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Los Godos y la Epopeya Española.

Ramón Menéndez Pidal

Origen de la épica medieval española

Menéndez Pidal señala que al señalar el origen godo de la epopeya española se enfrenta con
dos negativas:

1) Fobia antitedesca: señalar el origen germánico de la epopeya española implicaría lo


mismo para la francesa, cosa que es negada por casi todos los expertos desde Bédier.
2) Poetización colectiva: ya que si se admite este origen germánico implica una larga
tradicionalidad ininterrumpida que suprimiría la función creadora del individuo.

Los godos en el oriente de Europa: sus cantos épicos

Los germanos, todas sus estirpes usaban canciones que servían de memorias y anales. Y los
historiógrafos se ven obligados a recurrir a relatos eminentemente fabulosos a pesar de la
reacción despreciativa que suscitan en los doctos. La abundancia con que se producía entre los
godos esa literatura de cantos nacionales, desconocida entre los romanos queda atestiguada
en las crónicas. Al igual que pasaría con la historiografía posterior, por ejemplo la alfonsí.

Ejemplos: la ciudad sumergida y la libertad de un pueblo por el precio de un caballo.

Continuidad de la épica heroica. Los godos en España

Los pueblos germánicos establecidos en el derruido imperio romano siguieron conservando


sus cantos historiales antiguos a la vez que siguieron noticiando en cantos nuevos los sucesos
recientes. Los nuevos héroes no se extendía a varias extirpes germánicas como los antiguos
sino que su gloria quedaba reducida al ámbito de su propia nación nueva.

Estamos en la “edad oscura” de la Historia, que en España es edad oscurísima.

Ejemplo: Venablo: Godos de Eurico en las Galias, el cantar del rey Sancho el de Zamora y en
relación con el arco de Carlomagno de la Chanson de Roland.

La cristianización y romanización de los godos no contrariaba los cantos historiales, sino solo
aquellos que tuviesen cierta mitología pagana incidental. No es verosímil que los cantos
heroicos fuesen olvidados en la península ya que estaban en uso en el siglo V en los funerales
de Toedoredo en Aquitania y en Francia en el siglo IX, pueblos coetáneos fuera de España.

San Isidoro y los “Carmina Maiorum”

En su Institutionum Disciplinae recomendaba como enseñanza para la infancia del joven de


noble nacimiento entre las primeras letras, la gramática, etc. los cantos de los antepasados
(carmina maiorum) por los cuales se sienten los oyentes estimulados a la gloria; alusión clara a
los cantos heroicos.

Esta conmemoración de hechos hazañosos mediante el canto, costumbre extraña a toda la


vida romana de entonces, tiene, según San Isidoro, como finalidad el que los oyentes se
sientan incitados a la gloria.

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Esto indica que los godos en España, durante el primer cuarto del siglo VII no habían olvidado
los cantos heroicos de que en los siglos III y IV nos dan testimonio los historiadores, y que el
clero lejos de oponerse a tales recuerdos, los preceptuaba para la educación de los jóvenes.

El espíritu gótico en España

La poesía épica española florece en los siglos XII y XIII. Se puede pensar que nace en esos siglos
bajo el influjo de la épica francesa.

Los godos por su parte pueden ser mirados como el cimiento de la vida política y social en
España que sobrevive a la ruina del reino visigodo.

Los reyes de Asturias en los siglos VIII y IX se mostraron como descendientes y continuadores
de los reyes toledanos.

Algunos historiadores de finales de la Edad Media ponían gran énfasis en el hecho de que los
reyes de León y Castilla descendían directamente del primer rey godo del Oriente, Atanarico, y
del conductor de los godos hacia el Occidente, Alarico. España estaba regida desde hace más
de mil años por una misma familia, continuidad dinástica asombrosa de que no puede
gloriarse ningún otro pueblo.

Los españoles siempre vieron en los godos la fuente de toda nobleza. La idea de la noble
sangre goda en España tiene muy poco de fundamento racial y mucha fantasía.

El goticismo se vigoriza después de la invasión musulmana

En la primera Historia de España, Paulo Osorio (418) ve en la entrada de los godos a la


Península como un hecho providencial en pro del sostenimiento del mundo romano. San
Isidoro en el siglo VII ensalza la florentísima estirpe de los godos como feliz magnificadora de la
Hispania romana.

La invasión islámica no causó en modo alguno ruptura con el pasado visigótico, los mozárabes
y los cristianos del Norte seguían copiando y leyendo los libros doctrinales de San Isidoro, la
historia que escribían se preciaba de ser continuadora de la isidoriana sin tener en cuenta la
superior historiografía árabe y se regían por las leyes godas.

La destrucción del reino toledano en lugar de mermar el influjo del espíritu germánico, lo
reafirmó y propagó con fuerza.

Ejemplo: el derecho que estaba regido por el influjo de la Iglesia y la legislación romanizada
(Fuero Juzgo) tras la invasión musulmana los usos góticos se desarrollaron y extendieron con
sorprendente vigor. El derecho consuetudinario del reino godo (no fijado en ninguna Lex
Visigothorum) afloró en: la venganza de sangre, el duelo judicial, la responsabilidad colectiva,
los compurgadores y la prenda tomada sin intervención del juez, etc.

Densidad del ambiente germánico en la epopeya

El costumbrismo épico, saturado de usos germánicos propios de la clase guerrera necesita una
explicación histórico-literaria: los cantos de los antepasados germánicos estaban en uso tanto
en la España goda como en la Francia merovingia y carolingia.

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Ejemplo: la venganza de sangre, contraria al Derecho romano aparece como tema predilecto
de la épica, es arbitrario pensar que un artista original basándose en hechos reales crease de la
nada un género de poesía truculenta, ni que la literatura vindicativa naciese de forma
espontanea. Sólo continuando la gran tradición germánica puede explicarse que la literatura
nacional de dos pueblos tratase temas que los clérigos latinizantes nunca hubiesen tocado.

Género literario con objetivo social-político

La literatura latina carecía de una poesía nacional y popular que “estimulase la gloria”.

La épica no es un divertimento ocioso, es arte para la vida pública, poesía propia de la clase
guerrera.

La teoría individualista: ve los cantares de gesta como un género literario nuevo, inventado en
Francia en el siglo XI, en vista de dispersos antecedentes latinos imitado luego en España. Se
trataría de un conjunto de novelas caballerescas en verso.

La teoría tradicionalista: ve el género épico, no como unas novelas de puro entretenimiento


sino como poemas heroico nacionales proveniente de los cantares de gesta y la única
explicación razonable consiste en enlazarlo directamente con los cantos historiales de los
pueblos germanos, que sabemos con certeza haberse continuado en la Hispania visigoda y en
la Galia merovingia y carolingia. Es preciso tener presente que en muchas ocasiones un uso de
cantos tradicionales vive durante siglos en estado latente.

¿Cómo hacer visible el enlace entre los cantos godos y los cantos españoles conservados?

El lazo de unión tradicional entre la épica goda y española estaría en algunos temas que
pasaron de la primera a la segunda.

1) Reyes Vitiza y Rodrigo (últimos reyes de la monarquía hispano-goda). Estupro que se


comete contra la hija del conde Julián de Tanger quien ofendido abre las puertas a los
moros para que invadan España. Leyenda que perduró y contiene recuerdos de
algunos temas fabulosos germánicos y romanos. Esta tradicionalidad es perfectamente
demostrable.
2) Walther de España o de Aquitania, según los individualista basta el poema latino
Waltharius escrito en el siglo X por el monje Ekkehard. Sin embargo puede encontrarse
al mismo Waltharius en un poema anglosajón, Waldere. Para el monje es rey de los
francos mientras que para el poema es rey de los burgundios, siendo esto último lo
más conforme con la historia, Gundicarius. Hay versiones alemanas y noruegas de la
misma leyenda.
3) La leyenda de la liberación de un pueblo por el precio de un caballo. Según Jordanes, el
cuento de viejas que no merece mucha atención es que los godos estuvieron
reducidos a la servidumbre hasta que un héroe los liberó por el precio de un caballo,
no dice dónde ni quién. En la gesta de Fernán González, éste libera a los castellanos de
la dominación leonesa, ya que el rey de León se encapricha con el caballo del conde y
este se lo vende al precio usual de mil marcos con la condición de que se pague en un
día fijo y si no fuese pagado por cada día se duplicaría la cantidad al gallarín, se hace
una suma tan enorme que el rey debe declarar libre al condado de toda servidumbre

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de vasallaje. Existen seiscientos años de diferencia entre una y otra, sin embargo el
extravagante tema que solo aparece entre los godos orientales en el siglo VI y entre los
juglares castellanos del XIII, es una positiva demostración de la invisible cadena
tradicional.

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