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El estrés interviene en todos los ámbitos en los que se desenvuelve la persona y ejerce un
impacto psicofisiológico perjudicial por desempeñar un papel desencadenador, regulador o
exacerbado de diferentes síntomas (problemas para respirar con facilidad, taquicardia,
insomnio, gastritis, colitis, dermatitis, migraña, etc.), así como estados emocionales
perjudiciales (poca tolerancia a la frustración, ansiedad, depresión, temor, etc.), que son
señalados por Pérez (2002) citado por Matalinares, Díaz, Raymundo, Baca, Uceda y
Yaringaño, (2016).
De acuerdo al Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, a escala mundial los
trastornos de esta área de la salud representan cuatro de las 10 causas principales de
discapacidad en las economías de mercado establecidas (Rush Universitary Medical Center,
2011). Una de las etapas de mayor riesgo para el desarrollo de la depresión es la
adolescencia, la cual presenta un nivel de prevalencia mayor con respecto a otras. Al igual
que demás trastornos mentales, la depresión afecta de manera negativa el rendimiento
óptimo que pudieran tener las personas en sus actividades cotidianas, por lo que en la
adolescencia es importante analizar cómo influye en el desempeño en la escuela, ya que es
un ámbito donde los adolescentes transcurren el mayor tiempo de su vida cotidiana. Al
respecto, varios estudios han reportado una relación entre síntomas depresivos y problemas
escolares como bajo rendimiento escolar, reprobación y deserción escolar (Robles Ojeda;
Sánchez Velasco; Galicia Moyeda, 2011).
Dado que los estilos de afrontamiento promueven los recursos del paciente y pueden afectar
el bienestar psicológico, es de especial interés conocer qué variables psicológicas se
relacionan con los estilos adecuados e inadecuados de afrontamiento. Conocer estas
variables, puede ser útil para el desarrollo de intervenciones que potencien los recursos
psicológicos de los jóvenes y favorezcan su bienestar percibido, lo que en alguna medida
puede tener efecto sobre aquellas problemáticas que en cierta forma involucran estilos de
afrontamiento no adaptativos frente a las múltiples demandas a las que se ve expuesta esta
población, debido a las variables psicosociales que la caracterizan.
Gunzerath (2001) Menciona que dentro de las variables que pueden afectar los estilos de
afrontamiento se encuentra la personalidad. Se ha evidenciado que el afrontamiento al
estrés muestra diferencias individuales que pueden ser mediadas por características de
personalidad; en este estudio la personalidad se estimó de acuerdo con el Modelo
Psicobiológico del Temperamento y el Carácter planteado por Cloninger, Svrakic y
Przybeck (1993), que se ubica dentro de la corriente psicobiológica iniciada por Eysenck en
la década del cuarenta y continuada posteriormente por Gray y Zuckerman en la década del
ochenta. Los desarrollos conceptuales y metodológicos en esta corriente han identificado
siete dimensiones que permiten una razonable descripción y explicación de la personalidad
(Cloninger, Przybeck, Svrakic, y Wetzel, 1994, citado por Espinosa; Contreras; Esguerra,
2009).
Escaso hábito para la lectura, en virtud de que apenas el 3.5% afirmó leer más de 4 libros
no obligatorios y el 4% señalaron haber leído más de 10 libros obligatorios al semestre. Así
mismo, el 54% de las alumnas encuestadas manifestaron que no se fomentaba el hábito de
lectura en casa.
En lo que respecta a las herramientas de estudio las entrevistadas refirieron utilizar tanto los
apuntes y los libros de texto con un 34% y un 22% respectivamente, pero sólo el 9%
utilizaban otros libros de consulta, el 8% utilizaba medios informáticos y el 7% medios
audiovisuales.
Finalmente, el estudio arrojo dificultades afectivas como sigue: una baja auto aceptación
(65%), falta de un propósito claro en la vida (56%), ausencia de redes sociales de apoyo;
particularmente de la familia (52%), una percepción de no tener control sobre
acontecimientos vitales (46%) y una falta de capacidad para la toma de las propias
decisiones (42%).
En la población que trabaja el índice de felicidad es mayor (27%), entre los que no trabajan
porque estudian o se dedican a las labores del hogar el índice de felicidad es de 7% y el más
bajo se presenta entre los desempleados con 1 por ciento (CEAMEG, 2013).
Como parte del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora el 10 de
septiembre, la especialista detalló que, en México, 40.8 por ciento de la privación
voluntaria de la vida se da en jóvenes de 15 a 29 años, según el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI, 2016).
1.2. Justificación
La vida universitaria tiende ser una etapa en donde el joven se enfrenta a situaciones reales
relacionándose en el desarrollo profesional y desempeñando un rol en la sociedad, la
investigación tiene como objetivo el encontrar como es el bienestar psicológico y el
afrontamiento al estrés en los jóvenes universitarios ya que algunos están pasando por
alguna presión social o familiar en donde entran en crisis y tienden al abandono o al
suicidio.
El bienestar psicológico está basado en seis dimensiones según la psicóloga Ryff (1995)
auto aceptación, relaciones positivas, propósito de la vida, crecimiento personal, autonomía
y dominio del entorno.
En relación del estrés, el cual produce el ámbito académico, es muy común que el estrés
genere, trastornos psicológicos, como la depresión, ansiedad y baja autoestima. Por
consiguiente, el estrés académico, es el causante de todos estos problemas mentales, los
cuales no, nos permiten el buen funcionamiento de todas nuestras capacidades intelectuales,
causando un grave problema académico, que viven muchos estudiantes a lo largo de su vida
universitaria, conocido como el bajo rendimiento académico. Por lo tanto, es la razón por el
cual se escogió este tema, en base de las estadísticas existentes en donde se habla acerca del
estrés académico.
La investigación dará a conocer cuál es la razón existente para la relación entre estas dos
variables, existen investigaciones hasta el 2015, pero no hay alguno reciente, creo que
debería haber actualización acerca de este tipo de información, ya que vienen generaciones
diferentes a los actuales, lo que procede a que habrá nuevos factores que interfieran en estas
variables.
Lo que se espera es que tal vez antes salían muchos resultados muy impactantes ya que sí
existen tasas donde el suicidio se sigue incrementando estadísticamente en muchos lugares,
ya sea en América o en Asia, ahora que se sabe que ese factor existe, porque aún no se ha
implantado algún programa para la prevención del suicidio, como puede ser posible que
sepan que existe un problema y nadie ha intervenido en esas situaciones, tal vez en algunos
estudios digan que si se ha presentado alguna intervención, pero con esta investigación se
quiere saber si existe la posibilidad de que los estudiantes tengan la conciencia de que no
están solos en esos momentos donde tengan una crisis.
1.3. Objetivos
Objetivo general
MARCO TEÓRICO
2.1 Bienestar psicológico
El tema del bienestar psicológico es algo que preocupa a la humanidad desde que emerge
como tal; el ser humano busca la satisfacción de sus necesidades como todo ser vivo; sin
embargo, la conciencia de sentirse feliz es algo específico de la especie humana (Oramas,
2006).
2.1.1 Definición
El bienestar psicológico es un concepto amplio que incluye dimensiones sociales,
subjetivas y psicológicas, así como comportamientos relacionados con la salud en general
que llevan a las personas a funcionar de un modo positivo (Muñoz, 2017).
Está relacionado con cómo la gente lucha en su día a día afrontando los retos que se van
encontrando en sus vidas, ideando modos de manejarlos, aprendiendo de ellos y
profundizando su sensación de sentido de la vida (Estay C, 2014).
Relaciones positivas. -Consiste en tener relaciones de calidad con los demás, gente con la
que se pueda contar, alguien a quien amar. De hecho, la pérdida de apoyo social y la
soledad o asilamiento social aumentan la probabilidad de padecer una enfermedad y
reducen la esperanza de vida (Ryff y Singer 2008).
Propósito en la vida. -Es decir, que tu vida tenga un sentido y un propósito. Las personas
necesitan marcarse metas y definir una serie de objetivos que les permitan dotar a su vida
de sentido. Quienes puntúan alto en esta dimensión persiguen metas, sueños u objetivos,
tienen la sensación de que su vida se dirige a alguna parte, sienten que su presente y su
pasado tienen significado, y mantienen creencias que dan sentido a su vida. Quienes
puntúan bajo tienen la sensación de que la vida no tiene sentido, de que no van a ninguna
parte, tienen pocas metas y no tienen creencias que aporten sentido a sus vidas (Ryff y
Singer 2008).
Autonomía. -Consiste en tener la sensación de que puedes elegir por ti mismo, tomar tus
propias decisiones para ti y para tu vida, incluso si van en contra de la opinión mayoritaria,
mantener tu independencia personal y tus convicciones. Las personas con mayor autonomía
son más capaces de resistir la presión social y regulan mejor su comportamiento desde el
interior (en vez de ser dirigidos por otros), son más independientes y se evalúan a sí mismas
en función de estándares personales. Las personas con baja autonomía están preocupadas
por las evaluaciones y expectativas de los demás y se dejan influir o guiar por ellas, toman
sus decisiones en base a las opiniones de los demás y se conforman ante la presión social,
actuando y pensando en base a lo que los demás esperan de ellos (Ryff y Singer 2008).
2.1.3 Factores
Entre los factores protectores del bienestar psicológico se pueden destacar:
⮚ Biológicos – genéticos
o Para comprender el factor biológico, resulta necesario, analizar sus diversos
tipos; así: los genéticos, caracterizados por la carga genética que porte el
individuo, que puede ocasionar ciertos síndromes en la persona, propio de la
naturaleza de sus genes; los prenatales, que pueden ocurrir antes del
nacimiento y estar influenciados por características fisiológicas de la madre
o por situaciones de riesgo, dificultades o enfermedades durante el proceso
del embarazo; los perinatales, que se dan durante el nacimiento y el bebé
puede ser víctima de cualquier circunstancia peligrosa que ocurra en ese
instante, como problemas respiratorios, asfixia durante el nacimiento,
infecciones, entre otros.
Y, por último, están los factores posnatales que ocurren después del nacimiento,
aquí el cuidado y la atención que reciba el bebé es clave, porque una mala
nutrición o enfermedades no tratadas a tiempo, golpes graves o descuidos
pueden también determinar su desarrollo biológico Eslava (2017).
⮚ Ambiente social
o La habilidad para tomar la perspectiva del otro.
o La habilidad para percibir las normas que prevalecen en el medio social y
para actuar en función de ellas.
o La capacidad de tomar contacto con las propias sensaciones y emociones.
o La capacidad de autocontrol.
o La capacidad de anticipar las consecuencias de la propia conducta.
o La habilidad de comunicarse en forma efectiva.
o La capacidad de resolver conflictos positivamente
o La capacidad de enfrentar y resolver problemas.
⮚ Ambiente psicológico
o Es la atmósfera o clima emocional, psicológico, en la cual se desarrollan los
acontecimientos. Este espacio está creado por todos los elementos presentes
en la historia, aunque se hayan puesto en ella sin perseguir necesariamente
ese fin. Los factores que influyen en la creación de un ambiente psicológico
no siempre pueden delimitarse con claridad.
El psicólogo infantil David Elkind (1981, 1986, 1997, 1998) llamó al niño de hoy el “niño
apresurado”. Advierte que las presiones de la vida moderna obligan a los niños a crecer
demasiado rápido y hacen que su niñez resulte demasiado estresante. En la actualidad se
espera que los niños tengan éxito en la escuela, que compitan en deportes y que satisfagan
las necesidades emocionales de los padres. Además, son expuestos a muchos problemas
adultos, tanto en la televisión como en la vida real, antes de que hayan resuelto los
problemas de la niñez. Saben acerca del sexo y violencia, y muchas veces tienen que
hacerse cargo de responsabilidades adultas.
Debido al estrés al que están expuestos, no debería sorprender que la ansiedad en la niñez
se haya incrementado de manera notable (Twenge, 2000). Los temores al peligro y la
muerte son los más constantes en los niños de todas las edades (Gullone, 2000; Silverman,
La Greca y Wasserstein, 1995).
Esta intensa ansiedad por la seguridad puede ser reflejo de las elevadas tasas de
delincuencia y violencia en la sociedad mayor, incluyendo la presencia de pandillas
callejeras y violencia en algunas escuelas.
Los descubrimientos acerca de los temores de los niños han sido corroborados en diversas
sociedades desarrolladas y en desarrollo. Los niños de baja posición socioeconómica (para
quienes su entorno puede resultar atemorizante) suelen ser más aprensivos que los niños de
posición socioeconómica alta (Gullone, 2000; Ollendick, Yang, King, Dong y Akande,
1996). Los que crecen rodeados de violencia constante suelen tener problemas para
concentrarse y para dormir. Algunos se vuelven agresivos y otros llegan a dar por sentada
la violencia. Muchos no se permiten apegarse a otras personas por temor a sufrir más dolor
y más pérdidas (Garbarino, Dubrow, Kostelny y Pardo 1992, 1998).
2.1.3.2 Riesgo
La teoría fisiológica desarrollada por Selye (1960,1975). Como ya hemos visto, este autor
ha definido el estrés cómo la respuesta inespecífica del organismo ante la demanda de un
agente nocivo (estresor o alarmador) que tanta contra el equilibrio homeostático del
organismo (Pereyra, 2009).
Esta perspectiva, quizás como reacción a la anterior, puso el acento en los estímulos
ambientales, es decir, localizo fuera del individuo el hecho gravitante del estrés. Los
principales responsables de esta teoría fueron dos psiquiatras, Holmes y Rahe (1967),
observaron cuidadosamente los acontecimientos vitales que habían precedido a la
enfermedad en 5,000 pacientes hospitalizados.
Basándose en la valoración que la valoración que las personas comunicaban sobre el grado
de adaptación que determinados acontecimientos vitales demandaban, los investigadores
asignaron valores a tales eventos, los cual dio por resultado la construcción de la célebre
escala conocida como The Social Readjustment Rating Scale (SRRS).
Incluyen las variables del propio sujeto directamente relacionadas con la respuesta de
estrés. Un ejemplo de este tipo de factor lo constituye el denominado índice de reactividad
al estrés, que se define como “el conjunto de pautas habituales de respuesta cognitiva,
emocional, vegetativa y conductual ante situaciones percibidas como potencialmente
nocivas, peligrosas y desagradables” (Gonzáles, 1990 citado por Rodríguez, 2001).
Éstos hacen referencia a los estresores medioambientales que pueden sobrecargar los
mecanismos de defensa y la regulación homeostática o de ajuste del individuo. Ejemplos
característicos de estos factores lo constituyen el índice de los sucesos vitales (Holmes y
Rahe, 1967) y los hasless (fastidios) de la vida cotidiana, inclusive de los “eventos
interpersonales” (Maybery y Graham, 2001).
Están constituidos por variables tanto del medio ambiente como del propio individuo que
no están en relación directa con la respuesta de estrés, pero que actúan como
condicionadores, moduladores o modificadores de la interacción entre los factores externos
e internos de estrés. De entre los factores moduladores se pueden señalar variables como el
apoyo social, determinados estados afectivos y características de personalidad (por ejemplo,
personalidad de tipo A y C, hardiness) o cualidades atribucionales (por ejemplo, el “locus
de control”) o de manejo de las situaciones adversas como la “resiliencia”, González
(1991).
2.2.3 Resiliencia
“Es la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por
experiencias adversas” (Grotberg, 2001citado por Pereyra, 2009). El término, que proviene
de la física, se aplica a la elasticidad de un material, que puede resistir un choque o el
impacto de un objeto contundente.
a) Estables o inestables
b) Globales o específicas
c) Internas o externas.
Por ejemplo, si fue reprobado en el examen, puede dar una variedad de razones. Si sus
explicaciones son siempre iguales, son estables: por ejemplo, llega a la conclusión de que
“yo siempre soy reprobado en todos los exámenes”. Si se da esa condición de estabilidad
(de mis explicaciones para los malos eventos), puedo esperar a que se repitan situaciones
análogas y mostrar signos de desamparo cuando tenga que presentar un examen, de acuerdo
con el ejemplo. Por otra parte, si su explicación es global más que específica, es decir, si
generalizo su indecisión de un contexto dado a todos los aspectos de mi vida (por ejemplo
“soy incapaz” o “nunca hago nada bien”), sus expectativas serán que sucedan otras cosas
malas en otras áreas (no solo ser reprobado en los exámenes, sino también perder amigos,
dinero, etc.) y sentirme un fracasado o un desamparado. Por último, si mi explicación busca
razones internas más que externas (“es mi culpa, no del profesor”), probablemente mostrare
signos de baja autoestima y tendré mayor tendencia a caer en la depresión (Pereyra, 2009).
2.3.1 Definición
Esta etapa abarca el periodo de 18 a 29 años, se trata de una etapa exploratoria, una época
de posibilidades, una oportunidad para probar nuevas y diferentes formas de vida. En
esencia, es un periodo durante el cual la gente joven ya no es adolescente, pero todavía no
se han asentado en los roles adultos (Arnett, 2000, 2004, 2006; Furstenberg et al., 2005).
Aunque la incertidumbre y la confusión que puede marcar este proceso puede ser muy
angustiante, la mayoría de las personas jóvenes tienen una visión positiva de su futuro y
esperan su vida adulta (Arnett, 2007 citado por Papalia y Feldman, 2012).
Los teóricos e investigadores del desarrollo han estudiado la cognición adulta desde varias
perspectivas. Algunos tratan de identificar capacidades cognoscitivas distintivas que
aparecen en la adultez o formas características en que los adultos usan dichas capacidades
en las etapas sucesivas de la vida. Otros investigadores se concentran en los aspectos de la
inteligencia que están presentes toda la vida pero que se destacan en la adultez. Una teoría
actual, que puede aplicarse tanto a los niños como a los adultos, hace hincapié en el papel
de la emoción en la conducta inteligente (Papalia y Feldman, 2012).
La capacidad para el pensamiento reflexivo parece surgir entre los 20 y 25 años. Sólo
entonces las regiones completamente mielinizadas de la corteza cerebral pueden manejar el
pensamiento de nivel superior, al mismo tiempo que el cerebro forma nuevas neuronas,
sinapsis y conexiones dendríticas. Un medio ambiente rico y estimulante puede estimular el
desarrollo de conexiones corticales más gruesas y densas. Si bien casi todos los adultos
desarrollan la capacidad para convertirse en pensadores reflexivos, pocos alcanzan la
capacidad óptima en esta habilidad menos aún pueden aplicarla de manera sistemática a
diversos tipos de problemas. Para muchos de ellos, la educación universitaria estimula el
progreso hacia el pensamiento reflexivo (Fischer y Pruyne, 2003; Papalia y Feldman,
2012).
En este los adultos buscan tener una buena Posición Socioeconómica, mejores ingresos
para poder tener mayor capacidad de adquisición, buscan obtener una buena casa, tener su
carro y eso brinda sensación de seguridad en los adultos (Papalia y Feldman 2012).
Los rasgos de personalidad y los estilos de vida se vuelven relativamente estables, pero las
etapas de vida y los acontecimientos pueden influir en los cambios de personalidad.
METODOLOGÍA
3.1 Tipo de investigación
3.2 Participantes
Para llevar a cabo este estudio se seleccionó una muestra intencional donde solamente se
eligió a los estudiantes del área de Ciencias Sociales y Humanidades que están por egresar
de una institución de educación superior privada de Cajeme. La muestra fue de 39 personas,
15 hombres y 24 mujeres de edades 22-24 años.
3.3 Instrumento
Para recabar la información se utilizaron dos instrumentos que fueron adaptados en línea
para facilitar la aplicación por cuestión de tiempos, el primero fue la Escala de Bienestar
Psicológico (EBP) de Sánchez (1998) y el Cuestionario de “Modos de afrontamiento al
Estrés” de Lazarus y Folkman (1985).
Bienestar Laboral. - Se basa en la satisfacción laboral y guarda una estrecha relación con
la satisfacción general, unida a la del matrimonio y la de la familia.
3.4 Procedimiento
RESULTADOS
MUESTRA GENERAL
120%
100% 100%
100%
80%
60%
40%
20%
0%
TOTAL ESCALA ESCALA PONDERADA
CONCLUSIONES
Se puede decir que se logró el objetivo planteado el cual era el conocer el bienestar
psicológico y el afrontamiento del estrés en estudiantes del área de Ciencias Sociales y
Humanidades; en los resultados de la prueba, se determina que hay una baja motivación y
se requiere mejorar. Al ser egresados, se enfrentan a nuevos retos los cuales terminan
abandonando por falta de experiencia laboral, dificultad para encontrar un empleo y la
estabilidad económica.
Las recomendaciones para mejorar estas estadísticas que arrojaron la prueba, es que a los
egresados se les debe enseñar a adentrarse en el mundo laborar y que tengan que buscar
toda la información, para que aprendan a conocer el puesto o sector al que quieran dirigirse.
El conseguir su primer empleo puede ser un reto ya que puede tardar entre 6 meses a 1 año.
Al tener una escasa experiencia profesional, se debe de tomar en cuenta sus aptitudes, las
prácticas que realizaron y en que destacaron más durante la carrera. El encontrar trabajo es
una competencia donde cada uno sabe cuáles son sus puntos fuertes y deben ponerlos en
marcha para emplearlos a su favor.
No todos lograron desarrollar las competencias exigidas, pero con sus méritos,
conocimientos y proyectos que hayan elaborado, pueden conseguir sus metas laborales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CEAMEG (2013), Estadísticas de Bienestar Subjetivo: análisis de la satisfacción con la
vida y la felicidad en la población mexicana desde una perspectiva de género
Díaz, Rodríguez, Blanco, Moreno, Gallardo y Valle (25 de septiembre de 2017). Acerca de
nosotros: Instituto Europeo de Psicología Positiva. Obtenido de A. IEPP
Corporación sitio Web: http://www.iepp.es/images/stories/pdf/Ryff.pdf
Matalinares, Díaz, Raymundo, Ornella, Baca, Deyvi, Uceda, Joel, Yaringaño, Juan, (2016),
Afrontamiento del estrés y bienestar psicológico en estudiantes universitarios de
Lima y Huancayo http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=147149810007> ISSN
1560-6139
Papalia, D. E., Sterns, H. L., Feldman, R. D., & Camp, C. J. (2009). Desarrollo del adulto y
vejez (3ª ed.). México, México: Mc Graw Hill.