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Bienes
Derecho
II Semestre
Septiembre, 2022
Animales como “seres sintientes”.
Se ha podido comprobar que los animales son seres capaces de presentar dolor,
susceptibilidad y amor en cuanto a sus sentidos, por lo tanto, es necesario plantear y
considerar en este caso, cuál sería su situación jurídica, si cumplen los requisitos para ser
considerados titulares de derecho y el porqué se entienden como seres sintientes y no solo
como bienes.
El comienzo de la aparición de los animales en las leyes que rigen a Colombia, fue en 1887
en el Código Civil Colombiano, en el cual, están categorizados en partes del derecho
privado que son:
“Muebles son las que pueden transportarse de un lugar a otro, sea moviéndose ellas a sí
mismas como los animales (por eso se llaman semovientes) o sea que sólo se muevan por
fuerza externa, como las cosas inanimadas”.
Por un largo período de tiempo, en el ordenamiento jurídico colombiano, los animales eran
considerados como cosas hasta que ciertos proyectos que se realizaron fueron
sensibilizando esta posición, con el fin de modificar esta declaración que no es interpretada
como correcta. Uno de estos proyectos empieza el 16 de febrero de 2016, cuando Ricardo
María Cañón Prieto, un abogado de la Universidad Externado de Colombia y personero de
Bogotá, interpuso una demanda por inconstitucionalidad del artículo 655 previamente
mencionado. En la demanda, él indica que: “la norma quebranta la Carta Fundamental al
atribuirle a los animales una condición de bien mueble e inmueble por destinación,
desconociendo su condición de ser vivo y titular de derechos, definición de cosa totalmente
extraña al concepto desarrollado por la Corte Constitucional de “Carta Magna Ecológica”,
prevista por el Constituyente de 1991 y los instrumentos internacionales ratificados por
Colombia”.
El demandante afirma en la demanda que los animales deben ser considerados como seres
sintientes no humanos, ya sean domésticos o silvestres, tienen que tener una protección
constitucional al ser considerados parte fundamental del medio ambiente. Luego de esto, la
Corte Constitucional les dio la razón a los demandantes el 6 de enero de 2016 que se
evidencia en la Ley 1774, y gracias a este avance, se ha producido periódicamente la
evolución de la protección animal en Colombia.
En relación a la incertidumbre presentada que pone en duda si los animales son sujetos de
derechos o no, debemos tener en cuenta que solo las personas naturales y jurídicas son
consideradas capaces de contraer obligaciones y de ser sujeto de derechos. Hay una gran
disimilitud en otorgarle derechos a los animales y tanto cuidar como velar por su bienestar.
Por lo tanto, los animales, en diferencia de las personas, no están sujetos a obligarse ni se
pueden obligar, por lo tanto, no son considerados sujetos de derecho.
Los animales deben, en todo caso, recibir protección especial contra el sufrimiento y
el dolor durante el transcurso de esas actividades. En particular siempre y cuando se
eliminen o morigeren en el futuro las conductas especialmente crueles contra los
animales, en un proceso de adecuación entre expresiones culturales y deberes de
protección a la fauna [1].
Que únicamente podrán desarrollarse en aquellos municipios o distritos en los que
las mismas sean manifestación de una tradición regular, periódica e ininterrumpida
y que por tanto su realización responda a cierta periodicidad.
Que solo podrán desarrollarse en aquellas ocasiones en las que usualmente se han
realizado en los respectivos municipios o distritos en que estén autorizadas.
Que sean estas las únicas actividades que pueden ser excepcionadas del
cumplimiento del deber constitucional de protección a los animales.
Que las autoridades municipales en ningún caso podrán destinar dinero público a la
construcción de instalaciones para la realización exclusiva de estas actividades.
En esta sentencia se admite que el Estado no debe ser indiferente al sufrimiento de los
seres sintientes porque, “un Estado social debe buscar, entre otros, el bienestar animal,
por ser éste un elemento connatural al desarrollo del principio de solidaridad, del cual el
constituyente derivó diferentes deberes que se consagran en variadas partes de la
Constitución. (…) Esto por cuanto los animales son seres sentientes y por tanto el
comportamiento del ser humano hacia ellos debe ser un comportamiento digno, siendo
un límite no causar sufrimiento o dolor a seres no humanos, en determinadas
circunstancias”.
Se puede concluir con esta sentencia, que los animales no pueden ser considerados ni
tratados como objetos, sino como seres sintientes que deben ser protegidos y cuidados.
Los bienes baldíos o terrenos baldíos son aquellos que estando dentro del territorio de la
nación, de la república de Colombia, no le pertenecen a ninguna persona. Por ende, son
propiedad de la nación, tal como lo dice el artículo 657 del Código Civil Colombiano:
Art. 657: “Son bienes de la Unión todas las tierras que estando situadas dentro de los
límites territoriales carecen de otro dueño”.
Los bienes fiscales son aquellos bienes que poseen las entidades de derecho público y sobre
las cuales ejercen dominio pleno, lo que las hace equivalentes al patrimonio, bienes,
recursos, derechos o acciones de propiedad de entidades públicas como nación,
departamentos y municipios, utilizadas especialmente para el cumplimiento y el desarrollo
de las funciones que les asigna la ley, como sucede con los edificios destinados a la función
de cualquiera de las ramas del poder público. Así como los órganos autónomos e
independientes, dineros o disposiciones de las tesorerías, los impuestos, las multas y los
recursos del presupuesto y los demás bienes que pertenecen al estado y que actualmente, no
prestan ningún servicio público.
En los bienes fiscales propiamente dichos, encontramos los enajenables, estos están
sometidos a un régimen especial. Su enajenamiento está sometido a unos requisitos
establecidos por la ley en códigos o estatutos fiscales de las entidades territoriales. Entre
estos requisitos podemos encontrar la subasta pública, cuando la venta sea a través de las
operaciones de martillo y elevados a escritura pública, cuando los bienes en cabeza de las
entidades públicas no tengan vocación para la construcción de vivienda de interés social.
Durante los últimos años, los bienes baldíos están destinados a la reforma agraria. Los
bienes baldíos en Colombia se han constituido en el principal insumo para promover el
acceso progresivo a la propiedad rural por parte del campesinado pobre. Colombia
paulatinamente abandonó la idea de una reforma agraria redistributiva que permitiera
desincentivar el latifundio, y coger esas tierras concentradas en pocas manos para
entregarlas a campesinos pobres. Y en su lugar, lo que ha destinado son las llamadas
“tierras públicas”, esas tierras no tienen ningún dueño particular, no hay un derecho de
propiedad pleno sobre ellas, puede que en algunas personas las estén explotando e incluso
viven en ellas, pero nunca hubo una decisión explícita del Estado de entregar la propiedad
sobre esa tierra a una persona en particular. Hoy en día, alguno de esos predios está en
manos de personas que no son sujeto de reforma agraria, ya sea porque a través de distintas
figuras lograron acumular esas tierras a su favor sin cumplir los requisitos de la reforma
agraria. Otros de esos predios están siendo explotados y habitados de facto por sujetos de
reforma agraria potenciales, como campesinado pobre, pueblos indígenas y por
comunidades afrodescendientes.
El papel central de los bienes baldíos es lograr la reforma agraria, lograr una mayor equidad
e igualdad en la distribución de las tierras que el campesinado y los sujetos de reforma
agraria puedan tener propiedad sobre ellos, para que luego puedan ser insertados al
mercado de tierras. Uno de los mayores obstáculos para ingresar al mercado de tierras, es la
falta de títulos claros de propiedad sobre esos terrenos, porque de ahí se desprende el
acceso a la infraestructura, el acceso a créditos y toda la oferta estatal que permite que los
predios se muevan dentro del mercado de tierras y que se estén produciendo dentro de ese
mercado, por lo tanto, el papel central mencionado anteriormente, no solamente es una
cuestión de justicia social, de generar unas condiciones dignas de vida para muchas
comunidades rurales que carecen de esta tierra para su subsistencia, sino también para
dinamizar una función productiva del mercado de tierras, a través del acceso a créditos,
infraestructura, proyectos productivos y toda la oferta estatal que permita impulsar la
producción y la explotación de esos suelos.
¿Es posible usar estos terrenos para ejecutar proyectos educativos, como lo propone el
actual presidente de la República, Gustavo Petro?
Las expropiaciones, es una figura que existe en el derecho colombiano desde la reforma de
la ley 200 de 1936. Luego, fue confirmada en la constitución del 91 donde ha sido
desarrollada por las leyes subsecuentes, como la Ley 160 de 1994 que es la que rige
actualmente en materia agraria.
https://www.ambitojuridico.com/noticias/civil-y-familia/los-animales-cosas-seres-
sintientes-sujetos-de-derechos
https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/C-343-17.htm#:~:text=En%20adici
%C3%B3n%20a%20ello%2C%20la,su%20condici%C3%B3n%20de%20bienes%20jur
%C3%ADdicos.
https://www.redjurista.com/Documents/
corte_constitucional,_sentencia_de_control_de_constitucionalidad_no._283_de_2014.aspx
#/
https://www.ambitojuridico.com/noticias/general/administracion-publica/asi-fue-el-intenso-
debate-sobre-la-denominacion-legal-de
https://www.youtube.com/watch?v=wJLd7c85jZE&ab_channel=Dejusticia
https://www.youtube.com/watch?
v=A9XAIWqHSxc&ab_channel=UniversidadNacionaldeColombia%7C%40Televisi
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