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Temperatura
Autores: Ing. Agr. Aída Della Magggiora
Ing. Agr. Andrea Irigoyen
1. Introducción
La temperatura constituye un elemento fundamental del tiempo atmosférico. Está controlada
principalmente por la radiación solar incidente, aunque también influenciada por la naturaleza de
la superficie terrestre, la continentalidad, la altitud y los vientos dominantes. La temperatura tiene
gran importancia en el crecimiento, desarrollo y supervivencia de los seres vivos.
2. Calor y temperatura
La temperatura es un concepto difícil de definir, la idea de temperatura fue concebida
originalmente sobre la base de los sentidos que nos permiten diferenciar “frío” de “caliente”. Aún
cuando recurrimos a diccionarios técnicos, las definiciones de temperatura no parecen del todo
satisfactorias; una definición termodinámica dice: “temperatura es una medida de la energía
cinética promedio causada por la agitación térmica de las partículas de un sistema”. El mismo
diccionario define temperatura en un contexto meteorológico como “el nivel de calor sensible de la
atmósfera”. Para nuestros fines, podemos considerar a la temperatura como la condición de un
cuerpo que determina su capacidad para dar o recibir calor. En un sistema de dos cuerpos el que
pierde calor se dice que está a mayor temperatura que el que recibe calor.
Supongamos que analizamos un volumen de aire sobre la superficie. Si calentáramos el aire, las
moléculas se moverían rápidamente y se encontrarían separadas unas de otras y el aire se
tornaría menos denso. Si por el contrario enfriáramos la masa de aire, las moléculas se moverían
más lentamente y estarían más juntas y el aire se volvería más denso. Si se continúa bajando la
temperatura del aire, sus átomos y moléculas se moverían cada vez más lentamente hasta que el
aire alcanza una temperatura de -273 ºC que es la temperatura más baja posible. A esta
temperatura se denomina cero absoluto, las moléculas poseen una mínima cantidad de energía y
no hay movimiento térmico.
Si en un sistema hay dos objetos con diferente temperatura habrá una transferencia de energía
desde el que está más caliente al que está más frío, a esta transferencia de energía se denomina
calor. Luego el calor es almacenado como energía interna.
En el sistema Tierra-atmósfera, el calor es transferido por conducción, convección, radiación y
evaporación.
Conducción: transferencia de calor de una molécula a otra dentro de una sustancia. El
calor siempre fluye desde la región más caliente a la más fría y cuanto mayor es la
diferencia de temperatura más rápida es la transferencia de calor.
Convección: transferencia de calor por movimiento de masa de un fluido (tales como agua
o aire). La convección ocurre naturalmente en la atmósfera. En un día soleado y cálido,
ciertas áreas de la superficie de la tierra absorben más energía del sol que otras y el aire
cercano a la superficie se calienta desigualmente. Se forman burbujas de aire más cálidas,
que se elevan, se expanden y se tornan menos densas que el aire que las rodea. De esta
manera grandes burbujas ascienden y transfieren energía hacia arriba. El aire más frío y
más pesado de arriba fluye hacia la superficie para reemplazar el aire cálido. Este ciclo se
sigue repitiendo. El aire ascendente se expande, se enfría, se dispersa y luego vuelve a
caer, de esta manera se forma una circulación convectiva, o célula térmica, en la atmósfera.
Parte de la circulación con movimiento horizontal (viento), transporta propiedades del aire
desde un área particular hacia otra. La transferencia de propiedades por movimiento
horizontal del aire se denomina advección.
Radiación: proceso de transferencia de energía que no necesita un medio intermediario
entre el emisor y el receptor. Este proceso ya fue estudiado con detalle en la unidad
anterior.
Evaporación: pasaje de agua líquida a vapor con requerimiento de energía (calor latente
de evaporación), dicha energía se libera cuando ocurre el proceso inverso, cambio de vapor
a líquido.
Agrometeorología – Unidad IV 2
Difusividad térmica (KHS)
Es la habilidad del medio para difundir la influencia térmica. Controla la velocidad a la cual se
mueve la onda de temperatura y la profundidad de influencia térmica de la superficie activa. La
difusividad térmica resulta del cociente entre conductividad térmica y capacidad calórica (KHS = ks /
Cs). KHS se puede ver como una medida del tiempo necesario para producir un cambio de
temperatura. Por ejemplo, la entrada diurna de calor generará una onda de temperatura, que
recorrerá rápidamente una considerable profundidad de suelo donde la conductividad es alta, pero
si toma gran cantidad de calor para calentar capas intermedias debido a una alta capacidad
calórica, entonces será demorada y no penetrará tan rápido. Valores típicos de KHS están dados
en la Cuadro 4.1. Los valores de KHS están afectados por los mismos factores que ks y Cs,
especialmente la humedad de suelo (Figura 1c). Note que al agregar agua a un suelo inicialmente
seco produce un aumento de KHS por aumento de ks. Sin embargo, por encima de un 20 % de
humedad en volumen KHS comienza a descender. Esto ocurre porque mientras ks reduce su tasa
de cambio ante incrementos de humedad por encima de un 20% (Figura 4.1.a), Cs sigue
aumentando linealmente (Figura 4.1.b).
Figura 4.1. Relaciones entre el contenido de humedad. (a) conductividad térmica. (b) capacidad
calórica y (c) difusividad térmica.
Calor
Densidad Capacidad Conductividad Difusividad
específico
Material Condiciones (ρ) calórica térmica (k) térmica (K)
-3 3 (c) -3 -1 6 -1 -1 2 -1 -6
kg m x10 -1 -1 3 J m K x10 Wm K m s x10
J kg K x10
Suelo arenoso Seco 1,60 0,80 1,28 0,30 0,24
(40% EP) Saturado 2,00 1,48 2,96 2,20 0,74
Suelo arcilloso Seco 1,60 0,89 1,42 0,25 0,18
(40% EP) Saturado 2,00 1,55 3,10 1,58 0,51
Suelo de turba Seco 0,30 1,92 0,58 0,06 0,10
(80% EP) Saturado 1,10 3,65 4,02 0,50 0,12
Fresca 0,10 2,09 0,21 0,08 0,10
Nieve
Vieja 0,48 2,09 0,84 0,42 0,40
Hielo 0°C, puro 0,92 2,10 1,93 2,24 1,16
Agua 4°C 1,00 4,18 4,18 0,57 0,14
10°C, quieto 0,0012 1,01 0,0012 0,025 21,50
Aire 6
Turbulento 0,0012 1,01 0,0012 ≈125 ≈10x10
EP: Espacio poroso
Agrometeorología – Unidad IV 3
Cuadro 4.1. Propiedades térmicas de materiales naturales.
3.2. Gradiente de Temperatura del suelo
La superficie del suelo es el lugar de mayor absorción de energía radiante durante el día y de
mayor pérdida durante la noche (recordar balance de radiación) y por lo tanto es donde se
encuentran los mayores cambios de temperatura. Estos cambios disminuyen al aumentar la
profundidad. El balance de energía de la superficie y la onda de temperatura establecen un
gradiente de temperatura y un flujo de calor hacia abajo de día y hacia arriba de noche. La
magnitud de estos flujos se reduce con la distancia desde la superficie dando la distribución
vertical de la temperatura del suelo ilustrada en la Figura 4.2.
Agrometeorología – Unidad IV 4
3.4. Variación de la temperatura del suelo con el tiempo a diferentes profundidades
La variación de la temperatura del suelo con el tiempo sigue una onda típica (función seno). La
onda penetra en la profundidad, pero su amplitud decrece y los momentos de ocurrencia de las
máximas y mínimas se retrasan (Figura 4.3). Los cambios diarios y anuales en la radiación solar
determinan las variaciones en la temperatura del suelo. En la Figura 4.3.a. se muestran los
cambios en temperatura del suelo a lo largo de un día para diferentes profundidades. La superficie
del suelo se calienta por radiación solar, cuyo máximo ocurre al mediodía, mientras que los
máximos de temperatura a 10 mm de profundidad se producen una a dos horas más tarde. Este
retraso se debe a que los gradientes de temperatura se establecen antes que fluya el calor hacia
capas más profundas. La amplitud diaria de la temperatura varía desde 17 ºC a 10 mm hasta 0 ºC
a 0,8 m. La variación anual de la temperatura del suelo (Figura 4.3.b) también responde al ciclo
anual de radiación solar. Existe un desfase de uno a dos meses entre el máximo de radiación
solar (21 de diciembre) y el máximo de temperatura a un metro de profundidad. La penetración de
la onda de temperatura (profundidad de amplitud cero) llega aproximadamente a unos 14 m en un
período anual. La temperatura de esta profundidad es cercana a la temperatura media anual del
aire. Esto se basa en que existe un equilibrio térmico a largo plazo entre el suelo y la atmósfera.
Durante la estación cálida la temperatura de suelo decrece con la profundidad y se produce un
flujo de calor hacia abajo que contribuye al almacenamiento de calor en el suelo. En la estación
fría el gradiente de temperatura es inverso y el flujo va desde la profundidad hacia la superficie,
reduciéndose gradualmente el almacenaje de energía. La primavera y el otoño son períodos de
transición.
Figura 4.3. Ciclo generalizado de temperatura del suelo a diferentes profundidades para un período
a) diario y b) anual.
Considerando que la variación temperatura del suelo describe una función seno se puede estimar
la temperatura de la superficie del suelo, T(0,t) como:
2π t
T(0,t) = Tm + A0+ sen (4.3)
P
donde: Tm es la temperatura media de la superficie, A0 es la amplitud térmica en la superficie, z es
Agrometeorología – Unidad IV 5
la profundidad considerada, P es el período de variación de temperatura (24 h para un ciclo diario
2π t
o 365 días para un ciclo anual), t es el tiempo expresado en unidades de P, es la frecuencia
P
angular de la variación de temperatura.
La temperatura a determinada profundidad y tiempo, T(z,t) se puede obtener de la siguiente forma:
π
2π t π
T(z,t) = Tm + A0 e z Pk sen +z (4.4)
P Pk
El segundo término de la ecuación anterior representa la atenuación de la amplitud térmica y el
tercero el tiempo de retraso, k es la difusividad térmica del suelo.
Agrometeorología – Unidad IV 7
Figura 4.4. Variación de la temperatura con la altura ilustrando una condición de atmósfera (a)
inestable (b) estable.
La situación neutral ocurre bajo condiciones de nubosidad y viento. Las nubes restringen el
calentamiento y enfriamiento de la superficie, minimizando el desarrollo de una estratificación de
la temperatura. El viento ayuda a homogeneizar la temperatura por convección mecánica. Es
importante destacar que la atmósfera está formada por un número de capas con diferente
estabilidad.
Agrometeorología – Unidad IV 8
Figura 4.5. Variación
diaria de la temperatura
de la superficie (T0),
temperatura del aire a
1,2 m de altura (Ta1,2) y
temperatura del suelo a
0,2 m de profundidad
(Ts0.2). Estas
temperaturas se
corresponden con el
balance de energía
presentado en la Figura
3.21.
Las variaciones diarias de temperatura del aire están relacionadas con el balance de radiación de
la superficie (Figura 4.6.a). Luego de la salida del sol, los rayos solares inciden sobre la superficie
y comienzan a calentarla y de esta se transfiere calor al aire. El aumento de la temperatura del
aire continúa aún después del máximo de radiación (mediodía), ya que durante un período de
aproximadamente entre 2 y 4 horas la ganancia de radiación de la superficie (K*) supera a la
pérdida (L*) y por lo tanto la radiación neta es positiva (Q*), lo que significa que la superficie se
sigue calentando. Cuando K* = L*, es decir Q* = 0 se produce la temperatura máxima del aire a
unos 2 m de altura, que es el momento en que L* es máxima. El mínimo de temperatura se
produce en las primeras horas de la mañana, cuando Q* vuelve a ser cero; la emisión de onda
larga es considerablemente inferior a la diurna, ya que la superficie está más fría.
La curva de la marcha anual del balance de radiación y del régimen de temperatura es análoga a
la correspondiente a la marcha diaria (Figura 4.6.b). La variación anual de la temperatura se debe
principalmente a los cambios en la duración del día y de la inclinación de los rayos solares que
inciden sobre la superficie. La oscilación anual es máxima en latitudes altas y la oscilación diaria
alcanza su máximo en zonas continentales de los trópicos.
Agrometeorología – Unidad IV 9
4.3. Perfiles de temperatura del aire
El perfil de temperatura varía según la hora del día. En la Figura 4.7 se muestra el desarrollo
temporal de la estructura vertical de la atmósfera cerca de la superficie terrestre durante un día
ideal. A la noche (perfil 1) el balance de radiación es negativo debido a la emisión de onda larga y
la superficie se enfría hasta una temperatura más baja que la del aire, produciendo lo que se
denomina inversión de temperatura. Esto crea un gradiente de temperatura que puede conducir
a un débil flujo de calor sensible hacia la superficie, si hay movimiento de aire. Esta capa es
fuertemente estable (recordar concepto de estabilidad atmosférica). Este perfil es el mismo que se
muestra en la Figura 4.2.
Poco después de la salida del sol el balance de radiación sobre la superficie se torna positivo y
aumenta la temperatura de la superficie, generando un flujo de calor sensible hacia arriba, en una
delgada capa ya que por encima aún existe inversión de temperatura (perfil 2 en la Figura 4.7).
Al mediodía (perfil 3 de la Figura 4.7) en toda la capa se observa un perfil con disminución de
temperatura con la altura, en este caso el flujo de calor es de abajo hacia arriba y la condición de
estabilidad es inestable.
Antes de la puesta del sol (perfil 4 de Figura 4.7) el balance de radiación de la superficie se vuelve
nuevamente negativo y la superficie se enfría, reestableciendo la inversión de temperatura en la
capa más próxima a la superficie.
Los perfiles idealizados que se presentan pueden cambiar grandemente de acuerdo a condiciones
de tiempo real. La cobertura de nubes y la velocidad del viento son los principales modificadores
de esos perfiles, por su impacto sobre la radiación y la turbulencia, respectivamente.
Figura 4.8. Distribución espacial de la temperatura media del aire en (a) Enero y (b) Julio.
Teniendo en cuenta la relación entre la temperatura y la latitud (φ) se han desarrollado funciones
empíricas para estimar la temperatura media anual reducida a nivel del mar (Tma) como la
siguiente:
Tma= 44,9 (cos (φ-6,5))2 –17,8 (4.6)
La distribución irregular de continentes y océanos sobre la superficie terrestre, altera el gradiente
Agrometeorología – Unidad IV 11
de temperatura según la latitud. Las áreas de tierra se calientan y se enfrían más rápidamente que
los cuerpos de agua, resultando en una mayor amplitud térmica anual (diferencia entre la
temperatura media del mes más cálido y el más frío) sobre las primeras. Así, la mayor superficie
continental del hemisferio norte, determina que la amplitud térmica en cada latitud sea mayor que
en el hemisferio sur (Figura 4.9). La amplitud térmica anual es un parámetro de gran importancia
climática, ya que mide la continentalidad. Diferentes índices se emplean para medir el grado de
continentalidad (G), uno de ellos es el de Gorzinsky que estima G en función de la diferencia entre
la temperatura media del mes más cálido y más frío (A) y la latitud (φ) según:
G = 1,7 A/sen φ - 20,4 (4.7)
G varía desde valores inferiores a cero, para las estaciones en condiciones marítimas extremas,
hasta 100 en condiciones extremas de continentalidad. Puede establecerse la siguiente
clasificación:
G < 10 clima marítimo acusado.
G > 20 clima netamente continental.
G > 30 clima extremadamente continental.
Las corrientes marinas son un medio de transporte de calor de un lugar a otro de la tierra. Una
corriente marina que se desplaza hacia el polo, calienta el aire que se encuentra por encima,
produciendo temperaturas más elevadas que las que podrían esperarse para su latitud.
Contrariamente, una corriente que se desplaza hacia el Ecuador produciría temperaturas más
bajas.
Agrometeorología – Unidad IV 12
La amplitud térmica diaria, suponiendo que no haya un cambio en la masa de aire, ni otros efectos
perturbadores, depende fundamentalmente a) del estado del cielo, cuando está cubierto de
nubes el máximo de temperatura es menor y el mínimo más elevado que con cielo despejado, ya
que la radiación emitida por el suelo y la atmósfera es absorbida y reemitida por las nubes. Por
ello la mayor amplitud diaria de temperatura ocurre en los desiertos, donde frecuentemente el
cielo está libre de nubes y hay poco vapor de agua en la atmósfera, en cambio en regiones
húmedas la amplitud diaria es mucho más pequeña; b) de la estabilidad del aire, si existe
inversión de temperatura, es mayor la oscilación, ya que la capa de aire a calentar es menor y la
temperatura se eleva rápidamente hasta romper la inversión. c) de la naturaleza de la superficie,
por ejemplo, sobre el mar la oscilación diaria es menor que sobre el suelo, así ciudades cercanas
a cuerpos de agua tienen menor amplitud diaria de temperatura que las más continentales.
Variación anual
La variación anual de la temperatura del aire describe una función sinusoidal con valores
máximos en verano y mínimos en invierno. Las diferencias de temperatura entre meses cálidos y
fríos (amplitud térmica anual) es mayor en latitudes altas (Figura 4.9) y para la misma latitud sobre
los continentes que sobre los océanos De acuerdo a esto se pueden definir diferentes regímenes
anuales de temperatura (Figura 4.10): a) tipo continental que presenta para el hemisferio sur un
máximo en enero y un mínimo en julio, siendo la curva casi simétrica, b) tipo marítimo se
diferencia del anterior por la menor oscilación anual de temperatura, c) tipo ecuatorial el rasgo
principal es la pequeña oscilación anual de temperatura y d) tipo monzónico en el cual la
temperatura máxima se alcanza en mayo con un ligero máximo secundario en septiembre. El cese
de la elevación de la temperatura se debe al comienzo del monzón del Suroeste cuyos vientos
aportan nubosidad y precipitación con la advección de aire marítimo, deteniéndose la elevación de
temperatura que continuaría hasta julio.
Agrometeorología – Unidad IV 13
5. Medición de la temperatura
5.1. Escalas
Para medir la temperatura se utilizan escalas arbitrarias, que se basan en:
dos puntos fijos, cuyas temperaturas pueden reproducirse a través de las propiedades
físicas de cierta sustancias (Ej. fusión y evaporación del agua)
la asignación de números para cada uno de esos puntos fijos
la división de la escala delimitada por esos dos puntos fijos
En el cero absoluto comienza una escala de temperatura llamada escala Kelvin o absoluta, esta
no contiene números negativos por lo tanto resulta conveniente para cálculos científicos. En la
Figura 4.11 se la compara con otras dos escalas de uso común, Fahrenheit y Celsius. En la escala
Fahrenheit se le asigna el número 32 a la temperatura de congelación del agua y 212 a la
temperatura de ebullición del agua. Entre estos dos valores de temperatura hay 180 divisiones
iguales, llamadas grados.
En la escala Celsius el número 0 (cero) corresponde al punto de congelación del agua y el 100 al
de ebullición. Hay 100 divisiones (grados) entre estos dos puntos. Cada grado Celsius (ºC) es
180/100 o 1.8 veces más grande que el grado Fahrenheit. Para convertir de Fahrenheit a Celsius
y viceversa se aplican las siguientes fórmulas:
ºC = (ºF-32) 5/9 (4.8)
ºF = 9/5 ºC + 32 (4.9)
Comparando la escala Kelvin con la Celsius, cada grado de la escala Kelvin (K) es exactamente
del mismo tamaño que grado Celsius y la temperatura de 0 K es de –273 ºC. Para convertir de ºC
a K simplemente se le suma 273 a la temperatura en Celsius.
Agrometeorología – Unidad IV 14
5.2. Instrumentos
Los instrumentos destinados a medir la temperatura se denominan termómetros, los más
comunes son los de tubo de vidrio, cuyo elemento sensible puede ser mercurio o alcohol. El
principio de funcionamiento es la expansión o contracción de estos líquidos a lo largo de un capilar
de vidrio. Los tipos de termómetros más comúnmente utilizados son:
Termómetro común de mercurio: se utiliza para medir la temperatura instantánea.
Termómetro de máxima: se utiliza para medir la temperatura máxima. El elemento
sensible es el mercurio, el cual se expande al aumentar la temperatura y asciende en el
capilar, consta de un estrechamiento en la base del mismo, que impide que el mercurio se
desplace hacia el bulbo cuando desciende la temperatura, de esta forma queda indicando la
máxima (Figura 4.12 a).
Termómetro de mínima: permite medir la temperatura mínima. El elemento sensible
generalmente es el alcohol, ya que se congela a –130 ºC, comparado con –39 ºC para el
mercurio. Dentro del tubo con alcohol, se desplaza un índice, que al descender la
temperatura es arrastrado por el menisco de la columna de alcohol; de esta manera queda
indicando la mínima (Figura 4.12 b).
Agrometeorología – Unidad IV 15
Termómetros bimetálicos: consisten en dos cintas de metales unidos. Se emplean pares
de metales de diferente tasa de expansión con temperatura, de modo que al subir o bajar la
temperatura, uno se expande o contrae más que el otro y la cinta se deforma. Esta
deformación se amplifica en un sistema de poleas y una aguja indica la temperatura sobre
una escala. Alternativamente, la aguja es una punta con tinta que registra la temperatura
sobre una faja de papel en forma continua, este es el principio de los termógrafos (Figura
4.14).
Agrometeorología – Unidad IV 16
6. Temperatura y procesos biológicos
6.1. Termoregulación
Los seres vivos dependen de su relación con el ambiente que los rodea para mantener un
adecuado funcionamiento. Se pueden distinguir dos clases de organismos de acuerdo a su
capacidad de regulación térmica: a) Poikilotermos son aquellos cuya temperatura corporal está
casi por completo determinada por la temperatura del ambiente (Figura 4.16 a). A esta clase
pertenecen plantas, artrópodos, peces y reptiles, b) Homeotermos son aquellos capaces de
mantener dentro de ciertos límites, una temperatura corporal casi constante e independiente del
ambiente (Figura 4.16 a). Los mecanismos fisiológicos que permiten esta respuesta involucran la
regulación de la producción de calor metabólico y la pérdida de calor por radiación, convección y
conducción. A esta categoría pertenecen casi todos los mamíferos y aves.
Los organismos poikilotermos casi no gastan energía metabólica en termorregulación y así su tasa
metabólica es una función de la temperatura (Figura 4.16 b). Esta función es exponencial, de
acuerdo a la regla de Van’t Hoff que dice que la tasa de reacciones bioquímicas se duplica por
cada incremento de temperatura de 10 ºC. Sobre el mismo rango de temperatura, un organismo
homeotermo mantiene su temperatura constante. El costo a pagar por esta “independencia
térmica” es un aumento lineal de la tasa de metabolismo con la disminución de la temperatura. Por
sobre una cierta temperatura, el costo metabólico para el mantenimiento de la temperatura
corporal es mínimo (Figura 4.16 b). Es interesante que la intersección de esta línea con el eje x,
correspondiente a una tasa metabólica similar a cero, sea cercana a la temperatura corporal del
animal.
Figura 4.16. Efecto de la temperatura del aire sobre la (a) temperatura corporal y (b) la tasa
metabólica para organismos homeotermos y poikilotermos.
Agrometeorología – Unidad IV 17
exponiendo una mayor superficie corporal al intercambio de energía (Figura 4.17). Los animales
también pueden regular su tasa de consumo de alimentos como una forma de contribuir al
balance térmico.
Los cambios fisiológicos asociados con el balance energético de los homeotermos son múltiples
y complejos e incluyen mecanismos tales como dilatación / contracción de vasos sanguíneos,
variación de actividad cardíaca, tasa de transpiración, erección de una capa aislante, e.g. plumas
o pelos.
La relación área / volumen es un determinante importante en el intercambio de calor, y por ende
del balance térmico de los animales. Por ejemplo, el mantenimiento de una temperatura corporal
estable requiere 33 J por Kg de masa corporal en un elefante (baja relación área/volumen)
comparado con los 837 J por Kg de masa en el caso de un ratón. Así características
morfológicas que varíen la relación área/volumen son factores importantes en adaptación de los
animales a ambientes particulares.
Agrometeorología – Unidad IV 18
Flujo de corriente = Diferencia de potencial / resistencia
De forma similar la transferencia de calor sensible entre la superficie de la hoja y la del aire se
puede escribir como:
QH = Ca (T0 - Ta) / rb (4.10)
donde T0 es la temperatura de la superficie de la hoja, Ta la temperatura del aire , rb la resistencia
de la capa límite laminar adherida a la hoja (ver Figura 3.28) y Ca la capacidad calórica del aire.
Los valores de rb se incrementan con el aumento del tamaño de la hoja, la disminución de la
velocidad del viento (Figura 4.18) y en menor grado con el decrecimiento de las diferencias de
temperatura entre la hoja y el aire. La resistencia es baja para hojas pequeñas y en condiciones
ventosas y muy inestables ya que la capa laminar es delgada y provee poco aislamiento.
Inversamente, hojas grandes y en condiciones de calma tienen resistencia más elevada (Figura
4.18).
La temperatura de la hoja depende del balance de energía total (ecuación 3.40) y se puede
representar según la siguiente expresión:
T0 = Ta + rb / Ca (Q*(hoja) - QE(hoja)) (4.11)
Esta relación es de interés debido a que muestra que:
La temperatura del aire es importante en el establecimiento de la temperatura absoluta de la
hoja.
El ambiente de la hoja es más caliente o más frío que el aire dependiendo de los signos y
las magnitudes relativas de los términos de radiación y evaporación.
Dado que la radiación neta es normalmente positiva y más grande que la evaporación de
día, T0 es mayor que Ta. Por la noche la pérdida radiativa es normalmente mayor que el
calor perdido para la formación de rocío o usado en evaporación y entonces T0 es menor
que Ta.
La resistencia de la capa límite laminar (rb) es muy importante en el control de la influencia
de Q*(hoja) y QE(hoja) sobre T0. Si rb es pequeña la temperatura de la hoja está cercana a la del
aire y cualquier efecto térmico de Q*(hoja) o QE(hoja) son rápidamente difundidos en el aire. Si
rb es grande el efecto térmico de Q*(hoja) y QE de la hoja son importantes para generar
diferencias de temperatura entre la hoja y el aire.
Figura 4.18.
Resistencia de la capa
límite en función de la
velocidad del viento
para diferentes
tamaños de hojas. 1.
d=100 cm. 2. d=20 cm.
3.d=5 cm. 4.d= 0,1 cm.
Agrometeorología – Unidad IV 19
La transpiración es un importante regulador de la temperatura de la hoja, el efecto de enfriamiento
causado por la transpiración está determinado por las diferencias de presión de vapor entre la
hoja y el aire y por la resistencia a la difusión de vapor, conformada por la resistencia de la capa
límite laminar y por la resistencia estomática (recordar Figura 3.28). Al aumentar las resistencias al
transporte de vapor de agua aumenta la temperatura de la hoja (Figura 4.19) debido a que se
reduce el flujo de vapor y con ello su efecto refrigerante.
Agrometeorología – Unidad IV 20
por encima un determinado valor máximo. Entre estos dos límites hay un óptimo de temperatura
en el cual se produce la máxima tasa de crecimiento. Estos tres puntos se denominan
temperaturas cardinales. Los valores típicos para cultivos de estación fría, como los cereales de
invierno, son temperaturas mínimas de 0 a 5 ºC, óptimas entre 21 y 31 ºC y máximas de 31 a 37
ºC. Para cultivos de estación cálida, tales como el sorgo y el melón, la temperatura mínima está
entre 15 y 18 ºC, la óptima entre 31 y 37 ºC y la máxima de 44 a 50 ºC.
La fotosíntesis es uno de los procesos más importantes del crecimiento que está influenciado por
la temperatura. En la Figura 4.20 se muestra el efecto de la temperatura sobre la fotosíntesis neta
en una especie C3. Las especies C4 muestran una mayor respuesta a la temperatura y valores
óptimos más elevados. La etapa de la fotosíntesis afectada por la temperatura es la
correspondiente a la fijación de CO2 que está controlada enzimáticamente. La etapa fotoquímica
es independiente de la temperatura.
La temperatura tiene una marcada influencia sobre el desarrollo de los cultivos durante todo su
ciclo ontogénico. A medida que avanza el desarrollo va pasando por una serie de estados
fenológicos o fenoestados, representados por la aparición, transformación o desaparición de los
órganos de una planta. Ejemplos de fenoestados de un cultivo de grano son: siembra,
emergencia, iniciación floral, antesis y madurez fisiológica. Dos fenoestados delimitan una fase
fenológica. Así hablamos, por ejemplo, de la fase siembra–emergencia, antesis–madurez, o
siembra–madurez. La duración de una fase, habitualmente medida en días, depende de la
temperatura. Normalmente, la relación entre duración de una fase y la temperatura no es lineal
(Figura 4.21 a). Por este motivo, se prefiere caracterizar la duración de una fase a través de su
inversa (Figura 4.21 b). Esta función inversa de la duración se llama tasa de desarrollo, y su
unidad es día-1. La linealización que surge de usar la tasa de desarrollo permite definir las tres
temperaturas cardinales (Figura 4.21 b). La temperatura base (Tb) es la temperatura mínima
requerida para el desarrollo, por debajo de la cual la tasa es cero. La tasa de desarrollo aumenta
linealmente con temperaturas entre Tb y temperatura óptima (To) y vuelve a declinar –más o
menos linealmente – en el rango entre To y Tm, esta última es la temperatura máxima para el
desarrollo. Si la temperatura ambiente es inferior a Tb o superior a Tm, el desarrollo prácticamente
se detiene aunque la planta puede sobrevivir períodos variables de exposición a temperaturas
varios grados por debajo de Tb o por encima de Tm.
Agrometeorología – Unidad IV 21
Figura 4.21. Respuesta idealizada a la temperatura de a. duración de una fase fenológica y de
b. su inversa, la tasa de desarrollo. Adaptado de Sadras et al. (2002).
Para ilustrar la importancia agronómica de estos conceptos, se presentan en el Cuadro 4.2 las
temperaturas base para la fase siembra-emergencia de una serie de cultivos. Puede verse una
notable diferencia entre cultivos invernales y estivales. Los valores en el Cuadro 4.2 se deben
tomar como orientativos, más que como “constantes específicas”. En efecto, existen diferencias
intraespecíficas importantes e incluso diferencias que dependen del método de cálculo utilizado.
Valores de Tb son, por ejemplo, normalmente mayores cuando se determinan en experimentos de
fecha de siembra que cuando se determinan en ambientes controlados.
Cuadro 4.2. Temperatura base (Tb) y tiempo térmico para la fase siembra-
emergencia de una serie de especies cultivadas. Adaptado de Angus et al.
(1981), citado por Sadras et al. (2002).
Se han desarrollado modelos cuantitativos para estimar la duración de distintas fases fenológicas.
Los modelos más sencillos, limitados para su aplicación al intervalo de temperaturas entre Tb y
To, utilizan el concepto de tiempo térmico definido como la sumatoria de la diferencia entre la
temperatura media diaria (T) y la temperatura base correspondiente a la fase:
Tiempo térmico = ∑(T - Tb) (4.12)
Nótese que T se refiere a temperatura del aire o del suelo según corresponda a procesos que
afecten la parte del área o subterránea del cultivo. Retomando el ejemplo de la fase siembra-
emergencia, la tercera columna del Cuadro 4.2 muestra el tiempo térmico requerido para
Agrometeorología – Unidad IV 22
completar dicha fase para una serie de cultivos. Este modelo predice que la emergencia de un
cultivo de soja ocurrirá 14 días después de la siembra si la temperatura es de 15 0C. Como se
discutió anteriormente, existe una considerable variabilidad intraespecífica para el desarrollo
fenológico por lo cual los parámetros de estos modelos (Tb, tiempo térmico requerido para cumplir
la fase) pueden variar entre cultivares. También se debe tener en cuenta al utilizar un modelo de
este tipo que existen supuestos que limitan su aplicación. Algunos de estos supuestos son
explícitos como la condición Tm ≥T≥ Tb discutida antes, y otros implícitos que deben ser juzgados
en cada caso. Un importante supuesto en el caso ilustrado para la emergencia, es que el agua es
suficiente y no excesiva para la imbibición de la semilla, su germinación y crecimiento inicial de la
plántula. Finalmente, notemos que el concepto de tiempo térmico, aunque útil para el análisis
cuantitativo de las respuestas de las plantas a la temperatura, no tiene un fundamento biológico
probado, las plantas no responden al tiempo térmico sino a las condiciones térmicas a las que se
hayan expuestas en cada momento de su ciclo.
Otro requerimiento que deben satisfacer algunas plantas para cumplir con su desarrollo es pasar
por un período de frío, que se satisface con temperaturas entre aproximadamente –2 y 10 ºC.
Estas condiciones se dan naturalmente en algunas regiones debido a las fluctuaciones
estacionales de la temperatura, especialmente en las altas latitudes. Estas fluctuaciones
interactúan con el fotoperíodo controlando por ejemplo la floración de algunas especies sensibles
a estos factores. Por ejemplo, variedades de trigo invernales deben pasar varios meses con bajas
temperaturas para florecer, si se siembran en primavera, permanecen vegetativos por no tener
satisfechos los requerimientos de frío. Las variedades primaverales, en cambio, no tienen o es
mínimo el requerimiento de frío. Muchas plantas perennes, tales como los frutales (manzano,
duraznero, cerezo, etc.) también tienen un requerimiento anual de bajas temperaturas para
florecer. Asimismo algunas semillas requieren de un período de bajas temperaturas antes de la
germinación.
El requerimiento de bajas temperaturas se puede satisfacer artificialmente con tratamiento de frío,
lo que se denomina vernalización. En el caso de semillas la vernalización es posible en
embriones en proceso de germinación y aún en embriones que se está desarrollando en la planta
madre. La respuesta al frío también se ha encontrado en estructuras meristemáticas activas del
ápice caulinar y de hojas y raíces. El efecto vernalizante surge de la combinación entre la
temperatura a la que se expone la planta y el tiempo de exposición. Estas condiciones difieren
según la especie, edad, estado de desarrollo de la planta, presencia de agua para la activación de
las enzimas de las semillas y de oxígeno y glúcidos para la respiración.
El fotoperíodo es otro de los factores que tiene fundamental importancia en el desarrollo de los
vegetales y que fue tratado en el punto 3.8.4. d. La disponibilidad de agua y nitrógeno, calidad de
luz, concentración atmosférica de CO2 y radiación solar también pueden afectar el desarrollo de
los cultivos, pero sus efectos son en general mucho menores, en comparación con la temperatura
y el fotoperíodo. En algunos casos, sin embargo, alguno de estos factores puede asumir un rol
fundamental, como lo es el del agua para la fase siembra-emergencia: tanto la escasez de agua,
que no permite la imbibición de la semilla, como el exceso, que inhibe la germinación
indirectamente por la reducción en la concentración de O2 en el suelo pueden ser críticas en esta
fase. Asimismo otra fase crítica para la mayoría de los cultivos de grano con respecto a falta de
agua es alrededor de la floración.
Agrometeorología – Unidad IV 23
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