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Oligopolio: Este caso se presenta cuando hay pocas empresas que tienen
influencia en cuanto a la decisión de producir, y los precios que se ofrecen en
el mercado de sus productos, influyendo en los beneficios de las otras
empresas que participan en la industria; ejemplo, las compañías de aparatos de
telefonía, automovilísticas, etc.
PETRÓLEOS MEXICANOS: DEL
MONOPOLIO A LA GOBERNANCIA DE
EMPRESA
A finales de los 90, diversas compañías petroleras a nivel internacional llevaron
a cabo una serie de fusiones y adquisiciones, reflejando un interés por la
racionalización de sus estructuras organizacionales. Por medio de una
reducción de su personal y una reorganización basada en la especialización de
sectores y la complementariedad entre éstos, buscaron enfrentar la creciente
competitividad a nivel internacional, en un contexto donde los riesgos
económicos, geopolíticos y climáticos se multiplican sin cesar. Dicha
reorganización administrativa de las sociedades petroleras nacionales tuvo por
objetivo satisfacer la demanda interna de combustibles y regular el desarrollo
económico e industrial de su país.
Sin embargo, si bien Pemex logró responder a las metas que se le asignaron
durante varios años, esta política terminó por generar efectos
contraproducentes. La compañía se convirtió en una empresa deficitaria, cuyo
funcionamiento pasó a depender de las subvenciones del Estado y de un
endeudamiento sumamente elevado. El modelo de industrialización por
substitución de importaciones (ISI) favoreció una economía cerrada y
proteccionista, lo que produjo que el precio del petróleo resultara de una
decisión política y no en función del mercado internacional. Por un lado, la
capacidad de autofinanciamiento de la compañía alcanzó sus límites y dejó de
satisfacer la cada vez mayor demanda de las industrias mexicanas en
expansión. En este sentido, la falta de autonomía presupuestaria hizo que el
consorcio se volviera sumamente dependiente de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público. Por otro lado, el hecho de no contar con los recursos para
invertir en la exploración de crudo, aunado a una planeación inadecuada y un
nivel de transparencia de la información y rendición de cuentas prácticamente
inexistente, puso en duda la credibilidad que la empresa proyectaba hacia el
exterior. Pemex se convirtió así en un aparato lento e inoperante, controlado
por una burocracia sindical.
Reformando a Pemex
Pensar en una reforma de Pemex trae consigo una serie de preguntas: ¿Cómo
instaurar una lógica de mercado en un monopolio de Estado? ¿Qué medidas
adoptar? ¿Cómo internacionalizar una empresa que se había dedicado a
responder a la demanda local? ¿Cómo forjar una nueva cultura empresarial al
interior del sindicato petrolero si éste aún funcionaba bajo el modelo
corporativista? ¿Cómo introducir criterios de responsabilidad social - basados
en la transparencia de la información y en la responsabilidad financiera - en
una organización donde prevalecía la tradición discrecional? ¿De qué manera
Pemex lograría contribuir a la democratización del país?
Si bien la política petrolera, como cualquier otro programa sectorial, tuvo que
coordinarse con la apertura de la economía bajo el paradigma neoliberal, esta
armonización se aceleró a partir de la presidencia de Carlos Salinas de Gortari
(1988-1994), debido a un doble proceso: la entrada de México al GATT (General
Agreement on Tariffs and Trade) y, sobre todo, las negociaciones en torno al
TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Concretamente, las
reformas puntuales a Pemex como organización fueron posibles gracias a la
salud financiera de la sociedad nacional al inicio de la presidencia salinista, y a
la mayoría en el Congreso con la que contaba el gobierno en turno. A su vez, el
debilitamiento del sindicato petrolero tras el arresto de su líder, así como el
ascenso al poder de una nueva élite política - los tecnoburócratas[4] -
representan fenómenos clave que encauzaron los cambios a llevar a cabo en
el sector energético.
La diferencia principal entre los modelos recae en una visión distinta respecto
a las empresas públicas. En el primer caso, el Estado sigue siendo una
referencia significativa, por lo que no se busca conferir obligaciones fiscales o
sociales a la sociedad nacional, y los ingresos pasan directamente al gobierno
nacional. Contrariamente, el segundo caso traslada los criterios de
funcionamiento de una compañía privada a los de de una institución estatal.
Por otro lado, el concepto de eficacia también se interpreta de manera
distinta. Los economistas se basaron en criterios de naturaleza económica y
fiscal para fortalecer el rol fiscal y social de Pemex, mientras que los
empresarios buscaron integrar las nociones empresariales y otorgar
autonomía financiera a la entidad para hacerla más responsable y sustentable.
Sin embargo, al elaborar una evaluación final de los éxitos y fracasos de las
reformas al sector energético en México, los resultados tuvieron, en términos
generales, un impacto relativamente limitado. Si tomamos como punto de
partida el hecho de que la reforma de una empresa pública busca simplificar y
despolitizar los objetivos y el funcionamiento de ésta - por medio de nuevos
criterios de reclutamiento, basados en la meritocracia y la profesionalización -;
mejorar el proceso de toma de decisiones, particularmente en lo que
concierne a las inversiones del sector privado; así como ampliar el margen de
acción y cumplimiento de las regulaciones vigentes; ¿cómo explicar el fracaso
de la reforma energética en México?
Un gobierno dividido
Conclusión
Por lo tanto, ¿cuáles son los objetivos que una reforma petrolera debería
contemplar? Por un lado, la iniciativa debe conservar su tentativa hacia la
apertura a la inversión privada, siguiendo una secuencia legal, institucional y
operativa que dé certidumbre a todos los mexicanos de que efectivamente las
reformas se están haciendo para proporcionar al país mejores alternativas de
desarrollo, y que también dé certidumbre jurídica a los coinversionistas de
Pemex. Por otro lado, gran parte de la problemática que se vive hoy tiene que
ver con una percepción generada años atrás a partir del modelo corporativista
- que operaba de manera poco transparente y que se niega a una
reorganización, argumentando que una transformación de Pemex implica un
daño a la nación. Por consiguiente, la nación debe comprenderse más allá de
la empresa del Estado, más allá de Pemex. Concretamente, el debate sobre la
sociedad nacional no debe centrarse en si está a favor o en contra de la
soberanía nacional, pues se trata de otorgar para México la posibilidad de
aumentar el dinamismo económico, de crear nuevas instituciones mejor
adaptadas a sus necesidades - otras formas de organizarse -, de desactivar los
centros de veto tales como los sindicatos, y de inaugurar una nueva relación
entre el gobierno, el mercado y los ciudadanos, en aras de cimentar un
modelo más democrático al actual.
Fuentes de Referencia
http://www.elpais.com/articulo/internacional/tesoro/petroleo/imposible/a... ,
http://www.oecd.org/document/28/0,3343,fr_2649_33733_39412892_1_1_1_1,00...
http://www.imf.org/External/Pubs/FT/SURVEY/fre/2008/073108F.pdf
http://www.consultaenergetica.df.gob.mx/,
http://www.letraslibres.com/index.php?art=12763
http://busquedas.gruporeforma.com/reforma/Documentos/
DocumentoImpresa.as...
http://www.exonline.com.mx/diario/columna/293834
http://www.exonline.com.mx/diario/columna/293834
Televisa y Azteca ¿duopolio
televisivo?
La autorización para que el círculo del monopolio de Televisa sobre las comunicaciones se
complete, tiene raíces profundas y antiguas. Y si bien se trata de un asunto económico, es
decir, de quien domina el mercado mexicano de los contenidos y los servicios en línea, para
que tal control pueda darse se necesitan decisiones políticas. La Comisión Federal de
Competencia no cuenta ni con el poder ni con la autonomía suficientes para ejercer una
verdadera vigilancia sobre las empresas para que éstas no devengan en monopolio. El
sistema presidencialista lo impide, la corrupción imperante en el medio lo hace inviable.
Las pruebas de que no se pretende regular la actividad económica de las empresas de
telecomunicaciones son múltiples. Luego de las privatizaciones de los años 90, la supuesta
competencia que significaría la aparición de Azteca y luego de Canal 40, así como la
presencia de MVS, se fueron diluyendo. Azteca logró apoderarse de Canal 40 sin que nadie
hablara de prácticas monopólicas; Televisa concentra la mitad de los sistemas de cable y la
totalidad de los satelitales a través de Sky. Los consorcios del Ajusco y de Chapultepec se
unieron en contra del Cofipe de 2007 y dejaron a un lado sus diferencias, y ahora la compra
de 50% de Iusacell por un monto de mil 600 millones de dólares los acerca aún más. Hay
quien dice que la cantidad es tan elevada que pareciera una compra o fusión de los dos
grupos televisivos para formar una entidad acaparadora de la distribución, los contenidos y
los servicios de la red. Si revisamos los números de esas empresas, vemos que la hipótesis
de la concentración no parece tan alejada de la realidad. Las ventas netas de Azteca y
Televisa no han dejado de aumentar de 2004 a 2010, sin embargo la primera se mantuvo en
alrededor de 9 mil millones de pesos y pasó en 2010 a 11 mil 554 millones de pesos. Por su
parte Televisa tuvo ingresos crecientes en cada año hasta pasar de 31 mil millones en 2004
a 57 mil 856 millones en 2010. Sobre estas ventas, las utilidades netas fueron también muy
diferentes: para Azteca se reportan en 2 mil 318 millones de pesos y para Televisa en 8 mil
515 millones de pesos (casi lo mismo que reporta para 2011 Banorte-IXE). Un elemento
más que habla de la penetración de ambas empresas en el entramado económico del país
son sus consejos de Administración. En el de Televisa figuran algunos de los empresarios
de los conjuntos más poderosos: Grupo México, Grupo Bal, Fomento Económico
Mexicano y Coca-Cola-Femsa, Grupo Modelo, Bacardí Limited, entre otros. En el
organigrama de Azteca aparecen presidentes de Casas de Bolsa: ABACO, exfuncionarios
de bancos y de empresas pequeñas de madera e inmobiliarias. En las fundaciones de ambas
empresas hay también notables diferencias en programas, donaciones y aliados para
allegarse fondos. Un ejemplo: todos los bancos apoyan el programa Bécalos de Televisa
mediante la oferta de una posibilidad de donar a través de los cajeros automáticos. En su
Consejo Consultivo aparecen ocho intelectuales, además de empresarios. Nada de esto
sucede en Azteca. La concentración sirve para aumentar la rentabilidad, fijar precios,
calidad y extensión de la oferta y obligar a los poderes públicos a reglamentar en sustento
de este proceso. Así ha sucedido en México por lo menos desde Miguel de la Madrid.
Fuentes de Referencia
https://www.proceso.com.mx/cultura/2012/1/30/televisa-azteca-duopolio-televisivo-
98094.html
“Una nueva tienda cada 8 horas: cómo la
mexicana Oxxo se convirtió en la mayor
tienda minorista de América Latina”
Puedes comprar alimentos, enviar dinero, pagar cuentas, cargar el celular y -en
algunas tiendas piloto- recibir productos comprados en Amazon.
En cada país le llaman de una manera distinta: tienda de barrio, el local de la
esquina, minimarket, comercio local... en fin. No es fácil encontrar el nombre
correcto porque cuando piensas en la tienda de la esquina, generalmente te
refieres a un pequeño negocio familiar donde te saludan por tu nombre. Y eso no
es Oxxo.
Se podría decir que la cadena es una versión evolucionada, a gran escala, de lo
que solía ser "la tienda de la señora María", solo que este modelo de negocio
funciona a través de alianzas con empresas multinacionales y tiene un músculo
financiero enorme. De alguna manera, encierra un contrasentido: es un gigante de
tamaño pequeño.
Es tal la diversificación de productos y servicios que ha sumado la red de tiendas
Oxxo en México, que su rápido crecimiento le ha permitido convertirse en la mayor
empresa de comercio minorista de América Latina por número de locales. (Si la
medición es por volumen de ventas, Walmart lleva la delantera).
Con un aumento en las ventas de 7% en 2016, la cadena abrió 1.164 tiendas,
incluyendo 19 en Colombia. Y en Chile, la empresa compró a Big John, otro
comercio a pequeña escala que maneja 49 locales.
Según Miguel Tortolero, analista de alimentos y bebidas de GBM Grupo Bursátil
Mexicano, hay tres claves que podrían explicar el éxito de la compañía:
¿QUÉ ES FEMSA?
Competencia feroz
Con ese gigante comercial como casa matriz, no es extraño que Oxxo cuente con
16.000 establecimientos en la región, casi la mayoría en México.
Competidores como 7-eleven, Círculo K y Extra, han utilizado un modelo de
negocios similar al de Oxxo, solo que no han contado con el respaldo financiero de
su principal rival.
En América latina tienen competidores como OK Market, Spacio 1, Punto, Upa.
"Todos ellos al igual que FEMSA están haciendo esfuerzos por penetrar una
industria altamente fragmentada", comenta Miguel Tortolero.
Una competencia feroz en el mercado minorista, dado que no se trata de vender
comida, bebida y cigarrillos, como solía ser en el pasado.
Fuentes de Referencia
https://www.bbc.com/mundo/noticias-41418644