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Delincuencia juvenil

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Este aviso fue puesto el 21 de septiembre de 2017.

La delincuencia juvenil comprende, desde el punto de vista jurídico, las


conductas tipificadas como delitos en el Código Penal, cometidas por menores
de edad. La definición de minoría de edad varía de un país a otro, en general
jóvenes mayores de 14 años y menores de 18. En Estados Unidos la
delincuencia juvenil se define como un acto criminal cometido por un niño
menor de 18 años.1
El tratamiento judicial de la delincuencia juvenil tradicionalmente ha tenido un
carácter especial. En tiempos de los romanos, por ejemplo, la responsabilidad
penal asociada a estos delitos se veía atenuada. 2 Más recientemente,
la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 de la ONU (el tratado de
derechos humanos más ratificado de la historia) configura un marco de
protección especial debido a la vulnerabilidad y necesidad de especial
protección y cuidado de los menores, prohibiendo, por ejemplo, la aplicación de
la pena de muerte a los mismos.3 En esta línea, la mayoría de los sistemas
jurídicos, utilizan órganos judiciales ad hoc, como los tribunales de menores,
prevén determinadas especialidades procesales para su enjuiciamiento, y
cuentan con medios coercitivos específicos para su represión, como los centros
juveniles de detención.
Se han desarrollado diferentes teorías explicativas del fenómeno, los factores
de riesgo y de protección, características diferenciales entre la delincuencia
juvenil masculina y femenina y, por último, la influencia de los medios de
comunicación en la percepción que tiene la sociedad sobre la delincuencia
juvenil. Los delitos juveniles suelen recibir gran atención de los medios de
comunicación y políticos. Esto es así porque el nivel y los tipos de crímenes
juveniles pueden ser utilizados por los analistas y los medios como un indicador
del estado general de la moral y el orden público en un país y, en
consecuencia, pueden ser fuente de alarma y de pánico moral.4
Como la mayoría de los tipos de delitos, los crímenes cometidos por jóvenes se
han incrementado desde mediados del siglo XX. Por otra parte, una parte de
los crímenes juveniles puede asociarse a problemas psicológicos como
la esquizofrenia, trastornos conductistas/mentales, estrés postraumático,
trastorno de conducta o trastorno bipolar, El desempleo es otra variable de la
delincuencia juvenil combinado con pobreza, hacinamiento, desigualdad social,
etc.5

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