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Batalla de Boquerón

La batalla de Boquerón fue la primera batalla de la Guerra del Chaco, entre Bolivia y Paraguay.
Se libró desde el 9 al 29 de setiembre de 1932en torno al fortín Boquerón y una zona en forma de
arco, de 10 – 11km de profundidad, que va desde el fortín Ramírez hasta el fortín Yujra.

Causas:

La batalla de Boquerón tuvo lugar entre el 7 y 29 de setiembre de 1932 como consecuencia de un


reiterativo conflicto entre Paraguay y Bolivia. Una afrenta feroz iniciada por Bolivia al negarse a
aceptar un acuerdo sobre el dominio del Chaco Boreal.

Antecedentes:

El 5 de julio de 1932 la delegación paraguaya se retiró de la conferencia en Washington debido


al "incalificable" ataque boliviano al fortín Carlos Antonio López en Pitiantuta. Este ataque se
realizó el 15 de julio mientras, a pedido de Bolivia, se estaba realizando conversaciones para firmar
un pacto de no agresión en el Chaco.

Un mes después del ataque, las fuerzas paraguayas desalojaron a los bolivianos del fortín Carlos
Antonio López. En represalia el presidente Salamanca ordenó la captura de tres fortines
paraguayos: Corrales, Toledo y Boquerón.

Todas estas operaciones militares se hicieron antes fuerzas paraguayas escasas que se retiraron
sin ofrecer resistencia salvo en la emboscada planeada mucho antes por el teniente paraguayo
Heriberto Florentín en Boquerón y que fue ejecutada por el teniente Eulalio Facetti que le costó la
vida a Aguirre y a varios oficiales y soldados que fueron acribillados mientras estaban izando la
bandera boliviana en el centro del fortín creyendo que los paraguayos se habían retirado del lugar

El 3 de agosto se produjo una declaración continental por la cual las naciones americanas
comunicaron Bolivia y Paraguay que no reconocerían en el Chaco ninguna posesión territorial que
no fuera obtenida por medios pacíficos. Pese a esta advertencia, fuerzas bolivianas ocuparon el
fortín paraguayo Carayá bautizándolo Huijay como parte del plan del general Quintanilla,
comandante del primer cuerpo boliviano, de avanzar hacia Isla Poí, base de operaciones del
ejército paraguayo.

Previendo el fracaso de las negociaciones diplomáticas entre Bolivia y Paraguay debido a la dura
posición del gobierno de Salamanca de no devolver los fortines capturados, el comando boliviano
mejoró las defensas de Boquerón.

Sin conocer la masiva y veloz movilización del ejercito paraguayo, el comandante del ejército
boliviano, general Osorio, informó al comandante del primer cuerpo del ejército en el Chaco,
general Carlos Quintanilla, que tenía "datos fidedignos que la mentalidad del comando paraguayo
es aniquilarnos a fuerza de frecuentes emboscadas, pequeñas y grandes".
En el mismo momento en que Osorio advertía a Quintanilla "Asegure defensa de Boquerón que
probablemente mañana será atacado por Huijay e Isla Poí", fuerzas paraguayas recuperon
preventivamente el fortín Huijay, defendido por el mayor boliviano Raimundo Cárdenas quien en
dudosa actitud abandonó a su tropa y se refugió en Boquerón siendo recriminado por el teniente
coronel Marzana a cargo de ese fortín.

En su cifrado N° 1925, el general Quintanilla, en represalia por la pérdida de Huijay, solicitó a


Osorio el permiso para ocupar el fortín Nanawa con los regimientos "Ayacucho", "Azurduy" y dos
compañías del batallón Lairana del FI-14.

Osorio le respondió que había causado "malísima impresión" al presidente Salamanca la


facilidad con que los paraguayos retomaron el fortín Huijay y que este no autorizaba el ataque a
Nanawa por razones diplomáticas.

El 22 de agosto Osorio firmó la orden de "no abandonar Boquerón de ninguna manera


prefiriendo morir en su defensa antes que dar parte de retirada". Justificó la orden en dos
razones: quebrarla moral del enemigo, y desmentir la propaganda paraguaya sobre la incapacidad
del ejército boliviano.

A fines de agosto el gobierno boliviano intentó justificar la no devolución de los fortines,


capturados y de paso amedrentar al Paraguay diciendo que si devolvía los fortines se producirían
trastornos en su política interna y derrocado el Gobierno sería sustituido por otro más
intransigente y guerrerista.

Quintanilla recibió una importante información de su amigo personal Jorge Alemán que
Paraguay tenía fuerte concentraciones de tropas desde Casado a Isla Poí su y que en próximos días
desencadenaría su ofensiva a Boquerón con 6000 hombres.

La respuesta de Quintanilla no fue alertar al general Osorio en la Paz sino negar rotundamente
esa posibilidad en función de sus propias limitaciones:"¡Ni nosotros podemos poner en el Chaco
5000 hombres y el Paraguay va a atacarnos con 6000 sólo en Boquerón, usted trata de
desmoralizarnos!" le respondió Quintanilla.

El teniente coronel José Félix Estigarribia, comandante de las fuerzas paraguayas, inició la
marcha de aproximación desde Isla Poí con un contingente de 5000 combatientes cuyo primer
objetivo era recuperar el fortín Boquerón. L aviación boliviana atacó a estas fuerzas que avanzaban
hacia Boquerón. La orden que recibió el teniente coronel Manuel Marzana fue terminante: "El
destacamento tiene la misión de defender sus posiciones sin abandonarlas bajo ningún pretexto".
Esta orden, que respondía a razones políticas, selló la suerte militar de Marzana y sus fuerzas.

Durante 20 días tanto Bolivia como Paraguay mantuvieron una batalla por el fortín Boquerón,
hasta que finalmente el 29 de setiembre lo paraguayos obtuvieron la victoria que fue como un
bautismo de fuego.

A partir de Boquerón el ejército paraguayo no paró hasta expulsar a los bolivianos de


territorio paraguayo.
Consecuencias:

Culminó con la recuperación del fortín por parte del ejército paraguayo, la captura de sus
ocupantes, la caída de los fortines circundantes y la retirada hacia el fortín Arce de las fuerzas
bolivianas que intentaban prestar ayuda desde el exterior al fortín Boquerón.

Victoria de la batalla de Boquerón y Día del Soldado Paraguayo.

El 29 de setiembre se cumple un aniversario más de la Batalla de Boquerón ocurrida en 1932,


considerada como uno de los capítulos más decisivos de la Guerra del Chaco.

En honor a esa victoria se conmemora el Día de Soldado Paraguayo, que ha sido y sigue siendo
un paradigma de honor, lealtad, abnegación y valor.

Se seguirá escuchando el palpitar de corazones de esa generación del a 1932 donde


demostraron el valor y la bravura del Soldado Paraguayo y el glorioso verde olivo del Ejército

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