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aprobación expresa del grupo Traducciones Ganimedes, además


esta obra es de contenido homoerótico, es decir tiene escenas
sexuales explicitas hombre/hombre, si te molesta este tema no lo
leas, además que su contenido no es apto para cardíacos.
¿Qué es lo que hace un simple granjero cuando un alienígena
choca en su maizal? Tratar de mantener al pequeño hombre a salvo
del gobierno, mientras intenta al mismo tiempo no enamorarse de
su huésped mientras está en ello. Tal vez eso no sea tan fácil como
lo pensó en un principio.

Gavin Howard vive una vida sencilla en su granja, viviendo solo


y manteniendo un bajo perfil. Pero todo eso cambió una noche
cuando una nave espacial se estrella en su maizal. Entonces, ¿qué es
lo que un simple granjero hará cuando se encuentra con un
alienígena lesionado tendido en su patio trasero? Llevarlo dentro y
cuidar de él hasta que pueda "llamar a casa", por supuesto.

Pero el príncipe Mi’Kel Ta’Rulen no es lo que Gavin esperaba.


Hermoso, dulce, y en una misión para salvar a su moribundo
planeta, Mi’Kel necesita de la ayuda de Gavin para algo más allá que
curar sus lesiones. ¿Podrá Gavin ayudar a Mi'Kel a encontrar la
solución para salvar a todo su pueblo mientras trata de mantener a
salvo al pequeño alien de los gobiernos de la Tierra que lo
persiguen?

¿Gavin se da cuenta que se está enamorando del ser del espacio


exterior, pero podrá encontrar en su corazón lo que se necesita para
dejar que el pequeño extraterrestre se vaya cuando la nave de Mi'Kel
finalmente esté reparada? ¿O los secretos de Mi'Kel los separarán
cuando más necesite de su granjero?
A mi mejor amiga Camille.
Seguí adelante al oír tus respuestas cada vez que
publicaba un nuevo capítulo cuando esto aun era una
historia en un simple blog.
Tus ánimos significaron el mundo.
De una “Puta Pirata”a otra, gracias

Y para JD:
Fuiste el mejor amigo que una chica podría pedir.
Bo me recuerda a ti cada vez que leo esta historia.
Te echaré de menos, cachorro.
Gavin Howard saltó en su cama en el momento en que
oyó el ruido de algo estrellándose.
Había estado profundamente dormido, agotado tras un
día de siembra en el campo detrás de su pequeña granja, cuando
una fuerte explosión sacudió la casa hasta los cimientos y un
cegador destello de luz iluminó toda la habitación.
Siendo sacado bruscamente de un agradable sueño que
involucraba a dos jóvenes bailarines de vientre y un montón de
crema batida, Gavin abrió los ojos mientras su confundido
cerebro luchaba por ponerse al corriente. Echando un vistazo al
reloj, Gavin se quejó cuando leyó los números rojos: 2:17 a.m.
que brillaban intensamente. Las luces que brillaban desde su
patio trasero, eran apenas visibles a través de la ventana de su
dormitorio. El rojo y el naranja que parpadeaban se movían
hipnótica y bellamente. Le tomó un buen rato el darse cuenta de
lo que veía.
«¿Qué fue…? ¡Mierda, el patio de mi casa está en
llamas!»
Antes de siquiera darse cuenta que se había movido,
Gavin saltó de la cama y se puso un par de jeans por encima de
su pene medio duro, sin molestarse en cerrar por completo los
botones. Agarró su escopeta y la cargó mientras bajaba por las
escaleras como si una manada de búfalos viniera tras él.
Antes de incluso llegar a la cocina y salir por la puerta de
atrás, Gavin escuchó a su viejo Heeler Azul1, Bo, volviéndose
salvaje, ladrando como un perro endemoniado. El perro se
lanzaba contra la puerta de maya metálica una y otra vez, pero
al estar bloqueada le impedía salir al patio trasero y solo pudo
acallar sus ladridos y comenzar a lloriquear, quejándose cuando
vio a su amado dueño entrar corriendo en la habitación.
Gavin tomó una linterna de debajo del fregadero,
acariciando la cabeza de Bo al pasar.
—Todo está bien chico, ya me di cuenta. —Abrió la
puerta, luego se volvió para hacer retroceder a Bo en la casa
cuando el perro intentó deslizarse entre sus piernas—. Quieto,
Bo. ¡Quieto! —Le ordenó, no quería poner a su perro en peligro
ni siquiera en el patio trasero estaría a salvo. Cerró la puerta,
tomó una respiración profunda preparándose para enfrentarse
a lo que había perturbado su sueño tan violentamente.
Gavin dio vuelta, preparado para enfrentar el asunto en
cuestión.
Y pronto dejó caer la linterna que sostenía.
—No puede... —murmuró, mirando con incredulidad la
escena delante de él. No podía conciliar lo que veía con lo que su
cerebro sabía que tenía que ser posible. Miró a su alrededor.
No, no había cámaras ni micrófonos en ningún lugar a la
vista. Bo, todavía gimoteaba desde el interior de la casa. Gavin
se dio un pellizco en la pierna con su mano libre y siseó a causa
del agudo y evidente dolor elevándose por su pierna. Bueno, no
estaba soñando, lo que significaba que lo que estaba viendo
tenía que ser real.
La escena frente a él parecía imposible, increíble.

1
El Pastor Ganadero Australiano es un perro boyero originario de Australia. En comparación con otras
razas su historia está muy bien documentada, pues es relativamente reciente.
Gavin se quedó allí, aturdido, con la escopeta colgando
inerte en su mano, con la boca abierta.
«¿Qué diablos está pasando?»
De ninguna manera podría haber una nave espacial
estrellada en medio de su campo de maíz.
Reuniendo su coraje ahora hecho pedazos, Gavin se
agachó para recoger la linterna caída y, luego, cuidadosamente
comenzó a acercarse a los humeantes restos, su arma lista para
disparar al menor signo de movimiento. En momentos como
éste, se sentía contento de su entrenamiento militar que le daba
la experiencia suficiente para mantenerse a salvo mientras se
acercaba a una zona de peligro. Sus ojos estaban fijos en el cielo,
para qué, no lo sabía. ¿Más naves quizás?
Tanto como quería negar lo que veía, no había la menor
duda de que lo que veía era una enorme y plateada nave
espacial.
La nave no parecía ser mucho más alta que su tractor,
pero sin duda parecía ser más amplia, al menos de unos veinte
metros de ancho en forma casi de disco. Los lisos lados
brillaban como plata, con un brillo iridiscente que
probablemente servía de camuflaje, mientras que la nave
volaba. Había visto una versión medio parecida de este tipo de
cosa años antes, mientras estaba en una misión especial de los
Marines. Aunque lo que vio en ese entonces ni siquiera podía
empezarse a comparar con el impresionante objeto delante de
él.
La nave caída desprendía una sensación de temblor,
vibrando profundamente en su pecho como un bajo zumbido,
casi como cuando su vecino de al lado tocaba la guitarra
conectada al bajo en su garaje. Gavin todavía podía recordar
aquellos días, cuando vivió en la base. Sabía que el sonido
provenía del amplificador, pero era demasiado bajo para que
pudiera escucharlo realmente. Podía sentir la energía estática y
la vibración en la piel, pero no se oía ningún sonido.
De repente, Gavin se dio cuenta de que lo que estaba
viendo podía ser real. Cuando era niño, siempre había sido un
fan de los cómics y amaba el viejo programa de televisión Star
Trek2. Pero nunca en su vida podría haber imaginado algo como
esto.
«¡Diablos!» Tenía un verdadero platillo volador en vivo y
en directo en su patio trasero.
Gavin comenzó a caminar alrededor de la nave, sus ojos
bien abiertos por si cualquier cosa pequeña y verde pudiera
saltarle encima, mientras su mente corría por todos los posibles
escenarios de lo que pudiera haber derribado la nave.
Obviamente, lo que hizo estrellar una nave de este tamaño tuvo
que haber sido algo grande y poderoso. Empezó a examinar la
nave de más cerca, esta vez buscando inconsistencias en el
casco. A mitad de camino alrededor, finalmente vio algo que no
se veía bien.
Había un agujero de buen tamaño en el costado de la
nave, dejando el cableado interno expuesto al exterior. La zona
que rodeaba el agujero se veía chamuscada. Alguien, o algo,
había derribado esta nave.
Y lo que haya sido podría venir en busca de lo que
quedaba.
«Maldición». Lo último que necesitaba Gavin era a un
puñado de funcionarios gubernamentales y científicos
descendiendo en su pequeña y humilde granja, destruyendo
todo por cuanto su padre y abuelo habían trabajado tan duro en
construir, todo por cuanto ahora Gavin se pasaba la vida
tratando de mantener en buenas condiciones. Después de su
último periodo de servicio en Afganistán, había vuelto a casa

2
En Latinoamérica se comercializó con el nombre de “Viaje a las Estrellas”.
para cuidar de su padre enfermo y hacerse cargo de la arruinada
granja. Después de que su padre murió, toda la responsabilidad
de la granja había caído sobre sus hombros, una carga que había
aceptado de buena gana. Le había costado años a Gavin tener
este lugar de nuevo en funcionamiento.
La sangre, el sudor y las lágrimas de tres generaciones de
hombres Howard habían empapado el suelo bajo sus pies, y
Gavin sería un mal nacido si dejaba que un montón de peces
gordos chiflados entraran y arruinaran todo por lo que habían
trabajado.
«Bueno, ¡mierda!» Gavin necesitaba deshacerse de la
nave, y necesitaba hacerlo muy rápido. Pero ¿dónde? ¿Y cómo
encender la maldita cosa para poder mover la nave de forma
segura?
Acababa de dar dos pasos más cerca de los humeantes
restos cuando oyó un suave sonido a su derecha.
Se quedó inmóvil, tratando de bloquear los sonidos de la
dañada nave frente a él, y escuchó atentamente. «¡Ahí
está!» Pudo oír el extraño sonido de nuevo. Alguien, o algo, se
quejaba.
Miró a la izquierda de los restos, cerca de lo que suponía
era la parte delantera, ya que era la zona más profunda que se
enterró en la tierra durante el accidente y vio la última cosa que
había estado esperando ver.
Un pequeño cuerpo permanecía quieto y quebrado, como
a un metro de la nave.
—¡Joder! —Gavin dejó caer la escopeta y corrió hacia la
inmóvil forma, con la linterna para iluminar el camino. Se
arrodilló junto al cuerpo, iluminando lo que podía, sin saber
dónde tocar por temor a dañar al ser aún más. El herido estaba
de bruces en el suelo, largo y rizado cabello rubio, casi blanco,
caía sobre un cuerpo delgado y pequeño cubierto por lo que
parecía ser un plateado traje bio-luminiscente de algún tipo.
Hombre o mujer —no podía decirlo—, pero quien fuera la
persona, necesitaba ayuda con urgencia.
Pero ¿qué podía hacer? Gavin miró a su alrededor otra
vez, pero nadie estaba allí para decirle cómo ayudarle a una
persona herida —¿o alien?— quien aparentemente había salido
de la nave espacial. Pero no podía simplemente dejarlo ahí.
Como soldado, la idea de no dejar a un hombre atrás se había
perforado en él.
Dudó cuando llegó a tocar a la persona acostada frente a
él. ¿Qué debía hacer? Su mente le gritaba no involucrarse y
dejar a este, eh… alien, suponía, a su suerte. Sin embargo, el
corazón y el orgullo de Gavin, se negaban a dejar que se alejara
de alguien tan necesitado de ayuda.
No era normalmente el tipo de hombre que se
involucraba. Generalmente, mantenía la cabeza gacha y sus
opiniones para sí mismo, a pesar de su siempre presente anhelo
de compañía. Como hombre gay viviendo en un pequeño pueblo
cerca de Oklahoma, se había acostumbrado a estar solo y vivir
de esa manera. La única persona a la que realmente consideraba
un buen amigo era un colega ex marine que vivía en la granja de
al lado.
Tratar con heridos —Dios, no podía creer que estaba
pensando eso— astronautas no formaba parte de su vida
cotidiana normal.
«¡Suficiente! No importa lo loca que la situación
parezca, hay aquí una pequeña persona, que está herida y
necesita que lo ayudes. Están aquí los restos humeantes de una
nave espacial en tu patio y este ser que salió de ella. Haz
cálculos. Sí, es un alien y ahora necesita de tu ayuda. Deja de
actuar como un maricón y ¡mueve el culo, soldado!»
Con cuidado de no lastimar a la persona —o… bien, el
alien, qué se supone se debía decir— Gavin dejó caer su linterna
y rodó el pequeño cuerpo lentamente, una mano sosteniendo el
cuello, la otra sosteniendo las caderas como él recordaba de su
clase de primeros auxilios en la escuela secundaria. Cogió la
linterna de nuevo, la luz hacia abajo para iluminar las
características del alien, revelando, posiblemente, la cara más
hermosa que alguna vez hubiera visto. Una ráfaga de calor
retorció en su vientre, y Gavin luchó contra el impulso de
maldecir. ¿Qué demonios le pasaba? ¡No podía estar echándole
el ojo a un alienígena lesionado! Algo tenía que estar totalmente
equivocado en todo este escenario.
«Maldita sea, sin embargo, realmente espero que este
alien sea un hombre, porque sería raro como el infierno si me
sintiera atraído por una mujer, alien o no». Haciendo a un lado
los pensamientos incongruentes, Gavin se concentró una vez
más en la forma ahí delante de él.
Una nariz delgada, aristocrática, perfectamente a juego
con unos altos pómulos y arqueadas cejas negras, extraño, ya
que el pelo era tan claro. La juvenil piel color crema parecía
suave como la seda, junto con un conjunto de deliciosos y
exuberantes labios color rosa como los que Gavin sabía que
había soñado. Joven, muy joven, probablemente de no más de
veinticinco a lo sumo, es decir, si los alienígenas contabilizaban
su edad de la misma manera que los seres humanos lo hacían.
Pero, maldita sea, este alien era hermoso. Pequeño, casi al
punto de la delicadez —el alien no podría ser más grande de
uno con setenta, y cincuenta kilos estando empapado.
El alienígena dejó escapar un gemido de dolor cuando
Gavin lo levantó en sus brazos y, por primera vez, se sintió
contento de ser un chico granjero de gran tamaño de Oklahoma.
Caminó lo más rápido que pudo sin zarandear al pequeño
alienígena, dirigiéndose hacia la casa, donde podía oír a Bo aun
ladrando. No podía dejar de hacer una mueca de dolor cuando
el extraterrestre gemía con cada zarandeo a causa de los pasos
que daba Gavin.
—Lo siento, lo siento —murmuró Gavin, cogiendo el
ritmo—. Sólo un poco más y te voy acostar en el
interior. Aguanta... —No sabía por qué seguía hablando con el
alien, ya que la pequeña cosita parecía estar inconsciente, pero
hacerlo sin duda lo hacía sentirse mejor.
Bo se reunió con Gavin en la puerta. El perro trató de
levantarse y oler al alienígena, pero una rodilla bien colocada
hizo que el perro retrocediera con enojo. El perro ladró y el alien
gimió. Gavin los calló a ambos.
—¡Ahora no, Bo! —refunfuñó, empujando al viejo chucho,
quien lo siguió, a pesar de la continua demanda de Gavin para
que el perro se quedara en el primer piso. Gavin rodó los ojos, y
luego centró su atención en el alienígena una vez más, mientras
acostaba al pequeño en su cama queen-size. No se dio cuenta
que había acostado al alien en su propia habitación, en lugar de
alguna de las otras dos habitaciones, hasta que había colocado a
la pequeña criatura en la descolorida colcha de retazos con la
que había dormido en su cama desde que era un niño.
Se encogió de hombros, «ni modo».
Luego hizo una pausa, mirando hacia abajo fijamente.
«Bueno, ¿y ahora qué?»
No sabía qué hacer. ¿Debería desvestir al alienígena? ¿O
dejar a la cosa en paz? Podía ver ahora con más luz lo que
parecía ser una larga herida en la frente del extraterrestre.
Todavía seguía sangrando lentamente, todo lo que salía de ésta
se enredaba en el precioso cabello volviendo los largos
mechones de un color obscenamente rojo. Allí parecía haber
otra herida, ésta era profunda y sangraba hacia abajo por el lado
izquierdo del alien, virando a lo largo de la caja torácica,
mojando el traje plateado.
Miró a Bo, quien se sentó a esperar cerca de la cama,
quejándose en voz baja. —Bueno, ¿alguna sugerencia? —
preguntó.
El perro solo le dio un bajo guau, y Gavin suspiró. —
Bueno, gracias amigo, pero eso no ayuda en absoluto.
Finalmente decidió que el mejor curso de acción sería
limpiar y curar las heridas del alien, y luego ocultar la nave
actualmente humeando en su patio trasero. Pensó que si el alien
estaba huyendo y que alguien le había disparado derribando su
nave, entonces no quería que esa persona siguiera al alienígena
hasta su granja. Así que curaría al extraterrestre, y luego se
encargaría de la nave. ¡Buen plan!
¿Y si el extraterrestre resultaba ser una especie de chico
malo, como un asesino en serie intergaláctico o algo así? Bueno,
Gavin se ocuparía de ese escenario más tarde. Pero, por ahora,
le daría a la pequeña cosita el beneficio de la duda.
Entrando rápidamente en su cuarto de baño, agarró el
botiquín de primeros auxilios sacándolo del gabinete y
humedeció un paño para limpiar un poco la sangre. Detuvo su
camino fuera del cuarto de baño para agarrar unas toallas para
poner debajo del alien y así evitar que la sangre manchara el
colchón, y luego se apresuró a regresar al lado de la cama con el
alien. Tenía que trabajar rápido. Cuanto antes estuviera hecho
esto, más pronto podría ir y asegurarse de que la nave estuviera
escondida hasta que el alien estuviera físicamente bien, aunque
no podía juzgar cómo estaría su estado mental. Dios, no quería
que alguien viera la nave antes de que tuviera la posibilidad de
esconder la metálica monstruosidad. Definitivamente no quería
estar en el centro de una situación tipo Roswell.
Nunca podría liberarse de esos bichos raros caza
alienígenas.
Con cuidado, limpió la herida en la frente del alienígena,
callando suavemente el quejido de dolor que se escapó de los
rosados y carnosos labios. —Está casi hecho, aguanta cariño...
casi está... listo. —Usó vendaje mariposa para cerrar la herida,
cubrió la hinchada y magullada carne con una gasa y
suavemente la fijó con una cinta médica sobre esta. Nada podía
hacer acerca del cabello del alien, sino que tendría que esperar
hasta que la pequeña cosita se sintiera mejor y lavar los largos y
hermosos cabellos. En cuanto al corte en la frente, la herida en
realidad no parecía ser tan mala como había esperado, ya que
las heridas en la cabeza tienden a sangrar mucho, pero Gavin
pensó que el corte podría necesitar unos puntos de sutura. Por
las muchas contusiones en la cabeza, Gavin sospechaba que el
alien podría tener una conmoción cerebral.
«Eso, si los alien pueden tener una conmoción…» ¡Dios,
él no quería pensar demasiado en las posibilidades de eso!
Gavin decidió que una vez que la nave estuviera oculta se
quedaría despierto y mantendría un ojo en su extraño pequeño
paciente durante toda la noche, por si acaso, y alejó el resto de
sus preocupaciones.
Estudió el traje plateado del alien, arrastrando los dedos
por el suave material brillante, preguntándose cómo en el
mundo podría quitarle esa extraña ropa. Por lo que Gavin podía
decir, no había cierres, botones perceptibles o ganchos que
sujetaran la tela brillante. «Entonces, ¿cómo se supone que voy
a conseguir quitarle el traje?» Primero trató de quitar las botas
del alien, dándose cuenta de la forma como se despegaban con
la cantidad justa de fuerza tan pronto como se estiraba el
material abrazado a la pantorrilla del alienígena. Maldita sea, se
ajustaba casi como una segunda piel en los pequeños y
perfectamente formados píes.
Al darse cuenta de que estaba admirando los pies del
alien, mientras que el pobre estaba inconsciente y sangrando en
la cama, Gavin rápidamente sacudió la cabeza y se obligó a
seguir adelante. Trabajó en quitar la otra bota, y luego se detuvo
un largo rato. Con un encogimiento de hombros y un mental,
«por qué no», Gavin se apoderó del resbaladizo material con sus
grandes manos en los hombros del extraterrestre y, poco a poco,
fue quitando la tela que se adaptaba perfectamente a la forma
del pequeño cuerpo. Maldita sea, la cosa se aferraba como una
segunda piel. Sin embargo, pudo ir quitando el traje que fue
saliendo suavemente, por el plano pecho y por los brazos,
después de tirar y jalar un poco.
El alien, completamente inconsciente, no se movió ni
emitió sonido. Gavin no sabía a ciencia cierta si eso podría ser
una buena cosa, pero la falta de movimiento sin duda hizo su
trabajo un poco más fácil. Jaló el traje más hacia abajo,
deteniéndose cuando su sentido de la decencia levantó su
cabeza. Diciendo una disculpa silenciosa por la invasión a la
privacidad del alien, Gavin rápidamente jaló hacia abajo el traje
por su cintura, por debajo de las piernas, y lo quitó.
El largo y delgado pene y las pálidas y lisas bolas,
definitivamente proclamaban al alien como un hombre. «¡Oh,
gracias a la mierda!». Fue su primer pensamiento, feliz de ver
que el alien al que había estado admirando parecía ser
humanoide y, definitivamente, un hombre. El segundo
pensamiento que pasó por su mente fue «qué bonito
espectáculo». Gavin casi gimió cuando un rayo de lujuria
atravesó su sistema y fue directamente a su propia polla.
Bo le dio otro bajo guau, y el sonido sacó a Gavin de la
neblina de lujuria que lo consumía.
«¿Qué demonios?» Sintiendo un destello de culpabilidad
por haber deseado al alien sin tener derecho a hacerlo, Gavin
levantó cuidadosamente al hombre pequeño y acomodó las
toallas debajo de él. Luego sacó la colcha de la parte inferior de
la cama y cubrió al hombre hasta la cintura, antes de llegar a
trabajar en la limpieza y vendaje del costado del alien.
Sin embargo, no pudo conseguir sacar la imagen de su
cabeza. Toda esa lisa y pálida piel. Aparte del cabello en la
cabeza del alien, no parecía haber ningún otro en el resto del
cuerpo. El pequeño alienígena parecía ser pequeño, bonito, y
absolutamente perfecto.
Gavin se maldijo silenciosamente mientras pegaba la gasa
en el costado de su paciente. No por primera vez esa noche, se
preguntó qué diablos estaba haciendo al echarle una ojeada a un
alien. El pequeño yacía inconsciente ¡por el amor de Dios! Podía
haber pasado más de un año desde que Gavin había estado con
un hombre, pero su falta de vida sexual no excusaba su furiosa
libido.
Reuniendo toda la fuerza que reinaba en sí mismo, Gavin
acomodó la manta hasta el pecho del alien antes de girar y salir
rápidamente de la habitación. Una mirada al reloj de alarma en
la mesilla de noche mientras se deslizaba fuera de la habitación
le hizo maldecir y darse prisa en ir hacia las escaleras. Tenía que
ocultar la nave antes de que uno de sus vecinos viera el humo de
los restos. Bo lo siguió escaleras abajo, y luego se detuvo en la
puerta de atrás.
—Cuida de nuestro huésped hasta que yo vuelva, chico,
¿de acuerdo? ―Gavin le preguntó; el tono de su voz, transmitía
una orden en lugar de una petición. Bo ladró una vez, dio la
vuelta y corrió hacia las escaleras. Gavin sonrió. Maldita sea,
inteligente ni siquiera empezaba a describir a su perro.
Le dio un anhelante vistazo por última vez a las escaleras,
y luego se obligó a dar la vuelta y dirigirse al establo para
conseguir el tractor. Tenía trabajo que hacer, y lo último que
necesitaba hacer era concentrarse en el bonito y pequeño alien
oculto a salvo en su cama.
La cabeza del Príncipe Mi'Kel Ta'Rulen estaba a punto de
estallar. Apretando los ojos ya cerrados con más fuerza, trató y
no pudo conseguir tener su dolor de cabeza bajo control. Le
dolía el cuerpo de una manera que nunca había experimentado
antes, y parecía estar muy frío.
¿Qué era lo que él y su hermano mayor, No'Lan, se
habían metido la última noche? O más importante, ¿qué habían
estado bebiendo que lo hacía sentirse como si su cerebro
pudiera estar tratando de abrirse camino fuera de su cráneo?
Tirando de las mantas más arriba, trató de volver a
dormir. Toch'La, su criado durante los últimos cinco años desde
que había llegado a su mayoría de edad, vendría en cualquier
momento para despertarlo para su baño, y Mi'Kel quería dormir
tanto como pudiera antes de tener que enfrentar a su padre y a
su hermano en la mesa del desayuno. Hoy sería un día entero de
planificación y conspiración para tratar de salvar a su
moribunda especie y a su moribundo planeta, Zinoa. La
estúpida guerra con el planeta vecino, Vulmia, le había costado
al pueblo de Zinoa demasiado. Ahora que la guerra había
terminado, los Zinoans emergieron como los desafortunados
ganadores, dejando a todos los que quedaban recogiendo los
escombros y tratando de reconstruir sus destrozados mundos de
origen.
Mi'Kel estaba empezando a sentir como si estuvieran
peleando otra batalla perdida.
Oyó que algo entraba en la habitación, y pensó que el
ruido provenía de Toch'La, viniendo a buscarlo para el
desayuno. Abrió la boca, y estando a punto de hablar para pedir
sólo un poco más de tiempo para dormir, algún tipo de aviso
interno le hizo contenerse y escuchar con más atención.
Inclinando ligeramente la cabeza hacia el ruido, Mi'Kel frunció
el ceño en confusión.
Eso no sonaba como Toch'La. Su criado caminaba con un
suave deslizamiento y modales. Lo que acababa de entrar en la
habitación golpeó suavemente y parecía marchar de manera
inusual. Y el recién llegado parecía estar «¿Jadeando...?»
Eso no podía ser correcto, ¿verdad?
Mi'Kel se congeló cuando la cosa se acercó, hasta que
pudo detectar un olor ligeramente agrio que le hizo dar ganas de
vomitar, mientras respiraba bocanadas de aire en su cara.
Vacilante, con el corazón latiendo rápido, Mi'Kel abrió los ojos y
se encontró mirando la boca de una enorme bestia.
Gritó como el jovencito que siempre mantenía insistiendo
a su familia que ya no era, Mi'Kel se alejó de la bestia moteada
de negro y gris corriéndose hacia la cabecera de la cama, en
donde se encontraba acostado. Un pequeño pellizco a su
costado lo hizo hacer una mueca de dolor, pero ignoró el dolor a
favor de continuar gritando. No fue sino hasta que consiguió
estar más lejos de la criatura que se dio cuenta que no parecía
estar en su propia cama.
De hecho, ¡no parecía estar ni siquiera en su propia
habitación!
La habitación donde se encontraba parecía estar
decorada en tonos azules y blancos, no los patrones de color
canela y verde de su dormitorio en el palacio. El mobiliario
parecía grande y pesado, una especie de madera oscura con la
cual no estaba familiarizado, y una alfombra de color gris y azul
cubriendo un piso de madera desgastado y descolorido. Esta no
era su casa, echó un vistazo afuera por la ventana en el lado
opuesto de la habitación. ¿Dónde estaba el cielo de color
púrpura y gris que había llegado a amar?
El cielo en Zinoa no era azul.
«¿Dónde estoy?»
Mi'Kel no tuvo más tiempo para preguntarse, porque la
bestia eligió ese momento para saltar a la cama y dejó escapar
una carga, un sonido agudo. Mi'Kel gritó otra vez, y trató de
tirar las cobijas a su cuerpo desnudo y vulnerable. Ni siquiera
tuvo tiempo para preguntarse por qué había estado durmiendo
desnudo, y no en una bata de dormir, cuando un destello de
dolor en su costado le hizo jadear, gemir y luego empezó a
dolerle. Presionando su mano en el área, llevó su brazo de
nuevo hacia él para ver su mano manchada de sangre.
«Oh dioses, ¿me estoy muriendo?»
Mantuvo una mano apretada a su costado para tratar de
detener la sangre, y se acurrucó empequeñeciéndose lo que más
pudo, cerca de la cabecera, encogiéndose cada vez que la bestia
se acercaba más, aun haciendo esos ruidos fuertes. Sin duda, la
bestia podía oler su sangre y el ataque sería inminente. Estaría
muerto antes de que se enterara cómo fue que llegó a estar en
este extraño lugar.
Entonces, la cosa más maravillosa ocurrió. Un enorme
hombre irrumpió en la habitación, piel bronceada brillando en
contraste con su cabello castaño, viendo la escena delante de él.
Le dijo algo a la bestia, que sonó como a “ba-ga-ge don”,
mientras le hacía un gesto con la mano y, sorprendentemente,
¡la bestia se bajó de la cama y se escabulló fuera de la
habitación!
Mi'Kel rápidamente se tomó un momento para
memorizar las palabras extrañas. Tendría que recordarlas si la
bestia trataba de atacarlo de nuevo. De repente, el hombre
volvió su atención hacia él, y Mi'Kel jadeó de nuevo, pero esta
vez la reacción no fue de dolor.
Nunca había visto unos ojos de ese color antes. De un
profundo y oscuro marrón como la tierra recién removida con
reflejos verdosos alrededor del iris. Contenían una bondad
interior, a la vez que revelaban fortaleza. Mi'Kel se encontró
impotente ante su atractivo. La cara que contenía esos ojos era
igualmente muy atractiva, con pómulos altos, labios carnosos,
nariz orgullosa, y una mandíbula fuerte cubierta de la sombra
de la madrugada. Fuerte. El hombre parecía ser obviamente
fuerte, y los contornos de su cuerpo, parecían tener músculos
largos y continuos, desde la cabeza hasta los pies.
Su cabello había sido cortado, mucho más corto que
cualquiera que Mi'Kel hubiera visto alguna vez. La mayoría de la
gente en Zinoa tenía el pelo largo puesto que el pelo largo se
consideraba un signo de distinción. Los pocos miembros de la
clase baja cortaban su propio pelo para mantenerlo limpio y
fácil de manejar. La mayoría de los nobles tenían el pelo largo, y
su padre, el rey Ju'Nali, tenía el cabello casi hasta los pies, que
llevaba en una única larga trenza, por su espalda.
Este hombre tenía el pelo corto, pero Mi'Kel no creía que
el pelo corto de este hombre significara que era un ciudadano de
clase baja. Su corte de pelo tenía un aspecto similar a los cortes
reglamentarios para los soldados en su mundo.
«Este hombre es un guerrero de algún tipo», se dio
cuenta Mi'Kel. Debía ser un hombre poderoso por derecho
propio, sobre todo porque él había sido capaz de controlar a la
bestia como lo había hecho.
Mi'Kel se encontró extasiado. Si no hubiera sido por la
grave situación en que se encontraba, hubiera pensado que
podría estar enamorado del hombre delante de él, justo después
de haberlo conocido. Todo lo que había querido en una pareja
brillaba en los ojos marrones del guerrero. Su corazón se aceleró
y le sudaban las manos. Un temblor nervioso sacudió el interior
de su vientre, y sabía que de un momento a otro podría
ruborizarse. Mi'Kel trató de decirse a sí mismo que no se sentía
de esa manera con respecto a este misterioso hombre, pero su
cuerpo y al parecer una pequeña porción de su corazón no lo
escucharon. No había nada que pudiera hacer con esos
sentimientos; los Zinoans siempre sabían el momento en que se
encontraban con su alma gemela, y Mi'Kel tenía la sospecha de
que podría estar mirando a los ojos de la suya.
«Por supuesto, la única manera de estar seguro es tener
intimidad con él, y no importa cuánto me gustaría, pero
probablemente ahora no es el momento...» Mi'Kel resopló
desalentado. Maldijo sus anhelos de todos modos inapropiados.
Su polla comenzó a subir, y Mi'Kel luchó contra el
impulso de ruborizarse. Su cuerpo parecía impotente ante las
reacciones que este enorme hombre delante de él le provocaba,
así quisiera su polla o no.
No es que le importara, pero mantener su lujuria bajo
control iba a ser primordial, hasta que descubriera exactamente
dónde y cómo había llegado a estar aquí.
El hombre le dijo algo, el idioma era extraño y ajeno a
Mi'Kel, pero también era similar, como si hubiera oído la
cadencia extraña en alguna parte antes. Frustrado, Mi'Kel alzó
su mano hacia atrás y golpeó el dispositivo de traducción
universal implantado detrás de su oreja, pero no pasó nada.
«¿Por qué no está funcionando el dispositivo?» El hombre
pareció darse cuenta de su confusión, y lo intentó de nuevo,
diciendo otra cosa de una manera diferente, y más familiar.
Cuando se hizo evidente que Mi'Kel aún no podía entenderlo, el
hombre suspiró, frunciendo el ceño, y se pasó una mano por el
pelo grueso y corto.
Mi'Kel observó el movimiento, extasiado.
Decidió que tenía que hacer algún tipo de esfuerzo para
comunicarse con el hombre grande, aunque sólo fuera para
demostrarle que era inofensivo y que no iba a intentar alguna
cosa.
—Soy el príncipe Mi'Kel Ta'Rulen de Zinoa. Gusto en
conocerte, guerrero. —Sonrió, sus nervios hicieron su movida
un poco inestable, pero tenía que actuar determinado para no
mostrar cuán intimidado realmente se sentía. Él era un
príncipe, después de todo. Tenía que ganarse cierto respeto.
Gracias por salvarme de la bestia dijo en su propia lengua,
juntando las palmas delante de él, y haciendo una reverencia de
manera formal como lo hacía su pueblo.
Mirando hacia arriba, pudo ver que el hombre parecía
aún más confundido ahora de lo que había estado antes.
Aunque copió la reverencia, aparentemente dándose cuenta que
el movimiento era la manera establecida en que Mi'Kel
saludaba, la forma en que hizo la reverencia lo hizo verse torpe y
vacilante, y rápidamente se hizo evidente que el enorme hombre
nunca había hecho algo como una reverencia antes. Qué
extraño. ¿Acaso los habitantes de este planeta no tenían
realeza?
Para ahora Mi'Kel estaba seguro de que no estaba en su
planeta en absoluto, sino en un lugar totalmente diferente.
«Pero ¿dónde? ¿Y cómo fue que llegué hasta aquí?»
Pensando con todas sus fuerzas, se acordó de haber
dejado Zinoa para buscar un planeta que mantuviera las plantas
y los animales con vida, por lo que podría tomar los
conocimientos de cultivar la tierra y llevar esa información vital
de regreso a su pueblo. Recordó haber encontrado un planeta
con las especificaciones correctas que había estado buscando, y
se acordó de estar en su nave, viajando por grandes zonas llenas
de plantas y árboles verdes. Este nuevo mundo se veía tan
diferente a su planeta, ya que muy poco verde se podía
encontrar allí ahora, y Mi'Kel había sentido una oleada de
esperanza de que tal vez su loco plan realmente sería fructífero.
¿Habría aterrizado en el planeta, entonces? Recordó un fuerte
ruido, la nave estremeciéndose y las alarmas auxiliares
parpadeando cuando algo se estrelló contra el casco exterior. Se
encontró a sí mismo realizando maniobras evasivas, y debió de
haberse estrellado, porque lo último que recordaba era haber
visto la tierra corriendo hacia él justo antes de sentir un destello
de dolor.
Sólo el recuerdo del accidente envió un disparo de dolor a
través de él, y Mi'Kel no pudo contener el jadeo de asombro que
se le escapaba mientras su cabeza palpitaba. Sintió que algo
húmedo lentamente corría por su costado. Gimió y presionó la
mano de nuevo en su costado, mirando con horror cómo la
sangre brotaba lentamente a través de las vendas y una pequeña
gota se deslizaba a través de sus dedos.
De repente, el hombre se movió a su lado, tan rápido y
silenciosamente que Mi'Kel ni siquiera había oído que se
moviera. Con dedos suaves que enmascaraban su evidente
fuerza, el desconocido quitó la mano ensangrentada de Mi'Kel y
con cuidado palpó la herida en su costado. Mi'Kel hizo todo lo
posible para contener sus gemidos mientras un doloroso
hormigueo hacía eco en la herida, pero un pequeño sonido
escapó a pesar de sus mejores esfuerzos.
El hombre lo tranquilizó, murmurándole en voz baja, en
su profunda voz, antes de llegar a la mesita de noche y agarrar
un pedazo de tela suave y esponjosa, sosteniendo la tela limpia
sobre la gasa empapada, y aplicando presión suficiente como
para que Mi'Kel gruñera.
El hombre más grande dijo algo pero, una vez más, las
palabras eran un completo galimatías para Mi'Kel. Cuando el
guerrero se dio cuenta de que Mi'Kel parecía confundido, el
hombre con suavidad cogió su mano y la apretó con fuerza
sobre la tela. El hombre dijo algo más, lo mismo que antes, y
luego, lentamente se alejó de la cama. Mi'Kel lo miraba con los
ojos muy abiertos, mientras el hombre se acercaba a un lado de
la habitación y pasaba a través de otra puerta. Mi'Kel sólo tuvo
que esperar unos instantes antes de que el guerrero volviera,
esta vez llevando una caja grande de color rojo y blanco.
Mi'Kel se deslizó de nuevo en el temor, cuando el hombre
dejó la caja a su lado en la cama. El guerrero se congeló de
inmediato, hablando en voz baja en su propio idioma,
obviamente, tratando de transmitir una sensación de paz y
cuidado para su ignorante paciente.
Mi'Kel lo miró durante un buen rato, observándolo
mientras mantenía las manos en su costado y la mirada seria en
esos profundos ojos marrones. Muy lentamente, asintió con la
cabeza, y el guerrero de ojos oscuros le regaló una amplia
sonrisa mientras abría cuidadosamente la caja, dándole la
vuelta para mostrarle el contenido a Mi'Kel, probablemente en
un intento de aliviar su miedo.
Gasas, pequeñas píldoras, cinta médica, y vendas
llenaban la caja, y Mi'kel volvió a relajarse. El hombre había
traído la caja para tratar su herida. Aunque primitivo, Mi'Kel
pensó que podría haber equipo médico suficientemente para
simplemente vendar su costado de nuevo. Si tan sólo él tuviera
su propia caja médica, tenía en el interior un sellador
instantáneo que cerraría la herida de inmediato.
Pero ese equipo estaba encerrado en su nave, y Mi'Kel no
tenía ni idea de dónde podría estar su nave o incluso si todavía
estaba alrededor donde pudiera encontrarla.
El guerrero hizo señas para que Mi'Kel dejara de
presionar el paño contra su costado y, una vez que Mi'Kel lo
hizo, el hombre se inclinó hacia adelante y quitó las vendas
empapadas. La herida no parecía tan grande o terrible como
Mi'Kel había pensado originalmente. Estaba parcialmente
cerrada ya, a pesar de que probablemente se la había vuelto a
abrir en su intento de escapar de la bestia. El guerrero se
inclinó, colocando varias pequeñas piezas dobladas de gasa en
el costado de Mi'Kel. Le indicó a Mi'Kel que las sostuviera como
lo había hecho antes, mientras que él comenzaba a envolver
largas tiras de cinta médica alrededor de su cintura.
Mi'Kel luchó contra el gemido que trataba de liberarse,
mientras los cálidos brazos del hombre estaban envueltos
alrededor de su cintura. Beber el olor almizclado del guerrero
envió su cabeza en espiral. «Santa diosa, él huele bien». Como a
hombre, sudor y, extrañamente, aunque pareciera mentira, a
tierra fresca o mantillo3. El olor le hizo agua la boca a Mi'Kel y,
para su horror, su polla lo notó y una vez más hizo un intento de
levantarse de su estado de sueño.
Su rostro se calentó, y Mi'Kel luchó contra el impulso de
retorcerse cuando los brazos del hombre, una vez más, rozaron
sus costados, lo que le hizo temblar. El guerrero se empujó un
poco hacia atrás, con una mirada inquisitiva en sus ojos
oscuros, y Mi'Kel se encontró mirando los ojos de uno de los
hombres más hermosos que jamás había visto en su vida. Esos
ojos marrones jalaban hacia ellos reflejos verdosos, como
fragmentos de piedras preciosas, adicionándole luz interior a los
mismos.
Incapaz de contenerse, Mi'Kel se inclinó hacia delante lo
suficiente para que sus narices se frotaran en una caricia íntima
y dulce. Quería besar esos labios carnosos, pero no quería
meterse donde no había sido llamado. Empujándose hacia
atrás, notó el rubor que cubría las mejillas color canela del
hombre, y se rio suavemente ante la vista poco probable.
«¿Quién iba a saber que un guerrero tan fuerte tendría
una reacción tan encantadora?»

3
El mantillo es un material orgánico que se utiliza para preservar la humedad en las plantas mientras
crecen.
Mi'Kel se recostó sobre las almohadas en la parte
superior de la cama, sintiéndose de pronto agotado. El hombre
frotó ligeramente con un dedo su mejilla, y luego se levantó de
la cama, tirando de las mantas hasta el pecho de Mi'Kel,
acariciándolas como si dijera: "quédate, duerme".
Mi'Kel suspiró y cerró los ojos, relajándose bajo las
mantas. Las sábanas olían como el hombre, se dio cuenta
cuando ya estaba medio dormido. Oyó que el hombre arrastraba
los pies alrededor, quitando la caja de la cama y luego
tranquilamente caminó fuera de la habitación. Mi'Kel relajó su
cuerpo, y luego se enfocó en su propia mente, iniciando el
procedimiento de reinicio del dispositivo de traducción detrás
de su oreja.
Dormiría mientras el dispositivo se reparaba a sí mismo
y, cuando se despertara, sería capaz de entender lo que el
hombre tenía que decir. Quizás después podría averiguar qué
podía hacer ahora que probablemente tendría que quedarse
varado en este extraño planeta por un tiempo.
«Y tal vez pueda averiguar en dónde está mi nave».
Gavin se quejó, frotándose la parte posterior de su cuello
mientras avanzaba por la escalera, en dirección a su dormitorio
y a su "huésped".
Hombre, incluso sus huesos dolían. Había tardado casi
cuatro horas en limpiar el desastre dejado atrás por la nave
espacial que se estrelló en su maizal. Gracias a Dios, que había
sido capaz de labrar la tierra por encima y alrededor del lugar
del accidente, rellenando los surcos que se habían excavado en
la tierra y haciendo que la zona se viera casi normal. Tuvo la
suerte de que la mayoría de la cosecha había terminado y todo
lo que había quedado en el campo eran solo hojas secas de maíz.
Ahora que el campo había sido arado, las hojas y las cáscaras
dejadas estaban listas para convertirse en abono y no había
absolutamente ninguna evidencia de que alguna cosa fuera de lo
común hubiera estado en el lugar.
Con la nave espacial y todos los pedazos rotos de dicha
nave escondidos en la parte posterior más alejada de su granero,
lejos de miradas indiscretas, y el campo finalmente atendido,
Gavin se sintió un poco más confiado en su capacidad para
hacer frente a esta extraña situación.
Alguien tenía que venir en busca de la nave y sus
ocupantes, muy probablemente quien disparó contra la nave en
primer lugar. Gavin quería ser capaz de afirmar que no tenía ni
idea de nada que proviniera del espacio exterior, sintiendo un
indescriptible impulso por proteger al pequeño alien, y el papá
de Gavin siempre le había dicho que confiara en sus instintos.
Con sólo recordar esos ojazos plateados que lo miraban
fijamente, los casi blancos rizos rubios en desorden, los
exuberantes labios rosados, y lo sorprendido que estaba cuando
el pequeño alienígena lo miró por primera vez, causó que la
polla de Gavin se endureciera, y se detuvo en la parte superior
de la escalera, luchando por recuperar el control. Gimió de
nuevo, pero esta vez por una razón completamente diferente.
«Maldición». El delicado extraterrestre era
positivamente el hombre más bonito en el que Gavin había
tenido el placer de poner sus ojos. Cada vez que había tenido
miedo y confusión tomó todo de Gavin para no sostener al
pequeño hombre entre sus brazos y calmar al muy nervioso
pequeñito. Gavin había pensado que había perdido esa clase de
sentimientos incentivado por su estancia en los marines, donde
tuvo que ver algunas cosas que nadie tiene porqué. La guerra
cambia a un hombre y no siempre para mejor.
Sin embargo, el alien atrajo de nuevo todos esos
sentimientos hacia él, como cuando Gavin siendo un niño,
encontró una paloma con un ala rota. Y en lugar de poner fin a
su miseria como uno de los peones le había sugerido, Gavin le
entablilló el ala y la cuidó hasta que recobró de nuevo la salud.
Mientras crecía, siempre llevaba a casa animales heridos
o perdidos, tantos que su mamá y papá se sentían muy
frustrados.
Se rio para sus adentros. «¿Por qué no un alien
también?»
Tomando una profunda respiración, Gavin se detuvo en
la puerta de la habitación por un momento, escuchando con
atención. Cuando no oyó nada, le dio un golpe rápido pero
suave a la puerta, y luego la abrió y se metió en su habitación.
Bo yacía en el suelo cerca de la cama. Levantó un poco la
cabeza cuando su amo entró en la habitación y le dio un bajo
guau. Gavin le frunció el ceño a la estúpida bestia,
preguntándose cómo había entrado el perro en la habitación
estando cerrada la puerta. Después de que el chucho había
asustado al pequeño extraterrestre de forma tan alarmante,
Gavin se había asegurado de cerrar la puerta antes de salir a
arar el campo. No quería que Bo asustara al pequeño hombre de
nuevo.
Suspirando, Gavin sacudió la cabeza. Para nada le
sorprendería si Bo simplemente había abierto la puerta,
entrando directamente en la habitación, el perro siempre había
sido demasiado inteligente para su propio bien. Gavin estaba
casi seguro de que el chucho probablemente podría alimentarse
por sí mismo e incluso conseguir sus propias golosinas si quería,
solo mantenía a Gavin alrededor para que lo hiciera todo por él,
para que el humano se sintiera útil y tal vez por el hecho de que
la torpe bestia no tenía pulgares oponibles. Llevando su mano
hacia abajo, Gavin le dio una rápida rascada en la cabeza antes
de volver su atención al ser en su cama.
La vista ante él le robó el aliento y una oleada de deseo lo
atravesó.
El pequeño extraterrestre de algún modo había logrado
quitarse de encima gran parte de las cobijas mientras dormía,
dejándolas enrolladas alrededor de sus muslos, revelando una
gran extensión de piel suave y pálida desde el hombro hasta
justo por debajo de las caderas para que Gavin la devorara con
ojos hambrientos. Tendido de espaldas, el alien había quedado
completamente expuesto, sus pezones erguidos de color rosa
sólo pedían a gritos ser chupados y torturados hasta volverse
rojos e hinchados, y su vientre pálido, mostraba una
sorprendente cantidad de definición. Esa larga y delgada polla
enrojecida, descansaba completamente en la ingle sin vello del
extraterrestre, las bolas que colgaban muy suavemente por
debajo, eran de un oscuro color rosa. Su luminoso pelo rubio,
descansaba extendido sobre las almohadas, y esos exuberantes
labios soltaron un suspiro mientras el pequeño extraterrestre se
volteaba sobre su estómago, aún dormido. Gavin casi se dejó
caer de rodillas, cuando la redonda pequeña burbuja de su culo
quedó al descubierto, con las piernas separadas lo suficiente
como para insinuar el pequeño frunce color rosa escondido
entre sus cremosas nalgas blancas.
Gavin tuvo que utilizar cada onza de control que poseía
para no sumergirse entre estas y tratar de robar un poco de ese
paraíso escondido. No podía dejar de preguntarse a qué sabría
el pequeño extraterrestre. «¿Sería almizclado y oscuro? ¿O
salado y algo dulce?» La polla de Gavin se endureció
dolorosamente ante el pensamiento, tanto que tuvo que
agacharse para acomodarse mientras soltaba un gemido. El
líquido preseminal ya empapaba el interior de sus calzoncillos y
Gavin se obligó a retirar la mano de su polla. Lo último que
necesitaba era que el pequeño alien se despertara y encontrara a
Gavin de pie junto a él, acariciándose a sí mismo. El pobre
probablemente "llamaría a casa" antes de que Gavin, incluso
tuviera la oportunidad de explicarse.
Pero era demasiada la maldita tentación de seguir
frotando hasta que Gavin encontrara su liberación y su crema
inundara sus calzoncillos. El pequeño alien ni siquiera tenía por
qué estar despierto, sólo tenía que quedarse allí y dejar que
Gavin lo mirara durante un rato.
Y eso lo hizo sentirse como un completo pervertido.
Lo único que le impedía a Gavin hacer alguna cosa y todo
lo que su imaginación cachonda e hiperactiva le rogaba que
hiciera, fue ver el vendaje blanco en el costado del pequeño
hombre, y el vendaje mariposa sobre el corte en la frente, que de
otro modo sería indemne. Primero lo primero, necesitaba ver si
el alien quería un poco de comida. Después de eso, sin duda un
baño seguiría.
Su mamá siempre decía que a veces todo lo que se
necesitaba era un largo baño en la bañera para sentirse limpio y
humano de nuevo. Gavin esperaba que eso se aplicara a los
alienígenas también.
«Bueno, no la parte humana, tal vez...»
Con ese pensamiento en mente, Gavin comprobó al alien
una vez más antes de obligarse a salir de la habitación y tomar
de nuevo las escaleras dirigiéndose hacia la cocina para
preparar algo de comida, silbándole a Bo para que lo siguiera.
No podría ser un chef de clase mundial en la cocina ni
nada, pero después de vivir solo por un buen número de años,
Gavin había aprendido lo suficiente para no envenenarse.
Además, podía revolver los huevos como el mejor de ellos. No
estaba seguro de lo que el alien quisiera comer, o incluso qué
podía comer, pero Gavin imaginó que algo suave para su
estómago sería lo más adecuado. Ex marine o no, Gavin nunca
limpiaría el vómito de un alien.
De repente le llegó la imagen a su mente de la escena de
El exorcista, donde la niña arrojó el vómito de color verde
brillante y se estremeció. Sí, no había ni una jodida manera de
que fuera a limpiar esa clase de desastre.
«¡Qué asco!»
Vagando por la cocina, Gavin se puso a batir unos huevos
y metió unas tostadas en la tostadora. Decidió arrojar algo de
tocino en una sartén dejándolo cocinar por un rato. Después de
todo, el alien podría estar muy hambriento y se comería el
tocino, si no, Gavin se lo comería todo él mismo... nunca habría
una buena razón para rechazar el tocino en su opinión. No sabía
cómo los vegetarianos podían vivir sin estas delicias saladas y
carnosas.
Silbando una antigua tonada de Waylon Jennings4
mientras trabajaba, Gavin sonrió cuando Bo comenzó a gemir
en voz baja cuando el olor del tocino y los huevos llenaron la
habitación.

¿Que? preguntó sonriéndole a la tonta bestia.


¿Deseas algo, muchacho? El perro se relamió en respuesta, y
Gavin se rio entre dientes mientras lanzaba la mitad de un trozo
de tocino cocido al perro, haciendo estallar la otra mitad en su
propia boca, gimiendo de felicidad.
«Mmm... tocino».
Sacando la vieja bandeja de servir portátil de su mamá,
Gavin sirvió en dos platos, huevos revueltos, tocino y tostadas
con mantequilla, junto con un vaso de leche y una taza de café, y
puso toda la comida en la bandeja. Agarrando unos cubiertos y
un par de servilletas, Gavin sonrió para sí mismo, satisfecho con
la deliciosa comida que había preparado. Maldita sea, su mamá
estaría orgullosa.
Sopesando la bandeja sorprendentemente pesada, Gavin
se volvió para salir de la cocina cuando de repente el viejo
teléfono de cordón pegado a la pared comenzó a sonar. No
queriendo que el estridente ruido fuera a despertar a su
huésped, Gavin rápidamente dejó la bandeja y se apresuró a
detener el timbre.

¿Hola?

4
Waylon Arnold Jennings (15 de Junio de 1937 – 13 de Febrero de 2002) fue un cantante
estadounidense de música country. Jennings (nacido en Littlefield, Texas) hijo de Lorene Beatrice Shipley
y William Alvin Jennings, a los 8 años de edad, su padre le enseñó a tocar la guitarra y dos años después
formó su primera banda. Durante su adolescencia trabajó en diversas ocupaciones, dejando el colegio
para perseguir su carrera como músico; fue en ese periodo cuando conoció a Buddy Holly, quien
también tenía como referencias musicales a los Mayfield Brothers de West Texas, Smokey Mayfield,
Herbert Mayfield, y Edd Mayfield.
La noche del 3 de febrero de 1959, el avión donde iban, Buddy Holly, Ritchie Valens, y J.P. Richardson
(alias The Big Bopper) se estrelló en las afueras de Mason City (Iowa), muriendo todos los pasajeros.
Años después del trágico accidente admitió que se sintió terriblemente culpable por lo sucedido ya que
momentos después de entregar su asiento Holly le dijo a modo de broma "espero que tu autobús se
estropee" a lo que él respondió: "pues entonces espero que tu avión se estrelle".
Hola Gav, es Mark respondió una profunda y ronca
voz.
Gavin sonrió, reclinándose contra la pared para hablar
con su viejo amigo de los Marines, que también pasó a ser su
vecino y mejor amigo. Eh, hombre, ¿cómo te va allí?
¿Conseguiste tener todos tus cultivos recogidos? El canal del
clima dijo que las cosas iban a empezar a estar muy frías a partir
de la próxima semana. Se habían conocido cuando tenían
dieciocho años y el primero en unirse, gravitó hacia el otro, ya
que compartían muchas cosas en común: ambos provenían de
pueblos pequeños, ambos habían perdido a sus mamás muy
jóvenes y, lo más importante, ambos eran homosexuales.
Después de que su última misión estuvo concluida, Mark
simplemente había seguido a casa a Gavin, ayudándole a
trabajar en la granja después de que su padre murió hasta que el
otro había ahorrado suficiente dinero como para comprar una
pequeña granja propia. Había parecido intervención divina
cuando la granja de al lado había sido puesta a la venta. Ahora
los dos eran vecinos, y Gavin se sentía muy afortunado de tener
a su mejor amigo a una llamada telefónica y a cinco kilómetros
de distancia en cualquier momento que necesitara de su ayuda.

Sí, terminé de tirar el maíz la semana pasada. He oído


que ya habías dejado tu carga de maíz y calabaza. ¿Dejaste algo
para ti? preguntó Mark.
Gavin asintió con la cabeza a pesar de que el otro hombre
no podía ver que lo hiciera. Sí, el maíz está en el congelador y
la calabaza picada y cocida, en el congelador también. Debo
tener suficiente como para que me dure hasta la primavera.

Estupendo, estupendo. Gavin oyó el cambio en la voz


de su amigo y supo que todo lo que su viejo amigo estaba a
punto de decirle no iba a ser bueno. Oye cabrón, estuve en el
pueblo esta mañana y había unos muchachos en el restaurante
que nunca había visto antes. Creo que eran federales, hombre.
Ellos estaban haciendo preguntas acerca de las granjas de esta
zona, y preguntando si alguien había visto algo extraño la noche
anterior. Ellos se mostraron particularmente interesados en tu
granja y la mía. Probablemente, van a estar viniendo por aquí y
quería advertirte, y no se veían como que quisieran tener una
amistosa visita, ¿sabes?
Gavin había oído la expresión acerca de la sangre
drenándose del rostro de alguien y siempre se había preguntado
qué era exactamente lo que quería decir. Pero al oír hablar a
Mark comenzó a sudar y se mareó. Si otra persona hubiera
estado en la habitación justo en ese momento, diría que estaba
pálido como un fantasma.
«¡Maldción! Ya están buscándolo». Gavin miró a través
del techo, a la habitación encima de él en donde el alien herido
dormía plácidamente en su cama inconsciente de todo. Había
pensado que habría tenido más tiempo para llegar a una
historia que lo encubriera. Ahora el tiempo parecía que se
estaba acabando rápidamente.
«Esto no es bueno, no es bueno en absoluto».

Tengo que decirte, hombre, que me pareció haber visto


unas cosas raras la noche pasada. Luces y sonidos diferentes a
todo lo que he oído alguna vez. Me despertó de un profundo
sueño dijo Mark, continuando totalmente ajeno a la angustia
de Gavin. ¿Notaste algo anoche?

Uh, no... hey Mark, ¿puedes pasar por la casa más


tarde? Tengo algunas mierdas que hablar contigo,
hombre. Estoy pensando en plantar girasoles en el campo para
ayudar con la fertilización y me gustaría saber tu opinión dijo
Gavin en código de sus días de militar, dejando que su amigo
supiera que él necesitaba de su ayuda y que no podía pedírsela
directamente, porque la línea podría no ser segura. Gavin sabía
que iba a necesitar de la ayuda de su amigo si esperaba
mantener a salvo al alien de las garras del gobierno, y de
repente se sintió paranoico de los teléfonos a los cuales podría
acudir. Sólo esperaba que su viejo amigo le ayudara una vez se
enterara de todo lo que estaba pasando.

Sí, claro, hombre. ¿Alrededor de las tres te suena bien?


Mark preguntó, tres en realidad era el código para que se
reunieran al mediodía. Gavin dejó escapar un suspiro inaudible
de alivio. Siempre podía contar con su amigo para que le
cubriera la espalda. No tenía ninguna duda de que Mark haría
una conexión con los federales que estaban en el pueblo y la
súbita necesidad de Gavin por su ayuda. Probablemente pensó
que Gavin iba a ser atrapado en algo ilegal.
«No es ilegal a menos que albergar a un alien y ocultar
su nave espacial esté en contra de la ley».
Mierda, sabiendo la suerte de Gavin, albergar a su
pequeño alien probablemente lo era.

Me parece bien hombre, nos vemos entonces.


Gavin colgó, cogió la bandeja con la comida, y se dirigió al
piso de arriba. Tenía que despertar al extraterrestre y pensar en
una historia para cubrirse en caso de que tuvieran visitantes
inesperados en breve. Mark podría ayudar con eso y, sin duda,
su mejor amigo se sorprendería con la verdad, pero Gavin
confiaba en el otro hombre implícitamente y sabía que entre los
dos podrían llegar a algo.
Simplemente cómo podría ser capaz de explicarle todo al
pequeño de manera que lo entendiera todo junto, Gavin no lo
sabía pero estaba decidido a llegar a algo.
Tenía que hacerlo, o los agentes federales apenas le
echaran un vistazo a la pequeña y delicada belleza, se lo
llevarían a rastras a un laboratorio secreto donde lo disecarían o
experimentarían con él hasta que nada en esos ojazos plateados
quedara.
Por alguna razón, Gavin tenía la sensación de que la
pérdida del pequeño alienígena podría ser lo peor que le pudiera
ocurrir a él, y haría todo lo posible para no dejar que eso pasara.
Pelearía por el extraterrestre, aunque no sabía
exactamente por qué quería hacerlo.
El sonido de la puerta que se entreabría y el olor de algo
sustancioso hizo que Mi'Kel se despertara de su profundo sueño
curativo.
Al abrir los ojos, vio el cielo azul brillando a través de la
ventana, y supo entonces que todo no había sido un sueño, sino
que realmente se había quedado varado en un planeta
desconocido, con un hermoso querrero y su enorme bestia.
«Hablando de...»

Espero que tengas hambre dijo el guerrero cuando


entró en la habitación con una bandeja de comida en sus
manos. Mi'Kel lo observaba, los movimientos del guerrero eran
fluidos y retrataban la aparente fortaleza de sus músculos.
Mi'Kel cerró los ojos al recordar esos fuertes brazos alrededor
de él mientras el hombre vendaba su costado.
Cuando abrió los ojos de nuevo, Mi'Kel pilló al guerrero
mientras recorría con sus ojos su cuerpo casi desnudo.
De repente, el hombre grande pareció darse cuenta de lo
que estaba haciendo y apartó la mirada mientras colocaba la
bandeja de comida en el aparador. Es sólo huevos y tocino,
pero pensé que con tus lesiones algo ligero y fácil de digerir
sería bueno para tu estómago.
Mi'Kel se incorporó y se apoyó en la cabecera mientras el
guerrero acercó un plato de comida, entregándoselo a él. Mi'Kel
aceptó el plato caliente con cuidado y gimió ante el olor
celestial. «¡La extraña comida huele tan bien!»
Su estómago parecía estar de acuerdo, ya que gruñó
fuertemente mientras Mi'Kel se sonrojaba. El guerrero sonrió.

Híncale el diente dijo, provocando que Mi'Kel


frunciera el ceño confundido.
«¿Hincar en qué?» Quería preguntar, no sabía por qué el
guerrero le haría trabajar por su comida. «¿Tendré que
suplicarle primero para poder comer?»
A pesar de que su dispositivo de traducción parecía estar
reparado, el dispositivo aún no podía traducir cosas como frases
comunes y términos de argot popular. Mi'Kel suspiró. Parecía
que ahora, a pesar de que eran capaces de hablar el mismo
idioma, todo seguía sonando extraño. Oh, bueno, estaba
decidido a salir del paso con la barrera del idioma.

Gracias dijo en voz baja mientras cogía el tenedor y


tomó un bocado de la mullida comida amarilla de su plato.
Cuando llevó la comida a su boca, Mi'Kel tuvo que luchar contra
el impulso de gemir mientras sus ojos se pusieron en blanco de
la dicha. ¡La comida extraña sabía muy bien! La comida en este
planeta parecía ser muy superior a las raciones en Zinoa. Los
bebés nunca pasarían hambre si tenían algo como esto para
comer.

Esto está buen… El guerrero se detuvo en seco, sus


ojos marrones bien abiertos mientras miraba fijamente a Mi'Kel
en estado de shock.

»!Santa mierda¡ ¡Puedes hablar! exclamó abriendo


mucho su boca.
Mi'Kel inclinó la cabeza confundido. «Por supuesto que
puedo hablar... ¿no lo hace todo el mundo?»

Sí, puedo hablar respondió él, sin saber qué más


decir mientras recogía otro bocado de la cosa mullida amarilla.
«¡Diosa, este suave mullido amarillo sabe tan rico!» Dándose
la oportunidad, Mi'Kel cogió una de las tiras marrones
crujientes y mordió la crujiente carne. El ahumado sabor salado,
estalló sobre su lengua y esta vez no pudo contener sus gemidos.
El guerrero se echó a reír, mostrando sus brillantes
dientes blancos. Sí, el tocino es bueno, ¿no es así? Parecía
haber superado su shock inical.
Mi'Kel asintió con tanto entusiasmo que le preocupaba
que su cabeza se cayera de sus hombros. ¿Tocino? Sí, ¡el
tocino es bueno! También lo es el suave mullido amarillo.

Huevos revueltos suministró el guerrero. Hechos


con queso y cebollas salteadas. Los huevos provienen de gallinas
de la granja de un vecino. Los recibo a cambio de verduras
frescas cada pocas semanas.
Pollos. Un tipo de ave, si recordaba correctamente. Mi'Kel
recordó que había recogido el ADN de los pollos y había
almacenado la información en su nave antes de que él se
hubiera estrellado. Había estado recogiendo ADN de plantas y
animales, con la esperanza de que los científicos en su planeta
de origen pudieran reproducir los animales para su pueblo.
Mi'Kel hizo una nota mental para comprobar si tenía el ADN del
pollo, es decir si podía averiguar dónde estaba su desaparecida
nave. Definitivamente quería un poco más huevos revueltos
cuando finalmente regresara a casa.
Mi'Kel suavemente repitió las palabras que no conocía, y
las registró en su memoria. Tomó un bocado del tocino, y luego
añadió un bocado de huevos revueltos, y la combinación de los
dos en su boca sabía como el paraíso.
El guerrero se rio de nuevo, el agradable sonido llenó la
habitación, junto con los ruidos hambrientos muy felices de
Mi'Kel.
Entonces, ¿cual es tu nombre? preguntó el guerrero,
mientras se sentaba en la esquina de la cama, girando su cuerpo
apoyándolo en la baranda de los píes para que él y Mi'Kel se
enfrentaran entre sí.
Mi'Kel abrió los ojos como platos cuando se dio cuenta de
lo grosero que había sido. Rápidamente, Mi'Kel puso su plato en
la mesa junto a él y puso las palmas de las manos delante de su
pecho, inclinándose sobre ellas.

Gusto en conocerte, guerrero. Soy el príncipe Mi'Kel


Ta'Rulen de Zinoa, y te doy las gracias humildemente por tu
ayuda y hospitalidad dijo Mi'Kel formalmente. El guerrero
enarcó una ceja, pero copió el movimiento Mi'Kel.

Soy Gavin Howard, pero puedes llamarme Gavin, o


Gav. No hay necesidad de la ceremonia aquí dijo Gavin,
recogiendo su plato e hizo un gesto para Mi'Kel hiciera lo
mismo. Mi'Kel inmediatamente lo hizo, contento de estar
comiendo los huevos revueltos de nuevo. Le dio un mordisco al
cuadrado marrón, dándose cuenta de que el cuadrado era una
especie de horneado, pero muy diferente a cualquier cosa que
alguna vez haya tenido antes. El horneado sabía muy bien, pero
extraño, al igual que toda esta situación.

Entonces, príncipe Mi'Kel Gavin hizo una pausa,


frunciendo el ceño.

»¿Puedo llamarte Mike o Miki? le preguntó de


repente.
Mi'Kel pensó en su solicitud por un momento, antes de
que finalmente asintiera. No haría bien en ofender a su anfitrión
a tan poco de conocerse, sobre todo si podía ser que necesitase
de la ayuda de Gavin después. Además, Gavin le había
permitido a Mi'Kel usar el término familiar de su nombre, y
devolver el favor sería lo más justo.
La sonrisa que recibió a cambio le hizo sentir que bien
podría valer la pena cualquier molestia que el término familiar
le diera.

Entendido Gavin asintió. Bueno, Miki, ¿cómo has


llegado hasta aquí a la Tierra?
«Tierra», Mi'Kel no estaba familiarizado con la palabra.
¿La Tierra es tu planeta? preguntó. Gavin asintió. Estoy
en una misión encomendada por mi padre, el Gran Rey Ju'Nali,
para buscar y obtener información de los planetas cuyos
ecosistemas son similares a cómo era Zinoa antes de la Gran
Guerra. Nuestro planeta está muriendo y tenemos que tratar de
reparar el daño antes de que nos veamos obligados a abandonar
nuestro hogar. Una oleada de nostalgia se apoderó de él al
pensar en la destrucción de su planeta natal. Tu planeta se
ajusta a los criterios. Estaba viajando a través de un cielo oscuro
y un gran espacio verde, cuando de repente mis sensores se
volvieron locos y algo se estrelló contra el casco. ¡Creo que me
estaban disparando! Tomé una acción evasiva pero la nave
recibió un impacto directo y se hizo daño. Terminé
estrellándome. La siguiente cosa que recuerdo es que desperté
para encontrar a tu bestia de pie junto a mí. Mi'Kel se
estremeció ante el recuerdo.

¿Bestia? Gavin se veía confundido antes de que al


parecer comprendiera y empezó a reírse. ¿Te refieres a
Bo? Bo es completamente inofensivo, Miki. Él es un perro, y
aunque puede ser terco como una mula, es el más dulce chucho
que jamás haya conocido.
Mi'Kel asintió con la cabeza, pero no se sentía del todo
convencido. Supuso que mientras Gavin tuviera el control de la
bestia, este Bo no podía ser del todo malo. Lo entiendo.

¿Así que no sabés quién te disparó? Gavin preguntó,


volviendo al tema original.
Mi'Kel negó con la cabeza. Ni siquiera sabía que me
estaban siguiendo hasta que la nave ya había sido impactada y
las alarmas de proximidad se apagaron.

Gavin se veía preocupado. Eso no es bueno. Tendremos


que tener mucho cuidado hasta que encontremos la manera de
que regreses a casa.
Mi'Kel sabía que debía sentirse agradecido porque Gavin
parecía estar dispuesto a ayudarle, pero se preguntó por qué
estaba tan triste de repente ante la idea de dejar al bondadoso
guerrero.

Bueno, Miki, ¿puedes decirme cómo es que puedes


entenderme y hablar en inglés ahora, cuando antes no podías?
Gavin preguntó, sacando a Mi'Kel de sus pensamientos.

Mi'Kel asintió. Mi DTU se dañó en el accidente.


Necesitaba reparar el dispositivo antes de que pudiera hablar tu
idioma. Me las arreglé para hacer eso mientras descansaba y me
curaba.

¿DTU?

Dispositivo de Traducción Universal explicó


Mi'Kel. Se me implantó justo detrás de mi oreja y ayuda a mi
cerebro a traducir todo lo que oigo por lo que puedo entender lo
que se dice y hablar en cualquier planeta, en especial los más
primitivos que el mío.

Los ojos de Gavin estaban muy abiertos. Puedo…


empezó a preguntar y luego se detuvo, un rubor rasgó por sus
mejillas.
Mi'Kel vio el color con asombro.

¿Te gustaría verlo? preguntó. Gavin asintió.


Mi'Kel sonrió ligeramente, dejando su plato en la mesa,
antes de mover su cabello hacia un lado y girar la cabeza para
que Gavin pudiera ver el pequeño tubo cilíndrico situado justo
detrás de su oreja izquierda.
Un largo y silencioso momento se prolongó entre ellos, y
entonces Mi'Kel oyó a Gavin moverse y sintió undirse la cama
mientras el otro hombre se arrastraba más cerca. El ligero toque
de los dedos sobre el implante lo sobresaltó, el tentativo toque
envió una onda de estremecimientos a través de su cuerpo,
haciendo vibrar su piel de necesidad y su polla comenzó a
endurecerse. Volvió la cara de nuevo y Mi'Kel se encontró
atrapado en la oscura mirada del hombre, respirando con cortos
jadeos.
No supo quién se movió primero. En un minuto estaban
mirándose a los ojos, y al siguiente sus labios se juntaron y sus
lenguas se enfrentaron en una batalla tan antigua como el
tiempo.
Mi'Kel maulló mientras la lengua de Gavin acarició por
encima la suya antes de pasar a través de sus dientes y luego
sumergirse profundamente, casi como si el hombre quisiera
memorizarlo y devorarlo todo al mismo tiempo. El movimiento
causó que la polla de Mi'Kel se endureciera en proporciones
dolorosas, y gimió de necesidad, haciendo que Gavin le diera
otro golpe de lengua contra lengua. Alzó los brazos sobre los
hombros de Gavin, sus dedos recorrieron ese corto cabello
castaño sorprendentemente grueso. Podía sentir la mano de
Gavin agarrando sus propios cabellos largos y suspiró feliz
mientras que el hombre utilizando su dominio hizo que Mi'Kel
girara la cabeza, consiguiendo que su lengua fuera aún más
profundo.
«Oh Diosa, ¡sí!» Gavin sabía a tocino y algo más rico, algo
único como Gavin.
Gavin cuidadosamente lo bajó hacia atrás, hacia la cama,
y la anticipación llenó a Mi'Kel. Deseaba sentir el peso de Gavin
presionándose hacia abajo. Pero antes de que eso sucediera, un
fuerte golpe sonó, haciendo que Gavin saltara alejándose por lo
que su mano derecha golpeó el costado herido de Mi'Kel.

Mi'Kel gritó y Gavin maldijo: Mierda, mierda, mierda,


¡lo siento, Miki! sonidos de sorbidos y crujidos llegaron por el
lateral de la cama. Maldita sea, Bo, te voy a matar gruñó
Gavin mientras saltaba de la cama y empujó al perro lejos del
plato caído. Mi'Kel pensó que eso explicaba el fuerte estruendo.
Con cautela, se sentó de nuevo, cuidando de su dolorido
costado, y viendo cómo Gavin forcejeaba con el perro gris y
negro.
Cada vez que Gavin lograba empujar a la bestia lejos para
poder limpiar el desorden, el perro se lanzaba de nuevo para
tratar de robar más comida del suelo. Gavin le gruñó al perro, y
a pesar de la necesidad de su dura polla y el eco de dolor en su
costado, Mi'Kel no pudo contener su risa.
Gavin lo miró sorprendido, antes de sonreír tímidamente,
la obscena tienda de campaña en sus pantalones mostraba que
no solo él estaba afectado por el beso.

Dije que era un chucho dulce, nunca dije que estuviera


bien educado.
Gavin se sentó en su mesa de la cocina, con la cabeza
entre las manos. Escuchó la ducha corriendo en el baño por
encima de su cabeza y trató de averiguar qué era exactamente lo
que pensaba que había estado haciendo.
¿En qué estaba pensando, cuando lo besé de esa
manera?
Después de limpiar el desorden que Bo había hecho,
Gavin no había sabido qué hacer. Ahora que la pasión entre los
dos había pasado, Gavin no estuvo seguro exactamente en cómo
actuar con el alienígena desnudo que estaba sentado en su
cama, mirándolo fijamente con esos ojazos plateados mientras
se reía. Con la esperanza de deshacerse de parte de su torpeza,
Gavin le había mostrado a Mi'Kel el baño y después de
mostrarle al pequeño cómo utilizar la ducha, salió
precitadamente, pero no sin antes de alcanzar a ver ese tentador
trasero de nuevo.
Gavin gimió, sacudiendo la cabeza. ¿Qué demonios había
estado pensando? Si su padre hubiera estado vivo, lo habría
golpeado por saltarle encima al pequeño hombre de la manera
en que Gavin lo había hecho. Afortunadamente, Mi'Kel había
sido receptivo a sus acciones, o el pobrecito no había querido
decirle “no” al grande y aterrador humano.
En serio, ¿qué había estado pensando? De ninguna
manera podía iniciar una relación con un alien, sin importar lo
tentadora que era la idea y aunque el extraterrestre dijera que
sí.
Además, Mi'Kel finalmente terminaría dejándolo, en
cuanto Gavin le mostrara la nave y el pequeño arreglara la
maldita cosa. No podía apegarse. Bo le gimió desde su posición
a sus pies, y Gavin suspiró mientras miraba al chucho tonto.

No puedo correr el riesgo le dijo al perro. No


puedo apegarme y luego dejar que se vaya. Bo parecía rodar
sus ojos hacia él. Cállate, Bo. Eres un perro. ¿Qué sabes tú? —
Bo lo miró, simplemente resopló hacia él, se levantó y se dejó
caer en la sala de estar. Gavin suspiró. ¿Es a esto a lo que había
llegado? ¿A discutir con su perro?
De alguna manera tenía la sensación de que el pequeño
extraterrestre que actualmente ocupaba su ducha podría
llevarlo a estar aún más loco antes de que la linda cosita
finalmente se fuera.
Antes de que pudiera contemplar la situación aún más,
Gavin oyó que llamaban a la puerta principal. El pequeño ruido,
aparentemente insignificante, lo puso en alerta al instante. Una
rápida mirada a su reloj le dijo que era media hora antes de lo
establecido por Mark para aparecerse. Mark no era nada más
sino puntual, y Gavin sabía por años de experiencia que el
hombre no se aparecería en su puerta hasta alcanzar
exactamente el mediodía.
Mark también utilizaba siempre la puerta de atrás que
conduce a la cocina. Nunca entraba a través de la puerta
principal.
Gavin se levantó, usando su experiencia militar para
moverse en silencio desde la cocina hasta el salón principal.
Moviéndose cuidadosamente, Gavin se deslizó entre las
sombras junto a la puerta, mirando por la ventana del frente. Lo
que vio esperando en el porche le hizo maldecir en silencio.
Una SUV todoterreno negra le cerró el camino a su
camión en la entrada. La maldita cosa probablemente costaba la
mitad de un año de beneficios de su granja. Dos hombres,
ambos vestidos con trajes negros con corbatas que
honestamente se veían ridículos con este tiempo de más de
veintiséis grados centígrados de calor, se quedaron esperando
en la puerta de su casa, con gafas de sol cubriendo sus ojos para
agregar supuestamente un aire de misterio y "oficialidad" en
ellos. No eran muy grandes. De hecho, Gavin suponía que eran
normalmente chupatintas, atrapados detrás de un escritorio
todos los días de sus vidas. Él podría aplastarlos a los dos en
una pelea.
Gavin los tenía catalogados como federales por el
momento.
«¡Maldita sea! ¿Cómo habían llegado hasta aquí tan
pronto?» Había esperado tener más tiempo para tener lista una
historia para cubrirse con Mark, pero ahora tendría que
adelantarse a los acontecimientos.
Abrió la puerta, asegurándose de bloquear a Bo con la
rodilla cuando el chucho tonto trató de colar la cabeza para ver
a sus visitantes inesperados.

¿Puedo ayudarlos? preguntó cuando salió al porche,


cerrando la puerta detrás de él. Su tamaño y su presencia
hicieron que los dos hombres dieran un paso atrás, causando
que Gavin se elevara por encima de ellos aún más. Los federales
tenían que mirar hacia arriba para poder hablarle, estaba seguro
de que lo habían reconocido como una técnica de intimidación
clásica. No es que pudieran hacer algo al respecto, Gavin se
alzaba sobre ambos.
Un hombre respaldó al otro, cuando uno de ellos si situó
detrás, y el que había quedado ahora delante tragó visiblemente.
Ambos le mostraron sus insignias rápidamente, casi tan rápido
para que Gavin no viera que parecían falsas.
Casi.
Hola, señor. Somos Inspectores del Servicio de Sanidad
Animal y Vegetal, o APHIS5, y tenemos informes de una posible
contaminación en su campo. Nos preguntábamos si nos
permitiría tomar una muestra del suelo y ver si podemos
identificar el problema. El final de su pequeño discurso no
había sido realmente una pregunta, el pequeño bastardo
engreído claramente no esperaba que algún tonto y rústico
granjero le dijera que no.
Bueno, estas pequeñas mierdas se habían topado con el
Mayor Gavin Howard, Comandante de Unidad y extraordinario
francotirador de los Marines.
Gavin levantó una ceja, y les dio a los dos hombres una
leve sonrisa. Joder, eran realmente jóvenes. ¿Y ese era el cuento
con el que pretendían lograr algo? ¿En serio? Gavin se los iba a
masticar y comer para el desayuno a este ritmo.

Déjenme ver sus credenciales de nuevo, agente


Hernández, agente Smithson exigió Gavin, haciéndoles saber
que había visto muy bien sus insignias cuando se las habían
enseñado tan rápidamente, y el duro filo de su voz les dejaba
bien claro que era una orden y no una petición. Los federales
bebés compartieron una rápida mirada, sorprendidos por el uso
de sus nombres, pero finalmente lo hicieron. Gavin se aseguró
de echarles un vistazo realmente largo, sólo para hacer que los
hombres se retorcieran. Después de un largo rato, Gavin les
entregó las insignias de nuevo, ante el evidente alivio de los
federales.

¿Qué campo? Gavin preguntó. Los federales


compartieron otra mirada entre ellos.

5
APHIS es una agencia del Departamento de Agricultura de los EE.UU. responsable de la protección de
la salud animal, el bienestar animal y la sanidad vegetal. APHIS es el organismo principal que colabora
con otros organismos para proteger la agricultura en EE.UU. contra las plagas y enfermedades
invasivas. APHIS es la Autoridad Nacional de Protección Fitosanitaria del gobierno de los EE.UU., y Jefe
de Servicios Veterinarios de los Estados Unidos.
Lo siento, ¿señor? El representante del dúo,
Smithson, preguntó.

Dijiste que había un problema en mi campo. Entonces


¿cuál de todos querían ver? Gavin sonrió ante la mirada de
pánico de los federales bebé. Gavin los tenía por los pelos, y el
chico lo sabía.

El-uh, ¿el que está detrás de su casa...?


Gavin luchó contra el impulso de hacer rodar sus ojos,
pero caminó alrededor de los dos idiotas en su porche y los
condujo por un lado de su casa. Si pensaban que iban a ser
invitados a entrar para que pudieran husmear en su casa,
mientras que Gavin pretendía ser demasiado amable como para
notarlo, se iban a llevar un chasco. No sólo Gavin no los quería
haciendo preguntas acerca de Mi'Kel, él no iba a dejar que
ningún funcionario del gobierno entrara en su casa, por
ninguna razón. Estaba fuera del ejército ahora, después de
pasar diez años bajo la mirada del gobierno, y no le permitiría a
nadie invadir su privacidad nuevamente.
Dado que los dos agentes federales simplemente no
habían especificado cuál campo detrás de su casa, Gavin los
condujo hasta un campo de calabazas recién arado, que él había
terminado de arar la semana pasada y que no tenía ninguna
señal de que alguna nave espacial se hubiere estrellado
recientemente.
Los federales tomaron una muestra del suelo, y hurgaron
un poco, pero ya no había nada para que ellos vieran y no les
tomó mucho tiempo para mostrar su derrota.

Gracias por su tiempo, señor... Smithson hizo una


pausa, dándose cuenta de repente de haber cometido el grave
error de no tener el nombre de Gavin antes de empezar toda
esta farsa. Por supuesto, Gavin tenía a los dos tan
condenadamente nerviosos, que era casi divertido de ver.
—Howard. Mayor Gavin Howard, Cuerpo de Marines de
los Estados Unidos6. Gavin luchó contra el impulso de reírse
de la horrorizada mirada en los rostros de los federales bebé.
Sin embargo, no lo hizo, ya que eso arruinaría la imagen de
Marine duro que había estado tratando de proyectar. Toda esta
situación era su propia maldita culpa por no hacer suficiente
investigación antes de venir a pasear a su granja, esperando no
tenerla tan difícil. Gavin sabía que ellos sabían que habían
recibido su merecido.

Pedimos disculpas por ocupar su tiempo, Mayor el


hasta ahora, extremadamente silencioso, agente federal
Hernández, respondió, dándole a su compañero una mirada que
decía que podría ser el momento de irse. Gavin los llevó de
vuelta alrededor de la casa, tratando de no reírse cuando los dos
agentes federales prácticamente corrieron hasta su costosa SUV.
Justo antes de llegar de nuevo al porche delantero,
Hernández se volvió. Mayor, ¿hay alguien más en la casa del
que debamos saber? preguntó, obviamente tomando la
decisión de dejar de fingir.

Gavin levantó una ceja. Y eso es asunto tuyo, ¿por qué?

El agente federal se encogió de hombros. Sólo por


curiosidad. Vive bastante lejos, y cuando preguntamos por el
pueblo, todo el mundo nos ha mencionado que vive solo.
Excepto, que me di cuenta de una ventana en el segundo piso
que parecía estar empañada con vapor, como si alguien
estuviera tomando una ducha. Me pareció extraño, ya que ha
estado con nosotros todo el tiempo.

6
El Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (United States Marine Corps, abreviado USMC) es una
rama de lasFuerzas Armadas de los Estados Unidos responsable de proporcionar proyección de
fuerza desde el mar, usando la movilidad de la Marina de los Estados Unidos para desplegar
rápidamente fuerzas de armas combinadas. En la estructura de liderazgo civil del ejército de los Estados
Unidos, el Cuerpo de Marines es un componente de la Armada a menudo trabajan en estrecha
colaboración con la Armada. Sin embargo, en el ejército la estructura de liderazgo del Cuerpo de
Marines es una rama separada.
«Maldición. Al parecer, el señor Silencioso es el
inteligente de la pareja. ¡Mierda! ¡Tengo que pensar rápido!»

Mi esposa tuvo un comienzo tardío esta


mañana. Gavin les sonrió a los agentes federales esperando
que fuera de una forma lasciva, así como sus entrañas se lo
estaban gritando. Ambos lo hicimos.

El agente Hernández levantó una ceja. Teníamos la


idea de que era soltero.
La cara de Mi'Kel corrió a través de la mente de Gavin, y
envió una disculpa silenciosa hacia el pequeño.

Sí, bueno, una esposa pedida por correspondencia no


es exactamente algo que quiera compartir con la gente del lugar,
si tú me entiendes. Se encogió de hombros. Todos ellos no
son gente de mente abierta, y quería mantener a Miki solo para
mí mismo por un tiempo más.
Afortunadamente, antes de que Gavin pudiera cavar un
agujero aún más grande, vio el camión de Mark venir por su
camino de entrada. «¡Gracias, Niño Jesús!»
Mark estacionó y se acercó al grupo rápidamente, su piel
oscura resplandecía por el calor del día, brillando como el
chocolate de leche, y su multitud de mini-trenzas,
omnipresentes desde el día en que había salido de los militares,
detenidas en una enorme cola de caballo en la parte posterior de
su cabeza. Sus jeans azules y su camisa chambray roja y negra
no hacían nada para ocultar los músculos apilados en todos sus
ciento noventa centímetros de estatura. Hacía su figura
intimidante y opositora, aun sin haber dicho una palabra.
Mark se acercó hasta pararse junto a Gavin, sus ojos azul
claro, un remanente de la herencia europea antillana de su
abuela, brillando con curiosidad y cautela.
Gavin se sintió agradecido de que su amigo había llegado
hasta allí, sobre todo porque Mark sería un respaldo para
cualquier cosa que dijera ahora, y guardaría todas sus preguntas
para más tarde.

Capitán Mark Laveau, me gustaría que conocieras al


agente Hernández y al agente Smithson. Vinieron a ver uno de
mis campos dijo Gavin, señalando con la cabeza a cada
agente, respectivamente. Mark gruñó algo que pudo haber sido
un "hola" o un "vete a la mierda". Cualquiera de las dos cosas
era una posibilidad. Gavin ocultó su sonrisa detrás de la mano
que utilizó para rascarse la nariz. Mark era por lo general un
tipo simpático, pero ahora parecía estar jugando al intimidante
Marine hasta la saciedad.
De pie, los dos juntos, hacían un increíblemente poderoso
par.

Mark es propietario de la granja de al lado informó


Gavin a los agentes, en secreto amó la mirada consternada que
destellaba la cara del agente Hernández. Gavin se había fijado
que de los dos, Hernández sería el que podría traerle problemas.

El Major Howard nos estaba contando acerca de su


esposa respondió Hernández, observando el rostro de Mark
por cualquier signo de engaño.
Afortunadamente, Mark no perdió el ritmo de las
cosas. Se volvió hacia Gavin con una sonrisa. Te dije que la
gente no entendería todo el asunto de tu nueva esposa. La gente
está demasiado acostumbrada a verte solo por aquí. Le guiñó
un ojo y Gavin suspiró, una vez más agradecido de que él y su
mejor amigo pensaran demasiado parecido.

A Miki no parece importarle. Gavin sonrió. Mi


pequeña belleza rusa. No tenía ni idea de si lo que Mi'Kel
llamaba dispositivo de traducción universal podría traducir
ruso, pero Gavin estaba determinado que para el final del día de
hoy, Mi'Kel sabría lo suficiente como para pasar por nativo.

Y aquí la vieja señorita O'Meally hablaba la semana


pasada acerca de su deseo de que te establecieras con su nieta
Mark se burló, sus ojos brillaban de alegría.

Gavin se estremeció. Ni de coña. ¡Esa mujer pesa casi


quinientas libras y tiene verrugas en sus verrugas!
Las bromas de ida y vuelta parecieron confundir a los
federales, y el agente Hernández intervino en la conversación
con una evidente sonrisa falsa.

Bueno, tenemos que irnos. Fue un placer conocerlo,


Mayor asintió hacia Gavin, Capitán y luego asintió hacia
Mark. Hernández levantó la vista hacia la casa detrás de los dos
marines una vez más. Tal vez la próxima vez podamos
encontrarnos con su Miki. Gavin le dio una mirada, y luego
los dos agentes federales simplemente se alejaron, metiéndose
en su enorme SUV y salieron por el camino de entrada. Gavin
sabía que el agente le había dado una advertencia. Hernández
estaría de vuelta, y sería mejor que Gavin tuviera a "Miki" listo
para entonces.
«Ahora bien, si tan sólo pudiera convencer a Mi'Kel que
sería más seguro para él hacerse pasar por una mujer en vez
de ser un alien varado en la Tierra, todo podría salir bien».
Gavin rodó los ojos. No sabía por qué se molestaba,
incluso, en tratar de engañarse a sí mismo. No podían hacer este
asunto a un lado, y estaba seguro de que la mentira les estallaría
en la cara tarde o temprano.

Esos federales van a ser un problema dijo Mark,


mirando cómo la camioneta se perdía a lo lejos en el camino.
Gavin asintió.
Entonces Mark se volvió hacia él, sus ojos azules
incrédulos.

¿Desde cuándo estás casado? ¿Y quién diablos es Miki?


Gavin gimió, sacudiendo la cabeza mientras se daba la
vuelta para llevar al otro hombre a la casa.

Es una larga historia. Vamos adentro para que pueda


explicártelo... pero créeme, no lo vas a creer...
Mark lo miraba mientras Gavin terminaba de explicarle
la situación, su mandíbula floja, sus ojos azules buscaban en la
cara de Gavin detectar cualquier señal de que pudiera estar
haciéndole algún tipo de broma.
Después de que los federales se habían ido, Gavin llevó a
Mark hasta la cocina, y con una tibia taza de café, le contó todo.
Estaba seguro de no haber dejado nada por fuera, la destrucción
de su campo cuando la nave espacial se estrelló, el alien que
encontró quien decía ser un príncipe de otro planeta, Bo
asustando al hombre más pequeño, los federales visitando la
granja y, lo más importante, que Mi'Kel actualmente estaba
arriba, usando su ducha.
Gavin luchó contra el impulso de inquietarse mientras
Mark lo seguía mirando fijamente. Finalmente, no pudo
aguantar el anonadado silencio ni un minuto más.

Entonces, ¿me ayudarás a mantenerlo a salvo?


preguntó Gavin, removiéndose en su silla cuando Mark se
echó hacia atrás en la suya y dejó escapar un profundo suspiro
que parecía haber estado conteniendo.
Mark cerró los ojos y se pellizcó el puente de la nariz.
Maldita sea, hombre, en lo que debes estar metido debe ser
realmente muy malo si tienes que dar vueltas en esa mierda de
historia acerca de una nave espacial estrellada y un pequeño
duque alienígena para tratar de romper el hielo. Mark dejó
escapar una pequeña risita. ¿Qué es lo que está pasando
realmente?
Es un príncipe se quejó Gavin. Sé que esa historia
parece una locura, ¡pero te estoy diciendo la verdad! ¡Una nave
espacial se estrelló en el patio de mi casa ayer en la anoche, y el
alien lesionado que salió desde el interior de la nave que se
estrelló en este momento está tomando una ducha en mi baño!
Gavin rodó los ojos cuando Mark se echó a reír
histéricamente, casi cayéndose de la silla, la historia sonaba
mucho peor cuando la dijo en voz alta de lo que lo había hecho
cuando se lo explicó en su cabeza. Probablemente estaría riendo
demasiado si hubiera sido él quien escuchara el extravagante
cuento.
Mark finalmente comenzó a calmarse, risitas pequeñas
escapan de vez en cuando mientras se limpiaba las lágrimas de
sus ojos.

Maldita sea, necesitaba una buena carcajada. Ahora,


¿por qué no me dices lo que realmente está pasando? dijo
Mark, de repente muy serio, toda la risa había salido de su
rostro. Sea lo que sea, no puede ser bueno si los federales
están involucrados.

Gavin se dejó caer en su silla. Te lo dije y tú no me


crees.
Mark negó con la cabeza, y se sentó derecho de nuevo
acomodándose un poco. Gavin, hombre, no es gracioso. Deja
ya la broma. Ahora, ¿qué está pasando? Y esta vez quiero que
me digas la verdad. Mark se inclinó hacia adelante y puso su
mano grande y cuadrada sobre la de Gavin, que estaba envuelta
alrededor de su taza de café vacía. Eres mi mejor amigo,
hombre. Nada de lo que me digas hará que piense mal de ti, ¿lo
sabes? Tú me mantuviste cuerdo después de salir de los
Marines. Te lo debo todo a ti y a tu papá. Dime qué pasa
hombre...
Te estoy diciendo la verdad comenzó Gavin,
haciendo todo lo posible por no enojarse cuando Mark rodó los
ojos y se puso de pie para irse. Mark, nunca te he mentido,
incluso cuando me enteré de que Billy Goldman te engañó, y
sabía lo mucho que te gustaba el chico. ¡No te mentiría ahora!
Gavin declaró, agarrando la mano de Mark antes de que
pudiera dirigirse hacia la puerta. Por favor, deja que te enseñe
todo y, luego, si decides que estoy loco y quieres llamar a los
federales y mandarme a un manicomio, yo mismo te entregaré
la guía telefónica, ¿de acuerdo?
Gavin esperó a que Mark le respondiera, pero
sorprendentemente Mark no le contestó nada, sólo siguió
mirando por encima del hombro de Gavin, con los ojos muy
abiertos, con una mezcla de sorpresa y una gran dosis de lujuria.
Dándose la vuelta, Gavin se encontró mirando a un recién
duchado Mi'Kel, de pie tímidamente en el umbral entre la
cocina y la sala, girando un largo rizo de su cabello rubio casi
blanco alrededor de un dedo. Un mohín preocupado en su labio
inferior, su cuerpo temblando nerviosamente. Gavin notó que el
pequeño alien no llevaba puesta la sudadera azul marino que
había dejado para él en la cama. En su lugar, llevaba solo una
vieja camiseta de Gavin de los Rolling Stones, que se veía
prácticamente como un vestido en el hombre más bajo,
colgando justo encima de las rodillas, y dejando el resto de su
piel pálida y delicada a la vista.
El pequeño extraterrestre se veía muy seductor, y Gavin
sabía que esa imagen iba a estar quemando en su cerebro
durante el resto de su vida.
Mi'Kel se movió, alargando la mano para tirar de la
camiseta un poco más abajo, sus ojos plateados revoloteando de
ida y vuelta entre los dos Marines. Levantó una delgada ceja
blanca de forma cuestionadora, y el movimiento sacó de golpe a
Gavin de su trance, lo que provocó que se diera prisa en ir hacia
Mi'Kel y conducirlo dentro de la habitación con un posesivo
brazo alrededor de su cintura, recordando justo a tiempo no
poner la mano sobre la herida de Mi'Kel.

Mi'Kel, me gustaría que conozcas a mi mejor amigo,


vecino y compañero en los Marines, Mark Laveau. Gavin
señaló de Mi'Kel a Mark. Mark, me gustaría que conocieras a
Mi'Kel o Miki como lo he estado llamando, el extraterrestre que
se estrelló con su nave espacial en mi campo de maíz. Gavin
luchó contra el impulso de reír cuando la mandíbula de Mark
cayó, pero era condenadamente difícil. La cara de Gavin se
dividió en una sonrisa presumida, pero no pudo evitarlo.
Mi'Kel parecía casi demasiado bonito para ser de alguna
parte de este planeta.

Gusto en conocerte, Mark Laveau, amigo de


Gavin. Mi'Kel juntó las palmas de sus manos por delante de
él, y se inclinó ante ellos. Yo soy el príncipe Mi'Kel Ta'Rulen
de Zinoa. Me complace mucho conocerte.
Mark siguió mirándolo fijamente, y Gavin podía sentir la
tensión progresivamente creciendo en el pequeño hombre a su
lado. Se aclaró la garganta ruidosamente lo que pareció sacar a
Mark de su aturdimiento, y Gavin hizo una seña
intencionadamente sobre el extraterrestre haciendo una
reverencia con la cabeza cuando los ojos de Mark se
encontraron con su mirada.

Oh, uh-huh. Encantado de conocerte, p…prince Mi'Kel


tartamudeó Mark cuando torpemente intentó inclinarse en
respuesta hacia el pequeño alien. Mark hizo pedazos
salvajemente el movimiento, pero Mi'Kel sonrió su apreciación
ante el intento de Mark.

¿Cómo está tu costado? le preguntó Gavin, usando su


brazo para jalar una silla vacía que estaba junto a la
mesa. Mi'Kel se sentó con cuidado, sonriéndole a Gavin.
Mi lesión se siente muy bien, gracias dijo en voz baja,
y Gavin sintió que podría ahogarse en esos hermosos ojos color
plata.
Esta vez, fue Mark quien se aclaró la garganta, con lo que
Gavin estuvo de vuelta en la tierra, y él se sonrojó al darse
cuenta de que en realidad había estado inclinándose para
acercarse aún más a esos labios tentadores y a los bonitos ojos
que lo miraban fijamente a los ojos.
Enderezándose, Gavin ignoró la mirada divertida y
conocedora que Mark disparó en su dirección y se entretuvo
consiguiendo el cartón de jugo de naranja de la nevera y
sirviendo un vaso para Mi'Kel.
Colocando el vaso sobre la mesa en frente del principito,
Gavin se sentó en una silla cerca de Mi'Kel, cada músculo tenso
en su cuerpo gritando en actitud protectora.

Así que, Mi'Kel, ¿estrellaste tu nave en el patio trasero


de Gavin? ¿Es eso cierto? preguntó Mark, sentado a la mesa y
estudiando a los dos hombres frente a él con ojos astutos.
Mi'Kel enrojeció, jugando con el vaso de jugo sobre la
mesa nerviosamente. No fue mi intención hacerlo. Pero
alguien me derribó, y no tuve más remedio que aterrizar la nave
en la zona plana más cercana posible.

Mark levantó una ceja y miró a Gavin. ¿Estás seguro de


que no escapó de un hospital mental o algo así? Quiero decir,
¿qué clase de alien habla el inglés tan perfectamente?

Gavin sonrió y negó con la cabeza. Créeme, si yo no


hubiera visto todo lo que pasó por mí mismo, no me lo habría
creído tampoco.

Mi'Kel asintió con la cabeza enfáticamente. Realmente


fui derribado. Lo juro. No soy un enfermo mental.
Mark miró a Gavin por un momento antes de volverse
hacia el pequeño. ¿Realmente fuiste derribado? Tal vez
deberíamos empezar de nuevo desde el principio, ¿eh? ¿Puedes
decirme exactamente por qué estabas en nuestro planeta?
Así Mi'Kel comenzó a contar su historia completa, sobre
la guerra que su pueblo luchó contra un planeta vecino, y cómo
los recursos eran tan bajos que tuvo que partir en una misión
para reunir información, con la esperanza de poder cultivar en
su planeta con el conocimiento y las muestras adquiridas
durante su visita a otros planetas. Él le dijo a Mark sobre cómo
había estado viajando a través de un campo cuando de repente
algo golpeó contra el casco de su nave y lo llevó a estrellarse.
Incluso le dijo a Mark sobre su DTU y el incidente con Bo, que
consiguió que tanto Gavin como Mark se rieran.
Gavin y Mark le explicaron lo que había pasado mientras
Mi'Kel había estado en la ducha. Mi'Kel estaba visiblemente
conmocionado por la idea de que los agentes federales venían
detrás de él, sólo por Dios sabe qué razón, y Gavin se sintió mal
por asustar al pequeño. No quería nada más que sostener al
lindo pequeño alien en sus brazos y protegerlo de todo mal, y a
juzgar por la expresión en la cara de Mark, su amigo sentía lo
mismo.
«Bueno, mala suerte». Gavin pensó mientras frotaba con
la mano arriba y abajo la espalda de un alterado Mi'Kel. «Mark
vas a tener que encontrar a tu propio pequeño príncipe
extraterrestre para jugar».
Al final de la conversación, Mi'Kel temblaba como una
hoja, claramente a punto de volverse loco, y casi sin detenerse a
pensar en ello, Gavin lo arrancó de su silla y abrazó al hombre
más pequeño entre sus brazos. Gavin gimió silenciosamente
cuando las suaves almohadas del culo de Mi'Kel empujaron
contra su ingle, endureciendo su polla dolorosamente. No había
manera de que Mi'Kel no sintiera el duro bulto debajo de él, a
juzgar por la forma en que se tensó en los brazos de Gavin. Pero
antes de que Gavin pudiera encontrar la manera de disculparse
por su furiosa libido, Mi'Kel suspiró suavemente, derritiéndose
en los brazos de Gavin y meneando su culo más profundamente
sobre la polla debajo de él. Gavin juraba que sus ojos se
cruzaron, y casi se atragantó con las babas que de repente
anegaron su boca.
Mark les sonrió a los dos, pero a Gavin no le importó,
estaba demasiado envuelto con el pequeño en sus brazos como
para preocuparse de que pareciera que estaba perdiendo poco a
poco su mística de grande y malo Marine con cada aleteo de las
largas pestañas de Mi'Kel.
El teléfono de Mark dejó escapar repentinamente un
ruido de trino, y se excusó, entrando en la sala de estar y
respondiéndolo.
Gavin volvió su atención hacia el pequeño príncipe que
seguía temblando en sus brazos.

Tranquilo, Miki, no te preocupes. Mark y yo


cuidaremos de ti. Nos aseguraremos de que consigas volver a
casa a salvo, de alguna manera. Eso es lo que hacen los
Marines. Gavin murmuró, pasando la mano por el cuerpo de
Mi'Kel en lo que esperaba fuera de una manera suave. Cuando
su mano apenas rozó por debajo del dobladillo de la camiseta
que llevaba su pequeño alien, Gavin casi se traga la lengua.
Mi'Kel parecía que no llevaba nada debajo. Gavin luchó contra
la tentación de llevar la mano por debajo y acariciar la piel
desnuda, pero se las arregló para aferrarse a su control
pendiendo de un hilo.

¿Cómo? Mi'Kel susurró, mientras se acurrucó más


profundamente en los fuertes brazos de Gavin, metiendo la
cabeza debajo de la barbilla del hombre más grande. Esos
hombres van a seguir buscándome y no se rendirán sin luchar.
Se empujó hacia atrás, mirando hacia arriba a Gavin con ojos
preocupados y luminosos. No quiero que te metas en
problemas con tu gobierno.
Antes incluso de detenerse a pensar en lo que estaba
haciendo, Gavin inclinó la cabeza y le dio un suave beso en los
carnosos labios a Mi'Kel. No te preocupes por nosotros, dulce
corazón. Mark y yo sabemos cómo defendernos y, si es
necesario, a los dos nos deben algunos favores y podemos
llamar por ayuda.
Un carraspeo detrás de ellos hizo a Gavin voltear para ver
a Mark de pie en la puerta. Puso de nuevo el teléfono celular en
su bolsillo trasero y se acercó a la mesa para sentarse en su
puesto anterior. No te preocupes, hombrecito. Ahora nosotros
cuidaremos de ti, no hay problema. Si hubo una cosa que a los
militares y los marines nos enseñaron, es la forma de cuidar y
proteger a los nuestros. Eso te incluye a ti ahora Mark
aseguró. Cuando Gavin le lanzó una mirada inquisitiva, Mark
pareció entender que estaba preguntando acerca de la llamada
telefónica y se encogió de hombros. Era mi prima, Alison. Ella
está lejos en la universidad y le gusta reportarse cuando
comienza su nuevo semestre.
Gavin miró a su amigo con sorpresa, pero Mark sólo le
guiñó un ojo. No había duda de que su amigo podía ver la
creciente atracción y profundos sentimientos entre él y el
pequeño alien en sus brazos, y Mark consideraba ahora a Mi'Kel
parte de la familia. Gavin se relajó y sonrió. No sabía qué parte
de la historia de Mi'Kel había logrado convencer a su mejor
amigo, pero se sentía agradecido porque Mark parecía estar de
su lado y dispuesto a respaldarlo.

¿Militares? Mi'Kel preguntó, mirando hacia atrás y


hacia adelante entre ellos dos. Él sonrió dulcemente cuando los
dos hombres asintieron, sentándose hacia atrás para acariciar el
cuello de Gavin con su nariz.
Supe que eras un guerrero en el momento en que te vi y
me salvaste de la bestia, Bo susurró, haciendo a Gavin brillar
con orgullo.

Volvamos al problema que nos ocupa Mark les


recordó. Mi'Kel, ¿estarías de acuerdo en disfrazarte como la
esposa de Gavin? Al menos por el momento, ¿para así poder
quitarnos a los federales de nuestras espaldas? Los federales
van a venir de nuevo, en busca de Miki, la nueva esposa de
Gavin de Rusia, y que te encuentren en su lugar no será una
buena cosa.
Mi'Kel se sonrojó, lanzando una rápida mirada a Gavin
por debajo de sus pestañas, una que el otro hombre no pudo
interpretar antes de asentir. Si el actuar de esa manera evita
que me convierta en el próximo experimento científico de tu
gobierno, como me dijiste, voy a manejar la situación. Mi'Kel
se rio. Aunque no tengo ni idea de cómo actuar como una
mujer de tu planeta. Tendrás que enseñarme cómo.

Gavin frunció el ceño. Bueno, ¿cómo actúan las


hembras de tu planeta?

Mi'Kel se encogió de hombros. No hay mujeres. Todas


ellas fueron asesinadas al principio de la guerra.
Mark parecía estar tan confundido como Gavin se
sentía. Pero entonces, ¿cómo tu pueblo procrea? Quiero decir,
dijiste que la guerra había durado cientos de años. ¿Cómo se las
arreglaron para ganar la guerra si no había mujeres para ayudar
a aumentar su número? preguntó Mark.
La frente de Mi'Kel se arrugó en confusión, como si no
entendiera cómo Gavin y Mark podían ser tan densos. Zinoa
se ha visto obligado a adaptarse. Como todas las especies deben
hacerlo cuando se enfrentan a su extinción.
Gavin frunció el ceño. Pero entonces, ¿quiénes tienen
los bebés?
Mi'Kel les sonrió, los ojos brillantes cuando la
comprensión de repente se abrió paso.

¿Quiénes? Los hombres lo hacemos, por supuesto.


Mi'Kel observó en divertido silencio cómo ambos, Gavin y
Mark, farfullaban con sus caras pálidas. Había llegado a la
conclusión de escucharlos y por sus caras, que en este planeta
los hombres no eran los que tenían a los niños.
Jugó con un largo mechón de su cabello, contento de
estar envuelto en los fuertes brazos de Gavin mientras esperaba
a que los dos hombres se recuperaran de la impresión.

—¿Hablas en serio? preguntó Mark, sus ojos azules


muy abiertos.
Mi'Kel se vio fascinado por el color de la piel del hombre.
El color parecía rico y suave, y Mi'Kel luchaba contra el impulso
de extender la mano y tocar la piel del hombre para probar su
textura. Y su cabello. Mi'Kel nunca había visto tantas pequeñas
trenzas en la cabeza de una persona. La combinación de los dos
era tan absolutamente interesante. Sus dedos picaban de
necesidad por tocar y descubrir, pero Mi'Kel valientemente
luchó contra el impulso.
No quería molestar al hombre más grande con su
inadecuación. Pero el deseo que sentía de explorar era muy
tentador.
Su hermano siempre lo había acusado de ser una persona
táctil, tocando y acariciándolo todo cuando debería mantener
las manos quietas. Mi'Kel nunca había tratado de negar la
acusación.
Sí, muy en serio. Mi'Kel trató de no sonreír cuando
Mark lo miró boquiabierto de nuevo. Pero luchar contra las
ganas de reír fuerte era muy duro. No todos los días uno ve
cómo dos guerreros pierden por completo su calma.

¿Tú, tienes…? Gavin hizo una pausa, tomó una


profunda respiración, soltando el aire con fuerza mientras se
pasaba la mano por el pelo. ¿Tienes hijos? Ya sabes, ¿allá en
Zinoa?
La cara de Mi'Kel se calentó, pero se obligó a mirar hacia
arriba y encontrarse con la mirada de Gavin. No. Nunca he
tenido uno. Estoy por debajo de la edad de reproducción por
unos años, mi cuerpo no está lo suficientemente maduro
todavía. Embarazarme ahora sería demasiado peligroso tanto
para el bebé como para mí. Además, un Zinoan generalmente
opta por no criar hasta que encuentra a su alma gemela
predestinada. Hay medidas preventivas que pueden tomarse
para garantizar que la concepción no se produzca.

¿Así que no has encontrado a tu alma gemela?

Mi'Kel negó con la cabeza. No he tenido esa suerte.


Él sonrió con suavidad. Algún día.
No había manera de que pudiera decirle a Gavin sus
sospechas sobre él. Eso sólo serviría para que el terrícola
entrara en pánico, y Mi'Kel necesitaba la ayuda de Gavin para
sobrevivir si se quedaba atascado en este planeta durante un
tiempo. Además, ¿cuántas probabilidades en total habría de que
al salir de su propio mundo encontrara a su alma gemela en otro
planeta? Simplemente ninguna sería su suposición. Su
hermano, No'Lan, había estado buscando a su alma gemela
desde que había alcanzado la mayoría de edad de reproducción,
más de diez años atrás. Mi'Kel lo había visto sentirse cada vez
más y más abatido al pasar los años, y perder la esperanza de
encontrar algún día al predestinado a ser suyo.
No. Mi'Kel nunca sería tan afortunado. Se retorció en los
brazos de Gavin, poniéndose más cómodo mientras descansaba
en el regazo del hombre. Recordó cómo los dedos de Gavin
habían rozado a través de su cadera desnuda debajo de la
camiseta grande que llevaba, y el recuerdo llenó su vientre de
calor. Había estado tan nervioso cuando le había prestado la
ropa, pero la forma en que Gavin lo había mirado cuando entró
en la habitación sin ninguna incomodidad, había valido la pena.
Podía ser que hubiera algo entre ellos, pero qué, no lo sabía.
Fuera lo que fuese lo que sentía, no podía ser lo que él
esperaba. De eso estaba seguro Mi'Kel.
«Gavin no es mi alma gemela. No importa lo mucho que
desee lo contrario».
Gavin frunció el ceño, estudiando el rostro de Mi'Kel.
¿Cómo sabes cuando has encontrado a tu alma gemela?
preguntó.
Mi'Kel se mordió el labio inferior, evitando la mirada
perforadora del hombre. Eso es… complicado dijo
finalmente, encogiéndose de hombros. Simplemente lo
sabré. Gavin frunció el ceño con fuerza, obviamente no le
gustaba la respuesta. Su brazo se apretó alrededor de la cintura
de Mi'Kel, como si algo o alguien pudiera venir y robárselo.

¿Qué pasó con las mujeres? preguntó Mark. Mi'Kel


suspiró agradecido por la intervención.

En una medida desesperada durante la guerra, hace


siglos, el planeta contra el que estábamos luchando decidió que
la mejor manera de ganar y acortar la guerra sería usando un
arma biológica para matar a todas nuestras mujeres. Ellos
pensaron igual a como tú lo haces, que si los Zinoans no
podíamos procrear, perderíamos la batalla. Mi'Kel se
estremeció. A pesar de que no había visto la carnicería
realmente, había leído todos los relatos de las atrocidades
cometidas en contra de las inocentes mujeres en nombre de la
guerra. Estábamos a punto de perder toda la guerra, debido a
ese ataque. Por suerte, algunos de nuestros más destacados
científicos descubrieron la manera de acelerar el proceso
evolutivo, y en cincuenta años de manipulación genética y
cruces entre especies, los hombres Zinoans se habían adaptado
lo suficiente para que fueran capaces de embarazarse y tener a
los niños entre ellos mismos. Suficiente tiempo ha pasado ahora
por lo que se ha convertido en la norma que los machos se
apareen y tengan a los niños. Nos hemos convertido en una
especie compuesta enteramente de hombres.
Mi'Kel intentó acurrucarse aún más en el cálido pecho
que lo sostenía, colocando su mejilla sobre el corazón latiendo
de Gavin para que el rítmico sonido lo calmara. Su explicación
parecía tan simple, pero lo que dejó por fuera, fueron los
horrendos experimentos cometidos en nombre de la ciencia y la
continuación de la especie. Hombres inocentes, en su mayoría
agricultores y campesinos, habían sido robados de sus hogares
en medio de la noche, sus cuerpos fueron alterados de una
manera tan retorcida que muy pocos sobrevivieron, y los que sí
lo hicieron perdieron la cordura en el proceso. Tuvieron que
pasar muchos años antes de que los experimentos se detuvieran
y, finalmente, una nueva raza de Zinoans emergió fuerte, rápido
y siendo mejores criadores de lo que sus homólogos femeninos
lo habían sido.
Siglos más tarde, la guerra había terminado, pero ahora
esas personas se necesitaban con urgencia, los únicos que
podían hacer que el suelo bajo sus pies cantara a la vida, se
habían perdido y dados de baja como víctimas de guerra. Ahora
eran necesarios para ayudar a Zinoa a recuperarse, pero se
habían ido todos, y con ellos, su conocimiento de la tierra.
Mi'Kel no se dio cuenta de que había estado hablando en
voz alta hasta que oyó jadear a Gavin con horror mientras que
Mark simplemente lo miraba asombrado. El estómago de
Mi'Kel se revolvió por las acciones de sus antepasados. Se sentía
tan avergonzado que agachó la cabeza, dejando caer su cabello
entre él y las miradas de los otros dos hombres, creando un
escudo entre ellos.

¿Y es por eso que estás aquí? Gavin preguntó. Mi'Kel


asintió sin levantar la vista.

¡Bueno, mierda! Gavin y yo somos agricultores.


Podemos enseñarte un montón durante el tiempo que estés
aquí. De esa manera, cuando finalmente vuelvas a tu planeta,
este viaje no habrá sido en vano Mark exclamó.

¿De veras? Mi'Kel preguntó, mirándolo con


sorpresa. ¿Pueden ayudarme? ¿Enseñarme?  Levantó la
vista hacia Gavin, tratando de mantener la súplica en sus ojos.
Gavin sonrió suavemente, aunque sus ojos estaban tristes
por alguna razón. Por supuesto que te ayudaré. Él le dio un
beso en la punta de la nariz respingona a Mi'Kel. Y tengo otra
sorpresa para ti. Vamos. Instó a Mi'Kel a ponerse de pie y
luego lo tomó de la mano, llevándolo por la puerta trasera de la
cocina y hacia una gran estructura de madera roja.
Los ojos de Mi'Kel se abrieron del asombro ante todo lo
que veía. Por todas partes se veía que la vida parecía estar
floreciendo ante sus ojos. Tallos grandes de una especie de
cultivo se balanceaban con la brisa, haciendo crujir las hojas
secas que todavía estaban unidas a ellos, levantándose de la
tierra para llegar hasta ese extraño cielo azul, incluso más alto
que él. La brisa se burlaba de la piel desnuda debajo de la larga
camiseta que llevaba, rozando a través de su carne como si el
aire mismo quisiera sentir su piel. Los campos marrones y
verdes se extendían tan lejos como podía ver, y Mi'Kel se
protegió los ojos del sol del mediodía con la mano libre,
aspirando profundamente el aire perfumado con las plantas y el
rico suelo mientras miraba a través de la granja de Gavin.
Sin duda, el guerrero tenía que ser un hombre rico, para
vivir en un lugar así. Mi'Kel puede que sea un príncipe, pero él
renunciaría al título en un instante para poder vivir en un lugar
tan maravilloso. Miró a Gavin, quien lo llevaba más allá del
patio trasero y hacia el edificio rojo desteñido con ribetes
blancos descascarados.
«Daría todo para tener la oportunidad de vivir aquí con
él».
Mi'Kel negó con la cabeza, rápidamente disipando la idea.
Su esperanza basadas en quimeras por su parte, no cambiaría la
verdad. Un hombre tan importante como Gavin obviamente no
querría al indefenso segundo hijo de un viejo rey, gobernante de
una raza en extinción. Mi'Kel tenía que hacer a un lado sus
sentimientos. Tenía que aprender todo lo que pudiera y luego
encontrar la manera de volver a casa. Su pueblo dependía de
él. Tenía que recordar que debía mantener sus prioridades en
línea.

Aquí dijo Gavin, abriendo una puerta gigante de


madera y lo llevó dentro, Mark los seguía por detrás. Gavin los
llevó más allá de un número de puestos, los olores de los
animales casi eran abrumadores. Diferentes animales lo
llamaban, algunos balando, algunos relinchando, otros
cloqueando. Su DTU hizo todo lo posible para traducir todos los
diferentes llamados. Mi'Kel entendió que la mayoría de los
animales estaban gritando saludos y buscando atención, aunque
algo que se llamaba cerdo mantenía resoplando que tenía
hambre.

El cerdo tiene hambre le dijo Mi'Kel a Gavin. Detrás


de él, Mark se rio entre dientes.

Los cerdos siempre tienen hambre. Especialmente el de


Gavin. Esa cosa gorda se comería la puerta del establo si
pudiera. Mark comenzó a reír.
Mi'Kel había estado prestándole atención a Mark por lo
que no se había dado cuenta de que Gavin se había detenido
hasta que se pegó contra la fuerte espalda del hombre. Gavin se
volvió hacia él, con los ojos muy abiertos.

¿Puedes entender a los animales? Gavin preguntó.


Por la forma en que hizo la pregunta, Mi'Kel tuvo la sensación
que entender a los animales no era algo normal en la Tierra.

Uh, sí. Aunque sus conversaciones no son complicadas.


Son muy fáciles e instintivas con sus necesidades. Mi'Kel
respondió, mirando hacia arriba. Gavin lo miró, asombrado.

¿Es por la DTU?


Mi'Kel asintió. ¿Qué parte de "Dispositivo de Traducción
Universal" Gavin no entendió?

Mark lanzó un silbido. Maldita sea, tengo que


conseguirme uno de esos.

Gavin asintió. También yo. Aunque tengo miedo de


pensar en algunas de las cosas que Bo podría decirme. Los
tres hombres se rieron.

Bo te quiere, pero creo que él ama el tocino aún más.


Eso es todo lo que decía esta mañana durante todo el tiempo en
que estuviste tratando de limpiar la comida regada. Mi'Kel
rio. Bueno, él estuvo diciendo eso y “más”.
Gavin sacudió la cabeza, pero sonrió, tomando la mano
de Mi'Kel lo llevó más lejos dentro del granero. Debería
haberlo sabido. Ese chucho tonto haría cualquier cosa por un
pedazo de tocino.

¿Y tú no lo harías? Mark respondió. Levantó una ceja


hacia Gavin para que se atreviera a negar la acusación. Gavin ni
siquiera se molestó.
¿Qué puedo decir? El tocino me hace un niño muy feliz.
Mi'Kel hizo una nota mental de ello. El tocino hacía a
Gavin feliz. ¿Tal vez podría preguntarle a Mark más tarde dónde
y cómo podía conseguir algo?
«¡No!» No podía comenzar a traerle regalos a
Gavin. «¡No lo voy a cortejar! ¡Él no es mi alma gemela, y eso
es todo!»
Enterrando el dolor que ese pensamiento le hizo sentir,
siguió en silencio detrás de Gavin. Si los hombres notaron su
repentino cambio de ánimo, ninguno de ellos dijo nada al
respecto, por lo cual Mi'Kel se sentía eternamente agradecido.

Aquí atrás. Gavin los condujo a la trastienda. El área


estaba oscura, y el polvo en el aire causó que Mi'Kel
estornudara. Mark, aprieta el interruptor.
De repente, los ojos Mi'Kel fueron cegados por las luces.
Parpadeó tratando de alejar los puntos flotantes bailando en su
visión, y Mi'Kel observó asombrado. Allí, rota, cayéndose a
pedazos, pero aun ahí, ¡estaba su nave!
Iba a necesitar algunas reparaciones, sí, pero Mi'Kel
estaba seguro de que podía hacer que su nave volara de nuevo.
Siempre había sido bueno en mecánica, y si no hubiera nacido
siendo un príncipe, no tenía duda de que trabajar en naves y
otras tecnologías hubiera sido su carrera de elección.
Mi'Kel respiró con fuerza, dando un paso hacia adelante.
Cómo… comenzó a decir, sólo para detenerse. Gavin tenía
que haberla escondido mientras él había estado dormido. Una
vez más, el guerrero había hecho todo lo que podía para ayudar
y mantener a salvo a Mi'Kel, aun a riesgo de sí mismo. Mi'Kel
sabía que si el gobierno de la Tierra jamás pudo encontrarlo fue
porque Gavin había ocultado tanto a Mi'Kel como a la nave de
ellos, el hombre grande iba a estar en serios problemas.
Girando alrededor, se arrojó a los brazos de Gavin, su
garganta obstruida por la emoción. Gavin lo abrazó, como si el
sostenerlo fuera la cosa más natural del mundo, y tal vez lo era,
Mi'Kel no lo sabía. Nunca podría pagarle a Gavin por la
amabilidad y la bondad que le había mostrado. Otra persona
podría no haber sido tan noble.

Gracias finalmente logró susurrar. Gavin lo apretó


un poco más fuerte. Mi'Kel suspiró, acariciándolo con la nariz y
respirando el olor único de Gavin mientras su estómago se
contraía.
«Se siente como volver a casa».
Ahora tenía su nave y una manera de volver a su planeta,
pero cuando llegara el momento, ¿cómo podría alguna vez
encontrar la fuerza suficiente para renunciar a este hombre?
Gavin le dio a Mi'Kel la llave que él intentaba alcanzar,
tratando de no reírse cuando el principito apenas si levantó la
vista de donde su cabeza estaba enterrada en el motor de su
nave mientras gruñía su agradecimiento. Gavin sólo negó con la
cabeza. El ver a Mi'Kel así, tan absorto haciendo las
reparaciones a su nave, enfocado y determinado, hacía que
Gavin deseara al hombre aún más.
Esta era la primera vez desde que Gavin había rescatado
al pequeño extraterrestre, que Mi'Kel no parecía ser del tipo
indefenso como una "damisela en apuros". Viendo la forma en
que Mi'Kel mordía su labio inferior mientras arrugaba el
entrecejo juntando las cejas por la concentración mientras se
estaba de pie en lo alto de la escalera, girando algo en el motor
con más fuerza, provocó una oleada de deseo y necesidad que
corrió a toda velocidad a través de Gavin.
Casi gimió en voz alta cuando Mi'Kel se inclinó de nuevo,
buscando en el motor, dejando su pequeño, perfecto y tentador
trasero inclinado, prácticamente mendigando para que Gavin
subiera por la escalera y lo manoseara un poquito.
Gracias a Dios, Mi'Kel había accedido a ponerse una
sudadera antes de venir a trabajar. Si Gavin hubiera estado
mirando el trasero desnudo del hombre... bueno, digamos que
la reparación de la nave sería la última cosa en cualquiera de sus
mentes.
Si él no lo supiera, podría haber jurado que vio a Mi'Kel
asomarse para echarle un vistazo un par de veces mientras
estaba enganchado en la parte superior. «Pero eso no puede ser
cierto, ¿verdad?» A pesar de la atracción que corría entre ellos,
y los abrazos que se habían estado haciendo antes, nada podía
salir si ellos dormían juntos. Mi'Kel parecía tan decidido de irse
a casa.
Gavin se negaba a tratar de detenerlo.
«Sin importar lo mucho que deseas...», su mente le
susurró a Gavin y rápidamente le cerró la puerta a ese
pensamiento seductor.
No sería capaz de vivir consigo mismo si deliberadamente
le saboteaba a Mi'Kel la posibilidad de irse a casa, a su planeta.
Su padre probablemente se levantaría de su tumba sólo para
zurrar a Gavin para que se comportara bien. No sólo eso, la
expresión de la bonita cara de Mi'Kel cuando hablaba de su
mundo natal, era tan triste y anhelante, que hizo que Gavin
tomara la decisión, aun cuando no estaba seguro de si debía o
no decirle al pequeño sobre la nave espacial.
Así que sin importar lo mucho que le dolía ver a Mi'Kel
trabajando en las reparaciones que eventualmente lo llevarían
lejos, Gavin sabía que había tomado la decisión correcta.
Arrastrando sus ojos lejos de la tentación meneándose
delante de él, Gavin miró el reloj en su muñeca. El metal estaba
ligeramente manchado, pero ese reloj había sido de su abuelo y
Gavin no reemplazaría su viejo reloj por nada en el mundo.
«¿Dónde diablos está Mark? ¿Es realmente tan difícil
escoger ropa de mujer?»
Mark se había ido hace un poco más de una hora para un
pueblo vecino a conseguir algo de ropa de mujer y todas las
otras cosas que los tres creían que una nueva esposa pudiera
necesitar. Gavin había estado agradecido cuando Mark aceptó ir
de compras en lugar de ellos, sobre todo porque Gavin habría
estado totalmente desorientado cuando se trataba de cosas para
chicas. Al menos Mark tenía algunas primas a quien podía
llamar, Gavin estaría S.O.L.7 en ese departamento.
Un fuerte ruido repentino sacó de un tirón a Gavin de sus
pensamientos y una serie de extrañas malas palabras lo hizo
mirar hacia arriba, para ver a Mi'Kel medio colgando de la
sección del motor de la nave, agitando los pies para hacer
palanca y así sostenerse para evitar caer. Una rápida mirada
confirmó que el fuerte ruido había venido de la escalera, al
deslizarse, dejando a Mi'Kel en una posición muy precaria.
Gavin se precipitó hacia adelante, golpeando la escalera
para quitarla fuera del camino y se posicionó para agarrar a su
alien. ¡Te atraparé! gritó hacia arriba. ¡Déjate caer!
—¿Estás seguro? —Mi'Kel resopló mientras se agarraba
contra el costado de la nave para salvar su vida, sus pequeños
pies balanceándose mientras trataban de sujetarse a los lados
lisos de la nave. Gavin juzgó la altura. Para ver si desde donde
estaba encaramado Mi'Kel era peligroso, parecía ser una caída
de al menos tres metros, nada que no pudiera manejar.
Atraparlo parecía ser bastante fácil, Mi'Kel no pesaba mucho.

Estoy seguro de que puedo atraparte. No te preocupes,


cariño.
Mi'Kel disparó hacia abajo una mirada asustada, pero lo
que vio en la cara de Gavin debió hacerlo sentir confiado porque
asintió. Está bien. Su voz temblaba mientras lentamente se
deslizó hacia afuera hasta que acabó colgado solo de sus dedos.
Tomando una respiración profunda, se soltó.
Gavin apoyó los pies y atrapó al pequeño alien chillando,
doblando las rodillas para absorber el impacto. Gruñó, con
cuidado de no dejar caer el peso ligero acunado en sus brazos.

7
Las siglas en inglés significan Shitt outta luck, que traduce: “con suerte estaría completamente
jodido”, pero como no se encontró una correspondencia para las siglas en español se deja como en el
escrito original.
Mi'Kel empujó su caído largo cabello blanco fuera de su
cara, sus ojos como plata fundida sonriéndole a Gavin.
Gracias dijo en voz baja, un ligero rubor corrió por sus
mejillas. Parece como si siempre tuvieras que rescatarme de
alguna manera.
Gavin se encogió de hombros, su rostro calentándose
mientras trataba de ignorar los efectos que el pequeño alien
tenía en su cuerpo. No me importa respondió él en voz
baja, mirando a esos exuberantes labios rosas pidiendo que los
probara. Casi gimió en voz alta cuando una lengua rosada salió
para humedecerlos.

»Miki gimió, incapaz de parar inclinó la cabeza hacia


abajo para explorar esa tentación.

Sí suspiró Mi'Kel, levantando su cabeza para


encontrarse con Gavin en la mitad.
El beso comenzó dulce y ligero, sólo el roce de labios
contra labios, sus respiraciones se entremezclaban mientras sus
lenguas serpenteaban, tonteando y tentando. En poco tiempo,
Gavin se encontró aplastando a Mi'Kel contra su pecho,
devorando con hambre todo lo que pudo dentro de esa
exuberante boca, mientras que Mi'Kel maullaba y se esforzaba
por agarrarse a los anchos hombros de Gavin para acercarse
aún más. Los húmedos músculos se retorcían y se batían a duelo
por el dominio hasta que finalmente Mi'Kel se rindió con un
gemido, dejando que Gavin tomara todo lo que tenía para dar y
mucho más.
Sin poderse negar a lo que se le estaba ofreciendo, Gavin
acunó a Mi'Kel contra su pecho mientras se movía para sentarse
en una bala perdida de heno, movió al hombre más pequeño
para sentarlo a horcajadas sobre su regazo, sus erecciones
gemelas se empujaban y latían de necesidad.
Mi'Kel gritó, arqueando su cabeza hacia atrás,
lloriqueando y gimiendo, mientras se movía contra Gavin en
espasmódicos e inexpertos movimientos. Gavin se inclinó hacia
adelante para chupar y morder esa pálida garganta, saboreando
en cada rojo chupetón que hacía brotar sus cuidados. Su tensa
polla dentro de sus jeans estaba determinada a salirse y
hundirse en lo que ella deseaba.
Envolviendo una mano en ese hermoso cabello blanco y
espeso, Gavin empujó a Mi'Kel lejos de él, gruñendo de
satisfacción cuando su nuevo amante gimió con desaliento.

Por favor susurró Mi'Kel con los labios hinchados,


sus ojos plateados nebulosos por el placer y la necesidad. Agarró
la camisa de Gavin con sus pequeñas manos, con tanta fuerza
que la tela crujió y se rasgó.

¿Estás seguro? le advirtió Gavin, alargando su mano


libre para acunar una de sus febriles mejillas. Te voy a tomar
esta vez y no sé si vaya a ser capaz de detenerme. Los ojos de
Mi'Kel se abrieron como platos, y una combinación de miedo y
deseo los llenó. Abrió la boca y, por un terrible momento, Gavin
tuvo miedo de que Mi'Kel pudiera ponerle fin al asunto.

Nunca he estado con otro... susurró Mi'Kel, sus


pestañas aleteando hacia abajo para cubrir sus ojos. Pero yo
quiero... estar contigo... ¿si tú quieres estar conmigo? Sus ojos
finalmente se encontraron con los de Gavin, vacilante e
inseguro mientras se mordía su labio inferior.
Gavin sólo podía mirarlo en estado de shock. ¿Cómo era
posible que este joven hombre tan hermoso fuera virgen?
¿Estaban los hombres de su planeta locos? Y si Mi'Kel quería
que él fuera su primero. «¡Buenisimo!»

Me siento muy honrado de ser tu primero,


bebé. Gavin sintió una oleada de placer cuando Mi'Kel sonrió
felizmente, sus ojos se iluminaron. Pero no aquí. Vamos
dijo. Poniéndose de pie, puso a un confuso Mi'Kel sobre sus
pies antes de tomar la mano del hombre más pequeño y llevarlo
fuera del establo.
Cuidando de cerrar la puerta del establo, dándole doble
vuelta a la cerradura, Gavin llevó a su-pronto-a-convertirse-en-
su-amante a la casa principal.
De ninguna manera iba a tomar algo tan especial como la
virginidad de un joven en un establo sucio y maloliente. Gavin
había perdido su virginidad con uno de los trabajadores de su
padre, afuera en el campo de maíz, y aunque el sexo no había
sido una experiencia horrible, ese tipo de sexo no era algo que él
quería para Mi'Kel. La primera vez de una persona debía ser
valorada y tratada con cuidado, la primera vez de Miki sería
pura magia.
Gavin se aseguraría de ello.
Gavin prácticamente arrastró a Mi'Kel través de la cocina
y lo subió por las escaleras, tomándose un momento aquí y allá
para detenerse y robarle besos, haciendo reír a Mi'Kel.
Finalmente, después de lo que le pareció a su polla una
eternidad, llegaron al dormitorio. Gavin espantó a un muy
disgustado Bo fuera de su siesta en la cama y cerró la puerta.
Dándose la vuelta, su aliento se trabó en su pecho y pensó que
nunca había visto un espectáculo más hermoso.
Mi'Kel estaba en el centro de la habitación,
completamente desnudo ante la mirada hambrienta de Gavin,
temblando. Su ropa había sido arrojada al otro lado de la
habitación, y sus manos se agitaban nerviosamente, pero sus
ojos estaban serenos y miraba a Gavin con tal confianza, que
Gavin se sintió indigno por un momento de ser mirado de tal
manera.
Al menos se sintió de esa manera hasta que sus ojos se
posaron sobre una polla suave como marfil, completamente
llena y sonrojada de un bonito color rosa, con dos bolas sin
vellos colgando debajo.
Líquido pre-seminal brotó de su polla, empapando sus
calzoncillos y jeans, y Gavin gruñó bajo en su garganta mientras
se acercaba. Mi'Kel levantó sus ojos para encontrarse con los de
Gavin, y Gavin barrió a su amante con sus brazos, girándolo y
depositándolo en la cama para que pudiera ponerse en cuclillas
sobre él, todavía con la ropa puesta, y dirigir su mirada
apreciativa sobre cada trozo de piel desnuda delante de él.
Un rubor cubrió el rostro de Mi'Kel ante la franca
evaluación, que se extendió hasta su pecho, llamando la
atención de Gavin sus pequeños pezones duros, haciendo que su
boca se hiciera agua por probarlos.
Mi'Kel jadeó y gritó, sus dedos excavando en el cabello de
Gavin cuando éste se inclinó hacia abajo, trazando uno de los
endurecidos picos con su boca, chupándolo y mordiéndolo,
antes de volver su atención al otro. Mi'Kel siguió chillando y
maullando, arqueándose con cada magnifica mordida,
suspirando de placer con cada succión, y moviendo las piernas
sin pensar a causa de la necesidad.
Gavin continuó hacia abajo mordiendo, chupando y
besando por el pecho del hombre más pequeño, lamiendo
ligeramente sus definidos abdominales, antes de llegar al
premio que buscaba, sonriendo maliciosamente hacia un Mi'Kel
con los ojos muy abiertos mientras su húmeda punta le
golpeaba la barbilla.
Pre-semen se filtraba de la hendidura del pene y la lengua
de Gavin lo serpenteó para probarlo. Cerró los ojos y gimió.
Mi'Kel sabía a ambrosía en su lengua.
Mi'Kel jadeó, colapsando de nuevo en la cama, casi sin
aliento. Gavin, oh por favor té sho Linko... ¡por favor!
Gavin no entendía lo que algunas de esas palabras
significaban, pero el tono de súplica se escuchó fuerte y claro.
Tomando una respiración profunda, Gavin chupó la polla
de Mi'Kel de una, dejando que la endurecida carne llegara hasta
golpear la parte posterior de su garganta, antes de azotar la
palpitante vena en la parte inferior con la lengua mientras hacía
su camino hacia arriba. Repitió sus acciones una y otra vez. Y en
cuestión de segundos tenía a Mi'Kel gritando de necesidad, sus
ojos llenos de lágrimas rogándole que no se detuviera.
Dejando resbalar un dedo al lado de la polla en su boca
mientras se deslizaba de nuevo hacia abajo, Gavin se aseguró de
mojar el calloso dígito profusamente antes de deslizar el dedo
hacia afuera y llevarlo detrás de esas dulces bolitas, frotando y
tentando la entrada trasera de Mi'Kel.
Mi'Kel se tensó ante la extraña sensación por un
momento, antes de relajarse y seguir con la corriente. Gavin le
distrajo mientras deslizaba el dedo completamente dentro
llevando profundamente a su garganta la polla en su boca.
Mi'Kel se irguió con un grito, ya sea por la presión en su pene o
la presión en su culo, Gavin no podía estar seguro. Apretado
calor aterciopelado agarró su dedo, y Gavin gimió al pensar en
cómo se sentiría alrededor de su pene. La vibración hizo que
Mi'Kel terminara, y Gavin se empujó hacia atrás sobre la polla
justo a tiempo para llenar su boca con la liberación de Mi'Kel,
los gemidos y los gritos que salían de su amante sonaban como
música para sus oídos.
Mi'Kel se dejó caer, todo blandengue, en la cama y Gavin
sacó el dedo y se sentó, rápidamente quitándose la ropa antes
de meterse entre los muslos extendidos de Mi'Kel de nuevo.
Estirándose hacia un lado, maldijo cuando accidentalmente jaló
el cajón por completo de la mesita de noche en su búsqueda de
lubricante. Se levantó para tratar de encontrar la escurridiza
botellita. Cantando su victoria, sacó la botella y un par de
preservativos del lío tirado en el suelo y se metió de nuevo en la
cama.
Mi'Kel le dio la bienvenida con los brazos abiertos y una
sonrisa de ensueño. Gavin se inclinó hacia adelante y besó esa
hermosa boca, mojando sus dedos antes de llevarlos hacia abajo
para estirar a su amante. Mi'Kel canturreaba con placer, con los
ojos bien cerrados mientras Gavin comenzaba a sondear,
apenas si se dio cuenta cuando un dedo se convirtió en dos.

Oh, Miki, oh maldita sea. Gavin veía cómo Mi'Kel


comenzó a montar sus dedos, pequeños gemidos escapaban de
su garganta mientras él disfrutaba de la sensación. Gavin
deslizó un tercer dedo, salpicando un poco más de lubricante en
el pequeño agujero estirado, y un estremecimiento recorrió todo
el cuerpo de Mi'Kel. Asombrado, la boca de Gavin se abrió en
estado de shock cuando la polla de Mi'Kel se levantó de nuevo.

¡Joder Miki, no puedo esperar más! Rápidamente


jaló sus dedos fuera de su cómodo refugio, tomó uno de los
condones, rasgando el empaque de aluminio con los dientes.

¿Qué es eso? Mi'Kel preguntó. Gavin alzó la mirada


desde donde desenrollaba el preservativo sobre su polla para
ver a Mi'Kel sentado, mirando fijamente su polla parcialmente
cubierta, completamente confundido.

Es un condón. La gente lo usa para que no puedan


transmitir enfermedades a los demás explicó Gavin.

Las cejas de Mi'Kel se fruncieron. Pero no puedo


contagiarme de ninguna enfermedad humana, y soy demasiado
joven para reproducirme sin mi alma gemela.
Gavin miró a Mi'Kel, luego a su polla en espera, y de
nuevo a Mi'Kel. ¿Entonces no te importa si nosotros no los
utilizamos? preguntó, cuidando de mantener su voz neutral.
Lo último que quería hacer era presionar a Mi'Kel de una u otra
manera. La elección tenía que ser suya.
Pero Gavin silenciosamente esperaba que Mi'Kel dijera
que podía prescindir de los condones. Siempre había sido un
niño muy responsable8 y Mi'Kel podría ser su única
oportunidad de sentir un culo apretado alrededor de su desnudo
pene.

Mi'Kel se sonrojó. Yo… yo quiero sentirte cuando...

¿Cuando me venga dentro de ti? Gavin gruñó en voz


baja, lujuria llenando cada uno de sus poros. Mi'Kel asintió con
la cabeza, con aspecto avergonzado por su petición. Gavin
rápidamente se sacó el condón y tiró la funda de látex a un lado
de la cama.

»Tus deseos son órdenes para mí, bebé.

Mi'Kel sonrió y volvió a recostarse, extendiendo sus


piernas para que Gavin pudiera instalarse entre ellas de nuevo.
Aplicando más lubricante en su polla y luego en el apretado
agujero de Mi'Kel, Gavin se acomodó para luego
cuidadosamente empujar. La cabeza de su polla rompió dentro,
y Mi'Kel contuvo el aliento. Apartando la mirada de donde su
polla invadía el estrecho canal de Mi'Kel, Gavin pudo ver cómo
la cara del hombre más joven se arrugaba.

Respira, Miki lo tranquilizó, frotando con una mano


el vientre del pequeño príncipe. Respira, y empuja hacia mí.
Voy a ir tan lento como quieras, ¿de acuerdo?
Mi'Kel asintió con la cabeza, respirando profundamente y
empujando hacia afuera sus músculos guardianes, aflojándolos
un poco y dejando que Gavin se deslizara otra pulgada. Gavin se
tomó su tiempo para que Mi'Kel se acostumbrara a la invasión.

8
La expresión usada por la autora es safety boy, chico seguro, lo que significa que es un hombre gay
que siempre usa protección.
Pasó las manos sobre el pecho de Mi'Kel en un suave masaje,
calmando al hombre más pequeño hasta que finalmente sus
caderas se apoyaron contra las almohadas del culo de Mi'Kel y
su polla estuvo completamente apretada como en un puño, en
palpitante calor.
Mi'Kel gimió en voz alta, y Gavin se obligó a no moverse
para que el hombre más pequeño pudiera relajarse. Apoyándose
en sus brazos, se inclinó y colocó suaves besos por toda la cara
sudorosa de Mi'Kel.

Es tan bueno, bebé. Lo has hecho muy bien y te sientes


como fuego alrededor de mi polla. Estás tan apretado que juro
que puedo sentir los latidos de tu corazón susurró entre
besos.

Gavin suspiró Mi'Kel y Gavin finalmente sintió que


se relajaba. El mortal agarre en su polla se aligeró algo, lo
suficiente como para que pudiera moverse, y le dio un
cuidadoso empuje, asegurándose de observar el rostro de
Mi'Kel.
Los ojos de Mi'Kel se pusieron en blanco y gimió
suavemente. Más suspiró, envolviendo sus piernas
alrededor de la cintura de Gavin. Gavin hizo lo que le pidió,
empujando lenta y calmadamente al principio, antes de coger
velocidad.
Muy pronto, el sonido de piel contra piel y gritos
lujuriosos llenaron la habitación, y Gavin observó con asombro
que la cara de Mi'Kel parecía brillar con una luz interior. El
hombre más pequeño clavó sus uñas en su espalda,
rastrillándolas por su espina dorsal, añadiendo un borde más
oscuro a su juego amoroso. Podía sentir su orgasmo formándose
en la base de su columna vertebral, pero Gavin se negó a venirse
solo.
Tócate ordenó, y Mi'Kel lo hizo con una temblorosa
mano, sus ojos brumosos y desenfocados.
De repente Mi'Kel se puso rígido, arqueando su cuerpo
mientras gritaba tan fuerte que los tímpanos de Gavin
repiquetearon mientras chorro tras chorro de semen bombeaba
de su polla. Su culo lo sujetó firmemente, y Gavin estalló,
llenando al pequeño extraterrestre con su liberación.
Mi'Kel volvió a gritar, agitando su mano libre sobre su
bajo vientre.

¡Es tan caliente! sollozó, justo antes de que su pene


se sacudiera con fuerza de nuevo. Gavin miró en estado de
shock cómo Mi'Kel se vino de nuevo.
Mirando hacia arriba, ahogó una carcajada cuando vio
que Mi'Kel realmente se había desmayado después de su último
orgasmo. Por otra parte, si él se hubiera venido tres veces en tan
sólo unos pocos minutos, puede que se hubiera desmayado
también.
Esperó hasta que su polla se deslizó hacia afuera antes de
levantarse cuidadosamente e ir al baño a conseguir un trapo
húmedo. Volviendo a la cama, limpió cuidadosamente a Mi'Kel
antes de cubrirlo con la manta. A pesar de que le encantaría
acurrucarse con su nuevo amante, Gavin tenía que dejar al
pequeño alien durmiendo mientras que él bajaba al primer piso
a esperar a Mark.
Suspirando, llevó el trapo de vuelta al cuarto de baño, lo
enjuagó dejándolo limpio de nuevo y se limpió rápidamente.
Abriendo la puerta del dormitorio, se encontró cara a
cara con un Mark sonriente y con un Bo moviendo la cola.

Yo… hum. Bueno, yo… Gavin farfulló, su cara en


llamas.
Mark levantó una ceja, y Bo le dio un bajo guau. Gavin
rápidamente hizo callar al perro.

¿Cuánto tiempo llevas aquí? preguntó finalmente,


infernalmente avergonzado, pero tratando de sonar indignado.

Mark sonrió. Lo suficiente como para saber que tu


pequeño príncipe extraterrestre es un jodido gritón.
Mi'Kel se estudió en el espejo de cuerpo entero, girando
sobre sí mismo de cierta manera y disfrutando de la sensación
de la silbante tela moviéndose alrededor de sus caderas. El uso
de esta vestimenta no le parecía tan malo, si no él se lo diría a sí
mismo. Le gustaba esta especie de tela verde muy rizada y que
parecía flotar con sus movimientos. El vestido lo hacía sentirse
suave, como una incipiente rosa a punto de florecer. Agregando
a éste las medias hasta el muslo y la ropa interior de seda, lo
hacía sentirse diferente y cómodo al mismo tiempo, por fin
sabía lo que Gavin había querido decir cuando dijo que Mi'Kel
debía ser femenino.
Se sentía femenino desde la cabeza hasta los dedos de los
pies, los que había pintado con una hermosa coraza color rosa.
Gavin le había despertado, dándole numerosas bolsas con
ropa, y diciéndole a Mi'Kel que necesitaría de tiempo para
vestirse y así poder ir al pueblo a comer a un restaurante.
Mi'Kel no sabía lo que era una cena, pero si Gavin dijo que
tenían que hacer acto de presencia para respaldar su historia de
encubierta, entonces ellos irían al pueblo.
Mi'Kel se mordió los labios, los nervios le hacían temblar
las manos, pero no porque él estuviera vestido de mujer.
Con su cabello largo y rubio recogido en algo que se
llamaba trenza francesa y el luminoso maquillaje que se había
aplicado para resaltar sus rasgos, pensó que bien podría hacerse
pasar perfectamente por una mujer, sin ningún problema. Por
supuesto, sin un manual de belleza llamado Cosmo que Mark
había traído al ir de compras, nunca habría sido capaz de
conseguir su nuevo look.
No, se sentía nervioso porque esta sería la primera vez en
que él y Gavin estarían afuera, en público, como una supuesta
pareja casada.
Para ocultar su falta de pechos, Mi'Kel ató los extremos
de un delgado suéter en el frente como lo había visto en las fotos
de la revista. Esperaba que todo el mundo estuviera demasiado
ocupado pensando en la hermosa y misteriosa "Miki" como para
darse cuenta que la nueva esposa de Gavin podría estar
careciendo de algo importante. Al llegar abajo, Mi'Kel deslizó
sus pies en las sandalias de tiras que Mark había comprado,
jadeó cuando el movimiento envió ondas de placer por su
trasero.
Su cuerpo estaba estirado y dolorido, pero no de mala
manera, sólo de manera “completamente-usado-hasta-quedar-
exhausto”.
De solo recordar la forma en que Gavin le había hecho el
amor, envió estremecimientos de necesidad a través del cuerpo
de Mi'Kel y causó que su pene comenzara a endurecerse. Nunca
había sentido algo así antes, la forma en que su cuerpo se apretó
de necesidad, y la sensación que ardía desde dentro hacia fuera,
buscando algo que sólo Gavin podía darle. Y que Gavin le había
dado. La descarga de calor del semen de Gavin extendiéndose
hasta su vientre, Mi'Kel creía que había sentido a ese calor
echando raíces en su vientre. Incluso había llamado a Gavin té
sho Linko, que traducía literalmente compañero de mi alma, en
el calor del momento.
«Si sólo él lo fuera», Mi'Kel lo deseó mientras cerraba los
ojos ante la súbita oleada de lágrimas. «Si él fuera mi alma
gemela y pudiésemos vivir aquí en su granja por el resto de
nuestras vidas. Si sólo...»
Un aleteo respondió a su pensamiento, como el roce de
pequeñas alas de mariposa, llenando su vientre. Mi'Kel frunció
el ceño mientras colocaba una mano sobre su estómago. Tenía
que dejar de pensar en lo que no podía tener y enfocarse en lo
que tenía que hacer.
Mirándose una última vez, Mi'Kel se armó de valor y salió
por la puerta del dormitorio. Podía oír voces procedentes de la
sala de abajo, por lo que se dirigió por el pasillo y hacia las
escaleras que lo llevarían allí.

¿Tienes los IDs y todo? La voz de Gavin preguntó.


Mi'Kel se detuvo en lo alto de las escaleras para escuchar por un
momento.

¿Alguna vez dudaste de mí? La voz de Mark


respondió. El sonido de crujidos se desvió hacia Mi'Kel y luego
hubo silencio durante un largo rato. El príncipe Mi'Kel es
ahora Mikinna Petrovik, procedente de Moscú. Vivió y trabajó
como secretaria para una pequeña compañía naviera hasta hace
un mes cuando ella vino desde Rusia a conocerte. He aquí sus
papeles, su pasaporte, y, por supuesto, su certificado de
matrimonio. Más susurros llenaron el silencio repentino.
Pasarán un mejor escrutinio. Mi contacto dijo que no sería un
problema, incluso si esos federales meten sus cabezas para
mirar.

Hombre, Mark, eres mi salvavidas, eso es seguro


Gavin estaba entusiasmado. Sólo espero que Mi'Kel pueda
lucir, ¿ya sabes? Las manos de Mi'Kel se agitaron en la falda
de su vestido mientras luchaba contra el impulso de girar la tela
plisada.

Va a estar bien, Gav le aseguró Mark. Mi'Kel es


más bonito que la mayoría de las mujeres de por aquí, y si
alguien puede verse y actuar como una mujer, es él.
Gavin suspiró. Si tú lo dices. Va a matarme si le pasa
algo…
Mi'Kel se mordió el labio inferior para contener un
suspiro de alivio. «¡Gavin se preocupa por mí! Tal vez, sólo tal
vez…»

…Y no podría volver a casa. No me gustaría que se


quedara atrapado aquí terminó Gavin.
Lágrimas llenaron los ojos de Mi'Kel, e inclinó la cabeza,
cerrando sus ojos antes de que pudiera escapar la humedad. Se
había estado engañando a sí mismo. A Gavin no le importaba, a
Gavin solo le preocupaba que Mi'Kel pudiera encontrar la
manera de volver a casa. El saberlo dolía tanto. Gavin,
obviamente, no se sentía de la misma manera que él lo hacía. Le
dolía tanto a Mi'Kel que hubiera sido el único que había sentido
algo mágico cuando habían hecho el amor. Le dolía tanto a
Mi'Kel que hubiera deseado algo que nunca podría ser.
Su corazón estaba herido.
Su malestar estomacal revoloteó de nuevo. Como no
quería oír nada más, Mi'Kel rápidamente se limpió una solitaria
lágrima que se escapó antes de que arruinara su maquillaje y
bajó las escaleras.
Gavin y Mark lo habían oído venir y al parecer estaban
allí, esperando, para cuando llegara al primer piso. Con cuidado
de no mostrar su tormento interior, Mi'Kel esperó el veredicto
acerca de su nuevo look.
La reacción no se hizo esperar.

¡Maldita sea, bebé! Te ves bien resopló Gavin, su


boca abierta en shock.
Mark también parecía aturdido. ¡Bendita mierda! Si no
te conociera pensaría que eres toda una mujer, no hay
problema.
Mi'Kel se encontró sonrojándose ante sus halagos, aun
cuando su corazón le dolía. ¿De veras? preguntó.

Gavin asintió. Si yo fuera hetero, ¡estaría encima de ti


en un instante!

Mi'Kel sonrió a su pesar. Gracias dijo en voz baja,


mirando al suelo. No podía ver la lujuria en la cara de Gavin
nunca más.
Sobre todo cuando el deseo entre ellos dos ya se había
extinguido. Gavin había conseguido lo que quería y ya no lo
necesitaba. «¿Y por qué iba a hacerlo? Cediste tan rápido a sus
atenciones que probablemente piensa que eres barato e inútil
ahora».
Todos se quedaron en un incómodo silencio por un
momento, hasta que, por suerte, Mark pareció salir de su
aturdimiento. Se acercó a la mesa de café en frente del sofá y
cogió un pequeño bolso blanco.

Aquí, necesitarás esto dijo, entregándole el bolso.


Mi'Kel tomó el bolso con confusión, jugueteó con él por un
momento antes de encontrar la manera de abrir el cierre y mirar
dentro.

¿Qué es esto? preguntó.

Gavin se aclaró la garganta. Es un bolso. La mayoría de


las mujeres los llevan.

Mark asintió. En el interior tienes una billetera con tu


“viejo” ID de Rusia, una tarjeta verde, un nuevo ID de
Oklahoma, algo de maquillaje, y algo de dinero, por si acaso.
Mi'Kel revolvió a través de cada elemento, examinándolos
de cerca y metiendo toda la información en la memoria. Lo
último que quería era que alguien lo cogiera desprevenido y le
hiciera preguntas sobre los detalles de su nueva vida. Puso las
cosas de nuevo en el bolso y acomodó la correa sobre su
hombro. ¿Estamos listos, entonces? Mark sonrió y se
dirigió hacia la puerta. Mi'Kel comenzó a seguirlo, pero fue
detenido en seco por la mano de Gavin en su brazo.

¿Estás bien, bebé? preguntó. Mi'Kel se quedó


mirando la mano que sostenía su brazo hasta que Gavin la
retiró, con la cara llena de confusión.

Estoy bien respondió Mi'Kel, obligándose a


mantenerse calmado y sereno. Se negaba a convertirse en un
lloriqueante y suplicante lio delante del hombre que no lo
quería. Cuanto antes podamos hacer nuestra aparición en el
pueblo, más pronto podré volver y arreglar mi nave. Mi'Kel
enderezó la espalda y miró a su ex amante directamente a los
ojos. Tengo que volver a casa tan rápido como me sea posible.
Los ojos marrones de Gavin se llenaron de dolor por un
rápido momento, antes de que su rostro se endureciera en una
máscara inescrutable. Será mejor que nos demos prisa
entonces fue todo lo Gavin dijo mientras salía por la puerta
principal.
Mi'Kel suspiró suavemente, colocando una mano sobre su
vientre mientras seguía revoloteando. Toda esta situación hizo
que su estómago se sintiera como si un grupo de escarabajos
drugna se arrastraran por el interior. Con un último suspiro
cerró la puerta, deteniéndose para asegurarse de que la puerta
estuviera bien cerrada detrás de él antes de caminar hacia la
camioneta con el motor encendido de Gavin.
Subiéndose en el asiento trasero, Mi'Kel apoyó la cabeza
contra la ventanilla y cerró los ojos, tratando de no pensar en
nada.

Gavin miró a Mi'Kel escarbar el pollo frito y el puré de


patatas en su plato, el ceño ligeramente fruncido en el bonito
rostro del hombre maquillado.
No sabía lo que podría estar mal con su amante, pero sin
duda algo le estaba pasando. Desde que Mi'Kel había bajado las
escaleras después de cambiar su ropa para vestirse como mujer,
el alien había estado actuando de manera diferente. Casi como
si la felicidad que normalmente brillaba en él hubiera sido
extinguida, dejando atrás nada más que vacío, como una
cáscara ahuecada.
Ahora, aquí estaban, sentados en medio de un
restaurante lleno de gente, y en vez de tener los ojos muy
abiertos y curiosos como Gavin había esperado, Mi'Kel parecía
hosco y malhumorado.
Eso era especialmente extraño, ya que Mi'Kel parecía ser
el mismo de siempre, feliz después de que habían hecho el amor
antes. Gavin esperaba que la disposición de repente agria del
pequeño individuo no fuera el resultado de lo que los dos
habían hecho.
«¿A quién tratas de engañar? Por supuesto que su mal
humor tiene que ver con el sexo. Es probable que esté
lamentando el haberte entregado su virginidad para este
momento. El pobre ni siquiera ha estado aquí por un día y ya
le has saltado encima. Debiste mantener tu polla dentro de los
pantalones y dejarlo en paz. ¡Idiota! Ahora quiere irse y esta
situación es completamente tu culpa...»
Gavin se dejó caer en su silla, suspirando mientras
empujaba su maíz alrededor de su plato. Toda esta situación
apestaba. Miró hacia abajo a su entrepierna, donde su polla
palpitaba; se había puesto medio duro de nuevo después de
reproducir el recuerdo de Mi'Kel bajando por las escaleras en
ese precioso vestido verde que llevaba.
No era que el vestido en sí mismo lo encendiera. Si era
honesto consigo mismo, realmente eso lo apagaba un poco. No,
lo que lo encendía es lo que se escondía debajo de la ropa. El
saber que una deliciosa polla estaba ahí oculta era lo que lo
hacía sentirse salvaje, era como un secreto que sólo él y otras
dos personas conocían. Gavin no podía esperar a tener a Mi'Kel
en casa y desenvolverlo como un regalo que le fue enviado sólo
para su placer.
«Esto es culpa tuya», reprendió a su polla. «Nada de esto
habría ocurrido si no hubieras saltado sobre el chico. Tu CO9
estaría tan avergonzado de ver cómo has actuado. Demasiado
para el férreo control de un Marine».

Federales a las diez en punto se inclinó para


susurrarle Mark.
Gavin se enderezó y miró por el rabillo del ojo.
Efectivamente, los dos agentes federales de antes estaban
sentados en una mesa al otro lado del restaurante,
observándolos.
Gavin inclinó la cabeza en dirección a ellos, haciéndoles
saber que él sabía que los estaban viendo. El agente Hernández
le devolvió el gesto.

¿Crees que van a venir hasta aquí? preguntó Mark,


mientras se movía un poco en su silla para ver mejor.

9
Las siglas en español significan Oficial Comandante.
Gavin tomó un bocado de su filete de pollo frito, actuando
indiferente mientras masticaba y asintió.

No ahora respondió él, alzó su vaso de té helado de la


mesa y tomó un buen trago. Van a esperar hasta que estemos
a punto de salir y tratarán de detenernos entonces. Démosles
más tiempo para que estudien a Mi'Ke… Miki. Miró al
hombre en cuestión, frunciendo el ceño cuando vio la mirada
ausente en el rostro del hombre más pequeño.

»¿Miki? preguntó, golpeando la mesa, delante de él


cuando Mi'Kel no respondió. Mi'Kel saltó, su cara enrojecida
cuando se dio cuenta de que le había estado hablado.

¿Sí? Sus ojos plateados estaban muy abiertos


mientras miraba a Gavin y a Mark. Gavin notó que, aunque las
manzanas de las mejillas del hombre más pequeño estaban
rojas, el resto de la cara de Mi'Kel se veía alarmantemente
pálida.

¿Tu comida está bien? Gavin preguntó, cada vez más


preocupado. Sus instintos le estaban gritando que algo no
estaba bien y que tenía que tomar a Mi'Kel y volver corriendo a
la granja lo más rápido posible. Miró a Mark y vio que la frente
del otro hombre se arrugó con preocupación.

Yo… Yo estoy bien contestó Mi'Kel, dejando a un


lado su tenedor y mordiéndose el labio inferior. Me siento un
poco apagado ahora mismo, supongo. Tal vez simplemente no
tengo hambre dijo, no sonando demasiado seguro de sí
mismo.
Gavin se acercó y tomó la mano de Mi'Kel al otro lado de
la mesa, tomándolo por sorpresa cuando notó lo caliente que
estaba su piel la cual normalmente se sentía fresca.

¿Te sientes mal? Mark preguntó, inclinándose hacia


adelante para que sus trenzas ocultaran su rostro de cualquiera
que lo estuviera mirando. Y muchos los estaban mirando. No
era frecuente que una mujer del aspecto de Miki estuviera
presente en ese pequeño restaurante, y no había duda de que los
rumores se extendían rápidamente en cuanto a quién
exactamente era la misteriosa mujer. Las camareras de aquí
eran algunas de las más grandes chismosas del pueblo.

No lo sé. Mi'Kel frunció el ceño, llevó su mano hasta


colocarla sobre su estómago. Me siento un poco extraño...
Mi'Kel de repente saltó de su asiento y corrió hacia la señal
del lavabo al otro lado del restaurante, tapándose la boca con la
mano.
Gavin se levantó de un salto y corrió tras él, casi
derribando a una de las camareras en su prisa. Se detuvo de
golpe cuando se metió en el baño de hombres, sólo para
encontrar el área vacía.
«¿Dónde está Mi'Kel?»
Pegándose en la frente, Gavin salió corriendo del baño de
hombres y entró directamente en el baño de mujeres, ignorando
los gritos que trajo su repentina entrada. Siguió el sonido de
arcadas hasta los puestos de atrás, donde encontró a Mi'Kel
inclinado sobre el inodoro, perdiendo la poca comida que tenía
en el estómago, una mujer mayor le sostenía su cabello hacia
atrás murmurándole con dulzura mientras Mi'Kel vomitaba.

Respira a través de él, mi amor susurró la mujer


mayor, y Gavin finalmente la reconoció como la señora
Peterson, la bibliotecaria del pueblo de ochenta años de edad.
Un gemido adolorido de Mi'Kel sacó de golpe a Gavin de
su aturdimiento, y se lanzó hacia adelante, apachurrándose al
lado de su pequeño amante extraterrestre.

¿Bebé? ¿Qué pasa? preguntó, mientras agarraba los


temblorosos hombros de Mi'Kel, no quería que el hombre más
pequeño cayera en el inodoro. Mi'Kel le dio una respuesta
murmurada a Gavin que no pudo entender antes de comenzar a
vomitar de nuevo. Gavin arrugó la nariz ante el olor, pero se
negó a moverse del lado de su amante.

No te preocupes, Gavin. Todas las damas se ponen así


durante el primer trimestre. La señora Peterson apartó un
mechón de cabello de Mi'Kel que había logrado escapar de su
trenza. Recuerdo a mi hija, Anna, parecía vomitar sin parar
durante las primeras siete semanas cuando ella estaba
embarazada de mi primer nieto.
Gavin se sentía como si alguien le hubiera golpeado en la
cabeza con una dos por cuatro.

Pero eso es imposible tartamudeó, mirando con los


ojos muy abiertos de ida y vuelta entre Mi'Kel y la señora
Peterson. «¡Esto no puede estar pasando!». Nosotros, quiero
decir, yo… tú…
La visión de Gavin se volvió borrosa en los bordes, y le
pareció oír a Mi'Kel llamándolo por su nombre justo antes de
perder el conocimiento.
Se despertó acostado de espaldas sobre un frío suelo de
baldosas, no muy seguro de cómo había llegado hasta allí. Voces
venían de lo alto hacia él.

¡Oh mi Dios, espero que no se haya golpeado la cabeza


muy fuerte! dijo una voz dulce de ancianita. No sabía que
no le habías dicho nada todavía, cariño. Y él cayó tan
condenadamente rápido. Estos viejos huesos ya no se mueven
tan rápido como antes, o si no lo habría cogido.

No se preocupe, señora Peterson, los Marines tenemos


la cabeza dura. Estoy seguro que simplemente lo tomó por
sorpresa, eso es todo. Ahora esa voz pertenecía
definitivamente a Mark. Él reconocería ese profundo timbre de
voz en cualquier lugar. Pero ¿por qué su mejor amigo hablaba
con la bibliotecaria del pueblo?

¿Estás seguro de que estará bien, Mark? otra voz


preguntó, esta era delgada y temblorosa. Esa voz llamaba más a
Gavin que cualquiera de las otras dos.
Poco a poco abrió los ojos y vio a Mi'Kel inclinado sobre
él, la preocupación y el pánico brillaban en sus grandes ojos
plateados.

¿Gavin? Mi'Kel preguntó vacilante cuando se dio


cuenta de que los ojos de Gavin estaban abiertos.
De repente, todo se precipitó hacia él.

¡Estás esperando un bebé! le espetó, sentándose a


toda velocidad. Siseó, llevándose la mano hacia la frente, donde
un huevo del tamaño de una gallina se había formado.

Ten cuidado le advirtió Mark. Te golpeaste la


cabeza contra un lado del inodoro cuando caíste al suelo.
Gavin se encogió evitando la mano de Mark, pero nunca
apartó la mirada de Mi'Kel. ¿Cómo diablos es que estás de
encargo ya? Sentía vergüenza de admitir que su primer
pensamiento después de enterarse de la noticia fue asumir que
Mi'Kel le había mentido acerca de ser virgen. No quería creer
que el hombre más pequeño haría algo como eso, pero entonces
¿cómo era que el alien ya estaba mostrando síntomas de
embarazo cuando ellos dos habían tenido relaciones sexuales
sólo unas horas antes? ¿Podría ser que el hombre estaba
tratando de jugar con él viéndole la cara de tonto?
Mi'Kel se mordió el labio inferior, apretando con
mortificación la carne rolliza entre los dientes.

No lo sé gimió. Sus ojos plateados se llenaron de


lágrimas—. ¿Tal vez? No pensé que el embarazo pudiera ser
posible todavía. Soy demasiado joven para reproducirme
normalmente, no utilizamos un supresor de anticoncepción, y
sólo podría reproducirme tempranamente con mi alma gemela,
y… Mi'Kel dejó de divagar cuando enterró su rostro entre sus
manos y empezó a sollozar. ¡Lo siento!
Sus delgados hombros se sacudían mientras gritaba,
llorando desgarradoramente, y las entrañas de Gavin se
apretaron con fuerza ante el sonido. Se sentía como un
monstruo. Y la forma en que Mark lo estaba mirando no le
estaba ayudando. Por suerte para ellos la señora Peterson se
había acercado a la puerta del baño a hablar en voz baja con los
que estaban afuera esperando para entrar, así que estaba fuera
del alcance de su oído las revelaciones de Mi'Kel.
«¿Qué sabía él de fisiología extraterrestre? Tal vez que
los signos de embarazo aparecieran tan rápido era normal
entre la gente de Mi'Kel. Y Mi'Kel le había dicho que era
demasiado joven para reproducirse, y la única manera en que
podía hacerlo era con su alma gemela...»
El corazón de Gavin dio un vuelco en su pecho al pensar
en las implicancias de este nuevo desarrollo.
Gavin quería patearse el culo cuando miró a su devastado
pequeño alien. Moviéndose con cuidado para no molestar a su
dolorida cabeza, Gavin jaló a un Mi'Kel sin resistencia a sus
brazos, acunándolo cerca.

Cálmate, bebé. Debería ser yo quien debería pedirte


perdón. Todo está bien amor, cálmate. Vamos a resolver esto,
¿de acuerdo? Eso es, cariño, cálmate...
Los gritos de Mi'Kel poco a poco se suavizaron hasta
convertirse en pequeños lloriqueos mientras Gavin lo
confortaba, Gavin frotó con su mano arriba y abajo la espalda
del hombre más pequeño, sintiendo ligeros tirones cada vez que
daba un tembloroso suspiro.
Vamos a casa, ¿está bien, bebé? Podremos hablar allí,
¿te parece? Gavin preguntó. Mi'Kel asintió ligeramente, pero
no se quiso mover de los brazos de Gavin. Gavin sonrió y dio
unos cuantos besos en la corona rubia casi blanca de la cabeza
del dulce hombre.
Le hizo una seña a Mark para que lo llevara, y el hombre
lo hizo, levantando a Mi'Kel en sus brazos como si el hombre
más pequeño no pesara nada.

Lo llevaré… digo… la llevaré al carro mientras pagas la


cuenta, ¿está bien?
Gavin asintió con la cabeza y Mark salió, con Mi'Kel en
sus brazos. Gavin vio cómo la puerta del baño se cerró detrás de
ellos, antes de volverse hacia la señora Peterson.

Gracias por toda su ayuda dijo él, extendiendo la


mano para estrecharle la mano. La señora Peterson lo
sorprendió tirando de él en un abrazo sorprendentemente
fuerte.

Cuida de esa dulce chica, ¿me oyes? dijo ella,


empujándose hacia atrás para mirarlo a los ojos. Esa Miki
tuya es una dama muy especial.

Gavin sonrió. Señora P, no tiene ni idea.


Ya en el restaurante, después de escoltar a la señora
Peterson de regresó a su mesa, Gavin se acercó y cogió la
factura, así como el bolso olvidado de Mi'Kel de la mesa.
Solo le había entregado al cajero su tarjeta de débito
cuando alguien se aclaró la garganta detrás de él. Se volvió y
luchó por evitar hacer una mueca cuando vio al agente
Hernández de pie detrás de él.

Así que, ¿esa es tu nueva esposa? preguntó, mirando


hacia el lugar donde él podía ver la camioneta de Gavin
estacionada en el frente. Linda chica. La forma en que dijo
las palabras hizo que los pelos de la parte posterior del cuello de
Gavin se pusieran de punta.

Sip. Ella no se siente bien ahora, así que voy a llevarla a


casa y dejar que descanse un poco. Se obligó a sonreír.

Ya veo respondió el agente Hernández, sin verse para


nada convencido. Siento mucho oír eso. No parecía sentirlo
del todo. Tenía la esperanza de tener la oportunidad de hablar
con ella, ya que la eché de menos cuando nos detuvimos en tu
casa antes.

Gavin se encogió de hombros. Sí, bueno, prerrogativa


de mujer y todo eso. Si me disculpas...
Tomó su tarjeta de nuevo del cajero, firmó el recibo, y
luego luchó contra el impulso de correr mientras caminaba
rápidamente fuera del restaurante, hacia su carro. Al abrir la
puerta trasera de la cabina, el alivio corrió a través de él cuando
se dio cuenta que Mi'Kel estaba acurrucado durmiendo en el
asiento, con Mark detrás del volante.
«Pobre chico, probablemente terminó agotado por la
forma en que lo hice llorar». Se subió de un brinco, levantó y
acunó al alien dormido en sus brazos y asintió con la cabeza
hacia Mark para que se fueran.
El viaje de regreso a la granja lo hicieron en completo
silencio, y no fue hasta que la camioneta se detuvo y Gavin
comenzó a levantar a un dormido Mi'Kel del asiento trasero que
Mark habló.

Voy a regresar a mi casa y conseguir tener las tareas


nocturnas hechas antes de que sea demasiado tarde. Mark lo
miró fijamente durante un largo momento, antes de suspirar y
pasar una mano por entre sus trenzas. Sólo, ten cuidado con
él, Gav le advirtió a su amigo, la preocupación brillaba en sus
ojos azules. Él está tan confundido como tú sobre todo este
asunto. Además, si está embarazado, lo último que quieres es
trastornarlo y terminar perjudicando al bebé.
Gavin asintió con la cabeza, sabiendo que Mark tenía
razón. No estaba seguro de lo que iba a hacer con todo este
asunto del posible embarazo, pero estaba jodidamente seguro
que se rehusaba a que Mi'Kel saliera herido por algo que
ninguno de los dos tuvo control.
Sobre todo si las sospechas de Gavin eran correctas y él
resultara siendo el alma gemela del alien.
Mi'Kel se despertó en la cama de Gavin, encontrándose
una vez más completamente solo. Mirando a su alrededor, pasó
un largo rato antes de que reconociera el edredón azul que lo
cubría y las paredes blancas.
«Así que no fue un sueño. Realmente me estrellé en un
planeta llamado Tierra y conocí a un granjero llamado
Gavin».
Se incorporó, frotándose el sueño de sus ojos. La ventana
exterior le mostró que el cielo se había oscurecido. Al parecer,
había estado durmiendo durante bastante tiempo. Mirando
hacia abajo, vio que todavía llevaba el vestido verde que había
llevado horas antes en el restaurante.
«¡El restaurante!» Los ojos de Mi'Kel se abrieron e
inmediatamente puso sus manos sobre su vientre. «¿Lo que dijo
esa anciana podría ser cierto? ¿Estoy embarazado? ¿Por eso
me he sentido tan extraño desde que Gavin y yo hicimos el
amor?»
Mi'Kel negó con la cabeza mientras se preguntaba acerca
de las posibilidades. «¿Cuáles son las probabilidades de que el
primer humano que me encuentro después del aterrizaje
forzoso de mi nave sea mi alma gemela y el padre de mi
hijo?». Porque si realmente él estaba de encargo, Gavin sin
duda era padre del bebé.
Mi'Kel no sabía si lo que él creía era una posibilidad, o
incluso si podría ser verdad; apenas si se permitió tener algo de
esperanza. Todo lo que había estado deseando parecía estar ahí
a su alcance, y sentía mucho miedo de tomarlo.
«¿Y si la anciana se había equivocado y Gavin y yo no
somos almas gemelas? O peor aún, ¿y si lo somos, y Gavin no
me quiere o a nuestro bebé? No parecía muy feliz con la
perspectiva de ser padre...»
Mi'Kel no sabía si las náuseas que estaba experimentando
podrían ser a causa de un posible embarazo o por el miedo al
rechazo que lo atravesaba. Cualquiera que hubiera sido la causa,
las náuseas le hicieron saltar de la cama y hacer una loca carrera
hacia el baño.
Durante todo el tiempo que vomitó, dijo una oración
silenciosa a la diosa Jo'Callinda, la diosa protectora de la salud y
el parto en su planeta natal.
«Por favor, deja que mi bebé esté bien. Si estoy
embarazado, por favor, deja que todo vaya bien». Había oído
historias terribles de hombres Zinoans que habían logrado
llevar sus embarazos hasta el último mes de gestación, sólo para
perder a sus hijos en el último momento. Lo único que les
impidió perder la cabeza junto con sus hijos fue el amor y apoyo
de sus compañeros. El embarazo era un momento difícil y
peligroso para todos los Zinoans, y ya que Mi'Kel estaba muy
por debajo de la edad normal de reproducción, las posibilidades
de que su hijo sobreviviera eran extremadamente precarias por
así decirlo. Mi'Kel era consciente de que si llegara a perder a su
hijo sin Gavin ahí para apoyarlo, él sería uno de esos hombres
que enloqueciera con la perdida.
Después de las últimas arcadas, Mi'Kel tiró de la cadena y
cerró la tapa con una temblorosa mano, antes de ponerse de pie
y caminar con las piernas temblorosas hacia el lavamanos.
Mirando fijamente su reflejo, trató de hacer coincidir la
información que retenía con la imagen de la mujer bastante
joven que tenía delante. Pero por mucho que lo intentara, no
pudo hacer que las dos distintas ideas se conectaran.
Al encender el grifo, se echó agua fría en su cara
enrojecida y se frotó el maquillaje hasta quitarlo. Aunque había
disfrutado siendo Miki incluso había disfrutado de la reacción
de la gente del pueblo ante su nuevo alter ego necesitaba
enfrentarse a este nuevo reto como el príncipe Mi'Kel Ta'Rulen.
Se bajó el vestido por los hombros y dejó caer la tela plisada en
el suelo antes de llevar sus manos a la cabeza para destrenzar su
cabello dejando que largos y rizados mechones se derramaran
alrededor de sus hombros como una reconfortante capa. A
continuación se quitó la cómoda ropa interior que le causaba
una extraña sensación, hasta que finalmente quedó desnudo
frente al espejo.
Sus ojos inmediatamente cayeron a su todavía plano
vientre, y trató de imaginar a un pequeño bebé creciendo dentro
de él. Los embarazos Zinoan duraban entre cinco y seis meses, y
no sería raro que ya mostrara los síntomas. Una pequeña
sonrisa revoloteó en su rostro cuando pensó que el niño sería
una combinación de él y Gavin. En su mente, podía ver a un
niño de ojos plateados con rizado cabello castaño, un niño feliz
que lo llamaba desde lo alto de los fuertes hombros de su padre,
de ojos oscuros. Los ojos de Mi'Kel se abrieron como platos por
la sorpresa cuando sintió un pequeño aleteo en su abdomen
como respuesta a sus pensamientos. Si no hubiera estado tan
concentrado, se habría perdido del pequeño movimiento por
completo. Sólo conocía una forma de asegurarse de que en
realidad estaba embarazado.
Todos los Zinoans tenían una conexión mental con sus
hijos, casi desde el momento de la concepción.
Cerró los ojos y relajó su mente antes de sumergirse
profundo dentro de su propio cuerpo para encontrar lo que
buscaba. Su aliento quedó atrapado en un sollozo cuando
encontró el pequeño bulto de células dividiéndose y
multiplicándose en lo profundo de la comodidad y seguridad de
su vientre. Moviendo las manos sostuvo la parte baja de su
abdomen, donde su hijo descansaba, Mi'Kel extendió su mente
a la del bebé, riéndose a carcajadas de alegría cuando el bebé
inmediatamente pareció reconocerlo. Él envió oleadas de amor
y calidez a su bebé, susurrándole a su pequeño hijo todas las
alegrías y aventuras que lo esperaban en el exterior. El bebé se
agitó como respuesta otra vez. Mi'Kel le envió imágenes
mentales al bebé de sí mismo y del padre del niño, Gavin, e
incluso imágenes del perro Bo. El bebé pareció trinar feliz, y
Mi'Kel podía sentir el amor que su hijo recién concebido ya
tenía para él y su padre.
Mi'Kel abrió los ojos y las lágrimas se deslizaron por sus
mejillas sin control mientras se miraba en el espejo, con las
manos acunando al bebé que crecía dentro de su vientre.

Gavin lo encontró casi veinte minutos más tarde. Mi'Kel


no se había dado cuenta de que ya no estaba solo hasta que
Gavin habló.

Bebé, ¿qué estás haciendo fuera de la cama?


Mi'Kel saltó y miró por encima del hombro mientras
Gavin entraba en el cuarto de baño con numerosas bolsas de
plástico llenas de cosas en sus brazos. Gavin inmediatamente
puso las bolsas en el suelo y corrió hacia el lado de Mi'Kel,
jalando su cuerpo desnudo en sus brazos fuertes y
reconfortantes. Mi'Kel suspiró y se dejó caer en el abrazo que
tanto necesitaba.

¿Estás bien? ¿Volviste a vomitar? Gavin le preguntó


preocupado. Metió un dedo debajo de la barbilla de Mi'Kel,
empujando sus rizos salvajes fuera de su cara con la mano libre.
Mi'Kel reunió los ojos confusos de Gavin con los suyos felices.

Sólo un poco. Nada de qué preocuparse respondió.


Gavin asintió con la cabeza, pero la mirada de preocupación no
se desvanecía.

Bueno, tal vez deberías sentarte por si acaso dijo


agarrando la enorme bata azul desteñido de la parte posterior
de la puerta del baño y cuidadosamente colocó la tela sobre los
hombros de Mi'Kel antes de moverlo suavemente para que
pudiera sentarse sobre la tapa cerrada del inodoro. Mi'Kel ni
siquiera se había dado cuenta del frío que sentía al estar de pie,
desnudo en el baño, hasta que el calor de la bata lo envolvió.
En cuclillas, Gavin estudió a Mi'Kel cuidadosamente.

¿Estás mejor ahora? preguntó de nuevo


Mi'Kel asintió con la cabeza, una dichosa sensación
arrastrándose por encima de él mientras sonreía. Vamos a
tener un bebé dijo, y los ojos de Gavin casi se salen de su
cráneo.

¿E… Estás seguro? Gavin farfulló. Mi'Kel asintió.


Gavin dejó escapar un profundo suspiro antes de levantarse y
rebuscar en las bolsas que había traído.

»Entonces supongo que no vamos a necesitar de estos


dijo él, levantando tres cajas pequeñas. Se las entregó a
Mi'Kel cuando éste le tendió la mano. Mi'Kel miró cada caja,
una y otra vez, pero todavía no entendía lo que eran.

¿Qué son? preguntó. El rostro de Gavin enrojeció.

Son pruebas de embarazo, ya sabes, para así poder


revisar y ver. Alargó la mano y cogió rápidamente las cajas de
las manos de Mi'Kel, empujándolas de nuevo en la bolsa. Pero
si estás seguro, confiaré en tu palabra.
Mi'Kel no sabía cómo juzgar la reacción de Gavin ante la
noticia. El rostro de su compañero de alma se veía
completamente en blanco, no mostrando casi ninguna emoción
salvo un ligero rubor corriendo por sus mejillas. Mi'Kel jaló de
la bata apretándola un poco más alrededor de él como
protegiéndose y miró las otras tres bolsas que seguían puestas
en el suelo.

¿Qué hay en esos?


Si es posible, el rubor de Gavin se hizo más profundo
mientras miraba las bolsas aparentemente olvidadas.
Extendiendo la mano, se las arregló para enganchar todas con
una mano para arrastrarlas más cerca. Sus ojos marrones se
encontraron con los vacilantes de Mi'Kel, y se aclaró la garganta
incómodo cuando comenzó a excavar a través de las bolsas,
sacando un artículo después del otro.

Fui corriendo a la farmacia mientras dormías para


traer algunas cosas. Tuve que pedirle al farmacéutico que me
ayudara. Así que conseguí unas vitaminas prenatales, pastillas
de jengibre para ayudar con las náuseas y algunos Gatorade y
un par de botellas de Sprite para que te hidrates hasta que
pasen los vómitos. Hay algunas otras cosas aquí para hacer toda
la cosa del embarazo un poco más fácil para ti también, todo en
lo que el farmacéutico pudo pensar. Pero entonces comencé a
preocuparme de que en realidad no estuvieras en embarazo, por
lo que compré las pruebas de embarazo. Y en caso de que solo
estuvieras muy enfermo, compré un montón de cosas para eso
también. El rostro de Gavin estaba completamente rojo
brillante para cuando terminó de explicar.
Mi'Kel no pudo evitar sonreír ante su amante en pánico.
Pero se dio cuenta de una bolsa en el suelo al lado de Gavin, que
parecía estar tratando de ocultar con su pierna. Mi'Kel frunció
el ceño. ¿Qué hay en eso? preguntó.
Gavin miró la bolsa en cuestión, luego a Mi'Kel, y de
vuelta a la bolsa. Por último, suspiró, y metió la mano en la
bolsa para sacar una manta de bebé. Su rostro de repente
completamente serio mientras le entregaba la pequeña cosa a
Mi'Kel.
Mi'Kel estudió la suave manta azul como la mantequilla,
amando la imagen de pequeños cachorros de color amarillo y
negro bailando por toda la tela. Demasiado pequeña para él, el
paño suave, cálido sería perfecto para envolver a un bebé, o
incluso a un niño pequeño. La manta era absolutamente
adorable, pero él seguía sin entender su significado.
Debió parecer demasiado confundido porque Gavin se
acercó a estrechar su mano, la que todavía sostenía la pequeña
manta.

Cuando mi papá se enteró que mi mamá estaba


embarazada de mí, estaba tan malditamente feliz, que lo
primero que hizo fue salir a comprar una manta de bebé. Era
verde con pequeñas imágenes de aviones de todas partes. Debí
haberme envuelto en esa cosa durante años. Eso se convirtió en
mi mantita de seguridad cada vez que no tenía a mi papá ahí, yo
sabía que él estaba allí, incluso cuando estaba solo, siempre tuve
esa manta. La manta se ha ido ahora, pero era muy importante
para mí cuando era niño. Los ojos de Gavin se llenaron de
lágrimas, pero parecía que valientemente las estaba
deteniendo. No estaba seguro de si estabas embarazado, pero
estaba viéndote dormir más temprano y me puse a pensar en
esa tonta pequeña manta. No sabía si estabas embarazado o no,
pero si lo estabas, quería darle a nuestro bebé el mismo regalo
que mi papá me dio...
Las lágrimas corrían por el rostro de Mi'Kel para cuando
Gavin llegó al final de su historia. «Malditas hormonas del
embarazo», maldijo en silencio mientras se inclinaba hacia
delante para envolver sus brazos alrededor del cuello de Gavin,
sollozando incontrolablemente mientras Gavin inmediatamente
tiró de él en su regazo y los llevó con cuidado a ambos a sentarse
en el suelo de frías baldosas.

Bebé, ¿qué pasa? Por favor, dímelo ¿No te gustó la


manta? Puedo ir y cambiarla si lo deseas. Sólo por favor deja de
sentirte molesto... Gavin le suplicó, pasando sus manos sobre
la temblorosa espalda de Mi'Kel y su cabello.
Mi'Kel se echó hacia atrás entre los brazos de Gavin,
riendo entre lágrimas. No estoy molesto, maravilloso hombre
tonto dijo, golpeando el hombro duro como roca de Gavin.
Me siento aliviado. Estaba tan preocupado por la forma en que
habías reaccionado en el restaurante ante la noticia, y estaba tan
seguro de que no me querías o al bebé, y te oí hablar antes con
Mark de que querías asegurarte que me fuera a casa, a Zinoa, y
no creía que me quisieras más, lo que me volvía loco, y ahora
estás siendo tan maravilloso sobre todo esto y yo…
Gavin paró las divagaciones de Mi'Kel colocando una
mano sobre su boca. Sus ojos marrones brillaban de alegría.
Estuviste espiándonos a Mark y a mí, ¿verdad, Miki?

Mi'Kel se sonrojó. N… No, no exactamente,


simplemente…
Mi'Kel empezó a responder pero Gavin le cubrió la boca
de nuevo antes de empujar la cabeza hacia atrás, riéndose.

Lo que no me oíste decir antes, mientras estabas en la


ducha, era lo mucho que temía que me dejaras dijo Gavin,
una vez que había logrado calmarse un poco. Los ojos de Mi'Kel
se agrandaron. Gavin asintió con la cabeza, su cara cada vez más
seria.

»Le dije a Mark que no podía siquiera ni imaginar


dejándote ir, pero que yo sabía que no tenía elección. Sabía que
estabas en una misión para tu pueblo, y nunca haría que
renunciaras a eso por mí. Mi'Kel se quedó allí sentado,
estupefacto. Inclinándose, Gavin le dio un dulce beso en la boca
a Mi'Kel mientras su mandíbula colgaba abierta en shock.

¿De veras? Finalmente logró decir después de un


rato.

Gavin asintió de nuevo. Pero ahora, no voy a dejarte ir


por nada en este mundo señaló, llevando su mano bajo la bata
de Mi'Kel y colocando la palma sobre su cálido vientre, donde su
hijo estaba creciendo sano y fuerte en su seguro capullo. Tú y
el bebé son míos ahora. Y no me voy a alejar de ninguno de los
dos ni ahora, ni nunca. Incluso si eso significa que cuando tu
nave esté reparada, tendrás a un par de pasajeros adicionales en
el viaje de regreso a Zinoa.
Los ojos de Mi'Kel se llenaron de lágrimas y estiró el
cuello más hacia arriba, alcanzando un beso que Gavin
ligeramente le suministraba. Mi'Kel se perdió en la deliciosa
caricia húmeda durante un largo rato antes de
lamentablemente, empujarse hacia atrás.

Té sho Linko... susurró contra la boca de Gavin.


¿Qué significa? Gavin susurró a su vez. Mi'Kel sonrió
felizmente.

Traduciéndola significa compañero de mi alma


explicó. Los ojos de Gavin se iluminaron y tiró de la cara de
Mi'Kel de regreso hacia la suya, para devorarlo a besos. Mi'Kel
sintió que su cuerpo respondía, y enganchó con sus manos una
de las manos de Gavin quitándola de su mejilla, bajando la
temblorosa mano hasta apretar la palma de Gavin contra su
dura polla y su compañero pudiera sentir su deseo. Gavin gruñó
bajo en su garganta y el sonido envió un escalofrío a través de
Mi'Kel, haciendo que su polla se endureciera aún más.
»Tómame, mi amor jadeó mientras arrancaba su
boca de la de Gavin, desesperado por respirar. Se apartó de su
amante lo suficiente para aflojar la correa que sostenía su bata
cerrada, dejando que los dos lados de la tela se abrieran,
enmarcando su cuerpo enrojecido y listo. Levantó la mirada a la
cara hambrienta de Gavin, temblando cuando su agujero pulsó
por la necesidad de ser llenado y conquistado.
Necesitaba a su compañero, ahora más que nunca. Una
oleada de calor se apoderó de él cuando los oscuros ojos de
Gavin pasaron por encima de sus temblorosas formas, y jadeó
de deseo.

Por favor, compañero mío. Hazme el amor y


demuéstrame que soy tuyo.
Gavin miró a su tembloroso pequeño amante, necesidad y
deseo grabados en cada esquina de los ojos muy abiertos de
Mi'Kel. No quería nada más que lanzarse en picado y devorar a
su recién descubierto compañero, pero el saber del precioso
pequeño paquete escondido dentro de Mi'Kel le hacía cauteloso.

¿Qué tal un baño primero? dijo obligándose a


mantenerse fuerte cuando el labio inferior de Mi'Kel se deslizó
en un puchero. Pero esta vez no iba a ceder tan fácil; se negaba a
correr algún riesgo con su pareja y su hijo. Mi'Kel merecía ser
tratado con el mayor cuidado y atención que un viejo y duro
Marine podría ser capaz de darle. No muchos de sus antiguos
amantes habían querido ser mimados, así que Gavin nunca
había tenido la oportunidad de echarlos a perder como siempre
había querido hacer. Pero tenía la sensación de que Mi'Kel no
sólo permitiría que lo echara a perder, sino que el pequeño
príncipe alien disfrutaría de la atención.
Además, Mi'Kel acababa de sentirse mal no hace mucho
y Gavin no iba a darle ninguna tensión adicional a su amante
hasta que estuviera seguro de que estaba bien para tener sexo.
Tan pronto como el pensamiento cruzó por su mente,
Gavin sacudió la cabeza ante éste. «¿Y a quién voy a
preguntarle si tener relaciones sexuales con mi amante
MASCULINO embarazado es seguro?». Aun así, tenía que
hacer que Mi'Kel se sintiera mejor antes de que llegaran a hacer
algo. Y un baño caliente seguramente calmaría los dolores
musculares que podría tener después de vomitar tanto.
Alargando la mano, Gavin puso el tapón en el desagüe de
la antigua bañera con patas, y abrió el grifo de agua caliente, el
sonido del agua corriendo al brotar de la tubería llenó el baño
pequeño. Apartó a un lado la cortina de la ducha, así el vapor
que provenía del agua podría escapar a la atmósfera. El vapor
caliente les rodeaba, haciendo que la habitación pareciera más
nebulosa y etérea.
De pie, Gavin puso a Mi'Kel sobre sus pies, envolviendo al
alien en sus brazos.

Vamos, bebé. Vamos a que tomes un baño, y luego


dijo Gavin rápidamente, al ver el puchero comenzar a
formarse de nuevo en el rostro del hombre más pequeño,
podemos hacer el amor con algo de cuidado, lo prometo.
Mi'Kel pareció pensar acerca de la oferta por un largo
rato, sopesando sus opciones, cuando de repente su cuerpo
comenzó a sacudirse con temblores, y Gavin se alegró de haber
pospuesto el sexo por un rato. Gavin quitó rápidamente la
elección de las manos de su pequeño compañero, alzando al
hombre más pequeño en sus brazos y depositando rápidamente
su cuerpo desnudo en la bañera ahora casi llena.
Mi'Kel chilló en el momento en que cayó al agua, antes de
relajarse en el calor del líquido después de un ratito, suspirando
suavemente mientras sus ojos se cerraron en éxtasis.

Me encantan los baños se quejó en voz baja, y Gavin


mentalmente se dio unas palmaditas en la espalda.

Pensé que podría dijo Gavin. Recuéstate hacia


abajo, bebé, para que pueda mojar tu cabello. Mi'Kel actuó
como le dijo, sus grandes ojos plateados mirando a su
compañero con mucha confianza. Gavin se perdió por un
momento, viendo el modo en que los largos zarcillos de cabello
rubio se volvían de color dorado oscuro en el agua caliente,
flotando como vides encantadas. Sacudiéndose a sí mismo fuera
de su ensueño, Gavin agarró la botella de champú de la
estantería junto a la bañera y aplicó una buena cantidad en su
mano antes de hacerle una seña a Mi'Kel para que se deslizara
hacia arriba. Apoyado en el borde, Gavin se puso a lavar el
cabello de su pequeño amante, tomándose todo su tiempo para
masajear el cuero cabelludo de Mi'Kel, no parando hasta que
tuvo al hombre gimiendo de placer.

Así que, ¿cuándo el bebé estará a término? Gavin


preguntó. Supuso que debería saber esas cosas, ya que pasó a
ser uno de los dichosos padres del bebé y todo eso.
El cuerpo de Mi'Kel se relajó en el agua y Gavin lo
observó mientras él parecía poner inconscientemente la mano
en la parte baja de su abdomen, frotándolo suavemente.

Los embarazos de los Zinoans son difíciles de sostener


a término. Si nuestro bebé es uno de los afortunados, la fecha
límite será en unos cinco o seis meses, dependiendo de cuánto
tiempo pueda mantenerlo. La ranura de parto, que es por donde
el bebé va a venir, empezará a aparecer cuanto más me acerque
a término. La ranura deberá ser muy oscura cuando se acerque
el momento. Mi'Kel movió sus manos sobre su bajo vientre,
dibujando una línea invisible horizontalmente a través de su
pálida piel.

Gavin sintió que su estómago caía. ¿Qué tan difícil


puede llegar a ser un embarazo? Gavin preguntó, dejando
quietos sus dedos entre el cabello de Mi'Kel. Simplemente se
estaba acostumbrando a la idea de tener a un bebé correteando
y realmente había conseguido sentirse un poquito emocionado
cuanto más pensaba acerca del nacimiento de su hijo. Ahora se
enteró de que podría perder a su hijo antes de incluso tener la
oportunidad de conocerlo. ¿Es peligroso?
Mi'Kel abrió los ojos y se encontró con la mirada
preocupada de Gavin, su cara inusualmente seria.
El embarazo para los Zinoans puede llegar a serlo. Ha
habido muchos casos de muerte fetal, y sólo el treinta y cinco
por ciento de los niños concebidos llegan a término. El aborto
espontáneo es muy común en mi mundo de origen. Esa es una
de las razones de por qué estoy aquí. Mi padre, el Rey, cree que
la alta tasa de abortos espontáneos y la mortalidad infantil
podrían deberse a la falta de recursos naturales de Zinoa. Los
niños no reciben los nutrientes que necesitan en el interior del
útero, por lo que no son capaces de florecer. Mi'Kel
suspiró. Esa es la misma razón por la que el primer año de
vida es crítico. Sólo alrededor del cincuenta por ciento de los
bebés nacidos logran pasar el primer año.
Mi'Kel cerró los ojos, viéndose repentinamente cansado.

»El padre de parto por lo general tiene una conexión


mental con el niño en el vientre, es la manera en que los padres
pueden vigilar y proteger la salud tanto física como mental de
sus hijos. Es por eso que su muerte es tan dura para los padres.
Puede ser devastadora.
Gavin pudo ver que la mano que Mi'Kel mantenía por
encima de su estómago temblaba ligeramente. Se agachó y cogió
esa temblorosa mano entre la suya llena de jabón.

No te preocupes, bebé. Haremos lo que sea necesario


para mantener a nuestro pequeñito sano y seguro. Te lo
prometo. Frotó la parte baja del vientre de Mi'Kel,
imaginando que podía sentir a su bebé debajo. Cuando miró
hacia arriba, Mi'Kel le sonreía dulcemente.

Es fuerte, Gavin. Puedo decirlo ya. Él quiere quedarse


con nosotros. Mi'Kel rio ligeramente. Creo que él obtiene su
fuerza de ti.
Gavin no pudo evitarlo. Su pecho se hinchó con orgullo.
Él tiene sangre Howard corriendo por sus venas. Nosotros, la
gente de granja, somos una raza fuerte.
Mi'Kel asintió. Y eso le dará a nuestro hijo una ventaja
que no habría tenido de otra manera.
El corazón de Gavin se derritió un poco, y se inclinó para
besar a su dulce amante cuando de repente Mi'Kel siseó de
dolor y comenzó a frotarse los ojos. Gavin maldijo cuando vio el
champú en los ojos de Mi'Kel.
«Tanto para echar a perder al pequeño... Y trato de
dejarlo ciego en su lugar».

¡Mierda! ¡Maldita sea! Lo siento, Miki. Cierra los ojos,


bebé, voy a enjuagar el champú. Gavin rápidamente utilizó la
ducha para eliminar el champú del cabello y la cara de Mi'Kel,
mientras que la suya ardía como el fuego todo el tiempo. Se
aclaró la garganta, incómodo, y esperó a que Mi'Kel lo mirara a
través de sus ahora enrojecidos ojos. Como puedes ver nunca
había hecho realmente todo por mimar a mi amante. Sintió
que se sonrojaba aún más cuando la cara de Mi'Kel se iluminó
de alegría.

¿En serio? Bueno, te agradezco que intentaras hacer


eso por mí. Apoyándose en el borde, Mi'Kel alargó una mano
mojada y jaló la cara de Gavin llevándola más cerca de la de
él. Pero se te olvidó una cosa dijo, justo antes de darle un
beso cálido y húmedo en la boca a Gavin, uno que podría haber
jurado dejó hormigueando todo su cuerpo.

¿Y… y qué sería? dijo Gavin con voz ronca, tragando


saliva cuando Mi'Kel le dirigió una mirada malvada.

Se supone que deberías estar aquí conmigo dijo


Mi'Kel con una sonrisa, sus ojos plateados se iluminaron. Gavin
echó a reír.

¿Yo, ahí? bromeó. Mi'Kel rio y asintió.

Sip. ¡Así que desvístete, y ven aquí! Mi'Kel demandó.


Gavin se rio entre dientes, poniéndose de pie, quitándose
la camiseta, y desabrochándose el pantalón. No podía dejar de
acicalarse un poco ante la obvia apreciación y la cara llena de
lujuria de Mi'Kel.
«Sí, todavía lo tengo». Una vez desnudo, se puso de pie
alto y orgulloso, flexionando los músculos del brazo.

¿Qué te parece? preguntó, volviéndose para que


Mi'Kel pudiera ver su culo flexionarse. Se sentía ridículo, pero el
sonido de las risas de Mi'Kel era digno de cualquier vergüenza
que pudiera sentir.

Bueno, creo que tendré que conformarme contigo


respondió Mi'Kel. Gavin se dio la vuelta, sorprendido, muy
sorprendido ante la respuesta inusual de Mi'Kel antes de ver la
sonrisa burlona en el rostro de su pequeño amante.

¿Por qué tú pequeña…? Gavin prácticamente saltó a


la bañera, gruñendo juguetonamente mientras Mi'Kel gritaba de
alegría.
Cogió a su amante retorciéndose, tirando del hombre más
pequeño en sus brazos y acomodando a Mi'Kel en su regazo. Le
mordisqueó el cuello a Mi'Kel, y las risitas de Mi'Kel se
convirtieron en un jadeo. La polla de Gavin se endureció ante el
sonido seductor y gruñó de nuevo, esta vez de placer cuando
Mi'Kel empujó su perfecto culito contra su dura polla.

Miki, esto no es lo que yo… empezó, pero perdió su


voz cuando Mi'Kel rápidamente se puso de pie y dio la vuelta
para estar de pie sobre él. El agua corriendo por su resbaladizo
cuerpo, lo hacía ver como una ninfa emergiendo del salvaje
océano para seducir a un veleidoso marinero.

Shhh Mi'Kel susurró, mientras bajaba de vuelta al


regazo de Gavin, se inclinó hacia adelante para aplastar sus
labios juntos en un beso abrasador mientras frotaban sus pollas
una con otra. Gavin gimió mientras jalaba a Mi'Kel más cerca,
su piel húmeda hacía que el movimiento y deslizamiento de las
pollas fuera más fácil.
Envolvió una mano en el cabello de Mi'Kel, la otra Gavin
la dejó ir hacia abajo para agarrar una de las nalgas del culo de
su pequeño amante, los dedos sondearon el caliente agujero
fruncido, escondido entre los dos firmes montículos de carne.
Mi'Kel arrancó su boca de la de Gavin, jadeando en busca de
aire mientras gemía, oscilando entre los dedos que lo tanteaban
y la columna caliente de carne en frente de él.

Te deseo gimió él, la cabeza echada hacia atrás, la


manzana de Adán meciéndose mientras tragaba con
dificultad. ¡Por favor, Gav! Sus pequeños dedos se clavaron
en los hombros de Gavin, y Gavin sabía que iba a tener
pequeños moretones cuando todo estuviera dicho y hecho.
«Y llevaré sus marcas con orgullo».
Alargando la mano hasta el estante al lado de la bañera,
Gavin agarró la pequeña botella de gel de baño que había
recibido como regalo hace un mes y roció un poco de jabón en
sus dedos. Dejando caer la botella, empujó a Mi'Kel hacia arriba
fuera del agua lo suficiente para llegar a su trasero, y presionó
sus dedos en su interior. Se quedó sin aliento cuando el agujero
de Mi'Kel parecía chupar sus dedos hacia su interior, y en tan
sólo unos pocos segundos Gavin tenía dos dedos trabajando
dentro y fuera.
Mi'Kel soltó un grito cuando Gavin tocó su glándula y
maulló suavemente mientras cabalgaba los dedos en su interior.
Gavin deslizó un tercer dedo dentro de él, y Mi'Kel siseó ante la
nueva intrusión.

Oh, por favor, Gavin. ¡Ahora, necesito que seas tú!


Los ojos de Mi'Kel se iluminaron con un brillante fuego
interior, volviendo sus ojos como la plata fundida.
Gavin no necesitó que se lo pidiera dos veces. Sacó sus
dedos, haciendo caso omiso del gemido de consternación de
Mi'Kel, envolvió sus grandes manos alrededor de la pequeña
cintura de su amante y colocó a Mi'Kel sobre él hasta que su
agujero rozó la punta de la polla de Gavin.
Gavin se estremeció ante el calor abrasador que rozaba
contra su sensible glande. Mi'Kel se empujó hacia abajo, y Gavin
se empujó hacia arriba, y ambos gritaron cuando Mi'Kel fue
llenado hasta rebosar y Gavin se encontró rodeado de un
acogedor y cálido cielo.
Gavin estableció un rápido ritmo, empujándose dentro de
Mi'Kel fuerte y rápido. Se preocupó por un momento que
pudiera estar haciéndole daño al hombre más pequeño, pero
Mi'Kel se encontraba con cada poderoso golpe empujándose con
fuerza hacia abajo. Aceptando todo lo que Gavin le daba y
clamaba por más.
«Absolutamente perfecto». Los ojos de Gavin se llenaron
de asombro al ver al hombre más pequeño moverse.
Sus gritos de placer llenaron la habitación, el agua se
derramó sobre el borde de la bañera, y Gavin se vino dentro del
apretado culo de su amante con un gemido mientras que al
mismo tiempo Mi'Kel se deslizaba por el borde con un agudo
grito.
Mi'Kel se derrumbó hacia abajo sobre el pecho de Gavin,
jadeando en busca de aire. Gavin tenía lo justo para envolver
sus brazos alrededor de él antes de inclinarse contra la parte
posterior de la bañera, de pronto agotado.
Había sido un día largo, con los federales, la noticia del
bebé, el viaje al pueblo, y ahora teniendo sexo dos veces en un
día. Gavin frunció el ceño cuando un repentino pensamiento le
golpeó. «Maldita sea, ¿en realidad ha pasado sólo un día desde
que Mi'Kel se estrelló al aterrizar aquí?». Gavin sentía como si
hubiera conseguido llenar toda una vida en tan sólo un día, y no
podía dejar de estar nervioso al pensar en qué exactamente el
día de mañana traería.
Un ladrido fuerte desde el lado de la bañera hizo a los dos
hombres saltar.

Uh, Gavin. Puede ser que tengamos un problema dijo


en voz baja Mi'Kel contra los músculos del pecho de Gavin
donde había enterrado su cara. Gavin miró hacia abajo justo a
tiempo para encontrarse con la mirada de Mi'Kel, con los ojos
brillantes de diversión.

Digamos que Bo, escogió un mal momento para entrar


en el cuarto de baño, y él no es un perro feliz en este momento...
Confundido, Gavin se incorporó lo suficiente para mirar
por encima del borde de la bañera. Bo estaba sentado justo
delante de ellos, empapado, un gran charco de agua lo rodeaba.
Gavin se sentía sumamente contento de que no pudiera oír lo
que pensaba el chucho mientras la tonta bestia lo fulminaba con
la mirada. Así las cosas, sabía que los quejidos provenientes del
viejo perro no eran sonidos felices.
Los hombros de Mi'Kel temblaban por la risa silenciosa, y
Gavin no pudo evitar reírse a carcajadas.

Bueno, tal vez esto le enseñará a no meterse en la


habitación cuando no debería.
Té sho Linko, ¿has visto mi bolso?
Gavin se volvió a ver a su hermoso amante, los largos
rizos recogidos en una coleta en la parte superior de su cabeza,
sus ojos plateados brillaban de alegría, su vientre embarazado
empezando a mostrarse bajo el lindo vestido de lunares rosa y
blanco que llevaba.
Dos meses habían pasado desde que Mi'Kel se había
estrellado en su pequeña granja, y Gavin se sentía más y más
enamorado de él conforme pasaban los días. Justo la noche
anterior, Gavin había sentido a su bebé patear por primera vez,
y se había sentido tan conmovido, que Gavin pasó el resto de la
noche mostrándole a su príncipe extraterrestre lo mucho que lo
amaba.
Gavin sonrió y dejó las partes del tractor que había estado
limpiando sobre la mesa de la cocina. Limpiándose sus sucias
manos en un trapo casi igual de sucio, tiró el trapo a un lado y le
indicó a Mi'Kel que se acercara.

Tu bolso estaba sobre la mesa de café en la sala de estar


la última que lo vi. Empujó a Mi'Kel hacia la abertura entre
sus piernas, inclinándose hacia delante para colocar un pequeño
beso en el vientre que albergaba a su hijo. ¿Para qué lo
necesitas?

Mi'Kel sonrió. Tenemos que ir al pueblo y comprar


algunas cosas en la tienda de comestibles. Leche, queso, pan...
Hizo una pausa y su sonrisa pícara retornó. Chocolate.
Gavin se echó a reír. ¿Te lo acabaste ya? Apenas la
semana pasada había comprado casi tres kilos de chocolate
negro, para deleite de su bebé. Al igual que la mayoría de las
mujeres embarazadas, Mi'Kel había desarrollado una afición
extrema por el placer agridulce.
Excepto que Mi'Kel no era una mujer sino un
extraterrestre del espacio exterior.
Y a Gavin le gustaba de esa manera.

¡El chocolate es tan rico! No puedo evitarlo... Mi'Kel


se mordió el labio inferior, sus ojos llenos de lágrimas. Lo
siento.
Gavin en silencio gimió. «Condenadas hormonas de
embarazo». Él sonrió y tiró de su pequeño amante más cerca,
tratando de no tocar con sus sucias manos el bonito vestido de
Mi'Kel.

Bebé, no me importa si te gusta el chocolate. Si deseas


cien kilos de esa cosa, pues te los compraría en cada tienda del
pueblo sólo para hacerte feliz. Puedes tener todo el chocolate
que quieras prometió Gavin.

Mi'Kel le dio una pequeña sonrisa, acuosa. ¿De


veras? preguntó.

Gavin asintió. De veras, de veritas.


Al instante Mi'Kel brilló, las lágrimas comenzaron a
desvanecerse. Gavin tenía la sensación de que se había anotado
una. ¡Bien! Porque quiero muchos más. Y tal vez algunos
pretzels cubiertos de chocolate… Mi'Kel suspiró de repente, la
sonrisa desvaneciéndose en la dicha. Gavin se mostró
ligeramente perturbado cuando se dio cuenta de que el rostro de
su pequeño compañero parecía tener la misma expresión que
Mi'Kel ponía cuando hacían el amor. Sí, ¿chocolate y sal
juntos? ¡Yumi! Se lamió los labios y frotó con las manos su
estómago distendido. Gavin no pudo evitar reírse de la curiosa
imagen que el hombre más pequeño mostraba.

Voy a llamar a Mark y ver si puede venir con nosotros


dijo. Mi'Kel rodó los ojos y murmuró algo para sí mismo,
volviéndose para abrir la nevera y hurgar en su frío interior.
Gavin no le hizo caso y sacó su teléfono celular. Se negaba
a llevar a su amante extraterrestre al pueblo sin alguien que
cuidara de sus espaldas, sobre todo ahora que el vientre de
Mi'Kel era evidente. Lo último que quería era que algún pendejo
intentara hacer un movimiento sobre su amante y meterse en
una pelea sin alguien que se encargara de cuidar a Mi'Kel;
Mi'Kel podía ser hermoso como hombre, pero cuando se vestía
de mujer, se veía absolutamente impresionante. Bueno, tal vez
no tan impresionante como cuando estaba desnudo y
retorciéndose sobre la polla de Gavin, pero era cercano a un
segundo puesto en su opinión.
Pero lo más importante, quería tener a alguien
respaldándolo porque los federales seguían husmeando por el
pueblo. Mi'Kel parecía estar en más peligro del que a Gavin le
gustaría.
Gavin se negaba a permitir que Mi'Kel pusiera a su bebé o
a sí mismo en peligro. No cuando tal cosa podría evitarse.
Podía oír el timbre del teléfono al otro extremo y casi se
da por vencido, listo para colgar y tratar de volver a llamar de
nuevo.

¿Hola? La profunda voz de Mark sonaba cansada.

Hey, hombre, soy yo. ¿Estás bien? Gavin preguntó


con el ceño fruncido por la preocupación. Mi'Kel debió de haber
notado el cambio en su voz y de inmediato cerró la nevera y se
acercó a su lado, cayendo en su regazo para un abrazo,
sosteniendo un pepinillo en su mano. Gavin sonrió, besando a
su pequeño amante en la sien y pasando un brazo alrededor de
su cintura, antes de volver su atención hacia el teléfono.

Sí, estoy cansado, hombre. Pasé la mayor parte de la


noche cazando esa pieza que tu chico necesita para su nave.
Finalmente encontré esa estúpida cosa como a las tres y media
de la mañana. Luego tuve que estar despierto a las seis para
comenzar a preparar los campos para el invierno. Mark se
aclaró su áspera voz debido al sueño. ¿Qué pasa?

Quería ver si podías hacer un viaje al pueblo a la tienda


de comestibles conmigo y Mi'Kel. El chocolate prácticamente se
esfumó, hombre, y se muerde las uñas por más. Pudo oír a
Mark riendo en el otro extremo de la línea. Él le sonrió a Mi'Kel,
quien miró el teléfono y la risa que se oía saliendo de éste. El
dulce antojo de Mi'Kel iba a convertirse en leyenda en su hogar.
Mi'Kel mordió un gran bocado de su pepinillo, alejándose de la
risa que venía a través del teléfono, con la nariz en alto.
Bo entró en la habitación, probablemente atraído por el
olor de la comida. Mi'Kel le sonrió feliz al chucho tonto y le dio
un pedazo de su pepinillo. El perro se comió el pedazo como si
el sabor ácido y salado fuera lo mejor del mundo, y hasta le
ladró a Mi'Kel, suplicándole con la mirada por más. Mi'Kel rio
inclinándose y con la mano libre le rascó detrás de las orejas a
Bo, dándole amor al bobo grande.
Gavin rodó los ojos. «Al menos ya no le tiene miedo a
Bo».
Vio cómo Mi'Kel le dio otro mordisco a su pepinillo y
luego partió un pedazo más para alimentar al perro. «Ese
estúpido chucho seguramente lo quiere más a él que a
mí. Mi'Kel echa a perder a esa bestia como un loco».

Sí, tomaré una ducha muy rápida, e iré a tu casa.


Podemos hacer las compras para tu chico, y luego voy a dejar
que tú y Mi'Kel me inviten a almorzar en agradecimiento por
encontrar esa pieza que necesitaba y conseguir la fábrica en
Alemania que enviará la pieza de cuatrocientos dólares durante
la noche. La voz de Mark sonaba cálida, y Gavin sabía que a
su amigo realmente no le importaba quedarse despierto toda la
noche. Mi'Kel parecía tener ese efecto en la gente.

Suena bien, hombre… Sintió un golpecito en el


hombro y levantó la vista para ver de pie a Mi'Kel sobre él.

Tenemos que parar en la tienda por departamentos


también. Quiero mirar ropa de bebé y cunas susurró Mi'Kel.
Gavin asintió con la cabeza con indulgencia. Ninguno de
los dos sabía si aún estarían aquí o no para cuando el bebé
naciera. Mi'Kel todavía tenía que regresar a su planeta y darle a
su pueblo toda la información que Gavin le había estado
enseñando acerca de la agricultura, los cultivos y la forma de
cultivar plantas en condiciones de pobreza. Finalmente, tendría
que enfrentarse al reto de viajar a Zinoa, pero Gavin esperaba
que todavía tuvieran tiempo. Un año más no haría mucha
diferencia a su pequeña familia, y para entonces el bebé sería lo
suficientemente fuerte como para hacer viajes espaciales.
Ya sea o no que se quedaran en Zinoa para cuando
llegaran allí, era una decisión que no habían tomado aún, pero
Gavin pensó que cruzarían ese puente cuando tuvieran que
hacerlo.

Mi'Kel también dice que tiene que parar en la tienda


por departamentos y mirar las cosas del bebé dijo Gavin. A él
realmente no le importaba. Disfrutaba preparando el cuarto del
bebé con Mi'Kel.

Genial, hombre. Quiero recoger algunas cosas para mi


ahijado de todos modos. ¿Cómo está el pequeño
Nicholas? preguntó Mark.
Gavin sonrió al escuchar el nombre. Él y Mi'Kel habían
estado dando vueltas y vueltas acerca del nombre del bebé.
Gavin quería que el bebé se llamara Nicholas, o Nicky, y Mi'Kel
quería llamar Da'Von al bebé. Bueno, Mi'Kel no había querido
darle un nombre al bebé en absoluto, teniendo en cuenta que los
hombres Zinoan tenían dificultades para mantener a un niño a
término. Pero Gavin estaba decidido a disfrutar del embarazo y
no centrarse en lo que podría o no pasar.
Afortunadamente, Mi'Kel había seguido su ejemplo.

El pequeño Nicholas está muy bien. Gavin se rio a


carcajadas cuando Mi'Kel le dio un duro golpe en el hombro y
frunció el ceño al escuchar el nombre. Lo sentí patear
anoche. Fue la cosa más loca, Mark. Mi hijo va a ser hermoso
como su padre, y fuerte como su padre.

Hermoso y letal, será un infierno de combinación.


Mark se rio entre dientes. ¿Creo que tenemos a un pequeño
Marine en nuestras manos? preguntó.

Sólo si él quiere serlo. No me importa si mi hijo quiere


ser una bailarina. Mientras sea feliz, estoy bien con cualquier
cosa. Gavin se sonrojó cuando Mi'Kel lo miró con su corazón
en los ojos. A Gavin le encantaría que su hijo siguiera sus pasos,
pero siempre y cuando su hijo resultara feliz y saludable, Gavin
estaría contento.

De todos modos, hombre, es mejor que me vaya. Te


llamaré cuando esté de camino, ¿de acuerdo?

Suena bien, Mark. Te veré cuando llegues aquí dijo


Gavin. Colgó, y se volvió hacia su amante. Mark dice que
estará aquí en unos veinte minutos.
Mi'Kel le dirigió una sonrisa maliciosa, y Gavin sintió que
su polla se endurecía. No sabía si el embarazo había vuelto a
Mi'Kel tan juguetón o si la constante calentura era sólo una
faceta de la personalidad del hombre más pequeño. Su amante
estaba constantemente cachondo, y a Gavin le encantaba aliviar
su necesidad.

Mmm. ¿Qué podemos hacer para mantenernos


ocupados mientras llega aquí? preguntó, agitando sus
pestañas obscenamente.
Gavin se puso de pie y atrajo a su amante a sus brazos,
dejando que Mi'Kel sintiera cuán duro estaba. No se molestó en
tener las manos sucias lejos de ese bonito vestido tampoco. Un
pequeño sacrificio que él sabía a ciencia cierta que Mi'Kel
estaría dispuesto a hacer. Pero sólo para estar seguro...

Sabes que vas a tener que cambiar tu vestido ahora,


¿no? Debido a que en unos dos segundos va a ser arrancado en
pedazos y tirado al suelo.
Mi'Kel se frotó contra la parte delantera de Gavin,
haciéndole sentir que él estaba tan necesitado como Gavin.
—Está bien. Estoy convencido de que los lunares no son
lo mio de todos modos respondió mientras enterraba los
dedos en el cabello de Gavin y atraía al hombre hasta su sonrisa
burlona, pintalabios con sabor a cereza cubría su boca.
Mi'Kel dejó que los dedos de su mano libre hojearan a
través de los bastidores de ropa de bebé, mientras saboreaba la
barra de chocolate que tenía en la otra mano. Sus ojos se
dirigieron inmediatamente hacia las azules y verdes suaves
pijamitas de bebé, también conocidos como "mamelucos".
Vacilando un poco, al tratar de elegir un color sobre el otro.
Finalmente, se encogió de hombros y cogió tres paquetes de
cada color, arrojándolos en el carro ya desbordándose.
«A Gavin no le va a importar lo que puse en el carro de
todos modos. Él quiere que nuestro bebé tenga todo lo que
pueda soñar».
Mi'Kel le echó un vistazo a la sección de ropa de bebé de
la tienda.
«¿Adónde se habrán ido Gavin y Mark ahora?»
Mi'Kel había enviado a los dos Marines para que cargaran
las cajas grandes que albergaban la nueva cuna del bebé y la
mesa de cambio en la camioneta. Eso había sido hacía más de
veinte minutos. Mi'Kel negó con la cabeza. Más de la mitad de
las cosas que estaban en el carro, Mark y Gavin las habían tirado
dentro, desde un calentador de biberones, hasta una bañera que
mide la temperatura, Gavin no quería escatimar en gastos,
mientras que equipara a su hijo con los mejores y de más alta
calidad productos para bebé que el dinero pudiera comprar.
Mi'Kel rio. Los dos hombres habían corrido por toda la
tienda como dos niños en una tienda de juguetes. Había sido
idea de Mark venir al nuevo Babies "R" Us10 ubicado en las
afueras del pueblo en un nuevo centro comercial. Mi'Kel había
entrado en el paraíso de los bebés, y aunque sus pies le estaban
empezando a doler de tanto caminar, no podía dejar de caminar
por todos los pasillos.

Tu padre y yo te vamos a echar a perder, un poquitico.


Se rio en voz baja, frotándose con la mano su vientre
hinchado, sintiendo a su hijo patear en respuesta. Su hijo se
estaba volviendo más y más activo, y Mi'Kel se sentía más y más
enamorado de él todos los días.
Mi'Kel sabía en su corazón que estaría devastado si
perdiera al bebé ahora.
Sacudiendo lejos esos deprimentes pensamientos, Mi'Kel
se dirigió hacia las bolsas utilizadas para llevar todas estas
cosas. Pañaleras, la dependienta poco útil le había dicho,
cuando Mi'Kel y Gavin habían cogido algo que se llama registro
de bebé. Supuestamente, los registros de bebé se utilizaban para
que otros pudieran comprar regalos para las parejas que pronto
se iban a convertir en padres de lo que realmente necesitaban.
No es que esas cosas realmente le importaran a Gavin y a él. La
única otra persona en la Tierra que conocía la verdad y que
compraría regalos para ellos sería Mark. No era como que la
familia de Mi'Kel les fuera a regalar algo de todos modos, a
pesar de que la tradición Zinoa exigía que los familiares de los
futuros padres hicieran precisamente eso.
Supuso, en cierto modo, que la Tierra y su planeta de
origen no eran tan diferentes.
Mi'Kel sonrió mientras caminaba, disfrutando del roce de
su vestido largo, rojo y amarillo "Bahamas", alrededor de los

10
Es una tienda por departamentos, con locales comerciales por todos los Estados Unidos,
especializada en productos para bebé y mujeres embarazadas. Se deja el nombre como en el original
por ser nombre propio.
tobillos y el ligero recordatorio de su alma gemela todavía
punzando en su parte trasera.
Después de que Gavin hubiera rasgado su vestido de
lunares, Mi'Kel se había decidido por uno más largo, por si
acaso se quedaban fuera hasta tarde haciendo las compras y el
clima se volvía más frío. La ligera tela de su vestido hasta los
tobillos permitía que la brisa de principios de otoño fluyera, lo
cual era bueno ya que los sofocos provocados por su embarazo
lo estaban matando. Con su cabello recogido y el luminoso
maquillaje en su rostro, nadie en la tienda había puesto en duda
que incluso él no pertenecía allí. Todos veían, no todos ellos
querían ver, que era una bonita y joven madre.
Nunca podrían haberse imaginado que en realidad era un
príncipe extraterrestre disfrazado cuya nave espacial se había
estrellado.
«Si mi familia me viera ahora», pensó con una risita.
Estarían sorprendidos, y su hermano No'Lan tendría un ataque.
Después de que atacara a Gavin por vestirlo de esta manera. «Y
no sólo estupefacto cuando se enteraran de que me gusta vestir
así».
El bebé pateó en el estómago cuando Mi'Kel se rio ante la
idea. Comiendo el último pedazo de su barra de chocolate,
Mi'Kel arrugó el envoltorio y lo empujó en la bolsita de basura
en su bolso, volviendo su atención a las pañaleras.
Casi de inmediato, vio la que él quería.
Azul oscura, la bolsa tenía correas móviles, por lo que
podría llevarla al hombro o como mochila. El paquete era lo
suficientemente grande para que cupiera todo lo que el bebé
pudiera necesitar, pero no demasiado grande como para que la
bolsa se convirtiera en un estorbo para Mi'Kel.
Aunque el tamaño y la funcionalidad no era lo que le
había llamado primero su atención. Lo que atrajo a Mi'Kel a la
bolsa eran las pequeñas naves espaciales por toda la parte
frontal. La visión de esas navecitas lo hizo sonreír por su oculto
significado, pero también le gustaba cómo el colorido diseño le
servía como recordatorio de la misión que aún tenía que llevar a
cabo.
La bolsa era perfecta.
Alargando la mano hacia arriba, Mi'Kel trató de jalar la
bolsa fuera del alto estante, maldiciendo en su lengua natal
cuando no la pudo alcanzar. De pie de puntillas, lo intentó de
nuevo, su pequeña lengua rosada sobresaliendo de la comisura
de su boca mientras se esforzaba por alcanzar la bolsa.
No sirvió de nada. El estúpido estante había sido fijado
demasiado alto.
«¿Dónde está mi alto compañero cuando lo necesito?»

Déjame cogerlo para ti dijo una suave voz cuando de


repente un brazo rodeó a Mi'Kel desde atrás, alcanzándola
fácilmente y jalando la bolsa de su estante. Al darse la vuelta
rápidamente, Mi'Kel miró con los ojos muy abiertos al hombre
que tenía delante.
El hombre no era necesariamente alto, pero lo
sobrepasaba al menos en doce centímetros y pesaba cerca de
treinta libras más que Mi'Kel. Su piel color caramelo
compensaba perfectamente con su camisa de color blanco
brillante que combinaba con un traje negro y corbata. Sus gafas
oscuras ocultaban los ojos a la vista, y Mi'Kel no podía dejar de
preguntarse por qué el hombre los usaba en interiores. El
hombre le sonrió, una jugada aparentemente inofensiva, pero
Mi'Kel no pudo evitar dar un paso atrás. Por reflejo, él puso una
mano protectora sobre su estómago, haciendo una mueca
interiormente cuando el movimiento atrajo el foco del otro
hombre a su embarazado vientre.
El desconocido parecía "ido", y Mi'Kel de repente sintió
que debía empezar a correr para buscar la protección de Gavin o
Mark.
Con una mano temblorosa, Mi'Kel la extendió para tomar
la bolsa.

G… Gracias murmuró, tomando la bolsa y


colocándola cuidadosamente en el carro.

De nada respondió el hombre. Se quitó las gafas de


sol y Mi'Kel finalmente llegó a ver la calma y el cálculo en sus
ojos marrones.

»No te había visto por aquí antes dijo el hombre con


una sonrisa como la de un tiburón. Soy Renaldo
Hernández. El hombre le tendió la mano, esperando
obviamente que Mi'Kel la estrechara. Las advertencias de Gavin
acerca de su historia de encubierta vinieron a su mente, y Mi'Kel
sabía que no debía darle nada a este hombre. Todo en él gritaba
depredador, desde sus gafas de sol con espejos, hasta sus
brillantes zapatos. Así que Mi'Kel decidió mantenerse lo más
tranquilo posible. Por lo que este hombre sabía, él se había
trasladado de Rusia y recientemente había llegado a Estados
Unidos.
Extendiendo la mano, Mi'Kel le dio a la mano del otro
hombre un rápido jalón arriba y abajo antes de dejarla caer
como si el apéndice de repente hubiera explotado en llamas.

Hola, soy Miki dijo en voz baja, vacilante, como si


luchara con las palabras. Metiendo un mechón de su cabello que
escapó detrás de la oreja, Mi'Kel miró hacia abajo y lejos. Él
quería que el hombre pensara que estaba siendo tímido, tal vez
entonces el desconocido bajara la guardia, y Mi'Kel podría
averiguar qué quería.
Reynaldo sonrió con indulgencia. Me pareció
reconocerte. Tú eres la nueva esposa de Gavin Howard,
¿no? ¿La esposa pedida por correo?
Mi'Kel luchó por mantener el ceño fruncido en su
rostro. «¿Por qué toda esta falta de tacto?» Respiró
profundamente, conteniéndose antes de darle a este hombre
grosero un rodillazo en la entrepierna.
En su lugar, se obligó a sonreír y mostrarse confuso.

Yo… yo lo siento respondió él, arrugando la frente.


Mi in… glés, no es, uh, muy bueno.

¿Eres de Rusia? El hombre grosero preguntó.

Mi'Kel sonrió. Sí, sí, ¡Rusia!


El grosero Reynaldo de pronto le preguntó algo a Mi'Kel
en un idioma que creyó reconocer como ruso. Gracias a Dios por
el DTU de Mi'Kel. Rápidamente tradujo las palabras rusas.

¿Vives en Moscú? Reynaldo le había preguntado.


Mi'Kel le respondió en perfecto ruso, luchando contra el
impulso de sonreír. No. Crecí cerca de Kiev. Sonrió cuando
vio que el hombre parecía sorprendido por su rápida respuesta.

Debe ser difícil, al estar tan lejos de casa... Reynaldo


contestó en ruso de nuevo. Mi'Kel luchó contra el impulso de
tirarle algo a ese bastardo presumido. Algo estaba mal.
Reynaldo Hernández parecía un poco demasiado seguro de sí
mismo.
Mi'Kel le dio al hombre una sonrisa evidentemente
falsa. Por el contrario, mi esposo me hace muy feliz.

Así que, ¿de cuánto está?


Tengo cinco meses de embarazo. Mi'Kel estuvo
seguro de ajustar los números para acortar la diferencia entre
los embarazos Zinoan y los humanos.

Tu marido debe estar muy enojado por tener que


cargar con el hijo de otro. El pendejo sonrió
sarcásticamente. Mi'Kel quería golpearlo. Dado que los dos
sólo han estado juntos durante poco más de dos meses. ¿Le
dijiste que el bebé era suyo? ¿Y él te creyó?

Mi'Kel lo fulminó con la mirada. Lo que pasa entre mi


marido y yo no es de tu incumbencia. Mi bebé es deseado. Eso
es lo único que nos importa.

Eso es bueno dijo Reynaldo. Mi'Kel se sorprendió


por el repentino cambio al inglés hasta que escuchó pasos
acercándose rápidamente.
Se volvió y vio a un muy enojado Gavin y a un Mark
igualmente enojado corriendo hacia ellos. Gavin jaló a Mi'Kel
inmediatamente a su costado cuando se acercó lo suficiente, y
Mark se colocó estratégicamente entre el agente y Mi'Kel.

Agente Hernández gruñó Gavin con los dientes


apretados. ¿A qué debemos el placer?
El agente Hernández parecía estar estudiando a Mi'Kel
como si le considerara una especie nueva e interesante. Mi'Kel
lo miró a los ojos con valentía, negándose a dejarse intimidar,
mirando un poco al hombre desde los protectores brazos de
Gavin. Había sabido que algo no se sentía bien respecto al
grosero extraño.

Hola de nuevo, Mayor Howard. Acabo de presentarme


a su nueva y encantadora esposa respondió el agente
Hernández suavemente, como si no hubiera acosado a Mi'Kel
con preguntas personales. La forma en que dijo esposa hizo que
los vellos de la parte posterior del cuello de Mi'Kel se pusieran
de punta. El hombre lo había hecho sonar como si estuviera
llamando a Mi'Kel "puta" en su lugar. Cada vez que tengo la
oportunidad de encontrarme con ella, se la lleva a rastras antes
de que siquiera pueda decirle hola.
Mark lo miró y cruzó los brazos sobre el pecho, el
movimiento hizo que los poderosos músculos en sus brazos se
agrandaran. Bueno, ahora que ya la has conocido, esfúmate
para que podamos seguir con nuestro viaje de compras en paz.
Los labios de Mark se fruncieron como si se estuviera
burlando. La culpa es tuya por molestar a una mujer
embarazada.

Bueno, mis disculpas, señorita Miki respondió el


agente Hernández, inclinándose ligeramente. Nunca quise
molestarla. Su voz no sonó para nada como si lo lamentara.
De hecho, parecía muy satisfecho de sí mismo.
Asintiendo con la cabeza una vez más hacia Gavin, el
agente federal se volvió rápidamente sobre sus talones y se
alejó. Gavin se volvió inmediatamente hacia Mi'Kel,
preocupación llenaban sus profundos ojos castaños.

¿Estás bien, bebé? ¿No te asustó, o lo hizo? Gavin le


preguntó. Pasó la mano por el vientre distendido de Mi'Kel,
haciendo a Mi'Kel derretirse.

Mi'Kel colocó una mano en el pecho Gavin. Estamos


bien, té sho Linko. No fue más que muy grosero.

Gavin asintió. Bueno, te enfrentaste tú solo a él, bebé.


Estoy orgulloso. Él sonrió y sus ojos finalmente vieron hacia
el carro casi desbordándose al lado de Mi'Kel. Maldita sea,
bebé, ¿cogiste una de cada cosa en esta tienda?

Mi'Kel se sonrojó. Puede que me haya sobrepasado un


poco. Se mordió el labio inferior. Y podría haber otro carro
esperándonos en la caja.
Gavin echó la cabeza hacia atrás y se rio. Bueno,
entonces, será mejor que nos vayamos. Gavin le guiñó un ojo
por encima a Mark. La camioneta irá tan llena, que vamos a
tener que fijarte en el techo. Mark le lanzó un golpecito en la
cabeza, y los tres se echaron a reír, en dirección hacia la parte
delantera de la tienda, Gavin empujando el pesado carro.
Mi'Kel sabía que los dos hombres estaban montando un
espectáculo para él, para tratar de calmar sus nervios después
del extraño encuentro. Aunque apreciaba su intención, Mi'Kel
no podía olvidar lo que había sucedido.
Echando un vistazo detrás de él, pensó que podía sentir
ojos invisibles que los observaban.
Algo le decía que no sería la última vez que verían al
agente Reynaldo Hernández.
Gavin vagaba por la casa, apagando las luces y
cerciorándose que todo estuviera cerrado y asegurado. Al entrar
en la cocina, la comprobó para asegurarse de que Bo tuviera
suficiente comida y agua para la noche. El viejo chucho
patrullaba la casa mientras dormían, y Gavin quería asegurarse
de que él estuviera cómodo. Arriba, podía oír a Mi'Kel vagando
por su dormitorio, sin duda, organizando las compras que
habían hecho más temprano ese día.
Gavin sonrió al pensar en lo emocionado que había
estado su amante mientras vagaba por Babies "R" Us.
Definitivamente le debía una cerveza a Mark por la sugerencia.
Mi'Kel había podido disfrutarlo a gusto, y ver el resplandor de
su dulce bebé mientras compraba para su hijo había valido la
pena sumergirse en sus ahorros para pagar la enorme cantidad
de cosas para bebé que su hijo iba a necesitar.
Gavin nunca antes se habría imaginado que estaría
comprando cosas para su propio hijo. Siendo un hombre gay,
nunca esperó tener hijos, bueno, al menos biológicos. Claro, que
siempre había esperado, en el fondo de su corazón, de que algún
día iba a establecerse con una pareja y tal vez adoptar unos
cuantos niños. Pero la única posibilidad que tenía Gavin de
lograrlo sería mudándose a algún lugar más "amigable con lo
gay", y él no estaba dispuesto a renunciar a la granja de su
familia por el momento.
Pero Mi'Kel había enviado toda esa idea lejos, pues no
sólo le iba a dar a Gavin un hijo, sino también le había dado a
Gavin todo el amor que siempre había deseado.
Cada vez que Gavin había mirado a Mi'kel durante el día,
había caído aún más profundamente enamorado del hombre.
Lo único que estropeó su excursión había sido la
confrontación con el agente Hernández. Gavin había querido
matar a ese hombre cuando entró de nuevo en la tienda y vio a
su pequeño y dulce extraterrestre mirando hacia arriba a aquél
embaucador. Quiso patear su culo por salir y dejar solo a Mi'Kel,
aunque hubiera sido por unos minutos. Mi'Kel nunca debió
haber tenido que enfrentarse con el mañoso agente federal, y
Gavin se culpaba de cualquier preocupación y estrés que su
pequeño compañero hubiera experimentado.
«Pero ¿cómo se supone que iba a saber que estaba en esa
tienda?», se preguntó. «¿Acaso nos venía siguiendo?»
El pensamiento hizo que su estómago se torciera, y se
encontró corriendo hacia las escaleras y su amante que esperaba
por él justo en el segundo piso.
«Algo hay que hacer en ese hombre. Y pronto».
Al entrar en el dormitorio, se sorprendió al ver la
habitación vacía. ¿Dónde había ido a su bebé?

¿Bebé? gritó. Oyó el inodoro en el cuarto de baño y


sonrió. Al igual que una mujer embarazada, la vejiga de Mi'Kel
se había reducido cuanto más grande se hacía su vientre.
Riendo ligeramente, se desnudó y se metió en la cama.
Después de la confrontación de antes, su pequeño y dulce alien
sin duda necesitaba un poco de mimos y cuidados. Las
hormonas de Mi'Kel por el embarazo lo habían afectado tanto a
él como a su cuerpo, y Gavin sabía que el hombre más pequeño
iba a necesitar algo de tiempo de uno-a-uno.
Aunque esto podría no ser el tiempo de uno-a-uno que
Gavin usualmente esperaba.
¿Gav? ¿Estás ahí? Mi'Kel gritó, desde el cuarto de
baño. Gavin podía oírlo divagar alrededor y no podía dejar de
preguntarse qué podría ser lo que le estaba llevando tanto
tiempo.

Sí, bebé, estoy en la cama esperando por ti gritó


Gavin en respuesta.

Está bien. Voy para allá.


Gavin se recostó en la almohada y esperó. Dejó que su
mente vagara sobre los planes que todavía eran necesarios hacer
para el bebé en camino, y sobre los campos que necesitaba
preparar para los próximos meses de invierno. Pensó en
cualquier cosa y en todo para que la erección que le había
provocado la voz de Mi'Kel volviera a bajar. Gavin sacudió la
cabeza. Hombre, era un total debilucho, sobre todo cuando el
simple sonido de la voz de su amante parecía ser suficiente para
ponerlo en marcha.

¿Gavin?
Moviéndose en dirección al sonido de la voz de su
amante, el cuerpo de Gavin de repente ardió hasta la ebullición,
y su erección en disminución se volvió de piedra.
Mi'Kel estaba en la puerta del cuarto de baño, sus largos
rizos caían libres alrededor de su cara y hombros, delineador
negro con bordes plateados en sus ojos llenos de burlona
picardía, y su sonrisa brillaba con luces color rubí cubriendo sus
labios.
Gavin casi se tragó la lengua cuando sus ojos cayeron en
el sedoso corsé negro que llevaba su amante, y los brillantes
zapatos de tacón negro que encerraba en sus cubiertos medio
pies. Sus medias recorrían todo el camino hasta la mitad del
muslo, haciendo que se vieran más largas que una milla, y Gavin
casi gimió de dolor por la excitación al ver a los extremos una
correa de liga asomándose desde debajo del corsé de Mi'Kel. El
espectáculo en sí hubiera sido suficiente para hacer caer de
rodillas a Gavin si hubiera estado de pie. Añadiendo a todo eso
que Mi'Kel estaba embarazado con su hijo, Gavin tuvo que
limpiarse la baba de la barbilla.

¡Santa mierda, bebé! Qué es lo que… ¡wow!


Simplemente… ¡wow! Gavin se vio tropezando con su lengua,
probablemente porque la cosa inútil colgaba de su boca
mientras él jadeaba como un perro en celo.
Nunca había imaginado que iba a sentirse tan atraído por
algo como esto. Pero era innegablemente sexy ver a Mi'Kel con
eso para que se le levantara. No porque estuviera vestido como
lo estaba, sino porque era Mi'Kel quien usaba el traje. Era algo
nuevo y emocionante, y en los últimos meses Gavin había
descubierto que le gustaba Mi'Kel en ambos sentidos, vestido
como hombre o como mujer.

¿Te gusta? Mi'Kel preguntó, ruborizándose


ligeramente mientras tocaba el borde de su vestido
transparente. Quería darte una sorpresa, aunque estaba
preocupado acerca de cómo se vería este traje con mi vientre,
pero Mark me aseguró que se vería bien, y que a ti te gustaría,
y…

Bebé, me dejaste sin aliento lo interrumpió Gavin,


parando la avergonzada divagación de Mi'Kel. Trae tu culo
sexy aquí para que yo pueda amarte. Quitó las sábanas de
encima, dejando que su dulce amante viera lo afectado que
estaba por la sorpresa.
Mi'Kel se sonrojó más brillante ante la franca evaluación
inicial de Gavin pero hizo lo que le pidió y se acercó a la cama,
sorprendentemente estable en los zapatos de tacón alto.

Sé que has estado preocupado toda la tarde desde lo


sucedido con ese hombre del FBI, y quería hacer que dejaras de
pensar en eso por un rato dijo Mi'Kel en voz baja, al llegar al
final de la cama y comenzar a arrastrarse hacia arriba a la parte
superior, sus ojos insinuantes mientras miraba a través de
Gavin. Se detuvo a mitad de camino en la cama, su boca
cerniéndose sobre la polla llorosa de Gavin.

»¿Esto es para mí? bromeó. Miró a Gavin desde


debajo de sus pestañas gruesas, y Gavin se vio de repente mudo
ante la visión erótica. Con todas las experiencias sexuales que
habían tenido, Mi'Kel nunca le había dado una mamada. No es
que Mi'Kel no hubiera querido, sino que sólo parecía que cada
vez que ambos conseguían estar de ánimo, la pasión salía
volando con ellos, y simplemente saltaban uno encima del otro,
pasando directamente al caliente y sudoroso sexo como monos.
Asintiendo con la cabeza ligeramente, se encontró
conteniendo el aliento cuando la cabeza de Mi'Kel se hundía, la
pequeña lengua rosada serpenteó para probar una gota del pre-
semen de Gavin mientras se deslizaba por la parte superior de
su polla. Mi'Kel cerró los ojos y gimió, y Gavin se encontró
haciéndole eco al sonido.
Al abrir los ojos, la cara de Mi'Kel enrojeció, y se pasó la
lengua por los labios rojos color rubí.

Tu sabor es tan rico susurró, antes de sumergir


inmediatamente la cabeza para chupar más de la mitad de la
polla de Gavin en su caliente y húmeda boca.

¡Hijo-de-puta! Gavin maldijo mientras sus ojos se


cruzaron cuando comenzó la fuerte succión. Para alguien que
nunca antes había chupado una polla, Mi'Kel hacía un trabajo
muy bueno.
Su cabeza cayó hacia atrás mientras jadeaba y gemía, con
los ojos medio cerrados mientras veía la cabeza rubia casi
blanca de su amante sobre su erección. Muy pronto pudo sentir
su orgasmo agitándose en la base de su espina dorsal, y si quería
que esta noche continuara tenía que parar ahora.
Gavin estiró la mano por debajo de la ansiosa boca de
Mi'Kel, agarrando y sosteniendo sus bolas y les dio un apretón
fuerte y doloroso. Jaló a su pequeño amante de su premio, para
gran decepción de Mi'Kel a juzgar por sus murmuraciones,
y lo atrajo a sus brazos. Mi'Kel lo miró y puso mala cara, sus
labios hinchados por sus actividades anteriores.

Gavin, me gustó eso se quejó, pasándose la lengua


por el labio inferior hinchado. Yo no quería parar.
Gavin sonrió mientras trataba de recuperar el
aliento. Me gustó demasiado, bebé, mucho, pero si queremos
que esta noche continúe teníamos que dejarlo antes de que
reventara.

Mi'Kel sonrió y levantó una ceja. ¿No puedes soportar


el voltaje, muchachote? bromeó.
Gavin se rio, inclinándose para depositar un beso
ardiente en los labios de su amante, uno que los dejó a ambos
jadeando y retorciéndose por la necesidad.
Gavin miró a su compañero, gimiendo bajo en su
garganta. Dulce infierno, bebé. Eres la tentación encarnada.
Mi'Kel se quedó perplejo, pero Gavin no le dio tiempo
para reflexionar. Se agachó y retiró rápidamente el sedoso corsé
de su delgado amante. Él sintió que su polla palpitó y bombeó
pre-semen cuando vio el cinturón negro de la enjoyada liga
sosteniendo arriba las medias de encaje de Mi'Kel. Se dio cuenta
de la falta de ropa interior, dejando la polla de su bebé
enmarcada por las brillantes joyas negras en la liga.

Hermoso gimió, acariciando con su mano esa


tentadora columna de carne, su boca descendió para devorar a
Mi'Kel con un beso, probando el amor en la boca de su amante.
La cabeza de Mi'Kel cayó hacia atrás mientras gemía y se
retorcía en el regazo de Gavin. Gavin pasó la otra mano sobre el
vientre distendido de Mi'Kel, dejando que se arrastrara hasta los
carnosos pezones, pellizcando y tirando de ellos hasta que se
veían rojos y doloridos. Mi'Kel maulló y se estremeció sin poder
hacer nada, frotando su culo sobre la polla de Gavin,
atormentando y tentando a ambos.

Acuéstate de lado, bebé murmuró Gavin, sus labios


apretados contra los de Mi'Kel. El alien inmediatamente se bajó
del regazo de Gavin, moviéndose alrededor mientras comenzaba
a desabrochar sus medias y quitarse sus zapatos de tacón alto.

»Espera dijo Gavin, deteniendo a Mi'Kel con una


mano en el hombro. Mi'Kel lo miró, un tácito cuestionamiento
en su rostro. Gavin se sonrojó, pero no contestó a su pregunta.
Nunca antes había pensado que fuera particularmente
pervertido, pero con sólo ver a su pequeño amante vestido con
ese traje parecía ser suficiente para hacer sentir a Gavin tan
necesitado como un hombre hambriento ante un buffet.
Vencido por el deseo, una clase de deseo que nunca había
sentido antes, Gavin sabía qué era lo que quería.

Déjatelos puestos pidió él. Mi'Kel parecía


sorprendido y miró a Gavin durante un largo rato. Gavin sintió
que se ruborizaba aún más, pero se encontró con los ojos de
Mi'Kel en ángulo recto, negándose a tener vergüenza de sus
deseos.
Finalmente, Mi'Kel asintió con la cabeza y se inclinó para
darle un beso rápido a Gavin, antes de moverse alrededor y
encontrar una posición cómoda de lado, alargando una mano
para jalar una pierna hacia el pecho, dejándose al descubierto y
a la espera.
Gavin casi gimió ante la deliciosa visión mientras se
movía hacia la espalda de Mi'Kel para acunarlo contra su pecho,
en cuchara, alargando su mano para ayudar a su amante
embarazado a mantener su pierna cubierta de encaje arriba.
Había elegido una posición con la que estaba seguro Mi'Kel se
sentiría cómodo, pero también le permitiría a su amante sentir
más placer.
Dejando que Mi'Kel sujetara su pierna un rato, dejó que
sus dedos se arrastran hasta el culo de su bebé, gimiendo en voz
alta cuando su dedo se hundió inmediatamente en la lubricada
entrada.

Maldita sea, Miki, ya estás listo para mí...


Mi'Kel lo miró por encima del hombro, sus ojos febriles
de necesidad. Quería hacer algo especial para ti respondió,
empujándose hacia atrás a los dedos de Gavin cuando uno se
convirtió en dos.
Gavin acarició con los dedos a su amante durante unos
minutos más antes de alejarse y alinear su polla. Gimió cuando
se empujó en el apretado calor sedoso de la entrada de su
amante, inclinándose para mordisquearle la oreja a Mi'Kel.

Soy muy afortunado de tener a un compañero cariñoso


y atento susurró, lamiendo la espiral de la oreja de Mi'Kel
cuando comenzó a moverse.
Mi'Kel gimió y se empujó hacia atrás contra sus duros
empujes. Nunca lo olvides jadeó, su cara enrojecida de
placer cuando Gavin inclinó la pierna más arriba, lo que le
permitió clavarse en el lugar especial de Mi'Kel.
La mente de Gavin luchó para disfrutar de la escena,
tratando de grabar la imagen delante de él para siempre en su
mente. La perfecta visión de su pequeño amante, media pierna
cubierta en alto en el aire, el tacón alto negro que brillaba en la
tenue luz de la habitación, era algo que no quería olvidar. Las
mejillas de su bebé enrojecidas y sus ojos vidriosos por la
necesidad, maullidos y gritos cayendo de su boca perfecta.
¡Gavin, por favor! Mi'Kel gritó. Gavin se sentía
impotente para detenerse mientras se mecía en su amante aún
más fuerte, soltó la pierna de Mi'Kel para alargar la mano y
bombear la polla de Mi'Kel, enviando a su bebé a un frenesí.

»¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! Mi'Kel gritó, tensando el cuerpo cuando


su polla explotó, pintando la colcha con su semen y cubriendo la
mano de Gavin con la prueba de su placer.
Gavin casi sollozó cuando los músculos que rodeaban su
polla palpitaron y se apretaron, empujándolo más cerca del
borde. Mi'Kel se agachó para llevar la mano de Gavin cubierta
con su semilla hacia su boca y lamió su propio semen de los
dedos pegajosos de Gavin, haciendo que Gavin explotara.
Gavin gritó mientras su polla explotaba, pulsando una y
otra vez, llenando a su compañero, hasta que Gavin se desplomó
y enterró su cara en el cuello de Mi'Kel, completamente
drenado.
Mi'Kel se dio la vuelta, poniendo su cabeza sobre el pecho
jadeante de Gavin, sin aliento él mismo.

Nunca me voy a deshacer de estas medias declaró.


Gavin soltó una jadeante risa, y levantó la cabeza lo suficiente
como para besar la frente de Mi'Kel.

Y los tacones dijo Gavin. Definitivamente se


quedan también.
Mi'Kel se rio y lo abrazó acurrucándose, sus ojos se
fueron cerrando a medida que su respiración se profundizaba.
Gavin sonrió con orgullo al ver a su amante agotado.
Se levantó y fue al baño para conseguir una toalla tibia,
limpiando a su compañero antes de desenganchar la correa de
la liga, para quitarla y desnudarlo. Pobre Mi'Kel, parecía estar
ya tan profundamente dormido, que ni siquiera se despertó.
Tirando la toalla hacia el cuarto de baño, Gavin se metió
en la cama de nuevo, alargando la mano para apagar la lámpara,
antes de jalar a su dulce amante en sus brazos. Mi'Kel sollozó
mientras dormía, acurrucándose en los brazos de Gavin.
Gavin sonrió mientras cerraba los ojos, relajándose y
conciliando el sueño.
Él acababa de empezar a ir a la deriva cuando un ruido
exterior lo hizo despertarse de golpe. Disminuyendo su
respiración, trató de calmar los latidos de su corazón, al
escuchar de nuevo el misterioso sonido que lo había despertado.
Después de unos momentos, cuando no parecía haber
nada más para ser escuchado, Gavin cerró los ojos y trató de
relajarse de nuevo.
Pero cuando Bo empezó a ladrar abajo, Gavin sabía que
algo no estaba bien. Sus instintos se activaron como locos.
Prendió la luz y cogió el teléfono, pulsando la marcación rápida.
El teléfono sonó tres veces, antes de que la llamada fuera
tomada, una voz soñolienta respondió.

Mark, algo no está bien. Mis sentidos están


gritándome. Necesito que vengas a buscar Mi'Kel y…
La ventana del dormitorio de repente estalló en mil
pedazos cuando una figura negra con sigilo militar voló en la
habitación. Mi'Kel se sobresaltó con un grito y Gavin saltó de la
cama, atacando inmediatamente al intruso.
En la planta baja, oyó sonidos de más estallidos. Los
ladridos de Bo fueron cortados repentinamente, y supo que ellos
estaban atrapados. Pero aun así, no podía permitirse rendirse
sin tratar de salvar a su amante.

¡Mi'Kel, corre! gritó, golpeando con el puño al


entrometido soldado en la gafas para ver de noche. Y el intruso
parecía ser, definitivamente, un soldado.
Detrás de él, oyó gritar a Mi'Kel de nuevo, y volvió su
atención por un segundo, justo a tiempo para ver a Mi'Kel
retrocediendo con horror cuando otro soldado vestido con
equipo de incursión nocturna se arrastró a través de la ventana
rota del dormitorio.
Ese segundo de distracción le costó. Gavin sintió que algo
lo golpeaba en la parte posterior de la cabeza, sus rodillas se
aflojaron, y se sintió cayendo hacia abajo.
Sus ojos estaban nebulosos, pero podía ver a gente
moverse, demasiada gente, y sólo podía ver con terror cómo una
figura vestida de negro agarraba a su compañero gritando.

¡Gavin! oyó gritar a Mi'Kel, al mismo tiempo en que


su cuerpo le falló y todo se volvió negro.
La conciencia se estrelló contra Gavin como un tren de
carga corriendo fuera de las vías.
Abrió los ojos, sólo para cerrarlos de nuevo cuando las
luces brillantes del techo hicieron que le doliera aún más su ya
de por si palpitante cabeza. Enroscándose de lado, trató en vano
de recordar lo que había sucedido.
Poco a poco, los recuerdos vinieron a él, y Gavin maldijo.
Se obligó a detener todos sus movimientos y abrió los
ojos en pequeñas rendijas, empujando lejos el ardiente dolor, y
examinó la habitación a través de sus pestañas.
No estaba Mi'Kel.
«¡Hijos de Puta! ¿Dónde está mi dulce bebé?»
Dondequiera que tuvieran a Mi'Kel retenido, Gavin tenía
la sensación de que no podía ser bueno. No sabía cuánto tiempo
había estado sin sentido, pero sospechaba que la agencia del
gobierno los había raptado y no tenía ninguna duda que a estas
alturas ya habrían descubierto que Mi'Kel no era humano.
«¿Qué crees que les daría esa idea, idiota? ¿El pene
escondido debajo de su vestido? ¿O el feto en su vientre?»
Tenía que averiguar exactamente dónde estaba, y
entonces sería capaz de encontrar la manera de salir de este
lugar y salvar a su bebé antes de que fuera demasiado tarde.
Barriendo con sus ojos medio cerrados la habitación,
Gavin estudió cuidadosamente su entorno.
Parecía estar acostado en una especie de sala médica, con
tres estériles paredes blancas y un espejo de pared,
probablemente un espejo doble. El reflejo en el espejo era de
Gavin acostado en una litera de metal, que parecía estar anclada
al suelo. Gavin utilizó el espejo para ver el área de la habitación
detrás de él. Sólo más paredes blancas rodeaban la habitación
vacía, pensaba que no había nada que pudiera usar como arma.
La única salida que tenía la habitación parecía ser una
monstruosamente grande puerta de metal con un teclado como
cerradura.
Gavin hizo una rápida comprobación mental de su
cuerpo. Iba vestido con una picosa bata de hospital blanca y
tenía una curita en el hueco de su codo interior donde sangre
había sido extraída, parecía estar en perfecto estado. Sin duda
drogas habían sido administradas, probablemente para
mantenerlo manejable, pero Gavin siempre había tenido una
alta tolerancia a éstas debido a su experiencia militar anterior.
La creación de resistencia a cualquier tipo de drogas había sido
de suma importancia para su formación en caso de ser
capturado por el enemigo.
Y ahora lo había sido.
Aparte de algo de somnolencia persistente y un ligero
dolor de cabeza, parecía estar bien. No es que lo dejara ver a
cualquiera que pudiera estar observando detrás del espejo. ¿Un
arma que aún tenía en su rápidamente menguado arsenal? La
posibilidad de que pudiera ser subestimado.

Buenas tardes, Mayor Howard. una voz sin cuerpo


hizo eco por toda la habitación. Gavin se vio obligado a
permanecer relajado. Fingió moverse lentamente, gimiendo
bajo.

»¿Cómo nos sentimos hoy? la un tanto presumida


voz preguntó. Gavin apretó los dientes contra la respuesta
mordaz que quería dar, en lugar de optar por un gemido
lastimero que hizo sonar mientras él acunaba su cabeza entre
las manos.

»Eso es lo que yo pensaba... La voz sin cuerpo


parecía burlarse de él. Gavin pensó que la voz le sonaba un poco
familiar.
Oyó abrirse el cerrojo fuera de su puerta y abrió los ojos
para ver nada más ni nada menos que al agente Hernández
danzar en la habitación, seguido por dos médicos en batas
blancas. Gavin luchó contra el impulso de saltar y golpear al
pequeño bastardo presumido contra el piso de cemento. Apretó
sus puños a los lados de su cabeza, y se recordó a sí mismo el no
ser temerario. Actuar demasiado pronto no ayudaría a Mi'Kel o
a su hijo.
Sin embargo, era difícil. El hecho de saber que el agente
federal tenía algo que ver con todo esto lo hizo sentirse
arrepentido de no dispararle al hombre en el momento en que
se había presentado en la granja de Gavin.

Hernández gruñó, asegurándose de mantener los


ojos fuera de foco y su cuerpo por lo demás flácido.
El agente Hernández sonrió con su sonrisa de tiburón
llena de dientes. ¿Sorprendido de verme? le preguntó,
sonando muy contento consigo mismo. El agente federal lo
estudió por largo rato, antes de negar con la cabeza.
Realmente pensé que serías más avispado, Mayor. Me refiero,
que para ser un Marine, eres tan estúpido. Tú y tu pequeño
jodido amigo de al lado. ¿De verdad creíste que podías salirte
con la tuya al albergar a un extraterrestre a espaldas del
Gobierno de los Estados Unidos?
Gavin apretó la mandíbula y se negó a levantarse y
golpear al hombre. Tenía el pequeño presentimiento de que lo
estaba probando para ver cómo las drogas tenían de afectado a
su sistema. Hernández estaba haciendo todo lo necesario para
que Gavin diera un movimiento en falso, y tendría a los dos
médicos sedándolo tan rápido que Gavin nunca sabría qué lo
golpeó.
El agente Hernández caminó un poco más cerca, más
seguro cuando Gavin no mordió el anzuelo.

¿De verdad creíste que podías salirte con la tuya? El


agente federal soltó una risita. Quiero decir, en serio. Somos
el gobierno. Nada permanece oculto para nosotros. Tenías que
haber sabido que nosotros estábamos sobre ti. Aunque debo
confesar que sentí gran placer al saber que solamente mi
presencia en el pueblo te mantuvo a ti y tu pequeño grupo de
inadaptados en el borde.
El agente Hernández dio otro paso más, ignorando las
advertencias de los médicos detrás de él.

Mírenlo se burló el agente, mirando a los


temblorosos médicos, con una mano revoloteando sobre la
forma tendida de Gavin. El hombre está tan drogado que está
jodidamente ido. Él no puede incluso sentarse. No creo que vaya
a estar peleando con nadie. Hernández miró a Gavin, disgusto
escrito en su rostro. Demasiado para un duro Marine. Dime,
¿tus comandantes oficiales sabían que eras maricón mientras
estabas en el servicio, o tu pequeño amigo alienígena fue quien
te convenció que su polla espacial sabría mejor que un coño
humano?
Gavin gruñó, pero por lo demás no se movió, a pesar de
toda la rabia corriendo por todo su cuerpo. El agente federal
sólo se rio.

Funcionó por un tiempo, ya sabes. Eso me cabreó como


nunca. Pero sabía que el alien estaba allí, pero no podía
entender dónde. Quiero decir, quién podría haber adivinado
que tu bonita esposa rusa era en realidad un fenómeno de la
naturaleza disfrazado. Casi lo dejé pasar, en realidad, hasta que
decidí darme una última oportunidad. Imaginen mi sorpresa
cuando me enteré de todo sobre el extraterrestre y el pequeño
monstruo repugnante que lleva consigo. ¿Realmente te lo
follaste? el hombre preguntó, enfermiza fascinación
engrosando su voz. Cuando Gavin se negó a responder, el
agente federal lanzó un suspiro.

»Pero no te preocupes, los médicos de aquí van a


rectificar la situación antes de que esa abominación nazca
dijo el agente Hernández astutamente.

¿Cómo? La pregunta estalló de Gavin antes de que


pudiera detenerse de hablar.
El agente Hernández no parecía sorprendido.

¿Cómo pude averiguar dónde tenías escondido al alien?


¿O cómo los médicos de aquí van a evitar que la descendencia
del extraterrestre nazca? El agente federal se encogió de
hombros. En cuanto a lo primero, todo es bastante simple en
realidad. Cuando le alcancé a su pequeño Miki su bolso para
bebé del estante en la tienda, me tomé un momento para meter
un dispositivo de rastreo equipado con un micrófono en uno de
los bolsillos. Todo lo que tenía que hacer era escuchar y esperar
a que ustedes mismos se ataran la soga al cuello. Otro grupo ya
está en camino para recoger al Capitán Laveau.
Gavin cerró los ojos, maldiciéndose a sí mismo por
tonto. Debió haber revisado la bolsa, pero ni siquiera pensó en
ello cuando vio cómo el encuentro con el baboso agente había
trastornado a Mi'Kel. Un error de juicio, y ahora estaban todos
metidos en un buen lío. Gavin nunca se perdonaría por esto. La
culpa lo atormentaba y Gavin juró, que si se las arreglaba para
salir de esta casa de los horrores, nunca más dejaría que esas
pequeñas cosas se le deslizaran cuando de la seguridad de
Mi'Kel se tratara.
«Por favor, Dios, déjame encontrar a Mi'Kel y sacarlo a
él y a nuestro hijo de aquí. Nunca voy a pedir nada más, si sólo
puedes ayudarme por esta vez».
El agente Hernández se inclinó hacia abajo, tan cerca
ahora que Gavin podía oler el fuerte aroma de su colonia
mientras él se reía entre dientes al oído de Gavin. Gavin
mantuvo los ojos cerrados, tratando de controlar su rabia al
respirar profundamente por la nariz.

¿En cuanto al bebé? Bueno, estoy seguro de que los


médicos ya habrán diseccionado a tu amante e incluso se
estarán preparando para examinar al pequeño feto. Me
pregunto si cuando terminen la disección del feto me dejarán
conservarlo en un frasco y llevármelo a casa. Ya sabes, como un
recuerdo. Después de todo, este caso definitivamente ha
marcado una diferencia en mi carrera.
Él se inclinó y le susurró, su húmedo aliento sopló a
través de la mejilla de Gavin.

Tengo que darte las gracias por ello.


Los ojos de Gavin se abrieron de golpe y vio rojo. Todo lo
que podía ver en su mente era la imagen de su hermoso
compañero, sus largas trenzas blancas cubiertas de sangre,
abierto y arrojado a un lado como basura de ayer, sus ojos
plateados muertos mientras miraban a los médicos levantar un
bisturí sobre su hijo recién nacido. El pensamiento era
demasiado horrible como para que Gavin lo manejara. El idiota
delante de él había atizado al oso demasiadas veces, y ahora la
bestia se había despertado y buscaba sangre.
Rugió tan fuertemente que el sonido hizo eco por toda la
habitación, Gavin se levantó de golpe de la cama y agarró a un
sobresaltado agente Hernández por el cuello. Se tomó un
momento para deleitarse con los ojos muy abiertos por la
sorpresa del bastardo antes de cerrárselos contra el suelo de
baldosas, golpeando la cabeza del agente federal contra la
implacable superficie. Pero eso no fue suficiente.
Poniéndose de pie, Gavin consiguió un buen agarre del
cuello del hombre, y el agente Hernández trató de gritar por la
sorpresa, pero apenas un sonido escapó antes de que Gavin
sacudiera las manos y rompiera el cuello del otro hombre con
un chasquido repugnante.
Oyó gritos, y por el rabillo del ojo, vio a un médico correr
hacia él, jeringa en alto, mientras que el otro corrió hacia la
puerta.
Gavin se levantó de un salto mientras dejaba el cuerpo
del agente federal muerto caer al suelo y agarró la mano del
doctor con la suya, sintiendo los huesos de la mano romperse
dentro de su poderoso agarre y potente presión. El médico gritó,
y dos golpes rápidos en las sienes tuvieron al hombre cayendo
inconsciente al suelo.
Miró por encima justo a tiempo para ver al otro médico
terminar de ingresar el código de la puerta y el pesado metal
deslizarse para abrirse. Gavin rugió, sabiendo que si dejaba
escapar a ese hombre, toda esperanza de salvar a Mi'Kel y a su
hijo se perdería.
«¡Tengo que llegar antes de que salga!»
Gavin casi lo había alcanzado cuando de pronto el doctor
se zarandeó, como si lo estuvieran acribillando, y cayó de
espaldas en la puerta. Miró con sorpresa al hombre caído, y
luego arrastró sus ojos de nuevo hacia arriba.
Allí, delante de la puerta, cubierto de ropa y equipo
militar, su rostro con pintura oscura en su piel moca usual,
estaba Mark. Sus trenzas fueron tiradas hacia atrás en la nuca, y
en una mano sostenía un rifle, mientras que en la otra sostenía
una pistola paralizante, sin duda la razón por la cual el segundo
médico cayó.
Gavin pensó que nunca había visto un espectáculo más
agradable.

Finalmente encontraste el camino para venir a la fiesta,


hombre dijo Gavin, la voz áspera mientras trataba de no caer
cuando sus rodillas se debilitaron con alivio.

Mark se encogió de hombros y sonrió. Lo siento,


amigo. Pero después de tu llamada tuve un infierno de sorpresa
en mi casa. Le hizo un gesto para que mirara detrás de él, y
por primera vez Gavin se dio cuenta de que había otra persona
de pie en el pasillo.
Sus ojos se abrieron ante el alto pálido hombre de largo
cabello rubio y duros ojos grises como el acero fundido. Llevaba
un traje plateado, parecido al que tenía Mi'Kel cuando se
estrelló en la granja de Gavin. Todo eso, más el aire llamativo de
la familia, le hizo saber a Gavin que había sólo una persona que
podría ser este extraño.

¿No'Lan? murmuró él con sorpresa.

El alien levantó una ceja de forma arrogante. Para ti


príncipe No'Lan Ta'Rulen de Zinoa, terrícola. El
extraterrestre obviamente disgustado respondió. Sus fríos ojos
recorrieron todo el cuerpo de Gavin. Tú debes ser el hombre
que mi tonto hermanito decidió tomar como pareja. Su nariz
se arrugó, y Gavin tuvo la impresión de que carecía
alarmantemente de cualquiera de las cualidades que el príncipe
mayor pudiera haber querido para el compañero de su hermano
menor.

Gavin se erizó al escuchar el tono implícito. Tú y yo


sabemos que Mi'Kel nunca me consideraría como su compañero
si no fuera cierto.
Mark sonrió sobre el alienígena hostil, y Gavin se
sorprendió al ver el brillo burlón en sus ojos, el que
generalmente reservaba sólo para los amigos cercanos. ¡Por
piedad! Priss. Tú y yo podemos ver lo que le atrajo a tu hermano
de Gavin. El hombre es un semental cuando no está golpeado
por la lucha y encerrado en un jodido hospital administrado por
el gobierno.
El extraterrestre miró a Mark, y Gavin tuvo la sensación
de que se había perdido de algo. No me importa lo que Mi'Kel
haya visto en este bufón. Todo lo que sé es que este hombre es
responsable del peligro en que mi hermano pequeño se
encuentra, y eso no es algo que pueda simplemente perdonar.
El príncipe extraterrestre le gruñó a Mark. ¡Y deja de
llamarme Priss! Mi nombre es Principe No'Lan Ta'Ru…

Sí, sí, lo sé. Pero príncipe Prissy parece encajar mejor.


Mark se rio entre dientes. Priss, para abreviar.
No'Lan resopló y rodó los ojos en un gesto muy humano.
Lo que sea. Vamos a encontrar a Mi'Kel y sacarlo de aquí. He
estado muy preocupado desde que su señal de rastreo se apagó
hace dos meses y que no respondiera a ninguno de mis
mensajes. Cuanto antes lo saque de este apestoso planeta, más
pronto podré llevarlo a casa, a Zinoa, que es a donde nosotros
dos pertenecemos.
Giró sobre sus talones y echó a andar por el pasillo.
¿Cómo sabía hacia dónde tenía que ir? Gavin no tenía ni idea.
Pero de alguna manera sabía que el alien iba en la dirección
equivocada. Casi podía sentir la conexión que tenía con Mi'Kel,
y esa conexión le decía que tenía que ir en la otra dirección.

No te preocupes por las cámaras y esas cosas lo


tranquilizó Mark, obviamente malinterpretando el silencio de
Gavin mientras le daba una palmada en el hombro y le
entregaba una pequeña pistola. No'Lan y yo las
deshabilitamos antes de entrar. Amigo, tiene algunos artilugios
en esa nave.
Se dio la vuelta para seguir a No'Lan, quien ya estaba a
mitad de camino por el pasillo antes de que Gavin le detuviera
con una mano en el brazo.

No, Miki está por aquí dijo Gavin, cuando se volvió y


comenzó a caminar a un ritmo más rápido en la dirección
opuesta. Se movió rápidamente a través de los diferentes
pasillos de las instalaciones, sorprendido al ver lo vacíos que
estaban. Pronto Mark y un No'Lan con el ceño fruncido lo
alcanzaron.

¿Estás seguro, Gav? preguntó Mark, mientras


revisaba detrás de ellos para asegurarse de que no los estaban
siguiendo.

Gavin asintió. Positivo dijo, dando vuelta por la


esquina. Podía ver un conjunto de puertas dobles hacia abajo
hasta el final del pasillo. “Unidad Quirúrgica”, las palabras
inscritas sobre ellos. Sabía que era donde encontraría a su
amante.

¿Y cómo lo sabes? No'Lan preguntó, ni siquiera sin


aliento por el castigador ritmo. Se mantuvo con Gavin y Mark
bastante bien, y Gavin sospechaba que el hombre había recibido
algún tipo de entrenamiento militar en su planeta de origen.
No'Lan parecía demasiado cómodo en una situación tan
peligrosa.

Digamos que Gavin tiene una conexión más profunda


con Mi'Kel como nadie podría tenerla respondió Mark
mientras metía el aturdidor en el bolsillo del chaleco y sacó otra
pistola de uno de los bolsillos de los pantalones que parecían no
acabarse.

Los ojos de No'Lan se abrieron como platos. No estarás


diciendo que tú... y Mi'Kel...
Gavin habría sonreído si su cuerpo no estuviera lleno con
tanta tensión.

Somos compañeros, en todo el sentido de la palabra. Y


será mejor que tengas suficiente espacio en esa nave tuya,
porque no te vas a llevar a Mi'Kel y a nuestro hijo a casa sin mí.
Tenía frío.
El helado frío bañaba su cuerpo, fue lo primero que sintió
Mi'Kel cuando la conciencia se apoderó de él en una lenta onda.
Lo segundo que sintió era que le dolía la cabeza, palpitando de
una terrible forma, y lo tercero fue un horrible dolor en su
espalda. Se estremeció cuando el aire frío se movió sobre su
cuerpo y de la implacable mesa debajo de él, por lo que Mi'Kel
estuvo consciente por primera vez de que estaba desnudo. Trató
de mover las manos para cubrirse, sólo para ser detenidas por
unas pesadas bandas de metal que bloqueaban sus brazos en su
lugar.
Los ojos de Mi'Kel se abrieron de golpe, las brillantes
luces del techo brillantes ardieron en sus sensibles córneas,
haciéndole gemir mientras los cerraba de nuevo.
«¿Qué ha pasado?»
No podía recordar. Su cabeza todavía palpitaba, y los
recuerdos se filtraban a través de su mente demasiado rápido
como para que los comprendiera y examinara. Algo no estaba
bien. ¿Por qué había sido atado a una mesa de acero, desnudo y
expuesto? ¿Qué estaba pasando?
«¿Dónde está Gavin?»
Abrió la boca, pero su garganta se sentía terriblemente
seca y todo lo que salió cuando trató de hablar fue un graznido
bajo. Trató de no dejarse llevar por el pánico, y Mi'Kel se obligó
a tomar una respiración profunda y lentamente abrió los ojos de
nuevo. Si pudiera averiguar dónde se encontraba encerrado,
podría ser capaz de averiguar lo que le pasó y lo que le había
sucedido a su compañero.
Se tomó su tiempo para abrir los ojos, dejando que se
adaptaran a las luces brillantes antes de mirar a su alrededor.
Lo que vio hizo que se le helara la sangre y su ritmo cardíaco se
acelerara.
Estériles paredes blancas lo rodeaban, las luces del techo
sobre su cara y su distendido vientre, y la implicación del foco
de la luz hizo que su cuerpo temblara. Una puerta de metal en el
lado opuesto de la habitación parecía ser su única vía de escape,
un descubrimiento inútil ya que había sido atado con correas.
Allí aparentemente había una enorme pared de espejo en el
rincón más alejado de la habitación, y Mi'Kel sentía que alguien
lo observaba desde detrás del grueso vidrio. Un número de
máquinas desconocidas fueron esparcidas por toda la
habitación, y cada una hacía que su miedo aumentara otro nivel.
El miedo le hizo temblar incontrolablemente, y comenzó
a luchar contra sus ataduras. Cuando miró hacia el otro lado de
la mesa y vio la bandeja de metal que sostenía un conjunto
variado de instrumentos aterradores, brillando con el reflejo de
las luces del techo, Mi'Kel perdió el poco control que había
mantenido y empezó a hiperventilar.
Recordaba ahora.
El gobierno había venido por él, invadiendo su casa y la
de Gavin después de su noche de pasión, uno de los soldados le
había pegado a Gavin con la culata de su arma y otro le disparó
a Mi'Kel un dardo que lo había inutilizado rápidamente
haciéndolo incapaz de ayudar a su amante.
Ahora estaba atado a una mesa de metal, su embarazado
estómago desprotegido y expuesto, y tuvo la sensación de que
quien lo observaba detrás del espejo no iba a venir y empezar a
hacerle preguntas.
Gavin... sollozó, esperando en vano oír la voz
profunda y ronca de su amante. Gavin no estaba allí, y Mi'Kel
estaba solo.
Mi'Kel comenzó a luchar contra las restricciones en serio,
gemidos y gritos pequeños caían de sus agrietados labios
mientras luchaba con una desesperación nacida del miedo para
él y su hijo por nacer. El pequeño dolor que las ataduras le
provocaron a sus suaves muñecas y el olor fuerte de la sangre
llenó el aire cuando la piel de Mi'Kel se abrió.
En su interior pudo sentir que el bebé se despertó de su
sueño, sin duda lo despertaron las sacudidas de su padre. La
preocupación del bebé aumentó el pánico de su padre, y Mi'Kel
podía sentir a su hijo alargar su mano buscando seguridad.
Tomando una temblorosa respiración, Mi'Kel se obligó a
calmarse lo suficiente para tranquilizar a su bebé haciéndolo
sentir que todo iba a estar bien. Lo último que quería era
causarle daño a su hijo, o incluso estresar al bebé o a sí mismo
tanto que llegara a tener un aborto espontáneo.
Afortunadamente, el bebé se apaciguó con su calma, y
Mi'Kel rodeó al bebé con la luz y el calor de su amor, esperando
que esta no fuera la última vez que se comunicara de esta
manera con su hijo.
A medida que el bebé se quedaba dormido, Mi'Kel se
prometió que no permitiría que su hijo cayera en manos del
enemigo. Si llegaba el momento, iba a cortar su conexión por sí
mismo y hacerle frente a la devastación de matar a su hijo por
sus propias manos. Él nunca permitiría que el hijo de Gavin
fuera utilizado para experimentar por el gobierno de la Tierra.
Como si el pensamiento acerca de sus captores los
hubiera convocado, las puertas de metal en el lado opuesto de la
habitación se abrieron de repente. Mi'Kel mantuvo su grito de
horror encerrado en su pecho cuando los instrumentos médicos
fueron rodados por un médico tras otro médico, cada uno
llevaba vestidos quirúrgicos, máscaras cubriendo sus rostros
para que todo lo que pudiera ver fueran sus ojos fríos y muertos.
Gimió de miedo cuando uno de ellos se acercó,
empujándose lo más lejos que las restricciones lo dejaban
cuando las manos frías y con guantes fueron extendidas para
tocarle. El doctor gruñó, pero ignoró los enormes suplicantes
ojos plateados de Mi'Kel y los gemidos de angustia cuando
empezó a empujar y manosear su cuerpo desnudo. La vergüenza
y el bochorno hicieron que se le llenaran de lágrimas sus ojos
cuando acunó su sexo y lo acarició. El médico jugueteó con un
dial a un lado de la mesa y de repente Mi'Kel encontró sus
piernas separadas. Sollozó con fuerza mientras el médico hurgó
en su abertura inferior, deteniendo ocasionalmente sus
humillantes manoseos para tomar notas en el portapapeles que
llevaba.
Otro doctor se adelantó al otro lado de Mi'Kel, y comenzó
a pegar pequeños y redondos sensores sobre él, uno a cada lado
de sus sienes, otro en el cuello, dos en el pecho y tres en el
estómago. Cada círculo pequeño lo conectó a una de las
máquinas, excepto los que estaban en su vientre, los que
estaban conectados a su propia máquina, por separado, y el
pulso de Mi'Kel se saltó un latido al oír el suave bip bip bip del
latido del corazón de su bebé en el monitor.
A su alrededor, los médicos se movían, examinándolo,
estudiando las diversas máquinas, de vez en cuando se
acercaron tratando de hacerle unas preguntas, pero a todas ellas
Mi'Kel se negaba a responder.
De repente, el primer médico regresó, esta vez empezó a
palpar el vientre de Mi'Kel, poniendo presión sobre el bebé en el
capullo que ya no era seguro.

El sujeto está realmente embarazado. El médico


habló con una voz lenta y monótona, como si estuviera
examinando nada más que una imagen en una pantalla, en
lugar de un ser vivo, un ser que respiraba. Una anomalía
médica, ya que el sujeto aparenta ser varón. Sin embargo,
debido a su alterada fisiología, como un extraterrestre, no está
claro si es o no una función estándar en su clase.
El doctor se acercó, y los ojos de Mi'Kel se abrieron
totalmente y entró en pánico cuando vio al hombre parado
junto a él tomar un afilado y brillante bisturí de la mesa de
instrumentos.

Ahora vamos a comenzar con el procedimiento.


La habitación se sumió de pronto en silencio mientras el
doctor levantaba en alto el bisturí, el metal brillando bajo las
luces brillantes mientras el peligroso objeto se cernía sobre su
hinchado vientre.
Horror descendió cuando Mi'Kel se dio cuenta de lo que
los médicos de la Tierra tenían la intención de hacer.
«¡Van a cortar mi bebé para sacarlo fuera de mí! ¡No!
¡No, por favor!»
Mi'Kel cerró los ojos, negándose a ver cómo el bisturí
bajaba hacia él. Sabía lo que tenía que hacer, y casi podía sentir
a su corazón llorar.
«Lo siento, Gavin. No pude proteger a nuestro hijo»
«Lo siento mucho»
El bisturí apenas si tocaba la tensa piel de su vientre
cuando las puertas de metal en el lado opuesto de la habitación
se abrieron de golpe y el sonido más dulce que jamás había oído
llenó la habitación.

¡Mi'Kel! La voz de Gavin rugió.


Mi'Kel abrió bruscamente los ojos de nuevo y vio cómo su
compañero se precipitaba en la habitación, seguido por Mark y
otra persona que no podía ver desde su inclinada posición.
Gavin comenzó a disparar contra los médicos, su rostro
tan duro como el granito, mientras mataba a los hombres que
amenazaron la vida de su amante y su hijo por nacer. Mi'Kel
jadeó cuando un chorro de sangre caliente mojó su mejilla. Alzó
la vista y vio que al médico sobre él, el que tenía el bisturí sobre
su bebé, de repente le faltaba la mitad de su cabeza. Gritó
cuando el médico se desplomó, como peso muerto cayendo
sobre sus atados muslos.
De repente, el cuerpo fue empujado fuera de él, y Mi'Kel
se encontró mirando el rostro de su hermano mayor.

¿No'Lan? preguntó, seguramente la tensión se le


había subido a la cabeza y tenía que estar soñando.
Los ojos plateados de su hermano, tan parecidos a los
suyos, y sin embargo muy diferentes, lo miraban con una
mezcla de alivio y temor.

¿Estás bien, shemani? No'Lan preguntó, usando el


término Zinoan para joven mientras quitaba un largo y caído
mechón de cabello de la sudorosa frente de Mi'Kel. Nos tenías
tan preocupados lo reprendió con suavidad. Papá y yo nos
hemos rasgado las vestiduras desde que tu señal cayó y ya no
pudimos conseguir nada de ti.

Lo siento respondió Mi'Kel en voz baja, mirando a su


hermano con los ojos llenos de lágrimas, a pesar de la carnicería
que les rodeaba. Todavía podía oír la lucha, y su corazón
galopaba desbocado en su pecho al oír el sonido, pero se vio
incapaz de apartar la mirada. Estaba tratando de arreglar mi
nave, pero no tuve el tiempo suficiente.
No'Lan sonrió, los ojos se le ablandaron. Estoy seguro
de que lo estabas, hermanito. Sus fríos ojos plateados flotaron
sobre el cuerpo desnudo de Mi'Kel, enfocándose en su vientre
distendido. Sus ojos se abrieron, y el asombro cruzó su rostro
normalmente estoico.

»No quería creerles cuando me lo dijeron por primera


vez... pero estás... y yo… se detuvo, dando un suspiro
tembloroso, antes de poner una mano suavemente sobre su
sobrino en reposo. Cuando se volvió hacia Mi'Kel, sus ojos
estaban llenos de lágrimas.

»Si eres feliz, yo soy feliz por ti, shemani. Cuando tome
el trono, te juro que me aseguraré de que tu sho Linko y tu hijo,
mi sobrino, siempre sean aceptados en Zinoa.
Los ojos de Mi'Kel se llenaron de lágrimas ante la
sinceridad en la voz de su hermano. Había estado preocupado
por la reacción de su familia, pero había estado aún más
preocupado acerca de cómo su sobreprotector hermano
reaccionaría.

Gracias. Podía oír los sonidos de la lucha


desacelerando en torno a ellos. En algún lugar a lo lejos, oyó
una sirena, pero el timbre parecía tan lejano que no podía
obligarse a estar preocupado. Ahora mismo, lo único que quería
hacer era levantarse de la mesa y ver a su compañero.
¿Puedes liberarme? preguntó.

No'Lan asintió. Eso creo. Sólo espera un momento.


Mi'Kel asintió con la cabeza y cerró los ojos, cansancio lo
inundaba por todo el estrés y la adrenalina que huyeron de su
sistema. El ruido metálico de las bandas metálicas
desacoplándose parecía fuerte en el repentino silencio de la
habitación. Mi'Kel intentó, pero no fue capaz de sentarse y
deslizarse fuera de la mesa.
Lo quería tanto, pero por alguna razón parecía estar
congelado en su lugar, se estremecía y sacudía haciendo temblar
todo su cuerpo.

Sólo necesitaba…

¿Bebé? una profunda voz preguntó desde su lado, y


Mi'Kel se encontró siendo recogió de la mesa, rodeado por
brazos fuertes y seguros. Gimió, su agitación aumentó, y pronto
se encontró luchando para conseguir que lo liberaran, lamentos
desesperados escapaban de sus temblorosos labios, las lágrimas
deslizándose de sus ojos aun teniéndolos fuertemente cerrados.
En su corazón sabía que ahora estaría a salvo, pero
parecía que su cuerpo ya no le escuchaba. Su mente insistía que
en el momento en que abriera los ojos, se encontraría atado a
esa horrible mesa de nuevo, mirando cómo un médico humano
cortaba a su bebé sacándolo de él.

Shh, cariño. Cálmate, bebé. Ahora estás bien... estamos


bien. Respira, bebé, abre tus ojos y mírame y respira. La voz
de Gavin continuaba calmándolo.
Pronto, la energía Mi'Kel se agotó, y se dejó caer en los
brazos de Gavin, el aliento salía en entrecortados jadeos.
Vacilante, abrió los ojos, lamentándose en voz baja
cuando vio los ojos que amaba, de color marrón oscuro de su
compañero, mirándolo fijamente.

Gavin... se quedó sin aliento, temblando, ellos iban


a cortar a nuestro bebé... Empezó a sollozar, la realidad de la
situación golpeándolo. Gavin hizo lo posible por calmarlo
mientras colocaba besos por toda su cara, gruñendo bajo en su
garganta.

Todos están muertos, bebé. Ninguno de ellos va a


hacerte daño o a nuestro bebé de nuevo, te lo prometo.
Los lloriqueos de Mi'Kel se fueron calmando hasta
convertirse en suaves gimoteos, y miró a Gavin con lágrimas en
los empapados ojos.

No quiero estar más aquí, Gav. Por favor, llévame a


casa.

Gavin asintió, resolución grabada en su rostro. A Zinoa


será, bebé. ¿Crees que podrías utilizar a un agricultor para
ayudar a tu eco programa? preguntó cuando se volvió y
empezó a caminar hacia la puerta para sacar a Mi'Kel fuera de
su prisión.

Mi'Kel asintió. Me encantaría susurró.

Entonces será mejor darnos prisa interrumpió


No'Lan mientras se movía hacia el lado de Mi'Kel y lo cubrió
colocando una manta sobre su cuerpo desnudo. Mi'Kel no tenía
ni idea de dónde la manta había venido, pero agradecía el calor
reconfortante, no obstante.

»La explosión que Mark estableció como distracción al


otro lado del edificio no les mantendrá ocupados durante
mucho tiempo, y mi nave está aproximadamente a una
caminata de kilómetro y medio de esta instalación.
Mi'Kel miró por encima del hombro de Gavin, sonriendo
suavemente en silencio, el hombre de piel oscura detrás de ellos.

Gracias por venir dijo en voz baja. Gracias por


habernos rescatado.

Mark asintió. No hay problema, hombrecito. Le


guiñó un ojo, y Mi'Kel se rio.

¿Quieres venir con nosotros a Zinoa?


preguntó. Nosotros siempre podríamos utilizar a otro
agricultor. Le sorprendió cuando Mark miró a su hermano
con una expresión extraña cruzando su rostro antes de que el ex
Marine se volviera hacia Mi'Kel.

No lo sé… él comenzó, sólo para ser interrumpido


por No'Lan.

Por supuesto que vas a venir con nosotros a


Zinoa. Mi'Kel y su compañero nunca me perdonarían si nos
vamos dejándote a ti enfrentando a tu gobierno por tu propia
cuenta. No'Lan habló como si la decisión ya hubiera sido
hecha, alzando imperiosamente la nariz en el aire cuando se
volvió y se alejó del grupo, liderando la salida.
Mark lo vio alejarse, con una sonrisa tirando de la
comisura de su boca.

Lo que tú digas, Priss.


Mi'Kel los vio alejarse, discutiendo entre sí, y se limitó a
sacudir la cabeza con asombro. Nunca había oído a nadie
hablarle a No'Lan de esa manera. No mucha gente tuvo el
descaro de tratar al heredero del trono de Zinoan como si fuera
sólo un hombre normal. Mi'Kel tenía la sensación que el
bondadoso y divertido carácter de Mark podía ser bueno para su
severo hermano mayor.

¿Estás listo para irte, bebé? ¿Listo para tú, yo, y


nuestro hijo vayamos a casa? Gavin le susurró al oído a
Mi'Kel mientras lo llevaba a través de los vacíos pasillos. Mi'Kel
asintió con la cabeza hacia él y sonrió.

Definitivamente. Había unas cuantas cosas que


podrían dejar en casa de Gavin, pero estaba seguro de que
mientras se tuvieran el uno al otro y a su hijo, todo lo demás
eran sólo detalles.
Excepto por una cosa.

Gavin, ¿qué va a pasar con Bo...?


Gavin miró afuera por la ventanilla al lado de la nave, sin
ver nada, pero sí el negro vacío del espacio exterior y el brillo
lejano de las estrellas. Había estado mirando fijamente la
oscuridad sin fin por más de una hora y todavía no era capaz de
quitar la mirada. Discovery Channel no tenía nada ante el
esplendor real del espacio, eso seguro.
Al padre de Gavin le hubiera encantado esta vista.
Un suave guau detrás de él por fin le había hecho voltear
de la increíble vista frente a su ventana, y sonrió a Bo cuando el
chucho tonto se metió en la habitación-cabina que compartía
con Mi'Kel, moviendo la cola en alto.

¿Y dónde has estado, eh? le preguntó, agachándose


para rascarle detrás de una de las orejas al perro, golpeando en
el lugar especial que siempre hacía que los ojos del cachorro
rodaran hacia atrás en su cabeza, mientras Bo gimió de placer.
Gavin se rio de su exagerada reacción y rascó un poco más
fuerte. Has estado metiéndote en problemas, ¿verdad?
Gavin esperaba que no. Bo había entrado con esa mirada
profundamente satisfecha en su cara, la que por lo general se
producía sólo después de que Gavin le había dejado afuera para
que hiciera sus negocios. Gavin hizo una mueca. Esperaba que
Bo hubiera encontrado un rincón donde dejar fuera del camino
la caca. No'Lan probablemente trataría de estrangular al perro
tonto si encontraba el lio en el prístisimo piso de la nave
espacial.
«Otra vez».
Sin embargo, Gavin se sentía feliz de tener a Bo con él.
Después de que se había escapado de la instalación con
muy poco alboroto y se dirigieron hacia la nave oculta de
No'Lan, Mi'Kel le exigió a su hermano mayor llevarlos de vuelta
a la granja para que pudieran recoger al perro. Mark y Gavin
habían tratado de convencerlo de que Bo podría estar mejor en
la Tierra, sin importar lo mucho que les dolería dejarlo atrás,
pero Mi'Kel no quería oír hablar ni una palabra de su
razonamiento racional. Quería a Bo con ellos antes de salir para
Zinoa. Estaba preocupado por lo que el gobierno le pudiera
hacer al perro. Mi'Kel trataba al animal como a un bebé y
después de la amenaza de perder a su propio hijo, no podía
soportar irse y dejar a Bo, también...
Mi'Kel quería a Bo, y Gavin se sintió fuertemente
presionado a no negarle nada después del horror al que su bebé
se había enfrentado. Pero aun así, sería más seguro para todos
si se iban de inmediato.
La decisión se había tomado y en ese momento Mi'Kel
empezó a llorar. Lo siguiente que supo Gavin, fue que la nave se
movía silenciosamente por encima de su vieja casa en la granja
mientras No'Lan tele-transportaba a Gavin y Mark abajo para
hacer un poco de reconocimiento y empacar todo lo que Mi'Kel
quería de la casa. Su pequeño amante mandón había hecho una
lista, y Gavin se había reído cuando se dio cuenta de que los tres
estaban saltando alrededor para satisfacer las demandas de un
hombre embarazado de un poco más de un metro y medio de
estatura. Por supuesto, había dejado de reír cuando Mi'Kel lo
había fulminado con la mirada y le ordenó llevar su culo hasta
su casa y traer sus cosas para que pudieran regresar a casa.
Gavin simplemente había culpado de la terquedad repentina de
Mi'Kel a sus hormonas de embarazo e hizo lo que su amante
quería.
Así que Gavin y Mark se vieron tele-transportados
directamente en el dormitorio principal, en silencio y sin ser
detectados por los guardias apostados afuera. La tecnología
extraterrestre que los Zinoan poseían había sorprendido a
Gavin. «¿Cómo no, si eran capaces de hacer volar una nave del
tamaño de un edificio de dos plantas y casi tan larga como un
campo de fútbol, alrededor de los campos de Oklahoma sin
alertar a sus perseguidores?». Gavin apostaba a que el
gobierno daría todo lo que tuviera para tener el dispositivo de
camuflaje que les permitió moverse sin ser vistos por la granja.
Añádanle a eso la máquina de tele-transporte y Gavin sentía que
pisaba el set de Star Trek cada vez que caminaba por la nave de
No'Lan.
Lo cual, por cierto, parecía exponencialmente más grande
que la pequeña nave unipersonal de Mi'Kel. De acuerdo con
ambos extraterrestres, el de Mi'Kel era un simple vehículo de
reconocimiento, mientras que la nave de No'Lan actuaba como
un vehículo de transporte. Mark insistió en llamar a la enorme
monstruosidad "nave nodriza".
Una vez dentro de la casa, cogieron rápidamente lo que
ellos necesitaban y habían encontrado a un muy feliz y
agradecido Bo esperando por ellos dentro de la habitación
principal, el chucho apenas si había salido magullado de su
encuentro con los soldados antes esa misma noche. Gavin
sospechaba que al pobre animal lo habían tranquilizado.
Repasando la lista de Mi'Kel, Gavin se había sentido conmovido
al ver que Mi'Kel quería la manta de bebé que Gavin había
comprado para su hijo el día en que se enteró que Mi'Kel estaba
embarazado, junto con algunas de las cosas para su bebé y fotos
de la familia de Gavin. Gavin finalmente se dio cuenta de que a
pesar del trauma que Mi'Kel había sufrido en manos de los
humanos, todavía se preocupaba por Gavin y quería asegurarse
de que su hijo conociera a ambos lados de su herencia.
Después de diez minutos, Gavin y Mark fueron tele-
transportados de allí, con un Bo gimiendo a su lado. No'Lan se
había horrorizado al ver a la bestia peluda, exigiendo que fuera
enviada de vuelta a la granja, pero al ver la manera en que
Mi'Kel mimaba al perro y la forma en que Bo tranquilizaba a
Mi'Kel, ni siquiera No'Lan pudo negar la conexión curativa
entre los dos.
Gavin y Mi'Kel habían prometido mantener al chucho en
sus habitaciones en la nave.
Hasta ahora no habían sido capaces de hacerlo.
Después se movieron hacia la casa de Mark, dándole al
hombre un momento para que recogiera algunas de sus cosas,
como las fotos de la difunta madre de Mark y algunos otros
artículos de los que estaba reacio a desprenderse. Gavin estaba
muy agradecido con No'Lan y le agradeció profusamente por
dejar que Mark pudiera llevar algunos de los elementos
importantes, pero el frío extraterrestre simplemente se encogió
de hombros.
Lo último que hicieron antes de dejar la Tierra para
siempre fue recuperar la nave averiada de Mi'Kel del granero, el
robo de la nave fue hecho debajo de las narices de los científicos
que estaban examinando la nave. Todos ellos odiaban la idea de
que el gobierno obtuviera algo de la tecnología oculta en su
interior, sobre todo porque Mi'Kel había reunido tanta
información antes de ser derribado, y esa información podría
ser la diferencia entre la vida y la muerte a su regreso a Zinoa.
Así que No'Lan soltó un haz de luz para subir la nave más
pequeña hasta la bahía de carga abierta de la nave, y despegaron
hacia el espacio exterior.
Habían pasado dos semanas desde su escape de la Tierra,
y de acuerdo con No'Lan, deberían llegar a Zinoa al final del día.
Saber que se estaban acercando hizo que Gavin se sintiera
nervioso y excitado al mismo tiempo. Nervioso acerca de cómo
él y Mark serían recibidos en el nuevo planeta, pero muy
contento de comenzar una nueva vida con su alma gemela.
«Hablando del diablo».
Mi'Kel entró en la habitación, su vientre embarazado
envuelto en túnicas negras y su sonrisa brilló en su rostro
cuando vio a Gavin con Bo.

Ahí estás, perro tonto. ¡He estado buscándote por todas


partes! Mi'Kel lo regañó ligeramente cuando se acercó a
Gavin y se dejó caer en su regazo, acurrucándose más cerca
cuando colocando su mano debajo de la barbilla de Bo. Me
mantendría lejos de No'Lan por un tiempo si yo fuera tú
advirtió al chucho.
Gavin acarició con la nariz el cuello caliente de Mi'Kel,
inhalando profundamente para tratar de imprimir el dulce olor
del alien en su propia alma. Siempre recordaría que su amante
olía a frescos cítricos, piel limpia, y almizcle masculino.

¿Que hizo ahora? murmuró mientras empezaba a


mordisquear en el lugar donde el cuello de Mi'Kel se juntaba
con el hombro. Mi'Kel se estremeció bajo su asalto, y meneó su
trasero sobre la creciente erección de Gavin en un gesto
inconsciente.

Mordió el brazo de la silla de capitán de No'Lan. Dejé el


puente para buscarlo cuando No'Lan comenzó a prometer que
lo despellejaría para hacerse con su piel un chaleco, y Mark
empezó a pinchar a mi hermano por ser tan dramático. Mi'Kel
sacudió la cabeza como si estuviera perplejo. Juro que esos
dos pelean más que una Blythin contra un poucho.
Gavin ya no escuchaba las palabras de Mi'Kel, por lo
absorto que estaba mordisqueando el cuello de su amante. Unos
minutos más pasaron, marcados por los suspiros y gemidos de
Mi'Kel, antes de que finalmente se obligara a alejarse de la piel
de su amante el tiempo suficiente para responderle.

Creo que Mark está enamorado de tu hermano...


respondió. Frunció el ceño y puso mala cara cuando Mi'Kel
inmediatamente se apartó y se dio la vuelta para mirarlo, sus
ojos plateados muy abiertos con incredulidad.

¿Qué? ¿Qué te hace creer eso?


Gavin se encogió de hombros, jalando a Mi'Kel hacia
atrás hasta que el hombre más pequeño se sentó en su regazo, a
horcajadas sobre los muslos de Gavin. No lo sé, sólo llámalo
una corazonada. He visto la forma en que Mark ha estado
mirando a No'Lan, y sé que critica y picha a la gente que le
importa.
Mi'Kel arrugó la nariz ante el razonamiento de Gavin,
pero asintió con la cabeza. Tiene sentido, supongo. Sé que
normalmente, si alguien le hablara a No'Lan de la manera en
que Mark lo hace, él los habría golpeado para ahora. Eso tiene
que decir algo, supongo.
Gavin sólo rodó los ojos y negó con la cabeza mientras
Mi'Kel continuaba balbuceando. Tenía cosas más importantes
en qué pensar en vez de pensar si su mejor amigo podría o no
estar tratando de conseguir tener algo con el hermano mayor de
su amante.
Descendiendo, atrapó los labios de Mi'Kel en un beso
abrasador, apagando la meditación del hombre más pequeño
con un gemido. Dejó que sus lenguas lucharan a duelo por un
largo momento antes de empujarse hacia atrás y sonreír ante la
mirada aturdida de su dulce amante. Acunó las mejillas de
Mi'Kel en sus grandes manos, luego se inclinó y frotó sus
narices en un gesto dulce de amor, del mismo tipo que Mi'Kel le
había dado cuando se habían conocido tantas semanas atrás.
Mirando hacia abajo, pasó una mano sobre el vientre
distendido de Mi'Kel. ¿Cómo está nuestro pequeño chico el
día de hoy? Él hacía la misma pregunta todos los días. No
podía sacar de su mente la imagen del rostro de Mi'Kel cuando
su compañero le había dicho que los médicos habían tratado de
sacar al bebé fuera de él. La memoria lo enfermaba incluso este
día y lo hacía sentir tan preocupado por la condición de su hijo.
Mi'Kel le respondió con una mirada de complicidad y una
suave sonrisa. Está muy bien. Está creciendo más y más, y
cada vez es más activo durante el día. Mi'Kel tomó una de las
manos de Gavin de su mejilla y la colocó sobre el cálido capullo
de su hijo. No me sorprendería si llega más temprano. ¡Voy a
ser tan grande como una casa pronto! Estoy pensando en cinco
meses, como mucho. Pero sabremos más cuando lleguemos a
casa y el médico real me examine.
Como si fuera una señal, la alarma de proximidad sonó
por los altavoces, y Mi'Kel saltó de su regazo, contoneándose
hacia la ventana con un chillido emocionado.

¡Gav, mira! ¡Llegamos! exclamó, mirando por


encima del hombro a Gavin con tanta emoción y entusiasmo en
el rostro que Gavin sintió que su nerviosismo acerca de cómo
sería recibido en Zinoa comenzó a retroceder.

»Casa... Mi'Kel susurró la palabra suave y lleno de


nostalgia.
Acercándose, Gavin envolvió sus brazos alrededor de
Mi'Kel, acunando la espalda del hombre más pequeño contra su
pecho. Mirando por la ventana, pudo ver un planeta un poco
más grande que la Tierra, el cielo era un hermoso remolino de
claro púrpura y tormentoso gris. Podía ver masas de tierra y los
océanos de color verde azulado y lagos. El planeta se veía
hermoso, y por primera vez comprendió por qué Mi'Kel había
extrañado su casa tanto tiempo.
Besó la sien de Mi'Kel, centrándose en el reflejo de ellos
juntos en el cristal frente de ellos. Se veían muy bien juntos, una
imagen perfecta, y muy pronto, esa imagen sería aún más
completa con el nacimiento de su hijo. El primero de muchos,
Gavin esperaba.

Gracias, bebé. Por darme la familia que nunca soñé que


podría tener. Habló en voz baja al oído de Mi'Kel, ocultando
sus lágrimas en el bello cabello rubio casi blanco de su amante.
Una de sus manos la arrastró hacia abajo para cubrir el vientre
de Mi'Kel.

De nada respondió Mi'Kel suavemente. Gavin miró


hacia arriba y vio que también Mi'Kel había estado mirando su
reflejo juntos. Gracias por salvarme, una y otra vez.

Gavin sonrió. ¿Cómo no iba a hacerlo? Sabía que eras


mío en el momento en que tu nave se estrelló al aterrizar en mi
campo de maíz.
Mi'Kel volvió la cabeza y se encontró con los labios de
Gavin por un largo y lleno de promesas beso.
Una promesa que pronto fue interrumpida por un
chillido ultrajado de No'Lan.

¿Qué caraj…? ¡Mi'Kel! ¡Gavin! ¡Esa maldita bestia se


hizo mierda en mi cama!
Gavin enterró su rostro en el cuello de Mi'Kel mientras la
risa silenciosa sacudía su cuerpo. Las risitas de Mi'Kel llenaron
el aire. Mirando por encima, vio a Bo largarse, tratando de
esconderse en el baño de al lado.
«Al menos nuestra vida nunca será aburrida».

Bienvenido a casa, bebé. Bienvenido a casa.


Amylea Lyn es un poco extraña, muy extraña, extraña y apenas
llaa. Al menos eso es lo que todo el mundo le dice. Ella vive en el desierto,
llenando su ordenador portátil con muchas historias para contar y
tratando de ignorar los gritos de sus hermanos obsesionados con el futbol
al fondo. La mayoría de los días, Amylea se encuentra sentada en su sillón
favorito después del trabajo, molestando a los que la rodeaban con cositas
divertidas para hacer sus historias más interesantes.

Cuando no está escribiendo, Amylea pasa su tiempo soñando


despierta con sus fantasías mientras se habla a sí misma sin darse cuenta,
experimentando con diferentes platos horneados con los que alimenta a la
fuerza a su familia, y buscanso la manera de volver a su gato psicótico.
Con todo, le gusta pensar en sí misma como muy normal... aunque sea
sólo por sus propias normas.

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