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Sofía Muñoz Hurtado

Problemas Sociales de América Latina 21/09/22


Segundo parcial

Latinoamérica: De la Cohesión Identitaria a La Resistencia


Estamos atravesados por diferentes contextos. Desde nuestra raza hasta nuestro nivel o
grupo socioeconómico, todo juega un papel en las formas en las nos acercamos y
experimentamos el mundo. De la misma manera, no todos tenemos acceso a los mismos
"mundos". Dependiendo de nuestro lugar de nacimiento es que adoptamos diferentes
creencias, costumbres e incluso cosmovisiones. No es sorpresa entonces que la identidad,
vista desde nuestras relaciones geográficas, es vital para el desarrollo de los individuos y
sus sociedades.
"Latinoamérica" es uno de esos términos que, actualmente, detonan imágenes de
lucha, de resistencia y de una identidad disidente a las impuestas desde la América
"Anglosajona"1. Sin embargo, no siempre ha sido así y, por consiguiente, el origen del
término es distante al uso e implicaciones actuales.
La construcción del término "Latinoamérica" tiene varias aristas. No obstante dicha
construcción no hubiera sido posible sin las bases cementadas por el pensamiento
moderno. Es por eso que en éste texto propongo la exploración del origen del término visto
desde la modernidad americana así como los procesos sociales necesarios para la
implementación de ésta demarcación y su eventual resignificación (en contextos que lo
permiten) como término de resistencia.
A pesar de que durante finales del siglo XVIII y todo el siglo XIX lo que más
buscaron los territorios americanos fue el divorcio total con sus partes conquistadoras lo
cierto es que las influencias ideológicas no fueron expulsadas junto con los virreyes. Por un
lado las elites americanas (la gran mayoría descendientes directas de dichos
conquistadores) se beneficiaron de las doctrinas. No tenían razón para criticarlas sino que
para mantener sus posiciones de poder era imperativo mantenerlas, integrarlas aún más
dentro de la organización social de sus respectivos países.
Es necesario considerar que el término "Latinoamérica" no surge a la par de los
estado nación del continente pero el concepto es una evidente consecuencia. Para poder
hablar de "Latinoamérica" es necesario que haya países que la conformen. Por otro lado,
para poder formar un estado, una institución reguladora de un territorio, es necesaria la
convención social: el acuerdo de que aquellos que viven en tal territorio y se reconocen
parte de una sola identidad clara y única. En el texto Estado nacional e identidad nacional
en América Latina de Claudia Kuzuma la autora desarrolla la idea anterior y explica que el
estado sólo es posible gracias a la convención mencionada, gracias a la identidad nacional.

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América anglosajona entendida como Estados Unidos y Canadá.

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Segundo parcial

Pasamos nuestras vidas diarias asumiendo o resignados a que la identidad nacional


es algo dado o que surgió naturalmente de los procesos históricos ocurridos en nuestros
países. Pero, considerando el texto de Kuzuma, no hay un solo estado que no esté
subyugado y que no sea dependiente de la cohesión identitaria. Sin ésta el estado podría
ser fácilmente cuestionado y por lo tanto romperse, no tendría sentido pues organizar dentro
de un grupo a personas que no se consideran parte del mismo, es inherentemente
contradictorio a la naturaleza de un grupo.
La necesidad de que los habitantes sean un grupo lleva a la construcción del mismo,
resulta en una identidad nacional confeccionada. De igual manera no es una identidad
democrática o siquiera elegida. A diferencia de las identidades europeas (las cuales sí
tienen cohesión a partir de sus evoluciones históricas) las identidades en nuestros países
son impuestas (convenidas desde la fuerza) y, en su momento, construidas desde las élites.
Al tener que generar una identidad que mantenga las estructuras de poder establecidas
durante la conquista no es sorpresa que los diferentes mecanismos importados por la
misma (mecanismos derivados de la modernidad) permanezcan en pie. Nuestras diferentes
identidades se conforman entonces desde la episteme colonial, desde el racismo y sexismo,
desde la explícita intención de la explotación de aquellos que conforman la otredad2.
La cohesión identitaria funciona de manera única al contexto de cada país que
conforman la región. Sin embargo es esencial no olvidar que lo que atraviesa a todas estas
naciones e identidades (aquello que permite una cohesión básica regional) es el estado de
postcolonialidad. Gracias a eso es que podemos usar el término para referirnos a una
región en específico.
Al mismo tiempo es necesario recalcar que ninguna de las identidades artificiales de
los países que conforman Latinoamérica considera las "raíces" que tanto exaltan. No hay
mejor ejemplo entonces que México. Un país tan obsesionado con recalcar la grandeza de
lo pasado, de lo existió en la pre conquista que terminó por enajenar a los pueblo originarios
y, de cierta forma, los convirtió en una reliquia viviente del pasado "glorioso" del territorio.
Una reliquia sin voz ni autonomía para decidir si forman o no parte de la nación3 mexicana.
Tras haber generado un sentido de identidad y por lo tanto sentido de nación es que
podemos empezar a hablar de la conformación de los estados. Con cierta unificación es que
los territorios pueden organizarse y, al igual que con las identidades, se adoptan modelos
europeos y américo-sajones para la creación de la estructura estatal.
Por otro lado, no se debe ignorar la necesidad de adoptar dichos modelos. Los
modelos europeos no solo aseguraron la permanencia de las jerarquías coloniales sino que

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Episteme que resulta directamente del pensamiento moderno.
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Entendiendo “nación” como un conjunto de personas que comparten una identidad.

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garantizaron la “aceptación” de los nuevos estados americanos dentro del ya establecido


orden mundial. Entendiendo “orden mundial” como los mecanismos establecidos durante la
colonia que permitieron que la economía mundial se organizara entorno a los países
conquistadores.
La supresión de naciones discrepantes no es accidental, es un requisito para poder
generar un estado aceptado por el resto. Una sola identidad nacional que conserva y
perpetúa los valores mercantilistas y posteriormente capitalistas es una identidad que está
al servicio del propio sistema económico. En el caso de nuestro países se generan estados
dispuestos y listos para buscar el "progreso" y "desarrollo" capitalista como promesa de un
mejor futuro.
Lamentablemente nunca dejamos atrás la conquista. La conformación de nuestros
estados desde la adaptación de esos modelos y la integración dentro del modelo económico
mundial solo reafirmó nuestra posición como las tierras a explotar. Considerando que se
generaron modelos capitalistas que dependen de la explotación de los recursos naturales y
de la mano de obra es natural que, a pesar de integrarnos a la economía mundial, nuestros
países siguieron siendo considerados recursos4.
Es aquí donde nos adentramos en el origen del término. "Latinoamérica" no solo
surge como un diferenciación geográfica sino que es un diferenciación entre identidades
que, en su propia raíz, mantiene la presencia de los conquistadores los cuales introdujeron
las lenguas latinas (de allí parte la etimología del término). Es la señalización y la
conservación del sentido de otredad donde se ejerce la dominación a través del lenguaje al
seguir nombrando territorios a partir de su relación con sus conquistadores.
Por otra parte la primera instancia del uso de dicho término puede ser rastreada al
imperio francés, específicamente al reinado de Napoleón II. Surge a través de la necesidad
del imperio de legitimar su presencia en el continente con el motivo principal de generar un
contra peso a la influencia anglosajona. Nace para distanciarnos de un pasado
exclusivamente "hispanohablante" y para vincularnos con Francia bajo la excusa del
lenguaje. Surge como vehículo de reconquista, de apropiamiento y justificación de las
mismas. No somos latinoamericanos por naturaleza, somos latinoamericanos por artificio
europeo y desde ahí construimos nuestras identidades nacionales, nuestras instituciones y
nuestro estados.
Pero ¿En qué momento se puede hablar de “Latinoamérica” y “latinoamericano”
desde la lucha social, desde la resistencia?

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Siendo lo anterior consecuencia de la aplicación del pensamiento moderno sobre los territorios
americanos.

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Aunque se puede rastrear ésta acepción a los propios inicios del término5 lo cierto es
ésta resignificación surge a la par del avance de los diferentes proyectos neoliberales.
Gracias a la Operación Cóndor6 y en la escuela de Chicago es que diferentes países
adoptaron un modelo neoliberal. Ya que estos modelos fueron planteados desde Estados
Unidos y desde una óptica imperialista es natural que el propio término que se impuso y que
se utilizó para diferenciarnos dentro del esquema mundial termine siendo utilizado para,
desde la diferencia impuesta, resistir.
La lucha latinoamericana no decidió llamarse así pero a partir del término aprendió a
nombrarse. Ésto debe permanecer en el centro de las conversaciones sobre las resistencias
latinoamericanas pues la gran mayoría proviene de pueblos originarios y comunidades
indígenas7, comunidades que no decidieron nombrarse sino que fueron nombradas como
latinoamericanas. De la misma manera no podemos olvidar que dichas luchas son, por
naturaleza, antineoliberales. Surgen ante la represión ejercida por la nuevas políticas y se
apropian de un término que nace ante la búsqueda de aceptación por parte de los países
que eventualmente nos llevaron hasta las propias políticas neoliberales.
Por otro lado, la resignificación igualmente surge a partir de las comunidades de
migrantes que se forman en Estados Unidos. La resignificación actúa entonces como una
forma de identificarse y denominarse para visibilizar las dificultades y las cultura propia en
un país distinto (por lo general Estados Unidos). País que niega derechos, invisibiliza y
marginaliza a los migrantes. Es por eso creo que ya no podemos hablar de “Latinoamérica”
como un simple término regional, creo que, con el tránsito y asentamiento de personas
latinoamericanas entre fronteras incluir sus identidades dentro de lo que significa ser
“latinoamercano” (hayan o no nacido allí) es crucial para la resignificación del término y es
vital para la misma visibilización que se busca al usar el término.
La historia de la identidades nacionales en nuestro continente es complicada, desde
las diferentes formas de haber experimentado la colonia hasta las formas en las que
participamos en la economía actual no hay un modelo de país “latinoamericano”. De igual
manera no un arquetipo de persona “latinoamericana” y pensar que sí, pensar que son
característica inherentes sin criticar o reflexionar sobre la propia historia del término nos
lleva a reincidir en patrones colonialistas. Pensar que somos un conglomerado de una tierra
mística, salvaje y mística nos puede inspirar o incluso nos puede proveer de placer estético

5
Francisco Bilbao (filósofo chileno) fue de los primeros que utilizó el término para referirse a un proyecto alterno
de los modelos europeos y como contraposición del “Destino Manifiesto”. Escribe en 1856 «Iniciativa de la
América: Idea de un Congreso Federal de las Repúblicas»
6
Campaña de represión politica y terrorismo estatal respaldada y gestionada por EEUU.
7
Movimientos como el EZLN en México

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pero ésto sería inspirarnos desde la ficción europea. Somos un grupo diverso atravesado
por la poscolonialidad pero no somos el mismo resultado de dicha condición.
No puedo asegurar que “Latinoamérica” permanezca como un término de lucha y
tampoco sé si debería permanecer o si sería mejor estructurar una identidad fuera de la
episteme colonial. Sin embargo creo que la resignificación del mismo así como el estudio de
lo que implica llamaron así nos permite hacer conciencia sobre los ecos coloniales que aún
existen en nuestras sociedades, nos permite abrir un espacio de diálogo para así
acercarnos a nuestras identidades, cuestionarlas y construirlas en lugar de imponerlas. No
queda más que esperar que, eventualmente, así sea.

Bibliografía

- Quijano, Aníbal. "La americanidad como concepto o América en el mundo moderno-colonial."


De Anibal Quijano. Textos De Fundación, 5ta ed.,compilación de Zumla Palermo y Pablo
Quintero, 71-82. Buenos Aires, Argentina: Ediciones el Signo, 2014.
- Serratos, Francisco. "1480-1520." En El Capitaloceno, 159-176. Ciudad de México, México:
Montzalez Editores, 2020.
- Houtart, François. De la resistencia a la ofensiva en América Latina: ¿Cuáles son los
desafíos para el análisis social? Buenos Aires, Argentina: CLACSO, 2009.
- Kuzuma, Claudia. "Estado nacional e identidad nacional en América Latina." Repertorio
Americano, Diciembre/ Enero, 2012, 129-48.
- Monsiváis, Carlos. Notas sobre el Estado, la cultura nacional y las culturas populares en
México. Cuadernos Politicos, No 30, octubre- diciembre. 1981.

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