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En japonés, la palabra «misión» (shimei) se escribe con dos ideogramas que significan
«emplear la propia vida». Cada uno de ustedes es una persona de misión, que ha
nacido en este mundo para contribuir a la paz y al bienestar de toda la humanidad en el
siglo XXI."
-- D.Ikeda
Tal como lo veo, los jóvenes atraviesan una etapa de identificación con el grupo, que
muchas veces tiende a unificar, a uniformizar, a empobrecer la variedad y las
características diferenciales, debiéndose uno identificarse a menudo el "jefe de la
manada", despreciando las propias características en pro del grupo. La aceptación al
grupo normalmente va en detrimento del proprio. Esto no debería darse, y en las
familias y escuelas debería hacerse hincapié en transformar estas reglas de
comportamiento grupal. Hay que apoyar a los jóvenes a ser protagonistas de la alegría,
a autoconocerse, y a valorarse, así como valorar el mundo que nos rodea.
Tsunetsaburo Makiguchi
Durante buena parte de su vida, la preocupación central de Makiguchi, el primer
presidente y creador de la Soka Gakkai, fue la reforma del sistema educativo que, en
su experiencia docente, desalentaba el pensamiento autónomo y recortaba el
crecimiento y la capacidad creativa de los estudiantes. Creía que la razón de ser de la
educación no era servir unicamente a las necesidades del Estado o del sistema social,
sino a la felicidad de los alumnos. Felicidad, que consiste en realizar el potencial
humano del individuo, a través de la creación de valores de diferente naturaleza:
materiales, éticos y estéticos. La felicidad a la que se refiere Makiguchi es por lo tanto
una felicidad pragmática, que emerge de la capacidad del individuo de saber
involucrarse totalmente en los asuntos humanos, propios, de los otros y de la
comunidad. Este tipo de felicidad puede enseñarse, no es algo inalcanzable, es la
búsqueda incesante de un bienestar vivido subjetivamente, que puede satisfacer
las necesidades básicas de la vida, pero en la búsqueda incesante de soluciones a
los problemas de la sociedad.
Sus ideas sobre la enseñanza y su teoría de la creación de valor (=soka), pilar de su
enfoque pedagógico, fueron desarrolladas en su obra "El sistema pedagógico de la
creación de valores", de 1930. Las proposiciones allí enunciadas contradecían por
completo la lógica del gobierno militar, que se valía de la educación para moldear
súbditos obedientes al Estado. Para él, la educación era para la felicidad de los niños;
era un medio por el cual los niños podían abrir sus mentes e interactuar creativamente
con su medio ambiente, en lugar de servir como una herramienta para moldear un dócil
y población obediente.
Según Makiguchi, la máxima responsabilidad de una pedagogía, que promueve la
formación humana con la felicidad como objetivo, es la de centrarse en el
conocimiento del sujeto mismo que conoce, destacando la importancia del
autoconocimiento para el conocimiento, favoreciendo cambios significativos en la
vida del sujeto, obteniendo beneficios para uno y para los demás, propios y para la
colectividad. Esto equivale a que el conocimiento objetivo, en el sentido de desarrollo
exclusivo de habilidades y capacidad cognitiva, es un conocimiento parcial.
Edgar Morin
Edgar Morin, (París, 1921) Sociólogo y antropólogo francés, en uno de sus escritos,
destaca en primer lugar que hoy en día ya no es tan importante tener una mente llena
de información, ya que estas últimas nos han hecho perder un poco de conocimiento,
que a su vez había sido exaltado a expensas de la sabiduría.
El Sutra del loto hay varias histórias y parábolas entre el padre y los hijos, y en
ocasiones el padre hace uso de un "Medio Hábil" más bien radical, fuerte, para
desencadenar una reacción, una acción determinada en el o los hijos. Esto es, en
general alienta a la acción, a la práctica y a algún tipo de esfuerzo.
La parábola describe a un médico excelente que tiene una gran cantidad de hijos. Un
día, mientras está fuera de casa, por error, los hijos beben un veneno. Al retornar y
encontrarlos retorciéndose en el suelo, sufriendo horriblemente, prepara rápidamente
un antídoto para ellos, una medicina que posee excelente color, fragancia y sabor.
Algunos de los hijos toman la medicina y se curan instantáneamente, pero, otros, los
que están peor, con su razonamiento distorsionado por efectos del veneno, la rechazan
a pesar de su gran dolor. El padre, en consecuencia, concibe un medio para inducirlos
a tomar la medicina. Diciéndoles, “Dejaré esta medicina aquí”, él se va a otras tierras.
Desde allí él envía a un mensajero, quien informa a los niños que su padre ha muerto.
Desconsolados, ellos vuelven a sus sentidos, toman la medicina que su padre les había
dejado, y se curan inmediatamente. Con eso, su padre regresa.
-- Shakyamuni explica que el Buda es como este médico: si siempre estuviese presente
en el mundo, la gente comenzaría a dejar de apreciarlo y ya no buscarían más su
enseñanza. Por consiguiente, si bien la vida del Buda es eterna, él utiliza su muerte
como un medio para hacer surgir en las personas la aspiración por la iluminación.
Supóngase, dice él, que hay un hombre muy rico que tiene muchos hijos. Un día,
súbitamente, estalla un incendio en su espaciosa pero deteriorada casa, y sus hijos,
totalmente absortos en sus juegos, no saben que la casa está en llamas e ignoran sus
gritos de advertencia. Por consiguiente, él recurre a un medio hábil para inducirlos a
salir de la casa en llamas. Él les grita que afuera tiene tres carruajes que ellos han
querido desde hace mucho tiempo: un carruaje tirado por un carnero, otro tirado por un
ciervo, y un tercero tirado por un buey. Entonces ellos salen corriendo inmediatamente
para recibir sus regalos. Habiéndolos persuadido de esta manera hacia la seguridad, el
hombre rico les da a cada uno de sus hijos un carruaje, pero no uno de las tres clases
que les había prometido, sino que les da a cada hijo un carruaje mucho más bello,
adornado con numerosas joyas y tirado por un buey blanco.
Algo parecido ocurre hoy con nuestro consumo en busca de comodidad, placer y
riqueza, y cómo nuestro planeta ahora literalmente se está calentando y, en muchos
lugares, realmente se está quemando. Y, sin embargo, continuamos como de
costumbre, como si no nos diéramos cuenta de lo que está pasando.
>> La Parábola de las Tres Clases de Hierbas Medicinales y las Clases de Arboles:
El Buda Shakyamuni relata esta parábola en el capítulo “La parábola de las hierbas
medicinales” (quinto del S.L), para reiterar que el verdadero propósito del Buda es la
revelación del único vehículo de la Budeidad, pero que, debido a las diferentes
capacidades de las personas, cada uno lo entiende de manera diferente.
En la parábola, una gran nube envuelve el mundo y hace caer una lluvia que da vida
por igual a todos los pastos, flores, árboles, y hierbas medicinales. No obstante,
aunque la lluvia que cae sobre ellos es la misma, las plantas, árboles y las hierbas
medicinales absorben la humedad de manera diferente y crecen hasta alturas variadas
de acuerdo con su naturaleza individual.
De manera similar, el Buda expone imparcialmente sólo el único vehículo de la
Budeidad para todas las personas, pero estas lo entienden y se benefician de él de
manera diferente, de acuerdo con sus respectivas capacidades.