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Introducción al Derecho Resumen Final

Introducción al Derecho (Economía/CCJAAPP) (UNED)

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INTRODUCCIÓN AL DERECHO RESUMEN DEFINITIVO Y BIEN


ESTRUACTURADO.

1) LAS LEYES PROPIAMENTE DICHAS.


La ley es la norma de conducta, ya sea física, moral, social, jurídica. La ley es un término
comprendiendo todas las normas generales y abstractas dictadas por los poderes
constituidos (ley material) y aquellas reservadas en exclusiva al poder legislativo (ley
formal).
LAS LEYES ORGÁNICAS Y LAS LEYES ORDINARIAS.
Las normas legales emanadas directamente del poder legislativo asumen la forma de leyes
orgánicas o de leyes ordinarias. Las primeras requieren ser aprobadas, modificadas o, en su
caso, derogadas por “mayoría absoluta del Congreso” en una votación final (la mitad más
uno). Las leyes ordinarias requieren sólo mayoría simple de votos de los presentes en la
sesión respectiva de ambas cámaras (Congreso y senado).
El artículo 81 de la CE expresa las materias que han de ser objeto de ley orgánica:
1) El desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas.
2) La aprobación de los Estatutos de Autonomías de las diversas CCAA.
3) el régimen electoral general.
4) Y las demás previstas en la Constitución.

2) EL ORDEN JERÁRQUICO DE LAS DISPOSICIONES ESTUDIADAS.


Las disposiciones legales quedan sometidas a la Constitución. Los Reglamentos y sus
disposiciones en sentido formal, al no tener rango de Ley, quedan sometidos a las restantes
leyes, aparte que existe una jerarquía normativa interna.
1º) Decretos adoptados o acordados en Consejo de Ministros.
2º) Órdenes acordadas por las Comisiones Delegadas del Gobierno
3º) Órdenes Ministeriales.
4º) Disposiciones de autoridades y órganos inferiores.
Las disposiciones o separación entre los dos grupos de disposiciones normativas que
acabamos de considerar no es fruto de preocupación teórica, sino de las circunstancias
siguientes:
A) La CONSTITUCIONALIDAD de las leyes es competencia del Tribunal Constitucional en
exclusiva.
B) La LEGALIDAD de los reglamentos (Decretos, órdenes, etc.) es controlable por cualquiera
de los Tribunales ordinarios.

3) PUBLICACIÓN Y VIGENCIA DE LAS DISPOSICIONES NORMATIVAS.


El Rey ordenará su inmediata publicación. Los ordenamientos jurídicos modernos no
admiten la existencia de disposiciones normativas secretas. Toda norma jurídica escrita
debe ser publicada. La publicación de una disposición normativa cualquiera facilita la
determinación de la fecha de entrada en vigor de la misma. Las disposiciones estatales se
publican en el BOE y las autonómicas en el correspondiente Boletín Oficial de la Comunidad
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de que se trate.

LA ENTRADA EN VIGOR.
Una vez publicada, la disposición normativa puede entrar en vigor de forma inmediata, el
uno de enero del año siguiente, a los 3 meses de su publicación, etc. En caso de que la fecha
de publicación no coincida con la de la entrada en vigor, la tradición impone hablar de
vacatio legis, para identificar el período temporal durante el cual la vigencia de la ley ya
publicada se encuentra en suspenso. El CC, ha contemplado un período de vacatio legis de
20 días.
EL TÉRMINO DE VIGENCIA: LA DEROGACIÓN.
Por lo general, las leyes son tendencialmente permanentes. Sin embargo, existe supuestos
en los que en la propia ley se auto establece un período de vigencia determinado. Se habla
de leyes temporales o “leyes de ámbito temporal”. Lo más frecuente es que la ley no tenga
límite temporal de aplicación y su vigencia se proyecte al futuro mientras que no se dicte
una nueva ley que la contradiga o derogue. Derogar significa dejar sin efecto, sin vigor, una
ley preexistente por publicarse una nueva disposición normativa que contempla o regula los
mismos supuestos o materias que la antigua. La derogación puede:
a) Dejar absolutamente privada de efecto y vigencia a la ley anterior (derogación total).
b) Establecer la DEROGACIÓN PARCIAL de la ley preexistente; la cual, en lo demás, seguirá
rigiendo.

4) EL PRINCIPIO DE LA IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES.


Este principio va íntimamente relacionado con el principio de seguridad jurídica, los
ordenamientos contemporáneos contienen una regla general favorable a la irretroactividad
de la ley (en España, por defecto, una ley no es retroactiva). Para solucionar los problemas
derivados del cambio legislativo se suelen disponer disposiciones transitorias. La
Constitución establece que la irretroactividad sólo es exigible para las disposiciones
sancionadoras o restrictivas de derechos fundamentales.

5) LA COSTUMBRE Y LOS USOS. CONCEPTO DE COSTUMBRE.


Procede de la propia sociedad no organizada que, mediante la observancia reiterada de una
conducta, acaba imponiéndola preceptivamente. La costumbre es el modelo concreto
observado reiteradamente en una comunidad que, de acuerdo con el ambiente social en el
que nace y se desenvuelve, se desea que sea observado en lo sucesivo. Se habla de que en la
costumbre hay un elemento material (la reiteración de un comportamiento) y un elemento
espiritual (la elevación de ese comportamiento a modelo de conducta).
CARACTERES DE LA COSTUMBRE.
Las normas consuetudinarias, solamente tienen vigencia cuando no hay ley aplicable al
caso. La subsidiariedad significa que la costumbre es fuente del Derecho porque la Ley así lo
determina. Es la propia Ley la que fija y señala los límites y condiciones que la costumbre
debe reunir para generar normas jurídicas. Se dice que la costumbre del Derecho es
secundaria. Tradicionalmente, se decía de la costumbre que tenía que se RACIONAL, no
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contravenir los dictados de la razón.


LOS USOS NORMATIVOS.
“Los usos jurídicos que no sea meramente interpretativos de una declaración de voluntad
tendrán la consideración de costumbre”, es decir, que hay determinados usos que se
equiparan a la costumbre, teniendo virtualidad para generar normas jurídicas como las
consuetudinarias.

6) LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO.


Se integran, de una parte, por los principios del Derecho tradicional, por los principios del
Derecho natural, por las convicciones ético-sociales imperantes en la comunidad y, de otra,
por los llamados principios lógico-sistemáticos o más, simplemente, los principios lógicos
positivos. En cuanto al primer grupo de principios (principios del Derecho tradicional), las
convicciones personales de cada cual darán mayor relieve a unos u otros. Hay criterios o
principios que socialmente, se consideran justos y que deben ser aplicados cuando no hay
norma legal. Pero la trascendencia real de semejantes principios no deja de ser secundaria.
Los principios lógico-sistemáticos son los criterios generales que se infieren de las
disposiciones concretas. Se encuentran ya recogidos en las leyes y costumbres.

7) EL PRINCIPIO IURA NOVIT CURIA.


La búsqueda de la norma aplicable al caso concreto que se haya planteado requiere,
lógicamente que el encargado de realizar esa aplicación tenga un conocimiento
suficientemente adecuado y profundo del ordenamiento jurídico. Especial trascendencia
tiene ese conocimiento del Derecho cuando el aplicador del ordenamiento jurídico debe
dirimir una contienda que ante él se plantea. Esto ocurre cuando se reclama a los Tribunales
de Justicia la aplicación de las normas para resolver un pleito. Se impone a los jueces y
tribunales dictar sentencia aplicando el ordenamiento jurídico, de conformidad con el
sistema de fuentes establecido. IURA NOVIT CURIA significa que los jueces deben conocer el
ordenamiento con el fin de fallar cuantos asuntos les sean planteados en el ejercicio de su
función jurisdiccional y sin requerir de los litigantes.

8) LA INTEGRACIÓN DEL ORDENAMIENTO. LA ANALOGÍA.


La ANALOGÍA, consiste en aplicar al supuesto carente de regulación la solución que el
ordenamiento si da para otro supuesto similar o análogo. La laguna jurídica se debe colmar
acudiendo a otra norma concreta que regule un supuesto similar. Esta forma de emplear la
analogía se conoce tradicionalmente con el nombre de analogía Legis; queriéndose con ello
indicar que un vacío normativo concreto es rellenado acudiéndose a otra manera concreta y
determinada, que da una solución extensible al supuesto carente de regulación. Pero
también puede ocurrir que ni siquiera se encuentre una norma legal específica que regule
un supuesto tan similar al carente de regulación directa, esto es, cabe que no exista
disposición legal concreta aplicable analógicamente. Cuando ello ocurre, se puede también
emplear la analogía, pero con alguna mayor sofisticación, dando entrada a los principios
generales del Derecho, que son aplicables mediante esa técnica de la analogía, que
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entonces se llama analogía iuris. La diferencia entre ambas es la iuris es técnica de


aplicación de principios generales del Derecho, que solamente, se aplican en defecto de ley
o costumbre. La Legis es una técnica de aplicación de la Ley, que es la fuente del Derecho
primaria con carácter general en nuestro ordenamiento.

CONDICIONES Y LIMITACIONES DE LA ANALOGÍA.


Para que una norma determinada puede ser aplicada analógicamente, se precisa que haya
IDENTIDAD DE RAZÓN entre el supuesto contemplado por la norma y el supuesto que se
quiere solucionar. IDENTIDAD DE RAZÓN: criterio que inspira a la norma que resuelve un
caso concreto, sea adecuado y apto para solucionar el caso carente de regulación.

9) OTROS MEDIOS DE INTEGRACIÓN DEL ORDENAMIENTO: LA JURISPRUDENCIA Y LA


EQUIDAD.
LA OMNICOMPRENSIVIDAD DEL ORDENAMIENTO.
La analogía permite resolver en gran medida de la Ley. Con el concurso de medios y técnicas
diferentes, puede darse solución a un conflicto carente de regulación concreta. En el
ordenamiento español, la respuesta ha de ser negativa. El aplicador del Derecho encontrará
absolutamente siempre norma jurídica aplicable, ateniéndose al sistema de fuentes
establecido. Si no encuentra Ley aplicable al caso, directamente o por analogía (legis),
acudirá a la costumbre; y donde a pesar de ello siguiera sin encontrar norma concreta,
habrá de aplicar los principios generales del Derecho (mediante la analogía iuris, si se trata
de aplicar los principios lógico-sistemáticos; directamente en los demás casos). Por eso se
dice que el ordenamiento jurídico tiene VOCACIÓN DE OMNICOMPRENSIVIDAD.
FUNCIÓN COMPLEMENTADORA DE LA JURISPRUDENCIA.
El CC asigna a la jurisprudencia la función de complementar el ordenamiento. Esto significa
que, aunque la jurisprudencia no sea formalmente fuente del Derecho, sin embargo,
tampoco se limita a realizar una aplicación mecánica de las normas jurídicas creadas
mediante Ley, costumbre o principios generales. Frecuentemente las normas son tan
generales o emplean conceptos tan abstractos y flexibles que se acaba dejando en manos
del juzgador una cierta libertad de decisión al establecer la solución concreta al caso.
LA EQUIDAD.
En ocasiones se encomienda al juzgador que resuelva el asunto de acuerdo con los criterios
de justicia que a su entender produzcan la mejor solución. Cuando se falla un conflicto sobre
esta base de la concepción o intuición de lo justo y bueno que pueda tener el aplicador del
Derecho, se dice que está fallando EQUIDAD. Esto ocurre cuando en vez de acudir a un juez,
se designa un árbitro. También se puede hablar de equidad con otra finalidad, al señalar
que “la equidad habrá de ponderarse en la aplicación de las normas”. En este caso la
equidad se emplea, no como criterio de integración del ordenamiento, sino como
instrumento en la aplicación del mismo, sirviendo para adaptar la generalidad y el rigor de
las normas jurídicas a las circunstancias del caso concreto. Cuando esto sucede, el aplicador
del Derecho debe encontrar la norma de acuerdo con el sistema de fuentes establecido, pero
al aplicarla, si se producen resultados desmesurados o injustos debe ponderarla.
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10) LA INTERPRETACIÓN DE LAS NORMAS JURÍDICAS.


La interpretación es la tarea de averiguación del sentido de las palabras que integran la
norma, con la finalidad de aplicarla al caso planteado.
INTERPRETACIÓN O CRITERIOS DE LA INTERPRETACIÓN.
Cuando se habla de los elementos de interpretación se hace referencia a los materiales
sobre los que debe el intérprete dirigir su atención para obtener como resultado la
clarificación del sentido de la norma para ser aplicada al caso planteado.
A) INTERPRETACIÓN LINEAL: las normas se interpretarán según el sentido propio de sus
palabras. Esto plantea el problema de que las palabras no tienen normalmente un único
sentido propio, habiéndose entonces de averiguar en cuál de sus posibles sentidos ha
querido emplearlas la norma.
B) INTERPRETACIÓN SISTEMÁTICA: el intérprete debe atender a la ubicación sistemática de
la norma integrada. Ello como consecuencia de que las normas raramense te encuentra
aisladas; suelen estar integradas en el seno de un conjunto de disposiciones.
C) INTERPRETACIÓN HISTÓRICA: exige que el intérprete valore también los “antecedentes
históricos y legislativos” de la norma interpretada. Ha de entenderse no sólo a la pequeña
historia de la elaboración de la norma, sino también al momento histórico en que nace y a
la tradición jurídica que le precede.
D) INTERPRETACIÓN SOCIOLÓGICA: “La realidad social del tiempo en que han de ser
aplicadas”. Este criterio de interpretación viene a ser el contrapeso del elemento histórico.
EL RESULTADO DE LA INTERPRETACIÓN.
Como consecuencia de ese conjunto de elementos de interpretación se debe obtener por
resultado la averiguación del sentido de la norma. Tal sentido de la norma, reducido a su
formulación esencial, al criterio que preside la norma, a la idea fuerza que la inspira, se
conoce con el nombre de ratio o ratio Legis. A esto parece aludir el art. 3.1 del CC, cuando
requiere que se atiende “fundamentalmente al espíritu y finalidad” de la norma, a la hora
de realizar la interpretación. Pero más que de un elemento de interpretación, con esos
términos parece hablarse en realidad de lo que debe ser buscado por el intérprete para,
una, vez que se aísla esa ratio, proceder a aplicar la norma al supuesto fáctico planteado.
CLASES DE INTEPRETACIÓN.
Podemos distinguir entre interpretación declarativa e interpretación correctora. Esta
clasificación compara lo que se desprende literalmente del tenor de la norma, por otra
parte, el resultado de la interpretación. Así, si resulta que las palabras de la norma se
adaptan con justeza y exactitud a lo que de la interpretación resulta, se dice que la
interpretación ha sido meramente declarativa. Por el contrario, cuando el resultado de la
interpretación produce que deban considerarse incluidos en la norma supuestos diferentes
de los que su tenor literal parece indicar, se habla de interpretación correctora. Corrección
que, si, es más, se llama interpretación extensiva, y si es en menos, se denomina
interpretación restrictiva.
LA CONSTITUCIÓN Y LA INTERPRETACIÓN DEL ORDENAMIENTO.
La libertad del intérprete no es absoluta, sino que queda circunscrita a los materiales que la
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norma a interpretar le brinde. Existen unas pautas o criterios de índole material que vienen
a limitar más la libertad del intérprete, el cual debe hacer que la interpretación de la norma
concreta se acomode a los valores postulados por esos principios o criterios generales y
superiores.
En la actualidad, el intérprete debe hacer que la interpretación de las normas esté en
consonancia con la Constitución y los valores que la misma proclama como superiores. “La
Constitución es la norma suprema de ordenamiento jurídico, y vincula a todos los jueces y
Tribunales, quienes interpretarán y aplicarán las leyes y los Reglamentos según los
preceptos y principios constitucionales”.

11) EL DEBER GENERAL DEL CUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS.


Las leyes españolas se deben aplicar, con carácter general y teniendo en cuenta todas las
oportunas matizaciones, a cuantos están de hecho integrados en la comunidad social
española. Esto es, particularmente claro para las normas que regulan la circulación viaria.
Los destinatarios de las normas serán todos los ciudadanos nacionales.
Las ordenanzas municipales solamente tienen por destinatarios a los habitantes de la
ciudad o del pueblo en cuestión; las normas de las CCAA sólo se aplicarán a los sujetos que
desarrollen la actividad de que se trate en el ámbito de la CCAA en cuestión.
Existe una disciplina jurídica llamada Derecho Internacional privado, cuyo objetivo es
determinar el ámbito espacial de vigencia de las normas.
La norma está dirigida a una categoría o grupo de sujetos. Así ocurre con las normas que
regulan el contrato de trabajo, que solamente, se aplican a los empleadores y sus
trabajadores. En cada caso concreto habrá de averiguarse cuál es el colectivo directamente
destinatario de una norma; si bien con carácter general las normas vinculan y deben ser
respetadas por todos.
LA IGNORANCIA DE LA LEY.
Las normas deben ser objeto de publicidad. Se establece la regla de la efectividad del
ordenamiento y deber de cumplimiento de las normas, sea conocido o ignorado su
contenido. Según el art. 6.1 del C.C. “la ignorancia de las leyes no excusa de su
cumplimiento”.
LA EXCLUSIÓN VOLUNTARIA DE LA LEY APLICABLE.
La exclusión voluntaria de la ley aplicable solo será válida cuando no contraríe el interés o el
orden público ni perjudique a terceros. Es frecuente que las normas autoricen a los propios
interesados a reglamentar las situaciones que les afectan privadamente, estableciendo un
conjunto de reglas particulares que traen su fuerza de la llamada -AUTONOMÍA DE LA
VOLUNTAD, o AUTONOMÍA PRIVADA.

12) LA VIOLACIÓN DE LAS NORMAS Y SU SANCIÓN


Las normas jurídicas no son reglas que se cumplan indefectiblemente, es decir, el sujeto es
libre de acatar la norma o desobedecerla, asumiendo el riesgo de ser sancionado en el caso
de vulneración de la norma, la que las consecuencias de obedecer o desobedecer son
diferentes.
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MODALIDADES DE INFRACCIÓN.
A) ACTOS CONTRARIOS A LAS NORMAS IMPERATIVAS: la realización de los actos contrarios a
los dispuestos en ellas.
B) ACTOS EN FRAUDE A LA LEY: actos realizados al amparo del texto de una norma que
persigan un resultado prohibido por el ordenamiento jurídico o contrario a él (matrimonio
para conseguir la nacionalidad).
LA SANCIÓN POR LA INFRACCIÓN DE LA NORMA.
Cuando se observan conductas contrarias a las normas, el ordenamiento jurídico reacciona
imponiendo una sanción al infractor. La sanción es un sinónimo del de reacción del
ordenamiento ante una violación padecida. Las modalidades de sanción son diversas:
a) Sanciones de carácter primitivo o PENAS: su ejemplo más claro está en el derecho penal,
quien comete un delito es sancionado, privándole de su libertad o de la posibilidad de
desempeñar determinadas actividades (deshabilitación) o imponiéndole una multa
(privación patrimonial).
b) Sanciones resarcitoria o reparadoras: hablamos entonces de resarcimiento del daño, es
decir, persiguen eliminar las secuelas dañinas del acto ilícito y recomponer la situación al
estado en el que se encontraría de no haberse producido la violación de la norma.
c) Sanciones neutralizantes: pretenden impedir que el autor del acto ilícito consiga el
resultado que pretendía al cometerlo (sanción de nulidad).
LA SANCIÓN GENERAL DE NULIDAD.
Los actos contrarios a las normas imperativas y prohibitivas son nulos de pleno derecho,
salvo que en ellas se establezca un efecto distinto para el caso de contravención. Prevé la
sanción que corresponda a actos contrarios a la norma imperativa. La sanción general que
se establece es la de la NULIDAD DE PLENO DERECHO, que es una categoría específica de la
ineficacia de los actos jurídicos y que implica que el propósito perseguido por el infractor del
ordenamiento, mediante su conducta ilícita, es eliminado, o pretende ser eliminado, como si
el acto ilícito no se hubiera realizado (testamento sin atenerse a las disposiciones
imperativas-testamentos nulo).

13) EL DERECHO SUBJETIVO.


El Derecho Subjetivo suele definirse como la situación de poder concreto otorgada por el
ordenamiento a un sujeto para que defienda y satisfaga sus propios intereses. Los distintos
poderes concretos que integran un derecho subjetivo se suelen denominar FACULTADES. Al
sujeto de le dota de un ámbito del cual puede desenvolverse para satisfacer sus necesidades
e intereses de acuerdo con su propio criterio.

14) LAS POTESTADES Y LA AUTONOMÍA PRIVADA.


La potestad es un poder concedido por el ordenamiento a un sujeto para que lo ejercite en
beneficio de los intereses de otra u otras personas. Unos ejemplos de potestad son:
-Ámbito público: el ministro que detenta poder político y administrativo no en beneficio
propio.
-Ámbito privado: la potestad de los padres sobre sus hijos menores.
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La AUTONOMÍA PRIVADA por su parte, es el poder de dictar normas que tienen los
particulares; poder de autorregulación y autogobierno por los particulares. Es decir, las
relaciones entre particulares están sometidas tanto a las normas jurídicas en sentido
estricto (ley, costumbre, principios generales), como a las reglas creadas por los propios
particulares. En materia de contratos la autonomía privada desempeña un amplio juego, ya
que las reglas creadas por los contratantes tienen fuerza de ley entre ellos, es decir, un
contratante está sometido a las normas creadas por el ordenamiento jurídico y a las normas
creadas en el propio contrato.

15) EL ACTO Y EL NEGOCIO JURÍDICOS.


El Acto Jurídico es cuando la ley hace surgir consecuencias jurídicas del hecho que un sujeto
haya observado un cierto comportamiento voluntario; pero sin que éstas tengan que haber
sido queridas por el autor de la conducta que las desencadena. Aquí no hay poder de
autorregulación por parte de los particulares, sino efectos jurídicos. Mientras el Negocio
Jurídico, se reconoce a los particulares el poder de configurar los efectos que su
comportamiento produzca. Ejemplo, el contrato.

16) AQUISICIÓN Y EXTINCIÓN DE LOS DERECHOS SUBJETIVOS. LA RENUNCIA DE


DERECHOS.
Las situaciones de poder en que los derechos subjetivos consisten son adquiridas por un
sujeto cuando se producen los acontecimientos que, según el ordenamiento jurídico, se
requieren para que así sea. En ocasiones, no interviene la voluntad ni la decisión por parte
del sujeto que adquiere. Un ejemplo es: los derechos de la personalidad que ostentan por el
hecho de ser persona y por el contrario, se adquieren derechos porque se realiza una
conducta tendente a ese fin, cuando se adquiere la propiedad de la cosa que se compra. Las
modalidades y condiciones para adquirir los derechos, debe remitirse a diferentes derechos,
o categorías de derechos. La distinción básica suele hacerse entre:
Adquisición originaria: son derechos que se adquieren ex novo.
Adquisición derivativa: son derechos que se adquieren por la transmisión del anterior
titular.
Los derechos se pierden por múltiples motivos:
- Los que recaen sobre una cosa (derechos reales): se extinguen si perece la cosa en
cuestión. Ejemplo: una casa, un automóvil, etc.
- Los que comportan el poder de exigir una conducta concreta a otra persona (derechos
reales): se extinguen por su satisfacción y cumplimiento. Ejemplo: un crédito se extingue
cuando el deudor paga la suma debida.
- La renuncia de derechos: es un modo de extinción contemplado en el CC, si el derecho
subjetivo es un poder que ostenta para satisfacer los propios intereses parece razonable que
sea posible renunciar a ese poder. A fin de cuentas, a nadie perjudico salvo a mí mismo por
renunciar a mis propios derechos, por lo que es razonable que se pueda renunciar a ellos. El
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CC matiza que la renuncia es válida cuando NO contraríe el interés o el orden público NI


perjudique a terceros. Ejemplo: no se puede renunciar al derecho de libertad personal.

17) EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS Y SUS LÍMITES.


Ejercitar un derecho es hacer uso del poder que comporta. Luego en función del derecho de
que se trate, así serán los actos de ejercicio que correspondan. No es preciso que sea el
propio titular quien ejercite sus derechos subjetivos. Cabe que los derechos de una persona
sean ejercitados materialmente por otra.
LA COLISIÓN DE DERECHOS.
Es conocida la afirmación de que la libertad de unos llega donde comienza la libertad de
otros. Esa misma regla opera respecto de los derechos subjetivos. Por eso la coexistencia de
derechos impone límites al ejercicio de los mismos. Un ejemplo: el propietario de una finca
tiene que ejercitar su derecho de propiedad respetando el derecho de propiedad del vecino
colindante, también los derechos que otras personas tengan sobre la finca, el derecho del
arrendatario y los de servidumbre de paso que la finca soporta.
LA BUENA FE.
El CC establece que “los derechos deberán ejercitarse conforme a las exigencias de la buena
fe”. Se quiere indicar que los derechos deben ejercitarse según un modelo de conducta
honesto y adecuado, sin realizar actos que se parten se ese canon de lealtad en las
relaciones sociales. Hay casos concretos en el ordenamiento jurídico adopta remedios para
evitar ese comportamiento desleal. Pero, en ocasiones, el legislador no brinda instrumentos
específicos para reprimir comportamientos desleales, en esos casos entra en juego la
cláusula general del CC. Ejemplo, que nadie puede ir contra sus propios actos.
EL ABUSO DEL DERECHO.
En principio el sujeto que obra dentro de sus facultades realiza actos lícitos y justos, incluso
cuando con ello provoca lesión o perjuicio a otras personas. Recoge el CC que si se producen
actos de ejercicio de un derecho que sobrepasan los límites socialmente considerados
normales entonces ha de cesarse en la realización de los actos abusivos. También nace la
obligación de reparar los daños causados a cargo del sujeto que ejercitó abusivamente su
derecho. Ejemplo: es el derecho a expresarse en una asamblea, prolongado su intervención
con la finalidad que los asistentes abandonen el local y que así falte el quórum para la
adopción de acuerdos. También cabe reprimir el ejercicio, en principio legítimo, de un
derecho, cuando con el mismo, sobrepasándose sus límites normales, se produce un
resultado ANTISOCIAL.

18) LÍMITE TEMPORAL AL EJERCICIO DE LOS DERECHOS. LA PRESCRIPCIÓN Y LA


CADUCIDAD. DIFERENCIAS ENTRE PRESCRIPCIÓN Y CADUCIDAD.
El titular de un derecho tiene la posibilidad de ejercitar los poderes que su derecho le
confiere. En un momento concreto o a lo largo de un período de tiempo. Existen dos figuras
a través de las cuales se imponen límites temporales a la posibilidad del ejercicio de los
derechos subjetivos que son, la Prescripción y Caducidad.
LA PRESCRIPCIÓN.
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Según el CC se extingue por la prescripción los derechos y las acciones, de cualquier clase
que sean.
A. Presupuestos de la prescripción:
1. Que el derecho sea prescriptible, es la regla general de nuestro Derecho y se aplica a los
derechos subjetivos patrimoniales.
2. Que el derecho permanezca inactivo, no ejercitado, pudiéndolo haber sido.
3. Que transcurra el plazo señalado por la ley sin ejercitarse el derecho.
4. Que, producido un acto extemporáneo de pretendido ejercicio del derecho, el sujeto
pasivo, alegue la prescripción producida y no haya renunciado a ella.
B. Cómputo del plazo de prescripción.
Se inicia desde el momento en que el derecho de que se trate pudo haber sido ejercitado,
salvo que se disponga cosa diferente. La expresión “desde el día en que pudieron
ejercitarse” los derechos, ha de ser entendida en el sentido de desde que el titular del
derecho tuvo conocimiento.
C. Interrupción del plazo prescriptivo.
El acto de ejercicio del derecho que provoca la interrupción puede ser de cualquier
naturaleza, el CC admite tanto el ejercicio judicial como extrajudicial. Sin necesidad de acto
de ejercicio por parte del titular, también se interrumpe la prescripción cuando el sujeto
pasivo realiza un acto de reconocimiento del derecho. Una figura diferente de la
interrupción es la suspensión de la prescripción, mediante la producción de algún
acontecimiento, hace que deje de correr el plazo de la prescripción, pero sin que se reinicie
desde el principio, sino pasadas las circunstancias que provocaron la suspensión, se retoma
el cómputo en el momento en que había quedado suspendido el tiempo.
D. Alegabilidad y renuncia de la prescripción.
El efecto de la prescripción es hacer inexigible al sujeto pasivo del derecho la observancia de
la conducta que podía serle impuesta por el titular. Este efecto produce un beneficio para el
sujeto pasivo sometido al derecho subjetivo, en definitiva, le produce al mismo un provecho
en principio inesperado. La ley considera que ese beneficio que se obtiene debe ser dejado
en manos del propio interesado. Y la Prescripción operará si el beneficiado por ella alega. Si
el beneficiado por la prescripción no alega que ha transcurrido el plazo para el ejercicio
eficaz del derecho, podrá ser condenado a cumplir, a pesar de la prescripción.
LA CADUCIDAD.
Para el ejercicio de determinados derechos o facultades, que la ley considera se deben
ejercitar en un período predeterminado necesariamente, se fija un plazo llamado de
CADUCIDAD, en vez de prescripción. Este plazo, que suele ser más breve que el de
prescripción, limita temporalmente el ejercicio del derecho o facultad de que se trate,
extinguiéndose ambos a la decadencia del plazo y sin que quepa posibilidad de interrupción,
si bien el TS, estima que no cabe apreciar la caducidad cuando se interpone la demanda
dentro del plazo fijado por la ley, aunque sea ante tribunal incompetente. Las diferencias
prácticas que se aprecian entre la prescripción y la caducidad son que la segunda debe ser
apreciada de oficio por los tribunales y no es susceptible de interrupción.

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19) PERSONA, PERSONALIDAD Y PERSONIFICACIÓN. CAPACIDAD JURÍDICA Y CAPACIDAD


DE OBRAR.
Al hablar jurídicamente de personalidad se está haciendo referencia al reconocimiento de
alguien como sujeto de derechos y obligaciones: bien porque naturalmente sea idóneo para
ello (la persona física); bien porque el Derecho positivo así lo haya estimado conveniente
(convirtiendo a un conjunto de ciudadanos con igual ideología política en una nueva
persona: en una ASOCIACIÓN llamada partido político, por ejemplo).
Capacidad jurídica: significa tener la aptitud o idoneidad necesarias para ser titular de
derechos y/o obligaciones: no es susceptible de graduaciones o matizaciones: se tiene o no
se tiene.
Capacidad de obrar: implica la posibilidad, aptitud o idoneidad de una persona (ora física,
ora jurídica) para ejercitar o poner en práctica los derechos u obligaciones que le sean
imputables o referibles; permite graduaciones y subdivisiones en atención al tipo de acto
que se pretenda realizar por el sujeto de derecho.
LA PERSONA FÍSICA: EL NACIMIENTO.
La adquisición de la personalidad por los seres humanos y la consolidación de la genérica y
abstracta capacidad jurídica de los mismos, tiene lugar con el nacimiento. En tal sentido, es
terminante el primer inciso del art.29: “el nacimiento determina la personalidad”,
estableciendo tradicionalmente el CC dos requisitos respecto del nacido para que tal efecto
se produjera. Primero, tener figura humana y segundo; vivir 24 horas desprendido
enteramente del seno materno.

20) EL NASCITURUS O CONCEBIDO, PERO NO NACIDO.


NASCITURUS, (textualmente, el que va a nacer), para reservarle ciertos beneficios o efectos
favorables para el caso de que llegue a nacer y adquirir la capacidad jurídica. En nuestro CC,
la norma fundamental al respecto viene representada por la segunda parte del ya citado
art.29, “el concebido se tiene por nacido para todos los efectos que le sean favorables,
siempre que nazca con las condiciones que expresa el artículo siguiente”. La personalidad
solo se adquiere mediante el nacimiento, es decir, conforme a las reglas establecidas en el
artículo 30, según se trate de un supuesto con anterioridad o posterioridad a la entrada en
vigor de la ley 20/2011.

21) LA MUERTE Y LA DECLARACIÓN DE FALLECIMIENTO O MUERTE PRESUNTA.


Como contrapunto del nacimiento, nuestro C.C. establece en el art.32.1 que la “personalidad
civil se extingue por la muerte de las personas”, regla obvia que no requiere explicación
alguna.
Por el contrario, sí requiere algunas indicaciones la que el CC denomina en el art.34
“presunción de muerte del ausente” o persona desaparecida sin que se tenga noticia alguna
de ella durante un plazo de tiempo prudencial o bien de aquellas personas que hayan
participado en campañas bélicas, sufrido naufragio o accidente aéreo y de cuya
supervivencia no se tengan noticias.
El sistema jurídico permite que se pueda instar judicialmente la denominada declaración de
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fallecimiento una vez transcurridos unos años, que han sido notoriamente reducido a la
redacción originaria del CC por la ley 4/2000, de 7 de enero:
a) Cinco o 10 años, desde las últimas noticias o desaparición del ausente.
b) Un año o tres meses en caso de siniestro, campaña bélica, naufragio o perecimiento de
aeronave, con eficacia similar a la muerte natural o fallecimiento. Por tanto, se abrirá la
sucesión del declarado fallecido, pasando los bienes a los herederos y quedará disuelto su
matrimonio, tal y como si, realmente, la persona desaparecida no existencia.
Nuestro C.C. se plantea razonablemente la eventualidad de que el declarado fallecido
reaparezca “vivito y coleando” y las consecuencias de su reaparición. Dichas consecuencias
se limitan a la recuperación de sus bienes en el estado en que se encuentren y sin que pueda
reclamar a sus sucesores rentas, frutos o productos.

22) LA EDAD Y LA CAPACIDAD DE OBRAR.


LA MAYORÍA DE EDAD Y LA PLENA CAPACIDAD DE OBRAR.
Llegar a la mayoría de edad significa, de forma automática adquirir la plena capacidad de
obrar, o posibilidad de ejercitar por si misma los derechos o/y obligaciones atinentes a la
persona.
Tal idea la expresa normativamente el CC en frase que requiere alguna precisión
completamente. Dice el artículo 322 que “el mayor de edad es capaz para todos los actos de
la VIDA CIVIL; cuando, sin embargo, lo cierto es que la mayoría de edad despliega su
virtualidad propia de autogobierno y autorresponsabilidad de la persona en todas las ramas
del Derecho y no sólo en la vida civil.
LA MINORÍA DE EDAD.
Tradicionalmente el menor de edad era total y absolutamente incapaz. Ya la Ley 11/1981 de
13 de mayo, modificó los preceptos del C.C. relativos al menor, reconociéndole una cierta
capacidad, aunque limitada. Como manifestaciones fundamentales cabría recordar:
1) El menor puede realizar por sí mismos determinados actos, de acuerdo con las leyes y sus
condiciones de madurez.
2) El menor que haya cumplido 16 años podrá administrar por sí mismo los bienes que haya
adquirido con su trabajo o industria.
3) Los padres no podrán disponer de los derechos de que sean titulares los hijos, ni de sus
bienes inmuebles, objetos preciosos o valores mobiliarios, salvo que cuenten con el
consentimiento del menor que haya cumplido 16 años o con autorización judicial.
4) Igualmente es necesario el consentimiento del menor que haya cumplido 16 años cuando
sus padres pretendan emanciparle.
LA EMANCIPACIÓN.
Emancipar o emanciparse equivale a independizar o independizarse, pese a no haber
llegado aún a la mayoría de edad, de la patria potestad o tutela a la que en principio está
sujeto el menor de edad. La emancipación puede tener lugar por diferentes causas:
1) Por concesión de los padres o titulares de la patria potestad, con consentimiento del hijo
(que necesariamente ha de ser mayor de 16 años) y mediante escritura pública o
compareciendo ante el juez encargado de Registro Civil.
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2) Por solicitud del Juez de los mayores de 16 años cuyos padres se encuentren en algunas
de las circunstancias previstas en el artículo 320 del CC o por desear salir de la tutela.
3) Por emancipación tácita o vida independiente del menor, contemplada en el art.319 en
los siguientes términos “se reputará para todos los efectos como emancipado al hijo mayor
de 16 años que con el consentimiento de los padres viviere independientemente de éstos.
Los padres podrán revocar este consentimiento”.
En general, la emancipación sitúa al menor emancipado en una situación de capacidad
intermedia entre la mayoría y la minoría de edad desde el punto de vista patrimonial. De ahí
las limitaciones establecidas en el art 323 del C.C. según el cual hasta que llegue a la mayor
edad NO podrá el emancipado:
a) Tomar dinero a préstamo (pero sí prestar dinero).
b) Enajenar o gravar bienes inmuebles o establecimientos mercantiles o industriales u
objetos de extraordinario valor sin consentimiento de sus padres y, falta de ambos, sin el de
su curador.

24) LA INCAPACITACIÓN.
Se comprenderá que privar de la capacidad de obrar a una persona que, en principio y como
regla goza de ella, es una cuestión sumamente grave. Por consiguiente, es cuestión que
queda única y exclusivamente encomendada a la autoridad judicial; solo el juez tras el
correspondiente proceso y mediante sentencia, en virtud de las causas establecidas en el
artículo 200, podrá declarar incapaz a una persona cualquiera.
A) La incapacitación declarada por la sentencia puede ser total o parcial. En dos palabras, es
graduable.
B) La sentencia por la que se declara la incapacitación es revisable, ya que no tiene eficacia
de cosa juzgada, dado que las condiciones físicas, o psíquicas del incapacitado pueden
variar, mejorando o empeorando.
La declaración de incapacidad pueden promoverla el presunto incapaz, el cónyuge o quien
se encuentre en una situación de hecho asimilable, los descendientes, los ascendientes o los
hermanos del presunto incapaz.

25) DERECHO DE FAMILIA Y RÉGIMEN ECONÓMICO DEL MATRIMONIO.


Con la denominación de régimen económico (o económico-patrimonial) del matrimonio, se
designan el conjunto de reglas que delimitan los intereses patrimoniales que se derivan del
matrimonio, ya sea en las relaciones internas de los cónyuges entre sí, ya sea en sus
relaciones externas con los demás miembros de la comunidad (los terceros).
La organización económica del matrimonio, conceptual y prácticamente, puede
estructurarse de maneras muy diversas:
1) Sistema de libertad de determinación del régimen económico: los cónyuges pueden
establecer su propia normativa con ciertos límites, más o menos amplios.
2) Sistema de comunidad de bienes: caracterizado porque se forma una masa común con la
totalidad o con parte de los bienes de los cónyuges, cuyas rentas son afectadas a los gastos
de la familia; ya consista en una “comunidad universal” o bien como “comunidad particular”
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limitada a ciertos bienes.


3) Sistema de separación: en el que cada cónyuge conserva la propiedad de todos sus
bienes, pudiendo retener también la administración (separación propiamente dicha) o
quedar ésta última facultad en manos del marido.
4) Sistema de Partición: caracterizado primordialmente porque funciona como un régimen
de separación mientras dura, pero se liquida (es decir, se reparten al final los bienes) de
forma parecida a cuando se hacen ciertos sistemas de comunidad.
En defecto de pacto conyugal al respecto, no rige, sin embargo, el mismo régimen
económico-patrimonial en todo el territorio nacional: el CC prevé como sistema supletorio
de primer grado la denominada “sociedad de gananciales” y como régimen supletorio de
segundo grado el “régimen de separación de bienes”.
26) PRINCIPIOS BÁSICOS DEL CC EN LA MATERIA.
El principio fundamental de libertad de estipulaciones por los cónyuges se contiene en el art.
1315, según el cual “el régimen económico del matrimonio será el que los cónyuges
estipulen en capitulaciones matrimoniales, sin otras limitaciones que la establecidas en este
Código”; sin embargo, lo más frecuente es que los contrayentes, lejos de hacer uso de esa
libertad de pactos que consagra el CC, se limiten a contraer matrimonio sin molestarse en
establecer régimen económico matrimonial alguno, atendiendo a esto el CC establece una
serie de reglas de carácter supletorio que permitan la resolución de semejante problema.
27) LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES.
Las capitulaciones matrimoniales son un acuerdo de naturaleza contractual, en virtud del
cual podrán otorgantes estipular, modificar o sustituir el régimen económico de su
matrimonio o cualesquiera otras disposiciones por razón del mismo, respecto de cuyo
régimen jurídico deben retenerse las siguientes precisiones:
1) Tiempo en que han de ser otorgadas: las capitulaciones matrimoniales podrán otorgarse
antes o después de celebrado el matrimonio.
2) Capacidad: el mayor de edad puede otorgar capitulaciones, el menor no emancipado,
pero necesitará el concurso y consentimiento de sus padres o tutor, salvo que se limite a
pactar el régimen de separación o el de repartición. Respecto al incapacitado judicialmente
“sólo podrá otorgar capitulaciones matrimoniales con la asistencia de sus padres, tutor o
curador”.
3) Forma: dada la trascendencia de los pactos matrimoniales, la generalidad de las
legislaciones exige para ellos forma pública.
4) Publicidad: dado que la organización económica del matrimonio no es cuestión que
interese sólo a los cónyuges, sino en general a todos con cuantos con ellos se relacionen,
exige el Código la publicidad de las capitulaciones.
5) Modificación: cabe distinguir entre la modificación que lleva consigo optar por un
régimen económico del matrimonio distinto al vigente hasta el momento, y la modificación
de las capitulaciones, que suponga la alteración de aspectos concretos del contenido del
régimen establecido con anterioridad.
6) Invalidez: para el caso de que no se respeten estas normas, disponga el art.1325, que da
invalidez de las capitulaciones matrimoniales se regirá por las reglas generales de los
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contratos.
7) Limitaciones: son contempladas en el art.1328, según el cual “será nula cualquier
estipulación contraria a las leyes o a las buenas costumbres o limitativa de la igualdad de
derechos que corresponda a cada cónyuge”.

NORMAS GENERALES, RELATIVAS AL RÉGIMEN ECONÓMICO MATRIMONIAL, DE CARÁCTER


IMPERATIVO. Siendo libres para estipular su propio régimen económico matrimonial, los
cónyuges han de someterse a una serie de normas de carácter imperativo que el CC,
contempla “disposiciones generales del régimen económico del matrimonio”. Tales normas
deben ser observadas sea cual fuere el régimen por el que se opte o legalmente les sea
aplicable; el principio inspirador de estos artículos 1315 y siguientes, es el de la igualdad
entre los cónyuges.
En cuanto a los aspectos puramente patrimoniales tal principio de igualdad conyugal se
desgrana en las siguientes normas imperativas:
1) Ninguno de los cónyuges ostenta facultades exclusivas sobre los bienes conyugales
comunes, ni puede atribuirse la representación del otro cónyuge si no le ha sido atribuida
por éste.
2) Cualquiera de los cónyuges puede realizar los actos de administración o disposición
relativos a las necesidades ordinarias de la familia, conforme al uso del lugar y a las
circunstancias de la misma.
3) Los bienes de los cónyuges están sujetos al levantamiento de las cargas del matrimonio,
como establece el art. 1318, cuando uno de los cónyuges incumpla este deber, el Juez
dictará a instancia del otro, las medidas cautelares oportunas.
4) El art. 1320, por su parte establece una norma, de gran interés: “para disponer de los
derechos sobre la vivienda habitual y los muebles de uso ordinario de la familia, aunque
tales derechos pertenezcan a uno de los cónyuges, se requerirá el consentimiento de ambos,
o en su caso, autorización judicial.

27) LA SOCIEDAD DE GANANCIALES.


Mediante la sociedad de gananciales se hacen comunes para los cónyuges las ganancias o
beneficios obtenidos indistintamente por cualquiera de ellos, que les serán atribuidos por
mitad al disolverse aquella”. La sociedad de gananciales empezará en el momento de la
celebración del matrimonio o posteriormente, al tiempo de pactarse en capitulaciones.

LA CONSTITUCIÓN Y COMPOSICIÓN DEL PATRIMONIO GANANCIAL: BIENES PRIVATIVOS Y


BIENES GANANCIALES. Puede deducirse que en el sistema de gananciales conviven tres
patrimonios: los privativos de cada cónyuge y el ganancial o masa común.
1) El derivado de la naturaleza propia de la sociedad de gananciales, obtenidos a título
oneroso, se consideran como bienes comunes las ganancias obtenidas por cada cónyuge, así
como las rentas de los bienes privativos de cada uno de ellos.
2) La presunción legal favorable a la comunidad de bienes, “se presumen gananciales los
bienes existentes en el matrimonio mientras no se pruebe que pertenecen privativamente a
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uno de los cónyuges”.


A) BIENES PRIVATIVOS:
1º. Los bienes y derechos que le pertenecieran antes de empezar a regir el sistema de
gananciales.
2º. Los que adquieren después por título gratuito, por tanto, los adquiridos por herencia,
donación o legado.
3º. Los adquiridos a costa o sustitución de bienes privativos, en virtud del principio de
subrogación real.
4º. Los adquiridos por derecho de retracto pertenecientes a uno solo de los cónyuges.
5º. Los bienes y derechos patrimoniales inherentes a la persona y los no transmisibles inter
vivos.
B) BIENES GANANCIALES:
1º. Los obtenidos por el trabajo o la industria de cualquiera de los cónyuges.
2º-. Los frutos, o intereses que produzcan tanto los bienes privativos como los gananciales.
3º. Los adquiridos a título oneroso a costa del caudal común, bien se haga la adquisición
para la comunidad bien para uno solo de los esposos.
4º. Los adquiridos por derecho de retracto de carácter ganancial, aun cuando los fueran con
fondos privativos, en cuyo caso la sociedad será deudora del cónyuge por el valor satisfecho.
5º. Las empresas y establecimientos fundados durante la vigencia de la sociedad por uno
cualquiera de los cónyuges a expensas de los bienes comunes.

ADMINISTRACIÓN Y DISPOSICIÓN DE LOS BIENES GANANCIALES.


La sociedad de gananciales requiere una dirección y administración adecuadas. A tal efecto
la regulación del C.C., distingue entre los actos de administración (en sentido estricto como
los de conservación y defensa de los bienes) y los actos de disposición (los que implican
enajenación o gravamen que implican, subrogación real, minoración o aumento del
patrimonio). La regla general que preside la materia es que la administración cuando la
disposición de los bienes gananciales, en defecto de pacto capitular al respecto,
corresponde a ambos cónyuges, dado el principio de igualdad conyugal. Dicha regla se
mantiene de forma rigurosa en relación con los actos de disposición ya sean a título gratuito
u oneroso, requieren el consentimiento de ambos cónyuges. En cambio, respecto de los
actos de administración, la gestión conjunta se ve suavizada.
CARGAS Y OBLIGACIONES DE LA SOCIEDAD DE GANANCIALES.
Los bienes gananciales se encuentran afectos a la atención de la familia, al interés de la
familia, y en tal sentido; serán de cargo de la sociedad de gananciales los gastos que se
originen por alguna de las siguientes causas:
1º. El sostenimiento de la familia y la alimentación y educación de los hijos.
2º. La adquisición, tenencia y disfrute de bienes comunes.
3º. La administración ordinaria de los bienes privativos de cualquiera de los cónyuges (en
atención a que los frutos y rentas de éstos, en correspondencia, se consideran gananciales).
DISOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD DE GANANCIALES.
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De acuerdo con los arts. 1392 a 1395 pueden tener lugar de dos maneras diferentes:
A) De pleno derecho: cuando se den algunas de las circunstancias contempladas en el
art.1392:
1. Cuando se disuelva el matrimonio.2. Cuando sea declarado nulo. 3. Cuando se acuerde la
separación legal de los cónyuges. 4. Cuando los cónyuges convengan un régimen económico
distinto en la forma preventiva en este Código.
B) Por decisión judicial: también concluirá por decisión judicial la sociedad de gananciales a
petición de uno de los cónyuges, en cualquiera de los casos siguientes:
1. Haber sido el otro cónyuge judicialmente incapacitado, declarado pródigo, ausente, o en
quiebra o concurso de acreedores, o condenado por abandono de familia.
2. Venir el otro cónyuge realizando por si solo actos dispositivos o de gestión patrimonial
que entrañen fraude, daño o peligro para los derechos del otro en la sociedad.
3. Llevar separado de hecho más de un año por acuerdo mutuo o por abandono de hogar.
4. Incumplir grave y reiteradamente el deber de informar sobre la marcha y rendimientos de
sus actividades económicas.
LIQUIDACIÓN DE LA SOCIEDAD DE GANANCIALES.
Dispone el art.1396 que “disuelta la sociedad se procederá a su liquidación, que comenzará
por un inventario del activo y pasivo de la sociedad”; se determinan las partidas que deben
figurar en el activo y pasivo, respectivamente.
Con posterioridad, se determinará el haber líquido, que consiste en separar del caudal
inventariado el propio de cada cónyuge y el importe de las deudas de la sociedad, para fijar
el haber líquido partible constitutivo de los gananciales propiamente dichos. Finalmente, se
hará la división de dicho haber partible entre los cónyuges, por mitad, de una mitad puede
disponer por testamento cada uno de los cónyuges, realizando las adjudicaciones de los
bienes correspondientes.
28) EL RÉGIMEN DE SEPARACIÓN DE BIENES.
Es aquel en el que cada uno de los cónyuges conserva la propiedad de los todos sus bienes
pudiendo retener también la administración y el goce con absoluta independencia o quedar
una de estas últimas facultades en manos de uno de los cónyuges; existirá entre los
cónyuges separación de bienes:
1. Cuando así lo hubieran convenido.
2. Cuando los cónyuges hubieran pactado en capitulaciones matrimoniales que no regirá
entre ellos la sociedad de gananciales, sin expresar las reglas por las que hayan de regirse
sus bienes.
3. Cuando se extinga, constante matrimonio la sociedad de gananciales o el régimen de
participación, salvo que por voluntad de los interesados fuesen sustituidos por régimen
distinto.

29) LA HERENCIA Y LA SUCESIÓN DE MUERTE.


Al fallecer una persona, sus bienes y derechos quedarían acéfalos, privados de titular y
cualquiera podría apropiarse de ellos, para evitarlo el Derecho prevé lo que se llama el
derecho a la herencia en beneficio de las personas que sí lo tienen. La herencia; es el
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conjunto de posiciones jurídicas de las que era titular el fallecido, una universalidad de
derechos y obligaciones. El problema fundamental que plantea el derecho de sucesión una
vez admitido el derecho a la herencia es: qué personas son las que heredan o suceden al
fallecido y si este es plenamente libre y soberano para designar o, por el contrario, debe
reconocer el concreto “derecho a heredar” de ciertas personas a las que la ley le atribuya la
condición de sucesores.
LAS CLASES DE SUCESIONES.
1) En principio, existen ciertos familiares a los que la ley reconoce el derecho a heredar
“LEGITIMARIOS”, aun contra la voluntad del causante de la herencia, en la mayor parte de
sus bienes y derechos por tener derecho a una porción de la herencia denominada
LEGÍTIMA.
2) En relación con el resto de la herencia (o respecto de la totalidad en caso de que no
existan legitimarios), el causante puede disponer libremente de sus bienes para después de
muerto, atribuyendo la propiedad de los mismos a las personas que desee o tenga por
conveniente. Para ello deberá fijar en vida “su última voluntad” a través de testamento; por
tanto, cuando fallezca, se abrirá la SUCESIÓN TESTADA (ya que las reglas fundamentales de
la misma serán las establecidas por el causante TESTADOR del testamento).
3) En caso de que el fallecido no haya querido o no haya podido testar (otorgar testamento),
o el testamento no abarque la totalidad de las relaciones jurídicas transmisibles del
causante, la ley prevé reglas tendentes a designar los herederos del fallecido. Dada la
insuficiencia o inexistencia del testamento, se habla en tales casos de SUCESIÓN INTESTADA
o SUCESIÓN ABINTESTATO.

30) LA SUCESIÓN TESTADA O VOLUNTARIA: TESTAMENTO.


NOCIÓN Y CARACTERES FUNDAMENTALES DEL TESTAMENTO.
La sucesión hereditaria se denomina testada, testamentaria o voluntaria cuando se rige por
las reglas establecidas por el causante en el testamento.
TESTAMENTO: acto por el cual una persona dispone para después de su muerte de todos sus
bienes o de parte de ellos. Su contenido no tiene que ser exclusivamente patrimonial,
aunque la mayor parte de él se destina a realizar atribuciones patrimoniales a los sucesores:
herederos o legitimarios. Su importancia radica en ser el instrumento del que se sirve el
causante para exponer su “última voluntad” y, por ello, el ordenamiento jurídico le atribuye
unas características que, conviene tener en cuenta:
A) La voluntad testamentaria no puede surtir efectos hasta la muerte del testador, éste
podrá modificarla en cualquier momento y de forma libre.
B) El testamento es un acto de carácter personalísimo que no puede realizarse a través de
mandatario o representante. Por ello la ley rebaja la edad para testar a los 14 años.
C) La sucesión testada se fundamenta en la voluntad del causante, la ley procura que ésta
quede clarificada, para que, al fallecimiento del testante, no quepa duda ni discusiones
sobre la voluntad del testador.
LAS FORMAS TESTAMENTARIAS.
El otorgamiento del testamento solo puede llevarse a cabo mediante alguna de las formas
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TESTAMENTARIAS previstas legalmente, que son abundantes y procuran que todo aquel que
lo posee pueda testar. Conforme al CC existen:
Testamentos comunes: ológrafo (redactados de puño y letra por el testador). Abiertos
(expresando el testador su voluntad ante notario) es la forma más usual de testar. Cerrados
(el testador entrega al notario un sobre dónde se contendrá, escrita la voluntad
testamentaria.
En ocasiones, los testamentos comunes abiertos debido a circunstancias en que han sido
otorgados se les denominan: Testamentos extraordinarios; el otorgado en lengua
extranjera, por el sordo, por el ciego, en peligro de muerte y en tiempo de epidemia.
Testamentos especiales: el otorgado en tiempo de guerra (testamento militar), durante un
viaje marítimo o en país extranjero.
EL CONTENIDO PATRIMONIAL DEL TESTAMENTO: HEREDERO Y LEGATARIO.
Por cuanto se refiere al CONTENIDO PATRIMONIAL típico del testamento, consiste
fundamentalmente en designar los sucesores del causante, para cuando se produzca la
muerte de éste.
INSTITUCIÓN DE HEREDERO: cuando la atribución patrimonial se realice sobre la totalidad o
sobre una parte alícuota de la herencia para que le suceda de forma general o a título
universal.
LEGATARIO: cuando la atribución se realiza sobre un determinado bien o derecho de la
masa hereditaria, atribuyendo al sucesor tal condición a título particular.

31) LA SUCESIÓN FORZOSA: LOS LEGITIMARIOS.


El testador no puede disponer libremente de toda la herencia, sino que ha de reconocer los
derechos que el CC atribuye a los legitimarios, llamados herederos forzosos.
Sucesión forzosa: el causante está obligado a reconocer el derecho a heredar, en la opción
legítima de los legitimarios que son los siguientes:
1º. Los hijos y descendientes respecto de sus padres y ascendientes.
2º. A falta de los anteriores, los padres y ascendientes respecto de sus hijos y descendientes.
3º. El viudo o viuda en la medida que establezca el CC. Los hijos y descendientes excluyen del
derecho a la legítima a los padres y ascendientes, el cónyuge viudo concurre a la legítima
con cualquiera de tales grupos de parientes en línea recta.
La porción legítima no es siempre idéntica, por lo que se impone distinguir:
LEGÍTIMA DE LOS HIJOS Y DESCENDIENTES.
La cuota legitimaría de los hijos y descendientes equivale a las dos terceras partes de la
herencia de cualquiera de sus progenitores; pudiendo estos destinar uno de tales tercios a
mejora de cualquiera de sus hijos o descendientes. La mejora tiene un tope máximo el tercio
de la herencia, pero no tiene por qué agotarlo.
LEGÍTIMA DE LOS PADRES Y ASCENDIENTES.
La porción legítima según que:
1) Sean los únicos legitimarios con derecho a heredar: (su legítima equivale a la mitad de la
herencia).
2) Concurran con el cónyuge viudo: (se reduce la legítima de padres y ascendientes a un
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tercio de la herencia).
LA LEGÍTIMA DEL CÓNYUGE VIUDO.
El cónyuge viudo es el único legitimario que puede concurrir con cualquiera de los demás
grupos de legitimarios:
1) Tendrá derecho al usufructo de los dos tercios de la herencia, es decir, la misma cuota que
correspondería a los hijos y ascendientes.
2. Si concurre con hijos o descendientes tendrá exclusivamente derecho al usufructo de un
tercio, que el CC., identifica como el tercio destinado a mejora.
3. Si concurre a la herencia con el cónyuge viudo, ofrece una imagen notoriamente alejada
de la realidad social: en ésta alcanza rango de cláusula testamentaria.

32) SUCESIÓN INTESTADA.


SU RAZÓN DE SER: INEXISTENCIA O INSUFICIENCIA DEL TESTAMENTO.
En caso de que no haya testamento, o este sea incompleto o nulo o el designando heredero
voluntario repudie la herencia por cualquier razón, se abre la sucesión intestada, también
denominada por el CC sucesión legítima. La falta de herederos o testamentarios obliga al
legislador a establecer quienes serán los herederos del causante, designado a ciertos
familiares porque entiende que es lo que hubieran deseado la mayor parte de las personas.
La sucesión intestada es sumamente frecuente; pues la imprevisión unida a ciertos
atavismos hace que muchas personas fallezcan sin otorgar testamento.

 Reglas generales de la sucesión intestada respecto de sucesores de forma excluyente.


LA LÍNEA RECTA DESCENDIENTE.
La sucesión corresponde en primer lugar a la línea recta descendiente” a los hijos y demás
descendientes, quienes heredaran con exclusión de todos los demás familiares del causante.
Toda la herencia se distribuirá en línea recta entre todos los descendientes de la siguiente
forma:
1) Si solo hay hijos, la herencia se dividirá entre ellos en partes iguales.
2) Si existen hijos y descendientes en línea recta de hijos que hubiesen fallecido, para
mantener la igualdad entre las diferentes ramas filiales (estirpes) heredarán cuanto le
correspondería a su padre, hijo del causante.
3) En caso de que todos los descendientes sean nietos o bisnietos, heredarán igualmente por
estirpes y por derecho de representación, la cuota hereditaria de cada uno dependerá del
número de personas que integran cada una de las estirpes o ramas filiales del causante.
LA LÍNEA RECTA ASCENDENTE.
A falta de hijos y descendientes del difunto, le heredarán sus ascendientes. Si los padres han
sobrevivido al causante, heredarán ambos por mitad, y si sobreviviere solo uno de los dos, el
supérstite tendrá derecho a toda la herencia. Los ascendentes de segundo grado y grados
sucesivos en línea recta se regirán por los siguientes criterios fundamentales de distribución
de la herencia:
1) El grado más próximo excluye al más remoto.
2) Existiendo ascendientes del mismo grado, la herencia se dividirá por líneas (maternas y
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paternas), y dentro de cada una de ellas por cabeza.


EL CÓNYUGE VIUDO.
Si no existen descendientes ni ascendientes, la íntegra herencia corresponderá al cónyuge
viudo, siempre que no estuviera separado de hecho o de derecho (separado judicialmente o,
de hecho). Ahora bien, lo dicho se refiere a la condición de heredero abintestato del
cónyuge; el cual, aunque existan descendientes o ascendientes en la sucesión intestada,
tendrá derecho a su legítima, la legítima del cónyuge viudo es operativa tanto el caso de
sucesión testada cuanto la intestada.
PARIENTES COLATERALES.
Si el causante intestado no tuviere descendientes, ni ascendientes, ni cónyuge supérstite,
heredarán los parientes en línea colateral, es decir los hermanos, los sobrinos, y en último
caso, los de cuarto grado de consanguinidad (solo heredarán, en caso de inexistencia de
hermanos y sobrinos, por cabeza, más allá del cual no se extiende el derecho de heredar
abintestato. Los sobrinos del causante pueden heredar de dos formas diversas:
1) Si concurren solos, heredarán por cabezas, por partes iguales, con independencia del
número de sobrinos que integran cada estirpe.
2) Si por fallecimiento de sus padres concurriese con alguno o algunos de sus tíos, heredará,
por derecho de representación, por estirpes.
3) Los hermanos heredarán por partes iguales, salvo si concurren hermanos y
hermanastros.
33) LAS PERSONAS JURÍDICAS EN EL CC.
LAS CORPORACIONES: LAS PERSONAS JURÍDICAS PÚBLICAS.
La agrupación de personas con un fin común puede encontrar origen tanto en la iniciativa
de sus propios componentes personales, como en el dictado de la ley (requeridas por la
propia estructura sociopolítica del sistema social: Estado, provincia, Universidades, etc.). En
resumen, el Código utiliza el término corporaciones para referirse a todas las personas
jurídico-públicas que deben su nacimiento al propio impulso de la Administración pública y
de los diferentes organismos públicos.
EL INTERÉS PÚBLICO DE ASOCIACIONES Y FUNDACIONES.
El CC exige que tanto las corporaciones como asociaciones y fundaciones sean de interés
público. Esto no implica que tales personas jurídicas dejen de ser privadas, sino que los fines
perseguidos por ellas han de ser de interés general. Esto es debido a que el Ordenamiento
Jurídico no puede consagrar la existencia de personas jurídicas cuyos fines sean contrarios a
los intereses generales de la comunidad.

34) LAS ASOCIACIONES.


CONSTITUCIÓN DE LA ASOCIACIÓN.
El presupuesto fundamental del nacimiento de la asociación viene representado por la unión
o agrupación de un número plural de personas físicas, las cuales se asocian entre sí para
conseguir una finalidad que, por separado sería imposible o inoportuna. Las asociaciones se
constituyen mediante acuerdo de 3 o más personas físicas o jurídicas legalmente
constituidas.
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Quienes deseen constituir una asociación o incorporarse a una ya existente, deben tener
capacidad de obrar, con carácter general. El primer paso será implementar un acto dirigido
a expresar la voluntad de constituir una asociación, y habrán de redactar y aprobar unos
estatutos que constituyen las reglas internas de funcionamiento de la asociación. Los
estatutos han de comprender los extremos exigidos por el funcionamiento de una
organización (denominación, fines, domicilio, etc.).
ESQUEMA ORGANIZATIVO Y ÓRGANOS DIRECTIVOS.
La asociación funciona en base a los órganos siguientes:
Asamblea general: órgano supremo de la asociación. Ha de convocarse, al menos una vez
al año para la aprobación de cuentas y presupuestos, y es el órgano competente para
modificación de Estatutos, nombrar la Junta Directiva, el presidente, etc.
Junta Directiva: órgano de dirección y gestión de la asociación.
Presidente: representa a la asociación frente a terceros y preside tanto la Junta Directiva
cuanto la Asamblea General.
DISOLUCIÓN O EXTINCIÓN DE LA ASOCIACIÓN.
La disolución de la asociación conlleva la desaparición de la persona jurídica. Para que
pueda darse este caso la Constitución requiere “resolución judicial motivada”; de este modo
conforme a los párrafos 2 y 5 únicamente podrán disolverse las asociaciones ilícitas que
tipifica el art. 173 de C. Penal, que son las siguientes:
1. Las que tuvieran por objeto cometer algún delito, o una vez constituidas, promuevan su
comisión.
2. Las que, aun teniendo por objeto un fin lícito, emplearen medios violentos para su
consecución.
3. Las organizaciones clandestinas o de carácter paramilitar.
4. Las que promueven la discriminación racial o inciten a ella.
Además de la disolución se extingue por la voluntad de los socios, por el acuerdo de
disolución (llevado a cabo conforme a las previsiones estatutarias al respecto sobre quórum
y número de votos en tal sentido) y, en general por cualquiera de las causas contempladas
en el art. 39 del CC.

35) LAS FUNDACIONES.


La fundación es la persona jurídica de substrato patrimonial por excelencia; una vez
constituida no importa en tanto la persona del fundador como el conjunto de bienes que
éste separa o individualiza para atender a un fin determinado: puede caracterizarse a la
fundación como la personificación de un patrimonio establemente adscrito a un fin de
carácter general.
El CC presta escasa atención a las fundaciones, limitándose a mencionarlas y señala unos
cuantos extremos:
1. Que su capacidad civil se rige por las reglas de la institución.
2. Que, al igual que las restantes personas jurídicas, pueden actuar en el tráfico.
3. Que se extinguen por las causas genéricas de falta de funcionamiento contempladas en el
artículo 39.
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CONSTITUCIÓN DE LA FUNDACIÓN.
A) La voluntad del fundador: la constitución de una fundación puede implementarse tanto
por personas físicas como por personas jurídicas, ya sea mediante acto inter vivos o mortis
causa (en testamento). La voluntad del fundador asume un extraordinario protagonismo, ya
que la fundación no es en absoluto una estructura abierta, dependiente de la voluntad de
los administradores a la sazón sin solo y exclusivamente dependiente de los designios del
fundador. Los Estatutos de la fundación han de ser interpretados y, en su caso, integrados
conforme a la voluntad del fundador. Ahora bien, la voluntad del fundador no debe
entenderse protegible de forma ilimitada, existiendo un mínimum exigible al pretendido
fundador que, conforme a nuestro Derecho, debe observarse:
1. La fundación ha de servir a fines de interés general para la colectividad.
2. El fundador no tiene facultad alguna para decidir la suerte de la fundación una vez
constituida. La prevalencia o extinción de ésta dependerá en exclusiva de lo dispuesto en los
Estatutos.
B) Valor patrimonial: la fundación es un patrimonio adscrito a un fin y, por tanto, no nacerá
al mundo del Derecho mientras que el fundador no la dote de los bienes necesarios para
atender a los fines previstos. Por consiguiente, la dotación patrimonial es una condición sine
qua non de la existencia y constitución de la fundación. Conforme a la legislación vigente la
dotación fundamental suficiente ascendería a 30,000euros, pudiendo estar formada por
bienes y derechos susceptibles de valoración económica.
C) Los fines de interés general: los beneficiarios. A día de hoy, no debe existir duda respecto
al requisito constitucionalmente establecido: fines de interés general”. La citada dicción
constitucional arroja las siguientes consecuencias:
1. Los fines perseguidos por el fundador han de ser determinados, en cuanto consecución a
perseguir por la fundación una vez constituida.
2. Los futuros beneficiarios de las prestaciones de la fundación han de ser necesariamente
indeterminados.
3. Los fines han de ser lícitos por principio, y en particular legales.
D) La forma y la inscripción en el registro. Las fundaciones tendrán personalidad jurídica
desde la inscripción de la escritura pública de su constitución en el correspondiente Registro
de Fundaciones”.

36) LA REPRESENTACIÓN VOLUNTARIA O CONVENCIONAL Y LA REPRESNTACIÓN LEGAL.


DIFERENCIA FUNDAMENTAL.
La representación voluntaria o convencional tiene su origen en la autonomía privada, en un
acto de voluntad del representado, que puede actuar por sí mismo pero que confiere a un
tercero la realización, la gestión, o la actuación en su propio nombre y a favor de sus
intereses. En su caso la voluntad del representante voluntario depende de la voluntad del
representado. La representación legal, encuentra su fundamento en la ley, para velar por los
derechos e intereses de los incapaces o de aquellas personas que no pueden (ausente,
nasciturus), o no deben (concursado) desarrollar las actividades necesarias para la gestión
de sus asuntos. El representante goza de autonomía, sustituyendo en su actividad jurídica al
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representado, y no depende de la voluntad de éste.

37) LA ACTUACIÓN EN NOMBRE AJENO O CONTEMPLATIO DOMINI: LA REPRESENTACIÓN


DIRECTA.
En la actuación en nombre ajeno, tanto el representante legal como el voluntario, actúan en
nombre y representación del interesado, de manera que hay un consentimiento tanto del
representante como del tercero, de que el asunto de que se trate no es el representante sino
el representado y de que la representante obra como tal sin que, en principio, pueda quedar
vinculado o responder de las consecuencias jurídicas derivadas de su actuación. La
representación es directa, cuando el representante actúa en nombre y por cuenta del
representado y los efectos jurídicos de la actuación representativa se producen
directamente entre el representado y el tercero, tal y como si hubiera intervenido
personalmente el representado mismo.

38) EL PODER O LEGITIMACIÓN DEL REPRESENTANTE.


Para que una persona pueda representar a otra, ha de estar facultada para ello, ha de tener
un poder para actuar. El poder de representación, que puede encontrar su origen en un acto
de voluntad del representado (apoderamiento); en una norma legal de la que derive
directamente o por resolución judicial, cuando es el juez el que asigna la persona del
apoderado y delimita, dentro del marco legal sus facultades representativas, faculta al
representante para actuar en nombre del representado, es decir, le confiere el poder para
actuar en cuanto a tal. Este poder puede ser:
PODER ESPECIAL: referido a un asunto o materia concreta.
PODER GENERAL: para la gestión de los múltiples asuntos, o incluso todos, del poderdante.
Los representados de incapaces o cuasi-incapaces no pueden apoderar.
39) LA RATIFICACIÓN DE LA FALSA O INADECUADA ACTUACIÓN REPRESENTATIVA.
El representado, cuando el tercero le inste a ejecutar lo pactado con el falso representante
podrá adoptar la iniciativa de alegar la existencia de un supuesto falsus procurator y
desentenderse de manera total y absoluta del tema, o asumir personalmente la falsa o
inadecuada representación y considerarse vinculado con el tercero, a través de una
declaración propia de voluntad, ratificación.
CARÁCTER Y CONSECUENCIAS DE LA RATIFICACIÓN.
La aceptación después de los hechos de la actuación del representante supone un
apoderamiento a posteriori que tiene una eficacia retroactiva y establece el defecto de
poder de la actuación del representante. Por tanto, a efectos prácticos, la fecha del
contrato, en su caso, será la del celebrado por el falsus procurator y no de la ratificación.
LA INEXISTENCIA DE RATIFICACIÓN.
A) La actuación contra el sedicente representante: cuando el falsus procurator no cuente
con la ratificación posterior del representado, el tercero actuará contra el sedicente
representante. Ya sea por la vía penal, o como sucede habitualmente por la vía civil.
B) El resarcimiento de daños: el interés contractual negativo: hablamos de indemnizar al
tercero de los perjuicios patrimoniales sufridos (DAÑOS EMERGENTES) y de las ganancias o
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provechos que de manera justa le hubiera comportado a la ejecución efectiva de lo pactado


(LUCRO CESANTE). Si no se llegase a un acuerdo, se determinaría judicialmente.

40) LA ACTUACIÓN POR CUENTA AJENA.


EN GENERAL.
La actuación por cuenta ajena requiere que el representante gestione y defienda el interés
del representado, en nombre de quien interviene y no del suyo, mientras haga funciones
representativas. Para actuar correctamente, caso de que haya conflicto de intereses entre
representado y representante, éste debería atender más al beneficio del representado que
al suyo propio.
LA INADMISIBILIDAD DEL AUTOCONTRATO O CONTRATO CONSIGO MISMO.
Nos referimos a aquellos casos en los que, una persona actúa en nombre de otra, por un
lado y en nombre propio, por otro, o es, a la vez, apoderado de dos distintas que quieren
realizar un acto coincidente (ej. Una quiere vender la otra comprar), y celebra el contrato
asumiendo papeles distintos, o sea, el apoderado firma en las dos casillas del contrato,
como representante de X, en una, y como representante de Y, en la otra, o en su propio
nombre y derecho. En el derecho español no existe regulación específica, solo algunos
preceptos donde se evidencia la prohibición de celebrar actos jurídicos por los
representantes cuando la misma suponga CONFLICTO DE INTERESES con sus respectivos
representados.
Podemos concluir que el autocontrato no es admisible en Derecho español y se debe
considerar ANULABLE en el caso de representación voluntaria, y NULO DE PLENO DERECHO
en la representación legal.

41) LA DENOMINADA REPRESENTACIÓN INDIRECTA.


La actuación representativa se caracteriza por el hecho de que el representante actúa EN
NOMBRE PROPIO, ocultando conscientemente el nombre de la persona por cuenta de quien
actúa (ej. Estoy peleado con el carpintero del barrio y pido a un amigo que le encargue una
librería, sin desvelar que es para mí. El amigo actuará por mi cuenta y en interés mío sin que
el carpintero lo sepa). Ante la inexistencia de relación directa e inmediata entre
representado y tercero, los supuestos se denominan de REPRESENTACIÓN INDIRECTA, ya que
no existe relación alguna entre mandante y tercero.

42) EL PRETENDIDO CARÁCTER ABSOLUTO DE LA PROPIEDAD Y LAS FACULTADES


DOMINICALES.
La propiedad es el derecho de gozar y disponer de una cosa, sin más limitaciones que las
establecidas en las leyes. El propietario tiene acción contra el tenedor y poseedor de la cosa
para reivindicarla.
NOCIÓN PREVIA: EL PODER O FACULTAD DE EXCLUSIÓN.
El artículo 348 CC establece el derecho de gozar y disponer de una cosa con las limitaciones
establecidas en las leyes y, por tanto, la posibilidad de excluir a otros de cuanto nos
pertenece, a la vez, el artículo 349 CC garantiza que nadie puede ser privado de cuánto es
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suyo salvo previa indemnización por la autoridad competente en casos de utilidad pública.
Poder de EXCLUSIÓN.
FACULTAD DE GOCE. LOS FRUTOS.
Según la terminología clásica, significa que el propietario es por principio y salvo otra cosa
el disponga; el único legitimado para usar, utilizar, modificar e incluso consumir la cosa que
nos pertenece. En el caso de bienes fructíferos, el goce de la cosa es extensible a los frutos
que la cosa produzca y han de ser considerados como pertenecientes al propietario del bien
matriz. La propiedad de los bienes da derecho por accesión a todo lo que ellos producen, o
se les une o incorpora, natural o artificialmente. Pertenecen al propietario:
1º. Los frutos naturales: producciones espontáneas de la tierra. Crías y demás productos de
los animales.
2º. Los frutos industriales: los que producen los predios de cualquiera especie a beneficio del
cultivo o del trabajo.
3º. Los frutos civiles: el alquiler de los edificios, el precio del arrendamiento de tierras y el
importe de las rentas perpetuas, vitalicias u otras análogas.
FACULTAD DE DISPOSICIÓN.
Es la facultad que tiene el propietario de una cosa para gravarla (hipotecarla) o incluso para
dejar de serlo, transmitiéndola o enajenándola (vendiéndola) entre otras.
EL PRETENDIDO CARÁCTER ABSOLUTO DE LA PROPIEDAD.
El derecho de propiedad, aun cuando tiene eficacia erga omnes, -respecto de todos o frente
a todos-, no tiene carácter absoluto, ha estado y está delimitado por el OJ. Estos límites
están impuestos por la convivencia social y política y está en dependencia de su naturaleza o
del interés general para determinados sectores de bienes. Así está recogido en el 33 CE: “Se
reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia. La función social de estos
derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las leyes. Nadie podrá ser privado de sus
bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la
correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto en las leyes.”

43) COMUNIDAD Y COPROPIEDAD.


Las reglas por las que se debe regir la comunidad de bienes vienen establecidas en el Título
Tercero del C.C. pese a que, según nuestro código, el ideal sea la propiedad individual, puede
existir una situación de comunidad o de copropiedad coincidiendo varias personas en la
titularidad de un derecho. Se habla de comunidad de bienes cuando el derecho atribuido a
varias personas de manera pro indivisa recae sobre cualquier derecho real, y de
copropiedad cuando recae sobre un derecho de propiedad.

44) LA COPROPIEDAD POR CUOTAS.


En la copropiedad coexisten sobre la misma cosa, el derecho de propiedad de varias
personas, obliga a descomponer sus poderes sobre dicha cosa. Ello se consigue mediante la
atribución de cuotas partes iguales a cada uno de los propietarios. Dicha regla no obsta a
que los copropietarios o los copartícipes en la comunidad de bienes o derechos lo sean en
parte desiguales. La desigualdad de cuotas vendrá dada, por el título adquisitivo (3
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hermanos que heredan en partes desiguales por estar uno de ellos mejorado), o por las
aportaciones realizadas en el momento de nacer la situación de copropiedad.

45) RÉGIMEN JURÍDICO BÁSICO DE LA COPROPIEDAD POR CUOTAS.


Los extremos fundamentales a retener en relación con el régimen jurídico básico de la
copropiedad por cuotas son los siguientes:
USO Y DISFRUTE DE LOS BIENES COMUNES.
El art.394 del CC, sienta como regla inicial el hecho de que ha de atenderse al destino o a la
naturaleza de la cosa, de forma que la utilización de las cosas comunes por parte de uno de
los copropietarios no conlleve perjuicio para el interés de la comunidad impida a los
copartícipes utilizar las cosas comunes según su derecho.
ADMINISTRACIÓN DE LA COSA COMÚN.
Se requiere que la suma de las cuotas de los propietarios que voten un acuerdo sea superior
a la de aquellos que se quedan en minoría (mayoría de cuotas). En caso de que un socio
mayoritario adopte decisiones que se entiendan perjudiciales para el resto de los
copropietarios estos podrán dirigirse al juez que provea lo que corresponda, pudiendo
nombrar un administrador.
DISPOSICIÓN Y ALTERACIÓN DE LA COSA COMÚN.
Conforme al art. 397, las alteraciones o enajenación de la cosa común requiere el
consentimiento de todos los copropietarios. Esta regla de exigencia de unanimidad resulta
criticable, pues basta la oposición irracional de cualquiera de los copropietarios para dejar
bloqueada la propia situación de la comunidad.
LA ENAJENACIÓN O DISPOSICIÓN DE LA CUOTA PRIVATIVA DE CADA COMUNERO.
A pesar de la situación de indivisión que supone la copropiedad, cualquiera de los partícipes
puede enajenar, vender, ceder o dar en usufructo su cuota sin contar con la voluntad de los
demás y sin estar obligado a solicitar consentimiento. No obstante, el CC entiende que hay
un derecho de adquisición preferente a favor de los restantes copropietarios o comuneros
este derecho es el retracto de comuneros.

46) LA DIVISIÓN DE LA COSA COMÚN.


Según el art.400 del CC. Los copropietarios pueden solicitar en cualquier tiempo y por
cualquier causa, sin necesidad de fundamentarlo la división de la cosa común, ninguno está
obligado a permanecer en la comunidad, solo limita la facultad de instar la división de la
cosa en los casos que exista un pacto de indivisión o cuando la cosa sea objetivamente
indivisible.
EL PACTO DE INDIVISIÓN.
Se trata de un pacto o de una imposición, en virtud de los cuales se obliga a conservar la
cosa indivisa, pero siempre por un plazo temporal. En principio el plazo posible queda
limitado a 10 años, prorrogable por un nuevo acuerdo por un mismo plazo de 10 años. En la
práctica, no es frecuente en comunidades voluntarias, normalmente son cláusulas
testamentarias impuestas por el testador a los herederos, y en la mayor parte de los casos
con semejantes finalidades (que no mal vendan, conservar apellidos, etc.).
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LA OBJETIVA INDIVISIBILIDAD DE LA COSA.


Queda vetada la división en caso de que la cosa común sea objetivamente indivisible, de
forma que, de llevarse a cabo, resultará inservible para el uso a que se destine. Hay
supuestos prácticos frecuentes, no se puede dividir un caballo, pero tampoco se podrá estar
la división sobre bienes o cosas, siendo materialmente divisibles, pierdan valor al ser
divididas. Por lo tanto, la división de la cosa queda excluida en los supuestos de invisibilidad
material e indivisibilidad funcional.

47) PROPIEDAD DE LAS PARTES PRIVATIVAS Y COPROPIEDAD DE LOS ELEMENTOS


COMUNES.
La ley de Propiedad Horizontal distingue entre partes privativas, propiedad exclusiva del
propietario susceptible de aprovechamiento individual (pisos, locales, apartamentos…) así
como la propiedad de los anejos expresamente señalados en el título y partes o elementos
comunes, copropiedad de los dueños de pisos o locales, de los restantes elementos,
pertenencias o servicios comunes.
DERECHOS DEL PROPIETARIO SOBRE LAS PARTES PRIVATIVAS.
El derecho singular y exclusivo de propiedad que la ley reconoce sobre el espacio aéreo de
su piso puede concretarse en las siguientes manifestaciones:
A) El propietario puede realizar obras y modificaciones dentro de sus elementos privativos,
sin alterar la seguridad del edificio, su estructura general y sin perjudicar los derechos de
otro propietario.
B) El propietario puede llegar a dividir materialmente, sin afectar a la estructura
arquitectónica como la parte que le corresponda de forma privativa, modificando la cuota
de participación.
C) El propietario puede disponer libremente de su derecho de propiedad, vender, regalar,
permutar.
DERECHOS DEL PROPIETARIO SOBRE LOS ELEMENTOS O PARTES COMUNES.
Todos los propietarios tienen derecho a la utilización, conforme a su naturaleza, de todos los
elementos comunes del edificio. Sin embargo, no podrá en forma alguna enajenar o
disponer por separado. En las OBLIGACIONES DEL PROPIETARIO, la fundamental es
contribuir a los gastos generales originados por el sostenimiento, servicios y conservación
del inmueble, con arreglo a la cuota de participación. Lo que comúnmente llamamos pagar
la comunidad. Además, debe observar la diligencia debida en el uso del inmueble y en sus
relaciones con los demás propietarios, incluso permitir que en su propiedad se llevan a cabo
las reparaciones exigidas por el conjunto del inmueble. LA CUOTA DE PARTICIPACIÓN
determina la participación en las cargas (sirve de módulo para el pago proporcional de los
gastos), así como también en los beneficios (por ejemplo, en el caso de una expropiación se
prorratearía la indemnización total). También ha de ser tenida en cuenta en la adopción de
acuerdos en junta de propietarios, mayoría de personas que representen mayoría de cuota.

49) APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE DERECHO REAL.


El origen de la expresión derecho real toma como punto de partida el sistema jurídico
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romano, en el que se denominaban iura in re (derechos sobre la cosa) ciertas facultades


recayentes sobre los bienes que podían ser ejercitados por su titular o titulares, con
independencia de quien ostentase la propiedad de tales bienes.
CARACTERIZACIÓN GENERAL DE LOS DERECHOS REALES.
La inherencia del real al bien sobre el que recae, resalta la nota más sobresaliente de tal
tipo de derecho: el señorío que la persona ejerce de forma directa e inmediata sobre la cosa.
Dicho señorío puede ser total, cuando solo una persona está legitimada para ejercitar todas
las facultades inherentes a la dominación de la cosa (propiedad); o, por el contrario, parcial.
En este caso, diversas personas ejercitan facultades o tienen atribuidos derechos, de forma
simultánea y compatible, sobre un mismo bien.
La coexistencia de una pluralidad de derechos reales sobre una misma cosa obliga a
distinguir entre la propiedad en sí misma considerada (que es caracterizada como derecho
real pleno) y los demás derechos reales, que el propietario atribuye o está obligado a
reconocer a otras personas. Por ello, se habla de derechos reales limitados o de derechos en
cosa ajena. La existencia de un derecho cualquiera atribuye a su titular la posibilidad de
exigir a todos los miembros de la colectividad el respeto del mismo.
CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS REALES LIMITADOS.
La clasificación tradicional de los derechos exige considerar una trilogía: derechos de goce,
de garantía y de adquisición. sólo los derechos reales de goce (usufructo, uso habitación,
servidumbres y superficie) atribuyen a su titular facultades de uso y utilización de cosas
pertenecientes a otro propietario. Por el contrario, los derechos reales de garantía (prenda e
hipoteca) y los derechos reales de adquisición (tanteo y retracto; opción inscrita), no
otorgan a su correspondiente titular facultad para disfrutar de la cosa usándola, sea o no
fructífera.

50) LA GENERALIDAD DEL FENÓMENO POSESORIO: LA POSESIÓN COMO HECHO Y COMO


DERECHO.
Al hablar de POSESIÓN, se suele establecer a veces, un estrechísimo paralelismo entre la
propiedad y la posesión, que no es exacto desde el punto de vista jurídico. Tanto desde el
punto de vista técnico, como vulgar, poseer significa “tener una cosa”. Es evidente la
necesidad de ofrecer una noción de posesión que permita englobar dentro de las mismas
situaciones fácticas diferentes; que van desde la tenencia material y concreta de una cosa
(ius posesionis), hasta el puro derecho a poseer (ius possidendi) que ostente una persona
sobre una cosa que, sin embargo, es materialmente poseída por otra (se denomina
POSEEDOR MEDIATO al que tiene derecho a poseer y POSEEDOR INMEDIATO a quien cuenta
con la tenencia material de la cosa. El C.C. considera, a veces, la posesión como mero hecho;
mientras que otras veces la califica como derecho.

51) LOS EFECTOS DE LA POSESIÓN EN GENERAL.


EL GOCE Y DISFRUTE DE LA COSA.
El efecto fundamental de la posesión efectiva (la directa e inmediata tenencia de la cosa) es
evidente: el poseedor es quien goza de la cosa, por consiguiente, obtiene tanto las ventajas
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como los inconvenientes, que de ella derivan. El CC no explicita tal distinción, en relación con
el goce de la cosa, la directa e inmediata tenencia de algo arroja distintas consecuencias
dependiendo que la cosa sea o no productiva:
A) Cuando la cosa es productiva, lo normal es que los frutos o rentas generados por la cosa
pertenezcan al poseedor material de la misma.
B) Cuando la cosa no es productiva, el poseedor material no ve incrementada su riqueza a
través de frutos o rentas, ya que la cosa no los produce.
LAS PRESUNCIONES FAVORABLES AL POSEEDOR.
El puro hecho posesorio atribuye al poseedor una serie de beneficios complementarios que
el CC formula como presunciones favorables a todo poseedor:
1. Derivada del principio general de BUENA FE, el art.434 presume que todo poseedor lo es
de buena fe.
2. Todo poseedor tiene la tenencia material de la cosa en virtud de un JUSTO TÍTULO (causa
legitimadora) que le habilita para ello.
3. El art. 459 (para el caso de pérdida indebida de la posesión) establece una presunción de
CONTINUIDAD POSESORIA a favor del poseedor actual.
Los otros efectos; en particular eficacia legitimadora de los bienes muebles habida de buena
fe y el hecho de que, bajo ciertos requisitos, la posesión continuada pueda originar la
adquisición de la propiedad (USUCAPIÓN) a favor del poseedor.

52) LA EFICACIA LEGITIMADORA DE LA POSESIÓN DE BIENES MUEBLES: LA ADQUISICIÓN A


NON DOMINIO.
Por razones muy comprensibles (producción en masa, dificultades de identificación,
imposibilidad de dedicar a ellas un registro, etc.) en relación con las cosas muebles, la
posesión tiene mayor importancia que respecto de los bienes inmuebles. Por dicho motivo,
el Derecho ha concedido siempre un trato diferente a la posesión de bienes muebles,
llegando al extremo de considerar que cuando una cosa mueble es adquirida por alguien en
circunstancias normales (compra), con la intención de hacerla suya, de convertirse en su
propietario, se produce de forma automática dicho proceso, y a partir de ahí, aunque el
vendedor de la cosa no fuera en realidad el dueño de la misma, el adquirente pasa a ser
propietario de ella.
EL ARTÍCULO 85 DEL CÓDIGO DE COMERCIO.
Este afirma que la compra de mercaderías en almacenes o tiendas abiertas al público
causará prescripción de derecho a favor del comprador respecto de las mercaderías
adquiridas, quedando a salvo en su caso los derechos del propietario de los objetos
vendidos, para ejercitar las acciones civiles o criminales que puedan corresponderle contra
el que los vendiere indebidamente.

53) LA ADQUISICIÓN DE LOS DERECHO REALES.


Uno de los problemas básicos que debe afrontar cualquier sistema jurídico radica en
determinar cómo se llega a ostentar la titularidad jurídico-real de los bienes. En efecto, a
nuestro sistema jurídico lo que le importa es que la adquisición (y/o transmisión) de los
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derechos reales encuentre fundamento en un hecho, acto o negocio causal que sea
adecuado y suficiente para producir el nacimiento o la transmisión de cualquier derecho
real (de una persona a otra; de un titular al siguiente titular).

54) LA ADQUISICIÓN ORIGINARIA Y ADQUISICIÓN DERIVATIVA DE LOS DERECHOS REALES.


Se habla de ADQUISICIÓN ORIGINARIA cuando la titularidad dominical (o de cualquier otro
derecho) se obtiene con independencia del derecho del titular anterior, ya sea porque la
misma adquisición coincide con el derecho (de propiedad), haciéndolo nacer o generándolo:
OCUPACIÓN de bienes muebles vacantes o abandonados. Porque la titularidad jurídico-real
(propiedad o cualquier otro derecho real limitado, que sea susceptible de posesión) se
consigue sin estar fundamentada en el derecho del titular anterior: USUCAPIÓN.
Por ende, la ADQUISICIÓN DERIVATIVA, tiene lugar cuando el titular cede o transmite su
derecho real (propiedad o cualquier otro que sea transmisible) a otra persona (nuevo
titular). El cual se mantiene en las mismas condiciones en que lo ostentaba el anterior
titular. Dentro de la adquisición derivativa distinguiremos entre:
- ADQUISICIÓN DERIVATIVA TRASLATIVA: se transmite o adquiere el mismo derecho del
titular anterior.
- ADQUISICIÓN DERIVATIVA CONSTITUTIVA: el titular transfiere o transmite parcialmente su
derecho, dando origen a un nuevo derecho real.

55) LA ADQUISICIÓN O TRANSMISIÓN DERIVATIVA DE LOS DERECHOS REALES.


Como ya sabemos, la transmisión convencional de los derechos reales requiere la existencia
de dos elementos: “ciertos contratos de finalidad traslativa y mediante la tradición o
entrega de la cosa sobre la que recaiga el derecho real. Dicha regla impregna el conjunto
normativo propio del Derecho patrimonial y algunas veces, se expresa claramente en
artículos del CC., en preceptos que tienen vocación de generalidad. El adquirente no se
convierte pues en titular real más que cuando se haya producido entrega de la cosa o
tradición, y dicha entrega encuentre fundamento en un contrato que sea apto para
transferir el dominio de la cosa o el derecho real de que se trate).

56) LA TRADICIÓN.
CONCEPTO Y EFECTO FUNDAMENTAL.
La tradición significa lisa y sencillamente ENTREGA DE LA COSA o de la posesión de la cosa
sobre la que recae el derecho de propiedad u otro derecho real que se transmite de una
persona a otra. El efecto fundamental de la tradición consiste, pues, en transmitir de una
persona a otra la propiedad de una cosa o un derecho real sobre una cosa. Por consiguiente,
mientras no haya tenido lugar la tradición, el pretendido adquiriente del derecho real no
será tal, sino que solo tendrá derecho a reclamar al transmitente una conducta que acabe
convirtiéndolo en propietario o titular del derecho real.
LAS CLASES O FORMAS DE LA TRADICIÓN.
Existen diferentes formas de tradición, siendo las siguientes las que mayor importancia
práctica tienen:
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A) Tradición real: material y simbólica:


“Se entenderá entregada la cosa vendida, cuando se ponga en poder y posesión del
comprador”. El texto transcrito da pie para entender que la PUESTA EN POSESIÓN REAL de la
cosa puede tener lugar de dos formas diferentes:
 MATERIALMENTE: cuando hay una entrega manual y efectiva.
 DE FORMA SIMBÓLICA: sin llegar a producirse una transmisión material de la cosa.
B) Tradición instrumental: “cuando se haga la venta mediante escritura pública, el
otorgamiento de ésta equivaldrá a la entrega de la cosa objeto del contrato. El
otorgamiento de la escritura pública (ante notario) equivale o hace las veces de entrega o
tradición, aunque en realidad y materialmente no haya habido transmisión posesoria del
transmitente al adquirente.

57) LA OCUPACIÓN,
La forma más primaria e intuitiva de adquirir la propiedad consiste en apoderarse de algo
que nadie tiene bajo su dominio y que, por consiguiente, puede ser objeto de libre
apropiación. Dicha forma de adquirir el dominio (llegar a ser propietario de algo) es
conocida en el mundo del Derecho como UCUPACIÓN y se encuentra legalmente
identificada en el CC. Para que tenga lugar la OCUPACIÓN se requiere la conjunción de las
circunstancias siguientes:
1. Aprehensión material y efectiva de la cosa, y
2. Ánimo o intención de hacerla objeto de su propiedad por parte del ocupante.
Para llevar a cabo la ocupación de algo no se requiere capacidad de obrar, ya que se
considera que el ACTO JURÍDICO en que consiste la ocupación puede ser ejecutado por
cualquier persona que tenga aptitud psíquica suficiente para realizar la apropiación o
aprehensión material de la cosa, aunque se trate de un menor o de un incapacitado.
LA EXCLUSIÓN DE LOS BIENES INMUEBLES DEL ÁMBITO DE LA OCUPACIÓN.
Atribuye la titularidad de los INMUEBLES VACANTES, llamados así por no tener dueño o los
abandonados por sus dueños, directamente al ESTADO. En el mismo se manifiesta la ley de
patrimonio de las administraciones públicas, que constituye la legislación vigente en la
materia. Igualmente, son atribuidos por otras leyes al Estado, ciertos bienes que se excluyen
también de la susceptibilidad de ocupación de los particulares.
a) Los valores, dinero y bienes muebles constituidos en depósito en sociedades de crédito o
entidades financieras, cuando no se hayan producido respecto de las mismas actuaciones
que impliquen el derecho de propiedad.
b) Los buques y aeronaves abandonados o perdidos.

58) LA USUCAPIÓN O PRESCRIPCIÓM ADQUISITIVA.


En Derecho, la apariencia y el transcurso del tiempo tienen una extraordinaria importancia.
La falta de ejercicio de un determinado derecho o facultad puede conllevar su CADUCIDAD O
PRESCRIPCIÓN; y la continuidad posesoria, por el contrario, puede comportar que el
poseedor devenga en propietario. Esto se conoce como USUCAPIÓN. PRESCRIPCIÓN Y
USUCAPIÓN, son pues, dos caras de la misma moneda, que vienen a demostrar la incidencia
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de una situación fáctica en las relaciones jurídicas. Sin embargo, tienen campos de
aplicación muy diferentes:
A) La prescripción entra en juego respecto de toda clase de derechos, facultades y
situaciones.
B) La usucapión tiene campo limitado; su juego queda reducido a la propiedad y a los
derechos reales limitados.
El CC no utiliza en ningún momento el término usucapión, sino el de prescripción, al que da
un valor diferente según el párrafo del CC: cuando habla de PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA, se
refiere a la usucapión, basada y asentada en el hecho posesorio vivido por el poseedor como
derecho.
“El fundamento de la usucapión, más allá de un presunto abandono del derecho por quien
“pudiera ser” titular originario del mismo, es de carácter objetivo y consiste en dar
seguridad a los derechos de modo que, transcurrido el tiempo fijado por la ley en su
ejercicio y concurriendo los demás requisitos exigidos, éste queda consolidado y cubierto
frente a todos, evitando así las dificultades de prueba que pudieran existir para justificar el
origen de derechos reales adquiridos en tiempos ya lejanos”.
LA POSESIÓN HÁBIL PARA LA USUCAPIÓN.
La usucapión se asienta en la posesión, por tanto, solo podrán usucapirse aquellos bienes o
derechos reales que son susceptibles de ser objeto de posesión y la continuidad posesoria es
el necesario punto de partida de todo el proceso adquisitivo por usucapión. El CC exige, a
efectos de usucapión, que la posesión sea: en concepto de dueño, pública, pacífica e
ininterrumpida del dominio o de cualquier otro derecho real posible y lo reitera por pasiva y
por activa:
a) Sólo la posesión que se adquiere y se disfruta en concepto de dueño puede servir de título
para adquirir el dominio.
b) No aprovechan para la posesión los actos de carácter posesorio, ejecutados en virtud de
licencia o por mera tolerancia del dueño.
c) Los actos meramente tolerados, y los ejecutados clandestinamente y sin conocimiento del
poseedor de una cosa, o con violencia, no afectan a la posesión.
d) En ningún caso puede adquirirse violentamente la posesión.
CLASES DE USUCAPIÓN: LOS REQUISITOS DE LA USUCAPIÓN ORDINARIA.
La continuidad posesoria es el substrato mínimo y común, pero no el único. Nuestro sistema
positivo distingue entre usucapión ordinaria y extraordinaria.
En la extraordinaria se exigen unos plazos de continuidad posesoria más largos que en la
ordinaria.
En la ordinaria, por compensación, además de la posesión con las características exigidas, el
CC requiere además buen fe y justo título en el poseedor usucapiente.
a) Buena fe: consiste en la CREENCIA DE QUE la persona de quien recibió la cosa era dueño
de ella y podía transmitir su dominio. Así pues, tenga el poseedor creencia de legitimidad
posesoria, el resultado es el mismo; la situación subjetiva del poseedor tiene que
caracterizarse por creerse poseedor legítimo.
b) Justo título: además de justo, debe ser verdadero y válido, debe probarse, pues no se
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presume nunca.
LOS PLAZOS POSESORIOS.
La distinción entre usucapión extraordinaria y ordinaria consiste en el acortamiento de los
plazos previstos para ésta última, cuando además de la posesión, concurren los requisitos
de buena fe y justo título.
a) En la usucapión ordinaria: los bienes muebles prescriben a los 3 años; los bienes
inmuebles se prescriben a los 10 años de posesión continuada con buena fe y justo título,
salvo que el perjudicado por la usucapión resida en el extranjero o en ultramar, en cuyo caso
se requiere 20 años.
b) En la usucapión extraordinaria: sin necesidad de justo título, ni de buena fe, por la mera
continuación posesoria; se prescribe el dominio de las cosas muebles a los 6 años, el
dominio y los demás derechos reales sobre bienes inmuebles se prescriben a los 30 años, sin
que haya distinción entre presentes y ausentes.

59) EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD.


Si todos los registros tienen importancia, lo cierto es que la relevancia del Registro de la
propiedad es particularmente notoria y ha dado lugar a un sector específico del Derecho
civil conocido como DERECHO HIPOTECARIO (para otros, DERECHO INMOBILIARIO
REGISTRAL). Es una derivación del nombre de la Ley Hipotecaria, que instauró en España el
Registro de la Propiedad.
NOTAS FUNDAMENTALES.
El de la propiedad consiste en un Registro dedicado especialmente a reflejar la constitución
y dinámica de los derechos reales, desde la propiedad propiamente dicha hasta el derecho
de opción bajo ciertas condiciones que afecten a bienes inmuebles. Se trata pues, de una
oficina u organismo público que, de forma oficial publica la situación jurídica en que se
encuentran los bienes inmuebles y los derechos reales inmobiliarios que hayan ingresado (o
se hayan inscrito en el. Por tanto;
a) Toda persona tiene derecho a acceder al contenido del Registro, para informarse de los
derechos recayentes sobre las fincas inscritas.
b) Cada una de las oficinas registrales existentes en España se encuentra bajo la
salvaguarda de un técnico en derecho, especialmente cualificado y seleccionado mediante
unas duras oposiciones.
PUBLICIDAD FORMAL Y FUNCIÓN CALIFICADORA DEL REGISTRADOR.
El acceso al contenido del Registro, siempre que el consultante tenga interés conocido o
legítimo, a juicio del Registrador, se puede llevar a cabo a través de los medios siguientes:
1) Exhibición o consulta directa, de los diversos libros registrales respecto de las fincas o
derechos que interesen al consultante.
2) Nota simple informativa: emitida por el Registrador a petición verbal o escrita del
interesado. Dicho documento es meramente informativo y, por tanto, carece del valor de
documento público.
3) Certificación registral: requiere ser solicitada por escrito conforma a la práctica
tradicional o por vía telemática, y una vez emitida por el Registrador, tiene valor de
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documento público.
Según el artículo 18 de la Ley Hipotecaria, la función calificadora del Registrador
comprenderá:
a) La legalidad de las formas extrínsecas de los documentos (escrituras públicas,
mandamientos judiciales y documentos administrativos).
b) La validez de los actos dispositivos contenidos en las escrituras públicas, por lo que
resulte de ellas y de los asientos del Registro.

60) DINÁMICA DE LAS INSCRIPCIONES REGISTRALES.


LA EXIGENCIA DEL TRACTO SUCESIVO.
Consiste en un encadenamiento de las sucesivas transmisiones del dominio del tal manera
que la nueva transmisión se apoye en la anterior. Este principio exige que cada acto
dispositivo se verifique en un asiento independiente y que el acto que pretenda inscribirse
derive de otro previamente inscrito, de tal manera que el Registro refleje las transmisiones
en perfecta sucesión. Así por ejemplo para que se inscriba la venta de una finca, es
indispensable que el que vende figura en la matrícula como propietario. Naturalmente, el
referido principio no juega solo en relación con la propiedad, sino también respecto de los
demás derechos reales. Solo el titular del dominio y mientras lo sea podrá constituir
derechos reales limitados que, además para perjudicar a sucesivos adquirentes de la finca,
deberán inscribirse también en el registro mientras el titular registral que los ha constituido
siga lo siga siendo.
LA PRIORIDAD REGISTRAL.
El momento temporal de acceso de un título al Registro es de enorme importancia aunque
el otorgante del mismo siga siendo titular registral puede continuar realizando actos de
trascendencia jurídico-real en relación con la finca inscrita a su nombre puede vender la
finca a dos personas en diferentes en fechas muy próximas. El registro solo podrá declarar
dueña a una de ellas y ésta será la que inscriba antes su título de adquisición (la
correspondiente escritura pública).
-Títulos incompatibles y el cierre registral. La inscripción del primero de ellos presupone que
los demás no pueden acceder al Registro. Por ello se habla de CIERRE REGISTRAL: para
tratar de explicar, que el Registro queda cerrado respecto de la presentación posterior de
títulos que contraigan otro u otros ya inscritos. Dado que el hecho de que la prioridad
registral de estos últimos no tiene porqué derivar de su fecha, sino de la propia inscripción o
asiento de presentación, se suele afirmar que una de las reglas básicas del Derecho
hipotecario es la del PRINCIPIO DE PRIORIDAD. Dicha regla constituye en efecto, uno de los
ejes cardinales del Derecho hipotecario y se encuentra recogida de forma indirecta o
implícita en diversos artículos.

61) LOS EFECTOS DE LA INSCRIPCIÓN EN GENERAL.


En derecho la inscripción no tiene carácter constitutivo. La adquisición o transmisión
derivativa de la propiedad y de los derechos reales en general, se produce mediante
contrato seguido de tradición, donación o a través de la sucesión testada o intestada de
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acuerdo con el art. 609 del CC. Se entenderá que la inscripción registral ha de producir
efectos beneficiosos para quien procura su constancia en el Registro de la Propiedad. El
reforzamiento de la posición jurídico-real del titular inscrito lo establece la Ley Hipotecaria
mediante dos mismos mecanismos:
1. Presumiendo que el derecho real existe y pertenece al titular registral conforme al
contenido de la inscripción. Esto es lo que se llama LEGITIMACIÓN REGISTRAL, esto significa
que el titular inscrito salvo prueba en contrario será considerado verdadero titular del
mismo. Al tratarse de una inscripción que admite prueba en contrario se habla de
PRESUNCIÓN IURIS TANTUM o lo que es lo mismo: en tanto no se demuestre judicialmente
lo contrario y se cancele la inscripción registral, ésta surtirá todos los efectos que
analizaremos.
2. En algunas ocasiones, tratándose de terceros adquirentes con ciertos requisitos, el
contenido de la inscripción se convierte en inexpugnable en protección del titular registral
aunque se demuestre que en el acto registral seguido hasta llegar al TERCERO HIPOTECARIO
ha habido alguna irregularidad o acto transmisiva impugnable, el titular registral habrá de
seguir siendo considerado como verdadero titular.

62) LA PROTECCIÓN DEL TERCERO: LA FE PÚBLICA REGISTRAL.


El registro de la Propiedad surgió a instancias del crédito territorial y en la búsqueda de
otorgar seguridad y protección a los Terceros adquirentes. El tercero merece ser protegido
en tanto en cuanto ha confiado en el Registro y ha adquirido el bien de quien
registralmente, se encontraba legitimado para enajenarlo. La finalidad última de la Fe
Pública Registral es la protección del TERCERO HIPOTECARIO. La cual tiene una doble
perspectiva: Positiva: dice que respecto a terceros el contenido del Registro debe presumirse
EXACTO. Esto es el tercero hipotecario se convierte en titular del derecho inscrito, en las
condiciones reflejadas tubularmente, aunque el anterior titular registral no fuera realmente
propietario. Negativa: los títulos de dominio o de otros derechos reales sobre bienes
inmuebles que no estén debidamente inscritos o anotados en el registro de la propiedad, no
perjudica a tercero. Esto es el contenido del Registro no solamente debe reputarse exacto
sino también ÍNTEGRO. Y por consiguiente el tercer adquirente puede desconocer
legítimamente cuantas posiciones jurídico-inmobiliarias estén ausente del Registro.
EL TERCERO HIPOTECARIO.
El tercero hipotecario que de buena fe adquiera a título oneroso algún derecho de persona
que en el registro aparezca con facultades para transmitirlo, será mantenido en adquisición,
una vez que haya inscrito su derecho, aunque después se anule o resuelva del otorgante por
virtud de causas que consten en el mismo registro. Dicho tercero será mantenido en su
adquisición que es lo mismo que el tercero adquiere una titularidad jurídico-real inacatable.
PRESUPUESTOS O REQUISITOS.
Para ser considerado tercero hipotecario debe reunir los requisitos siguientes:
A) Adquisición a título oneroso: el tercero debe de haber adquirido mediante
contraprestación por su parte a título oneroso. Los adquirientes a título gratuito (mediante
donación) no gozarán de más protección registral que la que tuviese su causante o
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transferente.
B) Adquisición de buena fe: la buena es un principio general del derecho y un presupuesto
del ejercicio de los derechos subjetivos que no puede ser desconocido en ningún sector
normativo, por muy especializado que sea.
C) Adquisición del titular registral anterior: solo el titular registral se encuentra legitimado
para disponer de los derechos inscritos, para llevar a cabo actos dispositivos.
D) La inscripción de su propia adquisición: la inscripción solo beneficia a quien la realiza,
siendo así que la fe pública registral es un efecto favorable de la inscripción, esta es una
condición sin quan non para que el sistema registral despliegue los efectos que le son
propios, en beneficio del adquiriente.

63) USUFRUCTO. NOCIÓN Y CARACTERES.


El Derecho real, en virtud del cual, una persona puede disfrutar (obtener los frutos o
rendimientos) de una cosa ajena, se conoce con el nombre de usufructo, y se encuentra
caracterizado por:
La TEMPORALIDAD: al sistema jurídico no le parece conveniente que la dominación sobre la
cosa se encuentre dividida entre varias personas. Si el titular del derecho real de usufructo
(usufructuario) pudiera disfrutar indefinidamente de las cosas pertenecientes a otra
persona (nudo propietario) el derecho de la propiedad de ésta quedaría privado
absolutamente de contenido.
La referida temporalidad conlleva que el usufructuario deba restituir la cosa usufructuada al
nudo propietario, transmitiéndole el goce y disfrute de la misma. Por consiguiente, el CC
exige al usufructuario la conservación de la cosa conforme a su naturaleza anterior al
usufructo (salvo especial autorización).
CONTENIDO DEL USUFRUCTO.
Durante la vigencia del usufructo, los dos derechos reales coexistentes sobre la misma cosa
funcionan con absoluta independencia y su respectivo titular podrá disponer de ellos, ya que
ambos tienen valor económico.
Así el nudo propietario: podrá enajenar la nuda propiedad, hipotecar su derecho de nuda
propiedad, incluso hacer obras y mejoras en la finca, siempre que no perjudique al
usufructuario.
Por su parte el usufructuario, además de hacer suyos todos los frutos y rendimientos de los
bienes usufructuados, tiene facultades: utilizar por sí mismos los bienes usufructuados o
bien arrendar o enajenar a tercero su propio derecho de usufructo, hipotecar el derecho de
usufructo.
Las obligaciones del usufructuario: son, conservar los bienes usufructuados con diligencia
de buen padre de familia, hacer frente a las reparaciones ordinarias, mientras que la
extraordinarias serán de cuenta del nudo propietario, restituir la cosa cuando termine el
usufructo (salvo, en su caso, el derecho de retención).

64) LA SUPERFICIE.
INTRODUCCIÓN: FACULTAD DE ACCESIÓN Y DERECHO DE SUPERFICIE.
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El derecho ha establecido lo siguiente; lo edificado, plantado o sembrado se presume


realizado por el propietario del suelo, y por tanto sólo a él pertenece. Dicha extensión de los
poderes del propietario del suelo se conoce técnicamente con el nombre de ACCESIÓN. EL
DERECHO DE ACCESIÓN es una facultad del propietario sobre cuya importancia no se suele
reparar, por responder a una intachable lógica económica. La accesión no es una obligación
del propietario sino una FACULTAD DOMINICAL, que por ende puede ser objeto de
transmisión y negociación. El propietario puede permitir que otra persona edifique o
siembre en su finca facultándose para mantener la construcción o plantación durante un
determinado período de tiempo. En tal caso, el propietario intercambia su derecho de
accesión por el precio o canon que alguien le paga y en cuyo favor constituye un DERECHO
DE SUPERFICIE.
NOCIÓN Y CARACTERES.
El derecho de superficie consiste en la facultad que tiene una persona para edificar o plantar
en suelo ajeno, pudiendo disfrutar de los edificado o plantado, durante un plazo temporal
determinado, mediante canon o precio de carácter periódico. Al igual que el usufructo, la
superficie tiene como carácter propio y específico la de ser un DERECHO TEMPORAL.
Pero usufructo y superficie desempeñan funciones bien diversas: el conjunto de obligaciones
y derechos del usufructuario se encuentran transidos por la idea de conservación de una
cosa que había sido puesta en productividad por el propietario cedente. En cambio, la
superficie tiene por objeto la generación de riqueza (construcción o explotación agraria) por
parte del superficiario.

65) FUNCIÓN ECONÓMICA DE LOS DERECHOS REALES DE GARANTÍA Y DIFERENCIAS ENTRE


PRENDA E HIPOTECA.
Los Derechos Reales de Garantía, es una forma en la que el acreedor, en caso de
incumplimientos las obligaciones del propietario, pueda resarcirse con el bien que haya
quedado afecto de garantía. A tal idea responden las manifestaciones de HIPOTECA Y
PRENDA. En la primera, el propietario puede obtener, fundamentalmente, préstamos o
créditos, sin desprenderse del goce y utilización de la cosa afectada. Es la figura más
evoluciona; es sobre buen inmueble, está caracterizada por el Registro de la Propiedad no
requiere desplazamiento posesorio, por lo que el deudor hipotecario seguirá conservando la
posesión y goce de la cosa inmueble (o derecho real inmobiliario). La segunda por su parte
es la entrega de la posesión de una cosa mueble al acreedor para garantizar el
cumplimiento de una obligación cualquiera; es la figura más antigua, recae sobre bien
mueble: requiere que la posesión se transmita al acreedor (ACREEDOR PIGNORATICIO).
Mientras que el desplazamiento posesorio no sea efectivo, el derecho real de la prenda no
habrá nacido.

66) CARACTERIZACIÓN GENERAL DE LOS REALES DE GARANTÍA.


En ambas figuras existe un régimen básico coincidente:
1) LA ACCESORIEDAD: los derechos reales de garantía se constituyen para asegurar el
cumplimiento de una OBLIGACIÓN PRINCIPAL o ASEGURADA, y solo pervivirán mientras
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dicha obligación se encuentre subsistente.


2) LA INDIVISIBILIDAD: las garantías reales pervivirán mientras no se produzca el
cumplimiento total de la obligación garantizada.
3) LAS FACULTADES DE REALIZACIÓN DEL VALOR O PREFERENCIA: los derechos reales de
garantía, por regla general y salvo pacto en contrario, no conceden al acreedor facultad
alguna de goce y uso de la cosa, siendo su finalidad la garantía del cumplimiento de la
obligación que pesa sobre el deudor.
4) LA ESPECIALIDAD: las facultades del titular recaen sobre el bien afecto de garantía y no
sobre la totalidad de los bienes del deudor.
5) LA REIPERSECUTORIEDAD: pone de manifiesto de carácter real del conjunto de facultades
atribuidas al acreedor quien podrá ejercitarlas frente a otra persona, tercer adquiriente o
poseedor.

67) LA PRENDA.
El Derecho real de prenda se constituye mediante entrega en garantía de una cosa mueble
susceptible de posesión, el deudor pignorante siendo dueño de la cosa. Si la cosa pignorada
produce intereses, no tendrá derecho a reclamarlos, pues el acreedor pignoraticio los hace
suyos para cobrarse lo que deudor pignorante debe.
LAS OBLIGACIONES DEL ACREEDOR PIGNORATICIO, son; no usar la cosa, salvo autorización
del propietario, conservarla con la diligencia de un buen padre de familia y restituirla en
cuanto el deudor lleve a cabo el cumplimiento total y exacto de la obligación garantizada.
DERECHO DEL ACREEDOR PIGNORATICIO.
1) Promover la enajenación forzosa, en casi de incumplimiento del deudor.
2) Cobrar de forma preferente, respecto de otros acreedores.
3) Derecho de abono de los gastos de conservación de la cosa.
4) Derecho de retención, más intereses y abono de gastos, sobre la cosa mientras el deudor
no cumple con la obligación.

68) LA HIPOTECA: RÉGIMEN JURÍDICO BÁSICO.


CONSTANCIA REGISTRAL.
La característica principal de la hipoteca consiste en su necesaria constancia registral. El
documento público (escritura pública o mandamiento judicial) mediante en que se haya
constituido debe inscribirse en el Registro de la Propiedad. Esta exigencia viene requerida
por el hecho de que los legítimos derechos y expectativas de terceros sólo deben verse
perjudicados desde el momento en que pudieron conocer, a través del Registro de la
Propiedad, la existencia de una garantía real que afecta directa e inmediatamente a la cosa
o derecho real sobre que recae.
EL OBJETO DE LA GARANTÍA HIPOTECARIA.
Son bienes susceptibles de ser hipotecados; los bienes inmuebles susceptibles de inscripción,
los derechos reales enajenables impuestos sobre los mismos bienes. En términos generales,
son hipotecables todos los derechos reales inmobiliarios. Se excluyen los derechos de uso y
habitación y las servidumbres.
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69) LOS EFECTOS FUNDAMENTALES DE LA HIPOTECA.


En cuanto a garantía accesoria de la obligación principal, la operatividad de la hipoteca
depende del cumplimiento de la obligación asegurada:
A) En caso de incumplimiento exacto o total, la obligación se extingue, y por tanto, también
la hipoteca que habrá que cancelarla en el Registro de la Propiedad.
B) En caso de incumplimiento el acreedor hará efectivo IUS DISTRAHENDI.
FASE DE SEGURIDAD. LA ACCIÓN DE DETERIORO O DEVASTACIÓN.
La fase de seguridad es el plazo temporal en el que los derechos del acreedor hipotecario
quedan asegurados mediante la acción del deterioro o devastación y subrogación real.
A) Acción de deterioro o devastación: es una medida fundamental donde se faculta al
acreedor hipotecario para obligar al propietario, mediante intervención judicial, a hacer o
dejar de hacer cuanto convenga para mantener inalterable el valor del objeto afecto a la
hipoteca.
B) Subrogación legal: en caso de que el dueño pierda la cosa a causa de un siniestro o por
razón de expropiación forzosa, las indemnizaciones deberán quedar consignadas
judicialmente hasta que llegue el vencimiento de la obligación asegurada.
LA FASE DE EJECUCIÓN.
A) Procedimientos ejecutivo: cuando la obligación asegurada no es objeto de cumplimiento,
el acreedor ejercita ius distrahendi media la denominada ACCIÓN REAL HIPOTECARIA, que
prescribe a los 20 años, a través de cualquiera de los procedimientos siguientes: el
procedimiento sumario o de ejecución, es el más importante en términos prácticos; el
procedimiento ejecutivo ordinario, regulado por la LEC y en caso de pacto expreso, el
procedimiento o la venta extrajudicial del bien hipotecado.
B) Procedimiento especial de ejecución hipotecaria: en la mayoría de los supuestos de
incumplimiento de la obligación asegurada, el acreedor ha ejercitado su derecho a través
del procedimiento judicial de sumario o ejecución.
C) Purga de la hipoteca: una vez ejecutada, ésta desaparece y debe ser cancelada.
LA ACCIÓN PROCESAL CONTRA EL DEUDOR HIPOTECARIO.
Los bienes hipotecados suelen tener un valor muy superior al montante de la obligación
garantizada. Es extraño que la ejecución hipotecaria no satisfaga completamente el crédito
al acreedor hipotecario. En caso de que esto se produzca, el deudor lo seguirá siendo de la
diferencia. A la posibilidad de agredir o ejecutar otros bienes diferentes a los especialmente
hipotecados, se le denomina ACCIÓN PERSONAL, en cuanto encuentra fundamento en el
derecho de crédito propio de la obligación asegurada.

70) FACULTAD DE DISPOSICIÓN Y DERECHOS REALES DE ADQUISICIÓN PREFERENTE.


La facultad de disposición permite que el propietario de un bien enajene o transmita a otro
dicho bien cuando le venga en gana. En determinados casos, la Ley concede a una persona
la facultad de adquirir preferentemente el bien a enajenar: los derechos de adquisición
preferente son los derechos de tanteo, de retracto y de opción. Los dos primeros tienen
origen legal mientras que el tercero es de origen convencional o voluntario, es decir, nace a
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consecuencia de un pacto o negocio entre personas interesadas. Estos derechos no son


aplicables en enajenaciones gratuitas o lucrativas; donaciones, herencias…

71) EL TANTEO Y EL RETRACTO: IDENTIDAD DE FUNCIÓN Y MOMENTO TEMPORAL


DIVERGENTE.
El Tanteo es la facultad de adquirir un bien antes de que lo haga otra persona, pagando el
titular del derecho un mismo TANTO, es decir, el mismo precio y condiciones que pagaría un
tercero. El retracto supone ejercitar la facultad de preferencia adquisitiva una vez que la
enajenación ya ha sido realizada.
NOCIÓN Y EFECTOS DEL LLAMADO RETRACTO LEGAL.
El retrayente adquiere un bien vendido a un tercero subrogándose en la posición de éste. El
tercero adquiriente, es marginado de esta operación y para evitar que salga perjudicado
como consecuencia del ejercicio del este derecho, será necesario resarcirle de los gastos que
le haya originado la abortada adquisición, además del precio de venta, los gastos del
contrato y cualquier otro pago legítimo hecho para la venta, así como los gastos necesarios
y útiles hechos de la cosa vendida.

72) DIVERSOS SUPUESTOS DE DERECHOS DE ADQUISICIÓN PREFERENTE DE ORIGEN


LEGAL.
RETRACTO DE COMUNEROS O COPROPIETARIOS.
Conlleva que el copropietario de una cosa podrá ejercitarlo en caso de enajenarse a un
extraño (no copropietario) la parte de todos o algunos de los demás condueños.
RETRACTO DE COHEREDEROS: solo existe en caso de que antes cualquier coheredero puede
vender su parte sin que los demás puedan ejercitar retracto alguno.
RETRACTO DE COLINDANTES: tendrán derecho de retracto los propietarios de tierras
colindantes cuando se trate de una finca rústica de menos de una hectárea.
TANTEO Y RETRACTO A FAVOR DEL ARRENDAMIENTO DE FINCAS URBANAS: este derecho se
otorga tanto a arrendatarios de viviendas como a los de locales de negocio, requiriéndose
en ambos casos, que el arrendatario se encuentre efectivamente ocupando el inmueble.
TANTEO Y RETRACTO A FAVOR DEL ARRENDATARIO DE LOCALES DE NEGOCIO: en el caso de
los locales de negocio que vayan a se traspasados por el arrendatario y en el caso de que el
arrendador ejercite el tanteo, éste habrá de abonar el precio del traspaso más los gastos
complementarios.

73) EL DENOMINADO RETRACTO CONVENCIONAL.


Se conoce como VENTA EN PACTO DE RETRO, VENTA CON CARTA DE GRACIA O
RETROVENTA; tendrá lugar cuando el vendedor se reserve el derecho de recuperar la cosa
vendida con la obligación de cumplir los expresado en el art.1518 y lo demás que se hubiese
pactado.
RÉGIMEN JURÍDICO BÁSICO.
Hay dos extremos concretos:
A) La imposibilidad de abonar por parte del vendedor inicial los conceptos contemplados en
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el art.1518, determinará que el comprador adquirirá irrevocablemente el dominio de la cosa


vendida.
B) El plazo máximo de duración del retracto convencional es de 10 años. Si las partes no
pactan esta duración de forma expresa, el CC establece un máximo de 4 años a partir de la
fecha del contrato.
EL PACTO DE RETROVENTA COMO DERECHO REAL.
El CC preceptúa, que el vendedor podrá ejercitar su acción contra todo poseedor que traiga
su derecho del comprador, aunque en el segundo contrato no se haya hecho mención del
retracto convencional, todo ello salvo lo dispuesto en la Ley hipotecaria respecto de
terceros.

74) DERECHO DE OPCIÓN.


LA OPCIÓN DE COMPRA COMO DERECHO REAL.
El Reglamento hipotecario dispone que será inscribible el contrato de opción de compra
siempre que además de las circunstancias necesarias para la inscripción reúna las
siguientes:
- Convenio expreso de las partes para inscribirlo.
- Precio estipulado de venta de la finca y el que se hubiere convenido para conceder la
opción (en su caso).
- Plazo para el ejercicio de la opción, no superior a 4 años.
Una vez escriturado cuenta a su favor con los beneficios de la inscripción registral, entre los
que destaca que el optante puede ejercitar su derecho frente a cualquiera y no sólo frente a
quien contrató con él.

75) APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE CONTRATO.


EL CONTRATO COMO MEDIO DE INTERCAMBIO DE BIENES Y SERVICIOS.
No todo intercambio de bienes y servicios es un contrato, lo es igualmente que la mayor
parte de tales intercambios constituyen la base de lo que los juristas denominan contrato:
esto es, el acuerdo de realizar un determinado intercambio de un bien o servicio
cualquiera por otro bien o servicio. Uno de dichos bienes es el DINERO: precisamente el
dinero es el medio de intercambio por excelencia; pero igualmente puede cerrarse un
contrato cualquiera en el que el dinero no intervenga para nada.
LA PATROMINIALIDAD DE LA RELACIÓN CONTRACTUAL.
Un contrato es fundamentalmente una VESTE JURÍDICA de una operación económica
consistente en un intercambio de bienes y servicios. La valoración o decisión económica
insita en todo contrato evidencia un dato que, desde el punto de vista jurídico, tiene una
extraordinaria importancia: el carácter patrimonial de la relación contractual. Todo contrato
debe tener por objeto prestaciones susceptibles de valoración económica, ya consistan tales
prestaciones en bienes, cosas, o servicios; aunque naturalmente dicha valoración económica
resulte a veces fácilmente determinable, mientras que en otras, su materialización depende
en gran medida del propio interés, voluntad o capricho de los contratantes.

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76) LA AUTONOMÍA PRIVADA.


LA LIBERTAD DE INICIATIVA ECONÓMICA PRIVADA Y AUTONOMÍA PRIVADA.
El contrato, considerado en general, subyace de un intercambio económico objeto de
valoración por las partes, en definitiva, de la libertad de iniciativa económica privada
reconocida por la generalidad de los sistemas de los países evolucionados.
Tradicionalmente, el contrato ha sido considerado como un instrumento dejado a la
voluntad de los particulares, es decir, autonomía privada o autonomía contractual.
Autonomía significa darse a sí mismo la norma, la ley, en una palabra, auto formarse. Por
consiguiente, el principio de autonomía privada es sencillamente una expresión con la que
los juristas tratan de resaltar que el Ordenamiento jurídico reconoce a los particulares un
amplio poder de autorregulación de sus relaciones patrimoniales.
ÁMBITO PROPIO DE LA AUTONOMÍA PRIVADA.
La relevancia que la voluntad de las partes asume en el ámbito contractual requiere algunas
observaciones:
Es evidente que la autonomía privada no puede ser contemplada al margen del
ordenamiento jurídico, que la reconoce y, por tanto, no puede atentar contra el propón
ordenamiento jurídico, y, en concreto, contra las normas de carácter imperativo
dimanantes del orden público, la moral y la buena fe.
En términos teóricos, no se debe llevar a una híper valoración conceptual de la voluntad de
las partes que concluya en afirmar sencillamente que el contrato es un acuerdo de
voluntades, con el olvido del substrato económico del mismo, y en particular, de la nota de
patrimonialidad.

77) EL PRINCIPIO DE LA AUTONOMÍA PRIVADA.


LA LIBRE DETERMINACIÓN DEL CONTENIDO DEL CONTRATO.
El juego de la autonomía privada y la prevalencia del consentimiento no se manifiestan sólo
respecto de la forma de contrato. Más fundamental es el hecho de que los contratantes
están habilitados para establecer el tipo o modelo de contrato que crean más favorable
para sus intereses o más acorde con la intención perseguida. Según el CC: “los contratantes
pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre
que no sean contrarios a las leyes, la moral, ni al orden público”. Cabe deducir de dicha
norma dos consecuencias fundamentales:
- En primer lugar, resulta claro que, respecto de los contratos regulados específicamente por
el Derecho positivo (o legislación), los particulares pueden introducir las modificaciones que
consideren adecuadas a su designio contractual.
- En segundo lugar, parece obvio que el principio de la autonomía privada no tiene por qué
quedar limitado o circunscrito al ámbito del los contratos legalmente regulados o tipificados
(contratos típicos). Muy al contrario, los particulares son libres para celebrar PACTOS que no
contraríen las normas imperativas, aunque tales acuerdos no estén contemplados por la ley
como contratos.

78) LOS CONTRATO TÍPICOS.


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Son aquellos esquemas contractuales que están legalmente contemplados y a los que el
derecho objetivo proporciona una regulación de carácter general. Así pues, los diversos
tipos de contratos recogidos en el CC (compraventa, arrendamiento…) o en cualquier otra
disposición legal serían calificables como típicos. Por lo general, la regulación legal de los
mismos suele ser tributaria. Su regulación objetiva se limita a ofrecer el marco básico del
contrato de que se trate.

79) LOS CONTRATO ATÍPICOS.


Son contratos que aun careciendo de reconocimiento legal y regulación positiva reúnen los
requisitos esenciales de la genérica figura contractual. La celebración de un contrato atípico
supone estructurar un modelo contractual que, en concreto, no cuenta con una regulación
supletoria ad hoc y es conveniente, por tanto, perfilar cuidadosamente las reglas o cláusulas
contractuales para evitar imprevisiones en la ejecución efectiva del contrato.

80) LA COMPRAVENTA: IDEAS GENERALES.


NOCIÓN Y CARACTERES.
De entre todos los contratos, la compraventa es el más frecuente en la vida diaria por lo que
tradicionalmente, se la considerado un contrato tipo, y parte de sus preceptos se aplican en
principio, a los demás contratos en existen prestaciones recíprocas. El CC dice “por el
contrato de compraventa uno de los contratantes se obliga a entregar una cosa
determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que lo representa.
Por lo tanto la compraventa, es un CONTRATO CONSENSUAL, que se perfecciona por el mero
consentimiento; también es un CONTRATO BILATERAL, por producir obligaciones recíprocas
para las 2 partes contratantes, es un CONTRATO ONEROSO, por suponer equivalencia entre
las prestaciones de las partes, y por lo general, es un CONTRATO COMMUTATIVO, al estar
determinado el intercambio de prestaciones desde el momento de su perfección.
Finalmente, es un CONTRATO TRASLATIVO DE DOMINIO, en el sentido de que sirve de título
para la transmisión de la propiedad.
CAPACIDAD PARA CELEBRAR EL CONTRATO DE COMPRAVENTA. LAS PROHIBICIONES.
La compraventa exige, como todos los contratos, que las partes contratantes tengan la
capacidad suficiente para contratar y obligarse. El art. 1457 sienta como regla general que
“podrán celebrar contratos de compra y venta todas las personas a quienes este Código
autoriza para obligarse.

81) EL OBJETO DE LA COMPRAVENTA: COSA FUTURAS Y COSAS ESPERADAS.


Pueden ser objeto del contrato de compraventa todas las cosas (corporales e incorporales o
derechos; muebles e inmuebles, presentes y futuras) pero han de reunir una triple condición:
1) Que sean de comercio lícito.
2) Que tengan existencia real o posible. Si la cosa no tiene existencia al contratar, pero
previsiblemente la llegará a tener, la compraventa puede revestir dos modalidades distintas
según la voluntad de las partes: puede ser conmutativa y condicional; si las partes
subordinan el contrato a la existencia de la cosa (compraventa de cosa esperada). Si por el
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contrario, los contratantes celebran la compraventa de todo evento, es decir, que el


comprador pague el precio aunque la cosa objeto del contrato no llegue a existir
(compraventa de esperanza), se tratará de un contrato aleatorio.
3) Que la cosa haya sido objeto de determinación o sea susceptible de ello: no es preciso
que esta determinación sea actual, basta que se pueda llegar a determinar la cosa sin
necesidad de nuevo convenio entre los contratantes.

82) EL PRECIO EN LA COMPRAVENTA.


El precio es el elemento característico de la compraventa y consiste en la suma de dinero
que el comprador se obliga a entregar al vendedor a cambio de la cosa entregada. Ha de
reunir los siguientes requisitos:
1) Precio verdadero o real: si no existiera estaríamos ante un contrato simulado de
compraventa, que si cumple los requisitos de la donación se considerará como tal.
2) Precio cierto o determinado: dicho requisito no supone que sea necesario precisarlo
cuantitativamente en el momento de la celebración, sino que basta que pueda determinarse
sin necesidad de un nuevo convenio.
3) Precio consistente en dinero o signo que lo represente (cheques, letras de cambio, etc.).

83) OBLIGACIONES DEL VENDEDOR.


Son obligaciones del vendedor:
ENTREGA DE LA COSA: abarca no solo ésta, sino sus accesorios, aunque no hayan sido
mencionados, así como a los frutos producidos desde el día en que se perfeccionó el
contrato.
EL SANEAMIENTO POR VICIOS OCULTOS: el vendedor está pues obligado, al saneamiento en
virtud del cual responderá al comprador: a) de la posesión legal y pacífica de la cosa
vendida; b) de los vicios o defectos ocultos que la cosa tuviera, es decir, de su posesión útil.
La evicción es acto de iniciativa extraña al comprador y vendedor, por virtud del cual la cosa
comprada pasa a ser propiedad de un tercero, total o parcialmente, en virtud de una
sentencia judicial firme; y tiene como efecto la obligación de saneamiento.
EL SANEAMIENTO POR VICIOS OCULTOS: surge esta obligación del vendedor cuando la cosa
vendida tuviere vicios o defectos que la hagan impropia para el uso a que se destina o
disminuyan de tal modo este uso que, de haberlos conocido el comprador, no la habría
adquirido o habría dado menos precio por ella. Para que haya lugar a saneamiento por
vicios ocultos, la acción habrá de ejercitarse en el plazo de 6 meses contados desde la
entrega de la cosa vendida.

84) LA DOBLE VENTA.


Puede darse la posibilidad de que se produzca la venta de una misma cosa diferentes
compradores: en cuanto a los bienes muebles, la atribución de la propiedad al primero de
los compradores que con buena fe hayan tomado posesión, viene facilitada igualmente de
acuerdo con la aplicación sistemática del propio C.C., por lo que concierne a inmuebles, el
art 34, de Ley Hipotecaria; sustenta el criterio de atribución de la propiedad a quien primero
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inscribió en el Registro de la Propiedad y en el caso de que ninguna de las ventas haya


causado inscripción registral; la adquisición de la propiedad viene determinada por la
prioridad en la posesión, siempre que sea de buena fe.

85) EL CONTRATO DE PERMUTA.


La permuta es el intercambio de cosa por cosa, como la compraventa, de la que es su
antecedente histórico, lo es de cosa por dinero. En la actualidad tiene una importancia muy
secundaria. El CC la define diciendo que la permuta es un contrato por el cual cada uno de
los contratantes se obliga a dar una cosa para recibir otra. Es un contrato consensual,
bilateral y oneroso.

86) LA DONACIÓN.
Es la transmisión voluntaria de una cosa o de un conjunto de ellas que hace una persona,
donante a favor de otra, donatario, sin recibir nada como contraprestación. El CC lo define
como: “el acto de liberalidad por el cual una persona dispone gratuitamente de una cosa a
favor de otra que la acepta.
Son elementos esenciales de la donación; el empobrecimiento del donante, el
enriquecimiento del donatario y la intención de hacer una liberalidad. El empobrecimiento
del donante puede ser perjudicial para el propio donante, para sus familiares con derecho a
legítima y para sus acreedores. Por ello, el Derecho impone ciertos límites a la donación:
a) La donación no podrá comprender los bienes futuros.
b) El donante deberá reservarse en plena propiedad o en usufructo lo necesario para vivir en
un estado correspondiente a sus circunstancias.
c) La protección de los derechos de sus legitimarios lleva al C.C., a establecer que nadie
podrá dar por vía de donación más de lo que pueda dar por vía de testamento, debiendo ser
reducidas en cuanto excedan de las posibilidades de libre disposición del donante, a petición
de los herederos forzosos.
d) Al suponer la donación una enajenación de bienes a título gratuito, sin con ella se
defraudan los derechos de los acreedores, se presume fraudulenta, autorizándose a los
acreedores anteriores a la donación solicitar su rescisión.

87) NOCIÓN GENERAL DE ARRENDAMIENTO/REGULACIÓN DEL ARRENDAMIENTO.


Es un contrato que tiene por objeto el disfrute de una cosa o el servicio prestado por una
persona a título oneroso. El CC recoge las tres siguientes:
ARRENDAMIENTO DE COSAS: es un contrato que tiene por objeto exclusivo transmitir el
temporal goce o disfrute de una cosa: no se cede el dominio de la cosa, sino su utilidad,
entregando el arrendador sólo la posesión. Es un contrato consensual, tiene que haber
consentimiento; es bilateral y oneroso, el arrendatario recibe el goce de la cosa y el
arrendador recibe el precio o renta; es conmutativo, el valor de las cosas aparece fijado de
antemano; es temporal, de duración determinada.
CONTENIDO DEL CONTRATO DEL ARRENDAMIENTO DE COSAS.
Todas las obligaciones impuestas al arrendador se derivan del principio de que éste está
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obligado a procurar al arrendatario el goce de la cosa arrendada por todo el tiempo que
dure el arrendamiento, correlativas al derecho de uso y disfrute del arrendatario. Así el
arrendador está obligado a: entregar al arrendatario la cosa u objeto del contrato;
conservar la cosa en estado de servir, incluidas reparaciones incluso en contra de su
voluntad, en caso de que sean urgentes y no puede variar la forma de la cosa arrendada
respondiendo por vicios y defectos que impidan su normal uso. Por su parte el arrendatario
está obligado a: pagar el precio en los términos convenidos, usar la cosa arrendada
conforme al uso pactado y poner en conocimiento del arrendador toda usurpación o
novedad dañosa y la necesidad de reparaciones.
ARRENDAMIENTOS URBANOS: esta materia está regulada por la ley 29/1994 de 24 de
diciembre de arrendamientos urbanos. Es una ley que protege a los inquilinos o
arrendatarios; se caracteriza por la extraordinaria sencillez de sus planteamientos. La nueva
ley, en efecto considera arrendamiento de vivienda exclusivamente el alquiler “cuyo destino
primordial sea satisfacer la necesidad permanente de vivienda del arrendatario”. Se define
pues de forma directa y positiva, el arrendamiento de vivienda, mientras que el
arrendamiento para uso distinto del de vivienda, se caracteriza por vía negativa; se
considera tal “aquel arrendamiento que recayendo sobre una edificación tenga como
destino primordial uno distinto del establecido en el art.31. Así pues, la ley circunscribe los
aspectos tuitivos de los bienes inmuebles que sirvan para atender la necesidad permanente
de vivienda.
EL ARRENDAMIENTO DE SERVICIOS. se caracteriza por las siguientes notas: el objeto del
contrato que consiste en la prestación a desarrollar, no en el resultado que se produzca y la
remuneración suele ser proporcional al tiempo durante el que se prestó el servicio, también
puede darse un precio no al tiempo sino a la labor realizada.
LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS CORRESPONDIENTES A LAS PROFESIONES LIBERALES.
Puede contratarse los servicios manuales, como los intelectuales o que correspondan a las
profesiones liberales (médicos, economistas, abogados). El contrato se regirá por las
normas de derecho civil cuando el servicio no se preste en las condiciones que hagan de él
un contrato de trabajo. Según la jurisprudencia, los servicios de las personas que ejercen
profesiones liberales no constituyen más que una modalidad del que la tradición jurídica y
nuestro C.C., vienen llamando contrato de arrendamiento de servicios. El registro de precio
cierto está en gran parte desvirtuado. La necesidad de la previa determinación de su cuantía
está sustituida por la posibilidad de que posteriormente pueda quedar establecida por los
usos de la profesión. La acción de reclamar los honorarios prescribe a los 3 años.

88) EL CONTRATO DE OBRA.


Por el contrato de obra una persona, empresario o contratista se obliga a ejecutar una obra
en beneficio de otra, propietario o dueño de la obra, que habrá de pagar por ella un precio
cierto. La nota distintiva de este contrato radica en que lo prometido no es el trabajo en sí
mismo, sino el resultado del trabajo: LA OBRA. Puede ser objeto del contrato de obra todas
las cosas, todo resultado material, industrial, científico, artístico (confección de un traje, la
realización de una investigación, un cuadro, una auditoría…). También puede ser un
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contrato de obra, la edición de un libro, una campaña publicitaria.


CONTENIDO DEL CONTRATO DE OBRA.
A) Posición del contratista: su principal obligación consiste en realizar la obra de acuerdo
con los usos de su actividad o profesión en el tiempo y en las condiciones convenidas, según
lo pactado, ya sea entregando la totalidad de la obra al finalizar el plazo o fraccionándola
en ejecuciones parciales.
B) Posición del dueño de la obra: cuando se conviniere que la obra se ha de hacer a
satisfacción del propietario, se entiende reservada la aprobación a falta de conformidad, al
juicio pericial correspondiente. Si la persona que ha de aprobar la otra; es un tercero se
estará a lo que este decida. Su principal obligación es pagar el precio convenido y a su
entrega.
EXTINCIÓN.
1) El desistimiento unilateral del dueño de la obra indemnizando al contratista de todos los
gastos, trabajo y utilidad que pudiera obtener de ella.
2) La muerte del contratista, si la obra se le encomendó en atención a sus cualidades
personales, debiendo el dueño de la obra pagar a sus herederos la parte ejecutada.
3) La imposibilidad sobrevenida al contratista de concluir la obra por causas independientes
de su voluntad.

89) CARACTERES DEL CONTRATO DE SOCIEDAD.


Se le atribuyen los siguientes caracteres:
1) Es un contrato consensual, en cuanto se perfecciona por el mero consentimiento.
2) Es un contrato bilateral o plurilateral, que da origen a derechos y obligaciones recíprocos
(aportaciones, participación en ganancias).
3) Es un contrato oneroso y conmutativo, pues todas las partes han de aportar algo y desde
el inicio se establece la prestación que ha de realizar cada socio.
4) Es un contrato preparatorio: tiene por objeto crear una sociedad destinada a celebrar
otros contratos.
5) Es un contrato de tracto de ejecución sucesiva, no se agota, ni consume por el
cumplimiento de una o varias prestaciones determinadas, como los contratos instantáneos.
6) Es un contrato de confianza, basado en el intuito personae de cada uno de los socios, que
puede asociarse a su vez con tercero en su parte, pudiendo este tercero ingresas en la
sociedad son el consentimiento unánime de los socios.

90) CONTRATO DE MANDATO: CONCEPTO Y CARACTERES.


En el contrato de mandato; una persona (mandatario), se obliga a prestar algún servicio o
hacer alguna cosa por cuenta o encargo de otro mandante. Es consensual; expresado por
instrumento público o privado o de palabra, remunerado o gratuito (a falta de pacto en
contrario) y basado en la Confianza, que el mandante otorga al mandatario (es un contrato
intuito personae -en función de la persona-.

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91) CLAES DE MANDATO.


MANDATO SIMPLE Y MANDATO REPRESENTATIVO.
Mandato simple: por cuenta e interés del mandatario, el mandante actúa en su propio
nombre (sin revelar que gestiona intereses ajenos). No vincula al mandante con terceros,
sin perjuicio de las que se deriven entre mandatario y mandante.
Mandato Representativo: el mandante en parte en los contratos con terceros adquiere los
derechos y asume las obligaciones, dentro de los límites del mandato. El mandato es
distinto del poder de representación.

92) LA GESTIÓN DE MANDATIS AJENOS SIN MANDATO.


Una persona (gestor) administra o gestiona asuntos o intereses abandonados, de forma
voluntaria (sin mandato, sin oposición, y sin obligación de intervenir) en provecho del
dueño, con intención de evitarle un perjuicio inminente y manifiesto. Tendrá que continuar
hasta el término del asunto, requerir al dueño que le sustituya, rendir cuentas a
indemnizarle de los daños y perjuicios.

93) EL CONTRATO DE PRÉSTAMO.


Una de las partes -prestamista- entrega a otra (prestatario), alguna cosa para que haga uso
de ella, contrato real porque se perfecciona con la entrega de la cosa y unilateral porque
obliga a una de las partes.
COMODATO O PRÉSTAMO DE USO. Es el contrato por el cual una persona (comodante)
entrega gratuitamente a otra (comodatario) una cosa no fungible o entrega como no
fungible para que use de ello durante un cierto período de tiempo, con la obligación de
devolver la misma cosa recibida. La gratuidad es la esencia en el comodato.
EL MUTUO O SIMPLE PRÉSTAMO. Es el contrato por el cual una persona, prestamista o
mutuante entrega a otra (prestatario) o mutuario, dinero u otra cosa fungible, para que
sirva de ella y devuelva después otro tanto de la misma especie y calidad. El contrato de
mutuo puede ser gratuito o retribuido, esto es, con pacto de pagar intereses que
normalmente será proporcional a su duración y que tienen límites establecidos por la ley de
usura.

94) EL CONTRATO DE DEPÓSITO.


Es el contrato en virtud del cual una persona (depositante) entrega una cosa mueble a otro
(depositario), para que este la guarde y se la devuelva cuando aquella se la reclame, son
elementos distintivos del depósito de la entrega de la cosa y la finalidad su estricta custodia.
Ésta última nótese tan esencial que diferencia éste contrato de aquellos otros, en los que la
custodia de la cosa es una obligación necesaria pero el fin exclusivo.
95) EL CONTRATO DE FIANZA.
Es una garantía de carácter personal, tendente a asegurar la satisfacción del acreedor de un
derecho de crédito, previniendo el riesgo de insolvencia, total o parcial del deudor. Un
tercero el fiador asume el compromiso de responder de una obligación. Carácter subsidiario:
FIANZA SUBSIDIARIA: el fiador hará frente a deudas si el deudor principal no cumple.
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Carácter solidario: FIANZA SOLIDARIA: el acreedor podrá reclamar indistintamente al


deudor o al fiador la obligación. Más abundante la fianza solidaria que la subsidiaria.
CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO DE FIANZA.
A) Contrato accesorio, se celebra para garantiza otro. El máximo (límite) del fiador es la
obligación del deudor.
B) Consensual: se perfecciona por el mero consentimiento, la fianza debe ser expresa, y no
puede extenderse más de lo contenido en ella, ha de constar claramente la voluntad de
afianzar.
C) Gratuito (contrato unilateral) u oneroso (contrato bilateral).
D) Contrato abstracto y no causal.

96) CONTENIDO DEL CONTRATO DE FIANZA.


Relación jurídica entre el fiador y el acreedor, y entre fiador y deudor. Si hay dos fiadores
para una misma deuda se producirá también una relación entre los cofiadores.
RELACIÓN ENTRE ACREEDOR Y FIADOR: la obligación principal del fiador es pagar la deuda
en caso de no hacer el deudor.
RELACIÓN ENTRE DEUDOR Y FIADOR: antes del pago, el fiador puede proceder contra el
deudor para que le releve de la fianza o le reembolse el pago en los siguientes supuestos: el
fiador se vea demandado judicialmente para el pago, quiebra, concurso o insolvencia del
deudor o cuando hubiera establecido un plazo, y se cumpla.
RELACIÓN DE COFIADORES ENTRE SÍ: uno de ellos paga, puede reclamar a los otros (por el
derecho de división) puede reclamar a los demás la parte correspondiente, al ser
mancomunado. Si uno fuera insolvente, su parte recaerá sobre los demás.

97) ELEMENTOS ESENCIALES Y ELEMENTOS ACCIDENTALES DEL CONTRATO.


El mínimum de elementos que acredita un contrato como válido son: el consentimiento de
las partes, el objeto y la causa. Dado la autonomía privada las partes pueden introducir
previsiones complementarias de las que dependa la propia eficacia del contrato celebrado.
Tenemos entre:
a) Elementos Esenciales: deben estar presentes en todo contrato para que sea válida. No
hay contrato sino concurren los siguientes requisitos: consentimientos de los contratantes,
objeto cierto que sea materia del contrato y causa de la obligación que se establezca.
b) Elementos Accidentales: fundamentalmente son la CONDICIÓN Y TÉRMINO. No son
esenciales para la validez del contrato, pero una vez integrados en un acuerdo contractual
asumen una extraordinaria importancia respecto de la vida del contrato por lo que
difícilmente pueden ser calificados como “meros accidentes del mismo”. Pese a ello, esta
bipartición tiene la ventaja de aclarar que sólo los elementos esenciales son requisitos
legales e ineludibles del contrato.
98) EL CONSENTIMIENTO CONTRACTUAL.
Sabemos que el contrato es la decisión de dos o más, personas de realizar un determinado
negocio, una vez que están de acuerdo en las circunstancias del mismo. El punto de partida
es pues la voluntad coincidente de las partes contratantes y aunque la manifestación del
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consentimiento puede darse de muy diferentes maneras, requiere que, dicho


consentimiento se haya formado libre y conscientemente, y, además, por persona que tenga
capacidad de obrar o capacidad negocial.
CAPACIDAD PARA CONTRATAR.
La ley niega la capacidad para contratar a quienes no tienen capacidad para obrar. Según el
artículo 1263: “no pueden prestar consentimiento:
1º. Los menores no emancipados, excepto en aquellos contratos que las leyes les permitan
realizar por sí mismos o con asistencia de sus representantes.
2º. Los que tienen capacidad modificada judicialmente, en los términos señalados por la
resolución judicial.
Reformado por el artículo 2.29 de la Ley 26/2015, de 28 de julio. Durante las últimas
décadas este artículo incluía un tercer punto dedicado a la incapacidad de la mujer casada,
derogado por la ley 14/1975, de 2 de mayo, el artículo establecía que no podían prestar
consentimiento:
o Los menores no emancipados.
o Los locos o dementes y los sordomudos que no sepan escribir.
LAS PROHIBICIONES PARA CONTRATAR.
Las prohibiciones de contratar se basan generalmente en razones de orden público y
económico y tratan de evitar que ciertos grupos de personas se valgan de la función (pública
o no) que socialmente desempeñan para obtener un enriquecimiento injusto. Estas
prohibiciones tienen carácter particular y concreto, por lo tanto, no afectan a la capacidad
general de obrar de la persona a la que están referidas, son de interpretación restrictiva y el
mandato legal que las dice no puede generalizarse.
El artículo 1459 lo explica de la siguiente manera:
“No podrán adquirir por compra, aunque sea en subasta pública o judicial, por sí ni por
persona alguna intermedia:
1º. Los que desempeñen algún cargo tutelar, los bienes de la persona o personas que estén
bajó su guarda o protección.
2º. Los mandatarios, los bienes de cuya administración o enajenación estuviesen
encargados.
3º. Los albaceas, los bienes confiados a su cargo.
4º. Los empleados públicos, los bienes del Estado, de los municipios, de los pueblos y de los
establecimientos también públicos, de cuya administración estuviesen encargados.

99) LA LIBRE FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO Y LOS VICIOS DE LA VOLUNTAD.


El artículo 1265 dispone: “será nulo el consentimiento prestado por ERROR, VIOLENCIA,
INTIMIDACIÓN O SOLO”. A tales anomalías en la formación del consentimiento se les
conoce técnicamente como: VICIOS DE LA VOLUNTAD O VICIOS DEL CONSENTIMIENTO.
El CC, lo define como la falsa representación mental de algo y explica que para que el error
invalide el consentimiento deberá recaer sobre la sustancia de la cosa que fuera objeto del
contrato, o sobre aquellas condiciones de la misma que principalmente hubiesen dado
motivo a celebrarlo. El error sobre la persona solo invalidará el contrato cuando la
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consideración a ella hubiese sido la causa principal del mismo. El simple error de cuenta solo
dará lugar a su corrección.
LA VIOLENCIA.
El CC es suficientemente explícito en definir situaciones de violencia: En que se violenta, la
voluntad o la manifestación del consentimiento de una de las partes. “Hay violencia cuando
para arrancar el consentimiento se emplea una fuerza irresistible”. Dicha fuerza irresistible
se dará en todos los casos de violencia física absoluta en que la voluntad del contratante es
sustituida por la del agente violentador.
LA INTIMACIÓN.
La intimación como invalidez del contrato se encuentra descrita en el CC de la siguiente
manera: “Hay intimidación cuando se inspira a uno de los contratantes el temor racional y
fundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona o bienes de su cónyuge,
descendientes o ascendientes”. La propia jurisprudencia señala los requisitos siguientes:
amenaza injusta o ilícita, temor racional y fundado; mal inminente y grave, prestación de un
consentimiento contractual y nexo causal entre la amenaza y el consentimiento prestado. La
amenaza de que sea objeto una de las partes ha de ser de tal naturaleza que inspire un
temor racional y fundado, que lleva a prestar un consentimiento inicial no deseado.
EL DOLO.
Actuar dolosamente significa tanto malévola o maliciosamente, ya sea para captar la
voluntad del otro, ha incumplido la obligación de que se tiene contraída. Nos referimos aquí
al DOLO como vicio del consentimiento, consistente en inducir a otro a celebrar contratos
mediante engaño o malas artes. El contratante engañado incurrirá en una falsa valoración
o representación del contrato que finalmente celebra y que por tanto incurre en error
provocado por la otra parte. Para que el DOLO anule un contrato requiere:
A) Que el DOLO sea grave, llevado a cabo con mala intención consciente y deliberada.
B) El dolo ha de inducir a la otra parte a celebrar el contrato (dolo determinante).
C) Que el dolo no haya sido empleado por las 2 partes contratantes, ya que en el caso de
actuación malévola de ambos excluye la protección a la buena fe que fundamenta la
regulación positiva del dolo.
RÉGIMEN COMÚN DE LA VIOLENCIA Y LA INTIMACIÓN.
Artículo 1268: “la violencia o intimidación anularán la obligación, aunque se hayan
empleado por un tercero que no intervenga en el contrato”. Los contratos celebrados bajo
violencia deberían ser nulos de pleno derecho por inexistencia absoluta de consentimiento y
ser éste un elemento esencial del contrato.

100) EL OBJETO DEL CONTRATO, PLANTEAMIENTO.


Según el CC, uno de los elementos esenciales del contrato lo constituye el “objeto cierto que
sea materia del contrato”. Queda claro que el Código entiende, por objeto los bienes o
servicios, que materialmente hablando son contemplados en el intercambio que subyace a
todo contrato. No obstante, la generalidad de la doctrina critica la visión del código y
pretende elevarla. Por ello argumenta lo siguiente:
1. La obligación de una de las partes que puede consistir en un NO hacer.
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2. La cesión de créditos o deudas, perfectamente válidos conforme al CC, no recaen


sobre cosas o servicios.
3. La constitución de la sociedad (civil o mercantil) requiere que ésta tenga “un objeto
lícito”, que evidentemente tampoco puede reconducirse a la bipartición de cosas y servicios.
REQUISITOS DEL OBJETO DEL CONTRATO.
Son los siguientes:
A) LICITUD: tanto las cosas cuando los servicios objeto del consentimiento han de ser
lícitos.
B) POSIBILIDAD: el CC plantea este requisito de forma negativa: no podrán ser objeto de
contrato o servicios las cosas imposibles.
C) DETERMINACIÓN: una vez perfeccionado el contrato, se requiere que la cosa o el
servicio que constituyan su objeto queden determinados. En caso contrario será necesario
un nuevo pacto.

101) LA CAUSA DEL CONTRATO.


EL ARTÍCULO 1274 DEL CC Y LA CAUSA EN SENTIDO OBJETIVO.
El CC al referirse al elemento causal del contrato (art.1274), comienza por distinguir entre:
A) CONTRATOS GRATUITOS O DE PURA BENEFICENCIA: viene representada la causa por
la mera libertad, liberalidad del bienhechor. Donante, altruismo, liberalidad.
B) CONTRATOS ONEROSOS: pese a existir entrecruzamiento de prestaciones, el Código
plantea la cuestión en una perspectiva unipersonal, ya que refiere la causa a cada una de
las partes contratantes y no al contrato en su conjunto: se entiende por causa para cada
parte contratante, la prestación o promesa de una cosa o servicio por la otra parte. Así se
ha dado en decir que la CAUSA DEL CONTRATO se identifica objetivamente con la FUNCIÓN
SOCIOECONÓMICA que desempeña el tipo contractual:
a) Intercambio de cosa por precio en la compraventa.
b) Intercambio de cosa por cosa en la permuta.
c) Cesión temporal de vivienda a cambio de la renta en el arrendamiento, etc.

102) LA CONDICIÓN COMO ELEMENTO ACCIDENTAL DEL CONTRATO.


NOCIÓN GENERAL Y REQUISITOS.
La celebración de un contrato puede quedar supeditada a determinadas condiciones que
afectan directamente a la eficacia del mismo, perfectamente admisibles conforme al
principio de autonomía privada, y pueden incorporarse a cualquier contrato por voluntad de
las partes. Una vez conforme a las partes en someter el contrato a condición, este deja de
ser un mero accidente para convertirse en un elemento obligatorio de la propia eficacia del
contrato, para que pueda hablarse de condición el CC reúne las siguientes características:
1º. El suceso contemplado como condición tiene que ser posible.
2º. No puede ser contraria a las leyes ni a las buenas costumbres.
3º. El acaecimiento (o falta del mismo), del suceso contemplado como condición no puede
depender de la voluntad de los contratantes. Deben respetar el principio de que los
contratos que una vez celebrados obligan a las partes.
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CONDICIÓN SUSPENSIVA Y CONDICIÓN RESOLUTORIA.


La primera es cuando la eficacia del contrato depende del acaecimiento de la condición, ya
que hasta tanto se produzca el evento, los efectos propios del contrato se encuentran en
suspenso, sin que hayan empezado a generarse. La segunda, es por el contrario cuando el
contrato apenas celebrado genera los efectos propios, cual, si no existiera condición, pero el
acaecimiento de ésta supone la ineficacia sobrevenida del contrato.
TÉRMINO O PLAZO.
Momento temporal en que:
A) Comienzan o terminan los efectos de un contrato, operando como elemento
accidental del contrato afectando a su eficacia, o bien.
B) Ha de llevarse a cabo el cumplimiento de una obligación determinada (que suele ser
procedente de contrato, pero también puede tener naturaleza extracontractual).
EL TÉRMINO COMO ELEMENTO ACCIDENTAL: TERMINO INICIAL Y FINAL.
TÉRMINO INICIAL: día cierto a partir del cual un contrato genera los efectos que le son
propios, de forma parecida a cuanto ocurre en el caso de condición suspensiva.
TRAMO FINAL: consideración de un día cierto en el que los efectos propios del contrato se
darán por concluidos; de forma paralela a cuánto ocurriría en el supuesto de condición
resolutoria.

103) LA IGUALDAD DE LAS PARTES CONTRATANTES Y LA FORMACIÓN DEL CONTRATO.


Aunque en el CC ningún artículo dispone expresamente que los contratantes, son iguales
para contratar y tienen la misma capacidad económica para llevar a cabo la negociación
patrimonial ínsita en todo contrato, es evidente que tales ideas constituyen su núcleo. La
formación del contrato es pues, para el Código un asunto entre particulares que son iguales
ante la ley, y que por consiguiente deben procurar la satisfacción de sus intereses de forma
personal e individual, sin reclamar la intervención arbitral de ente alguno. El esquema de
formación del contrato recogido en el CC responde por lo común a la celebración del
contrato personalizado y, por lo general, de relativa entidad económica.

104) LA GÉNESIS PARADIGMÁTICA CLÁSICA.


LA OFERTA Y LA ACEPTACIÓN.
Para el CC el paradigma formativo del contrato personalizado, en el que ambas partes tras
las correspondientes negociaciones iniciales, llegan a concordar sobre la celebración del
contrato (EL CONSENTIMIENTO CONTRACTUAL), se manifiesta por el concurso de la oferta y
la aceptación… la propuesta CONTRACTUAL que realiza una persona (oferente), al ser
aceptada por la otra (aceptante), conlleva la celebración del contrato o su perfección,
término que significa que concurren todos los elementos necesarios para que las partes
queden vinculadas u obligadas al cumplimiento del contrato en cuestión.
LA PERFECCIÓN DEL CONTRATO ENTRE AUSENTES.
Cuando los contratantes están llevando a cabo negociaciones en la distancia y no tienen un
medio que de forma inmediata les permita concluirlas en su caso, pueden surgir graves
incógnitas en relación con el momento de perfección del contrato. Según la Ley 34/2002;
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hay consentimiento desde que el oferente conoce o debió conocer conforme a la buena fe, la
aceptación; en los contratos celebrados mediante dispositivos automáticos hay
consentimiento desde que se manifiesta la aceptación.
LOS TRATOS PRELIMINARES.
El paradigma formativo de la oferta y la aceptación suele verse precedido en la práctica de
una serie de conversaciones, trueque de información, adelanto de condiciones contractuales
no cerradas… que se conocen con el nombre de tratos preliminares. Su propio nombre indica
que tales tratos no suponen la fijación definitiva de una oferta contractual, sino la
realización de actos preparatorios de un contrato que a la postre puede llegar a celebrarse o
no. Los tratos preliminares pueden tener importancia para el Derecho:
Porque pueden coadyuvar a la interpretación del contrato y en determinados casos de
ruptura pueden dar origen a responsabilidad.

105) LA CONDICIONES GENERALES DE LA CONTRATACIÓN Y LOS CONTRATOS DE


ADHESIÓN.
NOCIÓN GENERAL.
La condiciones generales de la contratación (cláusulas, estipulaciones o contenido
contractual seguido en los actos en masa, dispuestos unilateralmente por las grandes
empresas y potentes suministradores de bienes y servicios, de aplicación general al caso de
que se trate; por ejemplo, contratación de una tarjeta de crédito o una línea telefónica) y los
contratos de adhesión (la única salida que le queda al consumidor o contratante asentir al
contenido contractual predispuesto por la otra parte, adhiriéndose al mismo) son dos caras
de la misma moneda.
LA EFICACIA OBLIGATORIA DE LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN.
El problema fundamental que plantean los contratos de adhesión no viene representado por
su eficacia obligatoria sino por la presencia de abusos por parte del predisponente (poder
económico) de las condiciones generales de la contratación.
LA CONDICIONES GENERALES DE LA CONTRATACIÓN EN DERECHO ESPAÑOL BAJO EL CC.
En la jurisprudencia española ha sido tradicional recurrir una interpretación progresista y
finalista del artículo 1288 del CC (“la interpretación de las cláusulas oscuras de un contrato
no deberá favorecer a la parte que hubiese ocasionado la obscuridad”); con vistas a
proteger a los ciudadanos frente a los poderes económicos que preparan y redactan las
condiciones generales de contratación. En particular, dicha técnica ha sido utilizada en
numerosas ocasiones por el TS., En casos de seguros, uno de los contratos de adhesión por
antonomasia.

106) LOS CONTRATOS FORZOSOS.


En los supuestos en que la ley atendiendo a razones de interés general, limita la autonomía
privada de una de las partes obligándola necesariamente a contratar. Entre tales supuestos
podría resaltarse los siguientes:
A) La obligación de contratar que pesa sobre las concesiones de servicios públicos en
situación oligopolista o monopolista, su negativa supondría un acto ilícito (transporte,
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teléfono, electricidad).
B) Bajo la vigencia de la ley de 1964, era común recordar el alquiler obligatorio de
viviendas que susceptibles de ser ocupadas, no lo fueran por nadie estando vacías.
C) En general, los supuestos de subrogación y sucesión de la posición arrendaticia que
prevén tanto la ley de arrendamientos urbanos, cuanto la ley de arrendamientos rústicos.
La obligación de contratar legalmente impuesta afecta a la libertad o autonomía
contractual del contratante fuerte, en beneficio del débil.

107) LOS CONTRATOS NORMADOS.


Contratos en los que el conjunto de derechos y obligaciones de las partes (contenido del
contrato) se encuentra legal o reglamentariamente determinado por los poderes públicos.
La razón de utilizar semejante calificativo estriba fundamentalmente en expresar que el
contenido contractual se encuentra sometido a norma, siendo extraño pues a la voluntad de
ambas partes contratantes. Según ello, éstas serían libres para contratar o no contratar,
siempre y cuando aceptasen el contenido propio del contrato normado o reglamentado.

108) LA INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO.


LOS CRITERIOS INTERPRETATIVOS DE CARÁCTER SUBJETIVO.
Conforme al CC la interpretación debe desentrañar la intención de los contratantes
generando una interpretación subjetiva que indaga en la voluntad de las partes y la
intención común de ambas. Puede servir para concretar la voluntad común y para la
intención de los contratantes, no para la que cada uno entendió o pensó al contratar. El CC
tiene los siguientes criterios:
1. La intención de los contratantes asume primacía.
2. Cuando la discordancia entre la intención de las partes y los términos del contrato no
sea evidente y los términos utilizados sean claros, se mantendrá la interpretación
literal.
3. Respecto a los extremos de carácter complementario, la intención de las partes debe
prevalecer sobre los términos contractuales cualquiera que sea la generalidad de
éstos.
4. El elemento volitivo (lo querido por las partes) requiere prestar principal atención a
los actos constatables de las partes.

109) LA INTEGRACIÓN DEL CONTRATO.


El artículo 1258 del CC, tras referirse al momento perfecto de los contratos, establece que
estos obligan no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las
consecuencias conformes a la buena fe, al uso y a la ley. Establece el alcance obligatorio del
contrato y no es un concepto interpretativo.
LOS MEDIOS DE INTEGRACIÓN.
Son los siguientes:
1. La ley. Norma imperativa aplicable a un supuesto contractual determinado.
2. Los usos normativos, integran el acuerdo contractual en cuanto a costumbre.
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3. La buena fe; es un principio general del derecho, su plasmación no puede reducirse a


lo establecido en la ley o en los usos.

110) LA DENOMINADA «CLÁUSULA REBUS SIC STANTIBUS» Y LA INTEGRACIÓN DEL


CONTRATO.
Cuando por la alteración de las circunstancias no previstas por las partes se producen
efectos que atentan contra la equivalencia de las prestaciones establecidas originariamente,
se plantean graves problemas de justicia material, a los que el Derecho debe hacer frente.
La doctrina y la jurisprudencia españolas tienen la llamada cláusula REBUC SIC STANTIBUS,
como remedio al desequilibrio patrimonial que la alteración de las circunstancias
contractuales comporta. En caso de extraordinaria modificación del entorno contractual, el
contrato no vinculará a las partes, por lo menos no les obligaría más que adecuándolo a las
circunstancias coetáneas al momento de ejecución. Se evitarían consecuencias injustas y se
permitiría una constante adecuación de los acuerdos contractuales al principio general de la
buena fe.
NOTA IMPORTANTE SOBRE DICHA CLÁUSULA Y EL SUPUESTO DE INTEGRACIÓN DEL
CONTRATO.
La confrontación entre el principio de seguridad contractual (los contratos son para ser
cumplidos) y el mantenimiento de las equivalencias de las prestaciones (CLÁUSULA REBUS
SIC STANTIBUS) se ha pretendido superar en favor de ésta última, argumentando de dicha
cláusula que está ínsita en todo contrato por presunta voluntad de las partes. ESTO ES
ERRÓNEO Y CONFUSO. Ya que se trata de una aplicación concreta a los contratos de
ejecución temporal, diferida de las reglas de integración contractual.
REQUISITOS Y EFECTOS DE LA APLICACIÓN DE LA CLÁUSULA.
Para que quepa dicha cláusula deben darse las circunstancias siguientes:
1. Que, entre las circunstancias existentes en el momento de celebración del contrato y
la concurrente en su cumplimiento o ejecución, se haya producido una alteración
extraordinaria.
2. Que, por dicha alteración, resulte una desproporción exorbitante y fuera de todo
cálculo entre las prestaciones convenidas.
3. Que no exista otro medio jurídico de remediar el desequilibrio sobrevenido de las
prestaciones.
4. Que las nuevas circunstancias fueran imprevisibles para las partes en el momento de
celebración.
5. Que quien alegue la cláusula tenga buena fe y carezca de culpa.

111) LA NULIDAD DEL CONTRATO. CAUSAS DE LA NULIDAD.


Supuesto más grave de ineficiencia. Suele ser adjetivada como NULIDAD ABSOLUTA O DE
PLENO DERECHO. Estos no merecen para el Derecho más que rechazo. Las razones o causas
que predeterminan la nulidad absoluta de los contratos son de extraordinaria gravedad. La
nulidad propiamente dicha, absoluta o de pleno derecho tiene lugar cuando el acto es
contrario a las normas imperativas o prohibitivas o, cuando no tienen existencia por carecer
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de alguno de sus elementos esenciales. Son causas de nulidad radical del contrato:
1. La carencia absoluta o inexistencia de cualquiera de los elementos esenciales.
2. El incumplimiento de cualquiera de los requisitos esenciales del objeto del contrato
como son: licitud, posibilidad y determinación.
3. La ilicitud de la causa.
4. El incumplimiento de la forma sustancial.
5. La contrariedad a las normas imperativas a la moral y al orden público, en cuyo caso
suele hablarse de contrato ilegal.
LA ACCIÓN DE NULIDAD.
El Derecho dota a la ACCIÓN DE NULIDAD (vehículo procesal tendente a lograr que el juez
decrete la nulidad del contrato) de una serie de caracteres que son:
A) Es imprescindible, es decir, puede ser ejecutada en cualquier momento.
B) Puede ejercitarla cualquier persona interesada en deshacer el contrato NULO.
CONSECUENCIAS DE MA NULIDAD.
A. EN GENERAL: La Restitución: dado que el contrato NULO no produce efectos, las
consecuencias de la declaración judicial de nulidad tienden a dejar las cosas en el statu quo
inmediatamente anterior a la celebración del presunto contrato.
B. En Particular: los supuestos de ilicitud. La regla restitutoria no ha parecido
históricamente conveniente; a los supuestos de ilicitud (contrarios al ordenamiento jurídico
en su conjunto).
NULIDAD PARCIAL DEL CONTRATO.
Se habla de Nulidad parcial cuando el contrato contiene una o varias cláusulas ilegales, pese
a la validez y adecuación al Ordenamiento jurídico del conjunto esencial del mismo. Esto es,
el consentimiento, el objeto, la causa y, en su caso, la forma, son intachables, pero algunos
aspectos del contrato son contrarios a una norma imperativa. La coexistencia de cláusulas
nulas, -por ilegales- con los restantes pactos válidos del contrato plantea el problema de
determinar si la invalidez de la cláusula nula debe afectar al conjunto contractual.

112) LA ANULABILIDAD DEL CONTRATO.


Un contrato ANULABLE será aquel que pueda ser anulado o, por el contrario, seguir
produciendo efectos incluso frente al Derecho, en caso de que su efectiva anulación no
tenga lugar.
CAUSAS DE ANULABILIDAD.
Son las siguientes:
1. Todos los vicios del consentimiento: error, violencia (no absoluta), intimidación y dolo.
2. Inexistencia de plena capacidad de obrar en alguno de los contratantes, tal y como ocurre
en los siguientes casos:
- Los menores no emancipados.
- Las personas sometidas a la tutela, conforme a la sentencia de incapacitación.
- Las personas sometidas a curatela.
- Los emancipados respectos de los contratos.
3. Inexistencia de consentimiento marital o uxorio (esto es, del otro cónyuge) respecto de los
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actos o contratos onerosos realizados por el otro cónyuge, cuando legalmente se requiere el
consentimiento de ambos.
3.2. LA ACCIÓN DE ANULABILIDAD.
La menor gravedad o esencialidad de las carencias o vicios del contrato anulable, hace que
la acción de anulabilidad tenga un alcance mucho más limitado que la nulidad, en
cualquiera de los aspectos que han de considerarse.
A) Conforme al artículo 1301, dice que solo durará cuatro años, cabe decir de dicho giro
que se trata de un plazo de caducidad.
B) El círculo de personas legitimadas para el ejercicio de la acción de anulabilidad queda
limitado a las personas que hayan sufrido el vicio del consentimiento o fueron incapaces
para realizar el contrato.
EFECTOS DE LA ANULABILIDAD.
Las diferencias al menos las fundamentales, entre nulidad y anulabilidad, se acaban con lo
dicho pues los efectos de la anulabilidad son sustancialmente los mismos que las
consecuencias de la nulidad analizadas en general. La fundamental coincidencia de efectos
entre nulidad y anulabilidad, la restitución entre los contratantes es consecuencia del hecho
de que la anulación del contrato tiene carácter retroactivo.

113) LA PERVIVENCIA DE LOS CONTRATOS INVÁLIDOS.


OBSERVACIONES GENERALES: LAS CAUSAS DE INVALIDEZ Y SU POSIBLE SANACIÓN.
En tanto no se declare judicialmente la nulidad o la anulabilidad, los contratos INVÁLIDOS
pervivirán como si no fueran tales. Merecen los siguientes ordenamientos jurídicos:
A) Aunque no se ejercite la acción de nulidad, el contrato nulo será tal para el Derecho.
B) La falta de ejercicio de la acción de anulabilidad (supongamos, por transcurso del
plazo de caducidad) conlleva, por el contrario que la pervivencia fáctica del contrato
anulable se asume por el Ordenamiento jurídico, que lo convalida por considerar que la
causa de anulabilidad no atenta contra el orden público contractual, sino contra los
intereses de un particular.
LA DENOMINADA CONVERSIÓN DEL CONTRATO NULO.
Se afirma que el contrato nulo es susceptible de conversión. Consistirá en que un contrato
con tacha de nulidad, por contravenir alguna norma imperativa propia del modelo o tipo
contractual de que se trate, puede ser reconducido a un tipo contractual diverso para ser
considerado válido.

114) EL MUTUO DISENSO.


Si todo contrato consiste en un acuerdo de voluntades, mediante el cual los contratantes se
obligan a observar un cierto comportamiento resulta, aunque el CC no lo mencione
expresamente, que esos mismos contratantes pueden celebrar un nuevo contrato
encaminado a privar de efectos al inicialmente concluido. Este contrato cuya finalidad
exclusiva es dejar sin efecto el contrato preexistente recibe el nombre de mutuo disenso. Se
quiere expresar con este término que los contratantes están de acuerdo en romper el
consenso inicialmente existente esto es, están de acuerdo en disentir donde ante habían
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consentido.

115) EL DESISTIMIENTO UNILATERAL.


Perfeccionado un contrato, los contratantes quedan obligados por el mismo si concurren los
requisitos propios para que surta su eficacia normalmente. El compromiso asumido por los
contratantes los vincula exigiéndose cada uno el cumplimiento de la conducta pactada. A
este respecto en determinados CONTRATOS el legislador reconoce a una de las partes, la
posibilidad de extinguir unilateralmente la relación contractual.
PRINCIPALES SUPUESTOS.
El desistimiento unilateral tiene carácter sistemático, no general.
No obstante, el CC destaca:
1. La facultad de desistimiento en el contrato de obra, según este precepto, el dueño de
la obra o comitente puede por su voluntad dar orden al contratista para que cese la
construcción, poniéndose fin al contrato.
2. Cualquiera de los socios de la sociedad civil concluida por el tiempo indeterminado
puede, por su sola voluntad renunciar a la sociedad, poniendo fin a la relación social, sin
necesidad de indemnizar a nadie, salvo que la renuncia se haya hecho de mala fe.
3. El mandante, libremente y por su posición, puede revocar el mandato, que deja de
producir sus efectos sin que se establezca ningún efecto indemnizatorio.
4. El mandatario, por su parte puede renunciar al mandato, pero debiendo indemnizar
al mandante salvo que el desempeño del mandato le cause grave detrimento.
5. Pactado el comodato por tiempo indeterminado, el comodante puede reclamar la
devolución de la cosa prestada a su libre voluntad.
6. El depositante, se haya o no pactado el tiempo de duración del depósito, puede
reclamar la restitución de la clase depositada en cualquier momento y dependiendo de su
libre decisión.
PRESUPUESTOS Y EFECTOS DEL LIBRE DESESTIMIENTO.
Son presupuestos para que quepa el desistimiento unilateral:
1.Que exista una relación de tracto sucesivo o continuada, que desarrolle su eficacia en un
periodo de tiempo de mayor o menor duración.
2. Además, pero no alternativamente:
o Que la duración de esa relación sea indeterminada, creándose el riesgo de que se
genere una vinculación vitalicia.
o Que la economía interna de la relación contractual en cuestión asigne roles no
equilibrados a las partes siendo predominante el interés de ellos.
El efecto del libre desistimiento es que se extingue la relación obligatoria, pero sin
alcance retroactivo.

116) LA RESOLUCIÓN DEL CONTRATO POR INCUMPLIMIENTO: ARTÍCULO 1.124 C.C.


Artículo. 1124.1: “la facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en las
recíprocas, para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le incumbe”. Si uno
de los contratantes no quiere o no puede cumplir, es mejor aceptar la realidad y reconocer
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al otro la facultad de resolver el contrato en base al incumplimiento sobrevenido.


FACULTAD RESOLUTORIA CLÁUSULA EXPRESA Y CONDICIÓN RESOLUTORIA: PRECISIONES.
La facultad resolutoria contemplada en el art.1124 ha sido presentada como una condición
tácita, originando no poco confusionismo entre ella y la condición resolutoria propiamente
dicha. En la práctica es frecuente pactar una cláusula resolutoria (expresa) en caso de
incumpliendo. No obstante, conviene aclarar:
1. La facultad resolutoria establecida reglamentariamente (Art. 1124.1) no es una
condición ya que por definición la condición requiere que su establecimiento se haga por las
partes expresamente.
2. El establecimiento de la causa resolutoria expresa, es el ejercicio extrajudicial
anticipado y previsor de la facultad resolutoria legalmente reconocida.
REQUISITOS DEL EJERCICIO DE LA FACULTAD RESOLUTORIA.
Conforme a la jurisprudencia del TS, el ejercicio de la facultad resolutoria presupone:
1. Que el reclamante o demandante haya cumplido su obligación o que acredite que se
encuentra en condiciones de hacerlo.
2. Que la otra parte no cumpla o no haya cumplido cuanto le incumbe, aunque su
incumplimiento no sea total sino parcial.
3. Que se encuentren ligadas las partes por un contrato bilateral, esto es, una relación
sinalagmática, en la que la prestación de una parte tiene como causa la prestación de la
otra.
4. Que la obligación cuyo incumplimiento fundamenta el ejercicio de la facultad
resolutoria sea exigible.
5. Que la frustración del contrato dimanante de incumplimiento sea patente, o al
menos, acreditable.
EFECTOS DE LA RESOLUCIÓN.
La resolución del contrato tiene efecto retroactivo y eficacia restitutoria, por lo que ambas
partes habrán de reintegrarse recíprocamente el objeto del contrato que hubieran recibido.
En caso de resultar imposible, se verá sustituida por la consiguiente reparación pecuniaria.

117) LA RESCISIÓN DEL CONTRATO.


Es una forma particular de ineficacia del contrato que procede de un momento posterior a
la celebración del mismo, el cual nace plenamente válido, pero posteriormente puede ser
declarado ineficaz por sus defectos lesivos o perjudiciales para una de las partes o un
tercero. La rescisión distingue, legal y teóricamente, con facilidad de la nulidad y de la
anulabilidad del contrato; la rescisión presupone un contrato inicialmente válido, mientras
que la nulidad y la anulabilidad implican la invalidez inicial del contrato a que estén
referidas.
LAS CAUSAS DD RESCISIÓN EN EL CC.
Se pueden clasificar en 3 grupos:
A. Rescisión por lesión: el término lesión significa perjuicio patrimonial para una de las
partes contratantes.
1. Los contratos que pudieran celebrar los tutores sin autorización judicial.
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2. Los celebrados en representación de los ausentes, siempre que estos hayan sufrido la
lesión en más de la cuarta parte del valor de la cosa.
3. La partición de la herencia, siempre que la lesión sea en más de la cuarta parte,
atendiendo al valor de las cosas cuando fueron adjudicados.
B. Rescisión por fraude: la celebración de un contrato con intención fraudulenta
respecto de terceros, es decir, con ánimo de engañarlos perjudicando sus intereses.
Constituye causa de rescisión en los siguientes supuestos:
1. Los contratos celebrados en fraude de acreedores, cuando éstos no pueden cobrar de
otro modo lo que se les deba.
2. Los contratos que se refieren a cosas litigiosas, cuando hubiesen sido celebrados por
el demandado sin conocimiento y aprobación de las partes litigantes.
3. Los pagos hechos en estado de insolvencia por cuenta de obligaciones a cuyo
cumplimiento no podía ser compelido el deudor al tiempo de hacerlos.
LA ACCIÓN RESCISORIA.
A) REQUISITOS: exige el código 3 requisitos para que sea posible el ejercicio de la acción
y rescisoria, es decir, recuperación del statu quo anterior a la celebración del contrato
rescindible:
1. Que el perjudicado carezca de otro recurso legal para obtener la reparación del
perjuicio.
2. Que el perjudicado pueda devolver aquello a que estuviera obligado.
3. Que las cosas objeto del contrato, no se hallen legalmente bien en poder de terceras
personas que hubieran procedido de buena fe, ya que, en tal caso, la pretensión del
lesionado o defraudado ha de limitarse a reclamar la indemnización de perjuicios al
causante de la lesión.
B) Plazo: la acción para pedir la rescisión dura 4 años. Es el mismo plazo que para las
acciones de anulabilidad y rescisión de enajenaciones fraudulentas de bienes inmuebles
inscritos en el Registro a nombre de tercero.
C) Cómputo del plazo: para las personas sujetas a tutela y para los ausentes, los 4 años
no empezarán hasta que haya cesado la incapacidad de los primeros, o sea conocido el
domicilio de los segundos.
LA EFICACIA RESTITUTORIA E INDEMNIZATORIA DE LA RESCISIÓN.
El efecto fundamental de la rescisión tiene un acusado matiz restitutorio: obtener la
devolución de todo aquello que haya sido entregado por virtud del contrato rescindible.
Pero puede ocurrir que las cosas entregadas hayan desaparecido, haciendo imposible su
devolución o bien que hayan ido a parar a manos de terceros adquirientes.

118) LOS ACTOS ILÍCITOS COMO FUENTE DE LAS OBLIGACIONES.


Las obligaciones no se derivan solo de los contratos, sino que nacen también a consecuencia
de ciertos actos y omisiones ilícitos o en qué intervenga cualquier género de culpa o
negligencia.
Responsabilidad contractual: la dimanante del incumplimiento del contrato.
Responsabilidad civil (extracontractual): es la nacida de actos ilícitos en que, aun
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interviniendo culpa o negligencia, no hay delito. Se llama así para contraponerla a la


contractual.

119) LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL.


El principio fundamental de la responsabilidad extracontractual, el que por acción u
omisión causa daño, a otro interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el
daño causado. Todo hecho ilícito que cause daño a otro, realizado intencional o
negligentemente es fuente de obligación. Se consagra, así como una categoría general, al
igual que el contrato la responsabilidad extracontractual. Ahora bien, para la imposición de
la responsabilidad extracontractual, caben en principio dos criterios distintos:
 Sistema de la responsabilidad subjetiva del acto, y, consiguientemente, del daño.
 Sistema de la responsabilidad objetiva: la obligación de resarcimiento se genera
simplemente por la RELACIÓN DE CAUSALIDAD entre el acto del agente y el daño
producido, independientemente de todo elemento de intencionalidad o falta de
diligencia.

120) LA RESPONSABILIDAD SUBJETIVA POR HECHOS PROPIOS.


El primero de los artículos por el Código a la responsabilidad extracontractual plantea el
tema como responsabilidad de caracter subjetivo: «el que por acción u omisión causa daño
a otro, interviniendo CULPA O NEGLIGENCIA, está obligado a reparar el daño causado.
Resaltamos: los presupuestos de carácter subjetivo y objetivo que han de concurrir para que
tenga lugar la responsabilidad extracontractual.
PRESUPUESTOS DE CARÁCTER OBJETIVO.
A) Acción u omisión: la responsabilidad extracontractual presupone la acción u omisión
de una persona, ya sea realizado por medio de un hecho activo o incluso por una simple
abstención.
B) La ilicitud o antijuridicidad: para que la acción u omisión produzca la obligación de
reparar el daño, es necesario que sea ilícita, contraria a Derecho.
C) El Daño: el propio artículo 1902 impone este elemento de la responsabilidad
extracontractual y la jurisprudencia reiterada exige la existencia y prueba del daño para la
procedencia de la indemnización de daños y perjuicios.
EL PRESUPUESTO SUBJETIVO: LA CULPA O NEGLIGENCIA.
Para que haya obligación de reparar el daño causado, es preciso que esta sea atribuible al
agente, bien porque tuviera intención de causarlo, o bien porque pudiendo y debiendo
preverlo no lo hizo por culpa o negligencia inexcusable, culpabilidad y reiteradamente
sancionado por la jurisprudencia. La culpabilidad tiene como presupuestos básicos:
A) La imputabilidad del autor: no responden los que no tienen discernimiento y
conciencia (locos, menores, etc.).
B) Conducta dolosa o culposa por parte del autor del hecho. Es nota característica de la
responsabilidad extracontractual la necesidad de prueba de la culpa.
EL PRESUPUESTO CAUSAL: LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD.
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El art. 1.902 evidencia que entre la acción u omisión del agente y el daño inferido a la
víctima debe existir un nexo causal: una relación de causa a efecto, conocida
doctrinalmente como relación de causalidad. En términos teóricos, el presupuesto causal
es de fácil comprensión. En términos prácticos, sin embargo, la relación de causalidad
origina numerosos problemas cuando concurren varias causas (concausas) las que
producen el daño final a considerar.

121) LA RESPONSABILIDAD POR HECHO AJENO.


EL CARÁCTER SUBJETIVO DE LA RESPONSABILIDAD POR HECHO AJENO.
El código establece que habrá de responderse extracontractualmente «no solo por los actos
u omisiones propios, sino también por las de aquellas personas de quienes se debe
responder». En la RESPONSABILIDAD POR HECHO AJENO O RESPONSABILIDAD POR HECHO
DE OTRO, la persona que origina el daño y responde del mismo no son coincidentes. La
responsabilidad estudiada sigue teniendo carácter subjetivo y se funda en una presunción
de culpa de las personas que teniendo facultad de elección o de guarda sobre otros, actúan
descuidadamente, permitiendo o dando ocasión a que éstas últimas dañen a terceros.
SUPUESTOS DE RESPONSABILIDAD POR HECHO AJENO ARTÍCULO 1903 DEL C.C.
Conforme al artículo 1.903 los supuestos de responsabilidad por hecho ajeno son los
siguientes:
A) Los padres, respecto de los daños causados por los hijos que se encuentren bajo su
guarda.
B) Los tutores, respecto de los daños causados por los menores o incapacitados que están
bajo su tutoridad y habitan en su compañía.
C) Los comerciantes o empresarios (el Código habla de «dueños o directores de un
establecimiento o empresa»), respecto de los daños causados por sus empleados o
dependientes en el servicio de los tramos en que los tuvieran empleados o con ocasión de
sus funciones.

122) LA RESPONSABILIDAD OBJETIVA O SIN CULPA.


En el propio CC existen supuestos en los que responsabilidad extracontractual se genera aun
cuando quien sea responsable de ello no haya incurrido en culpa o negligencia (salvo en
caso de fuerza mayor). Así ocurre al menos en los siguientes supuestos:
A) El poseedor de un animal o al que se sirva de él, ha de responder por los daños que
éste ocasione, salvo que el daño provenga de fuerza mayor o de culpa exclusiva de la
víctima.
B) El propietario de árboles colocados en sitios de tránsito responderá de los daños
causados por su caída, salvo en caso de fuerza mayor.
EN PARTICULAR, LA RESPONSABILIDAD CIVIL DEL ESTADO Y LA ADMINISTRACIÓN.
A) Responsabilidad del Estado: dice el artículo 40 de la L.R.J.A.E. que: “Los particulares
tendrán derecho a ser indemnizados por el Estado de toda lesión que sufran en
cualquiera de sus bienes o derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que
aquella lesión sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios
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públicos o de la adopción de medidas no fiscalizables en vía contenciosa.» Esta


responsabilidad se hace efectiva en vía administrativa y en la vía contencioso-
administrativa, en su caso, y caduca al año del hecho que motive la indemnización.
B) Responsabilidad de los funcionarios del Estado: la L.R.J.A.E. estableció, por un lado,
que la Administración podrá exigir de sus autoridades o funcionarios la
responsabilidad en que hubieren incurrido por culpa o negligencia graves, sin
perjuicio de que el Estado indemnice a los terceros lesionados; y por otro lado,
que los particulares podrán también exigir a las autoridades y funcionarios
civiles, cualquiera que sea su categoría, el resarcimiento de los daños y perjuicios
causados a sus bienes o derechos, irrogados por culpa o negligencia graves en el
ejercicio de sus cargos.

123) LA OBLIGACIÓN DE REPARAR EL DAÑO CAUSADO.


LA REPARACIÓN ESPECÍFICA Y PECUNIARIA.
La consecuencia fundamental de la responsabilidad extracontractual consiste, en reparar el
daño causado. Dicha obligación a cargo del responsable tiene por objeto dejar indemne a la
víctima. La reparación puede llevarse a cabo mediante conformidad de las partes, o si ésta
no se produce por vía judicial. En cualquiera de ambos casos, la indemnidad de la víctima
puede requerir la denominada reparación específica o in natura (entregar un objeto nuevo
en sustitución del estropeado, publicar la verdad tras una falsa noticia o difamación y la
reparación pecuniaria mediante dinero o bien ambas conjuntamente.
PLURALIDAD DE RESPONSABLES: EL CARÁCTER SOLIDARIO DE LA OBLIGACIÓN
EXTRACONTRACTUAL.
En caso de que la responsabilidad extracontractual recaiga sobre dos o más personas en
virtud de un mismo acto ilícito, se plantea el problema de saber si el perjudicado por dicho
acto debe reclamar la reparación del daño:
A) Simultánea o sucesivamente a cada uno de los responsables, pero prorrateando la
reparación convenida o judicialmente fijada (OBLIGACIÓN MANCOMUNADA), o
B) A cualquiera de ellos según convenga al perjudicado y luego, entre los responsables,
«ajustarán cuentas». OBLIGACIÓN SOLIDARIA mucho más cómoda y operativa para el
perjudicado por el acto ilícito.

124) LA NOCIÓN TÉCNICA DE OBLIGACIÓN: DEBERES JURÍDICOS Y OBLIGACIÓN.


Cuando hablamos de obligación en sentido técnico y de otra parte de deberes jurídicos que
son conductas no patrimoniales exigidos a una persona por el ordenamiento jurídico con
carácter general, en cuanto dicha persona, se encuentre en una determinada situación
contemplada por el Derecho. La obligación en sentido propio es una subespecie de la noción
de deber, caracterizada por la nota de la patrimonialidad de la prestación o conducta
debida por el obligado. Por ejemplo: los padres tienen la obligación de velar por sus hijos y
prestarles alimentos. Así también, baste con ser español para tener el deber de conocer el
castellano o hallarse en territorio español para estar obligado a respetar las leyes penales,
etc.
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125) LA ESTRUCTURA GENERAL DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA: NOCIONES


INSTRUMENTALES.
LOS SUJETOS DE LA OBLIGACIÓN.
Toda obligación vincula al menos a dos personas, tales personas asumen posiciones
contrapuestas:
A) Una de ellas se encuentra legitimada o tiene derecho a exigir una conducta
determinada de la otra. Asume el lado activo y se le denomina sujeto activo. El derecho que
le asiste no es naturalmente un derecho real (relación entre persona y cosa) sino un derecho
de crédito. Se le denomina acreedor.
B) La otra debe observar la conducta prevista en la obligación de cumplir cuanto debe.
Se le denomina sujeto pasivo (porque ha de sufrir la reclamación del acreedor) o
preferiblemente deudor.
LA PRESTACIÓN.
La conducta a desplegar por el deudor puede consistir tanto en dar o hacer algo o en no
hacer alguna cosa, suele resumirse hablando de prestación. Y hace referencia al objeto de
obligación: dar, hacer o no hacer alguna cosa.
EL DERECHO DE CRÉDITO: DIFERENCIACIÓN DE LOS DERECHOS REALES.
El poder o facultad de reclamar la prestación que se reconoce al acreedor se denomina
derecho de crédito, se habla de él también como derecho personal. Esta denominación
marca las diferencias existentes entre los derechos reales y los derechos de créditos
personales, pues realmente la posición del titular de unos y otros es notoriamente diversa:
1. El derecho real otorga a su titular un señorío total o parcial o una facultad concreta
sobre los casos en sí mismos considerados y con independencia a quien sea su titular.
2. Los derechos reales deben ser respetados por todos los sujetos de una colectividad
dada; son derechos absolutos o con eficacia erga onmes, mientras que los derechos de
créditos o personales solo pueden ser hechos valer frente al obligado, se califican de
derechos relativos.
3. El mecanismo técnico-jurídico de derecho real responde, al problema de la
distribución estática de la riqueza: llegar a ser propietario es lo fundamental con exclusión
de las demás personas.

126) LAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES.


PREMISA: EL CONTRATO Y LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL.
La doctrina jurídica utiliza la expresión de fuentes de las obligaciones para identificar
aquellos hechos o actos jurídicos que generan la relación obligatoria. Las obligaciones
nacen fundamentalmente de los contratos y de los actos u omisiones originadores de la
responsabilidad extracontractual. La mayoría de las obligaciones nacen de los contratos o
de responsabilidad extracontractual. Basta considerar ambas categorías (contrato y
responsabilidad extracontractual) para deducir la obligación de hacer o no hacer alguna
cosa encuentra sus fundamentos en dos causas primordiales:
A) La ley, que en determinados casos impone a las personas la obligación de llevar a
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cabo una conducta determinada (reparar el daño causado).


B) La autonomía privada o la libertad económica de los ciudadanos que, para la
generalidad de los tratadistas, constituye unprius respecto del mandato legal.
LA ENUMERACIÓN DW FUENTES DEL ARTÍCULO 1089 DE CÓDIGO CIVIL.
El artículo 1089 del CC plantea las obligaciones nacen de la ley, los contratos y
cuasicontratos, y de los actos y omisiones ilícitos o en que intervengan cualquier género de
culpa o negligencia.
1. Obligaciones nacidas de cuasicontratos: los cuasicontratos son los hechos lícitos y
puramente voluntarios de los que resulta obligado su autor para con un tercero y a veces
una obligación recíproca entre los interesados.
2. Obligaciones nacidas de actos ilícitos civiles: se trata obviamente de los supuestos
varios de responsabilidad extracontractual.
3. Obligaciones nacidas de actos ilícitos penales: son los delitos o faltas regulados en el
Código Penal. En general los ilícitos penales dan lugar simultáneamente responsabilidad
penal.

127) OBLIGACIONES MANCOMUNADAS Y OBLIGACIONES SOLIDARIAS.


Se habla de obligación MANCOMUNADA, cuando:
a) Cada uno de los acreedores solo puede exigir o reclamar del deudor la parte que le
corresponde en el crédito (mancomunidad activa).
b) Cada uno de los diversos deudores solo está obligado a cumplir la parte de la deuda
que le corresponde (Mancomunidad pasiva).
Dicha idea viene expresada con claridad en el artículo 1.138 al disponer que «el crédito o la
deuda se presumirán divididas en tantas partes iguales como acreedores o deudores haya,
reputándose créditos o deudas distintos unos de otros». El artículo 1.137 del CC presume
que, en caso de pluralidad de sujetos en la obligación, ésta tendrá carácter mancomunado:
la concurrencia de dos o más acreedores, o de dos o más deudores en una sola obligación
no implica que cada uno de éstos deba prestar íntegramente las cosas objeto de la misma.
La obligación SOLIDARIA, por su parte, puede darse tanto en la posición de acreedor cuanto
en la del deudor:
 En el primer caso, cualquiera de los acreedores podrá reclamar del deudor (o de
cualquiera de los deudores, en su caso) la íntegra prestación objeto de la obligación:
SOLIDARIDAD ACTIVA.
 En caso de pluralidad de deudores (supuesto mucho más frecuente en la práctica que
el anterior), toda y cada uno de ellos quedan obligados a cumplir íntegramente la
obligación cuando el acreedor (o alguno de los acreedores) le compela a ello:
SOLIDARIDAD PASIVA.

128) LAS OBLIGACIONES SEGÚN SU OBJETO: LA CONDUCTA PROMETIDA POR EL DEUDOR.


Son clases o tipos fundamentales de OBLIGACIONES conforme al objeto en que consista la
prestación debida por el deudor.
LA OBLIGACIÓN DE DAR.
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Puede consistir lo mismo en entregar una suma de dinero (obligación pecuniaria) que en
entregar la edición príncipe de El Quijote o, por el contrario, una tonelada de café
colombiano (obligación específica y genérica, respectivamente). El régimen jurídico de tales
obligaciones no puede ser el mismo y sea necesario estudiar diversificadamente los
diferentes subtipos de la obligación de dar cosa. Las reglas generales a la obligación de dar
que conviene recordar ahora son las siguientes:
1.º. «El obligado a dar alguna cosa lo está también a conservarla con la diligencia propia de
un buen padre de familia».
2.º. «El acreedor tiene derecho a los frutos de la cosa desde que nace la obligación de
entregarla”.
LA OBLIGACIÓN DE HACER.
La obligación de hacer presupone el desarrollo de una actividad por parte del deudor. Dicha
actividad puede venir requerida desde una doble perspectiva: A) Desempeño de la actividad
en sí misma considerada, sin exigencia de un resultado concreto: por ejemplo, encargar a
un Abogado la defensa de un proceso. En tal caso, se habla de obligación de medios. B)
Desempeño de una determinada actividad dirigida a la obtención de un resultado concreto:
le encargamos a un carpintero que nos haga una mesa de camilla. En este supuesto, el
deudor debe conseguir el resultado perseguido, por tanto, se habla de obligación de
resultado.
LA OBLIGACIÓN DE NO HACER.
Consiste en imponer al deudor una conducta negativa: no desarrollar una actividad
cualquiera, ya sea de carácter material (no viajar con el perro en el tren) o propiamente
jurídica (por ejemplo, no vender o arrendar un bien durante un determinado plazo). La
imposición de obligaciones accesorias encuentra su origen, en numerosas ocasiones, en la
propia ley. Así, por ejemplo, los adquirentes por retracto legal 121.41, como regla, han de
mantener durante cierto plazo la adquisición.

129) OBLIGACIONES PRINCIPALES Y ACCESORIAS. Son obligaciones principales las que


existen y tienen su propio fin, en definitiva, aquellas que gozan de existencia propia e
independiente. Las accesorias por su parte tienen carácter general, y puede darse en
cualquier relación obligatoria, ya sea positiva o negativa, derivan de la obligación principal.

130) OBLIGACIONES GENÉRICAS Y OBLIGACIONES ESPECÍFICAS.


Estaríamos frente a una obligación específica en los casos en que la prestación del deudor
se encuentre perfectamente individualizada y, por tanto, la entrega de una cosa diferente no
satisfaga el interés del acreedor. Por el contrario, las obligaciones genéricas existirán en
aquellos supuestos en que la obligación de dar o de entregar una cosa viene caracterizada
por la relativa determinación o indeterminación de la cosa objeto de la prestación.

131) OBLIGACIONES CUMULATIVAS, ALTERNATIVAS Y CON CLÁUSULA FACULTATIVA.


A) Cumulativas: en el caso de que la relación obligatoria tenga un contenido múltiple y las
diversas prestaciones sean todas ellas exigibles. Pueden combinar dentro de sí, prestaciones
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de dar, hacer y no hacer.


B) Alternativas: la multiplicidad de prestaciones de una misma relación obligatoria en
ciertas ocasiones puede responder a la necesidad de una particular previsión: el
planteamiento alternativo de varias o diversas prestaciones conlleva naturalmente que el
obligado o deudor cumpla la obligación ejecutando cualquiera de las presentaciones.
C) Cláusula facultativa: se darían cuando existe una sola prestación, pero el deudor cuenta
con la posibilidad de llevar a cabo otra diversa.

132) LAS OBLIGACIONES DIVISIBLES E INDIVISIBLES.


La divisibilidad o indivisibilidad de las obligaciones se deriva, naturalmente de la propia
prestación. Son, por tanto, obligaciones indivisibles:
1. Las obligaciones de dar o entregar una cosa que no permita fraccionarse o
distribuirse en lotes: entregar un caballo o un cuadro.
2. Las obligaciones de hacer que no sean susceptibles de cumplimiento parcial.
3. Por lo general, la mayor parte de las obligaciones negativas o de no hacer.
Las divisibles por su parte son aquellas susceptibles de ser cumplidas por partes, sino que se
altere la esencia de la misma.

133) LAS DEUDAS Y OBLIGACIONES PECUNIARIAS.


EL DINERO Y LAS CARACTERÍSTICAS DE LAS OBLIGACIONES PECUNIARIAS.
Según los juristas son aquellas que consisten en pagar una suma de dinero, el dinero es el
medio de cambio por antonomasia, es decir una unidad de valor, independientemente de la
materia que se componga. Características propias son las siguientes:
1. La indemnización por incumplimiento de la obligación pecuniaria consistirá, salvo pacto
en contrario, en el pago de intereses.
2. La obligación pecuniaria es el supuesto de obligación genérica por excelencia: nunca
podrá tener lugar la extinción de la obligación pecuniaria por imposibilidad sobrevenida.
3. Sólo hay una obligación pecuniaria propiamente dicha cuando tenga por objeto la
entrega de una determinada cantidad de dinero cuyo único requisito sea el de tener curso
legal.
DEUDAS DE DINERO Y DEUDAS DE VALOR.
Dentro de las obligaciones pecuniarias propiamente dichas (entrega de suma de dinero),
suele subdistinguirse entre: A) Deudas de dinero: Se dan cuando la suma de dinero es
considerada en sí misma como el bien buscado por el acreedor: precio de lo vendido, renta
del arrendamiento, etc. B) Deudas de valor: Se darían en aquellos supuestos en que el
deudor cumple entregando una suma de dinero, pero éste se considera como equivalente
económico o medida de valor de otro bien.

134) EL CUMPLIMIENTO O PAGO EN GENERAL.


El pago significa llevar a cabo la prestación debida, con independencia de que la conducta
exigible al deudor consista en un dar, hacer o no hacer; el pago o cumplimiento es una de
las CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES, siendo una causa de extinción normal o

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por antonomasia, es decir, el cumplimiento de la obligación significa su desaparición del


mundo del Derecho, dado que una obligación nace para ser cumplida.

135) LOS PROTAGONISTAS O SUJETOS DEL CUMPLIMIENTO.


Toda obligación presupone la existencia del papel del acreedor y deudor que pueden
referirse a una o varias personas físicas y/o jurídicas. El acreedor, como titular del derecho
de crédito y SUJETO ACTIVO de la obligación, puede exigir (activar) el cumplimiento de la
obligación del deudor o SUJETO PASIVO de la obligación. Además, pueden intervenir
personas extrañas a la relación obligatoria PAGO DEL TERCERO (persona distinta al deudor
que realiza la prestación) y PAGO AL TERCERO (si el receptor de la prestación es distinto del
acreedor). De este modo, distinguimos entre solvens (tercero en posición de deudor) o
accipiens (tercero con la posición del acreedor).
LA EJECUCIÓN DE LA PRESTACIÓN DEBIDA POR UN EXTRAÑO: EL PAGO DEL TERCERO.
Según el artículo 1158 del CC, cualquier persona puede llevar a cabo la ejecución de la
prestación, salvo que la calidad y circunstancias del deudor se hubiesen tenido en cuenta al
establecer la obligación, con independencia de la situación del deudor frente al pago: que lo
ignore, que conociéndolo lo apruebe y que conociéndolo se oponga a él. Las consecuencias
fundamentales (entre deudor y solvens) generados por el pago de un tercero:
A) Subrogación: sustitución del acreedor por el solvens como titular del derecho de
crédito en la obligación preexistente, que se mantiene inalterada, en contenido y garantías.
B) Acción de reembolso o acción de reintegro: nueva obligación generada por el pago
del tercero, cuando el deudor ignora o se opone al pago del tercero y se otorga al solvens un
crédito para reclamar al deudor aquello en que le hubiera sido útil el pago.

136) LOS REQUISITOS DEL CUMPLIMIENTO: LA EXACTITUD DE LA PRESTACIÓN.


El cumplimiento es la exacta realización de la PRESTACIÓN o conducta debida satisfaciendo
al acreedor y extinguiendo la obligación. Son requisitos del pago:
 La identidad de la prestación: el deudor de una cosa no puede obligar a su acreedor a
que reciba otra diferente, aun cuando fuere de igual o mayor valor que la debida.
 La integridad de la prestación: no se entenderá pagada una deuda sino cuando
completamente, se hubiese entregado la cosa o hecho de prestación en que la
obligación consistía.
 La indivisibilidad de la prestación: es consecuencia de la anterior, excluye que el
cumplimiento o pago de la misma pueda hacerse por partes fraccionada.

137) EL MOMENTO TEMPORAL DEL CUMPLIMIENTO.


La determinación del momento temporal del cumplimiento (cuando ha de ejecutarse la
prestación) tiene una gran importancia, a partir del mismo puede ser constituido en mora o
conceptuado como moroso del deudor, con la agravación responsabilidad que ello conlleva.
A partir de dicho momento comienzan a generarse en prejuicio del deudor los intereses
(legales o prestados) por mora o retraso en las obligaciones pecuniarias.

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138) EL LUGAR DEL CUMPLIMIENTO.


REGLAS PARTICULARES Y REGLA GENERAL: EL LUGAR DESIGNADO EN LA OBLIGACIÓN.
La determinación del lugar en que ha de cumplirse la obligación tiene igualmente una gran
importancia práctica siendo importante preverlo y siempre que sea posible en el título
constitutivo de la obligación (como ocurre en cualquier contrato). La propia regulación
positiva de ciertos contratos contiene reglas particulares sobre el lugar de cumplimiento de
algunas obligaciones. Es decir, de resolver problemas prácticos planteados por el lugar de
cumplimiento de la obligación para la que el ordenamiento jurídico no hay previsto una
regla particular.

139) IMPUTACIÓN Y RECIBO DEL PAGO.


A veces entre acreedor y el deudor existen varias relaciones obligatorias o una sola que
supone obligaciones periódicas (ejemplo una compra a plazos). La multiplicidad de deudas a
cargo del deudor puede dar lugar a equívocos en caso de que el SOLVENS en el momento de
realizar el pago no indique cual de tales deudas entiende por cumplidas, y a su vez, el
acreedor no ha entregado el recibo en el que especifique en que concepto ha recibido el
pago. Para que dicha equivocidad sea posible se requiere al menos:
1º. Que el deudor lo sea por varios conceptos respecto de un solo acreedor.
2º. Que las deudas sean de una misma naturaleza; por antonomasia, varias obligaciones
pecuniarias, ya que difícilmente pueden confundirse prestaciones de hacer que
materialmente no suelen ser coincidentes.
LA ATRIBUCIÓN DEL PAGO.
La primera de tales reglas consiste sencillamente en atribuir al deudor la facultad de realizar
tal determinación: el deudor <<podrá declarar, al tiempo de hacer el pago, a cuál de las
deudas debe aplicarse>>. Sin embargo, dicho planteamiento resulta engañoso. El deudor no
puede obligar de ningún modo al acreedor a aceptar la imputación realizada por él y no
puede exigirle recibo del pago realizado o que pretende realizar y de su pretendida
imputación.
LA IMPUTACIÓN POR EL ACREEDOR: EL RECIBO DEL PAGO.
Por ello, indicia el C.C. que <<si (el deudor) aceptare del acreedor un recibo en que se hiciese
la aplicación del pago, no podrá reclamar contra ésta. Esto es, en caso de existir recibo, la
definitiva atribución del pago la realiza el acreedor. Dicha conclusión es consecuencia
natural de cuanto dispone el C.C. en relación con el recibo como prueba y justificación del
pago.
REGLAS DE IMPUTACIÓN DE CARÁCTER SUBSIDIARIO.
En los casos en que no haya habido imputación por el deudor, ni recibo por el acreedor, pero
se haya producido un pago entrarán en juego las siguientes reglas:
A) En las obligaciones que generan intereses, no se podrá imputar el pago del capital
mientras aquellos no hayan sido satisfechos.
B) Se habrá de entender satisfecha la deuda resulte MÁS ONEROSA para el deudor.

140) FORMAS ESPECIALES DE INCUMPLIMIENTO: DACIÓN EN PAGO Y CESIÓN DE BIENES

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PARA PAGO. La primera de las eventualidades planteadas supone que el deudor, con
consentimiento del acreedor, realiza prestación distinta a la originaria que, no obstante,
surte el efecto de extinguir la obligación constituida. A dicho mecanismo se le conoce con el
nombre de dación en pago. Frente a cuanto ocurre en la dación; en la CESIÓN DE BIENES el
deudor se limita a transferir al acreedor o acreedores la posesión y administración de sus
bienes para que los liquiden y apliquen el precio obtenido al pago de sus créditos. Por tanto,
en la cesión de pago el deudor no transmite la propiedad de los bienes cedidos a sus
acreedores, sino que simplemente les apodera para enajenarlos y convertirlos en dinero
líquido.

141) LA MORA DEL ACREEDOR: EL OFRECIMIENTO DE PAGO Y CONSIGNACIÓN.


EL OFRECIMIENTO DE PAGO COMO PRESUPUESTO DE LA CONSIGNACIÓN Y DE LA
CONSTITUCIÓN EN MORA DEL ACREEDOR.
El ofrecimiento de pago puede hacerse de cualquier manera, pero dado que, en su caso, es
necesario acreditarlo ante el Juez, no resultará operativo hacerlo en modo que no pueda
probarse y convendrá preconstituir la prueba. El ofrecimiento de pago, además de operar
como presupuesto de la consignación, tiene virtualidad propia, aunque no se vea seguido de
la consignación. Entre otras consecuencias, la constitución en mora del acreedor traerá
consigo:
1. Que el retraso en el cumplimiento no hará nacer la mora del deudor.
2. Que, en caso de obligaciones pecuniarias, cesará la generación de intereses.
3. Que, en general, la imposibilidad de la prestación sin culpa del deudor operará en
perjuicio del acreedor, quien, pese a no recibir la prestación, habrá de cumplir con las
obligaciones que tuviera con el deudor.
SUPUESTOS DE CONSIGNACIÓN DIRECTA.
La regla general de previo ofrecimiento de pago decae en aquellos casos que, por distintas
circunstancias, el deudor no puede llegar ni siquiera a dirigirse al acreedor ofreciéndole la
prestación debida. El Código entiende, conforme al artículo 1.176. 2º, que se darán tales
casos cuando el acreedor esté ausente o impedido para recibirlo en el momento en que
deba hacerse; así como cuando varias personas pretendan tener derecho a cobrar o se haya
extraviado el título de la obligación.
REQUISITOS Y EFECTOS DE LA CONSIGNACIÓN.
En general, la consignación debe:
1. Ser anunciada previamente a las personas interesadas en el cumplimiento de la
obligación.
2. Ajustarse estrictamente a las disposiciones que regulan el pago, esto es, respetar
escrupulosamente los requisitos de identidad, integridad e indivisibilidad del pago.
3. La consignación se hará por el deudor o por un tercero, poniendo las cosas debidas a
disposición del Juzgado o del Notario.

142) LA RESPONSABILIDAD DEL DEUDOR: SUPUESTOS DE INCUMPLIMIENTO.


En general, incumplir una obligación equivale a no llevar a cabo la exacta prestación debida.
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El incumplimiento de la obligación tendrá lugar tanto en caso de falta absoluta de ejecución


de la prestación cuanto en caso de inexacta ejecución de la misma. Los supuestos de
incumplimiento pueden ser diferentes; retraso en la entrega (obligación de dar) o en la
ejecución (en la obligación de hacer); incumplimiento en lugar diferente del pactado (que
origina gastos complementarios e imprevistos para el acreedor): entrega o ejecución de
carácter defectuoso, cumplimiento parcial que el acreedor recibe haciendo protesta formal
del mismo, etc. Según la doctrina jurídica, una clasificación de las diferentes eventualidades
de incumplimiento es:
a) Incumplimiento propio o absoluto: todos aquellos supuestos de falta de cumplimiento
caracterizados por la imposibilidad futura de ejecutar la prestación.
b) Incumplimiento impropio o relativo: todos los casos de cumplimiento defectuoso
extemporáneo o parcial que permiten un posterior cumplimiento exacto y absolutamente
acorde con el titular constitutivo de la obligación.

143) EL CASO FORTUITO Y LA FUERZA MAYOR COMO CAUSA DE EXONERACIÓN PARA EL


DEUDOR.
NOCIÓN GENERAL DE CASO FORTUITO Y FUERZA MAYOR.
El CC exonera de responsabilidad al deudor en aquellos casos en que la falta de
incumplimiento se debe a la existencia de caso fortuito o fuerza mayor. Ello plantea de
inmediato la cuestión de determinar en qué pueden consistir tales eventos y si constituyen
supuestos análogos o iguales. Son hechos o circunstancias que, siendo ajenos a la voluntad,
hacen que el deudor no pueda llevar a cabo el cumplimiento de la obligación.
PRUEBA DEL CASO FORTUITO Y LA FUERZA MAYOR.
Acreditar la existencia de este resultará fácil, es evidente que será el deudor que pretenda
exonerarse del cumplimiento de la obligación que haya de probar el acaecimiento de
circunstancias objetivamente insuperables a su capacidad de acción.
MANTENIMIENTO DE LA RESPONSABILIDAD DEL DEUDOR PESE A LA EXISTENCIA DEL CASO
FORTUITO O FUERZA MAYOR.
La tendencial exoneración de responsabilidades del deudor en los supuestos de concurrir
caso fortuito o fuerza mayor no es absoluta y necesaria. El propio encabezado (Art. 1105)
explícita que la regla estudiada no será de aplicación: en los casos expresamente
mencionados en la ley y cuando expresamente lo declare la obligación.

144) LA RESPONSABILIDAD DEL DEUDOR POR INCUMPLIMIENTO A EL IMPUTABLE.


Salvo existencia de caso fortuito o fuerza mayor, el deudor será responsable de la falta de
cumplimiento. Según dicho precepto el deudor puede incumplir por:
A) Incurrir en dolo o negligencia. B) contravenir de cualquier modo el tenor de la
obligación.
El artículo 1104.1 define la culpa o negligencia como omisión de aquella diligencia que exija
la naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo
y del lugar. El DOLO lo define como eventual conducta del deudor en el cumplimiento de las
obligaciones. Frente a la posible y eventual involuntariedad de la conducta culposa, el dolo
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en el cumplimiento consiste en una actuación consciente y deliberada del deudor que,


malévolamente, se resiste a cumplir cuanto debe. Es de mayor gravedad que la culposa.
MORA DEL ACREEDOR.
A) El retraso en el cumplimiento y los presupuestos de la mora: Mora del deudor cuando
el cumplimiento de la obligación no tiene lugar en el momento temporal prefijado (equivale
a retraso en el cumplimiento).
B) La constitución en mora: la intimación o interpelación: para que el retraso se
convierta en mora es necesario que el acreedor exija al deudor, judicial o extrajudicialmente,
el cumplimiento de la obligación.

145) LA RELACIÓN DEL ACREEDOR Y LA EJECUCIÓN FORZOSA.


El acreedor reclamará judicialmente el cumplimiento de la obligación o resolución del
contrato, según los casos;
A) Que el deudor se decida a cumplir conforme a lo ordenado por el juez en el fallo.
B) Que pese a existir sentencia firme, se niegue a cumplir y, por tanto, el acreedor se vea
forzado a reclamar de nuevo la intervención judicial para lograr que se ejecute la sentencia
de condena obtenida. La ejecución forzosa constituye el último paso que ha de dar el
acreedor para ver satisfecho su interés de cobrar.
EJECUCIÓN FORZOSA EN FORMA ESPECIFICA: FORMA GENÉRICA PECUNIARIO.
La primera consiste en obtener judicialmente la prestación tal y como quedó prefijada en el
título constitutivo de la obligación. En caso de que ni siquiera el juez pueda obtener el
cumplimiento in natura habrá de reconvertirse a un puro resarcimiento pecuniario una vez
que el juez determina el montante del mismo. Se habla en tal caso de cumplimiento por
equivalente (pecuniario) en razón de que la suma de dinero fijada en sustitución de la
prestación debida equivale al menos al valor patrimonial de la prestación no ejecutada.

146) LA INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUICIOS.


NOCIÓN GENERAL Y ÁMBITO DE APLICACIÓN.
La indemnización de daños y perjuicios es de carácter pecuniario. Consiste en la suma de
dinero que el deudor incumplidor ha de entregar al acreedor para resarcirle de los daños y
perjuicios causados por el incumplimiento de cualquier tipo. La indemnización de daños y
perjuicios puede entrar en juego, de forma accesoria y complementaria:
a) En el caso de ejecución forzosa en forma específica, ya que la reclamación del
cumplimiento no excluye la indemnización.
b) En el supuesto de ejecución genérica o cumplimiento por equivalente pecuniario, ya
que tampoco excluye el resarcimiento por daños y perjuicios causados por la falta de
cumplimiento in natura establecido en el titulo constitutivo de la obligación.
c) En el caso de resolución del contrato.
LOS PRESUPUESTOS DE LA INDEMNIZACIÓN.
La indemnización de daños y perjuicios no se genera automáticamente por virtud del
incumplimiento contractual o del acto ilícito, sino que es necesario que se den los
siguientes requisitos o presupuestos: a) Que la actuación del deudor en la relación
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obligatoria de que se trate o las condiciones y circunstancias de la misma (contrato o


responsabilidad extracontractual) lo haga responsable del incumplimiento contractual o
del acto ilícito [34.1 y 31.2]. b) Que el acreedor pruebe o acredite la efectiva existencia de
daños y perjuicios mediante algún medio de prueba, descartándose las meras suposiciones,
previsiones o hipótesis no probadas.

147) CAUSAS DE EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES.


LAS PÉRDIDAS DE LA COSA DEBIDA O LA IMPOSIBILIDAD SOBREVENIDA DE LA PRESTACIÓN.
De la pérdida de la cosa debida parece desprenderse que la imposibilidad que llevará a cabo
la prestación es preferible única y exclusivamente a las obligaciones de dar. Sin embargo, no
es así; dado que la imposibilidad de cumplimiento puede afectar tanto a las obligaciones de
dar cuanto a las de hacer y por extensión a las de no hacer.
EL CARÁCTER SOBREVENIDO Y OTRAS NOTAS DE LA IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO.
La imposibilidad de cumplimiento debe venir provocada por la destrucción física o la
desaparición material de las cosas que son objeto de la prestación. Sin embargo, hay otra
tesis que apunta a que, incluso en relación con las prestaciones de dar, la imposibilidad
sobrevenida del cumplimiento podía ser tanto física como jurídica. Ha de ser en todo caso
objetiva referida al objeto de la relación obligatoria, a la prestación en sí misma
considerada, siendo intrascendentes en principio las circunstancias relativas a la persona del
deudor.
LOS PRESUPUESTOS DE SU EFICACIA EXTINTIVA.
La imposibilidad sobrevenida de la prestación sólo tendrá eficacia extintiva: 1. Cuando
dicha imposibilidad no sea imputable al deudor. 2. Cuando la imposibilidad sobrevenida de
la prestación se produzca con anterioridad a la eventual constitución en mora del deudor. En
caso de deudor moroso, éste responderá incluso del caso fortuito.

148) LA CONDONACIÓN O REMISIÓN DE LA DEUDA.


El CC no recoge expresamente dicho término. No obstante, la tradición histórica y algunos
datos normativos permiten afirmar que, con carácter general condonar, equivale a
perdonar una deuda o renunciar a exigirla, ya se haga; mortis causa, intervivos. El primero
se refiere al legado de perdón y la segunda condonación o remisión, propiamente dicha.

149) LA CONFUSIÓN: NOCIÓN Y CARACTERES.


El CC expresa que se dará extinción de la obligación a causa de la confusión de derechos
cuando se reúnan en una misma persona, los conceptos de acreedor y deudor. El Código
declara ipso iure o automáticamente extinguida la obligación desde el momento en que el
acreedor y deudor se confunden en una misma persona. La coincidencia de acreedor y
deudor puede deberse a circunstancias muy diversas:
A) Inter Vivos: ejemplo, cuando un grupo empresarial estructurado en una S.A., adquiere
una factoría o fábrica del sector.
B) Mortis Causa: la sucesión hereditaria origina desde antiguo frecuentes casos de
confusión, por deber los herederos al causante o viceversa.
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150) LA COMPENSACIÓN: DEFINICIÓN, REQUISITOS Y EFECTOS.


En Derecho privado el término compensar tiene una significación propia y bien definida
como causa de extinción de las obligaciones; la total o parcial extinción de dos deudas
homogéneas cuando sus titulares sean mutua y recíprocamente acreedor y deudor.
REQUISITOS DE LA COMPENSACIÓN:
1) Que cada uno de los obligados lo esté principalmente, y sea a la vez acreedor principal
del otro.
2) Que ambas deudas consistan en una cantidad de dinero, o, siendo fungibles las cosas
debidas, sean de la misma especie y también de la misma calidad, si ésta se hubiese
designado.
3) Que las dos deudas estén vencidas. 4) Que sean líquidas y exigibles.
5) Que sobre ninguna de ellas haya retención o contienda promovida por terceras personas
y notificada oportunamente al deudor.
EL EFECTO DE LA COMPENSACIÓN, es la extinción o liquidación de las deudas recíprocas
homogéneas, dicho efecto tiene lugar en la cantidad concurrente, aunque no tengan
conocimiento de ella los acreedores y deudores.

151) LA NOVACIÓN: LA EXTINTIVA- MODIFICATIVA.


El CC ofrece un doble concepto:
A) En algunos artículos, da a entender que la novación de una obligación conlleva
necesariamente la extinción de ésta última, generándose una obligación nueva.
B) Por el contrario, en otros artículos, el CC parece estar presidido por la idea de que la
alteración de la obligación preexistente o primitiva no supone necesariamente su extinción,
sino que solo ocasionará su modificación.
ALCANCE DE LA NOVACIÓN EXTINTIVA. Puede recaer sobre aspectos subjetivos u objetivos
de la relación obligatoria. 1) Novación subjetiva cuando se produce la sustitución del
acreedor o del deudor por otra persona diferente con intención claramente novatoria. (De
escasa aplicación práctica en la actualidad). 2) Novación objetiva puede afectar tanto al
propio objeto de la relación obligatoria cuanto a los demás aspectos de la misma que no
incidan sobre las personas de acreedor y deudor.
REQUISITOS DE LA NOVACIÓN EXTINTIVA.
1) Que la voluntad o intención novatoria de los sujetos de la obligación no deje lugar a
dudas.
2) La voluntad novatoria ha de ser común a ambos sujetos de la obligación y que, por tanto,
la novación presupone el acuerdo y la consiguiente capacidad contractual de ambos para
contraer una nueva obligación.
3) Que la obligación primitiva u originaria sea válida.
EFECTOS DE LA NOVACIÓN EXTINTIVA.
El efecto o consecuencia fundamental de la novación radica en la extinción de la obligación
primitiva u originaria. En el caso de que ésta sea una obligación compuesta de prestaciones
principales y accesorias la extinción de la obligación principal acarreará de forma
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automática la desaparición de las obligaciones accesorias que se asentaban en ella. No


obstante, en caso de haber algún tercero implicado en la relación obligatoria, objeto de
novación a causa de haber asumida alguna obligación accesoria, el efecto extintivo de la
obligación principal no conlleva necesariamente la extinción de la obligación accesoria.

152) LA CESIÓN DEL CRÉDITO.


LA CESIÓN COMO FACULTAD DEL ACREEDOR SALVO EN CASO DE CRÉDITOS
INTRANSMISIBLES.
Es una facultad del acreedor que éste puede ejercitar por sí mismo y por propia iniciativa,
con independencia de la voluntad del deudor. El acreedor puede disponer de su crédito aun
cuando el deudor no lo sepa o no lo consienta, en caso de que llegue a conocer la cesión. La
cesión del crédito puede encontrar su causa tanto en una compraventa cuanto los actos de
la liberalidad típicos (esto es un legado o una donación). Igualmente, pueden cederse los
créditos con finalidad solutoria, es decir, en pago de una obligación preexistente como en el
caso de la dación de pago y el pago por cesión de bienes.
REGIMEN NORMATIVO DE LA CESIÓN DEL CRÉDITO.
La sustitución del acreedor originario (cedente) por el nuevo acreedor (cesionario) y la
permanencia del mismo deudor (al que, a veces, se le denomina deudor cedido) plantean
una serie de cuestiones:
a) Relación entre cedente y cesionario. Salvo en los supuestos de intransmisibilidad, el
acreedor puede libremente disponer de su derecho en favor del cesionario. Por tanto, la
validez de la cesión depende únicamente de que cedente y cesionario lleven a cabo un
negocio cualquiera.
b) Conocimiento de la cesión por el deudor: relación entre deudor y cesionario. Aunque la
cesión de crédito sea válida y eficaz por el mero consentimiento entre cedente y cesionario,
se comprenderá que el deudor no puede considerarse vinculado a este último más que
cuando llegue a tener conocimiento de la cesión de crédito.
c) La responsabilidad del cedente frente al cesionario: En los casos de cesión gratuita, hay
que entender que el donante-cedente (y, en general, el cedente a título gratuito), aun en el
caso de que el crédito fuera incobrable, no incurriría en responsabilidad alguna.
EFECTOS DE LA CESIÓN.
Dado que la cesión del crédito es una simple novación modificativa de la obligación
preexistente, ésta continúa subsistiendo conforme a su estado anterior: el derecho de
crédito pervive o sobrevive de forma exactamente igual a la que tenía antes del cambio de
acreedor. El cesionario se encuentra en la misma posición en que se encontraba el cedente
y contará con las mismas garantías y derechos accesorios inherentes al crédito originario.

153) SUBROGACION DEL CREDITO Y EL PAGO CON SUBROGACION.


Subrogarse significa suceder a otra persona o a otra cosa en el caso de la subrogación real,
(frecuenten el régimen económico del matrimonio: dinero adquirido con la venta de un bien
privativo es igualmente privativo) en una determinada situación jurídica. Por tanto, en
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ciertos casos, el solvente que paga o satisface al acreedor sucede a este en su posición
jurídica, pasando aquel a detentar la titularidad del crédito y sus accesorios.
SUBROGACIÓN CONVENCIONAL.
Existe en los supuestos de pago del tercero en que el solvente y el acreedor llegan a tal
acuerdo. Para ello se requiere: Que se establezca con claridad. Que el solvente haya
realizado el cumplimiento de la obligación con conocimiento del deudor.
SUBROGACIÓN LEGAL.
De acuerdo con el art. 1.210 del C.C., existe subrogación por imperativo de la ley en los
supuestos siguientes:
1. “Cuanto un acreedor pague a otro acreedor preferente”.
2. “Cuando un tercero, no interesado en la obligación, pague con aprobación expresa o
táctica del deudor.
3. “Cuando pague el que tenga interés en el cumplimiento de la obligación [v.gr., el fiador
subsidiario], salvo los efectos de la confusión en cuanto a la porción que le corresponda”.

EFECTOS DE LA TRANSMISIÓN DE LA DEUDA. Las garantías y accesorios de la obligación


principal, pese a la continuidad de la relación obligatoria, se extinguirán a consecuencia del
cambio de deudor, en contra de lo que ocurre en la cesión de créditos; solo se mantendrán
las obligaciones accesorias relacionadas con terceros que no hubieran dado su
consentimiento a la transmisión de deuda.

154) EL DERECHO DE RETENCIÓN.


Se atribuye al acreedor para conservar bajo su poder y posesión una cosa que está obligado
a restituir a quien se la entregó (sea o no propietario), mientras que este no cumpla con su
deuda: no garantiza responsabilidad en caso de incumplimiento, consiste
fundamentalmente, en una medida disuasoria del posible incumplimiento. Un mecanismo
preventivo en protección del acreedor (al que se le denomina RETENTOR, en cuanto tiene
derecho a mantenerse en posesión de la cosa).
LOS SUPUESTOS LEGALES DEL DERECHO DE RETENCIÓN.
1.- La retención de la cosa mueble o inmueble por el poseedor de buena fe, en tanto no le
sean abonados los gastos necesarios, el precio de adquisición o la cantidad prestada al
transmitente de la posesión.
2.- La retención de la cosa usufructuada (mueble o inmueble) a favor del usufructuario
cuando éste haya atendido a la realización de reparaciones extraordinarias (que, en
principio, son a cargo del nuevo propietario.
3.- El derecho de retención otorgado a quien haya ejecutado una obra en COSA MUEBLE
mientras no le sea abonada.
4.- La facultad de retener (“retener en prenda” C.C.) correspondiente a mandatarios y
depositarios en tanto no se les abone cuanto se les deba respectivamente.
5.- El derecho de retención otorgado al acreedor pignoraticio ante la hipótesis de que el
deudor contraiga una segunda deuda antes de haber pagado la primera.
LOS EFECTOS DEL DERECHO DE RETENCIÓN.
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La consecuencia fundamental de este estriba en dilatar la entrega, restitución o devolución


de una cosa, mientras quien tiene derecho a reclamarlos no cumpla con su obligación. El
retentor se sitúa en una postura pasiva (EXCEEPCIÓN) respecto de la restitución frente a
cualquiera que le reclame la cosa. El derecho de restitución puede ser clasificado como una
SITUACIÓN POSESORIA ESPECIALMENTE PROTEGIDA, por el ordenamiento jurídico en caso
de que encuentre su origen en el mandato de la ley.

155) LA CLÁUSULA PENAL O PENA CONVENCIONAL.


El incumplimiento de la obligación radica en la prueba de los daños y perjuicios que han de
ser indemnizados. Los contratantes más avezados y experimentados salvan estableciendo
una estipulación o cláusula que les libere de la enojosa prueba de los daños sufridos. Por
ejemplo, la inmobiliaria inserta una cláusula en el contrato de obra, en virtud de la cual
tendrá derecho a descontar diez o cien mil euros del precio, por cada día de retraso
OBLIGACIONES CONCLÁUSULA PENAL).
LA PENA SUSTITUTIVA O COMPENSATORIA Y LA PENA CUMULATIVA.
Conforme al art. 1.152.1 la función de la cláusula penal estriba en ser una previsión negocial
sustitutiva de la indemnización de daños y perjuicios: “en las obligaciones con cláusula
penal, la pena sustituirá a la indemnización de daños y al abono de intereses en caso de
falta de cumplimiento, si otra cosa no se hubiera pactado”. La cláusula penal consiste en
una OBLIGACIÓN ACCESORIA, cuya existencia y dinámica dependen de la obligación
principal; y en una OBLIGACIÓN SUBSIDIARIA, sólo exigible al acreedor en caso de
incumplimiento de la obligación principal.
PENA SUSTITUTIVA O COMPENSATORIA, cuando las partes valoran anticipadamente los
posibles daños y perjuicios que el incumplimiento de la obligación puede acarrear al
acreedor. Siendo una valoración anticipada la cuantificación prevista por las partes no tiene
porqué guardar correlación alguna con los eventuales daños y perjuicios; se trata de
considerar una cantidad de dinero bastante elevada que cumpla la función propia de la
cláusula penal:
- De una parte, disuadir al deudor del posible incumplimiento.
- De otra, que el acreedor, en caso de incumplimiento efectivo, se vea suficientemente
resarcido sin tener que probar los daños sufridos.
Se habla de PENA CUMULATIVA en cuanto la reclamación del acreedor acumula pena y
cumplimiento.

156) LA MULTA PENITENCIAL.


El art. 1.153, en su primera parte, reconoce la posibilidad de que la fijación de una multa o
pena se lleve a cabo para permitir a una de las partes desentenderse de una relación
obligatoria constituida. El deudor no podrá eximirse de cumplir la obligación pagando la
pena, sino en el caso de que expresamente le hubiese sido reservado este derecho.
La fijación de la pena desempeña una función contraria a la cláusula pena, en vez de
estimular o incitar el cumplimiento de la obligación, lo que hace es permitir al deudor
liberarse de la obligación mediante el abono de la pena o multa establecida.
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157) LAS ARRAS O SEÑAL.


Desde tiempos antiguos la celebración de ciertos contratos se ha solido acompañar de la
entrega de una cantidad de dinero (o más raramente de otras cosas) conocida con el
nombre de arras.
A) Arras confirmatorias: Entrega de una cantidad de dinero a modo de señal o parte del
precio, realizada por una de las partes de los contratantes.
B) Arras penitenciales: Entrega de una cantidad de dinero por uno de los contratantes,
entendiendo que cualquiera de las partes puede desistirse del contrato celebrado, perdiendo
las arras el que las haya estregado o devolviendo el doble de las mismas el que las haya
recibido. También se llaman Arras de Desistimiento.

158) LA PROTECCIÓN GENERAL DEL DERECHO DE CRÉDITO: LA RESPONSABILIDAD


PATRIMONIAL UNIVERSAL.
El derecho de crédito atribuye al acreedor, el poder de exigir del deudor la observancia de
un determinado comportamiento, se hace conferir al acreedor la posibilidad real de
compeler incluso mediante empleo de medios coercitivos al deudor, para que éste de
cumplida satisfacción a los intereses del acreedor, para evitar que la satisfacción del
acreedor sea ilusoria, caso que el deudor sea recurrente a cumplir, el Ordenamiento
establece la adopción de medidas de protección del derecho de crédito.
RESPONSABILIDAD UNIVERSAL; precisa que todo el patrimonio del deudor es afecto a hacer
frente a las responsabilidades en que incurra su titular, la universalidad se refiere a que
cualquier elemento del patrimonio del deudor puede ser agredido por los acreedores en la
exigencia de esa responsabilidad.

159) EL PRINCIPIO DE LA PAR CONDITIO CREDITORUM Y LA RUPTURA DEL PRINCIPIO: LOS


CRÉDITOS PREFERENTES.
Aunque el C.C. no lo indique expresamente, todos los acreedores de un mismo deudor tienen
igual derecho a ver satisfecho su crédito. La condición de preferente puede estar
fundamentada en causas de muy distinta naturaleza.
A) Algunos créditos son declarados preferentes en razón de la existencia de un privilegio, en
sentido técnico. Atendiendo a la causa de otorgamiento de prelación, cabe hablar de
preferencia privilegiaría.
B) El carácter preferente del crédito deriva de la previa existencia de garantías reales,
prenda o hipoteca. La preferencia atribuida al derecho de crédito no la reconoce la ley
propiamente a este sino al derecho real de garantía, preferencia real.
C) El C.C. reconoce un cierto grado de preferencia a aquellos créditos que, pese a no ser
privilegiados ni estar garantizados por derecho real alguno, consten en escritura pública o
hayan sido reconocidos en sentencia firme. El reconocimiento del carácter preferente de
tales créditos se fundamente única y exclusivamente en el hecho de constar en un
documento público de cuya fecha no cabe dudar, preferencia documental.
D) Los demás créditos habrán de ser considerados no preferentes: “no gozarán de
preferencia los créditos de cualquier otra clase o por cualquier otro título no comprendidos
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en los artículos anteriores, serían los créditos comunes u ordinarios.

160) ORDEN DE PRELACIÓN DE LOS CRÉDITOS PREFERENTES


La determinación concreta de la prelación la lleva a cabo el C.C. de una forma casuística,
utilizando varios criterios:
1.- La causa de la preferencia: Los créditos preferentes de origen documental son siempre de
peor grado que los créditos preferentes que traen causa de los privilegios o de las garantías
reales.
2.- La generalidad o especialidad del crédito preferente. Hay créditos que afectan de forma
especial a un determinado bien (ya sea mueble o inmueble), mientras que otros créditos
inciden con carácter general sobre el patrimonio restante del deudor:
a) Créditos preferentes de carácter especial: - Recaigan sobre bienes muebles: mobiliarios o
- Sobre bienes inmuebles: inmobiliarios.
b) Créditos preferentes de carácter general o créditos preferentes generales, éste es el
criterio para llevar a cabo la tarea casuística de escalonamiento jerárquico de los diversos
grupos de los créditos preferentes.
3.- La antigüedad: Tanto en el supuesto de preferencia real cuanto en el de preferencia
documental, el C.C. otorga prelación al más antiguo de ellos (o el documentado o inscrito
antes), conforme al principio de prioridad temporal.

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