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La Corte Suprema de Justicia de la Nación Declaró la

Inconstitucionalidad de las Sumas No


Remunerativas Pactadas en Convenios Colectivos

Pablo Mastromarino
Tanoira Cassagne Abogados

El 4 de junio de 2013, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, dictó sentencia en los autos
“DÍAZ, Paulo Vicente c/ Cervecería y Maltería Quilmes S.A.”, en la cual se pronunció a favor del
carácter remuneratorio de las sumas “no remunerativas” pactadas entre empleadores y sindicatos
en el marco de la negociación colectiva.

El fallo se enmarca dentro de la línea doctrinaria que el Máximo Tribunal de la Nación viene
sentando desde sus pronunciamientos en las causas “González, Martín Nicolás c/ POLIMAT S.A. y
Otro” -en el que declaró la inconstitucionalidad de los Decretos N° 1.273/02, 2.641/02 y 904/03
dictados por el Poder Ejecutivo Nacional, en cuanto habían establecido el pago de “sumas no
remunerativas”-; y en la causa “PEREZ, Aníbal c/ Disco S.A.”, en la que declaró la
inconstitucionalidad del hoy derogado artículo 103 bis, inciso c) de la Ley de Contrato de Trabajo,
señalando así el carácter salarial de los vales de alimentarios y canastas de alimentos, que la
norma mencionada definía como beneficios sociales no remunerativos.

El fallo bajo análisis hace particular hincapié en la definición amplia que el artículo 1° del Convenio
N° 95 de la OIT, ratificado por nuestro país, adopta sobre el concepto de salario, caracterizando al
mismo como “la remuneración o ganancia, sea cual fuere su denominación o método de cálculo,
siempre que pueda evaluarse en efectivo, fijada por acuerdo o por la legislación nacional, y debida
por un empleador a un trabajador en virtud de un contrato de trabajo, escrito o verbal, por el
trabajo que este último haya efectuado o deba efectuar o por servicios que haya prestado o deba
prestar”.

En este sentido, el Máximo Tribunal de la Nación ha merituado que al estar frente a un tratado
ratificado por la República Argentina, nuestro país se obliga a que sus órganos administrativos y
judiciales lo apliquen. Más aún, en su voto, los Dres. Maqueda y Zaffaroni aplican la doctrina del
fallo “Milone”, donde se resolvió que este tipo de instrumentos, en tanto ratificados por nuestro
país, forman parte de los tratados a los que el artículo 75, inciso 22, primer párrafo, de la
Constitución Nacional les confiere una jerarquía superior a las leyes.

En virtud de la doctrina judicial que desde hace algunos años viene adoptando la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, al momento de analizar si determinado concepto reviste o no naturaleza
remuneratoria, no debemos agotar nuestro estudio en los artículos 103 y 103 bis de la Ley de
Contrato de Trabajo ni en el artículo 6 de la Ley N° 24.241, sino que debemos incluir en el análisis
al Convenio N° 95 de la OIT.

No podemos dejar de pasar por alto la importante gravitación que el fallo que analizamos puede
tener sobre todos aquellos acuerdos salariales en los que las partes acuerdan el pago de una suma
“no remunerativa”, -generalmente acotada a un plazo determinado- que luego se va incorporando
paulatinamente al salario. Este tipo de sumas se observa en la gran mayoría de acuerdos de
recomposición salarial.

Dicha herramienta viene siendo utilizada por las comisiones paritarias desde la salida de la
convertibilidad, como un mecanismo para morigerar el costo final de los aumentos; alternativa
que ha sido aceptada por el Ministerio de Trabajo, y que no ha recibido cuestionamientos de
fondo por parte de la Administración Federal de Ingresos Públicos.

El problema se plantea con la mayoría de los empleadores que tienen personal convencionado y
que, aún cuando no son miembros de las comisiones paritarias ni tienen injerencia alguna en las
negociaciones, están legalmente obligados a cumplir con estos acuerdos salariales de alcance
colectivo.

Estos empleadores se ven obligados, por un lado, a dar estos incrementos y pagar esas sumas “no
remunerativas” a su personal dentro de convenio; pero por otro lado, se encuentran expuestos a
una contingencia laboral que en muchos casos puede tener un impacto económico de
considerables proporciones, ya que se les podría llegar a imputar que están abonando “salarios no
registrados”.

Es decir que, por cumplir con sus obligaciones legales y convencionales, el empleador puede
terminar expuesto a juicios laborales por “salarios no registrados” y además a que la AFIP le
formule cargos por los aportes y contribuciones omitidos sobre dichas sumas.

La mencionada situación, torna necesaria una solución legislativa, mediante la cual se establezca
un instrumento que sirva para atenuar el impacto económico que los empleadores deben soportar
frente a los acuerdos paritarios, sin que ello los exponga a contingencias laborales, y que a su vez
esté en sintonía con los lineamientos expresados por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Así por ejemplo, una ley que, sin restarle naturaleza salarial a las sumas que se acuerden en el
marco las negociaciones colectivas, establezca un régimen de exención o de reducción de aportes
y contribuciones durante un período determinado en el tiempo, podría ser una solución a esta
situación a la que hoy se encuentran expuestos los empleadores.

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