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¿Es esta suma, que Arce y el MAS hacen, correcta? La situación fiscal, la situación
cambiaria, la de inversiones directas, el benchmarking de Bolivia en algunos índices
internacionales, o sea la comparación de Bolivia con la realidad internacional y no con
autoengaños demagógicos, llegan a otro resultado.
La “gallina de los huevos de oro”, léase los altos precios de las materias primas en el
mercado internacional, está muerta a más tardar desde 2014. Los ingresos
excepcionales, gracias a ese súper-ciclo de precios internacionales, que sumaron entre
2006 y 2013 poco más de 50 mil millones de Dólares se acabaron. Este súper-ciclo fue
la base para el “presterío fiscal” de despilfarro del MAS. Por ejemplo, el gasto corriente
fue de más de 32 mil millones de Dólares. Solo en sueldos y jornales, el gasto subió de
8.091 millones de Bolivianos (1172 millones de Dólares), en 2006 hasta 31.951 millones
de Bolivianos (4.630 millones de Dólares) en 2015. Esto equivale a un incremento del
395%. Por otro lado, se crearon compromisos permanentes financiados con ingresos
volátiles y que son determinados por el mercado internacional.
A partir del 2014 los déficits fiscales fueron marcadamente crecientes con relación al
PIB. Esto quiere decir, que los ingresos públicos en Bolivia se estancaron, fueron
insuficientes para cubrir el “presterío fiscal” del gobierno del MAS.
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posible déficit fiscal de -12% del PIB, para 2020, es tener que poner su atención en el
resultado de un proceso que viene desde 2014 más la crisis de la pandemia.
Esta obligó a una cuarentena de varias semanas, paralizando el aparato estatal, gran
parte del comercio y la empresa privada, La crisis de la economía se convirtió en una
de oferta y demanda a la vez. No hubiese sido distinto con un gobierno de Arce.
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sobrevaloración real del Boliviano es indicación de un desfase entre nivel de salarios
nominales y la productividad. Los productos bolivianos de manufactura no tradicionales
son muy caros para el mercado internacional y los salarios no corresponden a la
productividad, por más que la COB insista que los salarios son muy bajos. Según el vivir
Foro Económico Mundial (2019), Bolivia ocupa en productividad, el lugar 107 entre 141
países. La apreciación de la moneda en Bolivia, no solo cementa el superávit de
importaciones, sino que perpetúa además la estructura productiva de economía de
consumo El subdesarrollo económico no se supera solo con bonos y aguinaldos, por
más legítimos que sean. En cambio, se debería haber establecido una subvaloración de
la moneda con base en una constelación de inversiones directas y exportaciones.
Entonces, ¿por qué es importante la tasa de cambio (subvalorada)? Esta es crucial,
porque es una variable estratégica de desarrollo. Primero, por ser un ancla nominal en
el sistema monetario, por ser un precio nominal de activos y segundo, por ser el valor
externo de los salarios en Bolivia (léase, es el valor nominal del nivel de salarios cotizado
con el valor actual de la tasa de cambios). En el sistema de ancla nominal, con tasa de
cambio fijo, como en Bolivia, la política fiscal es central para mantener el equilibrio
macroeconómico. El fuerte déficit fiscal causado en el gobierno del MAS no solo debilita
la posición fiscal, sino, que, al tener un impacto de apreciación en la moneda, arriesga
quebrar el ancla nominal, debido a las expectativas latentes y crecientes de devaluación.
De este pensamiento no debe entenderse, que ahora se aconsejaría una devaluación
del Boliviano. En la situación actual, una devaluación tendría más riesgos que
beneficios. El riesgo de una espiral salario-inflación crecería y con esta, una
dolarización. Qué ironía sería, que la bolivianización del sistema monetario, que fue un
buen logro de la política monetaria del gobierno del MAS, la revierta el mismo MAS.
Subvaloración o subpreciación significa precisamente que una economía no consume
lo que podría consumir dado su nivel de productividad. Por lo tanto, en una economía
de mercado, o del dinero, insertada en el mercado mundial, el desarrollo económico
sostenible, no se inicia primando el fomento de la demanda interna, sino más bien con
la creación de ingreso como producto de inversiones y exportaciones de largo plazo,
transformando estructuras productivas y convirtiéndose en un país competitivo.
Por lo tanto, el zafarrancho económico de Arce y del MAS es doble, está ahora servido
sobre la mesa del gabinete económico. Es uno fiscal por el derroche en el gasto y la
falta de ingresos debido a la fallida diversificación de la matriz productiva y, en
consecuencia, es también uno monetario, debido a la sobrevaloración del Boliviano con
todas sus secuelas. Para describirlo drásticamente, de otra manera: El cuerpo
económico del MAS se pegó un tiro en la rodilla, en plena carrera. Llegó cojeando al
año 2020, y culpa a otros del daño en su rodilla, porque ahora tiene que cargar el peso
de la crisis de la pandemia.
Tendrán que aceptar, que, en términos de la mecánica de saldos económicos, en Bolivia
o en China, 2 + 2 = 4. La realidad económica les pasará por el lado derecho. Se verá
pronto, en qué medida entiende Arce y su gobierno la importancia de la tasa de cambios
como variable estratégica para lograr un desarrollo de largo plazo y a la política fiscal
como instrumento importante de equilibrio de esa estrategia y, sobre todo, si logran
establecer una constelación de inversiones directas y exportaciones superavitarias con
una moneda subvalorada, para cambiar la matriz productiva. La lógica de una economía
del dinero capitalista que quiere salir de la pobreza y desarrollarse sosteniblemente,
base a la reducción del diferencial de salarios reales entre países subdesarrollados y
desarrollados, o sea, “vivir bien” así lo exige. 11.11.2020