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Tratamiento quirúrgico
de la enfermedad pilonidal
X. Barth, E. Tissot, O. Monneuse

La enfermedad pilonidal es una afección frecuente, que afecta sobre todo a adolescentes
y adultos jóvenes. Corresponde a una cavidad seudoquística que contiene pelos y que se
localiza en la mayoría de las ocasiones en la región sacrococcígea. Es una fuente de
infección aguda o crónica, que ocasiona dolor y una alteración de la calidad de vida, con
repercusión sociolaboral. Su tratamiento es exclusivamente quirúrgico y es motivo de
controversia, debido al período de cicatrización de algunas técnicas y al riesgo de fracaso
o de recidiva posterior. En el período de abscedación, lo más corriente es realizar un
desbridamiento simple en primer lugar. En la fase de supuración crónica, se puede
plantear un método conservador poco invasivo (pero con recidivas frecuentes) o una
extirpación radical de todas las lesiones, seguida según los casos de una cicatrización
dirigida, de un cierre cutáneo primario o de una intervención de cirugía plástica.
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Palabras Clave: Enfermedad pilonidal; Quiste sacrococcígeo; Absceso pilonidal; Escisión;


Legrado conservador; Cicatrización dirigida; Cirugía plástica

Plan Su benignidad contrasta con la magnitud de su


morbilidad y de su riesgo de recidiva. Además, en la
actualidad no existe aún ningún tratamiento ideal a
¶ Introducción 1
pesar de la diversidad de las técnicas propuestas [3].
¶ Etiopatogenia 1
Etiopatogenia congénita 2
Etiopatogenia adquirida 2
■ Etiopatogenia
¶ Anatomía patológica 2
¶ Formas clínicas 2 Se trata de una afección frecuente, que supone el 15%
de las supuraciones de la región anoperineal y el 68%
¶ Tratamiento 3
de las supuraciones independientes del ano y del rec-
Métodos conservadores 3
to [4]. En Francia, por ejemplo, afecta a alrededor de
Técnicas de exéresis 3
7.000 personas al año y se produce sobre todo en
Indicaciones terapéuticas 6
varones, pues afecta al 1% de la población masculina y
al 0,1% de la población femenina. En este mismo país,
es responsable de 2.000 de las 18.000 intervenciones
quirúrgicas no ambulatorias según los datos del Progra-
■ Introducción mme de Médicalisation des Systèmes d’Information
(PMSI) [5].
La enfermedad pilonidal, aún denominada quiste o Esta afección se produce en adolescentes y adultos
sinus pilonidal, es una infección aguda o crónica que jóvenes, con un promedio de edad de 19-29 años [6-9].
suele afectar a la región sacrococcígea. Se trata de una Es infrecuente después de los 40 años. Predomina en
afección frecuente, que debe sospecharse ante cualquier personas de piel blanca con abundante vello y es poco
supuración del pliegue interglúteo [1]. En cambio, el habitual en las de origen africano o asiático [3, 10].
término de quiste sacrococcígeo debe evitarse, pues no La obesidad del paciente suele ser un dato destacado.
hay relación alguna con el sacro o el cóccix, al igual que El grosor de la grasa subcutánea sacrococcígea y un
el de fístula sacrococcígea, en la medida en la que esta índice de masa corporal (IMC) elevado serían factores de
supuración de la región anal nunca alcanza el conducto riesgo de enfermedad pilonidal [11-13].
anal. El hecho de que esta afección se observe sobre todo
Mayo describió el primer caso en 1833 y Anderson [2] entre la pubertad y los 40 años de edad sugiere una
en 1847 denominó a esta afección hair extracted from an intervención de las hormonas sexuales sobre las glándu-
ulcer. Fue Hodges quien, en 1880, le puso el nombre de las pilosebáceas [3]. Otros factores favorecedores también
enfermedad pilonidal, pues suelen encontrarse pelos en tienen que considerarse, como la falta de higiene y, en
la cavidad quística. especial, los roces repetidos. Este último parámetro le ha

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valido el nombre de enfermedad del jeep, por su fre-


cuencia en los conductores jóvenes del ejército
■ Anatomía patológica
estadounidense [14]. Se trata de una cavidad seudoquística de bordes
No existe una única hipótesis etiopatogénica respecto granulomatosos, que se sitúa en el tejido celular subcu-
a la enfermedad pilonidal y se han propuesto dos táneo del surco interglúteo, frente al sacro y al cóccix.
teorías, una congénita y otra adquirida. Se comunica con la piel por uno o varios trayectos
fistulosos epidermizados que se abren en la línea media
a nivel de orificios cutáneos escalonados denominados
Etiopatogenia congénita fositas, a unos 4-8 cm de distancia del margen anal.
Además de estos orificios mediales del surco interglúteo,
Las fositas coccígeas serían cicatrices embriológicas puede haber orificios secundarios laterales, que corres-
resultantes de anomalías de la formación del tejido de ponden a extensiones supuradas de la cavidad primaria.
revestimiento por un defecto de coalescencia a nivel del Esta cavidad contiene pelos más o menos largos y
rafe medio del tejido subcutáneo derivado de las lámi- numerosos (no hay otros elementos epidermoides), que
nas mesoblásticas. El sinus pilonidal se produciría por pueden salir por las fositas mediales. Siempre están
anomalías del cierre del tubo neural por fusión, en el 5.° sueltos, desprovistos de folículos pilosos y pueden
mes de vida fetal, del tapón cloacal y del conducto extraerse con facilidad [3, 4, 10].
neuroentérico, lo que provoca la aparición de un sinus Desde el punto de vista microscópico, los trayectos
que comunica con su origen mediante un trayecto fistulosos están revestidos por un epitelio queratinizado,
fistuloso o que ha perdido cualquier comunicación con mientras que la cavidad profunda corresponde a un
el exterior [1, 3]. seudoquiste cuyas paredes están constituidas por un
Esta teoría, que se propuso hace mucho tiempo, se ha tejido de granulación de citología polimorfa.
puesto en entredicho en la actualidad por muchos
argumentos: ■ Formas clínicas
• el sinus pilonidal se sitúa en posición caudal y no
lumbar; La enfermedad pilonidal puede ser asintomática,
• nunca se comunica con la duramadre; manifestarse por un absceso agudo o en forma de una
o varias fístulas crónicas, con una incidencia del 3,2,
• su revestimiento es un tejido de granulación y no un
29,6 y 67,2% de los casos, respectivamente, según
epitelio cuboideo;
Doll [20] en una serie de 1.731 pacientes.
• no es más frecuente en presencia de anomalías de
Las formas asintomáticas se caracterizan por el descu-
tipo espina bífida; brimiento fortuito a nivel del surco interglúteo, 4-8 cm
• las lesiones cutáneas que acompañan a las malforma- por encima del margen anal, de uno o varios trayectos
ciones neurológicas distales no tienen el mismo no inflamatorios por los que salen en ocasiones uno o
aspecto clínico; varios pelos.
• esta teoría no explica la presencia de pelos en la El absceso agudo suele ser la manifestación inaugural
cavidad pilonidal; (54% de 116 pacientes en la serie de Sondenaa [9]), pero
• por último, la exéresis completa del sinus pilonidal también puede aparecer en la evolución de una fístula
no impide la recidiva. crónica. A los pocos días aparece una tumefacción infla-
También se han propuesto fenómenos de inclusión de matoria y dolorosa localizada o bien en la línea media del
células dérmicas durante la embriogénesis, a pesar de pliegue interglúteo o bien en forma de extensiones
carecer de pruebas histológicas [15]. laterales que no deben confundirse con un absceso del
glúteo ni del margen anal. La evacuación del pus puede
ser espontánea, lo que alivia en parte al paciente.
Etiopatogenia adquirida Por el contrario, la enfermedad pilonidal puede pre-
sentarse en forma de una supuración crónica intermitente
En 1946, Patey y Scarff [16] sugirieron la penetración del pliegue interglúteo, bien de entrada o bien después de
progresiva de pelos en el tejido celular subcutáneo, un absceso agudo no tratado. El dolor y la supuración
favorecida por los microtraumatismos repetidos (roces aparecen en el 84 y el 78% de los casos, mientras que
del surco interglúteo), lo que provocaría la formación de pocas veces hay hemorragia [21]. En la exploración se
una cavidad seudoquística rodeada de un tejido de observan uno o varios orificios primarios a nivel del surco
granulación que contiene pelos sin bulbo y cuyo interglúteo sobre la línea media por los que drenan
extremo distal se dirige hacia la profundidad de la serosidades o pus. Lateralmente, puede haber uno o
cavidad [14, 17-19]. varios orificios secundarios que comunican al menos con
La coexistencia de un surco interglúteo profundo uno de los orificios mediales [3]. Estas formas crónicas
(más frecuente en pacientes obesos), de un pelo libre evolucionan habitualmente por brotes inflamatorios más
cuya estructura en escama le permite penetrar en la o menos intensos con una supuración intermitente.
dermis y de una fragilidad cutánea hace posible crear las El diagnóstico es evidente y la exploración de estos
condiciones de la aparición de un sinus pilonidal. orificios con un estilete muestra su situación extraanal,
Hay dos argumentos que corroboran esta teoría: aunque en el 7% de los casos [22] puede fusionarse en
• la posibilidad de verdaderas recidivas después de una dirección al ano, sin comunicarse nunca con el con-
ducto anal. La búsqueda de una criptitis en la anoscopia
cirugía de exéresis amplia;
siempre es negativa.
• la existencia de lesiones similares descritas en los
Después de una evolución prolongada, de tratamien-
espacios interdigitales (en los peluqueros y los esqui- tos quirúrgicos diversos o de una antibioticoterapia
ladores de ovejas), en la región periumbilical, a nivel repetida, pueden observarse remodelaciones inflamato-
de la cara y el cuero cabelludo y en un muñón de rias crónicas considerables con orificios fistulosos
amputación. múltiples que simulan una enfermedad de Verneuil [14].
Es posible que la realidad sea mixta [4], con un papel Cuando se observa una recidiva tras el tratamiento,
doble de los pelos: penetración del extremo libre de los puede tratarse de una continuación de la evolución en
pelos a nivel del surco interglúteo en un folículo el primer año, mientras que más tarde se sospecha una
previamente perforado [19] o en una fosita congénita o nueva enfermedad pilonidal.
bien crecimiento invertido de pelos a partir de la Se han descrito casos excepcionales de degeneración
superficie en un folículo roto y obturado por queratina. a largo plazo [23-26].

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■ Tratamiento
El sinus pilonidal no tiene ninguna tendencia a la
curación espontánea. Su tratamiento es esencialmente
quirúrgico y la antibioticoterapia sólo se plantea como
profilaxis perioperatoria.
Se han propuesto muchas modalidades terapéuticas,
lo que demuestra la frecuencia de los fracasos y de las
recidivas. Su evaluación se enfrenta además al problema
del seguimiento a largo plazo de una población de
adultos jóvenes que tienen una gran movilidad
geográfica [14].
De forma esquemática, pueden distinguirse los méto-
dos conservadores y las técnicas de exéresis.

Métodos conservadores Figura 1. Drenaje filiforme.


Los distintos procedimientos conservadores implican
la realización de intervenciones repetidas bajo anestesia
Después de ampliar los orificios cutáneos y de realizar
local y de forma ambulatoria, con interrupciones cortas
el cateterismo y el legrado de los distintos trayectos, se
pero repetidas de la actividad laboral. Conllevan una
introduce un drenaje filiforme elástico por el orificio
tasa media de recidiva del 30% en los 2 primeros
primario y se exterioriza en la parte más declive de la
años [14].
cavidad sobre la línea media (Fig. 1). Si hay orificios
Desbridamiento secundarios, pueden colocarse otros drenajes.
Este drenaje favorece la reducción de volumen de la
En una etapa de abscedación aguda, proporciona un cavidad quística, la superficialización y, en ocasiones, la
rápido alivio al paciente y permite programar una epitelización de los trayectos fistulosos. Sólo provoca
intervención curativa posterior. Se puede realizar bajo molestias moderadas, no obstaculiza la actividad y debe
anestesia general o local (utilizando lidocaína con dejarse durante 6-8 semanas. Al final de este período, se
adrenalina tamponada, que se inyecta de forma muy realiza primero un desbridamiento de los trayectos
periférica respecto a la zona abscedada), con el paciente secundarios bajo anestesia local, para terminar con el
colocado en decúbito lateral. desbridamiento del trayecto principal, con el legrado del
Después de efectuar una inyección lineal de 2-3 cm fondo del quiste y la escisión de una zona cutánea, para
de longitud o de escindir una isla cutánea, se evacua el dejar la cavidad ampliamente abierta. La cicatrización
pus y la cavidad quística se lava y se legra de forma por segunda intención se produce tras 3-4 semanas y
cuidadosa. A continuación, se deja colocada una mecha requiere una vigilancia atenta, en ocasiones con legra-
hemostática y sólo se administra un bolo de antibiótico, dos repetidos del fondo del quiste.
pues se trata de una supuración superficial coleccionada. La tasa de recidiva a largo plazo de esta técnica sigue
La cicatrización requiere curas diarias, en ocasiones sin conocerse.
con legrados repetidos, y un rasurado periódico de los Después del desbridamiento, también se puede mar-
bordes de la herida. Se logra en 4-6 semanas y culmina supializar el quiste, suturando con puntos sueltos
en la curación definitiva en el 50-60% de los casos [27]. reabsorbibles el borde libre de la piel al fondo del sinus,
Si el drenaje simple del absceso se asocia a un legrado cuyo tallo fibroso se ha conservado. Esta técnica permite
cuidadoso de la cavidad, la tasa de la recidiva baja al cubrir el tejido celular subcutáneo y reducir la pérdida
10% [21]. de sustancia, que debe cicatrizarse. Tiene la ventaja de
acortar el período de cicatrización, con una tasa de
Técnica de Lord-Millar [28] recidiva a corto plazo del 6% [37].
Se realiza con anestesia local. El paciente se rasura y
se coloca en decúbito prono. El orificio u orificios Técnicas de exéresis
cutáneos se amplían por escisión de un ribete de piel.
Después, la cavidad se legra y en ocasiones se cepilla Los métodos de escisión son los más utilizados con
para evacuar por completo todos los restos y los pelos. gran diferencia, si bien la indicación quirúrgica sólo se
Los orificios se dejan abiertos de forma amplia. aplica a los sinus sintomáticos, es decir, a los que han
Esta técnica suele requerir varias sesiones y la cicatri- tenido al menos un episodio de sobreinfección.
zación se logra en 4-6 semanas. La tasa de recidivas es
del 9-30% en 2 años [14, 29, 30].
Escisión limitada
A esta técnica de legrado y cepillado puede añadir- Sólo se extirpan los orificios cutáneos y el techo del
se [31], después de haber protegido de forma cuidadosa seno a nivel medial. La cicatrización se dirige mediante
la piel con una capa espesa de vaselina para evitar granulación [38]. Bascom [39] evita cualquier incisión en
cualquier riesgo de quemadura, la inyección local con la línea media y efectúa una escisión mínima de la
una aguja de extremo redondo de 0,5-2 ml de ácido cavidad quística con una o varias incisiones laterales. La
fénico, que se deja in situ 1-2 minutos y después se tasa de recidiva varía del 5 al 43% [21, 38, 39].
reaspira. A continuación, se efectúa un nuevo legrado.
El período de cicatrización en este caso también es de Escisión amplia
4-6 semanas, con una tasa de recidivas del 6-35% [32]. Al contrario que las técnicas precedentes, que suelen
Más recientemente se ha propuesto el uso de cola realizarse bajo anestesia local, la escisión amplia requiere
biológica [33, 34]. una raquianestesia o una anestesia general con intuba-
ción orotraqueal. El paciente se coloca en decúbito
Drenaje filiforme
prono, con la región sacrococcígea elevada mediante un
Esta técnica fue sugerida por Boulay [35] y retomada cojín y las nalgas separadas mediante dos bandas de
por Lombard-Platet [36]. Se trata de un procedimiento en venda adhesiva. Se suele administrar una dosis única
dos etapas que puede aplicarse tanto a las supuraciones intraoperatoria de antibiótico (tipo metronidazol),
agudas como a las formas crónicas y reproduce la aunque según, Marks [38], un período de 15 días de
técnica quirúrgica usada en las fístulas anales. antibiótico parece acortar la duración de la cicatrización.

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Figura 2. Sinus pilonidal con supuración crónica. Figura 5. Escisión hasta la aponeurosis sacra.

un efecto de saliente del borde cutáneo, que favorecería


una cicatrización más rápida en la superficie que en
profundidad, lo que expondría a una recidiva. En
profundidad, la escisión debe alcanzar la aponeurosis
sacra sin franquearla (Fig. 5). Esta exéresis, realizada con
el bisturí eléctrico o con bisturí frío [41], debe efectuarse
en toda su extensión en una zona sana desde el punto
de vista macroscópico, lo que puede obligar a ampliar
durante la intervención la escisión prevista en un
principio.
La hemostasia debe ser rigurosa, para evitar una
hemorragia secundaria, que siempre puede producirse
en las horas posteriores (1-5% de los casos). Después de
colocar una mecha hidrocoloide, hidrocelular o alginato
cálcico o bien una pomada antiséptica, la intervención
finaliza con la aplicación de un apósito compresivo.
Figura 3. Inyección de azul de metileno antes de la escisión de
La pieza de exéresis debe remitirse para su estudio
un sinus pilonidal que se ha tratado con anterioridad mediante
anatomopatológico sistemático, que permite confirmar
desbridamiento en la fase de absceso.
el diagnóstico y, sobre todo, asegurarse de que la
escisión se ha realizado en tejido sano.
La hospitalización es corta y la intervención suele
realizarse de forma ambulatoria.
La cicatrización dirigida [42, 43] requiere curas de
enfermería diarias. En la fase de detersión y de granula-
ción se deben emplear apósitos hidrocoloides, hidroce-
lulares, de alginato cálcico o de tul graso. En la fase de
epitelización suele ser necesario recurrir de forma
temporal a una pomada de corticoides o al nitrato de
plata para controlar una granulación excesiva. Las curas
de enfermería deben constar también de una separación
enérgica y periódica de los bordes de la herida [41, 44]
para evitar un cierre superficial en puente que ocultaría
una colección subyacente que puede infectarse o eva-
cuarse de forma tardía («seudorrecidivas»). Por otra
parte, conviene realizar un rasurado periódico de los
bordes de la herida para evitar cualquier incarceración
de nuevos pelos en el tejido de granulación, causante de
Figura 4. Delimitación de la zona de exéresis. auténticas recidivas con posterioridad. Por tanto, el
paciente debe seguirse en consulta por el mismo ciru-
jano cada 2 semanas para adaptar las curas a medida de
la evolución de la herida.
La inyección de azul de metileno por el orificio u
Más recientemente, se ha propuesto la utilización del
orificios fistulosos es útil según algunos autores, ya que
sistema de cierre asistido por vacío [45], cuyo uso de
permite asegurar que la escisión se realiza en una zona rutina sigue siendo infrecuente y es probable que deba
sana sin pasar por alto los trayectos secundarios [14, 40] reservarse a los casos excepcionales de exéresis muy
(Figs. 2 y 3). extensas.
La incisión cutánea (Fig. 4) se centra en la línea Conviene desaconsejar al paciente el baño, la posi-
media y tiene forma elíptica. Se inicia a alrededor de ción sentada prolongada y el uso de ropa interior o de
3-4 cm del ano, para englobar las posibles microfositas pantalones muy ajustados.
apenas visibles que, si se pasan por alto, podrían expo- De este modo, la cicatrización progresa de la profun-
ner al riesgo de recidiva. En sentido superior, la exéresis didad a la superficie y de los bordes laterales hacia el
debe sobrepasar en 1-2 cm la lesión medial más alta. En centro, en un período de 2-3 meses [3, 41, 44]. Se aconseja
sentido lateral, la zona de escisión debe incluir los un período de interrupción mínima de las actividades
orificios secundarios y el corte debe dirigirse en profun- sociolaborales de 2 semanas, que se adapta más adelante
didad de forma oblicua hacia la línea media para evitar en función del tipo de actividades del paciente. Después

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Figura 6. Aspecto final tras la cicatrización.

de la cicatrización, persiste una cicatriz lineal flexible,


sin que haya una modificación significativa de la forma
habitual de la región sacrococcígea. Esta cicatriz fina es
frágil durante mucho tiempo, con tendencia a fisurarse
a nivel superficial durante el primer año (Fig. 6).
La tasa de recidiva después de una escisión amplia
con cicatrización dirigida varía según los estudios del
0 al 13% [42]. En dos series francesas con un seguimiento
de 3 años [43] y de 12,5 años [44], fue del 5,3 y del 3,4%,
respectivamente.

Otros procedimientos: escisión-sutura


y plastias Figura 8. Escisión y plastia en Z.
Para paliar los inconvenientes de la cicatrización
dirigida, en términos de período de cicatrización y de Se han propuesto técnicas más complejas de cirugía
interrupción de las actividades, se han propuesto técni- plástica:
cas de exéresis seguidas del cierre total o parcial. • plastia con un colgajo romboidal de rotación [50]
La sutura directa [46-48], en la mayoría de las ocasiones (Fig. 7);
en un plano con puntos cutáneos en U, sin drenaje • plastia en Z (Fig. 8), con el tallado en cada borde de
aspirativo, expone a fracasos frecuentes (hasta el 30% en un colgajo angular que, tras la inversión y sutura,
algunas series) debido a la formación de hematomas o produce una cicatrización en zigzag [51]. La dirección
de abscesos que producen una dehiscencia secundaria del pliegue glúteo se vuelve transversal, poco favora-
de la herida. ble a las recidivas, pero en ocasiones molesta desde el
Para evitar una cicatrización frágil en el surco inter- punto de vista estático y estético;
glúteo, causante de complicaciones y de recidivas, • plastia romboidal de Limberg o plastia de Dufour-
algunos autores han propuesto la exéresis seguida de mentel en V-Y [52, 53].
una sutura lateralizada paralela al surco, con un 1% de Si no hay necrosis de los bordes cutáneos, estas
recidivas a los 2 años [18]. Bascom [49] ha descrito una técnicas permiten obtener la cicatrización en unos
variante con sutura oblicua en el tratamiento de las 10 días, con una tasa de fracaso a los 3 años del
recidivas. 0-10% [15].

Figura 7. Escisión y plastia con un colgajo romboidal de rotación.

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De forma más general, los resultados de estas distintas deben a una escisión incompleta, que deja in situ una
técnicas cerradas se han analizado en un metaanálisis fosita no detectada, o a unos cuidados postoperatorios
que englobó a 10.900 pacientes de 74 estudios evalua- insuficientemente atentos. En tal caso, conviene plan-
bles de la literatura [54]. Las tasas de infección y de tear una nueva exéresis amplia seguida bien de una
recidivas tardías fueron, respectivamente, de: cicatrización dirigida o bien de una intervención de
• 1,9 y 2,7% para las plastias en V-Y; cirugía plástica.
• 2,6 y 1,5% para las plastias romboidales;
• 9,3 y 2,4% para las plastias en Z;
.

• 7,9 y 1,5% para las suturas paramediales; ■ Bibliografía


• 12,4 y 9,4% para las suturas mediales.
Un ensayo clínico aleatorizado [55] en el que se ha [1] Soullard J, Contou JF. Colo-proctologie. Paris: Masson; 1983
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con o sin drenaje filiforme) puede plantearse para las and colon. London: Baillière Trindall; 1990. p. 221-34.
lesiones poco extensas con una esclerosis mínima. Este [17] Patey DH. A reappraisal of the acquired theory of
tratamiento, poco invasivo, puede permitir un 60-80% sacrococcygeal pilonidal sinus and an assessment of its
de curaciones y no impide que se recurra a otras técni- influence on surgical practise. Br J Surg 1969;56:463-6.
cas de exéresis si fracasa o si se produce una recidiva. [18] Karydakis G. Easy and successful treatment of pilonidal sinus
after explanation of its causative process. Aust N Z J Surg
La técnica de exéresis amplia seguida de una cicatri-
1992;62:385-9.
zación dirigida sigue siendo la más utilizada. Requiere
[19] Bascom JU. Pilonidal disease: long-term result of follicle
una intervención meticulosa, así como unos cuidados
removal. Dis Colon Rectum 1983;26:800-7.
postoperatorios prolongados y atentos, pero proporciona [20] Doll D, Friedrichs J, Düsel W, Fend F, Petersen S. Surgery for
unos resultados excelentes. Sigue siendo la técnica de asymptomatic pilonidal sinus disease. Int J Colorectal Dis
referencia para las lesiones amplias y/o con múltiples 2008;23:839-44.
trayectos, así como para los pacientes ya operados. [21] Allen-Mersh TG. Pilonidal sinus: finding the right tract for
Si se plantea un cierre cutáneo de entrada, debe ser treatment. Br J Surg 1990;77:123-32.
asimétrico. La profilaxis antibiótica no previene el riesgo [22] Notaras MJ. A review of three popular methods of treatment
de complicaciones infecciosas ni permite dar prioridad of postanal pilonidal sinus disease. Br J Surg 1970;57:886-90.
a una técnica especial de cierre. [23] Malek MM, Emanuel PO, Divino CM. Malignant
Los procedimientos de cirugía plástica proporcionan degeneration of pilonidal disease in an immunosuppressed
buenos resultados de forma global, pero su complejidad patient: report of a case and review of the literature. Dis Colon
técnica, que depende del cirujano, no facilita que sea un Rectum 2007;50:1475-7.
método de primera elección. [24] Mentes O, Akbulut M, Bagci M. Verrucous carcinoma
Un problema pendiente es el de la ausencia de cica- (Buschke-Loewenstein) arising in a sacrococcygeal pilonidal
trización y de recidivas tras un tratamiento conservador sinus tract: report of a case. Langenbecks Arch Surg 2008;393:
o una exéresis amplia. En la mayoría de las ocasiones se 111-4.

6 Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo

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Tratamiento quirúrgico de la enfermedad pilonidal ¶ E – 40-692

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X. Barth, Professeur des Universités, praticien hospitalier (xavier.barth@chu-lyon.fr).


E. Tissot, Professeur des Universités, praticien hospitalier.
O. Monneuse, Praticien hospitalo-universitaire.
Hospices civils de Lyon, Hôpital Édouard-Herriot, Place d’Arsonval, 69437 Lyon cedex 03, France.
Université Claude-Bernard Lyon I, 8, avenue Rockefeller, 69008 Lyon, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Barth X., Tissot E., Monneuse O. Traitement chirurgical de
la maladie pilonidale. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Techniques chirurgicales - Appareil digestif, 40-692, 2010.

Disponible en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Vídeos / Aspectos Información Informaciones Autoevaluación Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias clínico

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