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DEFINICIÓN DE ACUÁTICO

Acuático, del latín aquatĭcus, es un adjetivo que califica a aquello


vinculado al agua o que vive en ella. El agua, por otra parte, es una
sustancia formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, que
resulta incolora, insípida e inodora.

Los animales acuáticos son las especies cuya vida se desarrolla en el agua.


Hay animales que respiran bajo el agua (absorbiendo el oxígeno que se
encuentra disuelto) y otros que salen temporalmente del agua para
acceder al oxígeno que se encuentra en la atmósfera.
Los peces, por ejemplo, son animales acuáticos que disponen de
branquias para respirar debajo del agua. Otros animales acuáticos, como
los hipopótamos, las nutrias y los patos, no pueden respirar de modo
subacuático.
Se conoce como ecosistema acuático al ecosistema que dispone de un
cuerpo de agua como biotipo (el área donde se desarrolla la fauna y la
flora). Dicho cuerpo de agua puede ser una laguna, un arroyo, un río o un
mar, entre otras posibilidades.
Los deportes acuáticos, por otra parte, son aquellas disciplinas que se
desarrollan bajo el agua o en contacto con ella. El buceo, la natación,
el surfy el remo son algunos de estos deportes. Para practicarlos, muchas
veces se requiere de una vestimenta especial conocida como traje
acuático, que confiere aislamiento térmico al deportista.
Los centros de entretenimiento cuyas atracciones se basan en el uso de
agua reciben el nombre de parques acuáticos. Estos recintos cuentan
con piscinas, toboganes y otras instalaciones para que los visitantes se
diviertan en el agua.
Claro que muchos parques acuáticos también incluyen en sus atracciones
espectáculos donde los protagonistas son animales que han sido privados
de su libertad y del contacto con sus familias de una forma violenta e
injustificada, y que llevan vidas terribles hasta que ocurre una de dos
cosas: o los sueltan cuando les quedan unos pocos meses de vida a un mar
que ya no los espera, o bien mueren de depresión en las diminutas
piscinas que han debido aceptar como sus nuevos hogares.
En los parques acuáticos, tal es el sufrimiento de estos mamíferos
marinos, como ser las orcas y los delfines, que muchos de ellos se
suicidan. No olvidemos que estamos hablando de animales inteligentes y
sociables, que necesitan del intercambio con otros individuos de su
especie para desarrollarse y ser felices, y que un mal día de su tierna
infancia los atrapan de forma cobarde, para llevarlos a vivir en una cárcel,
donde los explotan y les destinan un espacio que no puede comenzar a
compararse con la inmensidad del océano.
Tanto las orcas como los delfines viven en grandes comunidades, las
cuales gozan de una organización muy compleja a nivel jerárquico, y llegan
a nadar más de 150 kilómetros por día. ¿Cómo es posible que haya seres
humanos capaces de torturar a estos seres, privándolos de su libertad y de
sus necesidades a nivel social, sin ninguna razón más que el
enriquecimiento material?
Uno de los puntos más difíciles de comprender es que estos parques
acuáticos no sean recintos ilegales, sino que se trate de una de las
atracciones más populares a nivel mundial, que recibe millones de visitas
por año. ¿Por qué nos cuesta tanto empatizar con seres de otras especies?
Aunque ésta parezca una pregunta retórica, existen varias razones que
nos llevan a endurecer nuestros corazones cuando nos encontramos
frente al sufrimiento de los animales no humanos, aunque todas
convergen en el punto fundamental de nuestras vidas: la crianza.
Nos alimentan con carne, huevos y leche; nos enseñan que existen
“animales de granja”, que nacen para que los criemos y los comamos; nos
dan poder sobre perros y gatos, para que los convirtamos en nuestros
sirvientes personales. En pocas palabras, nos enseñan desde pequeños
que el resto de los animales está a nuestra disposición, y lo
hacen avalados por la ciencia, por la psicología, por los medios de
comunicación; tal es la fuerza de este mensaje retorcido que muy pocos
cuestionan su veracidad.

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