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Studium Theologicum Franciscanum

"Cardenal Echeverría"

Trabajo de: Antropología Teológica

Prof. Daniel Castillo

Estudiante: Ada Ilda Argueta y Argueta

Jalapa, Guatemala de 01/11/ 2022


INTRODUCCION

Al realizar el presente trabajo, me ha enriquecido tanto la grandeza, el valor


que se nos ha dado, hemos sido hechos justos por la redención de Cristo,
el amor de Dios se nos da y somos llamados a la Santidad. Que belleza
tan grande la obra de la creación, pero es mucho mas la obra de la
Redención.
EN QUÉ CONSISTE LA JUSTIFICACIÓN:
Justificación en latín justificatio, en griego dikaiosis δικαιοσις) .
Justificación es la vida de "gracia", como participación en la vida
divina, el creyente queda justificado por la fe viva, es decir, acompañado
por las obras de caridad. Sin obras de caridad, la fe sería muerta "Ni
circuncisión, ni obras, todo vale nada delante de Dios si no hay fe; y
tampoco la fe vale delante de sus ojos si no tiene vida... Vida tiene de tener
nuestra fe, caridad y amor de Dios y del prójimo, que ésta es su vida, y
éstas son las señales de que no es muerta” (Diccionario de San Juan de Ávila)
Justificación: es el reconocimiento de la gracia de Dios como causa
única, es una verdad fundamental de la fe cristiana.
Lo que llamamos "salvación" y "justificación" le llega al hombre como
criatura y como pecador sólo por la libre e inmerecida gracia de Dios; es
decir, por la auto manifestación libre (que el hombre no puede exigir) de
Dios en Jesucristo, el crucificado y resucitado.
La relación del hombre con Dios, que significa su salvación, no puede
fundarse o sostenerse a partir del hombre mismo, desde su propia
iniciativa personal, sino que viene establecida por la acción soberana de
Dios.
No hay "obras meritorias" por las que el hombre con su propio poder y
bondad pueda empezar por hacerse propicio a Dios; no hay "iniciativa"
alguna que empiece en el hombre. Toda acción salvífica del hombre tiene
sólo carácter de respuesta; e incluso esa respuesta, en cuanto capacidad y
acción real, tiene una vez más por fundamento a Dios, quien gracias a su
acción sobre nosotros nos da asimismo el que, aceptándola, podamos
responderle y lo hagamos de hecho. (K. Rahner (ed.), Sacramentum Mundi.
Enciclopedia Teológica, Herder, Barcelona 1972)
Por el poder del Espíritu Santo participamos en la Pasión de Cristo,
muriendo al pecado, y en su Resurrección, naciendo a una vida nueva;
somos miembros de su Cuerpo que es la Iglesia, sarmientos unidos a la Vid
que es él mismo.
Por el Espíritu Santo participamos de Dios. Por la participación del Espíritu
venimos a ser partícipes de la naturaleza divina... Por eso, aquellos en
quienes habita el Espíritu están divinizados.

La primera obra de la gracia del Espíritu Santo es la conversión, que obra


la justificación según el anuncio de Jesús al comienzo del Evangelio:
‘Convertíos porque el Reino de los cielos está cerca’ . Movido por la gracia,
el hombre se vuelve a Dios y se aparta del pecado, acogiendo así el perdón
y la justicia de lo alto. ‘La justificación entraña, por tanto, el perdón de los
pecados, la santificación y la renovación del hombre interior’.

La justificación arranca al hombre del pecado que contradice al amor de


Dios, y purifica su corazón. La justificación es prolongación de la iniciativa
misericordiosa de Dios que otorga el perdón. Reconcilia al hombre con
Dios, libera de la servidumbre del pecado y sana.

La justificación es, al mismo tiempo, acogida de la justicia de Dios por la


fe en Jesucristo. La justicia designa aquí la rectitud del amor divino. Con
la justificación son difundidas en nuestros corazones la fe, la esperanza y
la caridad, y nos es concedida la obediencia a la voluntad divina. ( Catecismo
de la Iglesia Católica)
CÓMO COOPERA EL HOMBRE EN LA JUSTIFICACIÓN :

Todos los fieles cristianos son llamados a la plenitud de la vida cristiana y


a la perfección de la caridad” “La perfección cristiana sólo tiene un límite:
el de no tener límite ”. CIC 2028
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame” (Mt 16, 24). 2029

“El que te creó a ti sin ti, no te salvará a ti sin ti” San Agustín
Dios nos da la gracia, pero espera hasta el ultimo momento la respuesta de
todos sus hijos. Por ello cada día, se nos invita amarle sobre todas las cosas y
a nuestros hermanos. Dejar el egoísmo, envidia, rencor y llenarnos del amor
de Dios.

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