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en Tepic
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En la portada:
Don Eustaquio Barrón Cantillon y doña Cándida Añorga de Barrón
con sus hijas Manuela, Antonia, Catalina y María en la Casa
Amarilla de Tacubaya, Edouard Pingret. ca. 1850. Colección
particular.
©Derechos reservados
2 Noviembre 2022
Tepic, Nayarit, México
joseh.meza135@gmail.com
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Contenido
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1 Tepic en el Siglo XIX
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“Florece entre estos vecinos la industria, a tal grado que muy poco
necesitan de los efectos de otro país del Reino, porque en las oficinas de
telares, no sólo se fabrican los tejidos de mantas corrientes sino que
también se hace coco, sayales, pañetes, rebozos, cintas, borlón, y lona
suficiente para auxiliar los buques de dicho apostadero, pinturas de
estampados, cabos azules de coco y manta, de cuyos trabajos se
emplean muchas gentes. Los sombrereros trabajan con tanta
perfección que imitan a los de esa capital en sus obras finas y de todas
figuras de moda, semejando aún a las extranjeras; y los alfareros hacen
los labrados de losa corriente, suficiente al surtimiento y consumo de
este común, alcanzando para el de San Blas y embarque de alguna losa
necesaria para California, sin necesitarse ya la que anteriormente se
traía del pueblo de Tonalá”.
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“paquete 28”, expediente 2).
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“En el lado opuesto se halla la casa consistorial y en los restantes
diversas habitaciones particulares y tiendas de comercio”.
“De dos lados y cada uno de los ángulos de la plaza, parten en
contrarias direcciones nueve calles, que se prolongan en derechura
hasta los últimos arrabales. Toda la ciudad está dividida en nueve
cuarteles y éstos en un número desigual de manzanas. Tiene dos plazas,
tres plazuelas, tres capillas, un hospital, una escuela de primeras letras
costeada del fondo municipal a la cual concurren 228 niños, otra en el
convento de la Santa Cruz, varias particulares de ambos sexos y una me
matemáticas y de náutica. Existe además un espacioso cuartel para la
tropa, dos mesones y una imprenta particular. Casi todas las casas son
bajas, espaciosas, cómodas y bien construidas… La población de Tepic
aumenta en la estación de lluvias a lo menos en una tercera parte, por
el gran número de individuos del vecindario de San Blas y de otros
puntos litorales que vienen a habitar la ciudad, para precaverse de las
enfermedades y molestas plagas que infestan esos sitios. Desde el
establecimiento de la fábrica de hilados y tejidos de algodón por los
señores Barron y Forbes, la industria ha progresado, y la erección de
esta fábrica ha provocado la de otra mayor de igual clase que está al
concluirse en sus inmediaciones por los señores Castaños y Compañía.
El mismo señor Castaños a colocado también en sus posesiones un
molino de caña de la mejor construcción y los demás aparatos propios
para formar el azúcar con la perfección con que se forma en la Europa
hasta el día”.
(López Cotilla. Manuel. “Noticias geográficas y estadísticas del
departamento de Jalisco”. 2da. Edición. Guad, UNED, 1983, p. 123).
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Fuente: Longinos Banda. Estadística de Jalisco (1854-1863 ). 1982
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El primer Teatro de la Ciudad de Tepic.
Es gracias a Don Everardo Peña Navarro que en su obra “Estudio
Histórico del Estado de Nayarit”, los tepicenses aun guardamos
memoria sobre aquel primer Teatro que existió en nuestra ciudad.
Transcurría el año de 1830 cuando, el honorable Ayuntamiento de la
ciudad tuvo la grande idea de traer un poco de “modernidad” y a la vez,
de lograr obtener los recursos necesarios para poder hacer frente a las
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Este Teatro estaba ubicado exactamente en la esquina de Hidalgo y
Veracruz, existió ahí el “Cine Amado Nervo”.
Se desconoce a ciencia cierta, por cuanto tiempo quedo el edificio de
este teatro cerrado. Se conoce que posteriormente a su cierre, al
tiempo, se organizo una “Junta de Vecinos” y que éstos aportaron
diversas cantidades de dinero para la reconstrucción, pero que no
lograron ser suficientes y desistieron. López González afirma que eran
50 vecinos.
Al no poder reconstruir completamente este edificio, la Junta de
Vecinos no le quedo mas camino que hacer entrega de esta obra al
Ayuntamiento nuevamente, mismo que ahora era presidido por Don
Juan Sanromán, quién al asumir ese problema, obtuvo un crédito de
una casa comercial y procedió a continuar con los trabajos, mismos que
fueron terminados en 1866.
Las fechas dadas, tanto por Don Everardo Peña Navarro, como por Don
Pedro López Gonzáles, de que el teatro cerro sus puertas en el año de
1855 y que nuevamente quedo reconstruido en 1866, se afirma que a lo
mucho se iniciaron los trabajos en 1864; que por cierto, estuvieron a
cargo del ingeniero tepicense, Don Gabriel Castaños Retes, quién en
aquel año contaba con la corta edad de 25 ó 26 años.
“Tepic año 1866, por fin se había llegado el día y la hora, 31 de Marzo
7:30 de la noche: Inauguración del Teatro Fernando Calderón nombre
dado por consenso como un tributo al escritor y poeta zacatecano. El
joven Ingeniero José Gabriel Dario Castaños Retes, recibía las
muestras de afecto y admiración de sus coterráneos; un año antes
cuando recién había desempacado maletas a su retorno de la ciudad de
los países bajos, Bruselas, lugar al que acudió a realizar sus estudios de
ingeniería, se depositó en él la confianza para diseñar y dirigir la obra,
reedificando la finca sobre las paredes del antiguo teatro construido en
1838 donde mucho tuvo que ver la participación del tío Don José María
Castaños y Llano. La crónica impresa de “El Amigo del Orden” de
Tepic, periódico editado algún tiempo durante el Segundo Imperio de
México (10 Abril 1864-15 Mayo 1867) al día siguiente señalaba “…
hemos quedado positivamente complacidos de la hermosura, solidez y
comodidad de la obra.” “…la elegancia y ligereza en el conjunto, no han
podido menos que darnos una idea muy aventajada de los
conocimientos de su director el joven ingeniero D. Gabriel Castaños.”
La iluminación del recinto era de lo más moderno, a cargo de una
considerable cantidad de candiles y arañas de ocho luces de queroseno
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importadas de Europa, que daban una sensación cálida y agradable a la
vista de los concurrentes, adquiridas ex profeso en la capital mexicana
en el establecimiento El Gran Emporio Mexicano de la Luz de H. C.
Covert, domiciliada en la esquina de las calles segunda de plateros y
San José el Real”.
Este nuevo edificio no quedó del todo bien construido y al poco tiempo
después fue necesario cambiar su techo.
En este Teatro, refiere Don Everardo Peña Navarro, debutó la
compañía de opera italiana “Ciudad de Roma”, con la opera “Favorita”,
misma que fue cantada por la señora Emma Savorani, primera triple
dramática y por Don Antonio Cornelli, primer tenor absoluto.
Entre los años de 1897-1898 y siendo Presidente Municipal de Tepic el
Doctor Don Carlos Fenelón, se le realizaron diversas mejoras y
reparaciones a este teatro, como lo fueron el anfiteatro, camarines,
catorce plateas y quince palcos de primera, más galería y patio para
trescientas lunetas.
Muy poco tiempo duraron estas mejoras. Tan solo duraron unos meses
de ese año de 1898, porque el día 20 de junio de ese mismo año, a la
una de la madrugada, recién pocas horas después de haber finalizado la
función teatral de la “Compañía Dramática Infantil”, formada por
habitantes de nuestra ciudad, el teatro comenzó a incendiarse.
Refiere Don Pedro López González que, “las numerosas contraseñas de
los serenos y disparos de armas de fuego, alarmaron a la población que
acudieron a curosear, no lográndose apagar por los pocos elementos
con que se contaron, el fuego hizo suyo el edificio y a las cuatro de la
mañana se logró controlar el incendio pero para esos momentos solo
quedaba un montón de escombros”.
El General Don Pablo Rocha y Portu, Jefe Político del Territorio de
Tepic, se preocupó por reconstruir nuevamente este teatro pero no lo
termino por haber dejado el cargo político que ostentaba, pero su
sucesor, el General Don Mariano Ruiz, deseo continuar dicho trabajo y
lo termino, adaptando al proyecto original algunas modificaciones,
empleando materiales menos inflamables y contratando trabajadores
foráneos traídos a esta ciudad a trabajar especialmente en esta
remodelación al teatro.
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En el informe dado por el General Don Mariano Ruiz, titulado
“Adelanto y mejoras materiales en el Territorio de Tepic 1905 a 1909”
(Imprenta del Gobierno del Territorio. Tepic. 1909), en su página 18
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El telón de este nuevo teatro fue pintado por el maestro Don Jesús
Bonilla, mismo que pinceló una alegoría sobre las nueve musas del
arte.
El día 15 de Septiembre del año de 1907 fue inaugurado bajo el nuevo
nombre de “Teatro Porfirio Díaz” por el Jefe Político del Territorio,
General Don Mariano Ruiz, mismo que develo una placa alusiva.
El discurso oficial de ese tan importante suceso tepiqueño, estuvo a
cargo del Secretario de Gobierno, Licenciado Don Juan Aviña, mismo
que al tomar la palabra expreso que este nuevo teatro estaba
“solidamente de madera y fierro, protegido contra incendio”. No
obstante dicho lo anterior, el día 8 de Mayo de 1923, este sitio fue
nuevamente devorado por el fuego.
Pero antes de que esto último ocurriera, este lugar fue donde un día, el
primero de Mayo del año de 1917, se llevó a efecto un acto histórico
muy importante para todos los nayaritas de ayer, hoy y mañana. Ahí se
leyó por vez primera la declaratoria a la erección del Territorio de Tepic
en Estado Libre y Soberano de Nayarit.
Dicha acta decía así: “En la ciudad de Tepic, capital del Estado Libre y
Soberano de Nayarit, a primero de mayo de mil novecientos diecisiete,
ante el pueblo nayarita, reunido en este recinto del Teatro “Calderón” y
con la asistencia de los miembros del H. Ayuntamiento Local, Yo, Jesús
M. Ferreira, General Brigadier Gobernador y Comandante Militar de
esta Entidad, declaro solemnemente que, en cumplimiento de lo
dispuesto por los artículos 43 y 47 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, expedida el 31 de Enero de 1917 y
promulgada el 5 de Febrero del mismo año, que reforma la del 5 de
febrero de 1857, desde esta fecha el extinto Territorio de Tepic, asume
el carácter de Estado Libre y Soberano y entra en el ejercicio de los
derechos generales de la propia Constitución le confiere. Y en memoria
de tan significativo suceso y en señal de conformidad con el nuevo
orden de cosas establecido en esta Entidad por cuyo sostenimiento
protestamos velar celosamente, se levanta por triplicado la presente
acta, que firman los que intervienen en este acto…”.
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costado 4,690.19 pesos, de los cuales don José Maria Castaños aportó
1775.19.
Aqui los documentos:
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Don Guillermo Forbes............................. 25
Don Ramón Menchaca............................75
Don Ramón Yruritagoyena.......................75
Lic. Ignacio Gil Romero.............................50
Don Espiridión Rivas................................ 75
Sre. Don Antonio y Don Ignacio Pintado
hermano....................................................50
Don Pablo Retes........................................50
Don Antonio Santa María..........................50
Don Nicolás Pérez Gómez..........................25
Don Domingo Danglada..............................25
Don Antonio Patrón....................................50
Don JOSÉ MARÍA CASTAÑOS..............1, 775
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Fotografía.- Mercado de la Flauta. Tepic. Autor desconocido. Crédito a
quien corresponda.
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Breve historia del Palacio Municipal de Tepic.
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Marzo, la Segunda Audiencia le denegó su apoyo.
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su Ayuntamiento. Esta cédula la recibió el Subdelegado Don José
Antonio García en el mes de Enero de 1813 y fueron los primeros
Alcaldes Constitucionales los señores Don Juan de Maitearena y Don
Francisco Castillo Patrón (ambos en 1813).
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de la revolución y quedando levantado tan sólo el primer piso.
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En el año de 1880 se reunieron los señores don Amado Fletes, don José
María Menchaca y el doctor Nemesio Rodríguez con el Secretario
General de Gobierno y representante del Jefe Político del Territorio de
Tepic don Antonio Zaragoza, para firmar el contrato relativo a la
construcción y explotación por cuenta de los primeros del tranvía
urbano de Tepic.
Durante nueve (9) años nuestra ciudad contó y disfruto con este
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servicio de trasportes tirados por mulas y a lo que pomposamente se le
llamaba “Ferrocarril Ur
Foto página anterior: otra diligencia pasando por el puente viejo de
Puga a las fábricas de Aguirre: Bellavista, La Escondida, y Puga. —
Durante las últimas dos décadas del siglo XIX, es decir, durante el
porfiriato, Tepic es una ciudad cuyo número de habitantes aún no
supera los diez mil. Es la capital del Territorio Federal del mismo
nombre, mismo que es gobernado por un Jefe Político, designado por
parte del poder central. Desde mediados de la centuria ha
experimentado un proceso de industrialización a partir de grandes
unidades de producción textiles y azucareras. Por su parte, el puerto de
San Blas permite la exportación de esos bienes, pero también por él
arriban agentes económicos que desean obtener beneficios de tan
estratégica posición. De Estados Unidos y Europa llegan comerciantes,
mineros, agricultores y técnicos, estos últimos especializados en el
manejo y administración de las fábricas que recientemente se han
establecido. De esos fuereños los que sobresalieron en cantidad y por
su participación en la vida económica, fueron los procedentes de
Alemania y España. Su incorporación a la sociedad local es rápida, sin
embargo, no descuidan los nexos para con sus países de origen. Por el
viejo fondeadero, estas familias reciben diversos bienes,
particularmente alimenticios, que les permiten reproducir, por lo
menos en parte, la dinámica cultural de que son portadores.
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La actividad comercial reclamaba la existencia de consulados, el
alemán, ubicado en la esquina de la calle México e Iturbide (hoy
Zapata), representado por Maximiliano Teodoro Germán Delius
originario de Hamburgo, quien además fue destacado empresario,
junto con Carlos Beyer formó la Comercial Delius-Beyer y Compañía.
El inglés, que tenía sus oficinas en la Casa Barron y Forbes, cruzando la
calle Iturbide (Zapata) en la misma calle México.
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Tepic que contaba con 15,000 habitantes en el núcleo urbano a su
llegada, un Tepic provinciano mezcla de un ambiente rural y un
cosmopolitismo que vivía sus mejores años de bonanza, debió haber
sorprendido, en las calles céntricas el tránsito de carruajes que de
acuerdo a sus características recibían nombres de: chispas, landós y
estufas cruzaban la urbe sobre el nivelado empedrado emitiendo el
sonido característico
causado por los cascos
de los equinos y las
ruedas anunciando al
transeúnte su
proximidad. Tan solo
llegar a la plaza era
suficiente para ver un
gran número de
indígenas y
mexicanos, los menos
de paso por la urbe en
constante movimiento
en cómodos calzones
mostrando sus
piernas correosas a
fuerza del trabajo y
grandes caminatas,
los más ataviados con
pantalones acatando
la ley ridícula vigente
de promoción de la
cultura y las buenas
costumbres para
mejorar la apariencia
de los nativos, señalando que los calzones blancos que usan las clases
trabajadoras y los indios civilizados no son bastante decentes.
Catedral de Tepic. (Año 1911)
La industria contaba con el funcionamiento de la fábrica textil de Jauja
propiedad de Barron y Forbes y la de “Bellavista” de los Aguirre. En
Santiago Ixcuintla las fábricas textiles “Del Río” adquirida en 1894 por
José María Menchaca Martiarena a Adolf Kint, y la de “Santiago”
donde la mayoría de las acciones estaban en manos de la familia Pérez
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Gómez. Las haciendas azucareras de “La Escondida” y la de San
Andrés de Puga generadoras de gran cantidad de empleos directos e
indirectos. Las fábricas de puros y cigarros “El Tráfico” del señor José
Amado Fletes Osuna ubicada en la convergencia de la calle Zacatecas y
Juárez (hoy calle Amado Nervo), “La Felicidad”, ubicada en la esquina
de Hidalgo y Ures, su dueño Aristeo González promocionaba diciendo
“Cigarros de distintas clases a gusto de mis favorecedores. Elaborados
con los mejores tabacos de Compostela y Chila. En papel Oruzús,
Chango y Hamburgo, Berro, Catalán, Competidora”.
“La Esperanza” fábrica de cerillos propiedad de Manuel Sierra, su
competencia era “La Luz” cerillera establecida por la calle Zaragoza
entre Zacatecas y México.
Agreguemos a esta industria el considerable número de haciendas
repartidas en todo el territorio, dedicadas a la producción ganadera,
cafetalera, tabaquera, algodonera, cañera, reclamadoras de gran
cantidad de empleados e insumos, provocando un dinamismo en esta
capital por ser el centro de atención y abasto de todo lo necesario.
En la esquina de la calle Hidalgo y de la penitenciaria (hoy México) en
el solar conocido como de los Castaños, en esos días estaba en proceso
de edificación la mansión que con el paso del tiempo se convirtió en el
símbolo de la compañía más poderosa del territorio, bautizada por los
lugareños como “La Casa Aguirre” concluida e inaugurada a principios
del año 1897.
Por la Avenida México se hallaba la casa del cofundador de la Fábrica
textil de Bellavista Don Ignacio Fletes Rico, fallecido en 1847, y
enseguida el majestuoso Palacio de la Jefatura Política del Territorio de
Tepic y que a partir de 1930 se convirtió en el Hotel Imperial. Enfrente
se encontraba el portal propiedad del Lic. Guillermo Ponce de León por
aquellos años, hoy convertido en hotel que lleva el nombre del fraile
evangelizador Junipero Serra que partiendo del puerto de San Blas
fundó varias misiones en la Alta California como Los Ángeles, San
Francisco, Sacramento y San Diego, en la actualidad convertidas en
grandes ciudades de la unión americana,; enseguida el portal
Menchaca albergaba el establecimiento mercantil “El Palacio de
Cristal” propiedad de los hermanos Menchaca Martiarena,
descendientes de José Ramón Menchaca Landaluce.Cruzando la calle
Lerdo está el amplio portal del hotel “La Bola de Oro” que empezó sus
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funciones como tal en 1840 bajo la dirección de su propietario
Alejandro Santa María y Chorroco.
Para los amantes de la tauromaquia, que entre ellos debió contarse el
navarro, el coso “El Porvenir” a solo cuatro cuadras al poniente del
rectángulo de la plaza principal en la calle Lerdo, entre León y Morelia,
ofrecía buenas corridas, los más famosos toreros mexicanos fueron
ovacionados con los olé y aplausos de la afición que llenaba los
tendidos de ese lugar ante el lance de verónicas y pases de derechazo y
natural. No faltaban las corridas organizadas para recaudar fondos a
favor de alguna institución de beneficencia de la ciudad, donde
aficionados a la fiesta brava en su afán de impresionar a las lindas
“pollitas” se vestían con traje de luces, el desgarbo de más de uno era
tal que provocaban la hilaridad del respetable que no por eso dejaba de
reconocer la valentía y el arrojo de los osados participantes de
enfrentar a los bóvidos salvajes llamados de lidia.
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Tepic también asiste a nuevas formas de diversión y evasión. En la
organización religiosa se presentan más espacios culturales en los que
el pueblo se desborda. La promoción del santoral civil cada día cobra
fuerza, tanto en la cultura de quienes dirigen la ciudad como en la
gente del pueblo. Los baños de mar en San Blas, los carnavales de
Mazatlán y San Pedro Lagunillas, los días de campo en las cercanas
fincas rurales, divertirse en el teatro, las fiestas del casino, las tardes en
la alameda y, la preocupación porque no llegue el ferrocarril y acabe
con ese encanto, son algunos de los tópicos que se abordan en el
presente escrito.
El comercio en Tepic
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conocido como La Campana, propiedad de don Gabriel Márquez,
ofrecía vino de consagrar, jerez, vino tinto francés, cerveza de varias
marcas, conservas alimenticias y “…otra infinidad de artículos, todos de
superior calidad…” además, realiza comercio de ganado, especialmente
reses de abasto; y de cereales, con preferencia en maíz y frijol. Dentro
de estas tiendas mixtas donde prácticamente se encontraba de todo,
estaba El Lazo Mercantil, propiedad de Cortés y Ávila, situada al
termino del portal haciendo escuadra con la calle de México, la cual
dentro del ramo de abarrotería, contaba con azúcar, aguardiente de
caña, arroz, almendra, canela, cacao de Tabasco, café, coñacs, cervezas,
chocolate fino y corriente, dulces, galletas, licores finos y corrientes y
vino mezcal enteramente puro. Con “El Ancla” del originario de
Limpias, Cantabria, José Manuel Rosendo Somellera y Rivas y “La
Balanza” de Mariano Bejar, eran consideradas las más surtidas en ropa
y abarrotes de la ciudad.
También don José Vargas frecuentemente anunciaba su tienda de
abarrotes extranjeros y del país conocida como El Hércules. En sus
avisos decía que constantemente se recibía de Europa y de los Estados
Unidos conservas alimenticias y vinos y licores de supremacalidad.
También aquí se distribuían cervezas de las mejores fábricas del país.
Por su parte, con una especialidad más ligada a la abarrotería, se
encontraba el Bazar de la Gran Babilonia, propiedad de la firma Díaz
de la Vega y García Rivas. Aquí había vinos de todas clases, aceitunas
en pomo y en barril, jamón ahumado, galletas de todas clases,
mantequilla danesa y conservas en lata. La Gran Babilonia también
contaba con departamento especial para cantina donde ofrecía toda
clase de vinos, “…particularmente el mezcal supremo encargado
especialmente para servicio de ésta”…
Atravesando la calle Lerdo en la esquina con Mérida es decir al
poniente de la plaza de armas se erigía el Portal Retes, en este edificio
en 1862 señala la historia que Don Miguel de Unamuno padre de Félix
el humanista vasco instaló un “tendejón”, en esos días en el lugar
Virginia, Carmen y Natalia Retes, manejaban los establecimientos de su
propiedad en venta de ropa llamada “La Torre de Babel” y de zapatos
“La Moda Elegante”. Al norte de la plaza la arquería del portal Vázquez
no dejó de llamar su atención, donde bajo su sombra la gente
se guarecía de los rayos del sol, algunas mujeres con su canasta al lado
ofrecían ricas tortillas de maíz que adultos y niños con chiquihuite en
mano compraban para llevar.
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Otros comercios de abarrotes asentados en las inmediaciones del
centro, estaba “La Mexicana” en la esquina de Puebla y Lerdo fundada
por 1856 por don Manuel Leal Yrigoyen y atendida en ese año ya por su
viuda la señora Sara García, años después la traspaso a don Espiridión
Gutiérrez y éste a Mariano Sandoval, hasta llegar a los Chaurand que la
convirtieron en ferretería. “La Estrella” de Manuel Urruticochea
Oleaga oriundo de Sopelana, Vizcaya; “El Puerto de San Francisco” en
la esquina de Hidalgo y Veracruz, atendido por la Sra. Juana Ordaz
Vda. de Nervo, madre del ilustre poeta Amado.
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continuación se presenta da cuenta de la poca necesidad que existía de
recurrir fuera de las fronteras de la entidad, en busca de suministro de
diversos alimentos que permitieran al tepiqueño tener una dieta
balanceada. Además, de acuerdo a las municipalidades de donde
procedían los diferentes productos, se puede observar una cierta
especialización productiva comarcal que ya para ese tiempo existía.
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alturas el progreso, invadidos todos los sitios de gente se veían, las
luces incandescentes para muchos desconocida causaba admiración,
júbilo y asombro manifiesto, la banda musical acompañó a la comitiva
por el recorrido de las vías alumbradas y por fin se estacionó en el
kiosco de la plaza principal regalando una serenata extraordinaria a
damas, caballeros, niñas de pulcras trenzas y párvulos de cabello
lamido que lucían sus mejores y elegantes trajes. El administrador del
emporio Aguirre el cántabro Faustino Somellera Rivas, el exalcalde
José María Menchaca Martiarena y el jefe político del Territorio don
Mariano Ruiz Montañés chocaron copas, todo salió a pedir de boca, la
prueba realizada un día anterior en la tarde noche sirvió para corregir
detalles como los de sustituir a unos cuantos focos rebeldes que
dejaron de cumplir su deber. Entre los concurrentes al festejo algunos
de paso lento y sabiduría a cuestas recordaban lo visto en 1866 cuando
se remozó la plaza principal allá en los años del segundo imperio y era
alcalde Juan de Sanromán, al rincón de los recuerdos los vetustos
faroles de la plaza principal fueron a parar cediendo su lugar a catorce
farolas de mejor gusto y mas bella luz animadas por el keroseno,
incluyendo en el beneficio a las del atrio de la parroquia y las de las
plazuelas del cuartel y los Fresnitos.
Poco a poco el tiempo se encargo de desaparecer los faroles
alimentados de oloroso petróleo y los cables conductores de
electricidad se posesionaron de las calles. Las cosas no habían sido
fáciles en el rubro de la iluminación pública, en la ciudad todavía se
recordaba la penumbra vivida del 31 de enero al 20 de marzo de 1886,
consecuencia del recorte presupuestal que sufrió el Territorio de Tepic
a partir de agosto del año anterior por el decreto de modificación de la
ley hacendaria que obligó al cabildo presidido por Nicolás Pérez Gómez
a tomar esta y otras medidas drásticas ante la insolvencia de la
administración municipal para enfrentar compromisos con
trabajadores y proveedores, así pues, en pleno extraordinario verificado
el 30 de enero del año en mención se dispuso suspender todas las
escuelas primarias municipales, que eran tres de niñas y tres de
varones, el alumbrado público, los veintiún serenos y al comandante de
ellos que laboraban en la ciudad, los gaseros, los sueldos de secretarios
y comisarios y los gastos de escritorio de los dos Juzgados de Paz
existentes en la capital, al encargado de ramo de Estadísticas y al
escribiente de la Tesorería.
En las dos últimas décadas del siglo XIX los aparatos y farolas del
alumbrado de la ciudad utilizaban para su funcionamiento algunos gas,
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otros petróleo o keroseno, había también a las que les daba vida el
aceite de coco o el aguarrás (resina de pino); en caja de la tesorería
municipal de Tepic del 1º al 30 de Junio de 1888
En la municipalidad tepicense, a finales del siglo XIX las haciendas
textil de Bellavista y del ingenio azucarero y de producción de
aguardiente de La Escondida generaban energía eléctrica para su
consumo contando en ellas con iluminación de este tipo, con respecto a
la fábrica de Jauja el semanario El Tepiqueño del 1º. de Junio de 1895
publicaba “Sabemos que quedó instalado en la fábrica de hilados de
Jauja, el dinamo de la luz eléctrica y que una de esas noches empezará
a funcionar. El hábil maquinista señor Federico Parkinson merece
nuestros plácemes. Agarrémonos a esta tablita de esperanza. Ya
tenemos luz eléctrica en casa del vecino.” El día 10 se hicieron las
primeras pruebas que fue un gusto ver iluminado en toda su
magnificencia la impresionante edificación. Hacia 1900 el 44% de la
capacidad eléctrica instalada en el país se generaba y destinaba a la
producción de telas.
En Septiembre 29 de 1898, por acuerdo del H. Ayuntamiento se
convocó a las compañías o contratistas que pudieran hacer por su
cuenta la instalación del alumbrado eléctrico para el servicio público de
la ciudad a través de F. S. Ibarra Presidente Municipal y el Secretario
Roberto Valádez, la respuesta no llegaba, esta convocatoria se volvió a
publicar a partir de Marzo 10 de 1899 bajo la presidencia de José María
Menchaca y el continuado del secretariado de Roberto Valádez, sin
éxito alguno.
La ilusión de los tepiqueños despertó al recibir la buena nueva de que
el día 19 de noviembre de 1902 se había celebrado contrato en la Cd. de
México entre el C. Leandro Fernández, Secretario de Estado y del
Despacho de Fomento, en representación del Ejecutivo de la Unión, y
el señor ingeniero Miguel Angel de Quevedo y Zubieta, en
representación del señor Domingo G. Aguirre, para el aprovechamiento
como fuerza motriz de las aguas del río de Tepic hasta la cantidad de
5,000 litros por segundo en el trayecto comprendido entre la toma del
puente de El Punto y la de Concunarias, propiedad del mismo Aguirre,
comprometiéndose a transformarla en energía eléctrica y transmitirla a
donde le conviniese estableciendo vías aéreas por medio de postes de
siete metros de altura, obligándose a dar principio en un plazo de 24
meses la construcción de las obras, en el mismo se señalaba el beneficio
de poder importar libres de derechos arancelarios, por una sola vez
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todas las máquinas, instrumentos científicos y aparatos necesarios para
el trazo, construcción y explotación de las mismas, además se
establecía contar con cinco años a partir de la fecha del contrato para
que los capitales invertidos en el trazo, construcción y reparación del
complejo gozaran de excepción de todo impuesto federal, y el tener la
libertad de celebrar con particulares y corporaciones públicas y
privadas contratos y convenios para el aprovechamiento de la energía
hidráulica o eléctrica. El objetivo primordial era instalar una turbina
para generar electricidad mediante la fuerza motriz del agua y
conducirla a todas sus haciendas, pero conociendo a Domingo Aguirre
los de Tepic sabían que su visión iba más allá de esto, a finales de 1902
en disfrute de su retiro bilbaíno el vasco se vio en la necesidad de viajar
a México para decidir la maquinaria a adquirir en la nueva aventura
empresarial.
No obstante a los avances y la autorización para la construcción del
complejo hidroeléctrico a la empresa de Aguirre, el Viernes 6 de febrero
de 1903, el Sr. J. Barrueta presenta a la corporación municipal la
propuesta para instalar una planta de luz eléctrica no especificando de
que tipo, ofreciendo alumbrar la ciudad con 400 focos de luz
incandescente por 20 años a un precio mensual de $800.00 se turnó al
sindico para su dictamen en unión de la Comisiones de Hacienda y de
Alumbrado, quienes no solo no aprobaron sino que el mismo alcalde
José María Menchaca en la sesión ordinaria de marzo 27 del referido
año solicitó se iniciaran pláticas con la administración Casa de Aguirre
expresándolo de la siguiente manera: “Teniendo conocimiento de que
el señor Don Domingo G. Aguirre se ocupa ya de hacer las instalaciones
necesarias para aprovechar como fuerza motriz la caída de las aguas del
río de Tepic en “El Salto” con objeto, entre otros de producir energía
eléctrica, fórmese un proyecto oyéndose los pareceres de todos los
Regidores y del Sindico para contratar con el nominado señor Aguirre,
quien está dispuesto a entrar en los arreglos correspondientes, el
servicio eléctrico para el alumbrado público de la cuidad incluso el de
los edificios dependientes del Ayuntamiento…” Fue así como el 8 de
Abril de 1903 se inician las gestiones para el contrato del servicio
eléctrico donde se estipula que el ayuntamiento pagará $15.00
mensuales por cada luz de arco de intensidad de 1,200 bujías y de
$1.50 mensuales por cada luz incandescente pagaderos por
mensualidades vencidas durante 20 años.
Los trabajos del complejo hidráulico recibieron banderazo en mayo de
1903, río arriba de la cascada de El Salto se inició con la construcción
105
de una presa de mampostería encargada del derivo de aguas del
trayecto natural para enseguida unirla a un canal conductor cementado
de longitud aproximada a los 1500 m. el cual conectaba a una tubo de
presión de 131 metros y un metro de diámetro que al final contaría con
tres derivaciones de setenta y tres centímetros que serían recibidos por
igual cantidad de turbinas. La nave para el establecimiento de la planta
hidroeléctrica a inicios de 1905 presentaba un gran avance destacando
la actividad, magnitud, solidez y buen gusto característico de los
proyectos del empresario Aguirre. En Agosto de 1906 la maquinaria
adquirida a la General Electric Company con valor de 75 mil pesos ya
estaba instalada, el plazo estipulado para el término de la obra expiraba
el 30 de junio de 1907 pero la sorprendente eficacia en la conducción
de los trabajos permitió a Tepic contar con iluminación eléctrica a
partir del día 26 del mes patrio de 1906, invirtiendo la Compañía
Eléctrica de Tepic un total de 300 mil pesos.
Santiago Ixcuintla y Ahuacatlán se adelantaron a Tepic, el
ayuntamiento del primero a principios de agosto de 1903 adquirió un
solar al señor don Jorge Whener apropiado para construir el edificio
destinado a la instalación de la planta de luz eléctrica, signando
contrato con la Casa Fogarty y Dickinson de la capital de la República,
iniciando los trabajos correspondientes de albañilería, preparación
previa requerida a la llegada del mecánico electricista que habría de
encargarse de ejecutar la instalación. En septiembre inició la
construcción del salón destinado a colocar el motor y dinamo
respectivo. El costo presupuestado fue de $20,000.00
En los primeros de mayo de 1904 toda la maquinaria estaba instalada,
y puesta en servicio una noria que se encargaría de surtir agua a la
caldera, en la villa la colocación de postes y alambres formando
circuitos estaban concluidos e instaladas todas las lámparas de luz de
arco, quedando pendientes de colgar las incandescentes por falta de
material. Con motivo de fecha cívica y dar mayor lucimiento a la
festividad, el 5 de mayo la plaza Hidalgo y sus alrededores gozaron de
la modernidad de la iluminación eléctrica, acompañado el lucimiento
con el debut de la banda juvenil municipal bajo la dirección del
profesor Ignacio Ibarra.
105
anuncios comerciales apuntan a poder reproducir el perfil de los
lectores, dominantemente varones de cierta edad y sin duda
pertenecientes a la “burguesía” cosmopolita de ese pequeño mundo
pues la región, todavía incomunicada por vías terrestres tenía comercio
próspero (y contrabando no menos) gracias al puerto de San Blas y a
los consulados cuyos titulares parecían gozar de “patentes de corso”
como los ingleses de los tiempos del Imperio Español en el Atlántico.
Los apellidos extranjeros (alemanes, ingleses y franceses) están
presentes junto con los españoles Menchaca y Aguirre.
105
*Plaza principal de Tepic, a la izquierda Portal Menchaca, Portal Bola
de Oro, al frente al lado izquierdo Portal Retes.
105
De los productos anteriormente señalados, Tepic, con una
población de 14 mil habitantes según el censo de 1890, presentaba un
consumo anual que se exhibe en el cuadro siguiente.
105
disponían a presenciar su tradicional Judea. La que se realizó en marzo
de 1894, mereció un breve artículo periodístico que la describe en los
siguientes términos:
“…En la hacienda de La Escondida hubo Judea, como se le llama
vulgarmente a una especie de comedia más o menos risible en que la
devoción verdadera no entra para nada. Hubo algunas personas
magulladas entre el gentío cosmopolita que acudió a la hacienda a tales
fiestas. Se calcula un número superior a los cuatro mil los habitantes de
Tepic que a este evento asistieron.”
De gran exclusividad para la élite tepiqueña, que durante el
porfiriato se encargaba de construir un ambiente más refinado y acorde
a su posición sociocultural, fueron, entre otros espacios, el teatro
Porfirio Díaz y el Casino de Tepic. El primero de ellos inaugurado en
1907 en el lugar que ocupaba el antiguo teatro Calderón, tenía una
capacidad para mil quinientas personas y en él se podían presenciar
programas de alto nivel artístico y cultural. El casino ocupaba “una
amplia casa -construida ex profeso- con muy buenos salones elegantes
y amueblados, especialmente el de recepciones, que está alfombrado y
adornado con grandes espejos y buenos cuadros, y cuenta con un
magnifico piano. Tiene varias mesas para carambola y pool, un salón
de boliche, una cantina muy bien surtida y un espacioso patio rodeado
por corredores en donde tienen lugar los bailes de la sociedad elegante.
La mesa directiva del Casino la forman actualmente -1908- los
siguientes señores: Antonio Zaragoza, Carlos Castilla, Carlos Pesqueira,
Eugenio Hilldebrandt y forman parte del casino varios señores de la
mejor sociedad.”
105
Directorio de TepIc 1880
J.B. FOSS Y CÍA. Cardon y Cokk. Gante 2 México, D.F.
TERRITORIO DE TEPIC-DIRECTORIO OFICIAL
GOBIERNO DE DISTRITO
Jefe Político: General Pablo Rocha y Portú, Tepic
Secretario, Lic. Antonio Zaragoza, Tepic
Prefectos Políticos: Nicolás Pérez Gómez, Tepic
Tribunal Superior Unitario: Magist. Lic. Pedro Espinosa Monroy, Tepic
Suplentes: Lic. Tomás Andrade, Lic. Roberto Valades
Secretario, Lic. Aurelio Pérez Fernández
Juzgados de Ia. Instacia:
Juez de lo Civil, Lic.J. Perfecto Morán, Tepic
Secretario, Lic. Antonio García Estevas
Juez de lo criminal, Lic. Fernando Ibarra, Tepic
Secretario, Lic. Francisco Díaz
Juzgados Menores,
Juzgado 1o. Lic. Felipe López Ibañez, Tepic
Secretario, Isidro Flores
Ministerio Público, Procurado de Justicia y Agente del ministerio
Público, Lic. Elías Galindo, Tepic
Defensor, Lic. Nicolás Muñoz Ruiz, Tepic
Juzgado de Distrito, Juez, Lic. Teodoro Rojas, Tepic
Promotor fiscal, Lic. Manuel Espinosa Monroy, Tepic
Secretario, Lic. Francisco Arróniz
Prensa
105
Periódico Oficial, Lic. Juan Martín del Campo, Tepic
Lucifer, Direc. Lic. Antonio Zaragoza, Tepic
El Tepiqueño, director Quirino Ordaz
“El Orden” Director, Antonio Matute
“Territorio de Tepic”, director, J. Luis Herrera
“El Correo de Tepic”, director, Fernando Gómez Vírgen
DIRECTORIO INDUSTRIAL Y COMERCIAL
En Tepic se encontraban Menchaca Hnos., Manuel Sierra, Somellera
Rivas Hno., Viuda de Leal, Brambila Manuel P., Vargas José M., Terán
Francisco, Vázquez Federico, Llanos Felipe, Aguirre Manuel, Ocegueda
J. Ireneo
AGRICULTORES. En Tepic aparecen Aguirre Domingo G., Delius y
Cía., Gutiérrez Jannario, Rivas Francisco, Romano Leopoldo Test.,
Ceceña Francisco, Nicolás Pérez Gómez, Carlos Castilla, Jesús
Quintero, Nepomuceno García, Pablo Piña, José Ma. Terán, Agustín
Romano, Daniel Márquez, Gila A. de Carpena, Luis Rivas Gómez,
Franco Ceceña, Joaquín Rodríguez, Manuel López, Manuel Madrigal, J.
Carmen Bustamante, Margarita Fuentes, Crisóforo F. Góngora
Bancos: Domingo g. Aguirre, Tepic
Fábricas de azúcar, en Tepic: Puga y La Escondida.
Fábricas de aguardiente: “San Cayetano” y Domingo G. Aguirre
Fábricas de jabón: Delius y Cía. y Emilio Parra
Fábricas de Panocha, en Tepic “El Molino”
Fábricas de tabaco, en Tepic: “El Invierno” y “Fletes”
Fábricas de tejidos, en Tepic: “Jauja” y “Bellavista”
Farmacias: Francisco Guzmán, Benjamin Retes, Carlos Fenelon,
Fernando Gómez Vírgen, Antonio Susarrey
Imprentas: J. Irineo Ocegueda, J.M. Retes
Librerías: J. María Retes
105
Mercerías: Carlos Brockmuller, Manuel Maldonado
Minería: Delius y Cía. , en Ixtlán Enrique Menchada y La Yesca, Jesús
Bueno
Tiendas Mixtas: Menchaca hnos., Federico Beyer, Chamand y Signoret,
Natalia Retes, Daniel M. Anguiano, Manuel Sierra José Ma. Anaya,
Somellera, Rivas y Cía., Mariano Vejar, Rafael Valdivia, Francisco
Ciser, Vicente Rosales
Directorio de la Propiedad, propietarios de fincas rústicas: Francisco
Rivas gómez ·San Cayetano”, Domingo P. Aguirre, varias; Juan
Quiñones “Costilla”; Leopoldo Romano Test. “Navarrete”; Barrón
Forbes y Cía. “San Lorenzo”; Juan Menchaca Test. “Pozo de Ibarra”;
Carlos Castilla “Santa Cruz”; Domingo G. Aguirre, Chilapa,
Rosamorada; Delius y Cía. “Ixtapa” y Agustín Caravantes “Miravalles”
105
Mariano Béjar. Ropa
Andrés Chaurand. 1884. “Las Fábricas de Francia”. Telas y artículos
para caballeros.
Negib Chami. “El Cairo”. Sedería y artículos para caballeros y señoras.
Gabriel Cortés. Abarrotes
Andrés M. Delgado. Farmacéutico. Facultad de México. Prop. de la
Droguería Farmacia de Nuestra Señora de Guadalupe
Delius y Compañía. Comisionistas. Agente de Vapores
Junta Patriótica para 1898
Presidente José Ma. Menchaca
Vicepresidente Francisco Ceceña
Secretario Francisco Díaz
Tesorero Próspero Meza
Mucho hay que esperar de estos ilustrados caballeros.
(Tomado del periódico El Sol de Tepic, del viernes 10 de mayo de
1968).
105
Porfirio Díaz. Inauguraron ese recinto Leopoldo Romano y 35 socios,
entre ellos Domingo G. Aguirre, Pablo Andrade, Bernardo Báez,
Guillermo Barron Añorga, Adolfo Beyer, Luis Carpena, Manuel
Carpena, Francisco Ceceña, Carlos Fenelon, Amado Fletes, Bernardino
Hormaechea, Domingo Hormaechea, José María Menchaca
Martearena, Fernando Menchaca Martearena, Federico Parkinson,
Francisco Rivas Gómez, Ernesto Stegemann, Faustino Somellera Rivas,
Tomás Fernández Somellera, Ramón Fernández Somellera y Antonio
Zaragoza. El Casino se destinó a fiestas y reuniones para las familias de
hacendados y comerciantes, de la oligarquía tepiqueña y en poco
tiempo se convirtió, además del Teatro Calderón, en centro de reunión
social elitista.
El Casino de Tepic además constituyó un espacio para intercambio de
información comercial y de nuevos proyectos productivos; ahí debió de
comentarse la visita a Tepic del superintendente del ferrocarril
responsable del trazado de la vía entre Altata y Culiacán, Sinaloa, lo
que animó a Romano para convocar en el mes de junio de ese año a una
reunión con los conocidos comerciantes y hacendados de la entidad en
la que el tema sería la construcción del ferrocarril en la entidad.402
También en ese espacio de socialización, en el mes de octubre se
tomaron medidas de ayuda para los damnificados que sufrieron la
inundación con las torrenciales lluvia, desde Tuxpan hasta Acaponeta,
la situación fue crítica para 4,000 “almas”. El auxilio correspondiente
se hizo con la Junta de Socorro, promovida por Faustino Somellera
Rivas, Ernesto Stegemann, José María Menchaca Martearena y Luis
Rivas Gómez.
105
En los siguientes meses de ese año en San Blas avanzaron las obras
para construir el teatro del puerto que se inauguró en enero de 1892.
Era el comienzo de la década de 1890 y en esos clubes las ricas y
poderosas familias tepiqueñas ampliaban sus espacios restringidos de
socialización y enriquecían los ya existentes como el Teatro Calderón
(reconstruido en 1867) y el Casino de Tepic (abierto desde abril de
1887). En los cascos de las haciendas, sus propietarios festejaban a
familiares y amigos, así como en las salas y en los patios frescos de las
casas particulares en las que celebraban tertulias. También las huertas
ayudaban en ese sentido pues en ellas se organizaron frecuentes días de
campo.
Era el comienzo de la década de 1890 y en esos clubes las ricas y
poderosas familias tepiqueñas ampliaban sus espacios restringidos de
socialización y enriquecían los ya existentes como el Teatro Calderón
(reconstruido en 1867) y el Casino de Tepic (abierto desde abril de
1887). En los cascos de las haciendas, sus propietarios festejaban a
familiares y amigos, así como en las salas y en los patios frescos de las
casas particulares en las que celebraban tertulias. También las huertas
ayudaban en ese sentido pues en ellas se organizaron frecuentes días de
campo.
Había también otros espacios donde se lograba tener un contacto social
más amplio, entre ellos la Alameda y las plazas de Tepic, las corridas de
toros. En otros se congregaban de acuerdo a la estación del año como
en las playas de San Blas, que en los meses de abril y mayo se
convertían en el destino de familias completas. Una vez al año podía
presentarse el espectáculo del circo Ataide, compañía que llegaba a
Tepic en sus recorridos por el país.
Hubo incluso eventos festivos excepcionales como cuando en Santiago
Ixcuintla y Tepic se convocó para escuchar un fonógrafo marca Edison,
los interesados deberían pagar un centavo para escuchar de ese aparato
las “voces humanas con notable perceptibilidad, [y...] canciones, trozos
de ópera de las mejores cantantes del mundo”.
En la variedad de esos espacios de socialización del territorio de Tepic
los tepiqueños más beneficiados con la actividad comercial, con la
bonanza de la minería y la agricultura comercial, animados con la
estabilidad social y política, se reunían para disfrutar su tiempo de
esparcimiento y reforzar sus vínculos comerciales y políticos. Ahí
ostentaban su riqueza, lucían sus trajes de moda y accesorios y
expresaban opiniones diversas incluso en torno a la religión.469 La
comunicación entre los miembros de esas familias de Tepic se facilitaba
105
de ese modo. Intercambiaban experiencias de viajes, así como
opiniones sobre la aplicación de los adelantos tecnológicos en unidades
económicas (fábricas, haciendas, minas), ciudades y caminos del país y
el mundo; ahí también pudieron debatir informalmente asuntos
técnicos y científicos, los mismos que habían sido o serían abordados
con más detalles en las sesiones de la Junta Auxiliar de la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística de Tepic.
Fue en el Teatro Calderón donde se desarrollaron los eventos solemnes,
algunos de ellos eran organizados por las autoridades y se invitaban las
familias privilegiadas de Tepic y en las plazuelas los populares. El 12 de
octubre de 1892, se festejó en ese teatro el cuarto centenario del
descubrimiento de América, evento coordinado por la Junta Patriótica
que se formó a instancias de las autoridades locales que siguió el
siguiente programa de actividades:
Para recibir a Ignacio Díaz y Macedo en Tepic se integró un grupo de
tepiqueños cuyos apellidos no sorprendieron a nadie: Pedro Espinosa
Monroy (magistrado del Tribunal Superior de Justicia), Tomás
Andrade (magistrado del Tribunal Superior de Justicia), Antonio
Zaragoza (secretario general del gobierno), Guillermo Ponce de Léon
(regidor en el ayuntamiento de Tepic), Fernando S. Ibarra (Juez de
primera instancia en Tepic), Antonio Mercado, José María Menchaca,
Faustino Somellera [Rivas], José Somellera [Rivas], Antonio García
Esteves y Francisco Ceceña, entre otros.
105
recuperarse murió en mayo de 1897; su sucesor en la jefatura política y
militar de Tepic fue Pablo Rocha y Portú, quien inauguraría el sistema
de agua potable en Tepic.
105
años siguientes, las familias ricas y más influyentes de Tepic
mantuvieron sus privilegios y casi intacto su patrimonio hasta la
aplicación de la política agraria del gobierno de Lázaro Cárdenas, que
fue cuando se repartió la mayor cantidad de tierras en el estado de
Nayarit (540,000 hectáreas) afectando las haciendas más ricas de la
entidad y con ello se gestó una estructura agraria nueva, basada en el
ejido, además del corporativismo político en el que quedaron excluidos
los miembros de las familias que han sido el objeto central de estudio
en esta tesis.
105
Jalisco: se explotaron de manera más intensa algunos de los recursos
naturales, entre ellos: agua, tierra, canteras y bosques.
También estimularon la llegada de grupos de trabajadores no
calificados y de inmigrantes con habilidades técnicas y administrativas,
entre estos destacaron los vascos Juan Antonio Aguirre Zuviaga y José
Ramón Menchaca, quienes con el tiempo se levantaron como grandes
empresarios de Tepic, y cuyos descendientes, cabe decir, continúan
hasta hoy ligados a los negocios en Tepic.
La expansión económica en el entonces séptimo cantón de Jalisco
primero se definió o se delineó mejor en los valles agrícolas de la costa
y el altiplano, en los suburbios al norte de Tepic, y los caminos por lo
que se consolidaron rutas comerciales como el de San Blas-Tepic-
Guadalajara. Los indicadores más claros de ese proceso fueron los
nuevos asentamientos humanos y el cambio del paisaje urbano y rural
en los suburbios de Tepic con la construcción de calzadas, puentes,
acueductos, canales y presas.
El avance inicial de la economía pudo prosperar cuando esos
inversionistas tejieron al mismo tiempo una red familiar, social y
política desde San Blas y Tepic. En ese sentido fue estratégica su
alianza temprana con familias nativas y con las autoridades aduanales
de ese puerto y las del ayuntamiento de Tepic; dos organismos que no
se habían fracturado con la Independencia de México. Cabe referir que
este ayuntamiento, si bien estaba subordinado formalmente al
gobierno del estado de Jalisco, disponía de un margen institucional
para cumplir con cierta discrecionalidad funciones de intermediación
política, fiscal, y de vigilancia; incluso para otorgar concesiones
específicas como ceder terrenos municipales a inversionistas.
Es imposible compartir la idea de que la historia de las familias ricas e
influyentes de Tepic fue unísona, lineal, que estuvo ajena a las
confrontaciones y crisis políticas. Todo lo contrario, que es lo normal
cuando las familias disputan intereses económicos y, desde las
empresas, pelean por los mercados y las fuentes de materia prima, algo
parecido por lo que pasaron la Compañía Barron Forbes y la Compañía
Castaños y Fletes durante la década de 1840. En esos años además,
cuando era realidad el dinamismo económico del séptimo cantón de
Jalisco, se registró otro conflicto, fue entre la burocracia fiscal de San
Blas y Tepic con las autoridades fiscales del estado de Jalisco. Éstas
llevaron sus diferencias a los tribunales en donde se acusó a los
encargados del cobro del impuesto alcabalatorio en San Blas y Tepic,
105
con los delitos de complicidad en el contrabando y la evasión del pago
de impuestos.
Es posible que hubiese evidencias de la falta de cobro del impuesto
alcabalatorio con el que se beneficiaba a compañías comerciales de
Tepic, sin embargo, creo que desde el fondo de este conflicto se
proyectaba el cuestionamiento de las bases de la expansión económica
de Tepic. En mi opinión, las autoridades de Jalisco no estaban de
acuerdo y dispuestas a tolerar que el contrabando por el puerto de San
Blas financiara inversiones productivas y comerciales que a la postre
fortalecieran empresas que compitieran con sus similares de
Guadalajara. Este asunto merece estudios amplios y detallados para
conocer mejor cómo el esfuerzo del poder público se dividió o
fragmentó en una etapa en la que hubo oportunidades para que las
economías regionales se dinamizaran. Falta documentar y explicar
cómo las posiciones encontradas o enfrentadas de esas autoridades
pudieron retrasar el despegue económico de algunas ciudades o
erosionaron sus bases. Quizá con ello se enriquecerían las perspectivas
del relativo atraso económico en algunas regiones de México, las que
ahora se han centrado en identificar las causas como la falta de ahorro
interno, la falta de tecnología moderna en la economía, los altos costos
en el transporte y la ausencia de una legislación e institucionalidad
económica moderna, entre otras.
La experiencia de cómo terminó el conflicto entre autoridades fiscales
tepiqueñas y tapatías en los juzgados, sugiere el nivel de fragilidad de
los tribunales del estado de Jalisco; situación no exclusiva de esta
entidad. Este planteamiento se basa en el hecho de que sus
resoluciones, lejos de atenuar las diferencias entre aquellas, escalaron
hasta llegar a la confrontación violenta, al uso de las armas, como
sucedió en 1855 cuando la Compañía Barron Forbes y el gobernador de
Jalisco, Santo Degollado, llegaron al franco enfrentamiento, violento, al
punto de provocar un conflicto diplomático entre el gobierno
mexicano y el inglés. Fue en este contexto que en 1857 estalló, en la
zona serrana del séptimo cantón de Jalisco, una de las rebeliones más
prolongadas del siglo XIX. Si bien Manuel Lozada la lideró hasta 1873,
año de su muerte, sus secuelas llegaron hasta 1880.
Esta rebelión de Manuel Lozada en el séptimo cantón de Jalisco de
hecho generó condiciones para que los tepiqueños gozaran en los
hechos de cierta autonomía política.
Esta había sido una idea, aspiración y factor de cohesión entre varias
familias de Tepic lideradas por los Rivas Góngora. Un antecedente que
105
había contribuido en este sentido fue la agresión militar de Estados
Unidos a México; iniciada en septiembre de 1846 cuando la corbeta
estadounidense Cyane ancló frente al puerto de San Blas para afectar
los intereses de comerciantes, productores, arrieros y pasajeros de
Tepic. En esta coyuntura esas familias se aglutinaron en torno al
ayuntamiento de Tepic y la jefatura política del entonces
departamento de Tepic con el fin de organizar una posible defensa de la
ciudad.
La idea de conseguir la autonomía política en comarcas o territorios del
país no era una idea descabellada en el México del siglo XIX, en 1831 lo
lograron grupos políticos de Hermosillo, Sonora y Culiacán, Sinaloa,
cuando se erigieron los estados de Sonora y Sinaloa; en Guerrero,
Colima y Aguascalientes este tipo de proyecto estuvo latente en las
décadas de 1830 hasta la de 1850. Fue en agosto de 1867 cuando los
tepiqueños encontraron la oportunidad de desligarse de las autoridades
del estado de Jalisco, de lograr la autonomía política aunque fuese
limitada. En este mes los políticos de Tepic iniciaron las respectivas
negociaciones con Benito Juárez, quien el 7 de ese mes firmó el acuerdo
para erigir el distrito militar de Tepic, medida que fue posible porque
Juárez estaba investido todavía con poderes extraordinarios. A partir
de entonces, las autoridades políticas y militares del distrito militar de
Tepic dependerían directamente de la ciudad de México y quienes
ostentaban esos cargos serían hombres cercanos o pertenecían a las
familias de la oligarquía tepiqueña; así los demuestran el
nombramiento del nuevo jefe político de ese distrito; Juan Sanromán, y
el de los tres de diputados federales que en 1867 participarían en el IV
Congreso de la Unión.
El distrito militar de Tepic constituía una figura político administrativa
no reconocida en la Constitución de 1857, por tanto significaba una
medida temporal, indefendible en el Congreso de la Unión a menos de
que se siguieran tres estrategias simultáneas: avanzar con el progreso
económico, aumentar la población del distrito y lograr su pacificación
lo antes posible. Desde ese momento la rebelión de Lozada se
convertiría en una carga política, un obstáculo serio para que ese
distrito fuera erigido en una entidad federativa. Las familias oligarcas
de Tepic poco a poco se alejaron de Manuel Lozada. La consigna de
“orden y progreso” se impuso en Tepic, y seguramente en otros lugares
del país, antes incluso de que comenzara el gobierno de Porfirio Díaz.
La pacificación del distrito militar de Tepic fue un asunto que se
atendió en el ajedrez político nacional y se convirtió en una prioridad
105
política para las familias poderosas de Tepic y el gobierno federal. Fue
el general Manuel González quien lo atendió directamente en Tepic en
dos momentos: en 1877 y en 1880. En esas ocasiones recibió la
cooperación de esas familias y sobre todo de los Rivas Gómez, con
quienes iniciaría un larga y estrecha amistad. En diciembre de 1880
Carlos Rivas Gómez fue nombrado secretario particular del presidente
de México, el general Manuel González. Con estas alianzas y amistades
fue posible que antes de que concluyera el periodo de gobierno de
González, se erigiera el territorio de Tepic en el territorio que hasta
entonces tuviera el distrito militar de Tepic.
En los años del régimen porfirista continuó la tendencia expansiva de
la economía en el entonces territorio de Tepic, a la que contribuía la
ampliación de las haciendas, el crédito prebancario, la inversión
privada (extranjera y nacional) y las comunicaciones (telégrafo y
teléfono). Ese dinamismo económico había desbordado los valles de la
costa y altiplano del territorio de Tepic, donde era próspera la
agricultura comercial (algodón, tabaco, caña de azúcar y café), y llegó a
los distritos mineros de la zona serrana. Hubo un factor adicional que
contribuyó a esa tendencia económica, a saber, los negocios
concretados desde el poder político. Leopoldo Romano, Pablo Rocha y
Portú, y Mariano Ruiz, los tres jefes políticos y militares que
gobernaron el territorio de Tepic ( 1880 a 1912) hicieron negocios. De
ellos, el general Romano, el que más tiempo permaneció en el cargo
(1880-1897), fue quien estrechó mejor los vínculos con las familias
ricas y poderosas de Tepic. Romano forjó su fortuna con base en la
compra de predios rurales, minas, además de su participación en
empresas de comunicación y la Compañía de Colonización y Deslindes
de terrenos del territorio de Tepic.
En los años del porfiriato maduro, desde la década de 1890, la vida
social y cotidiana de las familias ricas e influyentes de Tepic transcurrió
sin mayores contratiempos, las que eran católicas recibían desde 1891
la bendición del obispo de Tepic, casi todas ellas se relajaban en el
Teatro Calderón, en los clubes, en las huertas, en los paseos y días de
campo. En estos espacios recibían y compartían las noticias de los
cambios económicos y políticos del país, ahí surgieron sugerencias de
cómo encauzar la manifestación de los obreros de la fábrica textil
Bellavista, también ahí crecieron las expectativas económicas derivadas
del inicio, en 1905, de la construcción de la vía de ferrocarril entre
Álamos, Sonora y un punto localizado en los límites del territorio de
Tepic y el estado de Jalisco.
105
Sin embargo, a la luz de la información disponible, podemos plantear
que las familias ricas e influyentes de Tepic empezaron a perder la
cohesión política poco antes de que terminara el gobierno de Porfirio
Díaz, o expuesto de otros modo, cuando inició la revolución mexicana
esas familias estaban fragmentadas, atomizadas, que entre ellas faltaba
un liderazgo político. En este sentido es ilustrativo el conflicto político,
probablemente desde 1905, que por varios años mantuvieron
miembros de la familia Rivas Gómez y el jefe político y militar de Tepic,
general Mariano Ruiz, quien no estuvo dispuesto a ser manipulado,
“ensillado” según le comunicó en 1907 a Rafael Choussal, por las esas
familias tepiqueñas.
Por otro lado, frente a los desafíos y oportunidades empresariales que
ofrecía la obra ferroviaria construida por la Compañía del Ferrocarril
Subpacífico desde 1905, sólo algunas familias de Tepic como Aguirre y
Menchaca tomaron decisiones para beneficiarse con la vía férrea en el
territorio de Tepic, después de todo eran las que habían acumulado una
patrimonio significativo y gozaban de finanzas sanas: Aguirre no dudó
en ceder los terrenos de su propiedad para que se construyera una
estación de ferrocarril cerca de su ingenio azucarero Puga. Otros
propietarios de haciendas y minas en cambio optaron por especular
con la venta de sus propiedades, las que había aumentado de precio por
el hecho de localizarse cerca de la línea que se había trazado para la vía
férrea. Otros iniciaron proyectos de irrigación en sus haciendas con el
objetivo fraccionarlas y venderlas en terrenos. Unos más optaron por
salir de Tepic y emigrar a otras ciudades del país y del extranjero.
Apenas iniciada la revolución mexicana, en Tepic esto fue hacia mayo
de 1911, las familias ricas de Tepic perdieron el control político de la
jefatura política y militar de Tepic, así como la interlocución con el
Presidente de México, la cual había sido más o menos fluida con
Porfirio Díaz. Desde entonces conservaron sólo el dominio del
ayuntamiento de Tepic. Fue cuestión de tiempo para que la fortaleza
política de esas familias de Tepic, de la oligarquía tepiqueña se
debilitara, que llegara su ocaso.
105
Justicia del territorio de Tepic, pudo ser el que propuso la solución al
problema. Él cedió, junto con los demás acreedores, un poder
específico a Julio Frommagen con las facultades necesarias para que
con su intervención realizara el “arreglo y pago de todos y cada uno de
los créditos [...] pudiendo al efecto conceder esperas, hacer descuentos
y aceptar pagos con efectos, mercancías, créditos y obligaciones a
plazo” con la parte deudora; en caso contrario se procedería
judicialmente en contra de la firma quebrada. No fue extraño que ese
poder se confiriera a Julio Frommagen, quien por años formaba parte
del directorio comercial de Tepic. Fue socio principal de Frommagen y
Compañía, formalizada como una sociedad en comandita simple que se
promocionaba como “banqueros, importadores y comisionistas”,
cambiaba Tomás fue probablemente hermano de Francisco Andrade,
quien en noviembre de 1894 se casó con Leonor Rivas Cheswell, de la
familia Rivas Gómez de Tepic. Periódico Oficial del territorio de Tepic,
20 de diciembre de 1894.
105
2 Familia de Don Eustaquio Barron
Cantillón
Eustaquio Barron
Cantillón (Eustace
Barron) -Nacido
en 1790 - Cádiz,
Andalucía, España-
Bautizado 24 Oct. 1790
en la Parroquia del
Rosario-Fallecido
el 12 de abril 1859 -
Ciudad de México,
Distrito Federal,
México, a la edad de
69 años-Empresario,
Socio fundador de la
Casa Comercial
"Barron & Forbes" y
Cónsul de Reino Unido
en Tepic-
Padres:Eustaquio Barron y Power (natural de la Parroquia de
Stradbally, Condado de Waterford, Reino de Irlanda, vecino del
comercio de Cádiz, quien testó en aquella ciudad el 14 Jun. 1797 y
Catalina Manuela Cantillón y Rián, natural de Cádiz- casada en esa
misma ciudad de Cádiz el día 13 de Enero de 1784, en la Parroquia del
Rosario, con Don Eustace Barron y Power. Casado el 3 de mayo 1824,
Tepic (Sagrario), Nayarit, México, con Cándida Añorga Ferreira 1798-
1867 , con
Catalina Barron Añorga 1824-
1880 casada el 16 de junio 1855 con Antonio Escandón
Garmendia 1824-1877 y en 1857 es, con Manuel Escandón, el
socio más importante de la Compañía del Ferrocarril. Manuel
Escandón representa la conexión liberal y las buenas relaciones
con Gómez Farías, Comonfort, Payno y Juárez.
Cándida Barron Añorga ca 1825
105
o Margarita Barron Añorga 1827-1848
Eustaquio Wenceslao Barron Añorga 1828-1867 casado
con Estéfana Celis
o Guillermo Barron Añorga 1829-1903
Vicente Barron Añorga ca 1831
Joaquina Barron Añorga 1835-
María Antonia Barron Añorga 1837-
Francisco Barron Añorga 1838- casado con N N
Alberto Barron Añorga 1840-
Dolores Barron Añorga 1841-
1914 casada el 10 de noviembre 1892 con Pedro Rincón-
Gallardo Rosso 1834-1909
Relaciones
Ahijado : Pablo Escandón Barron 1856-1929
Padrino (1833) : bautismo, Antonio Mijares Añorga 1833-1899
Padrino (1839) : bautismo, Eustaquio Martínez-Negrete
Alba 1839-ca 1846
105
atendió sus intereses económicos además de que pudo continuar de
alguna manera su acostumbrada intensa vida social; tan pronto se
inauguró el Teatro Abreu, fue uno de los clientes asiduos. Su hija
Frances Barron Lonergan ( -1896) se casó con el conde Carlos Fitz
James; Constance lo hizo con Thomas Baring, miembro de la compañía
financiera Baring Brothers; Agnes Barron Lonergan con el Barón
Alejandro Staeckel; de Guillermo Barron Loerngan se desconoce el
nombre de su esposa; Otto Barron Lonergan fue el más joven, se casó
con la tepiqueña Luisa Careaga.
105
interés anual, y por esta vía quedaran en sus poder algunas
propiedades hipotecadas.
105
conoce que Otto y su familia regresaran después a Tepic, por lo que es
posible deducir que de ese modo concluyó el ciclo de la familia Barron
que permaneció en la entidad durante nueve décadas.
Eustaquio Barron fue nieto de James Barron quien casó (1738) con
Margaret Power y Archibald (hija de John Power, Señor de Georgetown
y Conde de Waterford, esposo de Margaret Archibald; bisnieto de
Pierce Barron y O´Neill y tercer nieto del Capitán James Barron
Fitzgerald, Señor de Carrich-Barron quien se estableció (1660) en el
Condado de Waterford.
Eustaquio chico estudia en un colegio inglés y sale al Perú a luchar
contra los insurgentes. Su padre vino a la Nueva España (con él o sin él,
no lo sabemos), donde lo encontramos participando en las rentas del
tabaco, de la pólvora y de los naipes, en Acapulco, según informes de
Alfonso Campos. Antes de la independencia de este país se va a
California y casualmente, en la escala de San Blas se topa con un
compañero de colegio, el escocés William Forbes, negociante en
Guaymas. Forbes lo convence de abrir una agencia de comisiones en
Tepic, y así empieza lo que iba a ser la Casa Barron, Forbes y
Compañía, la cual era apoderada del comercio en Manila y California,
de este último lugar compraba todas las perlas para armarlas en
collares y venderlas en Europa.
En 1827 Barron representa ya a la Gran Bretaña como Cónsul ingles en
Tepic y San Blas. Junta rápidamente un capital comercial importante,
que reinvierte en una multitud de negocios a lo largo de la costa, desde
California hasta Guayaquil. Se lanza en la industria textil (en los años
treintas), compra haciendas y terrenos urbanos en toda la región y
extiende préstamos a todo el mundo.
En 1833, cuando éste es ya el primer negociante de la plaza de Tepic,
tiene unos 43 años, está casado con Cándida Añorga, joven viuda de un
capitán gallego, José Antonio Pintó. La boda de don Eustaquio Barron
con doña Candida Añorga de 25 años de edad, un miércoles 3 de
marzo de 1824, cuando tenía 32 años. Él se había instalado en el puerto
de San Blas en diciembre del año anterior. Ella era originaria de El
Ferrol, España, viuda desde los dieciséis años de José Antonio Pintó, de
105
“familia conocida” en Tepic y con relaciones políticas en el estado de
Jalisco; el esplendor se hacía manifiesto en el adorno de la pequeña
iglesia parroquial y el clima de la ciudad invitaba al disfrute, más
debemos decir que a la sociedad tomó por sorpresa el anuncio del
enlace de la viuda del catalán don José Antonio Pinto y Marty, quien
embargada por la pena tan solo tres años atrás lloraba su muerte, el
gaditano Barron de ascendencia irlandesa solo tenía tres meses de
haber llegado a la población, hombre de mundo y de corrida la legua
residió siete años en Inglaterra y tuvo algunas estancias cortas en
Manila y Lima, de ahí se embarcó a tierras mexicanas llegando al
puerto de San Blas en el bergantín Rebeca, pero como suele suceder,
nadie manda en el corazón, Eustaquio fue desarmado y prendido por
las virtudes de Candida, en poco tiempo se encariño de sus dos
pequeños hijos, Manuela de siete años y José Antonio de tres,
decidiéndolo a sentar cabeza en estas tierras conocidas en aquellos
años como de la mar del Sur. El paso obligado de productos europeos a
través del puerto de Cádiz impuesto por la monarquía peninsular
enfrentó el ocaso a partir del triunfo independentista, el naciente
México abría las oportunidades a nuevos inversores y Barron supo
aprovecharlas, quien imaginaría en esos días su porvenir, el futuro le
deparaba convertirse en uno de los hombres más ricos y poderosos de
México.
Junta rápido un capital importante, que reinvierte en una multitud de
negocios, a lo largo de la costa desde California hasta Guayaquil. Se
lanza en la industria textil en los años treintas, y compra haciendas y
terrenos urbanos en toda la región y da préstamos a todo el mundo.
El informante francés nos dice que Eustaquio Barron es partidario de
Bustamante, quiere mucho a don Lucas Alamán, a los padres
misioneros y a los jesuitas, pero desprecia profundamente a Santa
Anna. El gobernador de Jalisco se queja de que “tiene opiniones
españolas, es entrometido, insolente, contrabandista”.
105
vicecónsul inglés en San Blas, nombramiento que se le asignó
seguramente por sugerencia de Eustaquio Barron Cantillón, quien poco
antes había sido nombrado cónsul de Tepic. De esa manera las
autoridades diplomáticas de la Gran Bretaña expresaban su interés en
apoyar el comercio inglés en la costa occidental de
México, decidiendo en los primeros años de la década de 1830 que en
San Blas los representara Alejandro como vicecónsul y en Tepic
Eustaquio como cónsul. Cabe señalar que Barron Castillón llevaba para
entonces una relación de varios años con las autoridades de Foreign
Office y en 1824 y 1825 enviaba informes sobre el comercio y cómo en
esta actividad participaban las firmas comerciales inglesas en San Blas,
así como en otros puertos como Mazatlán y Guaymas.
105
académica pues ya en 1835 había concluido un libro que hizo referencia
a la historia, la agricultura, el comercio y los establecimientos
misionales en la Alta y Baja California.
Guillermo Forbes Esqo, el que fuera socio entrañable de toda la vida de
Eustaquio, se casó en la década de 1830 con Manuela Pintó, no se
dispone de la fecha exacta de este evento pero cuando ella compró, el
20 de marzo de 1840, a Manuel Carabantes un predio en la ciudad de
Tepic ya estaba casada con Guillermo Forbes Esqo. Manuela vivió en
Tepic durante la década de 1850 y, por el testimonio que dejó el viajero
Marvin Wheat, sabemos que lo hacía de una manera discretísima.
Wheat que tuvo acceso a oficinas administrativas de la firma y a las
instalaciones de la fábrica de Jauja, señaló “a quien nunca conocí fue a
la esposa del señor Forbes, una dama mexicana, muy buena católica,
105
los más espléndidos derrochadores de la Comedia Humana de Balzac.
A donde llega compra casa, sirvientes, coches y caballos. Pero Europa
lo decepciona, se aburre y decide regresar a México, pero poco antes de
regresar viaja a Roma, donde consiguió el privilegio de consagrar un
altar a la Virgen María para nuestra Catedral de Tepic.
105
Este es un lienzo de Eduoard Pingret fechado en 1852 , aparecen en la Quinta Barrón de Tacubaya
doña Manuela Pinto Cantillón (prima de don Eustace e institutriz de sus hijas), Dolores Barrón
(que casaría con don Pedro Rincón-Gallardo Rosso), Catalina Barrón (que casaría con Antonio
Escandón), Don Eustaquio Barrón Cantillón, doña Cándida Añorga de Barrón, y a la derecha,
Antonia Barrón (que casaría con Francisco Javier Luzárraga).
105
inocente víctima. Rehusó don Eustaquio Barron su retrato, y el pintor,
agotadas las amenazas y las súplicas, escribió en México e hizo repartir
en Londres un folleto en que le apellidaba “miserable y rufián
contrabandista”. El obispo Madrid, muy respetado por sus virtudes
evangélicas y confesor de casi todas las señoras que componían la
aristocracia de aquel tiempo, procedió como Barron e hizo más, porque
prohibió severamente a sus amigos que adquiriesen o que comprasen el
retrato. Despechado, Pingret expuso el lienzo en una atolería, pintando
sobre la figura del obispo una reja de cárcel y escribiendo debajo este
letrero: “Preso por deudas”.
La “Casa Barrón”,
una sorprendente
edificación de la que
no queda huella,
pero cuyo jardín
ahora conocemos
como el “Parque
Lira”.
El III conde de la
Cortina hubo de
vender la “propiedad
campestre de Tacubaya”, que fue adquirida por la cabeza de una de las
“familias más acaudaladas del México en aquellos tiempos”; Eustace
Barron Cantillón -de origen irlandés-, conocido como Eustaquio
Barrón, heredero de una vasta fortuna y que poseía fábricas, minas y
tierras en el estado de Nayarit. Como cabeza en México de
Barron&Forbes, poseía también la casa que había pertenecido a los
condes de Heras y Soto y probablemente a partir de 1852 o poco
después sería el nuevo propietario de la “Residencia Campestre,
jardines y viviendas accesorias de los condes de la Cortina" (aunque
todo parece indicar que en el proceso no adquirió la que ahora
llamamos “Casa de la Bola” ).
105
del conde de la Cortina con la antigua construcción que es conocida
como la Casa Amarilla (y que hoy –remozada y modificada—alberga la
sede de la Alcaldía Miguel Hidalgo) y que recibe ese nombre no por ser
amarilla, sino porque perteneció al marqués de las Amarillas, don
Agustín Ahumada y Villalón, quien llegó a México en 1755 y murió
cuatro años después. La edificación había sido construida en 1618 para
albergar una casa de descanso para padres franciscanos de la orden
pasionista y durante la República -con la desamortización de los bienes
del clero-, fue declarada bien de la nación; para el S. XX durante el
mandato de Lázaro Cárdenas, funcionó como un orfanato de niños y
jóvenes (que dependía del Tribunal para Menores), y también albergó
un orfanato para niños con discapacidad mental hasta que finalmente
fue desalojado en 1976…
105
parecía de dimensiones colosales, sencillo, cordial y el mejor hombre
del mundo, dedicado a servir con su dinero a los amigos, siempre
industrioso, siempre activo y probo hasta el escrúpulo. Dueño de una
importantísima parte de las acciones de la English Mining Company de
Pachuca, tiene también minas de oro en California y compañías de
transporte en San Francisco, donde fundó la navegación a vapor sobre
el río Amur. Como sus negocios se extienden hasta Europa, las
actividades de Barron abarcan tres partes el globo con tanta fortuna
como lo demuestran sus riquezas.
Y respecto a las renovaciones a la casa, Paula Kolonitz (que era parte
del séquito que acompañaba a los recién llegados Maximiliano y
Carlota -y estuvo aquí apenas unos seis meses en 1864-) nos dice:
“Luego de un sinuoso y encantador camino que pasa bajo majestuoso
puente colgante, sobre una elevación surge la casa. Está construida al
estilo italiano; en medio de ella está la sala, que tiene la altura de toda
la construcción. Hay una cúpula de vidrio que sirve de techo y que por
todo difunde una tenue luz. Las paredes están recubiertas de estucos;
una escalera de mármol conduce a las galerías que están sostenidas por
columnas que rodean la sala a media altura. Sobre esta galería están las
puertas del primer piso, que dan acceso a las recámaras de la familia.
Junto a esta sala que sirve de lugar de conversación, están la sala de
música y el comedor, del cual se sale a los jardines y a las terrazas. Los
muebles y los adornos de la
casa son suntuosos,
riquísimos, hermosos, aunque
el conjunto resulta un poco
recargado. Las estancias están
rellenas de mesas talladas y
doradas pomposamente y
cuyas cubiertas son de mármol
o piedra. Espejos venecianos
raros por su belleza, muebles
de palisandro adornados con
bronces, grandiosos grupos de
porcelana de Sax, en fin, acumulados, se ven aquí los productos más
raros de miles de países, traídos de Europa, especialmente de
Inglaterra. De las paredes, cuelgan cuadros de la vieja y bella España y
buenas copias de las obras maestras de las galerías de Dresde y de
París. Finalmente, nos esperaba una comida espléndidamente
105
preparada…”
105
ampliamente intervenida por el arquitecto Manuel Cortina García para
dotarla de la uniforme fachada que en la actualidad conocemos
105
Genealogía de la familia Añorga
Juanes Añorga-n. en San Sebastián, Guipúzcoa, País Vasco,
España-Mat. con Domeja Aduriz-Miramón hija:
o María Juana Añorga Aduriz-Miramón –Mat. con Juanes
Berreyarza Unanue, hijo:
105
Gorostiaga 1691 y Francisca Antonia Alcega-
Married 14 December 1732, San Sebastian-Donostia, Guipúzcoa, País
Vasco, España, to María Josefa Sansinenea Aguirre with
José Manuel Añorga
Sansinenea 1733 Married 8 December 1766, San Sebastian-
Donostia, Guipúzcoa, País Vasco, España, to Juana Teresa
Cardaveraz Mendiburu
Agustín Añorga
Sansinenea 1736 Married 25 November 1765, San
Sebastian-Donostia, Guipúzcoa, País Vasco,
España, to Catalina Antonia Arrieta Guruceaga
Ana María Añorga Sansinenea Married 30 January 1764,
San Sebastian-Donostia, Guipúzcoa, País Vasco,
España, to José Bernardo Anso Arrieta
o Manuel Vicente Añorga Sansinenea 1742
María Josefa Vicenta Añorga Sansinenea 1748 Married
to José Ignacio Echenique Anavitarte 1780
José Ángel Añorga Sansinenea 1749 Married to María
Brígida Echenique Miranda
Cristóbal Añorga Martínez de Gorostiaga 1691 bautizado
también en la Parroquia de San Sebastián el Antiguo, el día
5 de Mayo de 1691- fue el VII Señor de Añorga y IV
Mayorazgo y quien años más tarde, el día 9 de Febrero del
año de 1728, recibiera en la ciudad de Madrid, un Real
Despacho de Hidalguía y Blasones, mismo que le fue dado
por Don Juan Alfonso de Guerra y Sandoval, Cronista y Rey
de Armas de Don Felipe V y Don Fernando VI de Borbón.
Mat. 11 Ene. 1712, San Sebastian-Donostia, Guipúzcoa,
País Vasco, España, con Josefa Unanue
105
o Martín Añorga Unanue 1730
o María Dominica Añorga Unanue 1731
105
1780) Visitador y Ministro Togado del Consejo de Indias, con el fin de
construer barcos para que llevasen al ejército a la pacificación de
Sonora y para rescatar la Alta California de supuestas incursions
británicas y rusas. Por ello, se encomendó al Teniente de Navío del
Puerto de Veracruz, Don Alfonso Pacheco, la localización en la costa del
Pacífico del lugar más visible para establecer el Puerto abastecedor y,
sobre todo, con suficientes recursos madereros para la construcción de
navíos.
Los primeros barcos en ser botados de San Blas (Oct. 1767) fueron “San
Carlos” y “El Príncipe” sobre los que se embarcaron un total de 1,113
soldados para defender nuestras tierras del norte. Posteriormente,
(1768) Fray Junípero Serra y once misioneros mas parten a bordo de
“El Príncipe” para encargarse de las misiones en las Californias.
105
Cándida Añorga Ferreira- Nacida en 1798
- El Ferrol, A Coruña, Galicia, España-
Bautizada el 4 de octubre 1798 en la
Parroquia de San Julián - El Ferrol, A
Coruña, Galicia, España- Dicha
Parroquia es también conocida como
Concatedral de San Julián y había sido
proyectada por el arquitecto académico
Don Julián Sánchez Bort en el año de
1763.
Fallecida el 15 de julio 1867 - Paris,
Francia, a la edad de 69 años-Enterrada
el 16 de julio 1867 - Paris, Francia-
Mat. 14 May 1814, Guadalajara, Jalisco,
México, a la temprana edad de 15 años y
meses -con el
Capitán José
Antonio Pintó y
Martí 1791-, natural de la Villa de Silges,
Principado de Cataluña en 1791- bautizado 10
Abr. 1791 en la Parroquia de San Bartolomé,
hijo de Juan Pintó y Toscano y Antonia Martí
y Domingo, Doña Cándida Añorga y Ferreira
y el Capitán Don José Antonio Pintó y Martí,
se fueron a vivir al puerto de San Blas y
posteriormente a la ciudad de Tepic, donde
tuvieron sus tres hijos.
Manuela Pintó Añorga-n.
6 Ago. 1817 - Guadalajara, Jalisco, México-b. 7 Ago. 1817 -
Guadalajara, Jalisco, México casada con Guillermo Forbes,
natural de Irlanda, prominente empresario socio de Eustaquio
Barron y Cantillón
María Dolores Úrsula Antonia Pintó
Añorga 1818
José Antonio Pintó Añorga-n. y b. 7 de junio
1820- Tepic, México -Valladolid, España 1905)
En su niñez se va a estudiar a Europa. Reside
en España y se convierte en el primer Conde de
Añorga. Comendador de la Orden Ecuestre del
Santo Sepulcro de Jerusalén, Caballero de la
105
Clase en la Real y Militar Orden de San Fernando, de la de Nuestra
Señora de Villaviciosa (Portugal), y de la Pontificia de San Gregorio
Magno; Capitán de Caballería, Gentilhombre de Cámara de Su
Majestad; Diputado por Valladolid y vocal de la Junta de Instrucción
Pública; nombrado en Roma, Italia, el día 20 de Septiembre de 1881,
como Primer I Conde de Añorga por el Papa León XIII y que a partir
del 10 de Marzo de 1882 fue autorizado para utilizar dicho título en
España; desposó con Dionisia Lara y Reinoso con quien residió en
Valladolid, España, teniendo seis hijos: Manuel, Antonio, Guillermo,
Dolores, Dionisia y Cándida.
Manuel Pintó y Lara casado con María Moyano y Montoya, hija del
Marqués de Caballero, con once hijos, siendo el mayor de ellos, Manuel
Pintó y Moyano, II Conde de Añorga (desde 1913), marido de Doña
Gloria Fernández de Gamboa y Berdugo. Algunos de sus hermanos
fueron:
Antonio Pintó y Lara, casado y con tres hijos, Guillermo, sin
descendencia, Dolores Pintó y Lara, esposa de Alfonso Bustamante y
Casaña con tres hijos, Dionisia Pintó y Lara, casada y con cinco hijos,
Cándida Pintó y Lara con residencia en León, España.
105
Cantillón 1790-1859(Padres : Eustaquio Barron & Catalina
Cantillón).
105
José Mijares
Añorga 1836- casado el 15 de mayo 1875 con María de la
Aurora Rubio Rubio 1845-
o Rosa María Mijares Añorga 1838-
Antonia Mijares Añorga ca
1841 casada el 8 de enero 1869 con Néstor González de Arce
Rubio 1829-
o Manuel Mijares Añorga 1845
Fuentes
Antonio Mijares García-1725 con María Santa Parás Teresa
Padres de Juan Mijares Parás 1769-1823 con María Díaz Sordeo1774-
1860
Padres de Antonio Mijares Díaz 1798-1868
Francisco Díaz Sordo con María Antonia Sordo 1740-
Padres de María Díaz Sordo 1774-1860
105
o María Rafaela Josefa Mosquera Barreda 1760
María Dolores Mosquera Barreda Casada el 16 de junio 1791,
Orizaba, Veracruz, México, con Pablo García Valtierra 1761
o Mariana Josefa Mosquera Barreda 1762
Pedro José Garmendia-Casado con Rosa Mosquera
Barrera (María Rosa Josefa Ramona Mosquera Barrera) -Nacida
el 31 de agosto 1755 - Orizaba, Veracruz, México (Padres : Francisco
Mosquera & Rosa Barrera Gómez) con
José Manuel Garmendia
Mosquera 1775- Casado el 27 de septiembre 1823, Córdoba,
Veracruz, México, con María Teodora Fuentes
María Josefa Garmendia Mosquera 1777-
1823 Casada el 12 de julio 1792, Orizaba, Veracruz,
México, con Manuel Montes-Argüelles Rendón 1773-1835
Manuel Garmendia
Mosquera 1778 Casado el 29 de marzo 1827, San Miguel -
Orizaba, Veracruz, México, con María Dolores García
Machorro 1788
María Guadalupe Garmendia Mosquera 1779-
1833 Casada el 5 de mayo 1799, Orizaba, Veracruz,
México, con Pablo Escandón Cavandi 1770-1824
o Juan José Garmendia Mosquera 1780-1780
o Pedro José Garmendia Mosquera 1781
Concepción Garmendia
Mosquera 1783 Casada el 16 de julio 1799, Orizaba,
Veracruz, México, con Juan Bringas de Manzaneda Villa
Rosa Garmendia
Mosquera 1784 Casada el 4 de agosto 1806, Orizaba,
Veracruz, México, con Tomás Escandón Salas 1774
Rosa Garmendia
Mosquera 1784 Casada el 7 de enero 1823, Orizaba,
Veracruz, México, con Juan Peyrano Mosquera 1790
o María Gertrudis Jacinta Garmendia Mosquera 1785
o María Ana Josefa Secundina Garmendia Mosquera 1787
Pedro José María Garmendia
Mosquera 1788 Casado el 22 de enero 1816, Puebla, Puebla,
México, con María Dolores Moreno
105
María Ignacia Garmendia
Mosquera 1789- Casada el 21 de febrero 1806, Orizaba,
Veracruz, México, con Bartolomé Fernández Giraldez 1783
o Joaquín María Garmendia Mosquera 1793-
o Miguel Garmendia Mosquera 1797-
105
o Concepción Escandón Garmendia 1820-
o Carlota Escandón Garmendia 1821-1877
o Antonio Escandón Garmendia-(Antonio José Alejandro
Escandón Garmendia) -Nacido en 1824 - Puebla, Puebla,
México-Bautizado el 3 de septiembre 1824 - Puebla
(Sagrario), Puebla, México-Fallecido el 18 de abril 1877 -
Córdoba, Andalucía, España, a la edad de 53 años-
Casado el 16 de junio 1855, Ciudad de México, Distrito
Federal, México, con Catalina Barron Añorga 1824-
1880(Padres : Eustaquio Barron Cantillón 1790-
1859 & Cándida Añorga Ferreira 1798-
1867) (testigos : Alejandro Arango Escandón 1821-
1883 , Cándida Añorga Ferreira 1798-1867, José Lázaro
Garza Ballesteros 1785-1862)-hijos:
Pablo Escandón Barron 1856-
1929 Casado el 16 de febrero 1882, Sagrario - Ciudad
de México, Distrito Federal, México, con Catalina
Cuevas Rubio 1862-1942
Manuel Escandón Barron 1857-
1940 Casado el 26 de febrero 1889, Madrid,
España, con Petronila Salamanca Hurtado de
Zaldívar, Marqués Villavieja 1869-1951
Guadalupe Escandón Barron 1859-
1943 Casada el 7 de octubre 1886, Manhattan, New
York, USA, con Manuel Escandón Arango 1860-1908
Eustaquio Escandón Barron 1862-
1933 Casado el 9 de julio 1884, Paris, Île-de-France,
France, con Mariana Mier Pimentel 1867-1910
Eustaquio Escandón Barron 1862-
1933 Casado el 14 de octubre 1911, St. James Church,
London, England, United Kingdom, con Guadalupe
Landa Lozano 1881-1963
Carlota Escandón Barron 1864-
1936 Casada el 19 de noviembre 1891, Paris, Île-de-
France, France, con Felipe Falcó Osorio, Duque
Montellano 1859-1931
Pedro Escandón Barron
María Escandón Barron 1867-
1925 Casada el 4 de mayo 1896, Tacubaya, Distrito
105
Federal, México, con Manuel Buch Echeverría 1867-
1937
105
Casado el 26 de febrero 1889, Madrid, España, con Petronila
Salamanca Hurtado de Zaldívar, Marqués Villavieja 1869-1951 (Padres
: Fernando Salamanca Livermore, Marqués Salamanca 1841-
1904 & María del Carmen Hurtado de Zaldívar Heredia, Conde
Zaldívar 1851-) con
o Petronila Escandón Salamanca
o Carlota Escandón Salamanca 1890-1894
o Consuelo Escandón Salamanca 1893
Relaciones
Testigo (1882) : matrimonio, Pablo Escandón Barron 1856-
1929 y/e Catalina Cuevas Rubio 1862-1942
Testigo (1884) : matrimonio, Eustaquio Escandón Barron 1862-
1933 y/e Mariana Mier Pimentel 1867-1910
Pablo Escandón y Barrón 1857 ~ 1926
Ciudad de México, Distrito Federal
1909-1918
gobernador de Morelos
105
Marchó muy joven al exterior con su familia. Radicó en París y pasó
temporadas en España. A la edad de 10 años, ingresó al colegio jesuita
de Stonyhurst, en Inglaterra, donde recibió una educación esmerada.
Ahí permaneció hasta 1875, acompañado por sus hermanos y primos.
Tras la muerte de su padre en 1878, volvió a México, donde lo
esperaba, al igual que a cada uno de sus hermanos, una herencia
paterna de casi cinco millones de pesos oro. (Se calcula que hoy un
peso oro vale más de mil pesos). Formó parte de un grupo de jóvenes
elegantes que marcaron el tono de la sociedad capitalina, organizando
cotillones, y contribuyendo a la organización del Jockey Club. Las
memorias de su hermano Manuel, marqués de Villavieja, narran
episodios interesantes de su edad moza. Se casó en 1882 con Catalina
Cuevas y Rubio.
Desarrollo profesional
Estudió la carrera militar, ascendió a coronel, llegó a ser jefe del Estado
Mayor del presidente Porfirio Díaz. Desempeñó diversas actividades al
encargarse de reglamentar el protocolo diplomático en Palacio
Nacional y el Alcázar de Chapultepec. Con sus hermanos Manuel
y Eustaquio, además de William Hyden Wright, participó en el equipo
de Polo mixto (Francia y Reino Unido) en los Juegos
Olímpicos de Paris 1900, ganando medalla de Bronce, primera medalla
de México en la historia, siendo junto con los otros tres miembros del
equipo los primeros medallistas mexicanos.12 Organizó conferencias
internacionales, incluyendo la entrevista Díaz-Taft, en la cual fungió
como traductor,1 junto con Enrique C. Creel. Ocupó curul en la Cámara
de Diputados en distintas ocasiones, además de fungir como enviado
diplomático a la coronación de Jorge V de Inglaterra. Perteneció al
grupo de Los Científicos y formó parte de la aristocracia nacional. Era
propietario de dos haciendas en el estado
de Morelos: Xochimancas y San Diego Atlihuayán.
En las postrimerías del porfiriato fue gobernador de ese estado;
durante su gestión tuvo muchos problemas con los pueblos, por
despojos de tierra y aguas y por una ley que revaluaba los bienes raíces,
dejando a las propiedades rústicas con una valor muy bajo y a las
urbanas con uno muy elevado. Además, su gubernatura -de marzo
de 1909 al 8 de mayo de 1911 -, fue precedida por unas elecciones muy
reñidas pues su contrincante, el Ing. Patricio Leyva, era muy popular;
desde entonces data la efervescencia política en Morelos. Al estallar la
lucha contra Porfirio Díaz, Escandón abandonó la gubernatura y
105
marchó hacia Estados Unidos, de donde regresó para respaldar al
gobierno de Victoriano Huerta, que lo ascendió en el mando militar.
Derrocado Huerta, se volvió a exiliar. Regresó a México después
de 1920 y murió en la capital en 1926.
Alejandra Moreno, señaló que la apertura del puerto de San Blas a fines
del siglo XVIII y su gran auge en la insurgencia provocado por la
decadencia de Acapulco estimuló de forma notable la economía del
Occidente sobre el eje Guadalajara-Tepic. De manera muy semejante la
105
apertura del puerto de Tampico beneficiaría a San Luis, y la de
Progreso y Sisal a Yucatán. Como lo demostró don José Ramírez Flores
en El real Consulado de Guadalajara, 1952, la apertura de San Blas está
ligada al desarrollo del Consulado de Guadalajara y tuvo mucho que ver
con un problema del control de las aduanas.
Parte de lo ingresado a aduanas iba al gobierno federal pero los estados
se atribuyeron la facultad de gravar la entrada de mercancías y su
exportación. De esta manera el contrabando y la especulación eran
parte de esas aduanas y su control fue asunto político de gran
importancia regional como nacional. La exportación principal de
México durante estos primeros cincuenta años de su vida ya
independiente sería la moneda acuñada. Numerosos empresarios
colocaban sus capitales en el exterior por una falta de bancos
nacionales y exportarían en metálico para así cubrir sus importaciones
de mercancía.
La ley prohibía la exportación del oro y la plata en pasta y de mineral
sin beneficiar porque el beneficio era más barato en Inglaterra o
Alemania. Las casas de moneda cobraban 12% del valor de lo acuñado y
el dueño del metal debía pagar 10% por concepto de unos derechos de
explotación además de los derechos de ensaye, fundición, y marca.
Tanta presión fiscal invitaba al contrabando y no habría negociante que
no fuese contrabandista, esto por lo menos en la costa del Pacífico, de
Acapulco a Alta California. La importación y la exportación estaban
controladas por sólo unas cuantas casas extranjeras.
Estas tenían capitales, crédito y relaciones internacionales lo cual les
otorgaba este monopolio del comercio en el interior. Además, estas
casas tenían funciones bancarias de cambio y de préstamo tanto para
particulares como para el Estado. Así juntaban todos los beneficios
como lo hicieron décadas antes los peninsulares del Consulado de
Comerciantes. A San Blas se debió aquella presencia en Tepic de
extranjeros de todos los países de Europa y América cuando españoles,
alemanes y británicos, eran los más importantes, pero no faltarían los
americanos, los franceses, los belgas y no pocos italianos.
Tan pronto como amasaban una fortuna, se transformaban en vice-
cónsules o cónsules de su país, o de cualquier otro. Así el español José
María Castaños operaba en un momento dado sería el vice-cónsul
105
norteamericano; el alemán Riecke representaría a Francia cuando le
fuera necesario y el inglés Barron que naciera en Cádiz de padre
irlandés y pretendiera acumular en su persona ambas
representaciones, la inglesa y francesa. La función consular
proporcionaba una protección comprobada a los negocios. Todos eran
cónsules, todos eran cosmopolitas y todos hacían de todo incluido el
contrabando.
Un informe francés dice que en 1832, los tres negociantes de Tepic en
un orden de importancia eran Barron, Castaños, y Cubillas, y que
Forbes era el primero en San Blas. Cubillas ya había sido el número
uno hasta 1831 cuando la pérdida de 200,000 pesos en un negocio
desaventurado, lo llevó a una quiebra indecente. Cubillas era cuñado de
un Iñigo poderoso en Guaymas, pariente del naviero Iñigo en Burdeos.
Históricamente la fortuna de la Casa Barron tuvo un cimiento
geográfico y comercial.
Basado en el comercio del Pacífico, internacional y regional. La función
comercial es inseparable de la financiera y las dos condujeron hacia
inversiones industriales, y a adquisiciones inmobiliarias, deseadas o no
estas últimas, pues a veces eran adquiridas como consecuencias de
préstamos no pagados. El resultado resultaría en este crecimiento en
todas direcciones durante estos 20 años, luego del crecimiento local
continuo, acompañado por un cambio de horizonte: la Casa Barron y
Forbes se interesó cada día más, en los negocios nacionales e
internacionales y perdería sus ligas con su antigua base local.
Ricardo Lancaster Jones, dice que el primer gran negocio de Barron
sería el de conseguirles compradores para los bienes de los Agustinos
quienes para invertir en sus misiones en las Filipinas venderían sus
haciendas de Mascota y las casas del centro de Guadalajara. Esto fue la
base del capital de la Casa, que era, al mismo tiempo, apoderada del
comercio de Manila y California. La casa Barron y Forbes compraba las
perlas de California, las armaba en collares en San Blas y las vendía en
Europa. Años después, doña Catalina Barron de Escandón
deslumbraría a la corte francesa, con un collar de esas perlas.
Sería comprado por la emperatriz Eugenia y con este dinero los Barron
le aportaron el capital al ferrocarril mexicano.
105
La importancia de los negocios californianos desde 1843 por los Barron
y los Forbes, sería confirmada por el descubrimiento del oro, y sería
aprovechada por ambos al ser nombrados los cónsules en California, en
Tepic y San Blas; fundan la Bolton and Barron Company en San
Francisco y la Forbes, Oceguera y Compañía, en Sonora. En los asuntos
californianos la Casa juega y gana, en contra de la Restauradora de
Jecker-Torre y contra los franceses de Raousset-Boulbon y sus
filibusteros.
La Barron y Forbes, fundará la Sociedad Exploradora de Metales de
Sonora con apoyo de las autoridades sonorenses y de México. Hace
fracasar a los franceses, cobra $20,000 a la legación francesa en
México, para transportar aquellos presos franceses de Raousset-
Boulbon. En 1853, Eustaquio Barron solicita a las autoridades de
Sonora y Baja California que lo auxilien, a fin de poblar y explotar, los
terrenos de la isla del Angel de la Guarda en el Golfo de Cortés.
Hacia el sur la Casa Barron extiende sus negocios hasta Guayaquil,
donde compra esencialmente algodón, desde la década de 1830.
Este comercio estará ligado con su fábrica en Jauja. Pero el gran
comercio se concretaría con Europa en un comercio de importación
que incluiría, los bienes más variados: azogue, maquinaria variada,
libros, vinatería, ropa, tejidos, vituallas, cristal, vajilla. Las listas,
proporcionadas en los libros de las aduanas no tienen fin y el valor del
cargamento casi siempre es muy alto. El comercio de exportación
aunque también era importante nunca era así de variado: alimentos
destinados a Guaymas y California, palo tinto de la bahía de
Matanchen, cueros, tabaco y, pesos acuñados y plata.
Tan temprano como el año de 1830 la Casa Barron-Forbes y Compañía
se llevaría la tajada mayor de las importaciones y pagará $116,670
pesos de un total de $263,663 de derechos. En 1831, importa el 90%
del total, principalmente lienzos y tejidos de algodón de Inglaterra y
Ecuador. En 1832 importa $32,000, de un total de $118,000. Entre
1834-1835, la Casa Barron y, la Casa Castaños, se dividen las
importaciones; en 1841 Castaños pagará 83,000 pesos y Barron 40,000
de un total de $208,000. En el año de 1843 pagan respectivamente
$35,000 y $110,000, de un total de $380,000 recaudados.
105
En adelante decae Castaños y crece Barron. Las dificultades de
Castaños no son comerciales son industriales. La quiebra de la Casa
Castaños, a fines de los años de 1840, se debe a la fábrica textil de
Bellavista misma que arrastra en su caída al ingenio modelo de Puga, y
a otros negocios.
La Casa Barron, Forbes y Compañía igual que muchas otras casas
mercantiles funcionaba como banco. Continuaban con esto una
tradición muy colonial como lo muestran los libros de cuentas del Real
Consulado de Guadalajara donde se detalla cómo, las tiendas
importantes también operaban en un nivel de prestamistas.
También recibían dinero que ponían a producir intereses y dividendos.
No tenemos la contabilidad de la Casa Barron pero en los libros de
Aduanas de San Blas y Tepic, eso se ve claramente. En 1830, la Casa
aparece como apoderado de varios negocios así como prestamista:
presta a particulares para que puedan pagar sus derechos de aduanas;
adelanta también al Estado, aquellos sueldos de los empleados y del
resguardo militar de las aduanas de San Blas. En el libro de 1841, tanto
la Casa Castaños como la Casa Barron y Forbes aparecen en el ramo
enteros y pagos por supremas órdenes.
En 1843, Barron endosa libranzas considerables; en 1849 recibe $
45,000 pesos, por suprema orden de la Tesorería General de la
Federación como pago adeudado a José Yves Limantour, de quien
Barron y Forbes son apoderados. En 1852 los documentos los señalan
como tenedores de bonos ingleses y apoderados de deuda inglesa. Esa
época, la Casa Barron y Forbes opera fuera del marco regional, y juega
un papel bancario en el ámbito nacional, durante muchos años. En
1858 trabajan la deuda de Londres, la convención inglesa y española.
En 1865 la Regencia les pagará 746,837 pesos.
Un francés, que no quiere a Forbes escribe en 1853 ‘el tesoro está vacío,
¿qué puede hacer Santa Anna? Los agiotistas ven y comprenden sus
dificultades, y tratan de aprovecharlas en su beneficio. Lo rodean, lo
acosan y lo van aprisionando en sus redes. Una compañía a cuyo frente
están Escandón, De la Torre, Barron, y otros intrigantes, enriquecidos
como ellos, por el contrabando y el agio, acaba de presentar un
proyecto: mediante una renta de nueve millones de pesos, pagados al
105
tesoro del gobierno, se les haría entrega de la administración de las
aduanas, y de todos los demás ingresos, del Estado’.
El contrabando del siglo XIX y del XVIII, es inseparable del gran
negocio. Sin él no se puede hacer fortuna y las mejores se deshacen
cuando éste falta. Por eso todos los negociantes sin excepción aparecen
como contrabandistas en la realidad y a través de la pluma de Alamán,
gobernador de Jalisco y jefe político de Tepic, y de unos diplomáticos
extranjeros. Ya vimos cómo esta Casa Barron, Forbes y Compañía,
tiene esa fama. De Castaños nos dice el gobernador de Jalisco en 1833
‘que él es de los más perniciosos contrabandistas de Tepic y San Blas, y
es promovedor de discordias entre los vecinos’.
Y no hay quien escape a esta calificación entre los de Tepic y
Guadalajara. El Archivo General de la Nación, ofrece esta imagen ‘de
40 años para acá las importaciones de Europa a la Costa del Pacífico
han sido el monopolio de unas 20 casas de comercio, casi todas
extranjeras. Estas casas, forman en cada puerto una asociación
compacta y solidaria constituida con la mayor regularidad con el objeto
de aprovecharse de la crisis y de las vicisitudes mercantiles, y preparar
situaciones favorables a sus miras; su única industria, es el agio
ejercido entre las rentas públicas y mediante el contrabando’.
Disminuyen así estos ingresos de las aduanas marítimas en cuanto a la
importación un 40%, se exporta anualmente por el contrabando, un
valor por más de 7 millones de pesos en dinero acuñado y en barras de
plata. Estas operaciones, no son practicables sino para casas ricas; es
necesario en efecto ser el dueño único, sin participación ajena, de la
cosa que se importa, es decir de ese buque y de aquella carga, para
poder entregarse a este género de especulación. Así, el vendedor al
pormenor es tributario del importante y pertenece en cuerpo y en alma,
al vampiro que le apertura una cuenta corriente’.
De 40 años acá esas corporaciones, tienen todo en la costa. Dan
órdenes a empleados, nombran y quitan autoridades, tratan de vasallos
a los administradores locales, y hablaban de tú al Supremo Gobierno.
Se hincan ante su omnipotencia jueces, magistrados, los gobernantes y
militares, clase media y el pueblo bajo, la marinería costera, y todas las
clases de la sociedad. Suprimían ahí en el momento a cuanto
amenazaba contrarrestar sus amaños, y no retrocedían ante los gastos
105
de un pronunciamiento, para poder deshacerse de un gobierno
indómito, o de algún administrador de aduanas testarudo’.
‘Se habla del contrabando de tesoros a bordo de barcos de Su Majestad
implicándose, no sólo a los negociantes, sino a los comandantes de
estos navíos. Es conocido, cómo se grava la exportación de plata
acuñada, en los puertos de la República Mexicana, con impuesto
prohibitivo; la exportación de oro y plata no acuñada esta prohibida. El
impuesto es de 10%’. Se pregunta don Eustaquio: ‘¿Debe el
comandante del buque de guerra inglés, cuando un barco se presentara
con su carga de monedas, negarse a recibirlas si no presenta los
documentos aduanales, atestando que el 10% de impuesto se ha
pagado?’
¿Se le puede pedir, al comandante británico de un buque de guerra
volverse el asistente de unas aduanas mexicanas? ¿Es consecuente con
el deber de un oficial británico, meterse en cuestiones fiscales con
mercaderes británicos, o es justo que la propiedad de súbditos
británicos, les sea destruida debajo de los cañones de un buque de
guerra británico, arrojados en las garras de un oficial rapaz, de estas
aduanas mexicanas?’ Luego de explicar, que ningún barco sería tan
seguro ni tan barato para transportar dinero en efectivo como un barco
de guerra, de Su Majestad Británica, Barron vuelve a su tema.
‘Entiendo, lo feo de esta palabra contrabando en Inglaterra, pero la
práctica de evadir el pago de impuesto prohibitivo en esta costa no
merece a los comerciantes, la aplicación de esta palabra en su sentido:
las muchas evasiones y reducciones de impuesto son el hecho de los
Mexicanos mismos, practicado por los mismos empleados con el
conocimiento del Gobierno General, quien los nombra y protege. Toda
la conducta de los gobiernos revolucionarios de este país ha sido y sigue
siendo, no de legislar sobre principios sanos y para bien del país sino
para los beneficios muy individuales, de sus empleados’.
Las leyes se hacen, y los impuestos se imponen, no para la ejecución
bona fide de las leyes, o la colecta impuestos, sino para sueldos de los
que hacen leyes y los recaudadores. Altos derechos son decretados, no
para el gobierno, sino para el recaudador y colaboradores. Como el
negociante manda su dinero a través de aduanas, en aparente forma
clandestina, no se le puede tachar de contrabandista, ya que el jefe de
105
las aduanas debería ser considerado, como el mismo gobierno’.
Termina invitando al gobierno británico que le ordene a sus buques,
recibir esas remesas de dinero sin cuestionamientos.
Tan explícito testimonio era el parecer de los comerciantes. Parecen
decir ‘somos contrabandistas, el contrabandista en jefe es el gobierno’.
En, Los Bandidos de Río Frío, Manuel Payno, que conocía a
profundidad el funcionamiento de las aduanas pinta muy bien la cita
entre cierto buque de guerra inglés y aquellos comerciantes de la costa
occidental en una alusión clara a las operaciones de los Escandón y los
Barron.
Hacia el año de 1838, Eustaquio Barron, ya había puesto en marcha
una fábrica equipada con ochenta telares en un lugar llamado Jauja,
sobre el río de Tepic, muy cerca de la ciudad.
En 1843, ya beneficiaba 97 quintales de algodón a la semana mientras
la fábrica Castaños en Bellavista, a 7 kilómetros de Tepic en 1841, con
instalaciones más importantes consumía 65 quintales a la semana.
Bellavista se equipó con máquinas belgas mientras que Jauja compró
su maquinaria en Estados Unidos. En el año 1844, Castaños tenía ya
graves problemas financieros, que trató de resolver con un aumento de
capital formando la Castaños, Fletes y Compañía.
Después de las innumerables adversidades por las que ha pasado la
fábrica José María Castaños, perdió la partida, y murió arruinado.
Además de la mala idea de comprar equipo en Bélgica, tuvo una gestión
menos hábil que Jauja. Con menor inversión y menos instalaciones,
Jauja producía a mejor precio con más gente. En 1851, Jauja tenía diez
técnicos norteamericanos y más de 200 obreros; sus talleres mecánicos
y la presencia de técnicos bien pagados le evitaron aquellas grandes
fallas que con mucha frecuencia, paralizaban a Bellavista. Luego de la
quiebra y de la muerte de Castaños, se formó una Compañía Tepiqueña
con Barrón, Forbes y Compañía, además de los alemanes Blume y
Augspurg, y el español J.A. Aguirre.
En 1857, aquella Compañía ya no tenía el capital para seguir con la
hacienda azucarera de Puga, lo que restaba tras pagar deudas de la
empresa en Bellavista y Puga. Las deudas eran $136,000 pesos, a favor
de casa Luzárraga de Guayaquil, que les abastecía con algodón, igual
105
que a Jauja. Recordemos que Eustaquio grande, había casado a una de
sus hijas con aquél hijo de Luzárraga, banquero y conde en Europa. La
industria textil de Tepic era más importante que la de Guadalajara por
la cercanía a San Blas; por tanto aquel algodón ecuatoriano y aquellas
máquinas importadas, les resultaban más baratos.
Durante muchos años fue conveniente importar algodón de Guayaquil,
pero en 1842 se dice que ya “se va propagando el algodón arbóreo,
habiendo ya cerca de 40,000 árboles”. En Manchester, en 1857, una
asociación para el fomento del cultivo del algodón se interesó en el
algodón de Tepic. A un cuestionario en 15 puntos que envió se le
contestó que la región se prestaba a maravilla para el cultivo del
algodón, que las dos fábricas de Tepic y las tres de Guadalajara
consumían al año 320,000 arrobas de semillas; que por falta de capital
los productos no podían tener máquinas para desgranar (cotton gin) y
por eso vendían el algodón bruto con semilla. Otro obstáculo al
desarrollo del cultivo era la escasez de mano de obra. Al parecer, la
Casa Barron, Forbes y Compañía no se interesó mucho en la
producción local del algodón.
105
dinero a Comonfort para acabar con Carrera. No viene al caso contar la
tremenda bronca que se armó, primero en Tepic luego en la ciudad de
México entre los Castaños juniors apoyados por los juniors Gómez
Farías y Santos Degollado, y los Barron y Forbes chicos, y para finalizar
entre México e Inglaterra.
Don Eustaquio, conseguiría el bloqueo inglés, el desacato de Degollado,
recuperó el control de las aduanas de San Blas y ganó una
indemnización de 150,000 dólares. Cuando triunfa en 1857, se le
acredita una fortuna de 10 millones de dólares, influencias decisivas
sobre la embajada inglesa, y un humor altivo, exigente e intratable.
Jan Bazant cuenta cómo Barron otorga préstamos a Zuloaga con
garantía de bienes eclesiásticos, y se queda con 22 casas, entre las
cuales destacaba La Merced, con valor de 310,000 pesos. Figura entre
los dos compradores extranjeros de los bienes desamortizados y
nacionalizados. Imperturbable esta Casa Barron les financia a los
gobiernos de la Reforma, de la reacción conservadora, y del imperio.
Eustaquio grande, ha muerto en 1859, pero Eustaquio chico sigue a la
cabeza de la Casa. En 1861-1862 le va muy bien ya que su socio
Escandón es con Zarco, el alma del nuevo gabinete presidencial.
Payno, de acuerdo con su amigo Escandón, está dirigiendo las
operaciones financieras del gobierno actual’ dice el Quai D ‘Orsay.
Escandón muere en 1862 Antonio viaja a Miramar a ofrecer, a
Maximiliano, el imperio mexicano. Escandón y Barron siguen siendo
los primeros acreedores del ferrocarril y controlan el consejo de la
Compañía, que hábilmente tiene una razón social inglesa. Eso permite
a Juárez después de la victoria hacerse de la vista gorda. El decreto
presidencial del 27 de noviembre de 1867, mantiene a Escandón y
Barron en aquella misma posición, con unas ventajas aún superiores.
En 1873, Barron convenió con el ministerio de Fomento y la Compañía
Limitada del Ferrocarril Mexicano llamado ‘de los 14’. La Casa Barron
no olvidó su costumbre y sacó partido de las dificultades financieras del
Imperio: cuando se negoció el nuevo empréstito con Hottinguer y
Compañía, el emperador mandó a París, a Barron y Bourdillon, con
plenos poderes para negociar esa concesión del banco. Payno explica en
sus Cuentas, cómo la Casa Barron le había hipotecado el palacio de
105
Bazaine en México, por 60,000 pesos a 6% y cómo se hizo pagar en
febrero de 1866, con aquellas aduanas de San Blas.
Los financieros, se distancian de un régimen al que ya saben
condenado. Hay incluso una orden de arresto contra Antonio
Escandón. Parece que, Eustaquio Barron chico le prometió a Santiago
Smith, 300,000 pesos si este obtenía de sus amigos liberales que no se
adoptaran sanciones en contra de la Casa. Como no hubo amenazas de
sanciones tanto Eustaquio como después de su muerte, Guillermo
Barron, se negaron a pagar. En 1867, de las instituciones financieras
importantes en la capital, no quedaba más, que la Barron-Forbes y
Compañía que de inmediato hizo préstamos a Juárez y después a
Lerdo.
En 1874 Guillermo Barron viaja a Europa para mediar entre el gobierno
mexicano y el Mexican Bondholders Commitee. Va, bajo las ordenes
del presidente Lerdo, encargado de una apertura no oficial, para
reanudar relaciones entre México e Inglaterra. Eustaquio grande fundó
este negocio, y lo llevó a una altura extrema; después de él sólo
quedaron dos Barron para continuarlo: Eustaquio chico, que murió
temprano diez años después del fundador, y Guillermo, nacido en 1829.
Los muchos hermanos y descendientes vivirían espléndidamente de sus
rentas sin ocuparse en nada más que gozar de la vida.
En Tepic, los administradors son miembros de Casa Aguirre, que se
prepara para la sucesión. En 1885 Casa Barron otorga poderes y en
1895 disuelven compañía y adjudican bienes de Francisco y Eustaquio
Barron. En 1885 forman una sociedad de negocios agrícolas,
industriales y comerciales, en el DF, Tepic y Morelos. Tras liquidar,
conservan esta misma razón social hasta 1892. Guillermo Barron tiene
el 60% en créditos, acciones de gas, terrenos en la colonia Napolés en
México, la hacienda de Miacatlán, el almacén de San Blas, las fincas
urbanas, Jauja y el Trapichillo, San Lorenzo, San José, Puga.
Francisco y Eustaquio, aportan el 40%. En 1893, 672,000 pesos les
corresponden así: Puga y Mora, con sus ranchos anexos, o sea 425,000
pesos más los terrenos en Tepic, 325 acciones mineras en Ixtlán, 1,000
acciones de The Mexican Gas and Electric Light Co. Ltd. Tan pronto
como se liquida la Barron, Forbes y Compañía, don Domingo Aguirre,
un viejo español solterón y hermano de José Antonio, quien hubiera
105
fundado Casa Aguirre en 1826 y que había trabajado 40 años en Tepic,
antes de irse a morir a Bilbao, empieza a comprar como loco, todas
aquellas fincas rústicas de los Barron.
La ‘Sociedad J.A. de Aguirre y Compañía’, fundada en 1876 por J.
Víctor de Aguirre y Domingo Aguirre, y refundada en 1885 como una
sociedad mercantil, se adjudicará a favor de Domingo en el año de
1895. Se adueña pues de esa fábrica de Bellavista, también de la
hacienda La Escondida, además de numerosos ranchos, los potreros de
El Salto, y del uso de las aguas para sus fábricas, una parte de la costa,
la hacienda de Lamego, terrenos inmensos en las marismas del
noroeste de Nayarit en Chilapa y Rosamorada, fincas urbanas,
haciendas en Acaponeta, minas, goletas, valores y dinero metálico.
Mientras tanto los Barron de aquella segunda y de la tercera generación
seguirían gozando de la buena vida que apreciaba don Eustaquio
grande, los hermanos Aguirre trabajaban con esa tenacidad legendaria
del abarrotero español y después de 1876, empezaron a crecer sin
parar. Así nace sin hacer ruido la Casa Aguirre de la cual se dice, que
fue la dueña de Nayarit de 1900 a 1933. De esta manera, esos
administradores de los negocios de los Barron se vuelven primeros en
socios y luego en herederos. Puede verse que don Eustaquio, representa
un tipo bastante singular de un capitalista extremo.
Hace su primer capital, de una manera novo-hispánica y lo multiplica
invirtiéndolo en el grande y el pequeño comercio, la industria, los
préstamos, hipotecas, agio, minas, tierras, ferrocarril. No es igualable a
los capitalistas de Manchester de esta misma época, su actividad es
decisiva y estratégica, aquella que condiciona y explica a todas las
demás, de gran prestamista que por su misma magnitud tiene que salir
de la región en la que hizo su fortuna para irse a México y trabajar con
el Estado, apoyándose sobre la embajada de Inglaterra y en sus
relaciones políticas con Lafragua, Payno, Escandón.
Don Eustaquio sopesó perfectamente aquella prioridad de lo político
por sobre lo económico, cuando en el año de 1846 le explicara a
Londres sobre aquel problema del contrabando: quien controle
políticamente esas aduanas de San Blas, hace los grandes negocios.
Véase el capítulo de Karl Polanyi sobre la Haute Finance en La Gran
Transformación, México, 1975. Como dice David Walker, ‘entonces
105
cada empresario trató de poner al Estado a su propio servicio, en un
detrimento del interés de clase, del crecimiento económico, y la
estabilidad política--. (Ver Nexos, No. 15, marzo de 1979).
Los negocios de la deuda externa e interna eran más jugosos que los
negocios industriales, difícilmente viables según lo ilustra el caso
Bellavista. Así, los particulares se hacen ricos, pero no sus empresas.
Don Eustaquio, no tenía mentalidad weberiana y la ascética moral
capitalista le era ajena. Tras su viaje fastuoso a Europa, regresa a los
negocios, pero parece más un jugador bienaventurado, un aristócrata
del dinero, que un capitalista moderno. De sus descendientes, no cabe
duda que la pasaron bien pero no jugaron ningún papel en el desarrollo
económico de las etapas posteriores.
Barron, no es un empresario capitalista de tipo europeo. Y sus colegas
Escandón, De la Torre Mier y Terán, Martínez del Río, los 11 y los 14,
tampoco fueron líderes del desarrollo económico capitalista, véase a
Margarita Urías y todos en, Formación y Desarrollo de la Burguesía en
México, Siglo XXI, México, 1978. Amasan capital a su manera que es la
de su país y de su época. ‘Cada época tiene los capitalistas que merece,
hechos muy a su medida y semejanza’ decía Lucien Febvre. Llama la
atención el que los hombres de negocios del México de hoy se parezcan
tanto, a los del siglo pasado.
Eustaquio fundó el negocio y lo llevó a una altura extrema; después de
él sólo quedaron dos Barron para continuarlo: Eustaquio, que murió
temprano, diez años después del fundador, y Guillermo, nacido en
1829. Los numerosos hermanos y sus descendientes vivían
espléndidamente de sus rentas, sin ocuparse en nada más. En Tepic,
los que administraban la fortuna eran ahora los miembros de la Casa
española Aguirre, que se preparaba para la sucesión. En 1885 la Casa
Barron otorga poderes y en 1895 se registra la disolución de la
compañía y adjudicación de bienes de Francisco y Eustaquio Barron.
En el acta se lee que en 1885 formaron una sociedad de negocios
agrícolas, industriales y comerciales en el Distrito Federal, en Tepic y
Morelos, después de la liquidación de la antigua sociedad.
Conserva esa misma razón social hasta 1892. Guillermo Barron tiene el
60% del capital social (diversos créditos, acciones de gas, terrenos en la
colonia Napolés en la ciudad de México, la hacienda de Miacatlán, el
almacén de San Blas, fincas urbanas, la fábrica de Jauja” y las
105
haciendas de Trapichillo, San Lorenzo, San José, Puga, etc., los mejores
terrenos del valle de Tepic). Francisco y Eustaquio aportan el 40%. En
1893 se efectuó la liquidación: 672,000 pesos correspondieron a
Eustaquio y Francisco en la forma siguiente: las dos haciendas de Puga
y Mora con sus ranchos anexos, o sea 425,000 pesos más terrenos en
Tepic, 325 acciones mineras en Ixtlán, 1,000 acciones de The Mexican
Gas and Electric Light Co. Ltd.
Tan pronto como se liquida la Barron, Forbes y Compañía, Domingo
Aguirre, el viejo español solterón, hermano de aquel José Antonio qué
había fundado la Casa Aguirre, en 1826 y que había trabajado 40 años
en Tepic antes de irse a morir a Bilbao, empieza a comprar como loco
fincas rústicas a todos los Barron. La Sociedad J.A. de Aguirre y
Compañía, fundada en 1876 por J. Víctor de Aguirre y Domingo
Aguirre y refundada en 1885 como sociedad mercantil, se adjudica a
favor de Domingo en 1895. Tiene pues la fábrica de Bellavista, la
hacienda la Escondida, numerosos ranchos, potreros el Salto, el uso de
las aguas para sus fábricas, parte de la costa, la hacienda de Lamego,
terrenos inmensos en las marismas del noroeste de Nayarit (Chilapa,
Rosamorada), fincas urbanas, haciendas en Acaponeta, minas, goletas,
valores y dinero metálico.
Mientras los Barron de la segunda y de la tercera generación seguían
gozando de la buena vida que apreciaba don Eustaquio grande, los
Aguirre trabajaban con la tenacidad legendaria del abarrotero español
y después de 1876 empezaron a crecer sin parar. Así nace, sin hacer
ruido, la Casa Aguirre, de la cual se dice que fue dueña de Nayarit de
1900 a 1933. De esta manera los administradores de los negocios de los
Barron se vuelven primeros socios y luego herederos.
AYER Y HOY
Puede verse que don Eustaquio representa un tipo bien especial de
capitalista. Hace su primer capital de la manera más tradicional,
novohispánica, y luego lo multiplica invirtiéndolo en todas las
direcciones: gran y pequeño comercio, industria, préstamos, hipotecas,
agio, minas, tierras, ferrocarril. Eso no permite igualarlo a los
capitalistas de Manchester en la misma época, ya que su actividad
decisiva, estratégica, aquella que condiciona y explica todas las demás,
es la de prestamista.
Gran prestamista, por su misma magnitud tiene que salir de la región
en la que hizo su fortuna para ir a México y trabajar con el Estado,
105
apoyándose sobre la embajada de Inglaterra y en sus relaciones
políticas (Lafragua, Payno, Escandón). Don Eustaquio sopesó
perfectamente la primacía de lo político sobre lo económico cuando en
1846 explicaba a Londres el problema del contrabando: quien controle
políticamente las aduanas de San Blas, hace los grandes negocios.
(Véase el capítulo clásico de Karl Polanyi sobre la “Haute finance” en
La gran transformación, México, 1975). Como dice David Walker “cada
empresario trató de poner al Estado a su propio servicio, en detrimento
del interés de clase, del crecimiento económico y de la estabilidad
política”. (Nexos, No. 15, marzo de 1979). Participar en los negocios de
la deuda externa e interna resultaba mucho más jugoso que participar
en los negocios industriales, entonces difícilmente viables, según lo
ilustra el caso de Bellavista. Así los particulares se hacen ricos, pero no
sus empresas.
El gran empresario, don Eustaquio, no tenía mentalidad weberiana y la
ascética moral capitalista le era totalmente ajena. Después de su viaje
fastuoso a Europa (dos años) vuelve a los negocios, pero parece más un
jugador bienaventurado y orgulloso, un aristócrata del dinero, que un
capitalista moderno.
Hace su primer capital, de una manera novo-hispánica y lo multiplica
invirtiéndolo en el grande y el pequeño comercio, la industria, los
préstamos, hipotecas, agio, minas, tierras, ferrocarril. No es igualable a
los capitalistas de Manchester de esta misma época, su actividad es
decisiva y estratégica, aquella que condiciona y explica a todas las
demás, de gran prestamista que por su misma magnitud tiene que salir
de la región en la que hizo su fortuna para irse a México y trabajar con
el Estado, apoyándose sobre la embajada de Inglaterra y en sus
relaciones políticas con Lafragua, Payno, Escandón.
Don Eustaquio sopesó perfectamente aquella prioridad de lo político
por sobre lo económico, cuando en el año de 1846 le explicara a
Londres sobre aquel problema del contrabando: quien controle
políticamente esas aduanas de San Blas, hace los grandes negocios.
Véase el capítulo de Karl Polanyi sobre la Haute Finance en La Gran
Transformación, México, 1975. Como dice David Walker, ‘entonces
cada empresario trató de poner al Estado a su propio servicio, en un
detrimento del interés de clase, del crecimiento económico, y la
estabilidad política--. (Ver Nexos, No. 15, marzo de 1979).
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Los negocios de la deuda externa e interna eran más jugosos que los
negocios industriales, difícilmente viables según lo ilustra el caso
Bellavista. Así, los particulares se hacen ricos, pero no sus empresas.
Don Eustaquio, no tenía mentalidad weberiana y la ascética moral
capitalista le era ajena. Tras su viaje fastuoso a Europa, regresa a los
negocios, pero parece más un jugador bienaventurado, un aristócrata
del dinero, que un capitalista moderno. De sus descendientes, no cabe
duda que la pasaron bien pero no jugaron ningún papel en el desarrollo
económico de las etapas posteriores.
Barron, no es un empresario capitalista de tipo europeo. Y sus colegas
Escandón, De la Torre Mier y Terán, Martínez del Río, los 11 y los 14,
tampoco fueron líderes del desarrollo económico capitalista, véase a
Margarita Urías y todos en, Formación y Desarrollo de la Burguesía en
México, Siglo XXI, México, 1978. Amasan capital a su manera que es la
de su país y de su época. ‘Cada época tiene los capitalistas que merece,
hechos muy a su medida y semejanza’ decía Lucien Febvre. Llama la
atención el que los hombres de negocios del México de hoy se parezcan
tanto, a los del siglo pasado.
La presencia de buques de guerra ingleses en San Blas o en
Mazatlán se explicaba porque debían escoltar las cargas de plata
que Gran Bretaña importaba de México. El puerto de Mazatlán
surgió cuando empezaron a trabajar las minas sinaloenses. En una
ocasión los aduaneros le decomisaron metal fino al señor pagador
de un buque de guerra inglés. El capitán amenazó a la autoridad
mazatleca con bombardear la población si no le regresaban lo
incautado a su oficial, con enorme zozobra de los habitantes.
Tres años después de casarse, Eustaquio Barrón Cantillón ya era
cónsul de Gran Bretaña en Tepic como en San Blas. Su socio Forbes
era cónsul de Estados Unidos. (La mayoría de los comerciantes
ultramarinos buscaban la representación honoraria de algún
gobierno poderoso, para tener protección ante los cambios
constantes de personajes y partidos en los gobiernos mexicanos. La
casa del cónsul se consideraba “territorio extranjero”. Luego del
intento de fusilamiento de Juárez en Palacio de Gobierno de Jalisco,
la recompra del traidor coronel Landa, incluyó que depositara a
Benito Juárez y su gabinete en casa del vicecónsul de Francia, en
Guadalajara, situada entonces frente a la Catedral, como lo hizo. Ser
cónsul era importante. El principal competidor de Barrón, don
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José María Castaños y Llano, de “Casa Castaños”, también fue
cónsul de España y de Estados Unidos en San Blas y Tepic).
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Barrón era de Cádiz. En Barcelona inauguran el Teatro del Liceo. El
año que regresó a Europa Eustaquio Barrón, hubo nuevo pontífice
en Roma; Pío IX que suplió al fallecido Gregorio XVI. A Pío X fue a
pedirle Barrón la licencia para levantar altar a la Virgen en la
catedral de Tepic; de los pocos detalles que de él quedan por estos
lares.
Sus hijos pronto se aclimataron a lo europeo, como la mayoría de los
hijos de hacendados mexicanos, alumnos gastadores en Inglaterra,
España, Francia, Alemania, etc. Ellos formaron después el primer
equipo olímpico de polo que representó a México.
A la actividad del puerto de San Blas se debió entonces la presencia en
Tepic de numerosos extranjeros venidos de todos los países de Europa
y América: españoles, alemanes y británicos eran los más importantes,
pero no faltaban los americanos, franceses, belgas e italianos. Tan
pronto como estos extranjeros amasaban alguna fortuna, se
transformaban en vice-cónsules o cónsules de su país, o de cualquier
otro. Así el español José María Castaños operaba en un momento dado
como vice-cónsul norteamericano; el alemán Riecke representaba a
Francia cuando era necesario y el inglés Barron, nacido en Cádiz y de
padre irlandés, pretendía acumular en su persona las representaciones
inglesa y francesa. La función consular proporcionaba una protección
comprobada a los negocios. Todos eran cónsules, todos cosmopolitas,
todos hacían de todo, incluído el contrabando.
Un informe francés nos dice que en 1832 los tres primeros negociantes
de Tepic eran, en orden de importancia, Barron, Castaños y Cubillas y
que Forbes era el primero en San Blas. Cubillas había sido el número
uno hasta 1831, cuando la pérdida de 200,000 pesos en un negocio
aventurado lo llevó a una quiebra decente. Cubillas era cuñado de un
Iñigo poderoso en Guaymas, pariente del naviero Iñigo en Burdeos.
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regulares viajes de placer y de negocios que emprendían de manera
regular a distintas ciudades del país y extrajeras.
Para llegar y mantenerse en la cúspide económica y política las familias
referidas organizaron la producción, el comercio, las finanzas;
formalizaron acuerdos comerciales y familiares, dentro y fuera de esa
comarca, y lograron algo especialmente valioso: se cohesionaron por
medio de un proyecto político viable, el de la autonomía política, lo que
en esos años pudo atojarse como futurista. Hicieron al mismo tiempo
algo más: se avocaron y lograron controlar los órganos con los que se
instrumentaba la política fiscal, esto sucedió una vez que en forma
temprana entendieron su importancia para el desarrollo de sus
intereses.
En efecto, la información derivada de la instrumentación de política
fiscal, así como aquella que exhibió la disputa entre los representantes
de los intereses económicos por el control de la aduana marítima de
San Blas, más las aduanas terrestres, ofrece amplias posibilidades para
comprender la profundidad y extensión alcanzada de estas alianzas que
con el paso de las décadas desbordarían el entorno local para tejer una
red con dimensiones nacionales e internacionales.
Como toda red que se forma, es necesario un tejedor con talento, la
existencia o no de reglas, y las hebras necesarias para comenzar el
tejido; aun cuando el resultado final no se preconciba. En la aplicación
de la hacienda pública local y nacional, el inglés Eustaquio Barron
encontró una ruta para forjar sus negocios, y en el ejercicio diplomático
como vicecónsul inglés tuvo los contactos para deslizarse en el
comercio legal e ilegal tan pronto llegó en 1824 a San Blas. Ese
activismo no le dificultó socializar y cortejar a las casaderas de Tepic.
Una vez que ahí decidió domiciliarse se comprometió en matrimonio
con la tepiqueña Cándida Añorga; viuda encumbrado en la sociedad
local, con la cual procreó nueve hijos, mismos que llegarían a altísimos
círculos sociales en México y otros países.
Una de las estrategias que Eustaquio Barron siguió para controlar la
aduana marítima de San Blas, consistió en otorgar fianzas para que una
persona de su confianza se desempeñara como contador de la aduana
de San Blas, circunstancia que volvía cómoda la solución a sus
problemas de importación de mercancías, o bien se les facilitaba el
contrabando. Desde luego que en esta estrategia se acompañaba de
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miembros de familias nativas con influencia política, como fue el caso
de los miembros de la familia Rivas Góngora.
Es interesante referir los orígenes y algunos antecedentes de la familia
Rivas Góngora, formada del matrimonio de José Manuel Rivas Ríos y
Ana María Faustina Góngora. Durante los 52 años que vivió José
Manuel Rivas y Ríos (1781- 1833) desempeñó tres cargos públicos
considerados claves para los intereses económicos y políticos de la
comarca tepiqueña; así lo hizo desde las dos localidades que
centralizaban el comercio y la actividad política: de joven y en los años
finales del virreinato, 1802 a 1804, fue administrador de las salinas
Zapotillo, próximas a San Blas; entre 1821 y 1831 fue administrador de
la aduana marítima y terrestre del puerto de San Blas y en los años de
1832 a 1833 fue alcalde de Tepic. Estas tres responsabilidades
desempeñadas por Rivas y Ríos indican que fue un hombre con
habilidades en la política, que formaba parte de una familia y de un
grupo social con influencia en San Blas y Tepic. Con esos cargos, José
Manuel tuvo la posibilidad de conocer, controlar y reservarse
información precisa de la economía productiva y comercial. En los diez
años en los que se desempeñó como administrador de la aduana
marítima y terrestre del puerto de San Blas, se informó de cuáles eran
las mercancías específicas que se exportaban, así como de la
importancia de la plata en el valor de las exportaciones; en 1824 este
rubro fue de $1’039,000. También se familiarizó con los secretos del
proceso del contrabando de la plata y de los textiles registrado en el
puerto de San Blas.
Para detener el contrabando de planta y el avance del control de la
Compañía Barron y Forbes en la aduana de San Blas, en 1841 los
funcionarios fiscales cercanos a los poderes del Estado de Jalisco,
activaron en el puerto de San Blas una vigilancia más estrecha de los
embarques y desembarques de mercancías en los que esa compañía era
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instrumentaba operativos de revisión de las embarcaciones con
mercancías que involucraban como remitente o receptora a la Cía.
Barron y Forbes.
Sin embargo, los socios Barron y Forbes encontraron en ese momento
las rutas para evadir la vigilancia fiscal, forjando su red social, familiar
y política, es decir, se asociaron con familiares de los funcionarios de
las aduanas y además, en la esfera financiera, se volvieron acreedores
del gobierno federal. Ya en 1830 Eustaquio garantizaba, con el acuerdo
del gobierno mexicano, que de los impuestos cobrados en la aduana de
San Blas se pagara un porcentaje a los tenedores de bonos
gubernamentales.1 Desde luego que no sería fácil ni pronto desterrar
completamente a los competidores. En 1834 el comerciante de origen
español José María Castaños, con intereses comerciales en Tepic,
acusó ante las autoridades fiscales de Jalisco a Eustaquio Barron y
Guillermo Forbes de evadir el pago de impuestos y practicar el
contrabando.2
Fuentes:
Esta obra está formada por textos y fotografías tomados
principalmente de los siguientes autores, en un extracto y adaptación
hecho por Humberto Meza Méndez:
www.berekoetxeaziga.blogspot.com
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Jean Meyer Barrón, Forbes y Cía. El cielo y sus primeros
favoritos
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Julio Pérez González. Ensayo estadístico y Geográfico del Territorio
de Tepic
Marvin Wheat. Op. Cit., p. 33. habla de los esfuerzos que hace la familia
Castaños para producir este aromático cuando él estuvo en Tepic por
1856. Sin embargo, Julio Pérez González. Op. Cit., p. 152. señala que el
vizcaíno Pedro Negrete por primera vez puso cafetales en las
inmediaciones de Tepic.
Periódico Lucifer, 20 de agosto de 1893. La fuente señala que la
importante firma alemana había iniciado con una plantación de 40 mil
matas de café.
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