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Capitulo Dos
Dos semanas después
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Mucha gente pensó que Kip era fácil de llevar. Siempre decía que sí a
las peticiones, pero no era como si tuviera una opción. A veces quería
decir a los criados para fregar el suelo o llevar las bolsas. Nunca lo hizo.
No importaba lo mucho que le molestaba, él se tragó las palabras duras.
Trey era diferente. Kip quería ayudarlo. Él quería proteger a su amigo, y a
pesar de todo, Trey era su amigo. ¿Cómo se suponía que iba a decir adiós
a Trey? No era adiós, se recordó. Estarían viviendo en la misma ciudad,
pero las cosas no iban a ser las mismas. Tal vez las cosas eran ya
diferentes.
Haciendo acopio de todo su valor, Kip entró por la puerta del bar.
Estaba lleno. Desde los secuestros en el puerto espacial, los seres
humanos que frecuentaban el lugar habían permanecido lejos. Kip se
preguntó si el arresto reciente tuvo algo que ver con el aumento en los
negocios. No había muchos secretos en este planeta y si los había, los
secretos estaban tan bien ocultos que nadie los susurraba.
Trey sonrió en el momento en que sus ojos se encontraron. Su amigo
se acercó a él y Kip pensó en darse la vuelta y correr hacia la puerta. La
mano apretada en su espalda lo estabilizó. Thorne estaba con él. Su
fuerza lo ayudaría a través de esto.
Kip tomó la mano de Trey y los años se desvanecieron. Se sentía como
si tuvieran de nuevo diez años de edad. Recordó el día en que se
sentaron en el suelo y planificaron su futuro. Trey quería iniciar un 98
negocio. Kip no tenía un sueño. Trey nunca entendió que los esclavos no
hacían planes para el futuro. Los esclavos seguían el plan establecido para
ellos. Le dijo a Trey que su sueño era ayudar a su amigo.
Ahora, Kip quería más. Ya no quería ayudar a alguien a vivir su vida. Kip
quería labrarse un camino sólo para poder seguirlo.
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Trey cogió el brazo de Kip y tiró de él más profundamente en el bar.
Sus recuerdos se deslizaron aún más atrás. Trey lo encontró encerrado en
un cuarto oscuro y frío. Durante días, el frío hizo que le dolieran los pies y
manos. Le castañeteaban los dientes y después de un tiempo él no podía
sentir sus manos. Además, el estómago le dolía por falta de alimentos.
Le dieron agua, pero no era fresca. Su mente había comenzado a
evocar monstruos con brazos largos, dientes puntiagudos y brillantes
ojos verdes. No lloró. En aquel momento no tenía lágrimas. Entonces Trey
abrió la puerta. La luz le hizo daño. Él gimió y luego lloró de alivio. ¿Qué
había hecho para merecer ese castigo? Nada, no se trató de él. Trey dejó
la mansión y entró en la ciudad. Tenía ocho años y ninguna
preocupación. Ambos fueron atrapados, pero Trey no era un esclavo, al
menos no legalmente.
―Te perdiste el turno de la mañana. Byron ha llamado a Thorne.
Aparte de un “Está bien” que no fue útil para nada, no sabía nada. ¿Estás
bien? Thorne no trató de comerte?
Casi se rio ante el ligero comentario sobre la necesidad Warsarians de
beber sangre. En cierto sentido, Thorne le había comido.
―Normalmente soy el único que se preocupa. ―Eso era verdad. Él
vigilaba a Trey, pero ese trabajo había terminado. ―Nada malo sucedió.
― ¿Él parecía amargo? Sonaba así, pero este era Trey.
Trey soltó la mano de Kip.
―Me preocupo, también. Quiero evitar que el universo te haga daño.
Hice todo lo que mi padre me dijo que hiciera, para que nadie te hiriera. 99
Al final, tú me protegiste más.
Kip se congeló. No había esperado que hubiera un acuerdo secreto con
Kip como premio.
Byron colocó un vaso de agua delante de él. Se lo bebió sin pensar.
― ¿Qué quieres decir? ― Preguntó Kip.
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Trey se encogió de hombros.
―Para mantenerte a salvo, yo estuve de acuerdo en seguir las órdenes
de mi padre. No fue un gran problema. Hasta que me vendió a ese
hombre horrible, no pedía mucho.
El brazo de Kip se sacudió. Trey nunca trató de salir. Incluso después de
que él fuera lo suficientemente viejo para sobrevivir por su cuenta, Trey
continuó estudiando.
―Te lastré. Evité que te escaparas. ¿Por qué te quedaste?
Trey lo miró.
―Porque tú eres mi amigo. Ellos te hicieron daño porque no me
comporté. No podía permitirlo. Además, tener un amigo me salvó. Tú
hacías los días más fáciles.
¿Cómo podía dejar a Trey después de todo lo que su amigo había
hecho? Incluso si vigilaba a Trey siempre y nunca hacía nada más, no
sería suficiente.
―Ofrecí a Kip un puesto de guardia de la ciudad―, dijo Thorne
mientras descansaba una mano en el hombro de Kip.
Los ojos de Byron se abrieron. Trey derramó la copa que sostenía.
Ambos estaban teniendo dificultades para entender con claridad las
palabras de Thorne.
― ¿Qué? Eso suena peligroso ―, dijo Trey después de que encontró su
voz.
―Probablemente, ― estuvo de acuerdo Kip. A él le gustaba eso sobre 100
el trabajo. Poner su vida entre el peligro y los inocentes. ―Quiero aceptar
el trabajo. ― Nunca había sido egoísta con Trey. ―Pero si me necesitas
aquí, me quedo.
―Un puesto de guardia es un gran asunto. Si eso es lo que quieres,
nadie te detendrá―, dijo Byron.
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Trey se apartó de Byron.
―Thorne es astuto. Podría estar llevándose a Kip lejos.
― ¿Astuto? ― Preguntó Kip, no seguro de lo que significaba. Nadie
mayor de cinco años usaba la palabra astuto.
―Thorne guarda secretos. Él sabía hacía semanas que los hombres
estaban siendo secuestrados, pero no dijo nada. He visto a los hombres
tropezando para llamar su atención. He escuchado conversaciones.
Thorne convence a los hombres con sus ofertas indecentes. No voy a
confiar a mi amigo a un hombre que se acuesta con cualquiera.
Kip bajó la cabeza. Él era uno de los hombres en la cama de Thorne.
―Confío en Thorne. Él es un buen tipo. ―Incluso si no funcionara con
Thorne, Kip quería limpiar la reputación de su amante. ―Thorne no es así.
―Él es un buen tipo y un guerrero honorable. ―Trey miró a Kip.
―Pero no me fío de él con mi amigo.
―Vivo con Thorne. Somos amigos. Me gusta estar con él. ―Él aspiró
aire. Eso fue lo más cerca que había estado de declarar sus verdaderos
sentimientos.
―Tal vez es hora de que dejes de vivir con él.
El corazón de Kip casi dejó de latir.
― ¿Quieres que me quede aquí? ― Toda emoción dejó su tono. Si Trey
le pidiera que se quedara con él, él se quedaría. ¿Cómo podía decir que
no a un amigo que había sufrido y abandonado tanto por él?
―No quiero que te vayas―, dijo Trey, y así, el bar se convirtió en su
nueva prisión.
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Capítulo Nueve
Thorne agarró el brazo de Kip cuando pasaron el bar hacia la oficina
privada de Byron. Esta conversación iba a suceder sin audiencia.
Byron debió sentir la ira de Thorne, lo que no era difícil. Él podría casi
sentir el vapor saliendo por las orejas. Coincidieron los pasos como si
fueran a la batalla en una arena. Trey miró a Thorne como si fuera el malo
de la película. En el libro de Thorne, alguien que intentaba evitar que un
hombre viviera su vida no era exactamente un héroe. 102
―Thorne, vamos. Volveremos más adelante ―, dijo Kip. ―Después
hablamos.
Thorne podía leer entre líneas. Más tarde significaba nunca. Kip quería
evitar una confrontación y si pudiera, su compañero trataría de
desaparecer.
―Tenemos que hablar―, dijo Thorne en el tono más frío y más glacial 12/2017
posible. Miró a Byron antes de centrarse en Trey. El hombre ni se inmutó,
pero Kip lo hizo. Byron puso los ojos como si hubiera oído ese tono de
voz todo el tiempo. Ahora que Thorne pensó en ello, era el que usaba
cuando se enfrentó a las unidades militares enemigas.
―Tú no vas a utilizar a Kip―, dijo Trey y dio un paso más cerca de
Thorne, mientras Byron, que actuaba como la sombra perfecta, se movió
con él. ―Él es una buena persona.
Como si Thorne fuera a hacer daño a Kip, el hombre le pertenecía.
Mataría para mantener a Kip seguro. No, no sólo seguro. Mataría para
mantener a Kip feliz. Desafortunadamente, matando a Trey haría a Kip
infeliz. Lástima que la solución más fácil estuviera fuera de los límites.
Byron se aclaró la garganta y Thorne pensó en la situación. No importaba
lo molesto que Trey podía ser, pensaba que estaba protegiendo a su
amigo.
No había nada egoísta detrás de sus acciones. Trey no quería que su
amigo permaneciera en una relación siervo-maestro. Él estaba tratando
de proteger a alguien que amaba. Kip estaba haciendo lo mismo. Estos
dos habían aprendido a sobrevivir juntos y dejar de lado ese vínculo era
difícil de hacer. Thorne se relajó. Ellos no podrían hablar si él sólo quería
matar.
― ¿Qué te parece que estoy planeando? ― Preguntó Thorne,
finalmente listo para escuchar la trama creada por una imaginación
demasiado activa.
―Vamos a parar por hoy―, dijo Kip, tratando desesperadamente de
evitar una pelea. 103
―Demasiado tarde para eso, Kip, ― dijo Byron. ―Trey no dejará que
te hagan daño, y Thorne...―El guerrero lo estudió. ―No estoy seguro de
lo que está haciendo Thorne.
Thorne puso los ojos.
―Estoy aquí para Kip. ― ¿No lo había dejado claro?
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Trey se acercó más.
―No peleéis―, declaró Kip.
―Sin peleas, ― estuvo de acuerdo Thorne. ―No voy a lastimar a tus
amigos.
Kip se relajó. Thorne nunca mentía. Se le calentaba el interior sabiendo
que Kip le creyó.
Byron se aclaró la garganta.
―Necesitamos preguntar a Kip lo que quiere.
Trey miró a su compañero.
―No confío en él.
Thorne atrajo a Kip más cerca de él.
―No voy a poner Kip en el punto de mira. ― Byron no entendía que
Kip no expresaba lo que quería.
― ¿Por qué? ― Desafió Trey. ― ¿Miedo de que te diga que te vayas?
― ¿Por qué no te gusto? ― Ellos no tenían que ser amigos, pero ser
capaces de respirar el mismo aire era un buen comienzo.
―Utilizas a los hombres. No me importa con quién has dormido, pero
Kip es mi amigo. Quieres arrastrarle en tu sórdido mundo oscuro. Kip es
un buen chico. Él va a seguirte y luego se hará daño.
Las palabras no dolieron tanto como que Kip no lo defendiera.
―No le voy a hacer daño. Él es mío.
Trey puso los ojos en blanco, sin entender el significado, pero Byron
entendería. Reivindicar a alguien frente a un grupo significaba una cosa.
Él simplemente les dijo que Kip era su compañero.
―Estoy cabreado de que su amigo no lo apoye. ¿Le has preguntado a 104
Kip lo que quiere o te has parado a pensar por qué él no te lo dirá?
¿Crees que no tiene ningún sueño?
―Thorne, ya es suficiente. ― Kip tiró de su camisa. ―No importa.
Thorne ignoró a Kip. Sus palabras fueron para Trey.
―Él ha estado sirviéndote durante tanto tiempo que tus necesidades
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son más importantes. Si tú le dices que Kip tiene que trabajar para ti por
el resto de su vida, eso es lo que hará. Incluso si lo odia.
Los ojos de Trey se abrieron. Finalmente entendió su poder.
―Kip, ¿es cierto? ― Preguntó Trey.
Esta era la oportunidad de Kip. Thorne asintió tratando de dar a su
compañero el valor.
―Está pidiendo la verdad.
―Me gusta trabajar con vosotros, pero estoy cansado de servir a la
gente―, dijo Kip solo en un susurro.
―Nunca te traté como a un sirviente, ― Se defendió Trey.
Kip asintió.
―Siempre has sido un amigo, pero no soy un sirviente. Sirvientes
pueden salir y encontrar otros empleos. Soy un esclavo que no debe
tener una opinión o querer cosas. Me trataron decentemente porque tú
te portaste bien, pero yo no quiero servir bebidas. No quiero recibir
órdenes.
Trey asintió. Se centró sólo en Kip.
―Puedo entender eso. Si tú no quieres trabajar conmigo, entonces
¿qué quieres? ― preguntó.
―Yo... ― Kip se detuvo. Decir lo que uno no quería era más fácil que
contar a alguien lo que quería. Kip no era diferente. ―No importa.
Trey se acercó. Él extendió la mano y tiró de la camisa de Kip.
―Esto es importante. ¿Quieres trabajar con los guardias de la ciudad?
Kip asintió. No fue realmente una confesión verbal, pero para Kip fue
un gran paso adelante. 105
―Está bien. ― Trey miró a Byron. ―No confío en él―. Señaló a
Thorne.
―Trey, Thorne hará todo lo posible para mantener seguro a Kip y
hacerlo feliz. Kip le pertenece.
Los ojos oscuros se ensancharon mientras las palabras de Thorne,
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finalmente tuvieron sentido para Trey.
―Ya entiendo. ―Se echó hacia atrás el pelo rizado. ―Entonces no
tengo nada que decir. Además, Kip será un excelente guardia de la
ciudad, pero trabaja muy duro. Asegúrate de que él toma tiempo libre.
―Lo haré―, dijo Thorne, entendiendo que Trey estaba renunciando a
su pretensión como protector de Kip.
―Trey, lo siento. Prometí ayudarte a iniciar un negocio y hacer que tus
sueños se hicieran realidad.
―Sin disculpas. Ahora es el momento para que tú sigas tus sueños.
Sólo promete que vas a estar a salvo.
Kip asintió mientras miraba hacia Thorne.
―Vamos a dejar estos dos para hablar. ― Byron llevó Trey a la puerta.
―La puerta tiene una cerradura. Utilizad la oficina para lo que necesitéis
―. La puerta se cerró y estaban solos.
― ¿Por qué? ― Preguntó Kip. Thorne esperó más. Por qué, podría
significar muchas cosas y en este momento, no quería responder a las
preguntas que no estaban siendo hechas. ― ¿Por qué te importa?
Allí estaba. La pregunta que Kip había estado tratando de preguntar.
―Eres especial.
―No soy estúpido. No te quedas con un hombre por mucho tiempo.
―Eres mío. Es lo que acordaste en nuestra primera noche juntos.
Los ojos de Kip se abrieron.
―Estabas hablando en serio.
―Ser compañeros significa que estamos atados. No por un día o una
semana, sino para siempre. No habrá nadie más. Tu felicidad es mi 106
prioridad. Quiero dejar bien claro. Nunca te alojarás aquí. No importa lo
que Trey dijo, yo no iba a dejarte ir.
Kip negó con la cabeza.
―Eso es imposible. Soy un esclavo, no tu compañero.
Thorne resopló.
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―Eres un Warsarian. Cada compañero de mi pueblo se convierte en
uno de nosotros. Los Warsarians nunca son esclavos. Tienes opciones.
Puedes tomar decisiones. Voy a ayudarte a aprender cómo pedir las cosas
que quieres. ―Kip lo miraba con una expresión confusa. ―Todo esto
podría haber sido evitado si le hubieras dicho a Trey la verdad. Él no sabía
lo que querías. Trey es tu amigo. Él te estaba ayudando, adivinando tus
necesidades. Es agotador tratar de averiguar lo que alguien quiere.
―No sé cómo―, confesó Kip. ―Dejé de pedir cosas hace largo
tiempo.
Thorne tiró de Kip más cerca.
―No soy bueno escuchando. Nunca he querido intentarlo. Vamos a
tener que trabajar juntos en ello.
Thorne se inclinó. Sus labios se encontraron. El beso fue profundo y
sensual. Eso no eran sus cuerpos conectándose sino sus almas. Era todo
lo que Thorne había querido y más. Kip respondió con entusiasmo. Su
lengua se deslizó a través de los labios de Thorne antes de precipitarse en
su interior. La torpeza de antes desapareció cuando la confianza de Kip
creció.
La provocación fue demasiado. El cuerpo de Thorne ardía de
necesidad. Él empujó a Kip contra la pared. Kip se quejó, pero siguió
besándolo. Sus dedos se deslizaron por el costado de Kip, llegando al
final de su camisa. Él tiró de la tela, exponiendo los músculos duros. La
mano de Thorne se deslizó suavemente a través de la piel expuesta,
empujando en los puntos de amor que descubrió anteriormente. Cuando
Kip tembló bajo su toque, Thorne presionó aún más. Si Kip todavía podía 107
pensar, él no estaba haciendo bien su trabajo.
Thorne se congeló. Los dedos de Kip tiraron de la cintura de sus
pantalones. Esta vez, él estaba siendo empujado hacia atrás. Kip le
desabrochó los pantalones. Buscó en el interior, frotando sobre su eje.
Entonces la mano se había ido. Kip agarró los lados y los bajó. El aire frío
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rozó su piel caliente. Thorne no era un amante pasivo. Él se inclinó hacia
delante y tiró de los pantalones de Kip. No fue despacio. Estaba más
cerca de rasgar la ropa, tirando de los pantalones de su compañero. Los
pantalones de Kip se agruparon alrededor de los tobillos. Giró a su
compañero de espaldas y le dio una ligera palmada en el culo. Kip
empujó de nuevo hacia la mano en una desesperada necesidad de más
contacto. Thorne se agachó y sacó un paquete de lubricante de sus
pantalones. Nunca salía de casa sin él.
Trabajó con el dedo a lo largo del pliegue del culo de Kip. Kip empujó
hacia atrás. Él abrió el lubricante y lo extendió a lo largo de los dedos.
Trabajó con un dedo a su compañero mientras con la otra mano se
movió para jugar con el eje de Kip. En el momento en que lo tocó, Kip se
echó hacia atrás y se fundió en él. Gemidos y jadeos llenaron la
habitación, pero Thorne era codicioso. Él quería más. Quería oír los gritos
y la unión de sus cuerpos.
―Voy a reclamarte aquí mismo. No voy a ser suave esta vez. Te deseo
tanto.
Kip asintió con entusiasmo.
―Sí, quiero eso, también.
Él sacó sus dedos y se extendió el aceite sobre su pene. Brillaba cuando
las luces interiores cayeron sobre él. Kip volvió la cabeza y con un ojo lo
observó mientras empujaba dos dedos dentro. Joder duro necesitaba una
preparación adecuada. La calidez hizo que su polla diera un tirón. Lo
quería dentro. Kip se movió de nuevo, librándose de los dedos duros. Su 108
compañero estaba listo.
Con un fuerte empujón, se encontró en el paraíso. Kip echó la cabeza
hacia atrás y gimió por la intrusión. Thorne no se movió, dando a Kip
tiempo para adaptarse a su tamaño. Era más grande que la mayoría de
los hombres. Kip se movió y apretó su pene.
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Thorne trató de mantener el control, pero quería más. El calor no era
suficiente.
―Muévete ―, Kip ordenó. ―Lo juro. Estoy listo.
Thorne rodó sus caderas antes de sacar y empujar. Buscó dolor, pero la
cara de Kip mostraba felicidad y satisfacción total. Estaba calentándose
de placer. Kip empujó hacia atrás, con ganas de más. Su eje fue empujado
más adentro y Kip se apretó alrededor de él. El calor lo obligó a moverse
más rápido. Ningún amante se había sentido alguna vez tan perfecto. Era
como volver a casa después de un largo viaje. Sus cuerpos se movían uno
contra el otro. Las piernas de Kip comenzaron a tambalearse y Thorne los
movió a los dos al escritorio. Tenía a Kip inclinándose con el culo al aire.
Él saqueó el calor apretado. Kip le pertenecía. Él quería que su
compañero sintiera todo de él. Thorne no pudo dejar de empujar hacia
adelante. Los gritos de placer de Kip solamente lo incentivaron a ir más
rápido. Una embestida empujó la mesa hacia adelante. La respiración
fuerte y jadeante de Thorne sólo se volvió más. Se inclinó y lamió el
cuello de Kip.
―Quiero probar todo de ti.
Kip tembló.
―Oh, sí―, dijo, tratando de empujar hacia atrás, pero Thorne estaba al
mando. Kip colocó su pecho contra la mesa mientras una mano
acariciaba su pene. ―Date prisa, Thorne. No voy a durar.
Thorne no necesitaba que se lo dijera dos veces. Movió sus caderas
más rápido. Él mordisqueó el cuello de Kip. Se movían como bailarines a
través de la pista de baile. La presión apretó alrededor de él. Él tiró dentro109
y fuera antes de inclinarse hacia abajo. Sus dientes se hundieron en él y
bebió. Kip gritó. Thorne no había terminado. Se estrelló contra él,
clavándose en su lugar de placer. El grito de placer era mejor que la
música. Se movieron así por segundos, tal vez minutos. Infierno, hasta
podrían haber sido horas. El tiempo pareció detenerse, mientras sus
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cuerpos estaban conectados. Entonces, Kip arqueó su espalda y semen
brotó de su pene. Se inclinó contra Thorne empujando el escritorio.
―Te amo, ― dijo Thorne, palabras que nunca había pronunciado
antes, pero todo sobre Kip era hermoso. Empujó una vez y luego otra y
derramó su calor en el cuerpo dispuesto de Kip.
Kip trató de recuperar el aliento mientras se hundían en el suelo. Se
apartó lentamente y al instante perdió el calor.
―Thorne, ― dijo Kip un poco vacilante.
―No tienes que decirme que me amas, también. Solo quería que
supieras lo especial que eres para mí.
― ¿Por qué? ― Preguntó Kip, como si tener a alguien que le amara,
fuera tan imposible que no podía ser verdad.
―Me encanta que siempre estés dispuesto a dar. Compartimos la
misma pasión por combatir y proteger a los demás. Todavía estás
aprendiendo lo que significa ser libre. Mi plan es ayudarte en cada paso
del camino. ―Se necesitaría tiempo antes de que Kip tomase el control
completo sobre su vida, pero no tenían nada más que tiempo.
―Quiero trabajar contigo―, confesó Kip. ―Quiero ayudar a detener la
delincuencia y proteger a las personas incapaces de valerse por sí
mismas. ―Su compañero dejó fuera las palabras que conectaban su vida
a la gente impotente que quería proteger, pero no tenía que decirlo para
que los dos lo supieran. Tenían los mismos objetivos y los mismos
sueños. Juntos iban a trabajar para conseguir lo que querían.
Thorne, se dio cuenta ahora de lo que había estado ausente en su vida.
Durante años había querido un compañero. Ahora, Kip había llenado el 110
papel. Juntos, se ayudarían uno al otro.
―Thorne, Te amo, también. No estoy diciendo eso porque tú ya lo has
dicho. ―Kip respiró hondo. ―Quiero trabajar contigo, pero más que eso,
quiero estar contigo.
Thorne tiró de Kip contra él, en un abrazo aplastante que a ninguno de
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ellos le importó.
―Te daré cualquier cosa que desees. Eso me incluye, envuelto con un
lazo atado alrededor de mi cuello.
Kip se rio. El sonido llenó la habitación. La vida al otro lado de la puerta
no le importaba. Sólo estar con Kip importaba y él tenía el resto de sus
vidas para disfrutarlas. Eran un equipo imparable, listo para tomar el
universo.
FIN
01 El Compañero del Capitán
02 El Compañero del Rey
03 El Gatito de Theo 111
04 El Inteligente Compañero de Jonan
05 El Compañero del Almirante
06 El Compañero del Comandante
07 El Doctor de Marek
08 El Vengador de Caleb 12/2017
09 El Asistente de Jarred
10 El Científico de Jace
11 El Bar de Dragon
12 La Segunda Oportunidad de Byron
13 El Primer Amor de Thorne
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