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Los materiales solidos se pueden clasificar según la regularidad con que se sitúan,
unos respecto a otros, los átomos o iones. En un material cristalino, los átomos se
sitúan en una disposición repetitiva o periódica a lo largo de muchas distancias
atómicas. El orden de largo alcance no existe en materiales que no cristalizan. Estos
materiales denominados no cristalinos o amorfos.
Algunas propiedades de los solidos cristalinos dependen de la estructura cristalina
del material; es decir, de la ordenación espacial de átomos, iones y moléculas.
Es el denominado modelo atómico de esferas rígidas, en el cual las esferas
representan átomos macizos en contacto.
Celdilla Unidad
Al describir la estructura cristalina conviene dividirla en las pequeñas entidades, que
se repiten, llamadas celdillas unidad. La celdilla unidad de la mayoría de las
estructuras cristalinas son paralelepípedos o prismas con tres conjuntos de caras
paralelas. Se elige para representar la simetría de la estructura cristalina, de modo
que las posiciones de los átomos en el cristal se puedan representar desplazando
a distancias discretas la celdilla unidad a lo largo de los ejes. De este modo, la
celdilla unidad es la unidad estructural fundamental y define la estructura cristalina
mediante su geometría y por la posición de los átomos dentro de ella.
El fenómeno de difracción
Ocurre difracción cuando una onda encuentra una serie de obstáculos separados
regularmente, que son capaces de dispersar la onda y están separados por
distancias comparables en magnitud a la longitud de la onda. Además, la difracción
es la consecuencia de relaciones entre fases específicas, establecidas entre dos o
mas ondas dispersadas por los obstáculos.
Entre ondas dispersas existen otras relaciones de fases que no conducen al
reforzamiento mutuo; donde la diferencia entre longitudes de los caminos después
de la dispersión es un numero impar de semilongitudes de onda. Las ondas
dispersadas no están en fase.
Técnicas de difracción.
La técnica de difracción más común utiliza una muestra pulverizada o policristalina
consistente en muchas partículas diminutas y orientadas al azar, que se exponen a
una radiación de rayos X monocromática. Como cada partícula de polvo es un
cristal, teniendo gran cantidad de ellos libremente orientados se asegura que
algunas partículas estén orientadas adecuadamente para que sus planos
cristalográficos cumplan las condiciones para la difracción.
El difractómetro es un aparato utilizado para determinar los ángulos en que ocurre
difracción en las muestras pulverizadas.
Solidos No Cristalinos