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por favor y gracias

los niños siempre deben de respetar a sus mayores, pero ¿qué tal si esta vez no
pueden? así empieza nuestra historia
había una vez una niña que no podía decir por favor ni gracias estas dos palabritas no
podían salir de su boca su abuelo se enfadaban mucho por el tema y sus padres aun
mas pero su hermana admiraba a su hermanita y sentía dolor de ella al mirar que no
podía hacer nada se sentía peor pues su hermanita cada día empeoraba “está mal”
dijo al fin “llamar ala doctora” dijo la pequeña niña su abuelo con una vos firme
exclamo “esa niña no tiene nada lo que esta mal en ella son sus modales” la niña no
paraba de decir que su hermana está mal enferma después de tanto tiempo al fin la
madre acepto y llamo rápidamente a la doctora llego la doctora anuncio su llegada al
tocar el timbre reviso detalladamente a la niña no tiene nada en el cuello ni en la
lengua y si lo tendría ya me hubiera dado cuenta dijo la sabia mujer y se marcho de
nuevo “así pues tiene algo en su corazón” confirmo la hermana nadie sabía que hacer
nadie podía ayudar y sin embargo era una grave enfermedad y un verdadero dolor si
veía algunas visita y traía consigo cosas buenas se iba la muchacha a esconderse en el
patio de la casa no quería recibir nada pues no podía decir gracias como manda la
buena educación una vez esta toda la familia en el campo sirvieron pan dulce y
croquetas y con ello también pastel de frambuesa que bueno era eso, que rico era eso
y todos se alegraron pero a la niña se le recordó que tenia que decir por favor y gracias
y dejo todas aquellas sabrosas cosas y dijo que no le apetecían y prefería ir a ver a los
conejitos pero cuando estuvo con los conejitos empezó correr las lagrimas por sus
mejilla era tan triste no poder decir por favor y gracias un momento después fue
llamada por su abuelo quien dijo toma esto muchacha la niña al agarrar tal regalo solo
pudo aguantarse las lágrimas cuales brotaban solas en sus mejillas el abuelo al darse
cuenta que la muchacha se quedaba callada solo se retiró en silencio la niña se fue
nuevamente alado de los conejillos quienes eran testigos del dolor de la muchacha.
Tiempo después la muchacha ya podía decir dichas palabras que le hacían imposible
decirlas todo ya estaba mejor eso pensó la muchacha toda la familia se había
enterado de que dicha jovencita ya podía decir aquellas palabras pero nada cambio
todo esta igual el sentimiento de estar sola nunca cabio, ahí fue cuando se dio cuenta
que el problema no era esas palabras si no ella ese comportamiento de alejarse de los
demás era su culpa ella tenia en mente que el problema eran esas palabras pero no se
puso a pensar un largo momento no lograba entender así que decidió ir con aquellos
conejitos quien eran testigos de su tristeza al ir se encontró con sus pequeños amigos
la muchacha empezó a decirle sus preguntas a los conejos hubo un momento de
silencio en cual la muchacha esperaba una respuesta al no escuchar ninguna respuesta
solo dijo “realmente esperaba una respuesta” por unos minutos estaba callada los
minutos se convirtieron en horas.

María Cristina Colorado Ayna

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