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Maestro: Lic. José Gregorio Madrid Rodríguez.

Alumno: Francisco Javier Briseño Rivera.

Derecho Procesal Civil.

Actitudes del demandado que puede asumir al ser llamado a juicio.

ACTITUDES DEL DEMANDADO

En el orden jurídico mexicano, el derecho de en el juicio se deriva del segundo párrafo del
artículo 14 de la constitución, que expresa: “Nadie podrá ser privado de su libertad o de sus
propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales
previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento”.

Existe un derecho de acción, como un derecho para promover un proceso ante un órgano
jurisdiccional con objeto de que se resuelva sobre una pretensión litigiosa, también se ha
estimado que hay un derecho de defensa en juicio, el derecho del demandado a ser oído en
defensa en juicio.

Derecho de acción y de defensa, los cuales se encuentras reconocidos constitucionalmente, no


son considerados opuestos, en el sentido de que uno excluya al otro, sino como aspectos
complementarios. Pues el derecho de acción supone lógicamente al derecho de defensa.

Couture ha señalado, “Lo que se da al demandado es la eventualidad de defensa. Esta defensa,


en cuanto a su contenido, podrá ser fundada o infundada; podrá ejercerse o no ejercerse;
podrá ser acogida o rechazada en la sentencia. El orden jurídico no pregunta si el demandado
tiene o no buenas razones para oponerse. El derecho de defensa en juicio, no es el derecho
sustancial de las defensas, sino el puro derecho procesal de los defensores”.

Actitudes que puede asumir el demandado

El demandado puede asumir frente a la demanda, una vez que se le ha concedido la


oportunidad procesal de defenderse, contestar o no contestar la demanda.

En virtud del emplazamiento, al demandado se le concede un plazo fijo para contestar la


demanda; ese plazo es de 9 días en el juicio ordinario (artículo 2.111 del código de
procedimientos civiles para el Estado de México) y un plazo de 15 días (artículo 256 del código
de procedimientos civiles para el Distrito Federal). Uno de los efectos del emplazamiento es
imponer al demandado la carga de contestar la demanda ante el juez que lo emplazó. Pero
contestar la demanda no es una obligación para el demandado; sino una carga procesal, pues
se trata no de un vínculo jurídico entre dos sujetos, en virtud del cual uno puede exigir a otro
una determinada conducta en favor del acreedor, sino de un “imperativo del propio interés”.
Si el demandado contesta la demanda, realizará un acto en su propio beneficio; si no lo hace,
no recibirá sanción, como ocurriría si se tratara de una obligación, sino que sólo se colocará en
una situación jurídica procesal desfavorable en relación con la probable sentencia, en una
perspectiva, para emplear la terminología de Goldeschmidt, el autor de la teoría del proceso
como situación jurídica.

Si el demandado, contesta la demanda, puede asumir una variedad de actitudes, el


demandado puede:

1. Aceptar las pretensiones del actor (allanamiento).

2. Reconocer que los hechos afirmados por el actor en la demanda son ciertos (confesión).

3. Admitir la aplicabilidad de los preceptos jurídicos invocados como fundamento de la


demanda (reconocimiento).

4. Pedir que el proceso se haga del conocimiento de alguna otra persona, para que también se
le dé la oportunidad de defender el derecho controvertido y para que, en todo caso, la
sentencia que llegue a dictarse en tal proceso también se le pueda aplicar (denuncia).

5. Negar que los hechos afirmados por el actor, en su demanda, sean ciertos o decir que los
ignora por no ser propios (negación de los hechos).

6. Negar que el demandante tenga derecho a las prestaciones que reclama en su demanda
(negación del derecho).

7. Oponerse al proceso mismo, aduciendo la ausencia o el incumplimiento de presupuestos


procesales (excepciones procesales).

8. Oponerse al reconocimiento, por parte del juez, de los derechos alegados por la parte
actora, afirmando, en contra de las pretensiones de ésta, la existencia de hechos extintivos,
modificativos o impeditivos de la relación jurídico material invocada por el demandante
(excepciones sustanciales).

9. Formular nuevas pretensiones en contra de la parte actora, aprovechando la relación


procesal que ya se ha establecido (reconvención o contrademanda).

Todas estas actitudes implican la contestación formal a la demanda. Fuera del caso de
allanamiento, en el cual no hay ninguna resistencia por parte del demandado, tales actitudes
han sido enunciadas en orden de la menor a la mayor resistencia posible del demandado
frente a la demanda. Se debe tomar en cuenta, además, que las actitudes señaladas en los
números 4 a 9 no son enteramente excluyentes entre sí y que, en buena medida, pueden
concurrir dos o más de ellas en una sola contestación a la demanda. Así, al mismo tiempo que
se pide la denuncia del proceso a un tercero, se pueden negar determinados hechos u oponer
excepciones procesales o sustanciales; al mismo tiempo que se niega el derecho del
demandante a las prestaciones reclamadas, se le pueden contrademandar nuevas
pretensiones, etcétera. Por otra parte, las actitudes enumeradas en los puntos 1 a 3 y 5 y 6
pueden ser totales o parciales. Así, por ejemplo, el allanamiento puede ser respecto de todas o
sólo de algunas de las pretensiones del actor; la confesión puede referirse a todos o sólo a
algunos de los hechos aducidos por el demandante, etc.
En el caso de que tales actitudes sean parciales, es posible que concurran con cualquiera de las
demás. A cada una de estas actitudes, que implican la participación efectiva del demandado,
nos referiremos más adelante.

Conviene señalar, por último, que la actitud de no contestar la demanda, de no participar en el


proceso, implica una inactividad procesal a la cual se denomina rebeldía o contumacia y tiene
determinados efectos procesales, particularmente en relación con la situación del demandado
en el proceso.

Una vez que se haya examinado cada una de las actitudes que la contestación de la demanda
puede implicar, se hará referencia a la rebeldía.

ALLANAMIENTO A LA DEMANDA.

El allanamiento es una forma anormal de terminación de un proceso judicial, pues antes de


que se dicte sentencia por el juez, el conflicto termina por el asentimiento del demandado en
cuanto a lo que pretende el demandante.

Allanarse a la demanda es aceptar los cargos hace el demandante, es asentir o estar de


acuerdo con las pretensiones de la demanda, lo que conlleva al fin del proceso judicial.

El allanamiento es avenirse, acceder o aceptar las pretensiones de la demanda, lo que implica


reconocer los hechos y argumentos planteados en ella.

NEGACION A LA DEMANDA.

Negación de los hechos

La parte demandada puede limitarse a negar que los hechos afirmados por el actor sean
ciertos. Esta actitud de negación de la veracidad de los hechos, que se aduce para oponerse a
las pretensiones del actor, tiene fundamentalmente dos consecuencias:

1. En primer lugar, evita que se produzca la confesión ficta sobre los hechos afirmados por el
actor en su demanda, en los términos previstos en los arts. 266 y 271.

2. En segundo término, impone al actor la carga de probar los hechos negados expresamente
por el demandado, la carga de la prueba corresponde al que afirma hechos y no al que los
niega.

Negación del derecho

De manera similar a la actitud de negar los hechos, y regularmente como consecuencia de tal
actitud, el demandado puede negar también la existencia de los derechos reclamados por el
actor.

En la práctica procesal mexicana, la actitud de negar los derechos reclamados por la parte
actora se concreta en la denominada exceptio sine actione agis o excepción de falta de acción,
que consiste precisamente en la negación, que el demandado formula, de que el actor tenga
efectivamente los derechos que reclama en juicio.

La Suprema Corte de Justicia había considerado que la llamada exceptio sine actione agis “no
constituye propiamente hablando una excepción, pues la excepción es una defensa que hace
valer el demandado para retardar el curso de la acción (excepción dilatoria) o para destruirla
(excepción perentoria), y la alegación de que el actor carece de acción no entra en esa división.
Sine actione agis no es otra cosa que la simple negación del derecho ejercitado, cuyo efecto
jurídico en juicio solamente puede consistir en el que generalmente produce la negación de la
demanda, o sea, el de arrojar la carga de la prueba al actor, y el de obligar al juez a examinar
todos los elementos constitutivos de la acción”.

En general, en la doctrina se considera que tanto la actitud de negar los hechos como la de
negar el derecho, si bien implican una resistencia del demandado frente a la pretensión del
actor, no tienen el mismo significado que el de la oposición de excepciones. “Cuando el
demandado o el imputado —escribe Devis Echandía— se contenta con negar los elementos de
derecho o de hecho de la demanda o de la imputación o con afirmar su inexistencia,
ciertamente hay discusión de la pretensión, pero no existe excepción, sino una simple
defensa.”

OPOSICION DE EXCEPCIONES.

La oposición de excepciones suspende la continuación del proceso hasta que se resuelvan


favorable o desfavorablemente.

Normalmente no suspende el plazo para contestar la demanda. Solo suspenden el plazo para
contestar la demanda, en los casos de excepción de falta de personería; defecto legal en el
modo de proponer la demanda, y arraigo como consecuencia natural de la defensa
interpuesta.

La excepción en el derecho procesal es una figura jurídica que la doctrina ha visto desde dos
ángulos diferentes:(1)

a) El primero de ellos es en sentido abstracto, en el que la excepción es el poder que tiene el


demandado de oponer, frente a la pretensión del actor, cuestiones que obstaculizan un
pronunciamiento de fondo que el juzgador debe de hacer respecto de la pretensión, o bien,
que el pronunciamiento traiga como resultado la absolución del demandado, que fue la
persona que hizo valer en su favor la excepción.

Este significado abstracto es correlativo de la significación abstracta de la acción, en cuanto


poder jurídico del actor para plantear una pretensión ante el titular de un órgano
jurisdiccional.

El derecho de hacer valer una excepción se tiene cuando se cuenta efectivamente con la
posibilidad de formular cuestiones que son contrarias a la pretensión del actor, con
independencia de que se ejerza o no ese poder e independientemente de la fundamentación o
injustificación de las cuestiones que se hayan opuesto.

b) El segundo ángulo desde donde se contempla a la excepción es en sentido concreto. La


excepción vista desde esta plataforma, se objetiviza en las cuestiones concretas que el
demandado plantea frente a la pretensión del actor, con dos finalidades:

I. De oponerse a que la secuela procesal continúe, argumentando como razón de esta posición,
que no se han satisfecho en su totalidad todos y cada uno de los presupuestos procesales;

II. Oponerse al reconocimiento del juzgador de la fundamentación de la pretensión que


persigue la parte actora, con base en la existencia de hechos extintivos, modificativos o
impeditivos de la relación jurídica descrita por el actor en su demanda.
(1) OVALLE Favela, José; Derecho Procesal Civil; 7ª. edición; Harla; México; 1995; pp. 70, 71.

Muchas han sido las clasificaciones de las excepciones que se han formulado, la más usual en
el ámbito del ejercicio y práctica profesional del abogado es aquella que clasifica las
excepciones en dilatorias y perentorias.

Las primeras, son aquellas que tienen una eficacia temporal, obstaculizan o demoran el
ejercicio de la acción e impiden el pronunciamiento del juzgador sobre la procedencia. Las
segundas, tienden a la destrucción o perención de la acción sin afectar la marcha del proceso.

DENUNCIA DEL JUICIO A UN TERCERO

La denuncia de un juicio a terceros, o sea, la intervención obligada o forzosa de un extraño a la


relación procesal iniciada, tiende a sujetar a éste a la decisión que se pronuncie en la sentencia
para que pueda surtir efectos de cosa juzgada, no solamente para el demandado, sino también
para el tercero.

La denuncia, como actitud del demandado frente a la demanda, consiste en solicitar al


juzgador que haga del conocimiento de un tercero el juicio y lo llame a participar en él, para
que la sentencia que se llegue a dictar pueda adquirir, en su caso, autoridad de cosa juzgada
frente a la persona llamada al juicio.

La denuncia del litigio se justifica en los casos en que el tercero al que se “denuncia el pleito” y
se llama a juicio tiene alguna responsabilidad jurídica en la obligación o el derecho real
reclamados por el actor.

Así, por ejemplo, cuando el fiador es demandado por el acreedor, aquél puede pedir al juez
que denuncie “el pleito al deudor principal, para que éste rinda las pruebas que crea
convenientes; y en caso de que no salga al juicio para el indicado objeto, le perjudicará la
sentencia que se pronuncie contra el fiador”.

De manera similar, la persona que tenga la posesión derivada de un bien y sea demandada en
un juicio reivindicatorio para que entregue la posesión de dicho bien al actor, “puede declinar
la responsabilidad del juicio designando al poseedor que lo sea a título de dueño”. Asimismo,
el adquirente de un bien cuya propiedad o posesión le sea demandada en un juicio, debe pedir
al juez que tal juicio le sea denunciado al enajenante obligado a la evicción, emplazándolo para
que comparezca como demandado principal.

El adquirente demandado primero debe proporcionar el domicilio del enajenante obligado a la


evicción o, en caso de que ignore el domicilio de éste, promover su emplazamiento mediante
edictos, exhibiendo “el importe de la publicación” de los respectivos edictos.

RECONVENCION.

Se llama reconvención al proceso judicial en el que el demandado responde a una demanda


con otra que es de igual magnitud, o que ataca directamente a quien lo demanda,
aprovechando la oportunidad del proceso pendiente iniciado por él. Esta demanda es
independiente de la original impuesta, pero forma parte del mismo proceso.
De esta forma, la respuesta del demandado, a quien se le inicia una investigación y posterior
proceso judicial, sugiere un grupo de acciones contra quien lo demanda y en su propio favor. El
demandado, por medio de la reconvención, formulará la pretensión o pretensiones que
considere pertinentes respecto del demandado.

La reconvención es un procedimiento por el cual un demandado solicita en el mismo proceso


una condena para el demandante.

El demandado no solo define una demanda en contra de la que se le impone, sino que en la
misma asegura su propia inocencia. La respuesta a la demanda acusatoria debe darse por
escrito y en el momento en que se recibe en el juzgado, momento en que se considera
comenzar el proceso de reconvención.

El juzgado que ya ha recibido la primera demanda, ahora recibe una segunda y debe resolverla.

En la legislación actual se contempla como novedad que la reconvención se dirija también


contra sujetos no demandantes, pero que se consideren que concurren o litigan
conjuntamente, de manera voluntaria o necesaria, con el mismo carácter de demandantes al
demandante principal.

La reconvención se diferencia de la contestación a la demanda porque ésta se formula


oponiéndose con pretensiones de lograr la absolución, mientras que en la reconvención el
objeto del proceso judicial se amplía, concurriendo uno nuevo de signo contrario o incluso
diferente.

La reconvención debe resolverse independientemente con autoridad de cosa juzgada.

Requisitos de la reconvención

Para que sea aceptada la reconvención se deben reunir ciertos requisitos:

Competencia del juzgado

La reconvención presentada por el demandado debe tener la misma naturaleza y materia que
la presentada en la demanda principal para que el juzgado admita el trámite. Existen algunas
excepciones.

Tiempo

La reconvención será articulada con la contestación de la demanda, y más específicamente, a


continuación de la contestación en el mismo momento.

Forma

En la demanda de reconvención debe haber una fundamentación de los hechos cuando


resulten conocidos o puedan invocarse al momento de interponerla, no pudiendo alegarse en
un proceso posterior. Los hechos que se consideren serán los propios de esta demanda y no de
otras.

Se deben expresar claramente lo que se pretende obtener con respecto al actor de la


demanda y de los otros sujetos a los que se cuestione.

Materia
El contenido de esta nueva demanda debe estar constituido por las pretensiones que el
demandado deduce hacia el demandante original. No se aceptará la reconvención que finalice
solicitando su absolución de la demanda principal solamente.

Debe haber una conexión entre ambas pretensiones. La nueva demanda debe estar causada o
derive en la misma relación jurídica de la principal.

Tramitación

Si la reconvención está bien redactada se admite a trámite, como si se tratara de la demanda


principal. El actor reconvenido y los sujetos no demandantes podrán contestar con unos días
de plazo con una forma específica de contestación.

Efectos

La Justicia debe responder ahora a la demanda principal y en el mismo procedimiento debe


atender a ambas pretensiones, por lo que se hacen pronunciamientos separados.

Especialidades del juicio verbal

En la reconvención, en cuanto a la regulación del juicio verbal, se dan dos especialidades que
deben ser detalladas.

En primer lugar, no se admitirá la reconvención en los juicios verbales que deban finalizar con
una sentencia sin efectos de la cosa juzgada.

En segundo lugar, no se admitirá la reconvención si se dieran los siguientes requisitos de forma


conjunta:

Cuando no determine la improcedencia del juicio verbal, en este caso el demandado puede
ejercitar la acción en el proceso que corresponda.

Cuando exista conexión entre las pretensiones de ambas demandas.

Con todo ello, mientras que en la contestación a la demanda existe una oposición del
demandado con la pretensión de lograr su absolución, en la reconvención el proceso se amplía
porque se introduce una demanda nueva, que contesta a la demanda principal, y en esa
contestación de introduce un objeto nuevo o diferente que resulta contrario.

Esta nueva demanda de reconvención pretende demandar al actor principal, por lo que al
finalizar el proceso existirán dos resoluciones distintas.

REBELDIA

Concepto: La rebeldía es una figura jurídica que tiene una íntima relación con la carga procesal,
pues se llama rebeldía a la situación producida por no realizar el acto en que consiste la carga
procesal, por lo tanto, se denomina rebeldía o contumacia a la falta de comparecencia de una
de las partes o ambas respecto de un acto procesal determinado en referencia a cual existe
una carga.

La declaración de rebeldía. Sus defectos.

Nuestro sistema procesal establece que una vez que se constituya una rebeldía un litigante, se
va a producir varias consecuencias.
a) No se volverá a practicar diligencia alguna en su busca y las siguientes notificaciones se
le harán exclusivamente a través del boletín judicial.
b) Se producirá la confesión ficta de los hechos de la demanda, excepto en asuntos de
relaciones familiares, del estado civil de las personas y en los casos de que el
emplazamiento se hubiere hecho por edictos.
c) Se seguirá el juicio de ahí en adelante mediante las reglas especiales del llamado juicio
en rebeldía.
d) Se podrá ordenar, si así lo solicite la parte contraria, la retención de los bienes muebles
y el embargo de los bienes inmuebles del deudor.

La declaración de rebeldía la hará el juez sin necesidad de petición expresa de la parte


contraria y solo deberá examinar, escrupulosamente y bajo su mas estricta responsabilidad, si
las notificaciones al demandado se hicieron en forma legal.

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