Diana Londoño Arboleda

Vigilancia y Seguridad Privada en Colombia

Colombia, un país que reúne gran diversidad de fauna y flora, hermosos paisajes y una
riquísima variedad cultural y social aqueja, entre muchas otras cosas de un problema de
violencia, que más que irse disminuyendo a través del tiempo, ha evolucionado y
transgredido las barreras sociales, impregnándose en el diario vivir y la conciencia
colectiva de los colombianos. Con base en lo anterior se hace necesario para algunas
personas o colectivos ante su preocupación de seguridad a demandar servicios de seguridad
particulares.
Existe una gran demanda de servicios de seguridad privada en el país, siendo una sustancial
fuente de empleo al emplear cerca de 400 mil colombianos, reviste de una estructura
organizada compuesta por cientos de empresas de servicios de seguridad. Tanto la gran
cantidad de trabajadores implicados y de la importancia de la labor para quienes demandan
los servicios el gobierno colombiano dispone desde 1993 con la ley 62 una
superintendencia adscrita al ministerio de defensa especialmente para supervisar y regular
la industria y los servicios de seguridad y vigilancia: La superintendencia de vigilancia y
seguridad privada.
Con el fin de proteger los derechos, bienes y la integridad de los demandantes de seguridad,
el servicio no se limita a personal humano, las muy útiles y que con el tiempo se mejoran
cada vez más herramientas tecnológicas como cámaras, alarmas, sistemas complejos de
seguridad, detector de metales, bases de datos, apoyo canino entre otros son el
complemento del talento humano en el ejercicio de la protección, prevención y disuasión
del delito y asegurar la tranquilidad del individuo y colectivo.
Dependiendo del espacio y del cliente se distinguen diferentes modalidades en que el
servicio de seguridad es prestado: el más común, la vigilancia fija es la seguridad privada a
locaciones cerradas como conjuntos, edificios o unidades residenciales velando por la
seguridad, garantizando el desarrollo de actividades humanas y la protección de bienes y
personas. La vigilancia móvil se caracteriza por el desplazamiento o cubrimiento de
espacios amplios, donde es necesario el patrullaje y cubrimiento tecnológico extenso, se
desarrolla en minería, complejos industriales grandes y terrenos considerados que requieran
vigilancia.
La vigilancia escolta se divide en dos: escolta a personas y a dinero u objetos de valor: la
primera resulta siendo una combinación de modalidad fija o móvil, depende de la situación
y la actividad del individuo que lo contrata; escolta de valores se trata de transportar y
custodiar bienes de valor, su principal demandante es el sector bancario, el gobierno y
organizaciones, su labor reviste de gran riesgo ya que se trata de protección de bienes de
mucho valor que salen al exterior, generalmente desarrollo suele estar compuesto de un
esquema de ejecución complejo y estricto junto a escoltas fuertemente armados.
El ejercicio, el desarrollo de sistemas y esquemas para garantizar la protección está
regulado por la superintendencia de vigilancia y seguridad privada, el uso de vehículos
blindados, porte y uso de armas letales como de poca letalidad, la capacitación y aptitud
para prestar el servicio entre otras están todas y cada una enmarcadas y reguladas por la
superintendencia en pro de garantizar el debido proceso y la calidad para asegurar la
confianza pública muy importante para aquellos quienes demandan servicios de seguridad.
Entrando más en detalle sobre lo anterior, la superintendencia en su ejercicio de asegurar la
calidad de los servicios, exige para la modificación y uso de vehículos blindados la debida
notificación al Estado por parte del particular a través del cambio en la tarjeta de propiedad
del vehículo especificando que el vehículo es blindado y qué nivel de blindaje tiene.
Aquellos que ejerzan la labor de prestar servicio de seguridad deben estar certificados e
identificados a través de la credencial de identificación como personal de seguridad que
debe ser expedida por la superintendencia, así mismo en el documento se especifica la
capacidad de porte de armas dependiendo de la labor del individuo y su capacitación
respectiva para ser meritorio el uso de determinada arma.
En ejercicio de la labor y con un objetivo común de combatir la ilegalidad, el crimen y la
alteración del orden los cuerpos de vigilancia y seguridad privada tienen como deber y no
solo moral, ya que la ley de hecho lo exige: servir de apoyo a la fuerza pública sirviendo de
complemento en su deber de proveer seguridad y orden a la sociedad. Una auténtica y
fuerte articulación entre la seguridad privada y la policía nacional claramente bajo la
supervisión e inspección permanente del Estado permite lograr más y mejores resultados en
la lucha contra la criminalidad.
La colaboración de la seguridad desde sus inicios ha sido de vital importancia para el
combate del crimen, con la acción de contención y la puesta en conocimiento de
comportamientos o situaciones que pongan en peligro los ciudadanos o que constituyan una
acción delictiva por parte del personal de seguridad, la disposición de material de prueba
como lo serian por ejemplo los registros de cámaras de seguridad, información y testimonio
presencial se facilita la labor de la policía en la investigación y esclarecimiento de un
presunto acto delictivo.
La vigilancia y seguridad privada reviste de gran importancia en la sociedad colombiana,
siendo un gran generador de empleo este sector puede ser considerado como jalonador de la
economía, la complejidad de la acción en un contexto de alta violencia y criminalidad como
es Colombia actualmente requiere que estos servicios sean garantizados y de calidad para lo
cual está dispuesta la superintendencia de vigilancia y seguridad privada, su amplia y
esquemática disposición del servicio a lo largo del servicio hace de la estructura de
seguridad privada un potencial complemento para la labor de la policía nacional y se debe
velar e impulsar que estos dos cuerpos el privado y el público puedan cooperar más y de
manera más eficiente.