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UNIVERSIDADE FEDERAL DO RIO DE JANEIRO

Centro de Letras e Artes - CLA


Faculdade de Letras – FL
Cursos de Línguas Abertos à Comunidade - CLAC

Aluno: ___________________________________________________________________________________
Profesora-orientadora: Mercedes Sebold Fecha: _____________
Profesor: Jean Carlos da Silva Gomes Grupo: _____________

Primera Evaluación Escrita


(Español V)

PARTE I: COMPRENSIÓN DE LECTURA (50 PUNTOS)

La era de los ofendidos


¿La exigencia del presidente de méxico es parte de la
indignación que caracteriza a la era de lo políticamente
correcto, revela la persistencia de un complejo de
inferioridad, o se trata sólo de una táctica de distracción
política más a la vieja usanza?

La carta que hizo Andrés Manuel López


Obrador al rey de España y al Vaticano exigiendo una
disculpa por la Conquista y sus violaciones de derechos
ha generado obviamente enorme polémica,
ridiculización y una (cada vez más) creciente polarización.
Es cierto que la Conquista de América fue un acto de usurpación, masacre (aunque gran parte de ésta
fue por enfermedades contagiosas) y demás cosas que hoy calificaríamos como violaciones a los derechos
humanos. Por otro lado, es cierto que la doctrina cristiana fue usada como justificación de la Conquista -con el
fin de evangelizar-, pero también es cierto que las diferentes órdenes cristianas presentes en la Nueva España
fueron fundamentales en mejorar las condiciones de vida de la población indígena y participaron en el
movimiento de Independencia de manera central, incluso subvirtiendo a la población indígena y mestiza para
que se enfrentaran a los peninsulares.
El periodista español David Jiménez, escribiendo para el New York Times en español, considera que
España tiene una especie de deuda histórica: debería resignificar la forma en la que conmemora su día nacional
y cómo educa en sus escuelas en torno a lo que a veces es considerado una gesta heroica de conquista y
exploración de un nuevo mundo. Esto parece algo sensato. Pero el mismo Jiménez, lúcidamente nota que "no
tiene sentido juzgar la historia bajo los códigos morales de la actualidad", y luego dice: "Han pasado
demasiados siglos para que tengan sentido las comisiones de la verdad, las reparaciones materiales e incluso las
disculpas". Una disculpa por algo que ocurrió hace 500 años es una disculpa de fantasmas. Pues si entramos en
este juego, ¿por qué no exigir al mismo López Obrador, quien tiene "sangre española", que se disculpe? ¿O a
los pueblos indígenas que colaboraron con los españoles y que fueron instrumentales en la Conquista? ¿O a la
nación egipcia actual que se disculpe con el pueblo judío por el cautiverio impuesto por los faraones hace casi 3
mil años?
Mucho más crítico y hasta procaz -y criticado rápidamente por una ola de trolls- fue lo que dijo el
escritor español Arturo Pérez-Reverte: "Si este individuo se cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se
lo cree, es un sinvergüenza". Las redes sociales no son ciertamente el mejor lugar para discutir temas políticos,
históricos o filosóficos. La naturaleza del medio hace que la discusión tienda a la baja. Umberto Eco dijo que le
"dan derecho de hablar a una legión de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino,
sin dañar a la comunidad". Quizá hemos llegado al punto en el que no sólo le dan demasiada bola "a una legión
de idiotas", sino que nos idiotizan a todos. El medio es el mensaje; lo que amplifica también amputa, como
señaló Marshall McLuhan.
La petición de una disculpa del presidente de México parece sintonizar un estado bastante común que
encarnan las personas en las redes sociales en nuestra era de lo "políticamente correcto": el estar ofendidos, el
indignarse como derecho antes que cualquier cosa y dedicar su energía a defender este derecho, confundiendo
el conocimiento con la opinión y el mundo virtual con la realidad. O como dice una periodista rusa: "si no sabes
de qué estás ofendido, no te preocupes, pues Twitter te avisará de qué debes estar ofendido". Y es que, como
nota Slavoj Zizek, la corrección política suele ser sólo una fachada que oculta los verdaderos problemas
sociales.
Peligrosamente, también sintoniza el surgimiento de nuevos nacionalismos y la creación de narrativas
dicotómicas o absolutistas que polarizan el ambiente. Borges escribió sobre esa ficción colectiva que son las
naciones y su fanatismo, diciendo: "El nacionalismo sólo permite afirmaciones y toda doctrina que descarte la
duda, la negación, es una forma de fanatismo y estupidez".
Vivimos en un mundo en el que cada vez tenemos más derechos, pero cada vez nos hacemos menos
responsables de nuestras vidas individuales y colectivas. En nuestra época la libertad es sólo poder opinar,
poder elegir algo (en el supermercado o en la boleta); pero no saber elegir, no saber qué es lo bueno, no saber
hacerse responsable y ejercer una auténtica autonomía. Siempre es culpa de alguien más. La conciencia de la
víctima. Es como si hubiera un meta-acto indigno fundacional que nos impide actualizar quiénes somos. El
lastre histórico. El pecado (del otro) original. El complejo del Jamaicón, la traición de la Malinche, etc. Quizá
estas cosas sólo sean ficciones -historias que nos contamos-, pero se convierten en realidad cuando nos las
repetimos.
El nuevo gobierno habla de una "cuarta transformación", de una especie de nuevo paradigma, pero al
realizar peticiones como la expuesta aquí, sólo refuerza los viejos paradigmas y demuestra no ser muy diferente
(¿se trata de una táctica de distracción a la vieja usanza o de una nueva encarnación de la visión traumatizada de
los vencidos?). Uno de estos paradigmas es el concepto de la inferioridad o trauma por la Conquista. Emilio
Uranga, uno de los pocos filósofos mexicanos de cierto renombre, en su libro Ensayo sobre la ontología del
mexicano intentó, casi al mismo tiempo que Octavio Paz, definir el alma propia del mexicano (si es que existe
tal cosa, bastante hegeliana como un genio local o un arquetipo nacional). Su libro ha sido calificado de
pesimista o de elitista, pero indudablemente ha sido muy influyente y quizá sigue siendo relevante, al menos
dentro de un proceso analítico y autocrítico. El concepto clave de Uranga es que el mexicano se concibe a sí
mismo como un accidente, no como una sustancia o una esencia, sino como un hijo del accidente, que vive en
una perenne zozobra. Lo que lo caracteriza es una especie de pena que carga, un sentirse insuficiente por su
condición no sólo de ser accidente, sino de "ser para accidentalizarse". En su texto, Uranga menciona
exactamente la condición que vemos (re)aparecer constantemente en las redes sociales:
El mexicano vive siempre indignado. Ve que las cosas van mal y siempre tiene en la mano el principio
de acuerdo con el cual las condena; pero no se exacerba por esa constatación, no se lanza a la acción, lo único
que hace es protestar.
Antes que Uranga, otros ya habían hablado de los sentimientos de inferioridad e indignación como
constitutivos del mexicano (por ejemplo, Samuel Ramos). Desde esta perspectiva histórico-filosófica, parece
ser algo bastante real. ¿Crece el lector mexicano aún con un sentimiento de inferioridad que permea el ambiente
y al cual debe combatir para no interiorizarlo y hacerlo una segunda naturaleza? Tal vez, pero ciertamente este
sentimiento no tiene que ver con algo que sucedió hace 500 años, con un hecho definitivo que estigamtiza y
determina la conciencia colectiva. Tiene que ver con cómo nos contamos la historia, con la forma en la que
repetimos el mito de ser mexicanos.
Es sabido en la psicología que la persona no se cura del trauma cuando el agresor le pide perdón; se cura
del trauma cuando resignifica el evento de otra manera, justamente no como un trauma, no cómo algo que lo
lacera y marca, sino como una experiencia más que él mismo tiene la capacidad de integrar sin sentir culpa o
deseo de retribución. Alfred Adler incluso habla de resignificar el concepto de trauma:
Ninguna experiencia es en sí misma causa de fracaso o éxito. No sufrimos del shock de nuestras
experiencias -el llamado trauma- sino que hacemos con ellas aquello que resulta conveniente para nuestros
propósitos. No estamos determinados por nuestras experiencias, sino que el significado que les damos es
autodeterminante.
Quizá la sensación de estar heridos, de ser víctimas, de ser inferiores y demás es conveniente para
ciertos propósitos psicológicos, sobre todo, el deseo de seguir sufriendo. Pero entonces, habría que añadir a la
lista de características de Uranga que definen al mexicano (resumidas por Ana Santos) que "el mexicano era un
ser emotivo, sentimental, reservado, desconfiado, inactivo, desganado, melancólico...", y entonces, ¿también
que el mexicano es un ser masoquista?
Recuperado de: https://pijamasurf.com/2019/03/la_era_de_los_ofendidos/

Después de leer el texto, contesta las preguntas a continuación. No serán admitidas respuestas con
transcripción integral del texto. Excepto cuando la cuestión la solicite.

1 - ¿El autor adopta una postura con relación a la carta que hizo Andrés Manuel López Obrador,
presidente de México, al rey de España y al Vaticano. ¿Qué postura es esta? Menciona las expresiones o
fragmentos del texto que comprueban tu respuesta.
El autor adopta una postura clara con relación a la carta que hizo Andrés Manuel López Obrador al rey de
España y al Vaticano. Por los fragmentos presentes en el texto como (XXX), se puede percibir que hay un
rechazo a la actitud tomada por el presidente de México.
Ejemplos de fragmentos: “demuestra complejo de inferioridad”, “ridicularización”, “La petición de una
disculpa del presidente de México parece sintonizar un estado bastante común que encarnan las personas en las
redes sociales en nuestra era de lo "políticamente correcto": el estar ofendidos, el indignarse como derecho
antes que cualquier cosa y dedicar su energía a defender este derecho, confundiendo el conocimiento con la
opinión y el mundo virtual con la realidad”, el título “la era de los ofendidos”.

2 - ¿Qué exige el presidente de México en la carta y a qué institución se dirige principalmente su pedido?
Discurre sobre lo que defiende el autor con relación a esto.
El presidente de México exige que el Vaticano y el Rey de España se disculpen por la conquista y la masacre
que hubo en América. Así, su principal crítica se refiere a la iglesia, institución que colaboró en la conquista del
país. El autor del texto discute que la contribución de la iglesia no fue solamente negativa, pues aunque haya
ocurrido un conjunto de violaciones a los derechos humanos y la evangelización haya sido utilizada como una
justificación para la conquista, la iglesia también contribuyó de manera significativa en la mejora de la calidad
de vida de la población indígena y en el proceso de independización.
3 - Según el texto, David Jiménez, escribiendo para el New York Times En Español una opinión sobre la
carta escrita por el presidente de México, dijo que "no tiene sentido juzgar la historia bajo los códigos
morales de la actualidad". Explica dicha afirmación con base en los hechos históricos que presenta el
autor en el texto.
Al decir que “no tiene sentido juzgar la historia bajo los códigos morales de la actualidad”, Jiménez afirma que
antes los valores y derechos que se habían estipulado en la sociedad eran otros y, con el paso del tiempo, la
sociedad los cambió, de manera que los códigos morales establecidos en el momento de la conquista de
América eran muy distintos de los que la sociedad posee hoy. Con esto, quiere defender que no tiene sentido
exigir una retractación por algo que ocurrió en el pasado bajo otros códigos morales y civiles.

4 - ¿Qué discusión quiere plantear el autor al decir “Quizá hemos llegado al punto en el que no sólo le
dan demasiada bola ‘a una legión de idiotas’, sino que nos idiotizan a todo”? Relaciona tu respuesta al
entorno social actual.
El autor, con esta frase, hace una referencia a las redes sociales. Como en las redes sociales, cualquiera puede
expresar su opinión acerca de un tema (político, histórico, filosófico etc), lo que defiende el autor es que no
solamente le están dando la oportunidad a ‘idiotas’ para que discurran sobre temas en la internet, sino que esto
también idiotiza a todos las otras personas que la utilizan, pues, según él, discutir un tema por las redes sociales
tiende a llevar la discusión a niveles bajos.

5 - El autor establece una relación entre la petición del presidente de México y la redes sociales y los
conecta a un término. ¿Qué término es este y de qué manera se relaciona con lo que quiere defender el
autor en su texto?
El autor discurre sobre la era del “políticamente correcto”. Esto se relaciona a la exigencia del presidente de
México pues su petición está basada en discusiones de la actualidad (aunque se refiera a un acontecimiento
pasado) y a las redes sociales, pues en ellas se divulgan las principales discusiones sobre “lo que le ofende a
uno” y las causas que se puede defender. Este es el punto principal que quiere discutir el autor en su texto, pues
todos los ejemplos y frases de impacto presentes en el texto direccionan a una discusión sobre “la era de los
ofendidos” (título del texto).

PARTE II - ELEMENTOS LINGÜÍSTICOS (50


PUNTOS)
1 - Lee a continuación una reseña del libro ¿Qué pasaría si…? de
Randall Munroe. Enseguida, completa los espacios con las
formas verbales adecuadas. (1,25 cada)
‘¿Qué pasaría si…?’, de Randall Munroe
Un libro de divulgación científica en el que Randall Munroe responde
preguntas absurdas formuladas en su blog, haciendo uso de sus
conocimientos científicos y mucho sentido del humor.
Tan pronto como supe de la existencia de este libro recé para que no se editara (editar) en castellano, porque,
desde que comencé a escribir en este blog, mi pila de libros pendientes sube más rápido de lo que soy capaz de
leer. Es que todas las librerías tienen un montón de cosas que parecen hechas para que las reseñe, como, sin ir
más lejos, este libro.
Randall Munroe es un tipo que mola. Y mola porque después de haber sido robotista en la NASA,
decidió dejarlo para dibujar tiras cómicas con monigotes a tiempo completo (bien, Wikipedia dice que no lo
renovaron, pero ¿a quién vas a creer, a Wikipedia o a él?). Actualmente vive de vender su merchandising (de
monigotes que puedes hacer tú mismo o incluso tu sobrino de cinco años, no olvidemos; que pintando no sería
un Velázquez). Solo por eso ya merece mi admiración por encima de Jesús, Buda, John Mcklane y Son Goku
(bueno, por eso y porque él es una persona real y viva, claro). Desde que no lo renovaron en la NASA se ha
dedicado a vivir de los beneficios que da xkcd.com a tiempo completo (y creedme que tiene mérito vivir de una
web — a no ser que sea Google, claro — ). Yo soy fan del trabajo de Randall (al menos de las tiras que entiendo.
Las que no, las paso rápido antes de que alguien pregunte «¿por qué es eso gracioso?»), por lo que sabía que, a
pesar de mi pila (enooorme) de cosas pendientes, este saltaría delante de todos sí o sí. Incluso cuando supe que
se había traducido traté de no encontrármelo y recé para que tratara (tratar) de algo completamente loco que no
me interesara (interesar) nada. Bien, digamos que mis plegarias fueron escuchadas. Por Satán.
¿Qué pasaría si…? está sacado directamente de la sección «What if» de su blog, en la que la gente
manda preguntas extrañas para que Randall las conteste con rigor científico y su habitual sentido del humor.
Debo confesar que en cuanto lo hojeé pensé «menudo truño». Y lo seguí pensando mientras pagaba
religiosamente los 18,90 que costaba, como un autómata, y me lo llevaba a casa.
A pesar de que lo puse al final de la cola, creo que no tardé más de dos días en abrirlo para ver qué tal
era. Inmediatamente me cautivó, y no pude evitar terminarlo en un suspiro. El excientífico de la NASA (no
paro de repetir este dato porque mola mucho) responde las preguntas totalmente absurdas que le hacen, con más
rigor del que cabría esperar y muchísima gracia.
[Respuesta a la pregunta «¿Podrías sobrevivir a un maremoto si te sumergieras (sumergir) en una piscina
excavada en el suelo?»]

En este libro encontrarás respuesta a preguntas que seguramente


nunca te has hecho (si eres normal, al menos), como qué pasaría
si todo el mundo tuviera (tener) solo un alma gemela y fuera
(ser) una persona al azar que estuviera (estar) en cualquier parte
del planeta (interesantísima cuestión), qué pasaría a la tierra si
el sol desapareciera (desaparecer) de repente, cuánta energía
puede generar Yoda con la Fuerza o qué pasaría si todas las personas de la Tierra se juntaran (juntar) en un sitio
y saltaran (saltar) a la vez (sorprendentemente, [SPOILER ALERT] esto acaba la civilización [FIN DEL
SPOILER], pero no por el motivo que piensas), todo ello aderezado con dibujos y chistes gráficos del autor y
alternado con la sección «preguntas extrañas (y preocupantes) de la bandeja de entrada» en la que encontramos
cuestiones que, por absurdas, no se molesta en contestar, pero comenta con divertidos chistes.
Probablemente con este libro no aprenderás nada que puedas aplicar a tu vida cotidiana (a no ser que
estés pensando hacerte una mochila voladora con rifles AK-47, que entonces sí), pero quizá descubras que la
ciencia puede ser muy divertida en manos de alguien con la suficiente imaginación (y conocimientos) como
para hacerte pasar un buen rato.
Extraído y adaptado de: https://elbuscalibros.com/qu%C3%A9-pasar%C3%ADa-si-de-randall-munroe-73dfc6339147

2 - A continuación vas a leer una reseña crítica de la película X-men Apocalipsis. Enseguida, completa los
huecos con la opción adecuada.

Avengers: Infinity War [reseña]: Un triunfo de


excesos
[Reseña sin 'spoilers'] A pesar de ser una cinta con dos docenas de estrellas,
múltiples locaciones, complejas relaciones y varias batallas, la meta común es
la misma: evitar que el malísimo Thanos obtenga las seis Piedras del Infinito.
¿Lo lograrán nuestros superhéroes?

Los sacaré de una duda de inmediato: Avengers: Infinity War no es ningún desastre. (ADEMÁS / AL
CONTRARIO) es una cinta de superhéroes con letras mayúsculas y de muchos excesos: docenas de personajes,
muchos planetas, varias batallas, (INCLUSO / ENTONCES), la meta de obtener las seis Piedras del Infinito,
una por una. Todas estas cifras podrían haber resultado en un caos -- como confieso que yo estaba anticipando
-- (PERO / SINO) al final resultan en un producto muy bien logrado que saca a relucir todo lo mejor del
Universo Cinematográfico Marvel (MCU, por sus siglas en inglés).
Lo que es un hecho es que en Avengers: Infinity War pasan muchas, pero muchas cosas. (AUNQUE /
PUESTO QUE) no les contaré ningún detalle, como ya se sabe la película trata del intento del malísimo Thanos
por hacerse de cada una de las seis Piedras del Infinito (curiosamente, el filme comienza cuando ya tiene una,
(A CAUSA DE / SIN EMBARGO) tampoco les diré cuál).
Lo que sí les puedo decir es que vuelven todos los personajes del MCU y los actores que tanto
queremos. Se llevan los créditos principales Robert Downey Jr. (Iron Man), Chris Evans (Captain America),
Chris Hemsworth (Thor), Scarlett Johansson (Black Widow), Mark Ruffalo (Hulk) y Benedict Cumberbatch
(Dr. Strange). Extrañamente, el último en aparecer en los créditos del final es el tercer Chris, Pratt (Star-Lord)
en lo que casi supongo es una broma. A ellos se les unen el resto de las estrellas de los Vengadores, los
Guardianes de la Galaxia, de Wakanda y (ADEMÁS / A PESAR DE) tu "amistoso vecino" Spider-Man (Tom
Holland). Los directores son los hermanos Joe y Anthony Russo, que también dirigieron Captain America:
La ventaja de tener a todos estos superhéroes de vuelta es que no tenemos que dedicarle nada de tiempo
a conocerlos: ya los conocemos a todos. (PUESTO QUE / CON VISTAS A QUE) No hay ninguna historia de
origen y más allá de algo de información nueva sobre la relación de un padre con su hija, todo lo demás es
familiar. Eso ayuda mucho a que la trama se mueva a una velocidad de infarto, y también a que aceptemos sin
chistar el emparejamiento de Guardianes con Vengadores y, (AUN / PERO), un romance que vimos germinar
en una película anterior.
Desde 2008 se han lanzado 18 películas del Universo Cinematográfico Marvel y todas y cada una tienen
información relevante para entender Avengers: Infinity War. De hecho, las últimas cuatro películas tienen datos
clave para comprender el conflicto de Infinity War. También es importante recordar cómo acabaron: Captain
America: Civil War finaliza con los Vengadores desperdigados, el Capitán América abandona su escudo y
rescata a Scarlet Witch, Ant-Man, Falcon, Hawkeye y Bucky. A este último lo deposita en Wakanda, donde lo
congelan para intentar eliminar la programación de su cerebro. Al final de Guardians of the Galaxy Vol. 2
Nebula parte sola a buscar a Thanos para vengarse de él. El resto de los Guardianes, ahora con Mantis como
integrante y Groot creciendo como adolescente, viajan por el espacio. Thor: Ragnarok termina con todos los
habitantes de Asgard viajando en una nave que es interceptada por una mucho más grande que podría ser la de
Thanos; y al final de Black Panther vimos a Bucky surgir de una cabaña en Wakanda, lo cual sugiere que lo
han curado y que estará listo para la batalla.
Si crees que esos son muchos puntos para la trama, te dará gusto saber que no son todos. No sólo
volvemos a lugares conocidos como Manhattan y al Sanctum Sanctorum de Doctor Strange, (SINO
TAMBIÉN / PUESTO QUE) regresamos a Wakanda e, incluso, a Knowhere, la mina donde se extraen
minerales de lo que fuera un ser celestial. Incluso conoceremos el lugar de origen de Thanos y una forja
galáctica impresionante liderada por un Peter Dinklage fantástico (a pesar de la saturación de famosos,
cualquier oportunidad de verlo en acción se agradece) que será la locación de uno de los momentos más
dramáticos de la cinta, cortesía de Thor.
(NO OBSTANTE / GRACIAS A), como ya dije, la película se trata de una sola cosa: la misión de
Thanos para obtener las Piedras del Infinito. Repasemos: las llamadas Piedras del Infinito (Infinity Stones) son
seis y antes de esta película se conocía el destino de casi todas. La Piedra del Tiempo (verde), también conocida
como el Ojo de Agamotto, está en posesión de Doctor Strange; la Piedra de la Realidad (roja) está en manos de
El Coleccionista (Benicio del Toro); la Piedra del Poder (morada) fue entregada por los Guardianes de la
Galaxia a los Nova Corps, la autoridad del planeta Xandar; la Piedra de la Mente (amarillo) está, literalmente,
insertada en la frente de The Vision (Paul Bettany, el ser que nació de la mano de la inteligencia artificial
creada por Tony Stark y Bruce Banner y de Ultron y Dr. Helen Cho, además de un empujón del martillo de
Thor); la Piedra del Espacio (azul) es conocida también como el Tesseract y, aparentemente, quedó en manos
de Loki, el medio hermano maligno de Thor, al final de Thor: Ragnarok antes de la destrucción de Asgard; y la
Piedra del Alma (naranja), que es la única de la que no se sabe su ubicación.
El final, un tanto inesperado, te confirmará que esta película es efectivamente cosa de vida o muerte. Lo
que me queda claro es que tras una conclusión muy abrupta y determinante, Marvel tendrá que echar mano de
la Piedra del Tiempo para salirse el embrollo en que se ha metido.
Recuperado y adaptado de: https://www.cnet.com/es/noticias/avengers-infinity-war-marvel-vengadores-critica-resena-opinion/

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