Está en la página 1de 2

Concepto del falo

El término “falo” es rara vez utilizado en escritos freudianos, es empleado en ocasiones


para nombrar un estadio fálico, es que el momento del desarrollo de la sexualidad
infantil, donde culmina el complejo de castración, Freud utiliza con más frecuencia ese
término cada vez que debe referirse a esto o a algo ausente del cuerpo de la mujer.
Fue Jacques Lacan quien dio a conocer el “falo” como un concepto analítico y se
definió “pene” para denominar solo el órgano anatómico masculino. La preponderancia
del falo significa que la evolución sexual infantil y adulta se ordena según la presencia o
ausencia de este pene imaginario en el mundo de los humanos.

Para empezar, a definir lo que es este debemos retomar el proceso de la castración tal
como fue estudiado en el varón y la niña, para deducir que en el objeto central en el
cual se origina el complejo de castración no es, el órgano anatómico, sino, su
representación, lo que el niño percibe como un atributo poseído por algunos y ausente
en otros, entonces no es el pene, más bien su representación psíquica, existiendo de
forma imaginario o forma simbólica.

El primero es la caracterización psíquica inconsiente que resulta de tres factores:


anatómico, libidinal y fantasmático, ante todo el factor anatómico que surgue del
carácter físicamente prominete de esta parte del cuerpo, que se confiere al pene una
fuerte pregnancia, tiempo táctil y visual. Por tanto, es la “buena forma” de este la que
se impone en la percepción del niño bajo la alternativa de una parte ausente del
cuerpo.

Posteriormente, el segundo factor seria la carga intensa de libidinal acumulada en esa


región que se desata en tocamientos auto eróticos, para finalizar en el fantasmatico,
que es ligado a la angustia provocada por ese “fantasma” de que alguna vez ese
órgano podría ser mutilado. Partiendo de eso, se comprende que la palabra pene,
resulte impropio para designar esta entidad imaginaria creada del intenso amor
narcisista que el niño le confiere la inquietud de verlo desaparecer.
Por otra parte, está la figura simbólica del falo imaginario entendida como aquella que
asigna al órgano masculino el valor de objeto separable del cuerpo, intercambiable,
desmontable con otros objetos. Lo que podemos entender como un objeto presente,
ausente, amenazado o preservado ocupe uno de los lugares en una serie de términos
equivalentes, por ejemplo, el niño es obligado a renunciar al goce con su madre, dado
esto, debe abandonar el falo imaginario con el cual quería hacerla gozar, siendo
remplazado por equivalentes como regalos, siendo denominada por Freud como
“ecuación simbólica”, está constituida por objetos diversos cuya función consiste en
mantener el deseo sexual del niño, a la vez que se aparta la peligrosa eventualidad de
gozar de la madre.

Conclusión

El falo es más que un concepto entre otros de una serie acumulativa de términos, es en
realidad una condición que garantiza la existencia de la serie y hace posible que los
objetos heterogéneos en la vida sean objetos equivalentes del deseo humano.

Bibliografía
Nasio, Juan David (1988), Concepto de falo, en Enseñanza de 7 conceptos cruciales
del psicoanálisis, Gedisa, Barcelona.

También podría gustarte