 2 , Lima:
junio-diciembre de 1 9 9 8 , p. 8 2 ).
83 Se advierte, en opinión que comparto, que “dadala naturaleza del Registro de Personas Naturales
y Personas Jurídicas, la técnica de inscripción se realiza en función al sujeto o persona, bajo
el sistema de ‘folio personal’; es decir, la ordenación registral de los derechos y las situaciones
jurídicas se hace tomando como punto de referencia a la persona; la concentración de todo
el historial jurídico de la persona (natural o jurídica) permite una mejor forma de consulta
(aspecto formal), teniéndose como no existente — registralmente— toda situación jurídica
que no conste en la partida (aspecto sustantivo)” (ALIAGA HUARIPATA, Luis, “Apuntes sobre
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 367
85 GALGANO, Francesco, op. c it., p. 205. En doctrina nacional, sobre la teoría orgánica,
FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos, L a p e r s o n a e n la d o c t r i n a j u r í d i c a c o n t e m p o r á n e a , Lima:
Universidad de Lima, 1 9 8 4 , p. 6l.
89 LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, op. cit., quien advierte la posibilidad que se
presenten sitüaciones excepcionales. Fernando Vidal Ramírez, por su parte, sostiene que
“los representantes deberán actuar con arreglo a las facultades que se les otorguen, siéndoles
de aplicación, en consecuencia, todos los principios en que se sustenta la representación y
las normas que la regulan” (VIDAL RAMÍREZ, Fernando, T eoría g e n e r a l d el a c to ju r íd ic o . Su
a p lic a c ió n en la c o d ific a c ió n civ il p e r u a n a , Lima: Cultural Cuzco, 1 9 8 5 , p. 213).
90 Cuyo art. 1 6 3 prescribe que: “el estatuto señala la duración del directorio por períodos
determinados, no mayores de tres años ni menores de uno. Si el estatuto no señala plazo de
duración se entiende que es por un año.
El directorio se renueva totalmente al término de su período, incluyendo a aquellos directores
que fueron designados para completar períodos. Los directores pueden ser reelegidos, salvo
disposición contraria del estatuto.
El período del directorio termina al resolver la junta general sobre los estados financieros
de su último ejercicio y elegir al nuevo directorio, pero el directorio continúa en funciones,
aunque hubiese concluido su período, mientras no se produzca nueva elección”. [El subrayado
es mío],
“[...] esta figura se produce cuando los directivos continúan de ipso en sus car
gos, estando legitimados ún ica m en te para ejercer en forma inmediata la facul
tad de convocar una siguiente asamblea de elecciones de los nuevos directivos;
93 VÁSQUEZ TORRES, Elena, “La representación de hecho de las personas jurídicas”, en F o lio
R e a l, año 1 , n.° 1 , Lima: abril del 2 0 0 0 , p. 1 9 1 .
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 371
94 Se observa que esta “es una denominación arbitraria, pudo ser prórroga de hecho, pero esta
podría ocasionar dificultades en la interpretación” (VÁSQUEZ TORRES, Elena, o p. c it., p. 193).
96 Así, se afirma lo siguiente: “como puede apreciarse este nuevo criterio jurisprudencial,
además de ser doctrinalmente incuestionable (dado que efectivamente la elección de un
Consejo Directivo no tiene como requisito de validez su inscripción registral), puede
372 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
Este artículo, que también rige para los comités, era aplicable en el caso
que haya un consejo directivo inscrito cuyo período se extinguió. En el su
puesto que haya consejos directivos no inscritos, se diluía la presunción (que
es de naturaleza iuris tantum) y, tal como lo regula el art. 2 de esta resolución,
recogiendo la experiencia jurisprudencial registral anterior, “se restablecerá
la exactitud registral, mediante la asamblea de regularización”.
En una anterior edición de mi libro hice votos para que los operadores
jurídicos registrales tuvieran en cuenta esta exigencia social, al momento
de interpretar esta resolución. Sin embargo, en algunos casos, vía inter
pretación administrativa del Tribunal Registral o de la SUNARP, se toman
decisiones que se encuentran en manifiesto contraste con la normatividad
regulada expresamente en leyes especiales. En efecto, como se había se
ñalado, la prórroga del mandato es una presunción relativa (juris tantum)
que se aplica, salvo mandato contrario. Ahora bien, ¿se aplica la presun
ción de prórroga del mandato en las asociaciones de vivienda? El art. 2
del D. S. N.° 012-87-VC, del 25 de agosto de 1987, que establece requisitos
de idoneidad que deben reunir los dirigentes de asociaciones pro vivienda,
regula que:
“La asamblea general, aun cuando se celebre con la presencia y el voto a fa
vor de la totalidad de los asociados, no puede acordar incumplir la norma
estatutaria que establece que las elecciones serán conducidas por un comité
electoral”.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que esta Resolución tiene un voto
discordante del Vocal Aliaga Huaripata, en el que se opina que:
“El Registrador debe actuar con la debida diligencia de acuerdo a sus fun
ciones. No asume responsabilidad por la autenticidad ni por el contenido del
libro, acta o documento, ni por la firma, identidad, capacidad o representación
de quienes aparecen suscribiéndolos. Tampoco es responsable por la veraci
dad de los actos y hechos manifestados en las declaraciones a que se refiere la
presente resolución”.
Ello, sin perjuicio que, tal como lo establecía el art. 6 de esta Resolución:
“[...] las personas que formulen las declaraciones juradas a que se refiere la
presente resolución asumirán las responsabilidades civiles y penales que pu
dieran derivarse de la falsedad o inexactitud de sus declaraciones juradas”.
SANTISTEBAN, Fernando, H isto ria d el P erú , t. I, P erú A n tig u o , Lima: Ediciones Búho, 1982,
entre otros. Hay que tener en cuenta que, dentro de los historiadores y arqueólogos, existe una
serie de clasificaciones respecto de las fases por las cuales atravesó esta cultura.
382 Juan Espinoza Espinoza / D erecho d e las personas: personas jurídicas
“Que, si bien hasta el presente este colegiado ha sostenido que la prórroga del
mandato de la directiva no resultaba posible por cuanto colisionaba con el
estatuto, que establecía un período determinado y que debía respetarse, salvo
disposición estatutaria o legal distinta; sin embargo, también lo es que, cuando
la prórroga permite adecuar las fechas de las elecciones a la exigida por el pro
pio estatuto, la misma resultará procedente, en vía de excepción; correspon
diendo entonces modificarse en parte el criterio adoptado por este colegiado
sobre este tema, como la contenida en la Resolución N.° 321-2000-ORLC/TR
del 11 de octubre de 2000, en el sentido que, procederá la prórroga del manda
384 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
Mayor fue mi sorpresa y estupor, cuando leí las Resoluciones del Tribu
nal Registral N.° 236-2002-ORLC/TR, del 30 de abril del 2002 y 257-2002-
ORLC/TR, del 16 de mayo del 2002, cuando precisan que:
99 Se agrega que, “sin embargo, ello no puede llevar a desconocer la existencia de las elecciones
que se han venido realizando al interior de la persona jurídica, conforme es de verse de los
documentos adjuntados en este título — de manera regular y conforme a su estatuto— ,
pero que aun no se han inscrito, los cuales precisamente forman parte de la rogatoria de
inscripción”. Observo que en esta resolución ya hay cierta permeabilidad a la realidad del
actuar jurídicamente relevante de las asociaciones al afirmar que, si bien “la conformación del
consejo directivo y el período de funciones debe guardar concordancia con las disposiciones
legales y estatutarias, no quiere decir que no se aceptarán modificaciones a la conformación
original de los consejos directivos, porque también forma parte de la vida regular de una
asociación, que algunos directivos renuncien, fallezcan o pierdan su calidad de tal, antes
de concluir su mandato, resolviéndose estas cuestiones, aplicando el estatuto, como ocurre
en el presente caso”. Habría que preguntar si también “forma parte de la vida regular de
una asociación” que haya estado en inactividad por algún o algunos períodos. ¿Acaso los
operadores jurídicos regístrales no deberían asumir una actitud interpretativa que facilite y no
obstaculice la inscripción? Creo que ello es una exigencia si se tiene en cuenta que existe una
resolución de la SUNARP que tiene como fin primordial solucionar este tipo de problemas.
386 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
¿Qué hacían los usuarios para enfrentar este absurdo criterio? Vía la
misma disposición que utilizan los registradores y vocales del Tribunal
Registral para impedir la inscripción de la asamblea de reguralización, sic et
simpliciter, “inventan” consejos directivos para cubrirlos vacíos de los cuales
están tan obsesionados estos operadores jurídicos. Dicho en una feliz expre
sión, esta interpretación que se hace en Registros Públicos, obliga a “mentir
en orden”. En efecto, en el inc. c, del art. 2 de la Resolución N.° 202-2001-SU-
NARP/SN, se establece que:
100 ALIAGA HUARIPATA, Luis, “La acefalía de las asociaciones. A propósito de la falta de
renovación de los miembros del consejo directivo y sus formas de solución en el ámbito
registral”, en R ev ista Ju r íd ic a d el P erú , t. 72 , Lima: Gaceta Jurídica, febrero del 2007, p. 193-
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 387
101 Un sector de la doctrina sostuvo que “debería modificarse la Resolución N.° 202-2001-SU-
NARP/SN haciéndola aplicable a un mayor número de casos” (ALIAGA HUARIPATA, Luis, L as
a sociacion es. A nálisis doctrin al, legislativo y ju risp ru d en cia l, Lima: Gaceta Jurídica, 2009, p. 109).
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 389
[... ] la persona jurídica nunca está privada del órgano que ejerce las funciones
de administración y representación, aunque el período para el que dicho órga
no fue elegido haya vencido. En ese sentido, quien es el titular de dicho órgano
(el presidente) mantiene su legitimación para convocar a asamblea no solo
para elegir a la nueva directiva, sino para todo otro asunto, aunque su período
se encuentre vencido”.
104 También ha sido advertido por CIEZA MORA, Jairo, L a P ers o n a Ju ríd ica . A sp ectos p r o b le m á tic o s
d e su f a l t a d e rep resen ta ció n , Lima: Gaceta Jurídica, 2013, p. 148.
396 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
106 El permitir la inscripción generaría una suerte de “discapacidad social” (el término lo he
tomado de BIDART CAMPOS, Germán, E l D e r e c h o C o n s t i t u c i o n a l H u m a n i t a r i o , Buenos
Aires: Ediar, 1996, p. 223).
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 397
107 Ello ha sido puesto en evidencia por Germán Bidart Campos, cuando critica un fallo
de la Corte Suprema Argentina, de fecha 22 de noviembre de 1991, en el cual se declaran
improcedentes el recurso extraordinario y de queja deducidos por la Comunidad Homosexual
Argentina (CHA) contra la sentencia inferior que mantuvo la denegatoria de otorgamiento
de personalidad jurídica dispuesta en sede administrativa. El estatuto de la CHA reconocía
como objeto de esta asociación la difusión de reflexiones y estudios multidisciplinarios sobre
la homosexualidad. El autor se encuentra en desacuerdo con esta decisión, entendiéndola
privada de todo fundamento, por cuanto la misma entiende al objeto de esta asociación como
“atentatorio” contra los criterios s t a n d a r d s de la sociedad (y aquí es decisiva la sensibilidad
jurídica y social del operador del derecho). El autor sostiene que la decisión colisiona con la
esfera “constitucional de la intimidad y la privacidad, de las conductas autorreferentes que no
dañan a nadie” (BIDART CAMPOS, Germán, L a i n t e r p r e t a c i ó n d e l s is t e m a d e d e r e c h o s h u m a n o s ,
Buenos Aires: Ediar, 1994, p. 266). En atención a ello, Germán Bidart Campos advierte que
"en la polifacética composición del mundo contemporáneo, los pluralismos no han aprendido
todavía a convivir en paz, lo que es igual a decir que no han llegado a comprenderse” (BIDART
CAMPOS, Germán, C o n s t i t u c i ó n y D e r e c h o s H u m a n o s . S u r e c i p r o c i d a d s i m é t r i c a , Buenos
Aires: Ediar, 1991, p. 158). Me aúno al llamado a la c o m p r e n s i ó n que hace el autor, que no es
más que un paso hacia delante en la invocación a la t o le r a n c ia que, en otra sede (ESPINOZA
ESPINOZA, Juan, E n s a y o s s o b r e T e o r ía G e n e r a l d e l D e r e c h o y los D e r e c h o s d e las P e r s o n a s ,
Lima: Huallaga, 1996, p. 165), propugnara para proteger a los sujetos débiles. Tanto la
tolerancia como la comprensión deben ser enmarcadas dentro de la exigencia ética y social de
la solidaridad, es por eso que se opina que “a la vista del contexto de la sociedad internacional,
de la crisis generalizada, de valores, de verdades y de civilización, propia de nuestro tiempo,
junto a las difíciles circunstancias económicas, la solidaridad ha de ser, ya no solo un buen
propósito, sino un imperativo, moral y social, que preceda a la lucha, práctica y ejercicio de
la supervivencia y bien de los demás hombres y pueblos” (LÓPEZ-MEDEL Y BÁSCONES,
Manuel, L a s o l i d a r i d a d u n iv e r s a l: á m b it o s y e x i g e n c i a s , Zaragoza: Sociedad Española para los
Derechos Humanos, 1995, p. 22).
108 KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, C a lific a c ió n R e g is t r a l d e d o c u m e n t o s q u e t i e n e n o r ig e n
e n d e c is io n e s j u d i c i a l e s , Madrid: Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de
España-Centro de Estudios Regístrales, 1996, p. 36.
398 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
“[...] la sola aplicación del Art. 2013 del Código Civil109 llevaría a sostener la
primacía de la norma estatutaria inscrita violatoria de norma imperativa, de
manera que el registrador debería aplicarla aun cuando se violen los principios
sobre los que se fundamenta el ordenamiento jurídico; así, si el estatuto inscri
to estableciera distinto peso a los votos según el grupo racial al que pertenecen
los asociados, el registrador no solo debería inscribir la asamblea general en
la que se adopte tal sistema discriminatorio de votación, sino que además de
bería denegar el acceso al registro a la asamblea que, incumpliendo con dicho
sistema, asigne un voto por persona; en nuestra consideración, el resultado de
tal aplicación es inaceptable”.
Esta decisión cuenta con el voto en discordia del Vocal Aliaga Huaripa-
ta, el cual sostiene que:
109 El cual establece que: “El contenido de la inscripción se presume cierto y produce todos sus
efectos, mientras no se rectifique o se declare judicialmente su invalidez”.
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 399
“El hecho de que las inscripciones no sean absolutas, no implica en modo algu
no la posibilidad de cuestionar la validez y los efectos plenos de tales asientos
registrales de una m anera distinta a las establecidas en el art. 2013 del Código
Civil, ya que ello implicaría una nueva calificación del acto y el desconoci
miento de los efectos sustantivos derivados de su inscripción; en este sentido,
la nulidad de un acto inscrito (estatuto) que presumiblemente atenta contra
normas de orden público (previsto en el art. V del Título Preliminar y art. 219,
inciso 8 del Código Civil) corresponde ser declarada por el Poder Judicial de
m anera exclusiva y excluyente, no al Registro; mientras ello no ocurra el acto
surtirá plenos efectos legales”.
Comparto la decisión de la mayoría: los alcances del art. 2013 c.c. de
ben ser interpretados en armonía con el sistema normativo, dentro del cual
también coexisten otras normas imperativas. No me parece sensato inscribir
(si bien, al amparo de una norma imperativa, como es el art. 2013 c.c.) ac
tos manifiestamente contrarios a otras normas imperativas hasta que el juez
ordene la invalidez del asiento registral. Acá no se está discutiendo la can
celación de un asiento registral, sino la calificación del registrador respecto
de un título presentado a efectos de su inscripción. El registrador no debe
ser un aséptico operador jurídico: este debe asumir una posición proactiva
frente a una situación manifiestamente injusta.
Estas formas asociativas especiales están reguladas por la Ley N.° 28628,
que regula la participación de las Asociaciones de Padres de Familia en las
Instituciones Educativas Públicas, del 24 de noviembre del 2005 y por su
Reglamento, aprobado por el D. S. N.° 004-2006-ED, del 8 de febrero del
2006. Ambas normas establecen la posibilidad que se inscriban en Registros
Públicos. El art. 4 de la Ley define a la APAFA de la siguiente manera:
400 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
Los integrantes son los padres de familia, tutores y curadores de los es
tudiantes de la institución educativa pública (art. 5 de la Ley). El art. 68 del
Reglamento establece que:
Las APAFAS, de acuerdo al art. 7 de la Ley, deben contar con tres tipos
de órganos:
a) Presidente
b) Secretario
c) Tesorero”.
“En el marco del Proyecto Educativo Institucional y del Plan Anual de Trabajo,
los recursos de la APAFA contribuyen, sin vulnerar el principio de gratuidad
de la educación pública, al desarrollo de las actividades técnico-pedagógicas
de la institución educativa. Pueden destinarse a colaborar con:
a) El mantenimiento y reparación de la infraestructura física.
b) La conservación y refacción del mobiliario escolar.
c) El equipamiento e implementación de tecnologías de información y co
municación.
d) La realización de programas de capacitación para sus asociados, ponien
do énfasis en las escuelas de padres.
e) La adquisición y mantenimiento de materiales educativos, lúdicos y de
portivos.
En ningún caso los recursos de la APAFA se utilizarán para atender gastos
corrientes.
404 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
“La Asociación se regula por la Ley N.° 28044, Ley General de Educación, la
Ley N.° 28628, Ley que regula la participación de las Asociaciones de Padres
de Familia en las instituciones educativas públicas, el presente Reglamento y
su estatuto. En forma supletoria se rige por las normas del Código Civil. Puede
406 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
Los colegios profesionales son personas jurídicas creadas por ley, los
cuales se inscriben en un registro especial. En efecto, el inciso b) del art. 2
de la Ley N.° 26366, del 14 de octubre de 1994, que creó el Sistema Nacional
de los Registros Públicos y la Superintendencia Nacional de los Registros
Públicos (SUNARP), precisa que el Registro de Personas Jurídicas creadas
por ley se encuentra dentro del Registro de Personas Jurídicas. Una atenta
doctrina ha puesto de relieve que “no se debe obligar a las personas a per
tenecer a un colegio profesional: se debe priorizar el derecho de asociación
en su dimensión negativa, es decir, la libertad de no asociarse o que puedan
retirarse de la asociación”110.
112 Como advierte ALDANA DURÁN, Mariella, op. cit., p. 97- En este caso sería de aplicación el
art. 57 del Reglamento General de los Registros Públicos, el cual establece que: “advertida la
publicidad, esta será puesta en conocimiento de la gerencia registral correspondiente, la cual
mediante Resolución debidamente motivada dispondrá la ejecución por parte del Registrador
competente de las acciones previstas en los artículos siguientes.
El cierre de partidas que pudiera derivarse de la ejecución de dicha Resolución tiene por
finalidad impedir la extensión de nuevos asientos de inscripción en la partida cerrada,
publicitar la existencia de la duplicidad y, en el caso de derechos compatibles, rectificar la
publicidad registral. Dicho cierre no implica en modo alguno declaración de invalidez de
los asientos registrados, correspondiendo al órgano jurisdiccional declarar el derecho que
corresponde en caso de inscripciones incompatibles”.
408 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
En efecto, una vez determinado que los colegios profesionales son per
sonas jurídicas creadas por ley, es necesario precisar que los mismos, en su
actuar jurídicamente relevante, realizan actos posteriores, como la elección
de sus representantes (que comprende la delimitación de facultades), modi
ficación de sus estatutos, entre otros. Así, se deben hacer distinguir diversos
supuestos, a efectos de determinar el tratamiento que se le debería dar:
113 En materia de modificación de estatutos, el art. 1 de la Ley N.° 26776, del 1 de mayo de 1997,
derogada por la Ley N.° 27715, del 6 de mayo del 2002, establecía que:
“En las Asambleas o Juntas Generales de los Colegios Profesionales, cuyo objeto sea la
modificación de sus estatutos, se requiere en primera convocatoria, la asistencia de más de la
mitad de los miembros activos. En segunda convocatoria se precisa la concurrencia de cuando
menos el veinticinco por ciento de los miembros activos. En cualquier caso, los votos deben
adoptarse con el voto favorable de la mayoría absoluta de los presentes”.
410 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
49-3. Para tales efectos la Directiva de la Junta de Propietarios envía una co
municación al propietario moroso comunicándole su calidad de inhabilitado.
Dicha calidad cesará al momento de cancelarse la deuda pendiente.
49.4. Los propietarios inhabilitados pueden asistir a las sesiones solo con dere
cho a voz y no se les considera para el cómputo del quorum.
49-5. Solo podrán impugnar los acuerdos de la Junta de Propietarios aquellos
que no se encuentren inhabilitados”.
El art. 145 del Reglamento de la Ley N.° 27157, aprobado por el D. S. N.°
008-2000-M TC, del 16 de febrero del 2000, establece de manera clara que la
Junta de Propietarios no se inscribe en el Registro de Personas Jurídicas, sino
en el Registro de Propiedad Inmueble, así:
“La Junta de Propietarios está constituida por todos los propietarios de las
secciones de Propiedad Exclusiva de la edificación y tiene la representación
conjunta de estos.
La Junta de Propietarios, se constituye plenamente al otorgamiento del Re
glamento Interno, el cual contendrá obligatoriamente la nominación del
Presidente si existiera pluralidad de propietarios al momento de registrar el
Reglamento. Su inscripción se efectúa en el Registro de Propiedad Inmueble,
en la partida registral del predio matriz o en la que corresponde a los bienes
comunes.
La renuncia de uno o más propietarios no impedirá la constitución de la Junta
y su admisión en el seno de esta siempre estará expedita. Esta renuncia no
libera al propietario de las obligaciones comunes ni del cumplimiento de los
acuerdos de la Junta. Si solo quedará un propietario hábil, este asumirá las
funciones de la Junta, en todo cuanto le sea aplicable.
La Junta de Propietarios estará presidida por uno de sus miembros que tendrá
la calidad de Presidente, quien ejercerá la representación legal de la misma,
asumiendo las funciones y responsabilidades que este reglamento señala. El
reglamento interno podrá disponer la constitución de una Directiva cuando
lo estime conveniente, señalando su composición y funciones”. [El subrayado
es mío].
“La junta de propietarios no es una persona jurídica, pero al igual que las per
sonas jurídicas celebra sesiones, las que del mismo modo que las personas
jurídicas son convocadas y requieren reunir el quorum exigible según se trate
de primera o segunda convocatoria. Estas sesiones, de la misma manera que
en las de las personas jurídicas, requieren de una persona que las presida y de
otra que actúe como secretario”.
manera previa cuál será el propósito concreto que pretende realizar la junta a
través de de la adquisición del inmueble. Por lo demás, el análisis de la exis
tencia de un acto ultra vires o no, escapa sin dudas a la función registral, pues
la cuestión de propósitos y subjetividades está excluida definitivamente de los
alcances de la calificación, por lo cual la denuncia de un acto ultra vires corres
ponderá a los mismos propietarios, quienes deberán instar la correspondiente
acción de impugnación del acuerdo de junta.
En los casos de adquisición de inmuebles u otros bienes registrados por parte
de la junta, debe entenderse que los propietarios vienen a ser todos los titulares
de las secciones exclusivas, por lo que así debería ser consignado en el asiento.
Sin embargo, esta solución es impracticable. Así en el Derecho comparado se
da cuenta de una Resolución de la Dirección General de los Registros y del
Notariado, fechada el 19 de febrero de 1993, en donde se permite la práctica
de asientos teniendo como titular registral a la junta de propietarios. En otro
caso se produciría una gran complejidad, pues no cabe pensar que el asiento
registral se practique a nombre de cada uno de los propietarios en propiedad
horizontal. Esta postura ha ganado amplio predicamento en el Derecho espa
ñol. Para el caso peruano la solución que se impone es la misma por cuanto las
juntas de propietarios cuentan con relativa subjetividad jurídica y, por tanto,
la inscripción deberá extenderse directamente en su nombre, con indicación
precisa del edificio o complejo al que corresponde”. [El subrayado es mío].
114 Esta iniciativa no solo ha sido tomada por la Municipalidad de Lima Metropolitana; también
la Municipalidad de Ancón, mediante Ordenanza Municipal N.° 002- 96-MDA-A, de fecha 7
de noviembre de 1996, ha creado el Registro Unico de Organizaciones Sociales (RUOS) en
dicha municipalidad.
II. L a asociación y otras form acion es asociativas 425
115 Sobre el particular, Jorge Ortiz Pasco, quien sostiene que la finalidad del principio de legalidad
“tiende a evitar que ingresen en el registro documentos nulos o insuficientes” (ORTIZ PASCO,
Jorge, “Del principio de legalidad en el Derecho Registral”, en G a c e ta Ju ríd ic a , t. 53, abril de
1998, p. 77-A).
116 En este sentido, PARODI LUNA, Beatriz, “Hacia la regulación de nuevos tipos legales de
personas jurídicas no lucrativas: el caso de las organizaciones sociales de base”, en A equ itas,
n.° 3, Lima: 1996, p. 66.
426 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
“Todo cambio del órgano directivo, para su validez, deberá ser inscrito en los
Asientos Secundarios de Inscripción del Archivo y/o Sistema de Información
del R.U.O.S. Si no se renovaran o renovándose, no se inscribiera dicho acto,
no podrán ejercer sus derechos ante terceros por falta de acreditación vigente”.
117 El cual establece lo siguiente: “Conforme a lo dispuesto por el Artículo Tercero de la Ley
N.° 25307 las Organizaciones Sociales de Base podrán solicitar a la Oficina de Participación
Vecinal, la copia de la Resolución correspondiente a fin de proceder al trámite de convalidación
del mismo en los Registros Públicos”.
II. La asociación y otras form acion es asociativas 429
“[...] si bien el artículo 33 de la Ordenanza 191 establece que los actos modifi
catorios para su validez serán inscritos previa presentación de la copia autenti
cada, por Fedatario Municipal o legalizada por Notario, de A cta de Asamblea
General en que conste el acuerdo correspondiente, la convocatoria y el padrón
o registro actualizado; el art. 5 del Decreto de Alcaldía N.° 041 establece que
las organizaciones sociales de base que hayan adoptado alguna forma jurídi
ca prevista por la Ley podrán acceder al reconocimiento e inscripción en el
Registro Municipal, cumpliendo con la presentación del instrumento público
que acredite su personería jurídica (testimonio y ficha registral vigente y ac
tualizada) acompañado de la relación de Junta Directiva, relación del Padrón
de Socios legalizada y la solicitud de reconocimiento y registro.
430 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
Registral respectiva o certificada por Notario del cargo del escrito o formato
presentado conteniendo el sello oficial de recepción e indicando el número de
registro de la solicitud, fecha, hora y firma del agente receptor, sin observacio
nes, y la declaración jurada, con firma legalizada notarialmente o certificada
ante fedatario de la Oficina Registral respectiva, del Presidente del Consejo Di
rectivo o representante autorizado en el sentido que ha transcurrido el plazo, a
que se refiere el artículo 11 del Decreto Supremo N.° 041-2002-P C M , sin que
se notifique pronunciamiento”. [El subrayado es mío].
Esta ley tiene su Reglamento, el cual fue aprobado por el D. S. N.° 131-
H, del 17 de agosto de 1964. Bajo el amparo de este marco normativo se
constituyeron múltiples asociaciones de vivienda que hoy están en pleno
funcionamiento. Si bien esta ley no ha sido derogada expresamente, la Cor
poración Nacional de Vivienda (creada en 1946) fue sustituida por la Junta
Nacional de Vivienda ( 1963), la cual — a su vez— fue desplazada por el
Fondo Nacional de Vivienda ( 1979- 1998). El Fondo Hipotecario de Pro
moción de la Vivienda (Fondo MI VIVIENDA), adscrito al Ministerio de
Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), se creó en 1998 mediante
la Ley N.° 26912 , y por medio de la misma se le traspasaron los fondos del
FONAVI. En toda esta sucesión de órganos de control, la Ley N.° 13500 ha
quedado suspendida en el limbo y ha sido olvidada por muchos, lo cual no
ha sido impedimento para la constitución de este tipo especial asociativo y
ha generado tipos derivados, como las asociaciones de comerciantes.
119 JAVE LUJÁN, María del Carmen, “Las asociaciones pro vivienda: una persona jurídica en
proceso de extinción”, en Actualidad Civil, n.° 6 5 , Lima: Instituto Pacífico, noviembre del
2019, p. 1 8 .
120 TORRES Y TORRES LARA, Carlos, Comentarios a la Nueva Ley General de Cooperativas.
Concordancias y antencedentes, Lima: Universidad de Lima, 1 9 8 2 , p. 180.
436 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
“[...] se desprende que los fines lucrativos que persigue la asociación deman
dada violan el precepto contenido en el artículo ochenta del Código Civil, pues
este tipo de persona jurídica debe tener fines no lucrativos [...] Que a mayor
abundamiento, como lo ha precisado la doctrina civilista, la consecución de
fines no lucrativos se refleja a través de dos hechos: el que ninguna asociación
distribuye las posibles utilidades que obtenga en su actividad entre sus miem
bros, y de que, en caso de disolución, el patrimonio neto resultante de la liqui
dación tampoco se restituye entre sus asociados. En el caso sub litis se obser
va claramente como esta Asociación de Pequeños y Medianos Comerciantes
persigue la adjudicación en propiedad y en acciones individuales del terreno
adquirido, el mismo que constituye patrimonio de la Asociación, por lo tanto,
estando a la naturaleza jurídica de esta forma asociativa, dicho patrimonio no
es pasible de adjudicación o restitución, ni aún en caso de disolución.
[...] Que en relación a la existencia de diversos procedimientos administrati
vos, actualmente en trámite, relativos a la licencia de funcionamiento, al per
miso de construcción de dos puentes peatonales, al cambio de zonificación
normativa y aprobación de estudios preliminares de habilitación urbana, ellos
no desvirtúan los fundamentos precisados, tanto más si se tiene en cuenta que
dichos procedimientos se han iniciado con posterioridad a la Constitución de
la Asociación demandada, especialmente en cuanto se refiere a su licencia de
funcionamiento, por lo que la demandada viene realizando actividades co-
merciles en forma ilegal; lo que corrobora a la afectación del orden público.
[...] En consecuencia, la demanda, interpuesta por la representante del Mi
nisterio Público, debe ser amparada, toda vez que los fines previstos por dicha
asociación demandada colisionan con las normas de Orden Público anteriro-
mente precisadas, a lo que cabe agregar que, el desarrollo de las actividades co
merciales, en las condiciones como viene realizándose, denotan la afectación
de otros derechos constitucionales, tales como el derecho a la protección de la
salud, a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de la vida,
a la tranquilidad, previstos en el artículo dos inciso veintidós, y el artículo siete
de la Norma Suprema del Estado, cuya naturaleza social difusa merece tam
bién la tutela jurisdiccional efectiva, sin que ello signifique desconocimiento o
violación de los derechos constitucionales a asociarse libremente, a la libertad
de trabajo o iniciativa privada, por cuanto estos derechos deben ser ejercitados
en forma regular, sin agredir el sistema de convivencia social y jurídico esta
blecido, preservando la paz social en Justicia”.
“[...] sin embargo, conforme aparece del documento presentado ante este co
legiado, que contiene la escritura pública extendida ante la Notaría del Doctor
Tinajeros Loza con fecha treinta de setiembre del año en curso y debidamente
inscita en el asiento tercero rubro a de la ficha cinco mil doscientos dos del
Registro de Personas Jurídicas, la Asociación demandada ha modificado par
cialmente su Estatuto Social no existiendo actualmente dentro de sus fines, la
adquisición de terreno alguno; en consecuencia, ya no existiría materia de
batida operando la sustracción de la pretensión del ámbito jurisdiccional sin
perjuicio de las acciones legales que pudieran derivarse”.
“[...] los Núcleos Ejecutores a los que hace referencia el Decreto Ley N.° 26157
- Ley de FONCODES, y el Decreto Supremo N.° 057-93-PCM que aprueba su
Estatuto, gozan de capacidad jurídica para contratar, intervenir en procedi
mientos administrativos y judiciales, así como todos los actos necesarios para
la ejecución de los proyectos financiados por FONCODES que se encuentren
a su cargo”.
121 Quiero agradecer vivamente a la Dra. Pilar Ríos De Paz el haberme suministrado el valioso material
legislativo en esta parte de mi investigación.
440 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
“Solo mediante ley del Congreso o norma de igual jerarquía (excepto orde
nanzas municipales) pueden crearse personas jurídicas. En tal caso, la per
sonalidad jurídica de derecho público deberá ser atribuida expresamente,
siendo insuficiente que el ente creado solo ostente autonomía administrativa,
económica, financiera o de otro tipo. Por ello, no es inscribible en el registro
de personas jurídicas creadas por ley un proyecto especial dotado de autono
mía administrativa, técnica y financiera que depende de otra entidad estatal,
aunque esta última sí cuente con una personería jurídica de Derecho Público”.
12.2. El consorcio
“Es el contrato por el cual dos o más personas se asocian para participar en
forma activa y directa en un determinado negocio o empresa con el propósito
de obtener un beneficio económico, manteniendo cada una su propia auto
nomía.
Corresponde a cada miembro del consorcio realizar las actividades propias del
consorcio que se le encargan y aquéllas a que se ha comprometido. Al hacerlo,
debe coordinar con los otros miembros del consorcio conforme a los procedi
mientos y mecanismos previstos en el contrato”.
Si bien es cierto que el origen del consorcio tiene naturaleza contractual, es
válido preguntar ¿qué naturaleza tiene frente a terceros esta “asociación para
participar en forma activa y directa en un determinado negocio o empresa con
el propósito de obtener un beneficio económico, manteniendo cada una su
propia autonomía”? La propia LGS ubica a este contrato dentro de la categoría
de “contrato asociativo”, definido en el art. 438 de la siguiente forma:
“Se considera contrato asociativo aquel que crea y regula relaciones de partici
pación e integración en negocios o empresas determinadas, en interés común
de los intervinientes. El contrato asociativo no genera una persona jurídica.
debe constar por escrito y no está sujeto a inscripción en el Registro”. [El su
brayado es m ío].
II. La asociacióny otrasformaciones asociativas 443
122 Las apreciaciones tributarias han sido proporcionadas por mi colega y amigo Jesús Falla
Cárdenas.
444 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
“Los bienes que los miembros del consorcio afecten al cumplimiento de la ac
tividad a que se han comprometido, continúan siendo de propiedad exclusiva
de éstos. La adquisición conjunta de determinados bienes se regula por las
reglas de la copropiedad”.
126 GUTIÉRREZ CAMACHO, Walter, “El contrato de consorcio”, en T ratad o d e D er ec h o M ercan til,
1.1, D er ec h o S o c ieta rio , Lima: Gaceta Jurídica, 2003, p. 1403-
Capitulo III
La fundación, el comité
y las organizaciones no
gubernam entales (ONG)
1. La Fundación
L a fu n d a c ió n es u n a p e r s o n a ju r íd ic o n o lu c r a tiv o q u e s e c o n s titu y e
c o n la a f e c t a c i ó n p a t i ¡ m o n i c i l con. ¡ m e s a h i l a s t e i s d e u n o o c a n a s
c a s o n a s [ ¡ a n d a d o r o f u n d o d o i c s ) e n la c u a l s u s i m e g r n r i l e s ( a d -
m i n i s i r a d o i ' o a d n n n i s u a d o r e s ) s e c n e n i a n , / c¿e c o n s e r v e n ' y c u i d a r
d i c h o p a t r i m o n i o , a s i c o m o d e d i r i g i r e s t a p e r s o n a ¡u. r !d i c a , e n
i te jid o d e ie m e r o s (d e a c íic ia r io s ).
1 COCCA, Aldo Armando, Las fundaciones. Del derecho de la antigüedad al actual derecho
internacional. Historia y legislación en la República Argentina, Buenos Aires: Plus Ultra, 1981, p.
11 .
2 El cual establece que: “Si el testador dispusiere del todo o parte de sus bienes para sufragios
y obras piadosas en beneficio de su alma, haciéndolo indeterminadamente y sin especificar
su aplicación, los albaceas venderán los bienes y distribuirán su importe, dando la mitad al
450 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
recae en el “alma” del difunto, sino en la persona “de los beneficiarios, que con
un punto de vista secular aparecen recibiendo los bienes y aprovechándose
de ellos para sus necesidades materiales”3. Si el testador quiere disponer de la
masa patrimonial para estos efectos, debe considerarse el canon N.° 1545 del
Codex Iuris Canonici que prescribe la constitución de una fundación piadosa.
En la Edad Media, el Derecho Germánico no le reconocía capacidad jurídica a
las fundaciones, posición distinta de la doctrina católica, que sí lo hacía4.
“Las fundaciones a que se refiere el Art. 33 del Código Civil son personas jurí
dicas que se constituyen con un objeto de bien común, sin propósito de lucro,
mediante el aporte patrimonial de una o más personas, destinado a hacer po
sibles sus fines”.
Diocesano para que lo destine a los indicados sufragios y a las atenciones y necesidades de la
Iglesia, y la otra mitad al Gobernador civil correspondiente para los establecimientos benéficos
del domicilio del difunto, y, en su defecto, para los de la provincia”.
3 MALDONADO Y FERNÁNDEZ DEL TORCO, José, Herencias en favor del alma en el Derecho
Español, Madrid: Revista de Derecho Privado, 1944, pp. 213-214.
4 Se observa que, en el derecho germánico antiguo “cuando se quería fundar una iglesia o un
convento, el fundador construía sobre su terreno el edificio del templo o monasterio, y luego le
hacía donación al santo. De este modo el santo se convierte en propietario, acreedor y también
deudor. En un documento, recordado por Gierke, se establece que el Espíritu Santo debe hacer
cierto pago anual a perpetuidad. Tales personas celestiales debían tener sus representantes
terrenos, que no podían ser otros que los responsables de la misma Iglesia: el Papa era el
representante de Jesucristo, jefe de la Iglesia Universal, después venían los obispos, abades,
decanos, priores. Administraban el patrimonio eclesiástico, recibiendo las donaciones, actuando
en juicio, pero se mantenían siempre como administradores de bienes de otros” (COCCA, Aldo
Armando, op. cit., p. 15).
5 CARBONNIER, Jean, Derecho Civil, 1.1, vol. I, Disciplina general y derecho de las personas, tradu
cido por Manuel Zorrilla Ruiz, Barcelona: Bosch, 1960, p. 335-
III. Lafundación, el comitéy las organizaciones no gubernamentales (ONG) 451
6 GARCÍA AMIGO, Manuel, Instituciones de Derecho Civil, 1.1, Parte General, Madrid: Editoriales
de Derecho Reunidas, 1979, p. 545-
7 AGUILAR GORRONDONA, José Luis, Derecho Civil. Personas, Caracas: Universidad Católica
Andrés Bello, 1963, p. 50.
8 LÓPEZ JACOISTE, José Javier, “La fundación y su estructura a la luz de sus funciones”, en Revista
de Derecho Privado, Madrid: julio-agosto de 1965, p. 36.
9 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos, Derecho de las Personas. Exposición de motivos y comentarios
al Libro Primero del Código Civil Peruano, Lima: Studium, 1986, p. 100.
452 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
10 Así, FERRARA, Francesco, Le persone giuridiche, Tormo: UTET, 1956, p. 46; GALGANO,
Francesco, Delle persone giuridiche, en Commentario del Códice Civile, a cura de Antonio
SCIALOJA y Giuseppe BRANCA, Bologna-Roma: Zanichelli-Societá Editrice del Foro Italiano,
1969, p. 69; BRECCIA, Umberto, Lina BIGLIAZZI GERI, Francesco BUSNELLI y Ugo NATOLI,
Diritto Civile, 1.1, Torino: UTET, 1986, p. 199, entre otros.
11 FUSARO, Arianna, I diritti della personalitá dei soggetti collettivi, Padova: CEDAM, 2002, p. 3-
12 DE BELAÚNDE LÓPEZ DE ROMAÑA, Javier, “Comentario al artículo 99 c.c., Definición de
fundación”, en Código Civil comentado, t. I, Título Preliminar, Derecho de las Personas, Acto
Jurídico, Lima: Gaceta Jurídica, 2003, p. 480. En este mismo sentido, ROBILLLA.RD D’ONOFRIO,
Paolo, “Finalmente, ¿qué son las personas jurídicas?”, en Jus. Doctrina & Práctica, n.° 1, Lima:
Grijley, enero del 2009, pp. 494-499-
III. Lafundación, el comité y las organizaciones no gubernamentales (ONG) 453
13 Un sector de la doctrina nacional sostiene que la fundación no tiene miembros, afirmando que
“en realidad, la fundación tiene órganos que se encargan de su administración, ya sea individual
o colegiadamente, pero no tiene integrantes por ser una persona jurídica cerrada a la afiliación.
Siendo así, es claro que la única integración a ella se da a través de la asunción de las tareas del
administrador” (VEGA MERE, Yuri, “La asociación, la fundación y el comité en el Código Civil”,
en Gaceta Jurídica, t. 49, Lima: diciembre de 1997, p. 41-B). Cuesta entender la diferenciación
que pretende hacer el autor entre miembros y órganos. Los titulares de los órganos son los
miembros de la persona jurídica: los miembros de la asamblea general, del consejo directivo
o del consejo de administración. El hecho que la fundación (en opinión que comparto) esté
cerrada a la afiliación, es independiente de que esta esté conformada por uno o varios miembros
(los administradores y, en su caso, los fundadores) que integran un órgano de la fundación.
14 BIANCA, Massimo, Diritto Civile, vol. 1, Milano: Giuffré, 1990, p. 299.
15 BIANCA, Massimo, op. cit., p. 307.
16 GALGANO, Francesco, Le associazioni, lefondazioni, i comitati, en Serie: Igrandi orientamenti
della giurisprudenza civile e commerciale, Padova: CEDAM, 1987, p. 205.
454 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
17 El cual prescribe que: “La fundación es una organización no lucrativa instituida mediante la
afectación de uno o más bienes para la realización de objetivos de carácter religioso, asistencial,
cultural u otros de interés social”.
III. L a fundación, el com ité y las organizaciones no gubernam entales (ONG) 455
El artículo 100 del Código Civil actual, remarca que el acto constitutivo
de la fúndación puede ser realizado de dos maneras, a saber:
18 DE BELAÚNDE LÓPEZ DE ROMAÑA, Javier, “La fundación en el nuevo Código Civil”, extracto
de la segunda exposición realizada el 29 de agosto de 1984 en el Curso Superior organizado por
la PUCP sobre el Código Civil, pp. 16-17-
III. La fundación, el comité y las organizaciones no gubernamentales (ONG) 457
19 Las piezas procesales de este caso han sido tomadas de DE BELAÚNDE, Javier, Beatriz PARODI y
Walter ALBÁN, Personas Jurídicas. Selección de textos, Lima: PUCP, 1997, p. 186 y ss.
458 Juan Espinoza, Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
20 El art. 1 de la Ley (ya derogada) 8728, del 25 de agosto de 1938, establecía que: “cuando
el instrumento de la fundación omita las disposiciones pertinentes a los órganos de ella, y a
la manera de administrarla, el Supremo Gobierno dictará, por intermedio del Ministerio
de Justicia, las reglas necesarias para subsanar aquellas omisiones. En la misma forma, el
Gobierno propondrá a la Corte Suprema la aplicación de los bienes afectados a la fundación y la
designación de la Institución oficial que deberá asumir su administración, en los casos previstos
en los artículos sesenta y ocho y sesenta y nueve del Código Civil, observándose lo preceptuado
en estos artículos”.
21 El cual establecía que “si el testador dispone de bienes para que se inviertan en fines de
beneficencia, obras públicas u otros análogos, y no designa persona que se encargue de
realizarlos, o si la persona designada faltare, la ejecución del encargo incumbe a la institución
oficial a quien correspondan estos servicios, según su naturaleza”.
III. L afu n dación , el com ité y ¡as organizaciones no gubernam entales (ONG) 459
1 .5 . Clases de Fundaciones
23 ALPA, Guido, “II regime delle fondazioni in Italia e in Francia. Considerazioni Preliminari” en Le
fondazioni. Tradizione e modernitá, Padova: CEDAM, 1988, p. 5.
24 Así, tenemos quien sostiene que la fundación opera como una empresa, FERNÁNDEZ
SESSAREGO, Carlos, op. cit., p. 182.
25 ZOPPINI, Andrea, Le fondazioni dalla tipicitá alie tipologie, Roma: s/e, 1992, p. 47.
26 GALGANO, Francesco, Le associazioni, le fondazioni, i comitati, en Serie: Igrandi orientamenti
della giurisprudenza civile e commerciale, cit., pp. 392-393.
III. L afu n dación , el com ité y ¡as organizaciones no gubernam entales (ONG) 46 1
27 ALTERINI, Atilio Aníbal, Derecho Privado. Primer Curso, 2.a ed., act., 1.a reimp. Buenos Aires:
Abeledo-Perrot, 1977, p. 233.
III. L afu n dación , el com ité y las organizaciones no gubernam entales (ONG) 463
legales consideran que el fin que debe inspirar a esta institución se circunscribe
a promover el bienestar general, es decir, prestar una utilidad pública.
“Autorizar los actos de disposición y gravamen de los bienes que no sean obje
to de las operaciones ordinarias de la fundación y establecer el procedimiento
a seguir, en cada caso”.
“En los casos en que una fundación solicite la inscripción de actos de dispo
sición y gravamen de los bienes que no sean objeto de sus operaciones ordi
narias, el registrador deberá verificar que estos cuenten con la autorización
expedida por el Consejo de Supervigilancia de Fundaciones, así como el cum
plimiento del procedimiento o condiciones en que se otorga dicha autoriza
ción, bajo responsabilidad”.
28 Téngase en cuenta que el inc.7 del mismo art. 104, también contempla como función del CSF
“vigilar que los bienes y rentas se empleen conforme a la finalidad propuesta”.
29 Que sanciona a las fundaciones con una multa de 1 UIT (art. 9, inc. b, del Reglamento de Fondo
del Consejo de Supervigilancia de Fundaciones (D. S. N.° 04-94-JUS, del 11 de marzo de 1994).
III. L a fundación, el com ité y las organizaciones no gubernam entales (ONG) 465
30 Quiero agradecer vivamente al Abogado Andrés Torres Málaga, por haberme facilitado el
material legislativo y jurisprudencial para desarrollar esta parte de mi libro.
III. L afu n dación , el com itéy las organizaciones no gubernam entales (ONG) 467
32 Con el D. Leg. N.° 1029 publicado en el diario oficial El Peruano el 24 de junio del 2008 se
modifica el artículo 188.1, de la Ley N.° 27444, aclarando su texto, en el sentido que quedará
automáticamente aprobado transcurrido el plazo establecido o máximo, al que se le adicionará
el máximo señalado en el numeral 24.1 (sobre notificación), la entidad no hubiere notificado el
pronunciamiento respectivo.
33 MORÓN URBINA, Juan Carlos, Nueva Ley del Procedimiento Administrativo General.
Comentarios, Lima: Gaceta Jurídica, 2001, p. 396.
III. Lafundación, el comité y las organizaciones no gubernamentales (ONG) 47 3
34 Vigente en ese entonces, ahora es el art. 18 del Código de Protección y Defensa del Consumidor,
Ley N.° 29571, del 1 de setiembre del 2010.
35 Vigente en ese entonces, ahora es el art. 2 del Código de Protección y Defensa del Consumidor,
Ley N.° 29571, del 1 de setiembre del 2010.
474 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
“En el presente caso, la Fundación ha señalado que el señor Miguel Mujica Gallo
decayó físicamente y a partir de los 80 años, por lo que sufrió engaños de sus
asesores, que permitían que adquiera piezas falsas que donaba a la Fundación.
Al respecto, debe precisarse que en tanto la persona jurídica tiene una existen
cia distinta a la de sus miembros, socios o fundadores, esta asume la responsa
bilidad por los actos que realiza como producto de su actividad, mientras que
sus representantes, administradores o fundadores solo responden por aque
llos actos que excedan las facultades que les hubieran sido concedidas.
En efecto, el presente procedimiento está referido a las infracciones cometidas
por la Fundación a los deberes de idoneidad e información contenidos en la Ley
de Protección al Consumidor, ello en tanto que es a través de su establecimiento
que ofrece los servicios de exhibición de piezas atribuidas a culturas precolombi
nas, esto es, la función de la Comisión consiste en establecer la existencia objeti
va de infracciones a las normas de su competencia en el marco de las relaciones
de consumo, entre un proveedor de un servicio — en este caso la Fundación— y
los consumidores que acuden al establecimiento de la denunciada, y no entre el
fundador o los socios de esta persona jurídica y los consumidores.
A ello debe agregarse el hecho que conforme lo señaló el representante de la
Fundación durante el desarrollo del informe oral del 22 de noviembre del 2001,
no realizaba ningún tipo de control de calidad de las piezas que recibían hasta
antes de principios del año 2001, momento a partir del cual la Fundación ha
bía entrado en reorganización, lo cual corresponde a una acción no realizada
por una persona jurídica (evidentemente, a través de sus órganos, represen
tantes o dependientes) que, en este caso es proveedora y responsable objetiva
del servicio de exhibición de piezas precolombinas.
Por dichas razones, la Comisión considera que el argumento referido a que la
presencia de algunas piezas no originales en exhibición se deba a causa del en
gaño que habría sufrido el fundador de la Fundación Miguel Mujica Gallo, debe
ser desestimado”.
En doctrina, se han previsto dos circunstancias que pueden ser las cau
sas de extinción de una fundación, las cuales se fundamentan en la impo
sibilidad de cumplir con sus fines. Este tipo de impedimento puede ser de
hecho o legal. Se presenta imposibilidad legal cuando se distorsiona el fin
de la fundación hacia un hecho o situación ilícita. En lo referente a la impo
sibilidad de hecho, esta puede traducirse en la insuficiencia del patrimonio
afectado para cumplir el fin fundacional por devenir en irrealizable.
36 Así, “cualquier norma estatutaria dispuesta por el fundador para que los administradores
disuelvan la fundación carece de eficacia. Cuando ello ha ocurrido, a pesar de que la fundación
ha sido constituida (con intervención de Notario) e inscrita (en el Registro Público), el CSF
suspende su inscripción en el Registro Administrativo Nacional de Fundaciones hasta que el
estatuto se adecúe a lo prescrito por el artículo 109 del Código Civil” (HORMAZÁBAL, Inés y
Yuri VEGA MERE, “La fundación en el Perú”, en Apuntes de Derecho, año I, n.° 1, Lima: 1996, p.
100 ).
37 Cuyo primer párrafo establece, como mencioné anteriormente, que “El Consejo de
Supervigilancia puede solicitar la disolución de la fundación cuya finalidad resulte de imposible
cumplimiento”.
38 Que establece que el Consejo de Supervigilancia de Fundaciones (CSF) puede “solicitar a la
Sala Civil de la Corte Superior respectiva, la disolución de la fundación cuyo fin se haya hecho
imposible”.
39 Ya citado anteriormente.
480 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
“Interpretar el artículo 109 del Código Civil en el sentido que las acciones ju
diciales de disolución de fundaciones, se refieren a instituciones inscritas ad
ministrativamente en el registro que está a cargo del Consejo de Supervigilan
cia de Fundaciones, no encontrándose facultado el órgano tutelar para atender
ningún otro asunto relacionado con aquellas que incumplen tal requisito”.
La Ley N.° 26702, Ley General del Sistema Financiero y del Sistema
de Seguros y Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros, del 6
de diciembre de 1996, define en el art. 241 al fideicomiso como “una rela
ción jurídica por la cual el fideicomitente transfiere bienes en fideicomiso a
otra persona, denominada fiduciario, para la constitución de un patrimonio
fideicometido, sujeto al dominio fiduciario de este último y afecto al cum
plimiento de un fin específico a favor del fideicomitente o un tercero deno
minado fideicomisario”.
40 Que establece que “el patrimonio fideicometido es distinto al patrimonio del fiduciario, del
fideicomitente, o del fideicomisario y en su caso, del destinatario de los bienes remanentes”.
41 En este sentido, CORZO DE LA MOLINA, Rafael, “El fideicomiso. Alcances, alternativas y
perspectivas”, en Thémis, n.° 35, Lima: 1997, p. 49 y Freddy Escobar Rozas, quien afirma que "no
puede sino concluirse que al no existir norma alguna que le otorgue un derecho (con alcance
real’) al fiduciante sobre los bienes transferidos al fiduciario, en nuestro sistema los negocios
fiduciarios transfieren de manera plena la propiedad (o cualquier otro derecho)” (ESCOBAR
ROZAS, Freddy, “Breves apuntes sobre los negocios fiduciarios”, en Advocatus, n.° 5, Lima:
Universidad de Lima, diciembre del 2001, p. 217).
42 Es el que tiene “por objeto el establecimiento de museos, bibliotecas, institutos de investigación
arqueológicos, históricos o artísticos”.
43 Es el que alivia “la situación de los privados de razón, los huérfanos, los ancianos abandonados y
personas menesterosas”.
482 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
2. El Comité
i-.’o ¡ ' l 1ilU.'S, f-i ¡,iL if;''li¡K ~ ¡i¡i_ \ h i ' . ' 1¡ ■ O i l i C <ÍC i'ó .'á i '.•.{(( r h j , ■
2.1. Definición
44 Ya puesta en evidencia por Rolando Castellares Aguilar, en un evento organizado por el Consejo
de Supervigilancia de Fundaciones en 1999-
III. L afu n dación , el com ité y las organizaciones no gubernam entales (ONG) 483
45 El Código Civil griego, que entró en vigencia en 1946, establece en su art. 122 lo siguiente: “Los
comités de cinco miembros por lo menos, encargados de la recolección de sumas de dinero o de
otros objetos, por medio de colectas, de fiestas o de otros medios semejantes, para el provecho
de un fin público o de un interés público cierto (comités de colectas), adquieren la personalidad
por decreto real”.
46 BLA.NCA, Massimo, op. cit., p. 355.
47 VISALLI, Nicoló, I comitati non riconosciuti, Padova: CEDAM, 1986, pp. 35-36.
48 GRASSETTI, Cesare, Donazione modale efiduciaria, Milano: 1942, p. 89.
484 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
“Las formas de organización de los usuarios que comparten una fuente super
ficial o subterránea y un sistema hidráulico común son comités, com isiones y
juntas de.usuarios. Eos com ités de usuarios son el nivel m ínim o de organiza
ción.
Se integran a las com isiones de usuarios y estas a la vez a las juntas de usua
rios. Los usuarios que cuentan con sistemas de abastecim iento de agua propio
pueden organizarse en asociaciones de nivel regional y nacional conform e a
las disposiciones del Código Civil. Las entidades prestadoras de servicios de
saneamiento se integran al sector hidráulico y a la cuenca hidráulica que co
rresponda según la fuente de abastecimiento de agua de la cual se sirve”. [El
subrayado es m ío].
“Las organizaciones de usuarios son asociaciones civiles que tienen por fina
lidad la participación organizada de los usuarios en la gestión m ultisectorial y
uso sostenible de los recursos hídricos”.
52 Artículo 119.- “El Ministerio Público vigila, de oficio o a instancia de parte, que los aportes
recaudados por el comité se conserven y se destinen a la finalidad propuesta y, llegado el caso,
puede solicitar la rendición de cuentas, sin perjuicio de la acción civil, o penal a que haya lugar”.
[El subrayado es mío].
53 Artículo 121.- “Cumplida la finalidad propuesta, o si ella no se ha podido alcanzar, el consejo
directivo procede, con conocimiento del Ministerio Público, a la disolución del comité y a la
rendición judicial de cuentas”. [El subrayado es mío],
54 DE BELAÚNDE LÓPEZ DE ROMAÑA, Javier, “Comentario al artículo 111 c.c., Definición de
comité” en Código Civil comentado, 1.1, Título Preliminar, Derecho de las Personas, Acto Jurídico,
Lima: Gaceta Jurídica, 2003, p. 526.
486 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
56 TRABUCCHI, Alberto, Instituciones de Derecho Civil, 1.1, traducido de la 15.aed. italiana por Luis
Martínez Calcerrada, Madrid: Revista de Derecho Privado, 1967, p. 131 .
57 ALDANA DURÁN, Mariella, “Comentario al artículo 113 c.c., Contenido del estatuto”, en Código
Civil comentado, t. I, Título Preliminar, Derecho de las Personas, Acto Jurídico, Lima: Gaceta
Jurídica, 2003, p. 531.
488 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
58 DE BELAÚNDE LÓPEZ DE ROMANA, Javier, “En torno al marco legal de las Organizaciones no
Gubernamentales de Desarrollo en el Perú”, en C o o p era ció n Intern acion al, ONGDs y D esarrollo,
compilado por Baltasar CARAVEDO MOLINARI y Armando PILLADO MATHEU, Lima: SASE,
1993, p. 103.
III. L a fundación, el com ité y las organizaciones no gubernam entales (ONG) 489
31. Que duda cabe, que las debilidades más importantes en la administración
de la CTI se han encontrado en la ausencia de políticas y programas nació-
III. L afu n dación , el com ité y ¡as organizaciones no gubernam entales (ONG) 493
36. Sin embargo, este Colegiado debe señalar que la relevancia de la realiza
ción de dichos intereses públicos, no supone extender sobre la base de simples
suposiciones que no pueden ser corroboradas por acciones concretas, la de
ducción de un actuar irregular de las entidades60. Con ello queremos decir, que
no es posible impedir ex ante la inscripción (ni en el Registro Público de Per
sonas Jurídicas, ni en este Registro de la APCI) de aquellas ONGD que cum
plan con las previsiones legales en la materia, y siempre que conste su voluntad
para ello. En cualquier caso, de existir indicios de un actuar ilícito, se derivará
la aplicación e x p o s t de las sanciones correspondientes (artículo 96 del Código
Civil; y artículos 21 y 22 a la Ley N.° 27692, incorporados por el artículo 9 de
la Ley 28925, conforme a los criterios que serán desarrollados infra).
37- Por estas razones, la negativa de la APCI a registrar una asociación sobre
la base de la valoración de una presunción de ilicitud sin mayor investigación,
resultaría ser una medida desproporcionada, y por tanto inconstitucional
siempre que la solicitud de inscripción se ajuste a las disposiciones legales pre
vistas, a partir de la interpretación realizada por este Tribunal en la presente
Por cuanto, esta sería una nueva forma de disolución de una entidad asocia
tiva, distinta a las previstas en el Código Civil peruano, a saber, de pleno de
recho y por decisión judicial. A ello se agrega la constatación fáctica que las
fuentes cooperantes extranjeras se negarían a brindar nuevo financiamiento a
aquellas ONGD sancionadas con la cancelación, marcando con ello la extin
ción de su actividad; para lo cual debería requerirse un proceso judicial y no
una resolución administrativa.
En consecuencia, tam poco se derivaría la consecuencia prevista en el párrafo
siguiente de dicha disposición, en cuanto señala ‘El directivo, administrador,
asesor, representante legal o apoderado de la entidad a quien se le ha cance
lado la inscripción en los Registros aludidos, no podrá participar directa o
indirectamente en otra entidad ejecutora de cooperación internacional, por
el plazo de cinco (5) años’. Lo cual es una consecuencia, que se deriva de la
declaración de inconstitucionalidad del inciso d) del artículo 22 referido.
Por estas razones, el Tribunal Constitucional estima que la presente norm a
deviene en inconstitucional”. [El subrayado es mío].
62 ESPINOZA ESPINOZA, Juan, “Revisión crítica del Código Civil” en El Peruano, Lima: 10 de
mayo de 1994, p. B-11.
63 Así, se afirma que: “parecería preferible un sistema articulado de soluciones, que flanquea
a las tradicionales figuras del código, debidamente remeditadas, nuevas figuras que del resto
comienzan a delinearse en la legislación especial” (BUSNELLI, Francesco, "II diritto delle
persone”, en I cinquanta anni del códice civile, vol. I, Milano: Giuffré, 1993, p. 129). En este
sentido, con respecto a las fundaciones, ZOPPINI, Andrea, op. cit., p. 7- El autor advierte que
III. L a fundación, el com itéy las organizaciones no gubernam entales (ONG) 497
ai agotarse la relación paternalista entre el Estado y las formaciones sociales, ideología propia
del legislador corporativo del código civil italiano de 1942, el legislador ha tenido que observar
atentamente una resistematización de los entes disciplinados en el Código Civil.
64 RUBINO, Domenico, Le associazioni non riconosciute, Milano: Giuffré, 1952, p. 107 ss.;
AURICCHIO, Alberto, voz Associazioni riconosciute, en Enciclopedia del Diritto, vol. III, Milano:
Giuffré, 1958, p. 906; PERLINGIERI, Pietro, en “Nota Ap. Torino, 10 de febrero de 1983”, en
Rassegna di diritto civile, vol. II, 1983, p. 840, FUSARO, Andrea, L’associazione non riconosciuta.
Modelli normativi ed esperienze atipiche, Padova: CEDAM, 1991, p. 109. Los datos han sido
tomados de RAGUSA, Vittorio E., Atipicitá e disciplina delle associazioni non riconosciute. Le
deliberazioni non assambleari. Padova: CEDAM, 1992, p. 16.
65 El Código Civil helénico, en su artículo 126 establece un modelo rígido y binario en materia de
personas jurídicas sin fines de lucro, administradoras de patrimonio de terceros, al prescribir
que si los bienes recaudados por el comité han sido destinados, en virtud de su estatuto, a un
fin preciso y permanente, es necesaria la constitución de una fundación para el cumplimiento
ulterior de su fin. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que el modelo griego no regula a las
organizaciones de personas no inscritas y es por ello que relaciona a estas dos personas jurídicas
bajo el esquema del comité entendido como antecedente al establecimiento de la fundación,
siendo conciente el legislador, quizás, que las diferencias entre ambos son más aparentes que
reales.
66 ALPA, Guido, op. cit, p. 26, quien cita el caso del Trib. Chiavari, 11 de julio de 1959, en Rep. Foro
it., 1962, voz Persona giuridica, n.° 6.
498 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
67 Con razón se afirma que: “las diversas tipologías se identifican de las (posibles) articulaciones
de la finalidad en relación a las (posibles) modalidades organizativas del patrimonio” (ZOPPINI,
Andrea, op. cit., p. 84).
III. L afu n dación , el com itéy las organizaciones no gubernam entales (ONG) 499
68 Lo cual está prescrito en el art. 109 c.c., segundo párrafo, en el que se establece además que la
demanda será publicada por tres veces en el diario encargado de los avisos judiciales y en otro
de circulación nacional, mediando cinco días entre cada publicación. La sentencia no apelada se
eleva en consulta a la Corte Superior.
69 Art. 6, inc. h), del Reglamento del Consejo de Supervigilancia de Fundaciones.
III. L afu n dación , el com ité y ¡as organizaciones no gubernam entales (ONG) 501
Comunidades campesinas
y nativas
L a s c o m u n id a d e s c a m p e s in a s y n a tiv a s so n P e r s o n a s ju r íd ic '
c r e a d a s p o r le y c o r ijb r n ia d o s p o r u n a o r p / m i z c ición de comunen
t u n d e s p o r c ít ic iilü s c a l i m a l e s y ‘.¡¡te i r a b a / a e i c e ■ h e n e a , a c a t e e n b.
n e jid o com ú n .
1. Cuestiones preliminares
“Las Comunidades Campesinas y las Nativas tienen existencia legal y son per
sonas jurídicas.
Son autónomas en su organización, en el trabajo comunal y en el uso y la libre
disposición de sus tierras, así como en lo económico y administrativo, dentro
del marco que la ley establece. La propiedad de sus tierras es imprescriptible,
salvo en el caso de abandono previsto en el artículo anterior.
El Estado respeta la identidad cultural de las Comunidades Campesinas y Na
tivas”.
2 DE BELAÚNDE LÓPEZ DE ROMAÑA, Javier, “Exposición sobre el Libro I del Código Civil de
1984: Derecho de las Personas”, en D er ec h o , ex ég esis y an á lisis d el C ó d ig o C ivil 1984, año LXIV,
n.° 297, Arequipa: 1985, pp. 140-141.
508 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
3 El artículo 2 de la Ley N.° 24656 define a las Comunidades Campesinas de la siguiente manera:
“Las Comunidades Campesinas son organizaciones de interés público, con existencia legal y
IV. Comunidades campesinas y nativas 509
1) Empresas comunales.
2) Empresas multicomunales
3) Participando como socios en empresas del Sector Público Asocia
tivo o Privado.
Las empresas comunales vienen a ser las mismas comunidades cam
pesinas, que utilizan su propia capacidad jurídica para realizar la actividad
empresarial. Su finalidad es la producción de bienes y servicios en beneficio
de la comunidad y de sus miembros en particular.
“El trabajo que los comuneros aportan, con su libre consentimiento, en bene
ficio de la comunidad, se considera como la unión de esfuerzos dirigidos al
logro del desarrollo integral de la misma. Por tanto, no genera necesariamente
personería jurídica, integradas por familias que habitan y controlan determinados territorios,
ligadas por vínculos ancestrales, sociales, económicos y culturales, expresados en la propiedad
comunal de la tierra, el trabajo comunal, la ayuda mutua, el gobierno democrático y el
desarrollo de actividades multisectoriales, cuyos fines se orientan a la realización plena de sus
miembros y del país”.
4 PAERREGAARD, Karsten, N u ev a s o r g a n iz a c io n es en c o m u n id a d es c a m p esin a s, Lima: PUCP,
1987, p. 79.
510 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
5 PRESIDENZA DEL CONSIGLIO DEI MlNISTRI, “II nuovo Diritto di Famiglia” Separata de V ita
Ita lia n a , n.° 7, julio de 1975, p. 45-
1) Área Educacional:
a) No existe una base legal en la Ley General de Educación para
la enseñanza bilingüe.
b) Actitud negativa de parte de los supervisores, al desestimar la
educación bilingüe.
c) Falta de capacitación del personal encargado de la supervi
sión.
d) Uso de programas curriculares incongruentes con la realidad
de la región.
e) Falta de apoyo de parte del Estado.
2) Área de Salud:
a) Carencia de postas médicas.
b) Las medicinas son caras y escasas.
c) Insuficiencia de medicamentos en las postas médicas.
d) Necesidad de implementar el seguro nativo y hospitales.
3) Área de Identidad Cultural:
a) Los alumnos reciben la educación en castellano, cuando su
lengua nativa es otra.
b) Interferencia negativa de elemento mestizo.
c) La incursión de sectas religiosas produce la división de las
comunidades.
d) Maltrato a los jóvenes que prestan el servicio militar obliga
torio.
e) Carencia de documentos de identificación en la mayoría de
los nativos.
4) Área de Organización Multicomunal:
a) Existen múltiples organizaciones nativas multicomunales
que cumplen una finalidad representativa; pero son desco
nocidas por el Estado.
Según quien ha hecho esta clasificación: “Existen empresas
multicomunales nativas y formas asociativas basadas en el
patrón nativo socio económico. Estas tienen la finalidad de
obtener mejores ingresos, a través de la comercialización de
IV. C om unidades cam pesinas y nativas 513
“[...] las Comunidades Nativas tienen origen en los grupos tribales de la Selva
y Ceja de Selva y están constituidas por conjuntos de familias vinculadas por
los siguientes elementos principales: idioma o dialecto, caracteres culturales y
sociales, tenencia y usufructo común y permanente de ,un mismo territorio,
con asentamiento nucleado o disperso”.
E l art. 134 c.c. establece que los fines de la com unidad cam pesina “se
orientan al m ejo r aprovecham iento de su patrim onio, p ara ben eficio general
y equitativo de los com uneros, prom oviendo su desarrollo integral”. E l art. 2
de la Ley N .° 2 4 6 5 6 , p or su parte, ind ica que los fines “se orientan a la reali
zación plena de sus m iem bros y el país”.
17 El padrón comunal, tal como lo establece el Reglamento en su art. 24, no es más que el registro
de los comuneros, que tiene que ser actualizado cada dos años y “contendrá cuando menos
la información siguiente: nombre, actividad, domicilio, fecha de admisión del comunero
calificado, con indicación de los que ejerzan cargo directivo o representación”.
524 Juan Espinoza Espinoza / Derecho de las personas: personas jurídicas
18 En SUNARP-ORLC, Ju r isp r u d en c ia R egistral, año III, vol. V, Lima: julio a diciembre de 1997, p.
359.
19 El segundo párrafo del art. 2 de la Ley N.° 24656, establece que: “constituyen Anexos de la
Comunidad, los asentamientos humanos permanentes ubicados en territorio comunal y
reconocidos por la Asamblea General de la Comunidad”.
IV. Comunidades campesinas y nativas 525
“[...] el tercer párrafo del Art. 27 de la Ley N.° 24656 establece que las em
presas comunales tienen existencia legal desde el momento de su inscripción
en el Libro de Comunidades Campesinas y Nativas del Registro de Personas
Jurídicas de los Registros Públicos, precisando el inciso a) del Art. 97 del D.
S. N.° 004-92-TR que el acto constitutivo se inscribe en la misma ficha en
que se halla inscrita la Comunidad Campesina que le da origen; sin embargo,
este Tribunal ha advertido que no se ha dado cumplimiento a estas normas,
porque se han efectuado inscripciones de las empresas comunales en fichas
independientes, en unos casos en las fichas de personas jurídicas como si se
tratara de la inscripción en un nuevo libro y en otros, en las fichas correspon
dientes a las Comunidades Campesinas pero sin vincularlo a una Comunidad,
situación que debe corregirse”20.
20 En SUNARP-ORLC, Ju r isp r u d en c ia R egistral, año III, vol. V, Lima: julio a diciembre de 1997, p.
336.
IV. Comunidades campesinas y nativas 529
El art. 3 detalla que las Rondas Campesinas están integradas por perso
nas naturales denominadas Ronderos y Ronderas. El art. 5 norma que:
IV. Comunidades campesinas y nativas 531
Debemos recordar que esta facultad otorgada por ley tiene un límite
establecido por el art. 149 de la Constitución:
anizaciones de personas
no inscritas
Lo. o ¡g :h ■¡zol ¡Oí ‘ d e pz’iiOi't'S jo ¡:isc; itc.s es lo. ogrui [ \e■ i d e p e i-
s o n a s ( n a t u r a l e s 0 ¡i 'í'¡d i'-'.l.i) i'p! s a c t ú a n conjuntara co a fi j e s
n c U'cí'i Uivos, p e ro piie n o lian ::u Jipiddo con la jo n nalidad de su
W-Sei u c io n re-yis>
o rol
nenies de una persona jurídica. En el primer caso, los autores son solidaria
mente responsables, en el segundo, la responsabilidad corresponde al sujeto
de derecho persona jurídica.
2 Al respecto, se sostiene que “la calificación, que proviene del C ó d ic e civile, se emplea con
el propósito de evitar que, al carecer de personalidad jurídica (y su subsecuente y perfecta
separación de responsabilidades patrimoniales frente a terceros), los asociados entiendan que
pueden exigir su restitución, pues esto es imposible, no solo mientras se mantenga vigente
la asociación (dada la redacción del art. 125 del Código Civil), sino inclusive cuando ella es
disuelta y liquidada” (VEGA MERE, Yuri, “La asociación, la fundación y el comité en el Código
Civil”, en G a c e ta Ju r íd ic a , t. 49, Lima: diciembre de 1997 , p. 51-B).
3 BRUNETTI, Antonio, T ra ta d o d e D er ec h o d e S o c ied a d e s, 1.1, Buenos Aires: UTEHA, 1960, p.
28.
V Organizaciones de personas no inscritas 539
Fuentes inspiradoras del Código Civil peruano, son el Código Civil ita
liano, el Código portugués de 19 6 7 , y la doctrina italiana. Bianca, Galgano,
Así, se sostiene con razón que ,“si los juristas del ochocientos habían
— en virtud, a menudo, de una acrítica simplificación— asimilado a la alter
nativa de la personalidad jurídica casi todos los problemas de las formacio
nes colectivas, en este siglo (o sea, en el novecientos) se ha manifestado, en
sentido contrario, la progresiva tendencia a la desvalorización de la noción
legislativa de la persona jurídica”7. Frente a ello, un sector de la doctrina cla
sifica a las organizaciones de personas no inscritas (no reconocidas, para el
ordenamiento jurídico italiano) como sujetos de derecho8 y otro sector lo
niega categóricamente9. Un sector de la doctrina que las denomina como
“entes no personificados”, expresa lo siguiente: “Negar esta embrionaria, o
menos perfecta, subjetividad, significa cerrar los ojos a la realidad jurídica y
hacerse esclavos de fórmulas. Donde desaparezca la responsabilidad patri
monial de los individuos, para dar lugar a una responsabilidad patrimonial
diversa (la del grupo), y donde la responsabilidad del grupo excluya, o ponga
en segundo plano, la de los individuos, allí se tiene un sujeto, por sí mismo,
al menos a los efectos patrimoniales. No importa el nombre que a ese grupo
se le quiera dar; importa la cosa: el centro de intereses autónomos, que viene
a formarse y que es el término de responsabilidad (o, como se dice también,
de imputación) de ciertas relaciones patrimoniales”10.
9 Giuseppe Tamburrino sostiene que en este supuesto nos encontramos frente solo a “un grupo
de personas físicas a las cuales es concedida para sus propios fines colectivos una limitada
autonomía patrimonial, en relación al patrimonio o fondo común creado por estas para el
logro de dichos fines colectivos” (TAMBURRINO, Giuseppe, P erso n e G iu ridiche. A sso cia z io n i
n on ricon osciu te. C o m itati, 2.a ed., Torino: UTET, 1997, p. 419).
1. Asociación no inscrita
Es por esta razón, que el código le dedica los tres artículos del Título
1 de la Sección III a esta organización informal, en tanto es generadora de
relaciones jurídicas. De esta manera nuestro cuerpo de leyes no hace más
que reconocer a esta organización la dinámica natural, que identifica el ca
rácter social de la persona, que tiende a la formación de colectividades con
finalidades comunes, en este caso, la satisfacción de intereses compartidos,
ya sean culturales, deportivos, cívicos, entre otros.
“Las asociaciones que no tienen existencia legal como personas jurídicas, se
rán consideradas como simples asociaciones civiles o religiosas, según el fin de
su instituto. Son sujetos de derecho, siempre que la constitución, y la designa
ción de autoridades se acredite por escritura pública o instrumentos privados
de autenticidad certificada por escribano público. De lo contrario, todos los
miembros fundadores de la asociación y sus administradores asumen respon
sabilidad solidaria por los actos de esta. Supletoriamente regirán a las asocia
ciones a que este artículo se refiere, las normas de sociedad civil”.
14 LUNA VICTORIA, César, “El régimen patrimonial de las asociaciones civiles”, en T h ém is , n.° 5,
1986, p. 52. El autor agrega que “en una cultura de la ‘informalidad’, usando conceptos de moda,
los asociados preferirían el régimen de la Asociación no inscrita, porque no les impone más
responsabilidad (esto es, mantienen la responsabilidad limitada) y les permite el reembolso
de aportaciones y la distribución patrimonial que no les estaría permitido de inscribir en
Registros Públicos la constitución de la Asociación. Sí, además, la Asociación no inscrita goza
de personería jurídica (al menos para efectos judiciales, tal como está regulada por el art.
124) creería que existen más ventajas no inscribiendo la Asociación. Claro está, habrá que
buscar siempre un Representante que, como Administrador, asuma la responsabilidad por
546 Juan Espinoza Espinoza / D erecho de las personas: personas jurídicas
las operaciones sociales. Creería que toda esta situación podría ser subsanada si el régimen
estableciese la responsabilidad solidaria de los asociados durante la etapa ‘irregular de la
Asociación, esto es, en tanto no se inscriba en Registros Públicos. El único modo de desalentar
la ‘informalidad’, es hacer que esta sea más onerosa que la ‘formalidad’ y no al revés” (cit .,
p. 52 ). Cabe hacer la aclaración que cuando se utiliza el término “personería jurídica”
(frecuentemente utilizado por el legislador nacional) se está haciendo alusión a la capacidad
jurídica. Con lo que respecta al tema de fondo, convengo en que sería óptimo regular mejor
estas coordenadas legislativas, sin embargo, discrepo de la interpretación, la cual, debe ser,
no aisladamente literal, sino de carácter sistemático y, si para la asociación inscrita se excluye
expresamente la distribución del haber neto resultante a los asociados y al compartir (tanto
la asociación inscrita como la no inscrita) la esencia de ser no lucrativas, no se justifica un
tratamiento de tipo diferenciado.
15 En este sentido, a propósito de la experiencia jurídica italiana, DELLACASA, Matteo, “La
rappresentanza delle associazioni non riconosciute: regime delle contratazioni e rególe di
formazione dottrinale”, en C o n tra tto e im p resa, n.° 2, Padova: CEDAM, 2002, p. 389.
V. Organizaciones de personas no inscritas 547
16 BIANCA, Massimo, D iritto C ivile, vol. 1, L a n o r m a g iu r id ic a , i so g g etti , 2.a ed., Milano: Giuffré,
2002, p. 387.
VI Organizaciones de personas no inscritas 549
2. Fundación no inscrita
Q uien sostiene que el cum plim iento del dato form al en la fu n d ación es
esencial, expresa que en caso de la fund ación n o inscrita: “a lo m ás, pod ría
haber un destino de h ech o de determ inados bienes a un cierto fin, pero sin
que los m ism o s se separen y salgan del p atrim onio (o de los p atrim onios)
de pro ced encia (los terceros tien en el derecho de considerarlos com o for
m ando siem pre parte de aquellos patrim onios) y sin que se d eterm ine por
eso la insensibilidad de tales bienes en cuanto a las obligaciones p atrim o n ia
les que incu m ban sobre los patrim onios de proced en cia (y viceversa), que
constituye la n ota característica de la autonom ía patrim onial de la persona
ju ríd ica”18. La citada d octrin a italiana centra su atención en el aspecto patri
m onial, y no percibe que el problem a gira en torn o a los sujetos de derecho.
El h ech o que una persona disponga de parte de su patrim o nio para que se
constituya u na fundación y que esta opere de h ech o n os revela que existen
dos sujetos perfectam ente diferenciados: uno individual que, con un gesto
altruista, da origen a otro, de naturaleza colectiva, que ya tiene existencia
p er se, al asum ir una actividad em presarial con el patrim onio, afectado por
el fundador. La esfera patrim onial del sujeto individual se ha desplazado a
la del sujeto colectivo y, el D erecho, no puede dejar de regular esta realidad
inocultable. E sta situación tam bién pod ría en con trar una explicación con la
d octrin a de los actos propios, vale decir, si el fundador ha presentado frente
a terceros una fundación n o inscrita (sujeto de derecho d istinto), este no p o
drá con trad ecir la situación de apariencia que él m ism o h a creado, situación
que es recogida por el art. 15 del m ism o C ódigo Civil italiano.
Por ello, se expresa que: “D ebe tenerse en cuenta [...], que si p or in stru c
ciones im partidas p or el o los fundadores, la fundación in icia sus actividades
antes de su in scripción, ello supone que ha em pezado a operar com o sujeto
Son m uchas las circunstancias p or las cuales una fund ación no adquie
re la calidad de persona ju ríd ica, es p or esta razón que nuestro codificador
dispone, en el artículo 127, la facultad del C o n sejo de Supervigilancia de
Fundaciones, del M inisterio Público o quien tenga legítim o interés, para in i
ciar las acciones pertinentes a lograr su in scrip ció n en los registros.
3. Comité no inscrito
C onsecu encia patrim onial que genera este tipo especial de organiza
ciones de personas no inscritas, es que sus organizadores y gestores sean
solidariam ente responsables de la conservación de los aportes recaudados,
su aplicación al fin fijado y de las obligaciones a las cuales se h an com p ro
m etido. La in tención del codificador es inducir a quienes n o cum plen con la
form alidad de inscribirse en el registro, a que lo hagan efectivam ente.
Se advierte que: “las actividades del com ité se hallan som etidas a un
control de derecho público co n el fin de im pedir a los socios los posibles
p erjuicios que pudieran derivarse de una m ala adm inistración”22.
20 DIÉZ-PICAZO, Luis y Antonio GULLÓN, S istem a d e D er ec h o C ivil , vol. I, 4.a ed., Madrid:
Tecnos, 1982, p. 667-
21 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos, op. c i t , p. 204.
22 TRABUCCHI, Alberto, In stitu cion es d e D er ec h o C ivil, 1.1, traducido de la 15.a ed. italiana por
Luis Martínez Calcerrada, Madrid: Revista de Derecho Privado, 1967, p. 131.
Y Organizaciones de personas no inscritas 553
E n opinión que com parto: “La doctrina, a propósito del instituto d isci
plinado p or los artículos 3 9 -4 2 c.c. (italiano, referido a los com ités) ha dis
tinguido: los com ités autónom os, electivos y prom otores. Los prim eros se
prefijan un fin a lograr con los fondos obtenidos de los m ism os m iem bros,
los segundos se caracterizan p or el hech o que la iniciativa com pete a una
pluralidad de sujetos, los cuales encargan, a algunos de ellos, desarrollar una
actividad determ inada; los últim os están constituidos p or socios que se p ro
pon en obtener los fondos necesarios m ediante suscripciones públicas. Se
entiende ju stam ente que solo los com ités prom otores están contem plados
por la norm ativa que se refiere a los artículos citados. P or tanto, los com ités
previstos por esta son entes d efacto, los cuales persiguen, con el em pleo de
los fondos recabados m ediante suscripción pública, iniciativas dirigidas a
una finalidad altruista de interés público”23.
La d octrin a italiana ha entendido que los com ités tien en plena capaci
dad patrim onial para cum plir todos los actos de ordinaria y extraordinaria
ad m inistración —con la finalidad de cum plir los fines altruistas para los cua
les se han constituido—, p or ejem plo pueden con clu ir contratos de com pra
venta, de locación, de obra, de trabajo, entre otros. A ntes de la reform a del
art. 265 9 del c.c. ita., p or Ley N .° 52, del 27 de febrero de 19 8 5 , la ú nica lim i
tación im puesta en m ateria era aquella contenid a en las disposiciones de los
arts. 6 0 0 ,7 8 2 y 786 c.c.24, cuyo ten or es el siguiente:
Art. 782, último párrafo: “Si la donación es hecha a una persona jurídica, el
donante no puede revocar su declaración después que le ha sido notificada la
solicitud dirigida a obtener de la autoridad gobernativa la autorización para
aceptar. Transcurrido un año de la notificación sin que la autorización haya
sido concedida, la declaración puede ser revocada”.
Se sostiene que los com ités tien en “autonom ía p atrim onial im perfecta”26,
por cuanto se responde p or las obligaciones contraídas co n los fondos reca
bados y subsidiariam ente, sus m iem bros intervien en en form a personal y
solidaria.
d) Existe una tend encia d octrinal que entiende que el com ité — en
relación a las dos actividades desenvueltas p or el m ism o: reco lec
ción de los fondos y su entrega al fin propuesto— tenga naturaleza
m ixta, en el sentido que el ente asum e el carácter de la asociación,
la cual, p osteriorm ente, se transform a en fun d ación 31.
o de m uestras perm anentes. E n tra en tal categoría el com ité que tiene el fin
de entretener la estadía de los huéspedes de un balneario con con ciertos de
bandas. N o representa tam p oco elem ento calificante de individualización
la recolecció n de los fondos m ediante suscripción pública. Prescindiendo
del hech o que el com ité se puede valer tam bién de las contribuciones de sus
com ponentes, no es de excluir que tam bién la aso ciación recu rra a la sus
crip ción pública para obtener el dinero necesario para la con secu ción de sus
propios fines. Solo se puede decir que esta form a de recolecció n del p a trim o
nio constituye un elem ento indispensable para calificar u n ente com o co m i
té, pero no es suficiente para diferenciarlo de la aso ciación n o recon o cid a32.
no inscrito, así com o frente a los erogantes y, eventualm ente, frente a los
beneficiarios.
Por ello, no hay inconveniente legal alguno para que un partido políti
co, una vez inscrito en el ROP, pueda hacerlo posteriormente en el Registro
de Personas Jurídicas.
,
1982 se modifica el art. 6 del decreto anterior y se establece que el período
de mandato de estos comités será de dos años. El art. 7, inc. b, establece,
como una de las funciones y responsabilidades del CAFAE, “promover el
establecimiento de los Sub-Comités de Administración Regionales, Depar
tamentales, Zonales, Provinciales y Locales que sean necesarios”.
Son las resoluciones del Tribunal Registral que han delimitado la na
turaleza jurídica del CAFAE. En efecto, con Resolución N.° 891-2008-SU-
NARP-TR-L, del 22 de agosto del 2008, se afirma que:
3. Las Derramas
Corte Suprema y esta al Banco Central de Reserva para que se efectúe la en
trega del dinero a los beneficiarios (art. 12). Los fondos son inembargables e
inafectos de impuesto (art 13).
“19. En cuanto al Decreto Ley N.° 19286, que, como se ha visto, sirve de funda
mento para obligar al actor a pertenecer a la ‘Asociación Mutualista Judicial’ y
para que le efectúen los descuentos por concepto de ‘mutual judicial’, e incluso
le impide renunciar mientras esté en actividad, conviene precisar que desde
la promulgación de la Constitución de 1993 todas las normas preexistentes
en el ordenamiento jurídico deben interpretarse con arreglo a ella, por lo que
el aludido Decreto Ley N.° 19286 colisiona directamente con el inciso 13) del
artículo 2 de la Constitución de 1993, que garantiza el derecho de asociación,
pretendiendo la asociación emplazada que prime sobre la Carta Magna, lo que
no es posible pues esta norm a tiene rango inferior a ella y, por tanto, se en
cuentra subordinada al texto fundamental.
20. Debido a su condición de juez de primera instancia, el recurrente fue obli
gado a ser parte de la asociación demandada, pues no hubo un consentimiento
libre y voluntario para pertenecer a ella, es decir, no manifestó su voluntad de
asociarse a tal entidad, ni mucho menos dicha asociación se lo consultó, como
tam poco existió autorización para el descuento por concepto de ‘mutual judi
cial’. Por el contrario, simplemente se limitó a inscribirlo y a descontar de sus
haberes los aportes correspondientes debido a su condición de magistrado de
primera instancia.
VI. El caótico universo de las personas jurídicas creadas por ley 573
Lo que los magistrados de primera y segunda instancia, así como los del
Tribunal Constitucional no han reparado es que, en verdad, la denominada
“Asociación Mutualista Judicial”, no es ni asociación, ni persona jurídica: se
trata de un nomen iuris (inadecuado por cierto) para justificar un descuento
arbitrario, sin autorización para ello, lo cual configura, en puridad, no se
trata de una lesión al derecho a asociación (art. 2, inc.13 de la Constitución),
sino de una lesión al derecho de la libertad personal (art. 2, inc. 24, parágrafo
b), el cual regula que:
todas las libertades que posee el sujeto”1»entre estas, la de decidir si uno opta
por dar aportes a un fondo.
“El Fondo de Garantía tiene com o finalidad exclusiva respaldar bajo los límites
y criterios que determine Conasev, mediante norm a de carácter general, las
obligaciones que mantengan las sociedades agentes frente a sus comitentes
en relación únicamente con las operaciones y actividades realizadas dentro y
fuera de los mecanismos centralizados que operen en las bolsas, determina
das por decisión administrativa firme, resolución judicial o laudo arbitral con
calidad de cosa juzgada. La ejecución del Fondo de Garantía solo puede ser
suspendida por mandato judicial expreso”.
El primer párrafo del art. 160 se refiere a los órganos del Administrador
del Fondo de Garantía. Así:
El Fondo Social, según el art. 4.1. del D. Leg. N.° 996, del 12 de marzo
del 2008, que aprueba el régimen aplicable a la utilización de los recursos
provenientes de los procesos de promoción de la inversión privada en la eje
cución de programas sociales, es “una persona jurídica sin fines de lucro” a
la cual se transfieren los mencionados recursos. El error se subsana, de al
guna manera, con el Reglamento, aprobado por D. S. N.° 082-2008-EF, del
24 de junio del 2008, al distinguir, en el art. 2, de las definiciones, el “Fondo”,
de la “Persona Jurídica”. Téngase presente que también se hace referencia a
la “Empresa” entendida como la adjudicataria. Por ello, el primer párrafo del
art. 11 precisa que:
Sin embargo, debe tenerse presente lo que regula el segundo párrafo del
art. 5:
plazo no mayor de quince (15) días hábiles. Con la suscripción del menciona
do Convenio se entenderá constituido el Fondo”. [El subrayado es mío].
El art. 3 del D. Leg. N.° 892, del 8 de noviembre de 1996, que regula el
derecho de los trabajadores a participar en las utilidades de las empresas que
desarrollan actividades generadoras de rentas de tercera categoría (modifi
cado por la Ley N.° 28756 del 7 de junio del 2006), prevé la creación de un
Fondo, cuando precisa lo siguiente:
La primera parte del art. 144 de la Ley General del Sistema Financiero
y del Sistema de Seguros y Orgánica de la Superintendencia de Banca y
Seguros, N.° 2670 2 , del 6 de diciembre de 1996 (modificado por la Ley N.°
2733L del 2 7 de julio del 2000), define a Fondo de Seguro de Depósitos de
la siguiente manera:
El art. 4 del Reglamento, delimita quiénes son los miembros del Fondo,
así:
“El Fondo está integrado por las empresas de operaciones múltiples autori
zadas a captar depósitos del público. Son miembros del Fondo las empresas
bancarias, empresas financieras, cajas municipales de ahorro y crédito, coo
perativas de ahorro y crédito autorizadas a captar recursos del público y cajas
rurales de ahorro y crédito.
VI. El caótico universo de las personas jurídicas creadas por ley 579
El art. 146 del D. Leg. N.° 822, Ley de Derechos de Autor, del 23 de
junio de 1996, define a las sociedades de gestión colectiva de la siguiente
manera:
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