cerebro humano, limitado por la caja ósea que lo protege,
ha conseguido crecer a lo largo de la evolución gracias a la capacidad de la corteza cerebral, la parte que realiza las funciones superiores, para plegarse. De ese modo, ha adquirido una superficie tres veces mayor a la que tendría si fuera lisa, lo que implica más espacio para llevar a cabo el pensamiento, la planificación o la percepción. Pero, ¿cómo consigue doblarse en surcos hasta obtener ese aspecto «arrugado»? Una investigación internacional en la que ha participado el Instituto de Neurociencias de Alicante ha descubierto el mecanismo crucial y hasta ahora desconocido que está detrás de esta maravilla. El plegamiento de la corteza cerebral no se produce en todas las especies de mamíferos. Está limitado a los que poseen un cerebro voluminoso, como ballenas, delfines, perros, hurones y primates. Los ratones y ratas, por ejemplo, tienen un cerebro liso. Estudiando las diferencias entre ambos tipos de cerebros, los científicos dieron con unas proteínas clave, un hallazgo que publica la revista Cell. Durante el desarrollo del cerebro, las neuronas viajan desde el lugar donde nacen (en las cercanías de los ventrículos, situados en el interior del cerebro) hasta la zona más externa, la corteza, recorriendo grandes distancias. En animales con cerebro liso, como los ratones, unas proteínas de adhesión de la superficie celular llamadas FLRT regulan esas migraciones neuronales, proporcionando adhesión entre las células nerviosas, que se alinean dando lugar a un
La sustancia blanca se encuentra en los tejidos más profundos del cerebro
(subcorticales). Contiene fibras nerviosas (axones), las cuales son extensiones de las células nerviosas (neuronas). Muchas de estas fibras nerviosas están rodeadas por un tipo de envoltura o capa llamada mielina. La mielina le da a la sustancia blanca su color. También protege a las fibras nerviosas de una lesión. Además, mejora la velocidad y la transmisión de las señales eléctricas de los nervios a lo largo de las extensiones de las células nerviosas llamadas axones. a superficie lisa.
El homólogo Sonic hedgehog (SHH) es una de las tres proteínas de la familia
hedgehog. SHH es el ligando mejor estudiado de la vía de señalización hedgehog. Juega un papel esencial en la regulación de la organogénesis de los vertebrados, como el crecimiento de las falanges de las extremidades y la organización del cerebro. Sonic hedgehog es un ejemplo canónico de un morfógeno tal como fue definido por el modelo de la bandera francesa de Lewis Wolpert: una molécula que difunde para formar un gradiente de concentración y tiene diferentes efectos en las células del embrión en desarrollo dependiendo de su concentración. Shh sigue siendo importante en el adulto, controlado la división celular de células madre adultas y está implicado en el desarrollo de ciertos cánceres.