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Fisión Nuclear

La fisión nuclear es la reacción en la que el núcleo de un átomo pesado, al capturar un


neutrón incidente, se divide en dos o más núcleos de átomos más ligeros, llamados
productos de fisión, emitiendo en el proceso neutrones, rayos gamma y grandes
cantidades de energía.
El núcleo que captura el neutrón incidente se vuelve inestable y, como consecuencia, se
produce su escisión en fragmentos más ligeros dando lugar a una situación de mayor
estabilidad. Además de estos productos, en la reacción de fisión se producen varios
neutrones que al incidir sobre otros núcleos fisionables desencadenan más reacciones
de fisión que a su vez generan más neutrones. Este efecto multiplicador se conoce
como reacción en cadena.
Para que se produzca una reacción de fisión en cadena es necesario que se cumplan
ciertas condiciones de geometría del material fisionable y se supere un umbral
determinado de cantidad del mismo, conocido como masa crítica. La fisión puede llegar
a producirse de forma espontánea, pero es necesaria la existencia de un neutrón que
incida con la energía adecuada.

Radioactividad
La radiactividad o radioactividad es un fenómeno físico natural, por el cual algunas
sustancias o elementos químicos llamados radiactivos, emiten radiaciones que tienen la
propiedad de impresionar placas fotográficas, ionizar gases, producir fluorescencia,
atravesar cuerpos opacos a la luz ordinaria, etc. Debido a esa capacidad se las suele
denominar radiaciones ionizantes (en contraste con las no ionizantes).
La radiación es energía. Proviene de átomos inestables sometidos a la desintegración
radiactiva o puede ser producida por máquinas. La radiación se desplaza desde su
fuente en forma de ondas de energía o partículas energizadas. Hay diferentes formas
de radiación con propiedades y efectos distintos.

Partículas Alfa
Las partículas alfa (α) tienen carga positiva y están compuestas por dos protones y dos
neutrones del núcleo del átomo. Las partículas alfa provienen de la desintegración de
los elementos radiactivos más pesados, como el uranio, radio y polonio. Si bien las
partículas alfa tienen mucha energía, son tan pesadas que agotan su energía en
distancias cortas y no se pueden alejar demasiado del átomo.
El efecto sobre la salud de la exposición a las partículas alfa depende en gran medida de
la forma de exposición de la persona. Las partículas alfa carecen de la energía para
penetrar incluso la capa externa de la piel, de manera que la exposición en el exterior
del cuerpo no es motivo de gran preocupación. Sin embargo, en el interior del cuerpo
pueden ser muy dañinas. Si los emisores de rayos alfa se inhalan, ingieren o ingresan al
cuerpo por medio de un corte, las partículas alfa pueden dañar tejido vivo sensible. La
forma en que estas partículas grandes y pesadas causan daños las hace más peligrosas
que las de otros tipos de radiación. Las ionizaciones que producen están muy próximas:
pueden liberar toda la energía en unas cuantas células. Esto se traduce en daño más
grave para las células y el ADN.

Partículas Beta

Las partículas beta (β) son partículas pequeñas y rápidas con una carga eléctrica
negativa que son emitidas desde el núcleo de un átomo durante la desintegración
radiactiva. Estas partículas son emitidas por ciertos átomos inestables como el
hidrógeno 3 (tritio), el carbono 14 y el estroncio 90.
Las partículas beta son más penetrantes que las alfa, pero menos dañinas para el tejido
vivo y el ADN porque las ionizaciones que producen son más espaciadas. Se desplazan
a distancias mayores en el aire que las partículas alfa pero pueden ser detenidas por
una capa de ropa o una capa delgada de una sustancia como el aluminio. Algunas
partículas beta son capaces de penetrar la piel y causar daños como quemaduras de la
piel, por ejemplo. Sin embargo, al igual que con los emisores de alfa, los emisores de
beta son más peligrosos cuando se inhalan o ingieren.

Partículas Gama

Los rayos gamma (γ) son paquetes sin peso de energía llamados fotones. A diferencia
de las partículas alfa y beta, que tienen energía y masa, los rayos gamma son pura
energía. Los rayos gamma son similares a la luz visible pero tienen energía mucho más
alta. Los rayos gamma suelen ser emitidos junto con partículas alfa o beta durante la
desintegración radiactiva.

Los rayos gamma constituyen un peligro desde el punto de vista de la radiación para
todo el cuerpo. Pueden penetrar fácilmente las barreras que detienen a las partículas
alfa y beta, como la piel y la vestimenta. Los rayos gamma tienen tanta potencia para la
penetración que se necesitarían varias pulgadas de un material denso, como el plomo o
incluso unos cuantos pies de cemento, para detenerlos. Los rayos gamma pueden
atravesar completamente el cuerpo humano; al pasar pueden provocar ionizaciones
que dañan tejidos y el ADN

Fusión Nuclear
La fusión nuclear es una reacción en la que se unen dos núcleos ligeros para formar
uno más pesado.

Este proceso desprende energía porque el peso del núcleo pesado es menor que la
suma de los pesos de los núcleos más ligeros. Este defecto de masa se transforma en
energía (relacionadas mediante la fórmula E = mc2), aunque el defecto de masa es muy
pequeño y la ganancia por tanto es muy pequeña, se ha de tener en cuenta que es una
energía muy concentrada, en un gramo de materia hay millones de átomos, con lo que
con una pequeña cantidad de combustible proporciona mucha energía.

No todas las reacciones de fusión producen la misma energía, depende siempre de los
núcleos que se unen y de los productos de la reacción. La reacción más fácil de
conseguir es la de deuterio (un protón y un neutrón) y tritio (un protón y dos
neutrones) para formar helio (dos neutrones y dos protones) y un neutrón, liberando
una energía de 17,6 MeV.

Es una fuente de energía prácticamente inagotable, ya que el deuterio se encuentra en


el agua de mar y el tritio es fácil de producir a partir del neutrón que escapa de la
reacción.

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