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El cambio climático no solo provoca el calentamiento superficial y el derretimiento

de los glaciares. El dióxido de carbono que emiten a la atmósfera las actividades


humanas también se disuelve en los océanos del planeta, aumentando poco a poco
su acidez con el tiempo. Eso se traduce en problemas para los corales.

Los corales pueden parecer rocas inmóviles, pero estas resistentes


fortificaciones son el hogar de animales de cuerpo blando. Estas criaturas –los
pólipos del coral– construyen sus enormes arrecifes a partir de carbonato de calcio
empleando iones de carbonato extraídos de las aguas circundantes. Pero a medida
que caen los niveles de pH, estos iones se agotan y los corales empiezan a quedarse
sin su cemento químico. Como consecuencia, los corales encuentran dificultades
para construir sus hogares en aguas ácidas.

Los científicos predicen que, si los niveles de dióxido de carbono se duplican, las
capacidades de construcción de arrecifes de los corales del mundo podrían
desplomarse un 80 por ciento. Si no pueden reconstruirlos a una velocidad
suficiente para ajustarse a los procesos naturales de degradación y erosión, los
arrecifes empezarán a desaparecer.

V E R G A L E R Í A

Maoz Fine y Dan Tchernov, del Instituto Interuniversitario de Ciencias del Mar,
Israel, han descubierto que los corales tienen una forma de hacer frente a la falta de
hogar. Criaron algunos fragmentos de dos especies de coral europeas en
condiciones mediterráneas normales y otros en agua ligeramente más ácida, con un
pH de 0,7 unidades superior.

Los que pasaron un mes en el tanque ácido sufrieron una rápida transformación. El
esqueleto se disolvió y la colonia se disipó. Los pólipos expuestos y solitarios,
parecidos a pequeñas anémonas, se fijaron a superficies rocosas. Cuando las
condiciones son duras, los corales se vuelven blandos.

Incluso sin sus esqueletos protectores, sobrevivieron más de un año y parecían vivir
con normalidad. Prosperaron, se reprodujeron con normalidad y mantenían las
algas simbióticas que les permitían producir energía a través de la fotosíntesis. Y
cuando los colocaron en condiciones normales, abandonaron rápidamente su
independencia y reformaron las colonias y las coberturas duras.

Los hallazgos de Fine y Tchernov sugieren que los corales podrían ser capaces de
sobrevivir a los futuros cambios en el clima adoptando estilos de vida libres y con
cuerpos blandos. Y existen pruebas de que han empleado este truco antes. Los
esqueletos duros de los arrecifes de coral se fosilizan fácilmente, pero existen
grandes vacíos en el registro en los que no hay arrecifes. Estos vacíos podrían
representar periodos en los que los corales se encontraban en su fase de cuerpos
blandos.

Pero, aunque este nuevo descubrimiento resulta esperanzador, no debería


tranquilizarnos. Aunque los corales podrían aguantar con otra forma, la gran
diversidad de especies que dependen de ellos pueden desaparecer para siempre sus
arrecifes se desvanecen.

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