3.1 Competencias física, intelectual y moral. El termino competencia, en el contexto de una profesión, hace referencia a la capacidad de actuar correcta y adecuadamente en situaciones alternas que requieran la aplicación creativa, flexible y responsable de los conocimientos y habilidades. Por ejemplo, puede decirse que un arquitecto es competente porque es capaz de diseñar y supervisar la construcción de una casa habitación y entregarla a tiempo, costo y calidad acordados con su cliente. Cada uno de los elementos antes mencionados, conocimiento, habilidad física y responsabilidad moral pueden considerarse también como competencias. El conocimiento de la profesión como competencia intelectual, por la que se cuenta con todos los conocimientos teóricos, la experiencia y el entrenamiento necesarios para realizar la actividad. La competencia es la capacidad para llevar a cabo una tarea; abarca conocimientos, aptitudes, habilidades cognitivas, destrezas y valores que permiten a una persona realizar cierta actividad de manera eficaz. La primera es la competencia física: es la capacidad de realizar actividades para las que necesita entrenamiento y certificación, como las de una enfermera para inyectar soluciones intravenosas o un terapista físico. La salud física y mental requiere que el profesionista cuide su alimentación y horas de descanso, ya que no es posible realizar eficientemente ninguna actividad cuando la persona está cansada o decaída por falta de sueño o alimento. La segunda es la competencia intelectual. Se refiere a la posesión de los conocimientos necesarios para el ejercicio óptimo de una profesión. Estos pueden ser el orden científico, técnico o humanístico de acuerdo con la carrera profesional cursada. La competencia intelectual de una profesionista debe incluir los siguientes aspectos: Competencia metodológica. Capacidad de encontrar vías de solución y aplicarlas adecuadamente en otros problemas. Competencia para la resolución de problemas. Habilidad para enfrentar y dar respuesta a una situación determinada mediante la organización y aplicación de una estrategia o secuencia operativa. Competencia para trabajar con otros. Implica saber colaborar con las personas de forma comunicativa y constructiva, mostrar un comportamiento orientado al grupo y un entendimiento interpersonal en favor del trabajo en equipo para alcanzar conjuntamente el objetivo propuesto. Las cualidades personales que el profesionista debe desarrollar para alcanzar la competencia intelectual son: Actividad # 4 Investiga el concepto y elabora un mapa mental de cada una de las siguientes palabras. Responsabilidad: Autonomía: Capacidad: Iniciativa: Motivación: En resumen, la competencia intelectual incluye el conocimiento, la forma de hacer y la experiencia de haber realizado. La tercera es la competencia moral. La competencia intelectual sin la competencia moral puede llevar al profesionista a subordinar el bien intento de su profesión. La competencia moral del profesionista no consiste exclusivamente en el cumplimiento de las leyes de la sociedad y de las normas de código deontológico de su profesión; implica también una conducta conforme a los principios éticos y una actitud de servicio hacia los demás. 3.2 Secreto profesional. Es el compromiso moral que tienen ciertas profesiones de mantener en secreto la información que han recibido de sus clientes. Por el contrario de lo que ocurre con el deber de confidencialidad, el secreto profesional en la mayoría de veces debe mantenerse incluso en un juicio legal. Entre los profesionistas que típicamente tienen el deber de guardar el secreto profesional se encuentran el abogado, el sacerdote, el informático, el psicológico, el periodista y el trabajo social. El secreto profesional puede ser clasificado en: 1. Secreto natural. Comprende todo lo que sea descubierto, ya sea por casualidad, investigación o confidencia y que por su naturaleza no debe ser divulgado. Es una obligación moral, porque, a pesar de que el conocedor del secreto no haya prometido guardarlo antes ni después de habérsele manifestado o de haberlo descubierto, está obligado a callar en virtud del principio ético de no maleficencia, que prohíbe perjudicar a los demás. 2. Secreto prometido. Nace por una promesa de guardar silencio, formulada en un contrato después de haber conocido el hecho. 3. Secreto confiado. Este secreto se pide al profesionista que previamente ha prometido, por razón de su oficio o de las circunstancias a guardar silencio. El principio deontológico de confidencialidad establece que la información obtenida sobre una persona debe ser mantenida en forma que solo el profesionista tenga acceso a ella y no se divulgue a otros. La temporalidad de la obligación es permanente, incluso continua tras el fallecimiento de la persona sobre quien se tiene dicha información. No se hace la diferencia entre la que se obtiene de una persona en plenitud de facultades o de un menor de edad o adultos con discapacidades mentales; también aplica a los colegas de la profesión y los estudiantes. La información confidencial abarca todos los medios por lo que la información puede trasmitirse oral, escrita, digital o manual: en registros escritos, en base de datos o en cualquier tipo de video o ilustración por los que puede identificarse específicamente a una persona. Puede divulgarse la información confidencial únicamente cuando el interesado da su consentimiento. Es conveniente comunicarla si es resultado de investigaciones sobre la salud o los asuntos personales. Existen condiciones que eximen al profesionista de guardar el secreto profesional. Está actuando ilegalmente. Está dañando a otros o podría hacerlo en el futuro. Se está dañando así misma o podría hacerlo en un futuro. Explota de un menor o de otra persona. Una información se convierte en anónima cuando no identifica directa ni indirectamente, al individuo con quien está relacionada. Ejemplo una estadística o censo, puede ser utilizada siempre y cuando se justifiquen las razones de su recopilación y sus finalidades legales. 3.3 Percepción de horarios justos. La ética profesional toca el tema de los horarios justos desde dos puntos de vista: el primero es la fijación del monto de los horarios a cambio de un servicio prestado a un cliente. El segundo es el debido pago a los empleados, fijo o por horarios, que el profesionista haya contratado para realizar un trabajo. Para fijar sus horarios, el profesionista debe basarse en una evaluación objetiva de diversos factores que inciden en su determinación, como son: Grado universitario y de especialización que tenga, así como las certificaciones que le hayan sido concebidas. Pertenencia a colegios profesionales y asociaciones. Nivel de experiencia comprobable en trabajos similares: instituciones o empresas para las que ha elaborado y proyectos que ha realizado Ubicación del lugar donde se efectuara el servicio. No es moralmente correcto fijar los honorarios en función de la capacidad económica del cliente o por su preferencias de género, origen social o, en general cualquier tipo de estratificación. Aunque no exista una formula exacta para determinar salarios y sueldos justos, ciertos factores deben tomarse en cuenta. El salario vigente en la industria y en el área. La capacidad económica del empleador. Los riesgos, ya que los que imponen una mayor responsabilidad o una pesada carga física o emocional deben tener mayores compensaciones. La igualdad de salario para quienes realizan trabajos similares. La honestidad, porque no hade abusarse de la ignorancia la buena fe ni utilizar la amenaza o el chantaje. Actividad#5 Investigar ¿cuál es el salario mínimo vigente? 3.4 Solidaridad profesional. La solidaridad es un valor que se da en la relación establecida entre una persona y un grupo en el que se comparte un sentimiento de unidad basado en metas e intereses comunes. La solidaridad hace posible que las personas que forman un grupo puedan actuar conjuntamente y ayudarse para alcanzar un fin. Les permite compartir sentimientos, intereses, objetivos y responsabilidades, así como brindarse apoyo económico, social, afectivo, educativo. Implica reconocimiento de que todas las personas son iguales en dignidad y derechos; por tanto en el momento de formar parte de un grupo o comunidad, todas se benefician con las oportunidades ofrecidas, al mismo tiempo tienen la responsabilidad de trabajar, aportar a la comunidad y ayudar en situaciones de urgencia. Solidaridad dentro del ejercicio de la profesión Es la interacción entre los miembros de una misma profesión por la que se realizan laboras conjuntas; brindan apoyo y soporte a sus colegas y comparten responsabilidades para trabajar a favor de la sociedad. Valores relacionados con la solidaridad La solidaridad en el trabajo es un intercambio en el que el profesionista, la actividad y la sociedad en donde se desarrollan y benefician. La solidaridad hace recordar la igualdad fundamental entre las personas y por extensión, entre todos los profesionistas. Decía el poeta León Felipe: “No se trata de ser el primero, sino llegar con todos y a tiempo”. 3.5 Responsabilidad. La responsabilidad del profesionista tiene diversos aspectos que se consideran en la Ética profesional. 1. La responsabilidad por la calidad del trabajo. Por esta razón, debe actuar con sus competencias intelectuales y morales en plenitud. 2. La responsabilidad por la preparación y actualización profesional. Consiste en poseer los conocimientos, el entrenamiento técnico y la experiencia necesarios. 3. La responsabilidad por los actos u omisiones en el desarrollo de la actividad profesional. Los dos primeros se refieren a los deberes u obligaciones morales del profesionista, y el tercero a la responsabilidad por las consecuencias de sus acciones. La responsabilidad se define como la capacidad habitual de asumir las consecuencias de las decisiones y acciones propias. La participación del profesionista dentro de la responsabilidad corporativa La responsabilidad por las acciones de una corporación recae sobre todos los que intervienen, ya que los actos corporativos se producen por las acciones u omisiones de muchas personas. Por ejemplo, un equipo de ingenieros diseña una planta, los administradores la aprueban, otros la construyen y todos saben que el proceso que va a realizarse en ella es contaminante y potencialmente peligroso para las personas de las comunidades cercanas pero nadie dice ni hace nada, consintieron tales acciones son responsables de sus efectos y consecuencias.