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Universidad de Margarita

Alma Mater del Caribe


Vice rectorado Académico
Dinámica del Desarrollo

Ensayo

INDICADORES SOCIO-ECONÓMICOS EN VENEZUELA.

Alumno: Profesor

Guillermo A Rangel Lugo. Miriam Aysquel Rodriguez

C.I: 29582769
INTRODUCCION
El desempleo es un problema que tiene incidencias a nivel nacional y personal. A
nivel nacional, este se traduce en capacidad productiva ociosa y
desaprovechamiento de un recurso y conlleva la marginación de una parte de la
población que no tiene acceso a la creación ni al disfrute de la riqueza. A
diferencia de otros problemas macroeconómicos, como la inflación y la
depreciación de la moneda, el desempleo es considerado como un problema tan
personal y directo que algunos individuos estarían dispuestos a canjearlo por
inflación. No todo desempleo amerita el mismo tipo de atención ni la adopción de
políticas específicas. Se entiende por desempleo friccional aquel que deriva del
rezago entre la continua entrada de individuos al mercado laboral y su asignación
a los diferentes puestos de trabajo. En este caso, el problema del desempleo se
resuelve por sí solo, a medida que los interesados adquieren información acerca
de los trabajadores o los empleos disponibles. No obstante, podrían introducirse
ajustes para facilitar el proceso, divulgando la información. El desempleo
estructural, como su nombre lo indica, es generado por la propia estructura
económica, a raíz de la inadecuación del capital humano disponible, el sesgo
tecnológico que lleva a un desarrollo desigual entre sectores o el exceso de oferta
laboral propio de una economía deprimida

Desarrollo
DEFINICION

El desempleo se define como el paro forzoso o desocupación de los asalariados


que pueden y quieren trabajar pero no encuentran un puesto de trabajo. En
las sociedades en las que la mayoría de la población vive de trabajar para los
demás, el no poder encontrar un trabajo es un grave problema, la cuantía del
desempleo se utiliza habitualmente como una medida del bienestar de los
trabajadores. La proporción de trabajadores desempleados también muestra si se
están aprovechando adecuadamente los recursos humanos del país y sirve como
índice de la actividad económica.

EVOLUCION DEL DESEMPLEO

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que para este 2020 la tasa de
desempleo en Venezuela podría llegar a un 47,9%, lo que se traduce en el
crecimiento de la economía informal y cierre de pequeñas, medianas y grandes
empresas por la desaceleración de la economía nacional. 

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), informó


que los niveles de desempleo en América Latina y el Caribe serán mayores a los
que se vivieron en la depresión del 29. La tasa de desempleo se ubicaría en torno
al 13,5%, lo que implica un aumento del 2% con respecto a la previsión de abril de
este año; el número de desempleados llegará a las 44,1 millones de personas
para finales del 2020.

En Venezuela, existe una medida que exhorta al empleador a no despedir


formalmente a cualquier trabajador sea cual sea su posición laboral desde abril de
2002. Medida empleada por la gestión de Hugo Chávez y, ratificada por Maduro
en las medidas del Estado de Alarma declarado el 16 de marzo del año en curso.

En esta orden se prohíbe despedir a cualquier empleado durante el periodo que


transcurre de marzo a diciembre de 2020, sin embargo, algunas empresas y
comercios no han podido trabajar de manera habitual por lo que cumplir con su
nómina de trabajo se ha vuelto complicado.

En este sentido, el trabajador venezolano tiene dos alternativas que lo respaldan,


la primera es la inamovilidad laboral que hace referencia a la protección del
Estado al Trabajador, para que no pueda ser despedido, trasladado o
desmejorado de forma injustificada por el patrono, mientras que la segunda es el
fuero sindical que se entiende como  la garantía de que gozan algunos
trabajadores de no ser despedidos, ni desmejorados en sus condiciones de
trabajo, sin justa causa, previamente calificada por el juez de trabajo.

FACTORES

En Venezuela en la última década se ha agudizado el problema del desempleo,


consecuencia de la caída de la tasa de crecimiento económico, crisis externa y
desequilibrio fiscal, entre otros, lo que ha configurado una situación en la cual el
crecimiento de la fuerza de trabajo supera el número de empleos, con una
remuneración estable para paliar la crisis y poder adquisitivo de los ciudadanos,
los cuales buscan sustentar económicamente él y sus familiares, vendiendo
cualquier tipo de objetos y mercancía en la calle, o ejerciendo de taxistas a
profesionales egresados de las grandes universidades nacionales y/o privadas. Es
preocupante esta realidad, ya que con frecuencia se observa en ciudades en
donde se sabe hay una gran número de empresas, un verdadero cinturón
industrial, donde profesionales no encuentran trabajo, especialmente los
administradores , así como las largas colas  en las puertas de algunas empresas
que todavía permanecen abiertas, con la esperanza de ser contratados .

Consecuencias del desempleo

El desempleo conlleva una disminución de los ingresos y, por tanto,


produce cambios en el estilo de vida. Se producen cambios radicales en la forma
de vivir, pues se vive con la incertidumbre de no saber cuánto tiempo durará esa
situación. En tales circunstancias, se tiende a ser precavidos y reducir
drásticamente los gastos.

Tiene una gran repercusión en el ámbito familiar, intensificando las relaciones


existentes con anterioridad. Puede producir gran tensión y desestabilizar las
relaciones familiares perjudicándolas o, por el contrario, la familia puede ser el
gran apoyo y encontrar en ella el empuje y ayuda necesaria para buscar otro
empleo, transmitiéndole confianza y seguridad.

La pérdida de empleo también produce una reducción de las relaciones


sociales. Inevitablemente se pierde el contacto con aquellas personas que son
imprescindibles para poder desarrollar nuestro trabajo. Además, es un medio para
relacionarnos y hacer grandes amistades. Por otro lado, las dificultades
económicas disminuyen los contactos sociales, no hay tanta disponibilidad para
salir a cenar, ir de copas o realizar actividades que supongan un gasto.

El desempleo puede traer consecuencias psicológicas negativas como


disminución de la autoestima, depresión, ansiedad, etc. Produce un
empobrecimiento del concepto que se tiene de uno mismo.

La forma de reaccionar ante el desempleo dependerá entre otros factores de la


personalidad de cada uno. Hay quienes con inmediatez empiezan a movilizarse
para salir de esa situación, actuando de forma positiva y esperanzada, confiando
en sus posibilidades, y otros, por el contrario se sienten hundidos y sin fuerzas
para iniciar la búsqueda de empleo, pierden la confianza en sí mismo y en sus
capacidades.

No obstante, hay una serie de sentimientos comunes que sufren quienes han


perdido su trabajo. Entre ellos se destacan los siguientes:

 Sentimiento de vergüenza. La persona desempleada suele sentirse


avergonzada por esa situación, responder a la simple pegunta "¿en qué
trabajas?", les produce malestar. Este sentimiento surge tanto por el hecho de
estar desempleado como por tener que buscar un empleo. La intensidad en
que se sufre dependerá de diversos factores como la edad o el tiempo que
lleve desempleado.
 Sensación de fracaso. Es frecuente encontrar personas desempleadas con
sensación de fracaso, por no haber logrado permanecer en ese puesto de
trabajo, con la sensación de haber fallado.
 El sentimiento de culpa también es frecuente ante estas situaciones. Muchas
veces la propia persona llega a culparse por es situación, pensando que no ha
sido lo suficientemente válido en el desarrollo de sus funciones y no ha sabido
mantener su puesto de trabajo, sin tener en cuenta los factores externos que
han podido generar esa situación como la necesidad de reducir plantilla o el
cierre de la empresa.
El desempleo no afecta por igual a todas las personas, su efecto no es
comparable en una persona joven e independiente que ha perdido su empleo con
un padre de familia que tiene que hacer frente a los gastos familiares.

Conclusión
La pobreza se hace notar en la carencia que sufre una persona por la falta de
bienes y servicios considerados indispensables para cubrir las necesidades
vitales: vivienda y todo lo que implica el alojamiento, vestimenta, alimentación,
protección sanitaria, formación (escolar, profesional, universitaria), etc. En el grado
de incapacidad para participar en todos los aspectos de la vida (social, cultural,
cívica, profesional), así como en la imposibilidad de comunicarse.
Es importante mencionar que la pobreza tiene serios efectos sobre las personas.
La impotencia que sienten ante la imposibilidad de modificar su situación se
traduce en menosprecio propio, menosprecio el país, depresión anímica y
social, violencia y quebrantamiento de la ley. Además, provoca el resentimiento
hacia los que tienen, refuerza el racismo y mata la sensibilidad humana.
La Depresión económica por la que pasa actualmente nuestro país presenta una
producción y unas ventas reducidas, y al mismo tiempo altas tasas de desempleo
y de quiebras empresariales. Una depresión es el punto más bajo de un ciclo
económico. Casi todas las teorías económicas modernas consideran que las
depresiones son el resultado de una caída de la demanda, junto a una disminución
de la inversión y de los salarios, que reducen el nivel de consumo. Preocupa que
en Venezuela la realidad económica sea otra la que plantea el Gobierno que
con políticas disfrazadas, quieren hacer ver que el desempleo en nuestro país ha
disminuido considerablemente, además de ver que están asistiendo a toda la
población a través de las misiones ya sea como garante de empleos productivos o
entrega de programas que no llegan a toda la población o que trabajan a media
marcha.
BIBLIOGRAFIA
Riutort, Matías (1999a). "Pobreza, Desigualdad y Crecimiento Económico en
Venezuela" en La Pobreza en Venezuela. Causas y Posibles Soluciones.
Documentos del Proyecto Pobreza, Número 3.

Abellán, C. y A. Fernández (1997), “Relación entre la duración del desempleo y la


probabilidad de emigrar”, Documento de Trabajo, N° 141/97, Oviedo, Universidad
de Oviedo

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