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La complejidad del átomo

La radiactividad
Tiene su origen en la estabilidad nuclear y esta estabilidad
es dada por la proporción entre protones y neutrones.
Si el núcleo es estable el átomo no es radiactivo; pero
cuando la proporción entre los componentes del núcleo
no es la adecuada, éste emite partículas y radiaciones
electromagnéticas hasta alcanzar la estabilidad.
Muchos elementos químicos tienen isótopos radiactivos
cuyos núcleos emiten radiaciones y partículas de forma
espontánea, a la vez que se transforman en núcleos de
otros elementos.
Se llaman isótopos radiactivos o radioisótopos a todos
aquellos isótopos que emiten radiaciones.
Las radiaciones emitidas son de tres tipos:
Radiación alfa
Son expulsadas por los núcleos de algunos isótopos
radiactivos a una velocidad de 20.000 Km/seg.
Poseen una gran energía pero son poco penetrantes (son
detenidas por una simple hoja de papel o una lámina de
aluminio de 0,1mm. de espesor) y se desvían en
presencia de campos magnéticos y eléctricos.
Si un núcleo emite una partícula alfa, su número atómico
disminuye en 2 unidades y su número másico lo hace en
4 unidades
Radiaciones beta
Tienen carga negativa y son electrones emitidos por los
núcleos de algunos isótopos radiactivos a velocidades
próxima a la de la luz.
La energía de las partículas beta es menor que las de las
partículas alfa pero, son más penetrantes que éstas
siendo absorbidas prácticamente por una placa de
aluminio de 5mm de espesor o una de plomo de 1mm de
espesor.
Si un núcleo emite una partícula beta, su número atómico
aumenta una unidad, mientras que su número másico no
varía.
Sencillamente podríamos decir que un neutrón se
transforma en un protón (que queda en el núcleo) y un
electrón (que es expulsado)
Radiación gamma
No posee masa y no se desvían en campos electrónicos
no magnéticos.
Son radiaciones electromagnéticas de alta frecuencia y,
por lo tanto, muy energéticas.
Son muy penetrantes, para detenerlas se necesita una
pared de plomo o de hormigón.
La radiación gamma se emite debido a cambios
energéticos dentro del núcleo. Su emisión no provoca
cambios en el número atómico ni en el de masa.
Simplemente se trata de un núcleo excitado que pierde
energía de esta forma.
Los radioisótopos y la salud
La energía de los rayos alfa, beta y gamma es muy
elevada. Estos últimos son más penetrantes que el resto y
pueden afectar los órganos internos de los seres vivos.
La exposición de cualquier tejido a la radiactividad daña
irreversiblemente el material molecular de las células. Si
el trastorno llega a afectar a los genes, los efectos se
transmiten a sus descendientes.
Por estos motivos, el manejo del material radiactivo debe
ser sólo de especialistas.
Las dosis de radiación se miden en unidades rem y el
hombre puede tolerar sin daños una absorción de hasta
0,3 rem por semana y distribuida por todo el cuerpo.
Habitualmente recibimos unas pocas milésimas de rem
anual proveniente de la radiactividad natural.

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