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Se tiene qué El 

león de Nemea (sin un significado específico según la etimologías de las


palabras) era una especie de monstruo atroz perteneciente a mitología griega que vivía en
Nemea. Normalmente se considera que esta criatura mitológica tiene una extensa
descendencia: nacido de Tifón (u Ortro), su padre y Equidna, su madre; teniendo así también
como familia a: Quimera, Esfinge, Cerda de Clazmonia como sus hermanas e Hidra, Cerbero,
Ladón como hermanos.

Aunque claro, esta no es la única versión que existe. Algunos registros proclaman que cayó de
la Luna como la descendencia de Zeus y Selene, o alternativamente, que nació de Quimera.

El propósito de esta criatura fue ser mandado a Nemea en el Peloponeso para aterrorizar a la
ciudad. Sus garras eran más filosas que cualquier espada mortal y su piel dorada era una
impenetrable armadura. Además era poseedor de una gran fuerza. Este monstruo moraba las
tierras de Argólida, aterrorizando a todo aquel que se atreva a acercarse demasiado a las
colinas de Nemea. Cuenta la leyenda que secuestraba a las mujeres indefensas y las llevaba a
su cueva, atrayendo a los caballeros que osen querer rescatarlas. Se dice que cuando estos
llegaban a su cueva, veían una mujer lastimada, y al acercarse, esta se transformaba en el león,
quien los mataba y ofrecía sus huesos al Hades. Sin embargo, el primero de los doce trabajos
de Heracles fue matar al león de Nemea y despojarlo de su piel.

Los leones actuales no son parte de la fauna griega, o europea, actual. Sin embargo, según
Herodoto, existían las poblaciones de leones en antigua Grecia, hasta que se extinguieron en el
100 a.C.

La creciente evidencia arqueológica está revelando que los leones modernos pueden haber
vagado libremente en el sureste de Europa –cambiando, en el proceso, suposiciones de larga
data sobre el arte y la mitología—.

Por supuesto, la historia del león de Nemea es una mera fábula, parte de un elenco ecléctico
de dioses, héroes y bestias fantásticas que poblaron los mitos de la antigüedad. Ciertamente,
hoy en día no hay leones salvajes en Europa.

Pero los arqueólogos de principios del siglo XX en Grecia continental pensaron que podría
haber algo de verdad en la existencia de leones en la región en la antigüedad. ¿Por qué otra
razón estas criaturas aparecen de manera tan prominente—y realista—en el arte de finales de
la Edad del Bronce, así como en los mitos y los informes reales de estudios posteriores del
período clásico, como Aristóteles y Heródoto?

Aunque tales teorías fueron descartadas durante mucho tiempo por otros investigadores, en
1978, dos destacados zooarqueólogos alemanes hicieron un descubrimiento sorprendente.
Durante una excavación en Tirinto—la misma ciudad cuyo legendario rey desafió a Hércules a
entrar en acción—se encontraron con un calcáneo felino cerca de un esqueleto humano. Sin
lugar a dudas, era de un león, concluyeron, y posiblemente de la misma especie que habita en
partes del continente africano en la actualidad.

Pero, a pesar de los rumores que existieron posteriormente resaltando la leyenda del león de
Nemea, el esqueleto y el supuesto monstruo que habitaba en las tierras no coinciden en
tamaño y aún no se han llevado a cabo las investigaciones pertinentes para realizar una
comparación más específica con la especie actual que conocemos todos.

Ya que, se tiene que los leones es un son los únicos félidos que presentan un dimorfismo
sexual en la etapa adulta. Los machos poseen una densa melena, también denominada
guedeja o vedeja, de la que las hembras carecen. El color de la melena va del rubio al negro y
suele oscurecerse a medida que el león envejece.

Registro

En la mitología griega, Tifón es una divinidad primitiva relacionada con los huracanes. Fue el
último hijo de Gea, esta vez con Tártaro, el cavernoso vacío inferior. Tifón intentó destruir a
Zeus por haber derrotado a los Titanes.

En la mitología griega, Equidna era una monstruosa ninfa que pertenecía a la estirpe de las


Fórcides, o monstruos serpentinos femeninos.

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