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Considero que Es una novela diferente, pero no por ello deja al lector
menos intranquilo.
Sin que el autor llegue a desarrollar un estilo narrativo excesivamente
bueno o una gran prosa, lo que sí logra y con creces es crear esa atmósfera
opresiva que es la que hace que la novela se convierta en lo que es dentro
del género del terror. Es este un libro donde lo que tiene importancia de
verdad son las situaciones, las escenas (más allá de los personajes) y las
descripciones de las mismas. Ira Levin pone mucho cuidado en las
descripciones de las situaciones, de todo lo que acontece y donde acontece,
puesto que la opresión ha de llegar al lector desde los escenarios, como es
el apartamento o el edificio, tal y como le llega a Rosemary, tal y como ella
la siente. En líneas generales, es un libro bien escrito pero sobre todo con
un halo de tensión y angustia recreado a la perfección. El único "pero" que
le puedo poner es que, en ocasiones, le falta un poco de ritmo a la lectura,
que se vuelve algo lenta, pero enseguida vuelve a retomarlo, lo que hace
que el interés del lector no llegue a decaer.
Cuando llegué a los últimos capítulos sentí que iba a tener un mal fial ya
que no podrían corregir o hacer algo impresionante en tan pocos capítulos,
y así fue, el final fue abierto y precipitado. Rosemery, la protagonista fue un
personaje ingenuo que tenía un esposo que no la apoyaba en lo más
mínimo y su único amigo tuvo un accidente bastante extraño, entonces está
sola.
Podemos ver que una mujer embarazada puede ser vulnerada e ingenua,
se tuvo que dar cuenta de todo y salir corriendo de ahí lo antes posible,
Podemos ver cómo una mujer en este estado puede ser tan fácilmente
manipulada por todos. Esto hacía que sintiera más impotencia, por eso les
digo que la tensión aumenta el doble cuando Rosemary descubre su
embarazo.