Está en la página 1de 135

WEIRD TALES DE LHORK NÚMERO 32

DEL NEGRO VACÍO, UN RELATO DE JOSÉ FCO. SASTRE GARCÍA · LA CORONA DE ASA. GIANLUIGI ZUDDAS.
· LOS DIOSES ASTRONATUAS y CIENCIA FICCIÓN Y FANTÁSTICO, DOS ARTÍCULOS DE EDUARDO FRANK.
LA AVENTURA EN EL DESIERTO, EUGENIO FRAILE LA OSSA
EDITORIAL

E
ste editorial será breve, ya que lo in-
teresante, amigo lector o lectora, es lo
que podrás encontrar en las páginas in-
teriores y no unas palabras introductorias más
o menos aburridas. Lo importante es que vol-
vemos, con este número 32, a la palestra en
SUMARIO nuestra constante andadura por el fandom.
Mantenemos la ilusión del primer número con
Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 el firme objetivo de traer a nuestras páginas la
La aventura en el desierto. Eugenio Fraile. . . . . . 2 mejor literatura de los diversos y heterogéneos
La última misión. Una aventura géneros que conforman el amplio universo de
del Capitán Trueno. El Nictálope . . . . . . . . . . . . 10 la Fantasía.
La evolución de la Ciencia Ficción en el cine. Y la mejor recompensa, a lo largo de es-
José Fco. Sastre García . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 tos años, ha sido la fiel respuesta de nuestros
Ciencia Ficción y Fantástico. Eduardo Frank . . . 19 lectores. Por ello, todo el equipo de redacción
La corona de Asa. Gianluigi Zuddas . . . . . . . . . 29 y colaboradores de la revista seguimos en la brecha a pesar del tiempo trans-
Los dioses astronautas. Eduardo Frank . . . . . . . 40 currido desde nuestros inicios, un tanto lejanos ya, pero también muy gratifi-
Del negro vacío. José Fco. Sastre García . . . . . . 58 cantes. ¡Muchas gracias!
Los hijos de Yig: silbidos en la oscuridad. Aprovecho estas líneas para desearos unas Felices Fiestas y un Próspero
Eugenio Fraile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 Año Nuevo 2011.
Robin Hood. Entre el mito y la realidad.
José Fco. Sastre García . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Novedades editoriales . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 Eugenio Fraile
Editor WT de Lhork

Edición de la revista y coordinación general de


las actividades del Círculo de Lhork: Eugenio Fraile.
Edición y Maquetación: Mario Moreno Cortina. Soporte
informático: “Weird Tales de Lhork Ediciones”.
Redacción: José Francisco Sastre García, Eugenio Fraile,
Gianluigi Zuddas, Eduardo Frank. El Nictálope.
Diseño Logo Revista: David Fraile. Ilustración Logo
Editorial: Nacho Merayo
Ilustración de cubierta: Morguefile

Toda la correspondencia, pedidos, colabo-


raciones y suscripciones, deben dirigirse a:
Eugenio Fraile La Ossa. Paseo Muñoz Gran-
des, 51. 28025 Madrid.
E-mail: wt_de_lhork@yahoo.es

Weird Tales de Lhork 1


Eugenio Fraile La Ossa
LA AVENTURA
EN EL DESIERTO
BEAU SABREUR

Ficha Técnica:
Titulo Original: Beau Sabreur
Año de producción: 1928
País: EE.UU.
Dirección: John Waters
Intérpretes: Gary Cooper, Evelyn Brent, Noah Beery, William Powell,
Roscoe Karns, Mitchell Lewis
Guión: Thomas J. Geraghty
Fotografía: Charles Edgar Schoenbaum
Duración: 70 min.Versión muda
Género: Aventuras

Sinopsis

E
l mayor Henri de Beaujolais, un apuesto oficial que ha jurado vivir y
morir por Francia y no mirar nunca a una mujer, es enviado a una
guarnición francesa en el Sahara. Pronto se le encomienda la misión
de firmar un tratado con el jeque El Hamel para frenar la revuelta de los
tuaregs y conservar ese territorio para Francia. Sus problemas aumentan con
la aparición de Mary Vanbrugh, una autora americana que se encuentra en la
zona para retratar el ambiente, y de la que se enamora enseguida, y Becquet,
un miembro rebelde de la Legión Extranjera que abandona el servicio para
soliviantar a los discípulos de Ala.

BEAU GESTE
Ficha Técnica:
Título Original: Beau Geste
Dirección: William A. Wellman
Texto: Eugenio Fraile La Ossa País: Estados Unidos
Foto de cabecera: Wikimedia Commons Año de Producción: 1939
Duración: 114 minutos
Género: Aventuras
2 Weird Tales de Lhork
Intérpretes: Gary Cooper, Ray Milland, Rob-
ert Preston, Susan Hayward, Brian Donlevy,
Broderick Crawford, J. Carrol Naish, Albert
Dekker, Donald O`Connor y James Stephen-
son.
Guión: Robert Carson (Novela de P.C. Wren)
Productora: Paramount Pictures
Música: Alfred Newman
Fotografía: Theodor Sparkuhl

Sinopsis
Un clásico del cine de aventuras basado en la
maravillosa novela de Percival Cristopher Wren.
Un grupo de legionarios franceses llega a fuerte
Zinderneuf, en medio del desierto de Nigeria, des-
cubriendo que los hombres que asoman por las
troneras, y que no respondían a sus saludos, están
muertos. Apoyados en los muros y en posición de
vigilancia, pero muertos. Este extraño suceso per-
mite adentrarse en una historia enigmática, que
tiene su origen en la desaparición de un valioso
zafiro muy lejos de allí y de tres hermanos alista-
dos en la legión por un asunto de honor.

BEAU IDEAL

Ficha Técnica:
Titulo Original: Beau Ideal
Año de Producción: 1931
País: EE.UU.
Dirección: Herbert Brenon
Intérpretes: Ralph Forbes, Loretta Young,
Irene Rich, Lester Vail, Frank McCormick, Otto
Matieson, Don Alvarado
Guión: Paul Schofield, Elizabeth Meehan
Música: Max Steiner
Fotografía: J. Roy Hunt
Duración: 82 min.
Género: Aventuras

Tercer intento de reeditar el gran éxito en


taquilla de Beau Geste (1926), de Herbert
Brenon, donde tres hermanos se alistan en la
Legión Extranjera enfrentándose con el sargento
Markoff, según una novela de Percival Christo-
pher Wren. La aventura daría como origen a
dos títulos más: Beau Sabreur (1928), de John
Waters y éste Beau Ideal (1931). Curiosamen-
te, como ya queda dicho en las primeras líneas de sa a Inglaterra y se enamora de una bella mujer
este trabajo, Gary Cooper, en versión muda del (encarnada por Loretta Young). La película fue un
año 1928, bastante antes del Beau Geste (1939) fracaso en taquilla y acabó con la ‘saga Geste’. Los
de William A. Wellman, fue el protagonista junto a hermanos fueron recuperados para la causa en el
Willian Powell de la película Beau Sabreur. célebre remake de 1939, titulado igualmente Beau
Geste, con Gary Cooper de principal reclamo.
Sinopsis
En esta ocasión, uno de los hermanos, John 1- HERMANOS Y LEGIONARIOS
Geste (interpretado por Ralph Forbes), está en el
desierto de Arabia tras haber sido expulsado de La figura del irlandés Herbert Brenon (1880-
la Legión Extranjera francesa. Sin embargo regre- 1958) engrosa esa numerosísima nómina de reali-
Weird Tales de Lhork 3
zadores que iniciara su andadura en el apogeo del
cine silente, y que con el paso del tiempo han que-
dado relegados al más absoluto de los olvidos. Sin
tener elementos de juicio que avalen el previsible
interés de su aportación como cineasta, conviene
señalar que en su filmografía se encuentra un título
bastante prestigiado protagonizado por Lon Cha-
ney –Laugh, Clown, Laugh (Ríe, payaso, Ríe.
1928)-. Pero, ante todo, en su obra se dan cita dos
de los referentes cinematográficos de la novela
de Percival Christopher Wren, Beau Geste, que
quizá tengan su exponente más reconocido en la
adaptación que filmó William A. Wellman en 1939.
Y es importante reseñar esta circunstancia, en la
medida que en 1926 firmó la primera versión de
dicha obra de entorno colonialista donde nume-
rosos elementos tan valorados en el film de Well-
man, ya se encontraban presentes en el referente
de Brenon.
Beau Ideal (1931), de alguna manera se eri-
ge como una prolongación sonora de ese Beau
Geste rodado cinco años antes. Y preciso es re-
conocer que la película se inicia de manera arreba-
tadora. En medio de la desoladora soledad del de-
sierto, un almacén que ejerce como granero sirve
de prisión para un grupo de rebeldes de la legión
francesa. La cámara se acerca hacia un recinto en Los años pasarán, y un buen día Otis (Lester Vail)
el que se encuentran hacinados e incluso despro- viajará hasta la hacienda familiar de Isobel (Loretta
vistos de cualquier noción del espacio y tiempo, Young), para pedirle unirse sentimentalmente con
una serie de soldados que llevan varios días sin él. Sin embargo, la muchacha le contará la vergon-
ser atendidos en sus más mínimas necesidades. El zante condena que ha sufrido John (Ralph Forbes),
episodio resulta magnífico en la manera con la que y lo hará de tal forma que Otis asumirá que su
expresa la tensión emocional del conjunto de pre- amada realmente reserva sus sentimientos hacia
sos, algunos de ellos decididos a suicidarse, bien John. Es por ello, que con el mismo sentido de
colgándose, o bien cortándose las venas. Todo ello la amistad que siempre mantuvo con este, viaja-
conformará un fragmento de tintes casi alucinan- rá hasta África, alistándose como voluntario en la
tes, que se transformará a continuación en un lar- legión extranjera de Francia, al objeto de lograr
go flash-back. En ese momento, conoceremos las con ello acercarse a Geste, e intentar salvarlo de
relaciones de amistad que desde niños une a Otis la pena a diez años a trabajos forzados a la que fue
Madison, John Geste y la joven Isobel Brandon. condenado.
Una vez ya en territorio colonial francés, John
pronto logrará la amistad de su superior –en la
que se atisba cierto alcance homo erótico-, quien
le nombrará su ayudante. Junto a él viajará todo el
regimiento de camino, en un traslado en el que se
irán incorporando crecientes dificultades, centra-
das de manera especial en la dureza del desierto.
El mando perderá inadvertidamente la brújula y
llevará a los soldados por senderos por completo
erróneos, teniendo estos que vivir una tormenta
y finalmente revelándose contra este. El motín se
solventará con la oportuna llegada de un mando
militar que sofocará la rebelión, pero ante ella será
condenado injustamente Otis, quien en el fondo
aceptará tal condena vislumbrando con ello la
oportunidad de reencontrarse con Geste.
La película retornará al momento en que se
inició, mostrándonos con un largo plano de grúa
que los presos del granero se encuentran ab-
solutamente solos, ya que el comando que los
salvaguardaba dentro del castigo se encuentra
aniquilado –el plano en el que se ve el entorno
plagado de cadáveres, resulta aún impresionante–.
La aparición casual de un grupo de árabes, que es-
4 Weird Tales de Lhork
cucharán los gritos de los dos supervivientes en
el recinto, permitirá que estos sean rescatados,
aunque en el fondo ambos van a ser utilizados en
la ofensiva musulmana en contra del colonialismo
francés. Será una situación en la que Otis será sal-
vaguardado del seguro sacrificio que iba a recibir
Geste, ya que el primero de ellos ha sido elegido
por la pérfida bailarina que desde hace tiempo se
quedó prendada de este soldado norteamerica-
no. Aunque por parte de Otis no existe ninguna
atracción hacia esta, le promete que si les ayuda
podrá hacerles salir de este contexto físico, lleván-
dola hasta Paris y ligándose sentimentalmente con
ella. Lo que realmente importa a Otis se centra en
el intento de contrarrestar el multitudinario ata-
que musulmán que van a recibir las fortificaciones
francesas y, con ello, salvar la vida de su fiel amigo.
A partir de dicha circunstancia, el film de Bre-
non destacará en la vibrante plasmación de este
ataque, la respuesta de los legionarios desde sus
fortificaciones, el desgaste de sus armamentos, las
progresivas bajas de su personal, mostrando un muchas veces su esfuerzo ha contribuido a hacer
fragmento magnífico que, justo es reconocerlo, en más famosa la obra literaria y conseguir que el es-
poco tiene que envidiar a las más crueles apor- pectador se acercara a la narración o a la novela
taciones visuales que atesoraba el film de Well- de la cual ha surgido la película. Resultan práctica-
man. Es por ello, que pese a considerar que Beau mente innumerables los casos que podrían citarse
Ideal queda de alguna manera escorado a un ám- al respecto. Sin embargo, bastará aquí aludir a un
bito ligado casi a la serie B -la ausencia de ros- hecho como ejemplo vivo y destacado de esa la-
tros conocidos es reveladora a este respecto-, lo bor que ha llevado a cabo el cine en incontables y
cierto es que nos encontramos ante un relato que sucesivas ocasiones.
sabe sobrepasar los tópicos inherentes a este tipo En 1939 Hollywood, el centro más importante
de cine, centrándose en la vertiente física, tensa y de la industria cinematográfica, realizó una cinta
sufriente consustancial a esta variante del cine de de aventuras que iba a convertirse en el enorme
aventuras. Es algo que no solo se manifiesta en los deleite de todos aquellos, mayores y pequeños,
inolvidables minutos iniciales, sino en la manera que eran apasionados amantes de la intriga y del
con la que se plantea el traslado de los legionarios a emoción. Para el personaje principal se eligió al
por las inclemencias del desierto, logrando trans- mejor actor que ya por entonces se había con-
mitir al espectador una sensación áspera y casi sagrado como ídolo indiscutible del gran público.
irrespirable en un entorno misterioso y lleno de
peligros casi invisibles.
De tal forma, pese a la ingenuidad que ma-
nifiesta esa relación de amistad llevada hasta un
grado de fidelidad rayana en lo increíble, y a cier-
tas concesiones exóticas que quizá Wellman supo
resolver con mayor ligereza narrativa, lo cierto es
que Beau Ideal resiste bien el paso del tiempo,
erigiéndose como un producto de interés dentro
de un subgénero en el que desde hacía mucho
tiempo es probable que jamás había sido conside-
rada. Bueno es, que pese a cerca de ocho décadas
de olvido, esta reparación pueda ser formulada en
la pequeña historia de esta vertiente del cine clá-
sico de aventuras.

2- LA TRILOGÍA LITERARIA
La magia del cine, con sus características pe-
culiares y únicas de vida y movimiento, ha tenido
siempre la virtud de llevar a su mundo los mejo-
res argumentos que la fantasía de los escritores
ha creado. No solamente ha hecho revivir casi
enseguida las grandes novelas que han obtenido
la simpatía y la aceptación del público, sino que
Weird Tales de Lhork 5
Ideal, de modo que la fama del novelista atrave-
saría numerosas fronteras, conociéndosele muy
pronto como el creador de emocionantes relatos
sobre la Legión Extranjera francesa. Su nombre era
Percival Christopher Wren y la literatura juvenil le
debe una importante y considerable aportación.

3- LA ESPADA Y LA PLUMA
Nacido en Devonshire (Gran Bretaña) en el
año 1885, Percival Christopher Wren curso
estudios universitarios en Oxford, llegando a gra-
duarse y dando muestras de notables aptitudes
para las letras. La vida del autor de Beau Geste,
como ha ocurrido a menudo con muchos otros
escritores, no se detendría no obstante en una pa-
cifica situación de estudio o de tranquila dedica-
ción al campo erudito y literario. Por el contrario,
la más variada gama de actividades aparecería en
el transcurso de su intensa y más bien corta exis-
Se trataba de un hombre de elevada estatura y tencia, ya que viviría únicamente hasta los cincuen-
magnífica presencia física que había interpretado ta y seis años de edad.
numerosas veces el papel de cowboy y que ahora Durante cierto tiempo abordo las tareas de
encarnaría el de un valiente y noble legionario. Su la enseñanza, siendo maestro de escuela e incluso
nombre era Gary Cooper y difícilmente puede director de un colegio. Sin embargo, su tendencia
ser olvidado por quienes son fervientes aficiona- innata a la aventura y a la exploración de los cam-
dos al séptimo arte. pos más diversos lo llevaría a introducirse y a ex-
Para el personaje secundario de un sargento perimentar sus propias posibilidades en los terre-
terriblemente severo, ambicioso y próximo a la nos más inesperados. Sus biógrafos nos refieren
locura, se pensó en un célebre actor que se había con asombre la capacidad casi ilimitada de Wren
especializado en papeles de hombre duro, llamado para probar fortuna en diversos oficios y trabajos.
Brian Donlevy, mientras que los hermanos del Sabemos que fue sucesivamente boxeador, comer-
protagonista eran encarnados por nombres tan ciante, cazador de fieras, explorador y periodista,
famosos en la historia de la cinematografía como al estilo de Mark Twain, («Las Aventuras de
Ray Milland y Robert Preston. La dirección de Tom Sawyer»), de Robert L. Stevenson («La
la cinta fue confiada a un experto conocedor de Isla del Tesoro») y de tantos otros autores, Per-
la técnica de este género de films, un verdadero cival C. Wren se sintió arrastrado por su íntimo
artesano del método: William A. Wellman. impulso a la indagación práctica de los lugares mas
La acción de la película se iniciaba con una in- ajenos a su patria y de los ambientes mas distin-
trigante escena que rápidamente captaba la aten- tos. Entre sus influencias literarias pueden citarse
ción del espectador: un pelotón de legionarios se autores como Frederick Marryat, Robert Michael
acercaba a una fortaleza situada en pleno desierto, Ballantyne, G. A. Henty y H. Rider Haggard.
observando con asombro que múltiples soldados Una carrera específica, no obstante, seria la
estaban apostados entre las almenas, absolutamen- que marcaría en concreto sus pasos y la que daría
te inmóviles y apuntando con sus fusiles, como si en realidad los medios para realizar sus aspiracio-
esperaran el ataque de un enemigo que no apa- nes como incansable viajero y como autor de una
recía por ninguna parte. Una densa columna de serie de aventuras basadas en hechos auténticos y
humo se elevaba posteriormente desde el interior en su propia experiencia: la carrera militar.
de la fortaleza y nada permitía adivinar el drama Desempeñando un cargo de funcionario publi-
que allí se había desarrollado. co y adscrito al Servicio de Instrucción de la India,
El título del film era Beau Geste y su simple Wren entro a formar parte en el cuerpo de oficia-
nombre evoca un grato recuerdo en todos aque- les de reserva de aquella colonia. Al principio sir-
llos que hemos tenido el placer de verlo y disfru- vió en el ejército ingles e indio. Sin embargo, a raíz
tarlo. de la Primera Guerra Mundial y habiendo obte-
Gracias a esta versión plástica, debida al prodi- nido el grado de comandante, su actividad militar
gio incomparable del cine, el nombre de un nove- se desarrollaría durante un importante periodo en
lista iba a hacerse mucho más famoso en todo el la Legión Extranjera Francesa. Hasta 1917 perma-
mundo. No solamente Beau Geste iba a ser leída neció en varios puntos clave del África Oriental y
con avidez por los mismos que ya habían vivido su Septentrional. Este fue el acontecimiento decisivo
trama en la pantalla, sino que muchas otras obras de la vida de Wren que lo introduciría a plasmar
del mismo autor alcanzarían un resonante éxito. por escrito las vicisitudes y los caracteres suma-
Las aventuras de los legionarios se desarrollarían mente variados que había visto y palpado con es-
en otros títulos como Beau Sabreur y Beau pecial atención.
6 Weird Tales de Lhork
En efecto, después de algunas tentativas litera- tables. Con todo, había que esperar aun la celebre
rias entre las que cabe destacar Dew And Mil- serie de los «Beau» para que su fama fuera com-
dew, aparecida en 1912, y Snake and Sword, pleta dentro del sugestivo y apasionante genero de
publicada dos años mas tarde, su nombre como aventuras. En 1924 se publico la novela que debía
escritor consagrado por un apasionante relato de dar a su autor la máxima popularidad. Apenas ver
la Legión titulado The Wages of Virtue ( El Sa- la luz, Beau Geste se convirtió en un best-seller,
lario de la Virtud) que vio la luz en 1916. Desde consagrando a Percival C. Wren como un novelista
entonces un nuevo género de aventuras se abriría consumado dentro de su categoría literaria. La per-
paso en el campo de la literatura juvenil: el mundo fecta técnica narrativa de la obra y la sorprendente
abigarrado e insólito de los legionarios ofrecía un novedad temática cautivaron muy pronto a un pu-
vasto material para desplegar las más emocionan- blico lector cada vez mas amplio. Por otra parte, las
tes intrigas y peripecias. diversas y esplendidas adaptaciones cinematográfi-
P. C. Wren se dedico desde aquel momen- cas contribuyeron decisivamente a incrementar la
to con ferviente y asidua pasión a la creación de fama del militar escritor. La historia del ciudadano
nuevas tramas y aventuras ocurridas en el mismo ingles que por enigmáticos motivos se alista en la
marco a la vez original, grandioso y repleto de Legión Extranjera francesa no solo sirvió de base
posibilidades. El autor poseía un profundo cono- fundamental a la obra mas celebérrima de Wren,
cimiento de la vida africana, axial como de la in- sino que se extendió sucesivamente en las nove-
mensa variedad de individuos que habían acudido las tituladas Beau Sabreur y Beau Ideal, publi-
a la Legión para olvidar o en espera de perdón cadas respectivamente en los años 1926 y 1928.
por algún delito cometido, y ello le proporcionaba Beau Sabreur, segunda novela de la trilogía que
una inagotable fuente de argumentos y de histo- comienza con Beau Geste, vuelve a estar dividi-
rias personales oídas de labios de los propios sol- da en dos relatos distintos. El primero tiene como
dados. El género iniciado por Wren obtuvo ense- protagonista a Henri de Baujolais (que ya apareció
guida gran aceptación y fue asumido por muchos como personaje secundario en la primera novela)
imitadores. No obstante, aquel creador tenía una y cuenta su preparación como oficial francés del
considerable ventaja sobre los demás escritores servicio secreto y una difícil misión que le conduce
de estilo parecido: haber sido el mismo legionario prácticamente hasta la muerte. El segundo relato
y poder escribir fundamentalmente acerca de lo recoge los mismos acontecimientos pero desde la
que había conocido. perspectiva de otros personajes (que aparecieron
En un mismo año, 1917, aparecieron The también brevemente en Beau Geste).
Young Stagers y la novela Stepsons of France El argumento de la tercera novela, Beau
(Los Hijastros de Francia), que logro un éxito Ideal, se centra en el valiente e intrépido John
resonante. La enorme viveza de las escenas, la lógica Geste, que vuelve de nuevo a la guerra, pero esta
férrea con que se traban los episodios y la atractiva vez con un nuevo compañero legionario llamado
notoriedad de los personajes que desfilan muchas Otis Madison. De este modo, los dos aventureros
veces como autenticas historias vivas conferían a amigos se dispondrán a participar en una guerra
las obras de Wren un interés y una fascinación no- religiosa contra un emir.

Weird Tales de Lhork 7


Las historias de esta novela y la anterior son
distintas. Comparten el ambiente heroico, la aven-
tura, el desierto y a algunos de los personajes
pero las motivaciones de los protagonistas son
distintas.
Centrándonos en Beau Geste, la famosa nove-
la, que aclara el misterio de por que tres hermanos
se enrolaron en la mas férrea organización militar
y su posible relación con el robo de una inestima-
ble piedra preciosa en su vieja mansión familiar de
Inglaterra, alcanzo un éxito notable y tanto jóvenes
como mayores se imbuyeron con placer en la lectu-
ra de aquellas fascinantes aventuras. La actividad de
Wren como escritor aumento considerablemente
en los últimos doce años de su vida, apareciendo
numerosísimas obras entre las que destacaron
principalmente Soldados de infortunio (1928),
El misterioso Señor Waye (1930),The Fort in
the Jungle (El Fuerte en la Jungla. 1936) y The
Disappearance of General Jason (La Desapa-
rición del General Jason. 1940). A su muerte,
acaecida el 22 de noviembre de 1941, el prestigio Al alistarse en la Legión, el recluta dejaba prác-
obtenido por Percival C. Wren en el marco de las ticamente de tener patria e incluso tenía la po-
novelas de aventuras era internacionalmente reco- sibilidad de cambiar su verdadero nombre, para
nocido. Las ediciones de sus obras se habían repe- convertirse únicamente en un soldado dispuesto a
tido varias veces y las traducciones eran continuas afrontar las más duras pruebas y las más tremen-
a los idiomas más importantes del mundo. La litera- das penalidades. El sueldo que percibían los legio-
tura juvenil, y por ende el cine, se había enriquecido narios no era realmente un motivo alentador que
con unas narraciones técnicamente impecables y justificase la decisión del alistamiento.
con unos argumentos repletos de brío, intensidad y Por esto el ánimo de acomodarse a un mun-
emoción envueltos con el marchamo indeleble del do inhóspito y extraño respondía casi siempre a
espíritu militar. razones oscuras y recónditas. Por definición, el le-
gionario era ya un enigma vivo que excitaba la cu-
riosidad de la investigación y del sondeo personal.
4- ARENAS DE MUERTE: Los peligros que esperaban al nuevo recluta
eran, sin duda, numerosos y de diferente índole.
LEGIO PATRIA NOSTRA Por una parte, se enfrentaba con el constante es-
Siendo toda la obra de Wren de una atracción fuerzo que exigía la disciplina militar, incomparable-
e interés constante de cara al lector, lo que más mente más rígida que la de cualquier otro ejército,
cautiva en sus libros es el ambiente épico que es y por otra parte debía hacer frente a las condi-
descrito con especial fuerza y vigor. Por lo que ciones naturalmente agrestes y extremas de los
respecta a Beau Geste, es evidente que sus ele- lugares a los que era enviado. Desde mediados del
mentos básicos son las inmensas posibilidades que siglo XIX, la Legión Extranjera francesa actuó pre-
ofrecen el escenario insólito del desierto africano ponderantemente en la extensísima y árida región
y la compleja y terrible dureza de uno de los cuer- del desierto africano, con el objeto de conquistar
pos más aguerridos de los ejércitos modernos. y defender los territorios comprendidos en esta
La Legión Extranjera francesa, fundada en Argel vasta zona del continente negro, hasta conseguirlo
en el año 1831 e integrada por fuerzas de infante- prácticamente a principios del siglo XX.
ría y de caballería, estaba constituida ciertamente Como es de suponer, ni el clima ni la amenaza
por hombres comprendidos entre las edades de constante de unos pueblos y tribus en continua
dieciocho a cuarenta años que no tenían ningún insurrección representaban un ámbito fácil para
inconveniente en servir a un país diferente al suyo unos hombres a menudo inexpertos en cuestio-
propio. Se trataba de un conjunto de tropas mer- nes militares y por lo general habituados a climas
cenarias que permitía la incorporación de toda y temperaturas mucho más agradables y benignas.
clase de individuos, fueran cuales fuesen su pro- Si tenemos en cuenta, en efecto, que la mayo-
cedencia, su motivación, su categoría social y su ría de los legionarios procedían de países euro-
pasado histórico. Con estos antecedentes, resulta peos, no es difícil imaginar el imponente obstáculo
perfectamente comprensible que se encontraran que significaba el soportar las grandes variaciones
de hecho enrolados en la misma unidad los más térmicas que se producen en el desierto de África.
diversos tipos y caracteres humanos, desde verda- Durante el día son frecuentes las temperaturas de
deros asesinos que huían del castigo de la justicia 50º C, mientras que por la noche no son casos ex-
hasta jóvenes impulsados por un noble ideal de cepcionales las súbitas heladas. Las consecuencias
sacrificio y de ayuda voluntaria a una causa román- de este fenómeno eran mucho más terribles que
tica y supuestamente justa. las de un simple malestar o incomodidad física.
8 Weird Tales de Lhork
Muchos hombres no podían soportar el calor ex- impresionante contenido y de su estilo fuerte y
tremo del desierto y, junto a otros elementos que realista: «Así, aquel círculo de hombres condenados a
tenían también una importancia decisiva, la locura morir y rodeados de cadáveres reían como locos, y en
hacía su aparición con relativa facilidad. tanto que los muertos parecían sonreír al iluminado y
En este sentido, no es nada exagerada la des- silenciosos desierto».
cripción del mismo Percival C. Wren, puesta en Con razón el Daily Telegraph habló de Beau
boca de uno de los personajes de Beau Geste: Geste con las siguientes palabras de elogio y ad-
«En el desierto, asó como los árabes encuentran dos miración: «Es una historia de rara cualidad desde
cosas, los europeos hallan tres. Sí, los árabes encuen- cualquier punto de vista. Conmueve la sangre, ate-
tran sol y arena en una abundancia sin límites, y el naza casi el interés y enardece la imaginación».
europeo, sol, arena y locura, asimismo en cantidades Parafraseando a mi admirado José Luis Garci
ilimitadas. Esta locura ¿está en el aire o en los rayos hay que decir, para terminar... «qué grande es el
del sol? Lo ignoro, a pesar de conocer tanto aquello». cine».
Por eso no constituye ninguna ficción dramáti-
ca la figura del sargento Lejaune, verdadero resul- Eugenio Fraile La Ossa
tado de una situación extrema y uno de los carac-
teres mejor expuestos de la novela.
Al lado de las condiciones intrínsecas del mis-
mo cuerpo de la Legión Extranjera y al escena-
rio natural en que actuaba, hay que mencionar el
peligro constante que representaba la oposición
resuelta de las tribus indígenas a la ocupación del
Sahara por parte de las tropas francesas. Entre los
grupos más activos e indomables se destacaron
sobre todo los tuareg, con sus típicos velos ne-
gros o azules y su conocida habilidad en el pillaje
y en el asalto a las caravanas y guarniciones. Era
un pueblo guerrero de gran arrojo y ferocidad
que en muchas ocasiones demostró su respetable
fuerza bélica. Ellos fueron quienes desde mediados
del siglo XIX impidieron que los primeros viaje-
ros europeos, Barth y Duveyrier, atravesaran el
Sahara.
Por otra parte, hasta finales del siglo pasado se
enfrentaron con éxito a los ejércitos extranjeros,
venciendo en diversas ocasiones. En 1903 acepta-
ron la presencia francesa. Pero en 1915 volvieron
a levantarse en armas contra la administración
francesa, atacando duramente los puestos france-
ses y llevando a cabo una terrible matanza en la
cual perecieron hombres tan ilustres y pacíficos
como el padre De Focauld, fundador de la célebre
orden religiosa de los Hermanos de Jesús.
En este marco concreto, la trama de Beau
Geste se hace perfectamente verosímil. Wren
supo captar como nadie los ambientes del desier-
to y la enigmática personalidad de aquellos que,
nómadas o habitantes de los oasis, tenían como
patria los inmensos arenales.Y en aquel mundo ex-
traño e inhóspito tenían que luchar unos hombres
que, por motivos misteriosos y a menudo turbios,
se encontraban de pronto con una responsabili-
dad militar en una de las organizaciones más duras
y severas del mundo bélico. Y todos ellos daban
entonces lo mejor de si mismos, como hombres
y soldados.
En las arenas del desierto, las más terribles si-
tuaciones se hacían posibles, fruto de la máxima
disciplina y de las condiciones extremas de una lu-
cha salvaje, tal como queda vivamente reflejado en
el pasaje de la novela en que el sargento Lajaune
obliga a sus soldados a reírse a fin de demostrar a
los árabes que la fortaleza sigue bien defendida.
Se trata de un vigoroso ejemplo a la vez de su
Weird Tales de Lhork 9
El Nictálope
LA ÚLTIMA MISIÓN
UNA AVENTURA DEL CAPITÁN TRUENO

La última misión. Una aventura del Capitán Trueno


por El Nictálope
Si he de decir la verdad, nunca pensé que fuera a resultar tan fácil. Lle-
vamos ya más de dos días en medio de una temible ventisca de hielo, nieve,
lluvia y un frío tan atroz que hace que se congele la ropa, aun pegada a nues-
tros cuerpos. Andamos perdidos por entre las peñas que rodean la aldea de
pescadores de la que tuvimos que salir escapando de una horda de feroces
daneses que querían hacerse con una buena provisión de cerveza y mujeres
con que entretenerse en la fría estación invernal que se acerca. Salimos de
la aldea con las mujeres, los niños, los pocos hombres que quedaban y los
ancianos. Los viejos fueron los primeros en caer, llevados por el frío, por el
agotamiento o por las ganas de no vivir más. Les hemos ido dejando atrás
con unas varillas de leña y un cuenco de sopa que no es más que un carám-
bano congelado. Sé que no pueden sobrevivir más que un par de horas con
este frío atroz, pero la oportunidad es la misma que se le da a todo el mundo.
A todo el mundo... Tenemos una opción pero es frágil, arriesgada y esquiva.
Crispín y Goliat dejaron de acompañarme hace muchos años, cuando las
aventuras empezaron a escasear y la edad nos fue haciendo cada vez más
cómodos. Una tranquila retirada a un puerto del norte, lejos de los malditos
sarracenos y del Mediterráneo no parece lo más adecuado para un hombre
como yo, pero la vida te lleva por derroteros que muchas veces no quieres
ni pisar. Hablaba de la oportunidad que tenemos. Es algo muy confuso. Al
otro lado de la montaña hay un pueblo de pescadores amigos donde podrán
darnos tanto cobijo y alimento como ayuda ante un enemigo que, en este
momento, es superior a nosotros en un número tan abrumador que no tene-
mos la menor opción de salvarnos.
Debemos llegar hasta allí como sea, a cualquier precio, por encima de
todo. Por eso hemos ido abandonando a los ancianos, por eso, como cuan-
do un trineo es perseguido por los lobos y se van arrojando pasajeros para
frenar su alocada carrera, pronto empezaremos a dejar atrás a alguna de las
mujeres, para ver si así los daneses deciden parar para divertirse entre sus
groseras risotadas. Poco más podemos hacer. De hombres dispuestos a la
Texto: El Nictálope lucha, de hombres capaces de luchar, creo que sólo yo puedo hacer frente a
Ilustración: Ambróns (ww.zoomtv.es) los invasores. Mis compañeros son pescadores, sin más ganas de luchar que
yo de morir. No están dispuestos a combatir para nada.
Un paso, otro paso, un paso, otro paso... Nuestras huellas apenas se mar-
10 Weird Tales de Lhork
can en el suelo helado y la nieve, por otro lado,
cubre cualquier marca que dejemos en el suelo.
Pero eso no es un problema para nuestros perse-
guidores.
El camino es estrecho entre las peñas abrup-
tas, sin más opción que seguir adelante. Sé sin que
nadie me lo diga, que no llegaremos. Sé que esta-
mos perdidos y condenados. Sé que todos vamos
a morir, unos antes y otros después, pero todos.
Se me acerca una niña través de la nieve.
—Capitán, sálvanos —me dice con unas lágri-
mas que se congelan en su rostro. Su madre, nór-
dica, rubia, hermosa hasta la locura, la agarra de
un brazo y tira de ella. Su rostro es un poema de
dolor.
—Ven, Inga —la aparta de mí con tan breves
palabras. Me doy la vuelta hacia los daneses. Veo,
entre la bruma nevada, un resplandor de antor-
chas. Están ya encima nuestro.
Es un momento tan bueno como otro cual-
quiera. El camino acaba aquí. La fuga acaba aquí. No
quiero morir corriendo como una liebre blanca.
Me acerco al jefe de la tribu. Le pido unas ra-
mas y un cuenco de sopa.
—Ya estamos cerca —me dice, intentando evi-
tar lo que voy a hacer.
—Pero yo no —replico, y creo que esbozo una
sonrisa. Al verme así me da lo que le pido.
Echo una última mirada y elijo un sitio, al azar,
sin premeditación. Todos los sitios son iguales.
Echo la leña al suelo y, con el pedernal, la en- dada por algunos cómics de Marvel en los que
ciendo sin contemplaciones. Su brillo es como un contaban las últimas aventuras de algunos de sus
faro para los daneses, que aceleran el paso. Me ca- héroes: Spiderman, La Masa, Punisher... Me pareció
liento las manos, poco, porque el frío es helador y adecuado seguir por ese camino y, con mis pocas
ni el fuego es capaz de templarme la sangre. Miro dotes como narrador, me animé a ello. La histo-
la sopa, pero es imposible tocarla. Tardará en ca- ria que han leído fue la que presente en aquel
lentarse al fuego. No tengo tanto tiempo. concurso y que fue premiada en la parte que
Compruebo la espada y miro hacia los dane- la tocaba, la del mes de abril. El premio fue una
ses. A través de la bruma veo el destello de las magnífica pluma MontBlanc que guarda mi mujer
antorchas y los primeros brillos de sus cascos me- con mucho cuidado porque yo, como no puede
tálicos abriéndose paso entre la neblina. El destino ser de otra manera, soy hombre que escribe con
se acerca. lapicero de los de toda la vida. Para los malpen-
Intento templarme un poco las manos. Llegó sados, los que supongan que esto viene a cuento
la hora de ponerse a la faena. Desenvaino la daga de la reciente película sobre el Capitán Trueno a
y pruebo su filo. Con la mano libre me quito la punto de estrenarse, les aviso de antemano que
capa que me envuelve a duras penas y creo que el relato fue publicado (tal y como lo han leído
me voy a morir de frío allí mismo. Extraigo la es- aquí, aunque con unos retoques mínimos en un
pada de la funda y arrojo la vaina a un lado. Ya no par de frases, a lo sumo) en la revista Escultura,
vale de nada. Clavo las dos armas en la nieve y Revista de información cultural de Colmenar Vie-
me siento ante el fuego a esperar la llegada de jo, número 4, septiembre-octubre de 2006, que
mis enemigos. pongo a disposición de cualquiera que busque
verificar lo aquí dicho. En fin, por otro lado, no
sé si Eugenio Fraile, editor de «Weird- Tales de
NOTA DEL AUTOR: Lhork», habrá hecho algún cambio con el cuento,
pero creo que no y que el nombre con el que lo
Esta última misión del Capitán Trueno, a pesar lean sea el de este pobre Nictálope que no tiene
de lo que pueda creer nadie, fue publicada hace otro mérito que el de ver en la oscuridad y tener
ya cuatro años y escrita hace más de cinco. En como esposa a la más dedicada, la Amazona del
el año 2006 el Ayuntamiento de Colmenar Viejo Monte Everest, con la que corre por sus laderas
orquestó un concurso de relatos: 12 meses, 12 de aventura en aventura y que siempre sabe so-
temas. El del mes de abril estaba dedicado al Ca- portar sus memeces. Suyo,
pitán Trueno. Escribir algo era muy fácil, porque la
extensión máxima del relato era de 2 páginas. Así El Nictálope.
que me puse manos a la obra. La idea me vino Miraflores de la Sierra, agosto de 2010.
Weird Tales de Lhork 11
José Francisco Sastre García

LA EVOLUCIÓN DE LA
CIENCIA FICCIÓN
EN EL CINE
C
iencia Ficción. La expresión evoca en nuestra mente imágenes de
naves espaciales, pistolas de rayos, seres extraterrestres… Si bien
es cierto que en buena parte ésa es la temática que se trata tanto
en la literatura como en el cine, también lo es que no se trata de un género
que se limite a combates intergalácticos, sino que abarca más aspectos, como
son mostrarnos el futuro tal y como el autor pensaba que acabaría por de-
sarrollarse, o hablarnos de la exploración espacial tal y como piensan que se
producirá o debiera producirse, etc.
El mundo del celuloide ha tratado este género con gran asiduidad, con
infinidad de películas de todo tipo y pelaje, con mayor o menor fortuna y ma-
yor o menor presupuesto, hasta conformar un tapiz de historias y remakes a
lo largo de un siglo en el que se entremezclan los diversos hilos conductores
hasta perder de vista el detalle para quedarnos tan sólo con el conjunto.
Durante todo este tiempo ha habido muchos cambios en el tratamiento
de las ideas expuestas en las películas, una evolución que poco a poco ha ido
dando lugar a una nueva manera de enfocar estos temas, hasta el extremo
de llegar a aventurarse planteamientos peregrinos y no tan peregrinos acerca
del motivo de mostrar determinados argumentos en cada momento, como si
una mano oculta pretendiera convencernos o implicarnos en algo…
Veamos esta evolución desglosada en las diferentes temáticas que abarca
la ciencia ficción.

1.- CUANDO LA HUMANIDAD ENTRA EN


CONTACTO CON CRIATURAS DEL ESPACIO
Ésta es la idea más reiterativa del género: la posibilidad de que seres de
otros mundos lleguen o hayan llegado a nuestro planeta o entren en contac-
to con nosotros. ¿Cuáles serían sus intenciones? Básicamente dos: pacíficas
u hostiles.
Si bien en la literatura el género data de hace varios siglos (podrían inclu-
so considerarse pertenecientes a este género el Mahabbarata o el Ramayana
Texto: José Francisco Sastre García entre otras obras a causa de toda la tecnología que aparentemente desplie-
Ilustración de cabecera: Morguefile gan), en el cine su gran auge se desata a partir de 1947, cuando se produce
el legendario avistamiento de platillos volantes sobre el monte Rainier por
parte de Kenneth Arnold. Ya había habido algunas incursiones previas, dic-
12 Weird Tales de Lhork
tadas por el pensamiento lógico de creer que no
estamos solos en el universo.
Debido a nuestra mentalidad tendemos a ol-
vidar que la nuestra no tiene por qué ser la única
forma de vida posible, y de forma científica inten-
tamos encontrar en otros mundos más o menos
lejanos (Sistema Solar, Alpha Centauri, Constela-
ción del Cisne…) señales de entidades basadas en
el carbono y las condiciones medioambientales de
nuestro planeta: de cara, ya partimos de la base de
que una especie sólo se puede desarrollar a una
distancia concreta de su estrella o estrellas, ni de-
masiado calor ni demasiado frío, y bajo las condi-
ciones biológicas que impone el carbono: enzimas,
ADN, ARN, etc; cierto es que nuestra tecnología
sólo nos permite investigar en esa línea, pero tam-
bién es igualmente cierto que en otros mundos la
vida se puede haber desarrollado de otras mane-
ras, basada por ejemplo en el silicio o en el boro,
bajo formas y mentalidades que nada tengan que
ver con la humana…
Estos detalles se tuvieron en cuenta desde el
principio, dando lugar a películas en las que, salvo
algunas excepciones, la idea era clara: los alieníge-
nas tenían el ojo puesto en nuestro planeta y lo
querían para ellos. De esta manera, nos encontra-
mos con títulos como los de la saga del Profesor
Quatermass (El Experimento del Doctor Quatermass
(1956), El Experimento del Doctor Quatermass 2
(1957), ¿Qué Sucedió Entonces? (1967) y The Qua-
termass Conclusión (1979)), obras clásicas como El
Enigma de Otro Mundo (de 1951; en 1982 se hizo
una versión con el título de La Cosa, con una muy
buena acogida por parte del público), El Terror del
Espacio Exterior (1958), La Tierra contra los Platillos
Volantes (1956), La Invasión de los Ladrones de Cuer-
pos (1956), El Día de los Trífidos (1963, con una nue-
va versión en 2009, ambas basadas en una obra del
mismo título de John Wyndham) o La Guerra de los
Mundos (versión en cine de 1953 de la obra del que rebrota con fuerza el militarismo contra el
mismo título de Herbert George Wells y que fue a enemigo exterior (durante la guerra fría los mal-
su vez emitida por la radio por Orson Welles, dan- vados alienígenas representaban a los abominables
do lugar a un pánico generalizado, y de la que no comunistas), en los 70 aparece un director que
hace demasiado tiempo (2005) se hizo un remake se convierte en abanderado del contacto pacífico
protagonizado por Tom Cruise que no resultó con el espacio exterior, Steven Spielberg: apare-
demasiado bueno), Invasores de Marte (1953) o la ce una obra maestra, Encuentros en la Tercera Fase
serie Galáctica (1978), de la que recientemente se (1977), que marcará un antes y un después en
realizó un remake con bastante acierto (2003). nuestra forma de mirar al firmamento. Más tarde,
De la misma manera, en la década de los 70 ya en los 80, volverá a dar la campanada, con un
se recuperó la idea de La Invasión de los Ladrones pequeño destello al producir Nuestros Maravillosos
de Cuerpos y se remakeó con Donald Sutherland Aliados (1987), y sobre todo con ET (1982), una
como protagonista en La Invasión de los Ultracuer- nueva película sobre el género que se converti-
pos (1978). rá en hito. Coetánea de ésta, en una línea similar
En medio de este maremágnum de guerras aunque no igual, nos encontraremos con Cocoon
interestelares se producen pequeños destellos (1985), una deliciosa parábola acerca de la juven-
de pacifismo: mientras aún estábamos con la fie- tud y la tercera edad. A lo largo de esta época de
bre de los años 40 y 50, surgieron pequeñas joyas los 70 y 80 nos encontraremos con otros títulos
como Ultimátum a la Tierra (originalmente realiza- emblemáticos relativos a la temática de los aliení-
da en 1951, se ha hecho recientemente un remake genas amistosos como Abyss (1989), Enemigo Mío
con no demasiado acierto) o Vinieron del Espacio (1985), Solaris (1972, basada en la novela del mis-
(1953), en las que los recién llegados sólo preten- mo nombre de Stanislas Lew) o la legendaria Star-
den advertirnos del peligro nuclear (tan en boga man (1984). Ya entrados en los 90, Contact (1997)
en aquella época) o arreglar la nave y marcharse, marcará una nueva forma de interpretar la vida en
respectivamente. Después de un paréntesis en el el universo.
Weird Tales de Lhork 13
al comprobar que no aportaban nada de interés a
la trama televisiva…
Por último, reseñar un reciente regreso a
la idea de los extraterrestres pacíficos, Avatar
(2009), aunque en este caso el argumento hace
un profundo hincapié en la conquista y colonialis-
mo de los pueblos “inferiores”: no hace falta mu-
cha imaginación para convertir a los aborígenes de
Pandora en indios americanos, hindúes o pueblos
precolombinos, por citar sólo algunos casos, y a
los humanos en vaqueros y soldados del Oeste,
ingleses del siglo XIX o españoles del imperio de
Felipe II…
Es evidente que atraen más al público, y hoy en
día aún más que antes, la hostilidad y los efectos
especiales de los disparos y explosiones a man-
salva que los mensajes de paz y amor. Y si además
se generan expectativas alrededor de ciertos ar-
gumentos por parte de investigadores, o pseudo-
investigadores, no hace falta nada más para conse-
Sin embargo, la idea del pacifismo no se man- guir taquillazos.
tiene durante demasiado tiempo: de ello se en- Me explico: de un tiempo a esta parte hay una
cargarían, entre otras, series de películas como la tendencia general a interpretar cualquier cosa en
de la exitosa Alien, el Octavo Pasajero (1977, 1986, términos de conspiraciones y manipulaciones gu-
1992,1997,2004 y 2007), o las de Depredador bernamentales con fines inconfesables, y el cine
(1987). no se iba a escapar de ello; así que resulta que
Durante estas últimas décadas se ha mante- algunos pretenden que desde los gobiernos están
nido la tónica, salvo las excepciones de que ya intentando mentalizarnos para el supuesto o posi-
hemos hablado, de la hostilidad declarada de los ble contacto con seres de otros mundos. Stephen
extraterrestres; y ya no sólo desde el hecho de Hawking, el famoso científico, ya ha dado una voz
que vengan a invadirnos, sino incluso de atacarnos de alarma al respecto, y no le falta su parte de ra-
en cuanto nos ven; de esta manera, surgen títulos zón: una civilización de otro planeta no tiene por
como la oscura y pésima Pitch Black (2000), la apo- qué tener nuestros mismos parámetros mentales,
calíptica Titan A.E. (2000) en formato de anima- por lo que sus vagabundeos por el espacio podrían
ción, Perdidos en el Espacio (de 1998, basada en una ser potencialmente hostiles. ¿Qué puede haber de
serie del mismo nombre de 1965) con un guión cierto en estos rumores?
malo y tendente a la aventura fácil, ramplona y sin A todo esto hemos de añadir la evolución
complicaciones o una excelente Stargate (1994), que la propia ciencia ha obligado a mantener a la
en la que se trata el tema de los dioses antiguos ciencia ficción: si al principio los aliens venían de
como entidades de otros mundos. Marte, poco a poco las distancias se han ido am-
Más recientemente nos encontraremos con pliando y, aunque en parte se sigue manteniendo
Star Ship Troopers (1997), basada en el relato “Tro- esa tónica de los marcianos conquistadores, ya se
pas del Espacio” de Robert A. Heinlein, con un alude a mundos más lejanos, como Alpha Centauri,
fuerte componente belicista, Independence Day Andrómeda, o mundos inventados en el espacio
(1996) o Señales (2002), de Syamalan, una “expli- profundo…
cación” al misterio de los círculos de las cosechas
que, para ser sinceros, no resulta nada convincen-
te, puesto que comienza con dicho enigma para 2.- LOS VIAJES DE EXPLORACIÓN
dar paso a una película típica de invasión alien sin
mayor trascendencia. Y en plan parodia, que más La humanidad ha dado el salto al espacio, y co-
tarde o más temprano algo en esa línea habíamos mienza la exploración de otros astros a lo largo
de encontrarnos al respecto, tenemos la irreve- y ancho del universo… De momento hemos de
rente Mars Attacks (1996) o Men In Black (1997) y conformarnos con el conocimiento más o menos
su secuela de 2002. profundo de la Luna y Marte, y con enviar sondas
No podía faltar en esta recopilación de inva- de investigación hacia el exterior del Sistema Solar
siones alienígenas una historia de conspiraciones que nos suministren información de los planetas
gubernamentales como es la de las películas basa- por los que pasan.
das en la exitosa serie de televisión Expediente X: Puesto que la imaginación no tiene límites y
Expediente X, La Película (1998) y su continuación, soñar es gratis, tanto en la literatura como en el
Creer es la Clave (2008), ambas con un resultado cine nos hemos volcado en viajar hasta los mundos
más que discreto, puesto que su argumento y de- más lejanos: tan pronto aterrizábamos en planetas
sarrollo se limitan a convertirlas en un episodio con peligros desconocidos, como Planeta Prohibido
más de la serie, eso sí, más largo. Los seguidores (realizada en 1956, con el entrañable robot Robby
de Mulder y Scully quedaron muy decepcionados y un jovencísimo Leslie Nielsen), como seguíamos
14 Weird Tales de Lhork
a Julio Verne en sus visiones y nos acercábamos a en la que se ha aplastado el espíritu soñador o
nuestro satélite en De la Tierra a la Luna (1958). Y imaginativo de la raza humana.
antes incluso que estos títulos, algunos directores
ya coquetearon con la idea de la exploración es- a) El Apocalipsis ya está aquí
pacial: así, Georges Mélies en 1902 colocó un co-
hete en uno de los ojos de nuestro satélite en su Una de las primeras referencias a este futuro
cinta Viaje a la Luna, y Fritz Lang, en 1929, en la que catastrófico fue El Último Hombre Vivo (1964, con
fue su última película muda, La Mujer en la Luna, Vincent Price), basado en la novela “Soy Leyenda”,
nos ofreció la posibilidad de que estuviera llena de Richard Matheson, que más adelante, en 1971,
de oro… adaptaría el argumento con Charlton Heston como
Sin embargo, no podíamos contentarnos tan protagonista en un mundo en el que la humanidad
sólo con esto, habíamos de buscar otra vuelta de ha sido contaminada por una plaga y exterminada
tuerca y crear una de las sagas de películas y series casi por completo; los supervivientes, en su casi to-
más exitosas de la ciencia ficción: Star Trek (1979). talidad, han sido convertidos en unos albinos hosti-
Aunque esté incluida en este apartado, esta les a los seres humanos normales, cuyo final inevita-
colección de filmes reúne en ella partes de otros ble por la enfermedad es la muerte. Sólo sobrevive
apartados: el enfrentamiento con alienígenas hos- un hombre que los da caza sin piedad, y que más
tiles, el encuentro con otros pacíficos, incluso con tarde encontrará a un grupo de niños sin infectar,
una nave-robot con una formidable inteligencia ar- a los que ayudará creando un suero con su propia
tificial, el futuro o el pasado de la humanidad, los sangre, dando lugar a la esperanza de la humanidad.
viajes por todo el universo e incluso por el tiem- Esta versión es la que ha pasado a la historia del
po… Las aventuras de los diferentes capitanes de cine, pues la original no llegó a cuajar a pesar del
la nave interestelar Enterprise han cautivado a buen hacer de su protagonista. En fechas recientes
mucha gente a lo largo de los años, creando la co- (2007) se ha hecho una versión protagonizada por
rriente conocida como trekkies, aunque la calidad Will Smith bajo el mismo título de la obra que dio
haya sido un tanto irregular. origen a la historia: Soy Leyenda…
Mención aparte merece una de las obras más
emblemáticas de la ciencia ficción: 2001: Una
Odisea Estelar (1968), creada al mismo tiempo
que Arthur C. Clarke escribía el libro, una his-
toria en la que al misterio de la exploración de
un enigmático monolito negro de la superficie
de Titán, una de las lunas de Saturno, se le une
la maestría de Kubrick para reflejar las cuestio-
nes derivadas de una inteligencia artificial que
cobra conciencia propia y las emociones y pen-
samientos de un ser humano enfrentado a la in-
mensidad de lo desconocido; posteriormente se
lanzaría al mercado 2010: Odisea 2 (1984), pero
aunque mantiene una buena calidad no llega al
nivel de la primera.
Y no podíamos cerrar este apartado sin echar
una ojeada a la exploración no ya del cosmos,
sino de otros mundos, cuyo ejemplo más conoci-
do sería Viaje Alucinante (1966), la historia de una
micronave que se introduce en el cerebro de un
profesor para intentar eliminar un coágulo que
podría acabar con su vida, basada en relatos de
Isaac Asimov y la novela de Otto Klement y Jay
Lewis Bixby.

3.- PROFETIZANDO EL FUTURO


DE LA HUMANIDAD
Muchas han sido las películas que se han de-
dicado a predecir lo que va a ocurrirle a la hu-
manidad, cuál será el camino por el que se dirija
nuestra civilización, y en general todas han sido
bastante sombrías y oscuras; dentro de ellas po-
dríamos separar las que han convertido este mun-
do en una escombrera en la que se sobrevive a
duras penas de las que se limitan a mostrar una
sociedad deshumanizada, individualista, hedonista,
Weird Tales de Lhork 15
el concepto original; en tiempos más recientes
(2001) Tim Burton recogió el testigo e hizo un
remake, pero no resultó excesivamente afortu-
nado: los giros temporales hacían que la trama se
complicase en demasía, estropeando el argumen-
to original.
Durante este tiempo proliferaron los títulos
en los que se trataba esta temática de destrucción
y Armagedón: junto con la conocida película de
culto 1997 Rescate en Nueva York (1981) aparecían
historias de menor tirón como Runaway (1984) o
Stalker (1979).
Más adelante llegó Mel Gibson con otra cele-
brada trilogía, la de Mad Max (Mad Max (1979),
El Guerrero de la Carretera (1981) y Más Allá de la
Cúpula del Trueno (1985)). De nuevo, la destrucción
más absoluta se ha cernido sobre el planeta y los
supervivientes, a bordo de todo tipo de vehículos,
luchan ferozmente entre sí por el agua y el com-
bustible.
Y entonces apareció Terminator (1984), con el
inefable Arnold Schwarzenagger, para meternos
en el cuerpo el miedo a las máquinas y a lo que
podría suceder si en algún momento llegaban a
adquirir conciencia propia; esta película tuvo tal
éxito que se han hecho a posteriori otras tres
películas (1991, 2003, 2009) y al menos una serie
de televisión, con una fortuna bastante irregular:
si bien el segundo filme puede ser salvado, desde
luego el tercero no.
No acaba aquí el catastrofismo: si con Mad Max
nos habíamos quedado sin agua, Kevin Costner en
Waterworld (1995) prácticamente nos ahogó en un
planeta asolado por una inundación monumen-
tal que dejó a los continentes bajo el mar y a los
supervivientes correteando de un lado a otro en
una infumable tropelía de explosiones a bordo de
lanchas y plataformas marinas.
Por estas épocas seguían surgiendo obras
que mantenían el tono apocalíptico con mayor o
menor fortuna (más bien peor), aunque de vez
Herbert George Wells, como novelista de en cuando se podían contemplar destellos como
anticipación, ha dado bastante juego al cine de Doce Monos (1995) o La Isla (2005).
ciencia ficción: si ya habíamos visto anteriormen- Ya más recientemente, en 2010, ha aparecido
te que sirvió de base para la película La Guerra una película que podría ser considerada un re-
de los Mundos, ahora podemos comprobar que make de la primera que hemos citado en este
otra de sus obras más conocidas, “La Máquina del bloque: La Carretera, basada en la novela homóni-
Tiempo”, fue utilizada para rodar El Tiempo en sus ma de Cormac McCarthy, en la que una catástro-
Manos (1960), con Rod Taylor como protagonis- fe no desvelada convierte el mundo en un lugar
ta llegando hasta un lejano futuro en el que la yermo en el que sobreviven un hombre y su hijo
especie humana se ha dividido en dos razas, los frente a una humanidad reconvertida en criaturas
morlocks depredadores y los eloi víctimas. Ya en hostiles.
2002 se efectuó un remake de la obra, alterando
notablemente el hilo argumental y estropeando b) Una humanidad sin
lo que podría haber sido una más que interesan-
te película. libertad ni imaginación
Posteriormente, Charlton Heston protagoni- Uno de los mayores temores de los autores
zó otra de las series que más marcaron el desa- de ciencia ficción ha sido siempre que la humani-
rrollo del cine de ciencia ficción: El Planeta de los dad acabase cayendo en un estado de dictadura
Simios (1968), basada más o menos libremente en sin cadenas, en un mundo en el que no existiese el
la novela del mismo título de Pierre Boulle. Cada pensamiento libre y que todos estuviéramos con-
una de las continuaciones era peor que la ante- dicionados y vigilados para evitar que pudiésemos
rior, hasta degenerar en un batiburrillo de ideas y obrar de forma distinta a la que el sistema nos
argumentos que poco o nada tenían que ver con imponga; mediante la ciencia o una lógica retorci-
16 Weird Tales de Lhork
da, o ambas, el poder nos mantendría controlados, más que ver los tiempos actuales, en los que para
aletargados, aborregados, para evitar que pudiése- esconder los problemas que sacuden a la sociedad
mos siquiera pensar que el sistema es erróneo y y el sistema nos sueltan la prensa del corazón más
hay que cambiarlo… sórdida y deportes y más deportes: cuanto menos
Éste es el negro panorama que reflejan al- pensemos, más felices viviremos. Y ésa es, precisa-
gunas películas como 1984 (irónicamente de mente, la premisa de una impresionante película,
1984), basada en la novela homónima de George Almas de Metal (1973), y de su continuación, Mun-
Orwell, Un Mundo Feliz (1998, con una posible do Futuro (1976), con un Yul Brinner apoteósico en
adaptación en 2011), igualmente surgida de la su actuación como robot vaquero asesino en un
obra de Aldous Huxley, la conocida La Fuga de parque temático dedicado a diversas épocas his-
Logan (1976), la paródica Brazil de los Monty pi- tóricas: la antigua Roma, la Edad Media y el Salvaje
tón (1982), Fahrenheit 451 (1966), basada en una Oeste.
novela de Ray Bradbury, THX 1138 (1971), un de
los primeros filmes de George Lucas con claras
reminiscencias de la inmortal obra de Orwell, o 4.- SPACE OPERA
Gattaca (1997). En esta misma línea se encuadra-
ría la que puede ser considerada la obra maestra Guerras espaciales, rayos láser por todas par-
de Fritz Lang, Metrópolis (1926), de la que ade- tes, aventuras en el espacio, naves y planetas ex-
más se puede aventurar sin demasiado temor a plotando… Es lo que se ha dado en llamar Space
equivocarnos que es una evocación del Golem Opera, una especie de subgénero de la ciencia fic-
de Gustav Meyrinck. ción en el que cabe prácticamente de todo, desde
Sin embargo, no todo es tan gris: en ciertas las figuras caballerescas hasta los pícaros más en-
ocasiones los argumentos cinematográficos han trañables.
dado un pequeño giro a la idea general y, en lu- Una de las primeras películas que podrían en-
gar de bloquear la personalidad por completo cuadrarse en este género es Barbarella, de 1968,
han permitido que las personas puedan tener un una película de culto basada en un cómic francés
criterio propio, aunque eso sí, controlado para con una enorme insistencia en lucir las curvas fe-
evitar los desmanes que, más tarde o más tem- meninas y, en especial, las de su protagonista, Jane
prano, habrán de producirse; así, nos encontra- Fonda; más adelante llegaría un clásico como Flash
mos con títulos emblemáticos como La Naranja Gordon, de 1980, basado en el cómic del mismo
Mecánica de Kubrick (1971), con su ultravio- nombre de 1934, de Alex Raymond, con las aven-
lencia gratuita, Soylent Green. Cuando el Destino turas del protagonista en el planeta Mongo en su
nos Alcance (1973), en la que la empresa que da lucha contra el malvado Ming. Y antes de pasar a
nombre a la película oculta un terrible secreto, comentar la serie que marcó, con gran diferen-
Robocop (1987), la inmortal Blade Runner (1982), cia, el hito del Space Opera, mencionar un título
con un Harrison Ford impresionante y un Rut- reciente, de 2005: Serenity, una obra que hereda,
ger Hauer aún mejor en una historia creada a al menos en parte, el argumento de la saga más
partir de la obra de Philip K. Dick “¿Sueñan los representativa de este género: evidentemente
Androides con Ovejas Eléctricas?” o Desafío To- estamos hablando de Star Wars, La Guerra de las
tal (1990), con un Schwarzenagger en su mejor Galaxias, cuyos títulos, aunque sobradamente co-
momento. nocidos, son hasta el momento 7 sin contar las
En una línea similar a la del policía cyborg nos series realizadas para televisión tanto en formato
encontramos con títulos más recientes como Jud- de animación como digital:
ge Dredd (1995), protagonizada por Sylvester Sta-
llone, o Minority Report (2002), del omnipresente I: La Amenaza Fantasma (1999)
Steven Spielberg, con Tom Cruise ejerciendo de II: El Ataque de los Clones (2002)
policía en una historia en la que el simple hecho III: La Venganza de los Sith (2005)
de pensar en un delito te convierte automática- III B: Las Guerras Clon (2008)
mente en convicto. IV: Una Nueva Esperanza (1977)
En este sentido el manga japonés ha sido un V: El Imperio Contraataca (1980)
referente de estas antiutopías con títulos como VI: El Retorno del Jedi (1983)
Akira (1988) o Ghost in the Shell (1995), por citar
tan sólo un par de ellas. Y en una cierta estética ¿Merece la pena volver sobre la historia? Tras
entre los filmes del austríaco culturista de nombre acabar, al menos aparentemente, con los siniestros
impronunciable, este manga del que acabamos de Señores Sith, la República vive una larga tempo-
hablar y un thriller renovado, podemos citar la in- rada de calma y paz, rota al fin por la ambición
teresante El Quinto Elemento (1997), con un Bruce del Senador Palpatine, uno de los supervivientes
Willis que aunque no trabaja demasiado mal, tam- de la oscura sociedad; merced a sus turbios ma-
poco es que descuelle demasiado. nejos, provoca una guerra entre las distintas fac-
Pero quizás la mejor manera de controlar a ciones con el objetivo de ser nombrado Canciller
una población adocenada no sea implantarnos ór- de la República y, como segundo paso, eliminar la
denes, sino desviar nuestra atención hacia temas orden de los Jedi, tarea que prácticamente cumple
más intrascendentes o banales, lo que habitual- librándose de tal destino tan sólo Obi Wan Ke-
mente se conoce como pan y circo. No tenemos nobi, el Maestro Yoda y Annakin Skywalker, éste
Weird Tales de Lhork 17
último manipulado y atraído a las tinieblas bajo el no ha abandonado sus orígenes más clásicos, ha
nombre de Darth Vader (episodios I, II, III y III B). creado un giro en sus argumentos mediante el
Nadie sabe que ha tenido dos hijos con la prin- que ha hecho más hincapié en la idea de la inte-
cesa Amidala, que serán los que, posteriormente, ligencia artificial de las máquinas y su evolución
darán cumplimiento a un futuro en que el Imperio hacia una conciencia y una vida propia adquiridas.
de Palpatine caerá ante las fuerzas rebeldes lide- Así, siguiendo a escritores como Isaac Asimov, han
radas por ambos y el pícaro Han Solo (episodios tomado algunas de sus novelas y en base a ellas se
IV,V y VI). han dirigido películas como Yo Robot (2004), AI In-
Esta saga ha resultado ser un caso verdadera- teligencia Artificial (2001) o El Hombre Bicentenario
mente curioso: los tres últimos episodios fueron (1999).
los primeros que se rodaron y emitieron, con una
calidad bastante alta y un seguimiento enorme, a A MODO DE RESUMEN
pesar de ciertas concesiones a la ñoñería con la
aparición de los ewoks en la última entrega; no ha Evidentemente no están todas las que son,
sido hasta más tarde cuando George Lucas deci- pero sí son todas las que están. Es probable que
dió contar la historia del origen de Darth Vader se echen de menos algunos títulos, o que otros
con más pena que gloria; a pesar de la gran acogi- no se consideren pertenecientes al género; sin
da que han tenido, estas películas son mucho más embargo, el espectro es tan amplio y a la vez tan
flojas y no tienen el encanto de las primeras, con ambiguo, que resulta complicado deslindar los
el añadido de que se han metido en camisa de diferentes géneros; así, por ejemplo, Alien podría
once varas, convirtiendo a Annakin en una especie ser considerado tanto dentro de la ciencia fic-
de Mesías que nace como Jesús, sin la intervención ción como del terror con monstruo. He procu-
de un hombre entre otras barbaridades. rado hacer un muestreo lo más representativo
Asimismo, se han realizado sesudos estudios posible del género para mostrar la evolución que
acerca principalmente de la trilogía inicial del ciclo, la ciencia ficción ha ido sufriendo en el cine des-
en los que se ha comprobado, al menos en apa- de sus orígenes.
riencia, que hay componentes relacionados con
las experiencias iniciáticas, las teorías acerca de
la energía interior y exterior (ki, chi, prana, etc.)
y su canalización, el ciclo artúrico, el Santo Grial,
y muchas otras referencias que resultaría prolijo
citar…

5.- OTROS TEMAS


En el cine de ciencia ficción se han tocado
otras temáticas no directamente relacionadas con
los apartados ya esbozados, argumentos que se
salen, al menos en parte, de una descripción sim-
plista y directa; entre estos títulos podemos citar
Zardoz (1973), la película Dune (1984), basada en
las obras del escritor Frank Herbert, o la inclasifi-
cable Tron (de 1982, y de la que se tiene previsto
efectuar un remake), una historia de realidad vir-
tual de la que podríamos aventurar como una pre-
decesora de Matrix (1999), otro de los hitos del
cine de ciencia ficción de los últimos tiempos, con
sus secuelas de mayor o menor fortuna: Matrix Re-
loaded (2001) y Matrix Revolutions (2005).
A caballo entre el thriller y el terror, cintas
como Cube (1997), de argumento presidiario, u Ho-
rizonte Final (1997), con una historia entre lo oníri-
co y lo científico, ofrecen una atmósfera inquietan-
te, tensa, mientras que Atmósfera Cero (1981) se va
casi más hacia la intriga del cine negro.

6.- LAS ÚLTIMAS TENDENCIAS


EN LA CIENCIA FICCIÓN
Últimamente se ha podido comprobar que en
el mundo cinematográfico, el género de la ciencia
ficción ha sufrido una cierta renovación y, aunque
18 Weird Tales de Lhork
Eduardo Frank
CIENCIA FICCIÓN1
Y FANTÁSTICO
L
a línea divisoria entre la CF y el Fantástico es muy ambigua. Todavía hoy
es difícil delimitar esta “frontera” entre ambos temas2, especialmente
cuando la mayoría de los creadores se ha aventurado a preparar una
especie de mejunje que, por supuesto, requiere gran maestría, pues ambos
temas se entremezclan y a veces nos confunden y nos hacen resbalar de uno
al otro. Además, en la actualidad otro tema ha venido a añadirse a esta sopa:
el Horror. Por eso confieso mi desencanto cuando en varias ocasiones he
querido disfrutar de una verdadera ficción científica, una CF “filtrada”, limpia,
sin las hojarascas de otros aditivos.1
Sin embargo, vivimos en una época de mezcla de géneros, como apuntara
L. Ronald Hubbard, por lo que debemos filtrar nosotros mismos la CF y dis-
frutarla junto con los demás elementos, ya que no hallaremos una CF pura.
Frederik Pohl considera lamentable que se haya mezclado la CF con lo Fan-
tástico y con el Horror, y tal vez existe sólo un 1% de obras con rigurosidad
científica. Respecto a las aventuras, Pohl ha señalado que la CF no significa
precisamente hacer ficción con la ciencia, como muchos creen. “En algunos
textos,” ha dicho, “no se detecta la ciencia”.
Otro autor de CF, Eduardo Carletti, opinó que no ha sido posible to-
davía establecer normas, patrones o arquetipos para facilitarnos una sis-
tematización de estos temas. En una entrevista para la revista argentina
Otros Mundos, Carletti señaló que “…ni siquiera los grandes especialistas
han podido definir qué es la CF y qué es lo Fantástico, y sólo se han vertido
definiciones parciales”.
A los filósofos y los escritores de CF les gusta introducirse en los sueños
y especulaciones de esa jungla creada por Hugo Gernbach. Pero por otra
parte son respetuosos con la estricta rationale de la ciencia. De lo contrario
se arriesgarían a caer dentro de lo Fantástico y traicionar a la CF. Por con-
siguiente, no son meros soñadores. Si se sitúan en el espacio para moverse
en él, lo hacen con la regla de medir en la mano, pues han de mantener en
mente que sin una sólida base de datos el pensamiento se convierte en un
vacío, un simple “ruido en el sistema”. Sobre esta base, la exactitud científica
y tecnológica toma el lugar de la aventura simple y superficial, como el deter-
Texto: José Francisco Sastre García minante de lo que hace válida a la CF. Esto no significa que la CF explore las
Ilustración de cabecera: Morguefile bases de la ciencia. Esta es una tarea que sólo pertenece a la ciencia misma.
Dentro de este campo conservador y cauteloso existe lo que se llama la
“CF dura”. La CF dura no proyecta lo que un científico de hoy consideraría
Weird Tales de Lhork 19
dríamos establecer en qué casos puede hablarse
de CF y en cuáles, de obra fantástica, pues no se
trata solamente de una simple transposición de
elementos. De hecho, sí existe una frontera entre
ambas, aunque ésta cuelgue de un hilo endeble y
delgado como una telaraña. En este artículo inten-
to hacer ver la sutil diferencia entre ambos temas,
en medio de las múltiples interpretaciones que
ambos pueden asumir.
Para tratar de comprender mejor tales dife-
rencias, imaginemos dos historias: en la primera,
un personaje incorpóreo atraviesa las paredes o
camina sobre el agua, y en la segunda, una bella
joven se transforma en una mariposa.
Veamos: Si la primera historia envuelve todo
en el misticismo, en la metafísica o en la religión,
estaremos sin dudas en presencia de una obra del
tema Fantástico. Lo mismo ocurrirá con la segunda
si la fuerza del amor o cualquier ensueño poético
es lo que causa la metamorfosis de la joven.
Por el contrario, si en la primera historia el
personaje incorpóreo habita, digamos, en otra di-
mensión o es un ente extraterrestre con tal fa-
cultad, o si se trata de una persona que obtuvo
esa facultad mediante un experimento científico
(como en el caso de La tripulación del Mekong, de
E. Voiskunsky e I. Lukodianov), la obra estará en-
casillada dentro de la CF porque dentro del ar-
gumento de ficción hay un orden, existe la lógica
de la ficción científica que nos señala una posibili-
dad. De la misma manera, si en la segunda historia
se describe que la protagonista es un ser de otro
mundo que pertenece a una especie mutante, en-
tonces, igualmente, toda la fantasía, toda la ficción
creada estará limitada, controlada dentro de un
marco de ficción científica. En ambos ejemplos es-
tarían funcionando leyes que, aunque no se rigen
por patrones de nuestro mundo, son leyes al fin, y
físicamente imposible. Por ejemplo, desarrolla la S esto nos brindaría el vínculo de rigor para forjar-
ficción de los humanos viajando por el espacio y Hugo Gernsback (1864-1967) nos la ilusión de la realidad.
su visita a estrellas y planetas distantes, pero nun- (Fuente: Wikipedia). Estos dos ejemplos son fácilmente clasificables,
ca asume que sus naves han viajado a la velocidad pero existen otros difíciles de encasillar, como
de la luz y mucho menos superior a ella. Los de- el tema del viaje en el tiempo. Los filmes de CF
talles de cómo lograron hacer su viaje radican en pasan por alto este asunto por sus implicaciones
la habilidad de cada autor, con cierta libertad para complejas. De no ser así, no se podría hacer la fil-
desarrollar tales detalles. Sin embargo, cuando se mación.
incluye información sobre masas y órbitas plane- Cuando cualquier objeto es acelerado más
tarias, tipos de estrellas o biología evolutiva, la CF y más cerca de la velocidad de la luz, este gana
dura respeta las consecuencias de esos paráme- más y más masa. Esto ha sido comprobado en ex-
tros. perimentos (y es también parte de la Ley de la
La CF envejece con rapidez. Ha envejecido a Relatividad).Tal incremento en masa elimina la
un ritmo enormemente rápido, especialmente consideración del viaje a la velocidad de la luz. Sir
después de la II Guerra Mundial. La ciencia y la Isaac Newton descubrió una ley en su época: la
tecnología de hoy podría ser dejada atrás mañana. segunda Ley del Movimiento. Mientras más masa
No obstante, lo más relevante aquí no es la tecno- posee un objeto, más fuerza se necesita para ace-
logía o los elementos científicos. Es la historia que lerarla. Por consiguiente, una nave espacial requie-
se cuenta. Esta ha de ser atractiva para los lecto- re mayor fuerza al acercarse más a la velocidad de
res en cualquier época y la que mantendrá inmor- la luz para poder continuar la aceleración, debido
tales a las obras literarias — y cinematográficas al incremento en masa. Luego de este, digamos,
— a pesar de los grandes cambios que se suceden paso inicial, el objeto que se mueve a la velocidad
con el correr del tiempo. En parte, este principio de la luz tendría una cantidad infinita (sin límites)
también se aplica al tema Fantástico. de masa. Esto significa que necesitaría una canti-
No obstante, si hiciéramos un mayor esfuerzo dad infinita de fuerza para continuar acelerando. Y
para desentrañar la madeja de imprecisiones, po- ningún motor puede producir fuerza infinita. Por
20 Weird Tales de Lhork
ende, los viajantes siderales siempre tendrán que
contentarse con viajar a una velocidad inferior a
la de la luz.
Einstein demostró que la energía, el tiempo, el
espacio y la materia están estrechamente unidos y
confirmó las percepciones de la Relatividad Espe-
cial: es un error considerar al espacio y al tiempo
como dos cosas separadas. Einstein unificó este
concepto con el nombre de espacio-tiempo, un
continuo que abarca ambos.
Sobre la base de este principio y mediante
ecuaciones matemáticas, Einstein probó que es
posible viajar al futuro. Si saliéramos de la Tierra
a la velocidad de la luz o muy cercana a ésta y via-
járamos hacia la estrella más próxima en nuestra
vecindad cósmica (Alpha del Centauro), en un via-
je redondo a esa velocidad, para nosotros, los via-
jeros, sólo transcurrirían alrededor de ocho años
y medio, pues la luz tarda 4.3 años para atravesar
la distancia entre nuestro sistema y esa estrella.
Sin embargo, durante nuestro viaje cósmico, en la
Tierra habrán transcurrido alrededor de ochenta
años, nuestro planeta habrá dado aproximadamen-
te ochenta vueltas alrededor del Sol (este lapso
de tiempo no podrá aplicarse al viajero cósmico
porque éste había salido por completo del sistema
solar, por lo que dejó de estar sujeto a su tiempo).
Por ende, a nuestro regreso hallaremos que to-
dos nuestros amigos y familiares habrán muerto
mientras nosotros habremos envejecido solamen-
te ocho años.
Al estar este principio comprobado científica-
mente, el viaje al futuro puede considerarse CF.
Lo mismo no puede decirse del viaje al pasado,
al menos hasta hoy. No existe siquiera una teoría
para comprobar tal posibilidad. Ni una sola de las S la teoría de la creación de otra “línea temporal si
ecuaciones de la Teoría de la Relatividad comprue- viajáramos al pasado y modificáramos algún he-
ba la posibilidad de un traslado al pasado. Albert Einstein (1879-1955) cho. La teoría señala que, como resultado, se crea-
(Fuente: Wikipedia).
Aun cuando el espacio y el tiempo nacieron ría de inmediato una realidad nueva, diferente, la
simultáneamente de la Gran Explosión -si esta cual tomaría el lugar de nuestra realidad presente
teoría resulta cierta-, el tiempo ha sido lineal que, por consiguiente, desaparecería. Esta teoría
desde entonces; sólo viaja en una dirección. Por conlleva el hecho de que, entonces, no nos sería
consiguiente, si asumimos que, efectivamente, el posible regresar a nuestro presente, pues éste ya
tiempo es lineal, el pasado no puede ser revivi- no existiría; habría sido borrado, cancelado por
do. El pasado terminó, desapareció (recordemos nuestra intervención en el pasado. Este análisis
la frase “Nunca más volveremos a ver al día de nos expone que es totalmente imposible producir
ayer…”). Además, el principio de la Gran Para- una paradoja, como ha sido tema de discusiones
doja demuestra esa linealidad del tiempo. Si al- por parte de los físicos. Pero es menester poner
guien pudiese viajar al pasado y evitara, digamos, en claro que tal idea no rechaza la posibilidad de
la catástrofe del Titanic, ¿cómo pudo entonces viajar al pasado y cambiar un hecho. Esto crearía
haber ocurrido ese triste hecho? Y si alguien del solamente una realidad nueva.
futuro lo hubiera evitado, ¿qué razón habría en- No obstante, para algunos investigadores el
tonces para enviar a alguien al pasado a evitar mero concepto del viaje por el tiempo no tiene
un hecho que no ocurrió? Como podría anali- sentido, pues el tiempo no fluye, simplemente esta
zarse, el viaje al pasado es en realidad un tema ahí, “esperando por nosotros”. Estos señalan que
para lo Fantástico. No obstante, por lo que lla- el paso del tiempo no es más que una ilusión de
mamos “licencia artística”, se considera como nuestros sentidos, que en realidad somos noso-
CF al igual que el viaje al futuro, pues en muchas tros los que pasamos por el tiempo. Por lo tanto,
ocasiones se ha presentado a un personaje que al no variar el tiempo, el pasado y el futuro no son
ha viajado al futuro y que luego ha debido re- ubicaciones separadas, o sea, el pasado, el presente
gresar a su época. y el futuro son la misma cosa — una sola y única.
En relación con un ejemplo así, surgen otras Un grupo de cosmólogos y físicos ha expresado
preguntas que las narraciones de CF tratan de que nosotros podemos movernos a la izquierda y
responder. Estas interrogaciones hicieron surgir a la derecha en el espacio, pero no en el tiempo.
Weird Tales de Lhork 21
Segun el hinduismo, todo volverá a su punto
de origen para recomenzar una vez más, en un
ciclo de nacimiento-desarrollo-retorno y nueva-
mente nacimiento, ad infinitum. Los científicos que
concuerdan con esta idea manifiestan que el uni-
verso no podrá expandirse eternamente porque
la gravedad vencerá en algún momento a la fuerza
expansiva impulsada por la Gran Explosión, la cual
hace que las galaxias continúen separándose entre
sí. Señalan que el espacio no es un vacío como an-
tes se creía. Se ha visto que esta lleno de materia
que no podemos ver —materia oscura— y que
esta materia ejerce fuerza de gravedad, por lo que
ésta ganará la batalla final al revertir el proceso
expansivo y retrotraer al universo nuevamente
hasta que todo converja en su punto de origen,
cuando ocurrió la Gran Explosión y nacieron el
universo, el espacio y el tiempo. Entonces ocurrirá
otra Gran Explosión.
Sin embargo, las leyes universales de la Física
prueban lo contrario. Independientemente de la
“supergravedad” de los huecos negros y la ma-
teria oscura, si los astrónomos nos dicen que a
cada instante las galaxias se están separando entre
sí, menos efecto gravitatorio se irá produciendo
entonces entre ellas según se alejen. Es como ir
alejando poco a poco un objeto metálico de una
fuente imantada hasta que la fuerza de atracción
cesa. Por lo tanto, si asumimos que la gravedad se
irá haciendo menos efectiva debido al alejamiento
progresivo, mayor razón habrá para suponer que
el universo tiende a expandirse para siempre y
nunca ocurrirá un retroceso.
S El tiempo sólo nos guía en la misma dirección (li- En los años 20 el astrónomo Edwin Hubble
nealmente). descubrió que las galaxias se alejaban unas de
Edwin Hubble (1889-1953) Según G.D. Doherty3 deben considerarse cier- otras a una velocidad proporcional a su distancia
(Fuente: Wikipedia).
tas dificultades filosóficas cuando nos referimos al de la Tierra (la Ley de Hubble). Este descubrimien-
tema del viaje por el tiempo. Doherty sospecha to apoyó las ideas del Padre Georges Lemaitre.
que una visita al pasado podría afectar al presente
y se pregunta si los acontecimientos del pasado En realidad, la teoría de la Gran Explosión (Big
son inalterables. Igualmente se muestra curioso Bang) fue introducida en 1927 por un párroco
acerca de los posibles fenómenos derivados del belga de la iglesia católica, Monseñor Georges Le-
traspaso entre épocas. Por ejemplo, ¿ podrá un maitre (1894-1966), profesor de Física. Lemaitre
viajero del tiempo respirar durante ese traspaso? opinaba que la ciencia no tenía que estar nece-
Otro detalle relevante mencionado por Doherty sariamente en conflicto con la religión, especial-
es que, si el pasado es realmente inalterable, cada mente en el campo de la Física, donde existe tan-
átomo de cada molécula posee entonces su lugar ta compatibilidad. Lemaitre estaba interesado en
fijo, por lo que no daría su espacio al viajero (y la Teoría General de la Relatividad de Einstein y
a su máquina del tiempo, si tal equipo fuese uti- sus leyes de gravitación. Propuso que el universo
lizado). Doherty opina que con el desarrollo de no era estable, como Einstein entonces pensaba.
la física moderna ya no estamos seguros de qué Incluso señaló que si la Teoría General de la Re-
significa la sustancia, el espacio o el tiempo. latividad de Einstein estaba en lo cierto, el univer-
Por su parte, J. H. Brennan había señalado: so tenía que estar expandiéndose y lo hacía de la
misma manera en todas direcciones. (Su famosa
Aunque nos sintamos tristes por la pérdida de- frase fue “Se permite una expansión a partir de un
finitiva de nuestro pasado, la linealidad del tiempo átomo primigenio”. Desafortunadamente, muchos
nos brinda su compensación. Permite el concepto científicos ignoraron las opiniones de Monseñor
del progreso, el de la libre voluntad... Además, per- Lemaitre porque éste no poseía en aquellos mo-
mitió a Darwin especular sobre el origen de las es- mentos información alguna que probara su teoría.
pecies y el proceso de la evolución, lo cual no sería Einstein era uno de los científicos de este grupo.
posible si el tiempo fuese circular y si en algún mo- Ambos tuvieron un primer encuentro —solicita-
mento nos llevara hacia atrás, de nuevo hacia el do por Lemaitre— y en él Einstein le comentó,
comienzo de todo, como plantea la religión hindú4. “Su Física no es muy buena”.
22 Weird Tales de Lhork
Entonces vino el descubrimiento del astróno-
mo estadounidense Edwin Hubble en 1929 desde
el observatorio de Mt. Wilson. El descubrimiento
probó, de hecho, la teoría de Lemaitre de que las
galaxias se estaban separando a gran velocidad se-
gún se expandía el universo. Cuando Hubble pre-
sentó su teoría, desconocía la que en 1927 había
hecho Monseñor Lemaitre. Y, obviamente, Lemai-
tre utilizó el descubrimiento de Hubble como evi-
dencia de su propia teoría. Lemaitre mostró cómo
la expansión del universo observada por Hubble
era una consecuencia natural de las ecuaciones de
la Teoría General de la Relatividad.
Luego de su primer encuentro, Lemaitre y
Einstein se vieron en diversas ocasiones (en 1927
—La Conferencia de Solvay en Bruselas; en 1932
en Bélgica— ciclo de conferencias en Bruselas; y
en Princeton). Fue en California, durante una serie
de seminarios, donde Lemaitre se reunió con Eins-
tein y Hubble, y después de una breve discusión
sobre la teoría de la expansión del universo, se
dice que Einstein dio la mano a ambos y declaró:
“Mi teoría de que el universo era estático estaba
equivocada. Ese es el gran error de mi carrera”.
Como Hubble pudo observar, cuanto más le-
jos se encuentra una galaxia, su velocidad de ale-
jamiento se hace mayor. Esta relación, denominada
“constante de Hubble”, establece una velocidad
de expansión que resulta esencial a la hora de cal-
cular la edad y el tamaño del universo. En la actua-
lidad las observaciones del telescopio Hubble se
han empleado para calcular la velocidad a la que
el universo se expandía tiempo atrás. Los astró-
nomos se sorprendieron al observar que la veloci-
dad de expansión del universo se acelera cada vez
más, según las galaxias se separan. Hace miles de
millones de años el universo se expandía mucho puede también ser aceptado por la CF debido a su S
más lentamente que ahora. característica especial, aunque aquí tampoco se ha
Carl Sagan (1934-1996)
Los científicos llaman “energía oscura” a lo presentado una sola evidencia de que tal posibili- (Fuente: Wikipedia).
que está empujando para separar los elementos dad exista, a pesar de la teoría del físico estado-
del universo. Es una fuerza invisible y parece que unidense Hugh Everett III.
alcanza el 70% de todo, mientras que el 5% del En 1957, Everett manifestó que si las ondas de
universo es materia “normal” y el 25% está forma- las partículas son de hecho ondas de probabilidad
do por lo que se conoce como “materia oscura”. y éstas, a su vez, constituyen una función organiza-
Mas nadie sabe con precisión cómo funcio- dora en la mente de los científicos, ¿cómo puede
nan realmente las leyes del tiempo. La ciencia no explicarse el hecho observable de que las proba-
ha podido llegar aún a esa profundidad. Las leyes bilidades se interfieran entre sí de alguna manera,
físicas y de la lógica, así como el sentido común exactamente como las formas de las ondas físicas?
— según nuestra percepción de las cosas —, no Everett sugirió que si esta mutua interferencia
siempre funcionarán como un reloj a lo largo de puede ocurrir, ello prueba que ambas posibilidades
la intrincada red del universo. Incluso, hemos com- existen en la realidad; pero debido a que es impo-
probado que la maquinaria de un reloj funciona sible que las dos se manifiesten al mismo tiempo
con más lentitud si está sometida a mayor gra- en un solo universo, la lógica nos dicta que debe
vedad y mayor velocidad. El mismo principio de entonces existir un segundo universo en el cual se
los huecos negros5 nos señala que una vez que desarrolla la segunda posibilidad 6.
penetráramos en uno, independientemente de lo A pesar de que las implicaciones de Everett
que pueda suceder, nos desconectaríamos por sean discutibles, hoy se incrementa el número de
completo de las leyes físicas, pues la ciencia pone físicos que están considerando esas ideas. Sin em-
de relieve que éstas dejan de funcionar al llegar al bargo, J. H. Brennan no parece estar de acuerdo
“horizonte del hecho”, o sea, al instante en el cual con la idea de “la interacción entre los universos,
quedamos a merced de los inimaginables efectos la cual se rompe y se vuelve a fundir continuamen-
gravitatorios de un hueco negro, donde ni siquiera te en relación con eventos específicos”. Estoy de
la luz puede escapar. acuerdo con Brennan, aunque la teoría de los uni-
Por otra parte, el tema de los mundos paralelos versos paralelos no resulta fuera de lógica.
Weird Tales de Lhork 23
Se ha elucubrado por algunos científicos, entre
ellos Carl Sagan y Stephen Hawking, que un hue-
co negro podría ser la puerta hacia otro universo
o hacia varios universos, pero ellos mismos han
dicho que nada existe para comprobar tal posi-
bilidad. Sin embargo, tampoco podemos afirmar
que nuestro universo es el único que existe, que la
llamada Gran Explosión que dio origen a nuestro
universo fue la única, o sea, que otros Big Bangs no
puedan haberse producido y haber dado origen a
otros espacios y tiempos, los cuales se desarro-
llan paralelamente al nuestro. Pero lo que resul-
taría descabellado es aceptar, como se recrea en
la CF, la posibilidad de que en esos otros univer-
sos paralelos haya otra Tierra donde existen otras
personas iguales a nosotros, que se llaman igual
(nuestros dobles), pero viven una vida diferente a
la nuestra donde los hechos ocurren de otra ma-
nera. Esto constituye sin dudas el galope de una
imaginación sin frenos. Es por ello que a pesar de
que ha sido un tema estupendo para la CF, esta
teoría se encasilla más bien dentro del tema Fan-
tástico, pues lo Fantástico puede carecer de lógica;
no la necesita (al igual que un sueño).
Los sueños carecen de lógica y la expresión
fantástica alza su vuelo más allá de lo lógico-mate-
rial y se adentra en un mundo mágico. Animales y
objetos son humanizados y los acompañan magos,
brujas, vampiros, hadas y encantamientos. Y los es-
pectadores de esta escena o los lectores de esta
literatura se dejan llevar de la mano por lo que
se llama “la ilusión de la realidad” e integran su
propia imaginación a ese mundo mágico. Entonces
no interesan, por consiguiente, las relaciones que
pueda o no pueda haber aquí con el mundo real,
excepto en su significación alegórica. Recordemos
que lo místico es altamente adictivo aunque se S presenten seres o hechos considerados sobre-
base en lineamientos abstractos. Kingsley Amis (1922-1995)
naturales. Las alucinaciones, por ejemplo, pro-
Lo Fantástico expone lo que no puede ocurrir (Fuente: Wikipedia). yectan efectos ilógicos, pero poseen explicación
ni consciente ni físicamente; es la manifestación natural en la ciencia médica. Es muy difícil, sin
de la imaginación pura, sin riendas, sin las limita- embargo, exponer un argumento fantástico con
ciones que impone la CF. Julio Cortázar definió la una explicación natural debido a su complejidad;
literatura fantástica como “el derecho al juego, a por eso se considera un gran logro. Los autores
la imaginación, a la fantasía; el derecho a la magia”; deben presentar lo Fantástico como algo creíble
Flora Botton Burlá opinó que “lo Fantástico está bajo el mismo principio de la “ilusión de la reali-
estrechamente ligado a la idea de lo imposible; si dad”, que constituye una ley en cualquier expre-
no hay imposibles no se concibe lo Fantástico..., sión artística.
o sea, es la aparición de lo imposible en el mun- Existe un aspecto muy interesante relacionado
do bien ordenado de la vida cotidiana”. Adrián N. con lo Fantástico que debería ser mencionado en
Escudero pone de relieve el hecho de que al co- este trabajo: la Alta Fantasía, la cual, a propósito,
menzar el oficio de las letras, lo hizo “más allá de crea igualmente una división dentro del campo del
lo mágico cotidiano, lo trascendente y el realismo tema Fantástico.
psicológico, los cuales se entretejerían vocacio- La Alta Fantasía (lo altamente fantástico) no
nalmente después – ensortijándose incluso – con incluye historias de fantasmas, fábulas de anima-
aquellas nostalgias del futuro, como me ha parecido les, cuentos populares ni farsas satíricas. Este tipo
más propio reacuñar …”. de literatura no está incluida en la Alta Fantasía; la
Y como mencionara certeramente José Luis Alta Fantasía son los cuentos de hadas y las his-
Vittori al comentar acerca de las obras artísticas, torias basadas en mitos donde se proyecta otro
“… las obras lúcidas, mágicas, fantásticas, incitan mundo con temas y motivos arquetípicos reco-
a imaginar y a soñar aventurados despegues que nocibles, tales como la iniciación a la hombría, la
nos aligeran de una pesada materialidad sin des- muerte y el renacimiento. Todo este efecto singu-
tino”. lar de ese otro tiempo y otro espacio crea una
Pero lo Fantástico también acepta la posibi- atmósfera cuya mejor descripción ha sido ofrecida
lidad de explicaciones naturales, aun cuando se por Tolkien: “Impresión y maravilla”.
24 Weird Tales de Lhork
Analicemos brevemente el contenido de algu- Al comentar sobre el término “ciencia” unido
nas obras consideradas de CF. Alien, de Alan Dean al de “ficción”, Kingsley Amis expresó que la CF
Foster, es rigurosamente una obra de CF, pues lo “es esa forma de prosa narrativa que versa sobre
que en ella ocurre podría ocurrir en una realidad situaciones que no podrían darse en el mundo que
futura durante los viajes estelares del ser huma- conocemos, pero cuya existencia se basa en cual-
no: un animal que posee la facultad de adaptarse quier innovación en la ciencia o en la tecnología,
a cualquier medio donde se reproduzca y copular o la pseudo-tecnología, de origen humano o ex-
a su manera con las formas de vida existentes en traterrestre”, mientras que Isaac Asimov definió la
ese medio. De esta forma asegura la continuidad CF como “la rama de la literatura que trata sobre
de su especie en cualquier rincón del universo y la reacción del ser humano a los cambios en la
la nueva mutación se adapta a las condiciones a su ciencia y la tecnología.” En este aspecto, Asimov
alrededor. He aquí un comportamiento biológico llamó “exclusionistas” a los que exigen que la CF
típico y el tema fue abordado con cuidado y rigu- se limite a probabilidades científicas – una espe-
rosidad científica. cie de CF estricta, pura —, y llamó “inclusionistas”
Por su parte, La guerra de las galaxias y la se- a los seguidores de una CF que abarca todo lo
rie Star Trek, independientemente de la extraordi- que ésta puede incluir. Estoy seguro de que para
naria labor artística de sus creadores para lograr muchos autores y lectores, e igualmente algunos
entretenimiento y obtener altas ganancias, son hombres de ciencia, una CF estricta y pura (¿ce-
ejemplos de aventuras donde se mezclan la CF, rrada?) resultaría demasiado aburrida. De hecho, si
algunas gotas de Horror y lo Fantástico. El com- lo que quieren los autores de CF es que sus obras
ponente de CF está formado mayormente por el sean compradas por los editores, la cuestión prin-
principio del viaje estelar y la posible existencia cipal aquí es que se escriba la CF que posea el in-
de vida desarrollada en otros rincones del cos- terés y la calidad requeridos por los editores. Esto
mos y su contacto con el ser humano. Lo Fan- deja abierta la puerta para la creación de cualquier
tástico radica en los “bichos” —algunos, irriso- mezcla, como las mencionadas al principio.
rios— que interactúan con los humanos (cantan, A este atractivo tema se le ha bautizado tam-
bailan y tocan instrumentos musicales como los bién como “anticipación”7 porque presenta casi
humanos —como en La Guerra de las Galaxias), siempre la imagen del futuro, bajo el principio de
además de respirar todos el mismo aire y sopor- que toda obra de CF representa una forma par-
tar la misma presión atmosférica junto a los hu- ticularmente aventurada de conjetura científica.
manos, sin necesidad de estar protegidos por un (¿No son acaso las teorías científicas meras con-
traje espacial. Las implicaciones bacteriológicas jeturas mientras no se comprueben en la prácti-
de tales contactos, consideradas por la CF genui- ca? Recordemos que la ciencia sólo funciona con
na, no se consideran aquí, ya que es válido igno- evidencias). Podemos fantasear cuanto queramos Alan Dean Foster (1946)
rar tales situaciones, entre otras, para facilitar la sobre cómo serán las astronaves en las que via- (Fuente: Wikipedia).
filmación de las series. jarán los seres humanos, pero hoy sabemos que
Para mencionar otro ejemplo, el logro de la esas naves existirán y llevarán a los miembros de T
gravedad artificial mediante la rotación es una
realidad hoy. Esto valida la recreación de cualquier
tecnología futura para producir este efecto sin la
necesidad de la rotación. En fin, cuando se hacen
aventuras de este tipo existe una licencia especial,
como ya se mencionó, para obviar situaciones
complejas de las leyes del viaje espacial y del con-
tacto con otras formas de vida.
Valga repetir que sin esta licencia de creación
no se podría, dentro del marco de la CF, presentar
la interacción de seres de diferentes mundos con
características tan disímiles sin el uso de las me-
didas bacteriológicas de protección obligadas. No
obstante, hay cuestiones que deberian respetarse
siempre, obligatoriamente, dentro de la frontera li-
mitada de la CF, por las implicaciones que poseen.
Por ejemplo, el presentar la reproducción entre
miembros de especies cósmicas distintas — a
menos que se exponga con la rigurosidad de Alien
— significa ignorar las leyes de la biología mole-
cular. Sería lo mismo que concebir la creación de
un híbrido entre, digamos, un conejo y un lobo. En
consideración a las rigurosidades de la vida real,
dentro de la CF se han hecho obras tales como
Outland, de Peter Hyams, llevado a la novela por
Alan Dean Foster.

Weird Tales de Lhork 25


la raza humana por el cosmos, y este es otro de Joseph Conrad la llamó “realismo fantástico”; Da-
los aspectos de la validez de la CF. Sin embargo, mon Knight utilizó el concepto de “ficción especu-
debido a esta razón, autores como Evgueny Bran- lativa”; Robert Heinlein bautizó la temática como
dis y A. Dmitrievsky han expuesto que el concep- “especulación realista”; William Tenn la nombró
to de anticipación debe ser revisado, ya que en la “fantasía científica”; y Michel Moorcock, “fantasía
actualidad ha envejecido. especulativa”. En nuestros días, muchos de los as-
La escritora y crítica argentina Graciela Matu- pectos calificados de especulativos ya no lo son;
ro8 calificó como “una ambigüedad insanable” la forman parte de la
expresión ciencia-ficción y señaló que el término A este atractivo tema se le ha bautizado tam-
anticipación ha sido un intento para mejorar el de bién como “anticipación” 7 porque presenta casi
CF. Al respecto, opinó que la literatura “no sólo an- siempre la imagen del futuro, bajo el principio de
ticipa, sino que también previene, descubre, juzga, que toda obra de CF representa una forma par-
intersectando el discurso tecnológico con otros ticularmente aventurada de conjetura científica.
aparentemente anacrónicos como lo son las sagas, (¿No son acaso las teorías científicas meras con-
leyendas y mitos de la humanidad, que encierran jeturas mientras no se comprueben en la prácti-
su inagotable reserva ético-religiosa”. ca? Recordemos que la ciencia sólo funciona con
Con el fin de apoyar al final el comentario de evidencias). Podemos fantasear cuanto queramos
E. Brandis y de A. Dmitrievsky, comencemos por sobre cómo serán las astronaves en las que via-
traer a esta discusión las diversas definiciones que jarán los seres humanos, pero hoy sabemos que
ha tenido la ciencia ficción. Judith Merril denomi- esas naves existirán y llevarán a los miembros de
nó “literatura de la imaginación disciplinada” a la la raza humana por el cosmos, y este es otro de
ciencia ficción de los autores norteamericanos, los aspectos de la validez de la CF. Sin embargo,
ingleses y franceses, a la “fantaciencia” de los ita- debido a esta razón, autores como Evgueny Bran-
lianos, a la “ficción científica de los latinoamerica- dis y A. Dmitrievsky han expuesto que el concep-
Robert A. Heinlein (1907-1988) nos y a la mencionada “literatura de anticipación”. to de anticipación debe ser revisado, ya que en la
(Fuente: Wikipedia). Además de estos términos, existe una infinidad actualidad ha envejecido.
de variedades en el intento de clasificar esta te- La escritora y crítica argentina Graciela Matu-
T mática por parte de diversos autores y críticos. ro8 calificó como “una ambigüedad insanable” la
expresión ciencia-ficción y señaló que el término
anticipación ha sido un intento para mejorar el de
CF. Al respecto, opinó que la literatura “no sólo an-
ticipa, sino que también previene, descubre, juzga,
intersectando el discurso tecnológico con otros
aparentemente anacrónicos como lo son las sagas,
leyendas y mitos de la humanidad, que encierran
su inagotable reserva ético-religiosa”.
Con el fin de apoyar al final el comentario
de E. Brandis y de A. Dmitrievsky, comencemos
por traer a esta discusión las diversas definicio-
nes que ha tenido la ciencia ficción. Judith Merril
denominó “literatura de la imaginación discipli-
nada” a la ciencia ficción de los autores norte-
americanos, ingleses y franceses, a la “fantacien-
cia” de los italianos, a la “ficción científica de los
latinoamericanos y a la mencionada “literatura de
anticipación”. Además de estos términos, existe
una infinidad de variedades en el intento de cla-
sificar esta temática por parte de diversos auto-
res y críticos. Joseph Conrad la llamó “realismo
fantástico”; Damon Knight utilizó el concepto de
“ficción especulativa”; Robert Heinlein bautizó la
temática como “especulación realista”; William
Tenn la nombró “fantasía científica”; y Michel Mo-
orcock, “fantasía especulativa”. En nuestros días,
muchos de los aspectos calificados de especula-
tivos ya no lo son; forman parte de la realidad
impuesta por el desarrollo de la tecnología. Con
el acelerado avance de la revolución científico-
técnica, ya no podemos decir que la CF proyecta
sólo la imagen fantasiosa de un futuro (en la in-
teligencia artificial, los celulares con video y las
proyecciones holográficas, por ejemplo, vemos
un presente bien real). Este hecho apoya lo ex-
presado por E. Brandis y A. Dmitrievsky 9.
26 Weird Tales de Lhork
Algunos afirman que antes del advenimiento
del fenómeno tecnológico, esta temática se hallaba
estancada en muchas ocasiones por las influencias
limitantes de Lovecraft. John Campbell rompe de-
finitivamente este sello luego de tomar la direc-
ción de la revista Astounding SF y, apoyado por los
editores jefes de las revistas Galaxy y Unknown,
hizo surgir la luminosa Edad de Oro de la cien-
cia ficción a partir de las décadas del 30 y del 40.
Gran parte de este cambio radical yace en el rom-
pimiento de la mera aventura espacial, denomina-
da “western espacial” (Opera Space), sin eliminarla
del todo, pero acompañándola de los necesarios
factores psicológico y filosófico, y por consiguien-
te, con la profundización de sus personajes en la
descripción, la narración y los diálogos.
La escritora estadounidense Catherine McLean10
opinó:

La CF ofrece también un medio excelente


para la crítica social, con lo cual se acerca más
al realismo cotidiano. Dentro de la proyección de
las posibles variantes del futuro se presentan las
relaciones entre el desarrollo científico-técnico,
la organización social y las diferentes formas de
la conciencia social. De esta manera, la CF sirve
como herramienta para la exploración sociológica;
en ella vemos las interrelaciones de los seres hu-
manos y sus reacciones hacia el medio circundan-
te. Al mismo tiempo y como consecuencia directa, S cluso, desde la época de la Revolución Industrial el
se señala aquí la posible ocurrencia de cualquier concepto de cambio ha estado presente en todo
problema en la ciencia y en la técnica que pudiese L. Ron Hubbard (1911-1986) lo relacionado con la tecnología y continúa sien-
(Fuente: www.scientologynews.org).
producir directivas peligrosas para el humano y su do el motor impulsor de cualquier tipo de desar-
medio ambiente. rollo tecnológico. Isaac Asimov, escritor de CF y
hombre de ciencia, señaló que la CF pretendía ser
Hugo Gernsback discutía a menudo que la CF una respuesta literaria a los cambios científicos. El
poseía fuerza educativa. De hecho, toda creación cambio predice no sólo cómo será nuestro mun-
literaria debe incluir un mensaje educativo como do sino también cómo será el universo entero.
parte de su valor general. Sin embargo, hemos de Por consiguiente, el cambio es y seguirá siendo el
reconocer que cualquier fuerza educativa dentro motivo central para la creación de la CF.
de la CF se torna secundaria porque sencillamen- Con el propósito de cumplir sus objetivos,
te lo que quieren los lectores y fanáticos de la CF hemos visto que la CF utiliza, de manera con-
es, en primer lugar, acción y aventura. Y eso es lo trolada, algunos de los elementos inherentes a
que se les brinda, “lo que se vende” tanto en la lo Fantástico, mientras que lo Fantástico puede
literatura como en la cinematografía. Claro está, utilizar muchos de los elementos que conforman
no me refiero a la literatura comercialista y barata la CF, como se expuso en el ejemplo de las series
de las aventuras “a cualquier costo”, escritas por La guerra de las galaxias y Star Trek (los experi-
lo general con premura para sobrevivir o llenar un mentos de laboratorio, el viaje en el tiempo, el
vacío. La buena literatura y la buena cinematogra- contacto entre el humano y otras formas de vida
fía presentarán acción, mas no en detrimento de la en el universo, la inteligencia artificial, etc.). Por
ciencia ni de la calidad general de la obra. Los au- consiguiente, y en contra de las opiniones festina-
tores han de recrear su ficción únicamente sobre das de sus detractores, la CF nada tiene de “lite-
la base de la información actualizada en el campo ratura de segunda categoría”. L. Ronald Hubbard
científico-técnico. Y es menester señalar aquí que se sentía molesto por la discriminación de la que
muchos escritores de CF son también hombres siempre han sido víctimas la CF y sus creadores,
de ciencia, por lo que utilizan este campo como considerados por algunos como ‘escritores de
medio de expresión cultural para predecir lo que segunda clase’. En cierta ocasión manifestó: “He
luego sucederá, al tiempo que les sirve para expo- oído decir, como una afrenta: ‘Era un escritor de
ner teorías y conceptos. Fue la CF la que orientó CF’, y se lo he oído decir a muchos. Esto me hizo
inicialmente a muchos científicos hacia la explora- comprender que poca gente entiende...” Porque
ción del sistema solar y del cosmos. es inaudito que muchos olviden las obras mun-
Debido al acelerado avance de la ciencia y de dialmente reconocidas de creadores como Pohl,
la tecnología en los últimos quince años, el factor Bradbury, Asimov, Lem, Efremov y Anderson, en-
dominante en la sociedad de hoy es el cambio. In- tre tantos otros, que están a la misma altura de
Weird Tales de Lhork 27
los escritores más reconocidos de la literatura NOTAS
realista. 1. La Ciencia Ficción debe su nombre a Hugo
Pero también la CF fue víctima de reveses. Du- Gernsback, ingeniero nacido en Luxemburgo, ra-
rante las primeras etapas de su vida, la CF se ali- dicado desde 1904 en los Estados Unidos y con-
mentó de fuentes de información erróneas debido vertido en escritor y editor estadounidense (de-
a los primeros desatinos de los astrónomos y los saparecido en 1953). En 1926 acuñó el término
astrofísicos; el avance tecnológico no estaba tan scientifiction en la revista Amazing Stories y que en
avanzado como hoy. Por esta razón se hizo litera- 1929 se convertiría en el definitivo science-fiction.
tura donde aparecían seres racionales en Marte y 2. La Ciencia Ficción y lo Fantástico son temas
selvas y pantanos en Venus (tal vez influencias de como el amor, la guerra, etc. No se les debe llamar
Velikovsky, de Lowell o de Schiaparelli). Y aquellos géneros como lo son la poesía, el cuento, la novela,
conceptos fueron trasladados luego al cine y así se el ensayo, etc. (aun cuando poseen características
fueron transmitiendo falsas referencias a las gene- propias que pudieran concederles el rango de gé-
raciones interesadas y sus nuevos astrónomos y nero).
astrofísicos. Este hecho, por supuesto, no ayudó a 3.Véase Time Travel: A New Perspective.
corregir con mayor rapidez los errores. 4. La separación de las galaxias puede producir,
La situación ha cambiado hoy. Ya no se escriben no obstante, choques catastróficos entre ellas. Se
historias de visitantes provenientes de Venus o de ha comprobado que la nebulosa de Andrómeda
Marte (o de ningún otro planeta de nuestro siste- está acercándose a la Vía Láctea y que aproxima-
ma). Las informaciones recopiladas y transmitidas damente en 5 mil millones de años ambas galax-
por casi una docena de vehículos no tripulados que ias chocarán, produciéndose una deformación en
han penetrado las densas capas nubosas de Venus, ambas.
aportaron valiosos datos sobre ese mundo y ya na- 5. El término hueco negro fue establecido en
die se atreve a llamarlo “la hermana de la Tierra”. 1967 por el físico estadounidense John Wheeler
Y gracias a las fotografías de la superficie marciana al momento de brindar una conferencia en Nueva
enviadas por Viking-2 y luego por otros vehículos- York, aunque la teoría había surgido ya nueve años
robot, se ha visto que Marte es un desierto que antes.
abarca todo el planeta, en medio de una atmósfera 6. Time Travel: A New Perspective (Capitulo 16,
muy fina y sin protección contra los rayos ultravio- p.108).
letas del Sol, donde, tal vez, sólo alguna forma de 7. Antiguo término forjado desde la época de
vida microbiana podría existir en el subsuelo. Julio Verne y que todavía se conserva entre los
La CF se ha convertido también en una herra- medios críticos de Europa. Este fue adoptado por
mienta de advertencia. Ya en estos momentos la algunos en Latinoamérica, tales como el “maestro
CF es mitad presente y mitad futuro; hoy se apoya del cuento santafesino” Edgardo A. Pesante (1932-
en el presente y anticipa el porvenir y, como ya se 1988).
expuso, se presenta como una conjetura formu- 8. Léase “La ficción apocalíptica de Adrián Es-
lada a partir de tendencias válidas para el mundo cudero”, en Doctor de Mundos.
real y previene hechos no sólo de las ciencias fí- 9. Durante la Primera Convención de Ciencia
sicas sino también de las ciencias humanas, todo Ficción del Cono Sur (CONSUR-1), en septiem-
expuesto en imágenes artísticas. bre de 1991, el escritor brasileño André Carneiro
Es por eso que la CF jamás morirá; no pue- señaló que la literatura tradicional, nos guste o no
de morir porque no puede agotarse. Sólo se irá nos guste, caería inevitablemente en los brazos de
modificando, se expandirá para adaptarse al desar- la CF, “porque dentro de muy poco tiempo nos
rollo de los tiempos. Los hechos futuros seguirán será imposible escapar del escenario cibernético
marcando su paso a lo largo del tiempo, según los donde vivimos y donde creamos nuestro arte.”
nuevos descubrimientos de las generaciones veni- 10.Véase “Feedback” en Crossroads In Time (An-
deras. tología de varios autores).

28 Weird Tales de Lhork


Gianluigi Zuddas

LA CORONA DE ASA
S
olomon Kane ajustó el abrigo sobre sus hombros e intentó ignorar
el viento frío que soplaba sobre su espalda en la desolada landa. En
el cielo se sucedían las nubes cargadas de lluvia, y el mar ante él era
una extensión gris erizada por espumeantes olas que se estrellaban sin ce-
sar contra las rocas de la costa. Hacía tres horas que había dejado atrás el
pueblo de Bideford, ansioso por alcanzar aquella costa inaccesible que tanto
le había hecho soñar con aventuras y peligros cuando era niño. Sus ojos se
fijaban ahora en la Isla de Lundy, minúscula imagen a diez millas de la orilla, y
erraban a ratos por el horizonte buscando una vela. A su derecha se abría la
amplia desembocadura del Canal de Bristol, y sabía que era por allí, cerca de
Lundy, por donde transitaban habitualmente los buques mercantes armados
que salían de aquella ciudad, de Newport y de Cardiff. Desde esos puertos,
valientes comerciantes y hábiles comandantes de navío se hacían a la mar
para seguir las rutas de África Occidental, desafiando abiertamente la Bula
Papal que había repartido el imperio mundial entre España y Portugal, igno-
rando desdeñosamente a Inglaterra.
Usando la fuerza y la astucia, con ayuda de biblias y de balas de cañón,
aquellos comandantes se habían abierto un camino hasta el Cabo de Bue-
na Esperanza e incluso hasta las Indias Occidentales, amenazando a las dos
todopoderosas naciones católicas que reclamaban la posesión de los terri-
torios de ultramar. Solomon Kane compuso un triste gesto de orgullo recor-
dando que él también había formado parte de aquellas tripulaciones fuertes y
duras, dispuestas a arriesgar la piel por un buen negocio, y su mano derecha
fue a posarse casi por sí misma en la guarda del florete. ¿Pero qué quedaba
ahora de todo aquello? Nada, aparte del hecho de saber que esas aventuras
pertenecían ya al pasado. Su mirada se mostró dolorida y cansada por un
momento. Para cambiar de pensamientos, descolgó la alforja de su cintura y
se sentó, abriéndola para ver qué le había puesto como refrigerio Gwen, la
esposa galesa del posadero de Bideford, cuando había visto que salía esa ma-
ñana. Se disponía a sacar los paquetes para ponerlos en una roca lisa cuando
paseó una vez más la mirada por el mar, y lo que vio le hizo saltar violenta-
mente: a una cincuentena de brazas por debajo de él las olas rompían en una
Texto: Gianluigi Zuddas larga resaca, entre las puntas aceradas de los acantilados que porfiaban en su
Ilustración de cabecera: Sara Mila lucha contra las borrascas, incluso muy lejos de la propia orilla, y de entre las
rompientes emergía el largo cuello arqueado de un monstruo prehistórico
con cabeza de dragón que profería su mudo desafío al cielo nublado. Kane se
Weird Tales de Lhork 29
puso en pie, convencido por un instante de estar Intrigado, Kane buscó un medio de bajar para
viendo un fantástico animal marino que luchaba examinar más de cerca los despojos que el mar
con la resaca para alcanzar tierra firme, y sólo en- había arrojado a la orilla. ¿Desde qué tierra lejana
tonces comprendió que aquella feroz cabeza con y olvidada había aparecido aquel barco legendario,
sus colmillos había sido esculpida en madera, y re- y qué le había llevado a naufragar contra aquellos
cuperó el aliento que el estupor le había robado. acantilados? Kane recordaba lo que había apren-
¿Pero qué era entonces ese objeto medio su- dido sobre los antiguos vikingos: que hasta cuatro
mergido entre las rocas azotadas por el mar? Ol- siglos antes no había costa en el mundo que no
vidando su almuerzo, Kane buscó en el acantilado hubiera conocido sus crueles hazañas. Se contaba
un mejor puesto de observación, y casi inmediata- que incluso habían formado parte de las legiones
mente se dio cuenta de que se trataba de la proa romanas en los primeros tiempos del imperio.
de un barco, con un trozo del casco aún adheri- Pero en el siglo octavo, tras el ataque a la fortaleza
do. En la orilla, numerosos fragmentos de variadas sajona de Lindsfarna, se habían convertido en un
formas y otros objetos difícilmente indentificables, auténtico azote para todas las poblaciones litorales
esparcidos por todas partes, testimoniaban que desde el Atlántico hasta el Mediterráneo. Se con-
aquella singular embarcación había naufragado taba que en el año 860 seiscientos drakkars habían
después de haber llegado intacta hasta allí, y que dejado Jutlandia para abordar las costas de Frisia,
dicho drama no había debido de ocurrir mucho y que los rubios devastadores habían llevado sus
tiempo antes. razzias al corazón del reino de los francos, hasta
Kane estaba tenso y se estremecía de curio- la mismísima ciudad de París. Dinamarca, Suecia y
sidad. Concentró la vista en el pecio, sin sentir si- Noruega habían alumbrado aquella raza de pode-
quiera el rigor del viento que silbaba entre los ro- rosos depredadores, individualistas irrespetuosos
cosos relieves a los que había trepado. Un barco. con la religión propia y ajena, aventureros orgullo-
¿Pero qué barco era ése?, se preguntó. Después sos y salvajes, inmisericordes e indomables. Pero
de un momento, se dio cuenta de que el nombre después del siglo once habían desaparecido poco
que se le había pasado por la cabeza no era fru- a poco. Sus territorios nórdicos habían sufrido la
to de su fantasía, sino de precisos recuerdos: en invasión de los frisios, y de ellos y de sus fantásti-
el pasado había visto dibujos que representaban cos barcos no quedaba ya sino el recuerdo. Y he
las fantásticas y orgullosas proas que surcaban los aquí que ahora uno de aquellos drakkars de cabe-
mares, llevando consigo el desafío y la muerte en za de monstruo había surcado el mar, veloz, con
las mandíbulas abiertas de las cabezas de dragón. su roja vela hinchada por el viento, para hallar en
Y de aquellos navíos alargados, muy rápidos, ini- los acantilados de Devon el destino final de todo
mitables, habían desembarcado guerreros que se bajel.
habían abierto camino a golpes de espada y ha- Kane comprobó que no había manera de bajar
cha para matar y hacer pillaje. Conquistadores y a la orilla y se alejó, esperando hallar un sendero
piratas, mercenarios y destructores desaparecidos más practicable en el extremo del promontorio.
hacía siglos, cuyas hazañas habían sido escritas a Llevaba un cuarto de hora caminando cuando
hierro y fuego en todas las costas. La desmembra- comprendió, de la peor de las maneras posibles,
da embarcación era un drakkar vikingo, y los escu- que su impaciencia y la excitación de aquel descu-
dos rojos y negros que podían verse a lo largo de brimiento le habían vuelto peligrosamente distraí-
los flancos medio sumergidos habían visto estallar do e imprudente: una gruesa hacha de combate sil-
incendios en las costas de los francos y los sajo- bó en el aire, pasó como un torbellino a un palmo
nes, cuando los rubios piratas del norte bajaban a de su cabeza y golpeó su hombro con el mango,
hacer razzias desde los fiordos helados de sus tie- enviándole a tierra. Aturdido, apenas tuvo tiempo
rras. Pero, ¿qué hacía allí, ahora, aquel despojo de
épocas de las que no quedaban sino las crónicas
confusas y sangrientas? «Después de un momento,
Kane observó la afilada proa que las rocas ha-
bían mellado profundamente, incapaz de respon- se dio cuenta de que el
der aquella pregunta. Era un navío prácticamente
inmune al océano, con su larga quilla apenas curva- nombre que se le había
da que le permitía recalar en las más lisas playas. El
timón debía de haber estado, ciertamente, coloca- pasado por la cabeza
do a la derecha, ingeniosamente, y el desarrollo de
la contraquilla era admirable, a juzgar por lo que no era fruto de su
podía verse aún. Aquel barco debió de poseer una
extraordinaria elasticidad, reflexionó Kane, y una fantasía, sino de precisos
robustez a prueba de tempestades.Tenía un calado
mínimo y su longitud original podría haber sido recuerdos»
de un centenar de brazas. No cabía duda de que
alcanzó velocidades al menos cuatro nudos supe-
riores a las más rápidas carabelas españolas que se
construían ahora, y sus planchas debieron de ser
el instrumento perfecto para afrontar el océano.
30 Weird Tales de Lhork
de ver el arma rodar entre las rocas cuando un —Ahí está tu hoja, extranjero. Cógela y sigue
individuo de gran estatura surgió de entre los ma- peleando, se burló Kane. Yo tampoco tengo nada
torrales blandiendo una gran espada de doble filo, en contra de un buen duelo. Pero si tuvieras uso
y se precipitó hacia él aullando salvajemente. de tus ojos prestarías más atención a lo que haces,
—¡Por las Siete Colas de Satán! juró Kane, po- amigo mío.
niéndose en pie de un salto. —¡Te veo lo suficiente para dar con tus tripas,
Su florete saltó en el aire para parar el golpe bandido!
del adversario, pero fue abatido como una brizna —¿Ah, sí? ¡Pero dime al menos quién diablos
de paja. Sólo por un milagro del instinto pudo el eres tú y por qué razón quieres enviarme a los
puritano sustraerse a aquel asalto violento e ines- brazos de tu Odín!
perado, saltando súbitamente a un lado. El inicial —¡Muere! respondió el otro, lanzándose por
estupor no había sin embargo embotado sus re- enésima vez contra él.
flejos, templados por cien batallas ensangrentadas, Por alguna razón que ni él mismo comprendía
para replicar instantáneamente procurándose una bien, Kane sentía una cierta reticencia a asestar un
pronta defensa, y el impetuoso atacante prosiguió golpe definitivo al guerrero rubio; se limitó pues
su carrera cinco o seis pasos antes de poder de- a retroceder esquivando sus estocadas o desvián-
tenerse. Cuando el individuo se giró, juró en un dolas. Sospechaba que no era un salteador que co-
dialecto nórdico y Kane se percató de que lo en- diciase su bolsa, y el evidente hecho de que estaba
tendía Pudo ver que era un hombre rubio, robusto casi ciego hacía difícil para el espadachín matar-
como un búfalo, vestido con pantalones ajustados le sin titubeos como habría hecho con cualquier
y una chaqueta bordada de pieles. Sus brazos des- otro. Ahora, pasada la sorpresa, la aparición de ese
nudos eran musculosos y estaban cubiertos de individuo y el barco estrellado contra las rocas
tatuajes parecidos a letras rúnicas, y su rostro ace- se sumaban en su mente como un solo aconteci-
rado y bigotudo no auguraba nada bueno. miento, y Kane no tardó en decidir que el belico-
Sin dudarlo, se lanzó de nuevo contra Kane, ha- so individuo había formado parte de la tripulación
ciendo remolinear ferozmente su enorme espada. que había naufragado allí. Esto avivó su curiosidad.
Sólo su innata destreza permitió al espadachín de —Ya basta, dijo después de retroceder un
Devon desviar aquellos espantosos golpes con su poco más. Deja de portarte así o me veré obliga-
delgada hoja, pero cuando le hubo tomado la medi- do a matarte, muchacho. Dios es testigo de que
da a su adversario consiguió mantenerlo a distancia no me apetece, pero lo haré si no te detienes ahí
sin grandes dificultades, retrocediendo lentamen- mismo. ¿Me has comprendido?
te. El hombre rubio era un combatiente tan feroz —¿Matarme, tú? ¡Puah! El hombre rubio escu-
como tosco, y al inglés le pareció que estaba medio pió al suelo, resollando como un fuelle, y se detuvo
ciego o medio débil de mente por lo mal equilibra- un momento. No existe el sajón a quien Halfdan
do de sus ataques. En dos ocasiones la pesada hoja el Negro no pueda merendarse. Pero tengo que...
de este último hendió solamente el follaje de los ¡uf! Tengo que reconocer que no te manejas mal
arbustos, y otra vez acabó por hundirla profunda- con esa ridícula espadita.
mente en un montículo de tierra cuando intenta- —Mi nombre es Solomon Kane, muchacho. Po-
ba cortar en dos a Kane con un golpe de arriba a dría ser tu padre. Y este florete ya estaba más que
abajo. El puritano le golpeó el rostro con el florete, saciado de sangre humana cuando tú sólo eras una
demostrándole así que habría podido traspasarle vaga idea en la mente de tus padres.
fácilmente si lo hubiera querido. —¡Bravucón! replicó Halfdan, falto de aliento.
—¡Que Odín te maldiga! exclamó entonces el Quien quiera que seas, sácate de la cabeza la idea
desconocido. Acércate y deja de esquivarme como de pasar por aquí. O te vas, y rápido, o te corto en
una anguila, especie de cobarde. ¡Lucha como lo dos ahora mismo, maldito Solomon Kane. Ánimo,
hacen los hombres dignos de llamarse tales! desaparece, puesto que no quieres luchar.
Resollando, el hombre rubio se precipitó otra El espadachín compuso una dura sonrisa:
vez en su dirección y esta vez Kane decidió gol- —¿Y por qué no puedo pasar por aquí? Estoy
perle. Se agachó con brusquedad mientras la hoja en mi derecho de ir a donde quiera y no me gusta
de su adversario hendía el aire sobre su cabeza y que me bloqueen el camino.
le hundió profundamente el florete en un muslo. —A mí tampoco, te lo aseguro. Pero por aquí
Después le golpeó con el hombro en mitad del no se pasa. ¿Aún quieres batirte, sajón? ¡Adelante!
pecho y el otro rodó pesadamente por tierra. La Kane respondió a este despectivo desafío al-
espada se le escapó de las manos. zando instintivamente su florete, pero en ese mo-
—¡Carroña de sajón! gritó. ¡Te cortaré la cabe- mento se dio cuenta de cómo Halfdan entrecerra-
za y me haré una copa con tu cráneo! ba los ojos, intentando distinguir su imagen a una
Kane le vio levantarse como si no se hubiera distancia de sólo cinco pasos.
percatado de la herida y buscar furiosamente por —¡Al diablo! juró. Envainó rabiosamente el
el lugar para recuperar su arma. Estupefacto, se arma, después se volvió y se alejó rápidamente en
convenció entonces con seguridad de que el ex- la dirección por donde había venido.
traño y belicoso individuo debía de estar practica- —De todas todas, no puedo batirme con un
mente ciego, porque la espada estaba apenas a dos ciego. Parece que tú ganas, muchacho. Adiós.
pasos de él y parecía no verla. De una patada, se la —¡Eso es, vete! ¡Vete! le persiguió la voz. Has
mandó a los pies. comprendido de dónde sopla el viento, ¿eh, sajón?
Weird Tales de Lhork 31
Vete pues a contarles a tus amigos que te has en- fendía enérgicamente. Las hojas zigzagueaban en
contrado con Halfdan el Negro y que has salido el espacio que separaba a los adversarios y los
con vida. ¡No hay muchos que puedan presumir negros abrigos remolineaban en el aire, cuando
de ello!. Kane cayó como un halcón sobre las espaldas
Kane ni siquiera se tomó la molestia de res- de los dos hombres. Su florete iba por delante
ponder. Un momento más tarde, cuando se en- y atravesó de parte a parte a uno de los miste-
contraba ya a un centenar de pasos, aún le oyó riosos individuos. Éste se volvió súbitamente y
gritar: el espadachín tuvo que arrancarle el arma del
—Y la próxima vez que vuelvas por aquí, tráete cuerpo para que no se quebrara en sus vísceras.
también a tus hermanas. ¿Me entiendes, eh? ¡Vues- Tuvo la impresión de que la terrible herida no
tras hermanas, vuestras hijas y vuestras mujeres: había hecho más que acrecentar su ferocidad,
eso es todo lo que tenéis de bueno los sajones, porque le replicó con una estocada que el inglés
palurdos pordioseros! ¡Ah! ¡Ah! evitó a duras penas. Estupefacto, Kane vio una
—Descarado bastardo, gruñó Kane para sus cara velluda como la de una bestia y dientes que
adentros. Después no pudo reprimir una sonrisa. relucían como colmillos en una boca ancha y
He ahí a un tipo que no se deja intimidar por na- cruel. Pero había luchado demasiadas veces con-
die, pensó. ¿Realmente era un descendiente de los tra seres extraños y monstruosos como para
antiguos vikingos? A juzgar por su aspecto y sus quedar impresionado. Evitó otra estocada y le
vestimentas, parecía que así era, e incluso aquel es- hundió el florete hasta la empuñadura en el pe-
pléndido drakkar había pertenecido a uno de sus cho, agarrándole después la peluda garganta con
antepasados y había sido conservado hasta enton- las dos manos. Apretó con furia hasta que sintió
ces en algún lugar oculto. No había que sorpren- que el cuello del adversario se rompía, y cuando
derse de que el joven lo hubiera estrellado: aquel le soltó éste cayó muerto al suelo.
Halfdan era tan irrespetuoso como imprudente, Halfdan y el otro seguían luchando entre los
tan valiente como ciego. matorrales, tropezando en sus evoluciones, inten-
Mientras regresaba al lugar donde había deja- tando acabar el uno con el otro con terribles gol-
do la bolsa con su frugal comida, Kane percibió pes. El rubio vikingo podía estar herido y medio
que había alguien más en la landa. A un cuarto de ciego, pero Kane no recordaba haber visto jamás
milla dos campesinos o dos pastores, envueltos en a alguien que se batiera con tanto salvaje vigor.
largos abrigos negros parecidos al suyo, se dirigían Estaba claro que la furia y la deseperación aún le
hacia la costa, provenientes del lado del país de daban fuerzas para replicar al asalto de la vellu-
Bude, en la orilla opuesta del cabo. Kane se detu- da criatura. En efecto, antes de que Kane pudiera
vo, diciéndose que aquellos dos iban a encontrarse llegar en su ayuda, el vikingo alcanzó el cuello del
con un peligroso individuo acechando en su cami- otro con un terrible tajo que le hizo volar la cabe-
no. De pronto decidió que era absolutamente su za, separándola limpiamente del cuerpo. La sangre
deber impedir que Halfdan asaltara por sorpresa manó de las venas carótidas seccionadas y el inhu-
a los inocentes paisanos, de modo que desandu- mano individuo de agudos caninos rodó entre la
vo el camino. Mientras volvía sobre sus pasos, vio vegetación.
sin embargo que aquellos dos ya parecían haber- Durante algunos instantes, Halfdan el Negro
se percatado de la presencia del joven vikingo: en no hizo otra cosa que jadear. Después examinó su
efecto, habían echado a correr hacia el lugar don- herida en el brazo y emitió un irritado gruñido:
de éste estaba emboscado. Su comportamiento —¡Maldito sea Odín! juró. De desgracia en
dejó estupefacto a Solomon Kane: los dos indivi- desgracia, siempre podemos encontrarnos aún
duos a quienes había tomado por paisanos habían peor. Primero un sajón me hace polvo una pierna,
sacado de debajo de los abrigos largos y brillantes y ahora mi mejor tatuaje del antebrazo está corta-
sables y avanzaban a saltos anormalmente rápidos, do en dos y arruinado para siempre. ¿Tienes idea
bestiales, como lobos que hubieran avistado su de lo que cuesta un buen tatuaje, amigo?
presa. Sus movimientos tenían algo tan sutilmen- Kane no pudo evitar la risa. Después, perplejo,
te inhumano que hizo estremecerse al espadachín. examinó los increíbles cadáveres de los dos des-
Los perdió de vista cuando se internaron en un conocidos.
bosquecillo de matorral, pero ya su instinto le ha- —¿Pero qué son? Conozco Devon y Cornua-
bía impulsado a echar a correr desenvainando su lles como la palma de mi mano, por no hablar de
arma. toda Europa, pero nunca vi ni oí hablar de seme-
Incluso antes de llegar al lugar donde Hal- jantes seres.
fdan le había tendido la emboscada, oyó el es- —Son los Hijos del Lobo, gruñó Halfdan vol-
trépito resonante del metal chocando contra viendo el cuerpo de uno con el pie. ¿Nunca los
metal y los gritos de una furiosa lucha. El joven habías, visto, verdad? ¡Me lo creo! Estos malditos
hombre rubio cortaba el aire y la vegetación siguieron hasta aquí mi drakkar, y sabía que no tar-
con su gruesa espada y lanzaba obscenos jura- darían en encontrarme. Notan el olor de la pre-
mentos intentando mantener a distancia a sus sa incluso a través de todo un océano, y nadie se
dos extraños adversarios, que le acosaban con les escapa nunca. El único medio de sacárselos de
espantosa ferocidad. Halfdan estaba herido en encima es arrancarles el alma del cuerpo a esto-
un brazo, además de la pierna, y aunque pare- cadas.
cía estar en una situación desesperada se de- El puritano frunció el ceño:
32 Weird Tales de Lhork
—¿Llegaron en barco? Pero, entonces, hay mu-
chos otros. Mas ¿por qué te siguen y de dónde «En efecto, antes de que
venís, tú y ellos?
—Es una historia demasiado larga. De todas Kane pudiera llegar en su
maneras, gracias por la ayuda, sajón.
Halfdan se alejó a toda prisa. Cuando Kane le ayuda, el vikingo alcanzó
alcanzó, vio que el vikingo escrutaba el mar desde
lo alto de un precipicio que dominaba el mar. el cuello del otro con un
—Esos dos habían desembarcado solos, dijo fi-
nalmente el hombre rubio. Conozco su forma de terrible tajo que le hizo
actuar. Pero sus camaradas patrullan estas aguas
esperando una señal. ¡No consigo verlos!... ¡Maldi- volar la cabeza, separándola
tos ojos! Seguramente están al otro lado del cabo
en su barco infecto. Unos navegantes lamentables, limpiamente del cuerpo.»
esos Hijos del Lobo. Habría jurado que no con-
seguirían seguir mi drakkar. Y, sin embargo, ahora
están aquí.
—¿Estás solo? le preguntó Kane.
Antes de responderle, Halfdan le observó lar-
gamente. Después se encogió de hombros. Parecía —Sí, ¿pero el ciego?
no preocuparse demasiado por sus heridas, aun- —Más vale estar ciego que acabar entre los
que cojeaba visiblemente de la pierna que el espa- restos del naufragio. El hombre muerto no vale
dachín le había alcanzado. gran cosa, declaró.
—Hay una persona conmigo. Está abajo, en la —¿De dónde venís?
orilla, en una cabaña que he construido con los —De Groenlandia, respondió el hombre rubio.
restos de mi barco. Y antes de Marklandia, y antes de eso de Hellulan-
—Si necesitáis ayuda, tal como me parece, has dia y de Vinlandia. Los caras-peludas nos han obli-
sido un estúpido al atacarme, le reprochó el puri- gado a hacer un bonito viaje, persiguiéndonos du-
tano. rante tres meses. Y ésta es la última etapa. Dime,
—Quizá, rió Halfdan. Pero sé muy bien lo que ¿la ciudad de Haitabu aún existe? ¿Y Trondheim?
los sajones piensan de los vikingos. Con vosotros ¿Y Bergen la Bella? La Sippe de los vikingos no ha
siempre hemos discutido usando espadas en vez podido extinguirse así.
de palabras. Kane negó con la cabeza. Sabía que con la pa-
—Los sajones ya no viven en Devon, rectificó labra Sippe los escandinavos designaban el conjun-
Kane. Y los acontecimientos a los que te refieres to de la familia, sus bienes y sus tradiciones. Pero
están tan lejos en el tiempo que actualmente nadie nunca había oído el nombre de esas ciudades.
habla de ellos. Hoy en día, Escandinavia y Dinamar- —Groenlandia, murmuró pensativamente. Se
ca ya no albergan a la raza de los vikingos sino a cuenta que los vikingos de Noruega habían esta-
sus pacíficos descendientes, y los ingleses tenemos blecido colonias en las zona septentrional de las
otros enemigos. De tus antepasados piratas sólo Indias Occidentales. Pero el viejo capitán islandés
queda el recuerdo, muchacho. Es extraño que no Jon fue a esos territorios no hace mucho tiempo
lo sepas. y no encontró rastros de vida, salvo algunas casas
—¿Hablas en serio? Halfdan le miró, asombra- destruidas, secaderos de pescado y almacenes de
do, y después bajó tristemente la vista. Entonces sí grano arruinados.
que ha cambiado el mundo. Ya no hay vikingos en —¿Ah, sí? Puede que fueran las ruinas de
el norte... ¡Oh, dioses del Valhalla! ¡Es una noticia Sandsnes o de Harjolfsnes. Los Hijos del Lobo
que le dará el golpe de gracia a la pobre Ragna- quemaron esos países cuando mis bisabuelos aún
hild! no habían nacido. Pero mi pueblo aún resiste en
El joven había envainado la espada. Después Brattahlid. Ven, Solomon Kane, te ofreceré comida
miró alrededor entrecerrando los párpados. y bebida. Ragnahild y yo sólo hemos podido salvar
—Ayúdame a buscar mi hacha, sajón o bretón algunas pocas cosas del barco, pero lo suficiente
o cualquiera que sea tu raza, Solomon Kane. Ten- para reconfortar el paladar de un huésped. Hal-
dré que usarla muy pronto, si conozco a los Hijos fdan precedió al puritano a lo largo de la escar-
del Lobo. pada costa hasta hallar un sendero abrupto a su
Mientras que desandaban el camino para re- derecha. Poco después se encontraban en la orilla,
cuperar el arma, Halfdan le explicó que su misión caminando por una playa de guijarros y cantos ro-
era montar guardia en aquel lugar mientras la mu- dados a la sombra de las paredes rocosas
chacha a quien llamaba Ragnahild pescaba y prepa- —¿Ragnahild es tu esposa? ¿Fuisteis los únicos
raba la comida. Rió cuando Kane comentó que su supervivientes del naufragio?
defectuosa visión hacía de él un pobre guardián, —Sólo estábamos nosotros dos en el drakkar.
pero no se ofendió. Y realmente no puede decirse que fuera un nau-
—El lisiado puede montar a caballo, el manco fragio. Ragnahild quería llegar a esta costa, pero el
guardar un rebaño y el sordo cometer un homici- oleaje estrelló el drakkar contra las rompientes
cio, dijo alegremente. anoche mismo. Era imposible amarrarlo sólida-
Weird Tales de Lhork 33
mo... nunca me dice nada. Y tú, ¿quién eres tú, ex-
«No es una simple corona, tranjero?
Kane se presentó, inclinándose ligeramente.
sino la Corona de Asa, Pero el vikingo le interrumpió desde el interior:
—¡Ah, pequeña! Veo que has cogido pescado
rectificó Ragnahild. Es el esta mañana. Entra, inglés. Hoy vas a comer un pla-
to refinado, cocinado por las manos de una ver-
medio... el arma gracias a la dadera reina vikinga. ¡Un honor que no se tiene
todos los días, por las barbas de Odín!
que nuestros antepasados Ragnahild se precipitó dentro de la cabaña y
arrancó la cantimplora de sidra de las manos de
pudieron mantener a los Halfdan, para empujarle y sentarlo a la fuerza so-
bre un burdo taburete.
Hijos del Lobo lejos de —¡Borracho... bribón! ¡Te has peleado! Déja-
me ver la pierna. ¡Oh, dioses! Pierdes sangre y ni
Groenlandia» siquiera te das cuenta, inconsciente. Manténla esti-
rada un momento.
La joven temblaba como una hoja mientras se
arrodillaba ante su compañero.
mente, ¿entiendes? Maldito lugar, y maldita sea la —No es grave, la tranquilizó Kane, experimen-
testarudez de esa chica. tando una repentina simpatía por ella. Miró a su
Viendo que Kane no comprendía, el hombre alrededor y vio que en la cabaña había numerosos
rubio prosiguió: objetos de extraña factura pero fácilmente reco-
—Ragnahild es la última descendiente directa nocibles por su uso, unos colgados de las paredes
de la Sippe de Asa. Has oído la leyenda de la Reina y otros puestos sobre una mesa hábilmente cons-
Asa y de su Corona, ¿no? Bueno, es una Corona de truida con madera de desecho. En una esquina, una
extraños poderes. La pequeña tontuela está con- pequeña marmita estaba suspendida de un trípode
vencida de que puede encontrarla aquí y no hay metálico sobre un rústico hogar. Había dos jergo-
forma de hacerla cambiar de idea. Han sido tres nes con mantas de piel bien curtida. Sin el menor
meses a la búsqueda del Thingvellir y de la Coro- embarazo, Halfdan se había quitado los pantalones
na de Asa: ¡magia, fábulas, supersticiones! Y ahora y dejado a su compañera que le curara la profunda
mira en qué lío estamos. Eh,... tú que tienes bue- herida de florete. El hombre rubio guiñó un ojo a
na vista, ¿no ves barcos en el mar? Un bebedero Kane, apoderándose de nuevo de la cantimplora y
con una vela negra. Si lo divisas, avísame enseguida, bebiendo un largo trago. Luego se la pasó.
amigo mío. —Ahora Ragnahild está acostumbrada a cui-
Kane guardó para sí las preguntas que habría darme, explicó. Desde que viajamos juntos, he
querido formular, a pesar del interés y el asom- recibido tres heridas, una por cada escala que hi-
bro que habían despertado en él las concisas cimos. La primera fue en Marklandia, cuando ha-
explicaciones masculladas por el vikingo. Se con- bíamos recuperado el drakkar, y un piel roja me
tentó con responderle que el horizonte estaba tiró un lanzazo con mucha puntería. Imagínate qué
vacío y continuó tras él. La cabaña que Halfdan ocasión: no teníamos más que una canoa, y descu-
había construida estaba adosada al contrafuerte brimos que en el puertecillo de una tribu de ca-
rocoso en una pequeña ensenada. Oyendo el rui- zadores había uno de nuestros viejos drakkars to-
do de pasos sobre las piedras, una joven rubia y davía en buen estado. Hacía trescientos años que
esbelta salió al punto de la cabaña blandiendo un ya no teníamos tan hermosos navíos en Brattahlid.
puñal, y Kane vio en su actitud que estaba tensa Trescientos años en los que ningún vikingo había
y asustada. visto un drakkar. Ah, encontrar uno allí fue algo
—¿Quién anda ahí? gritó. grande para nosotros, ¿verdad, Ragnahild?
—Sólo soy yo, Reina: el viejo Halfdan. Vengo La joven le rodeaba el muslo con una venda y
con un amigo, respondió el vikingo con voz alegre. Kane vio que tenía los ojos brillantes por las lá-
Aún más sorprendido, Solomon Kane com- grimas.
prendió que la muchacha no estaba menos ciega —¿Qué ha pasado? Cuanto más finges estar
que su compañero, porque no pareció reconocer alegre, más graves son las noticias que traes. ¡Te
a Halfdan hasta que estuvo a una veintena de pa- conozco bien, Halfdan, especie de bobo!
sos. El vikingo le dio un golpecito afectuoso en la —Fue mi amigo Kane el que me hirió. Primero
mejilla y desapareció en la cabaña. un buen duelo, y después una buena borrachera
—Sidra y galleta: esto todo lo que tenemos a la salud del viejo Odín. Así es como nacen las
para ofrecerte, inglés. ¡Entra y siéntate! exclamó. amistades más sólidas. ¿No es así, Solomon?
Kane se había detenido en la entrada, delan- Ella se giró hacia el puritano:
te de la rubia Ragnahild. De cerca ya no parecía —Dime la verdad, señor Kane. Él intenta no
miope y sus ojos azules iban alarmados del uno preocuparme, pero yo sé que hay otra cosa.
al otro. Halfdan se inclinó hacia adelante para posar
—Está herido, murmuró. Halfdan está herido, una mano en su hombro y sonreírle con impre-
¿no es así? ¿Qué ha pasado? Siempre hace lo mis- vista ternura.
34 Weird Tales de Lhork
—Tenemos que irnos de aquí, querida. Este lu- interior estaba helado pero el litoral era hospitala-
gar ya no es seguro. rio, y la llamó Groenlandia, que quiere decir «país
—Están... están muy cerca, ¿es eso? verde». Sólo la mitad de sus barcos consiguieron
—Sí, replicó el vikingo encogiéndose de hom- regresar a la patria, pero después de él otros atra-
bros. Pero dos de ellos ahora le aúllan a la luna en vesaron la inmensidad del mar para colonizar esas
las praderas del más allá. Y con ésos, ya son doce costas, partiendo de Islandia y de los fiordos de
los que se han dejado la piel intentando detener a Noruega. Leif Eriksson, uno de los hijos de Erik el
Halfdan el Negro. Los Hijos del Lobo no han he- Rojo, se lanzó hacia otros países al sur de aque-
cho un buen negocio hasta ahora. Sin embargo, su llas tierras y descubrió las que iban a ser llamadas
barcaza está en estos lugares. Y no tenemos más Marklandia y Hellulandia, y finalmente la fabulosa
que nuestras piernas. Vinlandia, cálida y hospitalaria. Allí se fundaron
—Si al menos encontráramos el Thingvellir, otras colonias que prosperaron durante algunos
suspiró la joven. Sé que no está lejos. Gottrik dejó años. Pero un día nuestros ancestros fueron ex-
un escrito según el cual la traidora Freydis huyó pulsados por la fuerza de la fértil Vinlandia, por
hacia el Oriente con la Corona de Asa, para en- unas belicosas tribus de cazadores de piel roja con
terrarla cerca de la tumba de su padre en el Thin- quienes anteriormente habían comerciado pacífi-
gvellir del Devonshire. Y aquí estamos, en Devon. camente. Y pasó poco tiempo antes de que nos
Las viejas cartas no se equivocan y las leyendas encontráramos aislados de la madre patria, sin sa-
tampoco mienten. ber el motivo. Ningún drakkar volvió a atravesar
Kane había dejado la cantimplora de sidra des- el océano para traernos noticias a los del oeste
pués de beber. nunca más, y habíamos perdido el contacto con
—¿Buscáis una corona? preguntó cortésmente. el resto del mundo cuando en Marklandia nos en-
Pero ¿con qué objetivo? ¿Y por qué os persiguen frentamos por primera vez con los Hijos del Lobo.
los Hijos del Lobo? No ha sido posible averiguar de qué raza cruel y
—No es una simple corona, sino la Corona de salvaje descienden, aunque se dice que son el pro-
Asa, rectificó Ragnahild. Es el medio... el arma gra- ducto de obscenas uniones entre hombres y lobos
cias a la que nuestros antepasados pudieron man- practicadas en ritos de magia negra. Enseguida es-
tener a los Hijos del Lobo lejos de Groenlandia. talló la guerra entre ellos y nosotros. En aquellos
Pero hace varios siglos la infiel Freydis la robó, y tiempos lejanos, Asa era la reina, y fue ella quien
desde entonces nuestro pueblo se ha visto acosa- recibió como regalo de un hechicero piel roja las
do caba vez más por esas maléficas criaturas sali- piedras mágicas, cuya luz azul resulta insoportable
das de los fríos bosques y de las landas heladas del para los Hijos del Lobo. Asa las hizo engastar en
norte. Sólo resiste Brattahlid, y dentro de sus mu- su corona. Allí donde ella iba, los rayos azules de
ros aún combaten algunos miles de personas. Pero aquellas joyas cegaban y hacían huir enloquecidos
la ciudad está asediada. Halfdan y yo conseguimos a los Hijos del Lobo, y así fue como se preser-
escapar a duras penas. varon Hellulandia y Marklandia. Pero algunos años
—Para ir a la caza de una leyenda, precisó después, Freydis, una de las hijas de Erik el Rojo,
amargamente el vikingo. Las leyendas y las fábulas robó la Corona mientras la llevaba a defender una
debilitan el espíritu de los hombres. Sólo podre- ciudad asediada por los caras-peludas. La perver-
mos enfrentarnos a esos malditos con las espadas. sa mató a toda la tripulación del drakkar y huyó
Pero he aquí a Ragnahild con su hermosa cabecita lejos. Sólo sobrevivió un hombre, ese Gottrik al
llena de viejas historias, y yo he sido lo bastante que ya he nombrado, y antes de morir dejó esta
idiota y loco para escucharla. ¿Sabes lo que de ver- historia por escrito. Según las palabras de Gottrik,
dad me hace reír? El hecho de que los caras-pe- Freydis quería atravesar el océano en su drakkar,
ludas también lo creen, tanto que nos pisaron los el último que en aquella época estaba aún en con-
talones desde Vinlandia hasta aquí para intentar diciones de navegar, para enterrar la Corona junto
detener esta búsqueda. a la tumba de su padre. Así se vengaba cruelmente
—Las leyendas tienen a menudo un fondo de de todo nuestro pueblo y de la Reina Asa, que ha-
verdad, dijo Kane. No creo que sea locura escu- bía hecho expulsar de su Sippe a Erik el Rojo y lo
char las viejas historias. A lo largo de mi vida, he había deshonrado para siempre. Desde entonces,
descubierto que sacudiendo los polvorientos ve- los colonos tuvieron que abandonar todas las tie-
los de la fábula pueden sacarse a la luz extrañas rras del sur y del oeste, y sólo la costa de Groen-
realidades, que no siempre son comprensibles landia permaneció protegida contra las razzias de
para los hombres. los Hijos del Lobo. Pero en el siglo pasado, éstos
Ragnahild le miró con el rostro iluminado. aprendieron el arte de navegar y atravesaron por
—Pero no es una fábula, señor Kane. ¿Cono- millares el brazo de mar que separa Hellulandia de
ces la historia de mi pueblo? Groenlandia, destruyendo uno tras otro nuestros
—No muy bien. países. La única ciudad que resiste aún es Bratta-
—Hace poco más de seis siglos, Erik el Rojo hlid, porque está rodeada de altas empalizadas y se
se hizo a la mar desde el fiordo de Breide con eleva sobre un promontorio. Pero los caras-pelu-
veinticinco drakkars, rumbo a Occidente. Sobrepa- das la han asediado esta primavera, cuando los hie-
só Islandia y aún navegó durante seis días y seis los se fundieron. Nos odian y quieren exterminar
noches hasta que, el primero en todo el mundo, nuestra raza. Algún día... algún día lo conseguirán,
descubrió una fértil costa más allá del océano. El si nadie les detiene.
Weird Tales de Lhork 35
Ragnahild bajó tristemente la mirada. llamando a los dos exploradores. Han debido de
—Pero nosotros encontraremos la Corona vernos desde el mar.
de Asa, exclamó Halfdan con un estallido de risa, Los dos se precipitaron afuera y el inglés divisó
agitando la cantimplora. ¡Y muerte a los caras pe- un macizo barco de bordas altas a una media milla
ludas! de la orilla. La negra vela cuadrada se torcía de
La joven se giró hacia él, irritada. lado, revelando claramente su intención de ganar
—Si al menos tuvieras algo de confianza... ¡Ah, la costa pese al viento en contra.
pero es inútil! No eres más que un patán que sólo —Tienen buena vista, gruñó Kane.
sirve para manejar la espada y vaciar jarras, Half- —No, sólo tienen una buena nariz. Lo que es
dan el Negro. aún peor, porque gracias a su olfato de lobo pue-
Kane se dirigió a Ragnahild con una sonrisa. den seguir una pista alrededor del mundo. Han
—Es realmente extraordinario que hayáis con- percibido nuestro olor y saben que estamos aquí.
seguido cruzar el océano solos los dos. Si no me Poco después Ragnahil salió de la cabaña lle-
equivoco, tienes los ojos tan débiles como el va- vando dos gruesos petates marineros en los que
liente Halfdan. había guardado sus cosas apresuradamente.
—Es el hielo, explicó ella. Desde la infancia nos —Huyamos, Handalf. Esas bestias llegarán a
vemos obligados a cazar sobre grandes extensio- tierra aunque para eso tengan que estrellar su bar-
nes de hielo muchas horas al día. Y la cegadora co. Rápido... sabes que no le tienen miedo a nada.
blancura nos destruye inexorablemente los ojos Quizá en las tierras del interior podamos hacerles
a todos. Pero atravesar el océano y encontrar el perder nuestro rastro.
rumbo hacia esta tierra no ha sido difícil. ¡Mira! —Sí. Pero no confíes mucho en ello.
La joven sacó de un paquete un ancho disco El vikingo se echó al hombro uno de los sacos
de madera sobre el que se habían fijado unas re- y le entregó el otro a Kane. Acto seguido, se dirigió
gletas, finamente recubiertas de líneas y símbolos rápidamente hacia el acantilado. Llegados al sende-
rúnicos. En el centro había una piedra tallada, y de ro que subía hacia la landa situada sobre ellos, tre-
ella salían otras dos regletas móviles. paron con presteza por las rocas. Cuando por fin
—¡Una brújula solar! exclamó Kane asombra- llegaron arriba, se volvieron y comprobaron que el
do. Eso es lo que es, ¿verdad? ¡Por los cuernos de barco estaba ya en medio de los escollos, a unas
Satán! Había oído hablar de semejantes objetos doscientas brazas de la orilla. Una barca se separó
pero creía que eran divagaciones. Conozco a ma- de uno de sus costados y se dirigió a tierra a fuer-
rineros que venderían su alma por tener una. za de remos, arrastrando un grueso cable.
El mineral hábilmente encajado en el centro —Le he rogado a Odín mil veces que los en-
del disco era una cordierita de reflejos amarillos viara al fondo, gruñó Handalf, y apuesto a que aho-
y grises. Cuando el puritano levantó el objeto, vio ra me lo va a conceder. Están locos internándose
que una de sus facetas tomaba de pronto un in- así entre las rompientes. Pero dentro de poco ha-
tenso color azul, indicando la dirección en la que brán desembarcado todos. ¿Alguna vez has visto
se encontraba el sol incluso a través de las pare- una manada de lobos persiguiendo a un ciervo, So-
des de la cabaña. lomon? Estas criaturas cazan a su presa de manera
—Gracias a la piedra se puede determinar salvaje, gruñendo y aullando como bestias. Si no
la posición del sol y la dirección, incluso cuan- tuviera a Ragnahild conmigo, intentaría detenerles
do el cielo está oscurecido por las nubes o en en este acantilado. El paso es lo suficientemen-
mitad de la niebla, dijo Ragnahild. Y las cartas ha- te estrecho para permitir una buena resistencia.
cen el resto. Cuando llega la noche, nos orienta- ¿Qué dices, inglés? Quizá tú y la reina podríais ale-
mos gracias a las constelaciones. Con este ins- jaros lo suficiente mientras yo los retuviera.
trumento nuestros antepasados recorrieron el —¡No digas locuras, pedazo de buey con el ce-
océano como conquistadores. Con esto y con rebro lleno de paja! protestó la joven con lágrimas
los drakkars, cuya construcción dominaban como en los ojos. Si tú te quedas aquí, yo no me muevo.
grandes maestros. ¿Has entendido?
—Pero sobre todo eran maestros en el arte Kane les hizo seña de que se apresurasen.
de olfatear el oro, las mujeres o los buenos ne- —La muchacha tiene razón. Es inútil resistir
gocios, añadió Halfdan carcajeándose. Las mujeres, aquí, son demasiado numerosos.Venid. Conozco la
el dinero y la aventura: he ahí las únicas cosas que landa como la palma de mi mano, y hay una forma
pueden arrancar a un vikingo de su botella de hi- de llegar a Bude antes de que nos alcancen.
dromiel y la tibieza del hogar. ¡Y nunca se encuen- Los tres se adentraron entre los matorrales
tran en demasía! hasta que el puritano encontró un sendero prac-
—Eres un individuo grosero y no tienes nin- ticable, por el que siguieron alrededor de media
gún respeto por tu reina, le recriminó Ragnahild. hora, deteniéndose apenas para recuperar el alien-
La joven se disponía a encender el fuego bajo la to. Solomon Kane había mentido intencionada-
marmita cuando a lo lejos se oyó el sonido de un mente para no desanimar a la joven, pero sabía
cuerno, y el sobresalto hizo que el sílex se le esca- que no había engañado a Halfdan: Bude estaba al
para de las manos. menos a una docena de millas y no tenían ninguna
Halfdan ya había saltado, agarrando el hacha. esperanza de llegar salvos allí. Recordaba los sal-
—Nos hemos divertido demasiado tiempo, tos bestiales con los que había visto avanzar a los
amigo Kane. Ése es el barco de los Hijos del Lobo dos caras-peludas que habían atacado al vikingo y
36 Weird Tales de Lhork
no se hacía ilusiones: no tenían más de una hora
antes de verse obligados a batirse. Condujo a sus «Cuando el puritano
dos compañeros hacia una elevación del terreno, y
cuando estuvo en lo alto escudriñó la costa. levantó el objeto, vio que
—¿Ves algo? jadeó Halfdan, llevando a la mu-
chacha de la mano detrás de él. una de sus facetas tomaba
—Me parece que no, respondió. Pero los veía,
los veía demasiado bien: unas siluetas seguían ve- de pronto un intenso color
lozmente sus huellas a una milla escasa. No debían
de ser menos de treinta y desde allí se distinguía azul, indicando la dirección
el brillo de sus espadas. Se disponía a impeler a
los otros a avanzar cuando se dio cuenta de que en la que se encontraba el
Ragnahild tiraba enérgicamente del brazo de su
compañero, entrecerrando sus miopes ojos para sol incluso a través de las
escrutar el interior de la landa.
—¿Qué es eso? preguntó la joven con voz paredes de la cabaña»
quebrada.
Kane vio que señalaba un amplio círculo des-
provisto de vegetación y sobreelevado en relación
al resto del terreno, al pie del montículo sobre el de manera apreciable. Ya había subido allí cuando
que se hallaban. Ciertamente, el lugar no le resul- era niño, sólo porque aquel lugar le intrigaba lige-
taba desconocido. Eran los restos de algún antiguo ramente. Pero para buscar allí una tumba habrían
campamento, construido por gentes que visible- sido necesarios días y días de penoso trabajo.
mente se habían protegido de las filtraciones de —En el centro, les instó Ragnahild. ¡Cavad jus-
agua colocando para sus tiendas un sólido lecho de to en el centro, rápido!
piedras, para disponer de una base segura; al menos —Vamos allá. Halfdan dejó su saco en el suelo.
eso era lo que siempre había pensado cuando pa- Para ti el hacha, amigo Kane, y para mí la espada.
saba por aquel lugar en sus años de juventud. Así lo ¿Qué tal te sienta hacer agujeros en el suelo? A los
explicó a Ragnahild, impaciente por continuar. Pero vikingos no nos importa. Contrariamente a lo que
cuál fue su sorpresa cuando la oyó sofocar un grito piensa la gente, en el fondo el vikingo no es más
donde el alivio se mezclaba con la angustia: que un campesino. Mi padre decía que...
—¡El Thingvellir! Halfdan, mira: el Thingvellir. —¡Oh, apresúrate! ¡Apresúrate, estúpido char-
Oh, dioses... ¡Sabía que sólo podía estar aquí! latán! exclamó la joven, empujándole enérgica-
—Pero no es más que un círculo de tierra y mente hacia el centro del emplazamiento.
piedras dos yardas por encima del suelo, protes- Poco después, Solomon Kane y su rubio com-
tó Kane. No hay tumbas en los alrededores. Si así pañero estaban concentrados en el duro trabajo
fuera, yo lo sabría. con sus improvisadas herramientas. Ragnahild
—¿No lo entiendes? exclamó Ragnahild. El apartaba la tierra con sus manos, arrodillada en-
Thingvellir no es una tumba, sino un lugar donde tre ellos y arriesgándose a perder un dedo a cada
la gente tenía costumbre de reunirse para aprobar momento.
o discutir las decisiones de los jefes. Sin embargo, El puritano había renunciado a instarles a huir
es totalmente seguro que Erik el Rojo había ju- después de varios intentos, aunque fuera cons-
rado hacerse enterrar aquí, exactamente aquí, en ciente de que la horda de perseguidores estaba
este lugar. muy próxima ahora. Si había guardado silencio era
Si la joven mostraba un rostro metamorfosea- porque al final, batirse allí o una milla más lejos
do por una febril ansiedad, Halfdan el Negro no no le habría supuesto ninguna diferencia. No le
parecía menos turbado. inquietaba la idea de tener que enfrentarse a un
—Cerca de la tumba de su primera esposa, ex- enemigo tan superior en número, pero sentía una
plicó el vikingo. En otra época, en los alrededores punzada en el corazón pensando que dentro de
de este Thingvellir se extendía un país habitado poco, aquella rubia y apasionada Ragnahild sería
por mi pueblo, un puesto de avanzada desde don- asesinada por las bestiales criaturas de perruno
de partieron, se dice, los drakkars que se dirigieron rostro.
al Mediterráneo. Ahora no encontrarías ni una ta- —¡Al diablo! murmuró para su coleto. Y jus-
bla podrida, pero esta explanada de tierra batida to en ese momento su hacha chocó con un ruido
ha conservado su forma intacta a través de los sordo contra un objeto de madera.
siglos. Quién sabe... son leyendas, fábulas, habla- Con un grito, Ragnahild se puso a apartar la
durías, pero quizá la traidora Freydis verdadera- tierra con frenesí, y pronto sus esfuerzos descu-
mente huyera para acabar aquí después de robar brieron lo que sin duda era un féretro de tablas
la corona.Vamos a verlo de cerca. carcomidas. Agachándose sobre él, Halfdan tensó
Los tres bajaron del montículo y subieron a la sus músculos y se estiró, llevándose consigo la
plataforma artificial. Debía de tener al menos dos- tapa. En su interior había un esqueleto, ricamente
cientas brazas de ancho, estimó Kane. Centenares engalanado con gruesos braceletes de oro incrus-
de toneladas de piedras y tierra amasadas y nive- tado de piedras preciosas. Otras muchas joyas,
ladas, que las lluvias no habían conseguido alterar vajilla, copas de plata y gemas arrancadas de sus
Weird Tales de Lhork 37
monturas reposaban entre el barro que se había —¡Déjame hacer! gritó Halfdan, intentando
infiltrado en el sarcófago. El rubio vikingo compu- apartar a la muchacha.
so un gesto amargo. Pero ella se resistió, arañando compulsivamen-
—He aquí los restos del viejo Erik, jadeó. Pero te la madera y jadeando. Cuando la tapa saltó con
ninguna corona. Que Odín perdone mi insolencia, un golpe seco, Ragnahild estuvo a punto de volcar
pero me temo de verdad que el viejo dios barbu- la caja. Pero inmediatamente hundió las manos en
do esté riéndose allá arriba en su Valhalla, pensan- su interior y con un grito aún más salvaje que el
do en lo idiotas que somos, nosotros los pobres de los atacantes, ahora muy próximos, sacó un ob-
mortales. Dentro de poco me reuniré con él y le jeto que levantó por encima de su cabeza, ponién-
diré a la cara lo que pienso. dose en pie.
Halfdan se dirigió al cielo: Solomon Kane apenas fue consciente de aquel
—¿Me oyes, Odín? Pues bien, se acerca el mo- gesto porque había desenvainado su florete y se
mento en el que Halfdan el Negro irá a encon- había apartado algunos pasos de los dos vikingos,
trarte allá donde estés, y entonces sabrás lo que preparándose para enfrentarse al enemigo y vender
cuesta haberse burlado de mí durante tres meses. cara su piel. Todo lo que vio fue una luz azul que
Prepara pues tu garrote, porque ésta no te la per- se difundía suavemente en el aire por encima de la
dono. desolada plataforma, y su propia sombra se dibujó
—¿Quieres parar? gritó Ragnahild, agarrándole nítidamente en el suelo delante de él como si del
con sus manos manchadas de tierra. ¿Qué te pasa? sur hubiera surgido un segundo sol más potente
¿Has olvidado que los objetos dedicados a la me- que el primero. Bajo aquella onírica luminosidad, la
moria de un muerto siempre se entierran a su de- horda de asaltantes se le apareció de pronto como
recha? ¡Cava más! ¡Cava, cava, idiota sin cerebro! congelada en una extraña inmovilidad, y durante al-
¡No pierdas tiempo! gunos instantes, sobre la landa fría e inhóspita pesó
Kane volvió a ponerse manos a la obra codo un extraordinario silencio. Las espadas de los Hijos
a codo con el vikingo, agrandando el agujero a la del Lobo cayeron al suelo y sus manos peludas se
derecha del ataúd. Poco después repararon en levantaron para cubrir sus bestiales caras, al tiempo
la presencia de un segundo cajón, más pequeño, que volvían rápidamente la espalda y echaban a co-
y redoblaron sus esfuerzos para extraerlo. Esta- rrer en la dirección opuesta. Sólo cuando se hubie-
ba tan encajado entre las piedras que hizo falta ron alejado más de doscientos pasos empezaron a
descubrirlo hasta la mitad antes de poder sacarlo. lanzar gritos y gemidos inarticulados, salvajes, como
Ragnahild tenía los dedos ensangrentados y estaba si el terror les hubiera enmudecido hasta ese mo-
cubierta de barro de la cabeza a los pies. Ella fue mento. Su huida hacia el mar era algo más que una
quien agarró la tapa del cajón en el mismo mo- simple retirada: era la desgarradora y atormentada
mento en que, sobre el montículo del que habían derrota de unas criaturas que sentían a su espalda
bajado poco tiempo antes, aparecían las primeras el aliento de un horror inmanente, peor que la mis-
criaturas velludas envueltas en sus negros abrigos. ma muerte.
Lanzando gritos bestiales y enarbolando sus Solomon Kane se volvió, soltando lentamente
espadas, los Hijos del Lobo se precipitaron so- el aire que había retenido en los pulmones por
bre ellos pendiente abajo, y Kane tuvo ocasión de efecto de la tensión y el estupor. En el centro del
constatar más claramente que nunca sus oríge- Thingvellir, Ragnahild había caído de rodillas al sue-
nes lobunos en los impetuosos saltos con los que lo y lloraba, sacudida por los sollozos. Halfdan el
avanzaban. Era una banda de carnívoros de forma Negro tenía entre sus manos la diadema de oro
humana, excitados hasta lo indecible por el olor constelado de gemas, que despedían a la atmós-
de la presa. fera rayos de color azul como lentes de suaves
pulsaciones, y mantenía los ojos fijos en ella con
aspecto manifiestamente apabullado. Después de
«Su huida hacia el un momento, el rubio vikingo alzó la vista para en-
contrar la mirada no menos aliviada y perpleja del
mar era algo más que puritano.
—Que Odín me perdone, si aún lo merezco,
una simple retirada: murmuró. Esta corona no era una fábula. Y yo... yo
que durante meses me he burlado de Ragnahild y
era la desgarradora y la he tratado de idiota. Ahora tengo entre las ma-
nos la Corona de Asa y puedo ver con mis propios
atormentada derrota de ojos a esas bestias enloquecidas de terror. Sólo
una luz azul brotando del corazón mágico de estas
unas criaturas que sentían a piedras... y los Hijos del Lobo huyen como anima-
les delante del fuego. ¡Oh, dioses del Valhalla!
su espalda el aliento de un Ragnahild se levantó y le obligó a mirarla, abra-
zándole después con apasionado ardor y bañándo-
horror inmanente» le en sus lágrimas. Después, fue el turno de Kane
de sentir los cálidos labios en sus mejillas y los
brazos alrededor de su cuello. La joven depositó
la Corona sobre el cajón de madera, mientras que
38 Weird Tales de Lhork
el rostro de Halfdan aún conservaba la expresión inglesa, mi querido Halfdan. He ahí una magia de
contraída y una suerte de maravillada sonrisa. género distinto pero no menos eficaz, que voy a
—Bien, ahora sólo queda llevar la Corona para ayudaros a transportar a vuestra fría patria.
la defensa de Brattahlid, dijo el vikingo, si es que la
ciudad no ha caído ya. Pero para eso nos hace falta
encontrar un barco que nos lleve a Groenlandia. Diez días después, en el puerto de Bristol, los
¿Crees que será posible, amigo Kane? descargadores y los marinos de rostro curtido y
El espadachín señaló las joyas que engalanaban ojos penetrantes tuvieron ocasión de ver a un sin-
los restos mortales de Erik el Rojo: gular trío pasearse por los muelles y las tabernas.
—Con esas piedras y ese oro, no será ningún Uno era un puritano que había dejado atrás la ju-
problema. Sin embargo, me parece evidente que ventud, cuya mirada dura y aspecto decidido inspi-
sólo con la Corona de Asa, por poderosa y ma- raban respeto, y con él había una muchacha rubia
ravillosa que sea, solamente será posible alejar a bastante hermosa y un coloso de brazos tatuados,
los Hijos del Lobo de un único lugar. Si son miles, tan imponente que cualquier comandante querría
quizá tengáis que defenderos simultáneamente en enrolarle en su tripulación. Los tres se informa-
diez o cien plazas diferentes. Va a ser necesario ron en diversos lugares y finalmente fueron vistos
procurarnos los medios suficientes para mante- junto a un viejo lobo de mar, propietario de una
nerlos alejados para siempre. goleta anclada en la rada.
—¿De qué medios hablas? Después se dijo que habían comprado el barco
Los Hijos del Lobo habían desaparecido. Más y contratado una pequeña tripulación de aventure-
tarde, Halfdan y el inglés descubrirían que el barco ros, escogidos entre los numerosos desempleados
que habían torpemente amarrado en medio de los que frecuentaban el puerto en busca de trabajo.
escollos había sido desventrado empujado por la También se oyó decir que habían pagado en oro
resaca, y yacía inclinado sobre un flanco. Siguiendo contante y sonante, utilizando collares y joyas de
el rastro de las criaturas peludas, verían lo que ya factura arcaica, y corrió el rumor de que habían
imaginaba Kane, es decir, que su huida desespera- encontrado un tesoro oculto desde hacía siglos.
da había terminado al borde de los acantilados, y El navío se hizo a la mar con los tres pasajeros
que habían seguido corriendo sin ver para precipi- y provisiones para un largo viaje, y vieron cargar en
tarse y estrellarse todos en la playa pedregosa de sus bodegas cajas enteras de armas de fuego y pól-
cincuenta brazas más abajo. De ellos y de su barco vora. Nadie pudo jamás hacer suposiciones funda-
no quedarían más que trozos de madera y cadáve- das en cuanto a su destino, pero los que se habían
res destinados a ser llevados por las tormentas. acercado a los tres desconocidos juraron varias ve-
El puritano sonrió a sus dos amigos mientras ces haber constatado la misma particularidad: por
sus ojos parecían ya reflejar el feroz brillo de leja- los agujeros del petate marinero que llevaba la jo-
nas batallas, crueles combates de un futuro en el ven rubia salían de cuando en cuando rayos de luz,
que él no se contentaría con permanecer inmó- como si en su interior hubiera un objeto que ardie-
vil, mirando tristemente cómo la vida se deslizaba ra con un inexplicable fuego frío, de un intenso azul.
por su lado. Y un marino que se arriesgó a preguntar por aquel
—¿Qué medios, dices? Balas de hierro de diez fenómeno a la joven no obtuvo como respuesta
onzas y buenas armas de fuego de fabricación más que una sonrisa dulce y misteriosa.

Weird Tales de Lhork 39


Eduardo Frank

LOS DIOSES
ASTRONAUTAS
E
n 1991 publiqué un libro al cual di el título de Los Dioses Astronautas1. Se
diría que es el mismo título de este artículo, pero no lo es. Existe una
obvia diferencia entre ambos: los signos de interrogación.
En aquella época cayeron en mis manos por primera vez varios libros y
artículos acerca de “extraterrestres en nuestro planeta”, escritos por auto-
res de varios países. Estos remitían al lector a otros variados materiales, en-
tre ellos los textos antiguos (incluida la Biblia). Siempre me habían interesado
estas cuestiones debido a su relación con el cosmos y con la Astronomía, mi
pasatiempo predilecto, por lo que no fue difícil que el misterio y la curiosidad
me tomaran de la mano y me arrastraran hacia las profundidades místicas.
Me convertí, pues, en un creyente de los hombrecitos verdes que circunva-
laban nuestro planeta y que habían hecho contacto con antiguas civilizaciones; y
quienes, aún hoy, ponen la estampa de sus tentáculos u otro órgano pertinente en
documentos científicos y militares para firmar acuerdos con algunos gobiernos. De
esta manera realizan incursiones y estudian nuestra especie, para lo cual mutilan
animales y secuestran a personas de vez en cuando y las registran como especíme-
nes de laboratorio. Y todos estos textos estaban supuestamente bien avalados
por las “evidencias” de los propios secuestrados, así como por hechos y lu-
gares tales como el Área 51 y el caso Roswell, por mencionar sólo dos ejem-
plos, y acompañados de otras opiniones como las de Erich von Däniken.
Con el correr del tiempo, al sumergirme en el estudio serio del universo,
tuve la oportunidad de conocer, hasta donde la ciencia ha alcanzado, cuáles
son los hechos que pueden ocurrir realmente y cuáles son las cuestiones im-
posibles dentro de los confines cósmicos (y las leyes de la Física). El análisis
científico del cosmos nos pone en guardia contra las mistificaciones, a la luz
de un nuevo enfoque apoyado por evidencias. En contraste, es asombrosa la
disposición de la mayoría de la gente para aceptar de inmediato cualquier
rumor como un hecho real. Parece que es parte de la naturaleza humana.
Y la creencia en visitaciones de astronautas extraterrestres es uno de estos
casos, al igual que la creencia en demonios, guijas y herejes (especialmente en
la Edad Media), por lo que tantas personas inocentes fueron vilmente asesi-
nadas en las piras de la Inquisición.
Texto: Eduardo Frank Sin embargo, la ciencia no es rígida; no puede serlo. Las teorías se some-
Ilustración de cabecera: Wikimedia Commons ten a revisión a la luz de los conocimientos nuevos. Desde un prisma cientí-
fico debemos aceptar la posible existencia de otras civilizaciones cósmicas.
Aunque aún no tengamos evidencia de ello. Pero la ciencia no niega rotunda-
40 Weird Tales de Lhork
mente esta posibilidad, pues la prueba de que es
posible está en nosotros mismos, en nuestra pro-
pia existencia en medio de la inmensidad sideral.
Si analizamos todas las posibles constantes y
leyes que estuvieron presentes al nacer el univer-
so, veremos que las circunstancias que conspira-
ron contra nuestro surgimiento fueron enormes.
Este hecho demuestra lo difícil que resulta el de-
sarrollo de la vida inteligente en el universo, por
lo que no debemos hacer asunciones precipitadas.
En primer lugar, hay que comprobarlo. He ahí el
por qué los “hombrecitos verdes que nos visitan”
existen sólo en nuestra imaginación.
Es a la raíz del asunto donde debemos viajar
primeramente. Sólo así nos daremos cuenta de
que muchos factores tienen que converger para
que, primeramente, exista una civilización inteli-
gente en otros mundos. En segundo lugar, se re-
quieren muchos más factores que hayan permitido
a esa civilización desarrollarse lo suficiente para
estar viajando por el cosmos y, finalmente, para
que haya podido llegar hasta los confines de nues-
tro sistema solar, en este sitio apartado al extremo
de uno de los brazos de nuestra galaxia espiral.

POSIBILIDAD DE VIDA
EN EL COSMOS
La posibilidad de vida inteligente en otros pla-
netas ha sido siempre un tema muy atractivo no
sólo para los científicos. A principios de los tiem-
pos modernos los astrónomos tenían la tenden-
cia de asumir que todos los planetas estaban ha-
bitados. Más todo lo que la ciencia astronómica
descubrió después sobre nuestro propio sistema S como nos imaginamos, aun cuando en sentido
solar, como ejemplo, contradijo esas suposiciones. muy general los científicos parecen estar de acu-
Pero este descubrimiento resultaba decepcio- Erich von Däniken (1935) erdo cada día más en la simplicidad de la maqui-
(Fuente: Wikipedia).
nante. Lo desconocido, lo incomprensible, resulta naria del universo, según Einstein señaló. A pesar
siempre más atrayente y cautivador. En ocasiones de que una amplia proporción de estrellas puede
nos infunde temor, pero ese temor es parte del poseer planetas, los requisitos que hacen apta la
misterio que nos hala como un imán. Era más fácil, vida y su ulterior desarrollo son extremadamente
pues, ignorar la evidencia; resulta más “natural” rigurosos dentro de ese fenómeno que da origen
crear fantasías, mitos y misterios, soñar con ellos y a la evolución y mucho más complejos para la vida
hacerlos parte de nuestra realidad cotidiana, pues inteligente.
así el ser humano se ayuda a escapar del estrés de La vida nace dentro de una temperatura acept-
la vida. Por consiguiente, el lego común continuó able, a partir de cierta densidad atmosférica y con
asumiendo que existía vida inteligente en los plan- una cantidad determinada de líquidos, básicamente
etas que se conocían y hasta imaginó poblaciones el agua. Ambos deben contener justamente el tipo
selenitas, marcianas y venusinas que comenzaron a de compuestos que puedan convertirse con facili-
aparecer en revistas, libros y series cinematográ- dad en estructuras biológicas, en el marco de una
ficas, incluidos algunos trabajos catalogados de evolución que siempre comenzará desde compu-
científicos. Y de estas creencias se aprovecharon estos simples hacia compuestos complejos que
los comerciantes, que vieron la ocasión de hacer crearán organismos simples y luego, organismos
mucho dinero creando publicaciones, filmes y complejos. De esta forma, es posible que en el
documentales. vasto océano cósmico palpiten seres con similares
Contrariamente a nuestra imaginación, fuimos esperanzas, éxitos y fracasos, que hayan desarrol-
descubriendo poco a poco que los otros planetas lado las ciencias y las artes, y cuya tecnología les
de nuestro sistema y sus satélites constituyen una permita penetrar en la investigación astronómica.
colección de mundos sin vida, al menos mientras En fin, seres que aunque sean diferentes a nosotros
no se halle algún tipo de microbios o plantas. físicamente, sientan, al igual que nosotros, la pro-
Como sugerimos más arriba, las condiciones que funda curiosidad de saber qué es el universo y se
pueden dar nacimiento a formas elevadas de vida hayan preguntado también si existen otros seres
son muy complejas. Tal proceso no es tan simple inteligentes como ellos en algún sitio lejano en la
Weird Tales de Lhork 41
dría dar origen a la vida al caer en cualquier pla-
neta cuyas condiciones sean aptas para comenzar
la compleja cadena de la evolución. En ella, las
formas biológicas que son capaces de modificarse
junto con su medio serán las que sobrevivan (la
selección natural). Esto nos demuestra que podría
haber vida similar a la terrestre hasta en mundos
que aparentemente no la permiten. No olvidemos
que formas de vida que en la Tierra se adaptaron
más adelante al nuevo medio rico en oxígeno, hab-
rían sido incapaces de sobrevivir y mucho menos
de nacer en la atmósfera primitiva de nuestro pla-
neta.
Mas la existencia de otras civilizaciones desar-
rolladas se encuentra sólo en hipótesis. La ciencia
no puede darse el lujo de aseverarlo sólo porque
lo dicte la lógica. Toda hipótesis en camino a ser
teoría necesita comprobación para ser aceptada;
he ahí la regla. Y es estricta. Aún no tenemos evi-
dencia palpable de la existencia de una inteligencia
extraterrena, sea igual, parecida o totalmente dis-
tinta a la nuestra. Por lo tanto, no estamos ante un
hecho.
, distinguido matemático e intérprete de la
ciencia, manifestó:

... [la ciencia] no es un culto misterioso ni un


gran monstruo mecánico. La ciencia es una aven-
tura del espíritu humano. Es esencialmente una
empresa artística, mayormente estimulada por la
curiosidad, servida principalmente por la imagi-
nación disciplinada y basada en la razonabilidad,
el orden y la belleza del universo, de los cuales es
parte el ser humano. 2

S Uno de los objetivos de la ciencia es el tratar


inmensidad del espacio. (Véase más adelante: Civi- de evitar que la fantasía nos domine y nos impida
Erich von Däniken (1935) lizaciones Cósmicas). ver la realidad. Sin embargo, las fantasías que aún
(Fuente: Wikipedia).
Pero el azar es caprichoso. Podemos decir edificamos son similares a las creadas por el vuelo
que lo expuesto más arriba se aplica sólo a la de la imaginación y la ignorancia hace cientos o
vida como la conocemos. Lo más probable será miles de años sobre cuestiones incomprensibles
que los seres inteligentes desarrollados bajo otras entonces. Einstein declaró en 1934 que el pensa-
condiciones sean muy diferentes a nosotros, tanto miento puramente lógico no podrá facilitarnos
físicamente como en esquema de pensamiento, conocimiento alguno acerca del mundo empírico,
debido a esas leyes universales que hicieron sur- pues “... todo conocimiento de la realidad empieza
gir a nuestro Sol y a los planetas que hoy forman en la experiencia y termina en ella.”
nuestro sistema solar. Podríamos hacernos una infinidad de pregun-
Algunos científicos han planteado que sin agua tas sobre el cosmos para las cuales todavía no
no puede existir la vida. Mas eso es discutible, a tenemos respuesta. Pero un estudio profundo del
menos que se hayan referido solamente a la vida universo está fuera del ámbito de este trabajo.
como la conocemos. Las leyes que rigen estos El lector interesado en el estudio astronómico y
mundos podrían hacer surgir un tipo de vida, in- astrofísico tendrá siempre a su alcance una gran
cluida la inteligente, que no requiera de agua. La variedad de publicaciones sobre estas atractivas
gran cantidad de planetas donde podría haber vida disciplinas.
nos hace concebir formas muy diversas (metabo-
lismos singulares, estructuras nerviosas inimag-
inables, etc.); en fin, podríamos elucubrar acerca LA FALACIA DE LOS OVNIS
de organismos que sólo se alimenten de, digamos,
energía radiante o algo así. La creencia en naves extraterrestres de aliení-
Por otra parte, en relación con el nacimiento genas que nos visitan y que secuestran seres hu-
de la vida, el polvo con partículas de hielo en el manos para estudiarlos y someterlos a experi-
núcleo de los cometas forma espirales dobles mentos dolorosos, ha sobrepasado, desde hace ya
como el ácido desoxirribonucleico (ADN). Si un algunas décadas, el límite que debemos exigirnos
cometa agrupase los ingredientes necesarios po- en esa frontera entre la fantasía y la realidad. Los
42 Weird Tales de Lhork
llamados OVNIS no son más que el galope irre- Otra confusa interpretación se produjo por
frenable del entusiasmo por creer que, de hecho, naves aéreas militares, muy sofisticadas y de
seres parecidos a nosotros (humanoides) andan carácter secreto, cuyo diseño, en su mayor parte,
por aquí. provino de los experimentos de los científicos
Pero el entusiasmo nunca ha sido sinónimo de alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Tan-
evidencia. to los Estados Unidos como la entonces Unión
Para comenzar, el propio concepto de OVNI Soviética compitieron en una carrera veloz para ll-
es mal interpretado. Entre las frecuentes barbari- evar a sus países a estos científicos germanos que
dades de los medios masivos de comunicación ya habían diseñado modelos supermodernos de
que se nutren de estas cosas, está en tener al naves aéreas, incluidas las discoidales. En relación
público acostumbrado a que OVNI significa “una con estos ejemplos están el Stealth y el Black Star
nave espacial de otro mundo”. De esta forma, ya (Estrella Negra). En el caso del Stealth, que ni los
la base está contaminada por el absurdo. OVNI es radares pueden detectar, estuvo realizando vuelos
precisamente lo que leen las siglas: objetos volan- experimentales por varios años antes de que su
tes no identificados. Y eso es justamente lo que existencia fuera divulgada. Si analizamos la forma
a veces hemos visto: vehículos aéreos (o incluso del Stealth —solamente dos alas tipo delta, algo
pájaros) que no hemos podido identificar por cu- desconocido entonces—, nos damos cuenta de
alquier causa.3 Cualquier cosa que veamos y no inmediato que era muy fácil tomarlas como naves
podamos identificar es un OVNI. Podríamos estar alienígenas. No obstante, pienso que tal vez a los
viendo objetos no identificables en el cielo todos gobiernos de los países donde esto ha ocurrido
los días y ello no los convertiría en naves extrater- les convino levantar la propaganda de que lo ob-
renas, excepto en nuestra imaginación. El desapa- servado fueron “naves extraterrestres” y que ellos
recido Carl Sagan prefirió considerar las siglas de mismos están intentando ocultar las evidencias (la
“OVNI” (UFO) como un término genérico para famosa “conspiración”). De esa forma, todo aquél
fenómenos atmosféricos detectados visualmente que cree en tales historias empleará su tiempo en
o por radar, de una naturaleza u origen no com- investigar el asunto por esa vía y habrá así menos
prendido de inmediato.4
Luego de una minuciosa investigación sobre
fenómenos que pueden observarse en el cielo,
se ha llegado a la conclusión de que la gente ve
efectivamente algo, pero todo está relacionado
con balones y cohetes meteorológicos, aviones
que reflejan la luz solar, satélites que circunvalan
el planeta, reflexiones de luces de rastreo en las
nubes, fuegos artificiales, cometas y meteoritos
(hasta el planeta Venus ha sido confundido por un
OVNI). Asimismo existen fenómenos naturales
que producen efectos ópticos: cambios bruscos
de temperatura e inversiones de las capas atmos-
féricas (éstas pueden dar la impresión de formas
discoidales brillantes viajando a gran velocidad), así
como refracciones solares, descargas ionizantes
de la corona solar, formaciones superiores nubo-
sas y estelas de vapor.
Otro ejemplo es el rayo globular, un fenómeno
poco común, pero puede dar la idea de pequeñas
naves esféricas. Estos rayos están vinculados con la
actividad solar (las cargas atmosféricas negativas,
las tormentas magnéticas y las auroras boreales).
Se ha pensado que las diminutas bolas luminosas
que se han filmado sobre los campos de Inglaterra
no son otra cosa que rayos globulares producidos
por fenómenos específicos de las condiciones del
tiempo en esa región y no fenómenos extrater-
restres, como muchos aún creen. Por otra parte,
se comprobó que los círculos y figuras aparecidos
en los campos de Inglaterra fueron bromas de
chistosos que aprovecharon la ocurrencia de los
rayos globulares para alimentar la idea de los que
creen que tales dibujos son hechos por visitantes
alienígenas para comunicarse con nosotros, lo cual
constituye un tema extraordinariamente atractivo
para la ciencia ficción (como lo presentó la pelícu-
la Signs, de la Touchstone Pictures).
Weird Tales de Lhork 43
peligro de que las informaciones confidenciales están los restos de la supuesta nave? ¿Qué ra-
y secretas sobre un armamento pasen a cono- zones pueden existir hoy para no mostrarlos? De
cimiento público. hecho, ¿qué razones habría jamás para ocultar a la
Es probable que uno de estos casos haya humanidad un hecho como ese? Nunca creí que el
sido el de Roswell, conocido por todos, el cual pánico o la “seguridad nacional” fuesen pretextos
ha quedado en la historia de la Ufología como el satisfactorios. ¿Ha pensado alguien en esto? Temo
caso “real” de una nave tripulada de otro mun- que jamás veremos tales pruebas porque, sencilla-
do que sufrió un accidente fatal y que el ejército mente, nunca existieron. Se habría podido mostrar
norteamericano tiene aún en su poder, en un al público al menos algún pedazo de la nave por
hangar supersecreto, los cuerpos de los extra- muy pequeño que fuese, pero este aspecto fue
terrestres que la tripulaban. Todavía se filman también meticulosamente elaborado bajo la capa
documentales y películas de ficción sobre “El protectora del ultrasecreto (o fue cierto que se
caso Roswell” y, por supuesto, jamás se pudo sa- trató de un globo meteorológico o alguno de los
ber en realidad qué nave aérea sofisticada o qué diseños estratégicos alemanes).
tipo de mísil cayó en el desierto aquel día. Al- En primer lugar, se señaló que el ejército había
gunos, más cercanos a los conflictos terrenales, llevado a cabo en toda el área una operación de
han manifestado que se trató de un vehículo de limpieza total de todo rastro, del más mínimo re-
espionaje soviético cuya trayectoria falló y cayó síduo dejado por aquel accidente. Buen pretexto
a tierra al pasar sobre el territorio estadoun- para que nada aparezca. Y la segunda historia po-
idense (o quién sabe si su vuelo fue interrum- see el mismo principio: que el teniente Jessie Mar-
pido por algún mísil antiaéreo). Igualmente en cel había llevado a su casa un pedazo de la nave
este caso existe la versión de que fue uno de extraterrena para enseñarlo a su familia, el cual
esos vehículos de forma discoidal diseñados por mostraba una inscripción gravada en un lenguaje
los científicos de Hitler, que fueron llevados a jeroglífico que no pertenecía a este mundo. Sin
la Unión Soviética. De hecho, esta es la versión embargo, las autoridades “detrás de la conspir-
que más se adaptaría a la posible realidad en el ación” le obligaron a devolver aquel objeto bajo
caso Roswell. amenaza contra él y su familia. Otra buenísima
Noticia aparecida en un perió-
Pero nada en concreto se ha sabido hasta hoy dico local sobre el «Incidente razón para que el objeto en cuestión jamás se
sobre este hecho. Tal vez algún día la verdad salga Roswell. pudiera ver.
a la luz y se deje a un lado la fantasía de los ex- (Fuente: Wikipedia). Si analizamos lo relacionado con cualquier ob-
traterrestres. Si fue “una nave de otro mundo”, jeto fabricado en otro mundo, hay dos aspectos
¿dónde están los cuerpos humanoides? ¿Dónde T fundamentales a considerar. Este poseerá carac-

44 Weird Tales de Lhork


terísticas desconocidas por nosotros, cualquier
aleación inexistente o aún no descubierta en la
Tierra. Nosotros poseemos elementos comunes
que, por ejemplo, no pueden mezclarse. Este
es el caso, digamos, del plomo y el aluminio. Sus
moléculas no se juntan, no hacen interacción. El
plomo, mucho más pesado, irá siempre hacia el
fondo y el aluminio flotará sobre él. Sin embargo,
en condiciones de gravedad 0 en el espacio o bajo
otras condiciones gravitatorias diferentes a las
terrestres, mezclas así podrían lograrse y crear
aleaciones exóticas como Al/Pb. Uno de los obje-
tivos de la NASA en las misiones de los trasbor-
dadores es la de hacer pruebas de aleaciones que
no pueden lograrse bajo la gravedad o la presión
atmosférica de nuestro planeta. Cualquier hallazgo
similar constituiría la evidencia de una tecnología
no terrestre.
En noviembre de 2005, en un programa del
canal televisivo “Infinito”, un objeto proveniente
del espacio, “presumiblemente de origen extrater-
restre”, fue mostrado en el estudio. Al observar el
objeto me di cuenta de que podía tratarse de la
fusion de pedazos de aerolitos formados de ma-
teriales disímiles, tal vez desconocidos en la Tierra.
Pero eso es todo. El hecho de que el objeto, apar- S si estudiáramos profundamente cada caso. Jamás
entemente de un metal ligero, tuviese la propiedad se ha presentado prueba física alguna, no existe
de hacerse transparente al ser iluminado por cu- Kenneth Arnold, mostrando nada categórico, ninguna de las hipótesis de los úl-
alquier fuente de luz, no lo hace un pedazo de una una reconstrucción de los ob- timos 40 años ha demostrado validez, ninguna ha
jetos avistados por él mismo
nave alienígena o de algún equipo construido por en 1947. sido capaz de mostrar evidencias sólidas que las
extraterrestres. (Fuente: Wikipedia). apoyen. Y la mejor hipótesis en el mundo no vale
Pero en el caso Roswell habría sido imper- un comino sin una prueba irrefutable y reprodu-
donable que el Tte. Marcel llevara a su familia un cible. Por otro lado, las fotografías y videos ya no
objeto que realmente se sepa proviene de otro se consideran evidencias. La tecnología fotográfi-
mundo cuyas condiciones generales desconoce- ca y cinematográfica moderna es capaz de hacer
mos. Como militar, él debía tener conocimientos maravillas muy difíciles de detectar como fraude.
acerca del riesgo bacteriológico. Tal objeto puede Si no supiéramos que el cine es ficción, seríamos
contener microbios ajenos a nuestro mundo, que capaces de creer lo que vemos en la pantalla, pues
podrían matar a cualquier forma de vida terrestre todo parece efectivamente real gracias a los efec-
que los toque. tos especiales logrados hoy mediante la compu-
Algunos entendidos en este tema han manifes- tación.
tado que el interés de que un OVNI sea lo que Confieso que me siento particularmente fas-
no es, está en parte relacionado con la memoria cinado por el tema. Por eso caí al principio en la
genética que vincula nuestro subconsciente con trampa. Escribo ciencia-ficción y soy uno de los
los primeros hombres de las comunidades pri- primeros que se sentiría muy feliz si se recibiera
mitivas y sus creencias. Bajo el mismo principio mañana la visita – amistosa — de astronautas de
de lo mencionado anteriormente respecto a los otros rincones del cosmos. Sólo faltaría que este
fenómenos de la naturaleza, en la actualidad los aspecto también se convirtiese en realidad, pero
supuestos tripulantes de tales naves son descri- como señalé antes, el entusiasmo nos puede hacer
tos a menudo como seres mucho más sabios, lo caer en un abismo de la imaginación. Aún somos
cual los convierte en poderosos benefactores. En víctimas de nuestros propios conflictos y desati-
algunos casos de personas que declararon haber nos, y resultaría muy esperanzador y reconfortan-
tenido contacto con ellos o incluso ser secuestra- te convencernos de que seres de otros confines
dos, estos visitantes han sido descritos con total cósmicos “enseñaron su tecnología más avanzada
apariencia humana y vestidos con largas túnicas de a nuestras civilizaciones ancestrales y hoy ven-
colores claros o blancas, por lo que semejan mu- drían como benefactores a resolver nuestros pro-
cho las imágenes de dioses y ángeles, pero en vez blemas”. Es muy consolador pensar que alguien
de venir del paraíso celestial han venido de otro vendrá a tendernos una mano para sacarnos de un
planeta utilizando sus transportes siderales en vez apuro. De esta forma no tendremos que esforzar-
de alas. nos en resolverlo nosotros mismos.
Bajo la capa de pseudo-ciencia existen cien- Por naturaleza humana, para la gran mayoría
tos de informes y artículos en periódicos, libros resulta más difícil aproximarse a la realidad y pe-
y revistas acerca de avistamientos de OVNIs, pero netrar, digamos, en la búsqueda de vida microbiana
jamás las pruebas mismas; de hecho, ni una sola, exótica en meteoritos, apuntar un radiotelesco-
Weird Tales de Lhork 45
S pio hacia el espacio con la esperanza de captar un ciones y experiencias. John E. Mack, profesor de
mensaje de alguna civilización cósmica o estudiar Psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard,
John E. Mack (1929-2004) el suelo y la atmósfera de planetas vecinos con los aceptó recientemente recibir y analizar algunos
(Fuente: datos enviados por ondas de radio, por los vehícu- pacientes de este tipo. A pesar de que confesó es-
alienufoparanormal.aliencase- los espaciales no tripulados y por robots situados tar sorprendido e intrigado por la gran cantidad
book.com).
en las superficies de otros mundos. Eso es lo que de personas que convergen en las mismas descrip-
garantiza la veracidad y no el encanto sublime de ciones, Mack llegó a la misma conclusión de va-
lo fantástico. rios de sus colegas: los pacientes han sido víctimas
de experiencias traumatizantes, embarazosas, y el
subconsciente siempre tiende a reprimirlas, a blo-
LOS “SECUESTRADOS” quearlas y darles otra imagen; y una de esas imá-
genes es la fantasía del contacto con alienígenas. A
Relacionadas con estas creencias, como men- pesar de ello, igualmente señaló que no veía nada
cioné antes, se han tejido extraordinarias historias psicótico en estos pacientes. “Sólo son personas
de personas “secuestradas por los extraterrestres que padecen del síndrome post-traumático,” aña-
visitantes”. Estas personas han declarado haber dió. “Este puede haber ocurrido durante su infan-
sido víctimas de terribles experimentos médicos. cia, pero no en todos los casos tenemos evidencia
Hay mujeres convencidas de que fueron inocu- de que así sea”.
ladas con fetos híbridos y luego esos fetos les Michael Persinger, neurólogo del Departa-
fueron nuevamente extraídos con el objetivo de mento de Neurociencia y Psicología de la Uni-
crear una nueva raza. ¡Qué argumento más bue- versidad Laurentia en Sudbury, Ontario, explica
no ha sido esto para las películas y las novelas! cómo mucha gente con traumas reprimidos da
Sin embargo, hasta lo que hoy sabemos, debido a rienda suelta a una riquísima creatividad. Sus
cuestiones fundamentales de la biología molecular, cerebros interpretan sensaciones de presencias
la mezcla de especies – ¡ particularmente especies irreales dentro del marco de un amplio espec-
de distintos mundos!— no tiene probabilidades tro de experiencias entremezcladas desordena-
de lograrse. damente. Persinger pone de relieve que es así
Algunos psicólogos, psiquiatras y sexólogos como el cerebro humano está organizado; éste
han planteado que en muchos de estos casos por crea recuerdos falsos cuando el subconsciente
debajo yace reprimida la terrible experiencia de necesita reprimir algo. “Se trata de un desorden
un abuso sexual. No obstante, todavía en la actua- emocional llamado Síndrome de Estrés Retarda-
lidad la mayoría de los investigadores que ha tra- do,” concluyó.
bajado con pacientes “secuestrados” ha declarado Por su parte, Elizabeth Loftus, psicóloga de la
que las investigaciones no les permiten determinar Universidad de Washington, ha investigado varios
con exactitud de qué naturaleza son las observa- casos de “secuestrados” y opina que la conver-
46 Weird Tales de Lhork
ria autorreprimida. De hecho, lo que vemos no es
más que una reflexión de nosotros mismos. (No
he incluido aquí, por razones obvias, a los que de-
liberadamente se burlan del público y buscan fama
y dinero).

FALSAS PERCEPCIONES
No obstante, a pesar del obligado manejo
científico que debe preceder todos los aspectos
de nuestra vida, es cierto que todavía existe una
infinidad de cosas que desconocemos dentro del
marco de un campo enorme de investigación que
se extiende frente a nosotros. Cada vez que pene-
tramos en ese campo ilimitado, el sentido común
y la intuición ordinaria han de reorganizarse en
ocasiones para que continúen siendo sólidas razo-
nes o guías confiables. Nuestros órganos sensoria-
les sufren de limitaciones, nuestras percepciones
pueden distorsionarse, como se mencionó en el
ejemplo de los fenómenos atmosféricos que nos
hacen ver discos luminosos viajando por el cielo.
Hay otros ejemplos de ilusión óptica. Recien-
temente se comenzó a creer que en Marte existía
una enorme escultura de varios kilómetros de lar-
go, la cual representaba un rostro que parecía hu-
mano y podía verse con un buen telescopio sobre
el desierto rojizo. Incluso algunos llegaron a pensar
que era, de hecho, un rostro humano esculpido allí
para que fuese visto por los telescopios de la Tie-
rra, “a manera de mensaje para la humanidad”. He
aquí que comenzó, una vez más, el entusiasmo de
la imaginación y se filmó la película Misión a Marte,
de la Touchstone Pictures, donde se abordó este
ejemplo dentro de la trama.
Uno de los entusiastas más fervientes de esta
idea es Richard Hoagland, autor del libro Monu-
mentos de Marte, y cuya obra surgió precisamente
gencia de ideas no es casual: las falsas memorias de la visión del supuesto rostro. Hoagland ha lle-
han sido adoptadas de casi todos los casos de gado a pensar que la “escultura” podía estar rela-
lecturas, filmes y comentarios de dominio públi- cionada con las pirámides y la esfinge del antiguo
co. La mayoría de los pacientes posee una infor- Egipto, y hasta ha imaginado un posible contacto
mación más o menos detallada que sus subcons- entre ambas civilizaciones. Pero Hoagland abriga
cientes luego utilizan. La doctora Loftus explicó también otras posibilidades: mantiene que “esos
que se han implantado experimentalmente en antiguos pobladores de Marte no podían sobrevi-
varios pacientes memorias de cosas que jamás vir los cambios que el planeta sufría y, al irse esca-
ocurrieron. pando su atmósfera inicial y secándose sus aguas,
Sobre este aspecto, Robert Baker, psicólogo no tuvieron otro remedio que abandonar su mun-
emérito de la Universidad de Kentucky, ha mani- do en sus naves siderales en busca de otro cer-
festado que mediante la hipnosis puede alimen- cano con condiciones adecuadas para la vida”. ¿Y
tarse la imaginación de pacientes a los que se les qué mundo cercano y óptimo podía existir en las
hace una sugestión. Una vez que se les pide que inmediaciones? El nuestro, por supuesto. Richard
se relajen cómodamente sobre un sofá, es más Hoagland cree que aquellos marcianos fueron
fácil sugerirles cualquier “memoria” y el cerebro nuestros ancestros (el filme Misión a Marte tam-
del paciente hará el máximo esfuerzo por recrear bién presenta esta teoría).
hechos relacionados con la sugerencia dada. El pa- ¡Cuánta imaginación puede desarrollar una
ciente tratará de hacer creíble cualquier historia, percepción imaginaria! Pero nuevamente la tecno-
pues la hará creíble para él mismo. logía moderna vino a nuestro rescate y nos per-
Todos estos casos, claro está, pertenecen sólo mitió continuar tomando fotos de la superficie del
a pacientes convencidos de la veracidad de sus planeta rojo desde otros ángulos y a diversas ho-
fantasías. La ciencia médica está tratando de apli- ras del día, y recientes instantáneas divulgadas por
car el tratamiento adecuado a cada caso, con el la NASA demostraron que el “rostro esculpido”
fin de erradicar la fantasía que bloquea la memo- en el desierto marciano no es otra cosa que la ilu-
Weird Tales de Lhork 47
sión provocada por los efectos de la luz y la som- convencieron a Einstein y éste modificó todas las
bra sobre los accidentes del terreno en una hora bases de sus cálculos y declaró que aquel hecho
determinada. Hace poco el doctor Alden Albee, había sido “el gran fiasco de su carrera”.
científico del proyecto general de investigaciones
en Marte, del Jet Propulsion Laboratory en Pasa-
dena, California, mostró otras recientes fotos del CIVILIZACIONES CÓSMICAS
mismo lugar donde ni siquiera aparece una figura
al caer la luz del Sol en otro ángulo. Aun cuando los OVNIs son sólo un produc-
No es mi intención criticar a Hoagland, de la to de la imaginación y de ilusiones ópticas, tam-
misma manera que tampoco la ciencia critica a poco se ha comprobado que estemos solos en el
Percival Lowell por creer en una civilización mar- universo. Resulta necio, chauvinista y anti-científi-
ciana. El entusiasmo en descubrir otra civilización co creer que somos únicos, la única inteligencia
cósmica los llevó a ver cosas inexistentes en la cósmica. Caeríamos así en los tiempos cuando
superficie del planeta rojo, al igual que los cana- la iglesia manifestaba que nuestro planeta era el
les percibidos por Schiaparelli. La ciencia, como centro del universo y que todo giraba a nuestro
es justo en estos casos, no dio la espalda a tales derredor.
pretensiones y se dio a la tarea de investigar el Aunque jamás nos encontremos con “herma-
asunto. Esto demostró una vez más su flexibilidad, nos de intelecto” en la inmensidad cósmica, la idea
pues está muy lejos de ser rígida y mucho menos de que hay otras formas de vida es totalmente fac-
infalible. Al paso de cada descubrimiento compro- tible. Nosotros surgimos por el proceso natural
bado ésta se autocorrige, se modifica, se actualiza de una nebulosa en formación y en el universo se
y amplía su alcance investigativo. forman continuamente nuevas nebulosas que, a su
Einstein había previsto que el universo se ex- vez, forman nuevas estrellas por el calentamiento
pandía, pero luego se retractó y basó todos sus y la combustión de los gases que las componen.
cálculos posteriores en un universo teórico es- Producto de este proceso, nuestro planeta hoy
tático. Sin embargo, cuando se reunió con el as- orbita una estrella que es, a su vez, sólo uno de
trónomo estadounidense Edwin Hubble y el pá- los cientos de miles de millones de estrellas en los
rroco belga Monsenor Georges Lemaitre, éstos Percival Lowell (1855-1916). suburbios de nuestra galaxia, la Vía Láctea, y nues-
le demostraron que el universo no era estático (Fuente: Wikipedia). tra galaxia es sólo uno de los muchos residentes
sino que se movía, se expandía realmente como el del llamado Grupo Local, perdida e indistinguible
propio Einstein había pensado al principio. Ambos T en medio de la periferia de un posible supergrupo
mayor de galaxias. No parece haber nada de es-
pecial acerca de nuestro sistema solar, de nuestra
galaxia y del Grupo Local. Este hecho hace surgir
una pregunta clave: ¿Qué de especial tenemos en-
tonces para llamar la atención a visitantes cósmi-
cos?
El filósofo alemán Emmanuel Kant (1724-1804)
conjeturó en 1755 que nuestra galaxia, la Vía Lác-
tea, podía ser sólo una parte insignificante en un
conjunto enorme de “universos-islas”, de los cua-
les serían otros componentes ciertos objetos cla-
sificados como nebulosas. Tuvieron que pasar casi
doscientos años para que fueran aceptadas las hi-
pótesis kantianas y hoy sabemos que Andrómeda,
por ejemplo, no debe ser considerada una nebu-
losa sino un verdadero “universo-isla”. Hemos de
decir, sin temor a equivocarnos, que si el cosmos
fuera un desierto como el Sahara, todo nuestro
sistema solar sería en comparación un grano de
arena; y si comparásemos al universo con todos
los océanos de la Tierra, nuestro sistema solar se-
ría una gota de agua. De ahí que debemos aceptar
la posibilidad de que en rincones cósmicos lejanos
pudieron surgir en algún momento condiciones
semejantes a la nuestra: uno o varios planetas al-
rededor de una estrella, y que en alguno de ellos
se produjera esa cadena maravillosa y fortuita de
la evolución, y que ésta haya alcanzado el nivel de
la inteligencia, lo cual es la opinión de muchos in-
vestigadores.
Pero no es tan simple. Por la ley de las pro-
babilidades hemos de eliminar sistemas que, por
sus condiciones generales o debido a caracte-
48 Weird Tales de Lhork
comenzó a trabajar con las estrellas más cercanas
a la Tierra (Tau Ceti y Epsilón Eridanii), pues éstas
poseen sistemas planetarios similares al nuestro y
dentro del diagrama espectro-edad son casi igua-
les al Sol. Sin embargo, es muy difícil establecer el
número exacto de estos factores hasta su mínima
expresión. Existen algunas razones que nos hacen
suponer que el promedio de formación de estre-
llas en nuestra galaxia es diez, pero más allá de
esta cantidad todo se hace especulación según
nos adentramos más en el análisis. Sin embargo,
intentemos paso a paso considerar los pros y los
contras, y cuantificarlos.
Digamos que existe un trillón de cuerpos ce-
lestes situados muy lejos de sus estrellas (algo pa-
recido a Plutón y con una estrella parecida a la
nuestra), mientras que otros estarán demasiado
cerca (como Mercurio) y otros poseerán órbi-
tas demasiado excéntricas para permitir patro-
nes confortables de temperatura. No obstante,
hace algunos años la ciencia astronómica llegó
a la conclusión de que tal vez existan alrededor
de 640 millones de planetas similares al nuestro
donde pudieron darse las condiciones apropiadas
para una evolución parecida. Asimismo, aun cuan-
do haya planetas cuyas órbitas estén mucho más
alejadas de su estrella, sus condiciones estarán di-
rectamente proporcionadas al volumen y densidad
de ésta. Por ejemplo, si pusiéramos en el lugar del
Sol a una estrella azul que produjera alrededor de
diez mil veces más luz y calor, la zona de vida acti-
va se extendería de dos y medio a unas cincuenta
veces la distancia de Plutón. Si, por el contrario,
remplazáramos al Sol por una estrella roja más
pequeña y más fría, que emitiese una décimosexta
S rísticas específicas, no pueden sostener la vida. parte de la energía solar actual, entonces la zona
Los cálculos del radioastrónomo Frank Drake de vida aceptable podría estar dentro de la órbi-
Desiderius Papp (1895-2008) (miembro de SETI5) con su famosa fórmula ta de Venus. Al mismo tiempo, la estrella no debe
(Fuente:
www.cienciaenlavidriera.com.ar).
R*fpnefl fi fcL, constituyen hasta hoy el estudio ser ni doble ni múltiple, pues en torno a tales as-
más completo, lo que se acerca más a la reali- tros no puede haber órbitas regulares y simples.
dad. Esta intrépida ecuación expresa el número Además, la estrella en cuestión tiene que emitir
de civilizaciones técnicas en nuestra galaxia, en una radiación constante: no debe ser una estrella
términos de los factores necesarios para soste- variable de gran amplitud ni una nova. Y el radio
ner vida inteligente. Los tres primeros factores de la órbita planetaria debe mantenerse dentro de
son físicos: el grado en que se forman las estre- estrechos límites. Sólo de esta manera los mun-
llas, la fracción de esas estrellas que puede po- dos que giran alrededor de esas estrellas tendrán
seer planetas y el número promedio de planetas aseguradas las condiciones indispensables para la
por estrella, capaces de mantener la vida. Los vida, a menos que las combinaciones químicas y
dos factores que siguen son biológicos: la frac- los fenómenos físicos en sus atmósferas la hagan
ción de esos planetas en la cual la vida puede imposible.
surgir y desarrollarse, y la fracción de planetas A pesar de las semejanzas, la evolución de las
donde la vida es inteligente. Los dos factores úl- especies varía extraordinariamente sólo al pre-
timos representan la fracción de planetas con sentarse una pequeña diferencia inicial. La idea del
vida inteligente donde evolucionan civilizaciones antropomorfismo fue ya casi eliminada totalmente
que alcanzan alto nivel tecnológico capaz de co- del confín científico (a menos del uno porciento
municarse por medio interestelar y el ciclo de de probabilidades). El escritor polaco Stanislaw
vida promedio de esas civilizaciones. Lem llamó la atención hacia esa tendencia que él
Según la fórmula de Drake, el número de civili- consideró errónea, por lo que quiso romper ese
zaciones que puede haber madurado lo suficiente molde en sus dos obras Solaris y Diarios de Kohn
para establecer contacto con nosotros es de mil Tiki. Por su parte, Sir Fred Hoyle6 opinó que es
(o sea, cada cien millones de estrellas por término difícil o casi imposible creer que en otros rincones
medio poseen sólo una civilización). Drake basó su de nuestra galaxia o incluso en otras, exista una
investigación sobre un posible contacto, en lo ex- estructura química ordenada como en la Tierra. Y
puesto en 1944 sobre el rayo 21 del hidrógeno, y señaló, “Debemos esperar que haya una gran va-
Weird Tales de Lhork 49
que se nos asemejen físicamente es, en mi opinión,
casi nula. Pero no lo es, en cambio, la posibilidad
de hallar otra forma de inteligencia8.
La vida puede conformarse de infinidad de
maneras que no involucren a las proteínas ni a
los ácidos nucleicos como el ADN. Ya nadie cree
que la intrincada estructura del ADN es la úni-
ca ruta hacia la vida y se sabe que existen otros
elementos además del carbono (básicamente hay
cuatro elementos considerados como “claves de
la vida”: adenina, guanina, citosina y tiamina). Pero
en el cosmos debe haber también elementos to-
davía desconocidos por nosotros. Tales elementos
producirían formas de vida tan distintas, que entre
ellas y nosotros habrá siempre un gran abismo. Ja-
más podríamos asegurar que aunque una civiliza-
ción así sea inteligente y se desarrolle, siga nues-
tros mismos patrones de pensamiento.
A pesar de las posibilidades mencionadas, las
limitaciones seguirán vigentes como una “espada
de Damocles” sobre nuestra imaginación. Si con-
tinuamos observando los cálculos de la decanta-
ción o discriminación de rigor, veremos que sólo
en un cuerpo planetario entre cuatro mil podrían
surgir condiciones adecuadas para la vida que co-
nocemos, y solamente una estrella entre más de
doscientas posee un planeta como la Tierra. Pero
este estimado podría estar muy por encima de la
realidad si consideramos los descubrimientos as-
tronómicos de la última década. Por ejemplo, se
ha comprobado que aproximadamente el 90 por-
ciento de las estrellas nacidas en nuestra galaxia
S riedad de formas, aunque la variedad sea mucho se encuentra en su núcleo. Esto hace pensar que
menor que la esperada...” igualmente el 90 porciento de los planetas simila-
Fred Hoyle (1915-2001)
(Fuente: Wikipedia). Desiderius Papp7 previó que en los mundos res a la Tierra debe hallarse allí, si aceptamos una
habitados no había criaturas iguales al hombre distribución equitativa (aunque no es así necesa-
porque las condiciones diferentes de su medio las riamente, pues recordemos que todo depende del
haría diferentes. “El peso, la estatura, el organismo azar en las leyes del universo).
y los sentidos del hombre guardan estrecha rela- Aun siendo así, los núcleos de las galaxias son
ción con las dimensiones, la gravedad y la distan- sitios muy violentos, de mucha actividad cósmica
cia entre el Sol y el globo terrestre”, había dicho (cuásares, explosiones, púlsares, huecos negros
muy certeramente. Hoy está comprobado que la y otra infinidad de fenómenos), lo que sin dudas
gravedad es lo que más influye en nuestro tama- representa un enorme peligro para cualquier civi-
ño. Si la Tierra tuviese menos gravedad, nosotros lización que surgiera en una región estelar de tal
y las demás especies seríamos mucho más altos naturaleza. Sólo en los extremos de una galaxia
como promedio, nuestros huesos más largos. De como la nuestra, bien lejos del centro, las condi-
hecho, si los humanos logran establecer colonias ciones serán lo suficientemente tranquilas para
en otros planetas con menos fuerza gravitatoria, permitir que la vida surja y se desarrolle a lo largo
los que a partir de ese momento nazcan en ese de miles de millones de años. Y a pesar de esta
ambiente serán sin dudas más altos y estilizados. relativa tranquilidad, los aerolitos han hecho es-
Con el correr de los siglos, se podrían considerar tragos en nuestro planeta desde su formación y
incluso una nueva especie. siempre existirá el peligro de otro impacto de en-
En apoyo de estas opiniones, he aquí lo seña- vergadura que pudiera borrar a la humanidad.
lado hace dos décadas por el desaparecido Carl Como vemos, sobre la base de la fórmula de
Sagan, quien fuera director del Laboratorio de Drake el estimado continúa reduciéndose. Po-
Estudios Planetarios y poseedor del título David dríamos pensar que hay poco más de 60 millo-
Duncan de Astronomía y Ciencias Especiales de la nes de planetas en nuestra galaxia capaces de
Universidad Cornell, de Ithaca, Nueva York, y pre- crear el tipo de vida que conocemos. Pero la
mio Pulitzer de Literatura en 1978: decantación no termina aquí; el canal se hace
En otro planeta, con una sucesión diferente de aún más estrecho. De entre esos millones de
procesos fortuitos como origen de la diversidad planetas no todos harán surgir la vida y mucho
hereditaria y un medio ambiente distinto como menos la que luego pueda evolucionar racioci-
motor para seleccionar determinadas combina- nio. De todas formas, ¿en cuántos de ellos sería
ciones de genes, la posibilidad de encontrar seres tal fenómeno posible?
50 Weird Tales de Lhork
Asumamos por un instante que tales posi- aspecto a considerar: ¿Seremos tan importantes
bilidades de vida representen más o menos una como para producir interés en un contacto?
regla general, por lo que el mismo proceso co-
menzó en diferentes momentos en varios sitios.
De ahí se podría también asumir que hay una ci- COMUNICACIÓN CON LAS
vilización en uno de cada 300 mil planetas en los
que pueda realmente existir la vida. Si ese fuera ESTRELLAS
el caso, nuestra galaxia poseería alrededor de Es lógico suponer que cualquier civilización
poco más de dos mil civilizaciones. Pero, ¿cuántas esté siempre interesada en hacer contacto con
de ellas podrán haber alcanzado un desarrollo otra después de descubrirla entre los vastos rin-
tecnológico? cones siderales. Sería, más que una curiosidad, una
Después de diez mil años de haber aparecido obligación científica. Pero recordemos que esta
el humano, su desarrollo tecnológico sólo surgió opinión se basa en nuestros esquemas de pensa-
hace apenas doscientos años. Nuestra civilización miento. Nuestros científicos astronautas reaccio-
no tecnológica sobrevivió a la tecnológica en el narían de esa manera; ¿pensarán así otros viajeros
promedio de 50 a 1. Si suponemos de ahí que una siderales?
de cada cincuenta civilizaciones de nuestra galaxia Desde principios de los años 60 se vienen rea-
ha alcanzado un alto nivel tecnológico, habrá en- lizando investigaciones y se han creado hipótesis
tonces poco más de cuarenta civilizaciones desa- con la esperanza de recibir algún día una comuni-
rrolladas en la Vía Láctea. Desgraciadamente, esto cación del exterior por parte de otros seres ra-
es sólo una suposición aunque se base en un es- cionales igualmente deseosos de lograr este tipo
timado lógico. ¿Descubriremos algún día una sola de contacto. Fue el científico ruso Yosif Shklovsky
civilización como la nuestra luego de todos nues- quien llamó “milagro cósmico” a los fenómenos
tros esfuerzos? de escala cósmica que no pueden producirse por
Pasemos al último punto: ¿Cuántas de esas su- sí mismos y no pueden ser explicados por nues-
puestas civilizaciones habrán podido salir al espa- tra ciencia, lo cual indica que puede tratarse de
cio y/o enviar hacia el cosmos naves no tripuladas manifestaciones de una actividad ingeniera. Este
como hoy lo hace el humano? Este es uno de los “milagro cósmico” impulsaría de modo extraordi-
puntos que hace difícil creer en la visita de cosmo- nario el desarrollo de nuestro planeta en todos
nautas extraterrestres y mucho más en un sitio los campos que se conocen y en otros todavía
tan apartado de nuestra galaxia como en el que ocultos para el humano. Sin embargo, si existe una
nos hallamos. Esto no significa que cualquier civi- actividad ingeniera en nuestra vecindad cósmica,
lización que haya surgido miles o incluso millones ésta no ha sido advertida por los astrónomos y
de años antes que la nuestra no posea hoy una radioastrónomos de la Tierra. No obstante, en el
tecnología espacial muy superior y un esquema de cosmos hay cosas que no son visibles y sin em-
raciocinio que cumpla nuestros mismos patrones. bargo existen (los huecos negros no pueden verse
Pero también existe el peligro de que seres desa- y hemos descubierto que están ahí y se mueven,
rrollados con un patrón de pensamiento como el giran, se tragan todo lo que se acerque demasiado;
nuestro pudieron haberse destruido ellos mismos al igual que la llamada sustancia oscura, que tampo-
Observatorio de Arecibo (Puer-
y haber destruido a su planeta antes de alcanzar co es visible). to Rico).
un gran nivel de desarrollo. Por consiguiente, el hecho de que no se haya (Fuente: Wikipedia).
Por otro lado, es lo más probable que esos detectado una actividad ingeniera extraterrestre
planetas que puedan poseer vida desarrollada en tampoco significa que nuestro raciocinio sea el T
nuestra galaxia se encuentren distribuidos al azar.
Como promedio, podrían estar separados entre
45 y 50 años-luz, por lo que aquéllos donde vivan
civilizaciones con alta tecnología estarán distantes
entre sí a más de 13 mil años-luz, incluida la Tie-
rra. Esto reduce casi al mínimo la posibilidad de
“visitas de vecinos”, y mucho más fantástico sería
pensar en flotillas viniendo por acá a cada rato.
No obstante, sugiero firmemente a los creyentes
en OVNIs que se limiten a nuestros confines; es
demasiado pretensioso pensar en viajeros extra-
galácticos.
Pero hagamos alguna concesión: considere-
mos que las distancias ya no sean obstáculo para
una tecnología inimaginable por nosotros, que esa
supuesta civilización haya encontrado un modo
“rápido” de viajar por el espacio. Pero si una ci-
vilización ha logrado una tecnología que le permi-
te atravesar las distancias cósmicas de la misma
manera que hoy nosotros atravesamos en avión
el área del Océano Pacífico, surge entonces otro
Weird Tales de Lhork 51
la propia Tallin. Participaron como invitados inves-
tigadores de Estados Unidos, Francia, Hungría, Bul-
garia, Polonia y Japón.
El interés por la búsqueda de nuestros herma-
nos de raciocinio se incrementó considerablemente
luego del simposio de Biurakán. La propia partici-
pación en Tallin fue más amplia y sus discusiones
más ricas y profundas. Poco tiempo después la
agencia de noticias TASS difundió un comunicado
sobre señales captadas e investigadas por el astró-
nomo Nikolai Kardashev. Varios astrónomos mos-
covitas declararon entonces que las señales estu-
diadas, provenientes de un cuerpo situado a cinco
millones de años-luz y bajo la clasificación CTA-
102, podía proceder de seres inteligentes con una
civilización muy avanzada. Los investigadores del
Instituto Astronómico Sternberg pensaron que
tal vez era la primera prueba de que no estamos
solos en el universo y alguien trataba de comuni-
carse con nosotros. Sin embargo, poco después se
único en la galaxia. Los equipos de observación S detectó que eran impulsos lanzados por una es-
de la Tierra son todavía pobres para una empresa Frank Drake (1930)
trella pulsante.
de tal magnitud a pesar de los logros tecnológicos (Fuente: The SETI League). En 1964 el doctor Kardashev había formula-
actuales, y no hemos podido escudriñar todo el do una nueva base concreta para la captación de
diapasón posible de ondas entre los miles de mi- señales de otros mundos que podrían estar habi-
llones de estrellas de nuestra galaxia. tados. Expuso que, al poseer un potencial mucho
Para hacer un poco de historia en este tema, mayor que el nuestro, una civilización podría en-
en 1971 la ciencia aceptó definitivamente no sólo viar señales de intensidades extraordinarias, de
la posible existencia de vida superior inteligente carácter continuo, en cualquier dirección y en un
en el cosmos, sino que también se dio a la tarea flujo compacto. De esta forma, nuestros equipos
de encontrar a toda costa la forma de comuni- receptores/transmisores no tendrían que limitarse
carse con los científicos de esas “supercivilizacio- a trabajar en una longitud de onda determinada,
nes”. Fue en el Simposio Internacional celebrado sino que podrían operar en el rango de frecuencia
ese año en Biurakán, Armenia, entonces república más amplio posible para cubrir así todas las re-
de la URSS, el cual llevó el nombre de Problemas giones interestelares óptimas para la intercomu-
de la Comunicación con Civilizaciones Extraterrestres, nicación (se ha planteado que esta señal electro-
donde tomó parte la mayoría de los astrónomos, magnética hipotética presentaría características
físicos, radiofísicos, astrofísicos, biólogos, lingüistas, muy similares a las radiaciones cósmicas naturales
filósofos, especialistas en investigaciones espacia- que se exploran por los métodos ortodoxos de la
les, en teoría de comunicaciones, en cibernética y radioastronomía).
otros que se dedican a la búsqueda de vida inteli- Ha sido sólo en el transcurso del último cuar-
gente fuera de nuestros confines. Esta conferencia to de siglo que se hizo posible lograr un acerca-
fue organizada por la entonces Academia de Cien- miento científico mayor al problema. Son los gran-
cias de la Unión Soviética, la República de Armenia des éxitos actuales de la radioastronomía los que
y la Academia Nacional de Ciencias de los Estados estimulan la idea de establecer un vínculo intersi-
Unidos, bajo un acuerdo soviético-estadouniden- deral por ondas, idea que se ha convertido en fac-
se firmado un año antes, a pesar de las vicisitudes tor esencial en la investigación sobre la existencia
de la “guerra fría”. El astrónomo Viktor Ambar- de grandes civilizaciones extraterrestres. La cien-
tsumian, director del observatorio astrofísico de cia señala que nosotros debemos, en correspon-
Biurakán y presidente de la Academia de Ciencias dencia, enviar esas señales al cosmos para alentar
de Armenia, señaló que el descubrimiento de la esta iniciativa y lograr que nuestros mensajes sean
primera civilización del exterior será de una signi- recibidos y respondidos, aun cuando la respuesta
ficación inmensa para el destino de la humanidad demore siglos o milenios.
terrestre. Robert Dixon, director del observatorio de
En 1982 se celebró, también en la antigua Radio OSU y a cargo del proyecto Big Far Sear-
URSS, el Simposio Nacional “Búsqueda de la vida ch9, estima que lo primero es saber “si ellos están
racional en el universo”, en la ciudad de Tallin, ca- allí, si existen realmente y si son lo suficientemen-
pital de la entonces República Socialista Soviética te desarrollados para poder recibir nuestras seña-
de Estonia. Esta segunda gran reunión sobre cómo les, comprenderlas y transmitir una respuesta. “No
comunicarnos con seres inteligentes del cosmos, buscamos por ahora un diálogo,” ha dicho Dixon,
constituyó una continuación del simposio de Biu- “sería demasiado pretenderlo porque las respues-
rakán y agrupó a más de ciento cincuenta cientí- tas tardarían miles de años entre una y otra. Es
ficos procedentes de Moscú, Leningrado (hoy San sólo un monólogo lo que pretendemos, un monó-
Petersburgo), Gorki, Kiev, Járkov, Tartu, Vilna y de logo para saber si están allí y lo escucharán...”
52 Weird Tales de Lhork
En la VII Conferencia Nacional de Radioastro- lejano y su respuesta nos llegaría luego de otros
nomía de la antigua URSS, se presentó el proyecto miles de años. Los descendientes de los que en-
de un programa para las comunicaciones con ci- viaron el mensaje tendrán la responsabilidad de
vilizaciones extraterrestres, a iniciativa del astró- recibir y decodificar esa respuesta.
nomo checoeslovaco R. Pešek, bajo el nombre de El físico Paul Horowitz, del proyecto META-
CETI10. Allí se recordó que el primer intento de BETA de la Universidad de Harvard en Cambridge,
comunicación con seres del exterior había sido Massachusetts, opina que entre la luz, las partículas
realizado en 1960 por Frank Drake, creador del y las radioondas, estas últimas son las más adecua-
primer equipo de aparatos de búsqueda de radio- das para enviar nuestras señales hacia el cosmos,
señales de “las estrellas civilizadas”. entre ellas las microondas. Horowitz está conven-
En el rayo Láser se halla también una vía co- cido de que existe vida inteligente en algún rincón
municativa en el abismo interestelar. Los haces de de nuestra galaxia. Opina que de cien a uno son las
luz muy brillantes producidos por el Láser, casi pa- posibilidades de que la comunicación interestelar
ralelos a la perfección, no existen de esa forma tan podría estar ocurriendo ya en algún sitio de la Vía
precisa y afinada en la naturaleza —a diferencia Láctea y que algún día nosotros formaremos parte
del ruido de la radio—, por lo que una luz así sería de esa intercomunicación y la humanidad dejará
percibida con claridad suficiente sobre el fondo de estar aislada en el universo.
cósmico. Las civilizaciones muy avanzadas podrían, El físico norteamericano Phillip Morrison se-
de alguna forma, modular la luz incluso de toda ñaló:
una estrella para que ésta se encienda y apague
como un faro cósmico. Se ha señalado que algunas La naturaleza misma de la combustión de las
fluctuaciones lumínicas podrían ser artificiales, que estrellas y los gases en el cosmos producen mu-
el espacio puede estar lleno de señales que aún cho ruido en las frecuencias más bajas y en las
nosotros no somos capaces de interpretar. más altas. En un rango de miles de megahertz, un
Todos los investigadores en este campo de lugar medio entre ambas frecuencias es el lugar
búsqueda incesante tienen mucha esperanza igual- indicado para la escucha, pues es aquí donde el
mente en la astronomía infrarroja, la cual se ha ruido es mínimo.
venido desarrollando con rapidez en los últimos
años. Cuando una civilización haya construido al- Morrison es un apasionado de la búsqueda de
rededor de su astro central una biosfera artificial, mensajes cósmicos y opina que es algo parecido a
ésta tendrá que emitir, por fuerza, los rayos infra- una llamada telefónica de larga distancia, pero no
rrojos que corresponden a su temperatura, la cual será una llamada personal ni una llamada de esta-
deberá ser aproximadamente a la media de la su- ción a estación: ¡Será una llamada entre especies!
perficie terrestre, o sea, 300 grados Kelvin. Es por Como es de esperarse, existen todavía opinio-
ello que esta civilización tiene que ser observada nes muy diversas sobre este asunto, pero aparte
por los astrónomos como una fuente fija de rayos de las elucubraciones y sueños es importante se-
infrarrojos. ñalar que todos los científicos que hicieron cál-
Podría ser posible que astronautas de civili- culos no solamente con la fórmula de Drake, re-
zaciones desarrolladas estén viajando desde hace cibieron resultados positivos acerca de la posible
tiempo por la zona del universo que nosotros ob- existencia de vida inteligente en el cosmos, de una
servamos y que ejerzan ahora, en gran escala, su forma o de otra.
influencia sobre los fenómenos naturales que se Paul Horowitz (1942). Sólo en el aspecto de la información, hasta hoy
producen en esa parte del espacio interestelar. A (Fuente: Wikipedia). se han establecido cuatro formas principales de
pesar de que una gran cantidad de fuentes de ra- obtenerla y enviarla de regreso hacia sus remiten-
yos infrarrojos descubierta por nuestros observa- tes:
dores ha resultado ser de origen natural, la posibi- T
lidad de captar señales radioeléctricas creadas por
civilizaciones como la nuestra presenta un interés
particular.
Por otra parte, debemos concebir que cuan-
do los receptores de rayos infrarrojos de la Tierra
se sigan desarrollando y se hagan más sensibles,
descubriremos muchas más fuentes. Entonces, si
descubriéramos una fuente artificial emitida por
seres inteligentes en nuestra galaxia, ésta sería una
manera de informar sobre su existencia al resto
de los seres racionales de la galaxia; estaríamos en
presencia de un púlsar 11 artificial, una especie de
radiofaro.
La comunicación interestelar será un proceso
muy largo. Estará siempre limitada a la velocidad
de la luz, al menos durante muchos siglos para el
humano. De todas formas, un mensaje nuestro tar-
daría miles de años en llegar a un sitio cósmico
Weird Tales de Lhork 53
ser interrumpido, este viaje continuará tal vez por
miles y miles de años hasta que alguna inteligencia
superior descubra a estos viajeros metálicos y los
reciba como mensajeros de un mundo incógnito.
La Pioneer 10 se desplazará hacia las estrellas más
cercanas con una velocidad de diez a veinte kiló-
metros por segundo, lo cual significa que entrará
en esas regiones estelares sólo dentro de cente-
nares de miles de años. Por otra parte, el lector
no debe abrigar dudas de que la biotécnica resol-
verá el problema de los largos viajes interestelares
en las futuras naves tripuladas. El tiempo de estos
viajes podrá ser medido con la misma escala a que
está sometido el proceso normal de envejecimien-
to de los astronautas (se utilizará algún sistema de
hibernación).

LOS FENÓMENOS BIOLÓGICOS


DE UN CONTACTO
La información sobre este aspecto ha sido una
y otra vez distorsionada, influida tal vez por la “li-
cencia artística” que disfrutan los creadores litera-
rios y cinematográficos. Esta licencia es válida, por
supuesto, mas sólo en el predio de la ficción, pero
los medios masivos de comunicación se han he-
cho eco de la irrefrenable imaginación de muchas
personas debido a su desconocimiento de la cien-
cia. Mientras más especulaciones fantasiosas y de-
claraciones sensacionalistas aparezcan publicadas,
continuaremos alejándonos más de la realidad.
Dentro de lo absurdo de los “secuestros”
mencionados antes, en las descripciones de en-
cuentros con extraterrestres éstos son siempre
presentados sin trajes espaciales hermetizados,
algo por entero insólito. ¿Cómo es posible que
formas de vida nacidas bajo las condiciones de
a) El contacto por radio (el más rápido), S otros mundos puedan respirar nuestra atmósfera
b) Por medio de naves no tripuladas y robots, y soportar la misma presión atmosférica de la Tie-
Cubierta de la primera edición
c) Mediante el rayo Láser y de La guerra de los mundos, de rra? ¿Cómo puede concebirse que pueda llevarse
d) El contacto directo (imposible aún). H. G. Wells. a cabo tal contacto físico sin que se produzca un
(Fuente: Wikipedia). serio problema bacteriológico para ambas partes?
Fantasías aparte, en este último caso se ha ¿Cómo es posible que nadie piense en esta ley
planteado que existen tres tipos de contactos di- universal que nos rige a todos y crea automática-
rectos o cercanos: mente en tales declaraciones? Da por pensar que
todo el que es capaz de creer en contactos así, es
1. Encuentro cercano de primer tipo (la obser- también capaz de creer en vampiros, en fantasmas
vación), y en hadas, temas muy atractivos para el horror y
2. Encuentro cercano de segundo tipo (la evi- para el tema Fantástico.
dencia material), Si un tipo directo de encuentro fuera a rea-
3. Encuentro cercano de tercer tipo (el con- lizarse en un futuro, tendríamos que tomar las
tacto físico). medidas más extremas y deliberar con cuidado un
sistema riguroso de control internacional, pues los
Ya el ser humano dio un paso importante para peligros derivados de un contacto así pueden ser
darse a conocer en el cosmos: mediante naves tan enormes como los conflictos nucleares y las
no tripuladas. El envío de la estación automática armas bacteriológicas (de hecho, un organismo de
Pioneer 10 y de la sonda Voyager I, robots viajeros otro mundo que se nos acerque sin la necesaria
enviados a realizar observaciones durante su paso protección, constituye un arma bacteriológica).
muy cerca de Júpiter.Ya han abandonado el sistema Nada sabemos del daño que pueda causarnos el
solar y se han sumergido en las profundidades del exponernos a un medio totalmente ajeno ni el
espacio interestelar. Representan la primera sali- que nuestra atmósfera, a su vez, pueda causar a
da exploratoria del humano por la galaxia. De no los visitantes.
54 Weird Tales de Lhork
H. G. Wells, en su obra La guerra de los mundos,
advirtió acerca de este peligro. Sus “marcianos”
perecieron bruscamente luego de hallarse varias
horas al contacto con nuestra naturaleza. Sólo fal-
tó que a los personajes terrestres que se hallaron
cerca de ellos les hubiese ocurrido lo mismo por
cualquier virus o bacteria traídos por los invaso-
res.
Las bacterias constituyen una de las preocu-
paciones más importantes en la astronáutica. Aquí
mismo en nuestro planeta, los europeos exter-
minaron con la gripe a pueblos enteros tanto en
América como en las islas de los mares del sur y
fueron, a su vez, flagelados desde América con la
sífilis.

¿ESTAMOS PREPARADOS
PARA ESE CONTACTO?
Konstantin Tsiolkovsky, padre de la astronáuti-
ca soviética, puso de relieve que el cosmos engen- sita extraterrena no sería muy agradable, y él no S
dra en sus entrañas la fuerza que lo gobierna; la sólo se refirió al carácter amistoso o belicoso de La sonda Voyager II.
más poderosa de todas las fuerzas de la naturale- los visitantes galácticos; le preocupaba la reacción (Fuente: Wikipedia).
za. Se llama la razón. del ser humano. Por una parte, estamos deseosos
de entablar un contacto así y por medio de los ra-
Por desgracia, los esfuerzos de un grupo de hu- diotelescopios escrutamos el firmamento en bus-
manos por desarrollarse en paz se han visto siem- ca de una señal para entonces responderla y hacer
pre forzados a coexistir con la irracionalidad de una invitación; por la otra, seríamos capaces de
otros. Los hechos de barbarie no pertenecen sólo atacar a cualquier visitante sin previo aviso. ¿Qué
al pasado de las sociedades feudales y el Oscu- sentido tiene entonces enviar una invitación? (La
rantismo. Continúan ocurriendo ahora, al recien- película Starman, de la Columbia Pictures, aborda
te despertar del siglo veintiuno. El escritor nor- esta cuestión).
teamericano Robert E. Howard, en su obra Más A pesar de ello, la mayoría de los científicos
allá del Río Negro, expresó que la barbarie era el relacionados con este campo es optimista. John
estado natural de la humanidad, y la civilización, en Michell afirmó en cierta ocasión que “nuestro fu-
cambio, era artificial; un capricho de los tiempos. turo contacto con la vida extraterrestre se produ-
Howard opinó que la barbarie triunfaría siempre cirá sin duda de manera tan gradual, que cuando
al final. A pesar de lo complejo de la personalidad llegue el momento de afrontarla abiertamente, ya
de Robert Howard y, de ahí, de su perspectiva pe- nos hallaremos condicionados para asimilarla y re-
simista, la aserción no está lejos de la realidad.Ten- cibirla”12. Agradecemos a Michell su punto de vista
dríamos que hacernos esta pregunta: ¿Entregaría tan esperanzador, pues esa condición para la hu-
usted un arma cualquiera a un demente o a un manidad sólo puede significar que habría desapa-
salvaje primitivo? El ser primitivo no sabría cómo recido de la Tierra la filosofía belicista. Este hecho
utilizarla y quizás no tendría intenciones hostiles sería esencial para que una civilización más avan-
hacia nosotros, pero no por ello dejaría de exis- zada que la nuestra se atreva a poner en nuestras
tir el peligro de que accionara el disparador por manos un poder tecnológico nuevo que el huma-
accidente. En cuanto al demente, está de más el no podría utilizar en su propia destrucción; aun-
comentario. que ya en estos momentos no es necesario que
Al analizar la posibilidad de un contacto di- nos llegue un poder destructor del exterior para
recto con miembros de otra civilización cósmica, poner en peligro nuestro mundo. Hoy la humani-
aparte del peligro biológico mencionado, nadie dad posee el poder suficiente para destruir varias
puede predecir cuál será la actitud de ellos hacia veces su planeta.
nosotros. Pero sí podemos predecir cuál podría Hace algunos años, el científico estadounidense
ser la nuestra. Se diría que ya está programada. Linus Pauling comentó que si se empleaba entonces
Naturalmente, frente a un peligro desconocido sólo el diez por ciento de la existencia total de ar-
debemos estar preparados para defendernos. Sa- mas nucleares (32 mil megatones en 1964) en una
bemos cómo actuarán probablemente las fuerzas guerra relámpago, sesenta días después de ese solo
armadas de la inmensa mayoría de los países, te- día de guerra y abarcando a Europa, a gran parte de
merosos de que “su seguridad nacional esté en Asia y a Norteamérica, de los 800 millones de se-
peligro”. Todos los científicos del mundo tendrían res humanos que habitaban entonces esas regiones,
la responsabilidad de intentar controlar los des- 720 millones habrían muerto, 60 millones estarían
afueros militaristas. Carl Sagan opinó que una vi- gravemente heridos y los 20 millones que queda-
Weird Tales de Lhork 55
sen con heridas y daños menores tendrían ante sí de pesquisa y comprobación. La ciencia nos exige
el dilema de la destrucción completa de todas las coraje para explorar lo intrincado, lo sutil, lo im-
ciudades, medios de comunicación y transporte, así ponente de este universo que habitamos, con una
como la desorganización completa de la sociedad, nueva luz y sólida perseverancia. He ahí la garantía
la muerte de todo el ganado y una intensa contami- más confiable que tenemos para resolver los pro-
nación radioactiva de todas las aguas y de todo ve- blemas prácticos que aún afrontamos y modificar
getal y grano. Ello significaría en muy corto tiempo nuestras teorías cuando se requiera.
el fin ulterior de esos sobrevivientes. Después de millones de años de Historia ha
Esto fue predicho en 1964.Ahora, al entrar en el habido sólo una generación privilegiada para vivir
siglo XXI, podemos predecir, sin temor a equivocar- este momento único de transición hacia la ver-
nos, la muerte instantánea de todo vestigio de vida dad: la nuestra. Nuestra generación ha tenido la
en la Tierra en menos de 48 horas. En la actualidad, suerte de haber nacido en tiempos de desarrollo
la potencia de los arsenales nucleares del mundo científico y técnico con cuyas herramientas puede
sobrepasa los 50 mil megatones de trinitrotolueno salir de la ignorancia y la superstición. Hemos des-
(TNT), y si consideramos que un megatón equivale cubierto muchos caminos dentro del intrincado
a un millón de toneladas, esta potencia permitiría dominio de la Física, donde las ideas pueden ser
hacer estallar más de 600 mil Hiroshimas 13. valoradas y comprobadas con precisión. La Física
De nuevo, otra pregunta inevitable: ¿Querrán se basa en la Matemática y la consistencia de éstas
seres desarrollados comunicarse y tener contac- es la lógica. A ese nivel, la Matemática representa
to directo con nosotros mientras subsistan en la un sistema completo y lógico donde no hay lugar
Tierra todos estos peligros, toda esa agresividad? para las relaciones no causales de la metafísica y
No olvidemos que el principio que rige a toda co- donde, más tarde o más temprano, aparecerán las
munidad social, científica y técnicamente avanzada explicaciones comprobadas de todo. Y el método
nunca debe ser el de la violencia. más rápido y efectivo para alcanzar esa meta es
Sin embargo, el concepto de civilización no es buscar esas reglas y leyes; la mejor manera para
tan simple. En nuestro esquema, una civilización es comprender nuestro universo y nuestro papel
“una sociedad de seres inteligentes con una o más en él. Es el escrutinio escéptico el que separará e
formas de comunicación que ha desarrollado una identificará la racionalidad de lo absurdo.
tecnología avanzada como la de los humanos, o aun La pseudociencia carece de lógica, de la mis-
más sofisticada, y que posee una conciencia indivi- ma manera que la magia, los sueños y lo fantás-
dual y social”. Pero como sugerimos anteriormente, tico. Pero hoy vivimos en la Era Cósmica, brillan-
esos seres deben poseer, al mismo tiempo, nuestros temente inaugurada por el Sputnik I en 1957 y el
mismos esquemas y patrones de pensamiento, o al vuelo del cosmonauta Yuri Gagarin el 12 de abril
menos bastante cercanos a nosotros en ese aspec- de 1961, que marcó en la historia la primera pre-
to. De no ser así, quién sabe cómo nos verán, cómo sencia del ser humano en el espacio estelar. A par-
pensarán y cómo podrían actuar. tir de ese hecho nuestro medio dejó de limitarse
Es menester poseer un conocimiento básico al mundo que nos rodea; hoy todo ese mundo a
de todas estas cuestiones con el fin de dar una nuestro derredor es el universo en toda su ex-
respuesta adecuada, según el caso. La investigación El Sputnik I. tensión, por lo que no deberíamos permitir que
de la naturaleza exige una mezcla de intuición, (Fuente: Wikipedia). la concepción del mundo continúe siendo dictada
comprensión y escrutinio, pero al mismo tiempo sobre bases mitológicas, mistificaciones o por dog-
las reglas estrictas que debemos seguir requieren T mas políticos. Para los evolucionistas los milagros
no existen, sin embargo, ¿quién puede negar que la
mera existencia del universo constituye un mila-
gro per se? No deberíamos limitarnos a decir que
el universo simplemente es, que siempre estuvo
ahí. Según nuestras percepciones, nos inclinamos
a creer que tuvo que existir un comienzo, pues
para nosotros todas las cosas tienen un comien-
zo; por consiguiente, el universo tuvo que haber
sido creado. Esto nos lleva entonces al tema de la
creación y debemos reconocer que la creación es
todavía un misterio.
No podemos pretender que lo sabemos todo.
Pretender eso es arrogancia. Darle a algo un nom-
bre como “la Gran Explosión” y pensar que tene-
mos la explicación para ello no resulta una buena
lógica después de todo. Fuera de nuestros pensa-
mientos científicos racionales existe un área de
conciencia, quizás más importante que la ciencia
misma. Porque si el universo nació de una gran ex-
plosión, fue creado por esa explosión. Entonces, la
típica pregunta científica sería: ¿Qué creó la explo-
sion que creó al universo?
56 Weird Tales de Lhork
Al hacerse más profundas la conciencia cientí- estrellas de neutrones que se han originado como
fica y la espiritual, se incrementará la desconfianza resultado de la explosión de una supernova.
en cualquier tipo de autoritarismo y ante nuestros 12.Véase Los platillos volantes y los dioses.
ojos se abrirá un universo mucho más rico. Muy 13. Léase el discurso del escritor colombia-
lejos han quedado la Edad Media y la época ego- no Gabriel García Márquez en la “Reunión de los
céntrica; sin embargo, no hemos alcanzado todavía Seis”, celebrada en Ixtapa, México.
la adecuada conciencia para comprender nuestro
universo en toda su magnitud. La gente sigue sien-
do arrastrada por mitos y es menester compren- LITERATURA CONSULTADA
der de una vez y por todas que si ignoramos algo
que se nos presenta misterioso e inexplicable, eso Asimov, Isaac. Asimov’s Chronology of Science and
no lo convierte necesariamente en “sobrenatural”. Discovery. Harper Collins, New York, 1994.
De hecho, los llamados “fenómenos sobrenatura- Calder, Nigel. Einstein’s Universe. Dutton, New
les” no existen; es que, simplemente, no hemos York, 1968.
descubierto aún de qué se tratan. Collins, Tony. “Strange sightings”. The Telegram,
Algún día, en un futuro lejano o cercano, nues- St. John’s [Terra Nova], January 30, 2005 (p. B-9).
tros avances científicos y técnicos irán sacando a Fisher, David E. The Ideas of Einstein. Holt, Rine-
la luz, paso a paso, de una manera natural y lógica, hart and Winston, New York, 1980.
todo lo que hoy nos parece misterioso y enigmá- Fleisher, Paul. Relativity and Quantum Mechan-
tico. Nada puede hacer inútil el quehacer científi- ics. Principles of Modern Physics. Minneapolis: Lerner
co. Los avances de la ciencia convierten cualquier Publications Co., 2002.
especulación en algo menos especulativo. Desde Frank, Eduardo. Los dioses astronautas. La Ha-
hace algún tiempo se ha venido desarrollando la bana, Editorial Gente Nueva, 1991.
Parapsicología, rama de la ciencia cuyo propósito Gatland, Kenneth W. (y) Derek Dempster.
es hallar la explicación científica de ciertos hechos Worlds in Creation (Foreword by Patrick Moore).
todavía desconocidos y que nos parecen misterio- Henry Regnery Co., Chicago, 1974.
sos. Mas ningún “misterio”, ninguna “hechicería”, Gregory, Richard. The Intelligent Eye. New York:
ninguna “magia” puede desafiar las leyes de la na- McGraw-Hill, 1970.
turaleza, que son las leyes que rigen el universo Hancock, Graham. The Mars Mystery. Toronto,
entero luego de su creación; en fin, las leyes físicas. Seal Books, 1998.
Durante cuatrocientos años, desde los tiempos de Hoyle, Fred. Frontiers of Astronomy. New York,
Galileo, la ciencia ha procedido siempre como una Mentor Books, 1957.
pesquisa abierta y profunda dentro de la maqui- Loftin, Robert. Identified Flying Saucers. David
naria de la naturaleza. Ha sido un gran triunfo del McKay Co., Inc., New York, 1968.
espíritu humano en el marco de una búsqueda de Mayor, John. Our UFO visitors. Hancock House
siglos para comprender el universo y su creación. Publishers, Ltd., Seattle/Saanichton: 1978.
La única manera de comprenderlo en toda su Menzel, Donald H. (y) Lyle G. Boyd. The World
vastedad. of Flying Saucers. A Scientific Examination of a Ma-
jor Myth of the Space Age. Doubleday and Co., Inc.,
New York, 1963.
NOTAS Michell, John. Los platillos volantes y los dioses.
Barcelona, Ed. Pomaire, 1967.
1. Editorial Gente Nueva, La Habana, 1991. Papp, Desiderius. Los mundos habitados. Barce-
2. Cita de Goals for Americana, 1960. lona, Ed. Iberia, 1949.
3. Project Blue Book (1ro. de febrero de 1966). Sagan, Carl. “Night Walkers and Mystery Mon-
4.Vease Broca’s Brain. gers: Sense and Nonsense at the Edge of Science”, en
5. Las siglas en inglés significan Búsqueda de In- Broca’s Brain, Londres, Coronet Books, 1980 (p.73).
teligencias Extraterrestres. Sagan, Carl. Unidentified Flying Objects, reprint from
6.Véase Frontiers of Astronomy. The Encyclopedia Americana (copyright 1963), p. 1.
7.Véase Los mundos habitados. Sagan, Carl and Page, Thornton, eds. UFOs - A
8.Véase Broca’s Brain (p. 73). Scientific Debate, 1972.
9. “Gran Búsqueda a lo Lejos”. Severance, John B. Einstein: Visionary Scientist.
10.Comunicación con Inteligencias Extrater- Clarion Books, New York, 1999.
restres. Shklovskii, I.S. (y) Carl Sagan. Intelligent Life in
11. Estrella pulsante (la palabra se forma del the Universe. San Francisco, 1966.
apócope entre las palabras inglesas pulsant star). Son Tacker, Lawrence J.(Lt.Col.). Flying Saucers and
cuerpos celestes de los que se reciben impulsos ra- the US Air Force. D. Van Nostrand Co., Princeton,
dioeléctricos alternados con intervalos de silencio New Jersey, 1960.
, al contrario de las estrellas variables, cuya intensi- Von Daniken, Erich. Chariots of the Gods? Ban-
dad cambia sin interrupción del mínimo al máximo. tam Books, New York, 1971.
Las emisiones de los púlsares conocidos tienen lu- Wander Bonanno, Margaret. Strangers From the
gar dentro de una gama de frecuencias comprendi- Sky. Bantam Books, Inc., New York.
da entre cincuenta ymil MHz; los períodos van des- Ziegel, F.Y. Nuclear Explosion Over theTaiga. US Depart-
de un mínimo de 0,033 hasta 3,7 s. Los púlsares son ment of Commerce, Office of Technical Services, 1962.
Weird Tales de Lhork 57
José Francisco Sastre García

DEL NEGRO VACÍO


1.— PIEDRAS EN EL CIELO

L
as estrellas brillaban con fuerza en una suave noche de verano, crean-
do reflejos titilantes en las calmas aguas del lago; la luna, en creciente,
parecía sonreír amablemente a la pareja que se sentaba junto a la orilla
observando el espectáculo nocturno…
—Es tan bonito contemplar el cielo… —sugirió la mujer con gesto so-
ñador.
Tendría alrededor de treinta y cinco años; de estatura mediana y com-
plexión fuerte, daba la sensación de ser más gruesa de lo que realmente era;
morena, no tanto por el sol como por su propia naturaleza, tenía los rasgos
de una persona que se había curtido en el campo: manos que ya comenzaban
a encallecer, un rostro que iba perdiendo poco a poco su suavidad, mostran-
do sombras de arrugas sobre todo en la frente… Sus ojos, azules como el
mar, quedaban enmarcados por una corta cabellera negra que le daba un
aspecto ligeramente masculino.
—Más aún si estás en buena compañía —aseveró su acompañante, mirán-
dola y dejando al descubierto al sonreír unos dientes absolutamente blan-
cos—; menos mal, Laura, que hemos podido sacar un poco de tiempo para
nosotros, porque entre el trabajo y los niños…
—Gracias por la cena, Jaime —admitió la mujer—. Quizás sea mejor así:
cuanto más tiempo pasas deseando algo, más disfrutas de ello cuando llega.
Desde luego, ésta ha sido una velada que difícilmente podré olvidar —ase-
guró, mirando fijamente los negros ojos de su acompañante. De repente, vio
algo por el rabillo del ojo y volvió la mirada hacia el cielo—. Mira, una estrella
fugaz.
El hombre observó el punto brillante que se movía por el cielo, surcándo-
lo de Este a Oeste.
—Qué extraño —murmuró, más para sí mismo que para su mujer—;
normalmente las estrellas fugaces no suelen permanecer tanto tiempo en la
visión…
Sorprendentemente, la estela que dejaba el objeto parecía ir acortándose,
Texto: José Francisco Sastre García y el brillo intensificándose.
Ilustración de cabecera: Morguefile —Eso no es una estrella fugaz —aseguró Jaime, poniéndose en pie con
interés—. Probablemente será algún meteorito, o la reentrada de algún sa-
télite.
58 Weird Tales de Lhork
—¿Tú crees? —demandó Laura, levantándose de la caída, y contempló al cabo de unos instantes,
a la vez; en su voz se percibía un ligero tono de anonadado, la formidable columna de humo que
temor—. ¿No correremos ningún peligro? se elevaba de un punto situado a su izquierda, a
—No, mujer —se burló él, cogiéndola de la aproximadamente un par de kilómetros.
mano para tranquilizarle—. ¿Tú sabes las proba- —Menos mal que no estaba Laura aquí —mur-
bilidades que hay de que un meteorito nos caiga muró sonriendo—. Le hubiera dado un infarto…
encima? Puedes estar tranquila, que lo que quiera Por un momento dudó sobre lo que iba a ha-
que sea caerá lejos de aquí. cer; en principio, lo más lógico sería volver a casa,
El brillo del objeto iba aumentando por mo- que seguramente su mujer estaría preocupada; sin
mentos a lo largo de su trayectoria; la estela que embargo, la curiosidad por ver de cerca lo que hu-
dejaba había desaparecido, como si se dirigiera di- biera caído del cielo fue superior a su cautela, por
rectamente hacia la pareja. lo que sacó el móvil del bolsillo y llamó a casa.
—Siéntate, y disfrutemos juntos de este espec- —¿Laura?
táculo —sugirió Jaime con calma—: vamos, Laura, El aparato no daba señal: en su lugar, una serie
no va a pasar nada… de ruidos de estática parecían indicar que no po-
—¿Estás seguro, Jaime? — insistió ella, poco o dría ponerse en contacto con su mujer; las interfe-
nada convencida por las palabras de su marido—. rencias parecieron disminuir por un instante, mas
Esto me da miedo, no me gusta nada. volvieron de nuevo con fuerza, obligándole, tras
—Vamos, mujer, de verdad que no va a pasar varios intentos fallidos, a dejar de intentar llamar.
nada. Según iba a guardar el móvil, éste comenzó a
Laura se sentó a regañadientes, mirando con sonar.
desconfianza aquella cosa que parecía acercarse —¿Laura? — había visto el nombre en el dis-
cada vez más; el brillo aumentaba poco a poco, play, pero se había borrado de inmediato, dejando
hasta dar lugar a una esfera de luz que tapaba las en su lugar el mensaje de llamada terminada—.
estrellas tras ella. Maldita sea —gruñó.
—Mira, si te vas a quedar más a gusto, vete a Al principio pensó que su teléfono se había es-
casa —sugirió el hombre con una sonrisa—. Lla- tropeado, y que tendría que comprarse otro; al fin
mas a la policía para decirles que hay un meteo- y al cabo, ya llevaba seis años con este modelo y le
rito cruzando el cielo, y ya está; y así vigilas a los había dado demasiado buen resultado; sin embar-
niños. go, tras unos segundos de vacilación, pensó que tal
—¿Y tú… vez no fuese problema del aparato, sino más bien
—Yo quiero ver en qué dirección cae —ase- de algún tipo de radiación que estuviera emitien-
guró Jaime. do el objeto caído.
—Está bien —admitió Laura de mala gana, po- Volvió a brotar en él el temor: ¿y si el meteori-
niéndose en pie—. Pero ten cuidado… —suplicó, to, o lo que fuera, era radiactivo? ¿Podía arriesgar-
dándole un ligero beso. se a acercarse a verlo? ¿No sería mejor dejar esas
El hombre la vio alejarse con gesto preocupa- cosas para la gente que sabía manejarlas?
do; sonrió suavemente, pensando en lo fácilmente Dudó durante unos instantes: la curiosidad lu-
que se asustaba su mujer de cualquier cosa que se chaba con la cautela, la naturaleza del meteorito
saliera se lo normal. Un meteorito… Si estaban con su familia… Por fin, pareció imponerse el sen-
continuamente cayendo sobre la tierra, aunque tido común: volvería a su casa para hablar con su
fueran microscópicos. mujer y tranquilizarla, y después quizás se acerca-
Se rascó el cabello castaño mientras observa- ría a ver qué había caído del cielo.
ba aquel punto de luz que parecía crecer cada vez No vivía lejos: casi se podían ver las casas del
más; al principio no estaba alarmado, pero aquello pueblo desde el lugar en que se encontraba, tan
prometía ser grande, por lo que un leve atisbo de sólo estorbaban dicha visión los árboles y la suave
aprensión sacudió su bien proporcionado cuerpo. elevación que llevaba hasta la calle principal; tenía
Con tal de que no fuera como aquello que había alrededor de unos veinte minutos, tal vez media
ocurrido hacía tanto tiempo en algún lugar de Si- hora andando, por lo que se lo tomó con calma;
beria de cuyo nombre no era capaz de acordar- de vez en cuando volvía la vista atrás para con-
se… templar el humo que aún se elevaba del lugar del
Creyó notar un sonido que le dejó helado: era impacto, un humo más denso de lo normal, tal vez
algo que no había oído nunca, y pensó que tal vez por haber caído en alguna zona húmeda; la suave
pudiera tratarse del rozamiento de aquel objeto brisa que se movía en la noche parecía llevar hasta
con el aire. Por el momento era muy lejano, más él un ligerísimo olor a algo indefinible: parecía em-
un tenue atisbo de rumor que un ruido como tal, palagoso, tal vez almizcleño, como si en el lugar de
una mareante sensación de levísimo zumbido, que la caída el meteorito hubiera aplastado y calcinado
se le metía en la cabeza pero no dejaba rastro al- a algún gran animal; sin embargo, estaba práctica-
guno en sus oídos. mente seguro de que no se trataba de olor a car-
El meteorito cayó a una velocidad impensable: ne quemada.
el hombre apenas fue capaz de seguirlo con la vista, Mientras caminaba, cayó en la cuenta de que
escuchando a continuación un tremendo impacto algo no encajaba, de que se había producido un
que hizo temblar ligeramente el suelo; se tamba- sutil cambio que no acertaba a entender. ¿Cuál po-
leó durante un instante, asombrado de la potencia día ser? Todo se veía igual: los árboles, las lomas, el
Weird Tales de Lhork 59
mente, aunque con cierta precipitación, empujó la
«En efecto, antes de que hoja y la apartó para entrar y cerrar tras de sí,
apoyando la espalda en la madera y dejando esca-
Kane pudiera llegar en su par un audible suspiro de alivio. Frente a él, su mu-
jer y sus hijos le miraban con gesto de espanto.
ayuda, el vikingo alcanzó —¿Qué ocurre? —inquirió ella, al ver la pali-
dez que había adquirido su rostro.
el cuello del otro con un —No es nada —se defendió Jaime, intentando
calmarse—. Sólo es el susto de haber caído el me-
terrible tajo que le hizo teorito cerca de aquí…
No quiso contar más: visto ahora, desde la se-
volar la cabeza, separándola guridad de su casa, todo el temor que había senti-
do se desvanecía con la luz eléctrica, la sensación
limpiamente del cuerpo.» de peligro se apagaba… ¿Y qué que los animales
hubieran callado? Era normal después de seme-
jante impacto. Seguramente en un rato volverían a
llenar la noche con sus ruidos habituales.
—Me tenías preocupada —le advirtió Laura,
contemplándole mientras se erguía y se dirigía
lago… Sólo distinguía como cambios la humareda al salón—. Se cortaban continuamente las llama-
y el leve olorcillo… das…
No se oía sonido alguno: ni el chirrido de los Aquello le recordó lo del móvil: volvió a sa-
grillos, nada. Ahora se daba cuenta claramente de carlo del bolsillo, contemplándolo estúpidamente
cuál era la diferencia: tal parecía que la naturaleza durante unos instantes; después, marcó el teléfono
estaba conteniendo el aliento, como si se avecinase de su casa. Dio un respingo al resonar, junto a él, el
una inminente tragedia, algún espantoso suceso… aparato del salón.
Ni siquiera la brisa sonaba al pasar entre las hojas —Cógelo, ¿quieres? —sugirió.
de los árboles, un agobiante manto de silencio, de La señal era bastante nítida, aunque aún se oían
absoluto silencio, se había asentado sobre la zona. bastantes parásitos.
Jaime tenía miedo de perturbar aquella antinatural —Se conoce que el meteorito emite algún tipo
calma, con la sensación cada vez más acuciante de de radiación —comentó, recuperando en parte su
que algo extendía sobre la región unos tentácu- antiguo aplomo: la experiencia pasada mientras
los de pesadilla, de horror; casi podía distinguirlos volvía a casa le había dejado los nervios tremenda-
contra el cielo estrellado, tenues sombras que iban mente tensos, y ahora comenzaba a sentir el bajón
apagando el brillo de las estrellas, absorbiendo su que sigue a la tensión acumulada—. Por eso hay
luz ansiosamente… Cerró los ojos y volvió a abrir- tanta estática en los teléfonos —se quedó pensa-
los: en el cielo no había habido cambio alguno, las tivo unos instantes—. Seguro que también la tele-
luminarias nocturnas seguían en su sitio habitual, visión…
aunque ahora… Ahora su resplandor parecía ha- Encendió el aparato: en todos los canales, la ima-
ber adquirido un carácter distinto, más… malévo- gen quedaba levemente enturbiada por puntos de
lo, tal vez. Conocedor de la astronomía básica, vio nieve que la distorsionaban, leves cortes de señal…
Aldebarán como un ominoso ojo que le vigilaba, al —Bueno, entonces lo mejor será no utilizar
acecho de su presa; Betelgeuse, Fomalhaut, Celae- ningún aparato electrónico hasta que vengan las
no, las Híadas… Con razón algunos decían que “la autoridades y se lo lleven —sugirió con fingida
noche tiene ojos”: eran aquellas malditas estrellas, alegría—. Venga, niños, a la cama, que mañana hay
que parecían drenar algo de su alma, reírse de él y colegio.
de sus fútiles esfuerzos por luchar contra ellas… Laura sabía que no todo iba tan bien: conocía
Inconscientemente aceleró el paso, tratando suficientemente a su marido para saber que le es-
de llegar al menos al pueblo, donde se sentiría más taba ocultando algo; pero no quería alarmar a sus
seguro que no en medio de la nada, bajo el perma- hijos, por lo que calló hasta que éstos estuvieron
nente acoso de lo que quiera que hubiera llegado en su habitación.
allí… Se cruzó con gente que andaba por las calles, —¿Qué ocurre? —preguntó, bajando al salón
preguntando qué demonios había pasado. Apenas para encontrarse a Jaime recostado en el sofá con
contó que había caído un meteorito. gesto cansado—. ¿Qué es lo que no quieres con-
Con manos temblorosas y la respiración agita- tarme?
da, apenas era capaz de atinar a introducir la llave —No lo sé —se sinceró el hombre, tratando
en la cerradura de su casa. de poner en orden sus pensamientos—. Si quieres
—¿Quién es? —demandó su mujer desde den- que te diga la verdad, no sé realmente lo que ocu-
tro. Podía percibir claramente el tono de miedo rre… o va a ocurrir.
en su voz. Le explicó la experiencia que había vivido ca-
—Soy yo, Jaime —anunció, dejando por impo- mino del pueblo, la sensación de terror e impo-
sible abrir él mismo. tencia que le había invadido durante aquel rato…
La puerta se entreabrió ligeramente, asomán- Su mujer le contemplaba con gesto cada vez más
dose por el resquicio el rostro de Laura. Suave- alarmado.
60 Weird Tales de Lhork
—Deberías decir todo esto a la policía —le —No deberías preocuparte tanto por eso —
advirtió. le animó su mujer—. Sólo es una historia más de
—¿Decirles qué? —se burló él irónicamen- las tantas que suceden a diario. Si consideran que
te—. ¿Que ha caído un meteorito y a causa de eso no debemos saber más, ellos sabrán por qué —al
tengo la intuición de que va a ocurrir algo malo? percibir su estremecimiento, le miró con preocu-
¿Que me ha parecido ver ocultarse las estrellas pación—. ¿Tienes frío? ¿Con este calor?
tras una especie de sombra? Vamos, Laura, piensa —No, no es nada —aseguró el hombre con
un poco: no podemos ir a la policía con semejan- gesto vago, tratando de quitarle importancia.
te historia: me harían pasar por un psiquiatra con —No se te va de la cabeza, ¿verdad? —Laura
toda seguridad. No, hace falta algo más, algún tipo le entendía perfectamente. Habían hablado varias
de prueba… veces del asunto, sin llegar a una solución clara—.
Oyeron las voces en el exterior: se asomaron Has tenido pocas noches buenas, con todas esas
a la ventana y vieron a la gente del pueblo albo- pesadillas…
rotada, andando de un lado a otro y señalando la —No te puedes imaginar lo que es eso —ad-
columna de humo que se elevaba aún del lugar del mitió pesarosamente Jaime—: esa maldita sombra
impacto; pero había algo más: helicópteros sobre- extendiéndose, corrompiéndolo todo, ocultando
volando la zona, iluminándola con sus focos; en la el cielo tras un velo de malignidad… Legiones te-
lejanía parecía oírse el sonido de sus motores… nebrosas recorriendo el mundo a sus órdenes…
—Mira, ¿ves? —Jaime señaló la escena—. Pare- —Pero son sólo eso, pesadillas —indicó su
ce que ya ha llegado el ejército. Ahora se encarga- mujer animosamente—. Es algo que sólo está en
rán ellos de todo, y nos olvidaremos de lo que ha tu mente. Tal vez deberías visitar a un psicólogo, a
ocurrido… ver si consigue sacarte todo eso de la cabeza.
—Tal vez tengas razón —aceptó mansamente
*** el hombre, mirando el reloj—. De momento, es
hora de ir al trabajo…
Durante varios días el ejército acordonó la
zona: los curiosos intentaban acercarse, pero eran ***
apartados sin contemplaciones; tan sólo podían
ver, desde la distancia, todo el despliegue que se Jaime trabajaba en una fábrica como montador
había efectuado en busca del meteorito. Habían de muebles: no es que ganara mucho dinero, pero
encontrado una roca de unos cien kilos de peso, entre su sueldo y el de su mujer se las apañaban
que habían embarcado en un camión cerrado. bastante bien para sacar adelante la casa y a los
Mientras tanto, el personal que andaba por la zona niños, uno de diez años y el otro de ocho.
iba enfundado en trajes herméticos en previsión Últimamente rendía menos de lo habitual: no
de alguna posible contaminación por algún agen- descansar en condiciones a causa de las pesadillas
te contenido en la piedra. Tomaban muestras de le agotaba, y le hacía cometer pequeños errores
plantas y animales, y se los llevaban para estudiar- por los que ya le habían avisado. Aquella mañana,
los detenidamente. le habían llamado para que se presentara en el
En los medios de comunicación habían dado despacho del jefe.
la noticia del impacto, aunque había sido muy —Buenos días, señor —saludó al entrar.
breve: aquel tipo de sucesos no se consideraban —Buenos días, Jaime —le saludó a su vez el
suficientemente interesantes, y, por tanto, se les señor Pedrosa, un hombre corpulento, de manos
daban reseñas muy breves. Se hablaba de una como jamones—. Por favor, siéntate.
roca meteorítica extrasolar rica en hierro, silica- Su subordinado hizo lo que le pedía, mirándole
tos y aluminio, y se restaba importancia al evento con temor: casi podía escuchar las palabras antes
advirtiendo que no era infrecuente que ocurriera de ser pronunciadas.
tal cosa… —Vamos a ver —comenzó afablemente el
Jaime seguía las noticias con interés, aunque hombre, entrecruzando los dedos y apoyando los
no conseguía sacar nada en claro: si los medios de codos en la mesa—. Me han llegado quejas de que
comunicación eran herméticos, aún lo eran más no haces tu trabajo como antes. Parece ser que se
los soldados destacados en la zona: varias veces te olvidan las cosas, y que tus ensambles no que-
había intentado entablar conversación con algu- dan demasiado bien rematados.
nos de ellos, mas sólo había recibido respuestas —Lo siento, señor Pedrosa —se disculpó Jai-
del tipo “No puede pasar” o “Es información con- me, bajando la mirada—. Es cierto, últimamente
fidencial”… no estoy pasando un buen momento y eso influye
—Me tienen harto —se quejó un día. Habían en mi rendimiento. Procuraré mejorar…
transcurrido un par de semanas desde la caída, y —Eso espero. No me gustaría prescindir de un
todo seguía igual de confuso y secreto—. ¿Por qué empleado que lleva aquí diez años —en su tono
no dan más información? ¿Acaso hay algo más en no había el más mínimo rastro de amenaza, sino
ese meteorito de lo que sabemos? más bien una nota de… ¿lástima?—. Has sido en
Recordó la aprensión sufrida la noche del im- todo este tiempo un empleado modelo, y eso de-
pacto, y le entró un leve estremecimiento. Aunque bería contar para algo.
se le había pasado todo temor, no podía borrar de —Le aseguro, señor Pedrosa, que intentaré
su memoria aquella sensación de pesadilla. mejorar.
Weird Tales de Lhork 61
—Está bien, Jaime.Vuelva a su trabajo. sus dueños, e incluso en algunas de las calles del
pueblo. ¿Qué podía haber ocasionado semejante
*** tragedia?
Sin embargo, no vio cadáver humano alguno.
Mientras volvía a su casa, Jaime seguía pensan- Si Laura y los niños no estaban en casa, era de
do en el meteorito; no conseguía sacárselo de la esperar que al resto de los vecinos les pasase lo
cabeza, se dio cuenta de que lo mejor era hacer mismo. Pero, ¿dónde habían ido entonces? En su
caso a su mujer y visitar a un psicólogo que le ayu- casa no había visto signo alguno de precipitación,
dara. de haber salido corriendo.
A su alrededor, los campos relucían verdes, ple- Por fin vio algo cerca del lago, una figura de
tóricos de vida; parecía que aquel año iba a haber apariencia humana que parecía contemplar fija-
una buena cosecha, aunque no podía descartarse mente las calmas aguas. Se acercó rápidamente,
que el calor pudiera agostarla si no llovía pronto: para ir frenando su paso a medida que observaba
estaban en julio, y las lluvias no habían sido dema- más detalles de aquella persona: era inusualmente
siado abundantes. alta, muy delgada a pesar de parecer perfectamen-
El viaje en coche le llevaba alrededor de quin- te proporcionada, con unas manos oscuras, casi
ce minutos por una carretera local llena de cur- negras, colgando laxas a sus costados y un cabello
vas y más curvas, encerrada entre colinas casi corto y de tonos arenosos. Quienquiera que fuese
todo el camino, sobre las que asomaba de vez en el desconocido debió oír los pasos de Jaime, ya
cuando, entre los árboles, algún pequeño edificio: que se dio lentamente la vuelta…
aquí una ermita, allá una cabaña… Sólo al llegar ¡Dios bendito! ¿Qué clase de criatura era
a un par de kilómetros del pueblo era cuando se aquella? Su moreno rostro era una máscara de as-
espaciaba el terreno, allanándose para dar lugar pecto extrañísimo, que parecía recordar más bien
a las fincas cultivadas y las naves de cría de ga- al hocico de algún animal exótico, un koala tal vez,
nado… con una boca de labios tan finos que más parecía
Aparcó frente a su casa, con la indefinible sen- un tajo en el rostro, una nariz chata y unas enor-
sación de que algo ajeno flotaba en el ambiente mes orejas; bajo la mata de pelo arenoso, unos bri-
del pueblo; miró a su alrededor, sin ver nada dis- llantes ojos verdes, gatunos, le contemplaban con
tinto de lo habitual, por lo que lo desechó, pensan- tal intensidad que parecían atravesarlo y escrutar
do seriamente en acudir a un psicólogo, mientras hasta sus más íntimos pensamientos. Todo en él
abría la puerta de su casa. parecía evocar, de alguna manera que Jaime no po-
—¿Laura? —casi de inmediato se inmovilizó, día entender, las inmensas extensiones desérticas,
sintiendo que su cuerpo era recorrido por un es- las grandes planicies de arena… Y, sobre todo, un
tremecimiento: no se oía absolutamente nada, ni aura de oscuridad, de perversidad tal, que le dejó
a los niños trasteando ni a su mujer andando por helado por un breve instante mientras el descono-
la casa. cido le dedicaba una amplia sonrisa llena de la más
Se asomó a una ventana esperando, más bien pura maldad…
deseando, ver a sus hijos jugando en el jardín; sin Con un grito, se dio la vuelta y echó a correr
embargo, no vio a nadie. No era muy extraño, a hacia el pueblo: tenía que llegar al coche, huir de
la hora de la comida prácticamente nadie andaba aquel lugar maldito mientras pudiera; en unos diez
por las calles, por lo que recuperó la tranquilidad minutos había vuelto junto a su casa. Jadeante,
en parte. abrió la puerta de su vehículo mientras sacaba las
Se asomó por la ventana que daba al lago, para llaves del bolsillo; con el nerviosismo era incapaz
observar la actividad de los soldados; sin embargo, de atinar a introducir la llave en el contacto, mien-
todo parecía en aquella zona paralizado: nadie an- tras miraba por los espejos: nadie parecía estar
daba de un lado para otro, los camiones estaban persiguiéndole, todo seguía igual que estaba cuan-
parados, y no se veía a ningún soldado de guardia do llegó.
junto a las vallas de protección… Consiguió arrancar, derrapando para enfilar la
Inconscientemente supo que algo andaba re- salida del pueblo y huir lo más lejos posible; por
matadamente mal, aunque fue incapaz de averiguar un momento pensó en su familia, pero lo desechó
de qué se trataba. Con un nudo en la boca del pensando que estarían todos muertos…
estómago, recorrió toda la casa, para comprobar Dejando atrás los campos cultivados, las naves,
que, efectivamente, no había nadie. ¿Dónde se ha- penetró entre las colinas, apretando el acelerador
bían metido? al máximo a riesgo de salirse de la carretera… Y,
Salió de la casa y fue directamente a hablar con de repente, se encontró volviendo a las primeras
sus vecinos, pero no se abrió ninguna puerta ante casas.
él, no se agitó ninguna cortina tras las ventanas… Frenó en seco: era imposible, estaba saliendo
Parecía que no había nadie en todo el pueblo. del pueblo, ¿cómo podía estar regresando sin ha-
¿Dónde podía haberse metido todo el mun- ber dado la vuelta? Con cuidado volvió a dar la
do? No oía siquiera el ladrido de los perros, el vuelta, y se dirigió de nuevo a las colinas…
silencio se extendía como una mortaja, como un De nuevo, las naves y las primeras casas. ¿Qué
terrorífico sudario que extinguiese toda señal de estaba sucediendo, qué locura era aquella? ¿Es que
vida… Se asomó por todas partes, para descubrir acaso el mundo se había vuelto loco? Fuera de sí,
animales muertos en los jardines de las casas de dio de nuevo la vuelta y volvió a intentar escapar,
62 Weird Tales de Lhork
pero fue inútil: en el momento en que iniciaba la
primera curva entre las colinas, aparecían frente a «En efecto, antes de que
él las casas del pueblo.
Dejando el coche por imposible, se bajó y Kane pudiera llegar en su
echó a correr hacia las lomas: tardó un rato, mi-
rando continuamente sobre su hombro, sin ver a ayuda, el vikingo alcanzó
ningún perseguidor tras él. Si por la carretera no
podía escapar, lo haría campo a través. el cuello del otro con un
Escaló jadeante durante un largo rato, con la
terrible sensación de estar atrapado en una pe- terrible tajo que le hizo
sadilla de la que no había manera de escapar; en
algún lugar, a su izquierda, se oía un murmullo le- volar la cabeza, separándola
jano, permanente, un sonido preñado de horror y
malevolencia que le aterraban hasta la locura. Inca- limpiamente del cuerpo.»
paz de resistirse, como un pájaro atrapado por la
letal mirada de la serpiente, comenzó a acercarse
al lugar del que procedían los murmullos, que au-
mentaron en volumen hasta dar lugar a una espe-
cie de cántico en una lengua que era incapaz de
entender. invitador, la reunión; en sus ojos verdes, gatunos,
Algo en el fondo de su alma resistía aún a tan profundos como el negro cosmos, Jaime en-
aquella pesadilla en la que se hallaba inmerso, contró la locura más absoluta y enterró el último
algo que le impelía a tener cautela, por lo que resquicio de cordura…
cuando vio que los árboles comenzaban a cla-
rear se agachó junto a un tronco, acercándose 2.— EL INCIDENTE
más despacio; los pulmones parecían arderle por
los esfuerzos de escapar; la respiración agitada,
acelerada, parecía que lo delataría ante quien se Todas las miradas se giraban al paso del hom-
encontrara cerca, las piernas le pesaban cual co- bre; de unos treinta y cinco años, no era su aspec-
lumnas de piedra… to precisamente lo que provocaba el asombro de
Por fin, vio una sorprendente escena: el claro los que se cruzaban con él: alto, de complexión
lo conocía, un amplio sitio en el que se erguían delgada y piel ligeramente pálida, eran sus extraor-
las tres últimas piedras de aun antiquísimo círculo dinarios ojos los que llamaban la atención, unos
megalítico, un cromlech que alguien había datado ojos ambarinos, brillantes, que brillaban divertidos
como de la época precelta; y la gente… eran los ante la sorpresa general que producían.
vecinos del pueblo y un numeroso grupo de sol- Entró en un bar y pidió un refresco; hubo de
dados, todos ellos con los brazos alzados hacia las reclamarlo dos veces, pues la camarera no era ca-
piedras, en círculo alrededor de ellas, cantando paz de apartar la mirada de aquellas profundidades
algo que jamás había oído, agitándose como juncos amarillentas.
ante la brisa... —Hola, Carlos —le saludó un joven de unos
—¡Fhet haingh! ¡T’lgah, Sham’Goath! ¡Kafth veinticinco años, a su derecha.
fhet khafth! ¡Sham’Goath dygft, ftg ksedh! —Ah, hola, Alberto —saludó a su vez a su in-
Descubrió con horror creciente a Laura y a terlocutor—. ¿Qué tal terminaste los exámenes?
los niños, haciendo coro con los demás; situa- —Bueno, regular —aceptó sonriendo amplia-
dos del otro lado del círculo, podía distinguir mente el joven—. No acabo de cogerle aún el
sus rostros, lo que provocó en él un profundo punto a esto de la Astrofísica, aunque ya casi lo he
pánico que lo inmovilizó: sus expresiones… conseguido… Y tú, ¿qué? —se burló mirando de
Eran meras máscaras de impasibilidad, ojos opa- reojo a la camarera—. Como de costumbre dan-
cos de los que no traslucía gesto alguno, rasgos do la nota, ¿no?
pálidos, como zombis escapados de una película —¿Tengo yo acaso la culpa de tener estos
barata de terror… Había estado a punto de sal- ojos? — se defendió Carlos con sorna—. Ya sé, ya
tar y correr hacia ellos, sacarlos de aquel mal- sé, podría ponerme lentillas. Pero me gusta esta
dito aquelarre o lo que quiera que fuese, mas sensación, ¿sabes? Descolocar al personal, ir de
el pavor le retenía tan eficazmente como unos misterioso…
grilletes de acero. —No seas tan fantasma, hombre —sugirió Al-
No podía ver lo que había en el interior del berto mientras daba un trago de su bebida—. A
círculo, aunque en ocasiones, al moverse la gente, ver si ahora va a resultar que eres un quedón…
creía distinguir algo, una sombra o una sustancia —No, no lo pretendo —admitió Carlos po-
líquida, aunque casi al instante la perdía de vista. niéndose más serio—. Sólo es una pose, lo sabes
Una mano suave, pero firme, se apoyó sobre bien. Cambiando de tema, ¿has visto en las noticias
su hombro: temía mirar a su dueño, pero no podía lo del meteorito en un valle de León?
evitarlo; giró la cabeza y se enfrentó al rostro ani- —Sí, pero no le he dado importancia —asegu-
mal del sujeto del lago, que le sonreía abiertamen- ró el joven mirando con sospecha el rostro de su
te y le señalaba con la mano izquierda, en gesto amigo—. ¿Por qué? ¿Acaso han dicho algo nuevo?
Weird Tales de Lhork 63
—Hombre, yo al principio tampoco le había de la entrevista no se ven expresiones reales, sólo
dado importancia —se defendió Carlos con ges- son máscaras, como si todos fueran… meros mu-
to sombrío—. Pero, por lo que veo, has dejado tu ñecos, como si actuaran bajo hipnosis.
intuición olvidada en algún cajón. ¿Acaso no te has “Hazme caso —aseguró, bajando la voz—, en
fijado en las imágenes? ese pueblo está pasando algo raro. ¿Qué te pare-
—¿Qué imágenes? —se sorprendió Alber- ce? ¿Tienes algo que hacer estas vacaciones?
to—. Si no han mostrado ni dicho nada fuera de —En principio no, Carlos —aceptó Alberto—.
lo normal, excepto la entrevista que hicieron a Pero, ¿debo recordarte la última vez que fuimos a
los vecinos del pueblo junto al que se produjo el buscar algo raro? Te empeñaste en buscar en el Ar-
impacto. chivo de Simancas el libro ése, el de los Nombres,
—Precisamente —se burló su interlocutor, be- o los Muertos, o algo así, y saliste trasquilado.
biendo un trago de su refresco—. No han dicho —La verdad es que esperaba encontrar allí
absolutamente nada fuera de lo normal, todo pa- alguna falsificación del Necronomicon depositada
rece tan común como siempre; y, sin embargo, la allí por un bromista, puesto que en algún sitio hay
entrevista que han emitido dice muchas más cosas alguna alusión a ese hecho —se defendió su ami-
de las que se cuentan. ¿No te fijaste en las expre- go—. Pero bueno…
siones de la gente? —De todas maneras, como me gusta andar de
—¡Vaya! —se chanceó el joven—. ¡Ya salió el un lado a otro, puedes contar conmigo —el joven
lector voraz! Tú y tu imaginación… Deberías dejar sonrió, mientras le brillaban los grises ojos.
de leer a esos escritores que tanto te gustan, esas —¿Y podremos contar con tu novia, Sonia?
historias de terrores surgidos del espacio y de la — inquirió Carlos—. Como bióloga, tal vez pueda
noche de los tiempos… echar una mano…
—Bueno, bueno, no te metas con Lovecraft —No sé… —dudó Alberto pensativamente—.
—Carlos fingió ofenderse—. Todos sabemos que Salió escaldada de lo de Simancas, te considera un
lo que escribe es ficción, a pesar de la pátina de tarumba y últimamente no hace más que insistir-
realismo que se le pretende dar con todas esas me en que no sabe por qué mantengo mi amistad
historias sobre el Liber Logaeth, el Manuscrito Vo- contigo…
ynich y demás. —Supongo que será por mi magnetismo —
“A pesar de todo, siempre puede existir la Carlos dejó escapar una alegre carcajada—. Ten
posibilidad de que desde el espacio llegue algo a en cuenta que cuando estoy cerca sólo tiene ojos
nuestro planeta que pueda incluso poner en peli- para mí… Venga ya, que es broma —advirtió bur-
gro toda vida… lonamente con una palmada en el hombro de su
Se interrumpió al oír unos quedos carraspeos amigo, al ver la repentina seriedad en su rostro—.
detrás suyo: volviéndose lentamente, vio a un Bueno, si no quiere venir, ella se lo pierde…
hombre de mediana edad y poblado bigote mirán-
dole, con la mano tapándose la boca procurando ***
ocultar lo que a todas luces era una sonrisa bur-
lona que pareció disolverse cuando se encontró —Aparca aquí —sugirió Carlos: estaban entre
frente a los ojos ambarinos. colinas, en un punto desde el que se distinguían las
—Disculpe, caballero —le interpeló cortés- naves y las primeras casas del pueblo.
mente, con una fría sonrisa que hizo que el otro —¿Por qué no entrar al pueblo? —inquirió
tragara saliva involuntariamente—, ¿puedo hacerle sorprendido Alberto.
una pregunta? —Prefiero no arriesgarme —aseguró su ami-
El tipo del bigote no parecía capaz de decir una go—: no me gustaría descubrir que no se puede
sola palabra, anonadado por la extraña presencia.
—¿Acaso se está riendo de mí? —insistió Car-
los, notando tras sí la sonrisa sardónica de Alber- «En efecto, antes de que
to.
—Yo, eh… no —se defendió débilmente el Kane pudiera llegar en su
hombre, incapaz de apartar la mirada de aquellos
ojos. ayuda, el vikingo alcanzó
—Entonces, permítame darle un consejo: cada
cual puede tener la opinión que le dé la gana, ésa el cuello del otro con un
es nuestra libertad; pero nadie tiene derecho a
burlarse de otras opiniones, por ridículas que pa- terrible tajo que le hizo
rezcan. ¿Lo ha entendido?
—Sí… volar la cabeza, separándola
—Venga, le invito a esta copa. Y recuerde lo
que le he dicho. limpiamente del cuerpo.»
Pagando las consumiciones, miró a Alberto y
juntos salieron del bar.
—Como te iba diciendo —Carlos continuó
como si no hubiera pasado nada, sonriendo ante
la mirada divertida de su amigo—, en las imágenes
64 Weird Tales de Lhork
salir, y podría ser conveniente tener un as en la —Busquemos un lugar tranquilo para hablar
manga… —sugirió Carlos, caminando por las calles. Seña-
Oyó a Sonia bufar desdeñosamente en el ló en la dirección de la que habían venido—. Ése
asiento trasero; de complexión delgada y estatura puede ser un buen sitio.
mediana, era de tez ligeramente morena, con un —¿Qué más tranquilo que esto? —inquirió su
cierto toque exótico, árabe, en unos rasgos en los amigo, mirando a su alrededor.
que resplandecían unos inquisitivos ojos marrones, Carlos no le contestó: se limitó a dirigirse ha-
enmarcados por una amplia y pelirroja cabellera cia donde había indicado. Al cabo de un rato, sa-
leonada. lían del pueblo y se internaban entre las colinas
—¿Qué estamos buscando esta vez? —se bur- siguiendo la carretera.
ló la mujer—. ¿El Santo Grial, el Arca de la Alianza? —Pero, ¿qué… —comenzó Alberto, callándose
¿O tal vez Excalibur? al hacer un gesto Carlos.
—Nada de eso —aseguró Carlos, bajándose Dieron un paso más… y se encontraron mi-
del coche—: sólo estamos siguiendo una corazo- rando hacia el pueblo.
nada. Y no vamos a hacer nada raro —le tranqui- —¿Cuándo hemos dado la vuelta? —se sor-
lizó—, tan sólo unas preguntas. No dejes las llaves prendió Sonia.
puestas —advirtió a Alberto seriamente—, y cie- Carlos los miró con expresión preocupada.
rra las puertas. —Es la primera vez que… —murmuró, más
Sonia y su novio se miraron, sonriendo ladi- para sí mismo que para sus amigos. Su tranqui-
namente: su amigo resultaba a veces un auténtico lidad parecía haberse desvanecido—. No es po-
misterio de tan extravagante como era; a veces sible.
pensaban que con tanto leer a gente como Machen, Se volvieron y caminaron de nuevo carretera
Lovecraft, Derleth y autores similares se le había adelante; una vez más, se encontraron de cara al
pasado de rosca la olla y era incapaz de distinguir pueblo.
la realidad de la ficción; sin embargo, casi de in- —¡Por todos… —exclamó por lo bajo Carlos.
mediato él se las apañaba siempre para desmentir —¿Qué ocurre aquí? —se asustó Sonia.
esa impresión de locura, asegurando que todo era —Tenemos que salir de aquí como sea —gru-
ficción, y aferrándose a una de sus frases favoritas: ñó su amigo—. Estamos en un bucle.
“Hay más cosas en el cielo y en la tierra…” —¿Cómo? —preguntó Alberto, sorprendido
Entraron caminando en el pueblo; en las fin- por la actitud de Carlos.
cas de alrededor, la gente trabajaba las tierras y —Un bucle… espacial, creo. Todas las salidas
entraba y salía de las naves, bajo una mañana de se cierran en entradas. ¿No os dais cuenta? Esto
bastante calor. El paseo entre las casas les mostró es una pesadilla de Lovecraft.
a unas personas de aspecto avejentado, pálidos, —Oye, deja los cuentos de miedo para los
que los observaban al pasar con unos rostros sin campamentos —le advirtió Alberto, mirando de
expresión o, en el mejor de los casos, una enorme reojo a su novia—. Te advierto que estás asustan-
desidia. do a Sonia…
—Es la una —advirtió Alberto, mirando su re- —Es para ello —aseguró Carlos—. Vamos, te-
loj—. ¿Os parece que tomemos un tentempié an- nemos que llegar como sea al coche. Por lo que
tes de comenzar la labor? veo, ha quedado fuera del bucle. Luego os expli-
—Por mi parte, vale —aceptó sonriendo Car- co…
los, buscando con la mirada algún bar o taberna en Se quedó helado: la gente del pueblo se estaba
la que pudieran entrar—. Aunque no veo por aquí reuniendo, y se dirigía por el camino hacia ellos.
ningún local… —Esto no me gusta nada —gruñó Carlos—.
—Ahí hay uno —señaló Alberto. Vamos, seguidme.
Entraron en un amplio bar de grandes crista- Empezó a trepar por una de las lomas, espe-
leras; a la izquierda, la barra se prolongaba hacia rando que el bucle no se cerrara por todas partes;
el fondo, mientras a la derecha un par de parro- tras él oía los jadeos de sus compañeros, andando
quianos se sentaban en una de la docena de mesas entre los árboles. De repente, vio frente a él las
que había, mirando el vaso que tenían delante con tierras y las naves del pueblo, y a los vecinos a mi-
fijeza. tad de camino.
El dueño, un tipo enjuto, de cara de ratón, se —¡Maldición! —gruñó, dirigiéndose hacia el
acercó desde el fondo. lado contrario por el que había trepado al prin-
—¿Qué queréis tomar? —inquirió Alberto. cipio.
—Casi prefiero no tomar nada —sugirió So- —¿Qué haces? —demandó Sonia con expre-
nia, mirando de reojo al hombre del otro lado de sión asustada.
la barra—. Se me ha pasado la sed. —¡Huir!
—Venga ya —se burló su novio—, no fastidies. Recorrieron unos doscientos metros mien-
—Francamente, tampoco yo tengo sed —Car- tras intentaban dejar atrás a sus perseguidores,
los miró significativamente a su amigo—. Demos que no parecían tener prisa alguna por cogerlos.
una vuelta hasta la hora de comer. Estaban agotados, tuvieron que ayudar a Sonia
—¿A qué ha venido eso? —se enfadó Alber- a seguir adelante… De vez en cuando miraban
to cuando estuvieron fuera, encarándose con los atrás, para constatar que aún seguían siendo aco-
dos. sados.
Weird Tales de Lhork 65
Repentinamente, Carlos se desvió hacia su de- Repentinamente, en el cerebro de Carlos bro-
recha, intentando volver de nuevo a la carretera. tó una idea, una imagen inesperada: una figura pen-
—¡Pero… —se alarmó Alberto. tagonal, una estrella de cinco puntas con un dibujo
—En principio deberíamos haber dejado atrás llameante en su interior…
el bucle —explicó su amigo entre jadeos—. Si Le pareció obvio probar con aquello, recrimi-
conseguimos alcanzar el coche, podremos largar- nándose mentalmente por no haberlo pensado
nos de aquí. antes: metió la mano en el bolsillo, y extrajo una
Detrás de ellos, los crujidos entre los árboles piedra de tonalidades verdosas con puntitos blan-
indicaban que los vecinos del pueblo aún seguían cos, con la forma que había imaginado y la figura
tras su pista; debían darse prisa, o terminarían de una especie de columna de fuego en su inte-
atrapados… rior.
Por fin, llegaron a un talud inclinado de unos La reacción del personaje que tenía enfrente
seis metros de altura desde el que podían ver la fue instantánea, sorprendente: su faz mudó a una
carretera: podían ver el morro de su vehículo aso- expresión de odio, de malevolencia tal, que Car-
mando tras una curva. los dio un involuntario paso atrás; sus ojos verdes,
—Hay que bajar de aquí —murmuró Carlos, gatunos, desprendían un feroz brillo, perverso, en
mirando a ambos lados—. Y como tenemos pri- una mirada que parecía contener toda la negrura,
sa… Seguidme. toda la obscenidad, toda la maldad del más profun-
Saltó con suavidad, procurando echarse hacia do cosmos… De sus finos labios brotó un torren-
atrás y clavar los tacones en la tierra del talud, te de palabras ininteligibles que destilaban veneno.
frenándose en la medida de lo posible; a pesar de Con una sonrisa lobuna, Carlos se abalanzó
todo, terminó rodando y golpeándose la cabeza; de nuevo sobre su oponente, que retrocedió in-
tras él, el ruido indicaba que sus amigos habían he- tentando evitar a toda costa que aquella piedra le
cho de tripas corazón y le seguían… Se dio cuen- tocara; no intentaba contraatacar, golpear, tan sólo
ta demasiado tarde de que si iban tras él, podrían se defendía del acoso, esquivando los intentos de
caerle encima: sintió un gran peso en la espalda, y su oponente de agredirle, dando la vuelta al coche
un fuerte golpe en los pies. parado, tal vez haciendo tiempo para que llegaran
—Me alegro… de haber servido de colchón los vecinos del pueblo…
—murmuró, dejando escapar ruidosamente el Por fin, el ser se dio la vuelta e intentó huir ha-
aire de sus pulmones; sentía humedad en la sien cia el pueblo; con movimientos sinuosos, serpen-
izquierda, probablemente se habría hecho una tinos, por un momento pareció flotar, deslizarse
brecha. sobre el suelo, pero Carlos fue más rápido y le
Cuando dejó de sentir el peso de sus amigos, alcanzó por la espalda, golpeándole con la estrella
se levantó trabajosamente y se volvió hacia ellos. de cinco puntas.
—Vámonos… Toda la zona se estremeció con el aullido que
Alberto y Sonia miraban fijamente al coche… brotó de la boca del ser, un alarido penetrante,
o más bien a la figura que se erguía junto a él, un agónico, un grito de desesperación que hizo que
hombre de rostro animal, de brillantes ojos verdes los tres amigos se taparan los oídos con las manos.
que parecían absorber su energía, que había per- Cayó al suelo boca abajo, retorciéndose como una
manecido oculto a su vista mientras estaban sobre serpiente, apartándose de sus enemigos apresura-
la loma. Carlos dejó escapar un suspiro de horror. damente.
—¿Qué clase de cosa es esa? —exclamó con —¡Vamos! —exclamó Carlos, haciendo un
voz estrangulada. gesto a Alberto y Sonia—. ¿Qué esperáis, una invi-
Por un momento se sintió paralizado por un tación por escrito?
terror asfixiante: aquel ser exudaba tal malignidad, Hubo de zarandearlos a ambos vigorosamente,
tal malevolencia, que bloqueaba sus reacciones y pues seguían inmóviles, petrificados por el horror
les impedía razonar con claridad… de lo que habían visto; por fin, consiguió que reac-
Por fin, más por instinto que por otra cosa, cionaran y entraran en el coche. Se dio cuenta de
Carlos atinó a moverse: se lanzó hacia delante, en que en el estado en que estaba Alberto no podría
un estallido de rabia, dispuesto a enfrentarse a la conducir, por lo que se puso al volante y, tras lim-
criatura; ésta, al verle avanzar, distendió sus finos piarse someramente la sangre que le caía sobre el
labios en una amplia sonrisa perversa, obscena, y ojo, hizo girar el vehículo para regresar por donde
levantó una mano con displicencia. Sin embargo, habían llegado. Tras ellos, la alta figura del ser de
cuando su contrincante estaba a poco más de un rostro animal los contemplaba con cólera, mien-
metro, su expresión cambió: pasó por el estupor, tras desde lo alto del talud los rostros impasibles
y, a continuación, por algo parecido al temor; dio de los vecinos del pueblo observaban su fuga…
un paso atrás en el momento justo en que el puño
de Carlos se proyectaba contra ella, lo justo como ***
para esquivarlo.
Reculó un par de pasos más, con un gesto aho- —¿Realmente no os disteis cuenta? —se sor-
ra de puro odio, los llameantes ojos verdes fijos prendió Carlos, mientras tomaban unos refrescos
en la figura que se le oponía; de sus labios surgió sentados en la terraza de un bar.
una palabra incomprensible, llena de sonidos gutu- —No, en realidad ni siquiera llegué a entender
rales, silbantes. lo que estaba ocurriendo —aseguró Sonia enco-
66 Weird Tales de Lhork
giéndose de hombros—. Ni ganas de saberlo, fran-
camente. Ya tuve suficiente con ver a ese horrible «En efecto, antes de que
tipo junto al coche…
—Creo que nos vas soltar uno de tus rollos Kane pudiera llegar en su
literarios, ¿no es así? —se burló Alberto, dando un
trago de su vaso—. Seguro que va a aparecer Lo- ayuda, el vikingo alcanzó
vecraft por algún lado.
—Pues mira por donde, sí —se burló Carlos, el cuello del otro con un
aunque la expresión de sus ambarinos ojos des-
mentía su aparente tranquilidad—. No esperaba terrible tajo que le hizo
encontrarme con algo así, pero…
“Siempre me había tomado esos temas como volar la cabeza, separándola
algo ficticio, escritos sólo para diversión de los
lectores —al ver que su amigo abría la boca para limpiamente del cuerpo.»
decir algo, levantó la mano en gesto conciliador—.
Sí, ya sé lo que vas a decir, pero insisto: incluso
cuando estuvimos buscando en Simancas, no espe-
raba encontrar el auténtico Necronomicon, sino
una falsificación de algún bromista.
“Pero ahora… —dejó escapar un profundo fundamental de esa solución, para poder mante-
suspiro—. Esto es distinto: lo que he visto no ner apresada a la criatura que haya llegado aquí en
es precisamente normal, y se acerca demasiado el meteorito.
a la obra de Lovecraft: un meteorito surgido de —¿No crees que estás exagerando? —sugirió
quién sabe donde, una región en la que de re- burlonamente Alberto.
pente todo el mundo parece estar hipnotizado, —Sí, creo que tanto leer esos libros te ha de-
el sujeto con el que me enfrenté en la carretera, jado los tornillos flojos —secundó Sonia—. Creo
al que, desde luego, podría asociar con los habi- sinceramente que todo eso son tonterías, y que
tantes de las arenas de los que habla mi escritor nos vamos a embarcar en otra loca historia de la
favorito… No, Alberto, en esta ocasión hay más que saldremos trasquilados….
de lo que se ve. Aunque no pretenda poner la —Ojalá tengáis razón y yo me equivoque —
mano en el fuego, diría que alguna de esas cria- admitió Carlos sombríamente—: me cuesta creer
turas de las que habla Lovecraft anda suelta por que la cosmogonía lovecraftiana esté basada en
León. algo real, pero esto… Se parece demasiado, no se
“Y para combatirla, no nos queda más reme- me escapa la posibilidad que eso implica para el
dio que usar ciertos elementos concretos —sacó mundo.
de su bolsillo una estrella de cinco puntas talla- —¿Y qué es lo que implica para el mundo, se-
da en piedra verdosa, y la depositó sobre la mesa gún tú? —inquirió Sonia con sonsonete burlón—.
con gesto grave—. Éste es el Sello de los Antiguos ¿La destrucción, el juicio final…
—explicó—: supongo que cualquier material val- —Según Lovecraft, esos seres pretenden recu-
drá, aunque lo habitual, no sé por qué, suele ser perar el gobierno de un planeta que les pertene-
la esteatita. Lo que sí es fundamental —señaló el ció eones antes de que existiera cualquier atisbo
centro de la piedra— es el grabado de su interior: de humanidad —explicó Carlos—. Sin embargo,
una columna llameante. Esto ata a las criaturas yo creo que no es algo tan simple: son tan ajenos
lovecraftianas, las encarcela en lugares concre- a nosotros, a nuestro mundo, que no es probable
tos: según el escritor y sus continuadores, Hastur que se rijan por nuestros parámetros mentales…
está atrapado en Celaeno, Cthugha en Fomalhaut, “No, pienso que se trata más que de gobier-
Cthulhu en algún lugar del Pacífico, en su ciudad no, de caos: su posición mental es básicamente
submarina de R´lyeh, y otros bajo el mar y algunas entrópica, es algo tan natural en ellos que no se
montañas… puede medir en términos de bien y mal. Ningu-
“Tomad —sacó de su bolsillo otra estrella, de- no de los sentimientos que nosotros podamos
jándola encima de la mesa—: una para cada uno. expresar significa realmente nada para ellos, son
Son la única protección contra esas criaturas y las como máquinas vivas para las que la destrucción
razas subhumanas que los sirven, no pueden acer- y la muerte son tan naturales como la creación
carse a ellas ni mucho menos tocarlas. y la vida.
“Ojalá me equivoque, pero me temo que esto —Pero estás hablando de una ficción —inter-
podría ser el preludio de algo mayor: estad aten- vino Alberto, encogiéndose de hombros.
tos a las noticias, porque creo que no tardando —Sí, de la ficción diseñada por Lovecraft —ad-
mucho comenzará a haber ataques de criaturas mitió Carlos con un gesto vago—; al menos, en
extrañas por todas partes. principio. Su esquema cosmogónico sólo sale de
“Nosotros, ahora, lo que tenemos que hacer su fértil imaginación, y de sus conocimientos acer-
es preparar la defensa y el ataque: hay que deter- ca del esoterismo y las religiones antiguas.
minar claramente cuál es la amenaza a la que nos “Sin embargo, ha habido investigadores que han
enfrentamos, para buscar la solución contra ella. apostado por algo más siniestro detrás de toda
Esto —levantó una de las piedras— será parte esta parafernalia: según se indica en algunos círcu-
Weird Tales de Lhork 67
—se interesó Sonia, con los ojos muy abiertos y
«En efecto, antes de que mirando en todas direcciones con expresión asus-
tada.
Kane pudiera llegar en su —Sí, Sonia —aseguró Carlos dejando escapar
un suspiro de resignación—. Los tres estamos en
ayuda, el vikingo alcanzó peligro. Quizás vosotros estaríais a tiempo de huir,
aunque no lo tengo muy claro: aquellos a quienes
el cuello del otro con un nos enfrentamos, conocidos en los Mitos como
Primigenios entre otros apelativos, no son de los
terrible tajo que le hizo que perdonan fácilmente…
—Que vengan —Alberto alzó un puño cerra-
volar la cabeza, separándola do agresivamente—. Sabemos cómo tratarlos…
—No, no lo sabes —le interrumpió Carlos
limpiamente del cuerpo.» suavemente, empujando las piedras hacia ellos—.
En cualquier caso, toméis la decisión que toméis,
os pido que no os separéis de estas piedras: son
vuestro seguro de vida, a no ser que empleen un
agente auténticamente humano.
“Insisto en que no voy a presionaros: tomaros
los, al traducir el Liber Logaeth del mago isabelino el tiempo que necesitéis para decidir si me ayudáis
John Dee se encontraron con la terminología em- o no. No os haré reproche alguno, no tengo dere-
pleada por Lovecraft para sus mitos de Cthulhu. cho a poner en peligro vuestras vidas…
Si dicha traducción es correcta, es factible pensar —No tuviste eso en cuenta cuando nos arras-
que Lovecraft tuvo acceso a dicha información, y traste a León —le acusó Sonia con gesto hosco.
pensar en una de dos posibilidades: o bien se tra- —Tienes razón, Sonia —admitió Carlos ba-
ta de una obra de ficción inglesa encriptada vaya jando la mirada—: no esperaba tropezarme con
usted a saber por qué, o bien se trata de una rea- lo que vimos. Esperaba algo más prosaico, no ver
lidad a la que tendremos que enfrentarnos tarde a una criatura aparentemente salida de unos rela-
o temprano. Y la única protección que tenemos, al tos de ficción. Si hubiera sabido lo que nos espe-
menos aparentemente, es esto —señaló las estre- raba, te aseguro que no os habría llevado…
llas de cinco puntas. “Ahora, si no os importa, voy a empezar a bus-
—Pero, ¿realmente lo crees? —preguntó Sonia, car información para tratar de delimitar cuál es la
sin atreverse a reírse abiertamente: aunque seguía criatura que ha irrumpido en el mundo —comen-
pensando que todo aquello era una broma, la ex- tó mientras se levantaba y pagaba las consumicio-
periencia sufrida en el pueblo leonés y las palabras nes—. Seguro que se trata de una entidad menor,
de su amigo le hacían dudar. pero en cualquier caso para expulsarla hay que
—No sé qué es lo que debo creer —admitió conocerla…
Carlos encogiéndose de hombros—: algo tan ma-
lévolo, tan siniestro… Me cuesta creer que pueda
ser cierto: disfruto de los relatos, pero no puedo, 3.— LOS OJOS DEL VACÍO
no quiero admitir que tras ese velo se oculte una
realidad tan espantosa.
“Antes de continuar con esto, debo advertiros: Las noticias sobre el meteorito caído fueron
hasta ahora os he embarcado en búsquedas inúti- espaciándose en el tiempo cada vez más, hasta
les, como un entretenimiento; pero esto es distin- no ser más que meras reseñas sin importancia; la
to, no voy a pediros que me echéis una mano: si información seguía siendo escasa, lo que irritaba
es cierto lo que temo, si las criaturas de Lovecraft sobremanera a Carlos, que intentaba a toda costa
andan sueltas, todo aquel que se enfrente a ellas acceder a los análisis realizados sobre él sin po-
se enfrentará a la locura descarnada, la corrupción der conseguirlo: en todo momento se tropezaba
del alma, la desaparición física… El destino de una con un muro de silencio, cuando no de hostilidad
mente débil es, habitualmente, peor que la muerte abierta.
misma… El tiempo que no pasaba de aquella manera lo
“En vuestras manos dejo si estáis dispuestos empleaba en revolver entre sus papeles, en visi-
a ayudarme o no; no voy a presionaros, aunque sí tar las bibliotecas, en intentar rastrear algún de-
os voy a hacer un comentario objetivo: los agen- talle que le permitiera ponerse sobre la pista de
tes de estos seres no son sólo subhumanos, como lo ocurrido en el pueblo de León. Todo lo que
el habitante de las arenas que nos encontramos encontraba se entrecruzaba indefectiblemente en-
en León, sino también personas vendidas por una tre sí, eran investigaciones basadas unas en otras,
porción de poder de la que creen que podrán dis- creando un círculo del que no conseguía salir. Un
frutar eternamente; ésos serán los que nos ras- par de semanas después, cansado por la falta de
treen, los que den con nosotros y nos entreguen, resultados y consciente de que el tiempo era fun-
a no ser que seamos más rápidos y astutos que damental, decidió coger el toro por los cuernos:
ellos. haría una nueva visita al pueblo maldito. No había
—¿Estás diciendo que estamos en peligro? sabido nada de sus amigos, lo que no le sorprendía
68 Weird Tales de Lhork
demasiado teniendo en cuenta el cariz que estaba designaba a la criatura que había que desterrar,
tomando la situación; con tal de que no les hubie- pero no podía imaginar de cuál se trataba. Aga-
ra pasado nada grave… chado entre los árboles, tras un pequeño arbusto,
Cogió su coche, y enfiló hacia León. Conocía procurando que su respiración fuese lo más lige-
bien el camino, se le había quedado grabado a ra posible, mientras contemplaba aquella extraña
fuego después del incidente que había sufrido allí: danza, aguzó el oído en busca de alguna pista que
temblaba como un azogado sólo de pensar en lo le diera la solución… Parecían todas palabras cor-
que iba a hacer, mas comprendía que si quería lle- tas, ladridos gangosos, excepto una: la que sonaba
gar al fondo del asunto no le quedaba más reme- como Samgoz, que se repetía varias veces.
dio que investigar en la zona… Distinguió, oculto por los asistentes, algo que
Esta vez aparcó aún más lejos: era de noche, y parecía moverse en el interior del círculo, una es-
las colinas de los alrededores ofrecían un aspec- pecie de sombra que se agitaba como si estuviese
to amenazador, como las gibas de un monstruoso viva, algo que en principio podría haber sido una
animal recostado, durmiendo hasta que un incau- tela oscura agitándose a impulsos del aire, pero
to lo despertara imprudentemente; no se oían los cuyos movimientos más parecían líquidos, pro-
cantos de las aves, ni los sonidos de los insectos, ducidos por una cosa pensante… Tan pronto lo
parecía que toda la creación en aquel lugar contu- veía como parecía ser un producto de su imagi-
viese la respiración a la espera de cazarlo… Sintió nación…
un escalofrío de horror al pensar en el ser con el Cerca de la gente, un poco apartados, vio a va-
que había luchado, al intentar evocar a qué nefan- rios de aquellos habitantes de las arenas de rostro
da cosa estaba sirviendo… animal; contó seis, aunque era probable que hubie-
Con sumo cuidado se bajó del coche y cerró ra alguno más por alguna parte, tal vez vigilando
la puerta; el chasquido fue suave, mas, en aquel si- para que no hubiera mirones… Aterrado por tal
lencio aterrador, era como un disparo de pistola posibilidad, miró a su alrededor, esperando ver a
que le sobresaltó y le hizo mirar a su alrededor, una de aquellas criaturas acechándole, dispuesta a
esperando descubrir rostros animales entre los caer sobre él de un momento a otro.
árboles. Procuró no moverse en lo más mínimo: en
Con el corazón palpitándole en el pecho como aquella situación, cualquier desliz podía resultar
un caballo desbocado, comenzó a trepar por la fatal. El peso de la estrella de cinco puntas en su
loma de su derecha; cautelosamente, con infinito bolsillo le daba algo de tranquilidad, aunque no era
cuidado, se deslizó entre los árboles procurando capaz de disipar las tinieblas que en aquel momen-
causar el menor ruido posible; aún así, cada vez to nublaban su mente, intentando bloquear su ra-
que una rama se partía bajo sus pies, se detenía ciocinio.
atenazado por el pánico, esperando que alguna ¿Y si… No, rodear aquel claro con la Señal de
criatura se abalanzara sobre él… los Antiguos parecía algo inviable: hacían falta de-
Las horas pasaban lentamente en aquel entor- masiadas piedras, y le descubrirían tarde o tem-
no envuelto en un impenetrable manto de silencio; prano. Un arma común contra los subhumanos
aunque había pretendido dirigirse hacia el pueblo, era factible, o al menos así lo creía, pero contra
comenzó a desviarse imperceptiblemente hacia su aquel al que servían… No, seguramente no habría
derecha, hasta que, al cabo de un rato, comenzó a opción alguna: su naturaleza era ajena al universo
oír en la distancia un murmullo; mientras se dirigía conocido, y por tanto su vida se regía por leyes
hacia él, el rumor fue creciendo, aumentando has- desconocidas que se burlaban de la muerte tal y
ta dar lugar a una especie de cantinela, de invoca- como nosotros la conocemos…
ción. Las palabras parecían ininteligibles, llenas de De repente, sintió que algo se erguía tras él:
consonantes, imposibles de pronunciar para una lenta, cautelosamente, se dio la vuelta para encon-
garganta humana. trarse con una de los servidores de los Primige-
Y, sin embargo, cuando llegó al origen de las nios a unos dos metros de distancia. Le sonreía
voces, le resultó meridianamente claro que se abiertamente, un gesto perverso, obsceno, que re-
trataba de seres humanos: en un amplio claro, ro- flejaba todo el odio que se desprendía de sus bri-
deando tres piedras de lo que parecía un antiguo llantes ojos verdes gatunos. Le hizo un gesto con
crómlech, los vecinos del pueblo se arremolinaban la mano, invitándole a que saliera al claro, a lo que
en un movimiento pendular, suave, con las manos Carlos respondió saltando contra él y derribán-
alzadas hacia lo que hubiera sido el interior de la dolo de un empellón; de la garganta de la criatura
construcción, entonando aquellas palabras que brotó un siseo, un aterrador sonido que a su rival
ahora, escuchadas con claridad, eran como gorgo- le recordó el de una serpiente furiosa; casi a conti-
jeos de una criatura acuática, como gritos de al- nuación, un penetrante alarido le aturdió momen-
guien ahogándose… táneamente, el tiempo justo como para que el ser
—¡Fhet haingh! ¡T’lgah, Sham’Goath! ¡Kafth se repusiera y se alzara sobre él, pero sin intentar
fhet khafth! ¡Sham’Goath dygft, ftg ksedh! atacarle.
Probablemente se trataba de una invocación o La eficacia de la piedra parecía incuestionable;
una alabanza, pero no reconocía en aquellas pa- pero, ¿valdría contra los dominados vecinos del
labras, repetidas hasta la saciedad, ninguno de los pueblo? Miró a su espalda, para comprobar que
nombres que había leído en la obra de Lovecraft; todos los ojos se habían vuelto hacia él, y que co-
estaba seguro que alguno de aquellos términos menzaban a avanzar en su dirección, sin dejar de
Weird Tales de Lhork 69
pronunciar en voz alta el execrable nombre de su notaba aquella ardiente mirada fija en sus pupi-
amo y señor: ese tal Samgoz. las, como si intentara vislumbrar algo a través de
Sin embargo, la huída que había proyectado se ellas. Atraído por el brillo esmeraldino, lo contem-
detuvo momentáneamente: no todas las miradas pló estúpidamente, como un pájaro atrapado por
eran humanas, no todas eran animales: había algo los ojos de una serpiente, perdiéndose en unas
tras ellos, una cosa que parecía alzarse como una profundidades tras las que creyó distinguir leja-
torre, aunque no era capaz de distinguir figura nos espacios siderales, universos ajenos a toda
alguna, sombra alguna, tan sólo la sensación de comprensión, estrellas cuya descripción escapaba
malevolencia y malignidad más aterradoras que a toda imaginación… Toda una erupción de abo-
había padecido jamás; las estrellas tras aquello se minaciones encerradas, escondidas en aquellas
habían desvanecido, mas la silueta estaba tan dilui- yermas extensiones, algunas de ellas libres, como
da que no había manera de saber el tamaño ni la Yog Sothoth o Nyarlatothep, para surcar el vacío
forma que tenía su enemigo. En su interior creyó infinito en busca de presas…
distinguir otra cosa, algo que dirigía su atención El habitante de las arenas distendió sus labios
hacia él de forma insistente, como si unos ojos lo en una amplia sonrisa… y el brillo verdoso co-
vigilaran a la espera de un error, unos ojos tras menzó a opacarse, la tonalidad empezó a cambiar
lo que no existía más que la nada, el vacío más sutilmente, a deslizarse hacia el oscuro, a llenarse
absoluto… Creyó que se volvía loco ante aque- de tinieblas. Poco a poco, la negrura interestelar
lla innombrable visión, ante una execrable mira- fue tomando posesión de aquellas gatunas pupilas,
da que transmitía toda la maldita perversidad del hasta dar lugar al vacío más absoluto.
cosmos más ignoto, toda la obscenidad de lo des- “Kh’m dfhg Sham’Goath”
conocido… El vacío estelar, eso era aquella cosa, Aquello brotó en su mente como un fogonazo;
la nada más absoluta, la negación de toda materia estuvo a punto de pronunciarlo en voz alta, a pe-
y toda energía… sar de no tener ni idea de lo que significaba ni de
A pesar de todo, consiguió mantener la sufi- cómo pronunciarlo. ¿Qué había sido? ¿Una comu-
ciente presencia de ánimo como para darse la nicación telepática? ¿Una ilusión suya, una imagina-
vuelta y huir de aquel nefando lugar, correr lo más ción debida a las circunstancias? Durante unos ins-
lejos que pudiera, pero ¿a dónde? Por mucho que tantes, no hubo más que un incómodo silencio. ¿Y
se escondiera, siempre habría alguna criatura de la persecución? No veía a nadie por ningún lado,
Ellos, siempre sería inmediatamente localizado y era como si no les preocupara…
perseguido, acosado como una bestia salvaje por “Úne… te Sham’Goath”
criaturas aún más salvajes… Sentía que la deses- De nuevo, aquel súbito golpe en sus pensa-
peración le inundaba en una incontenible marea, mientos: debía ser algún tipo de comunicación
que todo se derrumbaba a su alrededor… mental. ¿Era entonces ese Sham’Goath el ser que
Notaba las ramas bajas de los árboles azotán- estaba detrás de todo, la entidad menor que había
dole, su frenética carrera interrumpida por raíces llegado a la Tierra en el meteorito? Si era así, al
que parecían brotar malignamente delante de él, menos ahora tenía una idea básica para comenzar
buscando sus pies para hacerlo caer. En su esta- la investigación para expulsarlo del planeta o, al
do, era casi incapaz de distinguir a duras penas los menos, encerrarlo para que no hiciera más daño.
troncos de los árboles, el paisaje zumbando a su “Vacío…”
alrededor como en un caleidoscopio, tropezando Carlos no era capaz de entender lo que aque-
continuamente… lla criatura pretendía darle a entender: ¿acaso le
Tenía la sensación de haber corrido durante estaba ofreciendo que se aliara con ellos? ¿Y qué
horas cuando llegó junto al coche, de haber dado quería decir con lo de vacío?
mil vueltas y revueltas de un lado a otro, mas, al —¿Qué es lo que queréis? —demandó, inten-
mirar su reloj, se dio cuenta de que, en realidad, tando disimular el temblor de su voz.
no habían sido más allá de diez minutos; mientras La mirada oscura, opaca, lo decía todo: un
abría el vehículo miró a su alrededor, temblando mundo vacío, de caos, sin el más mínimo atisbo de
como una hoja, el pecho jadeante, los pulmones cordura; ése era el objetivo de Sham’Goath, el ob-
ardiendo por el esfuerzo, temiendo que sus perse- jetivo de los Primigenios, que en los tiempos anti-
guidores le hubieran alcanzado… guos habían brotado como obscenos cánceres por
Y sus temores se vieron confirmados: en lo todos los universos conocidos y desconocidos.
alto de la loma, una de aquellas criaturas de rostro “Úne… te Sham’Goath. Afin… idad”
animal le contemplaba con una expresión mezcla Parecía estar intentando asimilar mentalmente
de curiosidad e interés; todo rastro de odio, de la lengua de Carlos, pero le costaba sobremane-
perversidad visceral, parecía haber desaparecido ra; al parecer, su idioma era tan distinto, tan ajeno,
de aquel ser, borrado como si no hubiera existi- que no encontraba la pronunciación adecuada.
do y sustituido por una invitadora sensación de —¿Afinidad? —se sorprendió Carlos, recupe-
afinidad. Sus verdes ojos brillaban en la oscuridad, rando poco a poco el aplomo—. ¿De qué me ha-
igual que… bláis? No somos afines para nada, no tengo nada
¿Era posible que el color ambarino de sus ojos que ver con vosotros, condenados engendros.
hubiera podido impresionar a aquellas entidades? “Ojos… Vacío”
No, no podía ser, sus sentimientos no podían ser —¿Qué tienen que ver los ojos con esto? Yo
influidos por semejante nadería; y, sin embargo, soy un humano normal y corriente, y vosotros…
70 Weird Tales de Lhork
—gruñó, expresando en su rostro todo el asco rían que me uniera a ellos por alguna especie de
que le producía pensar en aquellas criaturas. afinidad que han creído detectar...
El ser permaneció en silencio durante un largo —Escuchad esto —le interrumpió Alberto,
rato, contemplándolo con aquellas profundidades señalando la televisión que había encendido.
estelares; por fin, le dio la espalda y se alejó entre Habían hecho un corte en la programación
los árboles en dirección a las piedras. Carlos, aún para dar un avance informativo especial: se estaban
anonadado por aquella extraña conversación que produciendo misteriosos ataques en las poblacio-
había tenido, montó mecánicamente en su coche y nes costeras de todo el mundo, con una virulencia
le dio la vuelta, alejándose del pueblo… especial en las islas del Pacífico: según los testigos
que conseguían dar explicaciones coherentes, ya
*** que algunos se habían vuelto completamente lo-
cos, los agresores eran unas criaturas de aspecto
Antes de comenzar a buscar información so- entre humanoide y pez que salían del mar y volvían
bre Sham’Goath, Carlos decidió vivitar a Alberto a él después de sus razzias nocturnas, arrastrando
y Sonia: le preocupaba no saber nada de ellos en con ellos a alguna que otra víctima y dejando tras
tanto tiempo. ¿Les habría pasado algo? de sí multitud de cadáveres mientras entonaban
Le recibió su amigo con una amplia sonrisa. desconocidas letanías.
—Hola, Carlos —saludó amablemente—. Pasa, Continuaron diciendo que también un par de
por favor. pequeños pueblos de la región noroccidental de
—Buenos días a los dos —les saludó a su vez China habían sido totalmente arrasados por unos
el hombre, sonriendo divertido al ver que aún no atacantes desconocidos, que habían masacrado
se habían arreglado: parecían recién salidos de la salvajemente a todo el mundo sin excepción y ha-
cama. bían hundido varias casas, como si hubiera pasado
—¿Qué te trae por aquí? —inquirió Sonia, ob- un ciclón.
servándole con cierta desconfianza—. Seguro que El especial informativo concluía notificando
es alguna de esas historias tuyas… que los ejércitos se habían movilizado para fre-
—Bueno, me preocupaba no haber sabido nar tal escalada de violencia, y que habían recibido
nada de vosotros en todos estos días —comentó carta blanca para reprimir aquellos ataques.
Carlos encogiéndose de hombros, fingiendo una —¿Y bien? —preguntó Carlos con sorna, vol-
despreocupación que no sentía—. No sabía si os viendo la mirada hacia sus amigos.
había pasado algo. —Eso no significa nada —aseguró Sonia con
—Pues ya ves que no —se burló Alberto—. escepticismo—. Una organización terrorista ca-
Parece que tus aprensiones no tenían ninguna ra- muflada que ha desatado una escalada de violencia
zón de ser… sin precedentes…
—No me equivocaba —aseguró Carlos som- —Reconozco las señales —aceptó Alberto—.
bríamente—. Uno de los Antiguos Primigenios He leído los libros de Lovecraft, y creo saber de
anda suelto: se llama Sham’Goath. qué criaturas estamos hablando: los Profundos sa-
—Sa… ¿qué? —se chanceó Sonia, resoplando liendo del mar, y los habitantes de las arenas, o los
con desdén—. Venga, deja de inventarte nombres Tcho Tcho, o ambos, en los parajes asiáticos. Y, sin
raros y de meternos miedo, que ya nos conoce- embargo, sigo sin estar convencido.
mos. —Está bien —aceptó mansamente Carlos,
—Sham’Goath —repitió Carlos despacio—. Y encogiéndose de hombros—, veo que no puedo
es real: tanto, que he tenido una especie de con- convenceros. De todas maneras, me preocupaba
versación con uno de sus servidores. no saber nada de vosotros y quería comprobar
“No sé, ha sido muy raro, pero creo que que- que estuvierais bien, así que no os molesto más. Si
acaso no volviéramos a vernos, ha sido un placer
«En efecto, antes de que conoceros…

Kane pudiera llegar en su ***

ayuda, el vikingo alcanzó Carlos se puso de nuevo a recopilar informa-


ción sobre Sham’Goath: no era capaz de encontrar
el cuello del otro con un nada, ninguna referencia a dicha criatura, aunque
eso tampoco era demasiado sorprendente: en los
terrible tajo que le hizo relatos lovecraftianos, casi todo se había centrado
en las entidades mayores, en los principales seres
volar la cabeza, separándola del panteón: Cthulhu, Hastur, Tsathoggua, Azatho-
th, Nyarlatothep,Yog Sothoth…
limpiamente del cuerpo.» Al cabo de varios días de rebuscar en las bi-
bliotecas de varias ciudades, encontró una refe-
rencia a un tal Pedro de la Riva, que había escri-
to en 1887 una edición comentada del gran libro
maldito de Lovecraft, el Necronomicon, ampliando
la información con un anexo sobre ciertos “trián-
Weird Tales de Lhork 71
gulos” malditos y unas cuantas entidades menores. —Vamos, no me venga ahora con ésas…
Al parecer, según dicha referencia el volumen se —¿Lo ha buscado en Internet?
hallaba guardado bajo siete llaves en la Biblioteca —Sí, y no lo he encontrado.
Nacional. —Entonces, ese libro no existe.
Accedió por Internet a la página de la Bibliote- —Encontré una referencia…
ca, y escribió el título que estaba buscando: “Magia —Le han engañado. Ese libro no existe —sen-
prohibida y Abominaciones”, de Pedro de la Riva: tenció el bibliotecario con firmeza—. Es algo tan
casi inmediatamente apareció un mensaje en pan- típico como pretender buscar el Necronomicon
talla, señalando que tal libro no existía en la base de Lovecraft, cuando todo el mundo sabe que no
de datos. Lo intentó de nuevo probando diferentes es más que una obra de ficción.
combinaciones, pensando que tal vez lo habían in- Carlos estaba comenzando a enfadarse: la ne-
troducido con alguna errata o con alguna parte del gativa de aquel tipo a colaborar empezaba a ser
título cambiada; incluso probó a buscar todos los molesta.
volúmenes de Pedro de la Riva, pero del título que —Mire, señor: la supervivencia del mundo tal
buscaba no encontró rastro alguno. No demasiado como lo conocemos depende de ese libro —le
sorprendido por aquel resultado, decidió acercar- advirtió severamente—. Haga el favor de pensár-
se a Madrid y rastrear el volumen físicamente. Al selo dos veces antes de decirme que no existe.
comprobar que estaba informatizado supuso que Aunque sólo se trate de una falsificación, de una
la información que podría extraer sería la misma broma de algún freakie de Lovecraft, estoy seguro
en la que ya había tropezado, por lo que se acer- de que lo tienen aquí… —esperando que pudie-
có a atención al público. Cuando el bibliotecario ra ayudarle en algo, sacó del bolsillo la estrella de
escuchó su solicitud, demandó un documento o cinco puntas.
permiso que justificaran la petición. Por un momento pareció que el hombrecillo
—No tengo ningún papel acreditativo —ase- iba a negarse de nuevo: abrió la boca, mas casi de
guró Carlos arrugando el ceño—, pero es una inmediato la cerró sin decir palabra: con un seco
consulta muy importante. ademán, indicó a Carlos que le siguiera.
—Lo siento, no puede acceder a ningún volu- Le llevó a un salón apartado, solitario, donde
men si no dispone de alguna acreditación especí- le indicó que esperara un momento mientras se
fica. alejaba. Unos quince minutos después, volvía con
—Pero es que necesito ver ese libro, “Magia un volumen no demasiado grueso, del tamaño de
Prohibida y Abominaciones” de Pedro de la Riva. un folio, bastante bien conservado, de tapas duras
—Lo siento, pero son las normas de la Biblio- en tonos rojizos.
teca. —Este es “Magia Prohibida y Abominaciones”,
Carlos sacó la piedra de cinco puntas y se la de Pedro de la Riva —anunció en voz baja, mientras
enseñó al hombre. miraba a su alrededor con cautela—. No puede
—¿Esto le dice algo? —sugirió, mirándole fija- sacarlo de la Biblioteca ni reproducirlo de ninguna
mente—. ¿Estaría dispuesto ahora a permitirme de las maneras posibles, tan sólo puede tomar no-
ver ese libro? tas —le advirtió con gesto severo—. Eso sí, debo
—No —denegó el hombre, levantando la ca- pedirle un favor con respecto a él: nadie tiene que
beza tras mirar el objeto—. Sin embargo… —ad- saber que existe —su rostro se suavizó ligeramen-
mitió al ver las ambarinas pupilas de su interlocu- te—. Al igual que el auténtico Necronomicon de
tor, atrapado por su brillo—. Sígame. Abdul Alhazred, es demasiado peligroso como para
Fue guiado a un pequeño saloncito de espera, que alguien con poca experiencia o con fines no
donde se le indicó que se sentara y esperara un demasiado claros ponga sus manos sobre él.
momento; al cabo de unos minutos se presentó —¿Ha dicho… el auténtico? —se sorprendió
un hombrecillo enjuto, de tez atezada, con perilla y Carlos, abriendo los ojos como platos.
rasgos angulosos en los que destacaban unos ojos —Sí, señor Cuadrado. Tenemos una copia —el
gris verdosos enmarcados por una mata de pelo bibliotecario sonrió suavemente—. No es la única,
rubio cortada a cepillo. seguramente usted sabe donde están algunas de
—Buenos días, señor —saludó amablemente, las demás, como todos los que han leído la obra
extendiendo la mano. de Lovecraft.
—Buenos días —le saludó a la vez Carlos, es- “Y ahora, tenga esto —le tendió una tarjeta
trechando su mano—. Me llamo Carlos Cuadrado, en la que figuraba el nombre “Martín Núñez del
y venía… Río” sobre una estrella de cinco puntas con una
—Sí, ya me han informado de que está buscan- columna llameante en su interior—. Puede venir
do un libro de Pedro de la Riva —le cortó el bi- las veces que lo necesite. Para evitarse los proble-
bliotecario con gesto seco—. La pregunta es: ¿para mas por los que ha pasado hoy, sólo tendrá que
qué quiere ver ese volumen? enseñar esta tarjeta e indicar la referencia “Salón
—Necesito extractar una información vital — General, signatura 13/9648539”.
explicó Carlos apresuradamente—. No sé si habrá —¿Cómo sabe que soy de fiar? —preguntó
visto últimamente la televisión, pero está relacio- Carlos—. ¿Cómo sabe que no soy un agente de
nado con los incidentes que están teniendo lugar los Primigenios?
por todas partes… —Bueno, dicen que un mago nunca revela sus
—Señor Cuadrado, ese libro no existe. secretos —le advirtió el hombrecillo con gesto
72 Weird Tales de Lhork
sardónico, mostrándole la palma de la mano—. los poderes de los Primigenios e, incluso, a Ellos
Pero bueno, al menos sé que no es un subhuma- mismos…
no… Por fin llegó al anexo que había añadido Pedro
Carlos vio en la encallecida carne el diseño del de la Riva: eran apenas un par de docenas de pági-
Sello de los Antiguos. nas, divididas en dos capítulos.
—Si no me hubiera dado la mano, jamás hubie- En el primero de los capítulos se hablaba de
ra visto el libro —aseguró Martín—. Y en cuanto lo que el autor llamaba “triángulos” malditos,
a lo de ser un agente, prefiero guardarme cómo grupos de tres pueblos que marcaban una zona
he sabido que no lo es. Así nadie podrá burlar mi de influencia de algún Ser: los de Estados Uni-
seguridad… dos eran los que había comentado Lovecraft en
Dejó escapar una suave risa mientras cerraba su obra, es decir, Arkham, Dunwich e Innsmouth,
la puerta de la sala. Carlos no vio el gesto de pre- mas había varios más en países tan variopintos
ocupación que se pintaba en aquel rostro ateza- como México, Perú, China… y España: Valmeiga,
do… en la provincia gallega de Lugo, Errillun junto al
bosque navarro de Irati, y Draguestel en la costa
*** asturiana.
En el segundo capítulo daba información acer-
Carlos estaba alterado: por primera vez veía el ca de diversas entidades menores de las que había
libro de Lovecraft al completo, con los añadidos tenido conocimiento a posteriori de la obra de
de Pedro de la Riva. Era verdaderamente pertur- Lovecraft; entre otras de nombre prácticamente
bador, pues la información que figuraba en él era impronunciable, se encontraba aquélla a la que
de tal naturaleza que podía volver loco a cualquie- buscaba:
ra que se lo tomara al pie de la letra o fuera mí- “Sham’Goath es conocido, entre otros atri-
nimamente inestable: no era de extrañar que su butos, como Los Ojos del Vacío o el Ladrón de
autor original, Abdul Alhazred, hubiera terminado Almas; afín a Yog Sothoth, que corre libre por las
sus días como un orate, puesto que se requería dimensiones, no posee un soporte físico propio,
una voluntad muy fuerte, una mente muy equili- por lo que para ejercer su poder necesita un canal
brada, para soportar las aberraciones que se na- en el que anclarse; al mismo tiempo, su esencia re-
rraban en aquellas vetustas páginas. quiere de un aporte continuo de energía viviente
Se dividía básicamente en tres partes: en la para sustentarse, de lo contrario, se aletargaría y
primera se narraba la historia de la Tierra, pero… dormiría (no puede morir, pues igual que no está
¡qué historia! No tenían cabida los humanos ni en la naturaleza de los Grandes Primigenios, no
ninguna especie terrestre, tan sólo aquellos se- lo está en la de los demás servidores). Entre sus
res conocidos como los Dioses Primigenios que capacidades está el control de los cuerpos a los
moraban en las tinieblas interestelares y que se que ha absorbido la energía mediante un mínimo
paseaban por los planetas como quien anda por aporte propio, convirtiéndolos en criaturas sin
su casa. Eran especies múltiples, de todo tipo e in- mente que actuarían como muñecos a sus órde-
tenciones, que luchaban entre ellas continuamente nes. Es muy escurridizo, puesto que al carecer de
por el predominio. Los distintos Señores parecían cuerpo propio puede trasladarse de una materia a
representar a los Elementos: Shub Niggurath la otra, esquivando prácticamente cualquier trampa
Tierra, Ithaqua el Aire, Cthulhu el Agua, Cthugha el que se le pueda tender. Tan sólo el Sello de los
Fuego y Hastur el Espacio; aunque había criaturas Antiguos puede detenerlo, siempre y cuando se le
como Yog Sothoth, Nyarlatothep o Azathoth que consiga aislar de cualquier otra sustancia, incluido
parecían encarnar las múltiples dimensiones es- el aire mismo.
telares, vagando libres por el espacio. Todos ellos
disponían de entidades menores y no tan meno-
res que los servían fielmente, como Tsathoggua, «En efecto, antes de que
los Lloigor, Zhar,Y’Golonac… Algunos de ellos, los
más poderosos, parecían haber escapado al cauti- Kane pudiera llegar en su
verio que parecían haberles impuesto otras cria-
turas conocidas como los Dioses Arquetípicos, y ayuda, el vikingo alcanzó
campaban a sus anchas por el cosmos, sembrando
el terror en aquellos mundos por los que pasa- el cuello del otro con un
ban… Cuando surgió el hombre, los Primigenios
lo utilizaron como cobaya y crearon especies terrible tajo que le hizo
subhumanas que vivían en diferentes entornos y
adoraban a sus respectivos Señores: los desiertos volar la cabeza, separándola
páramos, las profundidades oceánicas, la oscuridad
de las más profundas cavernas… limpiamente del cuerpo.»
En la segunda parte se describía la naturaleza
de cada uno de los Grandes Antiguos y sus atri-
butos, junto con algunas de las entidades menores
y sus lacayos; y en la tercera se explicaban deta-
lladamente conjuros e invocaciones para invocar
Weird Tales de Lhork 73
poder elaborar una trampa que tuviera unas ga-
«En efecto, antes de que rantías mínimas de éxito.
Entró en un bar, y pidió una copa. Mientras
Kane pudiera llegar en su esperaba miró a su alrededor, vigilando especial-
mente la puerta del local: si le estaban siguiendo,
ayuda, el vikingo alcanzó ¿se atreverían a entrar y atacarle delante de tanta
gente?
el cuello del otro con un Se dio la vuelta y se apoyó en la barra: frente
a él, un gran cristal dejaba entrever la entrada y
terrible tajo que le hizo parte de las ventanas. Miró del reojo el reloj: las
once y media de la noche. Con el calor que ha-
volar la cabeza, separándola bía estado haciendo, se agradecía sobremanera la
bajada nocturna de temperatura, y mucha gente
limpiamente del cuerpo.» aprovechaba el momento para aliviarse un poco
de la asfixia.
Oyó abrirse tras él la puerta del bar; miran-
do al espejo, vio entrar una pareja de jóvenes que
se dirigió casi de inmediato hacia una mesa de un
rincón.
Sham’Goath fue aherrojado en el interior de —Falsa alarma… —murmuró levemente. Úl-
un planeta del Cinturón de Orión, capturado por timamente tenía los nervios disparados, creía ver
un gran Sello que abarcaba por completo toda la enemigos en cada persona con la que se cruzaba.
superficie; y allí deberá permanecer mientras el Creía padecer ya de un principio de neurosis, o
poder de los Dioses Arquetípicos se mantenga in- paranoia, o alguna de aquellas enfermedades men-
tacto… tales. Ya había tenido un altercado con un tipo que
En la astronomía existe otro límite a su poder: le había parecido sospechoso, y eso sólo le había
mientras no se desate por completo, mientras no reportado un ojo morado, moratones por todo el
adquiera toda su esencia, no podrá ejercer más cuerpo y nudillos destrozados.
que un control parcial sobre un número reducido Terminó de tomarse la consumición, la pagó y
de víctimas. Ahora bien, cuando se pronuncie la in- salió con parsimonia del local, mirando a su alre-
vocación adecuada durante la noche más larga del dedor en busca de alguien sospechoso: enfrente,
año en una de las llaves del universo, recuperará una pareja sentada en un banco se daba el lote; la
todo su poder y podrá extender su dominio más gente paseaba por la calle, con los cochecitos de
allá de la zona en la que inicialmente se ha ancla- los niños, solos, en grupo… A unos diez metros a
do…” su izquierda, un tipo en manga corta estaba apoya-
Así pues, ésa era la criatura a la que se enfren- do indolentemente en una farola, fumando un ci-
taba la humanidad: Carlos tembló como una hoja garro; a su derecha, aparentemente, no había nadie
al darse cuenta del difícil reto que resultaba poder en actitud sospechosa, por lo que se incorporó
atraparla sin que escapara… al flujo de paseantes y se dirigió en esa dirección.
Había tomado buena nota mental del sujeto de la
farola, para asegurarse de que realmente no le es-
4.— UNA NOCHE MOVIDA tuviera siguiendo.
Dobló una esquina y se apoyó en ella tranqui-
lamente, esperando. Cinco, diez, quince minutos…
Tras la investigación, Carlos comenzó a efectuar No, no veía pasar al fulano, por lo que supuso que
los preparativos para deshacerse de Sham’Goath. se había equivocado con él. Ni siquiera se planteó
Fabricó estrellas de cinco puntas suficientes como asomarse para intentar verlo, se limitó a continuar
para encerrar en su interior a una criatura tan pe- andando.
ligrosa, aunque de momento no sabía cómo iba a —¿Señor Rodas? —oyó junto a él, dejando
utilizarlas: siendo tan escurridizo como era, tenía escapar un juramento mientras daba un violento
que planificar cuidadosamente cada movimiento respingo. Giró la cabeza rápidamente, para con-
para que no huyera de la trampa. templar al dueño de aquella voz grave.
Una semana después parecía dispuesto a ac- Era un hombre de elevada talla, casi un gigante
tuar, aunque seguía sin disponer de un plan ade- de ébano, delgado como un espíritu, de cabeza ra-
cuado; sabía que le acechaban los servidores de pada en la que brillaban unos intensos ojos negros
Sham’Goath, tanto los subhumanos como los hu- sobre una densa barba que tapaba totalmente la
manos, y que esperarían el más mínimo descuido parte inferior de un alargado rostro de buitre de
para acabar con su vida y erradicar el problema, aspecto anguloso, cortante. En torno a él parecía
por lo que cada vez que salía tomaba todas las flotar una sensación extraña, un aura de peligro,
precauciones posibles: uno de los Sellos en un bol- de tensión casi palpable, de amenaza…
sillo, y un arma en otro. Carlos no le dio tiempo a reaccionar: con un
Había salido por la noche para despejarse un violento empujón lo apartó de sí, echando a co-
poco: la investigación y los preparativos le habían rrer entre la gente; buscó con la mirada algún lu-
agotado, y necesitaba tener la mente fresca para gar por el que desaparecer y esquivar a sus perse-
74 Weird Tales de Lhork
guidores, pero no parecía factible: las farolas daban de su bolsillo el Sello de los Antiguos y se lo mos-
suficiente iluminación como para que vieran por tró.
dónde se metía, por lo que optó por alejarse todo —Qué bonito souvenir —aseguró el hombre,
lo posible de aquel lugar. alargando la mano hacia la piedra—. ¿Me permite,
Echaba frecuentes miradas por encima del caballero?
hombro, sin ver a nadie corriendo tras él; en un —¿Qué pretendéis? —gruñó Carlos con los
momento dado tropezó con un transeúnte, ca- dientes apretados, metiendo la mano en el bolsillo
yendo ambos al suelo en un revoltijo de brazos en el que llevaba el arma —. ¿Qué queréis de mí?
y piernas. —Tenemos una oferta para usted —explicó el
—Lo siento, ha sido culpa mía —se disculpó rubio con gesto seco—. Y ésta será la única: pues-
ante el hombre mientras se levantaba. to que procede de una estirpe antiquísima, tiene la
—Podría mirar por dónde anda… —gruñó el opción de elegir la manera de entregar su alma a
aludido. nuestro Señor, voluntaria o involuntariamente.
Por enésima vez miró a su alrededor: salvo los “Puede decidir si quiere desaparecer de la faz
curiosos que habían vuelto la cabeza para ver el de este mundo, permanecer como un vegetal, o
accidente, nadie iba hacia él, nadie parecía espe- bien servir a quien liberará de su prisión a los
cialmente interesado en su persona. Sabía que es- Grandes Antiguos para que su Presencia recupere
taba bajo vigilancia, pero aquella circunstancia le el mundo que una vez fue suyo.
hizo bajar levemente la guardia, y entrar en un bar. —Creo que no me apetece elegir —le contes-
Tras pedir una copa, vio una mesa vacía y se tó Carlos con burlona rudeza, sacando la pistola y
sentó en ella, mirando a su alrededor, vigilando apuntando a sus enemigos—. Más bien preferiría
a todos los presentes, esperando que alguno de disfrutar de una larga vida libre de interferencias
ellos se delatara como servidor de Sham’Goath… vuestras.
No, nada parecía especialmente amenazador. —Somos cuatro —le advirtió el rubio ceñuda-
Al cabo de un rato, tras beber y pagar, salió de mente—. No podrá con todos. Piénselo bien…
nuevo a la calle: se sentía cada vez más paranoico, —Está pensado —le interrumpió severamente
comenzaba a sospechar de todos los paseantes… Carlos, sintiendo una leve punzada de dolor en el
Necesitaba volver a su casa, descansar, sentirse de corte que había recibido en el costado—. Los Pri-
alguna manera protegido. migenios perdieron los derechos sobre este pla-
Fue entonces cuando vio de nuevo al alto neta cuando fueron derrotados por los Antiguos
hombre negro: estaba medio escondido en una Dioses.
calle más estrecha, contemplándole con gesto im- Inopinadamente, uno de los atacantes saltó
pasible; levantó lentamente la mano, en un ademán hacia delante, esperando poder arrebatar el arma
de invitación que sorprendió a Carlos. A pesar de de las manos de Carlos; sin embargo, éste estaba
todo, los nervios le traicionaban, y recordaba la esperando aquella eventualidad, y su contrincante
figura del alto hombre negro como tenebroso he- sólo consiguió una bala en el pecho.
raldo de las fuerzas de la oscuridad. Casi instantáneamente, el rubio y sus compa-
No quería tener tratos con semejante perso- ñeros cayeron sobre su víctima entre gruñidos de
naje, por lo que agachó la cabeza y apresuró el rabia, quitándole la pistola de las manos y golpeán-
paso, intentando alejarse de aquella siniestra figura dole con dureza; el acero de un cuchillo brilló fría-
que le observaba con la intensidad de un buitre mente a la luz de la luna en un puño alzado, para
esperando su comida. Con los nervios a flor de a continuación salir despedido cuando Carlos, al
piel, sintiendo un sudor frío por todo el cuerpo a debatirse, propinó una patada al rubio que lo por-
pesar del calor nocturno, sentía que estaba a pun- taba.
to de quebrarse… —¡Maldito desgraciado! —exclamó el agresor,
El flujo de paseantes pareció remitir; hacia él apartándose de la refriega en busca de la hoja.
caminaban tres o cuatro personas, charlando ani- —Yo de ti no me preocuparía de esa nimiedad
madamente entre ellas; una de ellas, un sujeto de —le aseguró un hombre que se había acercado al
estatura mediana y pelo pajizo, pareció tropezar tumulto; a la luz de las farolas, Carlos pudo reco-
en el momento en que se cruzaba con él y caer nocer a Alberto—. ¿Qué tal de valiente es un ma-
sobre él. carra como tú sin un arma en las manos?
Por suerte, el gesto involuntario que Carlos —Ahora lo vas a comprobar, entrometido.
hizo para evitar al desconocido evitó un mal ma- Con un rugido de rabia, el rubio se abalanzó
yor: sintió un pinchazo en el costado izquierdo sobre Alberto, descargando una larga serie de gol-
que le hizo saltar bruscamente, apartándose y to- pes que buscaban la cara y el cuerpo de su rival;
cándose: a la luz de las farolas vio con sorpresa sin embargo, resultaba tan inofensivo que no atinó
que sus dedos estaban manchados de rojo. ni una sola vez, recibiendo a cambio un formidable
El rubio le dedicó una sonrisa torcida, mientras puñetazo en la mandíbula que lo tumbó sin con-
sus acompañantes comenzaban a formar un semi- templaciones.
círculo a su alrededor. Al ver aquello, los dos sujetos que seguían gol-
—Debería tener cuidado por donde anda, se- peando a Carlos se levantaron y se miraron entre
ñor —se burló amenazadoramente—. Podría ha- sí: después, al ver que su víctima se alzaba traba-
cerse daño. josamente, mirándoles tenebrosamente con aque-
Carlos no le contestó: casi sin pensarlo, sacó llos ojos amarillentos que parecían atravesarlos,
Weird Tales de Lhork 75
decidieron que era una lucha demasiado igualada en paz —se burló Carlos, echando a correr en di-
como para mantenerla: con una maldición hacia rección contraria seguido por su amigo—. Tendre-
sus antagonistas, huyeron perdiéndose en la leja- mos que demostrarles quienes somos…
nía. A lo lejos se oía la sirena de un coche de po-
—Vaya, te han puesto bueno —aseguró Al- licía que parecía dirigirse hacia ellos: no les con-
berto burlonamente, ayudando a su amigo—. ¿Te venía que las autoridades estuviesen metidas en
han saltado algún diente? todo aquel follón, por lo que casi de inmediato
—Sí, creo que uno —admitió Carlos con una comenzaron a desviarse y a colarse por calles ad-
vaga sonrisa—: me arde la mandíbula, y creo que yacentes, seguidos siempre por el grupo.
tengo una costilla rota; ese imbécil —señaló al ru- —Son tontos —aseguró entre jadeos Carlos—.
bio que seguía tirado en el suelo— me pinchó con Si se separaran y abarcaran más calles, terminarían
un cuchillo, pero fue poca cosa. Más que nada es el por rodearnos y cazarnos como a conejos…
destrozo que me han hecho en la ropa.Tendré que Se arrepintió de hablar casi de inmediato: de-
ir a cambiarme… lante de ellos, en un cruce, vieron a un habitante
—¿Crees que volverán? —preguntó Alberto de las arenas parado, mirándolos fijamente, es-
mirando en la dirección por la que habían huido perándolos como una araña en su red. Las pocas
los agresores. personas que andaban por la calle le miraban y se
—Seguramente sí —le contestó su amigo con apartaban espantados de él, repelidos por su ex-
gesto sombrío, mientras se limpiaba la comisura traño aspecto y la intensa aura de malignidad que
de los labios—. Los Primigenios no son de los que emanaba de su figura.
dejan cabos sueltos. Y tú, ¿qué? ¿Qué estás hacien- Carlos y Alberto se refrenaron ante aquella
do aquí? ¿Dónde está Sonia? inesperada aparición, sorprendidos y alarmados al
—Está en casa —el hombre sonrió sardóni- oír tras ellos la carrera de sus perseguidores.
camente—. He preferido que no sepa que estaba —¿Tienes el Sello de los Antiguos a mano? —
buscándote. inquirió Carlos jadeante, sacando del bolsillo una
La mirada inquisitiva de Carlos le hizo ensan- de aquellas piedras.
char la sonrisa en un gesto alegre. —Sí…
—Verás —comenzó—, aunque no estoy aún —Pues sígueme, y no te pares.
muy convencido de toda esa historia de los Pri- Carlos se abalanzó contra la silueta de rostro
migenios y los Mitos de Cthulhu, hay una serie animal enarbolando delante de él la estrella de cin-
de hechos que no se pueden olvidar: la cosa del co puntas; casi instantáneamente, el rostro de su
pueblo leonés, los ataques costeros y asiáticos… enemigo se torció en un gesto de fría rabia, mien-
No sé qué pensar —confesó seriamente—, pero tras los verdes ojos gatunos parecían aumentar su
pienso que si te estás metiendo en este berenjenal intensidad; retrocedió unos pasos, con una fluidez
necesitarás toda la ayuda que puedas necesitar. tal que parecía flotar sobre el suelo, tratando de
“Sonia aún me marea con lo de que no entien- evitar el contacto con el Sello.
de por qué te aguanto, pero ni quiero perderla a —¡Vamos! —exclamó Carlos, pasando a su
ella ni deseo cortar nuestra amistad, así que antes lado como una exhalación.
de volver a la facultad voy a inventarme alguna ex- —¿A dónde? —inquirió Alberto, siguiéndole
cusa para ayudarte a resolver esta situación, si es como buenamente podía.
que existe realmente una solución. —No lo sé —admitió su amigo entre jadeos—.
“Esta noche había decidido salir a dar una vuel- A cualquier sitio menos a mi casa.
ta, y aprovechar para llamarte y charlar un rato; Tras ellos oían gritos de alarma, mientras las
sin embargo, al no contestar, pensé que tal vez es- sirenas de la policía comenzaban a sonar cada vez
tarías despejando las ideas, por lo que me dediqué con mayor frecuencia. El cerco se iba estrechando,
a recorrer los bares habituales… sólo era cuestión de tiempo que alguien los atra-
—Gracias —aceptó Carlos—. No esperaba para.
esto. De todas maneras —añadió, mirándole fija- —Tendremos que ser más listos que ellos —
mente—, creo que has hecho bien dejando a Sonia sugirió Alberto—. Busquemos un portal abierto a
fuera de todo esto: no sé hasta qué punto podría la vuelta de una esquina, y a ver si podemos enga-
resistir lo que nos espera, incluso me cuesta creer ñarlos —sugirió.
que nosotros mismos podamos aguantar… Fue al tercer intento cuando consiguieron su
“Ya te lo dije, e insisto: no voy a obligarte a objetivo: nada más doblar una esquina, vieron un
echarme una mano, ni puedo ni debo… portal en el que se introdujeron, comenzando a
Alberto miró a lo largo de la calle. subir por las escaleras rápidamente, echando una
—¿Puedes correr? —preguntó con gesto ale- mirada por encima de sus hombros sin alcanzar a
gre. ver a ninguno de sus perseguidores.
—Creo que sí —aceptó su amigo—. ¿Por qué? —Espero que esto funcione —advirtió Carlos
—Porque me parece que vamos a tener que seriamente—, o quedaremos atrapados.
salir por piernas. —Siempre nos quedarán los tejados —se bur-
Alberto señaló a un grupo de personas que se ló Alberto—. Sshh…
dirigían decididamente a ellos, señalándoles con Se pararon antes de alcanzar la tercera planta:
gesto ceñudo. bajo ellos sonaban quedas voces que no atinaban
—Está claro que esta noche no nos van a dejar a distinguir. Ni siquiera intentaban asomarse, para
76 Weird Tales de Lhork
evitar que pudieran descubrirlos. Se miraron en- Sonia tendrá que aceptar que eres mi amigo, tanto
tre sí, agachándose contra la pared, esperando que para las duras como para las maduras.
quien fuera que estuviese abajo no subiese… —Yo no la pondría en esa disyuntiva —le ad-
La suerte no estaba con ellos: desde abajo les virtió Carlos burlón—. Tiene suficiente carácter e
llegaron ligeros pasos subiendo las escaleras. Pues- inteligencia como para largarte como le toques la
to que el bloque no tenía ascensor, no les quedaba moral.
más remedio que seguir subiendo o enfrentarse a —Sí, lo sé —admitió Alberto—. Pero no de-
quienquiera que fuese, aunque cabía la posibilidad bería permitir que se me obligue a elegir de esa
de que fuera alguien que volvía a casa después de manera...
un paseo… —Tú mismo —su amigo se encogió de hom-
Pidiendo silencio a su amigo, Carlos subió al bros, indicando silencio. Desde abajo no les llegaba
rellano de la tercera planta y dejó en el suelo su sonido alguno, salvo el ocasional ruido de los ve-
estrella de cinco puntas. Después, indicó por ges- hículos al pasar o las conversaciones de los noc-
tos a Alberto que llegara hasta la puerta que daba támbulos—. Parece que por fin nos han dejado en
acceso a la azotea y esperara allí. paz…
Miró a su alrededor, buscando alguna zona en —Eso espero —murmuró Alberto ceñuda-
sombras que resultara adecuada para esconderse, mente.
pero no vio nada, por lo que se apretó contra una Bajaron despacio, cautelosamente, atentos a
pared esperando que la trampa funcionara. cualquier sonido que pudiera resultarles sospe-
Los pasos se detuvieron en el segundo piso: choso, mas nada parecía indicar que siguieran bus-
a continuación, un tintineo metálico y el sonido cándolos.
de una llave girando en una cerradura les permitió —Espera aquí —advirtió Carlos, deteniendo a
soltar un suspiro de alivio. su amigo antes de salir al portal—. Es mejor que
—Menos mal —aceptó Alberto, bajando a re- nos vayamos cada uno por separado: están bus-
unirse con Carlos—. Ya creía que nos tocaba pe- cando a dos personas juntas y sólo me conocen
lea. a mí, así que de momento no merece la pena que
—Me temo que esto puede convertirse en una corras riesgos inútiles.
tónica general —advirtió severamente su amigo, El hombre salió con cuidado del portal, miran-
recogiendo el Sello—. A ti quizás no te conozcan do a ambos lados en busca de posibles agentes de
tanto, pero a mí me tienen ya muy fichado: tal vez Sham’Goath. Al no ver nada sospechoso se diri-
sería conveniente que te mantuvieras apartado de gió hacia su casa, sabiendo que seguramente allí
mí, y que de actuar lo hicieras como un agente en le estarían esperando y que tendría que volver a
la sombra… correr…
—Qué bonito te ha quedado eso —se burló Había algo que le tenía preocupado: ¿por qué
Alberto—. Si crees que te voy a dejar tirado… el rubio que le había atacado le había dicho aque-
—Piénsalo —insistió Carlos, contemplándo- llo sobre su estirpe, que era antiquísima? Eso era
le fijamente—: mientras permanezcas junto a mí, algo absurdo, no tenía conciencia de que en su fa-
corres un peligro mayor del que podrías imaginar. milia hubiera ningún tipo de genealogía especial…
No me gustaría que te sucediera nada, ni que So- Embebido como iba en sus propios pensa-
nia lo pasara mal y me echara la culpa de lo que mientos, al doblar una esquina se tropezó con un
te ocurra… sujeto de tez oscura, de mediana estatura, que pa-
—Es un riesgo que habrá que afrontar en su recía de origen extranjero a juzgar por sus rasgos
momento —su amigo sonrió abiertamente—. ligeramente orientales y el lacio cabello negro.
Creo que somos lo suficientemente mayorcitos —Usted perd…
como para tomar nuestras propias decisiones; y Con un grito feroz, el hombre se arrojó sobre
él enarbolando un cuchillo de hoja ancha que había
«En efecto, antes de que aparecido en su mano como por ensalmo. Antes
de que Carlos pudiera ponerse en guardia, había
Kane pudiera llegar en su recibido un tajo en el hombro izquierdo, evitando
que le traspasara el corazón por puro movimiento
ayuda, el vikingo alcanzó reflejo. Dejó escapar un gemido de agonía, apar-
tándose de su contrincante mientras se sujetaba
el cuello del otro con un fuertemente la herida.
—¡Maldito… —gruñó.
terrible tajo que le hizo Esta vez estaba perdido: sabía que en el estado
en que se encontraba no podía enfrentarse con
volar la cabeza, separándola garantías al extranjero, ni huir con la suficiente ce-
leridad como para burlarlo, así que lo único que
limpiamente del cuerpo.» le quedaba era enfrentarlo como buenamente pu-
diera…
En un principio consiguió detener el siguien-
te golpe, agarrando la muñeca del sujeto con su
diestra, mas un puñetazo en el rostro lo tiró de
espaldas contra la pared, dejándolo totalmente ex-
Weird Tales de Lhork 77
puesto. En ese momento, una figura apareció por
donde había llegado Carlos y se abalanzó sobre el «En efecto, antes de que
agresor: a la luz de las farolas, el hombre vio que
se trataba de su amigo Alberto. Kane pudiera llegar en su
—Veo que no puedes hacer nada sin mí —se
burló, mientras esquivaba una nueva cuchillada. ayuda, el vikingo alcanzó
Carlos se levantó como buenamente pudo, e
intentó intervenir en la refriega, mas el dolor ge- el cuello del otro con un
neralizado por los golpes recibidos y la herida del
hombro le obligó a apoyarse en la pared para no terrible tajo que le hizo
caer.
—Vamos, lárgate de aquí —le advirtió su ami- volar la cabeza, separándola
go—. ¿A qué esperas?
Alberto esquivó de nuevo una rabiosa acome- limpiamente del cuerpo.»
tida y, sujetando la muñeca del extranjero, le ati-
zó un fenomenal puñetazo en la mandíbula que lo
hizo trastabillar; a continuación, sin darle tiempo a
reaccionar, le largó una patada en el costado que
lo derribó.
—¿Puedes andar? —preguntó a su amigo, tras
asegurarse que su oponente no se movía. * * *
—Creo que sí —dudó Carlos, sujetándose el
hombro herido. Escondido en el rellano de un amplio portal,
—Pues vámonos de aquí antes de que aparez- Carlos tenía tiempo para reflexionar sobre la si-
ca más peña —gruñó Alberto, pasándole el brazo tuación en que se encontraba: no se le ocurría la
por la espalda—. ¿Dónde? manera de detener a Sham’Goath, y menos aún
—Tira, ya te lo diré —murmuró el herido—, en el lastimoso en que le habían dejado sus se-
no conviene que este tipo —señaló vagamente a cuaces. No dejaba de manar sangre del hombro
la forma tirada que comenzaba a removerse tra- herido, lo que le debilitaba por momentos. Pensó
bajosamente— se entere de las cosas. Si puedes en su amigo Alberto, que se había implicado con
noquearlo definitivamente, mejor. él más allá de lo que hubiera podido esperar, y en
—Eso está hecho —aceptó alegremente su las consecuencias de tal acto: en cuanto tuvieran
amigo, soltándolo por un momento y atizando una constancia de su identidad, tendría que huir toda
dura patada en el cráneo de su oponente que lo su vida, mirando eternamente por encima del
dejó inconsciente—. Deberías ir al hospital a que hombro, volviéndose tan paranoico como le esta-
te vean esa herida —advirtió ceñudamente, mien- ba ocurriendo a él mismo. Era sólo cuestión de
tras lo recogía de nuevo—, no tiene muy buena tiempo que los agentes humanos del Primigenio
pinta. los cazaran como a ratas, por lo que, apretando
—Supongo que tienes razón —aceptó Carlos fuertemente los dientes, decidió que no desapare-
mansamente—. Pero es mejor que sea un hospital cería sin plantar cara…
de fuera. Estoy seguro de que rastrearán todos los Eran las seis de la mañana. “Bonita hora para
centros de salud de la ciudad. andar de esta manera”, pensó con un gesto de
—Entonces, te llevaré en mi coche. amargura.
—Mejor todavía, porque también estarán es- Oyó unos quedos golpes en el portal: asomán-
perando a la puerta de mi casa. dose cautelosamente, vio la conocida silueta de
—Lo había pensado, Carlos. ¿Por qué crees Alberto llamando a la puerta del edificio, por lo
que te he hecho el ofrecimiento? que se puso en pie trabajosamente y salió al por-
Por un momento se miraron con gesto burlón, tal a reunirse con su amigo.
irónico. —Te voy a poner la tapicería hecha un cristo
—¿Qué vas a decir a Sonia? —inquirió Carlos —murmuró socarrón.
con sarcasmo. —Eso es lo de menos —aseguró firmemente
—Supongo que la verdad —admitió Alberto Alberto, abriendo la puerta del copiloto y ayudan-
sonriendo ampliamente—. No creo que una rela- do a entrar a su amigo—. Anda, calla y no refun-
ción pueda sustentarse sobre mentiras. O lo acep- fuñes tanto. Y procura mantenerte lo más oculto
ta, o ya veremos… posible cuando salgamos, no vaya a ser que alguno
Su amigo le contempló burlón. de los que no te quiere bien te vea y tengamos
—Sí, ya veremos —comentó en tono zum- una persecución de película.
bón—. Oye, Alberto —advirtió, poniéndose serio Carlos sonrió con desgana: la ironía de su ami-
de repente—, no podemos recorrer la ciudad de go no se le escapaba, pero el dolor iba en aumen-
esta guisa, llamaríamos demasiado la atención. to y comenzaba a impedirle pensar con claridad.
—Estaba pensando precisamente en eso —ad- —¿Dónde? —demandó Alberto poniendo en
mitió Alberto mirándole de reojo—. Creo que lo marcha el vehículo.
mejor será esconderte en un portal y acercar el —Supongo que lo mejor será Valladolid —su-
coche hasta aquí… girió su amigo—: un hospital en una ciudad lo su-
78 Weird Tales de Lhork
ficientemente grande como para poder pasar des- firmemente a Carlos por el pecho con unas de-
apercibido. Es lo más cerca que se me ocurre, a no licadas manos de largos dedos—. Mientras no
ser León, que pillaría demasiado cerca de la zona diga nada, usted no se mueve de aquí: aunque el
de control de Sham’Goath, o Madrid, del que ya corte del costado no fue gran cosa, la cuchillada
tendrías una buena tirada… del hombro ha sido profunda y ha perdido mucha
—Valladolid, entonces —aceptó Alberto ob- sangre. Tuvo mucha suerte y un buen amigo —ase-
servando a Carlos con preocupación. guró, volviendo sus límpidos ojos hacia Alberto.
—Hazme un favor —pidió el herido, cerrando —Gracias —se burló el hombre, haciendo una
los ojos—: mira a ver si puedes conseguirme algún burlona reverencia—, gracias, amado público.
anuario astronómico, de los de efemérides… —Serás tonto… —Carlos sonrió amistosa-
mente.
La mujer revisó los vendajes y echó una ojeada
5.— UN SERIO REVÉS a la bolsa de suero.
—Voy a por vendas limpias y una bolsa de sue-
ro —anunció, dándose la vuelta—. Ni se le ocurra
—Se nos echa el tiempo encima —gruñó Car- levantarse, señor Cuadrado, o hará que me enfa-
los, removiéndose inquieto en la cama del hospi- de.
tal—. Y sigo sin encontrar la manera de encerrar —Está colada por ti —le advirtió Alberto
a Sham’Goath. cuando se cerró la puerta tras la enfermera—: no
—Seguro que algo se te ocurrirá —le animó te quita ojo de encima.
Alberto por enésima vez. —Venga ya —se chanceó Carlos—. Lo que le
El herido estaba demostrando ser un pésimo pasa es lo que a todos: como el color de mis ojos
paciente: se quejaba de todo y por todo, era inca- es tan atípico, la gente se queda mirándolos fija-
paz de permanecer más de media hora tumbado, mente, pero nada más…
removiéndose nerviosamente bajo la divertida mi- Las palabras murieron lentamente en sus labios,
rada de su amigo. Llevaba ya una semana en aque- cuando una terrible sospecha comenzó a aparecer
lla situación, sintiendo que el tiempo se les echa- en su mente, germinando venenosamente.
ba encima, y la impotencia crecía en su interior al —Mis ojos —murmuró pensativamente—…
mismo ritmo que disminuía la esperanza. Su mente Una estirpe antigua… Alberto —miró a su ami-
era un hervidero de dudas, de preguntas sin res- go con gesto firme—, necesito que investigues en
puesta que le acosaban una y otra vez. ¿Cómo se mi genealogía, entre mis antepasados. Quiero ave-
las habían apañados los Dioses Arquetípicos para riguar si alguien en mi familia tuvo estos mismos
capturar a una criatura tan escurridiza? En el libro ojos, y en qué momento y condiciones se produjo
de Pedro de la Riva se daba a entender que el Se- semejante hecho. Quiero saberlo todo, anécdotas,
llo había abarcado un planeta entero, impidiendo leyendas… todo sobre mis antepasados.
que Sham’Goath pudiera salir al espacio. Pero eso —Pero, ¿qué pasa? —se sorprendió Alberto,
quedaba fuera de las posibilidades de unos meros contemplando al herido con los ojos abiertos—.
mortales. Y aun en el caso de que pudieran hacer- Nunca te habías preocupado por ese tema, siem-
lo, ¿qué garantías había de que el Primigenio no pre lo has considerado una mera nimiedad. ¿A qué
dominase la superficie de la Tierra? viene ahora eso?
También tenía muy presentes las enigmáticas —A algo inconcreto: unas palabras inconexas
palabras del rubio que le acuchilló en el costado: de un habitante de las arenas, una expresión que
una antigua estirpe… ¿de qué? ¿De reyes, caballe- utilizó el tipo que me hizo este regalo —Carlos
ros? ¿O era algo más siniestro? señaló el corte del costado—… Empiezo a sos-
—¿Cómo se encuentra hoy? —inquirió son- pechar que los esqueletos de mi familia pueden
riente una enfermera que entró en aquel momen- no estar precisamente en un armario… ¿Puedes
to en la habitación, una espectacular mujer de al- hacerme ese favor mientras termino de recupe-
rededor de metro ochenta de altura y fino talle; su rarme?
larga cabellera rubia enmarcaba un rostro ovalado, —Está bien —aceptó Alberto de mala gana—.
suave, ligeramente moreno, de labios carnosos y No me gusta dejarte solo, sabiendo lo que pesa
sensuales, nariz respingona y preciosos ojos grises sobre tu cabeza…
azulados; mientras se acercaba a la cama de Car- —Entonces, prueba a llamar a Sonia y pídeselo
los, sus pasos eran tan suaves, tan silenciosos, que —sugirió burlonamente su amigo—. No creo que
más parecía flotar que andar—. ¿Se ha tranquiliza- eso la comprometa, aunque dudo que quiera me-
do un poco, o tendremos que recurrir al Valium? terse en este berenjenal. Ya sabes que no es apre-
—Sigue igual que siempre —se burló Alberto. cio precisamente lo que siente por mí…
—Mire, enfermera, ya me encuentro mejor —No sé, remover todo esto —dudó Alber-
—aseguró el herido con firmeza, intentando mo- to—… Quizás estén esperando precisamente que
ver el brazo izquierdo con un contenido gesto de alguien se interese por tu… genealogía.
dolor—. Si no le importa podrían darme el alta, —Tal vez tengas razón —aceptó Carlos, medi-
que tengo cosas que hacer y muy poco tiempo tando sombríamente las palabras de su amigo—.
para llevarlas a cabo. Quizás… Espera, alcánzame la cartera. Gracias.
—Eso depende del médico —aseguró la en- Rebuscó un poco, hasta encontrar una tarjeta
fermera con gesto ceñudo, sujetando suave pero en la que figuraba el nombre “Martín Núñez del
Weird Tales de Lhork 79
Río” sobre la figura de una estrella de cinco pun- cómo explicarlo—. Al parecer, tiene algunas sos-
tas con una columna de fuego en su interior, y se pechas sobre su familia y quería profundizar en su
la tendió a su amigo. genealogía, averiguar todo lo que se pueda sobre
—Vete a Madrid, y pide hablar con este hom- él y sus antepasados. Está relacionado con el color
bre —explicó pacientemente—. Le explicas lo que de sus ojos…
quiero, y que él se encargue de la investigación. —Puedo imaginarlo —aceptó con una leve
Probablemente le resultará incluso más fácil que sonrisa Martín—. Está bien, veré lo que puedo ave-
a Sonia… riguar al respecto. Pero le voy a decir algo — su
—Pero no puedo dejarte solo. rostro se ensombreció mientras miraba fijamente
—Tengo a la enfermera —se chanceó Carlos, a su interlocutor y bajaba la voz hasta poco más
guiñando pícaramente un ojo. que un susurro—: si es un buen amigo suyo, de-
—Ya, claro —aceptó Alberto, sonriendo sar- bería procurar que se mantenga lo más apartado
cásticamente—. Nosotros haciendo todo el traba- posible de los Primigenios y sus servidores. No es
jo, y tú disfrutando de la buena vida… mala persona, pero ándese con cuidado con él y
Se dio la vuelta y salió de la habitación, riéndo- no le pierda de vista: no se sorprenda si en algún
se por lo bajo, al tiempo que entraba un médico. momento… cambia.
—Buenos días, señor Cuadrado —saludó—. —¿A qué se refiere? —se alarmó Alberto, le-
¿Qué tal estamos hoy? vantando la voz más de la cuenta—. ¿Qué se ha
—He tenido días mejores —admitió Carlos, creído? Carlos es un buen amigo, y no haría nada
llevándose la mano al hombro herido—. Aún me que fuera en contra de sus principios. Ya ha ma-
duele algo el hombro. nifestado varias veces que luchará con todas su
—Es normal, sólo lleva aquí una semana —ex- fuerzas contra esas criaturas…
plicó el doctor, examinando el estado general de —Lo sé —admitió el señor Núñez con un ges-
su paciente—. Y por lo que veo, aún habrá de per- to afirmativo—, yo hablé con él cuando quiso in-
manecer algunos días más. vestigar más cosas sobre los Primigenios, y estoy
—Lo siento, doctor, pero eso no puede ser de acuerdo con usted. Sin embargo, debo preve-
—advirtió sombríamente Carlos—: no puedo nirle al respecto: al menos una parte de lo que
perder tiempo, tengo demasiadas cosas que hacer Carlos quiere saber la sospecho, pero no voy a
y muy poco tiempo para ello… aventurar nada hasta no estar seguro…
—Pues tendrá que postergarlas —aseguró
firmemente el médico, frunciendo el ceño—. No ***
creo que ninguna sea tan acuciante...
—No puede imaginarse lo importante que —¿Y bien? —demandó Carlos imperiosamen-
puede llegar a ser —insistió el paciente, intentan- te, al ver entrar a Alberto en la habitación unos
do evitar en lo posible dar demasiadas explicacio- días después—. ¿Qué te ha dicho el señor Núñez?
nes. —Mira que eres impaciente —se burló su ami-
—En cualquier caso, habrán de esperar. go—. ¿Pero cómo pretendes que tenga ya resul-
tados si apenas he tenido tiempo de ir y venir de
*** Madrid?
“La verdad es que es un tipo extraño —co-
En la Biblioteca Nacional, Alberto se había mentó con gesto severo. Prefirió omitir la conver-
acercado a un conserje y le había enseñado la tar- sación que había tenido sobre Carlos—, un sujeto
jeta que Carlos le había entregado. Apenas unos que parece muy versado en la obra de Lovecraft,
minutos después, el señor Núñez se acercaba a él aunque a veces produce una sensación de… no sé,
apresuradamente. inseguridad tal vez.
—¿Quién es usted? —demandó imperiosa- “Le he pedido que me envíe los resultados a
mente—. ¿Qué desea? mi casa en cuanto los tenga —explicó, levantando
—Me llamo Alberto y me envía Carlos —se la mano con gesto divertido al ver que Carlos se
presentó el hombre cortésmente—. Seguramente impacientaba y abría la boca para hablar—. No te
le conocerá, un tipo con los ojos amarillos. preocupes, que los tendrás.
—Ah, ése… —murmuró con gesto pensativo —Le habrás dicho que es urgente, ¿no? —in-
su interlocutor—. Sígame, por favor, pasemos a mi sistió su amigo con terquedad sentándose en la
despacho. cama—. No podemos perder más tiempo, hay
Se sentaron frente a frente, escrutándose que detener a Sham’Goath como sea, y hay que
como dos enemigos a punto de entablar combate. hacerlo antes del 22 de diciembre, o todo estará
—Bien, yo soy el señor Núñez —se presentó perdido.
el hombre, medio levantándose y tendiendo una —No hay problema —aseguró Alberto son-
mano por encima de la mesa que Alberto estre- riendo ampliamente—. Aunque no llevo del todo
chó con cierta frialdad—. Veo que su amigo está bien la carrera, puedo saltarme algunas clases…
demasiado ocupado para venir en persona —su —No es necesario —le advirtió Carlos dete-
rostro pareció distenderse en una expresión más niendo su charla—, sigue con tu rutina habitual. Ya
tranquila, más aliviada—. ¿Qué se le ofrece? me encargaré yo de buscar la manera de conseguir
—Me ha pedido que le encargue una inves- días libres en el trabajo y ponerme a la tarea…
tigación —comenzó Alberto, sin saber muy bien —Buenos días, Carlos —saludó la enfermera
80 Weird Tales de Lhork
entrando en la habitación—. ¿Qué tal esa herida?
—Bueno, yo creo que ya podríais darme el alta, «En efecto, antes de que
Mónica —sugirió alegremente el hombre, movien-
do el brazo para demostrar que el hombro ya no Kane pudiera llegar en su
le dolía—. Por cierto, éste es mi amigo Alberto.
Alberto, ésta es Mónica. ayuda, el vikingo alcanzó
—Encantado de conocerte —saludó su ami-
go, tendiéndole la mano a la mujer con una amplia el cuello del otro con un
sonrisa—.Ya veo que hacéis buenas migas.
—Su amigo es… interesante —sugirió la en- terrible tajo que le hizo
fermera, mirándole con picardía—. A su manera
resulta atrayente. volar la cabeza, separándola
—Bueno, si sigues así tendré que pedirte una
cita —se burló Carlos. Sus palabras murieron en limpiamente del cuerpo.»
los labios, cuando, al mirar la televisión que esta-
ba encendida en la habitación, escuchó algo que
le heló la sangre en las venas: noticias acerca del
incremento de los ataques por todas partes.
Al parecer, la situación se había estancado y es-
taba en punto muerto: los ejércitos habían conse- te creados por los Primigenios para servir de es-
guido detener el avance de las agresivas criaturas, clavos, se rebelaron contra sus amos y desataron
pero no eran capaces de recuperar terreno. una de tantas guerras que hace eones devasta-
Al mismo tiempo, llegaban inquietantes noti- ron la superficie de este planeta. Su naturaleza
cias acerca del corte de las comunicaciones con no es terrestre, por lo que las armas comunes
las bases establecidas en la Antártida: lo que pu- no les harían daño, tan sólo sus antiguos Señores
diera significar aquella hecatombe sólo podían sa- o el Sello de los Antiguos. ¿Cómo frenar algo así?
berlo unas pocas personas, entre ellas Carlos, que El mundo caería bajo ellos como la mies ante la
se había echado a temblar como una hoja. guadaña…
—¿Qué ocurre, Carlos? —inquirió Alberto, “Está claro que ha llegado el momento de que
preocupado al ver a su amigo en aquel estado. los Grandes Primigenios se liberen del exilio im-
—¿Es que no lo ves? —exclamó abruptamen- puesto por los Dioses Arquetípicos. La llegada de
te el hombre, saltando de la cama ante la mirada Sham’Goath ha sido el detonante, y sólo nos fal-
admonitoria de la enfermera, que intentaba dete- taría que criaturas como Yog Sothoth o Nyarlato-
nerle—. La Antártida… “En las Montañas de la Lo- thep camparan a sus anchas por el mundo…
cura” de Lovecraft… Los shoggoths, maldita sea. Se detuvo momentáneamente: Nyarlatothep,
¿Es que están intentando liberarlos, o tal vez han el Caos Reptante… A veces aparecido como un
salido de su cubil, de la ciudad maldita enterrada hombre de rasgos oscuros… ¡Dioses! ¿Acaso se
bajo los hielos antárticos? había encontrado con él y había sobrevivido para
“Alberto, no puedo quedarme más tiempo aquí contarlo?
—gruñó, dirigiéndose al armario en busca de su Se asomó a la ventana: el sol comenzaba a de-
ropa e ignorando las protestas de Mónica—. No, clinar, las sombras se alargaban a medida que el
Mónica, lo siento pero debo irme. No sé cuánta crepúsculo se extendía por la ciudad. Aquello no
gente más se dará cuenta de lo que está ocurrien- era ya un revés, era el comienzo del fin. ¿Cómo
do realmente, pero hay que hacer algo para de- esperaba detener él todo aquel entramado?
tener todo este proceso. Y ese algo es atrapar a Salió corriendo, perseguido por los gritos de
Sham’Goath como sea, cueste lo que cueste. Alberto y Mónica; un enfermero se interpuso ante
“No tengo ningún plan, pero no me quedaré él, intentando detenerlo, mas sin apenas pensar-
cruzado de brazos —aseguró firmemente mien- lo proyectó hacia delante el hombro derecho y le
tras se vestía—. Si es necesario, volveré a ese propinó un fuerte golpe que lo apartó contra la
maldito pueblo de León y me enfrentaré perso- pared del pasillo.
nalmente a ese Primigenio aunque eso suponga mi Salió del hospital y quedó momentáneamente
destrucción. deslumbrado por la luz solar. Tras él, la alarma iba
—¿Pero qué maldita diferencia hay en todo en aumento. Echó a correr casi a ciegas, oyendo
esto? —se exaltó Alberto, sin acabar de entender cómo un vehículo frenaba junto a él y una maldi-
a su amigo. ción…
—Sigues sin ver nada —contestó Carlos amar-
gamente—. Esto es un revés de la fortuna, una ***
hecatombe: contra los Profundos, los Tcho Tcho,
los habitantes de las arenas, se puede luchar con Había conseguido despistar a sus perseguido-
armas convencionales. Como ya has visto en las res. Su huida, al principio impremeditada, cada vez
noticias, los ataques han sido frenados. adquiría una forma más definida: debía mantener
“Sin embargo, los shoggoths son harina de fuera de peligro a Alberto y a todos los que le ro-
otro costal —su rostro se ensombreció al pensar deaban que estuvieran en posesión de la informa-
en aquella inquietante posibilidad—: originalmen- ción que él había dado alegremente.
Weird Tales de Lhork 81
Caminaba cautelosamente por las calles más
oscuras, donde menos farolas lucieran, en busca «En efecto, antes de que
de un momento de tranquilidad para poder rela-
jarse y recomponer el torbellino de ideas que bu- Kane pudiera llegar en su
llía en su enfebrecida mente. El hombro izquierdo
le molestaba todavía, pero procuraba hacerle el ayuda, el vikingo alcanzó
menor caso posible.
—Señor Cuadrado… el cuello del otro con un
Dio un respingo: a su izquierda, junto a una pa-
red, vio la silueta del hombre oscuro, que le con- terrible tajo que le hizo
templaba sombríamente.
—Debemos hablar seriamente, señor Cua- volar la cabeza, separándola
drado —continuó la tenebrosa aparición—. Tengo
una oferta que hacerle, una oferta que estoy segu- limpiamente del cuerpo.»
ro que le interesará.
—¡Déjeme en paz! —gritó Carlos sin poder
contenerse, girándose para echar a correr.
—¿No quiere saber quién es realmente? —in-
quirió el extraño personaje, alzando ligeramente
voz—. Yo le puedo contar más sobre sus ascen- namente.
dientes que el hombre al que ha acudido. —¿Le parece vano e inútil evitar que un mun-
—Ya, claro —se burló Carlos volviéndose li- do caiga en la más completa anarquía de unas
geramente hacia el hombre oscuro—. Y todo eso criaturas cuya mentalidad carece del más mínimo
de forma altruista y filantrópica, ¿no? ¿Qué quiere principio conocido por los seres humanos?
a cambio? —Es banal.
—Le ofrezco ser uno con el poder —contestó —Entonces, no me interesa el trato.
seriamente su interlocutor—, acceder a un cono- —¿Ni siquiera a cambio del conocimiento de
cimiento y una sabiduría prohibida al común de su ascendencia? —insistió el hombre oscuro—.
los mortales. Los secretos de la luz y la oscuridad ¿Ni siquiera a cambio de la liberación de una he-
estarían a su disposición… rencia que tarde o temprano le alcanzará?
—Eso queda muy bien —admitió Carlos con —¿Qué quiere decir?
tono sarcástico—, pero no resuelve nada: no pien- —Exactamente lo que ha oído —aseguró el
so ponerme al servicio de ninguna fuerza oscura, hombre oscuro—. Si desea saber más, deberá
sea lo que sea; ya puedes decirle a tus encarcela- aceptar la mano que le tiendo.
dos amos que no pienso unirme a sus fuerzas. Carlos se mordió los labios. No sabía hasta
—¿Piensa acaso que sirvo a los Primigenios? qué punto podía creer a aquel sujeto. ¿Realmen-
—se burló el hombre oscuro—. Necio, nada más te sabía algo, o sólo era otro truco para atraerlo
lejos de la realidad. hacia Sham’Goath? Miró la mano de largos dedos
—Entonces, sirve… morenos que se extendía ante él, la palma hacia
—Tampoco a Aquellos a los que llamas Dioses arriba, sin saber qué hacer. ¿Por qué todos se em-
Arquetípicos —le interrumpió secamente, como peñaban en atraerlo hacia sí?
si le hubiera leído el pensamiento—. No: mi amo —No. Lo siento, pero no puedo aceptar —ase-
está más allá de todas esas figuras del tiempo leja- guró con toda la firmeza que fue capaz de reunir,
no, de esos atavismos que debieron perecer hace procurando que no se notase su vacilación—. En
eones y que se resisten a dar paso a un tiempo realidad no sé quién es usted, aún no me ha dicho
nuevo; está más allá de toda comprensión, nadie su nombre, ni sé qué me está ofreciendo realmen-
conoce su Nombre, ni siquiera nosotros que le te, así que lo mejor es que me deje en paz.
servimos: es el último conocimiento, el Secreto —Lo lamento profundamente —aceptó el
que podría destruir toda la Creación de ser alguna hombre, inclinando la cabeza en un gesto aparen-
vez descubierto. temente pesaroso—. Su decisión me lleva a re-
“Le ofrezco la posibilidad de librarse de su he- plantear ciertas… premisas.
rencia, pero a cambio deberá entrar en nuestro —¿Me está amenazando? —se alarmó Carlos.
espíritu; deberá despreocuparse de todo lo que —No voy a hacerle daño alguno —aseguró el
acontece en este mundo material, excepto de hombre con una seca sonrisa—. No, las semillas
aquello que se le indique en cada momento, olvi- de su destrucción están ya sembradas, y sólo es-
dar que una vez fue humano… peran el momento adecuado para germinar.
—¿Y combatiría a los Primigenios? —demandó “No necesito malgastar mi poder en usted. Su
Carlos con una expresión esperanzada. herencia se hará cargo de todo lo necesario. En su
—No. mente, llena de dudas, temores y horrores a los
La respuesta había sido tajante, inapelable. que no es capaz de dar nombre, se encuentra ya
—Ya le he dicho que no utilizará las capacida- la tormenta que arrasará su cordura y lo llevará
des que adquiera más que para aquello que se le hacia su final.
diga —insistió el hombre oscuro—. Los poderes Tras mirarle con la fijeza de una serpiente,
que puede adquirir no se deben desperdiciar va- se dio lentamente la vuelta y se alejó entre las
82 Weird Tales de Lhork
sombras; a medida que caminaba, Carlos tuvo la —se detuvo y se giró hacia Mónica, mirándola fi-
sensación de que la oscuridad lo iba absorbiendo, jamente—, ¿por qué tiene tanto interés en Carlos
fundiéndose con él, hasta desaparecer de su vista y sus neuras?
como si nunca hubiera existido. —Digamos que me interesa —sugirió ella eva-
—¡Malditos sean todos! —gruñó por lo bajo, sivamente.
pensando en el motivo por el cual querían atraer- —Creo que no es una respuesta adecuada
lo a su bando. Sabía que todo estaba oculto en su —le advirtió severamente el hombre—. Hasta que
pasado, en algún momento de la historia de su fa- no tenga claro lo que te traes entre manos con
milia, y esperaba que el señor Muñoz fuera capaz Carlos, me temo que prefiero seguir buscándolo
de encontrarlo. De lo contrario, seguiría dando solo.
palos de ciego en busca de una solución para cap- Mientras daba la espalda a la enfermera, son-
turar a Sham’Goath. rió suavemente: esperaba que la mujer se hubiera
No sabía dónde dirigirse: la huida del hospital quedado lo suficientemente sorprendida y moles-
había sido algo imprevisto, y no tenía ningún co- ta como para reaccionar sin pensar y decirle algo
nocido ni pariente en Valladolid, a excepción de más… Sin embargo, el sorprendido fue él: avanzó
Alberto, que no vivía allí. ¿Qué podía hacer? Sacó a lo largo de la acera, calle adelante, durante casi
su cartera, y comprobó el dinero de que dispo- cinco minutos antes de que un coche parara junto
nía: cuarenta euros. Seguramente sería insuficiente a él.
para buscar alojamiento, así que pensó en usar la —Vamos, sube —le invitó Mónica abriendo la
tarjeta del banco. puerta.
Dedicó parte de la noche a pasear, meditando Alberto la miró inquisitivamente: ¿había cam-
acerca de las posibilidades de que pudieran ras- biado su actitud, su expresión? Al menos, ésa era
trear su tarjeta. No era improbable que tuvieran la sensación que daba…
algún agente que les permitiera comprobar sus —Venga, que no tengo todo el día —le advir-
movimientos bancarios, por lo que decidió que tió ella severamente.
lo mejor sería buscar un sitio resguardado donde Con un suspiro, esperando que comenzaran a
dormir un poco: al fin y al cabo, la noche no esta- aclararse las cosas, montó en el coche…
ba siendo excesivamente fresca y podría pasarla al
raso sin demasiados problemas…
6.— LA NOCHE SUSURRA TU
***
NOMBRE
—¿Dónde puede haberse metido? —inquirió
Alberto con exasperación. Por la mañana, después de haber descansado
—¿Tenía alguien conocido aquí? —le preguntó poco y mal, Carlos tomó la decisión de volver a
a su vez Mónica—. ¿Algún pariente? Madrid, a la Biblioteca Nacional, y entrevistarse de
—Que yo sepa, no —aseguró el hombre mi- nuevo con el señor Muñoz. Aún era pronto para
rándola de reojo. que le diera el resultado de las investigaciones so-
Después de la huida de Carlos, desde el hos- bre su familia, pero necesitaba ideas para combatir
pital habían dado parte a la policía: todo el mundo a Sham’Goath: la única que se le ocurría era tal
le buscaba, aunque parecía que se lo había tragado vez demasiado drástica, y no le convencía en exce-
la tierra. Alberto había quedado con la enferme- so: tenía demasiadas dudas acerca de su resultado.
ra enfrente del hospital: mientras tanto, había pa- Sabía que le estaban buscando: por una parte
teado la ciudad casi de lado a lado, sin verlo por los servidores de los Primigenios, de los que no
ninguna parte, así que cuando se reunió con ella tenía demasiado claro si querían verle muerto o
estaba de un humor de perros. no, y por otra Alberto, que seguramente estaría
—Pues entonces no sé cómo vamos a encon- preocupado por él. Sin embargo, pensó que tal
trarlo —aseguró Mónica—. Puede estar en cual- vez su amigo sería lo suficientemente inteligente
quier parte. como para darse cuenta de que tarde o tempra-
—Es una persona con mucha imaginación no se pondría en contacto con el hombre de la
—explicó el hombre, mientras caminaban hacia el Biblioteca Nacional. O quizás fuera aún más inte-
coche de la enfermera—, así que hemos de espe- ligente y se apartara de toda aquella movida, para
rar cualquier sorpresa por su parte. evitarse más disgustos tanto él como Sonia.
—Ya me he dado cuenta de su imaginación Entró en la estación de autobuses y sacó un
—se burló la mujer—. ¿Qué eran todas esas ton- billete de ida a Madrid. Se iba a quedar flojo de
terías que andaba contando en la habitación? He dinero, pero siempre podía utilizar la tarjeta para
estado a punto de llamar a los enfermeros para sacar más.
que se lo llevaran a la consulta de psiquiatría… El viaje fue tranquilo: llegó dormido a la esta-
—Oh, bueno, no le haga demasiado caso —Al- ción de Méndez Álvaro, dolorido por la noche pa-
berto procuró quitar hierro al asunto: cuanta me- sada y la postura en el asiento del autobús. Tomó
nos gente dudara de la salud mental de su amigo, luego el metro, plantándose en unos veinte minu-
mejor sería para él—. Ha leído muchas novelas de tos en su destino.
terror, y a veces llega a creérselas a pesar de saber Entró en la Biblioteca y solicitó al conserje ha-
que todo eso no es más que ficción. Por cierto blar con el señor Muñoz del Río.
Weird Tales de Lhork 83
—El señor Muñoz no está en este momento a apuntar la invocación a los Grandes Dioses por
—se disculpó el hombre—. ¿Quiere que le deje si no queda más remedio.
algún recado? —Como desee —aceptó el señor Muñoz con
—No, no es necesario —aseguró Carlos—. Si tono de duda—. Pero procure que no haya que
no va a tardar mucho, le esperaré aquí. llegar a ese extremo: forzar la mano de los Arque-
—No sé cuánto va a tardar —le advirtió el típicos podría ser peligroso para usted.
conserje—. Tal vez sería mejor que me dejara el —Será un precio fácil de pagar si conseguimos
recado. detener esta amenaza —aseguró con firmeza Car-
Por toda respuesta, Carlos le saludó y se apar- los—. ¿Qué hay del estudio de mi familia?
tó para sentarse en un banco con la intención de —De momento, sólo he podido retroceder
esperar al hombre con el que quería hablar. hasta el siglo XIX —explicó el señor Muñoz—. Al
Dos horas después, le vio entrar en la Bibliote- parecer, en la rama materna de su familia se han
ca con gesto cansado: le hizo un gesto que el otro dado varios casos de hombres con el mismo ras-
vio, saludándole con un asentimiento de cabeza. go que usted, los ojos amarillos con mayor o me-
—¿Qué hace aquí? —inquirió el señor Muñoz, nor intensidad.Y en todos ha concurrido la misma
sonriendo suavemente—. ¿Necesita algo? condición: en un momento dado, han perdido la
—Consejo —indicó Carlos cansadamente, le- cabeza y han desaparecido o han sido internados
vantándose. en centros psiquiátricos.
—Entonces, venga conmigo. —¿Y ha habido algún síntoma de agresividad?
El señor Muñoz le guió hasta su despacho, invi- —inquirió Carlos con preocupación.
tándole a sentarse. —Que yo haya podido comprobar, no —le
—¿Y bien? —demandó. contestó con suavidad el señor Muñoz.
—No sé cómo hacerme cargo de la tarea de —¿Y no sabe entonces cuál es el origen de
encerrar a la cosa que cayó en León —comen- este color tan insólito? —demandó Carlos.
zó Carlos con gesto amargo—. No se me ocurre —Lo siento, pero no puedo decirle nada más
nada, todas las ideas tienen un punto débil, y es lo —admitió Muñoz encogiéndose de hombros—.
escurridizo que es Sham’Goath. No puedo retroceder más allá del XIX: no exis-
“Si, además, añade las noticias que están dando tían los registros como tales, y lo que había estaba
por la televisión acerca de los problemas que hay más encaminado a las personas influyentes que al
en la Antártida, nos juntamos con un embolado pueblo llano.
muy serio: si los shoggoths intervienen, creo que —¿Seguro que no sabe nada más? —insistió
no nos quedaría más que una solución. Carlos tercamente.
—Creo que sé en lo que está pensando, y —No, si le dijera más cosas entraría en el te-
debemos procurar no llegar a eso a no ser que rreno de las especulaciones —aventuró Muñoz
sea imprescindible —le sugirió el señor Muñoz, apartando la mirada—. Una cosa es lo que pensa-
contemplándolo sombríamente—. No es una mos, y otra muy distinta la realidad.
buena opción, podríamos tropezarnos con una —¿Y qué piensa? —demandó Carlos agresiva-
negativa. mente, temiendo escuchar lo mismo que él sos-
—Lo sé, ¿pero qué otra posibilidad queda? pechaba.
—se lamentó Carlos—. Cualquier intento de apri- —No sé si…
sionar a ese Primigenio tropezará con su natura- —¿Piensa acaso que mi sangre está contamina-
leza inmaterial. da por algún cruce con los servidores de los Pri-
—Entonces, hagámoslo material —sugirió bur- migenios? —sugirió Carlos mirando ferozmente a
lonamente su interlocutor—. Señor Cuadrado, su interlocutor.
podemos plantearnos el permitir que se celebre —Es posible —aceptó mansamente Muñoz,
la invocación que lo ancle a la tierra y le dé una dejando escapar un largo suspiro—. Sin embargo,
naturaleza a la que podamos atrapar. mientras no haya algún dato más, podría pensar
—Es demasiado arriesgado. que es una mera herencia sin más: supongo que
—Sí, así es, pero me temo que es o eso o acu- sabe que, aunque raro, el color de sus ojos se ha
dir a las últimas fuentes. ¿Prefiere acaso releer el dado de vez en cuando…
libro en busca de otra posibilidad? —Claro, tan de vez en cuando que se puede
—No sería mala idea. pensar perfectamente que todos los que lo tene-
El señor Muñoz salió un momento del despa- mos o hemos tenido estamos contaminados —se
cho, y volvió con el libro de Pedro de la Riva, que lamentó Carlos con deje sarcástico, mientras se
tendió amablemente a su invitado. levantaba con gesto brusco y se daba la vuelta
—Gracias. para salir del despacho.
Carlos buscó el apartado que se refería a —Lo siento —se disculpó, volviéndose a me-
Sham’Goath, y lo releyó una y otra vez en busca dias mientras abría la puerta—, no pretendía ser
de algún detalle que le diera una idea de cómo tan grosero. Todo este asunto me está sacando de
atraparlo; sin embargo, nada había que le sirviera quicio…
de ayuda. Amargamente, volvió atrás hasta el apar- —Lo entiendo perfectamente, señor Cuadra-
tado de los conjuros. do —aceptó suavemente Muñoz, levantándose de
—¿Podría darme una hoja y un bolígrafo, por su asiento—. No se preocupe, seguro que todo
favor? —pidió sin levantar la vista del libro—. Voy tiene solución.
84 Weird Tales de Lhork
—Esperémoslo. —¿Qué locuras estás diciendo? —se exaspe-
ró Alberto, contemplando alarmado la expresión
*** alienada del rostro de su amigo. Tomó la hoja que
le tendía, y contempló sin entender las extrañas
Llevaba un par de días esperando: sabía que, palabras que había escritas —¿Qué es esto? —de-
tarde o temprano, Carlos terminaría por regre- mandó.
sar al pueblo leonés, por lo que se había dirigido —Una invocación —aseguró Carlos recupe-
hacia allí, aparcando a un par de kilómetros de la rándola, los ojos brillándole con una expresión de-
entrada, entre las colinas, fuera de las miradas de lirante, fanática—. La llamada a Aquellos que pue-
ojos indiscretos. Esperaba no haber llegado tar- den detener a los Primigenios, la única solución
de… que veo viable.
—¿Dónde se habrá metido? —gruñó por lo —Se te está yendo la cabeza, Carlos —le ad-
bajo, mientras tamborileaba con los dedos nervio- virtió severamente Alberto—. Deberías intentar
samente sobre el volante. Miró por enésima vez calmarte, serenarte un poco antes de tomar deci-
el reloj: las ocho de la tarde. Menos mal que había siones que puedas lamentar…
cogido provisiones para aguantar varios días, pues —¿Calmarme? —exclamó su amigo, ya fuera
de lo contrario… de sí—. ¿Calmarme, cuando queda tan poco tiem-
Oyó un sonido que parecía acercarse por de- po para que Sham’Goath encarne y sea imparable?
trás, en dirección al pueblo: se irguió y, mirando ¿Calmarme, cuando no se me ocurre ninguna idea
en aquella dirección, decidió bajar del coche, espe- válida para detenerlo?
rando no equivocarse. “¡Maldita sea, Alberto! —gruñó rabiosamen-
Un vehículo verde metalizado dobló la última te—. Vuélvete a tu casa y olvida todo esto: si no
curva, frenando en seco tras el parado. vas a ayudarme, apártate —avanzó hacia el pueblo,
—¡Alberto! —exclamó Carlos, sacando la ca- apartando de un empujón al hombre que lo con-
beza por la ventanilla—. ¿Qué haces aquí? templó asombrado y dolido.
—Dímelo tú —le contestó secamente su ami- —Carlos, no puedo dejar que hagas esta lo-
go—. Desapareciste sin dar ningún tipo de expli- cura —comenzó a decir, sujetando el brazo de su
cación. Mónica y yo te hemos estado buscando amigo.
por todas partes… —¿Tengo que explicártelo? —se lamentó Car-
—¿Mónica? —se sorprendió Carlos, enarcan- los mirándole fijamente—. Esperaba que por una
do las cejas con gesto sorprendido—. ¿Me ha es- vez lo entendieras, pero veo que no es así.
tado buscando? “No espero salir de ahí con vida —señaló con
—Sí, y estaba preocupada por ti —le espetó gesto de amargura—, al menos no con una vida
Alberto, sin suavizar su expresión de pocos ami- normal, y no estoy dispuesto a arrastrar a nadie
gos—. ¿Qué estás haciendo? ¿Es que te has vuelto conmigo a semejante destino. ¿No te das cuenta
loco? de que estoy intentando protegerte? Esperaba en-
—Tal vez —admitió el hombre con gesto som- contrar una solución de la que pudiéramos salir
brío—. He decidido que me da lo mismo mi ori- todos, pero veo que es imposible.
gen: tanto si estoy manchado como si no, voy a “Incluso permanecer a mi lado es peligroso:
enfrentarme a Sham’Goath y a mis temores —ex- tengo fundadas sospechas de estar contami-
plicó mirando en dirección al pueblo—. No se me nado por la sangre de los Primigenios, lo que
ha ocurrido ningún plan adecuado, y el tiempo se tarde o temprano me llevará a algún tipo de
me echa encima, así que voy a resolverlo tirando transformación, ya sea física o mental, que me
por el camino del medio —aseguró, agitando un haga peligroso para los demás. Muñoz me con-
papel que había sacado del bolsillo. tó que los miembros de mi familia que habían
tenido estos rasgos —señaló a sus ojos— ha-
«En efecto, antes de que bían desaparecido o terminaron internados en
un centro psiquiátrico. ¿Crees acaso que me
Kane pudiera llegar en su voy a arriesgar a haceros daño a alguno de vo-
sotros? No, Alberto: vete cuanto antes, y olvida
ayuda, el vikingo alcanzó todo esto: si sale bien todo volverá a la norma-
lidad, y si sale mal no tardaréis en enteraros;
el cuello del otro con un en cualquier caso, no me esperéis: no volveréis
a verme nunca más.
terrible tajo que le hizo Alberto le miró con expresión contrita; des-
pués de tanto tiempo de amistad, que tuviera que
volar la cabeza, separándola terminar de aquella manera…
—Déjame ayudarte…
limpiamente del cuerpo.» —¡No! —exclamó Carlos furiosamente—. ¿Es
que no has escuchado nada de lo que te he di-
cho?
—Pero estoy seguro…
Exasperado, Carlos no le dejó terminar: repen-
tinamente lanzó su puño hacia delante, golpeando
Weird Tales de Lhork 85
ticales que parecían emanar un aura indefinible de
«En efecto, antes de que extrema antigüedad, una malsana sensación de po-
der, de… malignidad según los cánones humanos.
Kane pudiera llegar en su Y lo más terrible de todo era la conocida figura
que se erguía junto a ellas, en una actitud de espe-
ayuda, el vikingo alcanzó ra, bañada por la espectral luz de la luna.
—Debería haberlo imaginado —comenzó Car-
el cuello del otro con un los procurando bajar la voz, acercándose a Mónica
que le contemplaba con seriedad—. Parecía dema-
terrible tajo que le hizo siado bonito para ser verdad… Lo que me gusta-
ría que me explicases es por qué en el hospital,
volar la cabeza, separándola que me tenías a tu merced, no acabaste conmigo.
—A veces eres tan inocente… —se burló ella,
limpiamente del cuerpo.» sin perder un ápice de su expresión—. Resulta-
ría muy difícil quitarte de en medio en un lugar
público como ése y conseguir que pareciera un
accidente, una negligencia médica o algo por el es-
tilo. Además, parece que hay más interés en que te
unas a nosotros que en eliminarte…
con fuerza a su amigo en la boca del estómago, —¿Por qué? —le interrumpió Carlos, repenti-
obligándole a doblarse por el dolor. namente interesado—. ¿Qué tengo yo de distin-
—Créeme, Alberto, me duele más a mí que a to?
ti —aseguró, alzando el brazo y dejándolo caer —¿Realmente quieres saberlo? —Mónica con-
como un martillo sobre la cabeza de su amigo, que tinuó con su chanza—. ¿Quieres confirmar tus
se desplomó como un buey apuntillado. A conti- sospechas y afrontar las consecuencias, o prefie-
nuación, lo cogió por las axilas y lo arrastró a su res seguir en la ignorancia?
coche, donde lo introdujo con cuidado, dejándolo —Vamos, dime lo que sepas —se indignó el
tendido en el asiento trasero. hombre—, empezando por quién eres realmen-
Miró en la dirección del pueblo. No estaba te…
seguro de que los hubieran sorprendido, había al- —Como quieras —aceptó la mujer, apoyándo-
zado la voz más de la cuenta, pero de una cosa se en una de las piedras—. Sobre mí, te diré que
estaba seguro: esta vez no le dejarían salir, ya lo no soy un mero agente, aunque lo parezca: per-
había conseguido dos veces con una suerte prác- tenezco a una raza tan antigua como la humana.
ticamente inconcebible; seguramente habría algún ¿Has oído hablar alguna vez de los Tcho Tcho?
tipo de vigilancia para tener controlado a todo el “Sí —continuó con una leve sonrisa al obser-
que pasara por allí… var el gesto de asombro de Carlos—, mi origen
Buscó una elevación suave por donde salirse pertenece a la noche de los tiempos, al igual que
de la carretera, y se dirigió cautelosamente hacia el tuyo, aunque esté muy diluido por la sangre hu-
su destino; el sonido del viento entre los árboles mana que fluye por tus venas desde siempre.
resultaba amenazador, como una susurrante ad- “No puedo ofrecerte pruebas de lo que voy a
vertencia de lo que le esperaba cuando llegara al contarte, pero sí puedo asegurarte que estás man-
pueblo; los ruidos habituales del bosque habían chado desde hace mucho tiempo, concretamente
desaparecido por completo, no se oía ningún ani- desde los tiempos de lo que llamáis las Cruza-
mal por ninguna parte… Daba la sensación de que das…
todos habían huido ante la criatura que había des- “En aquella época, tu antepasado era un soldado
cendido sobre la región envuelta en un sudario de francés de la Primera Cruzada que tras la batalla de
horror… El aire, ligeramente refrescante, parecía Jerusalén fue dado por desaparecido. Lo que había
portar en su seno su nombre, una llamada que le ocurrido en realidad fue que tras recibir una heri-
atraía irresistiblemente, como si la noche le busca- da por parte de los musulmanes le había entrado
ra para atraparle en la oscuridad para toda la eter- el miedo y había desertado, intentando huir de la
nidad, un pavoroso susurro que le tentaba una y guerra lo más lejos posible; en lugar de volver hacia
otra vez, burlándose de sus esfuerzos por escapar Europa, donde pensaba que seguramente le ejecu-
y luchar contra la inevitabilidad de un destino que tarían por desertor y cobarde, decidió dirigirse ha-
le había sido impuesto desde que nació… cia el lejano oriente, hacia las estepas asiáticas…
Al cabo de un rato, cuando ya empezaba a ver “Su viaje le llevó muy lejos, hasta lugares de los
los primeros tejados, se detuvo y miró a su alrede- que ningún ser humano ha sido capaz de regresar:
dor: ¿en qué maldita dirección se encontraban los sin él saberlo, penetró en la prohibida y temible
restos megalíticos que había visto en la ocasión meseta de Leng, donde se tropezó con los horro-
anterior? Si ese lugar era una especie de puerta o res que gobierna el todopoderoso Nyarlatothep
nexo de acceso a otras dimensiones, tal vez fue- desde su retiro en la desconocida Kadath. Su men-
ra el sitio más adecuado para lanzar la invocación, te aguantó bastante bien aquella primera embesti-
así que se dedicó a vagar sigilosamente entre los da, aunque se resintió bastante, lo suficiente como
árboles… Caminó alrededor de una hora, hasta para tomar por esposa a una de las guardianas de
encontrar por fin lo que buscaba: tres piedras ver- la región prohibida.
86 Weird Tales de Lhork
“Puesto que la naturaleza de los Primigenios —¡Necio! —le increpó la mujer sin perder la
no es terrestre, sus servidores subhumanos com- compostura—. ¿Acaso crees que puedes librar-
parten en parte dicha anormalidad, por lo que las te tan fácilmente de la sangre de los Primigenios
leyes de la genética se alteran y deforman para dar como de una mancha de la ropa? No te resistas,
lugar a consecuencias imprevisibles: por ejemplo, es inútil; sabe que todo lo que puedas soñar y mu-
en el caso de apareamiento con los Profundos, el cho más será tuyo —abrió los brazos, en una clara
resultado es una criatura de aspecto humano que invitación, que Carlos rechazó retrocediendo de
con el tiempo se transformará en uno de Ellos nuevo.
y se dará al mar; en el caso de los habitantes de —¡No! —insistió tercamente, tratando de
Leng, no hay una regla clara: puede ser sólo el co- mantener la serenidad—. ¡No!
lor de los ojos, el tono de la piel, el cabello… E in- —¿Por qué resistirse? —la voz de la mujer se
cluso deformidades físicas características de esas tornó sedosa, hipnótica—. ¿Por qué no aprovechar
criaturas. todo lo que te ofrecemos? ¿Acaso no es eso lo
“El caso es que el francés tuvo un vástago, en que los humanos han hecho siempre? Puedes te-
el que se manifestó como característica mestiza el ner todas las riquezas del mundo, las mujeres más
color de sus ojos, un amarillo brillante, ambarino, hermosas, la inmortalidad exenta de la vejez…
hipnótico… La naturaleza caótica del niño era muy Puedes adquirir todo el conocimiento que, desde
fuerte, tanto que su padre, que aún no había caído los tiempos más remotos, le ha estado vedado al
completamente en el abismo de la locura, decidió ser humano, una sabiduría que te haría trascender
apartarlo de la nefanda influencia de los horrores tu propia humanidad y convertirte en un ser su-
de los Primigenios, por lo que, a duras penas, huyó perior…
con él de la meseta de Leng y consiguió llegar a “Vamos, Carlos, acéptalo. La noche susurra tu
Oriente Medio, desde donde los templarios, tras nombre, te llama a su seno, te ofrece un acogedor
hacer un impío pacto con ellos, le dieron escolta hogar que la vida normal no te va a dar nunca; tus
hasta Francia. sufrimientos, tus congojas, tus pesares, se desvane-
“Cuando se supo de sus abominables actos, en cerán como tristes recuerdos de una pesadilla de
su propia tierra se le negó el hogar, por lo que la que conseguiste escapar por fin.
hubo de huir y refugiarse en España, en el turbu- Carlos miró a su alrededor como un animal
lento tiempo de la Reconquista, en el Norte de atrapado, esperando ver en cualquier momento a
la Península, en un remoto pueblecito de la costa los habitantes de las arenas contemplándole con
asturiana. sorna, esperando pacientemente para atraparlo en
“A partir de ese momento, su vida fue el ma- la red que lentamente se iba cerrando en torno a
yor de los infiernos que pudo jamás imaginar: a él. Sin embargo, nadie había a su alrededor, el si-
medida que crecía, su hijo manifestaba cada vez lencio más absoluto se extendía por el claro: ni
un mayor grado de afinidad con los Primigenios, siquiera el aire parecía moverse entre los árboles,
provocando el miedo y la ira de los vecinos, hasta como si toda la naturaleza estuviera conteniendo
que por fin ocurrió lo que tenía que ocurrir: tras el aliento…
la absoluta locura y muerte de su padre, el joven —¿Por qué me hacéis esto? —se lamentó
forzó a una de las muchachas del pueblo, lo que le amargamente, volviendo sus ojos ambarinos hacia
valió la horca. la mujer que le contemplaba con expresión invita-
“De esa violación nace toda la estirpe a la que dora—. ¿Por qué no os conformáis con matarme?
perteneces, una estirpe marcada por la noche de —Ya te lo he explicado —aceptó paciente-
los tiempos, una marca que portan las mujeres de mente Mónica—, no hay nada que tú puedas hacer
tu familia y que se manifiesta con mayor o menor para evitar el destino que te fue impuesto desde
intensidad en los hombres. hace siglos. Tarde o temprano terminarás forman-
“Ése es tu destino, Carlos —aseguró Mónica do parte de nosotros, te unirás a la gloria que re-
con una suave sonrisa tentadora, invitadora—, un presentan los Primigenios, y nos ayudarás a resta-
destino al que no puedes sustraerte. Servirás a tus blecer el tiempo sin tiempo en que los Grandes
amos con fidelidad, les debes una obediencia cie- Señores dominaban éste y otros mundos, libres de
ga a la que, por más que te esfuerces, no podrás moldear a sus anchas el universo, libres para com-
sustraerte… batir a Aquellos que moran en Betelgeuse y que
—¡No! —exclamó Carlos, retrocediendo con no se atreven a intervenir porque perciben que
espanto un par de pasos—. No, no pienso aceptar sus poderes van menguando mientras se alzan los
eso. No soy ninguna marioneta que baile al son de nuestros…
cualquiera, tengo mi propia libertad… —Entonces, para librarme de este estigma me
Mónica se rió suavemente, una carcajada mu- basta con quitarme la vida… —aventuró Carlos
sical tan lejana como las estrellas, que hizo que la amargamente.
cordura del hombre comenzara a tambalearse; la —¿Y dejar inconcluso el objetivo que te has
revelación de su origen le había trastornado so- fijado desde que Sham’Goath llegó a este pedazo
bremanera, y aquello… La situación comenzaba a de roca que llamáis Tierra? —se burló la mujer—.
desbordarle, se sentía presa de un terrible torbe- No, Carlos, te hemos estado vigilando y te cono-
llino que lo absorbía hacia un destino más horrible cemos demasiado bien: tienes un sentido del de-
si cabe cuanto que podría ser peor que la propia ber demasiado fuerte, no te irías de este mundo
muerte… sin haber hecho todo lo posible por aprisionar a
Weird Tales de Lhork 87
nuestro Señor mediante el Sello de los Antiguos. cambió y se suavizó notablemente—. Pero te agra-
“No lo dudes más, tú perteneces a la noche decería, por favor, que apartaras eso de mi cara.
de los tiempos, a la oscuridad de los más remotos No me gustan demasiado las piedras…
eones a los que la mente humana no puede siquie- Carlos pareció dudar por un momento, al ver
ra pensar en llegar… Acepta tu herencia, abraza la a la mujer de aquella manera, medio encogida, in-
fe ciega de los Primigenios y disfruta del caos y de defensa ante él… Antes de que tuviera tiempo de
lo que te podemos ofrecer. reaccionar, Mónica se zafó de él como un fantas-
—No puedo… —Carlos intentaba hacer oí- ma, mientras Carlos, sobresaltado, adelantaba la
dos sordos a las palabras de Mónica, mas el can- estrella para apoyarla en el lugar en que había es-
to de sirena era fuerte, muy fuerte: su mente se tado su cabeza.
tambaleaba al borde de un profundo abismo, en Sintió en su interior una especie de explosión,
el delgado filo que separa la cordura de la más un tremendo impacto que le arrojó al suelo de
abyecta locura—. No debo aceptar esta decisión espaldas; durante unos segundos permaneció en
que intentáis imponerme… aquella posición, boqueando desesperadamente,
“Mi hogar es la humanidad, no vosotros. Mi tratando de llevar aire a sus pulmones e intentan-
origen no es más que un accidente impremedita- do entender qué era lo que había pasado.
do, que no tiene por qué dirigirme hacia un des- Lenta, trabajosamente, se levantó y miró a su
tino que puedo evitar si me lo propongo —calló alrededor en busca de Mónica. La vio junto a las
por unos instantes ante la sonrisa sardónica de la piedras, contemplándole con gesto divertido.
mujer—. No, Mónica, es inútil que intentes con- —¿Qué es lo que te hace tanta gracia? —gru-
vencerme: no soy como vosotros, y nunca lo seré. ñó furiosamente—. ¿Qué demonios ha pasado?
Lucharé con todas mis fuerzas contra Aquellos —La energía latente del nexo —comenzó la
que intentan alzarse desde lo más profundo, hasta mujer—. Éste es uno de tantos lugares en que
las últimas consecuencias… se forma un vórtice de energía telúrica, un foco
—Nunca digas de esta agua no beberé… —se de poder que se puede aprovechar de múltiples
burló Mónica. maneras: como puerta hacia otras dimensiones,
como punto para conseguir estados alterados de
conciencia…
7.— A QUIEN LOS DIOSES “Puesto que esta energía la estamos utilizando
para que Sham’Goath pueda volver a dominar el
QUIEREN DESTRUIR… mundo que una vez fue suyo, al tocar la piedra con
El tiempo iba pasando lentamente: bajo la luz el Sello de los Antiguos has creado una especie de,
de la luna que acababa de asomar sobre el hori- llamémoslo contracarga, que al no poder mover la
zonte, entre los árboles, Carlos y Mónica se ob- piedra te ha apartado a ti.
servaban fijamente, él con los puños cerrados, los —¡Maldita…
nervios crispados; ella, con un gesto burlón, sar- Carlos intentó atrapar a Mónica, pero estaba
cástico, que hacía que el hombre temblara como demasiado aturdido aún por el shock, por lo que
una hoja… ella le esquivo fácilmente.
—Hay algo que me gustaría que me explicaras —No te resistas, Carlos —se burló la mujer,
—comentó de repente Carlos, sonriendo como manteniéndose fuera de su alcance con un movi-
un lobo—: si en realidad soy de los vuestros, un miento tan fluido que parecía flotar—, no tienes
servidor de los Primigenios, ¿cómo es posible que ninguna opción. Acepta tu destino, tu herencia, y
pueda sostener esto entre mis manos sin inmutar- abraza nuestra fe.
me? —sacó del bolsillo una estrella de cinco pun- —¡Jamás! —gruñó el hombre, apoyándose en
tas y se la enseñó a la mujer. una de las piedras para recuperar el resuello—.
—Todavía no se ha producido el cambio de- ¡No venderé mi alma!
finitivo —comentó ella con gesto indiferente—. —Tanto peor para ti —Mónica se rió suave-
No te preocupes, que todo llegará. Y cuando eso mente—. Tarde o temprano entrarás a formar
ocurra, no dispondrás de elección alguna: o acabas parte de los nuestros, sólo es cuestión de tiempo.
en un centro psiquiátrico, o huyes hasta dar con tu —¡Maldita seas! —exclamó rabiosamente Car-
auténtico hogar, la meseta de Leng. los—.Voy a…
El Sello de los Antiguos pareció dar nuevas No acabó la frase: al notar un movimiento en-
fuerzas al hombre, que avanzó unos pasos hacia tre los árboles, vio que algunos de los vecinos del
Mónica con la piedra extendida delante de él, con pueblo, con la mirada vidriosa, y un par de habitan-
la intención de tocarla. Ella retrocedió lentamente, tes de las arenas, se dirigían al claro; asustado, echó
hasta apoyarse en uno de los megalitos que aún a correr en dirección contraria, internándose en el
permanecían en pie. bosque, jadeando aún por el impacto recibido. Tras
—¿De qué tienes miedo, Mónica? —se burló él, las carcajadas melodiosas, musicales, de Mónica,
Carlos con gesto diabólico, lanzando su mano iz- le perseguían como heraldos de terror.
quierda hacia delante y atrapando el brazo de la Se detuvo un momento: acababa de acordarse
mujer, que dejó escapar un leve grito de sobresal- de la invocación a los Dioses Arquetípicos, por lo
to—. ¿Por qué temes a alguien que es como tú? que la buscó en los bolsillos y la sacó. A pesar de
—Yo no te tengo miedo —siseó la mujer con que requería de un estado de alta concentración
expresión furiosa. Casi de inmediato, su rostro para tener una mínima posibilidad de conseguir su
88 Weird Tales de Lhork
objetivo, decidió que debía intentarlo, que era la apoyado en la chimenea, procurando quedar a cu-
única posibilidad que en realidad le quedaba para bierto de miradas indiscretas, y volvió a sacar la
poder desterrar a Sham’Goath del mundo. Sin em- hoja de papel en la que figuraban las instrucciones
bargo, la agitación en el bosque le indicaba que sus para llevar a cabo la llamada a los Dioses Arquetí-
perseguidores estaban demasiado cerca, por lo picos. No era el sitio más adecuado, pero tendría
que guardó de nuevo el papel y buscó un lugar que servir: las piedras del bosque seguramente
donde esconderse y serenarse. estaban demasiado vigiladas como para intentar
No había suficiente maleza como para acurru- lanzar la invocación allí.
carse entre ella, y los árboles eran lisos: nunca ha- Menos mal que para dicho conjuro no se preci-
bía sido muy bueno trepando. Siguió caminando, saban demasiadas cosas: una Señal de los antiguos,
procurando alejarse de sus perseguidores; y, de un poco de arena fina que llevaba en una bolsita y
repente, descubrió que estaba en la carretera, mi- un poco de sangre… humana.
rando hacia las casas del pueblo. Lo primero que hizo fue poner delante de sí
—La maldita distorsión espacial… —gruñó los objetos necesarios: el saquito de arena, una na-
por lo bajo. vaja para extraer un poco de su sangre, y… ¿Dón-
Recapacitando, se dio cuenta de que había de estaba el Sello de los Antiguos, su protección
ganado unos minutos preciosos: mientras le bus- contra las criaturas subhumanas de los Primige-
caran entre los árboles disponía de tiempo sufi- nios?
ciente para esconderse en algún lugar y comenzar Registró nerviosamente sus bolsillos, pero fi-
la invocación… Escudándose en las sombras que nalmente descubrió, con amargura, que se le ha-
proyectaban las casas, se deslizó cautamente hasta bía perdido: seguramente se le había caído en el
ver una puerta abierta. momento de huir de los restos megalíticos del
Parecía demasiado evidente: pensaba que se bosque. No era un objeto imprescindible para
trataría de una trampa, por lo que siguió buscando efectuar el llamamiento, pero en las instrucciones
hasta dar con otra casa en la que pudiera entrar. estaba claramente especificado: de no usarlo, de
Una de las últimas viviendas, cercana al lago, le pa- no tenerlo entre las manos cuando se lanzara la
reció la más adecuada para sus fines, por lo que se invocación, las consecuencias para el que se atre-
internó en ella. viera a forzar la mano de los Antiguos Dioses po-
Siguió un pasillo muy largo, en el que se abrían drían ser de todo tipo menos halagüeñas.
varias puertas, hasta llegar a una amplia cocina; ¿Qué hacer? ¿Bajar y buscarlo? Resultaba im-
procurando mantener el mayor silencio posible, pensable, estando como estaba en territorio ene-
salió por una puerta que daba a un corral amplio, migo y sabiendo que había sido descubierto y que
donde vio cercas en las que se guardaban unas ga- estaban rastreándolo todo en su busca. ¿Se arries-
llinas y unos cerdos, y un cobertizo para las he- garía a efectuar la llamada, conociendo las conse-
rramientas y los aperos. Entró en él, y contempló cuencias que podría acarrearle?
una escalera de madera, sierras, azadas, un antiguo Si quería detener las intenciones de
arado… Pensó en utilizar la escalera para subir al Sham’Goath, no le quedaba más remedio que aga-
tejado, pero en cuanto la vieran fuera de su sitio rrar el toro por los cuernos: al fin y al cabo, lo que
estaría atrapado. menos importaba era él, lo importante era que los
Miró a su alrededor, y vio un muro bajo al que Primigenios no volvieran a dominar el planeta.
trepar; desde allí, llegar al tejado sería fácil, y ése Mientras se disponía a hacer los preparativos,
podría ser un sitio en el que aguantar el tiempo oyó un confuso rumor de pasos y voces en tono
suficiente como para lanzar la invocación. bajo; prefería no mirar, no fuera a ser que alguien
Subió trabajosamente y se sentó en las tejas, estuviera buscando en su dirección y le descubrie-
ra, por lo que procuró mantenerse lo más quieto
posible…
«En efecto, antes de que Creyó oír la voz de Mónica; estuvo tentado
de asomarse, mas consiguió controlarse a tiempo.
Kane pudiera llegar en su Estaba lo suficientemente resguardado como para
que no lo descubrieran demasiado rápido, así que
ayuda, el vikingo alcanzó con infinita cautela comenzó a dibujar delante de
él un semicírculo con la arena; después, abrió la
el cuello del otro con un navaja y se pinchó en un dedo, dejando caer unas
gotas de sangre en los extremos de la línea y en
terrible tajo que le hizo su centro. Dejó el arma a su lado, por si acaso la
necesitaba para defenderse cuando comenzara a
volar la cabeza, separándola hablar en voz alta, y repasó las palabras que debía
pronunciar. Esperó unos minutos, mientras el ru-
limpiamente del cuerpo.» mor iba y venía, hasta que, por fin, pareció alejarse
definitivamente.
Miró las gotas de sangre: estaban medio secas,
por lo que volvió a mojarlas pinchándose de nue-
vo, y comenzó a entonar la letanía que atraería a
los Dioses Arquetípicos hasta la Tierra.
Weird Tales de Lhork 89
bían dado tiempo suficiente como para acabar de
«En efecto, antes de que pronunciar las palabras, por lo que, con una sonri-
sa satisfecha, recogió la navaja de entre las tejas y
Kane pudiera llegar en su se dispuso a defenderse.
—Ya es tarde, Mónica —anunció con gesto
ayuda, el vikingo alcanzó lobuno—. He invocado a los Dioses Arquetípicos,
a Aquellos que pueden detener a los Primigenios y
el cuello del otro con un encerrarlos permanentemente.
—¿Sí? —se burló la mujer—. ¿Y crees que tú
terrible tajo que le hizo sobrevivirás a ese acto sin… esto?
Señaló a uno de los vecinos que había perma-
volar la cabeza, separándola necido todo el rato a su lado: con un escalofrío,
Carlos vio que el hombre tenía en su mano el Se-
limpiamente del cuerpo.» llo de los Antiguos que él, en su descuido, había
perdido.
—Si consigo forzar Su mano y desterrar a
Sham’Goath, mi desaparición será un precio muy
bajo —aseguró Carlos dando un empujón a un
hombre que había conseguido encaramarse al te-
—¡Xeuean asbidorth, Nuadens daukhlain! ¡Oh- jado.
thrag veramat, quometa! A pesar del acoso al que estaba siendo someti-
No podía, no debía perder la concentración: do, se sentía reacio a usar la navaja contra aquellas
creyó distinguir una voz a lo lejos, un murmullo personas; en realidad, no eran culpables de nada,
furioso… tan sólo de estar en el lugar equivocado en el mo-
—¡Nuadens morfoth, fothgdral aivaun, itkaro- mento equivocado; se habían convertido, involun-
moth! ¡Swunaytagh, groth, therumain! tariamente, en marionetas de un poder superior…
No se equivocaba: oía claramente un rumor de Procuró apartarlos a empujones, impedirles llegar
pasos y voces que se acercaban rápidamente. En a poner los pies en el tejado, lo cual no parecía
cuestión de breves minutos estarían encima de él. demasiado complicado: bajo aquella cualidad de
Tenía que terminar ya la invocación, o no serviría esclavos de Sham’Goath parecían moverse con
de nada: recogió la arena que le quedaba en la bol- cierta torpeza. Al pensar en ello, se le ocurrió que
sita, y la arrojó al aire, gritando como un poseso. tal vez tuviese una oportunidad de aguantar.
—¡Nuadens asbidorth, Sham’Goath daukhlain! —Creo, Mónica, que me has subestimado —
¡Auvain Nuadens, veramat Nuadens, morfoth advirtió severamente, mirando hacia abajo: habría
Sham’Goath! ¡Groth! ¡Groth! ¡Quuelaum roerath, unos cinco o seis metros de altura, lo suficiente
Sham’Goath daukhlain, Nuadens aivaun kalomug- para romperse algo si caía mal; sin embargo, ya no
ht! le importaba lo más mínimo tomar riesgos: tanto
Vio aparecer algunas figuras en el corral por el si se salía con la suya como si no, él estaba conde-
que había llegado hasta el tejado: una de ellas era nado por la mancha que había en su sangre…
Mónica, que le contemplaba con sus verdes ojos Sintió tras él unas manos ígneas que le atra-
brillantes de furia. paban por las muñecas; mirando por encima del
—¿Qué estás haciendo, desgraciado? —excla- hombro, vio a uno de los habitantes de las arenas
mó rabiosamente—. ¿Acaso crees que puedes for- que había subido al tejado quién sabe cómo, y se
zar la mano de unos dioses que hace tiempo que había deslizado hacia él sin hacer el más mínimo
cayeron en un sueño del que jamás despertarán? ruido.
Detén tus necios intentos, y te prometo que se- Levantó los puños a la altura de la cintura, y
remos benévolos contigo. Si insistes en continuar, lanzó hacia atrás sendos codazos, que impactaron
te puedo asegurar que desearás morir mientras con un desagradable sonido blando y arrancaron
recibes tu merecido castigo. un levísimo gemido de la criatura, que se echó ha-
“¿Acaso todavía crees que podrás huir de cia atrás sin soltarlo; casi de inmediato, lanzó el
nosotros? ¿No quieres darte cuenta de que pie hacia atrás, buscando al contrario, y le estampó
Sham’Goath está en todas partes, incluso junto a un tremendo pisotón que consiguió que le soltara.
ti? Sin pensárselo, miró hacia abajo y saltó, esperando
Por un momento, Carlos dudó: aunque inten- no romperse nada en la operación…
taba hacer oídos sordos a las palabras de la mu- Aterrizó sobre sus pies, encogiéndose para
jer, aquella afirmación le hizo bajar ligeramente la intentar absorber en la medida de lo posible la
voz con la que estaba entonando la invocación, y fuerza del impacto; sintió una punzada de dolor
apartar la mirada de la hoja que estaba leyendo. Al en el tobillo derecho, pero procuró hacerle caso
no ver nada, su confianza se recuperó un poco y omiso y avanzar hacia Mónica, que le contemplaba
continuó adelante. con sorna, y el hombre que tenía el Sello de los
—¡Exanth! ¡Groth! ¡Nuadens asbidorth, Nua- Antiguos.
dens veramat, morfot Sham’Goath! —¿Qué piensas hacer, Carlos? —se burló la
Repitió varias veces aquella letanía, mientras mujer—. Has perdido la posición privilegiada que
los vecinos del pueblo subían a por él; mas le ha- tenías, estás rodeado, y tus queridos Dioses Muer-
90 Weird Tales de Lhork
tos no acuden al rescate. Me temo que el Séptimo seen, nada puede detenerlo por mucho tiempo.
de Caballería te ha fallado miserablemente… “Tu espíritu traiciona tu estirpe, en tu sangre
La enfermera comprendió demasiado tarde se encuentra nuestra gloria… Y, sin embargo, eliges
lo que se proponía: con un rápido gesto, que le ponerte del lado de un rebaño de criaturas efíme-
arrancó otra punzada de dolor en el tobillo, cayó ras, futiles, sin un objetivo ni una misión, tan sólo
sobre el hombre y le arrebató la piedra de cinco servidores, alimento, diversión, para Aquellos que
puntas. hemos trascendido todas las barreras del Tiempo
—Ahora, sólo tengo que defenderme de las y el Espacio y hemos sido capaces de esperar pa-
marionetas de vuestro Señor —auguró triunfal- cientemente a que el poder de los Antiguos Dio-
mente—.Y eso no será demasiado difícil… ses comience a menguar.
Propinó un puñetazo a un hombre que se le “Todos volverán de nuevo: Tsathoggua resurgi-
había acercado por su izquierda, y salió corrien- rá de su eterno reino en las profundidades terres-
do: entró en la casa a la que pertenecía el corral, tres, Cthulhu despertará en su ciudad submarina
y la cruzó a la carrera, apartando a empujones a de R’lyeh, Yog Sothoth cruzará el Portal, Nyarla-
aquellos que intentaban detenerle. En la entrada, tothep se mostrará en toda su gloria, Cthugha
un habitante de las arenas le contemplaba con regresará de Fomalhaut, Hastur volará hasta aquí
expresión impasible en su rostro animal, mas se desde Celaeno… Y entonces, todos ellos gober-
apartó en cuanto percibió el poder del Sello de narán otra vez sobre este mundo, y desde aquí se
los Antiguos en manos de Carlos. extenderán, llevarán su orden hasta la mismísima
Comprendió que no podría aguantar corrien- Betelgeuse, obligarán a Nuadens y a los suyos a
do mucho tiempo: cada vez le dolía más el tobillo, acatar el destino que se ha forjado para ellos…
seguramente se lo había torcido en el salto. Al mis- —Palabras, sólo palabras —aseguró Carlos, in-
mo tiempo, se daba perfecta cuenta de las palabras tentando mantener la calma ante aquella poderosa
de Mónica: ¿qué había ocurrido con la invocación? presencia que parecía consumirle las exiguas fuer-
¿Dónde estaban los Dioses Arquetípicos? Estaba zas que le quedaban—. Mientras tenga esto —en-
claro que había fallado, que había hecho algo mal. señó el Sello de los Antiguos— no podréis acerca-
Pero, ¿qué había sido? Había seguido las instruc- ros a mí, ni tú ni tus subhumanos; sólo las hordas
ciones al pie de la letra… ¿O acaso la presencia de servidores humanos podrán algo contra mí…
del Sello era más imprescindible de lo que daban a —¿Qué más da? —aseguró el poseído—.
entender las palabras de Pedro de la Riva? ¿Crees acaso que tu vida me importa lo más mí-
Fuera como fuere, la cuestión era que había fa- nimo? ¿Acaso piensas que me mueve la venganza
llado miserablemente, y que todo estaba perdido: por intentar traicionar a los tuyos? ¿Piensas que
en cuanto llegara el 22 de diciembre y pronuncia- alguna de tus emociones humanas puede escon-
ran su conjuro, Sham’Goath sería libre para des- derse acaso en mi interior?
atar su horror sobre el mundo… “No, no hay venganza en mis actos; si deseas
Se detuvo en la pequeña plaza del pueblo, mi- definirlo de alguna manera humana, tan alejada de
rando a su alrededor; por una de las calles apare- mí como un animal inferior lo está de vosotros,
cían un par de personas, así que el resto no tarda- piensa tan sólo en el deleite, el gozo, de presenciar
ría demasiado en presentarse. el sufrimiento ajeno. Ése es mi alimento.
—Así pues, los mortales se atreven a desafiar a “¿Y qué mejor manera de disfrutar de tu te-
Aquellos que gobernaron este mundo cuando las rror, de tu dolor, que mantenerte aquí, que pre-
pulgas aún no habían sido creadas… sencies mi aparición en toda su gloria, que tiem-
Carlos sintió un escalofrío de terror ante bles al saber que este mundo está condenado a
aquella potente voz, a la vez áspera como el croar pesar de todos tus desvelos, que más adelante
de una rana y musical como una gran campana, un aquellos a los que conoces te descubran no como
sonido que parecía arrastrar consigo una malevo- a un héroe, sino como un traidor perteneciente a
lencia que trascendía el tiempo y el espacio, que la antigua estirpe de los Guardianes de Leng?
procedía de más allá de los eones… Girándose —¿Lo entiendes ahora, Carlos? —murmuró la
lentamente, vio entre las sombras, en una de las sedosa voz de Mónica detrás de él, haciéndole dar
calles, una gran figura que avanzaba lentamente ha- un respingo. Una suave mano pasó por su hombro
cia la plaza; a medida que iba mostrándose bajo la en una leve caricia—. ¿Te das cuenta de por qué
luz lunar, podía distinguir algunos detalles: su as- es inútil que intentes resistir? Somos imparables, y
pecto no parecía natural, más bien terroso, o pé- tú formas parte de nosotros. Vamos, déjate llevar
treo, como si hubiera surgido de las profundidades y únete a tus hermanos, disfruta de la gloria y el
de la tierra; en su rostro, desfigurado totalmente, poder que se te está ofreciendo…
no se percibía rasgo alguno excepto dos agujeros —Entiendo algo —aceptó el hombre, sujetan-
donde deberían haber estado los ojos. do levemente aquella mano—. Entiendo que en-
—Sham’Goath… —murmuró horrorizado. carnáis el caos y la locura, y por tanto…
—Todos somos Sham’Goath —anunció la voz, En un rápido movimiento, apretó con fuerza y
que parecía proceder de detrás de la masiva fi- tiró hacia delante de sí, arrancando un gemido de
gura; una nueva silueta se desmarcó desde atrás, dolor de la mujer que, arrastrada antes de poder
un hombre de cabello negro y barba poblada que reaccionar, terminó delante de él con gesto de in-
parecía ser el que estaba hablando—. Los Ojos del credulidad; a pesar de su repugnancia por dañar a
Vacío pueden dar la vida a cualquier cosa que de- una mujer, dejó que su rabia brotara libre y, suje-
Weird Tales de Lhork 91
tando con fuerza la navaja que no había soltado en
ningún momento, la apuñaló en el vientre una, dos, «En efecto, antes de que
tres veces.
Mónica le miró con sorpresa, volviendo alter- Kane pudiera llegar en su
nativamente sus verdes ojos hacia su estómago y
hacia él, para derrumbarse por fin, pesadamente. ayuda, el vikingo alcanzó
—Podríamos haber hecho tantas cosas jun-
tos… —murmuró, antes de cerrar los ojos. el cuello del otro con un
Sin pensárselo apenas, intentó echar a correr
hacia la figura de Sham’Goath, mas el tobillo le ar- terrible tajo que le hizo
día ya y sólo le dejaba cojear a duras penas.
—¿Pretendes matarme a mí también? —se volar la cabeza, separándola
burló el hombre barbado—. ¿Acaso crees que un
simple objeto metálico puede algo contra un Pri- limpiamente del cuerpo.»
migenio? ¿Es que no sabes nada de nosotros?
A medida que se acercaba, Carlos podía escu-
char las siniestras carcajadas del hombre, y distin-
guir más detalles de la rocosa figura que se alza-
ba a su lado: efectivamente, su apariencia era más
bien la de una especie de golem, en el que nada El hombre barbado retrocedió unos pasos, in-
parecía mostrar vida alguna; aquellas concavidades tentando evitar que el líquido le tocara; sin embar-
en lugar de ojos… go, la criatura pétrea no se inmutó, recibiendo de
Carlos se detuvo, repentinamente paralizado lleno en el pecho varios goterones.
por una sensación de horror tan enorme que hizo Oyó un extraño siseo procedente del golem:
que la navaja se deslizara de sus manos inertes: en al fijarse, vio que donde había caído la sangre se
aquellas cuencas no se distinguía absolutamente elevaban, apenas visibles, ligerísimas volutas de
nada, tan sólo el vacío más absoluto, más ajeno al humo, como si hubiera quemado a aquel ser… Si-
planeta que jamás había sido capaz de notar; aque- guió salpicándolo todo, moviéndose de aquí para
llo procedía de remotas profundidades del espa- ella, mientras el hombre barbado le esquivaba una
cio más allá de cualquier imaginación, más allá de y otra vez.
cualquier cordura, donde reinaba el Caos Absolu- —No importa —aseguró Carlos, recuperando
to, Azathoth, en medio de la nada y la sinrazón… parte de su confianza—. Tú mismo lo has dicho,
De aquella negrura brotaba una malevolencia tal Sham’Goath lo es todo. Así pues, que mi sangre
como Carlos no había percibido jamás, una co- sirva para algo.
rriente de obscenidad cósmica que hacía que cual- Se levantó una leve brisa, un ligero viento que
quier perversión humana pareciera tan sólo un parecía portar en él el lamento de un millar de
juego de niños… condenados; poco a poco fue creciendo, convir-
La cordura del hombre se tambaleaba cada vez tiéndose en un aullante vendaval que hizo que el
más cerca del borde del abismo, una bruma de in- hombre barbado diera media vuelta y huyera; al
sania le cegaba por momentos; todo aquello era mismo tiempo, la criatura pétrea se giró pesada-
más de lo que podía soportar aunque, mediante mente y comenzó a caminar en dirección al bos-
un inconmensurable esfuerzo de voluntad, parecía que, hacia las piedras…
ser capaz de mantenerlo a raya a duras penas…
Decidió que no formaría parte de aquella es-
tirpe; mecánicamente miró al suelo, y vio la navaja 8.— PRIMERO LO MALDICEN
caída, con la hoja llena de sangre hasta la empu-
ñadura; se inclinó lentamente, la recogió y, tras CON LA LOCURA...
mirarla fijamente durante unos segundos que le En el cielo, que había estado despejado, comen-
parecieron eternos, la volvió contra sí. zaban a acumularse negras nubes de tormenta; el
—No formaré parte de vosotros —aseguró vendaval arreciaba por momentos, haciendo huir
con firmeza—. No he sido capaz de deteneros, a todos por igual excepto a Carlos, que aguanta-
pero no formaré parte de esta horda de leprosas ba impertérrito en la plaza del pueblo; la sangre
tinieblas: antes me quitaré la vida. de su antebrazo seguía regando el suelo, sin que
La vista de la sangre en el acero le detuvo por él se molestara en intentar detenerla, tan absorto
un momento: parecía hacer ya una eternidad que estaba por el giro que parecían estar tomando los
se había extraído unas gotas de la mano para efec- acontecimientos.
tuar la Llamada a los Dioses Arquetípicos… Unas Escuchó truenos que retumbaron como in-
gotas… Miró a su alrededor: todas las calles es- mensas explosiones, vio fulgurantes rayos y re-
taban bloqueadas por los vecinos del pueblo, no lámpagos, brillantes lanzas de luz que iluminaban
podía salir de la plaza… fugazmente un panorama aterrador: por todas
Se hizo un largo corte en el antebrazo, del que partes, los vecinos del pueblo huían, se dirigían ha-
inmediatamente brotó el fluido escarlata abundan- cia el bosque, hacia el lugar en que se encontraban
temente; mojándose la mano, salpicó las figuras los tres megalitos erguidos, como si el diablo fuese
que se hallaban frente a él. mordiéndoles los talones, lo que en cierto modo
92 Weird Tales de Lhork
tal vez pudiera tener una parte de realidad… De cabo de unos diez minutos un auténtico aguace-
Sham’Goath, o más bien sus representaciones físi- ro se había desatado sobre la zona, un diluvio que
cas, no había rastro alguno. Algunas tejas volaban amenazaba con llevarse por delante todo lo que
libres, arrancadas de los tejados, mientras el pan- pillara a su paso; no intentó resguardarse, estaba
demónium se desataba a su alrededor. ¿Era la ciega demasiado débil y aturdido como para moverse
fuerza de la naturaleza, una repentina y brutal tor- del sitio en el que se encontraba; la tormenta se
menta eléctrica, o había algo más detrás de aquella intensificaba por momentos, el aparato eléctrico
manifestación meteorológica? ¿Acaso su sangre aumentaba su presencia, amenazando con reducir
había por fin convocado a los únicos que podían a escombros calcinados todo el pueblo: brotaba
detener a los Primigenios? Si así había sido, ¿por una ligera columna de humo de un punto del bos-
qué no había funcionado cuando estaba sobre el que en el que había caído un rayo, aunque la hu-
tejado? ¿O acaso aquella invocación poseía algún medad impidiera que se produjese un incendio; el
tipo de efecto retardado? intenso viento había arrancado algunos árboles de
Se derrumbó pesadamente, incapaz ya de sos- cuajo, mientras por todas partes volaban objetos
tenerse sobre el tobillo lesionado, debilitado por de todo tipo y condición…
la pérdida de sangre… A medida que la tormenta De repente, a su mente regresaron las últimas
se intensificaba a su alrededor, hubo de llegar a la palabras del Primigenio, cargadas de un significado
conclusión de que sólo podía existir una explica- evidente que había pasado por alto en su momen-
ción para el maremágnum que se había formado, y to: ¿Que no tenía protección? Por supuesto que
era que los Dioses Arquetípicos estaban llegando, sí, el Sello de los Antiguos que había conseguido
que su inefable Presencia comenzaba a manifestar- recuperar… para volver a perderlo, descubrió
se en aquel lugar... De alguna manera había con- con consternación al buscarlo en sus bolsillos.
seguido salirse con la suya, el Primigenio liberado ¿Qué diablos había hecho con él? Recordaba ha-
iba a ser encerrado de nuevo… Si todo aquello berlo usado para apartar a los subhumanos que
suponía para él algún perjuicio, lo daría por bien le acosaban cuando huyó de la casa en la que se
empleado con tal de que la amenaza desaparecie- había refugiado, pero, ¿y luego? Tal vez, inconscien-
ra… temente, lo había dejado caer cuando vio la encar-
“Lo has conseguido, mortal”, susurró una voz co- nación de Sham’Goath, o quizás cuando Mónica se
nocida en su mente, un sonido rasposo, resonante, le acercó subrepticiamente por detrás… Miró a
que había aprendido a temer y que le provocó un su alrededor, rastreando el suelo, en busca de la
pavoroso estremecimiento. “Has despertado por fin maldita piedra… ¡Ah, allí estaba! Junto al cadáver
a los Antiguos. Sabe que tu triunfo será efímero, pues de Mónica, a tan sólo unos metros. Si consiguiera
no dispones de la protección necesaria para evitar tu cogerlo, tal vez le quedara una pequeña posibilidad
propia destrucción: Aquellos a los que has llamado no de sobrevivir a aquella hecatombe que se estaba
distinguen entre unos y otros, y sólo su Marca permiti- desarrollando…
rá al inconsciente que se atreva a forzar su mano salir Por un momento dudó, envuelto en el furor de
indemne de sus Actos…”. la tormenta: ¿qué más daba todo? Aunque sobre-
Miró a su alrededor con gesto atemorizado, en viviera a la presencia de los Dioses Arquetípicos,
busca del Primigenio que le amenazaba con algo aún tendría la lacra de saberse condenado por
más terrible que la propia muerte: Sham’Goath su sangre contaminada. ¿Merecía la pena afrontar
aún estaba presente, todavía no había sido expul- semejante destino? ¿Realmente debía sobrevivir a
sado o encerrado, o lo que quisiera que los dioses aquella devastación a sabiendas que más tarde o
Arquetípicos quisieran hacer con él… Su alma se más temprano su herencia maldita le reclamaría
heló cuando, a la luz de los furiosos rayos y re- para volar a lugares ignotos y adorar a Aquellos a
lámpagos, entrevió, o creyó entrever, algo entre las los que se había empeñado en combatir? ¿No sería
sombras de una de las calles: una enorme oscuri- mejor desaparecer de una vez, dejar de luchar por
dad informe, cambiante, silueteada sobre los bre- su vida y salvar su alma de una condena segura?
ves destellos lumínicos, una negrura que parecía Al cabo de unos minutos, tomada ya una deci-
estar salpicada de puntos luminosos como peque- sión, intentó ponerse en pie: el tobillo se le había
ñas estrellas, y que emanaba una aterradora aura hinchado enormemente, y le dolía tanto que ni si-
de inmaterialidad, de extraterrena malignidad, una quiera podía apoyarlo en el suelo; al ver que no
tenebrosa sensación de vacío cósmico que pare- podría caminar decidió gatear, tal vez se moviera
cía absorber sus apenas existentes fuerzas… Supo lo suficientemente rápido como para recuperar
que estaba ante la auténtica esencia de Aquel al el Sello antes de que aconteciera la catástrofe; sin
que había intentado combatir con sus exiguos embargo, estaba muy débil por el antebrazo he-
medios, ante algo que trascendía todos los límites rido, por lo que hubo de limitarse a arrastrarse
del conocimiento humano: su cordura caía poco a hacia la estrella, que parecía estar más lejos que la
poco, desdibujándose, fundiéndose como el metal propia luna…
en el horno, derribada implacablemente por el in- Estaba a punto de alcanzarla, sólo tenía que
quebrantable poder de una criatura contra la que alargar la mano… Vio, o creyó ver, que algo se ele-
ningún ser humano normal podía hacer absoluta- vaba hacia los cielos, una especie de gran piedra
mente nada… que se alzaba a velocidad cada vez mayor, como
Comenzó a llover: al principio era una leve llo- arrastrada por una irresistible fuerza succiona-
vizna, cuatro gotas que apenas le mojaron, mas al dora. En ese momento, un relámpago mucho más
Weird Tales de Lhork 93
fuerte de lo normal, una explosión de luz que con- de toda la distancia entre el pueblo y los árboles
virtió la noche en día durante unos segundos, lo había un reguero de cuerpos caídos, las mismas
dejó momentáneamente ciego, por lo que tanteó personas que unos momentos antes había visto
desesperadamente por el suelo en busca del obje- huir como si les persiguiesen todos los demonios
to que podía ser su salvación... del infierno. Cautelosamente se acercó a uno de
ellos, un joven de unos veinte años, desplomado
*** en una extraña posición retorcida; le tomó el pul-
so, descubriendo horrorizado que estaba muer-
Alberto comenzó a recuperar la conciencia to…
cuando empezaron a sonar los truenos; en su atur- Algo terrible había ocurrido en aquel pueblo,
dida mente, aquella barahúnda sonaba como unos algo relacionado con Carlos y con lo que le había
funestos heraldos de muerte, de destrucción… Al dicho de invocar a alguien. Avanzó resueltamen-
abrir lentamente los ojos, se encontró tumbado te, dispuesto a enfrentarse con quien le saliese al
en el interior de su coche. paso, pero nadie se mostró ante él, tan sólo cadá-
—Maldito seas, Carlos… —gruñó, frotándose veres por todas partes: árboles caídos, tejas por
la dolorida cabeza—. Un día de éstos, tu condena- todas partes, farolas derribadas, cascotes… tal
do orgullo te va a matar. parecía que todo el pueblo había sido arrasado
Salió del vehículo, mirando a su alrededor: le por algún cataclismo desconocido. Pero no había
resultó sorprendente comprobar cómo se había habido explosiones, ni terremotos, ni nada por el
estropeado el día; al parecer se avecinaba una tor- estilo, tan sólo aquel formidable relámpago…
menta fenomenal, a tenor de los relámpagos y los Llegó a la plaza del pueblo. Tan sólo había dos
rayos que se desataban cada vez con mayor fre- cuerpos, ¡y uno de ellos era el de su amigo! Mien-
cuencia… tras se acercaba, vio que el hombre aún se movía,
—Debería ir a ayudarle… —murmuró. mientras que el otro cadáver… ¿Mónica? ¿Qué
Las dudas le corroían: por una parte quería hacía ella allí? ¿Qué era lo que había ocurrido en
ayudar a Carlos, para eso eran amigos, mas por aquel nefando lugar?
otra sabía que sus palabras eran ciertas por más Se agachó junto a Carlos: yacía boca arriba, con
que le doliera. Estaba manchado, y su destino sería, una fea herida en el antebrazo izquierdo y el tobi-
en cualquier caso, trágico. El que él se introdujera llo derecho muy hinchado, la boca llena de saliva y
en aquel lugar, para no poder salir, no cambiaría espuma, los ojos extraviados de un loco... Junto a
en nada la situación. Y, sin embargo, no dejaba de él yacía una de aquellas estrellas de cinco puntas
ser su amigo, alguien que había confiado en él y en de las que nunca se separaba.
quien confiaba… —¿Qué te ocurre? —demandó con gesto pre-
Aún estaba de pie junto al coche cuando co- ocupado, levantándole la cabeza—. ¿Qué ha pasa-
menzó a llover: abrió el maletero y sacó un para- do?
guas viejo, con la intención definitiva de intervenir Las pupilas, dilatadas hasta el extremo, giraban
en lo que pudiera. Sin embargo, el diluvio que se de un lado a otro espasmódicamente, sin fijarse en
formó a continuación, que le pilló andando entre ningún punto en concreto…
los árboles, le detuvo momentáneamente: ante —La Luz… —murmuraba una y otra vez en
aquella cortina de agua era incapaz de orientarse. pleno delirio—. Los Ojos en la Luz… Las estre-
Sintió una vibración y un intenso olor a made- llas… Las Cosas en el cielo… La Sombra en el
ra quemada; mirando a su alrededor, vio que un Vacío…
rayo había caído sobre un árbol a cierta distancia, Con infinita piedad, Alberto depositó suave-
y temió que le pasase lo mismo por llevar un para- mente la cabeza en el suelo, se alzó y sacó un mó-
guas con punta de metal. vil del bolsillo. A juzgar por la desolación que había
¿Qué podía hacer? ¿Seguir avanzando bajo visto, parecía bastante probable que su amigo hu-
aquel aguacero, calándose hasta los huesos, o biera conseguido salirse con la suya, aunque a qué
arriesgarse a que le cayese un rayo encima? ¿Me- terrible precio… Llamó a la policía y al 112 para
recía todo aquello la pena? Decidió que así era, dar aviso de lo sucedido.
por lo que, creyendo que iba bien encaminado, su- Mientras esperaba a que llegaran, se quedó
jetando con firmeza el paraguas, avanzó entre los junto a Carlos contemplándolo con pena: estaba
árboles… Para terminar apareciendo en la carre- en un estado tan lamentable, tan enajenado, que
tera, frente al pueblo. se sintió culpable por no haber acudido antes a
—¡Maldita sea! —exclamó, arrepintiéndose in- ayudarlo…
mediatamente de su grito, temiendo que alguien
lo hubiera oído; en aquel momento vio a algunas ***
personas salir corriendo de entre las casas y di-
rigirse, entre tropezones, al bosque. Fue en ese Unos días después, los medios de comunica-
precio instante cuando tuvo lugar el inmenso ción se hacían eco triunfal de la insólita interrup-
fogonazo que convirtió la noche en día durante ción de los combates por parte de las extrañas
unos largos instantes, un resplandor que le cegó criaturas surgidas de nadie sabía dónde, y su re-
temporalmente… tirada hacia los cubiles en los que se escondieran,
Cuando consiguió recuperar la visión, ante sus atribuyendo el éxito de semejante resultado a las
ojos se mostró un extraño espectáculo: a lo largo hazañas más o menos verosímiles de los ejércitos
94 Weird Tales de Lhork
—Creo que eres muy injusta con Carlos —le
«En efecto, antes de que advirtió Alberto, comenzando a perder la pacien-
cia—. No es tan mala persona como piensas, tan
Kane pudiera llegar en su sólo un tanto extravagante…
Sonia había preferido callarse: en su fuero in-
ayuda, el vikingo alcanzó terno sabía perfectamente cómo era aquel hom-
bre, lo que ocurría era que no podía entenderle;
el cuello del otro con un y, sobre todo, la fascinación que parecía ejercer
sobre todo el mundo, aquel extraño carisma que
terrible tajo que le hizo emanaba de él como un rastro de feromonas, era
lo que verdaderamente la molestaba y le hacía de-
volar la cabeza, separándola sear no haberlo conocido.
De común acuerdo, ambos habían decidido no
limpiamente del cuerpo.» volver a tocar aquel espinoso tema, e intentar ol-
vidar que había ocurrido: la pesadilla se había aca-
bado, al menos por el momento, y eso era lo que
realmente contaba. Aunque Sonia se burlaba de
las historias de Carlos sobre la obra de Lovecraft,
Alberto había comprobado que realmente había
implicados en la defensa contra aquel intento de algo más, y que en los rincones más remotos aún
invasión; nadie era capaz de entender qué era lo había criaturas acechando, esperando el regreso
que había ocurrido, por qué se habían lanzado de los Primigenios. El hecho de haber conseguido
unos ataques tan salvajes, tan brutales, y se habían frenar a Sham’Goath no significaba nada, el peligro
detenido tan de repente… Nadie, excepto algu- seguía estando ahí… Y entre Ellos y la humanidad,
nas personas señaladas. A no ser por el rosario de tan sólo un puñado de personas que conocían la
muerte y desolación que había quedado a su paso, verdad, los secretos de lejanos eones perdidos en
nadie hubiera podido pensar que tal pesadilla hu- el tiempo…
biera sucedido. Carlos fue trasladado a un hospital en estado
Las noticias sobre la devastación provocada en crítico: sus delirios acerca de ojos, luces, estrellas
el pueblo leonés levantaron una gran polvareda, y cosas en el cielo, hicieron que le diagnosticaran
cruzándose acusaciones de todo tipo entre polí- una patología de enajenación mental absoluta. Ha-
ticos y fuerzas de seguridad. Se hablaba de falta de bía perdido tanta sangre por el corte del antebra-
previsión, de indolencia, de negligencia… Alberto, zo que había estado al borde de la muerte, sal-
al quedarse junto a Carlos hasta que llegara al- vándose in extremis. Finalmente, a pesar de todos
guien a levantar acta de lo ocurrido, había tenido los intentos que se habían hecho para conseguir
que contestar a muchas preguntas. De hecho, la que recuperara la lucidez y contara lo que había
policía prácticamente le había acusado de genoci- ocurrido en el pueblo, había terminado ingresado
dio al ver la dantesca debacle formada en el pue- en un centro psiquiátrico, donde habitualmente se
blo; sin embargo, por suerte para él los dictámenes comportaba como un vegetal, aunque de vez en
forenses le habían exonerado sin género de dudas: cuando tenía terribles accesos de ira en los que
aunque algunos cuerpos mostraban hematomas y parecía luchar contra seres invisibles que le aco-
pequeños cortes, insuficientes a todas luces para saban, a los que injuriaba, amenazaba o suplicaba
explicar su defunción, no hubo manera de deter- según fuera el caso. En aquellas ocasiones entre-
minar la causa de la muerte de nadie excepto en mezclaba entre las frases palabras extrañas, ajenas
el cadáver de Mónica, en el que se distinguían cla- a cualquier idioma conocido, llenas de consonan-
ramente las cuchilladas que le había dado Carlos tes y sonidos guturales que parecían imposibles de
en el vientre. Tal parecía, a tenor de lo que decían pronunciar por una garganta humana…
algunos de los que habían visto la desolación, que Con el tiempo intentó escapar varias veces del
todos a la vez se hubieran apagado repentinamen- centro, gritando que debía regresar a su hogar, a
te como quien sopla la llama de una vela… Leng, y agrediendo cada vez más furiosamente a
Mientras escuchaba el resultado de las autop- los enfermeros e incluso al resto de los pacien-
sias en las noticias, Alberto se preguntaba si los tes de la institución; en una ocasión fue deteni-
vecinos del pueblo llevaban muertos desde que do cuando estaba a punto de salir del centro, tras
Sham’Goath los controló, o si su perdición llegó ocultarse quién sabe dónde durante más de dos
con la intervención de Aquellos a los que había horas mientras se le buscaba por todas partes,
invocado Carlos. Por más que se lo preguntara, por lo que la dirección, decidida a prevenir cual-
sabía que no obtendría jamás una respuesta ade- quier nuevo intento de fuga o violencia de cual-
cuada… quier tipo, optó por encerrar a aquel loco peli-
—¿Por qué? —le había preguntado Sonia fu- groso de ojos ambarinos en una celda acolchada,
riosamente en una ocasión—. ¿Por qué demonios donde no pudiera hacer daño a nadie ni hacérselo
tenías que implicarte de esa manera con Carlos? a sí mismo…
“La policía prácticamente te ha acusado de ge-
nocidio, y has corrido un riesgo absolutamente in- ***
necesario.Y todo por ayudar a alguien como él…
Weird Tales de Lhork 95
Extracto del periódico “Crónica de Cantabria” viajaban les había adelantado a una velocidad te-
de 21 de noviembre: meraria, dando bandazos de un lado a otro de for-
ma descontrolada, y saliéndose de la carretera en
DOS JÓVENES FALLECEN EN UN AC- la curva.
CIDENTE DE TRÁFICO EN LA N-611
Extracto del periódico “El País” de 15 de di-
El vehículo en el que viajaba la pareja se ciembre:
salió de la vía en el puerto de montaña del
Escudo, chocó contra el quitamiedos y se MUERE UNO DE LOS CONSERVADO-
despeñó RES DE LA BIBLIOTECA NACIONAL
Un joven de 32 años, Alberto Reyes Arias, y
su acompañante, Sonia Vázquez Hermoso, de 31, El señor Martín Núñez del Río, conser-
fallecieron ayer en el acto como consecuencia vador de la Biblioteca Nacional, ha sufrido
del accidente de tráfico en el que se vieron im- un desgraciado accidente que le ha costado
plicados. El siniestro ocurrió a las 17,25 horas la vida.
en la carretera N-611, en el puerto de montaña
del Escudo, cuando el turismo en el que viajaba Esta pasada noche, en el camino de regreso a
la pareja en dirección a Torrelavega, un Hyundai su casa, el señor Don Martín Núñez del Río, con-
Accent de matrícula 1328-KPS, se salió de la ca- servador de la Biblioteca Nacional, fue atropellado
rretera, colisionó contra el quitamiedos y se des- por un coche con las luces apagadas que se dio a
peñó, según informó el Subsector de Tráfico de la la fuga. Tras el accidente fue inmediatamente tras-
Guardia Civil. ladado al hospital Gregorio Marañón aún con vida,
Al lugar del accidente se desplazaron el médi- aunque los esfuerzos del equipo médico que le
co de Atención Continuada de la zona, un helicóp- atendió no pudieron hacer nada por él, entrando
tero medicalizado de Santander, una ambulancia en coma alrededor de las tres de la madrugada y
también medicalizada de Torrelavega y los bombe- falleciendo una hora después.
ros de esa ciudad, así como agentes de la Guardia Los testigos aseguran que dicho vehículo, un
Civil, aunque nada pudieron hacer ya por sus vidas. cuatro por cuatro de color oscuro, arrancó de-
En el mismo lugar del siniestro se confirmó el fa- rrapando en el momento en que el finado iba a
llecimiento de ambos, según informa el servicio de cruzar la calle, pasándole por encima, por lo que
Emergencias 112. la policía sospecha que pueda haberse tratado de
Al parecer, el suceso pudo deberse al exceso un accidente premeditado, aunque la investigación
de velocidad. La familia que dio el aviso de acci- no ha sacado a la luz ningún motivo por el cual
dente, que circulaba en la misma dirección que la alguien pudiera pretender acabar con la vida del
pareja siniestrada, declaró que el vehículo en que señor Muñoz.

96 Weird Tales de Lhork


Eugenio Fraile

LOS HIJOS DE YIG:


SILBIDOS EN LA OSCURIDAD
Este articulo se ha basado en el que fue escrito por Shanon Appel
y publicado en el «Starry Wisdom Magazine» Volumen 1. Nº 3. Verano
de 1997.
El actual se escribe con la idea de que sea una continuación amplia-
da y como complemento al de «Memoria Racial en Howard» que se
publicó en el número 28 de nuestra revista.
Es un breve estudio sobre una de las razas más desconocidas,
fascinantes, temibles y aterradoras que han poblado nuestro planeta
desde tiempos inmemoriales y que a través de leyendas susurradas en
la oscuridad alrededor de las hogueras de los primeros hombres han
pasado de generación en generación.

1— INTRODUCCIÓN

L
os primeros reptiles aparecieron sobre la tierra hace unos 300 millo-
nes de años, en el periodo Carbonífero. A través de los rigores de la
evolución, algunos llegaron a ser más grandes, más inteligentes, y con
el tiempo a caminar erectos. Hace 275 millones de años aproximadamente,
durante el periodo Pérmico, aparecieron los primeros hombres serpiente.
Poco después de la Gran Guerra entre los Dioses, cuando los Arquetípicos
ya habían regresado al Elíseo, el Primigenio MenorYig, que toma la forma de
un enorme Hombre—Serpiente,o a veces,la de un descomunal Dragón oriental,
llegó a la Tierra desde el Planeta Zandanua, donde aún vive su hermano Rokon.
Yig fue el responsable de la creación de los reptiles y los insectos en la Tierra,
ayudándolos a evolucionar, para ser más grandes, más inteligentes y capaces
de caminar erectos.
El Primigenio Menor Yig, es considerado el Padre de todas las Ser-
pientes, y por ello los hombres serpiente le adoraron desde el principio.
Las leyendas cuentan que esos hombres serpiente establecieron su Pri-
mer Imperio en Valusia, una fértil tierra próxima al centro del superconti-
nente de Pangea, que comprendía lo que ahora es el sur de Europa, el Medi-
Texto: Eugenio Fraile terráneo y el Norte de África
Ilustración de cabecera: Stock.xchng Caminaban erguidos, ágiles y sinuosamente sobre miembros anteriores a
los de los mamíferos, curvando sus cuerpos sin pelo con gran flexibilidad. Se
comunicaban de forma siseante en voz alta mientras iban y venían bajo la luz
Weird Tales de Lhork 97
y la Alquimia, que en su apogeo llegó a gobernar
gran parte del mundo.
Curiosamente, los indios Lakota de las Gran-
des Llanuras de Norteamérica, llamaban «Han» a
la personificación de la Oscuridad. No se sabe con
certeza cuántas de estas leyendas son ciertas.
Los registros de los Antiguos y de la Gran Raza
de Yith que habitaron la Tierra al mismo tiempo,
dicen poco de estos primeros Hombres Serpiente.
En cualquier caso, cuando los dinosaurios empeza-
ron a alzarse sobre sus ancestros del Eoceno hace
unos 225 millones de años, el Primer Imperio cayó.
A pesar de que la antigua Civilización de Va-
lusia fue destruida, muchos de los Hombres
Serpiente sobrevivieron. Huyeron a las pro-
fundidades de la tierra, arrastrándose en ma-
drigueras ocultas en las colinas de Gales o a
las Cavernas de Yoth, hasta que el mundo vol-
viera a ser más propicio para su forma de vida.
La mayor de las Civilizaciones Subterráneas de los
Hombres Serpiente fue la de Yoth, localizada bajo
lo que ahora es América del Norte. Su proximidad
del día. Los Hijos de Yig compartían muchas carac- al Pozo de Ngoth, en Oklahoma, donde se dice
terísticas con las serpientes, particularmente con que está aprisionado Yig, lo hace especialmente sa-
la familia de las cobras, pero con algunas mejoras. grado. Durante más de 200 millones de años, los
Eran inteligentes, con extremidades, caminaban er- Hombres Serpiente habitaron allí. Su civilización
guidos y su sangre era caliente. se hundió y renació cientos de veces.
A pesar de que los Hombres—Serpiente casi Bajo la tierra se encontraba el Reino Subterrá-
no habían desarrollado el oído, el resto de sus neo de K’n—Yan, bañado por una luz azul. Debajo,
sentidos estaban muy agudizados. Su abanico vi- se encuentran las Cavernas de Yoth, bañadas por
sual era muy preciso adaptado particularmente al una luz rojiza.Y debajo de ésta, está la Oscura Ca-
movimiento. Unos pequeños orificios hundidos verna de N’kai, donde mora el Primigenio Ts-
cerca de las fosas nasales les proporcionan una athoggua.
primitiva visión de infrarrojos. El sentido del olfato Este imperio, apoyado en la hechicería y la al-
se basaba en el uso de sus lenguas bífidas, transfi- quimia, y en su apogeo habría gobernado una gran
riendo los componentes de un olor a ese órgano parte del mundo del Paleozoico. No se sabe con
altamente sensible. certeza cuantas de esas leyendas son ciertas. Los
Como muchas serpientes, los Hombres—Ser- registros de los Antiguos y de la Gran Raza de
piente poseían veneno e incluso podían escupirlo. Yith que habitaron la tierra al mismo tiempo di-
Algunas variedades de Hombres Serpiente tenían cen poco de esos primeros hombres serpiente.
ojos hipnóticos y la mayoría solía hibernar duran- Estos seres eran enormes conos iridiscentes de
te largos períodos de tiempo. unos tres metros de alto por tres de ancho en la
Muchos Hombres Serpiente practicaban la base, formados por una materia arrugada, escamo-
hechicería. Las habilidades de asumir la forma hu- sa y semirrígida. Desde su cumbre se proyectaban
mana, someter a los espíritus de los asesinados, y cuatro miembros flexibles y cilíndricos, cada uno
reanimar cuerpos eran los Poderes Mágicos más de ellos de unos 30 centímetros de ancho, y de
comunes de los Hombres Serpiente. una sustancia similar a la de los propios conos. Es-
Los Hombres Serpiente gozaban de una ex- tas extremidades se contraían a veces hasta casi
traordinaria longevidad y quizás podían alcanzar desaparecer, y a veces se extendían hasta una dis-
una aparente inmortalidad debido a sus prácticas tancia de unos 3 metros. Al final de dos de ellos
de brujería. Algunos pueblos de la antigüedad si- había enormes garras o pinzas. En el extremo del
guen hablando en sus leyendas y folclore de es- tercero había cuatro apéndices rojos a modo de
tos seres como inmortales. Las leyendas cuentan embudo. El cuarto tenía al final un amarillento glo-
que, con su poderosa magia, y la ayuda de la fa- bo irregular de unos 60 centímetros de diámetro
bulosa Corona de la Cobra, que permitía a su con tres grandes ojos oscuros distribuidos alrede-
dueño leer los pensamientos de cualquier criatu- dor de su circunferencia central. Sobre esta cabeza
ra y controlar su mente, los Hombres Serpiente había cuatro delgados tallos grisáceos dotados de
establecieron su Primer Imperio en Valusia. En apéndices que recordaban en su forma a las flo-
esa época, el Pueblo Serpiente erigió grandes res, mientras que de la parte inferior de la misma
Ciudades de Piedra que contenían laboratorios y colgaban ocho antenas o tentáculos verdosos. La
Templos dedicados a Yig, así como a su «herma- gran base del cono central estaba envuelta en una
na y compañera», Shub—Niggurath, y a su hijos, sustancia gris y gomosa que posibilitaba la loco-
Byatis, «El de la Barba de Serpientes»; y Han, «El moción de la criatura por medio de expansiones y
Oscuro». Fue un Imperio basado en la Hechicería contracciones.
98 Weird Tales de Lhork
En las profundidades de la tierra, escondiéndo- de aquella figura, en ese preciso lugar, había dos
se hasta que el mundo volviera a ser más hospita- brillantes estrellas, visibles a pesar de la oscuri-
lario de nuevo, los hombres serpiente llegaron a dad, dos brillantes estrellas que relucían ardientes
ser prodigiosos científicos, capaces de crear otras como si se tratase de ojos. Ithaqua tenía un culto
formas de vida a su antojo. La vida era lujosa, y se muy escaso, aunque muchos de los habitantes del
vivía con regocijo. Entonces, se descubrió lo que lejano norte le adoraban por el terror que inspi-
seria la perdición de Yoth, cuando exploradores raba. Puede que los hombres de Siberia y Alaska
curiosos del Pueblo Serpiente descubrieron el ca- hayan ofrecido sacrificios al Wendigo para evitar
mino a la oscura N’Kai. Allí encontraron grandes que éste apareciera por sus campamentos, pero
altares erigidos en honor al Dios Tsathoggua, el parece que el culto organizado de Ithaqua era más
Dios Sapo poseía un tremendo poder y enormes bien poco frecuente. Este Primigenio recibió una
conocimientos y muchos hombres serpiente deja- mayor adoración en la lejana tierra de Hiperbó-
ron a Yig para adorarle. Yig no vio con agrado que rea.
su pueblo le abandonase, y los maldijo. Los hom- Los Hiperbóreos humanos llegaron hace un
bres serpiente de Yoth degeneraron, perdiendo la millón de años y formaron una nueva civilización.
facultad de hablar, sus extremidades y su inteligen- Hace 750.000 años, también se fueron. En la actua-
cia. Volvieron a ser las serpientes que habían sido lidad lo únicos restos de Hiperbórea que perviven
hace milenios atrás. Solo los creyentes escaparon forman la actual Groenlandia. En la época de la
de la maldición de Yig. El alto sacerdote Sss’haa migración de los hombres serpiente, hace unos 5
condujo a los auténticos creyentes fuera de Yoth. millones de años, las condiciones también estaban
Viajaron a Hiperbórea, una tierra al norte, donde cambiando en la superficie. Los dinosaurios que
se asentaron bajo el Monte Voormithadreth. habían destruido el Primer Imperio hacia tiempo
En aquella época, las tierras del norte eran cá- que habían desaparecido. Los mamíferos habían
lidas y fértiles. Vastas junglas, llenas de vida exóti- empezado a ascender. En África, los primeros ho-
ca, donde los tigres dientes de sable y los últimos mínidos estaban evolucionando, llegando a ser los
dinosaurios, habitaban gran parte del continente. primeros antepasados verdaderos del hombre.
En las entrañas de la tierra, la gran civilización cien- Después de abandonar Hiperbórea, los Hombres
tífica de los hombres serpiente continúo prospe- Serpiente intentaron formar un reino sobre la re-
rando. Llegado este tiempo se habían convertido cientemente aparecida tierra de Lemuria. Desafor-
en despiadadas criaturas de gran inteligencia. No tunadamente se encontraron en conflicto con la
tenían moral, y su única ley era que la curiosidad nueva raza humana.
debía satisfacerse siempre. Los mayores descubri- Hacia el 500.000 AC, la población de Hombres
mientos de los Hombres Serpiente de Hiperbórea Serpiente de Lemuria había descendido. Huyen-
continuaron siendo en la ingeniería genética. do hacia el Sur, los Hombres Serpiente llegaron
Se cree que los voormis que controlaron la al continente de Thuria. Allí fueron finalmente ca-
superficie de Hiperbórea desde hace unos 3 mi- paces de reconstruir su Imperio. Lo llamaron el
llones de años aproximadamente fueron creación Segundo Imperio y tenía su capital en Valusia, una
suya. Eran criaturas que sólo se erguían a medias tierra llamada así a causa de una leyenda. Se lucha-
y sus cabezas peludas las llevaban a la altura de ron muchas guerras, pero finalmente los hombres
sus muslos y caderas, ladrando y chasqueando los del continente de Thuria fueron condenados a la
dientes como los perros. Sus extremidades esta- esclavitud.
ban rematadas en forma de garras. No obstante Algunos huyeron hacia reinos menos opresi-
la especial afinidad de los voormis con Tsathoggua vos, pero en el centro del mundo, los Hombres
muestra que incluso entre los supuestamente fie- Serpiente impusieron su mandato. Desafortunada-
les la mancha del Dios Sapo perduró, rebelándose mente para Los Hijos de Yig, la Era de los Reptiles
y abandonando a sus creadores. llego a su fin, y la Era de los Mamíferos había co-
Los Voormis obtuvieron la libertad, y se abrie- menzado ya. Los Hombres Serpiente podían opri-
ron paso hasta la superficie, luchando contra los mir a los humanos más primitivos, pero estaban
Gnoph-Kehs, monstruos con cuernos que cami- condenados por la marcha imparable de la evo-
naban sobre dos, cuatro o seis patas, y fundaron lución. Les llevo un millón de años o mas, pero
su propia civilización primitiva en la superficie de las primeras civilizaciones humanas surgieron: Ka-
Hiperbórea. Alejados de la Gente Serpiente que melia, Verulia, Grondor, Thule, Commoria, la
adoraba a Yig, los Voormis pudieron nuevamente Atlántida y Lemuria.
venerar a su Dios favorito, Tsathoggua, y muchos Después de cientos de guerras, el Segundo Im-
se fueron a vivir bajo tierra para estar más cerca perio de los hombres serpiente fue destruido. En
de su señor. Se desconoce la suerte exacta que lo sucesivo, Valusia fue gobernada por los huma-
corrieron los hombres serpiente de Hiperbórea. nos.
Hace 1’7 millones de años, los voormis fueron Algunos hombres serpiente huyeron al sur del
barridos por el frío de Ithaqua, «El que Camina Continente de Thuria para crear un nuevo reino,
en el Viento», otro Primigenio también conocido pero la mayoría se estableció bajo la superficie te-
como el Wendigo. rrestre, hibernaron o simplemente murieron.
Se parecía curiosamente a la silueta de un Los hombres serpiente que quedaban no
hombre de grandes dimensiones. Y donde tendría deseaban dejar su mando sobre el mundo.
que haber estado la parte superior de la cabeza Donde la fuerza había fallado, usaron en cam-
Weird Tales de Lhork 99
bio el engaño. Usando sus poderes de camufla- zó hacia adelante, sin otra idea en su enloquecida
je, reemplazaron a los humanos en los puestos mente que la de atacar. No era frecuente que Kull
de poder y gobernaron en su lugar. Durante olvidara su habilidad luchadora en su furia pri-
eones tuvieron éxito, pero un Atlante llamado mitiva, pero ahora pareció como si un eslabón se
Kull, que conquistó la corona del Reino de Va- hubiera roto en su alma, para llenar su mente de
lusia, finalmente los derrotó descubriendo sus un afán incontenible por matar y derramar sangre.
engaños: Se desembarazaba de un enemigo a cada estoca-
da que lanzaba, pero aquellos seres le rodeaban,
(Kull recorrió el salón con un rápido movimien- muy superiores en número, y Brule tuvo que pa-
to de su mirada. Sin lugar a dudas, aquí no había rar una y otra vez estocadas que habrían alcan-
posibilidad alguna de que se cometiera un acto de zado su objetivo. Permanecía agazapado junto al
traición. Había presentes diecisiete consejeros, a rey, esquivando y atacando con una fría habilidad,
todos los cuales conocía; cada uno de ellos había sin producir tantos estragos como ocasionaban los
abrazado su causa cuando ascendió al trono. mandobles y arremetidas de Kull, pero sin dejar
—Hombres de Valusia...—empezó a decir, a la por ello de ser menos efectivo con sus golpes y
manera convencional. embestidas cortas desde abajo.
Y entonces se detuvo, perplejo. Lo consejeros Kull lanzó una risotada de locura. Los horribles
se habían incorporado, como un solo hombre, y rostros se agitaban a su alrededor como una man-
avanzaban hacia él. No había hostilidad alguna cha borrosa y escarlata. Sintió que el acero se hun-
en sus miradas, pero sus actos resultaban muy día en su brazo y dejó caer la espada, trazando un
extraños en una sala del consejo. El primero ya arco relampagueante, que abrió una enorme bre-
había llegado cerca de él cuando Brule se ade- cha en el pecho de su enemigo. Luego, las brumas
lantó de un salto, encogido como un leopardo. se disiparon, y entonces se dio cuenta de que él y
—¡Ka nama kaa lajerama! Brule se hallaban solos sobre un montón de horri-
Su voz restalló, rompiendo el siniestro silencio pilantes figuras esparcidas por el suelo, inmóviles.
de la sala, y aquel primer consejero retrocedió, lle- —¡Por Valka! ¡Qué matanza! —exclamó Brule
vándose rápidamente la mano a la túnica. Brule limpiándose la sangre de los ojos.)
saltó como un resorte y el hombre se precipitó de
cabeza hacia la espada desenvainada del picto, y —Fragmento de «El Reino de las Som-
cayó ensartado mientras su rostro se desvanecía bras», de Robert E. Howard, publicado en
y se transformaba en la cabeza de una poderosa 1929.—
serpiente.
—¡Atacad, Kull! —rugió la voz del picto— ¡To- Fue en el 18.000 AC. Poco después del reinado
dos ellos son hombres serpiente! de Kull, un gran cataclismo golpeo el continente
Lo demás fue una escena llena de sangre. Kull de Thuria. Fue el comienzo del fin para el reino del
vio cómo aquellos rostros familiares desaparecían sur de los hombres serpiente. Ciento quince años
y sus lugares eran ocupados por horribles cabezas después, los supervivientes de Lemuria, endureci-
reptilianas, en el momento en que todo el grupo se dos por siglos de desastres y esclavitud, cayeron
lanzó hacia adelante. Había un gran desconcierto sobre las ciudades de los hombres serpiente que
en su mente, pero su cuerpo no le falló. habían sobrevivido al cataclismo. El reino meridio-
El silbido de su espada llenó la estancia, y el nal (del sur) de los hombres serpiente fue destrui-
grupo que se precipitaba contra él se transformó do.
en una oleada rojiza. Pero los que quedaron volvie- Sin embargo, Estigia, el país humano surgido de
ron a atacar, aparentemente dispuestos a entregar sus cenizas, mantendría muchas de sus creencias,
sus vidas con tal de eliminar al rey. Unas espan- incluyendo la adoración a Yig, que los estigios lla-
tosas mandíbulas se abrieron ante él; unos ojos maron Set.
terribles miraron a los suyos, que devolvieron la mi- Los últimos restos de los hombres serpiente
rada sin parpadear; un olor fétido y nauseabundo huyeron más al sur, deteniéndose sólo cuando
impregnó la atmósfera, el olor de la serpiente, que alcanzaron el océano. Aquí, fundaron una última
Kull había conocido en las selvas del sur. Las espa- ciudad, Yanyoga. No tuvo la grandeza de ninguna
das y las dagas se precipitaron hacia él, y apenas de sus predecesoras. Subsistió durante miles de
fue consciente de que le herían. años, pero en el 10.000 AC también fue destruida,
Pero Kull se hallaba ahora en su elemento. por un cimerio descendiente de Kull, de nombre
Nunca, hasta ahora, había tenido que enfrentarse Conan, que conquistó el trono de la nación más
con enemigos tan crueles, pero eso le importaba poderosa de su época, Aquilonia, coronándose
bien poco; eran seres vivos, por sus venas corría la rey por la fuerza de su espada. Desde entonces,
sangre que podía derramarse y murieron uno tras la historia del mundo apenas se ha visto afectada
otro cuando su gran espada les arrancó las cabe- por los hombres serpiente. Siguen escondidos, ha-
zas de un tajo o les atravesó los cuerpos. (...) bitando en las más profundas cavernas, algunas ve-
El rey se dejó llevar por su afán de lucha, com- ces escondiéndose entre nosotros, pero su poder
batiendo según el terrible estilo atlante que bus- ha sido destruido.
ca la muerte para enfrentarse con la muerte; no
hizo el menor esfuerzo por evitar las acometidas
y las cuchilladas, se mantuvo firme, y hasta se lan-
100 Weird Tales de Lhork
2— LOS HOMBRES SERPIEN-
TE EN EL MUNDO MODERNO
Se pueden encontrar cuatro grandes clases de
hombres serpiente en el mundo moderno: Los
Degenerados, los Ocultos, los Soñadores, y los
Durmientes.
Los Degenerados se han retirado al subsue-
lo y afectan muy poco al mundo moderno. Algunos
se han degradado a causa de cruces con humanos,
mientras que otros simplemente han sufrido un
proceso involutivo.Varias subespecies han perdido
sus extremidades, su inteligencia, e incluso su ca-
pacidad para hablar.
Los más conocidos son los llamados Gusa-
nos de la Tierra, que pueden seguir teniendo
asentamientos bajo Gales y Escocia. También
entran en esta categoría Los Antiguos del Va-
lle Perdido, en el Sudoeste Americano, y los Repasemos ahora los elementos más significa-
Reptantes de la Ciudad Sin Nombre, en tivos del Pueblo Serpiente.
Oriente Medio, que también son hombres ser-
piente degenerados. Erguidos no medían más
de 1´50 m. Su cuerpo era delgado y deforme, 3— EL PUEBLO SERPIENTE
y su cabeza desproporcionadamente grande.
Cabellos lacios y serpentinos caían sobre un Los hombres serpiente fueron el resultado na-
rostro inhumanamente cuadrado, de labios tural de la evolución de los reptiles. Compartían
fláccidos y retorcidos que dejaban ver colmi- muchas características con las serpientes, parti-
llos amarillentos, aletas nasales planas y gran- cularmente con la familia de las cobras, pero con
des ojos rasgados y amarillos. Estas criaturas cuatro características evolucionadas.
podían ver en la oscuridad igual que todas las Son inteligentes, tienen extremidades, caminan
de su abominable especie. erguidos, y tienen sangre caliente. A pesar de que
Siglos de acechar en oscuras cavernas habían los hombres serpiente casi no han desarrollado
proporcionado a la raza atributos terribles e in- el oído, el resto de sus sentidos son muy agudos.
humanos. Pero el rasgo más repelente era su piel: Su abanico visual es muy preciso, y esta particu-
escamosa, amarilla y moteada, como la piel de una larmente adaptado al movimiento. Unos hoyuelos
serpiente. Un taparrabos hecho a partir de una cerca de las fosas nasales de los hombres serpien-
piel de serpiente le cubría la ingle y sus manos con te les proporcionan una primitiva visión de infra-
garras aferraban una corta lanza de piedra y un rrojos.
martillo de aspecto siniestro hecho con peder- Este sentido es el más desarrollado entre los
nal afilado. («People of the Dark». Robert E. Degenerados del subsuelo. El sentido del olfato
Howard). de los hombres serpiente es complementado por
Los Ocultos tienden a esconderse en la so- su órgano de Jacobson. Usando sus lenguas bífi-
ciedad humana, usando sus poderes de engaño das, los hombres serpiente pueden transferir los
para parecerse a los hombres. La mayoría de los componentes de un olor a este órgano altamente
Ocultos son grandes hechiceros que han vivido sensible.
durante milenios. Dos poderosos escondidos son Como muchas serpientes, los hombres ser-
el ingeniero genético Ssruthaa y el gran sacerdote piente poseen veneno. Ciertas subespecies pue-
Ssathasaa. den incluso escupir su veneno, como hace la co-
Los Soñadores son hombres serpien- bra escupidora de África. Algunas variedades de
te que escaparon hace ya mucho tiempo a las los hombres serpiente tienen ojos hipnóticos. La
Tierras del Sueño. Huyeron a esa tierra a tra- mayoría puede hibernar durante largos periodos
vés de las Bóvedas de Zin cuando Yig maldi- de tiempo. Muchos hombres serpiente son hechi-
jo Yoth hace mucho tiempo. En consecuencia, ceros. Las habilidades de asumir la forma humana,
muchos de los hombres serpiente de las Tie- someter a los fantasmas de los asesinados, y reani-
rras del Sueño siguen adorando a Tsathoggua. mar cuerpos son los poderes mágicos más comu-
Los Durmientes son hombres serpiente que nes de los hombres serpiente.
han hibernado durante miles de años y se están Lo mas importante, los hombres serpiente
despertando ahora. Ellos creen que el Final está son o bien extraordinariamente longevos o bien
cerca, y que muy pronto fundarán su tercer y últi- inmortales. Sigue habiendo muchos vivos que han
mo imperio. De todos los hombres serpiente, los visto el paso de los milenios.
Durmientes son los más peligrosos. Son extrema- En su apogeo, los hombres serpiente fueron
damente poderosos, y no recuerdan las amargas grandes científicos. Son más conocidos por sus
derrotas que erradicaron a su raza hace mucho creaciones alquímicas de substancias tóxicas y
tiempo. por su manipulación genética de muchas formas
Weird Tales de Lhork 101
de vida. Los voormis de Groenlandia y los gyaa-yo- Lin Carter
thn de K’n-yan todavía conservan las marca de la — “La Venganza de Yig”, por Lin Carter
manipulación a que les sometieron los hombres — “Donde un Dios Pisará”, por Scott David
serpiente. En el mundo moderno, solo algunos Aniolowski
Ocultos y Durmientes recuerdan su tecnología. La — “Los Gusanos de la Tierra”, por Robert E.
mayoría han caído de nuevo en la bestialidad o en Howard
la práctica de la hechicería. — Ithaqua (el Wendigo) “El que camina en el
En el mundo moderno, la sociedad de los viento”. The Wendigo, Algernon Blackwood; The
hombres serpiente casi ha desaparecido. Algunos gods, Lin Carter; Ithaqua, August Derleth; The
Degenerados y Soñadores viven en primitivas so- thing that walked on the wind, Brian Lumley
ciedades basadas en clanes, pero la mayoría de los
hombres serpiente residen entre los humanos. En
su mejor momento, se decía que la sociedad de ILUSTRACIONES:
los hombres serpiente fue casi anarquista, una so-
ciedad independiente de individuos. — Archivo Círculo de Lhork.
El principal dios de los hombres serpiente es — El Primigenio Yig:
Yig, su creador. Se le conoce por muchos nom- http:://img.zonafandom.com
bres, entre ellos Damballah, Kukulkan, Quetzal- — Mapa de Valusia. Edad Thuria.:
coatl, y Set. Yig usualmente se parece a un hu- Ilustración de Tim A. Kirk para Marvel Comics
mano con rasgos serpentinos, pero en algunas © 2004
formas parece una serpiente gigante. De acuerdo — Tsathoggua:
con las leyendas, Yig esta prisionero en la Fosa http://zafro.free.fr/download/
de Ngoth, bajo K’n—yan. En el pasado, los huma- — Gran Raza de Yith:
nos aprendieron como adorar a Yig de los hom- http://www.sectarios.org/wiki/images/5/5f/
bres serpiente. Entre los conversos estuvieron — Ithaqua:
los aqueronios, habitantes del reino de Aqueron http://foro—lovecraft—mexico.lefora.com/
o Acheron, y los estigios de la Edad de Hyboria, — Ilustración Hombre y serpiente en-
los Indios Americanos, y la gente de K’n—yan. En trelazados:
la actualidad, la Madre de las Serpientes, una Frank Frazetta
humana que ha renacido de las pieles de otras, — Cubierta “Kull. Exilie of Atantis”. Rob-
es una de las sacerdotisas de Yig más poderosas. ert e. Howard
Algunos hombres serpiente también adoran a Justin Sweet.
otros dioses ofidios, incluyendo al Oscuro Han — Ilustración Rey Kull:
y a Byatis. Marvel Cómics. http://poderfriki.blogspot.
Cuando habitaban Yoth, un número de hom- com/2009/04/kull-contra-los-malvados-hombres.
bres serpiente se convirtieron a la adoración del html
Dios Sapo Tsathoggua. Yig castigo a su pueblo por — Rey Conan a caballo y el dragón:
esto, maldiciéndoles con la involución. Solo unos http://cdn.extracine.com/files/2008/07/
pocos de los adoradores de Tsathoggua escapa- — Rey Conan en su trono:
ron, huyendo a través de las Bóvedas de Zin a las akiranuse.blogspot.com
Tierras del Sueño. Pero volverán…. —Cubierta ·People of the Dark”. Robert
E. Howard. http://img1.fantasticfiction.co.uk/im-
ages/c3/c17513.jpg
BIBLIOGRAFÍA:
— Archivos «Círculo de Lhork» y «Weird Ta-
les de Lhork»
— «Conan de Aquilonia», por L. Sprague de
Camp & Lin Carter
— «Conan el Bucanero», por L. Sprague de
Camp & Lin Carter
— “La Maldición de Yig”, por H. P. Lovecraft &
Zealia Bishop
— “La Edad Hyboria”, por Robert E. Howard
— «El Kit del Guardián» (Keeper’s Compen-
dium), por Keith Herber
— “Legiones de las Sombras”, por Karl Edward
Wagner
—“El Túmulo”, por H. P. Lovecraft & Zelia
Bishop
— “Los Siete Gases”, por Clark Ashton Smith
— “El Reino de las Sombras”, por Robert E.
Howard
— “Thongor y el Hechicero de Lemuria”, por
102 Weird Tales de Lhork
José Francisco Sastre García

ROBIN HOOD
ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD
EL MITO

R
obin Hood es uno de esos personajes que han entrado a formar
parte del mito con una fuerza tan arrolladora que ha trascendido el
tiempo para instalarse en el ideario anglosajón y, por extensión, en el
colectivo mental y emocional de la humanidad; al igual que otros como Artu-
ro, Sherlock Holmes, Drácula o Tarzán, por citar tan sólo algunos de ellos, su
espíritu pervive a pesar del tiempo transcurrido desde su génesis, allá por los
siglos XIII ó XIV. Pero, ¿qué o quién es Robin Hood?
Al margen de que haya sido un sujeto real o no, y acerca de tal ase-
veración se ha investigado mucho y profundamente sin llegar más que a la
conclusión de que probablemente existió alguien que dio origen a la leyenda,
la figura del arquero de Sherwood es mucho más que la de un bandido: es
el paradigma del buen ladrón, del luchador contra la injusticia y el abuso
de poder en un momento convulso en que los normandos habían invadido
Inglaterra y sojuzgado a sus habitantes, acabando con la nobleza para instau-
rar la suya propia. Normas distintas, costumbres distintas, incluso una lengua
distinta, el francés, unidas a los abusos que inicialmente habían cometido los
conquistadores con el pueblo sajón (que, a su vez, invadió las islas allá por el
siglo IV ó V d.C. desplazando a los anglos y las tribus celtas asentadas en el
momento histórico en que tal vez podría situarse el origen de la leyenda de
otro mito, el Rey Arturo), hacían necesario que alguien se levantara contra tal
barbarie y pusiera las cosas en su sitio…
Asimismo, la figura mítica trasciende más allá de este mero concepto:
como proscrito declarado, se convierte en habitante de los bosques, adqui-
riendo a su vez una cualidad semimágica, en parte sobrenatural, obtenida del
entorno en el que se mueve, plagado por el imaginario medieval de hadas,
duendes, trasgos y mil maravillas más. De hecho, uno de los detalles que apo-
yan esta idea es, precisamente, el atuendo verde con el que tradicionalmente
ha sido representado, al igual que otro personaje también altamente mágico
y de sobras conocido, Peter Pan. La irrupción de la doncella Marian en este
entorno como probable representación de la madre tierra, de alguna pagana
diosa de la fertilidad y de la naturaleza, no hace más que reforzar esta idea
Texto: José Francisco Sastre García de magia y religiosidad, de un cierto sincretismo entre cristianismo y paga-
Ilustración de cabecera:Wikimedia Commons nismo…

Weird Tales de Lhork 103


origen violento y sangriento de la leyenda, podría-
mos hacer un planteamiento no demasiado aleja-
do de la realidad: ¿por qué se engrandeció a un
bandido? Es sencillo: ¿para qué robar a un muerto
de hambre cuando se puede robar a un noble o a
un cura que poseen muchas más riquezas? De esta
manera, probablemente esta banda de forajidos
detendría a todo el que pasara por sus dominios
y comprobaría las riquezas que podrían conse-
guir, dejando libres a los campesinos y sirvientes
que de nada disponían. De esta manera, el pueblo
podría haberse planteado una idea simple: puesto
que a ellos no les hacía daño y se dedicaba a robar
a los ricos, no podía ser otra cosa que un héroe,
aunque casi con total seguridad no repartiera ni
una pieza del botín con ellos…
Así pues, nada de galanterías ni amoríos, al
principio ni siquiera Marian la doncella: tan sólo
un bandido que, bien por despecho, por hambre
o por cualquier otro motivo que pudiera imagi-
narse, se dedica a asaltar a todo aquél que viaja
EL PERSONAJE S por sus dominios, no dudando en lo más mínimo
a la hora de acabar con sus víctimas si la ocasión
Asistimos aquí a una curiosa evolución de la Douglas Fairbanks como Ro- lo requiere. Cierto es que se manifiestan una
figura de Robin Hood. Inicialmente, las baladas que bin Hood. serie de valores como pueden ser la amistad, el
(Fuente: cine-y-literatur.blogs-
componen la génesis de la leyenda, creadas en al- compañerismo, la búsqueda de la justicia, inclu-
pot.com).
gún momento anterior a 1377, puesto que de esta so el ecologismo si llegamos a ello…; pero estas
fecha es el documento más antiguo que las men- aventuras, insisto, hoy en día serían políticamente
ciona, nos muestran a un hombre de bajo origen, incorrectas.
probablemente un granjero independiente, que de Sin embargo, el personaje va sufriendo sucesi-
existir realmente hubo de hacerlo alrededor de vas transformaciones que van adulterando el mito
los siglos XIII ó XIV. La figura no es inicialmente original: de ser un mero proscrito pasa a justiciero,
otra que la de un héroe bandido, con más crudeza a vengador, e incluso llega a ser mostrado más tar-
de la que posteriormente se le asigna; de hecho, de como anticlerical. En palabras de Rubén Valdés,
al parecer en una de las primeras baladas es ca- autor de “Baladas de Robin Hood”, podría ser con-
paz de matar a un niño para que no suministre siderado “una especie de Che Guevara pero sin
cierta información a sus enemigos; en 1440, Wal- programa político”.
ter Bower, en un escrito describe al arquero de La mutación definitiva del arquero de Sherwo-
Sherwood como «un famosus siccarius a quien el od se produce con la aparición en escena de Wal-
necio populacho tan desmesuradamente gusta de ter Scott: con la publicación de su novela “Robin
celebrar». Hood” transforma a éste en la imagen que percibi-
Detengámonos un momento en este punto mos actualmente, la de un noble venido a menos,
para una pequeña disgresión al hilo del carácter al cual dará en su más célebre obra, “Ivanhoe”, el
del mito que estamos estudiando: Cuando Wirkyn título de nobleza que le faltaba: el señorío de Loc-
de Worde publica en el siglo XV una historia ti- ksley.
tulada A Lytell Geste of Robyn Hode… a Mery Ges- A partir de este momento, todas las versiones,
te of Robyn Hode and his Meyne, and of the Proude tanto literarias como cinematográficas, adoptarán
Sheryfe of Nottingham… Explicit, Kynge Edward and la imaginería que creó el escritor inglés, que ya se
Robyn Hode & Lytell Johan, se producen una serie hace eco de la presencia de Marian, a la que se
de malas interpretaciones: Hemos oído hablar de introdujo en la leyenda a partir del siglo XVII por
Robin Hood y de sus alegres (mery) compañeros, diversos motivos: el amor galante, la idea sacro-
del sheriff de Nottingham y de Little John; pero, pagana de la fertilidad…
en primer lugar, no existen alegres compañeros. La muerte de Robin Hood está también en-
El título nos promete una “alegre gesta”, pero vuelta en la leyenda; evidentemente, alguien como
una “geste” es un relato épico, y no una narración él no podía morir de viejo, en la cama, había de
cómica o humorística, y aquí es calificada de ale- hacerlo de forma gloriosa y “llamando la atención”
gre sólo por el hecho de que tiene un final feliz para que no fuera olvidado: la más conocida, que
y no trágico. “Meyne” deriva del antiguo francés no la única, es la que narra como, una vez enfer-
“mesniee” y significa “casa”, es decir, un grupo de mo, fue a visitar a su prima, la abadesa de Kirklees,
sirvientes, como en el francés actual “ménage”. El (en otras versiones es su tía Margaret) para que
sheriff es el representante del rey, responsable de le sanara, pero ésta, bien por propia voluntad o
que la ley y el orden se respetaran desde el Not- por intercesión de un enviado de sus enemigos, le
tinghamshire y el Yorkshire del sur hasta la costa. cortó las venas y le dejó que se desangrara; vién-
De hecho, en torno a la aseveración acerca del dose morir, el héroe hizo sonar su cuerno, tomó
104 Weird Tales de Lhork
su arco y lanzó una flecha, pidiendo ser enterrado
allá donde cayera…
Hasta tal punto llega la leyenda de este sujeto,
que incluso existen lugares atribuidos a él: la bahía
de Robin Hood, que dista muchos kilómetros de
las costas del condado de York, fue bautizada así
en recuerdo del proscrito, cuya banda tenía fon-
deadas allí numerosas barcas, que utilizaba para
pescar y, eventualmente, para huir de las autori-
dades.
En cuanto a los compañeros habituales de Ro-
bin, los más citados habitualmente son:

• El Pequeño Juan (Little John), del que tradi-


cionalmente se dice que recibió ese apelativo
irónicamente, debido a su gran envergadura,
aunque algunos investigadores plantean la po-
sibilidad de que el antiguo término Lytell John
pueda estar referido no a un apodo, sino a su
verdadero nombre, y que tal vez ése fuera su
auténtico apellido. Viene a ser el segundo al S balada en la que se encuentra con Eduardo II
mando en la banda de proscritos, y de él se Kevin Costner como Robin Hood. (1307-1327), cabe plantearse dos posibilidades:
afirma que murió en Hathersage, en el conda- (Fuente: cine-y-literatur.blogs- una, absurda, según la cual nuestra leyenda ha-
do de Derby; la tumba en que supuestamente pot.com). bría de tener cerca de 200 años para poder
yacía fue abierta en 1784 y en ella se encon- haberse encontrado con todos estos reyes, y
traron los huesos de un hombre excepcional- la otra que sólo uno de los encuentros pudo
mente alto. ser real. ¿Cuál? Más adelante daremos una po-
• Will Scarlett. sibilidad…
• Much, el hijo del molinero. 4. La invasión normanda de las islas británicas da
• Fray Tuck, el orondo sacerdote que protagoni- comienzo en el 1066. Si aducimos a la presen-
zará una de las primeras baladas de la saga. cia de los conquistadores el motivo por el cual
Robin Hood es un bandido justiciero, hemos
de hacer retroceder su historia hasta el siglo
LA INVESTIGACIÓN XI: 200 años después, los normandos se han
integrado de tal modo en la vida de los ingle-
Una vez comprobadas las características más ses que no parece tener sentido alguno que
generales del personaje y su entorno, pasemos a alguien venga a luchar contra el “pérfido in-
las investigaciones acerca de si se trató de un per- vasor”. De hecho, Ricardo Corazón de León,
sonaje real o no; pero antes de ello, debemos po- citado en el punto anterior, es de ascenden-
ner en claro una serie de puntos para situar mejor cia normanda, pero es considerado tan inglés
el entorno y las posibilidades: como el que más…
5. La llegada del pueblo normando aportó a Ingla-
1. En la época de la que estamos hablando, el terra, entre muchos otros cambios, una nueva
nombre Robert y el apellido Hood (o Hode o ley, la ley forestal: su objetivo fundamental era
cualquiera de las variaciones) eran muy comu- preservar la caza para que el rey Guillermo el
nes, tanto que las investigaciones han desen- Conquistador y su corte pudieran practicar su
terrado unos cuantos; y no sólo en esa época, afición favorita. Esta ley afectaba a toda aquella
sino en momentos posteriores. parte del país que el monarca deseara consi-
2. Robin era un nombre que acabó asimilándose derar como su bosque particular, y que podía
a los espíritus de los bosques, a los duendes, lo llegar a cubrir hasta un tercio de la superficie
que entroncaría con la idea del mito verde, de total. Protegía tanto a los animales como el en-
la deidad de la naturaleza. torno en el que éstos se movían libremente,
3. El reinado de Ricardo Corazón de León duró por lo que a menudo el área forestal llegaba
desde 1189 hasta 1199, lo que deja práctica- a incluir tierra cultivada o incluso más: como
mente fuera de toda posibilidad que un Robin ejemplo, el bosque real del Hay of Hereford
Hood proscrito pudiera haberse encontra- incluía una parte de la misma ciudad de He-
do con él, suponiendo que hiciéramos caso a reford. Cualquiera que se atreviera a tomar
la teoría más extendida, la de Joseph Hunter medida alguna contra los animales que estaban
que expondremos un poco más adelante; en devorando sus cultivos, o que quitara maleza
este caso, el arquero de Sherwood ni siquiera de una zona desierta, estaba infringiendo la
había nacido. Incluso su famoso sucesor, Juan ley; también matar y comer venado del rey era
sin Tierra (1199-1216), lo tendría complicado considerado alta traición, y se castigaba despe-
para conocer al legendario personaje. En este llejando vivo al reo. Esta ley se prolongó en el
sentido, puesto que también hay una célebre tiempo, y pudo ser perfectamente uno de los
Weird Tales de Lhork 105
divinidad pagana o fuerza elemental de la na-
turaleza: sólo se ha acudido a estas ideas de
forma reciente, pues hasta hace bien poco era
considerado, y aún lo sigue siendo, una figura
histórica. En este caso, se ha llegado a iden-
tificar con el dios nórdico Wodin (Odin), la
deidad escandinava Hoder, o el elfo teutónico
Hodeken, un héroe folklórico derivado de al-
gún antiguo dios sajón…
• Una de las teorías más extendidas al respecto
se basa en una balada compuesta con bastan-
te probabilidad en el siglo XVIII, titulada “La
Muerte y el Entierro de Robin Hood, que cuenta
cómo enfermó y cómo fue a casa de su prima en
Kirkley May, quien lo dejó desangrar, lo que fue
causa de su muerte”. Esta balada cita como
colofón el epitafio de la tumba del proscrito,
situada cerca del priorato de Kirklees, en Yor-
kshire, escrito en sajón, cuya traducción sería:
Robert, conde de Huntington
Yace bajo esta pequeña losa
Ningún arquero fue tan bueno como él
Su furia le ganó el nombre de Robin Hood;
Durante trece años y algo más
A estas partes norteñas perturbó
Que Inglaterra no vuelva a conocer
Proscritos como él y sus hombres.

La fuente de estos versos es un documento, del


que se sospecha con bastante certeza que sea fal-
so, que el anticuario del siglo XVIII William Stuke-
ley afirmaba haber encontrado entre los papeles
de un investigador más antiguo, Thomas Gale, que
fue deán de Cork desde 1697 hasta 1702.
motivos que motivaran la proscripción de Ro- Según esta hipótesis, nació en 1160 y murió en
bin. 1247, y era un conde que vivió en Loxley y que
6. No existe constancia alguna de que Robin fue- vivió 87 años. Robert se proscribió en el siglo XII
ra llamado así por el pájaro del que tomaría y sus tierras fueron transmitidas al conde de Che-
el nombre, petirrojo, ni de que se apellidara ster. Esta hipótesis fue rebatida por J.C. Holt, que
Hood por llevar siempre capucha. E incluso al- afirma que Stukeley altero el árbol genealógico de
gunos, como Robert Graves, han sugerido que la familia para afirmar su idea, pero posteriormen-
la traducción de su nombre podría provenir te Jim Lees reafirmo las teorías de Stukeley.
de un origen celta y sería “carnero” (robinet) A pesar de estas sospechas de falsificación, la
(pensamos en el dios con cuernos de los celtas, teoría del conde de Huntington se ha mantenido:
Cernunnos, señor de los bosques y la natura- Richard Grafton citaba en 1569 un “antiguo pan-
leza), y la de su apellido como madera (wood), fleto” que le había permitido fechar la carrera de
pero tampoco se aportan datos suficientes Robin Hood, y un manuscrito anónimo del Museo
para pensar tal cosa: como ya se ha dicho en Británico, que data de finales del siglo XVI, hace un
el punto 1, este nombre era muy común, por relato casi idéntico. Stukeley creía haber identifi-
lo que pretender buscarle significados ocultos cado a Robin con Robert Fitzooth, descendiente
podría ser como buscarle tres pies al gato. colateral de ficción de Richard Fitzgilbert, uno de
7. El término Robin Hood acabó por ser usado los caballeros de Guillermo el Conquistador: los
para denominar a los exiliados de la ley, que herederos de Huntington también descendían de
por aquella época debían ser bastante nume- él. Un escritor del siglo XIX complicó aún más la
rosos. teoría sugiriendo que el nombre sir Richard at the
Lea (o Simon of the Lee), que era uno de los títu-
Una vez aclarados estos puntos, cuestión ne- los que se adjudicaron a Robin en baladas poste-
cesaria para poder navegar por el proceloso mar riores, derivaba de una familia llamada St Lys, que
de las teorías que se han planteado sobre la exis- vivió en el castillo de Huntington un tiempo.
tencia de Robin Hood, veamos algunas de las hi- Sin embargo, esta teoría choca con un importan-
pótesis esbozadas, con mayor o menor credibili- te escollo que no se tiene en cuenta: las baladas más
dad, acerca del personaje que nos ocupa: antiguas describen inequívocamente a Robin como
un plebeyo, no como un miembro de la aristocracia.
• La asimilación de Robin Hood a algún tipo de
106 Weird Tales de Lhork
• Un pliego suelto del siglo XVII sitúa sin vacilar los registros de Manor Court entre 1274 y 1314.
a nuestro personaje en el reinado de Enrique El 25 de enero de 1316, Robert Hood y su espo-
VIII (1509-1547): “Si place a su Gracia, he veni- sa Matilda entregaron dos chelines a cambio de la
do a este lugar para hablar con el Rey Enrique;/ autorización para ocupar un trozo de las tierras
la Reina Catalina respondió al audaz Robin”. Si baldías del señor en “Bickhill” (O Bitchhill (¿Podría
ya cuesta relacionar a Robin con Ricardo Co- este nombre ser traducido como Colina de la bru-
razón de León y Juan sin Tierra (siglo XII) o ja? ¿Y aportaría una nueva luz a la idea de fuerza
con Eduardo II (siglo XIV), ¿cómo creer que de la naturaleza que se ha barajado?)), Wakefield.
pueda ser cierta su existencia en el siglo XVI, Este trozo de tierra medía 10 metros de longitud
máxime teniendo en cuenta que las baladas y 5 de anchura, y debía “albergar a los susodichos
se empiezan a publicar en 1380? A no ser que Robert y Matilda y a sus herederos, pagando seis pe-
en realidad se esté aludiendo a uno de esos niques anuales al señor, en los tres plazos del año”.
bandidos conocidos como “Robin Hood” de la Los registros de Manor Court de 1357 mencionan
época. una casa “anteriormente propiedad de Robert Hode”
• Robert Hood de Cirencester, que mató a un en ese lugar.
hombre llamado Ralph en el jardín del abad en Siguiendo con este planteamiento, hacia finales
algún momento entre 1213 y 1216. de 1316 el conde de Warenne recibió órdenes del
• Un Robin Hood que estuvo en prisión en rey Eduardo II de reclutar un escuadrón de infan-
1354, por delitos cometidos en el bosque de tes para luchar contra los escoceses; el nombre de
Rockingham. Robert Hood aparece entre los que fueron multa-
• El profesor Holt apuesta por Robert Hode, dos por no obedecer al conde y hacer caso omiso
un arrendatario del arzobispado de Cork que del llamamiento.
huyó de la jurisdicción de los jueces del rey en El conde de Warenne volvió a llamar a las
1225. Sólo se sabe que fue un proscrito. armas en 1317, y esta vez el nombre de Robert
• En el siglo XVIII, el doctor William Stukeley Hood no apareció en la lista de los multados, por
atribuyó la personalidad de Robin Hood al no- lo que Walker, en buena lógica, sugiere que eso
ble Robert de Kyme, quien vivió entre 1210 y prueba que acudió al llamamiento. En 1322 Lan-
1286, y del que se dice que era el hijo mayor caster reclutó un ejército de 2.000 infantes para
de William de Kyme. Robert de Kyme era de luchar contra el rey y, aunque no hay registros de
Saxon, se proscribió en 1226 y vivió robando y los nombres de quienes lucharon en Boroughbrid-
alterando la paz del reino; posteriormente en ge, el nombre de Robert Hood, de nuevo, no figu-
1227 fue indultado por el rey. Según Jim Lees ra entre los multados por incomparecencia.
Robert de Kymes mantenía una demanda terri- Aceptando que estuvo en dicha batalla, Walker
torial sobre el condado de Huntington, lo que continúa afirmando que en la lista de propiedades
propicio su salto a proscrito y su posterior confiscadas a los hombres que habían sido puestos
perdón. Según estas investigaciones, las líneas fuera de la ley figuraba “un edificio de cinco habita-
genealógicas apuntan a la veracidad de Robert ciones de nueva construcción en Bichhill, Wakefield”,
Kyme como Robin Hood. vivienda que identifica con la que citan los regis-
• Tony Molyneux-Smith lanza una nueva teoría tros de Manor Court de 1316.
sobre la posible identidad de Robin Hood, si- Si esto es cierto, parece muy convincente: te-
tuándolo en Nottinghamshire. Para él Robin nemos a un tal Robert -o Robin- Hood entre los
Hood era un seudónimo de la familia Foliot, que fueron proscritos en 1322. ¿Dónde podía re-
que mantenía una casa señorial en un lugar lla- fugiarse, sino en el vecino bosque de Barnsdale?
mado Wellow durante el siglo XIV; la cercanía Dicho bosque era una amplia extensión de tierras
con el bosque de Sherwood permitía mante- en la zona sur de West Riding, que en su extre-
ner la relación con los lugares en que se sitúan mo meridional se unía con el bosque de Sherwo-
las correrías de Robin Hood. Al parecer, según od y llegaba hasta los suburbios de Nottingham.
esta teoría la familia Foliot se ocultaba bajo ese Y, casualmente, las más antiguas baladas sitúan sus
seudónimo para realizar determinados delitos aventuras en Barnsdale.
según las leyes locales de la época. En la teoría anterior, aparentemente consis-
• El anticuario Joseph Hunter, en 1852, tras in- tente, surge una complicación: parece que Walker
vestigar en la recopilación de registros que desarrolló este argumento a partir de un error de
sistematizó la Comisión del Documentos His- interpretación del texto latino. En su libro “Robin
tóricos a lo largo del siglo XIX, afirmó haber Hood”, el profesor J. C. Holt señala que el “edifi-
descubierto pruebas que identificaban al Robin cio de cinco habitaciones” es en realidad de “cinco
Hood real; casi un siglo después, su trabajo fue establos”, y que no existe prueba alguna de que se
continuado por J. W. Walker, de la Sociedad Ar- tratara de una propiedad confiscada. Por otro lado,
queológica de Yorkshire. Ésta sería la historia las investigaciones del profesor Holt descubrieron
extraída de dicha investigación. otro manuscrito que parece apoyar la argumenta-
ción que sigue a continuación:
Entre los años 1285 y 1295 nació Robert en la En la primavera de 1323. Eduardo II recorrió el
ciudad de Wakefield, hijo probablemente de Adam Norte de Inglaterra, partiendo de Westminster el
Hood, un guardabosque al servicio del conde de 18 de abril y llegando a Newark el 29 de abril y a
Warenne: este nombre aparece regularmente en Cork el 1 de mayo. Desde el 16 al 21 de mayo es-
Weird Tales de Lhork 107
tuvo en Rothwell, entre Wakefield y Leeds, y pasó
tres días cazando en Plumpton Park, una parte del
bosque de Knaresborough. La “Lytell Geste” relata
que el rey expresó el deseo de ver a Robin Hood
con sus propios ojos. Uno de los guardabosques
del rey sugirió un inteligente plan: el rey y cinco
de sus caballeros debían disfrazarse como si fue-
ran un abad y sus monjes, y atravesar el bosque.
Era seguro que Robin los detendría y así podrían
conocer al célebre proscrito. Así sucedió, y es fa-
mosa la leyenda de cómo Robin reconoció a su
rey, fue perdonado y conducido a Londres con el
séquito real.
Si esto se basara en hechos reales, Robin ha-
bría sido nombrado vadlet, cuyo lugar en la corte
se situaba no junto al trono del rey, sino junto a la
puerta de la cámara del rey, razón por la que se
les llamaba también porteurs. El rey se quedó en
Nottingham hasta el 24 de noviembre, pasó la Na-
vidad en Kenilworth y dando un gran rodeo pasó
por Gloucester y Bristol, volviendo a Westminster
el 27 de febrero de 1324.
Llegados a este punto regresamos a Joseph
Hunter, que descubrió que las cuentas de la corte
del 25 de abril de 1324 registran el pago del sa-
lario del mes anterior a “Robyn Hod” y a otros
28, y desde esta fecha hasta noviembre el nom-
bre de Robyn Hod aparece con regularidad en las
cuentas. El profesor Holt descubrió un fragmento
de una cuenta de la corte de junio de 1323, cuya
escritura está casi borrada pero puede ser desci-
frada con luz ultravioleta, en la que se registra el
pago del salario de Robyn Hod correspondiente al
mes –si hemos de creer a la “Lytell Geste”- en que
Robin entró al servicio del rey.
La leyenda de Robin Hood afirma que pasado
un año y algunos meses, Robin pidió permiso al
rey para abandonar la corte y volver a Barnsdale. tar muy convincentes, pero no por ello dejan de
En las cuentas del 22 de noviembre de 1324 figura ser pruebas circunstanciales, aunque sí es cierto
una nota que señala la baja de “Robyn Hod”, anti- que las piezas del puzzle conforman un diseño
guo porteur (“Por orden del rey, se entregó a Robyn muy coherente.
Hod, que fue uno de los porteurs, porque ya no puede
trabajar aquí, la suma de cinco chelines”).
Según la “Lytell Geste”, Robin vivió muchos años MARIAN
en Barnsdale, pero un día, alrededor de 1346, en-
fermó y necesitó una sangría. Acudió a su prima, la En las primeras baladas, las mujeres están prác-
abadesa de Kirklees, pero ella le abrió una vena y ticamente ausentes de las aventuras del arquero
dejó que se desangrara. de Sherwood, que se dedicaba a robar, cazar y ma-
A principios del siglo XVII se decía que “en el tar sin ningún reparo y, casi con total seguridad, sin
convento de Kirklees, la tumba de Robin Hood, con repartirlo con nadie más que con él mismo y sus
una cruz lisa sobre una losa plana, puede verse en el propios compañeros.
cementerio”. En 1665, el doctor Nathaniel Johnsto- La figura de Marian es tardía, se incorpora a
ne hizo un dibujo de la piedra; en 1715 Thoresby la leyenda alrededor del siglo XVII. Probablemente
escribió acerca de “una lápida que aún permane- fue tomada en préstamo de un poema dramático
ce, pero la inscripción es apenas legible”, y el libro pastoral titulado “Jeu de Robin et Marion” (Juego de
“Monumentos Sepulcrales” de Gough reproduce un Robin y Marian), compuesto alrededor de 1285
grabado de la lápida “en la actualidad rota y muy es- por Adam de la Halle. Durante el siglo XVI las ba-
tropeada”. A comienzos del siglo XIX fue destroza- ladas comenzaron a estar asociadas con las festivi-
da por peones camineros que estaban trabajando dades de los Mayos, y los estudiosos creen que la
en una vía férrea cerca de allí. Marion del poema de De la Halle estaba vincula-
En 1706 se descubrió la tumba de la abadesa da con alguna antigua diosa de la fertilidad y/o los
en las ruinas de Kirklees: la lápida era similar a la bosques; tal vez su asociación con Robin surgió a
que se dice que corresponde a Robin Hood. causa de la vinculación de éste con los bosques, y
Tantas pruebas circunstanciales pueden resul- por lo tanto con el mundo de la magia y lo sobre-
108 Weird Tales de Lhork
natural. Si es cierto que Marian se originó como un Como colofón a estas especulaciones, puesto
símbolo de la fertilidad, es extraño que la leyenda que no son otra cosa mientras no se hallen prue-
la muestre como un personaje extremadamente bas o datos más contundentes al respecto, la idea
casto. En uno de los episodios, Marian, disfrazada con la que debemos quedarnos es que cualquiera
de paje, combate con su enamorado durante una de las interpretaciones al respecto parecen igual-
hora antes de que ambos se reconozcan mutua- mente atractivas, aunque sí que es cierto un deta-
mente. ¿Puede estar la explicación en la naturaleza lle al que ya hemos aludido en más de una ocasión:
romántica y galante de los escritos posteriores, en originalmente el célebre bandido era presentado
los que se va desvaneciendo el carácter anárqui- como un plebeyo, no como un noble, por lo que
co del mito y se va transformando en el justiciero lo más lógico es suponer que todas las suposicio-
enamorado? Probablemente se trate, junto a esta nes acerca de su supuesta nobleza (Locksley, Hun-
explicación, de una operación de marketing, tal y tington, etc.) estén mediatizadas por los datos que
como sugiere Rubén Valdés, puesto que en aque- se aportaron a partir del siglo XV, y que no figuran
lla época, e incluso ahora, una buena historia de en las menciones anteriores. A tenor personal, y
acción aderezada con un amor romántico resulta a juzgar por la documentación que aporta, la que
más atractiva y atrae más a la gente… me resultaría más convincente es la hipótesis de
Joseph Hunter, aunque incluso esta idea, que es
coherente con puntos como el célebre encuentro
CONCLUSIONES de Robin con el rey Eduardo II, choca con otros
escollos como su presencia en la época de Ricar-
No podemos asegurar con certeza absolu- do Corazón de León o Juan sin Tierra, lo que me
ta que haya habido un personaje concreto que hace sospechar que los compiladores de toda es-
haya sido el que haya dado origen a las baladas tas historias, en su afán de crear una leyenda vi-
que compondrían el corpus principal de la leyen- viente que representara la justicia y la lucha con-
da, aunque sí podemos hacer suposiciones depen- tra la opresión, no dudaron en usar referencias de
diendo de la idea que tomemos: personajes de distintas épocas y que contaron con
el mismo apodo que, como sabemos, representaba
• Si nos atenemos a la teoría de que Robin a los perseguidos por la ley: “Robinhood”.
Hood fue un hombre concreto, específico, he- Y así, perdido en las profundidades de los bos-
mos de partir de la base de que no podemos ques ingleses, perviviendo por siempre en la me-
encasillarlo con nitidez absoluta en ninguna moria de la sociedad, dejaríamos al mito con su
época, puesto que, como ya hemos visto, el banda…
nombre era muy común. Cualquiera de las hi-
pótesis planteadas podría ser la buena, aunque
también es cierto que la que más datos aporta BIBLIOGRAFÍA
para su verosimilitud es la que lo sitúa duran-
te el reinado de Eduardo II. Y aún podríamos A continuación voy a presentar una pequeña
introducir algo más, y es que la primera men- muestra de la bibliografía relativa a Robin Hood,
ción, como ya se ha comentado, se produce en básicamente en lo tocante a baladas, novelas y na-
1377. ¿Es factible pensar que el mito se gestara rraciones. Evidentemente no están todas las que
un siglo o dos antes sin que aparezcan referen- son, pero sí son todas las que están.
cias a él?
• Sin embargo, si tomamos como base la posi- • Hacia 1377: Primera mención de Robin
bilidad de que Robin Hood fuera usado como (Robyn Hood). Willliam Langland: Pedro el labrador
sinónimo de forajido en la leyenda, cosa que en (Piers Plowman).
la realidad sí ocurrió, esto haría que encajara • Hacia 1450: Primeras baladas conocidas
en cualquiera de los reinados de las historias: sobre Robin Hood: Lyttle Geste od Robyn Hode (¿A
podría tratarse de diferentes sujetos de dis- Lytell Geste of Robyn Hode… a Mery Geste of Ro-
tintas épocas que llevaban el mismo apelativo, byn Hode and his Meyne, and of the Proude Sheryfe
siendo así que uno de ellos se encontrara con of Nottingham… Explicit, Kynge Edward and Robyn
Ricardo Corazón de León, otro con Juan Sin Hode & Lytell Johan?), Robin Hood and the Monk, y
Tierra, otro con Eduardo II… las historias de Robin Hoode his Death, Robin Hood
• Tampoco podemos descartar el hecho de que and Guy of Gisborne, y Robin Hood and the Curtal
tal vez no llegó a existir nadie que encarnara el Friar, compiladas por Wyrkyn de Worde, primero
ideal mostrado en las baladas originales, que en en popularizar el uso de la imprenta en Ingla-
realidad lo que los creadores de las canciones terra y primero en señalar a Robin como Robert
hicieron fue tomar como ejemplo la figura del Frizhood, conde de Hunttington.
bandido como rebelde ante las fuerzas opre- • 1795: Primera compilación importante
soras de la Corona y construir en torno a esta de antiguas baladas. Joseph Ritson: Robin Hood: A
imaginería, a este arquetipo como podríamos Collection of all the Ancient Poems, Songs and Ballads,
denominarlo, una serie de aventuras y eventos now extant, relative to that celebrated Outlaw.
que se convertirían en el germen de la leyenda • 1819: Primera mención novelística de
que iría creciendo cada vez más. Walter Scott: Ivanhoe (novela). Aunque aquí se lla-
ma Robin de Locksley y la acción transcurre du-
Weird Tales de Lhork 109
rante el reinado de Ricardo Corazón de León.
• 1820. Walter Scott vuelve sobre el per-
sonaje con su obra Robin Hood, en la que también
es descendiente de la nobleza. También transcurre
en los tiempos del Rey Ricardo.
• Versión anónima en la que Robin aparece
como señor de Locksley y durante el cautiverio
de Ricardo Corazón de León, por lo que es de
suponer que se trate de una historia posterior a la
de Walter Scott.
• Versión anónima en la que aparece como
Robert Fitzwalter, heredero del condado de Sher-
wood, también durante la época de Juan sin Tierra.
Es posible que se trate de una versión de finales
del siglo XV o más tardío.
• 1838: Primer folletín aparecido en un
periódico británico por Pierce Egan the Younger:
Robin Hood and Little John o, The Merry Men of Sher-
wood Forest.
• 1863: Alejandro Dumas : El Príncipe de
los Ladrones y Robin Hood el Proscrito, en las que
se sigue manteniendo la versión romántica del no-
ble perseguido por la injusticia que lucha contra la
opresión.
• 1883: Primer clásico de la literatura in-
fantil. Howard Pyle: Las aventuras de Robin Hood.
Retoma la idea básica de Walter Scott y la refunde
con las baladas originales, intentando formar un
todo coherente, que se convertirá con el paso
del tiempo en el germen de la mayor parte de la
iconografía referente al arquero de Sherwood.
• 1999. Erich Wolfgang Korngold escribe
The Adventures of Robin Hood.
• 2003. Regresando a la idea de Locksley,
John Escott publica Robin Hood.
• 2007. Elizabeth Chadwick escribe El Pro-
scrito: la Verdadera Historia del Caballero que Inspiró
la Leyenda de Robin Hood, una novela cuyo título lo
dice todo. • Robin Hood: The Unknown Templar. John
• 2007. Paul Creswick escribe Las Aventuras Paul Davis
de Robin Hood.
• 2010. Angus Donald publica Robin Hood, el
Proscrito, una novela catalogada como de carácter FILMOGRAFÍA
bastante más duro que las habituales narraciones
galantes, mostrando a unos personajes más sórdi- Al igual que con la bibliografía, se hace casi im-
dos y brutales de lo que había sido habitual hasta posible recopilar todo lo que se ha realizado en
el momento. medios audiovisuales acerca de Robin Hood, por
lo que a continuación voy a dar una relación de
En cuanto a los ensayos e investigaciones so- una parte de dichas películas:
bre la figura histórica y/o mítica del arquero de
Sherwood, al margen de las citas que ya se han • Cortometraje de cine mudo titulado Ro-
empleado a lo largo de este artículo, citaremos a bin Hood and his Marry Men (1908) dirigido por
continuación alguna más como indicativo de los Percy Stow
ríos de tinta que el tema ha hecho correr: • Cine Mudo Robin Hood outlawed (1912)
producción Británica.
• Cine Mudo Robin Hood (1912) versión
• 1987. El Único y Verdadero Robin Hood. Ni- norteamericana con Robert Frazer
gel Gray. • Cine mudo In the days of Robin Hood
(1913) versión norteamericana.
• 1995. Robin Hood: la historia del hombre • Robín de los bosques, de Allan Dwan, 1922,
que dio vida al mito. Graham Phillips. con Douglas Fairbanks.
• Robin Hood (1923) versión norteameri-
• 2009. Baladas de Robin Hood. J. Rubén Val- cana estrenada en Gran Bretaña con el título de
dés. Robin Hood and Maid Marian.
110 Weird Tales de Lhork
• Robin de los bosques, de William Keighley y • Y le llamaban Robin Hood (1975) de Toni-
Michael Curtiz, 1938, con Errol Flynn. no Ricci
• El bandido del bosque de Sherwood de • The legend of Robin Hood (1975) Serie de
Henry Levin y George Sherman, 1946 con Russel TV de seis episodios, producción Británica.
Hicks • Robin y Marian, de Richard Lester, 1976.
• El hijo de Robin Hood (1946) de Henry Le- Narra el regreso de Robin después de 20 años,
vin y George Sherman protagonizada por Cornel con situaciones divertidas y finalmente trágicas.
Wilde. Con Sean Connery y Audrey Hepburn.
• El Rey de los Bosques (1948) de Howard • Los héroes del tiempo (1981) versión có-
Bretherton protagonizada por John Hall mica llevada a cabo por los Monthy Python y diri-
• El Rey de los Bosques (1950) de Gordon gida por Terry Gilliam
Douglas protagonizada por John Dereck • Robin de Sherwood (Serie de TV Británica
• La historia de Robin Hood, de Ken Annakin, 1984) con Michael Praed. Es una versión de las
1952, con Richard Todd. aventuras de Robin Hood con un enfoque místico.
• The adventures of Robin Hood (1955) Serie • Robin Hood, telefilm de John Irwin, con
de TV rodada en inglaterra y protagonizada por Uma Thurman y Patrick Bergin,1991.
Richard Greene y Peter Cushing • Robin Hood, príncipe de los ladrones, de
• Los arqueros del Rey (1957) de Ken Anna- Kevin Reynolds, con Kevin Costner, 1991.
kin protagonizada por Richard Todd y Peter Finch • Las locas locas aventuras de Robin Hood, de
• El arquero de Sherwood (1957) de Val Mel Brooks, con Cary Elwes, 1993. Es una parodia
Guest una producción de Hammer Films de las películas sobre Robin Hood.
• Robin Hood y los piratas (1960) produc- • Robin de Locksley (1996) protagonizada
ción Italiana a cargo de Giorgio Simonelli, protago- por Damon Sawa
nizada por Lex Baker • Las nuevas aventuras de Robin Hood (1999)
• Sword of the Sherwood Forest (1961) de serie de TV
Terence Fisher protagonizada por Richard Greene • Back to Sherwood (1999) Serie de TV de
• El triunfo de Robin Hood (1962) produc- producción Canadiense
ción Italiana de Umberto Lenzi • Robin Hood (Serie TV 2006), serie de la
• Las nuevas aventuras de Robin de los BBC, 2006
Bosques (1970) producción Hispano-Italiana a car- • Robin Hood, Prince of Sherwood (2008)
go de Robin White filme producido para TV
• Robin Hood, el arquero invencible (1970) de • Robin Hood (2009) Serie TV de produc-
Luis Merino ción Británica
• El arquero de sherwood (1972)producción • Beyond the Sherwood Forest (2009) con
Hispano-Italiana de George Ferroni protagonizada Robin Dunne y Erica Durance
por Giuliano Gemma • Robin Hood, de Ridley Scott, con Russell
• Robin Hood, dibujo animado de Wolfgang Crowe, 2010. Esta última versión, según su direc-
Reitherman, producido por los estudios Disney, tor, promete ser la más fiel al personaje original, al
1973. que tal vez dio origen a la leyenda. A juzgar por los
• Robin Hood nunca muere (1974) de Franc- trailers, desde luego sangrienta sí es…
esc Bellmunt

Weird Tales de Lhork 111


112 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 113
114 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 115
116 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 117
118 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 119
120 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 121
122 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 123
124 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 125
126 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 127
128 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 129
130 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 131
132 Weird Tales de Lhork
Weird Tales de Lhork 133
134 Weird Tales de Lhork

También podría gustarte