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UNIDAD IV

Temperatura
Autores: Ing. Agr. Aída Della Magggiora
Ing. Agr. Andrea Irigoyen

1. Introducción
La temperatura constituye un elemento fundamental del tiempo atmosférico. Está controlada
principalmente por la radiación solar incidente, aunque también influenciada por la naturaleza de
la superficie terrestre, la continentalidad, la altitud y los vientos dominantes. La temperatura tiene
gran importancia en el crecimiento, desarrollo y supervivencia de los seres vivos.

2. Calor y temperatura
La temperatura es un concepto difícil de definir, la idea de temperatura fue concebida
originalmente sobre la base de los sentidos que nos permiten diferenciar “frío” de “caliente”. Aún
cuando recurrimos a diccionarios técnicos, las definiciones de temperatura no parecen del todo
satisfactorias; una definición termodinámica dice: “temperatura es una medida de la energía
cinética promedio causada por la agitación térmica de las partículas de un sistema”. El mismo
diccionario define temperatura en un contexto meteorológico como “el nivel de calor sensible de la
atmósfera”. Para nuestros fines, podemos considerar a la temperatura como la condición de un
cuerpo que determina su capacidad para dar o recibir calor. En un sistema de dos cuerpos el que
pierde calor se dice que está a mayor temperatura que el que recibe calor.
Supongamos que analizamos un volumen de aire sobre la superficie. Si calentáramos el aire, las
moléculas se moverían rápidamente y se encontrarían separadas unas de otras y el aire se
tornaría menos denso. Si por el contrario enfriáramos la masa de aire, las moléculas se moverían
más lentamente y estarían más juntas y el aire se volvería más denso. Si se continúa bajando la
temperatura del aire, sus átomos y moléculas se moverían cada vez más lentamente hasta que el
aire alcanza una temperatura de -273 ºC que es la temperatura más baja posible. A esta
temperatura se denomina cero absoluto, las moléculas poseen una mínima cantidad de energía y
no hay movimiento térmico.
Si en un sistema hay dos objetos con diferente temperatura habrá una transferencia de energía
desde el que está más caliente al que está más frío, a esta transferencia de energía se denomina
calor. Luego el calor es almacenado como energía interna.
En el sistema Tierra-atmósfera, el calor es transferido por conducción, convección, radiación y
evaporación.
Conducción: transferencia de calor de una molécula a otra dentro de una sustancia. El
calor siempre fluye desde la región más caliente a la más fría y cuanto mayor es la
diferencia de temperatura más rápida es la transferencia de calor.
Convección: transferencia de calor por movimiento de masa de un fluido (tales como agua
o aire). La convección ocurre naturalmente en la atmósfera. En un día soleado y cálido,
ciertas áreas de la superficie de la tierra absorben más energía del sol que otras y el aire
cercano a la superficie se calienta desigualmente. Se forman burbujas de aire más cálidas,
que se elevan, se expanden y se tornan menos densas que el aire que las rodea. De esta
manera grandes burbujas ascienden y transfieren energía hacia arriba. El aire más frío y
más pesado de arriba fluye hacia la superficie para reemplazar el aire cálido. Este ciclo se
sigue repitiendo. El aire ascendente se expande, se enfría, se dispersa y luego vuelve a
caer, de esta manera se forma una circulación convectiva, o célula térmica, en la atmósfera.
Parte de la circulación con movimiento horizontal (viento), transporta propiedades del aire
desde un área particular hacia otra. La transferencia de propiedades por movimiento
horizontal del aire se denomina advección.
Radiación: proceso de transferencia de energía que no necesita un medio intermediario
entre el emisor y el receptor. Este proceso ya fue estudiado con detalle en la unidad
anterior.
Evaporación: pasaje de agua líquida a vapor con requerimiento de energía (calor latente
de evaporación), dicha energía se libera cuando ocurre el proceso inverso, cambio de vapor
a líquido.

3. Temperatura del suelo


El suelo es indispensable para mantener la vida de las plantas, produciendo el soporte mecánico y
el suministro de agua y nutrientes. El suelo constituye el principal acumulador de calor, actuando
como un destino de energía durante el día y como una fuente para la superficie de noche. En
términos anuales, el suelo almacena energía en la estación cálida y pierde energía en la estación
fría.

3.1. Propiedades térmicas


La transferencia de calor y el ambiente térmico del suelo está gobernado por sus propiedades
térmicas: conductividad térmica, calor específico, capacidad calórica y difusividad térmica.

Conductividad térmica (ks):


Es una medida de la habilidad para conducir calor. Está definida como la cantidad de calor (J) que
fluye a través de una unidad de área (m2) de la sustancia en la unidad de tiempo (s), en respuesta
a un gradiente de temperatura de 1 grado (K) m-1 de profundidad. [W m-1 K-1 ]. En el Cuadro 4.1 se
listan valores típicos para diferentes materiales. La conductividad depende de la porosidad, de
contenido de materia orgánica y del contenido de humedad. Esta última es la única que cambia en
el corto plazo. Al agregar humedad a un suelo seco la conductividad aumenta (Figura 4.1.a). Esto
ocurre por dos razones: i) porque aumenta el contacto térmico entre partículas ii) porque el agua
reemplaza espacios de aire. En el Cuadro 4.1 se puede observar que la conductividad del aire es
mucho menor que la del agua.

Calor específico (cs):


Cantidad de calor necesario para elevar en un grado (K) 1 kg de la sustancia [ J kg-1 K-1].

Capacidad calórica (Cs):


Es la cantidad de calor necesaria para elevar 1 grado (°K) un volumen de 1 m3 de la sustancia [ J.
m-3 K-1]. Está relacionado con la habilidad de la sustancia para almacenar calor y expresa el
cambio de temperatura producido por ganancia o pérdida de calor. La capacidad calórica aumenta
linealmente con el contenido de humedad (Figura 1b). El agregado de agua reduce la sensibilidad
térmica del suelo.

Agrometeorología – Unidad IV 2
Difusividad térmica (KHS)
Es la habilidad del medio para difundir la influencia térmica. Controla la velocidad a la cual se
mueve la onda de temperatura y la profundidad de influencia térmica de la superficie activa. La
difusividad térmica resulta del cociente entre conductividad térmica y capacidad calórica (KHS = ks /
Cs). KHS se puede ver como una medida del tiempo necesario para producir un cambio de
temperatura. Por ejemplo, la entrada diurna de calor generará una onda de temperatura, que
recorrerá rápidamente una considerable profundidad de suelo donde la conductividad es alta, pero
si toma gran cantidad de calor para calentar capas intermedias debido a una alta capacidad
calórica, entonces será demorada y no penetrará tan rápido. Valores típicos de KHS están dados
en la Cuadro 4.1. Los valores de KHS están afectados por los mismos factores que ks y Cs,
especialmente la humedad de suelo (Figura 1c). Note que al agregar agua a un suelo inicialmente
seco produce un aumento de KHS por aumento de ks. Sin embargo, por encima de un 20 % de
humedad en volumen KHS comienza a descender. Esto ocurre porque mientras ks reduce su tasa
de cambio ante incrementos de humedad por encima de un 20% (Figura 4.1.a), Cs sigue
aumentando linealmente (Figura 4.1.b).

Figura 4.1. Relaciones entre el contenido de humedad. (a) conductividad térmica. (b) capacidad
calórica y (c) difusividad térmica.

Calor
Densidad Capacidad Conductividad Difusividad
específico
Material Condiciones (ρ) calórica térmica (k) térmica (K)
-3 3 (c) -3 -1 6 -1 -1 2 -1 -6
kg m x10 -1 -1 3 J m K x10 Wm K m s x10
J kg K x10
Suelo arenoso Seco 1,60 0,80 1,28 0,30 0,24
(40% EP) Saturado 2,00 1,48 2,96 2,20 0,74
Suelo arcilloso Seco 1,60 0,89 1,42 0,25 0,18
(40% EP) Saturado 2,00 1,55 3,10 1,58 0,51
Suelo de turba Seco 0,30 1,92 0,58 0,06 0,10
(80% EP) Saturado 1,10 3,65 4,02 0,50 0,12
Fresca 0,10 2,09 0,21 0,08 0,10
Nieve
Vieja 0,48 2,09 0,84 0,42 0,40
Hielo 0°C, puro 0,92 2,10 1,93 2,24 1,16
Agua 4°C 1,00 4,18 4,18 0,57 0,14
10°C, quieto 0,0012 1,01 0,0012 0,025 21,50
Aire 6
Turbulento 0,0012 1,01 0,0012 ≈125 ≈10x10
EP: Espacio poroso

Agrometeorología – Unidad IV 3
Cuadro 4.1. Propiedades térmicas de materiales naturales.
3.2. Gradiente de Temperatura del suelo
La superficie del suelo es el lugar de mayor absorción de energía radiante durante el día y de
mayor pérdida durante la noche (recordar balance de radiación) y por lo tanto es donde se
encuentran los mayores cambios de temperatura. Estos cambios disminuyen al aumentar la
profundidad. El balance de energía de la superficie y la onda de temperatura establecen un
gradiente de temperatura y un flujo de calor hacia abajo de día y hacia arriba de noche. La
magnitud de estos flujos se reduce con la distancia desde la superficie dando la distribución
vertical de la temperatura del suelo ilustrada en la Figura 4.2.

Figura 4.2. Perfiles medios idealizados de temperatura del


suelo y del aire en la interfase suelo-atmósfera.

3.3. Flujo de calor en el suelo


El flujo de calor en el suelo (QG) es un proceso de conducción que depende de las propiedades
térmicas y del gradiente de temperatura. Se puede describir de acuerdo a la ley de Fourier:
QG = - ks ∆T / ∆Z (4.1)
-1 -1
KHS = Conductividad térmica (W m K )
T = Temperatura del suelo (K)
Z = Profundidad (m)
También se puede expresar QG en función de la difusividad térmica molecular (kHS, m2 s-1), la
capacidad calórica (Cs, J.m-3 K-1) y el gradiente de temperatura según:
QG = - kHS Cs ∆T / ∆Z (4.2)

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3.4. Variación de la temperatura del suelo con el tiempo a diferentes profundidades
La variación de la temperatura del suelo con el tiempo sigue una onda típica (función seno). La
onda penetra en la profundidad, pero su amplitud decrece y los momentos de ocurrencia de las
máximas y mínimas se retrasan (Figura 4.3). Los cambios diarios y anuales en la radiación solar
determinan las variaciones en la temperatura del suelo. En la Figura 4.3.a. se muestran los
cambios en temperatura del suelo a lo largo de un día para diferentes profundidades. La superficie
del suelo se calienta por radiación solar, cuyo máximo ocurre al mediodía, mientras que los
máximos de temperatura a 10 mm de profundidad se producen una a dos horas más tarde. Este
retraso se debe a que los gradientes de temperatura se establecen antes que fluya el calor hacia
capas más profundas. La amplitud diaria de la temperatura varía desde 17 ºC a 10 mm hasta 0 ºC
a 0,8 m. La variación anual de la temperatura del suelo (Figura 4.3.b) también responde al ciclo
anual de radiación solar. Existe un desfase de uno a dos meses entre el máximo de radiación
solar (21 de diciembre) y el máximo de temperatura a un metro de profundidad. La penetración de
la onda de temperatura (profundidad de amplitud cero) llega aproximadamente a unos 14 m en un
período anual. La temperatura de esta profundidad es cercana a la temperatura media anual del
aire. Esto se basa en que existe un equilibrio térmico a largo plazo entre el suelo y la atmósfera.
Durante la estación cálida la temperatura de suelo decrece con la profundidad y se produce un
flujo de calor hacia abajo que contribuye al almacenamiento de calor en el suelo. En la estación
fría el gradiente de temperatura es inverso y el flujo va desde la profundidad hacia la superficie,
reduciéndose gradualmente el almacenaje de energía. La primavera y el otoño son períodos de
transición.

Figura 4.3. Ciclo generalizado de temperatura del suelo a diferentes profundidades para un período
a) diario y b) anual.

Considerando que la variación temperatura del suelo describe una función seno se puede estimar
la temperatura de la superficie del suelo, T(0,t) como:
2π t
T(0,t) = Tm + A0+ sen (4.3)
P
donde: Tm es la temperatura media de la superficie, A0 es la amplitud térmica en la superficie, z es

Agrometeorología – Unidad IV 5
la profundidad considerada, P es el período de variación de temperatura (24 h para un ciclo diario
2π t
o 365 días para un ciclo anual), t es el tiempo expresado en unidades de P, es la frecuencia
P
angular de la variación de temperatura.
La temperatura a determinada profundidad y tiempo, T(z,t) se puede obtener de la siguiente forma:
π
2π t π
T(z,t) = Tm + A0 e z Pk sen +z (4.4)
P Pk
El segundo término de la ecuación anterior representa la atenuación de la amplitud térmica y el
tercero el tiempo de retraso, k es la difusividad térmica del suelo.

3.5. Factores que afectan la temperatura del suelo


La radiación solar representa la principal fuente de energía al suelo. La nubosidad modifica el
patrón de temperatura del suelo, con cielo cubierto la temperatura es más baja de día y más alta
de noche y la amplitud de la onda es más pequeña. La nubosidad induce un patrón irregular en la
onda diaria de temperatura. El albedo de la superficie también modifica la temperatura del suelo
por cuanto afecta el balance de radiación. El color del suelo está afectando al albedo y por lo
tanto su temperatura.
La precipitación puede afectar la temperatura del suelo, tanto por su propia temperatura (si es
mayor o menor que la del suelo) como por el agregado de agua al suelo que modifica sus
propiedades térmicas. Así, el contenido de humedad de suelo se constituye en otro factor
modificador de la temperatura del suelo como se vio anteriormente.
Otro factor con influencia en la temperatura del suelo es la cubierta vegetal, generalmente su
presencia reduce la temperatura por actuar como aislante, ya que no solamente reduce el ingreso
de radiación solar, sino que también afecta la velocidad del viento y por lo tanto el intercambio
entre el suelo y el aire. También con la presencia de vegetación se produce un consumo extra de
energía por transpiración. Los suelos desnudos se calientan y se enfrían más rápidamente que
con cubierta vegetal.

4. Temperatura del aire


La superficie terrestre constituye la puerta de entrada y salida a través de la cual se intercambian
incesantes flujos de calor. En el sistema Tierra-atmósfera la superficie cumple importantes roles
como son los de transformar la energía radiante del sol en calor sensible y repartirlo en el suelo y
la atmósfera.
La transferencia de calor en el aire se puede dar por conducción, por radiación y por convección.
El proceso de conducción en el aire ocurre solamente en una capa de pocos mm que está en
contacto con los objetos de la superficie (capa límite laminar).
El calentamiento del aire por radiación se debe principalmente a la absorción por parte de los
constituyentes de la atmósfera de la radiación de onda larga emitida por la superficie. Se debe
recordar que sólo una pequeña proporción de la radiación solar (onda corta) es absorbida por la
atmósfera.
En la capa superficial turbulenta (Figura 2.3) el principal proceso de transferencia de calor es por
convección.
La convección puede ser térmica en el caso que el movimiento se deba a diferencias de densidad
Agrometeorología – Unidad IV 6
dentro del fluido o mecánica cuando el movimiento se induce por una fuerza mecánica. Esta
fuerza puede ser por la fricción del fluido sobre la superficie o por el viento, en ambos casos,
genera turbulencia e intercambio de calor en el sentido vertical.
El principal control sobre el tipo y extensión de la actividad convectiva es la estructura vertical de
la temperatura expresada en el concepto de estabilidad atmosférica. Para explicarlo
consideremos una parcela discreta de aire que se mueve hacia arriba en la atmósfera, y
suponemos que no intercambia calor con el aire que la rodea (se mueve adiabáticamente). A
medida que la parcela de aire se eleva, se encuentra con menor presión atmosférica. Así su
presión interna es mayor en relación con su entorno y la parcela tiende a expandirse. Para esto
debe realizar un trabajo y requiere energía, que la obtiene de su propia energía interna, por lo que
al elevarse desciende su temperatura. En el aire seco la tasa de cambio de la temperatura con la
altura de dicha parcela, es un valor constante de aproximadamente 10 ºC km-1 llamado gradiente
adiabático seco (GAS). Si la parcela está saturada de humedad, el vapor condensa liberando
calor latente, con lo que se reduce la tasa de enfriamiento, pero el valor no es constante.
Por otra parte se debe distinguir el gradiente real (GR), que representa el cambio de temperatura
con la altura que realmente ocurre en la atmósfera por encima de un determinado nivel. El GR
puede ser positivo, negativo o isotérmico.
La estabilidad atmosférica se puede ver como la tendencia relativa de una parcela de aire a
moverse verticalmente. Se puede evaluar por comparación entre el GR y el GAS (Figura 4.4) de
acuerdo a los siguientes pasos:
a) Seleccionamos el nivel de interés, z1.
b) Construimos una línea con la pendiente del GAS y con el GR de manera que ambas se crucen
en z1.
c) Comparamos las dos temperatura por encima del nivel z1. Si la parcela que se mueve según el
GAS está más caliente que su entorno (GR), tendrá menor densidad y ascenderá (Figura 4.4.a), a
esta condición se dice que esa capa de la atmósfera está inestable. Cuanto mayor es la diferencia
de temperatura mayor es la inestabilidad. Por el contrario, si la parcela está más fría que su
entorno y por lo tanto más densa, entonces descenderá, situación de atmósfera estable (Figura
4.4.b). Un tercer caso sería que la parcela y su entorno tengan la misma temperatura, situación
de atmósfera neutral.
Un caso típico de inestabilidad atmosférica ocurre en capas cercanas a la superficie en días
soleados, cuando el fuerte calentamiento de la superficie determina que se desprendan parcelas
de aire menos densas, que se elevan en medio de aire más frío.
La situación de atmósfera estable es típica de noche, cuando se produce inversión de temperatura
cerca de la superficie y se forman parcelas de aire más frías que su entorno.

Agrometeorología – Unidad IV 7
Figura 4.4. Variación de la temperatura con la altura ilustrando una condición de atmósfera (a)
inestable (b) estable.

La situación neutral ocurre bajo condiciones de nubosidad y viento. Las nubes restringen el
calentamiento y enfriamiento de la superficie, minimizando el desarrollo de una estratificación de
la temperatura. El viento ayuda a homogeneizar la temperatura por convección mecánica. Es
importante destacar que la atmósfera está formada por un número de capas con diferente
estabilidad.

4.1. Flujo de calor sensible y temperatura del aire


En la capa de superficie el flujo de calor sensible como se vio en la clase de balance de radiación
está dado por:
QH = - KH Cs ∆T / ∆Z (4.5)
2 -1
KH = Difusividad turbulenta para calor (m s )
Cs = Capacidad calórica del aire ( J m -3 K-1)
T = Temperatura del aire (ºK)
Z = Altura (m)

4.2. Onda diaria y anual de la temperatura del aire


El calentamiento y enfriamiento del aire se produce desde la superficie y la penetración de la onda
de temperatura en la atmósfera se da principalmente por transferencia turbulenta (QH). La
migración hacia arriba de esta onda de temperatura es análoga a la del suelo (visto en Figura 4.3).
Sin embargo, hay una gran diferencia entre suelo y aire. Si observamos la Figura 4.5 la mayor
amplitud de temperatura se presenta en la superficie (T0), desde allí la onda se propaga hacia el
aire y hacia el suelo. Se destaca que si bien la temperatura del aire a 1,2 m (Ta1,2) tiene un
máximo retrasado con respecto a la superficie, en el suelo ocurre un retraso mucho mayor en una
menor distancia (Ts0,2). Esto se debe a que la transferencia de calor en el suelo es por conducción
(molecular), mientras que en el aire es principalmente por convección (turbulenta).

Agrometeorología – Unidad IV 8
Figura 4.5. Variación
diaria de la temperatura
de la superficie (T0),
temperatura del aire a
1,2 m de altura (Ta1,2) y
temperatura del suelo a
0,2 m de profundidad
(Ts0.2). Estas
temperaturas se
corresponden con el
balance de energía
presentado en la Figura
3.21.

Las variaciones diarias de temperatura del aire están relacionadas con el balance de radiación de
la superficie (Figura 4.6.a). Luego de la salida del sol, los rayos solares inciden sobre la superficie
y comienzan a calentarla y de esta se transfiere calor al aire. El aumento de la temperatura del
aire continúa aún después del máximo de radiación (mediodía), ya que durante un período de
aproximadamente entre 2 y 4 horas la ganancia de radiación de la superficie (K*) supera a la
pérdida (L*) y por lo tanto la radiación neta es positiva (Q*), lo que significa que la superficie se
sigue calentando. Cuando K* = L*, es decir Q* = 0 se produce la temperatura máxima del aire a
unos 2 m de altura, que es el momento en que L* es máxima. El mínimo de temperatura se
produce en las primeras horas de la mañana, cuando Q* vuelve a ser cero; la emisión de onda
larga es considerablemente inferior a la diurna, ya que la superficie está más fría.
La curva de la marcha anual del balance de radiación y del régimen de temperatura es análoga a
la correspondiente a la marcha diaria (Figura 4.6.b). La variación anual de la temperatura se debe
principalmente a los cambios en la duración del día y de la inclinación de los rayos solares que
inciden sobre la superficie. La oscilación anual es máxima en latitudes altas y la oscilación diaria
alcanza su máximo en zonas continentales de los trópicos.

Figura 4.6. Variación (a) diaria y (b)


anual de la temperatura del aire
(Hemisferio Norte) a 1,5-2,0 m de
altura en relación con el balance de
radiación de la superficie. Adaptado de
Barry y Chorley (1972).

Agrometeorología – Unidad IV 9
4.3. Perfiles de temperatura del aire
El perfil de temperatura varía según la hora del día. En la Figura 4.7 se muestra el desarrollo
temporal de la estructura vertical de la atmósfera cerca de la superficie terrestre durante un día
ideal. A la noche (perfil 1) el balance de radiación es negativo debido a la emisión de onda larga y
la superficie se enfría hasta una temperatura más baja que la del aire, produciendo lo que se
denomina inversión de temperatura. Esto crea un gradiente de temperatura que puede conducir
a un débil flujo de calor sensible hacia la superficie, si hay movimiento de aire. Esta capa es
fuertemente estable (recordar concepto de estabilidad atmosférica). Este perfil es el mismo que se
muestra en la Figura 4.2.
Poco después de la salida del sol el balance de radiación sobre la superficie se torna positivo y
aumenta la temperatura de la superficie, generando un flujo de calor sensible hacia arriba, en una
delgada capa ya que por encima aún existe inversión de temperatura (perfil 2 en la Figura 4.7).
Al mediodía (perfil 3 de la Figura 4.7) en toda la capa se observa un perfil con disminución de
temperatura con la altura, en este caso el flujo de calor es de abajo hacia arriba y la condición de
estabilidad es inestable.
Antes de la puesta del sol (perfil 4 de Figura 4.7) el balance de radiación de la superficie se vuelve
nuevamente negativo y la superficie se enfría, reestableciendo la inversión de temperatura en la
capa más próxima a la superficie.
Los perfiles idealizados que se presentan pueden cambiar grandemente de acuerdo a condiciones
de tiempo real. La cobertura de nubes y la velocidad del viento son los principales modificadores
de esos perfiles, por su impacto sobre la radiación y la turbulencia, respectivamente.

Figura 4.7. Perfiles generalizados


de temperatura de aire en los
primeros 150 m de la atmósfera a
diferente hora del día. Perfil 1:
antes de la salida del sol, 2: poco
después de la salida del sol, 3:
mediodía y 4: cerca de la puesta
del sol.

4.4. Variación espacial de la temperatura del aire


Los principales factores que producen variaciones en la temperatura de un lugar a otro son la
latitud, la continentalidad, las corrientes marinas y la altura.
Como se discutió anteriormente, la temperatura del aire está afectada por la cantidad de radiación
que alcanza la superficie terrestre, la cual está determinada por la intensidad de radiación solar
incidente y la longitud del día, ambas fuertemente condicionadas por la latitud. En la Figura 4.8 se
muestra el patrón general de distribución horizontal de la temperatura en el mundo, a través de
líneas que unen puntos de igual temperatura (isotermas), para los meses de enero y julio. Las
isotermas están corregidas para referirlas al nivel del mar, debido a que la temperatura
normalmente disminuye con la altura. Por lo tanto lugares ubicados a mayor altura presentan
temperaturas más bajas que las correspondientes a nivel del mar. Se considera como valor
aproximado una disminución de 6 ºC por km de elevación. A partir de la Figura 4.8 se puede
observar que en general, la temperatura decrece desde el Ecuador hacia los polos, tanto en enero
como en julio. La disminución de la temperatura es mucho mayor en invierno que en verano,
debido a la variación estacional de la radiación solar. Consecuentemente, las isotermas se
Agrometeorología – Unidad IV 10
muestran más juntas (mayor gradiente) en la estación fría.

Figura 4.8. Distribución espacial de la temperatura media del aire en (a) Enero y (b) Julio.

Teniendo en cuenta la relación entre la temperatura y la latitud (φ) se han desarrollado funciones
empíricas para estimar la temperatura media anual reducida a nivel del mar (Tma) como la
siguiente:
Tma= 44,9 (cos (φ-6,5))2 –17,8 (4.6)
La distribución irregular de continentes y océanos sobre la superficie terrestre, altera el gradiente

Agrometeorología – Unidad IV 11
de temperatura según la latitud. Las áreas de tierra se calientan y se enfrían más rápidamente que
los cuerpos de agua, resultando en una mayor amplitud térmica anual (diferencia entre la
temperatura media del mes más cálido y el más frío) sobre las primeras. Así, la mayor superficie
continental del hemisferio norte, determina que la amplitud térmica en cada latitud sea mayor que
en el hemisferio sur (Figura 4.9). La amplitud térmica anual es un parámetro de gran importancia
climática, ya que mide la continentalidad. Diferentes índices se emplean para medir el grado de
continentalidad (G), uno de ellos es el de Gorzinsky que estima G en función de la diferencia entre
la temperatura media del mes más cálido y más frío (A) y la latitud (φ) según:
G = 1,7 A/sen φ - 20,4 (4.7)
G varía desde valores inferiores a cero, para las estaciones en condiciones marítimas extremas,
hasta 100 en condiciones extremas de continentalidad. Puede establecerse la siguiente
clasificación:
G < 10 clima marítimo acusado.
G > 20 clima netamente continental.
G > 30 clima extremadamente continental.
Las corrientes marinas son un medio de transporte de calor de un lugar a otro de la tierra. Una
corriente marina que se desplaza hacia el polo, calienta el aire que se encuentra por encima,
produciendo temperaturas más elevadas que las que podrían esperarse para su latitud.
Contrariamente, una corriente que se desplaza hacia el Ecuador produciría temperaturas más
bajas.

Figura 4.9. Temperatura media mensual


de enero y julio mostrando el efecto de
la latitud sobre la amplitud térmica
anual. Adaptado de Linacre (1992).

4.5. Variación temporal de la temperatura del aire


Variación diaria 0
La temperatura se eleva rápidamente durante el día y continúa subiendo hasta una a tres horas
después que el sol alcanza su altura máxima, luego cae continuamente durante toda la noche,
registrándose el mínimo, generalmente hacia la salida del sol.

Agrometeorología – Unidad IV 12
La amplitud térmica diaria, suponiendo que no haya un cambio en la masa de aire, ni otros efectos
perturbadores, depende fundamentalmente a) del estado del cielo, cuando está cubierto de
nubes el máximo de temperatura es menor y el mínimo más elevado que con cielo despejado, ya
que la radiación emitida por el suelo y la atmósfera es absorbida y reemitida por las nubes. Por
ello la mayor amplitud diaria de temperatura ocurre en los desiertos, donde frecuentemente el
cielo está libre de nubes y hay poco vapor de agua en la atmósfera, en cambio en regiones
húmedas la amplitud diaria es mucho más pequeña; b) de la estabilidad del aire, si existe
inversión de temperatura, es mayor la oscilación, ya que la capa de aire a calentar es menor y la
temperatura se eleva rápidamente hasta romper la inversión. c) de la naturaleza de la superficie,
por ejemplo, sobre el mar la oscilación diaria es menor que sobre el suelo, así ciudades cercanas
a cuerpos de agua tienen menor amplitud diaria de temperatura que las más continentales.
Variación anual
La variación anual de la temperatura del aire describe una función sinusoidal con valores
máximos en verano y mínimos en invierno. Las diferencias de temperatura entre meses cálidos y
fríos (amplitud térmica anual) es mayor en latitudes altas (Figura 4.9) y para la misma latitud sobre
los continentes que sobre los océanos De acuerdo a esto se pueden definir diferentes regímenes
anuales de temperatura (Figura 4.10): a) tipo continental que presenta para el hemisferio sur un
máximo en enero y un mínimo en julio, siendo la curva casi simétrica, b) tipo marítimo se
diferencia del anterior por la menor oscilación anual de temperatura, c) tipo ecuatorial el rasgo
principal es la pequeña oscilación anual de temperatura y d) tipo monzónico en el cual la
temperatura máxima se alcanza en mayo con un ligero máximo secundario en septiembre. El cese
de la elevación de la temperatura se debe al comienzo del monzón del Suroeste cuyos vientos
aportan nubosidad y precipitación con la advección de aire marítimo, deteniéndose la elevación de
temperatura que continuaría hasta julio.

Figura 4.10. Temperaturas medias mensuales correspondientes a localidades con


diferente régimen de temperatura, Neuquen (38º57`S y 68º08`W, continental), Mar
del Plata (38º03`S y 57º33` W, marítimo), Belem, Brasil (1º30`S y 48º30`W,
ecuatorial) y Bombay, India (16º N y 73º E, monzónico).

Agrometeorología – Unidad IV 13
5. Medición de la temperatura
5.1. Escalas
Para medir la temperatura se utilizan escalas arbitrarias, que se basan en:
dos puntos fijos, cuyas temperaturas pueden reproducirse a través de las propiedades
físicas de cierta sustancias (Ej. fusión y evaporación del agua)
la asignación de números para cada uno de esos puntos fijos
la división de la escala delimitada por esos dos puntos fijos
En el cero absoluto comienza una escala de temperatura llamada escala Kelvin o absoluta, esta
no contiene números negativos por lo tanto resulta conveniente para cálculos científicos. En la
Figura 4.11 se la compara con otras dos escalas de uso común, Fahrenheit y Celsius. En la escala
Fahrenheit se le asigna el número 32 a la temperatura de congelación del agua y 212 a la
temperatura de ebullición del agua. Entre estos dos valores de temperatura hay 180 divisiones
iguales, llamadas grados.
En la escala Celsius el número 0 (cero) corresponde al punto de congelación del agua y el 100 al
de ebullición. Hay 100 divisiones (grados) entre estos dos puntos. Cada grado Celsius (ºC) es
180/100 o 1.8 veces más grande que el grado Fahrenheit. Para convertir de Fahrenheit a Celsius
y viceversa se aplican las siguientes fórmulas:
ºC = (ºF-32) 5/9 (4.8)
ºF = 9/5 ºC + 32 (4.9)
Comparando la escala Kelvin con la Celsius, cada grado de la escala Kelvin (K) es exactamente
del mismo tamaño que grado Celsius y la temperatura de 0 K es de –273 ºC. Para convertir de ºC
a K simplemente se le suma 273 a la temperatura en Celsius.

Figura 4.11. Comparación de


escalas Kelvin (K) Celsius (°C)
y Fahrenheit (°F). Adaptado de
Ahrens (1999).

Agrometeorología – Unidad IV 14
5.2. Instrumentos
Los instrumentos destinados a medir la temperatura se denominan termómetros, los más
comunes son los de tubo de vidrio, cuyo elemento sensible puede ser mercurio o alcohol. El
principio de funcionamiento es la expansión o contracción de estos líquidos a lo largo de un capilar
de vidrio. Los tipos de termómetros más comúnmente utilizados son:
Termómetro común de mercurio: se utiliza para medir la temperatura instantánea.
Termómetro de máxima: se utiliza para medir la temperatura máxima. El elemento
sensible es el mercurio, el cual se expande al aumentar la temperatura y asciende en el
capilar, consta de un estrechamiento en la base del mismo, que impide que el mercurio se
desplace hacia el bulbo cuando desciende la temperatura, de esta forma queda indicando la
máxima (Figura 4.12 a).
Termómetro de mínima: permite medir la temperatura mínima. El elemento sensible
generalmente es el alcohol, ya que se congela a –130 ºC, comparado con –39 ºC para el
mercurio. Dentro del tubo con alcohol, se desplaza un índice, que al descender la
temperatura es arrastrado por el menisco de la columna de alcohol; de esta manera queda
indicando la mínima (Figura 4.12 b).

Figura 4.12. Termómetros de (a) máxima y (b) mínima en tubo de vidrio.

Termómetros de termocuplas: las termocuplas están formadas por dos alambres de


diferentes metales unidos en dos puntos. La diferencia de temperatura entre las dos
uniones genera una diferencia de voltaje que es proporcional al cambio de temperatura.
Medición del voltaje y una calibración entre temperatura y voltaje permite medir la
temperatura. El voltaje puede leerse en un voltímetro o ser registrado en un “datalogger”,
que permite registrar largas series de datos y constituye una pieza clave en las estaciones
meteorológicas automatizadas. En la Figura 4.13 se muestra un termómetro de termocupla.

Figura 4.13. Termómetro de


termocupla.

Termómetros de resistencia de platino: se basan en los efectos de la temperatura sobre


la resistencia a una corriente eléctrica generada por una batería, este es otro principio
usado en termógrafos de alta precisión.

Agrometeorología – Unidad IV 15
Termómetros bimetálicos: consisten en dos cintas de metales unidos. Se emplean pares
de metales de diferente tasa de expansión con temperatura, de modo que al subir o bajar la
temperatura, uno se expande o contrae más que el otro y la cinta se deforma. Esta
deformación se amplifica en un sistema de poleas y una aguja indica la temperatura sobre
una escala. Alternativamente, la aguja es una punta con tinta que registra la temperatura
sobre una faja de papel en forma continua, este es el principio de los termógrafos (Figura
4.14).

Figura 4.14. Termógrafo con cinta bimetálica.


Dado que la temperatura varía con la altura, la ubicación de los termómetros en estaciones
meteorológicas de distinto tipo está estandarizada, lo común es ubicarlos a 1.5 m por encima de la
superficie. También es importante que los termómetros no estén expuestos a la radiación directa,
por lo cual son protegidos en abrigos especiales (Figura 4.15).
Los termómetros para medir temperatura del suelo se denominan geotermómetros y poseen los
mismos principios que los de temperatura del aire. En el caso de los termómetros en tubo de vidrio
poseen una prolongación del capilar de acuerdo a la profundidad de medición. En las estaciones
meteorológicas se los ubica a profundidades de 0,05, 0,10, 0,20, 0,30, 0,40, 0,50 y 1 m.

Figura 4.15. Abrigo para termómetros de una (a)


Estación convencional y (b) Estación automática.

Agrometeorología – Unidad IV 16
6. Temperatura y procesos biológicos
6.1. Termoregulación
Los seres vivos dependen de su relación con el ambiente que los rodea para mantener un
adecuado funcionamiento. Se pueden distinguir dos clases de organismos de acuerdo a su
capacidad de regulación térmica: a) Poikilotermos son aquellos cuya temperatura corporal está
casi por completo determinada por la temperatura del ambiente (Figura 4.16 a). A esta clase
pertenecen plantas, artrópodos, peces y reptiles, b) Homeotermos son aquellos capaces de
mantener dentro de ciertos límites, una temperatura corporal casi constante e independiente del
ambiente (Figura 4.16 a). Los mecanismos fisiológicos que permiten esta respuesta involucran la
regulación de la producción de calor metabólico y la pérdida de calor por radiación, convección y
conducción. A esta categoría pertenecen casi todos los mamíferos y aves.
Los organismos poikilotermos casi no gastan energía metabólica en termorregulación y así su tasa
metabólica es una función de la temperatura (Figura 4.16 b). Esta función es exponencial, de
acuerdo a la regla de Van’t Hoff que dice que la tasa de reacciones bioquímicas se duplica por
cada incremento de temperatura de 10 ºC. Sobre el mismo rango de temperatura, un organismo
homeotermo mantiene su temperatura constante. El costo a pagar por esta “independencia
térmica” es un aumento lineal de la tasa de metabolismo con la disminución de la temperatura. Por
sobre una cierta temperatura, el costo metabólico para el mantenimiento de la temperatura
corporal es mínimo (Figura 4.16 b). Es interesante que la intersección de esta línea con el eje x,
correspondiente a una tasa metabólica similar a cero, sea cercana a la temperatura corporal del
animal.

Figura 4.16. Efecto de la temperatura del aire sobre la (a) temperatura corporal y (b) la tasa
metabólica para organismos homeotermos y poikilotermos.

Regulación de la temperatura en homeotermos


La regulación térmica depende de factores de comportamiento, fisiológicos, y morfológicos.
Los animales recurren a movimientos y cambios de postura, por ejemplo, para aliviar los
efectos de las temperaturas extremas. Una comparación de lechones recién nacidos en un
ambiente frío (15 ºC) o cálido (35 ºC) muestra que, en el primer caso los animales se agrupan en
un rincón, se acurrucan y cubren sus hocicos. De este modo, reducen la superficie de intercambio
de calor y conservan mejor el calor metabólico del grupo. Los mismos animales en el ambiente
más cálido se dispersan en el espacio disponible y adoptan una postura más distendida,

Agrometeorología – Unidad IV 17
exponiendo una mayor superficie corporal al intercambio de energía (Figura 4.17). Los animales
también pueden regular su tasa de consumo de alimentos como una forma de contribuir al
balance térmico.
Los cambios fisiológicos asociados con el balance energético de los homeotermos son múltiples
y complejos e incluyen mecanismos tales como dilatación / contracción de vasos sanguíneos,
variación de actividad cardíaca, tasa de transpiración, erección de una capa aislante, e.g. plumas
o pelos.
La relación área / volumen es un determinante importante en el intercambio de calor, y por ende
del balance térmico de los animales. Por ejemplo, el mantenimiento de una temperatura corporal
estable requiere 33 J por Kg de masa corporal en un elefante (baja relación área/volumen)
comparado con los 837 J por Kg de masa en el caso de un ratón. Así características
morfológicas que varíen la relación área/volumen son factores importantes en adaptación de los
animales a ambientes particulares.

Figura 4.17. Respuesta de lechones a ambientes contrastantes (a) 15 ºC y (b) 35 ºC (Mount,


1968).

Regulación de la temperatura en vegetales


Las plantas son poikilotermos porque su temperatura está determinada por el ambiente y por lo
tanto expuestas a amplias variaciones de temperatura. La temperatura de la hoja está
determinada por el balance de energía (ecuación 3.40). La energía radiante absorbida por las
hojas incluye la radiación solar y la radiación de onda larga. Una parte de esta energía es emitida
desde las hojas en función de su temperatura y otra parte se disipa como flujo de calor sensible y
latente.
El intercambio convectivo de calor entre la hoja y la atmósfera como así también de otras
propiedades (vapor, CO2), se puede analizar utilizando la analogía con la corriente eléctrica (ley
de Ohm). La relación dada por la ley de Ohm es:

Agrometeorología – Unidad IV 18
Flujo de corriente = Diferencia de potencial / resistencia
De forma similar la transferencia de calor sensible entre la superficie de la hoja y la del aire se
puede escribir como:
QH = Ca (T0 - Ta) / rb (4.10)
donde T0 es la temperatura de la superficie de la hoja, Ta la temperatura del aire , rb la resistencia
de la capa límite laminar adherida a la hoja (ver Figura 3.28) y Ca la capacidad calórica del aire.
Los valores de rb se incrementan con el aumento del tamaño de la hoja, la disminución de la
velocidad del viento (Figura 4.18) y en menor grado con el decrecimiento de las diferencias de
temperatura entre la hoja y el aire. La resistencia es baja para hojas pequeñas y en condiciones
ventosas y muy inestables ya que la capa laminar es delgada y provee poco aislamiento.
Inversamente, hojas grandes y en condiciones de calma tienen resistencia más elevada (Figura
4.18).
La temperatura de la hoja depende del balance de energía total (ecuación 3.40) y se puede
representar según la siguiente expresión:
T0 = Ta + rb / Ca (Q*(hoja) - QE(hoja)) (4.11)
Esta relación es de interés debido a que muestra que:
La temperatura del aire es importante en el establecimiento de la temperatura absoluta de la
hoja.
El ambiente de la hoja es más caliente o más frío que el aire dependiendo de los signos y
las magnitudes relativas de los términos de radiación y evaporación.
Dado que la radiación neta es normalmente positiva y más grande que la evaporación de
día, T0 es mayor que Ta. Por la noche la pérdida radiativa es normalmente mayor que el
calor perdido para la formación de rocío o usado en evaporación y entonces T0 es menor
que Ta.
La resistencia de la capa límite laminar (rb) es muy importante en el control de la influencia
de Q*(hoja) y QE(hoja) sobre T0. Si rb es pequeña la temperatura de la hoja está cercana a la del
aire y cualquier efecto térmico de Q*(hoja) o QE(hoja) son rápidamente difundidos en el aire. Si
rb es grande el efecto térmico de Q*(hoja) y QE de la hoja son importantes para generar
diferencias de temperatura entre la hoja y el aire.

Figura 4.18.
Resistencia de la capa
límite en función de la
velocidad del viento
para diferentes
tamaños de hojas. 1.
d=100 cm. 2. d=20 cm.
3.d=5 cm. 4.d= 0,1 cm.

Agrometeorología – Unidad IV 19
La transpiración es un importante regulador de la temperatura de la hoja, el efecto de enfriamiento
causado por la transpiración está determinado por las diferencias de presión de vapor entre la
hoja y el aire y por la resistencia a la difusión de vapor, conformada por la resistencia de la capa
límite laminar y por la resistencia estomática (recordar Figura 3.28). Al aumentar las resistencias al
transporte de vapor de agua aumenta la temperatura de la hoja (Figura 4.19) debido a que se
reduce el flujo de vapor y con ello su efecto refrigerante.

Figura 4.19. Temperatura de la


hoja en función de la resistencia de
la capa límite para diferentes
valores de resistencia estomática.

6.2. Efecto de la temperatura en el crecimiento y desarrollo vegetal


En el ciclo de vida de una célula, órgano, planta o cultivo transcurren dos tipos de procesos
simultáneos e interdependientes: el crecimiento y el desarrollo. El crecimiento involucra
aumento de tamaño (área, volumen, masa) mientras que el desarrollo es la sucesión progresiva
de estadíos diferenciados fisiológica y/o morfológicamente. Por ejemplo, desde su iniciación en un
meristema, una hoja pasa por una serie de estadíos bien diferenciados fisiológicamente. En un
principio, la capacidad fotosintética de la hoja es baja en relación de los requerimientos del
crecimiento, para el cual depende de la importación de carbono de hojas más viejas. En contraste
una hoja completamente desarrollada es una exportadora neta de carbono. Hacia el final de su
ciclo, la hoja entra en un proceso de senescencia que involucra la degradación ordenada de las
estructuras que la constituyen (cloroplastos, membranas) y la movilización a otros órganos de
nutrientes liberados en este proceso (nitrógeno). Del mismo modo que con la hoja, estructuras a
niveles de organización menores (células) y mayores (planta entera) tienen patrones de desarrollo
y crecimiento típicos los cuales están estrechamente relacionados.
Ambos procesos, crecimiento y desarrollo, se encuentran bajo control genético y están modulados
por factores ambientales. Consecuentemente, el patrón de crecimiento y de desarrollo fenológico
de un cultivo pueden variar entre cultivares de una especie y, para una variedad dada, con las
condiciones ambientales.
La temperatura es uno de los factores más importantes que controlan el crecimiento, desarrollo y
rendimiento de los cultivos. Bajo condiciones favorables de luz y de humedad, el crecimiento de
las plantas puede cesar cuando la temperatura cae por debajo de cierto valor mínimo o excede

Agrometeorología – Unidad IV 20
por encima un determinado valor máximo. Entre estos dos límites hay un óptimo de temperatura
en el cual se produce la máxima tasa de crecimiento. Estos tres puntos se denominan
temperaturas cardinales. Los valores típicos para cultivos de estación fría, como los cereales de
invierno, son temperaturas mínimas de 0 a 5 ºC, óptimas entre 21 y 31 ºC y máximas de 31 a 37
ºC. Para cultivos de estación cálida, tales como el sorgo y el melón, la temperatura mínima está
entre 15 y 18 ºC, la óptima entre 31 y 37 ºC y la máxima de 44 a 50 ºC.
La fotosíntesis es uno de los procesos más importantes del crecimiento que está influenciado por
la temperatura. En la Figura 4.20 se muestra el efecto de la temperatura sobre la fotosíntesis neta
en una especie C3. Las especies C4 muestran una mayor respuesta a la temperatura y valores
óptimos más elevados. La etapa de la fotosíntesis afectada por la temperatura es la
correspondiente a la fijación de CO2 que está controlada enzimáticamente. La etapa fotoquímica
es independiente de la temperatura.

Figura 4.20. Fotosíntesis neta en


función de la temperatura en hojas de
-2
trigo expuestas a 260 W m de
radiación fotosintéticamente activa.
Adaptado de Milthorpe y Moorby
(1982).

La temperatura tiene una marcada influencia sobre el desarrollo de los cultivos durante todo su
ciclo ontogénico. A medida que avanza el desarrollo va pasando por una serie de estados
fenológicos o fenoestados, representados por la aparición, transformación o desaparición de los
órganos de una planta. Ejemplos de fenoestados de un cultivo de grano son: siembra,
emergencia, iniciación floral, antesis y madurez fisiológica. Dos fenoestados delimitan una fase
fenológica. Así hablamos, por ejemplo, de la fase siembra–emergencia, antesis–madurez, o
siembra–madurez. La duración de una fase, habitualmente medida en días, depende de la
temperatura. Normalmente, la relación entre duración de una fase y la temperatura no es lineal
(Figura 4.21 a). Por este motivo, se prefiere caracterizar la duración de una fase a través de su
inversa (Figura 4.21 b). Esta función inversa de la duración se llama tasa de desarrollo, y su
unidad es día-1. La linealización que surge de usar la tasa de desarrollo permite definir las tres
temperaturas cardinales (Figura 4.21 b). La temperatura base (Tb) es la temperatura mínima
requerida para el desarrollo, por debajo de la cual la tasa es cero. La tasa de desarrollo aumenta
linealmente con temperaturas entre Tb y temperatura óptima (To) y vuelve a declinar –más o
menos linealmente – en el rango entre To y Tm, esta última es la temperatura máxima para el
desarrollo. Si la temperatura ambiente es inferior a Tb o superior a Tm, el desarrollo prácticamente
se detiene aunque la planta puede sobrevivir períodos variables de exposición a temperaturas
varios grados por debajo de Tb o por encima de Tm.

Agrometeorología – Unidad IV 21
Figura 4.21. Respuesta idealizada a la temperatura de a. duración de una fase fenológica y de
b. su inversa, la tasa de desarrollo. Adaptado de Sadras et al. (2002).
Para ilustrar la importancia agronómica de estos conceptos, se presentan en el Cuadro 4.2 las
temperaturas base para la fase siembra-emergencia de una serie de cultivos. Puede verse una
notable diferencia entre cultivos invernales y estivales. Los valores en el Cuadro 4.2 se deben
tomar como orientativos, más que como “constantes específicas”. En efecto, existen diferencias
intraespecíficas importantes e incluso diferencias que dependen del método de cálculo utilizado.
Valores de Tb son, por ejemplo, normalmente mayores cuando se determinan en experimentos de
fecha de siembra que cuando se determinan en ambientes controlados.

Especie Tb (ºC) Tiempo térmico (ºC día)


Trigo 2,6 78
Cebada 2,6 79
Avena 2,2 91
Lenteja 1,4 110
Soja 9,9 71
Maíz 9,8 61
Girasol 7,9 67

Cuadro 4.2. Temperatura base (Tb) y tiempo térmico para la fase siembra-
emergencia de una serie de especies cultivadas. Adaptado de Angus et al.
(1981), citado por Sadras et al. (2002).

Se han desarrollado modelos cuantitativos para estimar la duración de distintas fases fenológicas.
Los modelos más sencillos, limitados para su aplicación al intervalo de temperaturas entre Tb y
To, utilizan el concepto de tiempo térmico definido como la sumatoria de la diferencia entre la
temperatura media diaria (T) y la temperatura base correspondiente a la fase:
Tiempo térmico = ∑(T - Tb) (4.12)
Nótese que T se refiere a temperatura del aire o del suelo según corresponda a procesos que
afecten la parte del área o subterránea del cultivo. Retomando el ejemplo de la fase siembra-
emergencia, la tercera columna del Cuadro 4.2 muestra el tiempo térmico requerido para

Agrometeorología – Unidad IV 22
completar dicha fase para una serie de cultivos. Este modelo predice que la emergencia de un
cultivo de soja ocurrirá 14 días después de la siembra si la temperatura es de 15 0C. Como se
discutió anteriormente, existe una considerable variabilidad intraespecífica para el desarrollo
fenológico por lo cual los parámetros de estos modelos (Tb, tiempo térmico requerido para cumplir
la fase) pueden variar entre cultivares. También se debe tener en cuenta al utilizar un modelo de
este tipo que existen supuestos que limitan su aplicación. Algunos de estos supuestos son
explícitos como la condición Tm ≥T≥ Tb discutida antes, y otros implícitos que deben ser juzgados
en cada caso. Un importante supuesto en el caso ilustrado para la emergencia, es que el agua es
suficiente y no excesiva para la imbibición de la semilla, su germinación y crecimiento inicial de la
plántula. Finalmente, notemos que el concepto de tiempo térmico, aunque útil para el análisis
cuantitativo de las respuestas de las plantas a la temperatura, no tiene un fundamento biológico
probado, las plantas no responden al tiempo térmico sino a las condiciones térmicas a las que se
hayan expuestas en cada momento de su ciclo.
Otro requerimiento que deben satisfacer algunas plantas para cumplir con su desarrollo es pasar
por un período de frío, que se satisface con temperaturas entre aproximadamente –2 y 10 ºC.
Estas condiciones se dan naturalmente en algunas regiones debido a las fluctuaciones
estacionales de la temperatura, especialmente en las altas latitudes. Estas fluctuaciones
interactúan con el fotoperíodo controlando por ejemplo la floración de algunas especies sensibles
a estos factores. Por ejemplo, variedades de trigo invernales deben pasar varios meses con bajas
temperaturas para florecer, si se siembran en primavera, permanecen vegetativos por no tener
satisfechos los requerimientos de frío. Las variedades primaverales, en cambio, no tienen o es
mínimo el requerimiento de frío. Muchas plantas perennes, tales como los frutales (manzano,
duraznero, cerezo, etc.) también tienen un requerimiento anual de bajas temperaturas para
florecer. Asimismo algunas semillas requieren de un período de bajas temperaturas antes de la
germinación.
El requerimiento de bajas temperaturas se puede satisfacer artificialmente con tratamiento de frío,
lo que se denomina vernalización. En el caso de semillas la vernalización es posible en
embriones en proceso de germinación y aún en embriones que se está desarrollando en la planta
madre. La respuesta al frío también se ha encontrado en estructuras meristemáticas activas del
ápice caulinar y de hojas y raíces. El efecto vernalizante surge de la combinación entre la
temperatura a la que se expone la planta y el tiempo de exposición. Estas condiciones difieren
según la especie, edad, estado de desarrollo de la planta, presencia de agua para la activación de
las enzimas de las semillas y de oxígeno y glúcidos para la respiración.
El fotoperíodo es otro de los factores que tiene fundamental importancia en el desarrollo de los
vegetales y que fue tratado en el punto 3.8.4. d. La disponibilidad de agua y nitrógeno, calidad de
luz, concentración atmosférica de CO2 y radiación solar también pueden afectar el desarrollo de
los cultivos, pero sus efectos son en general mucho menores, en comparación con la temperatura
y el fotoperíodo. En algunos casos, sin embargo, alguno de estos factores puede asumir un rol
fundamental, como lo es el del agua para la fase siembra-emergencia: tanto la escasez de agua,
que no permite la imbibición de la semilla, como el exceso, que inhibe la germinación
indirectamente por la reducción en la concentración de O2 en el suelo pueden ser críticas en esta
fase. Asimismo otra fase crítica para la mayoría de los cultivos de grano con respecto a falta de
agua es alrededor de la floración.

Agrometeorología – Unidad IV 23
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