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Profesora-investigadora
Escuela de Política y Gobierno
Centro de Estudios Desarrollo y Territorio (CEDET)
Universidad Nacional de San Martín / CONICET
marianacaminotti@ciudad.com.ar
Profesora-investigadora
Escuela de Política y Gobierno
Centro de Estudios Desarrollo y Territorio (CEDET)
Universidad Nacional de San Martín, Argentina
alrgusta@unsam.edu.ar
En América Latina, la Argentina y Chile son los únicos países donde la Presidencia de
las elecciones presidenciales de 2007, tras una larga actuación legislativa. A pesar de
compartir una figura femenina como jefe de Estado, ambos países presentan
legal. Con un 40 por ciento de diputadas y senadoras nacionales, en 2009 el país ocupa
el 6° puesto en el ranking de mujeres en los Parlamentos del mundo. Desde esta óptica,
Chile, en cambio, no cuenta con una ley de cuotas nacional. Con un 15 por ciento de
2
la equidad. Asimismo, los actuales esfuerzos de política pública se encuentran
una perspectiva sectorial, según la cual las temáticas de género eran casi únicamente
políticas sociales, para proponer que las cuestiones de equidad conciernen a la totalidad
de las acciones del Estado. Tomando al mencionado Plan como “una carta de
3
En el contexto latinoamericano, las políticas de cuotas (emblematizadas en el caso
La CEDAW, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1979, haría
de la CEDAW insta a los gobiernos nacionales a “tomar todas las medidas apropiadas
para eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país”,
ejecución de éstas, ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en
hacia 1990, había sido ratificada por todos los estados de América Latina4.
3
La CEDAW define la discriminación contra las mujeres como “toda distinción, exclusión o restricción
basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o
ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad con el hombre,
de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural
y civil o en cualquier otra esfera”.
4
Véase http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw/states.htm (acceso: julio de 2009).
4
Por su parte, la Plataforma de Acción de Beijing (1995) recomendaría expresamente a
5
diversidad de países y regiones, siendo más comunes las cuotas partidarias en Europa
en el primer país del mundo en instituir cuotas legales, ideando una modalidad de
en 1991 con un claro respaldo del Ejecutivo Nacional, exige la incorporación de, al
menos, un 30 por ciento de mujeres en las listas de candidatos de todos los partidos
políticos como requisito para su oficialización. Esta ley nacional fue reglamentada
mediante dos decretos del Poder Ejecutivo dictados en 1993 y en 2000, que precisaron y
ampliaron el alcance del cupo, determinando que el mismo debe ser calculado sobre la
base de la cantidad de cargos a renovar por cada partido o coalición en cada distrito
5
Las cuotas legales obligan al conjunto de los partidos políticos de un país a nominar determinada
proporción de candidatas y pueden establecer sanciones ante su incumplimiento. En cambio, las cuotas
partidarias son medidas voluntarias adoptadas por cada organización y no son vinculantes.
6
En la Argentina, los diputados y senadores nacionales son electos en 24 distritos electorales, que se
corresponden con las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los diputados son electos
por medio de una fórmula de representación proporcional en distritos de magnitud variable. Los
senadores, por su parte, son electos por medio de un sistema de mayoría atenuada que otorga dos bancas
al partido más votado, y una banca al siguiente en cantidad de votos.
6
Tabla 1
Año Síntesis
1991 Ley 24.012: Las listas de candidatos de cada partido, en cada distrito electoral, deben
incorporar un porcentaje mínimo de 30 por ciento de mujeres, “en proporciones con
posibilidad de resultar electas”, como requisito para su oficialización.
1993 Decreto 379 del Poder Ejecutivo Nacional: estableció criterios de cálculo del porcentaje
mínimo de acuerdo con la cantidad de cargos que cada partido debía renovar (magnitud de
partidos).
2000 Decreto 1246 del Poder Ejecutivo Nacional: siguió la misma pauta que el decreto anterior
pero tornó más exigente el criterio de cálculo. Asimismo, facultó a los jueces con
competencia electoral a reordenar las listas partidarias de oficio y a todos los ciudadanos
inscriptos en el padrón electoral de un distrito a solicitar la impugnación de las listas que
consideren violatorias de la ley de Cupo Femenino.
Desde la entrada en vigor de esta ley (en 1993 para la elección de diputados y en 2001
mujeres parlamentarias. Tras las elecciones legislativas de 1993 —cuando el cupo fue
siguiente elección7. Diez años más tarde, la proporción de diputadas superaba el 30 por
ciento del total de las bancas y ascendía, en 2008, a un 40 por ciento. El crecimiento de
la participación de las mujeres fue aún más pronunciado en el Senado, donde pasó de un
7
Puesto que la Cámara de Diputados se renueva cada dos años parcialmente, el dato del período
1993/1995 refleja la aplicación del cupo para la elección de la mitad de sus miembros.
7
6 a un 37 por ciento tras la primera elección con ley de cupo (2001), para mantenerse en
torno del 40 por ciento desde entonces. En términos comparativos, en 2009 el Congreso
argentino es uno de los diez Parlamentos con mayor participación femenina, superando
tanto el promedio mundial (18 por ciento) como el de las Américas (21 por ciento) y
Tabla 2
1995/1997 27
Cuotas
1997/1999 28
1999/2001 27
2001/2003 29 37
2003/2005 34 44
Senado
Cuotas
2005/2007 36 43
2007/2009 40 40
Más allá de estos datos, la aprobación y aplicación de la ley de Cupo Femenino despertó
8
La Argentina es un país federal donde coexisten un gobierno central y veinticuatro estados provinciales
autónomos, cada uno de los cuales se rige por su propia legislación electoral. Desde 1992 en adelante
prácticamente todas las provincias argentinas adoptaron leyes de cuotas para candidaturas legislativas
subnacionales. En 2007, una de cada tres bancas provinciales (en promedio) estaba ocupada por una
mujer. Aún así, La Rioja exhibía un exiguo 4 por ciento de legisladoras provinciales, mientras Santiago
del Estero mostraba un 46 por ciento, la proporción más elevada del país. A la luz de estos datos, las
políticas de cuotas al interior de las Argentina no han sido homogéneas. Por un análisis de la difusión
subnacional de estas políticas y sus características en distintas provincias, véase Caminotti (2009).
8
precisiones de esta ley nacional —que la han tornado una de más eficaces en términos
de una pluralidad de actores del sistema político y el Poder Judicial. En las elecciones
celebradas tras la aprobación del cupo femenino, las dirigencias partidarias de distintas
(Caminotti 2009). El Consejo Nacional de la Mujer, que entre 1992 y 1995 fue
presidido por una dirigente abiertamente feminista, emprendió acciones críticas para
de cuotas en la Argentina.
Desde mediados de la década de 1990, Brasil, Costa Rica, Paraguay, Bolivia, Ecuador,
un arduo debate, y las cuotas sólo se aplicaran en las elecciones de 2014. En la mayoría
de los casos, estas normas fueron impulsadas por mujeres desde el interior de los
9
La ley venezolana, aprobada en 1997 y declarada inconstitucional en el año 2000, comprendía las
candidaturas a ambas Cámaras del Congreso nacional. La ley de cuotas colombiana, por su parte, fue
sancionada en 1999 y declarada inconstitucional en 2001. Un año después de esa derogación, sin
embargo, Colombia instituyó una cuota de 30 por ciento de mujeres en cargos ejecutivos de designación.
9
abogar por la adopción de estas medidas, en algunos países se conformaron coaliciones
(Archenti 2002; Caminotti 2009; Marx, Borner y Caminotti 2007; Piscopo 2006)10. Si
bien las cuotas legales pueden favorecer, pero no garantizan, la elección de mujeres, en
10
Al igual que en la Argentina, en Perú el apoyo del Poder Ejecutivo fue crucial para el avance de las
cuotas. En Costa Rica, la campaña por las cuotas fue impulsada desde una agencia estatal, el actual
Instituto Nacional de las Mujeres (Franceschet 2008).
10
Tabla 3
*En el caso de los países bicamerales, sólo se incorporan datos sobre Cámaras bajas.
Fuente: elaboración propia sobre datos de la Unión Interparlamentaria y Quota Project Database. Con las
excepciones de Argentina y Brasil, los porcentajes de legisladores anteriores a la entrada en vigor de las
cuotas son tomados de Krook (2008).
Chile constituye, en este marco, uno de los pocos países de la región que no aún no ha
legislativa de mujeres más bajos de América Latina (15 por ciento de diputadas y 5 por
cuotas, pero estas medidas no despertaron suficiente consenso en los partidos políticos.
11
El 26 de octubre de 2007, la presidenta Michelle Bachelet envió al Congreso un
personas de un mismo sexo, bajo apercibiendo de rechazo de las mismas por el Servicio
Electoral; ii) que dichos porcentajes también debían respetarse en las posiciones de
liderazgo partidario; y iii) que aquellos partidos que superaran el piso mínimo de
proyecto contemplaba un mayor aporte fiscal del Estado a las candidatas electas11. Esta
expresan el compromiso del Estado con las políticas de equidad. En algunos países,
11
En Chile, el Partido por la Democracia, el Partido Socialista y el Partido Demócrata Cristiano han
instituido cuotas por género en sus estatutos internos, que comprenden un 40, 30 y 20 por ciento
respectivamente (Ríos Tobar 2005: 25), pero éstas no han sido cumplidas en ninguna elección
(Franceschet 2008).
12
dichos planes son de larga data, posicionándose a la vanguardia Chile y Brasil. En otros,
como Uruguay, son de más reciente elaboración (véase la tabla 4). En la Argentina no
12
En la actual coyuntura, se evidencia una serie de iniciativas fomentadas desde Instituto Nacional contra
la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), con un mandato explícito de promover los
derechos de mujeres. Asimismo, cabe mencionar la creación del Observatorio de la Mujer y del Consejo
de Políticas de Género del Ministerio de Defensa, creados a efectos de remover discriminaciones en las
Fuerzas Armadas y garantizar la equidad en una institución emblemáticamente masculina.
13
Tabla 4
(PROIGUALDAD) públicas
intergeneracional y territorialidad.
Plan de Igualdad para las Mujeres. Instituto Nacional de la Mujer Clase, género y raza junto con una
Venezuela
14
Como fue anteriormente señalado, Chile se encuentra ejecutando su segundo Plan de
luego de un intenso proceso de evaluación de los logros alcanzados por el primer Plan
en asuntos de equidad de género13. Este cuerpo, conformado por diez integrantes, tiene
la atribución de establecer acuerdos vinculantes para todos los Ministerios y cumple las
2010” vigorizó las iniciativas existentes. A la luz de su empuje, se han puesto en marcha
cabildos regionales para el seguimiento de los compromisos asumidos por parte de las
ciudadanas. Una medida singular del nuevo gobierno fue el armado de un gabinete
paritario de ministros y ministras, una acción sin precedentes en la historia de Chile con
un profundo impacto simbólico en las relaciones de género del país (Ríos Tobar 2007).
13
Con todo, las cuestiones relativas a los derechos de mujeres son contradictorias en el entorno chileno ya
que, por ejemplo, la ley de divorcio es reciente y no estaría exenta de restricciones (Gray 2004).
15
ministerial de su máxima autoridad (Franceschet, 2003). El papel del SERNAM
las políticas públicas. Por ende, el SERNAM está a cargo de supervisar que los
agencias del Estado, para lo que cuenta con el apoyo del Consejo de Ministros por la
el Estado, lo cual debería insumir cuatro años de trabajo14. Si bien los primeros PMG
fueron introducidos en 1998 (Ley 19.553), la iniciativa específica de los PMG de género
gestión pública impulsadas entre 2000 y 2006, con el propósito de obtener logros
nacional.
14
Hay tantos PMG como temáticas estratégicas definidas por el Poder Ejecutivo como lo son, por
ejemplo, el gobierno electrónico, la atención al usuario, los recursos humanos, la planificación y el
control de gestión, la auditoria interna y la administración financiera.
16
En términos generales, el PMG se inicia con un primer año de trabajo destinado a
entre la organización y el SERNAM (Álvarez San Martín 2007). Lejos de ser una
política lineal, el PMG es cumulativo, puesto que la ejecución de cada una de las etapas
acciones15.
Presidencia. Dicho Comité es responsable por garantizar que los PMG sean consistentes
con los lineamientos generales del gobierno y, en consecuencia, posee la última palabra
al momento de aprobar el informe enviado por las organizaciones. Por cierto, en el caso
15
Cada organización pública confecciona su propio PMG. En virtud de su elaboración, se designa una
“coordinadora o coordinador de género”, quien es responsable por el armado de un equipo interno el cual,
a su vez, entabla una interacción de trabajo con los expertos sectoriales del SERNAM. Normativamente,
el PMG debe involucrar a funcionarios y funcionarias, por lo que se espera la conformación de instancias
de reflexión mancomunadas entre los responsables jerárquicos y el cuerpo funcional de la organización.
16
Las observaciones realizadas por el SERNAM se envían, simultáneamente, al Comité y a cada una de
las organizaciones. Si es preciso, además, se pueden solicitar los denominados “medios de verificación”
con el propósito de determinar la validez de las acciones descriptas en los informes. Finalmente, la
Oficina de Auditoria Interna, verifica, con regularidad, lo informado en los distintos PMG.
17
En términos de la transversalización de género en las políticas públicas, en la
y discusión acerca de qué son, de acuerdo con las demandas de las organizaciones
Considerando que las normas de género colisionan con viejos hábitos y miradas (Walby
perspectiva propugnada por parte del SERNAM; es decir, el género como una
estratégicos” (Guzmán 2005), sentándose así las bases primarias para el diseño y la
del SERNAM y la introducción de los PMG de género, así como por el respaldo
político a las políticas públicas en dicha materia. Con todo, este importante instrumento
18
por los logros alcanzados respecto de los PMG de otras áreas (Rodríguez Gustá
Con todo, cabe destacar que el SERNAM y las acciones impulsadas desde el Poder
Ejecutivo han sido fundamentales para promover derechos de mujeres, los cuales han
sido frenados en más de una oportunidad por la rama legislativa (Friedman 2009). De
delimitar con mayor precisión los compromisos de equidad a ejecutar por parte de los
Mujer (CNM), creado en 1992, tuvo casi desde sus inicios una historia institucional y
19
jerarquía, autonomía y presupuesto19. Sin embargo, cabe destacar que el Plan Federal de
“fondos blandos”). Así, se apuntó a otorgarle mayores recursos al CNM. Entre las líneas
de acción del Plan, se apuntó a fortalecer las áreas de mujer de los gobiernos
provinciales. Actualmente todas las provincias cuentan con agencias de este tipo, las
4. Conclusiones
equidad de género se han orientado en dos grandes líneas de política: las acciones
19
Si bien en sus inicios, el CNM dependía directamente de la Presidencia de la Nación, actualmente el
mismo está inscripto en el Consejo Nacional Coordinador de Políticas Sociales.
20
conjunto del aparato estatal. Desde 1991, un conjunto de países ha instrumentado cuotas
evaluar la posición de los países (Friedman 2009: 424)20. Por otra parte, con las
excepciones de la Argentina y Colombia, todos los países de América del sur cuentan
20
En este sentido, por ejemplo, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo incorpora ese dato en
su Índice de Potenciación de Género (IPG), que mide la participación femenina en puestos públicos de
jerarquía, la proporción de mujeres profesionales y técnicas, y la relación de ingresos estimados entre
hombres y mujeres (PNUD 2007).
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consideradas de manera aislada, no son suficientes para revertir la inequidad de género
5. Bibliografía citada
Álvarez, Sonia (1999). “Advocating Feminism: The Latin American Feminist NGO
Boom”. International Feminist Journal of Politics Vol. 1 (2): 181 – 209.
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Candidates in Mexico”. Paper presented at the 2003 Meeting of the American Political
Science Association, Philadelphia, August 28-31.
Beverdige, Fiona, Nott, Sue y Stephen, Kylie (2000). “Mainstreaming and the
Engendering of Policy-making: A Means to an End?”. Journal of European Public
Policy 7 (3): 385 – 405.
Borner, Jutta, Caminotti, Mariana, Marx, Jutta y Rodríguez Gustá, Ana Laura
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el Congreso Nacional de la Argentina. Buenos Aires: PNUD, Prometeo Libros.
Crocker, Adriana (2005). Gender Quota Laws in Latin America. Explaining Cross-
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Franceschet, Susan (2008). “La representación política de las mujeres en un país sin
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Aires: Heliasta, pp. 191-209.
22
Franceschet, Susan y Krook, Mona Lena (2006). “State Feminism and Gender
Quotas in the ‘North’ and the ‘South’: Comparative Lessons from Western Europe and
Latin America”. Paper prepared for presented at the Annual Meeting of the International
Studies Association, San Diego, CA, March 22-25.
Friedman, Jay (2009). “Gender, Sexuality and the Latin American Left: testing the
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Gray, Tracy (2004). “The Marriage of Policy and Reality: The Struggle for Civil
Divorce in Chile”. Latin American Studies Association Annual Metting. Las Vegas,
Nevada.
Krook, Mona Lena (2008). “Quota Laws for Women in Politics: Implications for
Feminist Practice”. Social Politics Vol. 15 (3): 345-368.
Marx, Jutta, Borner, Jutta y Caminotti, Mariana (2007). Las legisladoras: Cupos de
género y política en Argentina y Brasil. Buenos Aires: Siglo XXI Editora
Iberoamericana.
Piscopo, Jennifer (2006). “Engineering Quotas in Latin America”. Center for Iberian
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23
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April.
Rodríguez Gustá, Ana Laura (2009). “¿Qué nos dicen los planes de igualdad de
oportunidades de América Latina? Una reflexión en torno a las construcciones textuales
de la desigualdad de género, la ciudadanía de mujeres y la participación”. Documento
de Trabajo del Centro de Estudios Desarrollo y Territorio (CEDET).
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