Está en la página 1de 3

El príncipe es una obra sumamente polémica porque lanza el mensaje de que para que un gobernante

pueda mantener la paz y la seguridad de su nación, en ocasiones deberá incurrir en el uso de la


violencia, deberá ser capaz de mentir, de traicionar, de manipular si las circunstancias lo exigen, hacer
todo lo que sea necesario para mantener el bienestar de la ciudadanía, pero Maquiavelo no está
diciendo que esté justificado mentir, traicionar y manipular para conseguir nuestros objetivos egoístas,
lo que dice es que estas acciones estarán justificadas en un gobernante que busca la estabilidad de su
nación, acciones atroces que serían reprobables bajo cualquier otro concepto están justificadas en un
gobernante que busca cuidar la paz de sus ciudadanos, Maquiavelo nunca escribió esa línea de el fin
justifica los medios, esta frase resume muy bien su mensaje siempre y cuando tengamos en cuenta de
que el fin es el bienestar de la población, mentir, manipular e incluso asesinar si es necesario pero sólo
para proteger a la población, también Maquiavelo habla sobre la violencia, dice que los gobernantes es
contar deben tener su propio ejército, un ejército conformado por ciudadanos comprometidos con la
nación, Maquiavelo piensa que se necesitaba un ejército fuerte conformado por sus mismos ciudadanos
comprometidos con su nación, una nación que no tiene armas o soldados propios es una nación que
siempre va a estar en peligro, Maquiavelo piensa que para evitar la violencia uno se debe demostrar ser
más violento, por ejemplo cuando vemos la parada militar en la televisión el 6 de agosto, esto es un acto
sumamente maquiavélico, en el mejor sentido de la palabra, uno de los objetivos de estos actos es
disuadir a las posibles amenazas internas o externas de la nación, miren nuestros soldados, miren
nuestros tanques, miren lo bien que están organizados nuestros soldados, esto es lo que vamos a utilizar
en contra de aquellos que busquen desestabilizar a la nación.

Maquiavelo se pregunta a sí mismo que es mejor para un gobernante ser amado o ser temido, sin duda
la situación ideal sería que el gobernante fuera amado y temido a la vez, sin embargo al ser esto
extremadamente raro y si sólo se puede elegir una de esas dos, Maquiavelo concluye que lo mejor para
el gobernante será ser temido, cuando el gobernante es temido se reducen las ocasiones de violencia,
ahora si el uso de la violencia se vuelve inevitable, Maquiavelo aconseja atacar de forma potente, rápida
y efectiva de modo de que no se alargue más de lo necesario la terrible situación, pero es
importantísimo que el gobernante tenga en cuenta de que el uso de la fuerza debe de mantenerse al
mínimo posible sobre todo si se va a utilizar en contra de ciudadanos rebeldes, ya que el pueblo solo va
a tolerar hasta cierto nivel de represión violenta, si este nivel de tolerancia es rebasado entonces el
pueblo sentirá más odio que temor hacia el gobernante y eso va a desembocar en una mayor rebelión,
para Maquiavelo un gobernante puede ser temido por su pueblo, eso es hasta conveniente incluso pero
lo que no puede ser un gobernante es ser odiado por su pueblo porque esa va a ser su ruina,
Maquiavelo aconseja a los gobernantes que para evitar ser odiados por su pueblo, hay que delegar a
otros aquellas acciones que puedan derivar en el desprecio del pueblo, por ejemplo si el gobernante
viera necesario subir los impuestos para mantener la estabilidad del país aunque sea su idea, debe de
pedir a su ministro de economía que él haga la propuesta, es preferible que el pueblo odie su ministro
de economía a que odien a su gobernante, si el gobernante no es generoso, al menos debe aparentar
como si lo fuera, si el gobernante tiene miedo, debe aparentar ser valiente, el gobernante debe estar
presentable en todo momento y este cuidado de la imagen no es porque el gobernante sea vanidoso,
aunque probablemente sí lo sea pero debe aparentar no serlo, con este cuidado de la imagen del
gobernante es la estabilidad de la nación, también el gobernante debe ser capaz de mentir, debe ser
capaz de aparentar, debe ser capaz de hacer promesas que sabe que no va cumplir, ningún líder puede
gobernar sin la ayuda de un equipo competente es por ello que el gobernante debe de rodearse de
personas talentosas y leales, se deberá desconfiar de aquellos que aún siendo muy talentosos tengan un
excesivo interés en su propio beneficio, ya que podrían conspirar en contra del líder, de igual modo se
debe de rechazar a los aduladores ya que éstos hacen que el gobernante pierda el suelo y crea
excesivamente en sus capacidades. Esto es muy peligroso ya que un gobernante que no puede ver sus
defectos y sus fortalezas en su justa proporción estará tomando decisiones basado en una fantasía y no
en la realidad, los más allegados al gobernante deben de poder sentirse con la confianza de poderle
hablar con la verdad por muy dolorosa que ésta sea pero siempre y cuando sean respetuosos y se haga
bajo la solicitud del líder, aún escuchando todos los consejos y opiniones de sus colaboradores, el
gobernante debe tener en cuenta que ni todas las opiniones ni todos los consejos podrán ser buenos, es
por ello que para poder discernir el buen consejo debería de escuchar siempre su propia intuición sobre
la virtud y la fortuna, normalmente cuando hablamos de virtudes pensamos en la caridad, la templanza
o la justicia, pero cuando Maquiavelo habla de virtudes se refiere algo diferente, se refiere a las
cualidades que debe de tener un gobernante independientemente de la moral.

Unas virtudes maquiavélicas serían la astucia, la perseverancia, la capacidad de prever planear y


ejecutar una estrategia y una característica fundamental del virtuosismo maquiavélico es la flexibilidad,
el buen gobernante sabe distinguir cuándo es momento de hablar y cuando es momento de callarse,
sabe distinguir cuándo es momento de resistir y cuando es momento de atacar, comportarse siempre
del mismo modo sería suicida para un gobernante no sólo porque hace previsible sus acciones para el
enemigo, sino también porque sus acciones deben estar basadas siempre en las circunstancias. Las
circunstancias siempre van a ser cambiantes, el entorno y las circunstancias que presenta a veces van a
favorecer las acciones del gobernante, Maquiavelo dice que solo podemos construir la mitad de nuestro
destino con nuestra inteligencia y esfuerzo pero la otra mitad de nuestro destino depende de la fortuna
del azar o la suerte.

Un gobernante puede hacer todo perfectamente pero no triunfará si no tiene la suerte de su lado, eso
es algo que ya no depende de él.

Maquiavelo no está diciendo que debamos rendirnos y aceptar pasivamente lo que traiga la suerte, el
principe maquiavélico debe de trabajar incansablemente por lograr sus objetivos y si aún haciendo todo
bien llegase a fracasar por mala suerte, debe de persistir hasta que la diosa fortuna se apiade de él o
hasta que le llegue la muerte. Para maquiavelo el conquistar o reformar una nación implicaba
concentrar el poder en una sola persona pero esa concentración de poder solo debía ser temporal, él
creía que lo más conveniente para la estabilidad de una nación era que una vez alcanzada la conquista o
la reforma, se hiciera participar a los ciudadanos de la política, Maquiavelo no creía que las monarquías
fuesen la mejor forma de gobierno, para Maquiavelo el mejor modelo de gobierno eran las repúblicas
democráticas, pues permitían a los ciudadanos participar en consejos parlamentarios que servían como
un contrapeso sano al poder del gobernante, el gobernante por mucho que piense en el bienestar de su
país y en el bienestar de la población es un ser humano y como ser humano es proclive al egoísmo, un
buen gobernante sabe que es egoísta, se sabe que es imperfecto y sabe que en cualquier momento el
poder se le puede subir a la cabeza, lo cual significaría no sólo su ruina sino también la ruina del país, es
por eso que un buen gobernante antes de que se les suba el poder a la cabeza, deben establecer para sí
mismo contrapesos que protejan a la nación de su egoísmo, esto significa que el gobernante debe
establecer consejos parlamentarios que sirvan como un freno a sí mismo.

Esto tampoco significa que los ciudadanos sean moralmente perfectos, para Maquiavelo no existe eso
del pueblo bueno y sabio, el pueblo está conformado por individuos, personas con fortalezas y defectos
que son tan proclives al egoísmo como lo es el mismo gobernante, es cierto que los ciudadanos van a
buscar el bienestar del colectivo, el bienestar de la nación, también es natural que vayan a buscar su
propio beneficio, o sea más dinero significa más propiedades y más poder, por eso entre pueblo y
gobernante debe establecerse un pacto, un pacto donde ambos se reconozcan imperfectos, a partir de
reconocerse egoístas se establezca una base desde la cual poder llegar a acuerdos que beneficien a
todos, por ejemplo si los gobernantes respetan la propiedad privada de sus ciudadanos, entonces los
ciudadanos se verán incentivados a producir mayor riqueza con la confianza de que el gobernante no se
las arrebatará, si los ciudadanos generan mayor riqueza entonces el gobernante podrá cobrar los
impuestos necesarios para el mantenimiento de la administración pública y el del ejército.

Para Maquiavelo se crea un ciclo de egoísmo virtuoso, lo cuál es un fino equilibrio entre el poder del
gobierno y el poder de los ciudadanos, cuando el gobierno amenace este equilibrio cometiendo alguna
injusticia, el pueblo también tiene la responsabilidad de rebelarse incluso de utilizar la rebelión violenta,
si el gobernante suprime las libertades, si no permite la actividad parlamentaria o si no respeta la
propiedad privada, para Maquiavelo el pueblo tiene total justificación para rebelarse en su contra.

Una república totalmente pacífica donde todos se agarran de las manos y vivan en armonía eso no existe
en la mente de Maquiavelo, la mejor nación a la que se podría aspirar humanamente va a ser siempre
una nación con un sano nivel de conflicto, para Maquiavelo en una república fuerte siempre habrá
conflicto pero debe de ser un nivel de conflicto que no destruya al país, que no lo desestabiliza sino que
permita una dialéctica constructiva entre el pueblo y el gobierno.

También podría gustarte