El uso del termino competencia es una consecuencia de la necesidad de
superar una enseñanza que en la mayoría de los casos se ha reducido al aprendizaje memorístico de conocimientos, hecho que conlleva la dificultad para que estos puedan ser aplicados en la vida real.
¿Por qué tenemos que hablar de competencias?
Al principio de la década de los setenta y en el ámbito de las empresas surge el termino competencia para designar aquello que caracteriza a una persona capaz de realizar una tarea concreta de forma eficiente. No mucho mas tarde estas ideas empiezan a ser utilizadas en el sistema escolar, inicialmente en los estudios de formación profesional, para a continuación extenderse de forma generalizada al resto de etapas y niveles educativos.
Saber por saber o saber para saber hacer
La formación inicial y permanente de la mayoría de las profesiones se ha centrado y reducido al aprendizaje de unos conocimientos por encima de las habilidades para el desarrollo de la profesión. Las pruebas y los criterios de evaluación de la mayoría de los exámenes y oposiciones propician el carácter disociado entre teoría y practica ya que el alumno memoriza el temario con el fin de desarrollar los conocimientos adquiridos para pasar la prueba y no para poder aplicarlos. El valor de saber por sí mismos ha determinado y determina las características de los sistemas educativos y la preeminencia de la teoría sobre la práctica, especialmente en los países de tradición católica que herederos de los principios de la contrarreforma están condicionados por un fuerte componente filosófico de rais platónica, al considerar la preexistencia de las ideas sobre la realidad. EL saber escolar al servicio del saber universitario La concepción del sistema escolar de carácter claramente propedéutico u selectivo ha hecho que se entienda la enseñanza como un recorrido de superación de etapas sucesivas mediatizada cada una de ellas por las demandas de la etapa superior. Esta dinámica educativa, basa en la superación de niveles, determina que los contenidos prioritarios de la enseñanza no son aquellos que han de desarrollar todas las capacidades del ser humano si no los necesario para superar las pruebas de acceso a la universidad. Hoy sabemos que el aprendizaje de la mayoría de los contenidos es una tarea ardua en la que simple memorización de enunciados es insuficiente para su comprensión y que la transferencia y aplicación del conocimiento adquirido a otras situaciones distintas solo es posible si, al mismo tiempo, se ha llevado acabo las estrategias de aprendizaje necesarias para que dicha transferencia produzca.
Competencias y transformación del sistema escolar.
Los niveles de exigencia que deben introducirse en la enseñanza son tres: La conversión a competencias de los contenidos tradicionales, básicamente de carácter académico; la necesidad de formación profesionalizador, y la decisión de una enseñanza orientada a la formación integral de las personas. La conveniencia de la introducción en la enseñanza del termino competencia, se manifiesta, al menos en tres niveles de exigencia cada uno de ellos con distinto frado de revisión de los currículos tradicionales. Es decir, lo que interesa es que el alumno sepa utilizar en contextos variados los conocimientos de las distintas materias convencionales, lo que interesa es la capacidad de aplicar este conocimiento a la resolución de situaciones o problemas reales. El segundo grado de aplicación del termino de competencias en la enseñanza es el que proviene de la necesidad de formación profesionalizador. Por ultimo el nivel mas alto de exigencia para el sistema escolar corresponde a una enseñanza que orienta sus fines hacia la formación integral de las personas.