Está en la página 1de 10

Entre tumbas, flores

Personajes:
Edgardo
Guarda del cementerio
Poetas

ACTO I
(De noche en un cementerio. Un hombre llora desconsoladamente sobre una tumba, tapando con su
cuerpo el nombre del difunto. Se retuerce de dolor como si no hubiera un mañana. Está rodeado de
tumbas de poetas, pero él lo desconoce). 1.MÚSICA: Introito del Requiem de W.A. Mozart hasta
el minuto 0:40.
EDGARDO (enjugándose las lágrimas): amada mía, la fortuna que no tuve cuando estuviste viva
me acompaña esta noche, pues parece que los espíritus que vagan sin descanso entre las tumbas me
han favorecido. Aquí me veo gracias al distraído proceder del vigilante del cementerio, que ha
cerrado la verja sin reparar en que yo, Edgardo López, tu esposo, me quedaba a solas contigo,
logrando traspasar así las fronteras que separan la vida y la muerte.

La niebla se irá haciendo cada vez más densa y mi presencia quedará diluida. Dentro de poco no
seré más que una sombra, como los cipreses que bailan al son del viento que sopla. Cualquiera que
venga a importunarnos me confundirá con una de las estatuas que acompaña el sueño eterno de tus
vecinos.

(Un candil oscilante ilumina la oscuridad en la mano del Guarda del cementerio. Poco a poco se va
acercando una llama hasta el lugar en donde habla Edgardo silbando “No es serio este cementerio”)

GUARDA (para sí mismo): La noche promete sorpresas. Los cuervos graznan con ganas y los gatos
que alimento y están gordos como sacos de boxeo andan inquietos entre las tumbas. Hay que luchar
contra el aburrimiento, el destino de los vigilantes, aún más en un sitio como este.

(Edgardo se esconde para no ser visto a medida que el guarda se acerca)

GUARDA: ¿Qué es esa sombra que se ha movido junto al panteón de los poetas? (Gritando) ¿Sois
almas en penas o canis de botellón? Si sois almas en pena os ruego que os vayáis a la zona de abajo
del cementerio que está en obras; si sois canis, ya os estáis yendo porque si no os meto con el
garrote y se os acaba la fiesta.

EDGARDO (susurrando a su amada muerta): Amor mío, este imbécil nos va a fastidiar la noche.

GUARDA: (para sí mismo) Me huelo que son los de la Asociación de las misas negras del Barrio
Bajo. ¡Si sois los de las patas de gallina y las tripas de gatos, ya os podéis ir yendo también! ¡Que
vaya cómo me dejasteis hace un mes la lápida de Dª Gertrudis de la Vega con el rollito de llamar a
los espíritus.

EDGARDO: (surgiendo de detrás de un panteón, todo vestido de negro y con la cara pálida, como
de muerto): Soy yo.

GUARDA: ¡joder, qué susto! ¡Vaya carita, criatura! Algunos de los que enterramos aquí tienen
mejor pinta. Contésteme en serio, ¿está vivo o muerto?

EDGARDO: (dramáticamente) Muerto en vida por amor, por el infortunio que ha marcado mi
existencia, por el abandono a que el destino me ha sometido, por…

1
GUARDA: Calla, calla, calla… que para poesía ya tenemos aquí a estos. Tú eres un triste, eso es lo
que eres.

EDGARDO: Pero, ¿cómo se atreve a hablarme así, a mí, víctima fatal de los designios del
destino…

GUARDA: Criaturita, al hoyo vamos todos. Individuos mejores que usted y que yo ya están
criando flores silvestres desde hace siglos y el mundo no se ha parado por ello. Mira, tengo
precisamente un poema aquí que será de gran ayuda para aclararle sus ideas (saca un papel del
bolsillo y lee): 2. MÚSICA: The Ectasy of Dancing Fleas. Penguin Cafe Orchestra. A partir del minuto
0:14 baja el volumen de la música y se mantiene durante todo el poema.
CUANDO TENGAS GANAS DE MORIRTE
Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.
Quédate dos días sin comer
y verás qué hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.
Quédate sin mujer: verás.
Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete y ya.

EDGARDO: (apesadumbrado) yo también soy poeta, ¿sabe? Mi inspiración era ella; ahora no hago
más que versos de muerte y vengo aquí a recitarlos ante su tumba.

GUARDA: Amigo, usted es un atrevido. Estamos justo al lado del panteón de poetas ilustres.
¿Cuánto tiempo hace que viene aquí?

EDGARDO: casi tres semanas. Todas las noches.

GUARDA: ¡Leches! Y nunca lo he visto para darle un garrotazo… Mire, ¿y de qué murió su
amada?

EDGARDO: Prefiero no recordarlo...

GUARDA: No importa, pero le contaré un secreto. Los terceros sábados del mes, se da un extraño
fenómeno en este cementerio. Los espíritus de los poetas hacen su aparición y leen poemas de amor
y de muerte. No pasarán ni dos minutos para que aparezca el primero: un italiano llamado
Francesco Petrarca. El hombre lo pasó peor que usted. Le dedicó cientos de poemas a su amada
muerta, que ya hay que tener ganas. Escuche, escuche, además en italiano del siglo XIV:

2
3.MÚSICA: Mille Regretz de Josquin Desprez/Luys de Narváez. La música se mantiene durante
todo el poema.

FRANCESCO PETRARCA (GIULIA):

A LA MUERTE DE LAURA

Sus ojos que canté amorosamente, Gli occhi di ch’io parlai sí caldamente,
su cuerpo hermoso que adoré constante, et le braccia et le mani et i piedi e ’l viso,
y que vivir me hiciera tan distante che m’avean sí da me stesso diviso,
de mí mismo, y huyendo de la gente, et fatto singular da l’altra gente;

Su cabellera de oro reluciente, le crespe chiome d’òr puro lucente


la risa de su angélico semblante e ’l lampeggiar de l’angelico riso,
que hizo la tierra al cielo semejante, che solean fare in terra un paradiso,
¡poco polvo son ya que nada siente! poca polvere son, che nulla sente.

¡Y sin embargo vivo todavía! Et io pur vivo, onde mi doglio et sdegno,


A ciegas, sin la lumbre que amé tanto, rimaso senza ’l lume ch’amai tanto,
surca mi nave la extensión vacía... in gran fortuna e ’n disarmato legno.

Aquí termine mi amoroso canto: Or sia qui fine al mio amoroso canto:
seca la fuente está de mi alegría, secca è la vena de l’usato ingegno,
mi lira yace convertida en llanto. et la cetera mia rivolta in pianto.

EDGARDO: Me emociona oír tanta belleza.

GUARDA: pero esto no es nada, hombre. Aquí tenemos un tocayo suyo, pero americano. Edgar
Alan Poe. ¿Le suena? Tiene un poema que es una pasada. Es sobre un tipo como usted, que se pasa
toda la vida durmiendo por la noche en la tumba de su amada muerta, una tal Anabel Lee. Escuche,
que este sobrecoge…

EDGAR A. POE (Begoña Ochoa): “Anabel Lee”

(Tras la lectura, interpretación de “Anabel Lee”,


adaptación del poema homónimo de E. A. Poe
con la proyección del vídeo de la canción)
1.VIDEO: Anabel Lee de Radio Futura sin sonido
EDGARDO: (Silencioso y meditabundo): no puede ser. Es mi historia, pero cantada con un talento
y una emoción increíble. ¿Y quiénes son estos que la han convertido en música? ¿De dónde salen?
Esta noche es una noche de extraños prodigios.

GUARDA: Estos musiquillos son almas en pena que no encuentran descanso por lo que hicieron en
sus anteriores vidas. Creo que fueron algo así como profesores o maestros. No lo sé con seguridad.

EDGARDO: Yo también llevo algunos poemas conmigo, pero, claro, delante de tanto muerto poeta
da como un poco de vergüenza leerlos.

GUARDA: Lea, lea, hombre, no se corte. Total, no se van a morir del susto. Y le confieso que yo
también tengo algunos poemillas escritos a la luz de la luna entre estas tumbas.

3
EDGARDO: Me da usted una alegría. La poesía casi que no interesa ya. Parece que dentro de unos
años se impondrá como medio para expresar los sentimientos algo llamadoReguetón o Reguetán.

GUARDA: Mientras que esos tiempos oscuros llegan, hagámonos compañía con unos poemas.

EDGARDO: (Saca unos papeles del bolsillo) Este se lo compase a mi difunta Ana cuando aún
estaba con vida, cuando aún no sospechábamos de que la muerte nos separaría:
4.MÚSICA: Adiós Nonino de A. Piazzola
NO ES QUE MUERA DE AMOR
No es que muera de amor, muero de ti. y todo yo te sé como yo mismo.
Muero de ti, amor, de amor de ti, [...]
de urgencia mía de mi piel de ti, Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
de mi alma, de ti y de mi boca entre los dos, ahora, separados,
y del insoportable que yo soy sin ti. del uno al otro, diariamente,
Muero de ti y de mi, muero de ambos, cayéndonos en múltiples estatuas,
de nosotros, de ese, en gestos que no vemos,
desgarrado, partido, en nuestras manos que nos necesitan.
me muero, te muero, lo morimos. [...]
Morimos en mi cuarto en que estoy solo, En el pozo de amor a todas horas,
en mi cama en que faltas, inconsolable, a gritos,
en la calle donde mi brazo va vacío, dentro de mi, quiero decir, te llamo,
en el cine y los parques, los tranvías, [...]
Nos morimos, amor, y nada hacemos
los lugares donde mi hombro
sino morirnos más, hora tras hora,
acostumbra tu cabeza
y escribirnos y hablarnos y morirnos.
y mi mano tu mano

GUARDA: Oiga, usted merece estar junto a estos de aquí (señalando las tumbas de los poetas
muertos). Aquí hay uno de los grandes que lo mismo quiere darle la respuesta con uno de los suyos.
Es el inmenso William Shakespeare...

EDGARDO: ah, ¿el de Romeo y Julieta?

GUARDA: ¡El mismo! Alguna noche le he escuchado recitar un soneto donde le pide a su amor
que no lo recuerde después de muerto...
!
EDGARDO: ¡Qué valor!

GUARDA: … y que, si lo hace, que no diga su nombre para que todo quede en secreto.

4
5.MÚSICA.Sonata para violín de Elisbeth Jacquet de la Guerre

W. SHAKESPEARE: (carraspeando)

Cuando haya muerto, llórame tan sólo

Cuando haya muerto, llórame tan sólo No longer mourn for me when I am dead
mientras escuches la campana triste, Than you shall hear the surly sullen bell
anunciadora al mundo de mi fuga Give warning to the world that I am fled
del mundo vil hacia el gusano infame. From this vile world with vilest worms to dwell;

Y no evoques, si lees esta rima, Nay, if you read this line, remember not
la mano que la escribe, pues te quiero The hand that writ it; for I love you so,
tanto que hasta tu olvido prefiriera That I in your sweet thoughts would be forgot,
a saber que te amarga mi memoria. If thinking on me then should make you woe.

Pero si acaso miras estos versos O, if (I say) you look upon this verse,
cuando del barro nada me separe, When I (perhaps) compounded am with clay,
ni siquiera mi pobre nombre digas Do not so much as my poor name rehearse,
y que tu amor conmigo se marchite, But let your love even with my life decay,

para que el sabio en tu llorar no indague Lest the wise world should look into your moan,
y se burle de ti por el ausente. And mock you with me after I am gone.

EDGARDO: ¡Grandioso! ¡Y qué bien recita en inglés el hombre?

GUARDA: Claro, como que era de la mismísima Inglaterra, amigo.

EDGARDO: ¿Pero no hay poetas españoles en este camposanto? Mira que hubo buenos en esta
tierra.

LOPE DE VEGA: (saliendo la voz de una tumba con indignación y una calavera en mano): ¡Yo!
¡Don Lope de Vega y Carpio! A mí no me ningunea ese tal William Shakespeare de pacotilla, que
también escribí obras de teatro y poemas. Escuchen, si no, qué preciosidad de soneto. Lo compuse
con una calavera de mujer en la mano. Luego el “Williancito” este creo que me lo copió para una
obrilla suya llamada algo así como Hamlet. Pero escuchen, escuchen (mientras recita va tocando los
puntos de la calavera a los que se refiere el poema):
6.MÚSICA. Gold Bless the Child Stanley de Turrentine
A UNA CALAVERA DE MUJER
Esta cabeza, cuando viva, tuvo aquí la estimativa, en quien tenía
sobre la arquitectura de estos huesos el principio de todo movimiento;
carne y cabellos, por quien fueron presos aquí de las potencias la armonía.
los ojos que mirándola detuvo.
¡Oh hermosura mortal, cometa al viento!
Aquí la rosa de la boca estuvo, En donde tanta presunción vivía
marchita ya con tan helados besos; desprecian los gusanos aposento.
aquí los ojos, de esmeralda impresos,
color que tantas almas entretuvo;

5
EDGARDO: Vaya, ¡qué impresionante, ¿verdad?

GUARDA: Verdad, pero siempre estamos que con lo nuestro es lo mejor. Le veo a usted un poco
desconfiado hacia las otras lenguas. Póngase al día, amigo. En los institutos del futuro se estudiarán
tres lenguas.

EDGARDO: Trilingüismo, qué horror. No me diga que además del inglés se estudiará francés.

GUARDA: y, en algunos Alemán y Chino.

EDGARDO: No me fastidie.

GUARDA: Tenga cuidado. Aquí al lado reposa el cuerpo del inmortal Victor Hugo, poeta francés
que también sale de vez en cuando a recitar un maravilloso poema sobre alguien que camina hacia
la tumba de alguien querido sin fijarse en el mundo… Psssssss, ahí lo tiene…
7.MÚSICA.Wim Mertens. Prudence
VICTOR HUGO (Cristina Barriga)

MAÑANA, AL ALBA DEMAIN, DÈS L´AUBE


Mañana, al alba, al tiempo que en los campos aclara, Demain, dès l'aube, à l'heure où blanchit la campagne,
partiré. Ya lo ves, yo sé que tú me esperas. Je partirai. Vois-tu, je sais que tu m'attends.
Caminaré los bosques, las montañas severas. J'irai par la forêt, j'irai par la montagne.
Ya no resisto el tiempo que de ti me separa. Je ne puis demeurer loin de toi plus longtemps.

Andaré, pensativo, puesta en ti la mirada, Je marcherai les yeux fixés sur mes pensées,
sin oír lo que llama, sin ver lo que fulgura, Sans rien voir au dehors, sans entendre aucun bruit,
solo, oscuro, encorvado, con las manos cruzadas, Seul, inconnu, le dos courbé, les mains croisées,
triste, y para mí el día será la noche oscura. Triste, et le jour pour moi sera comme la nuit.

No miraré ni el oro que la tarde derrumba Je ne regarderai ni l'or du soir qui tombe,
ni las velas que al puerto van con lejano amor. Ni les voiles au loin descendant vers Harfleur,
Y cuando haya llegado pondré sobre tu tumba Et, quand j'arriverai, je mettrai sur ta tombe
ramos verdes de acebo y de brezos en flor. Un bouquet de houx vert et de bruyère en fleur.

EDGARDO: (gimiendo) ¡Lloro ante tanta belleza, ante tanta entrega hacia los seres muertos!

GUARDA: No se venga abajo, amigo. La poesía es lo que tiene. ¿Le apetece escuchar una historia
de terror?

EDGARDO: (dudoso) Hombreeee, en mi circunstancia, ¿imagínese cómo me puede sentar?

GUARDA: (mirando al público) ¿y a vosotros? ¡No se hable más! Hay entre estos espíritus uno que
cuando estivo vivo, por salvar su honor, hizo algo terrible, muy terrible. Escuchen, escuchen

6
LECTURA DRAMATIZADA DE “LA MUERTE DE BIEITO” de Rafael Dieste
El lector sale del ataúd
(se proyectan entretanto imágenes de un entierro)

“La muerte de Bieito” de Rafael Dieste

Fue cerca del cementerio cuando sentí removerse dentro de la caja al pobre Bieito.
(De los cuatro portadores del ataúd yo era uno). ¿Lo sentí o fue una impresión mía?
Entonces no podría asegurarlo. ¡Fue un movimiento tan suave!... Como la tenaz
carcoma que roe, roe en la noche, roe desde entonces en mi imaginación
enfervorizada por aquel suave movimiento.
Pero es que yo, amigos míos, no estaba seguro, y por tanto -comprendedme,
escuchadme-, por tanto no podía, no debía decir nada.
Imaginaos por un instante que yo hubiera dicho:
-Bieito está vivo.
Todas las cabezas de los viejos que portaban cirios se alzarían con un pasmado
asombro. Todos los chiquillos que iban extendiendo la palma de la mano bajo el
gotear de la cera vendrían en remolino a mi alrededor. Se apiñarían las mujeres junto
al ataúd. Resbalaría por todos los labios un murmullo sobrecogido, insólito:
-¡Bieito está vivo! ¡Bieito está vivo!...
Callaría el lamento de la madre y de las hermanas, y en seguida también, perdiendo el
compás, la triste marcha de los que acompañaban al ataúd. Y yo sería el gran
revelador, el salvador. Y el sol en mi rostro cobraría una importancia imprevista.
¡Ah! ¿Y si entonces, al ser abierto el ataúd, mi sospecha resultara falsa? Todo aquel
gran asombro se convertiría en un inconmensurable y macabro ridículo. Toda la
anhelante gratitud de la madre y de las hermanas, se convertiría en odio. El martillo
clavando de nuevo la caja tendría un sonido siniestro y único en la tarde.
¿Comprendéis? Por eso no dije nada.
Hubo un instante en que por el rostro de uno de los compañeros que, como yo,
cargaba el ataúd pasó la leve insinuación de un sobresalto, como si él también
estuviese sintiendo el suave movimiento. Pero no fue más que una impresión. En
seguida se serenó. Y no dije nada.
Hubo un instante en que casi me decido. Me dirigí al de mi lado y, formulando la
pregunta con una sonrisa de humor, dije:
-¿Y si Bieito estuviese vivo?
El otro rió pícaramente como quien dice: «Qué ocurrencias tenemos», y yo lo miré
como si le hubiera gastado una broma.
También me encontré a punto de decirlo en el cementerio, cuando ya habíamos
posado la caja y el cura rezaba a los pies de la fosa que se tragaría al pobre Bieito.
«Cuando el cura acabe», pensé. Pero el cura terminó y la caja descendió al hoyo sin
que yo pudiese decir nada.
Cuando el primer terrón de tierra, besado por un niño, golpeó dentro de la fosa contra
las tablas del ataúd, me subieron hasta la garganta las palabras salvadoras...

7
Estuvieron a punto de surgir. Pero entonces acudió nuevamente a mi imaginación la
casi seguridad del horripilante ridículo, de la rabia de la familia defraudada si Bieito
se encontraba muerto y bien muerto. Era ridículo decir nada ¿Cómo justificar no
haberlo dicho antes? ¡Ya sé, ya sé, siempre se puede uno explicar! ¡Sí, sí. sí, todo lo
que queráis! Pues bien... ¿Y si hubiese muerto después, después de sentirlo yo
removerse, como quizá se pudiera adivinar por alguna señal? ¡Un crimen, sí, un
crimen el haberme callado! Imagino todo lo que diría la gente:
–Pidió auxilio y no se lo dieron, desgraciado...
–Él sentía llorar, se quiso levantar, no pudo...
–Murió de espanto, le saltó el corazón al sentirse bajar a la sepultura.
–¡Ahí lo tenéis, con la cara torcida por el esfuerzo!
–¡Y ése que lo sabía, tan campante, ahí sonriendo como un payaso!
–¿Es tonto o qué?
Todo el día, amigos míos, anduve loco de remordimientos. Veía al pobre Bieito
arañando las tablas en ese espanto absoluto, más allá de todo consuelo y de toda
conformidad, de los enterrados en vida. Llegó a parecerme que todos leían en mis
ojos adormilados y lejanos que yo sabía que estaba vivo.

Y allá por la alta noche -no lo pude evitar- me fui camino del cementerio, con la
solapa subida, arrimándome a los muros para que nadie me viera.
Llegué. El cercado por un lado era bajo: unas piedras mal puestas sujetas por hiedras
y zarzas. Lo salté y fui derecho al lugar... Me eché en el suelo, arrimé la oreja, y
pronto lo que oí me heló la sangre. En el seno de la tierra unas uñas desesperadas
arañaban las tablas. ¿Arañaban? No sé, no sé. Allí cerca había un azadón que me
ayudaría a escarbar... Iba a cogerlo cuando quedé perplejo. Por el camino que pasa
junto al cementerio se sentían pasos y rumor de habla. Venía gente. Entonces sí que
sería absurda y loca mi presencia allí, a aquellas horas y con un azadón en la mano.
¿Iba a decir que lo había dejado enterrar sabiendo que estaba vivo?
Y huí con la solapa subida, pegándome a los muros.
La luna estaba llena y los perros ladraban a lo lejos.

(Se oyen perros ladrar tras la lectura)

EDGARDO: (frotándose los brazos de arriba a abajo): Comienza a hacer frío y este relato me ha
helado más la sangre. No quiero pensar que hubiésemos enterrado a mi amada Ana viva.

GUARDA: Ya da igual, amigo mío. Así que no sufras. No te vayas aún. Aquí hay dos viejas amigas
que recitan como ángeles sus deseos hechos poemas. Son IDEA VILARIÑO y MARÍA
ZAMBRANO. Siempre andan juntas en noches como esta. Ambas buscaron a la muerte en sus
poemas.

8
8.MÚSICA. Un anno d´amore de Mina

IDEA VILARIÑO:
MARÍA ZAMBRANO:

NI BRISA QUIERO MORIR

Ni brisa ni sombra. Quiero morir. No quiero oír ya más campanas.


¿Por qué, muerte, así te escondes? La noche se deshace, el silencio se agrieta.
Sal, salte, sácate de tu abismo, Si ahora un coro sombrío en un bajo imposible,
escápate tú, ¿quién te retiene? si un órgano imposible descendiera hasta donde.
¿Por qué no borras con tu mirada el universo?
¿Por qué no deshaces las piedras Quiero morir, y entonces me grita estás muriendo,
con tu sombra, con tu muerte, sólo con tu sombra, quiero cerrar los ojos porque estoy tan cansada.
con tu mano desnuda, Si no hay una mirada ni un don que me
con tu rostro de estatua, sostengan,
desnuda presencia a quien nada resiste? si se vuelven, si toman, qué espero de la noche.
Enseña, muestra tu cara a los mundos, Quiero morir ahora que se hielan las flores,
que ya no haya espacio, que en vano se fatigan las calladas estrellas,
ni cielos, ni viento, ni palabras. que el reloj detenido no atormenta el silencio.
Quiero hundirme en el silencio.
Quiero morir. No muero.
María Zambrano
No me muero. Tal vez
tantos, tantos derrumbes, tantas muertes, tal vez,
tanto olvido, rechazos,
tantos dioses que huyeron con palabras queridas
no me dejan morir definitivamente.
Idea Vilariño

Tras la lectura suena la música de Battiato y se proyecta el vídeo de la canción

2.VIDEO: Proyección del video de Torneremo ancora de Franco Battiato hasta el minuto 1:30

9
TORNEREMO ANCORA
(Franco Battiato)
Un suono discende da molto lontano Un sonido desciende desde muy lejos
assenza di tempo e di spazio ausencia de tiempo y espacio
nulla se crea, tutto si trasforma nada se crea, todo se transforma
la luce sta nell'essere luminoso la luz está en ser brillante
irraggia il cosmo intero irradia todo el cosmos
cittadini del mondo cercano una terra senza los ciudadanos del mundo buscan una tierra sin
confine fronteras
la vita non finisce è come sonno la vida no termina, es como dormir;
la nascita è come il risveglio el nacimiento es como despertar

Finchè non saremo liberi Hasta que seamos libres


torneremo ancora volveremos
ancora una
e ancora y otra vez

Lo sai Lo sabes
che il sogno è realtà que el sueño es realidad
un mondo inviolato un mundo intacto
ci aspetta da sempre siempre nos ha estado esperando
i migranti di Ganden los migrantes de Ganden
in corpi di luce en cuerpos de luz
su pianeti invisibili en planetas invisibles

Molte sono le vie Hay muchas maneras


ma una sola pero sólo una
quella che conduce alla verità la que conduce a la verdad

Finchè noi saremo liberi Mientras seamos libres


torneremo ancora volveremos
ancora una
e ancora y otra vez

EDGARDO: Extraña melodía suena en esta noche de nieblas y espíritus, amigo mío. Creo que
ahora sí me he de marchar. No volveré a andar a estas horas por aquí. Veo que mi amada Ana está
bien acompañada por todos estos poetas muertos. Además, no me parece serio molestar el descanso
de estas almas.

GUARDA: Y yo que se lo agradezco, pues, deje que se lo confiese, en el fondo nada me da más
miedo que mi propio trabajo.Y sí, no es serio este cementerio.
3.VIDEO. Proyección del video de No es serio este cementerio de Mecano sin sonido.
Interpretación del tema de Mecano “No es serio este cementerio”.
(Proyección del vídeo de la canción)

TELÓN

ENTREGA DE PREMIOS

10

También podría gustarte