Reconocer la influencia de los factores de riesgo vascular en el desarrollo
de enfermedad cardiovascular. Conocer los objetivos terapéuticos de cada factor de riesgo. Conocer la influencia de la dieta en la modificación de los factores de riesgo. Identificar estrategias de hábitos de vida saludable para mejorar la salud cardiovascular.
Competencia 2. La importancia de la prevención en las enfermedades
cardiovasculares
Hay seis pilares fundamentales sobre los que podemos actuar:
Evitar el sedentarismo. Se recomienda practicar, como mínimo, 150
minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de actividad intensa.
Controlar los niveles de colesterol. El colesterol sobrante se deposita
en la pared de la arteria y contribuye a su progresivo estrechamiento. Para controlar estos niveles, además de hacer actividad física, debemos seguir una alimentación rica en verduras, hortalizas, fruta y pescado.
Peso. También es clave vigilar nuestro peso, ya que la obesidad es un
factor de riesgo importante que además, está relacionado con otros factores de riesgo y enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial. La obesidad abdominal es la que más se asocia con riesgo de IAM. Se recomienda que los hombres deben mantener su cintura por debajo de los 102 cm. de perímetro y las mujeres por debajo de 88 cm.
Tensión arterial. Si una persona es hipertensa, resulta fundamental
vigilar su presión arterial para que no supere las cifras recomendadas (13/80mmHg).
Diabetes mellitus: la hemoglobina glicosilada, debe estar por debajo del
7%. Tabaquismo. El tabaco acelera la ateroesclerosis. De ahí la importancia de mantenernos alejados del tabaco o intentar dejar de fumar si somos fumadores.
En personas que ya han sufrido un primer infarto de miocardio, los objetivos de
control de estos parámetros son más estrictos y todas estas cifras deben estar más bajas.
La conclusión es que el 80% del riesgo de infarto se puede eliminar solo dejando de fumar, con ejercicio físico regular y una dieta sana rica en frutas y verduras.
También es importante hacerse revisiones periódicas marcadas por el
especialista, ya que en caso de que se detecte un factor de riesgo alterado, casi siempre es posible actuar para corregirlo y contrarrestar el riesgo cardiovascular.