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Todas las clases montadas por el Centro de Formación no pretenden coartar el Espíritu, sino que son una ayuda

para que el Formador tenga los lineamientos para desarrollar el tema, pero este debe ser nutrido por el
predicador. El formador debe orar y preparar la clase.

Sugerimos que los primeros 5 minutos de clase se destinen para pedir a algún misionero que realice un resumen
de lo visto en la clase anterior (un misionero diferente cada semana), esto con el fin de estar constantemente
evaluando la claridad que los misioneros tienen de los temas vistos.

Es necesario recordar que esta clase se dicta un día solo con mujeres y otro día solo con hombres y
posteriormente se realizará un taller en pareja.

“Se pueden atraer más moscas con una cuchara de miel que con un barril de vinagre”.
(Enrique IV, rey de Francia)

Mucho se habla del fracaso de un matrimonio por “incompatibilidad de genios”. Sin embargo, en la mayoría de
las parejas los cónyuges tienen temperamentos diferentes, y es la armonización de esa diferencia, en el amor
vivido cada día, lo que hace la belleza en la vida de los dos.
No hay temperamento fuerte o difícil que no pueda ser moldeado en el fuego del verdadero amor. Y si eso no
ocurre, es porque el amor no es lo suficientemente intenso. El amor es más fuerte que la muerte y doblega el
temperamento impulsivo.

Aunque los temperamentos sean adversos, la pareja podrá ser muy feliz si con su madurez superan las
diferencias personales. Es necesario que la pareja sepa valorar aquello que tiene realmente valor en su vida,
para no permitir que fantasías o cosas insignificantes perturben su caminar, comprometiendo la construcción
del proyecto de vida de los dos.

La psicología enseña que hay varios tipos de temperamentos. Entre los muchos citados por los especialistas
necesitamos conocer al menos los más comunes: colérico (agitado), flemático (calmado), introvertido o nervioso
(callado) y extrovertido o sanguíneo (hablador).

Sin embargo, no hay una persona de comportamiento puro. Siempre puede haber dos tendencias, donde un
temperamento puede ser más dominante que otro, pero nunca son opuestos. El colérico puede tener trazos de

Sergio Andrés Molina


04/04/2015
sanguíneo y el flemático tener trazos de nervioso. Dice Ambroise Bierce que “en cada corazón humano hay un
tigre, un cerdo, un asno y un ruiseñor”.

En verdad, siempre hay conflicto dentro de nosotros. Esto nos hace recordar el caso de aquel discípulo que llegó
donde su maestro ermitaño y le dijo: “maestro, tengo dentro del alma dos perros que pelean; uno es bueno y el
otro es malo; ¿cuál de ellos va a ganar la batalla?”. El maestro le respondió: “Aquél que tú alimentes”.
Cada uno de nosotros, por consecuencia del pecado original, se siente así. Entonces cuidado con el perro que
alimentamos.

A continuación se describirán los temperamentos con las características básicas de cada uno y sus efectos en la
vida conyugal para conocerse mejor a sí mismo y al cónyuge, y saber cómo relacionarse con él.
En cada temperamento hay tendencias negativas y positivas que pueden ser modificadas por la persona con su
conducta.

Los genetistas han descubierto que la carga genética de cada persona no influencia más que el 50% de sus
tendencias; el resto depende de la educación, ambiente y formación de la persona. Esto significa que el
temperamento es algo innato en la persona, pero una educación oportuna y la ayuda sobrenatural de la gracia
pueden transformarlo de manera que el comportamiento sea modificado.

Cada temperamento manifiesta diferentes impulsos. No hay un temperamento ideal para la vida conyugal: cada
uno presenta cualidades y defectos; ésa será la materia prima de las relaciones conyugales. Las parejas
normalmente tienen temperamentos diferentes, por eso necesitan entenderse, respetarse, comprenderse y
amarse.

Ama a los otros con facilidad. Le gusta estudiar materias teóricas cuando tiene la oportunidad. Razona con
firmeza. Le gusta ser puntual.
Le gusta conocer los motivos de una obligación. Le gusta admirarse a sí mismo. Es prudente y previsor en sus
acciones.
Es ordenado en las diversiones y cuidadoso de su salud.
No es ávido por novedades ni chismes.
Tiene voluntad fuerte y entendimiento agudo, es constante, se concentra fácilmente. Es práctico, despejado,
más inclinado a obrar que a pensar. No le gusta el reposo ni la inacción. Siempre tiene en mente un proyecto
grande. Son personas de gobierno. Superan y vencen los obstáculos rápidamente.
El colérico es exigente y le gusta reservar lo mejor para sí.

Sergio Andrés Molina


04/04/2015
El colérico se irrita con facilidad, guarda rencor, cuando hay una oposición a su opinión tiene tendencia natural a
ser intolerante. Guarda capricho, tiene dificultad para pedir disculpas.
Cuando quiere conseguir algo tiene tendencia a usar medios ilícitos. Se queda rumiando las ideas.
Es egocéntrico y decidido cuando da una opinión. No le gusta escuchar ni hablar demasiado. No le gusta ser
contrariado.
Tiene la tendencia de ser dominador, agresivo, rencoroso, vengativo, autosuficiente, presuntuoso,
monopolizador, dictador.
No le gusta dar explicación de sus propios actos. A veces ve la bondad como debilidad. Tiene la tendencia al
rigorismo y moralismo; es duro con los que se equivocan.
No esconde la irritación cuando está enojado. No perdona fácilmente. No se apasiona con facilidad cuando ama.
No le gusta mostrar exteriormente cuando ama a alguien. No le gusta actuar por razones afectivas y
sentimentales.
No acepta con facilidad las noticias que le dan o afirmaciones que le hacen.
Comprenden poco el dolor de los demás.

Tiene fuerte impulso sexual.


El colérico en el matrimonio puede evitar consultar al otro en sus decisiones, puede tener grandes arrebatos y
explosiones precipitadas. No pide disculpas con facilidad cuando se equivoca, puede anular la personalidad del
otro, huye del diálogo y a veces se siente más señor que compañero.
Pero el colérico bien trabajado se puede convertir en un gran amigo de la pareja.

Colérico, ¡domina tu temperamento!, pues un temperamento agradable puede compensar la falta de belleza;
pero la belleza no puede compensar la falta de un temperamento agradable.
Santos como San Pablo coma San Jerónimo, San Ignacio de Loyola, San Francisco de Sales, fueron coléricos y
supieran dominarse hasta llegar a la perfección.

El flemático suele ser paciente si tiene que volver a empezar algo que no funcionó.
Come lo que le sirven, le gusta todo, acepta las cosas con facilidad.
No entra en conflicto con las noticias.
No tiene rencor, no se fija en los tabúes; es tolerante y no es escrupuloso, pero tampoco es libertino.

Sergio Andrés Molina


04/04/2015
Trabaja despacio pero con constancia.
Es prudente, sensato, llega a sus fines sin violencia.
Convive bien con personas que discrepan con él. No se ofende con facilidad. Es calmado y no se impone. Acepta
la humillación y no busca la vanagloria.
No se decepciona con facilidad.

Le gusta huir de la responsabilidad. Tarda mucho en ponerse en práctica ante una actividad.
Su voluntad es débil y se conforma con la rutina de la vida.
Es un poco descuidado con la ropa, el cuarto, la oficina; deja para que otros lo arreglen. Es poco exigente con el
cuerpo y no se preocupa por la salud. Oculta las dolencias.
No tiene la tendencia de hacer amistades profundas. No se interesa por lo que pasa fuera de él. Tiende a ser
egoísta.
Es indiferente, un tanto displicente y relajado.
Es negligente con los compromisos que no quiere asumir.
No es aficionado a la penitencia y mortificación. Aparta los obstáculos en lugar de enfrentarlos.

Es el temperamento más acomodado sexualmente, se domina con más facilidad.


La gran tentación conyugal del flemático es la rutina. No es apasionado, no es caluroso, no se entusiasma
fácilmente por alguna cosa; no es dado a las aventuras, no se entusiasma con facilidad. A veces parece
insensible ante las grandes dificultades de la pareja y de la familia.

Cuando está todo bien, es un buen compañero. No es exigente y no hace reclamos. El cónyuge de un flemático
tiene la ventaja de nunca vivir “a las carreras”. Al flemático le gustan los hijos, pero es un tanto indiferente en
los aspectos educativos de ellos. No se incomoda ni con las peleas de los niños. Puede ser un excelente abuelo,
en la forma en que los nietos quieran. Pero el flemático puede volverse cínico en su propia defensa.

Santo Tomás de Aquino alcanzó la perfección llevando a cabo sus trabajos con serenidad y calma, dominando
sus defectos.

Le gusta conversar, las actividades con acción. Se emociona con facilidad.

Sergio Andrés Molina


04/04/2015
Le gusta estudiar de varios temas para tener cultura general. Su imaginación es viva.
Tiene la tendencia de cambiar fácilmente de opinión delante de argumentos razonables. Cuando le piden
disculpas de una ofensa se reconcilia con facilidad y no guarda rencor. Le gusta hacer el bien siempre que puede.
Se aflige fácilmente con los males del prójimo. Es más inclinado al optimismo que al pesimismo. Se ríe con
facilidad cuando hay motivo.
Acepta fácilmente la noticia que le dan. Le gustan las novedades. Le place andar bien vestido y elegante.
Le gustan las recreaciones dinámicas. Tiene la tendencia de tomar siempre la iniciativa.
Es hablador, comunicativo y expansivo y le gustan las actividades sociales. Es maleable y muy influenciable por
aquellos a quienes quiere. Es alegre, activo y le gustan los movimientos. Aprecia las diversiones colectivas.
Puede tener grandes entusiasmos y grandes depresiones, pero sale de ellas con cierta facilidad.
Dotado de inteligencia rápida, asimila fácilmente, pero con poca profundidad. Tiene buena memoria e
imaginación ardiente.

Explota fácilmente. Toma decisiones precipitadas sin pensar mucho.


Tiene inclinación para la crítica y para la ironía.
No es muy constante ni perseverante en lo que hace. Tiene dificultad para controlar la boca; como de todo pero
es capaz de hacer sacrificios como dieta. Es impaciente, abusa de la salud y deja las cosas para hacer después.
Prefiere encontrar los problemas de orden intelectual ya resueltos.
Es feroz y violento.
Pasa por grandes euforias y grandes rabias. Se abate con facilidad y con facilidad se recupera.
Tiene cierta dificultad para concentrarse en la oración, pero la desea.
Acostumbra ser exagerado al dar una noticia o al contar historias, y tiene la tendencia de inventar cosas. Ve los
defectos de los otros y le gusta hablar de eso. Es pragmático e interesado, disperso, idealista y soñador,
adulador de las personas de quienes depende.
Es inconstante y superficial en su actuar.
Se deja arrastrar fácilmente por los placeres de la gula y la lujuria.

Le gusta ser admirado por los otros. Es exhibicionista y se preocupa por lo que piensan y dicen de él.
Tiene fuerte impulso sexual.
Domina al flemático. Cuando el compañero es celoso o extrovertido puede despertar celos por su manera de ser
expansiva y habladora; a veces sobre pasa los límites de la sensatez y de la ética. Le gusta reír mucho más que
sonreír; habla bastante y domina la conversación.

Puede dificultar el diálogo porque no deja hablar al otro. No siempre mide las consecuencias de lo que habla y,
por eso, puede poner al propio cónyuge en situación de vergüenza delante de otras personas. A veces ofende las
personas más sensibles sin percibir que abusa de las palabras.

Sergio Andrés Molina


04/04/2015
El sanguíneo tiene la tendencia de imitar a quien quiere y admira. Cuando ambos son extrovertidos los hijos
pueden quedar un poco descuidados y hasta olvidados.

El extrovertido prefiere ser más admirado que amado, al contrario del introvertido.

San Pedro, San Agustín, Santa Teresa y San Francisco alcanzar la perfección siendo sanguíneos y dominando sus
pasiones desordenadas.

Anda despacio y es observador. Le gusta apreciar las bellezas de la naturaleza. Prefiere la soledad al bullicio de la
vida social. Le gusta de música y sabe guardar los secretos.
Se apasiona fácilmente por aquello que ama. Le gusta leer. Acostumbra reflexionar y meditar.
No es rudo ni áspero con los otros.
Cuidadoso con la salud, amigo de los remedios.
Es amigo de la naturaleza. Es inclinado al silencio, le gustan los objetos diferentes (collares, carteras, zapatos,
aretes, etc).
Tiene acentuada tendencia mística. Es intuitivo y contemplativo. No se extiende en palabras incluso con Dios.
Ama el silencio y los lugares quietos.
Es poco activo, pero tiene talento para el trabajo teórico de oficina. No aparenta vanidad ni orgullo exterior.
Sabe soportar las contrariedades en silencio.
Es discreto y le gusta que sean discretos con él. Es más austero y riguroso consigo que con los demás.

Es obstinado con ciertos puntos de vista.


Usualmente es indeciso.
A veces se siente ajeno al ambiente donde vive.
No reacciona prontamente. No le gusta contar novedades. No le gustan los deportes. No acostumbra realizar
todos los propósitos. No tiene tendencia a escuchar los acontecimientos por el lado positivo.
No se disculpa fácilmente, no olvida las ofensas que le hacen. Tiene la tendencia a no perdonar.
Tiene apetito moderado, lleno de preferencias. No le gusta cumplir horarios, es esquivo en la recreación
Tiene la tendencia al abatimiento psicológico, a la timidez y al retraimiento. Desconfían de sus propias fuerzas,
son escrupulosos y se desalientan con facilidad.
Está cerrado a puntos de vista diferentes del suyo. Es poco renovador y un tanto pesimista.

Sergio Andrés Molina


04/04/2015
Es poco hablador, prefiere el aislamiento al convivir social, no le gustan las fiestas, la vida social es un sacrificio
para él. Tiene dificultad para el diálogo y la conversación. Sabe escuchar. Cuando simpatiza con alguien le gusta
oír a esa persona. Por eso al introvertido le gusta casarse con el extrovertido.

Prefiere las actividades intelectuales que las sociales y físicas.


No procura dar ni pedir explicaciones. No tolera la hipocresía.
La vida social es un sacrificio para él. Cuando ambos cónyuges son introvertidos hasta el diálogo es raro.

El introvertido es bastante sensible, pero va acumulando los desplantes en silencio, pudiendo un día explotar. En
las traiciones normalmente se aparta quieto y herido sin defenderse, se refugia en el silencio. Es estable en el
amor y en sus actitudes. No tiene facilidad hola resolver los problemas de la casa, de los hijos, de los negocios,
etc. No consigue acompañar los sueños de la pareja.

Normalmente el cónyuge introvertido deja para el otro las soluciones de los problemas de los hijos, hasta
incluso los educacionales. Deja para el otro tomar las providencias necesarias.

Es importante que conozcas tu temperamento para poder buscar el equilibrio dinámico sin sus manifestaciones.
“Conócete a ti mismo”. Conoce también el temperamento de tu cónyuge para aprender a vivir con él. Cualquiera
que sea tu temperamento y el de tu cónyuge, puede haber una buena armonía conyugal si la pareja sabe
entender el comportamiento del otro y sabe ayudarlo a vencer las dificultades de su temperamento.

Las diferencias marcadas entre los temperamentos no pueden ser descuidadas y exigen que tengamos fuerza de
voluntad y los auxilios de la gracia de Dios para que los malentendidos sean superados por amor. Las diferencias
pueden ser un medio para gran crecimiento de la pareja si ambos se empeñan en la construcción mutua de
ellos. Para esto es necesaria la perseverancia, pues es la virtud por la que las otras virtudes dan fruto. Las
grandes obras no son ejecutadas por la fuerza sino por la perseverancia. Ella es capaz de transformar los
defectos en virtudes. “tanto da al cántaro el agua, hasta que al fin se rompe”.

Es normal un hombre colérico que se case con una mujer flemática, O una mujer colérica que se case con un
hombre introvertido. Sabemos que los opuestos se atraen, pero pueden suceder golpes en esta atracción,
especialmente si un colérico se casa con una extrovertida. Lo contrario será si un flemático se casa con una
introvertida. En este caso puede prevalecer la apatía.

Sergio Andrés Molina


04/04/2015
Entonces, conoce cuáles son las cualidades y los defectos de tu temperamento y esfuérzate para actuar en
contra de los defectos y explorar las cualidades; y ayuda a tu cónyuge a hacer lo mismo, en esto consiste el
crecimiento de la pareja.

No es posible anular el temperamento de una persona, Eso es genético, pero es posible educar ese
temperamento superando conscientemente los defectos: esto es madurez. Es la conquista de sí mismo, vale más
que dominar los otros. Para eso será necesario paciencia contigo mismo y con el otro, pues es un proceso que
puede llevar tiempo. Habrá errores y caídas, arrepentimientos y remordimientos, lágrimas y pedidos de perdón,
pero lo más importante será no desanimarse y no desistir de esa autoconquista.

No hay cómo generar un pollito en un huevo antes de 21 días de calor adecuado de la gallina empollándolo. Si
quieres apresurar el proceso aumentando la temperatura de los huevos, ¿qué va a suceder? Los huevos se van a
convertir en omelet y no en pollitos. Entonces, cuidado, no te apresures en el proceso de dominio de sí mismo y
del otro; quemando las etapas con prisa, podemos quemarnos a nosotros mismos y al otro.

Los temperamentos diferentes no son motivos para la incompatibilidad de la pareja, pues el temperamento es el
revestimiento de la personalidad, Pero no es ella propiamente, y esa dificultad puede ser vencida por el amor.
Las uniones más estables son las de las personas que encontraron caminos para ajustar sus diferencias sin
ataques personales y sin encerrarse en silencio. Son parejas que dominaron los elementos emocionales con
empatía, saber escuchar sin estar a la defensiva y sin críticas, burlas ni agresividad destructiva.

Sergio Andrés Molina


04/04/2015

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