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Dos miradas sobre dos mujeres

En escena, dos mujeres, una silla. Aurora y Soledad. A medida que avanza la obra, van
intercambiando roles, siendo Aurora la que ocupa la silla siempre. Soledad ocupa el piso. Aurora,
solemne, rompe nueces con los dientes, como si el ruido de eso que rompe la tranquilizara.
Soledad, prostituta en apariencia.

(Soledad desquiciada en el piso. Aurora inerte en la silla, con la mirada perdida.)

Soledad: Aurora. Ya es tiempo, Aurora. De volver. Se quema la comida, hay humo en la cocina, me
lleno de humo Aurora! Dónde estás?

Estás sucia, impenetrable. Te duele pero no salís. Dejate Aurora, al final siemprees el deseo el que
te imprime esa mugre en el cuello que tanto te gusta, en las tetas, en la respiración agitada.
Agotada.

Moríme Aurora, vení ya y morime. ¿Me complacerías con uno de tus juegos por última vez? Me
gustaba que te rías en mi espalda…apoyabas tu lengua en mi columna…ibas y venías…¿Por qué no
venís? ¿Te cansaste? Moríme Aurora, moríme.

Aurora: Lo intento Soledad, lo intenté tantísimas veces ya que me ahogo entre tanto polvo y
manteles sucios. Ya es primavera, ya viene el viento, ese que se lleva la tierra de las narices al
borde de esta puta cocina. ¿Y vos ahí? Casi muerta..pedís, pedís, pedís y nunca te volvés para ver
qué hay acá…¿Sabés que hay acá?

Soledad: Nada

Aurora: Nada

(Cambio de roles)

Aurora: No hay más que manzanas mordidas y gusanos carcomiendo tu vestido. Te podrís, estás
como muerta Soledad, ¿dónde estás?....

(Como si se perdiera un momento y volviera en otro tiempo)

¿Dónde estoy? Ayer pasé por el pan y estaba calentito todavía. Mejorás? Inquebrantable sobre tu
muda de cáscaras verdes, enmohecidas.

(Vuelve)
¿Yo morirte? No seas estúpida, ya es demasiado temprano para verte jugar. Aún no aclara la
noche, Soledad.

Soledad: ¿Ya moriste, Aurora? Estás rompiendo las reglas. Sos estúpida, siempre tan solemne, tan
correcta y fresca, tan irreal. Siempre preocupada por el mundo y ahora no hacés más que romper
nueces, como si eso te salvara de pensar. Te van a ganar Aurora, te van a ganar! Mucho ruido,
mucho ruido por allá arriba y a nosotras nos dejn las migas para revolcarnos como cerdos

Aurora: Cerdas!

Soledad: Como cerdas en la mugre. Como si fuéramos figuritas repetidas en este invierno de sal.

Aurora: Primavera Aurora, (perdida) ya es primavera.

(Cambio de roles. Interactúan por primera vez.)

Soledad: (Irónica)Primavera! Oh, sí primavera! Casi me olvido de tu aristocrática manera de


convencerte ciega, sorda, frágil. Comprás idiotizada las palabras decorosas que te endulzan. Allá
arriba dicen: Primavera! Y vos? Compro!!! Gritás eufórica, extaciada…como si la primavera les
quitara esa necedad…como si la primavera nos regalara el perfume de sus flores, y en ese perfume
existiese la salvación…asco me da el perfume de los jazmines!!! Asco me da el polen!

Aurora: Basta, basta…no sigas.

Soledad: (desquiciada) Eufórica per escondida…te escondés Aurora, como si en la cocina fueras a
encontrar la muerte.

Aurora: La muerte nos abraza. Siempre. Y vos, con tus manos liberales y tu lengua mugrienta
humillás cada fragmento de este cuerpo habitado de mí. Pero el cuento ya se termina, y lo sabés,
por eso decís todo eso.

Soledad: ¿Cuento? De qué cuento me hablás? No ves que estás hecha de cuentos, de humo,
encerrada en la cocina, refugiada de qué? Yo te hablo de los cuerpos Aurora, estos cuerpos inertes
en el piso, mas piso que nunca hoy, que no venís…¿No me escuchás? Ya es tiempo de volver..

(Apagón. Cambio de roles. Ambas mirando al frente. No se vinculan. Musicalizan esta parte ellas
mismas.)

Soledad: Nos matamos en la esquina en que no nos miramos, agrietadas. Nos matamos de a
pedazos, nos dejamos comer. Nos matamos en la Tierra, hija de los actos y madre de las cosas.
Nos encontramos en este miscible espacio y nos devoramos. Nos matamos una y otra vez y
gritamos absortas de dolor.

Aurora: Nos jactamos infames de este absurdo circo del progreso. Nos dolemos en el alma de la
depredación humana. Los unos por las otras, siempre. Y la batalla eterna que deja Soledad. Nos
matamos en los actos cotidianos y en los bélicos encuentros. No nos miramos y nos matamos
mutiladas de indiferencia. No nos tocamos. No nos excitamos. No nos corrompemos.

Soledad: Nos tocamos. Nos excitamos y también nos corrompemos. Todo se termina. El mundo
pende de un hilo. Nos matamos. Todo se termina. Estalla el aire. Estalla el mundo. Nos matamos.
En los rostros absorbidos de las madres, de las vírgenes y de las putas.

Aurora: No cabe en este itinerante que habitamos, el dolor que nos hacemos. Y nos
sorprendemos. Nos agarramos el pecho y nos compungimos. Nos matamos en los abrazos, y en los
besos. En las palabras. Nos morimos en este olvido que decanta números vacíos. Nos morimos en
la no escucha de esta lluvia que despierta vientos. Nos morimos tapadas de cemento y de metal.
Casi no vemos el cielo. Nos idiotizamos. Nos servimos desesperadas de esta muerte.

Juntas: Y nos matamos por esta insoportable Humanidad que nos habita.

Fin

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