En esta dimensión dual se experimenta el "yo separado", es decir, el sentido de estar
separado de la Fuente y de los demás. Este sentido de estar separado de la Fuente hace que nos sintamos vacíos, con una carencia interior, una falta, una soledad que duele, nos hace sufrir. Al identificarnos con nuestro cuerpo y el mundo, buscamos afuera cosas y personas para llenar esa carencia interior, y entonces, nos apegamos a ellas, dependemos de ellas. "Esa persona me hace sentir completo", "ese objeto llena una carencia interior", etc. Nos identificamos de tal manera con lo de allá fuera que cuando lo perdemos, sufrimos enormemente, porque es como si la vida nos hubiera arrancado una parte de nosotros. Este sentido de pérdida tan doloroso es debido al apego que tenemos con ya sea una persona o objetos, de los cuales dependíamos para sentirnos completos". Que en realidad, es una falsa completitud; solo nos tapan el vacío interno, pero una vez que ya no están, el vacío vuelve a sentirse y por eso sufrimos tanto. Entonces, el camino correcto no está en intentar llenar nuestro vacío interno con personas o cosas de este mundo, sino buscando dentro de nosotros mismos, a través del silencio y la meditación (la práctica de la no-mente), y sentir la totalidad que ya somos. Cuando dejamos de vivir como un ego, un "yo separado" y volvemos a establecernos en la Presencia Yo Soy (el momento presente), entonces aflora automáticamente el sentido de completitud que somos. Así que debes trabajar en ti mismo, en tu interior, en lugar de seguir buscando allá afuera todo aquello que crees que va a llenar tu vacío interior. Siéntate en silencio todos los días un ratito y lleva tu atención en el momento presente, en este instante, donde no hay pensamientos, ni deseos, ni emociones, solo estás Tú mismo, como la Vida que eres... como la Presencia observadora que eres. Camino al Despertar