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2022

Cultura Europea en España

Apuntes colaborativos 2021/2022:


Anca, David Cuadrado, Umaima,
Miguel Castro, Eva, Grace, Judith,
Isaac, Esther Porras y Laura Nieto
ÍNDICE

EUROPA, ESPAÑA, Y EL NACIMIENTO DEL ESTADO MODERNO

LECCIÓN 1ª LA MONARQUÍA UNIVERSAL ESPAÑOLA.

I. De la Monarquía Hispánica al “Despotismo ilustrado” de los Borbones.


II. El proceso de integración territorial:
- A) España.
- B) El problema de la incorporación de las Indias.
- C) El problema de los justos títulos y los orígenes del Derecho internacional.
- D) El debate sobre la libertad del Indio: Sepúlveda, Las Casas, Vitoria y la solución final.
III. La unificación jurídica: los Decretos de Nueva Planta.
IV. La unificación religiosa:
- A) Expulsión de los judíos y moriscos.
- B) La Inquisición.

LECCIÓN 2ª LA LLEGADA DE LAS NUEVAS CORRIENTES ECONÓMICAS Y SOCIALES


EUROPEAS.

I.Mercantilismo y arbitrismo.
II. Las Sociedades Económicas de Amigos del País.
III. Las Ordenanzas de los Consulados.
IV. Las clases sociales.

LECCIÓN 3ª LA ÉPOCA DE LAS RECOPILACIONES.

I.Recopilaciones castellanas: del Ordenamiento de Montalvo a la Novísima Recopilación.


II. Las Recopilaciones en Vascongadas, Aragón, Navarra, Cataluña, Mallorca y Valencia.
III. Las Recopilaciones en Indias.
- A) Derecho castellano, derecho indiano y derecho indígena.
- B) De los primeros trabajos recopiladores a la Recopilación de 1680.

LECCIÓN 4ª TEORÍA Y PRÁCTICA DE GOBIERNO: MONARQUÍA Y CORTES EN LA


EDAD MODERNA.

I. Monarca y Estado:
- A) El Estado Moderno en las monarquías europeas.
- B) El poder real y la sucesión a la Corona.
II. El ejercicio del poder:
- A) Movimientos políticos y sociales.
- B) Poder real y poder señorial.
- C) La delegación del poder regio: Privados y Validos.
III. Las Cortes:
- A) El declive de las asambleas representativas en Europa y también en España.
- B) Las Cortes en el siglo XVIII. La Diputación de Cortes.

LECCIÓN 5ª CONSEJEROS DEL REY Y PRÁCTICA CONSULTIVA.

I. Caracteres generales:
- A) Oficio público y burocracia.
- B) El control de la gestión: pesquisas, visitas y juicio de residencia.
II. La Administración Central:
- A) Siglos XVI y XVII: el régimen de Consejos.
- B) Los Secretarios del Rey: los Secretarios de Estado, los Secretarios privados y el Secretario del
Despacho Universal.
- C) La influencia de la Francia Borbónica en el régimen ministerial: las Secretarías de Estado y
del Despacho y la Junta Suprema de Estado.
- D) Persistencia y ocaso del régimen de Consejos.

LECCIÓN 6ª SISTEMAS DE VERTEBRACIÓN TERRITORIAL Y LOCAL

I. La Administración Territorial:
- A) El sistema bajo los Austrias: virreinatos y provincias.
- B) La influencia de la Francia borbónica: capitanías generales e intendencias.
- C) La administración territorial de Indias.
II. La Administración Local:
- A) El municipio en los siglos XVI y XVII: Regimientos, Jurados y Corregidores.
- B) El municipio borbónico y reformas de Carlos III.
- C) El municipio indiano.

LECCIÓN 7ª CONTROL SOCIAL Y RELACIONES CON LA IGLESIA

I. La Administración de Justicia:
- - A) La jurisdicción ordinaria: los jueces inferiores, Chancillerías y Audiencias.
- - B) Las jurisdicciones especiales: Jurisdicción palatina, eclesiástica, inquisitorial y mercantil.
II. La Iglesia y el Estado: el regalismo.
III. La Hacienda:
- A) Impuestos, Regalías, Contribuciones eclesiásticas, Servicios, Asientos y Juros.
- B) Las reformas del siglo XVIII y la única contribución.

LA RECEPCIÓN DEL LIBERALISMO EN ESPAÑA

LECCIÓN 8ª. LA IMPLANTACION DEL LIBERALISMO EN LA ESPAÑA DEL XIX

I. Triunfo del Liberalismo político:


- A) El derrumbamiento del Antiguo Régimen.
- B) Las convulsiones liberales y absolutistas.
II. De la consolidación liberal a la Revolución.
III. La Restauración y la convivencia canovista.

LECCIÓN 9ª LAS REFORMAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA IDEOLOGÍA LIBERAL

I. Estructura económica:
- A) La propiedad agraria y sus reformas: la disolución del régimen señorial y las
desamortizaciones.
- B) El comercio: Política arancelaria. Banco de España y Bolsa.
II. Estructura social: las clases sociales.

LECCIÓN 10ª PENSAMIENTO LIBERAL Y REFORMAS POLÍTICAS


I. Introducción: La Revolución francesa y los orígenes del constitucionalismo continental.
II. El Estatuto de Bayona.
III. La Constitución de Cádiz.
IV. El Estatuto Real.
V. La Constitución de 1837.
VI. La Constitución de 1845.
VII. La Constitución de 1869.
VIII. La Constitución de 1876.

LECCIÓN 11ª TEORIA Y PRÁCTICA DE GOBIERNO EN EL SISTEMA LIBERAL

I. El rey.
II. Del unicameralismo francés al bicameralismo:
- A) El Congreso de los Diputados.
- B) El Senado.
- C) Convocatoria, reunión y atribuciones de las Cortes liberales.
- D) La Diputación de Cortes en el siglo XIX.
III. Los Partidos Políticos:
- A) Los primeros partidos políticos.
- B) El bipartidismo de la Restauración.

LECCIÓN 12ª CIENCIA Y POSITIVISMO: LA CODIFICACIÓN

I. Introducción:
- A) Idea de Código y Codificación en Europa.
- B) La motivación ideológica.
II. La Codificación del Derecho Penal:
- A) Fundamentos ideológicos de la codificación penal en Europa.
- B) Los Códigos Penales de 1822, 1848 y 1870.
III. Los Códigos de Comercio de 1829 y de 1885.
IV. La codificación del Derecho Procesal Civil y Penal.
V. El retraso de la codificación del Derecho Civil en España:
- A) Proyectos previos y leyes especiales. .
- B) El Código Civil de 1889.

LECCIÓN 13ª IDEOLOGÍA LIBERAL Y CENTRALISMO

I. La organización ministerial durante el siglo XIX:


- A) Evolución y reformas: 1.- Del Estatuto de Bayona a la Constitución de Cádiz. 2.- Reformas
(1830-1863) y reajustes durante la Restauración alfonsina.
II. El Consejo de Ministros:
- A) Creación y antecedentes.
- B) La Presidencia del Consejo.
III. El derrumbe definitivo de los viejos Consejos.

LECCIÓN 14ª VERTEBRACIÓN Y GESTIÓN DEL TERRITORIO

I. La Administración territorial:
- A) La división provincial: del plan prefectural de José Bonaparte a la división de Javier de
Burgos
- B) Los órganos: Gobiernos civiles y Diputaciones.
II. La Administración Local:
- A) De las reformas de José Bonaparte al sistema municipal de Cádiz.
- B) La consolidación del municipio constitucional.

LECCIÓN 15ª JUSTICIA, IGLESIA, Y HACIENDA CONTEMPORÁNEAS

I. La Administración de Justicia:
- A) La organización de los tribunales.
- B) La Ley Orgánica del Poder Judicial de 1870.
- C) La Ley del Jurado. II. La Iglesia y el Estado liberal.
III. Las reformas tributarias de 1845 y los reajustes posteriores de Mon a Villaverde.

LECCIÓN 16ª. EL SIGLO XX: LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y LA II REPÚBLICA

I. La crisis de la Restauración y la Dictadura de Primo de Rivera:


- A) El golpe de Estado de Primo de Rivera: Directorio Militar. Ministerio Único y Directorio
Civil.
- B) El proyecto constitucional de 1929.
- C) Rey, Gobierno, Cortes y Consejo del Reino.
- D) La crisis de la Dictadura de Primo de Rivera.
II.- La II República:
- A) La proclamación de la Segunda República.
- B) La Constitución de 1931.
- C) Organización política y administrativa de la II República: 1. El Presidente de la República. 2.
El Gobierno. 3. Las Cortes. 4. El Tribunal de Garantías Constitucionales.

LECCIÓN 17ª EL SIGLO XX: LA DICTADURA DEL GENERAL FRANCO Y LA


TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA

I. La Dictadura del General Franco:


- A) El golpe de Estado y la ruptura del orden constitucional: La Junta Técnica.
- B) Los pilares del Régimen: Movimiento Nacional, Ejército e Iglesia.
- C) Las Leyes Fundamentales del Régimen de Franco.
- D) Instituciones políticas de la Dictadura: 1. La Jefatura del Estado y el Presidente del Gobierno.
2. El Consejo del Reino y las Cortes.
- E) Apertura y crisis del Régimen de Franco. II. La Transición a la democracia: la monarquía
parlamentaria.
III. La entrada de España en el concierto europeo: la adhesión a las Comunidades europeas en 1985.
TEMA 1: LA MONARQUÍA UNIVERSAL ESPAÑOLA
I. DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA AL DESPOTISMO ILUSTRADO
DE LOS BORBONES

Los reyes centralizaron el poder político en la Edad Moderna. Los Reyes Católicos
abocaron a la corona los maestrazgos de las Órdenes y con ellos su potencial militar;
crearon y apoyaron la Inquisición en pro de la unidad religiosa y política; desarrollaron
un programa de revocación de privilegios de la nobleza y alto clero que habían
consistido en la patrimonialización de recursos y funciones públicas, reforzaron las
Hermandades, etc... Carlos I siguió esa política de centralización del poder político, en
perjuicio de la alta y baja nobleza.

La centralización vino apoyada por el crecimiento de la administración, con la


profesionalización y especialización de los técnicos y funcionarios a través de
numerosos organismos: Juntas, Consejos, Secretarías, Reales Audiencias, etc... en las
que se integraban cada vez más letrados o juristas de oficio.

La base jurídica de la monarquía absoluta arrancaba de la Baja Edad Media: los juristas
del derecho común la usaron para justificar las pretensiones hegemónicas del
Emperador sobre el Papa y los demás monarcas, y posteriormente usada también por los
consejeros de los monarcas para justificar la desvinculación de los reyes respecto al
emperador.

El absolutismo, frente al feudalismo –que interpuso poderes intermedios entre Rey y


súbdito simplificó el predominio del poder público por encima de las jurisdicciones
privadas o estamentales. Mientras el régimen señorial interponía instancias o poderes
intermedios entre el rey y sus súbditos, que acaparaban recursos y funciones públicas, el
absolutismo tendió a suprimirlos.

En España, la teoría política, siguió los derroteros marcados por la segunda escolástica y
la contrareforma. Se afianza la idea de que Dios deposita inicialmente el poder en la
comunidad, quien a su vez lo encomienda o delega en el Soberano, no como mandatario
sino en función de un pacto de sujeción. El cumplimiento del pacto de obediencia por
parte de la comunidad se condiciona a que el soberano atienda el bien público, pues en
caso contrario el monarca se convierte en tirano y cesa la obligación de obediencia de
los súbditos.

II. EL PROCESO DE INTEGRACIÓN TERRITORIAL

A) ESPAÑA

El desarrollo del Estado Moderno, llevó aparejado un proceso de delimitación de


fronteras. Al mismo tiempo, estaban abocados a la expansión territorial mediante un
proceso de conquista. A mayor territorio mayor grandeza y garantía de una posición
económica predominante.
Carlos I heredó los territorios de las coronas de Castilla, Aragón y Navarra (anexionado
en 1512 por Fernando el Católico), así como los Países Bajos, las posesiones de
América, Cerdeña, Sicilia, Nápoles, e incorpora por el derecho de conquista el
Milanesado y Felipe II prosigue la expansión en América y asume la Corona de
Portugal por herencia dando origen a la "unión ibérica".

Aunque el monarca tenía el supremo poder político("plena potestas" o "soberanía"),


esos reinos conservaban su personalidad jurídica e instituciones. (Cortes,
Administración, justicia, hacienda, etc...)

B) INCORPORACIÓN DE LAS INDIAS

Por las Capitulaciones de Santa Fe (1492), Colón recibía el título de Almirante, Virrey y
Gobernador de las tierras que descubriera, recibiendo el diezmo de las riquezas de esos
territorios. Las capitulaciones actuaban como una concesión administrativa de los
RRCC en favor de Colón, otorgándoles determinados derechos y deberes.

Hasta este momento Portugal había sido la gran potencia marítima del Atlántico, ante la
creciente competencia castellana y teniendo en cuenta el poder temporal sobre los
dominios de infieles que en esa época se atribuía al Papa, los portugueses habían
solicitado de Roma unas bulas que les garantizasen el monopolio de navegación y el
control de las costas africanas. En ellas se había establecido un paralelo imaginario en
las islas canarias según el cual hacia el norte solo navegarían los castellanos y hacia el
sur los portugueses.

Cuando Colón regresa de América, visita al rey de Portugal y éste le reclama las nuevas
tierras por haber traspasado hacia el sur el paralelo de las Islas Canarias.
Ante esta situación, los Reyes Católicos reaccionan y consiguen del Papa Alejandro VI
(de ascendencia española,) varias Bulas (Bulas Alejandrinas de 1493) que reconocían a
la corona castellana las nuevas tierras descubiertas:

- Inter Cetera I: es un documento de donación geográfica que concede a los


RRCC todo lo hallado y por hallar navegando desde Canarias hacia el Oeste,
con la obligación de predicar el evangelio.

- Eximie devotionis: es una bula de donación eclesiástica, que decreta que los
RRCC cobrasen los diezmos del nuevo mundo a cambio de predicar el evangelio
y formar iglesias.

- Bula inter cetera II supuso un cambio muy favorable para los RRCC, era un
bula de demarcación, pues establecía una raya de norte a sur y situada a 100
leguas al oeste de las Islas Azores y Cabo Verde (que no están a la misma
latitud,) adjudicando a Portugal las tierras al este y a Castilla “todo lo hallado y
por hallar” al Oeste, con la obligación de evangelizarlas.

- Dudum siquidem: concede a los RRCC el dominio de las tierras orientales que
se descubrieran navegando hacia el oeste y que no estuvieran ocupadas por
príncipe cristiano. Revocaba cualquier posible donación hecha con anterioridad
si no se había mantenido la posesión de la tierra.
Portugal impugnó la línea de demarcación de la Bula inter coetera II, alegando que
estaba muy próxima a las costas de sus islas y en caso de tormenta podrían entrar en
aguas españolas y ser considerados piratas. Las protestas portuguesas llevaron
finalmente al Tratado de Tordesillas (1494), en virtud del cual la línea divisoria fue
desplazada en 300 leguas al oeste de las Islas de Cabo Verde, a media distancia de las
nuevas tierras descubiertas, en perjuicio de España. La nueva línea dejaba en manos
portuguesas el Este de Brasil.

Manteniendo la monarquía de los Reyes Católicos la estructura dual, de dos coronas, las
Indias quedaron incorporadas a la de Castilla (según consta en el testamento de la
reina.) El rey Fernando permitió la incorporación del Nuevo Mundo a Castilla porque
allí la monarquía no estaba tan controlada por la nobleza y podría administrar tierras sin
las limitaciones existentes del reino de Aragón donde el régimen pactista mantenía una
nobleza fuerte y privilegiada.

Además, la entrada de Aragón en un conflicto entre Castilla y Portugal que se


remontaba al tratado de Alcaçovas y existir la mediación –proclive a los intereses
castellanos- de Alejandro VI, en nada ayudaría. Las reclamaciones del rey portugués
iban dirigidas a Castilla: por el Tratado de Alcaçovas se habían puesto fin a las
pretensiones portuguesas sobre el reino de Castilla en beneficio de Isabel y se establecía
un reparto del océano atlántico: Madeira, Azores, Cabo Verde y Guinea para Portugal y
Canarias para Castilla.

Sin embargo, el problema fundamental fue la justificación de la conquista, la búsqueda


de unos “justos” títulos que ampararan los derechos de Castilla a colonizar las Indias y
exigir obediencia a sus habitantes.

C) EL PROBLEMA DE LOS JUSTOS TÍTULOS Y ORÍGENES DEL DERECHO


INTERNACIONAL.

Los Justos Títulos que amparan el dominio de la Monarquía Española sobre el Nuevo
Mundo son un concepto ideológico expresado jurídica y teológicamente a través de
sucesivas reuniones de teólogos y juristas, las principales son:

- La junta de Burgos de 1412 a raíz de las denuncias de Montesinos.


- La junta de Valladolid de 1550-1551 que da lugar a la polémica Sepúlveda -
Las Casas. Surgen a partir de las denuncias del dominico Antonio de Montesinos
sobre el mal trato de los colonos o encomenderos a los indios, ante las que el
gobernador Diego Colon, de la Española se dirigió al Rey, apoyado por los
encomenderos, acusando a Montesinos no solo de criticar el modo de ocupación,
sino también de dudar del justo título de los reyes castellanos sobre esas tierras.
Los principales títulos aducidos para legitimar la presencia española en indias fueron:

1. Las Indias eran res nullius: (cosa de nadie) ese fue el argumento usado por
Colón: él las habría adquirido no “per bellum”, sino “per adquisitionem.” Según
el derecho romanorenacentista sólo cabía con tierra que habiendo sido antes
poblada, estuviera abandonada, con tierra que no tuviera poseedor ni propietario,
o con habitantes no cristianos, en cuyo caso el Papa tenía jurisdicción sobre las
tierras de los infieles. Aunque este caso se refería a las guerras contra los
musulmanes, se hizo extensivo a los indios.

2. La donación pontificia: Fue el título de adquisición preferido por la monarquía


y sus juristas. El Papa era la máxima autoridad espiritual y temporal de la Tierra
y podía delegar ese poder en el Emperador, mediante la concesión de Bulas. La
Bula Inter Coetera de Alejandro VI (pedida por los Reyes Católicos para evitar
que Portugal reclamara los territorios en función del Tratado de Alcaçovas)
cedía a los reyes españoles la plena, libre y total potestad, autoridad y
jurisdicción sobre el Nuevo Mundo a condición de evangelizar a sus habitantes.

3. El salvajismo de los indios: Pedro Mártir de Angleria los presentó como


salvajes, demonizándolos. S. Agustin y S. Isidoro habían defendido la idea de
que si el hombre había sido creado a imagen y semejanza de Dios, todo atributo
de bestialidad demostraba lejanía del mundo divino y la intervención del
demonio. La acusación de canibalismo fue la más eficaz para presentar a los
indios como bestias, su práctica, además de implicar homicidio, impedía el
derecho a ser enterrado: una Real Cédula de 1503 permitió hacer la guerra a los
caníbales y esclavizarlos. Quedó consagrada en las Leyes de Indias, el abuso de
esta excepción legal permitió que continuaran las fórmulas esclavistas.

4. El derecho y el deber de evangelizar: El derecho medieval requería cuatro


requisitos para calificar como justa a una guerra: declaración por autoridad
legítima, cusa justa, recta intención y llevanza a cabo prudente. El hecho de que
los indios no quisieran recibir la fe cristiana era motivo de causa justa de guerra
hacia ellos. Hacia los Indios, la Corona fue errática: Isabel I instaba a que fueran
bien tratados, pero eran considerados esclavos si se les capturaba en guerra;
Carlos I admitió las capturas en 1523 y las prohibió en 1530, volviendo a ser
permitidas en 1534. La acuciante escasez de mano de obra en las colonias era un
poderoso incentivo para la captura indios como esclavos. Se señaló que los
indios no eran infieles, sino paganos, lo que ponía en duda (Cardenal Cayetano)
la legitimidad de la guerra y de la conquista. Las réplicas a menudo fueron
ridículas (presunta colonización previa por los godos, esgrimida por Fernández
de Oviedo, con lo que la conquista no sería sino la recuperación de una
propiedad antigua). Como resultado de la disputa, las Leyes Nuevas de 1542
prohibieron la esclavitud del indio excepto los rebeldes o de segunda guerra.
Este criterio fue el recogido en la Recopilación de las leyes de Indias.

5. La providencia divina y el derecho de tutela de España en Indias: El Nuevo


Mundo correspondía a los españoles por concesión papal y por voluntad divina
como premio a su lucha por la fe, (se veía en el título que Carlos I se daba: Rey
de las Indias... “por la gracia de Dios”.) El primero que defendió la donación
divina fue Juan de Ovando, Presidente del Consejo de Indias. Con todo, las leyes
de Indias de 1680 prescindieron de este argumento y se apoyaron en la donación
papal. Estas nuevas argumentaciones cobran vigencia al debatirse las tesis de la
inferioridad del indio, se empieza a reconocer su capacidad política y empieza a
ponerse en duda el alcance de la donación pontificia. Parecía que la donación
sólo había encomendado a los reyes castellanos la tutela y gestión de los
intereses de los indios hasta que se convirtieran al cristianismo. Esta tesis fue
mantenida por Francisco de Vitoria: tras demostrar que los indios no podían ser
tratados como esclavos por naturaleza, entendía que su educación era el
problema y proponía tratarles como desvalidos o personas en estado infantil: la
Corona Española sería su tutora.

6. La renuncia política de los indios a favor de la corona española: Otro título


fue la libre renuncia y cesión de soberanía de los señores naturales de la tierra en
favor de Carlos V. Según Hernández del Pulgar, Moctezuma habría donado a
Carlos I (representado por Hernán Cortés) Nueva España, y Manco II habría
aceptado el Requerimiento a él leído por Pizarro después de que éste asesinara a
Atahualpa.

7. La tiranía de los caciques indios: Para evitar tener que salir de América
cuando se completara la evangelización, se pretendió demostrar que los indios
habían estado esclavizados hasta ser liberados por la intervención española: los
incas habían sido tiranos e idólatras que habían sometido a la población andina y
no tenían justo título para gobernar.

8. La inferioridad natural del indio: Como sólo se permitía al vencedor


esclavizar al vencido si éste no era cristiano, se reforzó el carácter pagano de los
pueblos indios, a los que se vio como salvajes necesitados de corrección. Pero
¿cómo podía un esclavo, alguien no libre, optar voluntariamente por el
catolicismo? ¿Cómo reprochar a los indios su no conversión a una religión que
nunca habían tenido ocasión de conocer? Se salió de este callejón argumentando
que el indio era esclavo no por causa de guerra, sino por imperativo de la
naturaleza. Los precedentes eran aristotélicos: Aristóteles distinguía entre
esclavitud civil (debida a causas no naturales: deudas, delitos, guerra) y natural.
Los hombres sin control sobre sus pasiones – los que no tienen leyes, jueces,
escritura...deberían ser esclavos. El argumento fue asumido por Vespuccio y
Pedro Mártir de Anglería. Cisneros envió entonces tres sacerdotes para estudiar
la situación, pero fue una ingenuidad, porque los encomenderos opinaron
invariablemente que los indios no tenían capacidad para gobernarse. Las tesis
fueron usadas hasta el abuso, hasta el punto de que algunos dominicos
(Betanzos, Montesinos) pusieron de relieve la trama de interese creados
existente. El enfrentamiento de ambas tesis se decantó a favor de la capacidad
del indio gracias a la intervención de Vitoria y Las Casas, que tras aplicar el
discurso aristotélico a las sociedades indias, llegaron a la conclusión que los
indios cumplían los requisitos señalados como indispensables de toda sociedad
civilizada.

D) EL DEBATE SOBRE LA LIBERTAD DEL INDIO: SEPÚLVEDA, LAS


CASAS, VITORIA Y LA SOLUCIÓN FINAL

Antecedentes: A raíz de las denuncias de Montesinos, el Rey Fernando había convocado


en Burgos una Junta de Teólogos (1512) que entendía que las Indias no eran res nullius
y en la que se enfrentaron dos posturas: Los que invocando a Aristóteles, defendían que
los indios debían ser sometidos a alguna forma de servidumbre debido a su naturaleza
inferior; y los que entendían que no eran siervos en sentido aristotélico, ni infieles como
los musulmanes ya que los indios no habían injuriado a los españoles, ni habían tenido
ocasión de rechazar el cristianismo por no conocerlo.

Las leyes de Burgos (Ordenanzas para el tratamiento de los indios.) fueron


sancionadas en 1512 y 1513, son las primeras leyes dictadas para organizar la conquista
y asentaron jurídicamente los derechos de los reyes a hacer la guerra a los indígenas que
se resistieran a la evangelización (para lo cual había que leer el famoso Requerimiento)
al tiempo que se reconocía la libertad del indio mediatizada por la obligación de trabajar
para los encomenderos, a quienes se daba amplias facultades.

El requerimiento: era un pregón estandarizado por el que el conquistador anunciaba, a


los habitantes de las nuevas tierras descubiertas, que el papa había conferido posesión
de los indios y sus tierras al rey de Castilla, con orden de reconocer su autoridad. Su no
reconocimiento entrañaba una declaración de guerra justa.

Desencadenante: Las noticias de las matanzas de Cortés y Pizarro habían avivado la


desconfianza papal a la conquista: Pablo III, a instancias de dominicos españoles,
promulga la Bula Sublimis Deus, que partiendo de la racionalidad de los indios en
cuanto que son hombres, declaraba su derecho a la libertad y la propiedad, así como el
derecho a abrazar el cristianismo, que debe serles predicado pacíficamente.

La bula censuraba a aquellos que tomaban para su servicio a los indios, con el pretexto
de ser inferiores e incapaces de recibir la fe católica y cuestionaba las bulas anteriores
como justo título para regir a los indios.

Carlos I reacciona convocando (1542) una Junta en Barcelona cuyo resultado fueron las
Leyes Nuevas, que prohibieron la esclavitud y la creación de nuevas encomiendas,
revirtiendo a la corona los que ya estuvieran adscritos cuando murieran sus titulares.
Asimismo eludieron hablar de “conquista”, haciendo referencia a “descubrimiento”, y
prohibieron cualquier guerra contra los indios salvo la defensiva. Pero los
encomenderos se sublevaron, alegando que ello producía contrafuero, con lo que Carlos
I restituyó las encomiendas en 1545.

La controversia continuó en 1550, en una junta de juristas convocada por Carlos I en


Valladolid, a la que acudieron los máximos representantes de ambas tesis:

- Sepúlveda, que defendía la licitud de la conquista para combatir la idolatría, la


antropofagia. Consideraba los indios seres inferiores por naturaleza, según la
tradición aristotélica.
- Las Casas, que defendía la libertad y capacidad jurídica y política de los indios.
Según Las Casas, la Bula pontificia sólo daba a España, el derecho que sus reyes
fueran reconocidos como soberanos por los indios, siempre que éstos lo
decidieran voluntariamente. Toda vez que –apunta García Gallo- tal derecho lo
poseen todos los pueblos por derecho natural y de gentes, el título concedido por
la bula quedaba vacío.

La Corona optó lentamente por las tesis de Las Casas, lo que se reflejó en las
ordenanzas de 1573: los indios tenían capacidad moral e intelectiva, y su libertad
personal debía respetarse. Las Casas puso de relieve los peligros secesionistas de la
política de concesión de encomiendas, el riesgo de tales concesiones radicaba en la
progresiva feudalización de las tierras de realengo, que acabara desembocando en la
independencia de las colonias. De hecho en 1562 los encomenderos peruanos ofrecieron
a Felipe II, 4 millones de ducados a cambio de la renuncia y cesión perpetua de sus
facultades jurisdiccionales, los consejeros de Felipe II le alertaron en este sentido.

Al final, la encomienda fue el resultado medio entre las aspiraciones señoriales de los
encomenderos y la política centralista del Estado.

En 1561 Las Casas se radicalizó influido por Vitoria, insistiendo en que la bula había
concedido el principado supremo o dignidad imperial, pero no el dominio o posesión,
los reyes indios debían conservar sus Estados mientras los pueblos no consintieran y
entregaran sus posesiones al Rey español.

Las guerras contra los Indios habrían sido injustas y por tanto nulas de pleno derecho.
Los nombramientos de virreyes, gobernadores y audiencias eran nulos, y los reyes
españoles habían usurpado funciones. Sus tesis se extendieron entre los dominicos.

Por su parte, Vitoria entendió que la Bula no era justo título porque en ella el Papa no
podía otorgar más que un derecho exclusivo a predicar y, en compensación, comercio
con sus habitantes. En última instancia, aunque negaba validez a los viejos títulos,
promovía otros nuevos que subsanaban los defectos de los anteriores.

El dominico Francisco Vitoria, expone sus tesis sobre la legitimidad de la conquista en


un disertación universitaria pronunciada en Salamanca: la “Relectio Indis.” En ella
declara que los indios son libres y legítimos soberanos de sus tierras y rechaza la
supremacía universal del emperador o del papa. Así, el poder civil está sujeto a la
autoridad espiritual del papado, pero no a su poder temporal. No se podía pues, alegar
su negativa a reconocer la soberanía del papa o del emperador para hacerles la guerra.
Negaba los derechos admitidos a los RRCC, rechaza los viejos títulos, como la idolatría,
su inferioridad natural y el derecho de descubrimiento. Las tesis de Vitoria se basan en
el derecho natural y de gentes (ius gentium,) aplicable a todos los pueblos, por ello se le
considera el fundador del moderno Derecho Internacional.

Los títulos de Vitoria son los siguientes:

- Derecho de libre tránsito y circulación por el mundo, que faculta a los


españoles a desplazarse libremente y comerciar con los indígenas. Será inválida
cualquier ley que impida el ejercicio de esa libertad.
- Obligación de predicar el evangelio. Nadie puede impedir “enseñar la verdad a
los que quieran oirla.”
- Defender a los ya convertidos de la agresión de otros indios que pudieran
forzarles a volver a la idolatría.
- Si una buena parte de los súbditos de un príncipe indígena, se hubiera
convertido, esto facultaría al papa a darles un príncipe cristiano y quitarles los
señores infieles.
- Admite una legítima intervención de los españoles en el caso de existir un
gobierno tiránico o para evitar prácticas como la antropofagia.
- Si fueran llamados a gobernar por los indios, considera legítima la elección
voluntaria que la mayoría de indigenas pudieran hacer del rey de España como
su propio rey, una vez conocida su prudente administración.
- Si los españoles se vieran obligados a combatir contra unos indios por ayudar a
otros con los que hubiera previa alianza o amistad.
- El octavo título se formulaba de modo hipotético: En caso de que los indígenas
no tuvieran, de hecho, capacidad para gobernarse, sería lícito, en función de la
caridad y sólo en bien de ellos, deponer a sus príncipes y que los españoles
gobiernen.

Finalmente Vitoria concluye afirmando que no consideraba prudente abandonar las


Indias por los daños que sufriría la evangelización y los indios que ya se habían
convertido. Cuando Sepúlveda y Las Casas enfrentaron sus argumentos (1550,
Valladolid) no se llegó a ninguna conclusión: ya había demasiados intereses creados a
nivel político, económico y familiar en el sistema colonial. De modo que las
Instrucciones de 1556 siguieron las tesis de Vitoria, limitando la guerra contra los indios
a los casos en los que éstos impidieran la evangelización.

En el último cuarto del siglo XVI, hay una mayor receptividad legislativa a las tesis las
casianas, quizás porque la administración colonial española estaba ya extendida por la
mayoría del continente americano. El presidente del Consejo de Indias solicitó los
manuscritos de Las Casas para redactar las nuevas ordenanzas de 1573.

Los consejeros de Felipe II tratan así de conciliar la libertad y soberanía del indio con
los derechos expresados en la donación papal.

En las Ordenanzas de 1573 la conquista ya no era considerada un justo título, sino que
se interpretaba que las bulas papales otorgaban a los españoles el dominio sobre las
tierras, pero no el de sus gentes. El pleno dominio sólo se contempla convenciendo a los
indios a reconocer libre y pacíficamente la soberanía real española.

Con todo, las ordenanzas no estaban exentas de elementos contradictorios: aunque se


mencionan los derechos derivados de la bula pontificia, se ordena al descubridor que
tome formal y solemnemente posesión del territorio. Además se admitían actos como
tomar como rehenes a los hijos de los caciques con el pretexto de educarlos o construir
fuertes cerca de sus poblados para coaccionar su voluntad.

Los preceptos de las Ordenanzas fueron recogidos en la Recopilación de Leyes de


Indias (1680), donde nada se añade sobre el justo título de la conquista: remite a la
donación papal, la donación divina, el descubrimiento y la evangelización.

III. LA UNIFICACIÓN JURÍDICA: LOS DECRETOS DE NUEVA PLANTA

La lógica del centralismo y absolutismo político pedía la unificación jurídica e


institucional de todos los reinos: así, los monarcas extendieron donde pudieron las
instituciones castellanas por considerarlas más cómodas y permeables al poder real al
ser menor el control del monarca por las cortes y tener menor incidencia el pactismo.

Los otros reinos obstaculizaban la recaudación de tributos destinados a satisfacer las


necesidades militares y financieras de las guerras de Flandes e Italia alegando sus fueros
y tradiciones. Al morir sin descendencia Carlos II (el último Austria) se abrió la crisis
sucesoria, con dos pretendientes: Felipe de Borbón –nieto de Luis XIV- y Carlos de
Austria. Cualquiera de ellos suponía la unión de España a Francia o Alemania, alianza
vista con recelo por el resto de países europeos. El propio Carlos II había dejado como
herederos a ambos en sucesivos testamentos.

Castilla y Navarra aceptaron a Felipe V de Borbón (designado en el último testamento


de Carlos II) con apoyo de Francia y Cataluña y Aragón apoyaron al archiduque Carlos,
con el apoyo de Inglaterra, Alemania y Holanda. (Rivales de Francia.)

La victoria (Almansa, 1707) de Felipe V y la entronización del archiduque Carlos en


Alemania (que apartó a Inglaterra y Holanda de la guerra para evitar la unión de España
con Alemania) llevó a Felipe al trono dejandole manos libres para proceder a una serie
de reformas: los Decretos de Nueva Planta, invocando el justo derecho de conquista.
Los Decretos de Nueva Planta, suponían:

- Dotar de unas únicas leyes, usos, costumbres y tribunales a todos los reinos,
rigiéndose por las leyes castellanas.
- Abolir y derogar todos los fueros, privilegios y costumbres de Aragón, Cataluña
y Valencia.
-
Sin embargo, en una serie de decretos posteriores Felipe V restableció parte del antiguo
derecho (derecho civil, mercantil, procesal aragonés, catalán...).

III. LA UNIFICACIÓN RELIGIOSA

A) EXPULSIÓN DE JUDÍOS Y MORISCOS

Las tendencias unificadoras del Estado encontraron un aliado en la religión: la unidad


de fe se convirtió en un imperativo del Estado que de esta forma seguía el principio
medieval de “el pueblo sigue la religión del rey.” Así, la animadversión contra los
judíos, que monopolizaban la actividad de prestar dinero (los cristianos tenían prohibido
practicar la usura,) y de los moriscos se pretendió resolver con expulsiones sucesivas de
los que no se convirtieran al cristianismo.

En 1492 los Reyes Católicos firmaron el edicto de expulsión de los judíos, ante lo que
muchos se convirtieron al cristianismo (real o fingidamente). Ello agudizó la crisis,
porque los judíos monopolizaban las actividades financieras y mercantiles.

A partir de 1608 se expulsó a los moriscos. Se constataron planes de invasión del sur de
la península por Marruecos, auxiliado por turcos y argelinos previo levantamiento de los
moriscos de Murcia, Valencia y Granada. Francia actuaba como aliada de estos países
con el objetivo de restar recursos bélicos a España en sus zonas fronterizas, todo ello
indispuso los ánimos contra la población musulmana.
B) LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA

En la Edad Media, la aparición de sectas en Francia (cátaros, albigenenses...) movió a


Gregorio IX a crear el tribunal de la Inquisición, encargado de averiguar, juzgar y
sentenciar las causas de herejía, debiendo las penas ser ejecutadas por el poder civil. El
tribunal se extendió pronto por Francia, Navarra y Aragón.

En Castilla no se estableció hasta 1478 en que los Reyes Católicos llegaron a un


acuerdo con el papa asumiendo el derecho a organizar directamente el Santo Oficio y a
nombrar Inquisidores. Frente a la Inquisición medieval vinculada al Papa, la Inquisición
española de la Edad Moderna quedaba sometida al Estado y convertida en instrumento
político. En un principio el objetivo fue descubrir y castigar las falsas conversiones de
judíos (“marranos”) al catolicismo, pero después su esfera de actuación se extendió a
falsos conversos moriscos y protestantes.

Aunque no le competía perseguir otras religiones (judía o musulmana,) sino velar por la
ortodoxia religiosa y perseguir las desviaciones del dogma (herejía.) Sin embargo sirvió
como instrumento para controlar la discrepancia religiosa y mantener la unidad
espiritual y política, además de mantener el orden social tradicional, al extender sus
competencias a otros actos ilícitos que se consideraba contravenían el dogma de la
iglesia (blasfemia, bigamia, sodomía...)

El Santo Oficio suponía una jurisdicción estatal en materia religiosa: el Rey nombraba y
deponía a los inquisidores, recibiendo del Papa la aprobación. Esta doble dependencia
dio lugar a conflictos de competencias con las jurisdicciones civil y eclesiástica
ordinaria, normalmente saldados a favor de la Inquisición debido a la ayuda policial y
de información que suministraban a los monarcas en el mantenimiento del orden
público.

La máxima autoridad era el Inquisidor General, Presidente del Consejo de la


Inquisición, por debajo actuaban tribunales provinciales formados por inquisidores,
procuradores fiscales, oficiales, familiares del santo oficio (una especie de policía
secreta.)

La presentación voluntaria del hereje o sospechoso daba lugar a una penitencia suave,
pero la denuncia o actuación de oficio daba lugar a un procedimiento complejo, con
incomunicación del acusado, escasas posibilidades de defensa y posible aplicación de
prácticas de tortura. Las condenas podían ser destierro, confiscación, uso del sambenito,
cárcel... La Inquisición no fue suprimida hasta 1834.
TEMA 2. LA LLEGADA DE LAS NUEVAS CORRIENTES
ECONÓMICAS Y SOCIALES EUROPEAS.

I. MERCANTILISMO Y ARBITRISMO.

A) EL MERCANTILISMO Y LOS PROBLEMAS DE LA ECONOMÍA


El mercantilismo es un sistema económico que tuvo una fuerte implantación en Europa
occidental. Su principal característica es un fuerte proteccionismo rayando con la
autarquía que identifica la riqueza con el bullonismo o posesión de metales preciosos, se
ha de acomodar toda la estructura económica.

El primer objetivo tiene que ser la consecución de una balanza de pagos favorable, se
establecen limitaciones a la importación de bienes mediante todo tipo de disposiciones
legales, de tasas aduaneras prohibitivas, la exportación de materias primas se limita,
reservadas para la industria nacional y ha de ser incentivada.

El estado favorece las asociaciones mercantiles y artesanales como consulados y


gremios. La minería de metales preciosos es protegida, las trabas burocráticas y
aduaneras que frenan el comercio interno han de eliminarse hasta conseguir un
mercado nacional unificado, se fomenta el crecimiento demográfico que actúa como
estímulo para el desarrollo económico, no se puede hablar de una economía dirigida,
aunque ya se aprecian detalles que la preludian.

En el tiempo de los Reyes Católicos la paz interior favoreció el curso de la economía y


recibió un impulso importante con la entrada de materias preciosas desde América, se
adoptaron algunos principios mercantilistas para reflotar la economía, la industria
seguía en crisis, en el medio rural la agricultura se desarrollaba a expensas de los
privilegios de la ganadería mientras continuaba el acaparamiento de tierras por la Iglesia
y la nobleza. Las aduanas interiores frenaban el Comercio Interior, el potencial
económico de la nueva corona castellano aragonesa no se desarrolló como hubiera
debido y el aflujo de cantidades cada vez más importantes de oro y plata, acabó por
resultar perjudicial para la economía. Los precios se incrementaron de manera notable y
a ellos se unió la salida de moneda para el pago de soldados y pertrechos en las
campañas europeas.

El resultado fue que el medio de pago principal en la economía fue una moneda de
vellón, en permanente devaluación, las necesidades político militares obligaron a tomar
una serie de medidas monetarias y fiscales cuyo único objetivo era allegar recursos de la
forma más rápida y cuantiosa posible, el resultado fue una presión fiscal insostenible.
B) LOS ARBITRISTAS Y LAS SOLUCIONES

Funcionó la Junta grande de reformación de composición ecléctica en la que se


integraron arbitristas intelectuales y altos miembros de la administración creada por el
Conde Duque de Olivares, objetivos de carácter político militar, también perseguía la
protección del mercado interno, en 1674 se creó la Junta de Comercio para reflotar la
economía aragonesa y en 1679 apareció en Castilla La real y general Junta de Comercio
moneda y minas.

Fue muy activa la actividad de particulares que querían aportar sus propias ideas para
regenerar una situación insostenible, surgieron así los arbitristas o proyectistas, siendo
su labor especialmente prolífica. La denominación proviene del término arbitrio, en el
sentido de remedio o medida impuesta por el rey para la mejora de la Hacienda o la
economía del Reino. La mayoría son personas con un cierto conocimiento de algún
ramo de la economía o la administración. Se plantea una sencilla y única solución, la
imposición de un nuevo impuesto, una reforma legislativa, una medida de promoción o
protección. Orientados en un principio a temas financieros y fiscales, los arbitristas
derivaron sus miras reformistas hacia la economía y de ahí saltaron a otras cuestiones
que desvelaban a la sociedad.

Podemos hablar de distintos arbitrismo:

- Arbitrismo financiero y fiscal: ofrece soluciones a la continua crisis de la


Hacienda Pública, aumentar el intervencionismo regio y repartir los impuestos
de forma más equitativa.

- Arbitrismo económico: propugna la implantación de cambios en la economía.


Fomento de las manufacturas, impidiendo la exportación de materias primas y
control de salida de materiales preciosos. Defensa de la industria, reforzar los
privilegios de la mesta. Teoría sobre la relación entre el volumen de moneda en
circulación y el encarecimiento de los precios.

- Arbitrismo político: toma de decisiones incorrectas desde el poder, las reformas


se deben centrar en la reforma de las instituciones político administrativas.

- Arbitrismo social: encaminado al cambio de valores de la sociedad, defiende la


desaparición de patrones mentales propios del medievo, también combaten el
crecimiento materialismo y el amor por el lujo que mostraban los sectores más
adinerados.

- Arbitrismo técnico: fomenta una mejora de las técnicas fabriles y agrícolas en


busca de un aumento de producción lastrada por el inmovilismo gremial.
II. LAS SOCIEDADES ECONÓMICAS DE AMIGOS DEL PAÍS

La nueva dinastía francesa de los Borbones supuso un soplo de aire reformador, se


importaron modelos organizativos propios del país vecino consiguiendo una legislación
y una administración uniformes.

La corriente económica directriz continuó siendo el mercantilismo, se asumieron las


líneas marcadas por una nueva doctrina económica la fisiocracia (de physis, naturaleza
y Kratos poder) Los fundamentos teóricos de la nueva doctrina fueron desarrollados por
Quesnay, al contrario que los mercantilistas que consideraban que el valor de los
productos se creaba en el momento de la transacción estos autores trasladaban este
momento creativo a la producción. El trabajo era la única fuente de valor, no todos los
trabajos, solo el trabajo agrícola, que pasaba a un primer plano, el comercio y la
industria, al menos hasta la llegada de la revolución industrial, quedaban relegados a
meros apéndices. El sometimiento de la economía a unas leyes naturales y defendía el
concepto de laissez faire (eliminación de las rigideces y el y el intervencionismo estatal
del mercantilismo)

La punta de lanza de estas nuevas ideas fueron las sociedades económicas de amigos
del país. En un principio eran una simple tertulia nocturna de hidalgos y curas
reformistas, que pronto logró atraer a otros miembros prominentes de la sociedad.

- En estas reuniones sus miembros comentaban las ideas que habían desarrollado
tras la lectura de las obras de la ilustración.
- Ansiaban trasladar a la vida real los resultados de sus debates, también en la
medida de su fuerza y posición en la sociedad actuaron como grupo de presión
ante las autoridades o aplicaron directamente a estas novedades en las
estructuras económicas locales.
- Sus intereses era ante todo económicos, pero también culturales.

Se crearon cuatro comisiones temáticas:

- Agricultura y economía rústica.


- Ciencia y artes útiles.
- Industria y Comercio
- Historia política y buenas letras.

El éxito fue inmediato y la escasa cuarentena de miembros originales alcanzaron más de


1000 en apenas 10 años.

Los propios gobernantes también participaron en esta actividad reformadora y a lo largo


de la segunda mitad del siglo XVIII, se sucedieron leyes que pretendían modernizar la
agricultura. Los privilegios de la mesta fueron reduciéndose de forma paulatina, se
suprimió el impuesto de servicio y montazgo, el comercio de cereales se liberalizó,
facilitando el trasvase de productos entre regiones y reduciendo su precio, el ataque
frontal contra la mesta continuo, el derecho de posesión y el régimen de tasas de pastos
impuestos por los Reyes Católicos fue derogado, 3 años más tarde se prohibió la
creación de nuevos mayorazgos .

Se sucedieron proyectos ambiciosos que pretendían poner a disposición de los


labradores sin tierra parte de las inmensas propiedades que controlaban nobles,
instituciones religiosas o corporaciones locales. Pablo de Olavide preparó un proyecto
de ley de reforma agraria para Andalucía, 3 años después estos proyectos se hicieron en
parte realidad. Desamortización de Godoy, que dispuso de las tierras de la Compañía de
Jesús, colegios mayores e instituciones benéficas de la Iglesia.

III. LAS ORDENANZAS DE LOS CONSULADOS

La creciente actividad económica supuso la aparición de consulados en los principales


centros comerciales, Burgos, Bilbao, Sevilla, Madrid. En su afán controlador el Consejo
de Castilla asumió su presidencia entregándose a un miembro de dicho Consejo que
rotaría anualmente. Se crearon los de Coruña Málaga Santander y Alicante.

En estos consulados se agrupan todo tipo de profesionales dedicados al comercio


marítimo, mercaderes, armadores de barcos, aseguradoras, cambistas, etc Tenía una
doble naturaleza: En tanto que asociaciones privadas operaban como instituciones
gremiales, pero también eran entidades de carácter público.

Al frente estaba un prior y varios cónsules elegidos por los propios comerciantes, los
cónsules resolvían en primera instancia, siendo sus sentencias apelables ante la
jurisdicción ordinaria, su eficacia radica en la rapidez de respuesta y en el conocimiento
que tenían los cónsules. Tenían capacidad para dictar sus propias ordenanzas.

Entre su amplia producción destacan las ordenanzas burgalesas, son 90 normas, la


mitad de ellas dedicadas a recoger una original normativa de seguro marítimo, las
ordenanzas de Sevilla se centraron en fijar su organización interna y regular el comercio
con América, las más importantes son las procedentes del consulado de Bilbao desplazó
al de Burgos como referente con el comercio Atlántico.

Todas ellas fueron superadas por la extensa redacción de 1737 elaborada por 6
comerciantes que se consideraban los más preparados y conocedores de la normativa
propia, es un texto eminentemente práctico, en el que se recopila el derecho
consuetudinario pero también hace sitio a las ordenanzas de otros consulados
españoles, incluso legislación extranjera. La jurisdicción y la organización interna junto
al tratamiento de la letra de cambio y el seguro siguen las anteriores ordenanzas
bilbaínas, la regulación de la quiebra y los contratos mercantiles reflejan en su parte la
influencia del derecho real castellano y de las ordenanzas de otros consulados
nacionales, la normativa referente a las compañías mercantiles y el derecho marítimo se
basa en las ordenanzas francesas de colbert. Su exhaustividad hizo de estas ordenanzas
un texto de uso habitual en el comercio español.
IV. LAS CLASES SOCIALES

A) POBLACIÓN Y MENTALIDADES

Los demógrafos pueden estudiar la dimensión y evolución de la población, gracias a una


serie de encuestas elaboradas por los Reyes para evaluar la riqueza de sus reinos, fueron
realizadas las relaciones topográficas, centradas en los territorios de Castilla y América.

El Catastro de Ensenada iniciado en 1749 se extendió a toda España, con el


denominado censo de población de Aranda. Las conclusiones es el dominio
demográfico de Castilla sobre Aragón y un crecimiento sostenido, por el contrario
supuso un gran bache demográfico, las causas fueron múltiples:

- La inmigración a América
- La pérdida de población joven en las guerras en Europa
- El aumento de personas dedicadas a la vida religiosa,
- La marginalidad en la que cayó parte de la población más humilde
- La expulsión de los moriscos
- La decadencia económica
- Las epidemias.

La intervención estatal en forma de planes de repoblación interna cosechó escasos


éxitos. La expulsión de los moriscos de las alpujarras trataron de compensarse con el
establecimiento de pobladores llegados de Asturias, Galicia y Castilla. Las nuevas
poblaciones de Andalucía y Sierra Morena elaboradas por Campomanes fueron el
proyecto más ambicioso. A grandes rasgos la sociedad de estos siglos seguía las mismas
pautas que en la edad media y aunque el clásico esquema tripartito continuaba vigente y
mostraba evidentes signos de fragilidad. Tanto la nobleza como el tercer estado se
diversificaron en varias divisiones internas la futura sociedad de clases más dinámica y
fundamentada en la riqueza y no en la función asignada a cada estamento. La sociedad
gana humanidad en el aspecto religioso. La expulsión de judíos y moriscos se acompaña
de la actividad inquisitorial contra los protestantes, haciendo de España un país
enteramente católico.

En esta fractura de la sociedad estamental, la nobleza continuó siendo el espejo en el


que se miraba el pueblo llano, pero ahora ya no se admiraba su función guerrera y su
código caballeresco de conducta. Los comportamientos por seguir eran otros:

- Un estilo de vida basado en el lujo y en su ostentación público


- Un afán desmesurado de ennoblecimiento, todo el mundo aspiraba a su
reconocimiento como Hidalgo Caballero.
- Un afán extremo por la limpieza de sangre, que implicaba la exclusión de los
conversos y sus descendientes del Ejército del ejercicio de numerosos cargos
públicos en el Ejército, la administración, la iglesia e incluso, en instituciones
privadas como los gremios.
B) LAS CLASES PRIVILEGIADAS: LA NOBLEZA Y EL CLERO

La nobleza fue perdiendo progresivamente su importancia cada vez que desapareció su


función como rectores y defensores de la sociedad que fue asumida por la monarquía.
Se dotó de una estructuras administrativas y militares fuertes que dotaron al estado de
los mecanismos necesarios para evitar cualquier injerencia externa especialmente de la
nobleza, ni siquiera se hizo necesaria su presencia en la corte, los nobles pasaron a ser
auxiliares de la monarquía relegados a puestos diplomáticos y militares, solo en Aragón
se mantuvo su poder político conservaron el Gobierno de todas las villas y ciudades de
realengo y las honores, el poder económico de la nobleza siguió siendo relevante, los
señoríos instituidos en mayorazgos les aseguraban el disfrute constante de rentas y
derechos que abonaban sus arrendadores y las gentes bajo su jurisdicción, los nobles
siguieron gozando de numerosos privilegios en el ámbito judicial gozaban de una
jurisdicción especial adscrita a las chancillerías que no podían ser embargados ni
encarcelados por deudas, estaban exentos del servicio militar y gozaban aún de algunas
ventajas tributarias.

El punto más alto de la jerarquía nobiliaria la constituían los grandes de España,


apenas suponian una veintena de familias, ocupaban una posición preeminente en la
corte y se repartían los cargos honoríficos. La llegada de los Borbones trastocó un tanto
la situación al reformarse completamente la etiqueta de la corte. A continuación se
encontraban los marqueses, condes, duques y otras dignidades aumentaron en gran
número, los caballeros constituían una nobleza de segunda fila, desempeñaban un papel
principal en el ámbito local. Los hidalgos formaban el escalafón más bajo de la nobleza
y numéricamente eran el colectivo más importante

El clero constituyó un grupo social muy extenso, gozaban de numerosos privilegios en


el orden civil penal procesal y tributario y la extrema religiosidad de la sociedad de la
época les otorgaba una alta consideración social el escalafón superior formado por los
miembros de los cabildos catedralicios y de los colegiatas, procedían de los colectivos
más acomodados del Reino y de entre ellos los arzobispos y obispos y eran miembros
de la alta nobleza, el bajo clero formado por curas párrocos y capellanes, procedía de las
clases más humildes.

C) EL TERCER ESTADO

1. El Tercer Estado en España

Los integrantes de las clases medias eran personas carentes de privilegios, obligados al
pago de todos los tributos, es esta una de las razones que motivaron su progresiva
reducción, ya que la elevada presión fiscal obligó a muchos pequeños propietarios
rurales a vender sus tierras cuando no a emigrar a América, no todos se vieron afectados
y hubo labradores acomodados comerciantes enriquecidos burócratas en ascenso
personas que supieron aprovechar las oportunidades de este difícil entorno y que
indefectiblemente buscaron su integración en la nobleza.

La posición de estas clases medias mejoró debido al crecimiento económico gracias


especialmente a:

- La protección dispensada a la actividad agrícola.


- Aumento del comercio

Un peldaño por debajo de los labradores propietarios se encontraba un gran número de


personas sin acceso a la tierra:

- Se trataba de hombres libres que solo disponían de su trabajo y para sobrevivir,


debían aceptar arrendamientos de tierras bajo condiciones muy duras.

- En peor situación se encontraban collazos, siervos o Forans, nombre que se daba


en Castilla Aragón y Mallorca respectivamente a quienes su precariedad había
obligado a establecer lazos de dependencia personal con aquellos que les
facilitaban su sustento.

En las ciudades las clases bajas estaban integradas por:

- Pequeños comerciantes, artesanos y menestrales que se encontraban protegidos


por sus instituciones corporativas los gremios, su situación empezó a empeorar
porque se liberaliza la economía y aparecían las primeras industrias contra las
que no podían competir había categorías entre ellos pues ciertos oficios eran
considerados VILES, carniceros curtidores cocheros artistas lo que motivaba el
desprecio de sus iguales.
- Mendigos profesionales, picaros, los maleantes de toda laya, proxenetas,
prostitutas y vagabundos habían aumentado su número durante la crisis para ello
no hay más que leer la literatura de la época llegando a inventarse un género
propio para contar sus peripecias.
- Posturas más duras se siguieron contra los gitanos que habían entrado en la
península y que mayoritariamente no se habían asentado ni integrado en la
sociedad siguiendo su tradición vida errante.
- El escalafón más bajo estaba ocupado por la población esclava, que apenas tuvo
relevancia más allá de algunos musulmanes cautivos de guerra sometidos a
trabajos forzados y de negros que prestaban servicios domésticos.

2. Singularidades americanas encomiendas y esclavitud

En América se replicaba la situación peninsular, pero con una institución muy


característica como era la encomienda, para conseguir este objetivo el Gobierno
asignaba un grupo de indios a un español, para que les protegiera, tutelará e instruyera
en las costumbres españolas y la religión cristiana a cambio estos venían obligados a
entregarle una jornada de trabajo o una parte del tributo.

El sistema ensayado en las Antillas pronto dio lugar a numerosos abusos, una
administración incipiente apenas controlaba los excesos de quienes se creían señores y
no tutores de los indígenas y les trataban como esclavos cuando su condición jurídica
era la de súbditos libres de la corona.

En 1511, Fray Antonio de Montesinos denunció la situación, que se trasladaron a las


leyes de Burgos, las leyes nuevas introdujeron toda una batería de medidas para
eliminar poco a poco la institución, se acordó la prohibición de nuevas encomiendas y la
supresión de las pertenecientes a eclesiásticos, funcionarios reales y a quienes se
hubiera excedido en su trato con los indios, la resistencia por parte de los encomenderos
fue tenaz y apenas 3 años después en malinas Carlos V cedió un tanto a las presiones y
permitió su disfrute durante dos vidas, la del titular y la de su inmediato descendiente.
Los trabajos obligatorios se sustituyeron por una serie de prestaciones personales
establecidas bajo contrato.

La llegada de los Borbones trajo consigo nuevas ideas y entre ellas no había lugar para
las encomiendas, aunque tampoco existía un plan definido para actuar. El inicio de la
guerra de sucesión y la necesidad de defender las Indias de las apetencias inglesas y
portuguesas obligó a dar un paso atrás y ampliar su disfrute hasta cuatro vidas, incluso
los encomenderos intentaron aprovechar la ocasión para forzar la perpetuidad de las
mismas, lograda la paz y asentada la dinastía se ordenó la reversión al estado de las
encomiendas vacantes por muerte de su dueño, tuvo lugar su eliminación definitiva. La
presencia de mano de obra esclava fue requerida en América desde un primer momento
para suplir a una población indígena diezmada por las enfermedades, el desarrollo del
sistema de grandes plantaciones productoras de tabaco, caña de azúcar, cacao, café y
plantas tintoreras fundamentalmente no se hubiera podido realizar sin el concurso de
cientos de miles de esclavos que cruzaron el Atlántico.
TEMA 3: LA ÉPOCA DE LAS RECOPILACIONES

I. LAS RECOPILACIONES CASTELLANAS: DEL ORDENAMIENTO


DE MONTALVO A LA NOVÍSIMA RECOPILACIÓN

Debido a la existencia de un gran número de textos jurídicos, se hacía complicado


conocer que norma era la aplicable para cada supuesto, por ello tuvo lugar la
reclamación sistemática en las Cortes para recopilar las disposiciones legales que
estuvieran vigentes y así facilitar su conocimiento y manejo.

Las recopilaciones tuvieron lugar en la Época Modera en los distintos reinos hispanos,
cuyo objetivo era crear un conjunto normativo que se resumiera en un solo cuerpo y de
manera sistematizada todas las leyes.

Sus características son:

- Contiene materiales fundamentales de carácter legislativo: disposiciones regias,


disposiciones de las cortes y pragmáticas.
- Su finalidad era conservar el Derecho antiguo de cada reino, con una mentalidad
historicista.
- En algunas recopilaciones se aplicó un criterio sistemático y en otras
cronológico.
- En todas ellas se trataba de incluir todo el Derecho de manera unitaria.
- Algunas gozaron de un carácter oficial, ya que alcanzaron la sanción regia.
Mientras que otras son privadas hechas por juristas de la época, por lo que no
alcanzaron un carácter oficial, aunque sirvieron para la aplicación y estudio del
Derecho.

El ordenamiento de Montalvo y el libro de Bulas y pragmáticas de


Juan Ramírez (EXAMEN)
Los reyes no incluían en su cláusula pragmática disposiciones que anulasen a las
anteriores, lo cual dificultaba saber exactamente cuál era el Derecho vigente. Tanto Juan
II como Enrique IV intentaron un proceso recopilatorio, sin resultado. En las Cortes de
1480 los reyes encargaron al jurista Alonso Díaz de Montalvo que realizara la
recopilación del Derecho castellano impreso en 1484y conocido como ``libro de leyes´´
o ``compilación de leyes´´ y luego como ``libro de las leyes y ordenanzas reales de
castilla´´ o más comúnmente ´´el ordenamiento de Montalvo´´.

Estaba formado por pragmáticas, Leyes de Cortes, Reales Cédulas de los Reyes de
Castilla dadas después del ordenamiento de Alcalá de 1348, y algunas disposiciones del
Fuero Real.
Está estructurada por ocho libros, contemplando el derecho privado, el público,
eclesiástico, el municipal, la hacienda, el régimen señorial y el derecho penal. Cada
libro se divide en títulos, y éstos en leyes.

Se trata de un trabajo incompleto y que contenía varios errores, por ello nunca llego a
alcanzar un carácter oficial. Además, la recopilación no tenía ninguna cláusula
derogatoria ni de promulgación.

También se realizó el Libro de Bulas y Pragmáticas de Juan Ramírez. Su estructura


no recoge un orden cronológico, sino que presenta una estructura similar a la de
Montalvo, pero sin división en títulos o libros. Su contenido es aleatorio. Solo contiene
disposiciones procedentes de la jurisdicción real. Leyes de fuero real, las Partidas,
disposiciones de Cortes, disposiciones Reales, acuerdos del consejo. Con el título del
libro Las Bulas y Pragmáticas, fue sancionada por los Reyes Católicos en el 503. Tuvo
gran vigencia y se usó en tribunales como texto legal.

La Nueva Recopilación
Debido a que el Ordenamiento de Montalvo y la labor de Ramírez no resolvieron el
problema de separación del Derecho castellano, se llevó a cabo una nueva recopilación,
encargada por Carlos V. el primer jurista encargado fue Pedro López Alcocer, falleció
sin acabar la tarea. Le sustituyeron el Doctor Guevara y Escudero, y ya bajo, Felipe II,
por López de Arieta y Bartolomé de Atienza. Debido a las dificultades la obra tardo más
de 50 años en terminarse. Fue promulgada por Felipe II en 562, examinada por el
Consejo de Castilla.

Consta de nueve libros con más de 4.000 leyes. Aunque los trabajos heredaron los
defectos del texto de Montalvo dado que partieron de este. Abarca temas de la iglesia,
familias, sucesiones, D. publico, penal y procesal, régimen municipal, hacienda, etc…
Donde se pueden observar los estilos normativos de los distintos monarcas.

Se hicieron diez ediciones oficiales que incluyeron pragmáticas publicadas de 1640-


1722 y se añadió un volumen de autos acordados.

En 1876, bajo el reinado de Carlo III, el consejo de Castilla encargó a Lardizábal un


suplemento con documentos, decretos y autos posteriores a 1745, pero nunca fue
aprobado. El encargo no obtuvo sanción real, puesto que Valdelomar había propuesto
una novísima recopilación.
La Novísima Recopilación (EXAMEN)
Fue fruto de las diversas demandas, surgidas en el S.XVIII. Su elaboración fue lenta y
arriesgada.

Juan de la Reguera, relator de la Chancillería de Granada, presentó a Carlos VI un


nuevo proyecto de recopilación que fue aceptado de inmediato en 1805: la novísima
recopilación de las Leyes en España.

Se componía de 12 libros y más de 4 mil leyes. Trataba temas eclesiásticos, Derechos


de Corte, del consejo de Castilla, D. público, gobierno civil, municipal, hacienda,
familia, arrendamientos, contratos, penal, procesal… no derogó la nueva recopilación,
por lo que fue aplicada en casos no contemplados en la novísima.

La Novísima recopiló los defectos de la Nueva. Sin embargo, al ser el trabajo más
próximo al proceso codificador, tuvo gran vigencia en España y América aun después
de la independencia, pus fue base de los distintos códigos.

Fue criticada por varios juristas, entre ellos Martínez Marina, que puso de manifiesto los
defectos que se seguían arrastrando de la anterior recopilación.

II. LAS RECOPILACIONES EN VASCONGADAS, ARAGÓN,


NAVARRA, CATALUÑA, MALLORCA Y VALENCIA.

VASCONGADAS: las provincias del país vasco conservaron sus peculiaridades


legislativas, reconocidas en la edad media, hasta el S XIX.

- Vizcaya: revisó en 1528 el Fuero de Vizcaya de 1452 que contenía omisiones


importantes, revisión sancionada por Carlos I con el nombre de Fuero,
Privilegios, Franquezas y Libertades del Señorío de Vizcaya. Estableció como
supletorias las leyes generales castellanas.
- Álava: no realizó recopilaciones sistemáticas, las leyes del reino fueron reunidas
en colecciones durante los s. XVII y XVIII: ´´cuaderno de leyes y ordenanzas
con que se gobierna la provincia de Álava.´´ incluyendo las ordenanzas de
hermandad de 1463, el Privilegio del Contrato de 1333 y varios privilegios y
documentos promulgadas hasta 1825.
- Guipúzcoa: Los RRCC intentaron hacer primera recopilación de los fueros.
Después se recopilaron los Cuadernos de la Hermandad desde 1467-1583. En
1696 se publicó una nueva recopilación de los fueros privilegios, buenos usos y
costumbres, leyes y ordenanzas de la provincia de Guipúzcoa, a la que se
agregaron en el XVIII los fueros, privilegios y ordenanzas, con intervención del
Consejo de Castilla.
ARAGÓN: a diferencia de castilla, sus recopilaciones son fieles al texto recopilado, sin
mutilaciones ni omisiones. Hubo dos tipos:

- Cronológicas: ``fueros y observancias del reino de Aragón´´, que recoge el


código de Huesca y las observancias de Diez de Aux, publicadas hacia 1476.
- Sistemáticas: en las cortes de 1533 y 1547 se encargó una nueva recopilación,
finalmente llamadas fueros, observancias y actos de Corte, compuesta por nueve
libros, divididos en títulos y fueros. En otro cuerpo se incluyen las observancias
y en otro, los fueros considerados en desuso. Se realizaron reediciones con
fueros de cortes posteriores.

NAVARRA: En Navarra las recopilaciones o bien son hechas a instancia de las Cortes,
o surgen de otra forma e incluyen disposiciones del rey. En 1528 las Cortes de
Pamplona propusieron reunir o reducir en un solo volumen el derecho local y territorial
del reino. Redactaron así el Fuero Reducido, que sirve hoy para interpretar el Fuero
General, cuyo lenguaje moderniza.

En el siglo XVII se forman en Navarra cuatro compilaciones, que no logran carácter


oficial y una quinta que sí lo obtiene. Más tarde, en 1726, las Cortes navarras aprobarían
la Novísima Recopilación, dividida en cinco libros y con casi dos mil leyes.

CATALUÑA: La historia del derecho público catalán se vio afectada por el decreto de
nueva planta que suprimió las Cortes e interrumpió el proceso jurídico autóctono. Desde
entonces se aplica en primer lugar ese texto, y en su defecto, el derecho castellano. Sólo
en cuestiones de derecho privado, penal y mercantil entra en juego el ordenamiento
catalán.

Desde el siglo XV hasta la llegada de los Borbones tiene lugar un proceso de


unificación de doble signo.

Se llevaron a cabo tres recopilaciones. La primera recopilación tuvo lugar en 1413,


donde constituciones y capítulos de Corte fueron traducidos del latín al catalán,
realizándose además una ordenación sistemática del texto. La segunda tuvo lugar entre
1588-1589. Formada por tres libros, en el primero de incluyen constituciones y los
Usatges; en el segundo, se consagra el derecho regio y el municipal de Barcelona; y
finalmente, en el tercero, se encuentran las disposiciones y materiales caídos en desuso.

MALLORCA: En Mallorca se llevan a cabo desde fines del siglo XIII diversas
compilaciones, si bien hasta mediados del siglo XVIII ninguna lograría ver la luz.

La primera recopilación mallorquina autorizada se editó en 1663 donde se recopilan


desde preceptos medievales sobre pleitos, notarios y tráfico mercantil, hasta otros
modernos relativos a ordenanzas de la Audiencia, sistema de gobierno del reino,
aranceles de notarios y escribanos, etc.

VALENCIA: Entre finales del XV y mediados del XVI contamos en Valencia con dos
recopilaciones. La primera, que reúne los fueros desde 1283 a 1446 y la segunda, donde
el libro es ordenado por materias y donde se añaden los fueros posteriores a la
compilación precedente.
III. LAS RECOPILACIONES EN INDIAS

Derecho castellano, derecho indiano y derecho indígena

En las Capitulaciones de Santa Fe (1492) se dispone que las tierras que hubiese por
descubrir, recibirían la organización de Castilla. El proceso colonizador muestra hasta
qué punto ese derecho castellano resultaba insuficiente para regular las nuevas
situaciones, con una población de cultura muy distinta. Surge así la necesidad de
producir un derecho propio para las Indias, un derecho indiano, el cual, diferenciándose
del ordenamiento “general” de Castilla, aparece como derecho “especial” o particular.

El panorama jurídico se completa con los derechos indígenas de estirpe prehispánica, de


muy desigual entidad según correspondan a pueblos de escaso desarrollo, medio o el
superior de alto nivel

En la aplicación de las normas tuvo carácter prioritario el propio derecho indiano,


utilizándose en su defecto el derecho de Castilla. A partir de 1614, se requiere una
aprobación especial para la aplicación de las leyes promulgadas en Castilla. Debían
recibir el visto bueno del Consejo de Indias. Sin ese refrendo, las autoridades pueden
acogerse a la fórmula de obedecer y no cumplir. Existía un desajuste entre lo que aquí
se conocía de tales o cuales problemas y la realidad misma, lo que valorizo el papel del
derecho indiano criollo frente al dictado desde España para América.

Además, por la magnitud del continente descubierto, esos problemas fueron muy
distintos según los territorios y sus circunstancias.

Por último, no todas las disposiciones dadas aquí para las Indias fueron allí
suficientemente conocidas, ni desde luego aplicadas.

De los primeros trabajos recopiladores a la Recopilación de 1680

Mediado el siglo XVI, un fiscal del consejo de las Indias hizo saber al monarca la
conveniencia de juntar e imprimir las distintas cédulas y provisiones. Se preparó así, en
un plazo de dos años, un libro aparecido en 1563, que reúne las disposiciones referentes
a Nueva España desde 1525 hasta esa fecha.

El texto, conocido como el Cedulario, no fue propiamente una recopilación, sino un


repertorio de extractos de las disposiciones dictadas desde la fecha del Descubrimiento
hasta la de la conclusión de la obra.
Juan de Ovando y su proyecto de Código (EXAMEN)

El intelectual Juan de Ovando, de reconocido prestigio y con conocimiento de


cuestiones del Nuevo Mundo, es designado en 1566 para que visite el Consejo de
Indias. Tras su visita, el informe de Ovando sería el siguiente: “el Consejo no tiene ni
puede tener noticia de las cosas de las Indias y, por otra parte, ni el Consejo ni en las
Indias no se tiene noticia de las leyes y ordenanzas por donde se rigen y gobiernan todos
aquellos Estados.

Más tarde, en 1568, se redacta la recopilación de las leyes de las Indias, de autoría
confusa y compuesta por un índice sistemático de ella, divido en libros y títulos. A
partir de entonces, comienza la etapa propiamente recopiladora. El material contenido
en la Copulata iba a pasar por una fase constructiva y depuradora.

El código constará de otros siete libros. No contaría ni con la aprobación papal ni con la
aprobación regia, lo que dio al traste con la viabilidad de la obra.

El Cedulario de Encinas

Algunos intentaron recopilar en América los textos correspondientes a distintos


territorios, aunque sin éxito. Más tarde, Diego de Encinas redactaría su Cedulario en
1596, formado, en sus dos terceras partes, por cedulas y provisiones, recogiendo además
una serie de textos heterogéneos.

La Recopilación de 1680

Antecedentes, elaboración y contenido

A lo largo del siglo XVII se desarrollan las tres etapas de recopilación definitiva del
Derecho Indiano que culminaría en 1680 con Carlos II sancionando la recopilación de
las leyes de los reinos de indias de 1680.

- Primera etapa: tras varios intentos fallidos, el Consejo de indias encargo a Diego
de Zorrilla la revisión de los libros obrantes en su secretaria, para hacer una
recopilación. Se limitó a recomponer el Cedulario de Encinas, por lo que su
trabajo no fue aprobado por el Consejo.
- Segunda etapa: tras este fracaso, se inician trabajos recopilatorios por tres frentes
diferentes:
 En el consejo, Rodrigo de Aguiar, prepara un nuevo proyecto.
 Al mismo tiempo Solórzano Pereira, elabora en Perú un nuevo plan.
Redacta un primer libro sobre materias eclesiásticas, pero es rechazado
en corte alegando que Aguiar ya estaba en ello.
 Simultáneamente, en Lima, Antonio de León Pinelo, profesor de la
universidad, trabaja por su cuenta en un tercer proyecto. Cuando lo
presenta en Corte, se ofrece a colaborar con Aguiar, que lo acoge como
ayudante. Sin embargo, Aguiar, fallece antes de que ambos acaben el
trabajo. León Pinelo continua en solitario el trabajo, que será revisado y
perfeccionado por Solórzano Pereira, ahora consejero. Se presenta la
obra que no llega a ser publicada por no llegar la sanción regia ni el
dinero para la impresión. Pinelo muere sin ver publicada su obra.
 Tercera etapa: se formó una nueva junta codificadora en la que Jiménez
Paniagua, que asume el protagonismo de los trabajos y a quien se
trasladó todo el material anterior y que imprimió (1661-1680) su obra.
Investigaciones recientes han dado a conocer que Paniagua reproduce
literalmente la obra de Pinelo, con escasísimas aportaciones.

La denominada Recopilación de 1680 fue sancionada por Carlos II. Se componía de


nueve libros, más de 5000 leyes, en las que se hace referencia la iglesia, la
universidades, Consejo de Indias, Jurisdicción real, autoridades, organización
municipal, minas, industrias, situación jurídica de los indios, Casa de contratación y
flota de indias…

La técnica era la de la Nueva Recopilación castellana: resumen en un nuevo texto de las


disposiciones reales que se consideran vigentes, indicando detrás de cada ley las fuentes
de procedencia lo que no evitó diversas contradicciones y erratas.

Recoge un orden de prelación de fuentes de gran importancia dado el caos legislativo


existente en el derecho indiano, con las siguientes prioridades:

 1ª la recopilación.
 2ª legislación dada a las Audiencias dictadas con anterioridad a la Recopilación
para Indias y no derogadas.
 3ª Leyes del Reino de Castilla como supletorias, en caso de lagunas en los
bloques anteriores y guardando el orden de prelación de fuentes de las leyes de
Toro incorporada a la Nueva Recopilación.

La Recopilación de 1680, al igual que las anteriores, nació vieja: se seguían


promulgando leyes. Era necesario actualizarla, lo que se hizo de varias maneras:

- Unos autores propusieron la elaboración de comentaros y notas que recogieran


las adiciones y concordaran y glosaran los textos. Ejemplos son los trabajos de
Antonio Palacios, como jurista dedicado a la práctica del derecho.
- Otros intentaron una recopilación de las disposiciones posteriores a 1.680 como
el panameño José de Ayala y su Cedulario Indico.
- Ante el fracaso de estos métodos, algunos juristas acometieron la elaboración de
colecciones privadas. Ejemplos de compilaciones de D. Criollo son las
Ordenanzas peruanas impresas por Ballesteros, o la redacción de los Sumarios
de Aguiar en México por Ventura Beleña.

En época de Carlos III, se encargó un nuevo Código de Leyes de Indias a Serrador y


Ansótegui. Su obra no llegó a buen fin, ni tampoco el Nuevo Código presentado a
Carlos IV en 1792.

En los convulsos años siguientes se interrumpe la labor. Finalizada la guerra de


independencia Fernando VII reinicia los trabajos, pero la posterior supresión del consejo
de Indias hizo fracasar definitivamente el proyecto.
TEMA 4. TEORÍA Y PRÁCTICA DE GOBIERNO: MONARQUÍA Y
CORTES EN LA EDAD MODERNA

I. MONARCA Y ESTADO

A) EL ESTADO MODERNO EN LAS MONARQUÍAS EUROPEAS

En la Edad Moderna el Estado, con personalidad jurídica propia distinta del monarca
(hasta el S. XVIII en que se confunden,) es un ente que orienta sus actuaciones al bien
común. El poder deriva de Dios y es depositado en los súbditos, pero la sociedad delega
en un soberano: el príncipe está sujeto al derecho positivo y al bien común. El Estado
tiene por fin precisamente lograr el bien común, mantener el orden interno, defender la
nación, administrar justicia y defender la fe.

Queda reconocida la facultad de deponer al soberano que se convierta en tirano. Pero de


otra parte el Rey personifica al Estado y se protege mediante símbolos, ritos y mitos: no
puede ser criticado: de ahí que a menudo gobierne a través de persona interpuesta (el
valido).

Tras la publicación de El príncipe de Maquiavelo, se consolidan en Europa las


monarquías absolutas y nacionales: El príncipe debe hacer lo posible para mantenerse
en el poder, aunque opte por el mal: la conveniencia política difiere de la moral: el fin
justifica los medios.

En España, junto al maquiavelismo, las posturas contrarias alcanzaron una difusión


paralela: el maquialvelismo desemboca en la tiranía, el príncipe debe tener una
conciencia moral que limite su poder como única garantía para el súbdito.

En España se detectan tendencias que aceptan a Maquiavelo pero intentándolo adaptar a


la moral cristiana:

- El tacitismo aglutina a los discípulos de Maquiavelo (Álamos) que intentan


construir una ciencia política al margen de la ética, pero para no mentar a Maquiavelo
invocan a Tácito, filósofo precristiano.

- El causismo (Saavedra.) El príncipe debe ser educado sobre todo en Historia y las
Sagradas Escrituras.
B) EL PODER REAL Y LA SUCESIÓN A LA CORONA

1. Doctrinas europeas sobre soberanía y absolutismo

En la España Moderna la forma de gobierno fue la Monarquía, con concentración


progresiva del poder hasta llegar a la monarquía absoluta de los Borbones. Desde el
matrimonio de los RRCC, la península se encuentra dividida en dos Coronas: Castilla y
Aragón que mantendrán diferenciadas sus instituciones y derecho. Con Carlos V se
alcanza la unidad dinástica, pero no territorial, el soberano lo es de cada territorio por
independiente, los territorios conservan su personalidad jurídico-política.

Jurídicamente los monarcas no son reyes de España, si no de cada uno de sus territorios
y reinos. La tendencia a unificar los territorios, mediante la extensión de las
instituciones de Castilla, 33 de 114 potenció la voluntad independentista de otros
territorios. De modo que los naturales de los distintos reinos se consideraban extranjeros
entre sí, aunque fueran súbditos de un mismo Rey.

La concepción bajo-medieval del poder real entendía que los reyes lo son por la gracia
divina, aunque se considera que reciben el poder del pueblo o del Papa. En la Edad
Moderna, en consecuencia, no existía una limitación jurídica reconocida a dicho poder.
Fue Bodino, en Los seis libros de la República (1576) quien sostuvo que el príncipe no
estaba obligado a cumplir el derecho positivo, sino que estaba por encima de las leyes al
ser el titular de la soberanía.

En el S. XVII se consolidará la tesis del poder absoluto del príncipe frente al poder
limitado. Entonces los juristas, para distinguir al príncipe del tirano, establecerán que el
primero cumple la ley divina, el derecho natural y de gentes, y está limitado por la
Constitución política o leyes fundamentales del reino, que fundamentan el Estado y el
propio poder real. La concentración política en torno al Rey se consumó con los
Borbones siguiendo el modelo absolutista francés, (identificación Rey-Estado, Decretos
de Nueva Planta que acabaron con las instituciones de los reinos de Aragón, Cataluña,
Valencia y Mallorca), aunque la influencia de la Ilustración modificó los fines del
Estado, la monarquía había de procurar el desarrollo cultural y económico del país y con
ello el beneficio del pueblo.

2.- Sucesión a la Corona: Ley Sálica y pragmática sanción.

Según las normas de sucesión de Las Partidas, la monarquía era hereditaria. La corona
correspondía al primogénito o a sus hijos. A falta de hijos heredaban las hijas, y a falta
de descendientes, el pariente más próximo. La línea recta desplazaba a la colateral, el
sexo masculino al femenino y la mayor edad a la menor en igualdad de línea y sexo. Las
cortes recibían el juramento del Rey y le juraban fidelidad. Desde 1338 el heredero
ostentó el título de Príncipe de Asturias. En 1713, el rey Felipe V de España promulgó
la Ley Sálica, por la que las mujeres sólo podrían heredar el trono de no haber herederos
varones en la línea principal (hijos) o lateral (hermanos y sobrinos). De esta forma,
pretendía evitar que los Habsburgo recuperaran el trono a través de líneas dinásticas
femeninas. Carlos IV (1789) quiso abolirla y volver a las normas de sucesión de Las
Partidas mediante una pragmática sanción, pero la ley no llegó a publicarse. En marzo
de 1830, Fernando VII de España tuvo un problema: no tuvo hijos varones, sólo dos
hijas, Isabel (posteriormente conocida como Isabel II de España) y Luisa Fernanda de
Borbón. Fernando decidió publicar la Pragmática Sanción de su padre Carlos IV, para
que su hija mayor pudiera heredar el trono y ser proclamada reina tras su muerte,
siguiendo la tradición española. Esto perjudicó a su hermano, Carlos María Isidro de
Borbón (heredero legítimo de la corona según la ley sálica), de modo que sus partidarios
presionaron a Fernando VII para que, en 1832, cambiara de criterio y derogara la
Pragmática. Sin embargo, Fernando, tras sufrir un grave ataque de gota, mantuvo su
postura y cuando murió el 29 de septiembre de 1833, Isabel fue proclamada reina; pero
debido a su minoría de edad, el reino quedó bajo la regencia de su madre, María Cristina
de Borbón-Dos Sicilias. El conflicto dinástico generaría las conocidas como guerras
civiles carlistas a lo largo des siglo XIX.

II. EL EJERCICIO DELPODER

0) LIMITACIONES TEÓRICAS: TIRANÍA Y DERECHO DE RESISTENCIA


(Este apartado, “limitaciones teóricas”, NO ESTÁ EN EL MANUAL este año, pero es corto y da la
sensación de que es bastante útil leerlo)

En los siglos XVI-XVIII se intenta limitar el poder real, en base a la existencia de


unas Leyes Fundamentales, normas básicas que se encuentran en la estructura del reino.
La difusión de las ideas de algunos pensadores Europeos fue fundamental:

• Bodino entendía que, pese al poder absoluto del príncipe, éste estaba obligado a
respetar cierto orden preestablecido (la propiedad privada y ciertas leyes estatales).

• En España, El Padre Mariana, formula una teoría pactista: entendía que el poder
político residía en la república –reunión de estamentos-, quien había cedido parte del
poder al Rey, limitándole al existir leyes fundamentales (sucesión a la Corona,
percepción de impuestos y respeto a la religión) que debía respetar. Justificaba la
rebelión y el tiranicidio en caso contrario.

Estas ideas fueron utilizadas por las instituciones y las clases superiores para
conservar el derecho de cada reino:

• En Castilla, la cláusula “obedézcase, pero no se cumpla” intentaba que las


disposiciones reales contrarias al derecho, aún reconociéndose, no se aplicasen. De
hecho tuvo poca eficacia por el poco peso legislativo de las Cortes.
• En Navarra, además de la mencionada cláusula, aparecieron la sobrecarta y el
reparo de agravios. Conforme a la primera, todas las disposiciones reales debían
revisarse por el Consejo Real de Navarra para comprobar si lesionaban el derecho del
reino. En caso de contrafuero, las Cortes solicitaban el reparo de agravios al rey.

• En Vascongadas, mediante el Pase Foral se admitían o rechazaban las disposiciones


reales según fuesen o no contrarias a los privilegios, además de contar con la cláusula
“obedézcase, pero no se cumpla”.

• En Aragón, Navarra y Cataluña se recurrió a la limitación por el pacto rey/reino. En


Cataluña las disposiciones contrarias al derecho foral eran nulas de forma automática, y
la reparación de agravios se hacía en las Cortes como medida previa a la concesión de
cualquier impuesto. En Aragón el justicia mayor era juez de contrafueros, estando
facultado para juzgar los agravios tanto en cortes como fuera de ellas, pero se debilitó a
raíz del caso de Antonio Pérez.

A) MOVIMIENTOS POLÍTICOS Y SOCIALES

En la época de Carlos I, se produjeron una serie de revueltas que se resolvieron


mediante la implantación definitiva del absolutismo monárquico aliado con la nobleza
territorial. Por otra parte, Carlos I entendió el serio aviso y a partir de entonces
“españolizo” su política:

• La Revuelta de las Comunidades Castellanas (1520): movimiento de repulsa ante la


injerencia de ministros flamencos que ocuparon los principales cargos en la Corte de
Carlos I. Para éstos, el territorio español no era más que una fuente de ingresos
destinados a satisfacer la empresa imperial. La desatención de las peticiones castellanas
propició las protestas de las ciudades, que pedían que el Rey no saliera del reino, que no
se sacase dinero del territorio y que los cargos 35 de 11434 no fueran ocupados por
extranjeros. Pero Carlos I dejó España en manos del regente Adriano de Utrecht. En
1520 se reunieron una especie de cortes “la Junta Santa” que declaró nula la autoridad
de Adriano. Sin embargo, como los levantados eran burgueses, los nobles y el alto clero
se pusieron de parte del Rey, recibiendo compensaciones políticas por ello. El
emperador atendió algunas peticiones e incluyó a castellanos en el gobierno, pero
algunos levantados siguieron en el movimiento y fueron sometidos. El motor del
movimiento fue la protesta del clero, los caballeros, los hidalgos y los labradores, contra
los consejeros extranjeros, pero acabó siendo un choque entre la ideología castellana,
centrada en la política interior, y la real, basada en el imperio. El resultado fue la
consolidación en Castilla del absolutismo monárquico

• Las Germanías Valencianas: Las Germanías nacieron en Valencia hacia 1519 por
la oposición que existía entre la burguesía urbana y la nobleza rural. Armada la primera
para defenderse de las incursiones berberiscas, y estructurada en gremios, muy pronto
fue adoptando una organización militar. La guerra se extendió por todo el país con gran
ferocidad. Los menestrales (gremios) se batieron con energía y proclamaron una “guerra
santa” contra la nobleza, que era apoyada por las masas moriscas. El odio secular entre
la burguesía cristiana y los campesinos moriscos impidió su unión contra la nobleza
territorial y planteó la guerra como un típico conflicto de clases. Vencidos los rebeldes
en Oropesa y capturado su Caudillo, Vicente Peris, en Valencia, y tomadas Játiva y
Alzira el reino fue pacificado definitivamente. En Mallorca la revuelta popular alcanzó
una gran intensidad, y a diferencia de lo ocurrido en Valencia, el campesinado se unió a
los menestrales. Los “agermanats” mallorquines llegaron a controlar toda la isla y
establecieron un régimen igualitario, tras diezmar la nobleza. A finales de 1522 una
flota imperial procedió restablecer el orden anterior, y dio paso a una severísima
represión.

• La Rebelión de las Alpujarras tuvo lugar a raíz de la conversión forzosa de los


moros: los moriscos se bautizaron, pero continuaron realizando sus costumbres y se
levantaron por las malas situaciones económicas que padecían, motivadas entre otras
por malas cosechas, epidemias y desigualdad en el pago de impuestos. Se trata de una
revuelta social y religiosa con un trasfondo de crisis económica. Al finalizar las
hostilidades fueron redistribuidos por España, con lo que hubo que repoblar Granada y
la Serranía con asturianos, gallegos y castellanos.

• El Reinado de Felipe II supuso un reforzamiento del poder real, con base en el


alzamiento de Aragón: la negativa del Justicia Mayor de Aragón a entregar al Secretario
Real Antonio Pérez (que parece ser que había urdido una trama para asesinar a
Escobedo –secretario de Juan de Austria- o bien que era amante de la princesa de Éboli,
como el Rey) hizo que Felipe II acusara de hereje a Pérez ante la Inquisición, único
tribunal capaz de intervenir en Aragón. El pueblo aragonés se puso de parte de Pérez, y
Felipe II respondió decapitando al Justicia Juan de Lanuza y convocando (1592) Cortes
en Tarazona donde logró mayores prerrogativas, como la tribución al rey del
nombramiento y deposición del Justicia.

• Con Felipe IV, la capacidad de Castilla para defender los intereses de la monarquía
en Europa y el resto del mundo había llegado al colapso. El conde-duque de Olivares
trata de incorporar las ideas de reparto y uniformidad fiscal en su idea de gobierno, lo
cual supondría un recorte de los derechos forales del resto de reinos y provincias. Como
contrapunto ofrecía repartir los dudosos beneficios 36 de 11435 del Imperio, junto con
sus cargas, hasta entonces reservados principalmente a la Corona de Castilla. En este
estado de las cosas, Olivares en el marco de la Guerra de los 30 años, elige
deliberadamente a Cataluña como frente para atacar a Francia. Un ejército de unos
9.000 soldados pasó el invierno en el frente catalán, la falta de manutención se tradujo
en excesos hacia la población que el virrey, conde de Santa Coloma, se mostró incapaz
de prevenir. Finalmente, la situación derivó en revuelta. El odio al virrey, a Olivares y a
la administración virreinal crecieron en el Principado azuzados premeditadamente por
las instituciones catalanas y un importante sector del clero. Los campesinos toman
Barcelona y a ellos se unieron los segadores. Fueron asesinados funcionarios y jueces
reales. La sublevación derivó en una revuelta de empobrecidos campesinos contra la
nobleza y ricos catalanes de las ciudades que también fueron atacados. La oligarquía
catalana se encontró en medio de una auténtica revolución social entre la autoridad del
rey y el radicalismo de sus súbditos más pobres. Conscientes de su incapacidad de
reducir la revuelta y sus limitaciones para dirigir un estado independiente, los
gobernantes catalanes se aliaron con Francia. Cataluña se encontró así siendo el campo
de batalla de la guerra entre Francia y España e, irónicamente, los catalanes padecieron
la situación que durante tantas décadas habían intentado evitar: Sufragar el pago de un
ejército y ceder parcialmente su administración a un poder extranjero, en este caso el
francés. Conocedor del descontento de la población catalana por la ocupación francesa,
Felipe IV considera que es el momento de atacar, el ejército franco-catalán acaba
rindiéndose y se reconoce a Felipe IV como soberano y a Juan de Austria como virrey
en Cataluña, si bien Francia conserva el control del Rosellón. Felipe IV por su parte
firmó obediencia a las leyes catalanas.

• Con Carlos III , ya en el S XVIII se produjo el motín de Esquilache, motivado por


la prohibición de usar capa larga –decisión de Esquilache para evitar impunidad en los
crímenes- o, más bien, por la política reformista de ministros extranjeros y por la
carestía del pan. Se quemaron las pertenencias del ministro, se acudió a Palacio y se
exigió al Rey desterrarlo, suprimir su bando y fijar el precio de los bienes de primera
necesidad. Para algunos (Ferrer del Río) el motín fue dirigido por privilegiados (jesuitas
o clases elevadas), para otros fue un alboroto espontáneo (Villar, Anes), y para otros
(Navarro, Rodríguez) hubo una mezcla de factores: carestía, xenofobia, participación de
jesuitas o incluso intrigas políticas.

B) PODER REAL Y PODER SEÑORIAL

El poder señorial no desapareció con los Reyes Católicos. Tan solo en el S: XVIII se
hicieron intentos serios de reducir los señoríos existentes. En el XVI y XVII incluso se
incrementó, consolidándose.

- En Cataluña y Valencia se consolidan las prácticas enfitéuticas que extienden la


propiedad señorial y contribuyen a que los nobles conservaron facultades como
la jurisdicción penal, recibir parte de la cosecha y la percepción de ciertas
prestaciones.
- En Aragón, los señores podían incluso sentenciar a muerte a sus vasallos, y en el
Bierzo los foros adquirieron una mayor duración.
- En Castilla los señoríos quedaron en manos de grandes familias
- En Andalucía se concentró la propiedad, salvo en los repartimientos de tierras de
Granada a raíz de la expulsión de los moriscos.
Los nobles detentaron facultades jurisdiccionales y administrativas en sus señoríos,
hasta que la justicia real se fue afianzando. Su relación con el poder real ha sido vista de
distintas formas:

- Para Clavero, la existencia del poder señorial implica la inexistencia del Estado.
- Para Valdeón, el régimen feudal persistió, y en él se apoyó la monarquía.
(Feudalismo centralizado)
- Para Maravall coexistieron un estado absoluto con señoríos (estado señorial
absolutista).
- Para González Alonso coexisten la soberanía real y las facultades
jurisdiccionales señoriales, con el Rey como última instancia.

Las facultades señoriales, si constituyen grupos de presión a la corona. De modo que en


la Edad Media el poder real se consolida frente a las luchas señoriales como ente
pacificador, y en la Moderna la nobleza no tiene más remedio que relegar el uso de la
fuerza y acudir a pactos para debilitar a la monarquía, y en otras ocasiones tecnificarse
para lograr los puestos institucionales. Las clases altas controlan el poder, pero el
Estado será personificado por el soberano. La modernización y supervivencia se logra
sobre todo gracias a la incorporación de nuevos elementos –los hidalgos- y el acceso al
control municipal. Ocuparán grandes puestos de la administración, Universidades,
presidencias de los consejos, embajadas, etc...

C) LA DELEGACIÓN DEL PODER REGIO: PRIVADOS Y VÁLIDOS

El Monarca, en ocasiones se vio obligado a delegar el poder en el Virrey y a menudo se


rodeará de personas de confianza para que le ayuden y orienten. Especialmente en el
caso de monarcas débiles de carácter e inexpertos. Surge la persona del valido o
privado, precedente del primer ministro, existente desde la Baja Edad Media y esencial
en la historia institucional de los S XV-XVIII al no ser figura funcionarial pero absorber
competencias de algunos funcionarios. Se trata de una institucion irregular, no legal,
que contradice la inalienabilidad de la monarquía. Fue durante el reinado de los Austrias
Menores (Felipe III y IV y Carlos II) cuando más proliferaron, llegando a tener un
control total del gobierno. Aprovechaban la amistad con el monarca para intervenir en
los asuntos del gobierno. Bien por la ineptitud real, bien por la 38 de 114 complejidad
administrativa del extenso territorio que era necesario administrar. El primer valido fue
el Duque de Lerma que recibió de forma arbitraria la orden verbal de Felipe III de
firmar los papeles en su nombre; luego, una Real Cédula confirmó sus poderes. Destaca
posteriormente la labor del Conde Duque de Olivares con Felipe IV. Por su parte, dada
la minoría de edad de Carlos II, durante la regencia de su madre será valido el padre
Nithard, cuya caída se producirá por Juan Jose de Austria, hermano bastardo del rey. La
teoría política de la época, se preocupó establecer unas limitaciones de actuación de
estos personajes. Las críticas al valido servían en cierto sentido para salvaguardar a la
propia monarquía.
III. LAS CORTES

A) EL DECLIVE DE LAS ASAMBLEAS REPRESENTATIVAS EN


EUROPA Y TAMBIÉN EN ESPAÑA

A.1 El declive de las asambleas representativas en Europa.

Desde la Edad media las asambleas representativas habían sufrido un fuerte declive en
Europa. En Francia no se convocaban Estados Generales desde 1484, y volvieron a ser
convocados en 1560 ante la grave crisis económica y religiosa y ello a pesar de los
partidarios del absolutismo que veían en la medida una limitación al poder real. Los
estados que acudieron anteponían la colaboración económica necesitada por el monarca
a que éste atendiera sus propias decisiones, por lo que la convocatoria fue un fracaso.
Hasta 1576 no volvieron a ser convocados. En los Paises Bajos, tanto los Estados
Generales, como los provinciales pronto asumieron la condición de defensores de los
agravios realizados, anteponiéndolos a la concesión de subsidios por lo que solo se
acudía a los mismos en casos extremos. En Inglaterra la situación era distinta, pues la
soberanía se encontraba dividida entre el Parlamento y el Rey. Hubo tensiones, en
reinados como los de la reina Isabel debido a las difíciles circunstancias políticas. En
cualquier caso, al no estar tan necesitada la monarquía de recaudar fondos era mas
factible un cierto consenso entre el Parlamento y la Monarquía. Manuel Filiberto,
Duque de Saboya prescindió de las solicitudes de subsidios en el Piamonte y acudió
directamente al establecimiento de impuestos. Los monarcas no estaban obligados a
convocar las asambleas y hubieran prescindido de ellas de no ser por la propaganda y
legitimidad moral que suponían para la monarquía al implicar a los súbditos en los
problemas del Estado. En ocasiones, se convirtieron en tribunas de opinión de los
disidentes religiosos, siendo también fuente de conflictos.

A.2 Las Cortes con los Austrias.

CASTILLA Perdieron su fuerza tras las Comunidades. Fueron abandonadas desde


1538 por prelados y nobles (éstos se negaron a conceder la sisa en impuestos sobre el
consumo); sólo asistieron los representantes de las ciudades, lo que interesaba el Rey
pues eran los que pagaban el servicio. Nobles y alto clero no asistieron a las cortes, y el
número de ciudades convocadas disminuyó hasta 18, por la voluntad real de limitar la
representación del reino y porque para las ciudades era gravoso y además suponía a
menudo enfrentamientos entre ellas. Algunas ciudades intentaron acceder a cortes para
evitar que otras ostentaran su representación, lo que fue aprovechado por el rey para
vender el derecho de voto de unas u otras ciudades, mediante la práctica de comprar
votos a Hacienda, sin que las Cortes pudieran evitarlo. El Rey determinaba cuándo se
celebraban las Cortes: se fueron distanciando cada vez más, dejó de 39 de 114
presidirlas: su lugar lo ocupó el Presidente del Consejo de Castilla.
ARAGÓN: Nobleza y clero en Cataluña y Valencia sólo representaron los intereses
de sus respectivos brazos. El número de ciudades asistentes aumentó con el tiempo.
Hubo convocatorias de los reinos por separado y de todos los reinos juntos (Cortes
Generales) También aquí las reuniones se fueron distanciando: en el XVI tuvieron lugar
cada siete u ocho años. La regla de la unanimidad, tras los sucesos de Antonio Pérez y
Felipe II (1592) fue sustituida por la de la mayoría.

NAVARRA: Anexionada a Castilla en 1512 conservando sus Cortes, éstas eran


convocadas por el Virrey como representante del monarca, y el número de ciudades
representadas aumentó mucho. Clero y nobleza estuvieron presentes. Llevaron a cabo
una actividad legislativa importante, destacando las denuncias y reparos de agravios y
contrafueros, subordinando la concesión de servicios a la reparación de aquellos.
Constituyeron un potente instrumento a favor de las libertades del territorio en contra de
las discrecionalidades del rey. La periodicidad de sus convocatorias fue muy variable,
con tendencia a distanciarse (2- 3 años en el XVI, 3 en el XVII, 10 en el XVIII).

CONGRESOS DE CIUDADES EN INDIAS No hubo cortes en Indias, ni hubo


representación de las mismas en las Cortes de la corona castellana. Algunas ciudades
constituyeron juntas para resolver sus problemas y necesidades, tomar acuerdos y
centralizar sus peticiones al Rey... fueron reglamentadas en 1530, 1550 y 1593. En
algunas ocasiones, las reuniones de varias poblaciones lograron evitar la aplicación de
disposiciones inadecuadas emanadas de la metrópoli. Para obtener representatividad,
México envío (1528) a España un regidor para solicitar voto en las Cortes Castellanas:
recibió evasivas y, al mismo tiempo, admisión de que se constituyeran Congresos en
Nueva España, con México como primera ciudad, previa autorización del monarca. Tal
autorización también se concedió a Nueva Castilla y Cuzco. Sin embargo, la práctica no
se generalizó y no hay datos del alcance en Indias de estas medidas.

B) LAS CORTES EN EL SIGLO XVIII. LA DIPUTACIÓN DE CORTES.

B.1 Las Cortes en el XVIII.

Por los Decretos de Nueva Planta se suprimieron las Cortes de Aragón y se formaron
las Cortes Nacionales en Madrid, que solo se reunieron en cinco ocasiones bajo
presidencia del Presidente del Consejo de Castilla (Navarra conservó sus Cortes). Sólo
intervenían algunos procuradores, y más que cortes mixtas, fueron cortes castellanas a
las que se permitió asistir a ciertos procuradores del resto de territorios. Además, se
redujeron sus competencias, limitándose a intervenir en la designación y juramento del
monarca y heredero, en la modificación del orden de sucesión y en la votación de
servicios y peticiones, dejando de plantearse agravios. Los procedimientos fueron los
castellanos, las Cortes se limitaban a ratificar las decisiones reales, a la vez que lo
acordado en ellas debía recibir sanción real.
B.2. La Diputación de Cortes: Nuevas Diputaciones.

En Cataluña tuvo su origen en la Diputació del General o de la Generalitat, órgano


permanente que actuaba entre unas cortes y las siguientes. Convertida desde el XV en
órgano político que actuaba frete al Rey, velaba por el cumplimiento de las leyes,
convocaba a los brazos y movilizaba en armas al reino. El intervencionismo real fue
creciente, con el objetivo de reducir el poder de las oligarquías catalanas: se acabó
imponiendo un grupo de nombres para que los diputados fueran elegidos entre ellos por
insaculación. Con todo, conservó cierto poder político al ser la institución representante
del reino ante el monarca.

En Aragón y Valencia se crearon diputaciones del reino similares (1412, 1419). La


valenciana llegó a tener jurisdicción para las cuestiones de que se ocupaba, pero
también fue controlada por el Rey (insaculación establecida en las Cortes de Monzón,
1510). La aragonesa, que poseía un fuerte contingente armado destinado a mantener el
orden y que podía proceder contra los representantes del rey que atentasen contra las
libertades del reino, perdió mucha personalidad política a raíz de los sucesos de Antonio
Pérez y las Cortes de Tarazona subsiguientes de 1592.

En Navarra apareció en el XV pero no se organizó permanentemente hasta 1576,


formada por pocos diputados (5-7: un eclesiástico, dos nobles, cuatro del brazo
popular). Comprobó el cumplimiento de las leyes, denunció contrafueros y dio el pase
foral a las disposiciones reales. En Castilla apareció en las Cortes de Toledo (1525), con
menor peso que en el resto de territorios por ser la Comisión o Cámara de Millones, se
encargaba de la recaudación del servicio de millones concedido por las Cortes, siendo
una figura eminentemente financiera. Se creó después de las comunidades, cuando las
cortes pierden el poco poder que tenían, no supuso peligro alguno para la autoridad
regia, al carecer de poder político. Estuvo siempre controlada por el Consejo Real y
entro en multiples conflictos con Hacienda de los que solía salir perdiendo por la
ineficacia con que controlaba las rentas encomendadas.
TEMA 5. CONSEJEROS DEL REY Y PRÁCTICA CONSULTIVA

I. CARACTERES GENERALES

A) OFICIO PÚBLICO Y BUROCRACIA

En la Edad Moderna se consolidan los oficiales como expertos formados


específicamente para su labor, y también la práctica de la venta de oficios. Los tipos de
oficios pueden clasificarse en función de esta posible venta:

- Los de poder: aunque no eran los mejor remunerados, eran los más apetecibles
por implicar poder: regidor, alguacil, alférez... se generalizó la práctica de que
los oficiales renunciaran para así transmitir el oficio a herederos o terceros. A
finales del XVI la propia Monarquía vendía los oficios.
- Los de pluma: normalmente secretarios y escribanos.
- Los de dinero: contadores, depositarios, receptores... dependientes de Hacienda:
apetecibles por llevar consigo la percepción de tasas y porcentajes de rentas.

Clero y nobleza acapararon oficios para luego venderlos (los municipales permitían el
acceso a la baja nobleza y al patriciado urbano). La Corona convirtió el oficio de una
merced en una renta importante para la hacienda real. Asistimos a una privatización de
los oficios públicos no regulada en leyes, en ocasiones los pagos se hacían como
“donaciones” a las arcas reales. La monarquía sin embargo se opuso a la venta de
oficios que implicaran la jurisdicción real, por lo que los más importantes no llegaron a
venderse (corregidor, oidor, consejero).

A finales del XVII, la corona inició una política de recuperación oficios devolviendo al
último propietario el precio inicial pagado a Hacienda, sin embargo, en ocasiones
volvieron a revenderse.

B) EL CONTROL DE LA GESTIÓN: PESQUISAS, VISITAS, JUICIO DE


RESIDENCIA

Los mecanismos de control del oficio público eran:

- Pesquisas y visitas: se producen durante el ejercicio del cargo.


o Pesquisa: un juez o una comisión investigan sobre un asunto concreto.
o La visita, la forma más utilizada, servía para fiscalizar a oficiales o a
organismos enteros, con plenos poderes para el juez visitador. Hubo
visitas ordinarias o periódicas y extraordinarias (éstas, ante
irregularidades o denuncias). Cabían para abusos de autoridad,
malversaciones de caudales, abandono, desobediencia... Las penas iban
del despido a la muerte.
- Juicio de residencia: el control se realiza una vez finalizado el desempeño del
cargo.

La pesquisa no se distinguió claramente de la visita. Hay diferencias según los autores:

- Los que consideran que la visita era un procedimiento más amplio que la
pesquisa, que estaba limitada a la denuncia de particulares.
- La pesquisa afectaba a cuestiones criminales mientras la visita afectaría a
cuestiones civiles y administrativas.
- La visita se realizaba a organismos, la pesquisa a oficiales.
- González Alonso, estudió la pesquisa en el XVIII: va dirigida a inquirir sobre
actos delictivos, realizados por oficiales y denunciados por particulares. Su
tramitación supone la suspensión del desempeño del oficio.

Todos estos mecanismos fueron trasladados al derecho indiano, donde la autoridad se


veía disminuida por la lejanía.
La pesquisa que podía ser realizada por un juez nombrado por el virrey o el gobernador,
o bien dirigida desde la metrópoli, como la dirigida por Juan de Ovando, por encargo de
Felipe II, para de averiguar las causas del fracaso del Consejo de Indias.
El juicio de residencia también se extrapoló al derecho indiano, figura utilizada con
asiduidad. Su particularidad era que los jueces eran nombrados por el Consejo de Indias.
Los jueces de residencia disponían de un plazo para efectuar su investigación; mientras
que para un virrey el periodo era de 6 meses, para oficiales menores se reducía a 60
días. El juicio de residencia fue aplicado durante la mayor parte del siglo XIX en los
territorios de ultramar (Cuba, Puerto Rico, Filipinas).

II. LA ADMINISTRACIÓN CENTRAL

A) SIGLOS XVI Y XVII: RÉGIMEN DE CONSEJOS

En el Estado Moderno sólo el Príncipe es soberano, de ahí que los órganos de gobierno
no están dotados de normas de actuación preestablecidas, si no que pueden ser
transformadas por el príncipe a voluntad según sus necesidades y fluctuaciones de
gobierno. Se configuran como un ente auxiliar del monarca en la vida política y jurídica.
Pero partiendo de los Consejos de Castilla, Aragón y Navarra, se irán desgajando otros
consejos según se va complicando la administración.

El punto de partida son las Cortes de Toledo de 1480, que deslindó la política exterior
(vinculada al Consejo de Estado), la justicia (Consejo de Castilla), las cuestiones
aragonesas (Consejo de Aragón) y la Hacienda (Consejo de Hacienda). Asumieron
competencias judiciales, legislativas y administrativas.
Su organización fue similar:

- Sede en la corte, aunque tuvieran poder sobre otros territorios.


- Dependencia directa del Rey,
- Dirección por un gobernador o presidente (salvo los de Estado y Guerra
dirigidos por el Rey)
- Consejeros togados (letrados) y de capa y espada (nobles) -con progresivo
desplazamiento de los segundos por los primeros.
- Número de consejeros variable, con fiscales, escribanos, relatores, tesoreros,
porteros, aguaciles, etc...

El sistema de administración por consejos se llamó régimen polisinodial.

1. Consejos con competencia en toda la Monarquía (examen)

• El Consejo de Estado asesoró al Rey en grandes cuestiones de Estado: no tuvo


competencias regladas ya que dependía de lo que el rey considerara oportuno someterle.

Sus orígenes están en un memorial elevado en 1521 a Carlos V recomendándole la


creación de un Consejo que estuviera sobre los demás y que en un principio fue
constituido por funcionarios flamencos. Perdió peso con los Borbones, siendo sustituido
por la Junta Suprema de Estado y luego restablecido en 1792.

Estaba presidido por el Rey y compuesto por un número indeterminado de consejeros.


Trataba temas como la guerra y la paz, conquistas, casamientos, correspondencias con
embajadores, asuntos graves...

De carácter consultivo, se diferenciaba de otros consejos, sus consultas eran conocidas


solo por el rey, sin traslado al resto de consejos.

• El Consejo de Guerra se creó a partir del anterior en 1586; cuando en las reuniones
empiezan a participar expertos militares. Fue competente sobre aspectos de guerra,
construcción de armas, fronteras, presidios, etc... También tuvo competencias
jurisdiccionales: juicios a los aforados militares, contrabando y presas marítimas en
tiempos de guerra. Estuvo formado por seis consejeros expertos en defensa, con dos
secretarías: de mar y de tierra.

• El Consejo de Inquisición, tribunal de última instancia de las sentencias de los


tribunales inquisitoriales, fue la máxima autoridad en materia de fe, si bien sometido al
inquisidor general que era su presidente y además encargado de proveer las plazas de
los tribunales provinciales. Estaba formado por cinco consejeros preferentemente
juristas, un fiscal y dos asesores.
2. Consejos de gobierno de los distintos territorios

• El Consejo Real de Castilla, reordenado en las Cortes de Toledo de 1480, su


presidente era la primera figura de la monarquía después del Rey, que también presidía
los Consejos de Cámara y Órdenes y las Cortes de Castilla cuando eran convocadas. Sus
consejeros formaban parte de otros consejos, por lo que tenía gran importancia. Tuvo
competencias consultivas, gubernativas, judiciales, legislativas... su competencia
territorial se extendía a Castilla, supervisando y controlando a las demás autoridades. Su
reglamentación básica fueron las Ordenanzas de 1598 (Felipe II), y estructuralmente se
dividió en salas: una de gobierno y tres de justicia (Sala de Mil y Quinientas –pleitos en
segunda suplicación previo depósito de 1.500 doblas-; Sala de Justicia –bulas,
pesquisas, visitas, procedimientos penales-; Sala de Provincias –apelaciones de
alcaldes, tenientes, corregidores en procedimientos civiles-). El número de consejeros
varió con el tiempo. Las competencias de la Sala de Gobierno eran muy amplias,
gobernaba el territorio castellano (Iglesias, Universidades, economía, política interior,
competencias, ejecución de políticas acordadas...) El Consejo también actuó de forma
plenaria (la llamada Consulta de los viernes) donde se trataban las cuestiones más
importantes con el rey. Por su parte, la Sala de Alcaldes de Casa y Corte, formó la
llamada sala quinta del consejo, con competencia en la corte y cinco leguas a la redonda
en jurisdicción penal superior.

• El Consejo de Indias surgió del Consejo de Castilla en 1523 cuando los asuntos
americanos empiezan a alcanzar tal volumen que se hace imposible tratarlos junto con
otros. Estuvo formado por juristas mayoritariamente procedentes de otros consejos.
Tuvo cuatro consejeros, dos secretarios, un fiscal, un relator, un oficial de cuentas y un
portero (el número de consejeros se incrementó con el tiempo). Su primera regulación
data de 1571 (Juan de Ovando). Se dividía en tres salas o cámaras, dos de gobierno y
una de justicia, y tenían las competencias del Consejo de Castilla, pero para las Indias y
además, el comercio, la navegación y el tránsito hacia las Indias. A finales del XVI se
forman la Junta de Hacienda y Junta de Guerra de Indias, encargadas de las actividades
correspondientes.

• El Consejo de Aragón se institucionalizó con Fernando el Católico (1494), sobre la


tradición del Consejo Real Aragonés. Equivalente al Consejo de Castilla, aunque con
menos importancias, conoció de todos los asuntos de la Corona de Aragón (gobierno,
hacienda, oficios, gracia) y actuó como tribunal supremo de Valencia, Mallorca y
Cerdeña. Estuvo formado por un presidente –vicecanciller de la Corona, jurista
prestigioso aragonés hasta 1622, sustituido luego por castellanos- y cinco regentes,
además de dos miembros por cada territorio de la Corona (Aragón, Cataluña, Valencia),
un tesorero, un protonotario, un fiscal, cuatro secretarios... El Consejo se consolidó
(1543) con las Ordenanzas de Palamós.

• El Consejo de Italia (1555) recibió una planta en 1559 idéntica a la del de Aragón,
siendo competente en Sicilia, Nápoles, Milán (salvo en cuestiones de Estado, guerra y
alta justicia). Estuvo compuesto por seis regentes (dos de cada territorio) y un (luego
tres) secretario.

• El Consejo de Flandes fue creado en 1558 por Felipe II, pero a su muerte se trasladó
a Flandes, constando de dos consejeros (Países Bajos y Franco Condado). Fue
reorganizado por Felipe IV (1628) y se perdió el territorio en 1720.
• El Consejo de Portugal se creó en las Cortes de Tomar de 1582, y se compuso de un
presidente, cuatro consejeros y dos secretarios que supieron de aspectos políticos,
administrativos y judiciales, siendo competente en la ejecución de los asuntos de guerra.
Felipe III (1611) lo sustituyó por una Junta de Gobierno. Felipe IV (1658) lo restableció
en un intento de recuperar el territorio. Fue suprimido en 1665.

3. Otros consejos: (examen)

• El Consejo Real de Navarra conoció asuntos de Navarra, de los que fue tribunal
supremo, no estando subordinado al Rey. Asesoró al Virrey y tenía facultad legislativa a
dar autos acordados de acuerdo con este último. Estuvo formado por un presidente y
seis consejeros.

• El Consejo de Cámara de Castilla se encargó de asuntos atendidos directamente por


el Rey (mercedes, indultos, nombramiento de oficiales...) Por “asuntos de cámara” se
entendían ciertas cuestiones, que se resolvían sin dar audiencia al interesado,
normalmente asuntos de gracia y merced que el rey trataba en su cámara con un
reducido número de consejeros de su confianza. Fue reorganizado por Felipe II en 1588.
Estuvo formado por el presidente del Consejo de Castilla y tres o cuatro consejeros, y
tres secretarías, la de gracia, la de plazas de justicia (para provisión de oficios
jurisdiccionales) y la de patronato real (provisión de oficios eclesiásticos).

• El Consejo de Cámara de Indias (1600) se desgajó del de Indias, se suprimió en


1608 y se restableció en 1644, y tuvo los mismos fines que el de Castilla.

4. Consejos de Administración preferentemente castellana:

◦ El Consejo de Órdenes fue creado por los Reyes Católicos para administrar los
maestrazgos de las órdenes militares, e intervino en asuntos de gracia y patronato y en
las concesiones de hábitos. Estuvo formado por un presidente y cuatro consejeros,
estando integrado por dos salas: la de gobierno y la de justicia.

◦ El Consejo de Cruzada se creó (1534) para administrar y recaudar las llamadas “tres
gracias”: Bula de cruzada (gracias espirituales concedidas por el Papa a los que
colaboraban personal o monetariamente con las cruzadas,) Subsidio (contribución
permanente de las diócesis,) y el Excusado (impuesto pagado por la Iglesia a la
Hacienda igual al mayor diezmo de cada parroquia). Tuvo jurisdicción especial y
exclusiva en todos los temas relacionados con la bula.

◦ El Consejo de Hacienda (1523, Corona de Castilla) sustituyó a las Contadurías de


Hacienda y de Cuentas. Objeto de varias reformas, Las Ordenanzas de Felipe III (1602)
lo modificaron, y en 1658 Felipe IV integró en el Consejo la Comisión de Millones.
También tuvo funciones jurisdiccionales: entendió judicialmente de litigios de
operaciones de la tesorería general y de los litigios del consejo. Tuvo tres tribunales: el
de oidores (pleitos sobre rentas), la contaduría mayor de cuentas, y el tribunal de
millones.
B) SECRETARIOS DEL REY: LOS SECRETARIOS DE ESTADO, LOS
SECRETARIOS PRIVADOS Y LOS SECRETARIOS DEL DESPACHO
UNIVERSAL (EXAMEN)

Con Carlos V, el proceso de especialización de los Secretarios, iniciado con los RRCC,
se detiene: la dirección efectiva de la Secretaría queda en manos del Gran Canciller de
los Países Bajos que extiende su competencia a todos los dominios del rey (Juan de
Sauvage, luego Mercurio Gattinara, a cuya muerte en 1530 se suprime la Gran
Chancillería).

Cada consejo tendrá su secretario, pero pronto empieza a destacar el del Consejo de
Estado dado que este consejo no tenía presidente al serlo el Rey. Cuando Carlos V dejó
de asistir al Consejo de Estado actuó de puente entre Rey y Consejo. Fue la persona más
importante del entorno real, transmitía al Consejo los temas que el rey quería debatir e
informaba a éste de las deliberaciones de Consejo. Su influencia fue muy importante
hasta que, con Felipe III y el Duque de Lerma, apareció la figura del valido.

La actividad del secretario tenía tres facetas:

- La consulta verbal o despacho a boca con el rey.


- Despacho verbal del Secretario con el Rey pero haciendo una relación del
acuerdo por escrito.
- Despacho escrito, el secretario envía las consultas y las recibe resueltas por el
monarca. Era el procedimiento más habitual. Adquirían forma de epístola
cuando el rey se ausentaba.

Felipe II en 1567 separó competencias entre las Secretarías de Estado para los asuntos
del Norte (Gabriel Zayas) y los asuntos de Italia (Antonio Pérez), a raíz de la prisión de
Antonio Pérez, se reúnen en Juan de Idiáquez y escindidas de nuevo en 1586. El
Secretario de Estado despachaba con el Rey y estaba al frente de la dirección del
Consejo de Estado. Al aparecer los validos, acaparan el despacho directo con el rey por
lo que acaban dirigiendo en realidad el Consejo de Estado.

Junto a las Secretarias de Estado, se encontraban las Secretarías privadas reales, se


encargaban de su correspondencia, y su influencia dependió de la preponderancia del
Secretario de Estado: cuando esta figura retrocede, resurge el secretario privado
actuando cerca del rey. Y es que hubo muchos tipos de Secretarios del Rey ya que el
título daba cabida a cualquier función.

Su número aumentó con el tiempo por la mayor complejidad del aparato administrativo.
Los oficios se transmitieron dentro de las mismas familias, existiendo linajes de
Secretarios.

Los secretarios privados eran entidades interpuestas entre el rey y los Consejos,
actuando en muchas ocasiones como su portavoz, llegando incluso a emitir órdenes a
los Secretarios de los Consejos o asistir a las reuniones de algunos de ellos (ejemplo de
secretario privado importante fue Vázquez de Leza, con Felipe II).
En el S. XVII, el despacho directo con el rey queda reservado al Valido y el Secretario
de Estado pasa a ser secretario del Consejo de Estado pasando los validos a controlar el
Consejo de Estado y desapareciendo el secretario privado.

Es cuando el despacho de papeles se dejó a un tercero: el Secretario del Despacho


Universal, figura creada para quitar trabajo administrativo al valido que por ser de linaje
noble, se consideraba que no debía dedicarse a estas tareas.

Centralizaron la documentación procedente de los consejos: despectivamente fueron


llamados plumillas y covachuelistas. Fueron figuras que pasaron desapercibidas
políticamente, pero cargaron con el peso de la Administración.

C) LA INFLUENCIA DE LA FRANCIA BORBÓNICA EN EL RÉGIMEN


MINISTERIAL: LAS SECRETARIAS DE ESTADO Y DEL DESPACHO
Y LA JUNTA SUPREMA DE ESTADO

Los Secretarios de Estado y del Despacho fue el nombre que adquirieron con los
Borbones los Secretarios del Despacho Universal. Al caer el sistema de validos vieron
revalorizadas sus funciones. Felipe V pretende dotar de una nueva planta a la
administración y estos personajes se configuran como los que mejor conocen el
funcionamiento de la administración, por lo que se acude a ellos.

En 1705, Felipe V estructura la Secretaría del Despacho en dos departamentos: guerra y


hacienda y otro encargado de “todo lo demás.” Los secretarios que pierden la
calificación de Universal, pasan a tratar directamente con el rey ante el debilitamiento
del Consejo de Estado.

Un Decreto de 1714 estableció cuatro secretarías: Estado, Asuntos Eclesiásticos y


Justicia, Guerra y Marina e Indias, pasando los secretarios a integrar un consejo de
gabinete. Hacienda quedaba en manos de un superintendente o veedor que en el futuro
compondría la quinta secretaría.

Los consejos quedaban bajo la autoridad de los secretarios. Con posterioridad las
Secretarias de Despacho pasan a llamarse Secretarias de Estado y del Despacho,
llamándose a la de Estado, Primera Secretaría. Los Secretarios de Estado y del
Despacho eran hombres muy preparados que fueron absorbiendo funciones de los
consejos, llegando a ser denominados como ministros (que en principio se aplicaba a
cualquiera que perteneciese al Consejo)

Se produjeron múltiples reestructuraciones entre 1717 y 1790, algunas motivadas por


los problemas que creaban la cantidad enorme de asuntos de Indias.

Los secretarios sustrajeron competencias a los Consejos aumentando los asuntos que
pasaban por la llamada “vía reservada,” que suponía la existencia de asuntos de los que
solo podía entender el monarca y que en la práctica eran gestionados por los Secretarios
sustrayéndose al cauce ordinario de los Consejos.
La Junta Suprema de Estado (examen)

Ya con Felipe V se puso de manifiesto la necesidad de coordinar el despacho de los


secretarios.

En el reinado de Carlos III son frecuentes las Juntas o reuniones de los secretarios de
Estado y del Despacho que finalmente se materializan con Floridablanca, en la creación
de la Junta Suprema de Estado, que reunía a los secretarios de Despacho y presidida por
el primer Secretario de Estado.

Supuso la suspensión de las actividades del Consejo de Estado y fue el precedente del
Consejo de Ministros: con carácter de ordinario y perpetuo, se reunía semanalmente
para deliberar y tomar decisiones. Se resolvían cuestiones de competencias surgidas
entre los distintos órganos de la monarquía.

La caída de Floridablanca, supuso la supresión de la Junta Suprema y se restableció el


Consejo de Estado.

D) PERSISTENCIA Y OCASO DEL RÉGIMEN DE CONSEJOS (EXAMEN)

En el XVIII se perdieron los territorios italianos y flamencos, lo que repercute en un


mayor control del monarca en los restantes territorios. Se vertebra la administración en
torno a las Secretarías de Estado y del Despacho.

Felipe V sustituyó al Consejo de Estado por el Consejo de Gabinete en el que se reunían


personas de su confianza informalmente, siendo a su vez relegado por las Secretarías de
Estado y del Despacho. Tras la caída de Floridablanca, se suprime la Junta suprema de
Estado y Carlos IV revaloriza el Consejo de Estado, que se convierte de nuevo en el
órgano más importante de la monarquía, perdurando hasta la muerte de Fernando VII en
que desaparece.

Los Consejos de Flandes e Italia desaparecieron antes de la pérdida total de los


territorios; el de Aragón se disolvió en 1707 con los decretos de nueva planta, pasando
algunas de sus facultades a las secretarías y otras a las audiencias; el de la Inquisición
no fue suprimido hasta 1812 en las Cortes de Cádiz tras arduas polémicas pues al ser un
órgano político se había convertido en una herramienta eficaz en la lucha contra las
ideas revolucionarias.

El Consejo de Castilla fue suprimido por la Constitución de 1812 en que sus funciones
judiciales pasaron al Tribunal Supremo, las consultivas al nuevo Consejo de Estado y
las administrativas al Ministerio de la Gobernación. Aunque reapareció en los periodos
absolutistas, fue definitivamente suprimido en 1834.

El Consejo de Indias fue perdiendo poderes en el XVIII, y pese a la rebelión de los


territorios americanos en 1810, fue mantenido por Fernando VII como forma de no
reconocer la emancipación, perviviendo hasta el reinado de Isabel II con otro nombre.
El de Hacienda pervivió hasta 1834, y el de Cruzada se suprimió en 1750 al ser
sustituido en sus funciones por un Comisario General.
TEMA 6. SISTEMAS DE VERTEBRACIÓN TERRITORIAL Y
LOCAL

I. LA ADMINISTRACIÓN TERRITORIAL

Castilla, antes de los Reyes Católicos, estaba dividida en adelantamientos gobernados


por un adelantado mayor, a los que se sometió a mayor rigidez. En la Corona de Aragón
se conservó el sistema virreinal, que se extenderá a otros territorios y el sistema
territorial se centralizó con los Borbones, salvo en Navarra y los territorios vascos.

A) EL SISTEMA DE LOS AUSTRIAS: VIRREINATOS Y PROVINCIAS


(Examen)

El Rey fue sustituido en ciertos territorios delegados que actuaran en su nombre


denominados virreyes, también Regentes, Lugartenientes o Gobernadores. En Aragón
se fijaron los virreinatos de Cataluña, Aragón, Valencia y Nápoles. Carlos V
generalizará los virreinatos a todos los territorios, incluido Indias y Portugal, salvo en
Castilla donde reduce el número de adelantados.

El Rey elegía virreyes por tres años para representarle (aunque el periodo del cargo
variará con el tiempo.) Solían ser nobles o miembros de la familia real. Al acceder al
cargo, recibían las instrucciones, donde se les indicaba el modo de proceder y facultades
que tenían prohibidas, debían respetar las instituciones, y estaban sometidos a juicio de
residencia. Al ser meros representantes, sus funciones cesaban cuando el Rey entraba en
su territorio.

En general, controlaban a las autoridades inferiores, la hacienda y en ocasiones tenían


funciones militares como Capitanes Generales. Cada reino tenía unas instrucciones
distintas, las facultades variaban en cada reino. Podían dictar edictos o pragmáticas en
interpretación o dispensa de leyes y conceder privilegios y perdones. No tenían
competencias en justicia que quedaba en manos de Audiencias y Consejos.

Hubo virreyes en Aragón, Navarra, Cataluña, Valencia, Portugal, Sicilia, Nápoles y


Cerdeña, y gobernadores-capitanes generales en Galicia, Mallorca, Canarias, Milán y
Flandes.

Desde los Austrias el primogénito del Rey estuvo representado por otro delegado, el
Gerens en Cataluña, Mallorca y Valencia, y el Regente de la General Gobernación en
Aragón. Aunque estaba bajo el virrey, tenía su propio tribunal para temas civiles y
criminales.

En Castilla las circunscripciones se dividieron en corregimientos, sin desaparecer los


adelantamientos, que a veces se asimilaron a los primeros. También aparecieron
provincias, representando las ciudades con voto en cortes, instituciones que no llegaron
a prosperar.
Los territorios vascos conservaron sus órganos antiguos. Las Juntas Generales
delegaron sus poderes en organismos específicos: el diputado general de Alava, la
diputación general de Guipúzcoa y el regimiento general de Vizcaya. También
existieron corregidores que gobernaban asesorados y con jurisdicción civil y criminal.
Permanecieron de etapas anteriores, las Juntas (Aragón), los Justiciazgos (Valencia) y
las Veguerías (Cataluña).

B) LA INFLUENCIA DE LA FRANCIA BORBÓNICA: CAPITANÍAS


GENERALES E INTENDENCIAS

Tras los Decretos de Nueva Planta se concentró el poder real: desaparecieron los
virreinatos (excepto el de Navarra,) y el territorio se dividió a efectos fiscales en
provincias (Floridablanca estableció una división con cuarenta, aunque no está claro
actualmente el carácter de la reforma, también había intendencias que podían coincidir
con las provincias.

Se crearon las Capitanías Generales en sustitución de los virreinatos. A su frente


estuvo el Capitán General, máximo jefe militar y gobernador con facultades políticas,
económicas y gubernativas que trabajó junto con la Audiencia y compartió sus poderes
(salvo la justicia, reservada a ésta). La Audiencia fue un órgano consultivo presidido por
el capitán general en los asuntos de gobierno. Por debajo de la audiencia se encontraron
los corregidores, con funciones políticas y judiciales, (éstas pasaron a los alcaldes
mayores).

En Cataluña el Capitán General era el representante directo del Rey, dotado de gran
poder y en Valencia, gobernador militar y político.

También aparecieron los intendentes, figura de origen francés, con competencias


fiscales –al principio de la economía del ejército- y de abastos. Acabaron dividiéndose
en Intendentes del ejército (funciones militares) e Intendentes de provincia (funciones
fiscales.) Tenían la confianza de los gobernadores y fueron auténticos promotores de las
reformas ilustradas del S.XVIII, al orientar sus funciones a una política de fomento.

Fueron especialmente relevantes en Aragón, donde se introdujo un sistema fiscal


distinto (1718) que luego se extendió a otros territorios estableciéndose Intendentes en
cada provincia, aunque fueron sustituidos en 1721 por el superintendente de rentas y
restablecidos en 1749 por Fernando VI, momento en que unieron sus funciones a las del
corregidor) –ello planteó conflictos de competencia hasta que en 1766 Carlos II separó
los cargos, quedando justicia y policía en manos de los corregidores y hacienda y guerra
en manos de los intendentes.

Los intendentes del ejército fueron nombrados por el Rey con acuerdo del Consejo de
Hacienda y de Guerra, y los de provincia sólo con el acuerdo del de Hacienda.
Supervisaron administrativa y económicamente el territorio, informando al juez de
residencia de las actuaciones de otros oficiales. Tuvieron funciones fiscales y
financieras, encargándose de las rentas reales en la provincia. Respecto al ejército, se
encargaron de los gastos, abastecimiento, provisiones y alojamiento.
C) ADMINISTRACIÓN TERRITORIAL EN INDIAS:

En las Capitulaciones de Santa Fe, los Reyes Católicos dieron a Colón Gobierno y
Jurisdicción de lo que descubriese, nombrándolo Almirante de la Mar, Virrey y
Gobernador General.

Colón pasó a ser representante de los reyes en Indias, pero en 1500 le quitan los títulos
de virrey y gobernador nombrando un gobernador para la isla de la Española. Ante las
reclamaciones de Diego Colon se le devolvieron pero sin atribuciones, pues la justicia
se le había atribuido ya a la Audiencia de Santo Domingo.

Debido a la gran extensión del territorio pronto hubieron de organizarse dos virreinatos:
Nueva España (con cuatro Audiencias –la Española, Méjico, Nueva Galicia y
Guatemala- y 18 gobiernos), y el Perú (con cinco audiencias -Panamá, Nueva Granada,
Quito, Lima y Charcas- y 10 gobiernos).

El Virrey –noble- era también Gobernador, presidente de las Audiencias, Capitán


General con soberanía y facultades legislativas y ejecutivas, debido a la existencia del
patronato regio designaba también los oficios eclesiásticos y se encargaba del personal
de Indias, se encargaba de las visitas a los oficios jurisdiccionales... A su vez, era
fiscalizado por los visitadores o pesquisidores reales y estaba sometido al juicio de
residencia.

Pronto se introdujo el régimen de provincias al frente de las cuales hubo un Gobernador


(también llamadas gobernaciones,) y aquéllas se dividieron en municipios que podían
ser corregimientos o alcaldías mayores. También surgen los Adelantamientos, los
adelantados eran gobernadores del territorio bajo su jurisdicción, siendo nombrados por
el Capitán General.

En el XVIII los Borbones hicieron varias reformas, los virreinatos pasaron a cuatro:
Nueva España, Nueva Granada, Perú y Río de la Plata. Existiendo 5 Capitanías
Generales: Puerto Rico, Cuba y Florida, Guatemala, Caracas y Chile, pero en lineas
generales supusieron una continuidad del sistema anterior en esta etapa.

A finales del XVIII el Intendente –implantado en 1782- eclipsó las competencias de las
Audiencias, y los corregidores fueron una especie de subdelegados. Por otra parte, los
virreinatos se dividieron en distritos o provincias, y también se creó un superintendente
general en cada virreinato, encargado de la hacienda pública, pero pronto fue suprimido
por el choque de funciones con el mismo virrey.

II. LAADMINISTRACIÓNLOCAL

A) EL MUNICIPIO EN EL XVI, XVII: REGIMIENTOS, JURADOS,


CORREGIDORES.

Algunos autores señalan que con los Austrias se hace patente la decadencia del
municipio castellano. El Concejo abierto quedó desplazado por cabildos de aristócratas:
el pueblo no intervenía en la elección de cargos, lo hacía el Rey, o bien los cargos eran
vendidos por el concejo: el gobierno municipal se convirtió en aristocrático.

En el municipio castellano supone la confluencia de tres instituciones: el Regimiento,


Ayuntamiento o Cabildo y el Corregimiento. El municipio tiene competencias para
administrar los bienes propios, impuso arbitrios, reguló el mercado, las obras públicas,
la policía urbana... sometido al Consejo de Castilla, que aprueba sus ordenanzas,
entiende las apelaciones de sus acuerdos y que fiscalizó su Hacienda.

Ya en la Baja Edad Media el Ayuntamiento o Cabildo asumió las funciones del Concejo
Abierto. Estuvo formado por alcaldes mayores, alcaldes ordinarios y varios regidores
(éstos eran designados por el Rey, elegidos o sorteados, pero desde Carlos V quedaron
en manos de oligarquías particulares poco interesados en temas municipales, que
traficaron con los cargos, de modo que se intentó hacer anuales los cargos o bien
recomprarlos, sin mucho éxito).

El regimiento fue controlado por el corregimiento, a instancias del rey, compartían con
los regidores la actuación y el poder municipal, pues presidían las sesiones del
ayuntamiento: al principio tuvieron poderes administrativos, mantenimiento del orden,
judiciales (fueron jueces de primera instancia civiles y criminales aunque no atendían
los casos de corte,) fiscales y militares (jefe de las milicias de la ciudad.) Ejercían doble
función: ser presidente del ayuntamiento de la ciudad cabecera de la jurisdicción
(colaborando con el mismo y ejecutando sus acuerdos) y teniendo autoridad sobre todo
el corregimiento.

Las funciones de los Corregidores fueron reguladas en Instrucciones de 1523 (Carlos V)


y Ordenanzas de 1648, a partir de las cuales el Consejo de Castilla fue su superior. Los
corregidores eran elegidos por el Rey para uno, tres o cinco años y estaban sometidos al
juicio de residencia. Si alguno no era letrado, se nombraban dos alcaldes mayores
togados (para lo civil y lo criminal).

Finalmente, los jurados o síndicos, elegidos por el pueblo, controlaban la actividad de


los regidores. Podían protestar ante el corregidor o el Consejo de Castilla si creían que
los acuerdos de los regidores podían perjudicar a la Comunidad. Su peso fue escaso.
Existieron otros oficiales menores: alférez mayor, procurador síndico, mayordomo,
escribanos, pregoneros, etc...

En los municipios señoriales el señor era Corregidor de todos los municipios del
señorío. El ayuntamiento proponía al señor los alcaldes ordinarios y oficios del Concejo
para que los nombrara.

En los municipios navarros y aragoneses se acrecienta la dependencia del poder real,


aunque conservan su estructura político-administrativa.

Conservaron un gobierno más abierto que en Castilla por la renovación anual de cargos,
pero los mismos se aristocratizaron. En Barcelona Fernando el Católico cambió la
elección por el sorteo entre hombres designados por el Rey. También varió la
composición del Consejo del Ciento, estableciéndose que de los cinco magistrados
supremos, tres debían ser del patriciado urbano, uno mercader y otro artesano.
B) EL MUNICIPIO BORBÓNICO: GENERALIZACIÓN DEL CASTELLANO Y
REFORMAS DE CARLOS III. (Examen)

Tras los Decretos de nueva Planta, la organización municipal castellana se trasplanta a


la Corona de Aragón. Cada ciudad principal pasó a ser gobernada por un corregidor
nombrado por el Rey (los hubo letrados y de capa y espada). Detentaron el mando
militar, la administración, la justicia ordinaria y la administración fiscal. Los
corregimientos podían dividirse en alcaldías mayores o tenientes de corregidor que eran
nombrados por los corregidores hasta 1749, después los serán por el Consejo de
Castilla.

Reglamentada en 1783, puede hablarse de carrera de corregidor (hasta ese momento


eran cargos trienales) tuvo tres grados: de entrada, de ascenso y de término.
Aumentaron el número de letrados en sus filas.

En Cataluña sustituyó a la veguería, aunque subsistieron los battles, nombrados por la


audiencia. En Valencia sustituyó al justiciazgo. En Mallorca no alteró apenas la
organización administrativa, y en Navarra y el País Vasco se les respeta la organización
original.

Felipe V creó el Intendente de Provincia para la administración local, pero pronto atrajo
funciones económicos y comerciales. Fernando VI manda una reorganización que hace
que en ocasiones asumen funciones de los corregidores, lo que llevó a la unión y
confusión de cargos, lo que provoca protestas de las audiencias, hasta que en 1766
Carlos III separó las funciones, dando a los corregidores las de justicia y policía y a los
intendentes las de hacienda y guerra.

Este rey intenta reformar el carácter patrimonial de los oficios con una serie de
reformas. Introdujo los Diputados del Común -para fiscalizar los servicios de abasto- y
los Síndicos Personeros –para defender los intereses de la comunidad en el
ayuntamiento- con el fin de permitir el acceso de los plebeyos a los cargos municipales.

Las grandes ciudades se dividieron en cuarteles vigilados por los magistrados y en


barrios vigilados por los alcaldes de barrio.

La reforma borbónica supuso un mayor control de la Hacienda local: Fernando VI


ordenó que los municipios enviasen sus cuentas anuales a la Cámara de Castilla y
Carlos III ordenó que el Consejo de Castilla inspeccionase las Haciendas Locales.

C) EL MUNICIPIO INDIANO (Examen)

Se trasplantó el modelo castellano, adaptado a las peculiaridades de las nuevas tierras.

Se fundaron ciudades, distinguiéndose entre los pueblos de españoles (ciudades


metropolitanas o diocesanas, ciudades sufragáneas o villas y lugares), y pueblos de
indios o reducciones.

Estructura: Cada ciudad constituye un municipio en el que existió un cabildo local o


regimiento bajo el gobernador del territorio, junto con un corregidor (Perú) o un alcalde
mayor (Méjico.)
Los cabildos estuvieron formados por varios regidores encargados del gobierno,
elegidos al principio por el fundador de la ciudad y luego por los vecinos o los regidores
anteriores. Pero, al igual que en Castilla, el cargo se convirtió en perpetuo por venta o
por nombramiento real. En algunos territorios se reunían los vecinos más notables del
lugar para tomar decisiones. Existen también alcaldes ordinarios, elegidos por sorteo y
con jurisdicción ordinaria en primera instancia y dos jurados por parroquia.

Funciones: El cabildo intervino en la redacción de sus ordenanzas municipales, en la


elección de los cargos, el reparto de tierras... sus atribuciones fueron similares a las de
un ayuntamiento castellano, esencial era el mantenimiento de la paz y el orden,
añadiendo a las mismas la propagación del Evangelio.

Corregidores y Alcaldes Mayores: Existen pocos estudios a cerca del carácter y


funciones de ambos, variando según los territorios. Fueron magistrados jurisdiccionales,
y hubo confusión de funciones entre ellos y los alcaldes ordinarios. Según García Gallo,
fueron las mismas, pero los ámbitos fueron distintos (territorial el del corregidor, local
el del alcalde).

Los pueblos de indios o reducciones: Las primeras fueron formadas por jesuitas,
mediante la agrupación de indios y su reducción a un tipo de vida sedentaria y sujeta a
las normas de la orden religiosa que las había formado y dirigía. Quedaban fuera del
sistema de encomiendas y en ellas no podían vivir españoles ni mestizos.

Presentan peculiaridades, a veces se dividían en cercados o barrios; en ellos el cabildo


estaba formado por dos alcaldes de indios y varios regidores (junto a ellos, en algunos
había un corregidor español). Como figuras peculiares cabe mencionar los caciques –
jefes indígenas hereditarios-, el tucuirico –indio controlador de la actividad del cacique-,
y el cura doctrinero –sacerdote español que adoctrinaba a los indios-.

Se intentó desde la segunda mitad del XVI reorganizar los pueblos de indios,
imponiendo municipios o ayuntamientos de indios, reflejo de los españoles, lo que fue
nefasto al no tenerse en cuenta sus peculiaridades, ni diferencias étnicas entre ellos. De
modo que en el XVIII el municipio indiano apenas si había cambiado: seguían
existiendo pueblos de españoles y de indios, siendo reglamentados para evitar abusos de
los corregidores, nace así la figura de los intendentes.
TEMA 7: CONTROL SOCIAL Y RELACIONES CON LA IGLESIA

I. LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA

A) LA JURISDICCIÓN ORDINARIA: LOS JUECES INFERIORES,


CHANCILLERÍAS Y AUDENCIAS.

1. Jueces Inferiores
No hubo actuaciones judiciales privadas: se consideró que la justicia era una facultad
propia del Estado: de ahí que predominara el procedimiento inquisitivo que sustituyó al
acusatorio. Para ello los Reyes Católicos –1480- crearon los procuradores fiscales cuyo
cometido era realizar las acusaciones en las Chancillerías y Audiencias. En los cargos
de la Administración hubo expertos en derecho, jueces togados que desplazaron a los
nobles y a los no letrados de capa y espada. Se generalizó en los juicios la figura del
abogado, como persona de confianza de las partes que defiende sus intereses y el
procurador, antiguo personero que representan a las partes en juicio.

Influyó el carácter central de la administración: los reyes ejercen la suprema


administración de justicia, que se jerarquiza en distintas jurisdicciones, órganos e
instancias cuyas competencias se van delimitando. En primera instancia estaban los
jueces locales, el más importante era el corregidor que vino a sustituir con los RRCC las
funciones de los alcaldes de fuero. El corregidor, era juez ordinario, civil (hasta cierta
cuantía) y criminal (excepto casos de corte) de primera instancia. En caso de no ejercer
el corregidor como juez, designaba dos alcaldes mayores togados, uno civil y otro
criminal. Además, nombraba un Teniente de Corregidor en las poblaciones donde no
existían alcaldes de fuero, ahora llamados ordinarios). En Aragón la justicia la impartían
vegueres, battles y justicias locales. Felipe V introdujo la figura del corregidor con la
reforma que supuso los Decretos de Nueva Planta. Posteriormente la aparición de los
intendentes de provincia acaparan las funciones de los corregidores.

2. La Jurisdicción Ordinaria: Chancillerias y Audencias


Chancillerías y Audiencias fueron tribunales intermedios supeditados al Consejo Real.
Ambas eran iguales jurisdiccionalmente aunque las Chancillerías de Valladolid y
Granada tenían más competencias que las Audiencias.

Estructura: Tenían un presidente, oidores para las causas civiles y alcaldes del crimen
para las penales.
• Las Chancillerías se dividían en cuatro salas de lo civil, una de alcaldes del crimen,
una de hijosdalgos (pleitos de la nobleza) y, en Valladolid había además una sala de
Vizcaya para las apelaciones de las causas del País Vasco. Conocían en primera
instancia asuntos reservados y en apelación las causas procedentes de las audiencias.

• Las Audiencias tenían una o dos salas de lo civil y una de alcaldes del crimen.
Entendían en primera instancia de casos de corte, herejía y asuntos en cinco leguas
alrededor de la Corte, 54 de 114 en apelación de asuntos civiles y criminales fallados en
primera instancia por jueces inferiores. Sus sentencias criminales con sentencia de
muerte eran apelables a la Chancillería, y las civiles revisables por la propia audiencia,
pero pasaban a la Chancillería cuando excedían determinada cuantía. Las sentencias de
unas y otras eran apelables al Consejo de Castilla. Los reyes crearon nuevas
chancillerías y audiencias, todas ellas configuradas como instancias territoriales,
mientras que la justicia suprema quedó reservada para el Rey y su Consejo. Cada vez
más, el rey fue dejando de participar directamente en la administración de justicia,
siendo el Consejo el encargado de realizarla, tanto el Consejo Real de Castilla, como
después el de Indias en su territorio de actuación.

En el XVII el Consejo de Castilla se dividió en salas (tres de ellas de justicia):

- Entendiendo en primera instancia solo asuntos de mayorazgos y conflictos de


competencias entre tribunales
- En segunda suplicación (cuantías mayores de 3.000 o 4.000 doblones)
- En primera suplicación, sólo ciertos asuntos y previo depósito de 1.500 doblas
por el demandante. (Sala de mil y quinientas.)
También entendió apelaciones de asuntos producidos en 20 leguas a la redonda de su
ubicación.

- La Audiencia de Aragón sólo entendió de apelaciones, y junto a ella estuvo la


jurisdicción del Justicia Mayor que con apoyo de las Cortes evitaba que sus
fallos fueran apelados a la Audiencia, pero que quedó bajo el justiciazgo desde
Felipe II, siendo destituible por el Rey.
- La Audiencia de Cataluña, reorganizada por los Reyes Católicos, estuvo
compuesta de doctors para asuntos civiles y jutges de cort para los criminales.
Se organizó en dos salas de lo civil y una de lo criminal. Cada sala entendía en
suplicación de las sentencias de la otra y las revisiones pasaban al pleno. En
1585 se creó una tercera sala y se suprimió el Consell.
Los Decretos de Nueva Planta impusieron el modelo castellano: al frente de las
Audiencias de Aragón quedaron los Capitanes Generales nombrados por Felipe V,
quien creó numerosas audiencias (la de Valencia, Zaragoza, Barcelona, Mallorca,
Asturias, Extremadura, Caracas, Buenos Aires) que disminuyeron la actividad de la
Audiencia de Granada.

Felipe V reorganizó también los alcaldes de Casa y Corte, creados para los asuntos
criminales en las ciudades donde se encontrase la corte y que formaban parte de la Sala
de Casa y Corte del Consejo de Castilla, siendo competentes en primera instancia de
delitos cometidos a cinco leguas a la redonda y en los asuntos civiles de que entendía el
corregidor, y en apelación de asuntos criminales fallados por jueces inferiores y de los
civiles de menor cuantía. De hecho fue una Audiencia para Madrid. Carlos III dividió
las circunscripciones de las Audiencias en quarteles o distritos, y éstos en barrios
surgiendo los alcaldes de quartel y los alcaldes de barrio. En 1800 todas las Audiencias
y Chancillerías de la Corona de Castilla fueron puestas bajo la presidencia del capitán
general correspondiente, reforzándose así el poder militar sobre la administración, lo
que provocó numerosos conflictos entre autoridades.

Audiencias en Indias

La Casa de Contratación de Sevilla fue competente en primera instancia civilmente


para casos de protección del comercio y Real Hacienda de Indias, y criminalmente en
los delitos cometidos durante la navegación o por infringir las Ordenanzas de la Casa.
Cabía apelación ante la Audiencia de Sevilla y el Consejo de Indias.

A partir del siglo XVI pasó a ser una Audiencia más. 55 de 11457 El Consejo de Indias,
al igual que el Consejo de Castilla, fue tribunal superior para los asuntos de Indias.
Desde 1524 entendió en primera instancia de pleitos sobre repartimientos de indios, y
en apelación de las causas civiles cuantiosas y criminales falladas por la Casa de
Contratación, siendo en estos casos la última instancia o segunda suplicación.

La primera audiencia creada en Indias fue la de Santo Domingo, con competencias


civiles y criminales en apelación de sentencias.

Se fueron desarrollando audiencias pudiéndose hablar de:

- Distritos audienciales del norte (Sto Domingo, Mejico, Guatemala y Panamá,


Sta Fe, Caracas)
- Distrititos audienciales del sur (Lima, Quito, Cuzco, Chile, Buenos Aires)
separados por el ecuador.
Las audiencias fueron reguladas por unas ordenanzas (1511, 1528, 1563), y por las
Leyes Nuevas, que las erigieron en tribunales de segunda instancia de justicias
ordinarias y mayores. Entendían además de casos de corte y eran competentes en las
causas civiles y criminales que aparecieran en la Sede del Tribunal y cinco leguas a la
redonda.

Estuvieron presididas por el Virrey o Capitán General, al que también asesoraban, pero
también controlaban su actuación: de hecho, en vacancia del Rey el gobierno lo
detentaba el Presidente de la Audiencia. La jurisdicción inferior en Indias correspondía
a los cabildos municipales, a los gobernadores, corregidores y alcaldes mayores
ordinarios.
B) LAS JURISDICCIONES ESPECIALES: JURISIDCCIÓN PALATINA,
ECLESIÁSTICA, INQUISITORIAL Y MERCANTIL

Junto a la jurisdicción ordinaria tres son las jurisdicciones extraordinarias admitidas y


reconocidas por el poder público en la Edad Moderna: la jurisdicción palatina, la
jurisdicción eclesiástica (común y de la Inquisición), y la jurisdicción mercantil. Por su
parte la jurisdicción señorial, tiende a restringirse.

1. JURISDICCIÓN PALATINA: La llegada de Carlos V introdujo el


ceremonial de la Corte de Borgoña. Los criados y servidores habían gozado
desde el S. XIII de los privilegios del Fuero de la Casa Real, siendo juzgados
por el Tribunal de la Corte. La implantación de la Casa de Borgoña modifica el
organigrama de administración de justicia en la Corte al crearse un tribunal
superior: la Real Junta del Bureo, que funcionará toda la Edad Moderna y en la
etapa constitucional será sustituido por la Junta Suprema de Apelaciones de la
Real Casa y Patrimonio. La Junta Real de Bureo, además de funciones de
gobierno y administración dentro de palacio, se erigió en tribunal encargado
del enjuiciamiento civil y penal de pleitos surgidos en torno a criados del Rey,
proveedores de la Casa Real, soldados de las guardias, así como de los delitos
cometidos en palacio por personas no pertenecientes al servicio. Estuvo
formado por el mayordomo mayor, los mayordomos con voto, el grefier como
escribano de la junta, el ujier o un aguacil y el asesor como experto jurídico.
En la Casa Real existieron además diversos juzgados, por dependencias: el de
caballerizas, el de capilla, los de guardias, etc... Conformándose el Bureo como
Tribunal Superior de todos ellos, encargándose de las apelaciones de los
mismos.

2. JURISDICCIÓN ECLESIÁSTICA: La iglesia ejercía dos tipos de


jurisdicción:

a. Jurisdicción Común: En cada Diócesis el obispo era competente para


juzgar los asuntos que afectaban a los clérigos.
b. Jurisdicción Especial: desempeñada por tribunales eclesiásticos
especiales, que atendían causas puntuales que afectaban a todos los
súbditos y no solo a clérigos, además de atender en apelación los
asuntos fallados en la jurisdicción común. Destacaban el Tribunal de la
Nunciatura pontificia, el de Rota y el de la Inquisición.

Fueron muy combatidos porque con frecuencia extendían su jurisdicción a


asuntos que el Rey consideraba propios de los tribunales ordinarios. Por eso
desde 1525, se admitió en Castilla que las partes apelaran al Consejo de
Castilla, la Cámara de Castilla o las Audiencias, interponiendo un recurso de
fuerza. El tribunal civil podía revocar o confirmar la sentencia en virtud de si
había habido vicios. El Tribunal de la Santa Inquisición, formado en Castilla
(1478) en un principio para descubrir y castigar las herejías, se organizó pronto
como una institución distinta, dependiente de la autoridad real. Estuvo
encabezado por el Inquisidor General, y como organismo encargado del
control general, se creó en 1484 el Consejo Supremo de la Inquisición, que
entendió de apelaciones a las sentencias de los tribunales inquisitoriales
menores.

3. JURISDICCIÓN INQUISITORIAL: Junto a la jurisdicción eclesiástica


ordinaria, pero independientemente de ella, surgió la jurisdicción del Tribunal
de la Santa Inquisición. Este tribunal se formó en Castilla en 1478 para
descubrir los casos de herejía y castigarlos, organizándose en poco tiempo
como una institución distinta, dependiente de forma directa de la autoridad
real. El Santo Oficio, a cuya cabeza estaba el Inquisidor general, estaba
formado por varios inquisidores que se encargaban de la fe católica y la
defensa de la religión. Como organismo encargado del control de todo el
engranaje se creó en 1484 el Consejo Supremo de la Inquisición de que ya
hemos hablado, que era el que entendía de las apelaciones a las sentencias de
los tribunales inquisitoriales. El Tribunal de la Inquisición entro en decadencia
en el siglo XVIII por las intromisiones del poder real.

4. JURISDICCIÓN MERCANTIL: Los consulados de comercio, a cuyo frente


había un prior y cónsules elegidos por los comerciantes, juzgaban en primera
instancia asuntos mercantiles y de fraudes entre comerciantes, siendo sus
sentencias apelables ante el corregidor y luego ante el Intendente Provincial.
Junto al Consulado del Mar de Barcelona que tuvo carácter de primera
instancia, desde el XVIII apareció un Juzgado de Marina para asuntos civiles y
criminales en el comercio marítimo de los que no entendía el Consulado del
Mar.

II. LA IGLESIA Y EL ESTADO: EL REGALISMO

La Iglesia se configuró como un Estado: el Vaticano, envió un nuncio a cada Estado,


conservando inmunidades y privilegios. La nunciatura en España se organizó en varias
secciones, la de justicia funcionaba como tribunal de primera instancia en ciertas causas
y de apelaciones para el resto, facultades que posteriormente fueron trasladadas a los
obispos. Pero el hecho de que los monarcas se erigieran en defensores de la fe no
significó que renunciaran a prerrogativas o regalías:

• El derecho de presentación o facultad de designar y presentar a las autoridades


eclesiásticas y que terminó designándose Patronato Regio. El derecho de patronato se
extendió al Nuevo Mundo, considerándose allí al monarca vicario de aquellos
territorios.

• El Pase Regio o retención de bulas, consistía en que todas las disposiciones


apostólicas debían pasar por el Consejo Real antes de ser publicadas, por si atentaban a
los intereses de la corona.

• La regalía de los expolios y sedes vacantes, consistente en adjudicar a la corona los


bienes y rentas eclesiásticas que los obispos dejaban al morir y que anteriormente
pasaban a Roma.

Con los Borbones el regalismo se acentuó, ante el apoyo del papado al pretendiente
austriaco. Felipe V expulsó al Nuncio, cerrara el tribunal y rompió relaciones con
Roma. Su política absolutista y centralizadora extendió el patronato, disminuyó la
presencia de la curia romana en los asuntos eclesiásticos españoles, reducción de
privilegios y riqueza acumulados por el clero.

Con Carlos III, floreció un movimiento de canonistas adversos al Roma, el jansenismo


regalista, que potenció el regalismo y que preparó el camino de la desamortización y
culminó con la expulsión de la compañía de Jesús.

Las frecuentes discordias se suavizaron con la bula Apostoloci Ministeri (1723) de


Inocencio XIII, que potenció a los obispos, la Concordia entre representantes de
Clemente XII y Felipe V –que dejó problemas pendientes- y el Concordato de 1753
entre Fernando VI e Inocencio XIII, que aseguró el Patronato Universal en América.

Aumentó el derecho de presentación de obispos, quedando a favor de la Hacienda los


expolios y rentas de las sedes vacantes. Los órganos de gobierno de las diócesis fueron:

- El Cabildo catedral (eclesiásticos con cargos en la catedral), órgano asesor del


Obispo, intervenía en su ausencia o cuando la sede quedaba vacante.

- El Obispo, verdadera autoridad de la diócesis. Las diócesis se potenciaron al


dárseles facultad de intervenir en asuntos antes mediatizados por el Cabildo: se
crearon nuevas diócesis. El Papa nombraba a los obispos (aunque mediado por
el derecho de presentación del monarca,) y las diócesis se dividían en
parroquias, a veces agrupadas en arciprestazgos o arcedianazgos. Junto a las
diócesis existieron territorios exentos y jurisdicciones privilegiadas. Los
primeros fueron controlados por otras dignidades eclesiásticas (abades,
presbíteros, etc); entre las segundas destacaron las órdenes militares. La Iglesia
contó con su propio patrimonio y con donaciones de particulares y rentas
(primicias, diezmos, los cuales no desaparecieron hasta el XVIII).
III. LA HACIENDA

A) IMPUESTOS, REGALÍAS, CONTRIBUCIONES ECLESIÁSTICAS,


SERVICIOS, ASIENTOS Y JUROS

1. Impuestos Directos: Lanzas y Medias Annatas

- Derecho de lanzas: desde 1631, pagado por los nobles, toda vez que ya no
cumplían funciones de auxilio militar.
- Medias Annatas: desde 1631 se pagaba por haber obtenido dignidad, oficio,
privilegios o dispensas.
- Impuesto de Hermandad: para mantenimiento de una Santa Hermandad.
- Renta de población: pagado por repobladores de tierras abandonadas por
moriscos.

2. Impuestos Indirectos: Alcabalas

La alcabala suponía un gravamen de las compraventas en un 10%. Afectó a toda la


población, y fue el ingreso principal de la Hacienda, que lo elevó al 14%. La
recaudación inicialmente se arrendó, pero dado los abusos que se producían, el sistema
fue sustituido por el encabezamiento: desde 1526 se configura como un pacto entre las
ciudades y el Rey por el que las primeras se comprometían a pagar una cuantía anual
como alcabala, cantidad que se distribuía entre los distintos distritos fiscales. Benefició
a los comerciantes, que eran los verdaderos obligados a pagarla, y perjudicó a los
campesinos. En el XVI y XVII se vendieron alcabalas a particulares, que Felipe IV
intentó recuperar.

3. Impuestos Indirectos: Servicio de Millones

Los servicios eran peticiones extraordinarias del Rey a las Cortes, que de hecho
devinieron ordinarias. El más importante fue el servicio de millones (se pagaron
millones de maravedíes primero y ducados después) que gravaba el vino, el aceite, el
jabón, el azúcar y las velas, y que se recaudaba mediante la sisa (pagando en especie un
octavo de su valor). Su recaudación planteó problemas, y en 1632 se ampliaron los
productos gravados (ensanche de millones), lo que hizo aumentar la despoblación rural.
4. Regalías, Contribuciones eclesiásticas, servicios, asientos y juros

Las tradicionales regalías de montes, prados, aguas, acuñación de moneda, salinas... se


incorporaron otras, como la regalía de aposentamiento, las siete rentillas, el estanco –
monopolio de tabaco- y la lotería. Muy productivas fueron las minas. La explotación de
la sal aportó a la Corona la renta de la sal. También la renta de la seda de Granada gravó
el 10% de la seda producida en Granada. La moneda forera, pagada por los pecheros, se
cobró, pero acabó sustituida por una cantidad en metálico y suprimida en 1724. Como
aranceles aduaneros destacaron los puertos secos (aduanas reguladas desde el XV que
establecían fronteras de Castilla con Vizcaya, Navarra, Aragón y Valencia, siendo el
arancel el 10% del valor de la mercancía) y los almojarifazgos, que gravaban la entrada
o salida de mercancías de una población (el de Sevilla se extendió a la costa andaluza y
murciana; el de Indias gravó el comercio con América en un 5%). Los diezmos de la
mar gravaron la importación y exportación en los puertos del norte, y hubo algunas
tasas importantes, como la del papel sellado para documentos públicos.

Respecto a las Contribuciones eclesiásticas: Impuestos directos:

- Tercias reales: 2/9 de diezmos eclesiásticos: se cobraron junto con las alcabalas.

- Renta del excusado: concedida por Pío IV a Felipe II (1571), el diezmo de la


primera casa de cada parroquia se pagaba al Estado en vez de a la Iglesia. La
iglesia intentó dar una cantidad anual fija.

- Renta del subsidio (subsidio de galeras): pagado por los clérigos para armar
escuadras contra el infiel, fue concedido por Pío IV a Felipe II (1561) (420.000
ducados anuales). La suma pronto devino insuficiente. Recursos extraordinarios:
expolios, sedes vacantes: la Hacienda recibía la mitad de los bienes 61 de 11462
muebles de los obispos que morían (expolios) y las rentas de los obispados que
vacaban hasta que los ocupaba un nuevo sucesor (sedes vacantes).
Los Servicios Fueron contribuciones extraordinarias solicitadas a las Cortes, que
devinieron ordinarias desde el XVI. Su recaudación se hizo por repartimiento.
Contribuían los pecheros (labriegos, vecinos de ciudades...)

Los Asientos y Juros: El Rey firmaba con los banqueros contratos o asientos mediante
los que los segundos le adelantaban dinero al primero en un momento y lugar y éste se
comprometía a pagarles una cantidad. Se instrumentó con letras de cambio,
coincidiendo con grandes ferias.

Los juros fueron censos que el monarca estableció sobre rentas de su patrimonio, para
compensar a los propietarios del oro y la plata llegados de América de los que se había
apropiado el soberano. Supusieron la creación de una gravosa deuda pública. Su primera
emisión tuvo lugar en 1557, cuando fueron aceptados por los banqueros con un tipo de
interés del 7% para evitar la suspensión de pagos. Sufrieron un gran descrédito porque
los reyes no amortizaron sus deudas. Los hubo perpetuos, vitalicios y hereditarios. El
Rey no disponía libremente de las emisiones.

La proliferación de juros, a menudo sobre la misma renta, llegando en ocasiones a


superar el valor de la misma, provocó problemas: se buscaron nuevas rentas a gravar, se
establecieron órdenes preferenciales en el cobro que suponían la infravaloración del
juro, dando lugar a movimientos de especulación. La imposibilidad de pagos condujo a
quiebras y bancarrotas en los S. XVI, XVII. Los Borbones crearon (1780) los Vales
Reales, erigiendo para su cotización el Banco Nacional de San Carlos

B) REFORMAS DEL XVIII; LA ÚNICA CONTRIBUCIÓN

Intentando establecer una única contribución surgen las Rentas Provinciales (sustitutas
de alcabalas, cientos, millones, tercias reales, servicios, moneda forera...): se intentó
equiparar fiscalmente Aragón y Castilla. Se suprimen las barreras aduaneras interiores,
los puertos secos. En Aragón y Valencia se introdujo un nuevo sistema fiscal: en
Valencia se implantó el Real Equivalente (1715), que gravó la riqueza y luego el
consumo, y en Aragón la Contribución única. En Cataluña (1716) se implantó el
Catastro, de recaudación anual, que gravaba las fincas, el trabajo personal y los
beneficios obtenidos por el comercio. No llegó a ser proporcional a las rentas, y
presentó imperfecciones. Un impuesto similar fue la talla en Mallorca. En Castilla se
intentó (Marqués de la Ensenada) un sistema similar al catalán: el catastro gravó sobre
todo la propiedad.
TEMA 8. LA IMPLANTACIÓN DEL LIBERALISMO EN LA
ESPAÑA DEL SIGLO XIX

I. TRIUNFO DEL LIBERALISMO POLÍTICO

A) DERRUMBAMIENTO DEL ANTIGUO RÉGIMEN (Examen)

El Antiguo Régimen es el periodo de tiempo vertebrado políticamente en torno a la


monarquía absoluta, y se extendió desde el S. XV al XVIII (XIX en España), siendo
sustituido de forma progresiva por el Estado liberal. Las nuevas corrientes ideológicas
provenientes de la Ilustración y la Revolución Francesa, defendían la libertad de
comercio y apoyaban una incipiente industria lo que resultaba incompatible con la
estructura de propiedad de la tierra en nuestro país. El incremento poblacional de finales
del XVIII, acrecentó la necesidad de productos agrícolas lo que empujó a la
desvinculación de las tierras, con la oposición frontal de nobleza e Iglesia: el programa
liberal defendía la abolición del régimen señorial, los mayorazgos y la desamortización.
La revolución liberal o burguesa propugnaba un nuevo orden social, la separación de
poderes, la igualdad ante la ley, liberalización del régimen jurídico de propiedad, la
extensión del comercio y la soberanía nacional. En la práctica se querían suprimir los
privilegios de nobleza y clero y el paso del control social por la pujante clase burguesa.
Los principios liberales radicales de primera época evolucionaron hacia un liberalismo
doctrinario que en Francia pretendió apoyar a Luis Felipe de Orleáns, en un intento de
aglutinar a la vez a los liberales radicales y a los absolutistas. Las principales
modificaciones fueron:

- Introdujo una interpretación restrictiva del principio de soberanía nacional: la


soberanía no es popular (como suma de individuos), si no nacional, entendiendo
como tal un ente de razón supraindividual.
- Elaboró un concepto de Constitución histórica o interna que defendía las
instituciones históricamente consolidadas en el país. En España los más firmes
defensores del liberalismo doctrinario (Donoso y especialmente Cánovas del
Castillo) defendieron este concepto de constitución, así como las instituciones
básicas que formaban la denominada constitución histórica, las Cortes y la Corona.
- Como consecuencia de lo anterior, Benjamín Constant elabora su teoría de la
Monarquía como poder moderador, un cuarto poder, junto al Legislativo,
Ejecutivo y Judicial. Este poder moderador tiene como fin principal mantener el
equilibrio entre ellos y su posición preeminente le hace un receptor idóneo de la
soberanía.
- El poder legislativo se articula en un parlamento bicameral, siempre existirá una
Cámara alta, de carácter hereditario que sirve de reflejo y apoyo a la monarquía
como freno a los excesos de la Cámara baja. La Cámara baja podía ser electiva, se
defendía así el sufragio capacitario: reservado el derecho de voto en cualquier caso a
grandes comerciantes y propietarios, así como gente con prestigio social.
(Universidades, ejercito, Iglesia...)
El liberalismo doctrinario francés fue aceptado e integrado en el S. XIX español,
conocido con el nombre de moderantismo: las aspiraciones transformadoras del
liberalismo originario o radical quedaron muy mitigadas. Las transformaciones habidas
en otros países, en España no llegaron a producirse por no practicarse una política
auténticamente liberal.

LA JUNTA CENTRAL SUPREMA

Carlos IV ascendió al trono en 1788, sucediendo a su padre Carlos III que le recomendó
mantener a varios de sus ministros: mantuvo a Floridablanca, que luego fue sustituido
por el Conde de Aranda y posteriormente por Godoy. Un año después la Revolución
Francesa acabó con Luís XVI. La gran crisis política de marzo de 1808, con un motín
popular contra el favorito Godoy, originó que Carlos IV abdicara a favor de su hijo
Fernando y que éste fuera proclamado rey. Sin embargo, la intervención de Napoleón
convirtió en problemática la legitimidad de uno y otro, debiendo acudir ambos a Bayona
para dirimir el conflicto ante el emperador francés; mientras, en España queda una Junta
Suprema de gobierno que actúan en nombre de Fernando.

Fernando VII antes de partir para Bayona, había constituido una Junta Suprema de
Gobierno, habilitada solo para la toma de decisiones gubernativas de carácter urgente, el
resto debían ser consultadas con el monarca. Murat, lugarteniente de Napoleón
pretendía controlar la Junta Suprema.

Con Fernando VII prisionero en Francia, se produce un movimiento revolucionario en


su nombre, consolidándose gobiernos autónomos en distintos puntos, se organizaron
Juntas Provinciales, que culminaron con la constitución de la Junta Central (Aranjuez,
1808) y que organizaron la resistencia al ejército francés.

De 1808 a 1814 tuvo lugar la Guerra de la Independencia y marca el final del Antiguo
Régimen y el tránsito al régimen constitucional. En los comienzos de la guerra de
independencia, las Juntas contribuyeron a una ruptura político-administrativa de
carácter revolucionario, aunque socialmente fomentaron en evidente contradicción
posturas contrarrevolucionarias. Paralelamente a ellas, un sector políticamente
influyente mantuvo una opción colaboracionista con el ejército francés: fueron los
afrancesados.
EL CONSEJO DE REGENCIA

El avance de las tropas francesas en 1810 obligó a la Junta Central a trasladarse desde
Sevilla hasta Cádiz. Allí se disuelve debido al desgaste por enfrentamientos internos y
los fracasos militares. Nombra un Consejo de Regencia al que traslada sus poderes. El
Consejo de Regencia, en nombre de Fernando VII exiliado en Francia, promulgó la
constitución de 1.812. Las Cortes de Cádiz realizaron una importante labor legislativa,
siendo su principal legado la Constitución de 1812 que sirvió de bandera al liberalismo
de la época e inició la andadura constitucional en España. Mientras, José I reinó de
forma efectiva desde 1809 hasta la derrota de Arapiles (1812). Intentó organizar un
estado bonapartista. El Tratado de Valencay (1813) puso fin a la guerra y Napoleón
reconoció como Rey a Fernando VII. Las Cortes no quisieron reconocer validez al
tratado hasta que Fernando VII jurara la Constitución de 1812. La Constitución sólo
estuvo vigente hasta la vuelta de Fernando VII en 1814.

B) CONVULSIONES LIBERALES Y ABSOLUTISTAS (1814-1833)

RESTAURACIÓN ABSOLUTISTA (1814-1820):

Fernando VII entró en España el 24 de marzo de 1814 con la intención de restablecer el


absolutismo. Fue secundado por un grupo de diputados de las Cortes de Cádiz que se
oponían al régimen liberal. Elevan su opinión mediante el denominado Manifiesto de
los Persas proponiendo la vuelta a la monarquía absoluta, las Cortes Estamentales y la
vuelta al Antiguo Régimen. El Manifiesto de los Persas puede considerarse la primera
declaración programática de un grupo parlamentario, pues como tal actuaron estos
diputados de Cádiz. Fernando VII apoyándose en este movimiento deroga la
constitución de 1812 y prácticamente toda la obra legislativa de las cortes gaditanas por
un real decreto de 4 de mayo de 1814. A partir de este momento, los liberales fueron
eliminados de las instituciones y pasaron a la clandestinidad. Los intentos por
restablecer el régimen liberal gaditano (1814, 1815, 1817, 1819) fueron baldíos hasta el
pronunciamiento de Riego. Pero la vuelta al Antiguo Régimen no era fácil. Desde 1814
el enfrentamiento entre absolutistas y liberales crecía y el Rey precisaba apoyarse en la
burguesía por lo que decidió mantener algunas libertades como la del comercio y
detener la persecución política en 1816.
EL TRIENIO LIBERAL (1820-1823)

El teniente coronel Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla, 1820) proclamó la


Constitución de 1812, el movimiento triunfó y Fernando VII, adaptándose a las
circunstancias tuvo que jurar la constitución. El período comprendido entre 1820 y
1823se conoce como trienio liberal. Se restauró la obra legislativa de las cortes, se
profundizaron las medidas liberalizadoras de la economía y se restituyó la libertad de
imprenta y se crean las Sociedades Patrióticas.

LA DÉCADA OMINOSA (1823-1833)

El Trienio liberal acabará con la ocupación del país por un ejército enviado por una
coalición de fuerzas conservadoras europeas denominado Los Cien Mil Hijos de S. Luís
con la aprobación de Fernando VII, que declaró nula la constitución y restauró el
absolutismo. Pero la vuelta al absolutismo era muy difícil tanto en España como
internacionalmente. Fernando VII necesitaba ganarse al poder económico y financiero,
no restableció la Inquisición y fue cediendo la represión política y remitió hacía 1826.
Sin embargo, la actitud mediadora de Fernando VII, llevó a los más conservadores a
oponerse al Rey y a proponer como monarca a su hermano el Infante D. Carlos. A la
muerte de éste se abrió el problema sucesorio pues D. Carlos no reconoció los derechos
de Isabel II, hija de Fernando VII. El Infante D. Carlos defendía la vigencia en España
de la ley sálica que impedía reinar a las mujeres. Por otro lado, el protagonismo del
ejército seguía vigente en la vida política constituyéndose arbitro de la situación en los
periodos siguientes.

Fernando VII sólo tuvo descendencia de su cuarto matrimonio con M.ª Cristina de
Borbón, del que nacieron dos hijas, Isabel y Luisa Fernanda. Los derechos de Isabel de
acceder al trono eran indiscutibles según la constitución de 1.812, pero esta había sido
abolida por el propio Fernando VII, así pues, sus derechos se amparaban en una
Pragmática Sanción que anulaba la ley sálica y permitía reinar a las mujeres en defecto
de varón. La Pragmática Sanción, aunque había sido aprobada por Carlos IV, nunca fue
promulgada, llevándose a efecto tal promulgación por Fernando VII, encontrándose su
mujer embarazada. El nacimiento de Isabel II da lugar a las reivindicaciones sucesorias
de D. Carlos negando la pragmática sanción y plantean la cuestión sucesoria que dio
lugar en España a tres guerras civiles, las conocidas como guerras carlistas.

67
LA GUERRA CARLISTA Y EL PROBLEMA SUCESORIO

Fernando VII muere el 29 de septiembre de 1833 cuando su hija Isabel tiene 3 años, por
lo que su madre María Cristina se convierte en Reina Regente. Este hecho desencadenó
la guerra civil y la Regente se apoyó en los liberales, que eran los que defendían la
validez de los derechos sucesorios de su hija, ya que los absolutistas apoyaban al infante
Don Carlos como representante de un régimen más conservador.

La Reina estuvo asistida por un Consejo de Regencia y un Consejo de Gobierno,


inicialmente presidido por Cea Bermúdez y por Javier de Burgos encargado de
racionalizar la administración y de dividir el territorio en provincias con el objetivo de
organizar un mercado nacional. El Consejo estaba formado por aristócratas y militares
moderados pero partidarios de realizar reformas hacia los parámetros liberales. Las
elecciones de 1836 fueron favorables al gobierno conservador de Istúriz, sin embargo, el
gobierno estaba cercado por movimientos liberales de carácter insurreccional brotados
en distintas partes del país hasta que se produce el motín de la Granja, una sublevación
de sargentos que obligó a la reina a la firma de un Decreto restableciendo la vigencia de
la Constitución de Cádiz.

II. DE LA CONSOLIDACIÓN LIBERAL A LA REVOLUCIÓN

Tras el motín de La Granja y siguiendo las reivindicaciones de los insurrectos se


celebraron entonces elecciones y se convocaron Cortes Constituyentes para que aquellas
Cortes revisaran lo necesario de la restablecida Constitución de 1812 o elaboraran otra
más acorde con las circunstancias políticas. Los progresistas triunfaron, y se elaboró la
Constitución de 1837, jurada por María Cristina en nombre de Isabel II.

LA REGENCIA DE ESPARTERO (1841-1843)

Las victorias militares llevaron a Espartero al protagonismo político. De ideas


progresistas, presionó desde 1840 a la Regente, que acaba nombrándole Presidente del
Gobierno con el apoyo de las Juntas y de la Milicia nacional que se habían sublevado en
varias partes del territorio. Espartero pretendió convertir la regencia unipersonal en
colegiada, lo que provocó la renuncia y el exilio de la Regente, quedando Espartero
como regente interino hasta 1841 que se institucionalizó un Ministerio-Regencia.
Espartero fue el árbitro de la política nacional hasta su caída en 1843 por las presiones
de una coalición de moderados y progresistas.

68
Si María Cristina había conducido al país en alianza con los moderados. Espartero
intentó hacerlo apoyándose en los progresistas. Tuvo así enfrente a un gran sector del
ejército, a los propios moderados y a la burguesía catalana. Cuando el general perdió el
respaldo de su propio partido, la conjunción de todos le hizo caer. Las Cortes tomaron
entonces la decisión de adelantar en un año la mayoría de edad de Isabel II.

LA DÉCADA MODERADA (1844-1854)

Agotado el régimen la Constitución de 1837, la rotunda victoria electoral de los


moderados encabezados por Narváez, hizo que elaboraran su propia Constitución
(1845), con cierta modernización económica y administrativa, pero sin llegar a reformas
en profundidad. La reforma tributaria de Mon contenida en la Ley de 23 de mayo de
1845 (en la que aumentaba la contribución territorial), fue causa de fuertes
discrepancias con la oposición. Durante este periodo se produjeron escisiones en los
partidos moderado y progresista. Del moderado se escinde una fracción, la más
conservadora, que crea el partido monárquico, de corte absolutista y la facción puritana
que pretendía la unión de todos los liberales.

Del progresista se fracciona un sector, de inclinación republicana a los que se llama


demócratas. En general, en esta época los progresistas, de uno y otro sector, fueron
marginados y reprimidos por lo que se sintieron estimulados a buscar el acceso al poder
mediante pronunciamientos militares.

LA REVOLUCIÓN Y EL BIENIO PROGRESISTA (1854-1856)

Hubo numerosas conspiraciones progresistas, y en 1854 triunfó una que convirtió en


hombres fuertes a Espartero y O’Donnell. Se convocaron Cortes Constituyentes en base
a la ley electoral de 1837, más progresista que la de 1846 pues consagraba el sufragio
censitario masculino.

LA UNIÓN LIBERAL (1856-1863)

La sustitución de Espartero por O’Donnell finalizó el bienio progresista e inició el


gobierno de la Unión Liberal, partido que aglutinaba a liberales y moderados con un
sentido pragmático de la política. Restablecieron la Constitución de 1845
complementada con un Acta Adicional en la que se recogían algunos preceptos de la
constitución nonata de 1856, por lo que, al menos parte de ella, tuvo vigencia efectiva.
De 1858 a 1863 O’Donnell se mantuvo en el poder, después de su caída se sucedieron
varios gobiernos. Con el gobierno de Mon se derogó la Ley de Reforma de 1857, lo que
supuso el restablecimiento íntegro de la Constitución de 1845. En cualquier modo, la

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Monarquía Isabelina estaba seriamente dañada y moría poco tiempo después. Desde
1866 el régimen estaba condenado, el país vivía en continuo estado de excepción. A la
monarquía isabelina se oponían los carlistas y el partido demócrata, el levantamiento
militar se hacía palpable.

LA CRISIS PRERREVOLUCIONARIA (1863-1868)

Durante este período los progresistas boicotearon la vida política ante la negativa de
Isabel II a formar un gobierno de ese signo. La negativa de la Reina, postergando a
hombres como Prim o Madoz que, en el período de 1863 y 1864, hubieran formado
gobiernos progresistas pero de corte moderado, condujo a esta formación política hacia
una salida revolucionaria que, al fin, acabó con el reinado Isabel II; el último intento de
O´Donnell, en 1865, de recuperar a los progresistas fue rechazado por la Reina, que
consideraba que estos se habían convertido en un partido cuasirevolucionario desde sus
últimos días de gobierno , durante el bienio progresista(1854-1856), gobierno que no
volverían a ejercer hasta el destronamiento de Isabel II.La reina retiró en 1866 la
confianza a O’Donnell, y éste murió en 1868, con lo que la Unión Liberal se unió a la
conspiración revolucionaria. Esta formación política representará la evolución del
moderantismo de los años cuarenta a un moderantismo más acorde con la sociedad
capitalista del último tercio del S. XIX. El Partido Demócrata también era proclive a
derrocar a la dinastía, acercándose a los grupos republicanos, aunque no todas las
figuras conservaban el mismo grado de radicalismo: Castelar defendía un
republicanismo individualista y Pi y Margall propugnaba un socialismo federal. Ambos
compartían la lucha antidinástica. Los demócratas fueron finalmente apartados por los
generales que lideraron la Revolución Gloriosa de septiembre de 1868 que provocó la
salida de Isabel II de España. Todo ello coadyuvó a que, en 1868, una amplia oposición
política, que aglutinaba a diversas fuerzas políticas, estuvieran convencidos de la
necesidad de acabar no tanto con la Monarquía sino sobre todo con el reinado de Isabel
II.

EL SEXENIO REVOLUCIONARIO (1868-1874)

El 17 de septiembre de 1868, Prim encabezó el levantamiento en Cádiz desde donde se


extiende por Andalucía, Levante y Cataluña, ante lo que dimitió el Presidente del
Gobierno –González Bravo- e Isabel II nombró el día 19 al Marqués de la Habana para
tal puesto.

El exilio real llevó a la constitución de un gobierno provisional presidido por Serrano en


el que Prim fue ministro de guerra. Se regularon las libertades de enseñanza, reunión y
asociación; se tomaron medidas tendentes al restablecimiento de las libertades
religiosas, se estableció el sufragio universal masculino y se convocaron el 2 de enero
de 1869 cortes constituyentes. Las guerras carlista y cubana, la oposición de los

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republicanos (antimonárquicos) y los alfonsinos (que habían empezado a defender los
derechos de Alfonso XII), la desaparición de Prim (asesinado), la falta de
reconocimiento popular de Amadeo de Saboya, impidieron la estabilización de la
situación política y social del país. De modo que Amadeo abdicó dos años después de
su llegada.

El mismo día de la abdicación (11de febrero de 1873), las Cámaras conjuntamente, en


una sesión de dudosa constitucionalidad, se declararon asamblea nacional soberana y se
proclama la I República. Se celebraron elecciones, ganadas por los republicanos
federalistas con 258 votos a favor y 32 en contra. Se constituyó la Asamblea en junio de
1873. Se declaró la República Federal. Constituida definitivamente el 8 de junio de
1873. Cuando el 2 de enero se reúne nuevamente la Asamblea y Castelar lee el mensaje
del Gobierno , recibe duras críticas por parte de Salmerón y de Pí y Margall presentando
su dimisión a continuación.

Salmeron comunica a los miembros de la Asamblea que acaba ser informado que
Madrid está tomado militarmente por el General Pavía que se dirigía hacia allí.
Efectivamente, Pavía entró en la Cámara y manifestó su intención de apoyar un
gobierno en el que estuvieran representados todos los partidos ( excepto los carlistas y
federales) al frente del cual estaría Serrano. En principio se trataba de acabar con el
carlismo y con el cantonalismo y restaurar el orden público. Castelar quiso colaborar y
la inicial idea de mantener la República hizo que también Cánovas se apartara. No se
trataba de acabar con la Republica, sino con el federalismo. Los federales extremistas se
opusieron a la Constitución de 1873 y contribuyeron a su retirada de las Cortes y al
levantamiento cantonal al que antes se aludió. Castelar inclinó la política hacía la
derecha. Las cortes fueron suspendidas desde septiembre de 1873 a enero de 1874.
Cuando volvieron a reunirse el 2 de enero de 1874 la república agonizaba. El
pronunciamiento del General Pavía dio el poder a Serrano que declaró la Constitución
de 1869 aunque suspendió dicha vigencia alegando que el país precisaba antes
restablecer el orden público perdido.

III. LA RESTAURACIÓN Y LA CONVIVENCIA CANOVISTA

Los avatares republicanos convencieron a Cánovas de comenzar una labor en pro de la


restauración borbónica en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II. Cánovas al igual
que otros políticos percibió pronto que la Revolución de 1868 había acabado con el
reinado de la Reina Isabel II, la Reina se resistió durante dos años a abandonar el poder,
pero finalmente debió abdicar a favor de su hijo Alfonso.

Cánovas se centró en la formación de Alfonso XII (política, civil, militar). Pretendía


presentar al país un Rey instruido en los principios constitucionales, pero también un

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rey soldado que sirviera de referente al ejército, para ello Cánovas eligió el colegio de
Sandhurts donde Alfonso era cadete en el momento de ser proclamado Rey de España.

Para Cánovas, la única posibilidad de estabilidad radicaba en la articulación de un


sistema parlamentario y régimen constitucional bipartidista (semejante al inglés) en el
que dos partidos accedieran al poder mediante el turno pacífico, que no hiciera
necesario el recurso a los pronunciamientos militares. El turno de partidos no se apoyó
ni en la opinión pública ni en el resultado electoral, siendo sistemáticamente
manipulado por el Ministerio de la Gobernación. Con todo, durante el reinado de
Alfonso XII el sistema se mantuvo apoyado en el consenso de los dos partidos, con
predominio del conservador. Con la regencia de María Cristina, tras la muerte de
Alfonso XII, el régimen giró hacia el Partido Liberal que ocupa el poder más
frecuentemente.

Durante este periodo, la legislación participa del carácter progresista y se consigue un


nivel semejante al de otros países de Europa. Sin embargo, el posterior reinado de
Alfonso XIII desgastó el régimen: mientras Europa se encamina hacia la
democratización, en España el Rey asumió amplias esferas de decisión.

A partir de 1917 el régimen entró en crisis. Maura –conservador- intentó a finales de la


primera década del S.XX renovar las estructuras políticas, reformando la administración
en un intento de acabar con el caciquismo electoral. También lo intentó el liberal
Canalejas entre 1910 y 1912. La semana trágica de Barcelona o el desastre de Anual,
junto con los asesinatos de Canalejas y Dato, hicieron que en 1923 el Capitán General
de Cataluña (Primo de Rivera), diera un golpe de Estado, bien visto por varios sectores
sociales y el ejército. El Rey aceptó que Primo tomara el mando de la nación, más allá
de lo que establecía la Constitución. Primo suspendió las Cortes y estableció un
directorio militar con competencia para dictar decretos con fuerza de ley. Creó la Unión
Patriótica como partido único, encabezado por él mismo, logrando mejoras en
Marruecos y en el Orden Público. Pero a partir de 1925 el directorio militar fue
sustituido por un gobierno de civiles, creándose una Asamblea Nacional Consultiva,
integrada por representantes de los municipios, provincias y organizaciones provinciales
de la Unión Patriótica. . Primo acabó exiliado en Francia, y la normalidad constitucional
parecía volver al país, pero la monarquía estaba herida: se iniciaba la II República.

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TEMA 9. LAS REFORMAS ECONÓMICAS Y SOCIALES DE LA
IDEOLOGÍA LIBERAL

I. ESTRUCTURA ECONÓMICA

A) LA PROPIEDAD AGRARIA Y SUS REFORMAS: DISOLUCIÓN DEL


RÉGIMEN SEÑORIAL Y LAS DESAMORTIZACIONES

En el Antiguo Régimen la tierra era la fuente principal de producción: su dominio y


propiedad eran la base de la sociedad. Al iniciarse el siglo XIX dos terceras partes de la
población trabajan en ella y más de la mitad de la renta nacional procede del campo. La
mayoría del suelo cultivado se dedicaba al cereal.
La Guerra de la Independencia agudizó la crisis: el estado estaba colapsado por falta
de recursos, la emancipación de los pueblos americanos y la suspensión de las remesas
de materiales preciosos, el hundimiento del aparato administrativo, además de la
propia destrucción de infraestructuras a consecuencia de la guerra.
El esquema de propiedad de la tierra determinó la crisis económica de la España del
S.XIX. Las tierras vinculadas en régimen de mayorazgo y las tierras amortizadas en
manos de la iglesia estaban fuera del comercio y no podían comprarse ni venderse con
libertad.
A finales del XVIII pervivía el régimen señorial, con tierras en manos de la Iglesia y
entidades paraeclesiásticas: de la Inquisición, las Órdenes, los Hospitales... y por tanto
no enajenables. Los municipios también tenían tierras no enajenables. Además, la
nobleza acumulaba propiedades en mayorazgo, sólo transmisibles mortis causa con
arreglo a un orden sucesorio especial, necesitando autorización de la Corona para
usarlas como garantía para la obtención de préstamos o para tomar cualquier decisión
sobre las mismas.
Sólo el declive del régimen señorial y de la Mesta, después de la guerra de
independencia, permitió que se dictaran medidas proteccionistas en materia de
cereales, procurando que la producción nacional fuera suficiente y prohibiendo las
importaciones. Ello permitió aumentar la productividad, aunque en el reinado de
Alfonso XII aumentaron las importaciones procedentes de América y Rusia. España
continuó siendo uno de los mayores productores de aceite de oliva.

1. La disolución del régimen señorial

Ya en las Cortes de Cádiz, siguiendo las ideas de la Revolución francesa que abogaba
una reforma de la propiedad de la tierra, se planteó la abolición de los señoríos: un
Decreto de agosto de 1811 abolió la jurisdicción señorial y los derechos señoriales,
pero la medida no se extendía a los señoríos territoriales o meramente solariegos que se
convertían en propiedades privadas. Esto dio lugar a numerosos pleitos acerca de la
interpretación jurisdiccional o no de diversas rentas que percibían los señores,
normalmente resueltos en contra de los campesinos, por lo que la cuestión señorial se
convirtió en cuestión agraria. Con la vuelta de Fernando VII la reforma quedó aplazada,
y se puso en marcha de nuevo en el trienio liberal, pero tanto mayorazgos como
vinculaciones fueron restablecidos en 1823.

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Las medidas decisivas llegaron tras la muerte del monarca 1833: un decreto de 26/8/37
acabó con el régimen señorial, pero favorecía abiertamente a los grandes propietarios,
pasando los colonos a ser arrendatarios o simples jornaleros. Formalmente la tierra
permanecía en las mismas manos.

2. La desvinculación de los Mayorazgos

La Revolución Francesa planteó una reforma agraria disolviendo el régimen señorial,


mediante la desvinculación de los mayorazgos y llevando a cabo la desamortización.

El mayorazgo era una forma especial de propiedad de la tierra típica del régimen
señorial. Por ella, los bienes del mayorazgo no podían ser enajenados, quedaban
“vinculados” y por tanto fuera del libre comercio. El titular de la herencia, normalmente
el primogénito como heredero preferente, podía disponer de las rentas, pero no de los
bienes y además podía ampliar el patrimonio, lo que implicó un crecimiento de la
propiedad agraria de tipo nobiliario tanto secular como eclesiástica. La propiedad de la
tierra quedaba reducida a unas pocas familias.
En los últimos años del siglo XVIII y en los primeros del siguiente, se dictan varias
medidas de carácter corrector, desde entonces el reformismo acabará por abolir los
mayorazgos, si bien la reforma siguió los cambios de corriente de los vaivenes políticos
de la época.
Finalmente, una ley de 1841 (Regencia de Espartero) declara en vigor todas las medidas
desvinculadoras anteriores, convirtiendo la desvinculación en irreversible y quedando
consagrada en el Código Civil. Esa se considera una transición histórica entre la
nobleza, propietaria de tierras, y la burguesía, que hasta entonces por la vinculación no
podía comprarlas.

3. La Desamortización (Examen)

Fue un fenómeno jurídico, político y económico consistente en sustraer la propiedad


de la tierra en manos muertas: personas jurídicas como la Iglesia y los municipios.
La desamortización eclesiástica fue fruto también de tendencias de signo secularizador
o anticlerical.
Tuvo varias etapas:

1. Primera etapa: del XVIII a principios del XIX: Godoy y Soler (1798) fueron
los impulsores del primer intento. Los bienes desamortizados pertenecían a la
disuelta Compañía de Jesús, a hospitales y casas de misericordia..su finalidad
era sanear las arcas del Estado. La idea desamortizadora fracasó por el
restablecimiento del absolutismo.

2. Segunda etapa: hubo algunas medidas en el trienio liberal, y en 1836, muerto


Fernando VII, Mendizábal pone en marcha lo que se conoce como
desamortización de los bienes del clero regular, expropiando los bienes de las
Órdenes Religiosas: el objetivo era saldar la deuda pública y crear una nueva
masa de propietarios que apoyaran la causa liberal frente al conservadurismo del
carlismo. La desamortización fue continuada por Espartero, se llegaron a vender
3/5 partes de los bienes totales de la Iglesia en España.

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3. Tercera etapa: en 1855 Madoz amplió la desamortización a los bienes
pertenecientes al Estado y a los municipios y supuso el proceso de
desamortización más importante.

Consecuencias de la desamortización: Los latifundios en manos de la Iglesia y el


Estado pasaron a manos de los burgueses más ricos. Con todo, se logró que se iniciara
una reforma agraria encaminada a invertir en las tierras, hasta ahora abandonadas y a
obtener mejores cosechas. La situación de los campesinos fue a peor, porque
cultivadores de la propiedad eclesiástica o comunal, con grandes márgenes de
tolerancia, pasaron a depender de señores latifundistas que querían obtener un máximo
aprovechamiento de las tierras.

B) COMERCIO: POLÍTICA ARANCELARIA. BANCO DE ESPAÑA Y BOLSA

Tras las guerras napoleónicas el comercio se contrajo, recuperándose a partir de 1830.


Los liberales establecieron en 1820 las bases aduaneras del proteccionismo español, en
lo que suponía una alianza de propietarios cerealistas castellanos y andaluces, con
grupos mercantiles burgueses de la periferia industrial. Los primeros abastecían de
trigo a las zonas industriales, que encontraban a su vez un mercado para sus
manufacturas. Sería la base de la futura legislación arancelaria y proteccionista del
siglo XIX.
La política arancelaria proteccionista se manifestó en las leyes de 1841 y 1849 que
establecía diversos aranceles a las importaciones de maquinarias, manufacturas y
materias primas.
Desde los cincuenta aumentaron las exportaciones de trigo, harina, vino, aceite y fruta;
se implantó el sistema métrico decimal unificador del sistema de pesas y medidas. Se
produce cierto avance en la red de carreteras aunque en menor medida que otros países
de Europa y comenzó la época del ferrocarril, con participación de capital extranjero.
Los grandes grupos mercantiles e industriales presionaban para la organización de un
mercado financiero. En el reinado de Fernando VII (1829) se liquidó el Banco de San
Carlos para crear el de San Fernando. Se creó junto al Código de Comercio y la Bolsa
de Madrid.
En 1847 se fundieron los bancos de San Fernando y de Isabel II (denominados desde
1856 Banco de España). Además, en 1856 se autorizaron los bancos privados y la
constitución de sociedades anónimas y de crédito, surgiendo la banca privada y las
bolsas de Bilbao y Barcelona.
En 1874, una ley de trascendental importancia concedió el monopolio de emisión de
billetes al Banco de España, con lo que la mayor parte de la pléyade de bancos
emisores surgidos hasta entonces fueron anexionados por él o se convirtieron sus
sucursales provinciales. Los pocos que resistieron, como los de Barcelona, Bilbao y
Santander, representarán el bastión de la futura banca privada.

75
II. ESTRUCTURA SOCIAL

A) LAS CLASES SOCIALES

El espíritu revolucionario y el impulso de la burguesía rompieron el esquema


estamental configurándose la nueva sociedad de clases, donde se agrupan por un lado
las clases favorecidas económicamente (antigua nobleza y burguesía) y por otro las
clases bajas desprotegidas, antiguos siervos que ahora se convierten en jornaleros. En
este periodo se da el paso de la condición jurídica de súbdito a ciudadano con igualdad
de derechos ante la ley.

 La nobleza: Propietaria de las tierras productivas, se concentraban en los


Grandes de España, sobre todo en Cataluña, Valencia, Andalucía, Extremadura
y Castilla la Nueva. Fue muy pasiva en la Guerra de la Independencia, lo que la
desprestigió. Con la abolición del régimen señorial y el devenir político acabó
integrando en el estado liberal.
 La burguesía: Comerciantes, industriales y banqueros con un potencial de
desarrollo escaso, sobre todo por la pérdida del mercado americano y
concentrados en Cataluña, País Vasco, Asturias y Madrid.
 El clero: Ejerció gran poder sobre los feligreses, especialmente en zonas rurales
y analfabetas fáciles de adoctrinar. Los liberales pretendieron romper con el
poder social y económico de la Iglesia: no lo lograron, y España fue
confesionalmente católica hasta 1931. La iglesia perdió propiedades pero no
poder.
 El campesinado: forman la mayor parte de la población, una parte pequeña
fueron antiguos propietarios; la mayoría trabajó para nobles y eclesiásticos y
una vez abolidos los señoríos, como jornaleros o braceros.

Dentro de este apartado: movimientos sindicales y obreros.

En el XIX desaparecieron las tradicionales asociaciones como Mesta y los gremios,


surgiendo nuevas sociedades o agrupaciones proletarias agrícolas, mineras y obreras. En
1868 surgió la Asociación Internacional de Trabajadores en España (sección de la
fundada por Marx en Londres en 1864). La sección española de la primera Internacional
tuvo como principal protagonista a Bakunin, lo que culminó en la creación de la
Federación Regional de trabajadores españoles, de signo claramente anarquista y
rechazando el capitalismo y el catolicismo. Ello condujo a la creación de la CNT en
1911, que cobró peso en las huelgas de 1917 al tener una nutrida representación en el
proletariado industrial, especialmente en Cataluña.

Por su parte en 1888, surge la UGT (Unión General de Trabajadores) al principio


controlada por los tipógrafos socialistas, con Pablo Iglesias. Se reivindicó la celebración
del primero de mayo y la jornada de ocho horas (II Internacional: París, 1889). CNT y
UGT pusieron de manifiesto su capacidad de sindicación para la defensa del
proletariado a raíz de la Semana Trágica de Barcelona (1909). A partir de entonces se
trató de negociar, pero su fracaso establecería un sistema de violencia, que alentado por
el referente de la Unión Soviética, llevaron a una situación sin salida no aceptada por
burgueses y conservadores y que desembocaría en la dictadura de Primo de Rivera y
más tarde a la guerra civil.

76
TEMA 10. EL PENSAMIENTO LIBERAL Y REFORMAS
POLÍTICAS

I. LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LOS ORIGENES DEL


CONSTITUCIONALISMO CONTINENTAL

Las ideas ilustradas de Montesquieu y Rousseau junto a la Independencia de EEUU


influyeron en la burguesía francesa dando paso a la Revolución Francesa de 1789. La
revolución en Francia supuso el derrocamiento de Luis XVIII y su sistema de
monarquía absoluta. Se proclamó la Declaración de Derechos del Hombre y del
Ciudadano, la igualdad ante la ley y la afirmación de la soberanía nacional junto a la
separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.

Todo ello plasmado en la primera constitución francesa de 1789, origen del resto de
constituciones en un proceso revolucionario que empieza en el S. XIX durante y
después de las invasiones napoleónicas por todo el continente europeo y que da lugar a
la independencia de Grecia y Bélgica y posteriormente la unificación de Alemania e
Italia.

El marco constitucional que se implanta en Europa a lo largo del XIX es un modelo de


Estado donde se limita el poder de este, se regula su actividad y se garantiza la libertad
de los ciudadanos. Sus principios están recogidos en la división de poderes de
Montesquieu:

 Poder legislativo unicameral o bicameral.


 Poder ejecutivo, reservado al jefe del Estado (rey o presidente) ejercido junto
con sus ministros.
 Poder judicial independiente encargado de administrar justicia.

Como dice Rousseau, para que exista equilibrio entre poderes la Constitución tiene que
emanar del pueblo por sufragio universal y elección de los representantes del mismo.

La Constitución supone un conjunto de normas escritas, dotadas de rango superior que


regulan la organización de poderes y define los derechos y deberes de los ciudadanos.
Dichos derechos deben basarse en la declaración de derechos del hombre y del
ciudadano considerándose como fundamentales la libertad, de conciencia y de
expresión.

Las constituciones pueden clasificarse en breves o extensas atendiendo al mayor o


menor grado de desarrollo de los principios fundamentales contenidos en ellas. También
en rígidas o flexibles atendiendo al carácter de los requisitos necesarios para su
modificación.

A continuación, se desarrollan los textos constitucionales del S.XIX español.

77
II. EL ESTATUTO DE BAYONA (Examen)

Consumada la invasión de 1808, fue convocada la Asamblea de Constituyentes bajo la


supervisión de Napoleón en Bayona que pretendía con ello legitimar su poder en
España. Se elabora un código político que, aunque se considera una Constitución
pactada, más bien debe considerarse carta otorgada mediante la cual le rey se
desprende de varias prerrogativas.

En 1808, Napoleón, al mismo tiempo que anunciaba al pueblo español las abdicaciones
de la Monarquía en Bayona, convoca por decreto una Asamblea de Notables para fijar
las bases de la nueva Constitución y poco tiempo después proclama a su hermano José
rey de España.

Dicha constitución elaborada por 91 de los 120 diputados convocados en Bayona,


abordó la confesionalidad del estado reconociendo la religión católica, la sucesión en
la corona, los ministros, etc., sin hacer referencia a la separación de poderes ni a la
soberanía.

Cuando José I entró en Madrid, la guerra esta iniciada y habían sido los franceses
derrotados en Bailén, con lo que necesitó del ejército de Napoleón para su
confirmación. Tras la rendición de Madrid dicta una serie de decretos en Chamartín
sobre obligación desarme de los ciudadanos, confiscación de bienes de aquellos que
habían traicionado su causa, supresión del Consejo de Castilla y prisión de sus
miembros, abolición de la Inquisición, reducción del número de conventos, supresión
de las aduanas interiores y abolición de los derechos señoriales.

Tales medidas que suponían progreso y modernidad encontraron adeptos en los


llamados afrancesados, que entendían que la nueva dinastía francesa encarnaba el
espíritu liberal y progresista de la revolución francesa y pasaban por alto el modo
deshonroso como Napoleón se había hecho con España.

El Estatuto no llegó a regir, pero por su carácter relativamente liberal, sirvió de guía
para quienes se enfrentaban a la invasión napoleónica y sus principios se recogieron en
la constitución de 1812.

III. LA CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ: (Examen)

La existencia de varias Juntas Superiores provinciales suponía un serio obstáculo para


su acción coordinada contra los franceses. Por ello se plantea una unificación en único
Consejo que en nombre de Fernando VII, dote las disposiciones necesarias para hacer
frente al enemigo común.

Tras la victoria de Bailén en 1808 las Juntas de Valencia y Murcia propusieron crear
una Junta Central Suprema, la cual se constituyó en Aranjuez, con representación de
todos los reinos y presidida por el Conde de Floridablanca.

78
La Junta Central Suprema se convierte en órgano supremo al que reconocen las
distintas juntas provinciales, incluidas la mayor parte de las americanas. Se dividió en
cinco secciones para tramitar asuntos de gobierno, y cuando las tropas de Napoleón
llegan a Madrid tiene que retirarse a Sevilla.

Estando la Junta en Sevilla el vocal de la Junta de Aragón propuso la convocatoria a


Cortes. Se creó una Diputación para deliberar, y en enero de 1810 se dictaron
instrucciones para que a las Cortes acudieran representantes de los tres estamentos
tradicionales.

Jovellanos propuso que se crearan dos Cámaras según el modelo inglés: una compuesta
por nobleza y clero y otra con los representantes de las ciudades, lo que fue aceptado.
La Junta se refugió en Cádiz, y antes de disolverse nombró un Consejo de Regencia que
convocó a Cortes. Hubo muchas dificultades para elegir los diputados provinciales y en
muchos casos hubo de recurrirse a los que en ese momento residían en Cádiz. Convocar
al clero y la nobleza también fue difícil por causa de la guerra.

Finalmente se constituyen Cortes con retraso en la isla de León, iniciando el Presidente


de la Regencia las sesiones. El número de diputados nunca llegó a alcanzar el previsto
en las distintas sesiones, por las dificultades de la guerra.

El primer decreto promulga:

1. La Soberanía reside en la Nación, de la que los diputados que componen el


congreso son sus representantes.
2. Las Cortes reconocen, proclaman y juran como único rey legítimo a Fernando
VII, declarando nula la cesión de la corona a Napoleón.
3. Declaración del principio de división de poderes. Las cortes se reservan el
ejercicio del poder legislativo.
4. Las cortes habilitan a los miembros que componen el Consejo de regencia para
el ejercicio del poder ejecutivo, que deberá reconocer la soberanía nacional de
las Cortes y jurar obediencia a las leyes que de ella de emanen.
5. Confirmación de todos los tribunales y justicias del Reino, así como de
autoridades civiles y militares.
6. La persona de los Diputados es inviolable.

La idea de redactar una Constitución era mantenida por la mayoría desde los inicios, en
diciembre Mejía Lequerica propuso en sesión no disolverse las cortes sin redactar una
constitución. Las Cortes se trasladaron a la Iglesia de San Felipe Neri y dictaron el
Decreto de abolición de los Señoríos.

En la comisión encargada de redactar la Constitución participaron Muñoz Torrero,


Argüelles, Espiga y Gadea. Fue proclamada el 19/3/1812, se trata de una constitución
extensa inspirada en los principios de la Revolución Francesa. Sigue una estructura
semejante a los textos constitucionales franceses destacando la desigualdad de trato de
las materias: un tercio del total se dedica al poder legislativo.

Establece un sistema unicameral, se declara la religión católica como oficial, y el


poder ejecutivo lo compartían el Rey y las Cortes, con mayor peso del primero. Los
poderes reales eran muy amplios pudiendo nombrar y cesar a los secretarios de

79
despacho que serían los futuros ministros. El sufragio, en principio se declaró universal,
pero en una segunda fase se declaró censitario, se decretó el servicio militar
obligatorio y el establecimiento de escuelas primarias en todos los pueblos.

Fue abolida por Fernando VII en 1814 y volvió a en el trienio liberal entre 1820 y 1823
después del golpe del coronel Riego en Cabezas de S. Juan en que se obligó a Fernando
VII a jurarla de nuevo además de la restauración de la libertad de imprenta, la expulsión
de los Jesuitas y el restablecimiento de los decretos de Cádiz. Pierde vigencia de nuevo
con la restauración del absolutismo por la Santa Alianza durante la década ominosa. A
la muerte del rey recupera su vigencia teórica durante la regencia de María Cristina que
necesitaba el apoyo de los liberales frente a los partidarios carlistas.

IV. EL ESTATUTO REAL

Fernando VII muere en 1833 cuando su hija Isabel, la heredera, tenía tres años.
Mientras alcanzaba la mayoría de edad, la reina madre María Cristina ejercía de reina
gobernadora.

Los carlistas se sublevan por todo el país, por lo que la Reina tubo que transigir con los
liberales poniendo en el gobierno a los más moderados, al gobierno de Cea Bermúdez y
Martínez sucedió el de Martínez de la Rosa, que promovió junto con Javier de
Burgos el Estatuto Real, se trata de una Carta Otorgada (concesión monárquica a la
Asamblea) de 50 artículos, era un texto incompleto que se limitaba a regular las cortes y
sus relaciones con el Rey. No reguló la monarquía cuyos poderes muy amplios, estaban
dispersos por los distintos artículos. Tampoco eran tratados los Ministros ni incluía una
declaración de derechos.

El rey estaba facultado para convocar las Cortes, suspenderlas e incluso disolverlas. La
novedad más llamativa fue la introducción del sistema bicameral, con un estamento de
próceres, y otro estamento de procuradores elegidos. Las leyes requieren la aprobación
del monarca y ambas Cámaras.

Promulgado por la regente en 1834, las reformas eran tan moderadas que resultaron
insuficientes y decepcionaron a las fuerzas más progresistas, que en el amotinamiento
de La Granja de 1836 obligó a restaurar la Constitución de 1812, con el gobierno de
Calatrava, Mendizábal y Espartero.

V. LA CONSTITUCIÓN DE 1837

A finales de agosto el gobierno convocó Cortes Constituyentes. Lo más importante de


ellas no es el texto constitucional, sino una serie de medidas de hondo calado social y
político: supresión los diezmos eclesiásticos, abolición del régimen señorial y
continuación la labor desamortizadora de Mendizábal. Argüelles y Olózaga elaboraron
las bases de una nueva constitución, inspirados en la belga y en las cartas francesas, con
influencia de Bentham. Breve (de sólo 88 artículos) y de reforma flexible, no declaraba
expresamente la división de poderes y daba gran protagonismo al rey en el poder
legislativo, era ambigua en el ámbito de la confesionalidad religiosa.

80
Las Cortes quedaban divididas en Congreso y Senado (este último formado por
individuos nombrados por el Rey a propuesta de los electores de cada provincia,
renovado por terceras partes cada vez que hubiera elecciones a diputados (en las que el
sufragio era directo y censitario: sólo un 3,9 % de los españoles votaban).

El Rey estaba facultado para abrir y cerrar las sesiones, convocar, suspender y disolver
las cortes, disponiendo de veto absoluto. Por lo demás, las funciones de las Cortes eran
legislativas (iniciativa legislativa), financieras (el gobierno tenía obligación de
presentar a cortes un presupuesto para el año siguiente, lo que fue sistemáticamente
incumplido,) políticas (elección de regente, toma de juramento al sucesor y recibir al
rey) y de control (responsabilidad de ministros que serían acusados por el Congreso y
juzgados en el senado.) Reconocía como reina legítima a Isabel II. Estuvo vigente hasta
la promulgación de la Constitución de 1.845.

VI. LA CONSTITUCIÓN DE 1845

Al final de la regencia de la Reina, el general Espartero había gobernado


dictatorialmente, con las Cortes disueltas. Un pronunciamiento lo derrocó y se inicia la
década moderada, primero con González Bravo y luego con Narváez, quien convocó
elecciones en julio de 1844 y propició la reforma de la Constitución de 1837, elaborada
por una comisión presidida por Donoso Cortés. Se inicia así la costumbre de convertir la
ley fundamental en instrumento cambiante del partido de turno.

El resultado fue la constitución de 1845, de 79 artículos, más uno dedicado a las


provincias de ultramar. Se caracteriza:

• La Soberanía compartida Cortes-Reina.


• Compatibilidad de la libertad y el orden: La nueva ley cierra los periódicos en
que se ataque la monarquía, la constitución y las leyes fundamentales.
• Se mantiene la confesionalidad de la Constitución de 1812.
• Se mantiene en el bicameralismo (con el Senado dependiendo prácticamente de
la Corona, ya que para permanecer en él había que pagar una renta muy alta)
• El rey mantiene importantes poderes incluyendo la disolución de las Cámaras.
• El derecho al sufragio queda restringido al 1% de la población con las rentas
más altas.

En 1854 otro pronunciamiento esta vez de signo progresista pone al frente del gobierno
al general O’Donnell que llega a un acuerdo con Espartero, la reina tuvo que llamar a
los levantados a formar gobierno: fue el bienio progresista que abolió la constitución de
1845, con la nonata constitución de 1856. En este periodo tuvo lugar el segundo gran
proceso desamortizador siendo ministro de Hacienda Madoz: frente a la de
Mendizábal afectó también a los bienes propios de los ayuntamientos, y los destinos de
los fondos no fueron aplicados enteramente a la deuda pública, un 20% se dedicaron a la
beneficencia y la instrucción pública. Una nueva crisis política trajo de nuevo a los
moderados al poder. Narváez y González Bravo instauran una dictadura gobernando a
base de decretos con las Cortes cerradas. El ala progresista, en vista del viraje
autoritario de la reina se agrupa a la sombra de los generales Prim y Serrano, que acaba
con la Revolución de 1868 y el destronamiento de Isabel II.

81
VII. LA CONSTITUCIÓN DE 1869 (Examen)

La Revolución de 1868 se inicia en Cádiz dirigida por Prim y apoyada por Serrano y
Topete, se forman juntas revolucionarias en las principales provincias andaluzas que
se encargaron de movilizar a la población mediante promesas de sufragio universal, de
eliminación de impuestos, del fin del reclutamiento forzoso y de una nueva
constitución. Las tropas de Serrano derrotan a las leales a la reina en la batalla del
puente de Alcolea. Isabel II de vacaciones en San Sebastián marchó al exilio en París.

El gobierno provisional de Serrano (su ministro Lorenzana):

- Disolvió las órdenes religiosas establecidas tras 1837


- Clausuró la mayoría de los monasterios, rompiendo relaciones diplomáticas con
el Vaticano.
- Se reconocen las libertades individuales y se convocan (diciembre de 1868)
cortes constituyentes con sufragio universal masculino para todos los mayores
de 25 años.

La Constitución fue elaborada por una comisión donde estaban entre otros Olózaga,
Manuel Becerra, Silvela y Ríos Rosas. Se promulgó el 20/6/70, basada en los principios
liberal democráticos y de soberanía nacional.

Por primera vez se recogieron todos los derechos individuales: libertad de domicilio,
privada, de expresión, reunión, asociación, reconociéndose la libertad de culto, se
contemplan las asociaciones de clase: por primera vez los sindicatos gozan de
protección constitucional. La ordenación de poderes se tomó de la constitución de
1837, y la del Senado de la de 1845. La Soberanía residía en la nación. Se mantuvo el
bicameralismo, pero el senado debía ser elegido por sufragio universal. Los diputados
del Congreso se elegían en proporción de uno cada 40.000 habitantes.

Los generales que habían apoyado el derrocamiento de Isabel II tuvieron que reprimir
los movimientos federales de corte republicano que se habían iniciado en el vacío de
poder de la revolución. Preferían una monarquía constitucional que pudieran controlar.
Prim logró que Amadeo de Saboya aceptara el trono en el difícil equilibrio entre las
monarquías europeas. El mismo día de su llegada a España, Prim, su principal valedor,
fue asesinado. Intentó formar un gobierno de coalición que fracasó y tubo que abdicar
en febrero de 1973. Congreso y Senado reasumieron el poder supremo y proclamaron la
República, dejando la Constitución de 1869 de estar vigente.

VIII. LA CONSTITUCIÓN DE 1876 (Examen)

Después del intento de I República federal de 1873 de Pi y Margall y la proclamación


del hijo de Isabel II, Alfonso XII como rey por Martínez Campos en Sagunto el 29 de
diciembre de 1874 se produce la Restauración monárquica a través de Cánovas del
Castillo que redactó un anteproyecto de Constitución que desechaba la idea de volver a
la de 1845 y 1869.

82
La Constitución de 1876, la más longeva en la historia de España, responde a la
concepción conservadora de su promotor y encarna el principio de la monarquía
doctrinaria. Para Cánovas la monarquía era parte sustancial de la constitución histórica
de España y estaba por encima de la vida cotidiana. No había más Soberanía que la
ejercida por la Corona y las Cortes.

Es una constitución breve de 89 artículos más uno transitorio, de carácter flexible y


recoge los siguientes principios constitucionales:

• La nueva constitución no dice nada del derecho a sufragio remitiendo la materia


a lo que determine la ley. Primeramente, se implanta el censitario para
posteriormente establecerse el universal masculino.
• Se establece la libertad de cultos, pero prohibiendo aquellos que no respeten la
moral cristiana.
• Los derechos individuales tienen formulación semejante a la Constitución de
1869, pero están limitados por continuas remisiones a leyes futuras y
susceptibles de ser suprimidos en circunstancias especiales.
• Recoge el principio de soberanía entre el rey y las Cortes que son
bicamerales y la justicia corresponde a los tribunales, quienes la aplican en
nombre del rey. El Congreso está compuesto por diputados elegidos por 5 años
y en proporción de 1 cada 50.000 habitantes.
• El Consejo de Ministros no tiene entidad constitucional, aunque se le reconoce
competencia para presentar a las cortes el presupuesto anual.
• El Rey sale reforzado: pude nombrar y destituir libremente ministros y puede
disolver las Cortes, aunque con obligación de convocarlas en el plazo de un año.

La Constitución de 1876 supone el texto que más tiempo ha estado vigente hasta ahora
en la historia del Derecho español ya que se mantendrá hasta la proclamación de la
segunda república española de 1931.

83
TEMA 11. TEORÍA Y PRÁCTICA DE GOBIERNO EN EL
SISTEMA LIBERAL

I. EL REY

La monarquía constitucional, frente a la absoluta, suponía la sujeción del Rey a las


normas constitucionales, las cuales regulan o limitan la potestad del príncipe y otorgan
la soberanía esencialmente a la nación o a la nación junto al Rey, en cuyo nombre la
ejercen asambleas representativas.

Nació como reacción contra la absoluta, la base del sistema político descansa en la
existencia de un conjunto de normas fundamentales a las que se somete todo el
ordenamiento legal del Estado: la constitución. Su origen está en las revoluciones
inglesas de 1642 y 1688 y en los principios de la Constitución francesa de 1791.

En las distintas constituciones españolas del S.XIX el poder real fue muy amplio

 Desde la de 1812 todas las constituciones recogen el carácter inviolable de la


persona del Rey, que lo es por la gracia de Dios y de la Constitución hasta la de
1.869. En la de 1876 vuelve a serlo por la gracia de Dios.
 Encarnaba el poder ejecutivo –el cual ejerce por medio de sus ministros a los
que nombra y cesa. -
 Compartía el legislativo con las cortes –sancionaba y promulgaba leyes, hacía
ejecutar las leyes, proponía reformas-
 Ostentaba la representación de la nación
 Salvaguardaba el orden público
 Se imparte justicia en su nombre.
 Tenía poder para disolver las cámaras.
 Concedía grados militares y empleos civiles

La sucesión se reguló en la Constitución de 1812, poniendo de nuevo en vigor lo


establecido en las Partidas (admitía como monarcas a reyes o reinas). Además, cuando
la corona recayera en una mujer, el marido de la reina no intervendría en asuntos de
gobierno. Aunque Fernando VII derogó la constitución, restableció el orden tradicional
de sucesión que permitía el acceso a las mujeres a la Corona y que en lo esencial
coincidía con la constitución de 1.812.

En todas las constituciones del XIX el monarca tenía que pedir permiso a las Cortes
para casarse. Todas las constituciones regularon la regencia, para los casos en que haya
de subir al trono un príncipe sin contar con la mayoría de edad, si bien de distinta
forma:

84
• El Estatuto Real aplicó lo establecido en las Partidas.
• Las constituciones de 1837 y 1869 establecían una regencia de una o más
personas designadas en Cortes.
• Las constituciones de 1845 y 1876 disponían que el regente sería el padre o la
madre del rey y en su defecto el pariente más próximo a suceder la corona.

A su advenimiento al trono, el nuevo Rey juraba ante las Cortes, respetar la


constitución. El mismo juramento se exige al inmediato sucesor y en su caso a la
regencia.

II. DEL UNICAMERALISMO FRANCÉS AL BICAMERALISMO

El modelo unicameral francés fue adoptado en la constitución de 1.812, pero en las


siguientes se optó por el inglés bicameral.

Se denominan cortes a la asamblea encargada del poder legislativo, que en principio


constituían la representación de la nación y el poder legislativo, en ocasiones
compartido con el monarca. Las atribuciones y su capacidad legislativa varían de unas
constituciones a otras.

• Constitución de Bayona: dispone que hubiera Cortes o Juntas divididas en tres


estamentos, clero, nobleza y estado llano.
• Constitución de 1812: declara que las cortes eran la reunión de todos los
diputados que representan la nación, establecida en una sola cámara, un diputado
cada 70.000 almas y elegida por sufragio indirecto.
• Estatuto real: Dispuso la división de las cortes en dos cámaras que funcionan
separadamente, la de próceres del reino y la de procuradores, estos últimos
elegidos por sistema indirecto.
• A partir del Estatuto real todas las constituciones establecen el sistema bicameral
en igualdad de facultades: Congreso de Diputados y Senado.

A) EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Las Cortes de Cádiz implantaron el sufragio directo para la composición del congreso
de 150 diputados. La denominación “Congreso de los Diputados” data de la
constitución de 1837 (entonces elegidos cada tres años por designación, en 1869 por
sufragio universal, y en 1876 uno por cada 50.000 votantes, por cinco años).

Las constituciones de 1812, 1837, 1845, 1869 y 1876 establecieron que las Cortes se
reunieran anualmente. El Estatuto real estableció que sólo al Rey correspondía
convocar, suspender y disolver las Cortes.

85
La Constitución de 1812 estableció una diputación permanente nombrada por el
Congreso para velar por la observancia de la constitución y las leyes en el espacio de
tiempo entre unas cortes y otras y para que convocara cortes extraordinarias en los casos
previstos por la Constitución.

B) EL SENADO

En Bayona era un organismo de 24 miembros nombrados por el Rey encargado de velar


por las libertades individuales y de imprenta, facultado para suspender la constitución
en circunstancias extraordinarias.

El primer Senado o Cámara Alta fue el estamento de próceres del Estatuto Real, cuyos
miembros hereditarios y vitalicios eran elegidos por el rey.

Desde la Constitución de 1837, todas las Constituciones del XIX instauran una cámara
alta llamada senado, pero el sistema de elección y la permanencia de los senadores varió
según la Constitución:

• En la de 1837 eran temporales y elegidos directamente


• En la de 1845 eran vitalicios, elegidos por el Rey
• En la de 1869 eran elegidos por sufragio indirecto
• En la de 1876 quedan divididos en tres categorías: senadores por derecho propio,
vitalicios por designación real, y elegidos por la corporación del Estado entre los
mayores contribuyentes.

C) CONVOCATORIA, REUNIÓN Y ATRIBUCIONES DE LAS CORTES


LIBERALES

Las Cortes representan a la nación y son el órgano mediante el cual esta interviene en el
gobierno del Reino.

- Orígenes: Los legisladores de Cádiz intentaron mostrar el enlace de las nuevas


cortes con las antiguas Cortes medievales, para entroncar con la tradición. Veían
en las nuevas cortes una adaptación y perfeccionamiento de las antiguas.
- Estructura: Se inspiraron en las doctrinas de Francia e Inglaterra, adoptando las
cortes forma unicameral o bicameral. Su composición y función variaba según el
mayor o menor grado de liberalismo de la Constitución que las reglamentaba.
- Atribuciones: Misión privativa de cortes fue siempre la aprobación de nuevos
impuestos, el grado de poder legislativo variaba en cada caso, por lo que es
mejor verlo separadamente:

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El Estatuto de Bayona: dividió las Cortes o juntas en tres estamentos: nobleza, clero,
pueblo (los dos primeros de designación real, los terceros divididos en diputados de las
ciudades, de las provincias, comerciantes, de las universidades). Las sesiones eran
secretas y las funciones no estaban muy bien definidas, pero su poder era escaso, con un
poder más decorativo que real. Por primera vez se nombran diputados por América
encargados de promover los intereses de las colonias.

La Constitución de Cádiz: Sistema unicameral de todos los diputados que representan


la nación.

• Elección de diputados: los diputados eran elegidos por todos los ciudadanos por
sufragio indirecto uno por cada 70.000 habitantes. Debían tener una renta proporcionada
procedente de bienes propios.

• Funcionamiento: Las Cortes se reunían anualmente y se renovaban cada dos años,


ejerciendo el poder legislativo junto con el Rey, quien tenía derecho de veto suspensivo
–un proyecto aprobado en tres legislaturas se convertía en ley a pesar de la oposición
regia.

• Diputación Permanente: velaba por los derechos de las cortes y la integridad del
régimen, incluso cuando aquellas no estaban reunidas.

La constitución de Cádiz, al conceder a las cortes una función preponderante y


substraerlas de la voluntad regia, instauran por vez primera un régimen constitucional
en España.

El Estatuto Real de 1834: Intentaba dar a las Cortes un carácter tradicional. Se


convocan unas Cortes Generales con arreglo a lo dispuesto en a las Partidas y la Nueva
recopilación, pero en realidad les dio una organización nueva, dividiéndola en los
estamentos de Próceres (reservada a los grandes de España, hereditarios, vitalicios y
elegidos por el Rey) y Procuradores (elegidos con arreglo a una ley especial).

Las atribuciones estaban muy limitadas. Solo podían deliberar sobre aquello que el Rey
les sometiera a examen y hacer peticiones al Rey conforme determinara el Reglamento,
además del tradicional de aprobar impuestos. Las Cortes quedaban reducidas a un
organismo asesor.

La Constitución de 1837: influida por el sistema inglés, su sistema parlamentario fue


bicameral (Congreso y Senado). El Senado se configura como Cámara Alta. Sus
miembros eran elegidos por el Rey sobre una lista triple de personas pudientes mayores

87
de 40 años presentada por los electores de cada provincia, y era renovado por terceras
partes cada vez que había elecciones al Congreso.

Los hijos del Rey eran senadores natos desde los 25 años. Sus características
garantizaban la función de equilibrio y freno que tradicionalmente se asigna a la Cámara
Alta en el régimen constitucional.

El Congreso se elegía por elección directa (un diputado por cada 50.000 habitantes),
renovándose cada tres años. Ejercía la potestad legislativa con el Rey, quien tenía veto
suspensivo por una legislatura.

Reforma de 1845: se plasmó el espíritu liberal y democrático de la de 1812. El Senado


fue modificado, el número de senadores se declara ilimitado, vitalicios y de elección
real, la edad de entrada bajó a 30 años. Para ser diputado se requería tener renta o bienes
determinados.

La Constitución de 1869: Aceptó de nuevo el sistema bicameral. El Senado se eligió


por provincias a través de una junta formada por la diputación provincial y por
compromisarios elegidos por sufragio universal, debiendo los senadores ser pudientes
mayores de 40 años. Se renovaba por cuartas partes. Por su parte, el Congreso se
renovaba en su totalidad cada tres años. El Rey podía disolver las Cámaras convocando
elecciones en tres meses, y suspender las sesiones una vez cada legislatura. No se
admitía el veto regio. Concede a las Cortes gran poder como órgano supremo de
representación de la nación, llegando incluso a poder excluir a algún heredero de la
sucesión al trono.

La Constitución de 1876: bicameral, estableció tres clases de senadores:

- Senadores por derecho propio: hijos y sucesores del Rey, grandes de España,
altas personalidades eclesiásticas, militares y civiles.
- Senadores Vitalicios nombrados por la corona.
- Senadores por elección de las Corporaciones del Estado y los mayores
contribuyentes.
Los senadores por derecho propio más los vitalicios no podían exceder de 180, igual al
de electivos. El senado se renovaba por mitades cada cinco años. El Congreso debía ser
elegido por votación popular indefinidamente, siendo los diputados españoles seglares
mayores de edad que gozaran de todos los derechos civiles. Las Cortes ejercían el
poder legislativo juntamente con el Rey: el veto de cualquiera de ellos a un proyecto de
ley hacía que no pudiera considerarse hasta la legislatura siguiente. Las Cortes se
reunían todos los años, convocadas, suspendidas y disueltas por el Rey.

D) LA DIPUTACIÓN DE CORTES EN EL SIGLO XIX

88
La Constitución de Cádiz estableció una Diputación permanente que había de durar de
unas Cortes ordinarias a otras. Funciones suyas fueron:

- Velar por la observancia de la Constitución y de las leyes


- Convocar a Cortes extraordinarias si procediere.
- Recibir a los nuevos diputados y actuar como junta preparatoria de las Cortes
siguientes.
- Pasar aviso a los diputados suplentes que hubieren de concurrir en lugar de los
propietarios.
La Diputación de las Cortes se trata de una Comisión de las mismas que actúan en el
periodo de vacancia. Es un órgano delegado. Constituye un instrumento que
salvaguarda el principio de división de poderes, al evitar que el ejecutivo, no existiendo
las Cortes, asuma funciones propias del legislativo.

La Diputación permanente de Cortes fue suprimida con las Constitución de 1837 y


restablecida con la de 1931.

III. LOS PARTIDOS POLÍTICOS

A) LOS PRIMEROS PARTIDOS POLÍTICOS

El sistema constitucional empezó desconociendo las distintas formas de asociación para


la acción social y política que acabaron articulándose como partidos políticos. Las
primeras constituciones sólo reconocían como miembros del estado a los individuos,
pero los partidos políticos, pese a no ser nombrados como tales hasta el siglo XX ya
fueron elementos esenciales en el régimen político del S. XIX.

Los partidos políticos se definen como grupos de personas organizadas para ejercer o
influir en el poder del Estado, de acuerdo con los fines señalados previamente en un
programa. Se distinguen además otros grupos con actividad política sin ser partidos
como sindicatos, grupos separatistas, grupos de presión y sociedades secretas.

Los partidos más importantes fueron los absolutistas (que nutrirán el carlismo tras la
muerte de Fernando VII) y los constitucionales o liberales, divididos desde 1820 en
exaltados –de los que saldrán el Partido Progresista y el Partido Democrático- y
moderados –de los que saldrán los puritanos y la Unión Liberal de O’Donnell-.

En la Restauración destacaron el partido conservador de Cánovas y el fusionista o


liberal de Sagasta, habiendo también masas obreras anarquistas y socialistas, así como
representaciones regionalistas y tradicionalismos carlistas.

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1. Doceañistas y radicales
La crisis del antiguo régimen que desata la invasión napoleónica hace que surjan dos
grupos:

- Los absolutistas: conservadores partidarios del antiguo régimen, la monarquía


absoluta y opuestos a cualquier cambio.
- Los liberales o constitucionalistas: influenciados por los cambios que operan
en Europa y EEUU, son partidarios del modelo constitucional y padres de la de
1812. Se inspiran en un liberalismo más doctrinario que democrático.
La vuelta de Fernando VII trajo la derogación de la Constitución de Cádiz y una fuerte
represión de los liberales que acabó radicalizando sus posturas. A partir del trienio
liberal se escinden en:

- Doceañistas: partidarios de la restauración de la constitución de 1812.


- Radicales o exaltados: más identificados con las ideas democráticas del
liberalismo europeo.
Sin embargo, todavía no se pueden calificar de partidos políticos estos movimientos,
sería a raíz de la muerte de Fernando VII cuando comienzan a consolidarse los partidos.

2. El Partido Moderado
Con la Reina María Cristina como regente durante la minoría de edad de Isabel II
comienzan a configurarse los partidos políticos.

Los líderes conservadores –llamados moderados- enlazaban con las ideas de los
doceañistas y los monárquicos constitucionales, en torno a Martínez de la Rosa, mentor
del Estatuto Real y desde 1848 jefe del Partido Moderado. Junto con los progresistas,
eran defensores de continuar la dinastía monárquica de Isabel II, enfrentándose al
partido carlista o anti-dinástico. Se declaran contrarios a cualquier cambio
revolucionario y defensores de la Iglesia. En las filas del partido destacan figuras como
Narváez, Martínez de la Rosa, Arguelles, Alcalá Galiano y Bravo Murillo.

El partido moderado buscó el equilibrio entre el absolutismo carlista y el ala progresista


liberal. Coincidían con los progresistas en la ruptura de la monarquía absoluta y la
sociedad estamental, pero difería en la forma de desarrollar el Estado liberal. Los
moderados resurgen como partido después del sexenio revolucionario al mando de
Cánovas, que fue artífice de la Restauración.

3. El Partido Progresista

90
La tendencia más próxima al liberalismo democrático fue el partido progresista. Se
articuló en torno a Mendizábal, la mayor parte de sus diputados procedían de las
provincias mediterráneas, frente al norte conservador. Sus seguidores defendían la
soberanía nacional, la primacía del legislativo sobre el ejecutivo, autonomía de los
poderes provinciales y locales, y separación total de Iglesia y Estado. Otros
representantes suyos fueron Joaquín María López, Salustiano Olózaga, Madoz y los
generales Espartero y Prim. En 1856 se aglutinaron los sectores más avanzados del
partido progresista y algunos líderes del moderado en la Unión Liberal de Serrano,
Joaquín María López, Río Rosas y O’Donnell. Fueron los artífices de la constitución no
promulgada de 1856. El partido, tras el sexenio revolucionario, después del asesinato de
Prim y la abdicación de Amadeo de Saboya, se escindió en el liberal de Ruiz Zorrilla y
el Liberal de Sagasta.

4. El Partido Demócrata Republicano


Las primeras tendencias republicanas aparecen en 1837 de la mano de intelectuales
influenciados por la ola revolucionaria que se desarrolla en Europa y apoyados por
algunos sectores artesanos. Se constituyó en 1849 como Partido Demócrata, formado
por Juan Martínez Villegas, Lorenzo Calvo, Patricio Olavarría y José Espronceda. Tuvo
dos tendencias –monárquica y republicana-, triunfando la republicana como una
escisión de los sectores más avanzados del progresismo. Propugnó la supresión de la
Monarquía, la educación primaria universal, la distribución de las tierras desamortizadas
entre los campesinos, el menor peso del ejército y la separación Iglesia-Estado.
Modificó sus estatutos, reconociendo la Monarquía de Isabel II para no ser ilegalizado.
Triunfó con la proclamación de la I República y el proyecto de Constitución federalista
de Pi Margall de 1873.

B) EL BIPARTIDISMO DE LA RESTAURACIÓN

Los partidos surgidos de la restauración borbónica, el conservador y el liberal, rigieron


la vida política de España en el último cuarto del S. XIX en un sistema de alternancia
pactada de turnos de gobierno.

1. El Partido Conservador
El partido “liberal conservador”, conocido como conservador, se construyó sobre el
viejo partido moderado, con algunos miembros de la efímera Unión Liberal, en torno a
Cánovas.

Fue un partido con poca estructura y mínima organización que se presentó y ganó las
elecciones de 1876 con el objetivo de restaurar la legalidad monárquica y poner al día el
juego de las instituciones y partidos políticos.

91
Se nutrió de burgueses, aristócratas, altos funcionarios y profesionales. Durante la
Regencia de María Cristina, al final del siglo, tuvo que afrontar una crisis generalizada
con el nacimiento de los movimientos obreros, la aprobación del sufragio universal
masculino, el anarquismo, la caída de las últimas colonias... Cánovas murió asesinado
por un anarquista y fue sucedido por Silvela.

2. El Partido Liberal
Sus orígenes son el partido constitucional, surgido durante el reinado de Amadeo I en
torno al general Serrano y el logroñés Sagasta. Fue una confluencia de progresistas
moderados y unionistas de izquierda, en el marco de la Constitución democrática 1869.

De ellos se escindió el Partido Centralista de Alonso Martínez que pactó con Cánovas la
restauración y la Constitución de 1876.

Sagasta acabó aceptando la constitución de 1876, renunciando a la del 69 y fue llamado


a gobernar en 1881, constituyendo tras varias escisiones el Partido Liberal. proclaman
que la soberanía debía recaer en la Cortes y el Rey (de acuerdo con las exigencias de
Cánovas), pretenden garantizar una serie de principios como el sufragio universal, los
derechos individuales, la responsabilidad de los funcionarios o el juicio por jurados.

3. La aparición de los partidos políticos obreros (EXAMEN)


El PSOE se funda en una fonda de la calle Tetuán de Madrid en 1879, entre sus
constituyentes hay mayoría de tipógrafos entre los que destaca Pablo Iglesias antiguo
miembro de la Asociación Internacional de Trabajadores. Se convierte en el primer líder
del PSOE al ser elegido en 1881 Secretario del Comité Central y alcanzar popularidad
tras la huelga de impresores.

El Periódico El Socialista (1886) fue el difusor de las ideas socialistas. Junto con el
PSOE, se desarrolla el movimiento sindical, la UGT (cuyos primeros congresos
tuvieron lugar en 1888) fue eje del movimiento obrero en Madrid, Vizcaya y Asturias
alcanzando más de 26.000 afiliados a finales de siglo.

El ideario del PSOE se centra en la emancipación de la clase trabajadora, la abolición de


las clases sociales y su conversión en un sola de trabajadores dueños del fruto de su
trabajo. Sus líderes fueron Fernando de los Ríos, Melquíades Álvarez y Julián Besteiro
e Indalecio Prieto.

Una escisión en 1920 da origen al partido comunista que no llegaría a las cortes hasta la
II República. Entre sus líderes destacan Largo Caballero, Dolores Ibárruri y Santiago
Carrillo, fundador de las Juventudes Socialistas Unificadas.

La mayoría de los líderes izquierdistas, acabaron sufriendo exilio, prisión o ejecuciones


tras la guerra civil.
92
TEMA 12. CIENCIA Y EL POSITIVISMO JURÍDICO: LA
CODIFICACIÓN

I. INTRODUCCIÓN

A) IDEA DE CÓDIGO Y CODIFICACIÓN EN EUROPA

La pretensión iusnaturalista de deducir de la razón un derecho universal para ser


aplicado en todos los países y perfeccionar sus respectivos ordenamientos venía a
solucionar la situación caótica por el derecho vigente en los países europeos.

El antiguo derecho acumulaba normas de épocas distintas, dictadas en el pasado


(Antiguo Régimen) para resolver situaciones sociales, políticas y económicas
coyunturales, creándose con el tiempo una maraña de legislación confusa, dispersa e
inmanejable. Las críticas a las incongruencias, deficiencias y errores de procedimiento
del Antiguo Régimen databan de atrás.

En 1567 François Hotman publicaba su crítica a los modos de creación y fijación


del derecho positivo “Antitribonien ou discours sur lex Loix”, al igual que Leibniz
(1646-1716) con “De naevis et emendatione jurisprudentiae romanae”, siendo
precursor de la defensa de la necesidad de codificación.

Otros autores del S. XVIII Ch. Thomasius “Naevorum jurisprudentiae romanae


antejustinianae” Ludovico A. Muratori “Dei diffeti della giurisprudenzza”, en España
Elio Antonio de Nebrija (1444-1514) Juan Luis Vives (1492-1540) criticaron el
método de trabajo de los glosadores y comentaristas, a finales del S. XVIII y
principios del XIX, disponemos de los trabajos de Pablo de Mora y Jaraba, Juan
Francisco de Castro y Francisco Martínez Marina.

A finales del S. XVIII era ya opinión común la necesidad de establecer una teoría
general de creación y fijación de las leyes que acabase con el anárquico e inseguro
sistema anterior, comienza la “ciencia de la legislación”. Gaetano Filangieri (1752-
1788) escribió acerca de la técnica de redacción y contenido adecuado de las leyes.

El término “codificación” se generaliza con Jeremy Bentham, según él las leyes


debían ser “pocas claras, concisas, sistemáticas y redactadas en lenguaje
vernáculo” novedosas propuestas que no fueron aceptadas con prontitud por los
intelectuales jurídicos.

93
Por otro lado, la burguesía reclamaba un derecho completo y conocido, para que
interpretación y aplicación no estuviera en manos de la discrecionalidad de jueces
y juristas.

Las diferencias entre el antiguo procedimiento (Recopilación), y Código:

 Recopilación: anticuado sistema de leyes antiguas para salir al paso de


necesidades concretas, en lenguaje barroco y reiterativo.
 Código: se pretendía un texto por cada materia, ordenado
sistemáticamente, de acuerdo a un plan previo, regular todos los aspectos
imaginables con lenguaje breve claro y conciso.

El iusnaturalismo racionalista proponía una reelaboración doctrinal del derecho


sistematizando sus normas conformo a un método lógico, siendo el “Corpus Iuris
Civilis” (Justiniano I) la referencia, como modelo de derecho natural universalizable.

El Despotismo Ilustrado promovió la elaboración de los primeros Códigos, en Prusia y


Austria, sin abandonar del todo el viejo sistema, pero buscando la seguridad y certeza.
Aun así, el código prusiano de 1794 confirmaba la desigualdad de los ciudadanos ante
la ley y las diferencias del estatuto jurídico en función a la adscripción a uno de los tres
estamentos sociales.

El proceso moderno codificador arranca finalmente en la Francia revolucionaria. La


Asamblea Constituyente en 5 de julio de 1790, había acordado que las leyes civiles
serán revisadas y reformadas por los legisladores y se hará un código general de leyes
simples, claras y ajustadas a la Constitución. Así se originará el primer código europeo
moderno, el Código Civil francés de 1804.

Se basaba en el Derecho romano, el derecho germano, el antiguo Derecho francés y,


sobre todo, los principios iusnaturalistas. Al Código Civil de 1804 le siguieron el código
de Procedimiento Civil 1807, el procedimiento penal 1808. Código de Comercio 1808 o
Código Penal 1810. Tuvieron una poderosa influencia en países europeos y americanos
(Bolivia, Perú, Costa Rica)

En texto definitivo del Código Civil Francés Code Civil a falta de norma escrita, el
juez no podía acudir a los usos, la equidad o al derecho natural, ni tampoco
abstenerse. Debería encontrar la norma escrita aplicable al caso. Esto hizo que se
pasara de la idea inicial ius-naturalista a una idea del ordenamiento ius-
racionalista, completo y sin lagunas. No existirá otro derecho que no sea el emanado
del legislador ni más principios jurídicos que los contenidos en el derecho positivo.
El derecho queda reducido a ley, esto es, la voluntad del Estado.

94
Las leyes naturales solo serán válidas si están sancionadas por las escritas. En la primera
generación de este derecho tampoco se acepta la jurisprudencia como fuente del
derecho. Pronto hubo voces en contra esta corriente que trataban de compatibilizar los
derechos naturales, inalienables, inherentes al hombre y preexistentes al Estado
(orgulloso fruto de la Revolución francesa)

B) LA MOTIVACIÓN IDEOLÓGICA

Los postulados liberales iniciaron un proceso de constante y radical transformación de


la cultura occidental, cuyos singulares efectos todavía siguen ejerciendo una poderosa
influencia y repercusión en la evolución del Derecho.

Los primeros códigos penales europeos incorporan elementos de la ciencia penal actual,
(sustitución de penas, proporcionalidad, prohibición de acusaciones secretas) lo que era
seguridad jurídica frente a la discrecionalidad de leyes y jueces. Esto implicaría la
supresión de los privilegios estamentales.

En cuanto al derecho mercantil dejaría de basarse en los comerciantes, para basarse en


los actos de comercio.

Desaparece el régimen señorial y la rígida organización gremial. Un así la nueva mayor


fuerza del empresario originó abusos y explotación liberal, con la necesidad de
intervención del Estado (fijar límites, horarios, seguro obligatorio)

En la segunda mitad del XIX Aparecen los autores y movimientos de denuncia de


injusticia social, debido a la deshumanización del proceso industrial, abuso de los
patronos, los llamados males del capitalismo. Ferdinand Lasalle (1825-1864), Antoine
Menger (1841-1906), Carl Renner (1870-1950) Karl Marx (1818-1883) Friedrich
Engels (1820-1895), el materialismo humanista de Feuerbach y el socialismo de
Proudhon.

La minusvaloración del derecho como instrumento de las clases dominantes


desaparecerá junto al Estado, por ser incompatibles con el comunismo (afirmación
matizada posteriormente por el marxismo) dificultó el desarrollo de la ciencia jurídica
en los países comunistas.

Los movimientos sindicales, las huelgas, ideologías como el marxismo fueron la


autodefensa de los trabajadores a finales del S. XIX (convenios colectivos, pacto de
condiciones económicas) aunque continuaron situaciones indeseadas como servidumbre
doméstica y derecho de corrección del amo.

Respecto al antiguo derecho procesal continental, los liberales buscaban un sistema que
contemplase un mínimo de garantías procesales (habeas corpus, derechos y libertades
esenciales) que encontró dificultades debido a los intereses políticos.

95
La unificación del derecho llevo a la supresión de algunas jurisdicciones especiales.
El revolucionario dogma de la separación de poderes fue utilizado por el Ejecutivo
para fortalecer la jurisdicción administrativa.

Los revolucionarios asignaron al poder ejecutivo todo lo relativo a los actos emanados
de la Administración, así como la resolución de los recursos planteados por los
particulares que se sintieran lesionados por dichos actos. Había cierta desconfianza de
los revolucionarios hacia la clase judicial, por ser reducto de la nobleza. En Francia se
decretó la autonomía de la Administración respecto del control de los jueces. Aún a día
de hoy se debate si la revisión de actos administrativos debería substanciarse ante la
jurisdicción ordinaria o ante una jurisdicción especial.

Como se aprecia costaba distinguir entre decisiones políticas, actos administrativos o


entre responsabilidades políticas y responsabilidades civiles y penales.

- Las repercusiones en el ámbito del derecho civil fueron y son especialmente


relevantes. Los principios revolucionarios de libertad o igualdad ante la ley
influyeron en la paulatina supresión de las limitaciones por condición social,
sexo, filiación, se regulariza la capacidad jurídica y de obrar, y se flexibiliza la
capacidad procesal para ejercer acciones. La equiparación total no se produjo
hasta bien entrado el siglo XX.
- En el derecho de familia el ideario igualitario y liberal supuso la superación
de la posición patriarcal y la gradual equiparación jurídica entre hombres y
mujeres la ampliación del estatuto jurídico de los hijos y de las personas
sometidas a tutela. Se flexibilizaron los supuestos de divorcio frente al dogma
eclesiástico de la indisolubilidad del matrimonio.
- El derecho sucesorio también evolucionó durante el siglo XIX, libre
divisibilidad de la herencia libertad de testar y respeto por los derechos de los
descendientes en línea recta.
- La reforma del derecho inmobiliario supuso las medidas liberalizadoras de la
propiedad del suelo con la desaparición del régimen feuda, la abolición del
régimen señorial y de los mayorazgos, desamortizaciones desvinculaciones etc.
Desaparecen los antiguos vínculos de sujeción y servidumbre la adscripción
forzosa y hereditaria a los oficios a la tierra. La tierra pasa a ser un bien objeto
de comercio. Lo cual trae especulación y endeudamiento, el estado trató de
paliar la desigualdad con reformas agrarias concentraciones parcelarias o
expropiaciones de tierra.
Estas y otras reformas legislativas decimonónicas explican el surgimiento de nuevos
fenómenos, anarquismo, socialismo, etc.… En el campo de la teoría jurídica y política
se da el auge del positivismo, a principios del S. XX derivaciones totalitarias de algunos
positivismos (comunismo, nacional socialismo, fascismo) y posteriormente las
reacciones iusnaturalistas de postguerra suponen la creación de instituciones como la
“Sociedad de Naciones”, “ONU”, fruto de la discusión, reflexión y experiencia de las
corrientes doctrinales y los juristas del XIX.

96
II. LA CODIFICACIÓN DEL DERECHO PENAL

A) FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS DE LA CODIFICACIÓN PENAL


EN EUROPA

Los perfiles del derecho penal en el antiguo régimen por Tomás y valiente fueron falta
de imparcialidad del juez podía participar económicamente en el reparto de las penas
pecuniarias, no existía la presunción de inocencia, sistema probatorio orientado a
conseguir la condena del acusado, la tortura era medio de prueba y no de castigo. La
desigualdad ante la ley era evidente, el indulto mediante pago al estado favorecía la
impunidad de las clases pudientes. La inexistencia de un sistema de penas fijo dejaba a
los jueces un excesivo margen de aplicación de penas. Las penas se caracterizaban por
su crueldad y desproporción respecto del delito cometido. La aplicación de las penas
contemplaba la vivicombustión, lapidación, decapitación horca, aspamiento en rueda,
despeñamiento (Partidas 7,31,6)

Desde mediados del siglo XVIII Las propuestas de reforma legislativa inundaron
Europa (Beccaria, Filangieri, Brissot de Varbille, Pastoret, Marat, Lacretelle, Servan,
Feuerbach y en España Lardizabal)

Destaca Beccaria con “ Dei delitti e delle pene” 1764, traducido en 1774, difundido por
la autoridad civil, prohibido por la Inquisición. Revulsivo para el aparato y mentalidad
represora de las monarquías del S. XVIII. Tuvo gran acogida por los revolucionarios
franceses y juristas liberales, entre sus postulados:

 Necesidad de proporcionalidad entre el delito y la pena tomando como


medida el daño producido a la sociedad.
 Prohibición de las acusaciones secretas.
 Prescripción del tormento que solo servía para condenar al inocente débil y
absolver al culpable fuerte.
 Derecho a la justica rápida.
 Supresión de la trascendencia penal, por ejemplo, en la confiscación de
bienes del delincuente, como norma general, dejando arruinada a la familia.
 Aplicación selectiva de la pena de muerte.
 Sustitución de las penas arbitrarias por otras previamente establecidas para
cada delito en función del daño causado.
 Igualdad ante la ley penal.
 Benignidad y humanización en la aplicación de las penas.
Estas y otras ideas contribuyeron a reformar o suprimir el derecho penal del Antiguo
Régimen, la Ilustración, el liberalismo, y en el plano jurídico el racionalismo. La
revolución francesa materializó estos principios en el Código Penal de 1810, influyendo
a toda Europa:

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 Libertad, limitando arbitrariedad de los jueces, fortalecimiento de la seguridad
jurídica, no hay delito sin ley.
 Igualdad con la paulatina supresión de los privilegios penales de la nobleza y
ciertas jurisdicciones especiales.
 Fraternidad, conllevó la humanización y dignificación de las penas.
En España las reformas legislativas en materia penal arrancaron esencialmente de la
Constitución de 1812:

 Pena de horca abolida, (Decreto) en la jurisdicción militar se cambió por garrote


vil.
 Trascendencia penal prohibida por la Constitución.
 Suprimida la pena de azotes por ser contrario al pudor y dignidad de los
hombres.
 Prohibición de la tortura.
A pesar de los ejemplos de transformación del sistema de punitivo español los Códigos
Penales de 1848 y 1870 aplicaban la pena del talión, y admitían la trascendencia
económico-penal a los herederos.

B) LOS CÓDIGOS PENALES DE 1822, 1848 Y 1870

- Código Penal 1822: tiene su origen en la designación por las Cortes del trienio
Liberal (1820-1823) Martínez Marona, Flores Estrada y José María Calatrava,
principal artífice. Recoge legislación tradicional castellana cómo el Fuero Juzgo,
Partidas y Novísima Recopilación.
En los debates previos a su aprobación se invocaron tesis de Beccaria, Bentham,
Filangieri, Lardizabal. Criticado por su falta de sistemática, dureza de las penas
y farragosa redacción. Estuvo vigente solo unos meses solamente, tras la vuelta
al absolutismo y a la legislación penal del Antiguo Régimen.

- Código Penal 1848: a mediados de siglo se extiende por Europa las ideas de la
escuela clásica del derecho penal como lógico producto del liberalismo ius-
naturalista. Defensora del principio de legalidad y ultima ratio, se basaba en
principios expiatorios y retributivos., considera al hombre ser libre y responsable
de sus actos. La pena en esta escuela posee un componente moral retributivo. Se
crea la Sección Penal de la Comisión General de Codificación en 1843. La
redacción de los códigos pasa a ser realizada por técnicos en derecho y no por
políticos o diputados. Tiene influencia de Código Penal Frances 1810, Código
penal Nápoles 1819 y Código Penal Brasil 1830. Técnicamente muy superior al
Código de 1822, determinación matemática de las penas (división de la pena en
grados), apreciación de atenuantes, agravantes o eximentes (aritmética penal).
Fiel a la ideología de los conservadores en el poder, se caracterizó por el
excesivo rigor en las penas y la forma de ejecución de estas. La crisis
revolucionaria de 1848 llevo al Gobierno de Narváez a reformarlo. Se
aumentaron sobre todo la pena en los tipos penales de delitos políticos (atentado,

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desacato, desorden público) y en la consideración delictiva de algunos derechos
(prohibía libertad de imprenta, reunión, huelga, cultos) El mayor mérito fue
acabar con el arbitrio judicial al fijar a cada tipo penal una pena.

- Código Penal de 1870: el gobierno encargó a la Comisión General de


Codificación la armonización del Código Penal de 1848-1850, a los nuevos
principios políticos progresistas, especialmente en materia de derechos y
libertades políticas (libertad de imprenta, culto, asociación, huelga) se califica
como una edición revisada del Código penal de 1848, suprime los delitos contra
la religión y el orden público, de reducen los casos de aplicación de pena capital,
se suprimió pena de argolla Destaca su lenguaje claro, conciso y elegante.
Se afirma que uno de los principios inspiradores es el correccionalismo (una
finalidad de la pena pasa a ser la enmienda del reo)
Revisado en 1928 (dictadura de Primo de Rivera) introduce un mayor rigorismo
en las penas, aumento de lista de agravantes e incorporación de nuevos delitos
políticos. Derogado durante la II República mediante Código penal de 1932 ,
añade nuevos delitos (usura, daños en cosa propia de utilidad social) y suprime
(duelo, adulterio, amancebamiento) y suprime algunas penas (capital, pena
perpetua, degradación) en líneas generales una concepción humanitaria.
Inspirado en el de 1928, el Código Penal franquista de 1944 se basaba en los
principios del Movimiento Nacional, protección del Estado y Orden Público,
represión rigurosa de los delitos políticos, introducción de pena de muerte,
aumento de circunstancias agravantes. Talante patriarcal y paternalista,
minusvaloración de la mujer. Revisado en 1963 y 1973, derogación por el
vigente Código Penal de 1996.

III. LA CODIFICACIÓN DEL DERECHO MERCANTIL: LOS CÓDIGOS DE


COMERCIO DE 1829 Y 1865

Tradicionalmente el derecho mercantil era un derecho corporativo o estamental.


Paulatinamente se fue extendiendo a que era la naturaleza del acto y no la calidad de las
personas lo que se sometía a la jurisdicción especial mercantil. El Código de Comercio
de 1807 napoleónico fue el primer código mercantil europeo, consagro la concepción
objetiva del derecho mercantil, como la regulación de los actos de comercio.

Las Cortes de Cádiz acordaron una Comisión de diputados para redactar un Código
mercantil, derogando toda la labor liberal Fernando VII, aunque tanto liberales como
absolutistas estaban conformes con la necesidad de redactar un Código de Comercio.
Durante el trienio liberal (1820-1823) tampoco pudieron concluirse los trabajos por la
vuelta del absolutismo. Sin embargo, se realizó una importante labor de recopilación y
análisis del derecho mercantil, especialmente las Ordenanzas del Consulado de Bilbao,
las Ordenanzas mercantiles francesas y el Código de comercio francés de 1807.

99
En 1828 Fernando VII ordenó una comisión especialista en Derecho mercantil, de la
cual era secretario Pedro Sainz de Andino. En 1829 obtuvo la sanción regia. Los
principios del Código de 1829 eran:

 Concepción objetiva de los actos del comercio, sean o no realizados por


comerciantes.
 El derecho mercantil era concebido como una especialidad del derecho civil,
siendo este un derecho supletorio o general a falta de normal mercantil especial.
 Se mantiene la jurisdicción mercantil como jurisdicción especial o privilegiada
en primera instancia, pero en segunda o tercera instancia actuaría la jurisdicción
ordinaria.

Para la elaboración del Código de Comercio de 1829 se utilizó el material recopilado


por la Comisión de 1820 (Ordenanzas de Bilbao, Código francés etc.), siendo el código
muy valorado positivamente por la doctrina de la época, considerándolo técnicamente
perfecto. Pedro Sainz de Andino se encaró también de otros textos normativos,
“Reglamento del banco español de San Fernando”, La “Ley de bolsas” y la procesal
“Ley de enjuiciamiento sobre los negocios y las causas del comercio”, diseñando un
proceso breve y fluido.

Sin embargo, el desarrollo del tráfico mercantil demandaba solución a nuevas


situaciones o transformación de antiguas institucione, el Código Mercantil de 1829 se
estaba quedando desfasado. Se habían promulgado diversas leyes especiales en material
mercantil y era necesario unir y reintegrar un nuevo Código de Comercio más completo
y homogéneo.

El Código de comercio de 1885, mantiene los principios vertebradores del de 1829,


(los arriba nombrados) e incorporó instituciones mercantiles no contempladas en aquel,
Bolsas de Comercio, compañías de crédito, seguros de vida, cheques… Reinstauraba la
libertad de crear Bolsas de comercio, Lonjas, Alhóndigas y casas de contratación. No
alcanzó el rigor de sistemática, coherencia y claridad del primero, y dejo varios vacíos
normativos respecto a las sociedades anónimas. Quedaron excluidas las normas
procesales, por lo que había que acudir a otros textos mercantiles, incluido el Código de
Comercio de 1829 (ejemplo, para la quiebra)

IV. LA CODIFICACIÓN DEL DERECHO PROCESAL CIVIL Y PENAL

El derecho procesal histórico español se basaba fundamentalmente en el derecho


procesal romano-canónico, caracterizado por la primacía de la tramitación escrita sobre
la oral y por su complejo sistema de fases o etapas que dilataban en el tiempo su
tramitación.

100
La codificación del derecho procesal apenas consiguió resolver este y otros
problemas precisamente por la gran carga política de todo ordenamiento procesal.
El derecho procesal no era solo un conjunto de normas reguladoras de cuestiones
formales, sino fundamentalmente un código dirigido a proteger y a amparar los
derechos civiles y políticos mediante un sistema de garantías.

Al no llegar a un acuerdo por presiones desde diferentes ámbitos mismo el Ministro


decidió regular la materia mediante el Reglamento Provisional para la Administración
de Justicia de 1835, aunque tenía por objetivo la regulación de los órganos y
funcionarios de la administración de justicia, contenía algunas disposiciones sobre el
procedimiento civil tendentes a abreviar y reducir los asuntos litigiosos. Entre estas
medidas se encontraba la regulación de un nuevo juicio rápido (esencialmente oral,
excepto la demanda y su contestación) intermedio entre el verbal, más expeditivo, y el
declarativo ordinario, lento y complejo. Una ley de 10 de enero de 1838 consolidó este
procedimiento que se denominó juicio de menor cuantía.

En 1854 el Gobierno encargaba a la Comisión General de Codificación la elaboración


de un código de «Instrucción Civil». La Comisión concluyó en breve tiempo la Ley de
Enjuiciamiento Civil que, promulgada el 5 de octubre de 1855, entró en vigor el 1 de
enero de 1856. Sin embargo, la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1855 no solucionaba los
problemas esenciales; abreviar y simplificar los trámites procesales. Inmediatamente
surgió la necesidad de reformar la ley tributaria pero no será sino a partir de la Ley de
Bases de 1880 cuando se obtuvieron resultados.

La Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 fue el texto legal más extenso de España y
Europa, que lejos de ser una ventaja, demostró su incapacidad de sistemática y de
síntesis. El profesor Guasp la describió como una ley medieval.

Respecto a la codificación del derecho procesal penal, a pesar de que ya la Constitución


de 1812, ordenaba la redacción de un texto procesal penal que erradicara la ausencia de
garantías procesales del Antiguo Régimen (tortura, secreto de la acusación, indefensión
del reo, desproporción de la pena respecto al delito, etc.) y adoptara los principios
liberales en materia procesal criminal, lo cierto es que la primera Ley de
Enjuiciamiento criminal fue promulgada el 22 de diciembre de 1872 (fruto del
sexenio revolucionario). Hasta ese momento estuvo vigente en España el derecho
procesal absolutista con algunas mejoras introducidas por los liberales.

En efecto, el 22 de diciembre de 1872 fue promulgada la Ley de Enjuiciamiento


Criminal, con importantes novedades de corte liberal (por ejemplo, el jurado popular).

Posteriormente, el Gobierno de la Restauración borbónica, encomendó a la


Comisión General de Codificación la elaboración de una nueva Ley de Enjuiciamiento
Criminal acorde a la nueva ideología conservadora. Así, el 16 de octubre de 1879
quedaba aprobada la Compilación general sobre procedimiento criminal. Puede
decirse que fue mal recibida por la doctrina de modo que, fruto de esas críticas, se
promoverá una Ley de Bases que dio paso a la Ley de Enjuiciamiento Criminal de

101
1880, más coherente y clara que la anterior. Con todo, ha sido valorada positivamente al
regular con ciertas dosis de talante liberal la prisión provisional, la libertad provisional,
el régimen de fianzas y otras garantías procesales.

V. EL RETRASO DE LA CODIFICACIÓN DEL DERECHO CIVIL EN


ESPAÑA

A) PROYECTOS PREVIOS Y LEYES ESPECIALES

Mientras que el primer código europeo moderno fue el Código Civil francés de 1804, el
último de los códigos españoles en ser aprobado fue el Código Civil de 1889. Ello
supuso que durante la mayor parte del siglo XIX el derecho civil aplicable fue el
contenido en las Partidas, Ordenamiento de Alcalá, Leyes de Toro, disposiciones de la
Novísima Recopilación de 1805, etc.

La Constitución de Bayona establecía en su primera redacción que «el código de


Napoleón formará las leyes civiles de España». También el Consejo de Castilla opinaba
que no había inconveniente en introducir en España el Código Civil francés siempre que
se respetase el propio derecho histórico.

Las Cortes de Cádiz iniciaron una profunda reforma de la legislación civil


(incorporación de señoríos jurisdiccionales, contratos agrarios, cerramiento de fincas,
etc.) pero no tuvieron tiempo de elaborar ningún proyecto de Código Civil.

Las Cortes del trienio constitucional (1820-1823), aunque continuaron con la reforma
de la legislación civil (abolición de los mayorazgos, fideicomisos perpetuos, etc.)
también designaron una comisión de diputados para que elaborase un proyecto de
Código Civil (1821). Pero debido a su amplísimo plan o índice de materias apenas
alcanzó a concluir un reducido número de artículos debido a la vuelta al absolutismo.

El Proyecto de Código Civil García Goyena de 1851. Los trabajos de codificación del
derecho civil tuvieron un apreciable impulsó a raíz de la creación en 1843 de la
Comisión General de Codificación, formaban parte ilustres juristas como Bravo
Murillo, Luzuriaga, Sánchez Puig y García Goyena, utilizando trabajos anteriores,
concluyó un proyecto que fue enviado a diversos organismos e instituciones para que
emitieran su opinión. Las principales críticas partieron de la Iglesia y de las provincias
forales.

Las causas del rechazo de la Iglesia al citado proyecto se deben a que disponía que las
instituciones eclesiásticas no podían adquirir bienes muebles o inmuebles por vía
testamentaria salvo autorización expresa del Gobierno, lo que las privaba de una
considerable fuente de riqueza pero además, aunque no reconocía más matrimonio que

102
el canónico, sometía las causas de divorcio al exclusivo conocimiento de los tribunales
civiles, lo que fue visto cómo una injerencia intolerable del Estado en la jurisdicción
eclesiástica.

Por su parte, el rechazo de los foralistas se basaba en que el artículo 1992 del proyecto
de Código Civil de 1851 establecía que «quedan derogadas todos los fueros, leyes, usos
y costumbres anteriores a la promulgación de este Código, en todas las materias que son
objeto del mismo, y no tendrán fuerza de ley aunque no sean contrarias a las
disposiciones de este». Finalmente, la presión de la Iglesia y de los políticos
foralistas consiguió detener el proyecto.

Al no prosperar el citado proyecto de 1851, se decidió «codificar por partes»,


concretamente en aquellas materias menos polémicas. La oposición de las regiones
forales, en definitiva, obligó al Gobierno a desgajar del citado proyecto de Código Civil
aquellas materias que no suscitaban oposición para aprobarlas separadamente como
leyes especiales de aplicación general para todo el Estado.

Se promulgaron leyes varias:

 La Ley hipotecaria de 1861, primera de ellas precisamente porque venía a


proteger a los compradores de bienes desamortizados. Inspirada la ley en el
principio de publicidad y especialidad, regulaba la forma, efectos, derechos y
obligaciones de los contratos hipotecarios.

 La Ley del Notariado de 1862 fue un paso más hacia la unificación de la fe


pública extrajudicial creando el cuerpo de notarios o escribanos públicos.
Reguló la función notarial y dio paso a la creación de asociaciones corporativas
o Colegios de Notarios.

 La Ley de Aguas de 1866 fue considerada como una excelente ley por su
acabada técnica y amplitud de materias. Incluso comprendía la ordenación de las
aguas de mar (aunque dejó al margen los puertos). Actualizada en 1879, vigente
hasta 1985.

 La Ley de Registro Civil de 1870, con su Reglamento del mismo año, creó y
reguló los Registros civiles para inscribir todos los actos relativos al estado civil
de las personas. Los nacimientos, matrimonios y defunciones, que hasta ese
momento se registraban en los libros parroquiales, pasaron a ser objeto de
custodia y control por el Estado

 La Ley del matrimonio civil de 1870, obra de los progresistas del sexenio
revolucionario obligaba matrimonio civil fue, además, el exclusivo
conocimiento por parte de la jurisdicción ordinaria de los litigios. Fue derogada
en 1875 por el Gobierno de Cánovas.

103
El sistema de leyes especiales fue una maniobra táctica que venía bien a ambas
concepciones en liza. Para los partidarios de la codificación, las leyes especiales
preparaban el lento camino hacia la unificación jurídica Para los foralistas, se conseguía
retrasar la codificación de aquellas materias más conflictivas.

B) EL CÓDIGO CIVIL DE 1889

A partir de 1876, como el Gobierno de la Restauración borbónica necesitaba el apoyo


de la burguesía catalana y vasca para su proyecto de estabilidad política, intentó
articular un pacto foral que demostrara que Madrid respetaría los derechos forales en el
futuro Código Civil.

Plantearon la incorporación al Código Civil de unas Memorias que recopilarían las


peculiaridades de derecho civil de todos los territorios históricos. En esa dirección se
encaminó el Real Decreto de 2 de enero de 1880 de Álvarez Bugallal, dando entrada en
la sección civil de la Comisión General de Codificación a un representante por cada
uno de los territorios forales (Cataluña, País Vasco, Aragón, Baleares, Navarra y
Galicia) a fin de que elaborasen las respectivas Memorias forales.

Los conservadores de Cánovas, el Ministro de Justicia, Francisco Silvela, puso en


marcha en enero de 1885 un proyecto de Ley de Bases que establecía que los derechos
forales «seguirán por ahora» intentado contentar a todos. En tales Bases se establecía
que el Código Civil sería redactado por la Comisión General de Codificación partiendo
del proyecto de 1851, pero teniendo en cuenta que los derechos forales se recogerían en
Apéndices al Código Civil.

Promulgado el Código Civil en octubre de 1888, fue criticado en ambas cámaras debido
a los numerosos errores ocasionados por la precipitación con que fue redactado, lo que
obligó a promulgar una revisión el 24 de jallo de 1889. Aunque recoge lo esencial del
derecho histórico, acusa fuerte influencia francesa pues no en vano transcribe
literalmente más de 250 artículos del Código Civil francés. Individualista en lo
ideológico, también determinaba la indisolubilidad del matrimonio civil para los que
profesasen la religión católica y un modelo familiar fuertemente patriarcal.

En 1946 un Congreso nacional de juristas reunido en Zaragoza rechazó el sistema de


Apéndices por considerarlo menos valorativo del derecho foral, recomendando su
sustitución por compilaciones o códigos de derecho foral propio de cada territorio.

Esta propuesta fue aceptada por el Gobierno que dispuso, mediante Decreto de 23 de
mayo de 1943, la elaboración de Compilaciones como paso previo para redactar un
Código Civil general para toda España. Las compilaciones aprobadas oficialmente son
las siguientes: Vizcaya y Álava (1959), Cataluña (1960), Baleares (1961), Galicia
(1963), Aragón (1967) y Navarra (1973).

104
TEMA 13. IDEOLOGÍA LIBERAL Y CENTRALISMO.

I. LA ORGANIZACIÓN MINISTERIAL DURANTE EL XIX.

A) EVOLUCIÓN Y REFORMAS

La organización ministerial:

- Concepto: a partir del S. XIX, se denominan ministerios los grandes


departamentos de la Administración Central.

- Orígenes: Provienen de las Secretarías de Despacho.

- Función: Conjugan una función de especialización (diversifican la actividad


administrativa central) e integradora (constituyen un cauce para unificar la gran
variedad de órganos que se derivan de la división del trabajo.)

- Número: varía constantemente al igual que las funciones encomendadas a cada


uno. A medida que se intensifica el intervencionismo administrativo, aumentan
los departamentos ministeriales.

El Estatuto de Bayona estableció nueve ministros y un secretario de estado. La


constitución de 1812, siete secretarías de despacho, facultando a las Cortes para que
efectuaran variaciones. Fernando VII las redujo suprimiendo la de gobernación y en el
trienio se volvió a la estructura de 1812.

De 1823 a 1834 Fernando VII redujo las secretarías a cinco, creándose en 1832 el
Ministerio de Fomento para fortalecer la administración (luego llamado de interior y de
gobernación en 1834). En 1847 se creó el ministerio de comercio, instrucción y obras
públicas. Al terminar el XIX había siete ministerios: Estado, Gracia y Justicia, Guerra,
Marina, Hacienda, Gobernación y Fomento. En la dictadura de Primo de Rivera se crea
el Ministerio de Trabajo y Previsión Social como respuesta a la preocupación por las
relaciones laborales.

Los ministros se situaban justo bajo la autoridad del jefe de estado, obrando como
delegados directos del mismo. En épocas absolutistas su posición fue análoga a la de los
antiguos secretarios de despacho. En épocas constitucionales, fueron los auténticos
rectores de la vida nacional. Su nombramiento corresponde al Rey, pero en la práctica
dependían del parlamento: si éste les retiraba la confianza, debían dimitir.

La denominación de Ministros aparece en la Constitución de Bayona; la de Cádiz


vuelve a la de Secretarios de Despacho (usados indiferentemente); en la de 1837 y
siguientes se impone la definición de ministros: jefes de departamento, ejercían la
iniciativa y dirección de los servicios a ellos adscritos, y refrendaban con su firma las
disposiciones regias.

105
1.- El Estatuto de Bayona y la Administración de José Bonaparte

En 1809 José se dispuso a reglamentar la competencia de los ministerios que el Estatuto


de Bayona preveía. De acuerdo con el estatuto, el poder ejecutivo, que residía en el
monarca, era ejercido por medio nueve ministerios, junto a los que había una Secretaría
de Estado, con carácter de ministerio, que debía refrendar los decretos y leyes dados por
el Rey y así como los actos del gobierno. También debía convocar los Consejos de
Ministros y los Consejos de Administración en nombre del Rey. De carácter moderno,
esta administración estuvo influenciada por el modelo francés que sin embargo la guerra
impidió su desarrollo y aplicación.

El nuevo régimen político implantado por la Constitución de Cádiz vuelve a la


denominación de “Secretarías de Despacho” y supone una reorganización de las
mismas: eleva a siete las cinco secretarías existentes ( a las de Estado, Gracia y Justicia,
Hacienda, Guerra y Marina, se suman las de Gobernación de la península e islas
adyacentes y Gobernación del Reino para Ultramar.)

En realidad, las secretarías de Gobernación de la Península y la de Ultramar constituyen


una réplica al ministerio del Interior de la época Bonapartista.

Su duración y vigencia siguieron los avatares de la Constitución, aunque se repusieron


en el trienio liberal, habría que esperar a la muerte de Fernando VII para consolidar una
nueva organización.

2.- Reformas (1830 - 1863) y reajustes durante la Restauración Alfonsina

Muerto Fernando VII, bajo la regencia de María Cristina y con Cea Bermúdez al frente
del gabinete, se nombra ministro de Fomento a Javier de Burgos, que establece la
división territorial de España en 49 provincias. La división provincial de Burgos no es
solo administrativa, además afectará al orden militar, la hacienda y al judicial. Era una
forma de cumplir el mandato constitucional de 1812 de se propugnaba una división en
provincias. El decreto se completa con diversas “Instrucciones” que desarrrollan
modificaciones que afectan a subdelegados del gobierno central, la labor policial, al
orden público y demarcaciones locales y judiciales etc...

La inestabilidad política provoca la dimisión de Burgos cuando es nombrado Martinez


de la Rosa ministro de Estado y se inicia la redacción del Estatuto Real. La llegada de
los moderados al poder determina la reorganización de los Ministerios, que quedan
divididos en Subsecretarías para decargar a los ministros de asuntos menores o de
trámite y estas a su vez en Direcciones Generales. Se crea la Secretaría de Estado y del
Despacho de Comercio, Instrucción y Obras Públicas.

El gobierno de Bravo Murillo en 1851 dispuso que la recién creada Secretaría de


Despacho de Comercio, Instrucción y Obras Públicas pasara a denominarse Ministerio
de Fomento pasando los asuntos referentes a instrucción pública al Ministerio de Gracia
y Justicia. El Ministerio de Fomento incluía muchas competencias en estadística, pesos
y medidas, obras públicas, agricultura y ganadería, comercio, industria, minas, etc...
Al mismo tiempo, los asuntos de las colonias de Ultramar se despacharían por la
Presidencia del Consejo de Ministros (excepto temas de hacienda y marina y guerra.)

106
En 1863 se crea un Ministerio de Ultramar, que en cuatro secciones atendía la totalidad
de asuntos de las colonias. Hubo modificaciones posteriores por las necesidades de los
territorios pero el desastre del 1898 y la pérdida de las últimas colonias hizo que
desapareciera por decreto en 1989.

Sagasta, después de ganar las elecciones en 1886, hizo desaparecer el Ministerio de


Fomento, creando el de Ministerio de Obras Públicas. La falta de presupuesto hizo que
la reforma no se pusiera en marcha hasta 1900 quedando el gobierno conformado por
los Ministerios de Gracia y Justicia, Hacienda, Guerra, Marina, Gobernación,
Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas. Con Primo de Rivera, se crea el de
Abastecimientos y el de Trabajo.

II. EL CONSEJO DE MINISTROS:

A) CREACIÓN Y ANTECEDENTES (EXAMEN)

El Consejo de Ministros es el órgano colegiado más importante de la administración


activa. Sus orígenes son de finales del S. XVIII en Europa en un proceso de
despersonalización del poder, que abre las puertas al llamado “Estado Moderno.” El rey
deja de decidir por sí solo, si no que necesitará de la colaboración y asesoría de un
consejo que desplaza la multiforme variedad polisinodal del Absolutismo.

En España, su origen data del Consejo de Gabinete instituido por Felipe V con sus
Secretarios de Despacho y la Junta Suprema de Estado creada por Carlos III en 1787.
Empezaron siendo reuniones de personas de confianza del rey para evitar la dispersión
de los asuntos.

El Decreto de Regencia de 1813, ya aludía a la Junta de Ministros, pero su origen


propiamente dicho fue la Junta de Ministros constituida en 1823 por Fernando VII,
formada por los cinco secretarios de estado y del despacho (estado, gracia y justicia,
guerra, marina y hacienda), como órgano asesor. El triunfo del régimen constitucional
motivó un ejercicio del poder más despersonalizado.

Sus competencias fueron menores que las de su homónimo francés: reunidos, los
ministros resolvían las cuestiones de interés general y de coordinación entre
departamentos ministeriales. El Consejo fue originariamente presidido por el Primer
Secretario de Estado y de Despacho. Los consejos de ministros no están regulados por
las constituciones políticas del XIX: su primera regulación como órgano político data de
una ley de 1838. También se denominaban Consejo de Gabinete.

107
B) LA PRESIDENCIA DEL CONSEJO:

En los textos constitucionales decimonónicos no se instituye la presidencia como tal. En


la de Cádiz el presidente sería el Secretario de Despacho de Estado posteriormente sería
el de Justicia el que utilizara el título de Presidente del Consejo.
La presidencia comienza a regularse en el Estatuto Real nombrándose de nuevo al
Secretario de Despacho del Estado que empieza a separar sus funciones de las del rey.
A partir de 1873 la Presidencia es ya el órgano rector de la acción administrativa y así
continúa tras la restauración borbónica.

III. DERRUMBE DEFINITIVO DE LOS ANTIGUOS CONSEJOS


(EXAMEN)

La Administración central consultiva está principalmente representada, a partir de la


instauración del régimen constitucional, por el Consejo de Estado, para preparar las
leyes y volaborar en la actividad legislativa. La característica era su flexibilidad de
organización y procedimiento no estando sujeto a reglamentación detallada.

Como se vio, entre los diversos Consejos destacaba en Consejo de Estado como
órgano que venía a asumir la asesoría en cuestiones que afectasen a la totalidad del
Reino.

Esto motivó que Carlos I en 1526 lo creara ante la necesidad de tratar asuntos de
política internacional. El propio monarca era su presidente y eran miembros autoridades
influyentes. Su competencia se extendía a problemas de índole internacional y
cuestiones referentes a la Monarquía: paces, alianzas, relaciones, convenios… Su
característica principal era la flexibilidad de su organización y procedimiento, a
expensas del Monarca (algunos autores refieren que carecían de autoridad y estaban
supeditados al Rey)

Con los Borbones perdió influencia, Felipe V lo redujo en miembros. Fue sustituido en
1787 por una Junta Suprema de Estado para volver a ser instaurado por Carlos IV.

Las reformas (Bayona y Cádiz) erigieron al Consejo de estado como Consejo único,
dándole carácter de alto cuerpo consultivo, llegando así hasta nuestros días. En las
Constituciones Políticas se estructuró el Consejo de Estado como Consejo único,
atribuyéndose competencias de los restantes Consejos. Se le asignó un papel similar al
Senado, que modera la influencia de los Ministros. Las Cortes de Cádiz crean en 1812
un Consejo de Estado que constaba de 40 individuos cuyo dictamen había de ser oído
por el Rey en asuntos graves: declaraciones de guerra, firma de tratados, dar y negar
sanción a las leyes...) Con la vuelta del absolutismo, quedó sin efecto. En cuanto a sus
componentes, la Constitución de Cádiz dispone que sean 40 miembros exlucidos
extranjeros dispuestos: 4 eclesiasticos (2 de ellos obispos), 4 grandes de España, 32
elegidos por el Rey a propuesta de las Cortes entre personas de la Administración o el
Gobierno (12 al menos nacidos en provincias de Ultramar) Eran inamovibles y
retribuidos, prestaban juramento previo.

108
En 1834 se promulgaron seis decretos dejando en suspenso el Consejo de Estado
durante la minoría de edad de Isabel II, siendo sus competencias asumidas por el
Consejo de Gobierno. Se extinguen así los Consejos de Castila e Indias y crean el
Tribunal Supremo de España e Indias. Además, se funda un organismo nuevo, el
Consejo Real de España e Indias en 1834. Se suprime en 1836, de modo que en la
Constitución de 1837 no se previó ningún cuerpo consultivo.

Una ley de 1845 organizó un nuevo Consejo Real presidido por el Presidente del
Consejo de Ministros, formado por éstos y por consejeros, y con competencias no sólo
consultivas, sino también judiciales. A partir de 1858 pasó por periodo de apogeo por su
intervención decisiva en lo contencioso-administrativo y se le atribuyó preparación de
proyectos de Ley, intervención en tratados internacionales, definición de potestades…

Por Ley, en 1860 se define como Órgano Consultivo de Gobierno. Esta variante del
Consejo de Estado quedó organizada en 1860 como el cuerpo consultivo supremo del
Gobierno y la Administración, con facultades para asuntos de gobernación, contencioso-
administrativo.
Desde 1868 fue objeto de reformas y en 1888 se le suprimieron las facultades
contencioso-administrativas al crearse el Tribunal de lo Contencioso.

Sería en 1904 cuando se organizó el Consejo de Estado como órgano de carácter técnico
e independiente, con un número permanente de consejeros.

109
TEMA 14. VERTEBRACIÓN Y GESTIÓN DEL TERRITORIO

I. LA ADMINISTRACIÓN TERRITORIAL

A) LA DIVISIÓN PROVINCIAL

1.- Del plan Prefectual de José Bonaparte a la división de Javier Burgos

Al comenzar el siglo XIX la necesidad de superar las estructuras territoriales del


Antiguo Régimen se hacía cada vez más evidente. El racionalismo propugnaba la
creación de un modelo territorial nuevo fundamentado en los principios de uniformidad
y centralización. Ambos bandos presentaron sendos planes: afrancesado y
constitucionalista:

- El gobierno de José I intentó una distribución territorial de España más o menos


uniforme, según el modelo francés, dividiendo el territorio nacional en 38
prefecturas que debían regir la vida política, judicial y administrativa de sus
habitantes, así como servicios educativos y religiosos.

- De la misma manera, la Constitución de Cádiz se hizo eco de esta necesidad y


estableció una división del territorio español por ley constitucional. Proponía la
creación de 44 gobernaciones divididas en: provincias de primer orden, de
segundo orden (o gobernaciones) y partidos o gobernaciones subalternas;
ordenadas según criterio demográfico.

2.- La división de Javier Burgos (EXAMEN)

Cuando en 1832 se crea el Ministerio de Fomento, su primer titular, Javier de Burgos,


acometió la reforma provincial más importante del XIX, dividiendo España en 49
provincias (que básicamente se corresponden con las actuales), concebidas como una
división artificial que no se acomodaba a criterios históricos ni a una división
homogénea y racional.

La provincia se convertía en el elemento central de la vertebración territorial, marco de


referencia de divisiones militares, discales, judiciales… La reforma de 1834 situó por
debajo de la provincia a los partidos judiciales en los que radicaban los juzgados de
primera instancia e instrucción y que se utilizaron en adelante como distritos electorales
y fiscales.

Durante el resto del siglo XIXI se sucedieron los proyectos de cambio: Fermín
Caballero en 1847 y siete años después durante el Bienio Progresista, Manuel Durán en
1866. Durante la Restauración se multiplicaron los proyectos regionalizadores, pero
solo salió adelante el de 1913, que permitió la creación de mancomunidades
provinciales.

110
B) LOS ÓRGANOS: GOBIERNOS CIVILES Y DIPUTACIONES:

La Constitución de Cádiz, establecía un Jefe político superior (posteriormente


Gobernador civil) en cada provincia nombrado por el rey cuya función principal era la
de ser un eficaz agente de la centralización y al que le correspondía la dirección política
y administrativa de la provincia, orden público y ejercían como alcalde sin voto en la
capital de provincia. A su lado se situaba la Diputación (presidida por el Jefe político),
como órgano de apoyo al jefe político y promoción de la provincia, con variadas
competencias económicas: inversiones, reparto contribuciones, gestión económica de
los aytos, promover la educación, censo, beneficencia y favorecer el desarrollo de la
agricultura, industria y comercio.

Con la reforma de Javier de Burgos, las provincias quedaron al cargo del Subdelegado
Principal de Fomento, que era un mero enlace.

En 1845 reducía sus funciones y la dejaba como control de Ayuntamientos. Parte de


estas competencias pasaron a los Consejos provinciales creados por una ley,
dependientes del poder central.

La Revolución de 1868 trajo una mayor descentralización territorial, dictándose leyes


encaminadas de dotar de mayor autonomía y poder a ayuntamientos y diputaciones,
desvinculados del poder central y separando la figura del gobernador que ya no ejercía
como presidente.

Con la Restauración, se reforzaron los poderes del gobernador civil, que paso a presidir
con voz y voto la Diputación y la Comisión provincial bajo las órdenes del gobierno.
Con el tiempo, fue perdiendo atribuciones quedando al final como un mero
representante en actos públicos.

II. LA ADMINISTRACIÓN LOCAL

A) DE LAS REFORMAS DE JOSE BONAPARTE AL SISTEMA


MUNICIPAL DE CÁDIZ (EXAMEN)

Otro de los ámbitos hasta donde se extendió el reformismo bonapartista fue el gobierno
municipal con decretos destinados a dar vida a la administración local a través de las
juntas municipales.

Con la llegada del régimen constitucional el modelo de administración local sufre una
transformación absoluta y se uniformiza en todo el territorio español, quedando
integrados como subordinados dentro de la provincia.

El corregidor como base de actuación gubernativa desaparece, apareciendo en


sustitución el Ayuntamiento (localidades mayores mil habitantes) como órgano de
gobierno municipal. A su cabeza el alcalde y junto a este, regidores y procurador
síndico. Los cargos eran gratuitos y renovables anualmente (requisitos cualquier vecino
>25 años y 5 residencia)

111
B) CONSOLIDACIÓN DEL MUNICIPIO CONSTITUCIONAL

Durante el reinado de Fernando VII el modelo constitucional permaneció arrinconado y


solo durante el Trienio Liberal se restableció brevemente. A la muerte del rey el sistema
se implantó definitivamente.

La Ley de Organización y Atribución de los Ayuntamientos de 1845 establecía que los


concejales eran elegidos por sufragio censitario y de entre ellos las autoridades
nombraban al alcalde y tenientes de alcalde. Con la Ley de 1870 los concejales se
elegían mediante sufragio universal.

Durante la Restauración se reformó la ley anterior, el Rey tenía la potestad de elegir a


los alcaldes en las capitales de provincia entre los concejales electos, en Madrid era
totalmente discrecional. Se aseguraba la preeminencia del Gobernador Civil como
control.

Durante las décadas siguientes se sucedieron proyectos reformadores pero este modelo
de régimen local estuvo en funcionamiento hasta el Estatuto Municipal de 1924 de
Calvo Sotelo.

112
TEMA 15. JUSTICIA, IGLESIA Y HACIENDA
CONTEMPORÁNEAS

I. LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA

A) LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRIBUNALES

Desde el Estatuto de Bayona se distinguió que el orden judicial era independiente del
legislativo y del ejecutivo. Las constituciones posteriores aunque no hacen declaración
expresa de esa independencia, la dejan por sentado.

La justicia, aunque emanaba del rey, no era un órgano del mismo; se administraba en su
nombre pero el monarca no es su administrador.

Las reformas que se introducen en la Constitución de Cádiz (1812) pueden calificarse


como efímeras. Una de las reformas propuestas en el texto fue la unidad de fueros, se
pretendía poner fin a la multiplicidad de fueros especiales y privilegios que venían del
Antiguo Régimen. Además, se abolieron los señoríos jurisdiccionales, lo que implicaba
una reforma de los Tribunales.

Se propone crear Audiencias, que conocían las sentencias dictadas por los jueces de
partido. Como institución encargada de velar por la Administración de Justicia se
encontraba un Tribunal Supremo, era el encargado de exigir responsabilidad a jueves y
altos cargos de la administración.

Se regula la organización judicial en lo civil y lo criminal: se establecieron los juzgados


de primera instancia en lo civil y lo penal, las audiencias (Madrid, Valladolid,
Pamplona, Granada y Ultramar: conocían en apelación en segunda y primera instancia
de las sentencias dictadas por los jueces de partido) y en la cúspide se situó un Tribunal
Supremo que exigía responsabilidad a jueces y altos cargos. Esta organización demostró
su eficacia a partir de la división provincial de de Burgos, después de que desapareciera
el régimen absolutista de Fernando VII.

La organización provincial de 1833 no era suficiente para llevar a cabo la


reorganización judicial. El gobierno de Martínez de la Rosa (1834) establece que todos
los tribunales superiores de las provincias se llamarían Reales Audiencias, (salvo el
Consejo Real de Navarra y las Audiencias de Canarias y Mallorca,) al tiempo que las
provincias quedan subdivididas en partidos judiciales. Se suprimen los consejos. La
reforma de la Administración de justicia se plasma en diversas disposiciones que
incluyen un reglamento donde se reconocen una serie de garantías procesales junto con
normas de derecho procesal penal y una serie de disposiciones sobre los jueces.

113
La más importante es el Real Decreto de 1835 que establece que la Justicia se impartirá
a través de:

 Juzgados municipales y de primera instancia: en los pueblos, los alcaldes o


tenientes alcaldes harán el oficio de jueces de paz o conciliadores, tendrán
competencias en causas civiles por injuria, y negocios inferiores a 200 reales, así
como cuestiones penales livianas. En 1855 se traspasan las mismas
competencias a los recién creados jueces de paz.
 Audiencias territoriales: Son los tribunales superiores de cada territorio para
cuestiones de la jurisdicción común ordinaria y abarcarán también la jurisdicción
especial. Las de las provincias más importantes se dividieron en dos salas de lo
civil y una de lo penal. El resto, en una sala de lo civil y otra de lo penal.

 Audiencias: Revisaron en segunda y tercera instancia las sentencias dictadas por


jueces inferiores. Conocieron los recursos de nulidad y las causas de suspensión
y separación de cargos de los jueces inferiores, así como los conflictos entre
jueces inferiores. Velarán por la buena Administración de la Justicia.

 Tribunal Supremo de España e Indias: Suprimido (1834) el Consejo de


Castilla, el Tribunal Supremo asumió sus competencias judiciales, formado por
un presidente, quince ministros y tres fiscales, distribuidos en dos salas para la
península y las islas y una tercera para las provincias de ultramar.

B) LA LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL DE 1870

En 1868, un jurista de prestigio, Joaquín de Roncali es nombrado ministro de Gracia y


Justicia, y se le encarga un proyecto de Ley Orgánica de Tribunales. Tal proyecto fue
sancionado como ley en 1868, de acuerdo a las bases contenidas en la propia ley, se
comisionaba al gobierno para formar una ley, completa y definitiva de la organización
judicial y las competencias de los tribunales. El proyecto fue elaborado por la Comisión
de Codificación. Los retrasos debidos a la Revolución de 1868 hicieron que fuera
Montero Ríos quien en 1870 presentara un proyecto finalmente aprobado como Ley
Orgánica del Poder Judicial. La ley dividía el territorio nacional en distritos y éstos a su
vez en partidos judiciales que se subdividen en circunscripciones fraccionadas en
términos municipales. En cada término municipal habría uno o varios jueces
municipales y en cada circunscripción un juez de instrucción. En cada partido, un
tribunal de partido (formados por tres jueces, uno de los cuales era presidente), y en
cada distrito una Audiencia (formadas por salas de lo civil o lo penal). Sobre ellos se
situaba el Tribunal Supremo, compuesto por cuatro salas de justicia para lo civil y lo
penal y una sala de Gobierno que velará por la recta administración de justicia, proponer
al gobierno las reformas que estime oportunas y resolver los conflictos que surjan en las
salas del tribunal.

114
C) LA LEY DEL JURADO

El primer antecedente fue el Estatuto de Bayona, establecía que el procedimiento penal


sería público y que en las primeras Cortes que se reunieran se debatiría si se establecía o
no el juicio por jurado. En el trienio liberal se estableció por primera vez el jurado,
limitado a los delitos contra la ley de imprenta. Se discute la posibilidad de establecerlo
en determinados delitos penales pero sin llegar a concretarse. Fue la Constitución liberal
de 1869 que recoge de nuevo el juicio por Jurado para los delitos políticos y comunes
que determinara la ley, comenzando a funcionar en 1873. El Jurado estaba compuestos
por 12 miembros y tres magistrados que se encargarán de la calificación jurídica de los
hechos juzgados: dictarán sentencia e imponer la pena apreciando los agravantes y los
atenuantes así como los grados de delito. Formar parte del Jurado era obligatorio y
gratuito, pero era una institución cara para la que no había voluntad política ni respaldo
de una población analfabeta.

II. LA IGLESIA Y EL ESTADO LIBERAL

La Iglesia intentó conservar el poder que ostentaba con el Antiguo Régimen. Incluso en
el Estatuto de Bayona, con la llegada de Napoleón se establece que la religión católica
era la del Rey y de la nación, no se permite ninguna otra.

También lo reconoció así la constitución de 1812, obispos y arzobispos formarían parte


de las Cortes, pero la Iglesia se convirtió en un enemigo de los liberales por defender el
absolutismo. Así, durante el trienio se suprimieron la Compañía de Jesús y se
disolvieron las órdenes monacales, reformándose las mendicantes. En 1820 se
declararon incorporados al Estado los bienes de las Comunidades religiosas no
suprimidas que excedieran de las rentas precisas para la subsistencia. Igualmente se
suprimen todos los conventos situados en poblaciones de menos de 450 habitantes (dos
tercios del total). A ello se añadió la suspensión del diezmo y la desamortización. Ante
ello reaccionó la Iglesia apoyando el Manifiesto de los Persas de 1814 y solicitando a
Fernando VII la supresión de los efectos de la Constitución de 1812.

José Bonaparte hace el primer intento formal de suprimir la Inquisición, pero la


inestabilidad del periodo lo impide. El tema se plantea también en las Cortes de Cádiz,
pues entendían que era contraria a la constitución, que no era esencial a la vida de la
Iglesia, y que las materias de fe y moral debían ser juzgadas por los obispos. Se
argumentaron varias razones:

1. No era una institución esencial a la vida de la Iglesia, sino algo accesorio


surgido en fechas tardías.
2. El juicio sobre las materias de fe y moral correspondía a los obispos.
3. La Inquisición, tal como existía de hecho, era contraria a la Constitución.

115
Se aprobó un Decreto en 1813 aboliéndola. Aunque en 1814, fue restaurada por
Fernando VII, nuevamente suprimida en el trienio, nuevamente restaurada, y suprimida
definitivamente en la Regencia de Mª Cristina en 1834. Su supresión, en época tan
tardía no provocó graves enfrentamientos pues en aquellas fechas ya parecía a la
mayoría una institución anacrónica y obsoleta.

A la muerte de Fernando VII la reina regente busca el apoyo de los liberales para
conservar el trono de su hija Isabel; los conservadores y partidarios del Antiguo
Régimen defendían la opción dinástica de Don Carlos. Los liberales culminaron su
enfrentamiento con la Iglesia con la Desamortización de Mendizábal, que llevó a la
ruptura de relaciones por parte de Gregorio XVI con el gobierno español. La llegada de
los conservadores de Narváez supuso una política de acercamiento a la Santa Sede que
se pone de manifiesto en la Constitución de 1845 que reconoce la religión católica como
la única de la Nación y llama a los obispos a formar parte del senado. Todo ello se
plasma en el Concordato de 1851 firmado por Bravo Murillo y el nuncio en España de
Pio IX, los puntos más importantes son:

 Se reconocía la religión católica como la única, excluyéndose cualquier otra.


 Los miembros de la Iglesia sólo se someterían al derecho canónico.
 La enseñanza se haría de acuerdo con los principios de la religión católica.
 La Iglesia tiene derecho a supervisar todos los centros de enseñanza, públicos y
privados.
 El Estado asume el mantenimiento del culto y sus ministros.
 Se podrían crear nuevas casa religiosas en España.
 Los bienes desamortizados y no vendidos se restituirían a la Iglesia.
 La Iglesia podrá adquirir todo tipo de bienes por cualquier medio.

Para muchos fue más un Concordato o acuerdo de tipo económico, que vino a
estabilizar las relaciones Iglesia-Estado, toras desde el Estatuto Real y los momentos de
exaltación liberal a la muerte de Fernando VII.

En el sexenio revolucionario, en medio de un ambiente anticlerical, Serrano dictó una


serie de medidas que violaban el Concordato vigente, suprimiendo monasterios, casas
religiosas, enseñanza religiosa..., y se reconoció por la Constitución de 1869 la libertad
de culto, aprobándose en 1870 una ley de matrimonio civil. Con la llegada de la
restauración, las ideas conservadoras de Cánovas quedan plasmadas en la constitución
de 1876. De nuevo se consagra la religión católica como oficial, recuperando vigencia
el Concordato de 1851.

A la muerte de Alfonso XII, iniciados los movimientos obreros y sindicales, se resucita


el anticlericalismo alentado por intelectuales como Galdós o Larra, anticlericalismo que
perduró hasta culminar en la Constitución de 1931 que estableció la no-confesionalidad
del Estado.

En el régimen de Franco se firmará un nuevo concordato en 1953 con Pío XII que será
vigente hasta la constitución de 1978

116
III. LAS REFORMAS TRIBUTARIAS DE 1845 Y LOS REAJUSTES
POSTERIORES DE MON A VILLAVERDE

La reforma tributaria de 1845 es considerada como el auténtico cambio en el ámbito de


la Hacienda en España. Con anterioridad se habían intentado diversas medidas pero al
igual que los intentos de reformas tributarias, no prosperaron en consecuencia de la
inestabilidad política.

En 1844, Narváez es designado presidente del Gobierno, iniciando un período de


modificaciones legislativas en materia tributaria.

 La reforma Tributaria de 1845: En 1844 fue designado ministro de Hacienda


Alejandro Mon. Se dedica a elaborar una reforma con una comisión que había
creado su antecesor. Se estableció una contribución de repartimiento sobre el
producto líquido de los bienes inmuebles y de cultivo y de ganadería. Las
características más importantes del modelo Mon fueron:
o Impuestos Directos:
 Impuesto de Contribución de Inmuebles, Cultivo y
Ganadería: Basado en el reparto de la riqueza, rústica, pecuaria e
inmobiliaria.
 Subsidio Industrial y de Comercio: No fue bien recibido pues
nunca la industria y el comercio habían sido objeto de impuesto.
Se establecía una base de tributación fija y otra variable.
 Contribución sobre Inquilinatos: Los propietarios pagaran
dicho impuesto en función de una tarifa que podrían repercutir a
los inquilinos.
 Derecho de Hipotecas: Su intención era conocer el sistema de
cambios de propietarios y los dominios de los contribuyentes.
o Impuestos Indirectos:
 Impuestos de Consumo de especies determinadas: Recaía
sobre vinos, licores, aceite, carne, cerveza, etc., dejando fuera
hortalizas, pan y legumbres.
 Sello.
 Aduanas.
Pese a las numerosas críticas que sufrió este nuevo sistema tributario, está
considerado como el principio de un Régimen Fiscal moderno y con un ánimo
de suprimir privilegios y unidad territorial y sistematizar los supuestos
impositivos.
En 1867 se aprobó un nuevo impuesto de un 5% que debería cobrarse sobre todo
tipo de renta, sueldo o asignaciones.
En plena etapa del sexenio revolucionario en 1868, se rebajaron los impuestos e
incluso se suprimieron impuestos como el del consumo. Posteriormente,
Echegaray en 1872 implantó el impuesto de Derechos reales y transmisión de
bienes que fue establecido con un 3% tanto si eran bienes muebles, o inmuebles.
Alfonso XII, restableció el impuesto al consumo y un aumento en impuestos ya
existentes.

117
 La reforma de Raimundo Fernández Villaverde: Villaverde en 1900 puso en
marcha una nueva reforma tributaria para obtener ingresos con un nuevo
impuesto de Timbre y aranceles notariales junto con el de Derechos Reales.
Desgravaba los actos contractuales y las adquisiciones lucrativas de pequeños
capitales para intentar reactivar la economía e igualmente dejo exentas las
transmisiones hereditarias entre ascendientes, descendientes y cónyuges que no
superaran las mil pesetas.
Diez años más tarde el impuesto de transmisiones sufrió una nueva modificación
suprimiendo las exenciones de las sucesiones directas y aumentó las tarifas
progresivas del impuesto. A estos impuestos directos debemos sumarle los
indirectos: Renta de Aduanas, sobre consumos, el impuesto sobre el transporte
de viajeros y mercancías y los primeros impuestos sobre petróleo, gas y
electricidad.

118
TEMA 16. EL SIGLO XX: LA DICTADURA DE PRIMO DE
RIVERA Y LA II REPUBLICA

I. LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN Y LA DICTADURA DE PRIMO


DE RIVERA

A) EL GOLPE DE ESTADO DE PRIMO DE RIVERA: DIRECTORIO


MILITAR. MINISTERIO ÚNICO Y DIRECTORIO CIVIL

La época de la restauración implica estabilidad para Europa. En España se restauraron


los derechos de la burguesía conservadora y los principios del constitucionalismo
doctrinario.Cataluña y el País Vasco se transformaron hacia una sociedad industrial, no
así en el resto de España. Durante el reinado de Alfonso XIII el sistema político tiene un
claro predominio del partido conservador. Los días anteriores a la muerte del rey y los
hombres importantes de la restauración estaban decididos a que la muerte de éste no
trastocar a los logros hasta entonces conseguidos. En el pacto de El Pardo, Cánovas
estimó necesario ceder su gobierno a los liberales de Sagasta, que gobernó durante 15
años bajo la regencia de María Cristina.

En esta época la legislación favoreció que España lograse un nivel semejante al de otros
países europeos.

Dicho pacto no dotaba a España de mecanismos de reacción frente a la cuestión social o


cuestiones separatistas, Durante la regencia de María Cristina se trata de corregir el
doctrinarismo inicial aunque no se logra profundizar lo suficiente en los cambios
necesarios, uno de los cuales era la revisión de la Constitución de 1876.

La torpeza política unida a la cuestión de Marruecos, o el creciente deterioro del orden


público en Barcelona provocó finalmente la Dictadura de Primo de Rivera y, de manera
inevitable, la caída de la monarquía de Alfonso XIII.

Tras la muerte de Alfonso XII no se procedió a proclamar reina a la infanta María


Mercedes como correspondía sino que se prefirió diferir la sucesión de la corona hasta
que se produjera el nacimiento del ansiado varón Alfonso XIII, quien comenzó su
reinado en 1902 a los 16 años de edad, erigiéndose jefe del ejército e interviniendo en el
gobierno de la nación, favorecido por la muerte de Sagasta.

Tras el fallecimiento de Sagasta los liberales encontraron nuevos líderes en Moret y


Canalejas mientras que los conservadores se agruparon frente a la figura de Maura.
Otras formaciones políticas como los republicanos fueron liderados por A.Lerroux y los
socialistas por Pablo Iglesias y La Fargue.

El reinado de Alfonso XIII el gasto del régimen hasta su agotamiento. A partir de 1917
el régimen se encuentra en crisis permanente. La inestabilidad política creció de forma

119
imparable. Maura y Canalejas trataron de introducir reformas para acabar con el
caciquismo y reformar la administración, aunque no lograron sus propósitos.

La desintegración del régimen se observa en acontecimientos como la Semana Trágica


de Barcelona, el Desastre de Anual, y los asesinatos de Eduardo Dato y Canalejas.

En 1923 Primo de Rivera se reúne en Barcelona con altos cargos del Ejército, reunión
en la cual se acordó un golpe de estado bajo su liderazgo. En septiembre de 1923 Primo
de Rivera dio un golpe de Estado comunicando al rey su absoluta lealtad; además
publicó en la prensa que iniciaba la formación de un Directorio Inspector Militar que
asumiría el poder.

Primo de rivera amenazó al rey con que de no aceptar el golpe de Estado esa revolución
tendría un carácter sangriento. El rey convocó a su gobierno, el cual no pudo garantizar
la desarticulación del golpe ni el restablecimiento del orden público. Finalmente,
tratando de evitar una guerra civil, el rey aceptó que, tras el cese del Gobierno, tomara
el mando de la nación.

El general Primo de Rivera suspendió las Cortes y formó un Directorio Militar,


presidido por él mismo e integrado por 8 generales y 1 almirante, que sustituiría al
Gobierno. Mediante decreto, Primo de Rivera recibió la condición de Ministro único y
la misión de gobernar el Estado. Creó el partido unión patriótica, cuyo jefe nacional era
el propio dictador.

Los logros en materia de orden público y la paz en Marruecos crearon una imagen
favorable para la dictadura en los dos primeros años.

Es a partir de 1925 cuando es más difícil mantener el carácter provisional del régimen.
El Directorio Militar fue sustituido por un Directorio Civil, cuyos propósitos eran la
vuelta a la normalidad y una prueba del régimen formado por políticos civiles. Además,
en 1927 se creaba la Asamblea Nacional consultiva como órgano colaborador del
Gobierno, integrada por representantes del partido, así como personalidades de la
cultura y el comercio.

B) EL PROYECTO CONSTITUCIONAL DE 1929

La Asamblea Nacional Consultiva y recibió el mandato de elaborar un anteproyecto de


Constitución y cinco leyes orgánicas que revistieran el ropaje jurídico adecuado.

Dicho proyecto constitucional atribuía la soberanía al Estado.En cuanto a los derechos y


libertades, recogía un amplio elenco muy similar a la Constitución de 1876. Dicho texto
incorporaba el sufragio universal masculino y femenino. Además incorporaba garantías
para la tutela de los derechos y libertades, y se proclama la diferenciación y
coordinación de poderes, aunque no su separación.

Se establecía la posibilidad de entablar un recurso específico ante los tribunales


ordinarios de conformidad con lo establecido en la ley. También se reconoce el recurso

120
de inconstitucionalidad para casos concretos que correspondía resolver a la Sección de
Justicia del Consejo del Reino.

Se propugna el Estado unitario, como forma de organización territorial. El proyecto


constitucional declaraba la confesionalidad católica del Estado, quedando obligada la
nación a mantener el culto.

Para cuando el proyecto constitucional estaba ultimado, la dictadura había perdido gran
parte de sus apoyos iniciales. El General, consciente de su situación, retiró el Proyecto,
presentó su dimisión y se exilió en Francia.

C) REY, GOBIERNO, CORTES Y CONSEJO DEL REINO

El Rey y las Cortes tenían atribuida la iniciativa legislativa, a excepción de materias


importantes que correspondían al Rey y su Gobierno.

En el Proyecto se preveían unas cortes unicamerales, de composición desigual. La mitad


de los miembros eran elegidos por sufragio universal directo durante un mandato de
cinco años y el colegio nacional único.Treinta diputados eran designados por el rey con
carácter vitalicio. Los demás miembros eran de representación corporativa.

Los requisitos para ser elegido diputado eran ser español, tener la edad legal y gozar de
plenitud de derechos civiles.

En el decreto de 1924 se permitía que las mujeres mayores de 23 años solteras o viudas
fueran incluidos en el censo, y por tanto tuvieran derecho de voto, mientras que las
mujeres casadas solo podían ser incluidas en el censo cuando no estuvieran sometidos a
patria potestad o autoridad marital.

Los diputados gozarán de inviolabilidad inmunidad, y se atribuye al Tribunal Supremo


la competencia en las causas contra estos. También estaba previsto un Consejo del
Reino compuesto por miembros con atribuciones principalmente de asesoramiento del
rey y del gobierno en materia de policía y administración del Estado.

El Proyecto de Constitución de Primo de Rivera con sus cinco leyes orgánicas fueron
severamente criticadas. El objetivo del dictador de convocar un referéndum y asentar el
régimen se hizo imposible. Entonces trató de consolidar su posición introduciendo 49
nuevos asambleístas. Sin embargo, tampoco recibió el apoyo deseado ya que algunos de
ellos eran personalidades manifiestamente contrarias al régimen.

D) LA CRISIS DE LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

En 1929 el régimen mostraba ya signos evidentes de debilidad. La situación se hizo


cada vez más difícil; además Alfonso XIII mostraba su preocupación por la sustitución

121
de la Constitución de 1876 sin previa consulta electoral, lo que generó una grieta
insuperable entre el monarca y el dictador.

A comienzos de 1930 el General instó a sus compañeros de milicia a que le informaran


sobre el apoyo que aún conservaba.

Esta iniciativa fue doblemente negativa para Primo de Rivera ya que, por un lado, sus
compañeros no le mostraron el apoyo que él creía tener, y por otro lado, Alfonso XIII se
mostró contrariado al comprobar que el dictador había ejercido el poder que
correspondía al rey.

Tras ello, Primo de Rivera presentó su dimisión, y el rey encargó la formación de un


nuevo gobierno al general Dámaso Berenguer. Este nuevo gobierno tenía como objetivo
desmantelar las estructuras políticas de la dictadura. Se disolvió la Asamblea Nacional y
se aprobaron medidas de gracia. Sin embargo, la monarquía había quedado marcada por
la dictadura y la oposición responsabilizaba al rey del caos político.

Los políticos más notables del momento se manifestaron abiertamente en contra de la


monarquía. El gobierno de Berenguer se mantenía a duras penas.

En el pacto de San Sebastián la oposición anti monárquica y logró un acuerdo para


acabar con la monarquía de Alfonso XIII, para lo cual se constituye un Comité
Revolucionario. En dicha reunión participaron personalidades como José Ortega y
Gasset o Indalecio Prieto.

La sublevación de Jaca en 1930 controlada por el gobierno, supuso la encarcelación de


los integrantes del pacto de San Sebastián. Algunos de ellos crearon la Agrupación al
Servicio de la República, y el gobierno presidido por Berenguer cayó. El rey,
precipitado por los acontecimientos, consiguió que Juan Bautista Aznar formara
gobierno con la representación de las fuerzas políticas de la Restauración.

Tras la marcha de primo de rivera a su exilio francés la monarquía de la restauración se


había debilitado extraordinariamente, unos pocos meses después acabaría la monarquía
de Alfonso XIII. El gobierno de Aznar convocó elecciones municipales sobre la
institución monárquica y el propio Alfonso XIII. Estas elecciones implicaron la
aglutinación en dos bandos: el monárquico y el republicano-socialista.

II. LA SEGUNDA REPÚBLICA

A) LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA

Tras el escrutinio de los votos electorales los líderes republicanos proclamaron su


victoria por haber triunfado en las grandes capitales y de modo absoluto en Madrid, lo
que demostró el conocimiento de la práctica caciquil en el ámbito rural.

En la casa de Miguel Maura se reunirían los ministros que después formarían el


gobierno provisional de la II República. El 14 de abril el pueblo había proclamado la
república en diversas ciudades. El rey había comenzado su camino al exilio.

122
Se formó un gobierno provisional integrado por republicanos, socialistas y regionalistas,
del que quedaban excluidos los monárquicos y las fuerzas a la izquierda del PSOE. Este
gobierno aprobó dos importantes decretos en mismo día: el Decreto de Instauración del
gobierno provisional (nombrando presidente a Niceto Alcalá-Zamora) y el Decreto por
el que se aprobaba el estatuto jurídico del gobierno.

Una de las medidas del gobierno para legitimar el régimen fue redactar el estatuto
jurídico con los siguientes principios:

1. Comprometerse a someter su actuación a las Cortes Constituyentes.


2. Someter a juicio de responsabilidad todos los actos de gestión y autoridad
3. Compromiso con la libertad de creencias y cultos, anunciando después el carácter
confesional del Estado.
4. Garantizar la eficacia jurídica de los derechos y reconocimiento de la libertad
sindical y corporativa.
5. Reconocimiento de la propiedad privada, aunque en el caso de la propiedad
agraria, se matizaba en razón de la función social.
6. Posibilidad de someter el ejercicio de los derechos a un régimen especial.

El siguiente paso fue convocar elecciones a Cortes Constituyentes. El sistema de


distritos uninominales fue sustituido por circunscripciones provinciales. Se rebajó la
edad del elector a 23 años y se reconoció el derecho de sufragio pasivo a sacerdotes y
mujeres.

En las elecciones de 1931 los socialistas obtuvieron muy buenos resultados electorales.
Por el contrario, la derecha no republicana se vio muy disminuida en las nuevas Cortes
Constituyentes.
Las Cortes dieron comienzo a los trabajos para redactar una nueva Constitución, y de
conformidad con la Constitución eligieron presidente a Manuel Azaña, quien conformó
un gobierno formado por socialistas y republicanos de izquierdas.

La Ley de Defensa de la República limitó las garantías de derechos y libertades, aunque,


fue considerada necesaria por los republicanos para restituir el orden público. Dicha ley
restringía los actos que se considerasen agresiones a la República. Además facultaba al
Gobierno para tomar medidas extraordinarias como la suspensión de reuniones o
manifestaciones. Su aplicación era encomendada al Ministro de la Gobernación.

B) LA CONSTITUCIÓN DE 1931

El 9 de diciembre de 1931 se promulgó la Constitución de la II República española, un


texto extenso de 125 artículos.
En este texto se aprecian influencias de la Constitución alemana, austriaca y mexicana.

La Constitución no recoge expresamente el principio de separación de poderes, aunque


se deduce de la organización de poderes. Sí reconoce expresamente la igualdad de los
españoles ante la ley. Atribuye la garantía de los derechos al Tribunal de Garantías
Constitucionales, al que se podía recurrir en amparo.

123
La regulación de la cuestión religiosa fue uno de los temas más conflictivos del
proceso. La redacción dada a los artículos relativos a la religión fue la que ant4es
provocó la dimisión de Niceto Alcalá-Zamora.

C) ORGANIZACIÓN POLÍTICA Y ADMINISTRATIVA DE LA II


REPÚBLICA.

1. El Presidente de la República.

El Presidente de la República era el Jefe del Estado y personificaba a la Nación, era


elegido durante 6 años por un colegio firmado por los miembros del Congreso de los
Diputados por sufragio universal, directo igual y secreto. Para ser presidente se requería
ser mayor de cuarenta años y tener plenos derechos civiles y políticos. La Constitución
establecía algunas causas de inflexibilidad como ser militar en activo o eclesiástico.

En caso de impedimento o ausencia del Presidente este sería sustituido por el Presidente
de las Cortes y este por el Vicepresidente de la Cámara. En caso de que la presidencia
quedara vacante debía convocar elecciones en el plazo de 8 días y celebrarlas en los
siguientes 30 días. El Presidente podía ser destituido a propuesta de 3/5 partes del
Congreso. En los mismos plazos que la elección de presidente los compromisarios
adoptaban la decisión final. Al presidente le correspondía la función de declarar la
guerra y firmar la paz, ratificar tratados y expedir decretos. También podría conferir
empleos civiles y suspender y disolver las Cortes.

Los actos del Presidente debían ser refrendados por los ministros, que asumían la
responsabilidad política y civil. El presidente es responsable de la infracción de sus
obligaciones constitucionales. Si el Tribunal de Garantías Constitucionales admitía la
acusación el presidente quedaba destituido, mientras que si no era aceptada la acusación
se disolvía el Congreso.

2. El Gobierno

El Gobierno se componía del presidente y de los ministros. Su función principal era la


dirección política y le correspondía elaborar los proyectos de ley, ejercer la potestad
reglamentaria y deliberar los asuntos de interés público. Los miembros del gobierno
respondían de forma individual de su propia gestión ministerial. Tanto el presidente
como los demás ministros eran responsables en el orden civil y en el criminal por las
infracciones de la Constitución y las leyes. En la Constitución de 1931 se estableció el
sistema de la doble confianza, por el cual el gobierno precisaba de la confianza del
presidente de la República y de las Cortes. Esto supuso problemas jurídicos entre Niceto
Alcalá Zamora y el candidato de la derecha Gil Robles, ya que en su partido militaban
monárquicos.

124
3. Las Cortes

Las Cortes de la segunda República eran unicamerales, consistían en el Congreso de los


Diputados. Dicha cámara era elegida por sufragio universal, igual, directo y secreto,
para un mandato de cuatro años. Eran elegibles los mayores de 23 años, sin distinción
de sexo, ni estado civil, que reuniera las condiciones de la Ley Electoral. Los diputados
gozaban de inviolabilidad e inmunidad, no pudiendo ser detenidos salvo caso de
flagrante delito. Las Cortes se reunían dos veces al año aunque el presidente podía
convocarlas con carácter extraordinario. Ejercía la potestad legislativa, que formalmente
residía en el pueblo.

El presidente de la República tenía derecho de veto suspensivo.Si las cortes volvían a


aprobar una ley, por mayoría de 2/3, el presidente debía promulgarla. La iniciativa del
proyecto de Presupuestos era competencia del Gobierno, pero debía ser aprobada por las
cortes. La Constitución de 1931 recuperó la institución de la Diputación Permanente,
precepto que ha influido en la regulación de la actual Constitución española de 1978. En
este periodo se celebraron tres elecciones a cortes en las que triunfaron las fuerzas de
izquierdas; las elecciones a Cortes ordinarias en las que triunfó la derecha de la CEDA,
y las de 1936 en las que ganó el Frente Popular, una coalición de izquierdas.

4. El Tribunal de Garantías Constitucionales

Conforme a la Constitución se proclama la independencia de los jueces en su función


jurisdiccional, solo sometidos a la ley. Quedan abolidos los Tribunales de honor y se
establece la gratuidad de la justicia en casos necesarios. El Título IX dedicada a la
regulación del tribunal de garantías constitucionales, antecedente del actual tribunal
constitucional. He dicho tribunal tenía jurisdicción en todo el territorio, con facultades
para conocer: del recurso de inconstitucionalidad de las leyes, del recurso de amparo por
violación de derechos, de la responsabilidad criminal del presidente de la República y
de los conflictos de competencias entre poderes centrales y regiones autónomas.

Estaba compuesto por un presidente, el presidente del Cuerpo Consultivo de la


República, el presidente del tribunal de cuentas de la República, dos diputados, un
representante de cada una de las regiones, dos miembros nombrados por los Colegios de
Abogados y profesores de derecho. La legitimidad para acudir al Tribunal correspondía
a los jueces y tribunales, al ministerio fiscal, al gobierno, a las regiones y a las personas
individual o colectivamente La República se encontró con una profunda crisis
económica internacional. El gobierno provisional apenas acometía las reformas
necesarias. Se esperó a la redacción del texto constitucional, pero éste por sí solo no
podía llevar a cabo las reformas que el pueblo exigía. Los gobiernos de la República
olvidaron los graves para los problemas del país, incumpliendo la función rectora de la
vida política.

A todo esto, hay que añadir la escasa organización de los partidos políticos, salvo el
PSOE y después la CEDA. La CEDA, liderada por Gil Robles, gobernó desde 1933 a
1936, tras lo que siguió un periodo de gobierno del frente popular, coalición de partidos
de izquierdas.

125
TEMA 17. EL SIGLO XX: LA DICTADURA DEL GENERAL
FRANCO Y LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA

I. LA DICTADURA DEL GENERAL FRANCO

A) EL GOLPE DE ESTADO Y LA RUPTUTA DEL ORDEN


CONSTITUCIONAL: LA JUNTA TÉCNICA

El alzamiento y la posterior victoria militar produjeron un vacío institucional que el


vencedor se encargó de llenar conforme a sus personales principios e ideología. No se
abordó, la elaboración de una nueva Constitución. El Ejército era la estructura básica.
Franco creó la Junta técnica especie de Gobierno de guerra, que tenía como misión
auxiliar al que sería jefe del Estado en la dirección y Gobernación de la zona que iba
siendo ocupada, en virtud del decreto de unificación, las fuerzas políticas que apoyan la
sublevación se integraron en una sola organización que se denominó Falange española y
del que Franco fue nombrado caudillo, solo responsable ante Dios y ante la historia.

B) LOS PILARES DEL RÉGIMEN, MOVIMIENTO NACIONAL,


EJÉRCITO E IGLESIA

El régimen se apoya en 3 pilares:

 El Movimiento Nacional
 El Ejército
 La Iglesia.
Los 3 resultaron imprescindibles facilitando una extraordinaria concentración de poder
en la figura del general.

El movimiento nacional se estructuraba en torno a dos órganos diferentes:

- La Jefatura nacional del movimiento que correspondía vitaliciamente al


general Franco.
- El Consejo Nacional, integrado por un consejero por cada provincia, por 40
consejeros designados por Franco, por 12 consejeros que representaban a la
familia, las corporaciones locales y el sindicato único. Tenían funciones
ideológicas y políticas.
Se ha señalado que el movimiento nacional era una especie de Federación de diversas
corrientes ideológicas, se negaron las libertades de asociación política y sindical y el
derecho de huelga.

126
El fuero del trabajo era la expresión de la ideología socioeconómica del nuevo régimen,
una única organización sindical de obreros y patronos de afiliación obligatoria, basada
en los principios de unidad, totalidad y jerarquía. Todos los órganos de la prensa eran
políticamente controlados, el cual ejercía censura previa. El régimen impuso control
sobre el ejercicio de los escasos derechos y libertades eliminando todo pluralismo
político social cultural y religioso. Algunas de las primeras normas en este sentido
fueron:

1. Decreto de 24 de julio de 1936 se constituye la Junta de Defensa Nacional,


formada por los principales militares golpistas.
2. Bando de declaración del Estado de guerra, en él se establecía el Consejo de
guerra sumarísimo para el delito de rebelión militar.
3. Decreto de 13 de septiembre de 1936 se declaran fuera de la ley todos los
partidos y agrupaciones políticas y sociales que desde la convocatoria de las
elecciones celebradas en fecha 16 de febrero del corriente año ha integrado el
llamado Frente Popular, así como cuántas organizaciones han tomado parte en la
oposición hecha a las fuerzas que cooperan al movimiento nacional.
4. Ley de 2 de marzo de 1938 que derogaba el matrimonio civil porque se había
desconocido el aspecto religioso intrínseco de la institución.
5. Ley de responsabilidades políticas con carácter retroactivo declaró la
responsabilidad política de las personas desde el 1 de octubre de 1934 y antes
del 18 de julio de 1936 contribuyeron a crear o agravar la situación de
subversión o se hubieran opuesto al movimiento nacional.
6. Ley de 10 de febrero de 1939 fijando las normas para la depuración de
funcionarios públicos.
7. Ley de represión de la masonería, el comunismo y otras sociedades
clandestinas.
8. Ley derogatoria del divorcio.
9. Decreto de 26 de abril de 1940, el Gobierno ordena al fiscal del Tribunal
Supremo instruir causa general en la que se reúnan las pruebas de los hechos
delictivos cometidos en todo el territorio nacional durante la dominación roja.
La Iglesia, apoyó el régimen nacido de la guerra civil, el estado franquista se configuró
como un estado confesional en torno a la Iglesia católica de la que recibió colaboración.

C) LAS LEYES FUNDAMENTALES DL RÉGIMEN DE FRANCO

Franco fue creando instituciones y aprobando nuevas leyes que tenían como fin servir
de cobertura al régimen, fueron las siguientes:

- El Fuero del trabajo, quiso dar respuesta a la necesidad de reconocer algunos


derechos y obligaciones en el ámbito laboral, ley constitutiva de las Cortes, Las Cortes
del régimen de Franco eran un mero órgano colaborador del jefe del Estado, la potestad

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legislativa residía exclusivamente en este. El fuero de los españoles se trataba de una
declaración de derechos su eficacia jurídica resultaba sumamente escasa.

- La Ley del referéndum nacional. El referéndum fue utilizado para aprobar en 1947 la
ley de sucesión y en 1966 para la aprobación de la Ley Orgánica del Estado.

- La Ley de sucesión en la Jefatura del Estado establece las reglas que debían
aplicarse para la sucesión, se recoge la facultad del jefe del Estado de proponer a las
Cortes la persona que estimara oportuna para ser llamada a sucederle a título de rey
designando al entonces príncipe de España don Juan Carlos de Borbón como sucesor.

- La Ley de principios fundamentales del movimiento aborda una cierta


liberalización del régimen, esta ley de principios en la que se recogen tanto aspectos ya
contenidos en el fuero del trabajo como en el fuero de los españoles.

- La Ley Orgánica del Estado, abordó reformas que se hacían imprescindibles con el
paso de los años. Modificó la ley de las Cortes y eliminó algunas partes del fuero del
trabajo.

D) INSTITUCIONES POLÍTICAS Y ADMINISTRATIVAS DE LA


DICTADURA

1. La Jefatura del Estado y el presidente del Gobierno.

Había previstas en el régimen hasta 5 modalidades de Jefatura del Estado:

- La Jefatura extraordinaria de Franco


- La Jefatura interina del sucesor, el príncipe de España, Juan Carlos de Borbón,
para los casos de enfermedad o ausencia de Franco.
- La del Consejo de regencia, llamada a preparar la sucesión
- La Jefatura ordinaria en caso de ser encarnada por un rey
- La Jefatura ordinaria en caso de ser encarnada por un regente.
El general Franco fue nombrado el 29 de septiembre de 1936 jefe del Gobierno, de facto
al de jefe del Estado, se distinguieron ambos cargos, los dos se le atribuyen a Franco.
Durante bastante tiempo, la presidencia del Gobierno y la Jefatura del Estado fueron
ejercidas simultáneamente por el general Franco. En 1973 el almirante Carrero Blanco
fue nombrado primer presidente del Gobierno, poco después de su nombramiento fue
asesinado por ETA en Madrid y Franco nombró entonces presidente del Gobierno a
Carlos Arias Navarro. En 1975, tras la muerte del general, el rey mantuvo a Carlos
Arias como presidente hasta julio de 1976 en el que Arias presenta la dimisión que le es
aceptada por el rey.

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2. El Consejo del Reino y las Cortes

El Consejo del Reino aparece por primera vez en el proyecto constitucional de Primo de
Rivera y fue incorporado al régimen de Franco por la ley de sucesión como un órgano
consultivo Supremo de la Jefatura del Estado. Se componía de un presidente que lo era
también de las Cortes, y de los consejeros, que podían ser natos o electivos. Una de las
funciones era la de la elección de altos cargos elevando al jefe del Estado propuestas.

Las Cortes franquistas eran unicamerales y nacen como un órgano colaborador de la


Jefatura del Estado, carecían de iniciativa legislativa y también de la Facultad de
aprobar las leyes, a partir de 1967 se le reconoció la Facultad de aprobar leyes. Las
Cortes del régimen de Franco se apoyaban en las denominadas 3 unidades naturales, la
familia, el municipio y el sindicato.

Las Cortes se componían de cuatro grupos de representantes:

- El grupo político, consejeros nacionales del movimiento, todos los consejeros


Del Consejo Nacional del movimiento y algunos procuradores que
representaban a ciertas entidades básicas de la comunidad nacional.
- El grupo sindical representado por 150 miembros de la organización sindical,
en la que se reunían empresarios y trabajadores en un intento de que así se
consiguiera un mayor entendimiento entre el capital y la fuerza del trabajo.
- El grupo local, representantes de los municipios y de las diputaciones
provinciales.
- El grupo familiar que tenía dos representantes por cada provincia, elegidos por
los que figuraban en un censo de cabezas de familia y por las mujeres casadas.
Además de los cuatro grupos, eran procuradores natos los ministros y los presidentes de
los altos consejos y tribunales.

E) APERTURA Y CRISIS DEL RÉGIMEN DE FRANCO

El régimen fue totalitario con claros signos fascistas, aunque el poder suavizó sus
formas, este cambio se encontraba determinado por la imposibilidad de mantener un
régimen a lo largo de los años y la necesidad de contemporizar con otros países.

También contribuyó una cierta alianza con los Estados Unidos tras la Segunda Guerra
mundial. La victoria de las fuerzas aliadas contra las dictaduras alemana e italiana
supuso el aislamiento internacional del régimen del general Franco. Para suavizar esta
situación, Franco trató de aparentar una cierta apertura política, derogó oficialmente el
saludo fascista y visualizaba el alejamiento de los falangistas, escenificó una tímida
apertura democrática mediante la promulgación del fuero de los españoles y otras leyes
el 13 de diciembre de 1946.

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La ONU recomendó la retirada de embajadores en Madrid. La propuesta fue bloqueada
por los Estados Unidos, si bien condenaba la dictadura franquista, en 1948 Estados
Unidos había impulsado la Fundación de la OTAN, con dos fines fundamentales, evitar
que los países europeos cayeran bajo la influencia política de la URSS y además dotarse
de bases militares en Europa y en el Mediterráneo. España era la última línea de defensa
tras los Pirineos, para lo que era necesario negociar con Franco.

A partir de 1950, la guerra de Corea sirvió al Gobierno de los Unidos para convencer a
su opinión pública de que el verdadero enemigo eran las dictaduras marxistas de China
y de la Unión Soviética y que España sería un fiel aliado contra el comunismo, se
firmaron los pactos de Madrid por los cuales España autorizó el establecimiento de
bases militares norteamericanas.

El propio presidente Eisenhower visitó España. El resultado de tales tratados supuso el


fin del aislamiento internacional de España apoyada fundamentalmente por los Estados
Unidos. En 1955 España ingresó en la ONU. El régimen fue relajando la presión inicial
y el control que ejercía sobre la sociedad, se abordaron las reformas legislativas que
habrían sido precisas para acomodar el ordenamiento jurídico a la realidad del país.

Franco se decidió finalmente a proponer sucesor a las Cortes, don Juan Carlos de
Borbón y Borbón, el cual fue proclamado por las Cortes a propuesta de la Jefatura del
Estado sucesor a título de rey.

II. LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA: LA MONARQUÍA


PARLAMENTARIA

Llamamos Transición al periodo entre la muerte de Franco y la promulgación de la


Constitución española el 29 de diciembre de 1978. La sucesión se produjo de forma
automática a la muerte del general: el Rey fue proclamado ante las Cortes en un acto
solemne y apoyó la instauración de un régimen democrático en España desde las
propias estructuras institucionales y legales existentes.

Pese a los recelos de los franquistas, el que era presidente del Gobierno, Carlos Arias
Navarro, presentó su dimisión, aceptada por el monarca. Él nombró a Adolfo Suárez
como nuevo presidente del Gobierno que pilotó la transición.

La monarquía prevista era una Jefatura del Estado personalista de amplios poderes, sin
reconocimiento de Soberanía popular, en la que el monarca estaba llamado a actuar de
manera muy similar como lo había hecho el jefe del Estado anterior. El monarca no
llegó a actuar nunca conforme a la legalidad franquista. Desde el inicio, fue receptivo a
formas que se encontraban cercanas a la monarquía parlamentaria. A partir de la
Constitución española, la monarquía pasa a ser parlamentaria, el rey, al que se le
reconocen las funciones simbólicas, moderadoras y arbitral, las ejerce tasadamente de
conformidad con la Constitución y las leyes.

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En cuanto a los aspectos dinásticos y sucesorios, dos hechos destacan: el primero es la
renuncia qué hace Juan de Borbón (padre del Rey Juan Carlos) a sus derechos históricos
en favor de su hijo, el segundo, fue la designación como Príncipe de Asturias de Felipe
de Borbón.

La transición se programó en dos fases: La ley para la reforma política y una segunda
fase la convocatoria de cortes constituyentes, mediante la celebración de elecciones
libres, para la elaboración de una nueva Constitución.

La ley para la reforma política no introduce por sí misma la reforma del ordenamiento,
pues su fin principal era convocar las Cortes que llevaría a cabo la reforma, las primeras
elecciones democráticas se celebraron exactamente 6 meses después del referéndum de
aprobación de la ley para la reforma política. Se promulgaron diversas leyes y decretos
leyes para garantizar el pluralismo político y permitió la existencia de partidos políticos,
asociaciones y sindicatos. En las elecciones del 15 de junio de 1977 una gran mayoría
optó decididamente por el cambio y la democracia. El rey confirmó a Adolfo Suárez
como presidente del Gobierno en calidad de líder de la fuerza política UCD, que obtuvo
mayor número de escaños en estas elecciones y se formó la comisión de asuntos
constitucionales y libertades públicas que recibió el encargo de redactar un anteproyecto
de Constitución. Esta comisión estaba compuesta por:

- 7 miembros que representaban a distintas fuerzas políticas con representación


parlamentaria
- 3 representantes de la UCD
- 1 representante de alianza popular
- 1 representante del grupo socialista
- 1 representante del grupo comunista
- 1 representante del grupo minoría catalana.

Aprobado por el Congreso y el Senado con algunas modificaciones el anteproyecto


constitucional fue sometido a referéndum por el pueblo español el 6 de diciembre de
1978. Las fuerzas políticas adoptaron una postura favorable a la ratificación de la
Constitución. La Constitución fue refrendada por el pueblo español con él 87,87% de
los votos afirmativos. El rey promulgó la Constitución en las Cortes el 27 de diciembre,
se publicó y entró en vigor el 29 de diciembre de 1978.

III. LA ENTRADA DE ESPAÑA EN EL CONCIERTO EUROPEO: LA


ADHESIÓN A LAS COMUNIDADES EUROPEAS DE 1985

La victoria de los aliados y el comienzo de las negociaciones para fundar la


organización de Naciones Unidas, llevo al aislamiento de la dictadura de Franco en
represalia de la colaboración mantenida con Hitler y Mussolini. Los países demócratas
trataban de forzar un cambio de régimen en España. Se reunieron el presidente de los

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Estados Unidos, el presidente de comisarios del pueblo de la Unión Soviética y el
primer ministro de Gran Bretaña para establecer el futuro reparto de Europa en zonas de
influencia.

Respecto a España manifestaron que los 3 gobiernos se sienten obligados a especificar


que no apoyarán solicitud alguna que el Gobierno español pueda presentar para ser
miembro de las Naciones Unidas. A esta declaración siguieron otras de signo parecido
formuladas por otros países europeos. Pese a ello, España ingresaría en la ONU el 15 de
diciembre de 1955 gracias al apoyo de los Estados Unidos, más preocupado por el
poderío soviético y su programa militar.

España también había sido marginada del programa de ayudas económicas por Estados
Unidos a Europa: los dos únicos países occidentales excluidos de la ayuda económica
fueron España y Finlandia. La división de Europa en dos bloques y la carrera
armamentística de la URSS (que llegó a superar militarmente a Estados Unidos en una
proporción de 6 a 1) obligó a los países del mundo occidental a firmar en abril de 1949
el tratado de la alianza atlántica con el fin de unir esfuerzos para la defensa colectiva y
la conservación de la paz y la seguridad. La Comunidad Europea del carbón y del acero
fue la primera organización europea. El 25 de marzo de 1957 se firmaban en Roma los
tratados constitutivos de la comunidad económica europea. España no formó parte de
estos organismos, en definitiva, España se veía aislada no solo en Europa sino también
en la propia Comunidad de países hispanohablantes, y no podía perder la carrera de la
integración en Europa so pena de quedarse sola en el concierto europeo y americano.

La muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975 y la entronización de Juan Carlos


primero a título de rey, abrirá nuevas esperanzas para la apertura de negociaciones. El
Gobierno español solicitó formalmente el 11 de julio de 1977 la adhesión a la
comunidad económica europea. Francia se mantuvo reticente pretextando la necesidad
del desarme arancelario industrial y exigiendo compensaciones en materia agrícola para
contrarrestar la competitividad de los productos españoles.

Un suceso lamentable vino a destacar la situación, el 23 de febrero de 1981. La actitud


decidida de la clase política española ante el intento de golpe de Estado del coronel
Tejero, movilizó la opinión pública europea y la solidaridad de la clase política a favor
de España, se abrió cierta esperanza cuando las elecciones presidenciales y legislativas
francesas dieron la victoria a los socialistas. Otro acontecimiento ayudaría a desbloquear
la situación, en las elecciones de 1982 el PSOE ganaba las elecciones generales y
formaba Gobierno. España y Francia, gobernadas por socialistas, parecían obligadas a
dar ejemplo de entendimiento y solidaridad. Finalmente, el 12 de junio de 1985 era
firmado el tratado de adhesión de España a las comunidades europeas.

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