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Newton y las leyes de Kepler


José Marı́a Filardo Bassalo,
Fundación Minerva, Prof. retirado de la Universidad de Pará
www.bassalo.com.br

* Traducción: Julio Solı́s, Depto. de Matemáticas, UAM–I.


Newton y las leyes de Kepler. José M. Filardo Bassalo 59

Introducción las órbitas de los planetas, y en particular la del pla-


Para mı́, y probablemente para algunos lectores, de- neta Marte.
bido a una interpretación equivocada sobre las lec-
Dentro de los seguidores de Copérnico, se encontraba
turas hechas en algunos textos didácticos y de di-
el astrónomo alemán Johannes Kepler (1571–1630)
vulgación cientı́fica, parecı́a un hecho histórico in-
quien, al aprender sobre el heliocentrismo coperni-
cuestionable que el fı́sico y matemático inglés Sir
cano de su maestro, el astrónomo Michael Maestlin,
Isaac Newton (1642–1717) habı́a demostrado las Le-
proporcionó una demostración matemática para el
yes de Kepler usando un nuevo método matemáti-
mismo. Esa prueba la obtuvo en virtud de que era un
co, el método de las fluxiones (hoy conocido como
buen conocedor de toda la obra del gran matemáti-
el Cálculo Diferencial), que él mismo habı́a crea-
co griego Euclides de Alejandrı́a (323–285), que se
do (vea, por ejemplo, [3] p. 85). No obstante, esto no
halla reunida en su famoso libro de geometrı́a inti-
es cierto, conforme mostraremos en este artı́culo. Pe-
tulado Elementos.
ro, primero haremos una revisión histórica de dichas
Leyes. Con base en el modelo copernicano, con el Sol en el
centro, Kepler colocó entre los espacios de las esfe-
Antecedentes históricos ras que contenı́an a los seis planetas entonces cono-
Entre los años 151 y 157 de nuestra era, el astróno- cidos (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Sa-
mo griego Claudio Ptolomeo (85–165) retomó y siste- turno), los cinco “sólidos perfectos” de la antigüedad
matizó los modelos planetarios geocéntricos, tales co- (sólidos que tienen todas sus caras iguales: tetrae-
mo el de las esferas concéntricas, formulado por los dro, hexaedro, octaedro, dodecaedro e icosaedro), ca-
astrónomos griegos Eudoxo de Cnido (c. 408–c. 355) da uno encajado dentro del siguiente. Ası́, disponien-
y Calipo de Cı́sico (c. 370–c. 300), y el modelo de do de dichos sólidos en el orden correcto, los diáme-
epiciclo–deferente–excéntrica–ecuante que habı́a si- tros de las esferas acabarı́an por presentar casi las
do desarrollado por los griegos, el matemático Apo- mismas proporciones que las órbitas de los plane-
lonio de Perga (c. 261–c. 190) y el astrónomo Hipar- tas. Ese primer modelo planetario de Kepler fue pu-
co de Nicea (c. 190–c. 120). Esa sistematización fue blicado en el libro intitulado Mysterium Cosmograp-
presentada por Ptolomeo en su célebre Hé Mathéma- hicum (Misterio Cosmográfico), editado en 1596.
tiké Syntaxis (Una Compilación Matemática), pa-
ra poder explicar el movimiento de los planetas y
sus irregularidades. Esa obra, compuesta de 13 li-
bros, fue traducida a la vuelta del siglo IX por los
árabes, recibiendo entonces el nombre de Almages-
to, que es una corruptela del nombre hispano–ára-
be Al–Magesti (El Gran Tratado).
El modelo de Ptolomeo se mantuvo aceptado du-
rante muchos años, hasta que fue cuestionado y re-
chazado por el astrónomo polaco Nicolás Copérni-
co (1473–1543) en el famoso libro De Revolutionibus
Orbium Coelestium (Las Revoluciones de los Cuer-
pos Celestes), publicado en 1543, en el que conso-
lidó el modelo eliocéntrico para nuestro sistema pla-
netario, aunque debemos comentar que su primera
formulación fuera presentada por el astrónomo grie-
go Aristarco de Samos (c. 320–c. 250).
El heliocentrismo de Copérnico tuvo seguidores y de-
tractores, y entre estos últimos destacó el astrónomo
danés Tycho Brahe (1546–1601). Partiendo de la ob-
servación de que los planetas giraban en torno al Sol
y, además, al no observar los paralajes estelares, Ty-
cho Brahe formuló su propio modelo. En este mode-
lo, los planetas giraban en torno al Sol, y éste, en
conjunto con la Luna y todo el manto de las estre-
llas fijas, giraban en torno a la Tierra inmóvil. A pe-
sar de esta concepción errónea del sistema solar, Ty-
cho Brahe hizo grandes contribuciones a la astro- Al recibir ese libro de manos de Kepler, Tycho Brahe
nomı́a, principalmente con sus observaciones sobre quedó impresionado con el contenido matemático del
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mismo, aún cuando no estuviera de acuerdo con el do al Sol como uno de sus focos.
modelo heliocéntrico ahı́ presentado. Ası́ mismo, in- Al descubrir las leyes que rigen los movimientos de
vitó a Kepler a trabajar con él en Praga, donde en- los planetas, Kepler se dispuso a determinar la re-
tonces residı́a. Al llegar a esa ciudad, en enero de lación entre las distancias y los periodos de tales
1600, Kepler recibió de Tycho la tarea de calcu- movimientos. Después de algunas tentativas que re-
lar la órbita de Marte. Al analizar las observaciones lacionaban potencias de las distancias y los perio-
que Tycho hiciera de ese planeta, pensó que en po- dos, Kepler llegó finalmente a su tercera ley, presen-
co tiempo halları́a la forma de la órbita marciana. tada en el libro Harmonices Mundi (Armonı́a del
No obstante, le tomarı́an varios años de arduo tra- Mundo), publicado en 1619, y que enunciamos a
bajo para encontrarla, como veremos a continuación. continuación:
En sustitución de Tycho Brahe, que murió repen- Ley de los Periodos: La relación entre el cua-
tinamente el 24 de octubre de 1601, Kepler consi- drado del periodo de revolución de un plane-
guió en 1602 ser designado matemático imperial ta y el cubo de su distancia media al Sol es
de Rodolfo II (1552–1612), Rey de Hungrı́a y Bohe- una constante.
mia, y Emperador del Sacro Imperio Romano, con El último trabajo de Kepler fue el libro Tabuloe Ru-
sede en Praga. En vista de eso, y con algunas difi- dolphine (Tablas Rudolfinas), publicado en 1627, en
cultades, Kepler consiguió “arrancar”de los herede- homenaje de su antiguo protector, el Emperador Ro-
ros de Tycho los preciosos datos que éste habı́a re- dolfo II, y dedicado a la memoria de Tycho Brahe.
copilado del sistema planetario, primero en el obser- Ese libro, que contenı́a las observaciones de Tycho
vatorio de Uraniborg, en la isla de Hveen (hoy Ven) Brahe y del mismo Kepler sobre los movimientos
en Dinamarca, y después en Praga. Un primer análi- planetarios, fue durante un siglo un clásico y, pa-
sis de las observaciones de Tycho llevaron a Kepler, ra su confección, Kepler usó un nuevo método de
en 1602, a enunciar su hoy conocida: cálculo matemático –los logaritmos– que habı́an si-
do inventados por el matemático escocés John Na-
Ley de las áreas: El rayo vector que liga un pier (1550–1617), en 1614.
planeta al Sol describe áreas iguales en tiem-
pos iguales. Las contribuciones de Newton
Por otra parte, las observaciones de la órbita de Mar- A partir de ahora, trataremos las contribuciones
te realizadas por Tycho indicaban que en cuanto de Newton. Nacido el 25 de diciembre de 1642 en
más lejos ese planeta se encontraba del Sol, más len- Woolsthorpe, perteneciente a la aldea de Colster-
to era su movimiento y, por tanto, menor era su velo- worth, cerca de 11 km al sur de Grantham, Li-
cidad, además de indicar una pequeña excentricidad colnshire, en Inglaterra. Hijo de una pequeña fami-
en su órbita. En virtud de esto, Kepler intentó, ini- lia de hacendarios y huérfano de padre a los dos me-
cialmente, una serie de combinaciones de cı́rculos pa- ses de edad, Newton estaba destinado a seguir la vo-
ra la órbita de ese planeta. Pero, como encontró una cación agrı́cola. Empero, en la Escola Real de Grant-
diferencia de 8 minutos de arco y bajo el supuesto de ham fue un infante extraño, pues su mayor interés
que su maestro no hubiera cometido tal error, Ke- se centraba en los intrumentos mecánicos que él mis-
pler pasó a considerar órbitas ovaladas, después de mo fabricaba. El director de esa escuela, quien era
experimentar, sin éxito, que cada esfera caracterı́sti- además su tı́o materno, el Reverendo William Ays-
ca de un planeta era en realidad un cascarón esférico cough, y miembro del Trinity College, en Cambrid-
de espesura suficiente como para explicar la excentri- ge, convenció a la madre de Newton que éste debı́a
cidad orbital. Después de realizar setenta ensayos pa- estudiar en aquella universidad. Llegó a dicha uni-
ra ajustar los datos de Tycho al modelo de Copérni- versidad el 5 de junio de 1661, donde obtuvo el gra-
co y del mismo Tycho, Kepler llegó finalmente a con- do de Bachiller en Letras, sin distinción, en 1665.
cebir la órbita elı́ptica. (Cabe mencionar que la idea No obstante, cuando se preparaba para defender su
de una órbita elı́ptica no era completamente nue- maestrı́a, tuvo que abandonar Cambridge por dos
va, dado que ya habı́a sido sugerida por el astróno- años (1665–1666), y regresar a Woolsthorpe, debi-
mo árabe–español Azarquiel (Al–Zarqali) de Tole- do a la peste bubónica que azotaba entonces en Lon-
do (c. 1029–1100), en 1081, para explicar los movi- dres. Durante ese periodo, Newton elaboró los fun-
mientos de Mercurio.) Ası́, en el libro intitulado As- damentos de su obra en Matemáticas, óptica y As-
tronomia Nova (Una Nueva Astronomı́a), publica- tronomı́a. (Vea, para la vida de Newton [4].)
do en 1609, además de enunciar su Ley de las áreas,
obtenida en 1602, conforme ya vimos, Kepler enun- Según su misma afirmación ([4] p. 39), Newton in-
ció también la: ventó los métodos directo e indirecto de flu-
xiones, entre noviembre de 1665 y mayo de 1666.
Ley de las órbitas: Los planetas se mueven Esa nueva técnica matemática era el modo de afron-
en torno del Sol en órbitas elı́pticas, tenien- tar con grandes variaciones, como las que ocurren
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en el caso de las velocidades variables de los plane- co escribiera un libro sobre ese tema.
tas, conforme indica la Ley de las áreas, enuncia-
da por Kepler. Newton no empleó dicha técnica ma- Como tal libro no fue escrito, en agosto de 1684 Ha-
temática para llegar a su Ley de Gravitación Uni- lley resolvió ir a Cambridge y consultar a Newton.
versal, sino básicamente usó la Ley de los Perio- Al preguntarle sobre cuál serı́a la curva descrita por
dos de Kepler, como él mismo expresa : “[. . . ] en los planetas sobre los que actúa una fuerza de ti-
el mismo año (1666), comencé a pensar en la gra- po inverso al cuadrado de la distancia, recibió de
vedad como la que mantiene atada la órbita de la Newton la respuesta de que “era una elipse”. Pe-
Luna (después de descubrir cómo calcular la fuer- ro, aunque Newton ya habı́a concebido tal respues-
za con que un globo que gira dentro de una esfe- ta, no contaba con una demostración en ese momen-
ra presiona la superficie de la misma) a partir de to, por lo que prometió a Halley enviársela poste-
la regla de Kepler de que los periodos de los plane- riormente.
tas están en una proporción sesquiáltera con sus dis- Estimulado por la visita de Halley, Newton re-
tancias al centro de sus órbitas, deduje que las fuer- tomó los cálculos que hiciera de las órbitas de los pla-
zas que mantienen los planetas en sus órbitas debı́an netas hacı́a 20 años. Ası́, en otoño de 1684, New-
variar, en forma recı́proca, con el cuadrado de su dis- ton presentó una serie de conferencias en la Uni-
tancia al centro en torno al cual giran: y a par- versidad de Cambridge, en las que fueron aborda-
tir de eso, comparé la fuerza necesaria para man- das sus ideas sobre el movimiento de los cuerpos en
tener la Luna en su órbita con la fuerza de grave- general, sobre los conceptos de fuerza, masa, tiem-
dad en la superficie terrestre, y descubrı́ que embo- po, además de su famosa ley de la gravitación uni-
nan perfectamente”([4] p. 39). versal. En noviembre de 1685, Newton envió a Ha-
lley un pequeño trabajo intitulado De Motu Corpo-
Esos primeros cálculos realizados por Newton le per- rum in Gyrum (Del Movimiento de los Cuerpos en
mitieron pensar en la hipótesis de una ley univer- una órbita), en el que reunı́a aquellas conferencias,
sal que rigiera el movimiento de los planetas en cumpliendo ası́ la promesa que le hiciera en agos-
torno del Sol. Empero, todavı́a quedaba mucho tra- to del año anterior. En ese pequeño trabajo de nue-
bajo por hacer para que esa hipótesis se transfor- ve páginas, Newton habı́a demostrado que una fuer-
mase en una realidad. En efecto, a comienzos de za inversamente proporcional al cuadrado implica-
la década de 1680, un grupo de fı́sicos estaba in- ba una órbita cónica, misma que era una elipse pa-
teresado en el desarrollo de las novedosas ciencias ra velocidades por debajo de cierto lı́mite ([4] p. 159).
matemático–experimentales; y se reunı́an para rela-
tar sus propios hallazgos y proponer nuevos proble- Incentivado por Halley, Newton comenzó a enrique-
mas. Ası́, para tres de los fı́sicos de ese grupo, los in- cer el De Motu y, a la vuelta de noviembre de 1685,
gleses Robert Hooke (1635–1703), Sir Christopher lo transformó en un tratado de dos volúmenes al
Wren (1632–1723) y Edmundo Halley (1656–1742), que dió el nombre de De Motu Corporum (Del Mo-
entre los problemas que discutı́an, uno les resulta- vimiento de los Cuerpos). En éste, se halla la de-
ba particularmente intrigante: “¿Qué tipo de fuer- mostración de un resultado muy importante para su
za lleva a un planeta a describir una órbita elı́pti- teorı́a de la gravitación universal, a saber, que la ac-
ca en torno al Sol?”. ción de una esfera homogénea sobre una partı́cula
exterior es la misma que se tendrı́a si toda la ma-
A pesar de que Kepler habı́a sugerido que una fuer- sa de la esfera estuviese situada en su centro. Ası́, pa-
za de tipo magnética (anima motrix) e inversamen- ra Newton, todas las partı́culas sobre la vasta Tie-
te lineal, que emanada del Sol, era la responsable del rra se combinarı́an para atraer tanto una manza-
movimiento planetario, ésta no era aceptada por los na1 situada a unos cuantos pies de su superficie, co-
tres fı́sicos ingleses referidos anteriormente. Ası́, en mo a la misma Luna.
una reunión de la Royal Society of London, en enero Ese tratado se transformó en el famoso Philosop-
de 1684, Halley llegó a la conclusión de que la fuer- hiae Naturalis Principia Mathematica (Principios
za que actúa sobre los planetas varı́a en una razón in- Matemáticos de Filosofı́a Natural), editado en 1687,
versa al cuadrado de su distancia, pero no fue capaz
de deducir de esa hipótesis las Leyes de Kepler, prin- 1 Según la versión de John Conduitt, esposo de Catheri-
cipalmente la Ley de las órbitas. En febrero de 1684, ne, sobrina de Newton, éste llegó a la idea de la gravitación
Halley, Sir Wren y Hooke se reunieron y concorda- universal cuando observó, en 1666, en el manzanal de su ca-
ron en tal hipótesis. Hooke llegó a decir en esa oca- sa de Lincolnshire, la caı́da de una manzana. De esa observa-
ción, se le ocurrió la idea de que el poder de la gravedad te-
sión que ya habı́a considerado el que se demostra- rrestre (que derrumba una manzana) no estaba limitado a
ra con la misma todas las leyes del movimiento ce- una cierta distancia de la Tierra, sino que deberı́a de exten-
leste. En virtud de esto, Sir Wren ofreció un pre- derse más allá de lo que se acostumbraba aceptar y, quien sa-
mio para que Hooke, Halley o cualquier otro fı́si- be, tal vez hasta la Luna ([4] p. 50).
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después de que Newton extendió el principio de gra- gunas propiedades de las secciones cónicas2 . Inicial-
vitación universal, inicialmente aplicado al movi- mente, demostró que, cuando un cuerpo se mueve
miento de la Luna, a todos los cuerpos celestes. El en una órbita elı́ptica bajo la acción de una fuer-
Principia está compuesto de tres libros. En el pri- za centrı́peta dirigida a uno de los focos de esa cóni-
mer libro, Newton trata del movimiento de los cuer- ca, dicha fuerza varı́a como el inverso del cuadra-
pos en el vacı́o, incluyendo el de los movimientos do de la distancia. Enseguida, probó que, si el mis-
en órbitas elı́pticas, parabólicas e hiperbólicas, de- mo cuerpo se mueve en una hipérbola o una parábo-
bido a fuerzas centrales, ocasión que aprovecha pa- la bajo la acción de una fuerza centrı́peta dirigi-
ra probar las Leyes de Kepler. Además, al inicio del da a uno de los focos de la cónica considerada, di-
Libro I, se dan las formulaciones de las famosas Le- cha fuerza también varı́a como el inverso del cua-
yes de Newton: Ley de Inercia, Ley de la Fuerza y drado de la distancia. Por último, probó el proble-
Ley de Acción y Reacción. En el Libro II, encontra- ma inverso, a saber, si un cuerpo se mueve suje-
mos el estudio de los cuerpos en medios resistentes to a una fuerza centrı́peta que varı́a como el inver-
y la teorı́a de las ondas. Además, en ese libro, New- so del cuadrado de la distancia, la trayectoria del
ton demostró que, si los movimientos periódicos de cuerpo tiene que ser una cónica: elipse, parábola o
los planetas se desarrollaran en torbellinos (vórti- hipérbola.
ces) de materia fluida, siguiendo la hipótesis presen-
Finalmente, como una aportación de este artı́culo,
tada por el matemático y filósofo francés René du Pe-
resulta importante remarcar que la hipótesis de que
rron Descartes (1596–1650), en 1644, esos movimien-
una fuerza centrı́peta variaba como el inverso del
tos no satisfarı́an las Leyes de Kepler.
cuadrado de la distancia, usada por Newton en la
demostración de la Ley de las órbitas, conforme vi-
Por último, en el Libro III, Newton usó algunos re-
mos antes, le fue sugerida al observar que la Ley de
sultados obtenidos en los libros anteriores, principal-
los Periodos de Kepler se ajustaba muy bien en el ca-
mente la Ley de Gravitación Universal, para demos-
so particular de una órbita circular.
trar una “estructura del sistema del mundo”. Ası́,
dentro de las proposiciones demostradas en el Li- Bibliografı́a
bro III, destacan: la explicación del movimiento ke-
pleriano de los satélites de la Tierra, de Júpiter y de 1. David L. Goodstein y Judith R. Goodstein. A
Saturno; el cálculo de la forma de la Tierra (acha- Licão Esquecida de Feynman: O Movimento dos
tada en los polos y alargada en el ecuador); una ex- Planetas em Torno do Sol. Gradiva, (1997).
plicación del fenómeno de las mareas (atracción gra- 2. I. Newton. Principios Matemáticos de Filosofı́a
vitacional del Sol y de la Luna sobre las aguas de Natural. Técnos, (1987).
los océanos); y la precesión de los equinoccios (ob-
servada por primera vez por el astrónomo babilo- 3. Colin A. Ronan. História Ilustrada da Ciência
nio Kiddinu (f.c. 397 a.n.e.)) como debido a la di- (III), Jorge Zahar Editor, (1987).
ferencia entre la fuerza de gravitación solar y lu-
nar actuando en el plano ecuatorial alargado de la 4. Richard Westfall. A Vida de Isaac Newton. Edi-
Tierra [2]. tora Nova Fronteira, (1995).

Comentarios Finales cs
A manera de conclusión de este artı́culo, hare-
mos algunos comentarios sobre las demostraciones
geométricas hechas por Newton de las Leyes de Ke-
pler. Para la demostración de la Ley de las áreas,
Newton consideró que el movimiento de un planeta
2 Debido a que no pudo entender bien esas demostracio-
en torno del Sol es el resultado de una competencia
nes, el fı́sico norteamericano Richard Philips Feynman (1918–
entre la tendencia del mismo a seguir una lı́nea rec-
1988) preparó en 1964 una demostración geométrica de la Ley
ta con movimiento uniforme, como si ninguna fuer- de las órbitas de Kepler. Esa prueba está magnı́ficamente “ex-
za actuase sobre él (Ley de Inercia), y el movimien- plicada” en el libro intitulado Una Lección Esbozada de Feyn-
to debido a la fuerza central de gravitación ejerci- man: El Movimiento de los Planetas en Torno del Sol, de D.
da por el Sol. De ese modo, mediante algunos teore- Goodstein y J. Goodstein [1]. (Aprovecho la oportunidad pa-
mas de geometrı́a plana, principalmente los relacio- ra agradecer al Profesor José Acácio de Barros, del Depar-
nados con semejanzas y áreas de triángulos, llegó a tamento de Fı́sica de la Universidad Federal de Juiz de Fo-
ra, por llamar mi atención para ese libro y sugerirme la lectu-
aquella demostración. ra de ese artı́culo. Agradezco también al Profesor Vı́tor Facan-
ha Serra, del Departamento de Fı́sica de la Universidad Fe-
Por otra parte, Newton obtuvo la demostración de la deral de Pará, por haberme ofrecido un ejemplar de dicho li-
Ley de las órbitas en varias etapas, con el uso de al- bro).

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