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Hábitos saludables. Trastornos alimenticios y su influencia en la danza.

Se define como trastorno al conjunto de síntomas, conductas de riesgo y signos


que puede presentarse en diferentes entidades clínicas y con distintos niveles de
severidad; los trastornos alimentarios se suelen presentar cuando una persona no
recibe la ingesta calórica que su cuerpo requiere para un buen funcionamiento
biológico. Los principales trastornos son la anorexia y la bulimia.

Las bailarinas en edad, de formación son una de las poblaciones con grandes
riesgos de sufrir trastornos de la imagen corporal, por su edad, sexo, y modalidad
deportiva. Sufren una mayor presión a través de su entorno y familia que otras
poblaciones, lo cual genera que sientan que están por encima del peso corporal
que deberían tener, afectando la forma en la que perciben su figura corporal.

Los bailarines están desafiados a mantener una figura agradable y estética, sin
embargo, una inadecuada nutrición y un bajo porcentaje de grasa, pueden incurrir
en una delgadez extrema y esto puede implicar alteraciones generales en la salud,
bajo rendimiento, y un incremento en el riesgo de sufrir lesiones.

Debido a la profesión y a las exigencias estéticas, la alimentación es elemental


para poder lograr parte de los objetivos que se establecen en el perfil de egreso
como ejecutante de danza contemporánea, además para que exista salud y un
buen rendimiento.

Rutsztein et al. (2007) llevaron a cabo una investigación con adolescentes entre
13 y 18 años en una escuela en la que se enseña danza clásica. En ese mismo
estudio los autores indican que hay poblaciones en las cuales el riesgo de
desarrollar este trastorno es mayor: modelos, jóvenes que practican patinaje
artístico, atletas, bailarinas de danza clásica etc. Para la realización de las mismas
es fundamental el mantenimiento de un cuerpo delgado, que respete ciertos
estándares de peso, en lo que respecta a la presión que se ejerce por la delgadez
en estos ámbitos.

Al combinarse con expectativas de alta competitividad, como ocurre en el


ambiente de la danza clásica, promueve las condiciones para el desarrollo de los
trastornos de la conducta alimentaria (TCA) particularmente en adolescentes
vulnerables.

Se hallaron características psicopatológicas propias de las personas que


presentan anorexia nerviosa en el 7% de una muestra de 100 estudiantes de
danza clásica. Es así como la presión por la delgadez promueve una condición
apropiada para el desarrollo de TCA.

Las estudiantes de danza clásica presentaron peso actual, peso ideal e IMC
significativamente menor que las adolescentes que no eran estudiantes de la
danza. También se encontró una proporción significativamente mayor de
estudiantes de danza clásica presentaba delgadez, bajo peso y distorsión de la
imagen corporal.

Otra investigación realizada por Paredes, Nessier y González (2011) arrojó como
resultados que el 50% de las estudiantes de danza clásica sobreestiman su
imagen corporal, seleccionando imágenes que no se corresponden con sus
parámetros antropométricos. Asimismo, el 58,3% de las estudiantes clasifican con
riesgo, es decir, que llevan a cabo conductas alimentarias anómalas.

Es importante que el estudiante de danza reciba una adecuada alimentación para


responder plenamente a las exigencias tanto físicas como mentales a las que se
encuentra sujeto y, además, conserve un buen estado nutricional. La danza puede
generar en algunas personas montos significativamente elevados de insatisfacción
corporal y una constante búsqueda de delgadez.

http://inbadigital.bellasartes.gob.mx:8080/jspui/bitstream/11271/487/4/352edctesfact01.pdf http://
scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112017000900026 https://rua.unam.mx/
portal/recursoshttps://www.psyciencia.com/las-danzas-factor-desencadenante-los-trastornos-
alimentarios/

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