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Aunque el territorio representa el espacio en que tienen vigencia las normas que el
estado crea o reconoce, hay que advertir que el poder de este no se ejerce
directamente sobre dicho espacio si no a través de las personas que integran la
población estatal. El dominio implica la idea de un poder jurídico sobre una cosa,
el imperio es en cambio potestad de mando que se ejerce siempre sobre las
personas, por esto se dice que la dominación territorial no puede concebirse
independientemente de la autoridad sobre los súbditos, el territorio es
simplemente la base real del ejercicio del imperium, otro atributo del territorio es la
indivisibilidad este es a veces quebrantado en virtud de un acuerdo internacional,
a consecuencia de una guerra o por razones de índole de cesión voluntaria,
rectificación de fronteras entre otros. Los atributos de impenetrabilidad e
indivisibilidad no deben entenderse en sentido material si no puramente normativo,
de hecho, el ámbito del ejercicio del imperium es penetrable y divisible lo que
quiere expresarse es que el territorio no debe dividirse ni penetrarse.
La población está constituida por los seres humanos que pertenecen a un Estado.
Desde un punto de vista jurídico tradicional, se dice que la población puede ser
considerada como objeto o como sujeto de la actividad del Estado. En cuanto
objeto, los seres humanos que integran la población se hallan sometidos a la
autoridad política del Estado (son súbditos), y como sujetos, son ciudadanos que
participan en la formación de la voluntad del Estado, son miembros de la
comunidad política en un plano de coordinación. El anterior punto de vista
tradicional no puede en su totalidad sostenerse en términos democráticos. Son las
personas que integran la población, el fundamento y el fin de cualquier institución
pública. Las personas que integran un Estado cuentan con derechos humanos que
son previos y anteriores al mismo, y éste sólo los reconoce en sus Constituciones.
La legitimidad del Estado y del derecho se mide por el respeto y garantía plena de
los derechos fundamentales de las personas. En las personas que integran el
Estado reside la soberanía y todo poder público dimana del pueblo y se instituye
para el beneficio de éste, además de que el pueblo tiene en todo tiempo el
derecho inalienable de alterar o modificar la forma de su gobierno, tal como lo
establece el artículo 39 de nuestra Constitución. Lo anterior significa que la
autoridad del Estado no puede ser arbitraria, que el Estado se debe a las
personas, porque su autoridad y legitimidad nace y se origina en cada uno de los
miembros del Estado. Los derechos humanos son patrimonio de todas las
personas, estén o no previstos en el orden jurídico, y suelen ser entendidos como
un conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histórico,
concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humanas, las
cuales deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos jurídicos a
nivel nacional e internacional. En cambio, la noción de derechos fundamentales se
refiere a aquéllos derechos humanos garantizados por el ordenamiento jurídico
positivo, principalmente en las normas constitucionales, y suelen gozar de una
tutela reforzada.
El poder
Este es la voluntad bajo la cual se encuentra toda Sociedad, este puede ser poder
simple o no coactivo y coactivo.
La Soberanía